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7.

Ajeno, extraviado de mí: Musito levemente unas frases ininteligibles.


En el jardín de las dudas corto flores de desconcierto, alcanzando el tiempo en una mesa
servida para el té.
Muerdo los pastelillos y me ahogo en una taza de porcelana
Tomo un panecillo y lo huelo para encontrarte en él;
siempre
con ganas de bailar.

Mientras se transfiere mi persona lejos al compás de un vals mal tocado, constituyo sobre
él un nuevo yo, a favor de un tercero.
Antes no dado por notificado, persigo mi huella en el viento que trae la música por el
camino desde donde te perdí

Giro y giro. Veo por el rabillo del ojo a ese otro.


Un yo alzado, forzado, (des) compuesto. Vestido de etiqueta para el baile que no comienzo
a bailar
Me alisto. Cierto es que el público llama: Es hora de bailar.

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