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LITIO: EL FUTURO LLEGÓ

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Mineral estratégico (Li)


El Litio (Li) -considerado el mineral del futuro- es el metal más liviano de la tabla periódica. Un
conjunto de atributos le otorgan, no obstante, “densidad estratégica” la cual orienta y condiciona su
proceso de valorización, apropiación e industrialización.

El carácter estratégico del litio no deviene de una localización restringida sino de su rol central en la
llamada “transición energética mundial”. El litio constituye un mineral clave para el pasaje de una
matriz energética basada en la utilización de combustibles fósiles a otro con base en energías
limpias y sustentables a partir del cambio de patrón tecnológico por el uso intensivo de nuevas
tecnologías. Al tiempo que dicho pasaje permite mitigar fuertemente los efectos negativos del cambio
climático.

RECURSO ESTRATÉGICO Litio


VARIABLES  Consumo de litio por producto a nivel mundial (2000-2017) en toneladas LCE.
REPRESENTADAS  Usos del litio.
 Recurso identificado en el triángulo Argentina, Chile y Bolivia.
IDEA FUERZA Las nuevas tecnologías aumentaron vertiginosamente la demanda de litio a nivel mundial, lo que convierte al rec
una clave para el desarrollo económico. .
FUENTE ESTADÍSTICA Base de datos Bloomberg New Energy Finances, Roskil y Bruno Fornillo (2018).

Las nuevas tecnologías y el aumento de la demanda

El aumento exponencial de la demanda por el consumo de litio tiene estrecha vinculación con el
cambio tecnológico en pleno curso. El mineral es clave para la elaboración de baterías recargables
de dispositivos móviles, principalmente teléfonos inteligentes, computadoras portátiles y tablets.
También en los recientes -y en aumento- desarrollos de vehículos eléctricos (ómnibus y autos) en
Europa y China, entre otros usos en la industria aeronáutica, espacial, medicinal y nuclear además
de aplicaciones en cerámica, vidrio y en grasas lubricantes.

Entre el año 2000 y el 2017 el aumento de la demanda de litio supera el 600 % y el uso en baterías recargables pasa del 7 % al
46 % desplazando a otros usos tradicionales como la producción de cerámicas, vidrios, baterías primarias, polímeros y usos
medicinales entre otros.

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RECURSO Litio
ESTRATÉGICO
VARIABLES  Principales productores litio y principales reservas de Litio en toneladas métricas.
REPRESENTADAS  Recurso de litio identificados potencialmente extraíble en porcentaje del total mundi
 Recurso identificado en el triángulo Argentina, Chile y Bolivia.

IDEA FUERZA Si bien no es un recurso escaso o mal distribuido, América Latina es poseedora de la mayor
mundial, concentrando más de la mitad del recurso.
FUENTE ESTADÍSTICA Base de datos United State Geological Survey, International Energy Agency, Bloomberg Ne
Energy Finances, INE-Estado Plurinacional de Bolivia, Roskill y Bruno Fornillo (2018).
En comparación con las baterías tradicionales, las baterías de iones de litio se cargan más rápido,
duran más y tienen una densidad de potencia más alta, lo que hace que la batería sea más ligera y
tenga una mayor duración.

El paulatino -pero cada vez más perentorio- reemplazo del parque automotor mundial, que funciona
en la actualidad con base en la combustión a petróleo, por vehículos movidos por baterías ion-litio
contribuirá drásticamente a la disminución de los gases con efecto invernadero, principales
causantes del calentamiento global.

Demanda de litio para autos eléctricos

 Fuente
Otro nicho de aplicación clave lo constituye el mercado del almacenaje y distribución de energías
limpias y renovables, dentro y fuera de la red eléctrica, a través de los llamados acumuladores con
base en litio.
Planta de baterías de litio de Escondido, California. Foto: AES Energy Storage. Fuente

Estos dispositivos de almacenaje pueden proveer energía limpia a ciudades que se encuentran fuera
del sistema interconectado nacional tanto como a viviendas aisladas en áreas rurales. Además,
permiten abastecer a unidades productivas mediante la autogeneración o bien mediante la
segmentación de costos recurriendo al consumo alternado de la red convencional solo en períodos
de menores costos tarifarios.

La transición energética en ciernes -proceso ya iniciado en los países desarrollados emergentes y


tradicionales-, a diferencia de transiciones anteriores como el pasaje del petróleo al gas, requiere del
desarrollo de paquetes tecnológicos e infraestructuras para garantizar el almacenamiento continuo y
seguro del suministro energético no renovable a gran escala.

La posibilidad de acumulación de energía aparece como umbral de un nuevo horizonte tecnológico


asociado a la sustentabilidad que supera la revolución microelectrónica de los setenta, la cual implicó
un ahorro de energía pero sin reducción de los impactos negativos sobre el ambiente.

De esta manera, tanto el control de los reservorios de energía como la disponibilidad y acceso a
tecnología de punta son requisitos fundamentales para el aprovechamiento estratégico de un
potencial paradigma tecno-económico con base en el litio.

Extracción, apropiación e industrialización: la disputa por el litio


Piscinas de evaporación, norte de Chile. Fuente

En la actualidad, los costos de las baterías ion-litio son muy elevados. Por otro lado, se ha producido
un aumento del precio internacional del recurso consecuencia del crecimiento de la demanda y de
las políticas empresariales de quienes controlan la producción y el mercado. En 2015 el precio
internacional era de us$ 6000/tn y alcanzó en 2016 los us$ 20.000/tn.

Quien controle, por un lado, el precio del recurso en bruto y, por otro, el umbral de innovaciones
tecnológicas requerido para la fabricación de baterías de ion litio, de vehículos eléctricos y
acumuladores de energía a valores comercializables -rompiendo el “techo de cristal” del mercado y
desplomar los costos de equipos de generación renovable- tendrá acceso a un mercado planetario
de dimensiones inconmensurables.
Salar de Atacama. Fuente

Aquellos países que dominen la innovación tecnológica necesaria -como en el pasado los Estados
Unidos o Inglaterra en los anteriores paradigmas energéticos- adquirirán ventajas estratégicas que
redundarán en un mejor posicionamiento en el mercado energético mundial y en su gravitación
geopolítica. De aquí la importancia para las potencias centrales y emergentes de lograr el control del
proceso de extracción, apropiación e industrialización del mineral -cuya mayor disponibilidad se
encuentra afuera de sus fronteras - en el marco de aumento de las disputas por la reconfiguración
del orden mundial.

El Triángulo del Litio: su importancia geoestratégica


El triángulo del Litio Fuente

Los recursos totales mundiales de litio se estiman en la actualidad en más de 50.000.000 toneladas y
las reservas mundiales en 15.000.000 toneladas.

Las reservas representan la fracción del recurso medido e indicado que resulta económicamente
extraíble de acuerdo con el escenario productivo y tecnológico vigente.

Si bien se trata de un recurso ubicuo y abundante, el llamado Triángulo del Litio -área andina
conformada principalmente por el salar de Uyuni en Bolivia, el de Atacama en Chile y el Salar de
Hombre Muerto en la Argentina- concentra el 51% de los recursos totales del mineral y casi el 85 %
de las reservas probadas de litio del mundo disponibles en salmuera, es decir, en salares, cuya
extracción es más fácil debido a su escasa profundidad y, por tanto, mucho más rentable.

Las reservas de litio en la región se distribuyen estimativamente del siguiente modo: la Argentina
dispone del 12%; Bolivia, el 50% y Chile el 23%.

El Triángulo del Litio situado en el corazón de América del sur cuenta con la mayor cantidad de
reservas probadas y económicamente rentables del mundo. Los costos de extracción de litio de
salmuera allí son de los más bajos del mundo, entre los U$D 2000/tn y U$D 3000/tn. De aquí su
importancia geoestratégica decisiva.

¿Reprimarización o industrialización?
La disponibilidad de recursos estratégicos en los países periféricos no es “buena o mala” en sí
misma. Si representa una “bendición o una condena” dependerá del control soberano por parte de
los Estados que dispongan dentro de sus respectivos los territorios y de la capacidad política para
concretar un modelo de desarrollo autonómico que implique el agregado de valor, el manejo eficiente
de los impactos ambientales y socio-territoriales y la captación nacional de la renta generada.

La potencialidad del recurso no se encuentra solo en la extracción del Litio sino en la posibilidad de
producir baterías de ion-litio y colocarlas en el mercado. Para lo cual es condición generar
economías de escala acordes que permitan su fabricación. La diferencia de precio entre la materia
prima en carbonato de litio (separación primera del litio en estado bruto) y la batería, es sumamente
significativa. Una tonelada de carbonato de litio cuesta alrededor de U$D 6.000 en tanto que 10 kg
de batería de auto, entre U$D 10.000 y U$D 20.000.

Así, en el marco de la creciente demanda de Litio desde inicios del siglo XXI, por causa de la
industria de vehículos eléctricos liderada por China y el uso creciente de baterías para dispositivos
móviles, el aumento por el interés de los yacimientos suramericanos reabre -una vez más- en
nuestros países el conflicto fundante de América Latina. La alternativa de explotar el recurso
únicamente desde la lógica extractivista como mineral en bruto al servicio de empresas
transnacionales o de avanzar en su procesamiento industrial de carácter soberano y autonómico.

Protestas en la zona de Salinas Grandes y Guayatayoc, febrero de 2019. Fuente

Situación en tres países

El caso de Argentina

En Argentina el entorno científico e industrial es relativamente importante. En la provincia de Jujuy


donde se encuentran los principales salares el litio fue declarado “recurso natural estratégico”. A su
vez se conformó la empresa pública provincial JENSE que percibe el 8,5% producción del litio en la
provincia.

La Argentina está tercera en la carrera mundial de producción de Litio. El 40% del litio del mundo lo
produce Australia (desde la roca), el 33% Chile y le sigue la Argentina con el 16 por ciento. La
producción mundial de litio es de 192.000 toneladas anuales. Hay dos minas en marcha: Sales de
Jujuy, en Olaroz y Fénix (provincia de Jujuy) y en Salar del Hombre Muerto (provincia de
Catamarca). Ambas explotaciones están en manos extranjeras con mínima participación de los
estados provinciales en los que se encuentra el mineral (a raíz de la reforma constitucional de 1994
el estado nacional cede a las provincias la propiedad de los recursos minerales en sus respectivas
jurisdicciones).

Si bien algunos funcionarios han expresado la intención de producir baterías, e incluso se han
firmado convenios con empresas italianas para fabricarlas, la intervención principalmente está
centrada en la exportación del recurso con bajo valor agregado.

Provincia de Jujuy, Argentina Fuente

El caso de Chile

Chile tampoco ha desarrollado proyectos significativos para la industrialización del Litio. Su mayor
interés radica en la exportación de la materia prima en su estado primario (esto es, como carbonato
de litio) buscando controlar el precio y el mercado dado que es el principal exportador del mundo de
carbonato de litio seguidos por Argentina. En la actualidad no dispone de capacidades técnicas ni
tampoco el tamaño reducido de su mercado doméstico ofrece condiciones adecuadas para la
fabricación de baterías. Sin embargo, existen dos iniciativas públicas de producción que impulsan la
gestación de una intensa red académica vinculada a técnicas extractivas. Esta red constituye una
masa crítica necesaria para la profundización del debate público en torno a una potencial nueva
política de industrialización del Litio.

Salar de Atacama, Chile. Fuente

El caso de Bolivia

En Bolivia, el gobierno de Evo Morales había tomado la decisión de aplicar un férreo control sobre el
litio con el propósito de alcanzar la industrialización del recurso mediante la fabricación de baterías,
acumuladores y autos eléctricos. Para ello había establecido numerosos acuerdos con empresas
holandesas, chinas y alemanas que incluyeron la cuestión crucial de transferencia de tecnología.

El objetivo a cumplir apuntaba a superar la ausencia de capacidad técnico-científico local, la falta de


capital suficiente y ausencia de mercado para la comercialización de baterías exorcizando el
fantasma de un “nuevo Potosí”.

Bolivia posee las mayores reservas de litio en salmueras en el mundo en el Salar de Uyuni y, a
diferencia de lo ocurrido en Argentina y Chile donde el recurso se encuentra en manos de
multinacionales que responden a un modelo extractivista, en Bolivia era el Estado Plurinacional el
que controlaba de forma soberana el recurso y lo explotaba de acuerdo a los intereses nacionales.

Para llevar adelante el proceso de industrialización se diseñó la Estrategia Nacional de


Industrialización de los Recursos Evaporíticos mediante la creación de la empresa YLB (Yacimientos
de Litio Bolivianos) que contemplaba tres fases a través de las cuales el Estado boliviano
comenzaría a controlar toda la cadena de valor de producción del litio.
El gobierno de Evo Morales nacionalizó las reservas de Litio de Bolivia y creó empresas mixtas con
Alemania y China tanto para la provisión del mineral y la fabricación de baterías en el propio
territorio, vía transferencia de tecnología, con el fin de promocionar la industrialización del país. En
este contexto se produce en Bolivia el golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales. Resta
esperar si el gobierno recientemente asumido de Luis Arce retoma esta política.

A tal punto resulta crucial la cuestión del Litio desde el punto de vista estratégico, que algunos
analistas han denominado el reciente golpe de estado en Bolivia como “litio-golpe” (Jalife Rhame,
2019). Como una manera de obturar el proceso de industrialización desplegada por el gobierno de
Evo Morales en alianza estratégica con empresas chinas en el marco de la disputa con intereses
norteamericanos en la región.

Salar de Uyuni, Bolivia. Fuente

Litio e integración latinoamericana

La apropiación y valorización social de este mineral estratégico resulta requisito necesario para el
despliegue de un potencial modelo de desarrollo de carácter autonómico a escala regional. De aquí
la importancia del control soberano de los recursos estratégicos que permita doblegar la histórica
primarización y dependencia de las estructuras económicas de nuestros países a través de las
tendencias -cada vez más acuciantes- de privatización de la extracción y la imposición de marcos
normativos en sintonía con la lógica transnacional de reproducción del orden globalista.

Nuestra región cuenta con las condiciones para la implementación de un modelo de desarrollo
soberano que no implique “exportación de la naturaleza” y permita orientar en beneficio de la
mayorías la ganancia diferencial provenientes no solo de la “generosidad natural” sino además de las
potenciales rentas de innovación tecnológica.

Para ello, las prácticas de valorización y apropiaciones de recursos devienen campo crítico de la
acción mancomunada integracionista. Un, cada vez más urgente, “giro territorialista” de la integración
regional que trascienda el horizonte comercialista e institucionalista de los intentos integradores
desarrollados hasta el momento.
Existe la posibilidad histórica de defender nuestras riquezas incidiendo en las dos puntas extremas
de la cadena industrial del Litio. Los eslabones intermedios también son fundamentales.

Salinas Grandes, Argentina. Fuente

La importancia estratégica de la apropiación pública de los salares y su explotación e incluso la


innovación tecnológica regional no resulta suficiente, no obstante, sin el despliegue de capacidades
técnico- industriales y economías de escala que exceden a Argentina, Chile y Bolivia. Resulta
necesario implementar un estrategia que involucre a todo el continente, con pivote en México y Brasil
-dadas sus capacidades industriales y enormes mercados- con el fin de generar opciones que
permitan completar el ciclo desde la extracción hasta la puesta en mercado del Litio dominado por
las economías más dinámicas y su mayor proyección de estrategias de poder de EEUU y China.

¿Debe nuestra región restringirse -una vez más- al papel de mera proveedora de materias primas -
ahora llamadas commodities- para el gran capital transnacional sea anglosajón o chino?

Dicho proyecto autonómico requiere el concurso de decididos impulsos estatales y societales


amplios, capaces de articular al conjunto de actores de la cadena e interviniendo u orientando los
impactos ambientales y socio territoriales, en una vasta estrategia continental que articule los
intereses de los estados nacionales incluidas las comunidades y gobiernos locales directamente
involucrados.

Desde este marco de ideas, cuando se habla de Litio en Suramérica implica no solo mirar el paisaje
altiplánico del triángulo del litio, sino el horizonte continental que requiere el concurso de Argentina,
Chile y Bolivia sumados Brasil y México (con toda su capacidad técnico-industrial y su enorme
mercado) y el resto de los países de la región. El “Triángulo del litio” no encuentra su destino si
permanece únicamente ligado a la extracción en una lógica fundada en los intereses del capital
transnacional que circunscribe su accionar en cada uno de los países -cuando no a los propios
gobiernos provinciales o locales- fragmentando y despotenciando los poderes públicos. Su
apropiación soberana a escala regional constituye en sí mismo un locus para el relanzamiento de los
proyectos de integración latinoamericana en clave autonomista.

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