Está en la página 1de 3

UNA VIDA EN PLENA DEPENDENCIA DE DIOS (apéndice II)

Jer. 31:33 La cultura de lo externo, las figuras, el ceremonial. El tiempo donde Dios hablo
Ez.36:26-27 al oído externo, ha concluido. El nuevo pacto nos introduce a otro tiempo, una
Hb.8:6-13 era donde Dios ya no está más afuera, sino un tiempo en que el Señor habita
en el interior de su pueblo, allí tiene intima comunión con ellos y allí les revela
Sus asuntos a los que le temen. Sal. 25:14.
No en sueños, o experiencias extra sensoriales, sino consiente y expresamente
en el espíritu por su palabra.

2da.Cor. 6:16,18 Habitare y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo

Mt.57:50-51 El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. Indicando asi el ceremonial
llegaba a su fin.
Luc.23:44-45 lo que era en parte llegaba a su fin, ahora se instaura lo real, la consumación,
Mr.15:34-38 lo esperado, cumplimiento de lo prometido. Ob.Jn.1:1-4,14. Hb.1:2-3, Col.1:9

Hb.4:16-17 Ahora podemos acercarnos confiadamente al trono de la gracia, a la misma


presencia de Dios en nuestros corazones y allí disfrutarle íntimamente a un
nivel nunca antes conocido ni permitido.

Stgo.4:1-3 ¿De dónde vienen los pleitos con Dios y con nosotros mismos?

Stgo. 4:5-7 El Espíritu que mora en nosotros nos demanda obedecerle


El resistes a los soberbios y da gracia a los humildes
En espíritu debemos someternos a Dios y resistir al diablo.

Luc.14:26 La negación de la vida propia, requisito indispensable para poder andar


en acuerdo con el Señor.

Jn. 6:38 No hemos sido creados para andar en por nuestros caminos, sino en
los del Señor.

Hb.2:10 La utilidad de las aflicciones en el proceso de perfeccionamiento


Hb.5:8 El resultado del padecimiento en el creyente siempre tendrá un
aspecto pedagógico, el hijo de Dios no sufre como un abandonado , su
sufrimiento obedece a una agenda del cielo para su
perfeccionamiento. Aunque a los ojos expectantes parezca maldición.
Dios nunca desaprovechara la oportunidad que le brindan las
circunstancias para lograr en nosotros su presupuesto.

Hb.12:6-11 Debido a la gran limitante que presupone para el creyente la condición


Ef. 4:13 natural del alma, se hace de carácter obligatorio la obra de la cruz en
el, para llevarlo grado a grado a la estatura del varón perfecto.
Ef.4:17-32 Una vez que la vida de Dios es infundida en el corazón de un hombre
esta contenderá de manera continua en él, para alcanzar los fines de
Dios. La vida de Dios en el hombre no diluye ni muta, es indestructible
he inmutable y nada la detiene. Se demanda al creyente rendirse y
dejarse guiar por ella en el espíritu, esta vida no se conformara a nada
en nosotros que discrepe de Dios y su carácter, esto aún más allá de
nuestra percepción y entendimiento. Obsérvese Ro. 8:7.
Algunas de las exigencias de esta nueva vida que ahora se desarrolla en
el creyente:

 No nos permite vivir como la gente que ignora a Dios. v.17


 Se nos presupone la obligación de negarnos a vivir conforme a
nuestro antiguo corazón, porque está viciado conforme a
Deseos que entran en conflicto con la vida de Dios presente en
nosotros. A la cual debemos apegarnos sin negociación alguna.
 Debemos hablar siempre la verdad con nuestros hermanos
 No debemos permitirnos dar riendas sueltas a nuestra
condición natural al enojarnos. Procurar usar un lenguaje
acorde a nuestra nueva investidura. Nunca permitir la
amargura, enojo, griterías, malicia.
 Debemos procurar ser justos en todos nuestros tratos y
negocios, en cuanto dependa de nosotros nunca defraudar al
hermano.
 Debemos evitar vivir vidas egoístas, pensando solamente en
nuestras necesidades en detrimento de otros.
 Debemos evitar a toda costa situaciones, compañías, que
propicien el terreno donde nos podamos ver envueltos en
circunstancias que provoquen tristeza al Espíritu de Dios que
nos habita.
 Debemos permitirnos ser guiados por Dios, que en el nuevo
pacto habita en su pueblo, y desde allí nos gobierna por su
palabra revelada.
 Es conveniente evitar en nosotros todo aquello entre en
conflicto con la vida de Dios. El Señor hará evidente
internamente estas cosas, produciendo en nosotros aversión a
ellas. Por eso habrán lugares y cosas, que para las pernas sin
Dios serán normales, sin embargo para nosotros estarán
prohibidas.
 Procurar conocer cuál es la voluntad de Dios en todas las cosas
que emprendamos. No debemos movernos ignorando su
voluntad. Como él nos habita en el espíritu, por su palabra y su
Espíritu siempre nos hará consientes de cual sea su voluntad.

Ps. David Cuesta N.

También podría gustarte