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FLUJO DE LA MATERIA Y LA ENERGÍA

Los seres vivos de un ecosistema realizan sus funciones vitales, con la energía que consiguen de los
nutrientes de los alimentos.

La fuente de energía es el SOL, envía a la tierra la energía en forma de luz y calor. Las plantas, algas
y cianobacterias por la fotosíntesis toman la energía luminosa y la convierten en energía química
que se halla en los diferentes compuestos químicos que elaboran y sirven de alimento a todos los
seres vivos, que cuando mueren los descomponedores los transforman en sustancias inorgánicas y
las liberan al suelo o agua que pasan de nuevo a los productores, cerrando el ciclo de la materia y
continuando con el ciclo de la energía.

De toda la energía del solar, solo el 46% llega a la superficie terrestre y el 1% utilizado por los
organismos fotoautótrofos, todos los demás seres vivos dependemos de esta energía para vivir, el
resto de la energía ingresa hasta la superficie en forma de calor.

Los ecosistemas requieren de energía que fluya y haga posible la transformación de la materia.

El flujo de energía en un ecosistema funciona de acuerdo a la primera ley de la termodinámica de


Newton “la energía no se puede crear o destruir”, es el aprovechamiento de los productos
primarios y secundarios por organismos que utilizaron consumidores primarios herbívoros de los
cuales se alimentan los consumidores secundarios o carnívoros.

La ley de la conservación de la materia, enunciada por Antoni Lavoisier, “la materia no se crea ni se
destruye, solo se transforma”

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