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INVASIONES GERMÁNICAS
AREA: CCSS SEGUNDO DE SECUNDARIA PROFESOR: JULIO CASTRO ALVA
Desde mediados del siglo II, el Imperio romano había sido atacado por los pueblos germánicos (vándalos, ostrogodos, francos, visigodos, anglos, sajones,
etc.), originarios del centro y norte de Europa. Estos ataques se intensificaron en el siglo V, cuando los hunos –tribu de origen mongol proveniente de Asia
central– invadieron el territorio de los germanos, quienes en su huida atravesaron las fronteras del imperio Romano de Occidente que cayó en el año 476.
LOS REINOS ROMANO-GERMÁNICOS
Entre los reinos más importantes tenemos:
• El reino franco. Los francos se establecieron en las Galias desde el siglo IV d. C., en los actuales territorios de Francia y Bélgica.
• El reino visigodo. Los visigodos se asentaron inicialmente en el sur de las Galias, pero fueron desplazados por los francos, lo cual los llevó a invadir la
península ibérica en la segunda mitad del siglo VI d. C.
• El reino ostrogodo. En el año 493, los ostrogodos se establecieron en la península itálica y conformaron un poderoso reino. No obstante, en el año 553 d.
C., fueron conquistados por Justiniano, el emperador del Imperio Romano de Oriente.
Otros reinos romano-germánicos de gran importancia estuvieron formados por los vándalos en el norte de África, por los anglos y sajones en las islas
británicas.
LA GERMANIZACIÓN DEL OCCIDENTE EUROPEO (SIGLOS VI – VII)
Los germanos que entraron al territorio del antiguo Imperio romano se mezclaron rápidamente con las poblaciones locales, lo que originó un proceso
llamado germanización, mediante el cual se fusionaron costumbres de las culturas germánica y romana.
El proceso de ruralización
En los últimos años del Imperio romano, se produjo el despoblamiento paulatino de las ciudades por el miedo a los saqueos de los pueblos germanos y a la
inseguridad de los caminos. Este proceso, que recibe el nombre de ruralización, se intensificó por las continuas guerras entre los reinos romano-
germánicos.
Muchos habitantes de las ciudades huyeron al campo, donde podían encontrar alimentos y protección de los grandes propietarios de tierras, algunos de los
cuales vivían en villas amuralladas y contaban con ejércitos privados
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