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Escuela de Sabidurías 2023, en transición (2)

Dr. Gómez… el regreso del j… (16/1/2023)

Información confidencial: El recomienzo de las clases presenciales en el CNEH y unos


compromisos con el Centro Internacional Miranda, nos han reclamado más tiempo del que
suponíamos, así que por ahora nos limitaremos a una sola “clase semanal”, pero esperamos
retomar el ritmo acostumbrado la próxima semana o, ¿será como el cuento del gallo pelón?

Otra información pública y notoria: El próximo jueves 26 de enero, estará el Dr. Gómez, sin
seudónimo, en una charla sobre el libro de Luis Antonio Bigott, “El Educador Neocolonizado”.
El lugar y la hora se las informaremos oportunamente.

En atención a la segunda advertencia, comenzaremos por el número 4 de la lista de posibles


temas para las “clases”: Cómo comprender el bochinche descolonizador venezolano, porque
de la presentación de la Memoria y Cuenta de 2022, del Presidente de la República, Nicolás
Maduro Moros, se desprendió un plan de trabajo nacional con 6 líneas y la número 5 plantea:
“Avanzar en la Independencia Integral y la Descolonización de Venezuela”, que se traduce en:

“Construir la independencia económica, tecnológica y cultural de nuestra Patria bajo criterios


nuevos que rompan con la ideología colonial, teniendo como principal objetivo la Defensa del
Territorio de la Guayana Esequiba”.

De manera que nuestro gobierno insiste en promover e impulsar la descolonización en tres


campos decisivos en la existencia de cualquier país: el económico, el tecnológico y el cultural,
que reconoce integrados en el “torrente de vida” del pueblo venezolano, convertido hoy en
torbellino no sólo por la crisis del Sistema-Mundo, sino por el Bloqueo criminal imperialista.
Nosotros abordaremos el campo cultural que es el corazón del Sistema Educativo.

En clase bancaria-mente-dialógica-mente-bancaria: Derechos humanos y corrupción


administrativa: ese no es el dilema.

Quizá haya escepticismo en algunos sectores del pueblo venezolano que están sufriendo en
carne viva las consecuencias del bloqueo y no logran diferenciar entre los problemas
generados por una mala gestión pública o por errores involuntarios y los que genera el
bloqueo económico (financiero y comercial) impuesto a nuestro país unilateralmente por los
gobiernos de Estados Unidos, en complicidad con sectores de la oposición política venezolana.

Nosotros, desde hace algún tiempo, hemos sostenido que luego del final de la implosión del
“bloque socialista”, en 1992, las luchas anticapitalistas y antiimperialistas encabezadas por las
izquierdas en América Latina (seudónimo eurocéntrico de Abya Yala), se han desviado de sus
objetivos principales al caer en la trampa de los “derechos humanos”, como ideal político
universal, y en la “guerra a muerte contra la corrupción administrativa”, como solución a los
males que aquejan a nuestras sociedades.

Ni los derechos humanos son solución a las desigualdades económicas y sociales generadas
por el sistema capitalista que también creó dichos derechos como un “fuego fatuo”, ni
acabando con la corrupción se solucionarán (ni siquiera se aliviarán) las grandes desigualdades
en la distribución de las riquezas en las sociedades capitalistas, estén en el centro o en la
periferia del Sistema Mundo, porque la corrupción es la savia de dicho sistema.
¿Por qué planteamos estas sentencias tan lapidariamente? ¿No es esto la pérdida total de la
voluntad de lucha contra las injusticias sociales en el capitalismo? ¿El fin de las utopías
redentoras? En primer lugar, porque tanto “derechos humanos” como “corrupción
administrativa” son engendros del mismo sistema. No puede haber capitalismo sin ambos. La
pregunta es si en otro sistema no capitalista, llámese como se llame, deben existir los derechos
humanos y si habrá oportunidades para la corrupción administrativa.

Las luchas anticapitalistas, desde los tiempos de Carlos Marx y otros socialistas, se enfocaban
en acabar con las relaciones de clase y superar la alienación del trabajo, impulsar las luchas
obreras y demás explotados y explotadas hacia la toma del poder violenta -o mediante
reformas- del Estado burgués, para transformarlo en uno que representara los intereses de
todos por igual, lo que se traduciría en su eliminación a corto o mediano plazo.

Es largo el camino de triunfos, derrotas, errores y aciertos que nos trajo hasta aquí, pero lo
cierto es que después de la implosión de la URSS, entre 1973 y 1992, las izquierdas
latinoamericanas, a excepción de las guerrillas colombianas, tomaron el camino de las luchas
políticas por vías electorales y abandonaron la perspectiva radical de clases, la denuncia de la
extracción de la plusvalía mediante la explotación del trabajo, ya no se habló más de la
alienación ni de la ideología y los aparatos ideológicos del Estado. Quedaron para las y los
“marxistas trasnochados”.

Todo ese sólido entramado de conceptos revolucionarios que orientó las luchas de las y los
explotados y marginalizados contra el capitalismo y el Estado burgués, se desvaneció en el aire
de las reformas sociales orientadas hacia dos objetivos burgueses y liberales: el
reconocimiento y el respeto de los derechos humanos (dh) por el Estado y la lucha contra la
corrupción administrativa… y caímos en la “rueda del Hámster”: corre y corre sin llegar a
ninguna parte.

Y aquí estamos hoy: unos, otros y otras reclamando “nuestros” derechos humanos y rabiando
porque el gobierno bolivariano no hace nada –o hace poco- para combatir la corrupción. Así
es, porque los dh indican el nivel de “civilización” alcanzado por un país y la lucha contra la
corrupción administrativa indica el nivel de eficiencia y honestidad en la administración pública
(USA-ONU dixi). Y, mientras, el sistema capitalista se robustece en sus raíces “criminales”,
como demuestra Federico Villalba Frontado.

¿Qué hacer? Volverlo a poner todo al revés, esto es, con los pies sobre la tierra y la cabeza
hacia arriba. ¿Cómo hacerlo? Ah, ven, eso sí que es difícil, porque la hegemonía
estadounidense es tan profunda y extensa que pareciera no tener sustitutos y nosotros
estamos ahí, jugando a policía y ladrón con la corrupción administrativa y exigiendo unos
derechos humanos que inventaron en Estados Unidos para controlar al mundo, porque en su
territorio nunca le han hecho caso.

No crean que lo dejaremos hasta aquí, continuaremos en otra clase. CUIDENSE AUNQUE SEA
UN POQUITO.

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