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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE HONDURAS

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS

DEPARTAMENTO DE DERECHO PRIVADO

CDE206 DERECHO DE SUCESIONES

SECCIÓN: 2000-21:00 PM

I PAC 2022

ASIGNACIÓN N. 2

TEMA: LA IDEA ROMANA DE SUCESION

PARTICIPANTE: ARIEL EDGARDO PINEDA MARTÍNEZ

NÚMERO DE CUENTA: 20131001638

ENERO 2023
LA IDEA ROMANA DE LA SUCESION

Una definición de la sucesión en una idea Romana, podría ser que algunos de los

derechos y deberes de una persona se extinguen a la muerte de ésta: así, la patria potestad y la

manus se extinguen a la muerte del padre y del mando; el usufructo termina a la muerte del

usufructuario, las acciones penales se extinguen a la muerte del deudor. Pero la mayor parte

de los derechos y deberes de una persona sobreviven a su muerte. Las normas que regulan el

destino de estos derechos y deberes que sobreviven a la muerte del titular constituyen el

derecho de sucesión por causa de muerte o, más brevemente, el derecho sucesorio.

Por otro lado Carlos López Núñez empieza su libro de ¨La Idea Romana de Sucesión¨

con el concepto básico de la Sucesión en términos romanos por razones etimológicas

"succedere" (de donde "successio") es sinónimo de "subire", por lo cual no implica

meramente "seguir", sino "entrar": entrar en una posición determinada. Una persona,

Titius, sucede a otra, Caius, cuando la primera entra en la situación jurídica de la otra,

permaneciendo inalterada la situación, la relación misma. Hay que advertirlo bien, porque si

esta situación cambia ya no hay sucesión, como no la hay, por ejemplo, en la novación

subjetiva, en que se adquiere un derecho nuevo, aun sustancialmente idéntico al precedente.

Como decíamos anteriormente, la palabra sucesión, que proviene del latín successio, se usa

precisamente para designar la transmisión que tiene lugar a la muerte de una persona.

Conforme al derecho hereditario romano, la sucesión universal mortis causa se puede definir

como la transmisión a uno o varios herederos, de un patrimonio perteneciente a un difunto.


Longo sugirió en 1901 que para los clásicos romanos la sucesión es tan solo la

universal, doctrina que se abre paso rápidamente al ser defendida con celo y singular eficacia

por Bonfante, De Francisci, Al-bertario, Catalana y Betti. "Ninguna reforma fue más

desgraciada que la de extender el concepto de sucesión a todo traspaso de derechos, y la

correlativa distinción de sucesión a título universal y a título particular", piensa Bonfante.

Se trata, en efecto, de una obra bizantina, dañosa herencia no apoyada en argumentos

con base en las fuentes romanas, ya que incluso la misma lógica demuestra su falsedad

aplastante, pues sólo con artificios y restricciones puede utilizarse el concepto de sucesión

con referencia a la particular. Hay, ello es cierto, un cambio de titulares, pero esto en realidad

no basta, ya que la relación en el "habente causa" es distinta a la del enajenante. Mi

enajenante compró, por ejemplo, el objeto, y yo lo recibí en concepto de pago, de donación o

de permuta. En esta parte son más que claro con sus ideales respecto a la sucesión y que la

herencia es una transmisión universal, porque el heredero no recibe cosas particulares sino la

totalidad del patrimonio o una cuota de éste, por ello, debía responder de las deudas de la

misma manera que respondía su antecesor.

Pero también al no haber testamento, también se utilizaba La sucesión por vía

legítima que tenía lugar cuando no había testamento; cuando, habiéndolo, no fuera válido, o

el heredero testamentario no quisiera o no pudiera aceptar la herencia, como en el caso de que

hubiera muerto antes que el testador. La sucesión legítima quedó consagrada en el Derecho

romano antiguo en la legislación de las XII Tablas; fue corregida más tarde por el pretor y

también por el derecho imperial, para terminar con la reglamentación que de ella hizo

Justiniano.
En el Derecho. Romano antiguo rige la norma de que la "usucapido" se aplicaba

también a la "heriditas", mediante la posesión continuada durante un año (la "heriditas" se

incluye, no obstante comprender inmuebles, entre las "ceterae res") de las cosas hereditarias.

No es necesario, como creía Karlowa, que se posea la "maior pars hereditarias", ni tampoco

los requisitos de la buena fe y la justa causa. Con razón opina Bonfante que es el instituto

más misterioso del pasado romano, ya que todo se vuelve conjeturas cuando tratamos de

explicarla. En primer término, el aserto explicatorio gayano (2,55) no puede

fundamentalmente convencernos: "Veteres vo1uerunt maturius hereditates adiri, ut essent qui

sacra facerent". Tal vez Varrón, de donde al parecer toma Gayo sus noticias, pudiera creerlo.

En otras fuentes, Dentro del Derecho romano, esta figura de la usucapión a título de heredero

se aplicó como un medio para inducir al heredero voluntario a aceptar una herencia y evitar

así una situación de yacencia de la misma.

En esta idea se puede incluir que la herencia yacente podía ser objeto de que cualquier

persona tomara posesión de los bienes, ya fuera de buena o de mala fe, sin cometer 'furtum',

por considerarse que se trataba de una 'heriditas sine domino'. En casos así, bastaba cumplir

un año bajo posesión para que el poseedor adquiriera la herencia con todos los derechos y

obligaciones que hubiera tenido el 'de cuius' o causante. Desde el momento en que el

heredero realizaba la adición hereditaria, la usucapión quedaba interrumpida.

En tiempos del emperador Adriano, se determinó la revocabilidad de la usucapión sobre

bienes hereditarios, por lo que el heredero podía reclamar la devolución respectiva. El

también emperador Marco Aurelio decretó como delito público el saqueo de una herencia

yacente, creándose una 'actio' de carácter especial ('crimen expilatae hereditatis') en favor del

heredero despojado
REFERENCIA

Carlos López Núñez: La Idea Romana de Sucesión

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