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Pontificia universidad Javeriana

Angélica María Chavarría López


Tecnologías escriturales y subjetividad
2022

Fast fashion ¿una alternativa a la crisis del papel, la materialidad del libro o
solamente la punta del iceberg?

Estos múltiples usos del papel con fines artísticos


son reflejo de una sociedad, cuya creatividad estaba
frenada por la pobreza de medios siendo el papel un
valioso aliado dada su gran adaptabilidad a la
imaginación del artesano o artista. (Pág. 208)

En el periódico español “La voz de Galicia”, en su formato online, tuvo importancia


en la sección de economía una noticia titulada de la siguiente manera: “El papel también
sucumbe a la crisis de desabastecimiento mundial”, y como subtítulo se encontró lo siguiente:
“El sector gráfico se enfrenta a subidas de precios de hasta el 35 % en un año”. La noticia fue
publicada el 15 de noviembre del año 2021, y es que según este medio, esta problemática era
ocasionada por la falta de materias primas, situación que no solo afectó la producción del
papel, sino que mucho antes de que se hiciera pública la escasez papelera comenzó a alertar a
los empresarios y la población sobre la falta de insumos primarios en distintos industrias a
nivel mundial como la automovilística, tecnológica, juguetera y la más sonada en Colombia
en su momento escasez de los insumos para la producción de la cerveza, la cual tuvo
muchísima relevancia porque según los expertos esto afectaría notablemente el normal
funcionamiento de las fiestas y las tradiciones familiares de fin año del 20211, todo lo anterior
como consecuencia del covid 19.

Así mismo, según este diario, su preocupación por lo que estaba aconteciendo en
España en el sector de imprenta también se veía venir un retraso en los lanzamientos
previstos, pero que de alguna manera para enero de este año esta escasez de insumos podría

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Respecto a la escasez de suministros como consecuencia de la pandemia del COVID-19 se
encuentran distintas posturas, entre estas algunas que motivan al aprovechamiento de las cadenas
regionales como el caso del banco de desarrollo de América Latina. “Esta crisis presenta la
oportunidad de transformar las cadenas de suministro regionales a través de acciones estratégicas en
cuatro grandes áreas: Resiliencia, vía planes y programas de adaptación y gestión de riesgos;
Regionalización, vía decisiones de regionalización y relocalización de operaciones; Digitalización, vía
inversión en sistemas de análisis avanzado de datos que proveen visibilidad total de la cadena;
Gestión de talento, vía retención y captación de recursos humanos para los desafíos de la industria
4.0”, explica Rafael Farromeque, especialista senior de CAF. Banco de desarrollo de América Latina.
ser controlada. Sin embargo, esta problemática no solo se concentraba allí, era también una
preocupación mundial y local que pudimos encontrar como punto y tema en común de las
distintas clases del sector editorial en Colombia, y que ha llevado a que editoriales
independientes como Calixta Editores retrase la producción del mes de febrero del presente
año , y es que así mismo otras editoriales españolas como Editorial Sevillana afirman que
hace menos de cuatro meses los costos de producción aumentaron hasta un 18%.
Entonces, ¿cuál sería una posible solución a esta problemática? ¿Podemos decir que
nos encontramos a su vez con una necesidad de mejorar los procesos de distribución a nivel
digital? o ¿solamente debemos esperar a que con el pasar del tiempo vuelva a haber un
incremento en las materias primas?

(Img. 01)Tomado de Calixta Editores vía instagram

Pudiésemos pensar que este problema solamente es contemporáneo por la


sobreexplotación de los recursos naturales para la producción de papel, sin embargo, como lo
veremos más adelante en otras épocas también se presentaron carestías y alzas en los precios
que obligaron a que muchos productores e peal tuvieses que cambiar de oficio y encontrar
alternativas para sortear la situación, pero dejar de consumir el papel no pareciera formar
parte de la concepción de quienes consumimos y adquirimos el papel porque no solo se
hablar de una producción editorial sino de un elemento tan básico para nosotros como es el
cuaderno. No obstante, desde el campo de la literatura, y como consumidores de libros en
físico podremos encontrar una preocupación bastante fuerte sobre la situación expuesta
anteriormente, básicamente por esa relación tan estrecha que tenemos con objeto (libro) y su
formato en físico, y seguramente aquellos ejercicios de lectura, de experiencia y de
interpretación que han evolucionado con el paso del tiempo y con su materialidad misma.
Para esto debemos ir un poco más atrás en la historia y recordar porque viene la importancia
del papel y la tinta como tecnologías para la preservación y del desarrollo de la cultura.

La necesidad de la conservación

Podemos continuar haciendo una rápida revisión de lo que ha sido el manejo de


guardar y tratar de perpetuar el conocimiento a través del alfabeto escrito, y recordemos
aquella herramienta muy alejada de lo que actualmente hacemos en los procesos de escritura:
la tablilla de cera. Como su nombre lo indica, este artefacto era una tabla de madera cubierta
de cera que permitía que los alumnos o escribas durante la antigüedad clásica y durante la
edad media pudiesen plasmar, grabar o apuntar sus estudios a través de estiletes, que puede
relacionarse con un punzón contemporáneo, sin embargo, al momento de que esta tabla se
llenaba de texto debía ser puesta al sol para que la cera se derritiera y pudiese volver a
usarse. No obstante, debido a la necesidad de la preservación de los textos, y apuntes, es
claramente posible evidenciar que a su vez durante la Edad Media conviven otras formas de
plasmar estos saberes, y es así como encontramos los textos plasmados en el pergamino y
papiros de origen vegetal y animal y la forma en que la concepción y la transcripción de la
relatos y la escritura se transforma en un ejercicio espiritual, en el que prima la calidad, y que
puede unirse a la manera en que nosotros nos relacionamos actualmente con el libro en
formato impreso.

Lo anterior es la información e historia que hemos guardado de los textos antiguos y


que encontramos en nuestras clases de historia literaria, acompañadas con el recorrido y la
importancia del objeto como una experiencia personal y subjetiva de la cual hablaremos más
adelante. Sin embargo hace unos días pudimos acceder a otra forma de hacer papel, y es por
esto que en la Biblioteca Nacional de Colombia nos encontramos con diferentes libros en los
que sus páginas están hechas de tela. Esta historia la encontramos en las planchas que
conserva la biblioteca sobre la Enciclopedia de Diderot, y en la cual vemos el procedimiento
para hacer el papel. A manera de reflexión resultó era increíble comprender la manera en que
la tela y los desechos textiles podían transformarse en papel para hacer libros, pero esto dejó
de ser una duda y se transformó en realidad cuando pude tocar una hoja a base de este
producto.
(Img. 02. Recuperado de Botanical in Originali. Biblioteca Nacional de Colombia)

La experiencia fue encontrar un papel más grueso y resistente de lo normal, que puede
soportar por bastante tiempo las tintas naturales, o las tintas que se usaron para su impresión.
La rigidez y la conservación de estos era asombrosa, puesto que rápidamente a manera grupal
recordamos que si en la actualidad compramos un libro en un año ya se encontrarán las
marcas que deja el tiempo, el polvo y que le dará una tonalidad café a los bordes de la hoja.
Sentía que me encontraba delante de objetos únicos como lo significaron para mí “La historia
general de los insectos” (1771) y el libro de “Botánica in originali”, y lo impactante es que
no podía comprender cómo en esos espacios textuales se construía la originalidad que la
reproducción en masa del libro y la imprenta, y las normas de escritura planteadas en
OFENSA EN MAYÚSCULA, desde mi perspectiva, también se nos había robado. Y no
hago referencia de que estas normas sean erróneas, sin embargo, es interesante encontrar
como en estos libros no se siente de manera fuerte ese grito que representaría en la actualidad
un correo en letras mayúsculas, sino que ocasiona que al pasar cada página quieras
interactuar con el libro, así no sea en nuestra lengua materna.

Tintas Naturales y “ANGELICA”

Continuando con lo anterior, evidenciamos durante la “lectura de este libro” como en


su entorno las ilustraciones que lo acompañaban se habían transformado, y según lo que nos
comentaban las tintas naturales que constituían la flora allí plasmada, con el pasar del tiempo
habían alterado la obra. No obstante, estas mismas imperfecciones hacían sombra sobre la
ilustración nítida que allí estaba grabada. Probablemente la calidad del papel de tela había
permitido que se conservaran de tan buena forma tanto el texto como las ilustraciones,
incluso aquellas marcas de tinta solamente se encontraban donde estaban las imágenes porque
el texto que las precedía se encontraba en perfecto estado. Así mismo, la calidad del papel
hacía que la textura fuera distinta en la ilustración que en el texto, y que en el espacio en
blanco. No había más que el nombre, la imágen y el borde marcado de lo que pudo haber sido
su plancha, que también se transforma en una parte de ese texto, permitía una lectura rápida
pero significativa de su contenido. Paradójicamente, aquellas letras en mayúscula que
llamaron mi atención fueron aquellas que tenían mi nombre, pero no lo sentía como un grito,
o algo incorrecto como lo plasmaba el texto analizado en clase, tal vez pudo ser la relación
que encontré con el libro, o la manera en que su tipografía estaba diseñada. En esa página de
ese aquel libro era armonioso mi nombre, y no solo eso sino el de todas las plantas que lo
conformaban.

(Img. 03. Recuperado de Botanical in Originali. Biblioteca Nacional de Colombia)

Fue entonces, cuando recordé la escasez de insumos de papel, y a su vez aquella


noticia del desierto de Atacama y de la cantidad desmesurada de los desechos ocasionados
por el fast fashion que en mencionado lugar se encontraban. y aunque no haya llegado aún
una respuesta clara me permitió indagar en distintos temas que acompañaron algunas de las
reflexiones aquí plasmadas.

“Lo barato sale caro”: cementerio de ropa

Es necesario tener en cuenta que las noticias preocupantes después de la pandemia se


encuentran nuevamente enfocadas en la contaminación, y la sobre explotación de las materias
primas que es lo que está aconteciendo con la escasez de papel. Entre estos excesos
encontramos un nuevo método de producción conocido como “fast fashion” que se define
como moda rápida y es un modelo de negocio enfocado en la producción en masa de prendas
“desechables” para ser vendidas a un costo demasiado bajo, lo que hace que estas prendas se
reactualicen durante casi todas las semanas, y ya no haya una compra por temporadas.
Según Codexverde, una asociación que se dedica a la divulgación digital de
información y el análisis para el desarrollo sostenible, Chile es uno de los países
suramericanos que atraviesa por esta grave problemática ocasionada por este modelo
económico. En su página se encuentra explicado la situación de algunas zonas de este país y
que ilustra lo que ocasiona el fast fashion a nivel ambiental:

“Lo que sucede en la zona norte es que hay mucha importación de ropa de
segunda mano, en buen estado y otra no tan buena. Esta última se está dando
de baja de forma inmediata, estamos básicamente importando basura”
Guillermo González, jefe de la Oficina de Economía Circular del Ministerio
del Medio Ambiente.

Al aproximarnos a distintas fuente vía internet pareciera abundar la información sobre


lo preocupante que es esta contaminación, no solo porque la industria textil como tal ya es la
segunda fuente de contaminación más alta a nivel mundial después del petróleo, sino porque
la cantidad de desechos que está generando es insostenible, sobre todo si se presenta como el
caso de Chile o para ser más precisos en el desierto de Atacama, ubicado geográficamente en
la región Antofagasta, al norte del país, limitando con Bolivia y Argentina, y el cual se
caracteriza por ser el segundo lugar más árido del planeta. Con base en lo anterior, en este
punto queda preguntarnos si cabe la posibilidad de mezclar dos problemáticas sociales
actuales y darles una respuesta. Aunque según distintos medios, se pudo evidenciar que ya se
están buscando alternativas para el fast fashion enfocados hacia la moda sostenible, ¿qué se
puede hacer con la cantidad de desechos textiles que a fin de cuentas no van a dejar de existir
por un largo tiempo, sobre todo por la demanda de estas prendas a un bajo costo?.
(Img. 04. Recuperado de Moda tóxica, Martín Benetti)

Muchas instancias han puesto sus ojos sobre está situación, y han lanzado al mercado
nuevas formas económicas basadas en la reutilización de esos desechos para hacer y
comercializar moda sostenible. Sin embargo, desde la revisión que hemos hecho del
encuentro de las planchas sobre la manera en que se hacía papel, la experiencia personal del
papel a partir de tela, y las crisis ambientales que estamos enfrentando, ¿sería viable retomar
la producción de papel a base de tela? y ahora nos dirigimos hacia cómo funcionaban los
molinos de papel y el porqué dejaron de ser una medida sostenible.

Revisión del funcionamiento de los molino papeleros

Según la biblioteca Cervantes, en su historia sobre el funcionamiento de los molinos


papeleros tradicionales, especialmente en Rioja durante los siglos XVI y XVII encontramos
como la materia prima para la elaboración del papel era el trapo, “de lino para el papel fino y
de cáñamo para el de estraza”. Así mismo, durante el proceso los harapos, telas o retazos se
limpiaban y se clasificaban como mencionamos anteriormente por su calidad y luego de esto
se procedía a cortarlos en pedazos que hicieran más fácil el proceso de putrefacción, para ello
se humedecían, y se dejaban en una especie de proceso de fermentación. Luego, sin el
anterior proceso completado, se batían en los morteros del molino, “humedeciendo
constantemente con un chorrito de agua limpia, hasta que se formara una pasta”. Sin
embargo, era importante el siguiente proceso el cual le daba la tonalidad blanca, y consistía
en dejar reposar esta mezcla y se echaba agua y cal viva, muy limpias. Por el anterior motivo,
era que los molinos se encontraban ubicados cerca de fuentes hídricas, en el que se miraba la
abundancia de peces, que según distintas fuentes eran claves para saber que estas aguas eran
aptas para la producción de papel.

“Cuando la pasta estaba convenientemente molida, se la


dejaba descansar en el aljibe; dentro del aljibe se introducían
los moldes del papel, generalmente del tamaño de un pliego,
compuestos por un marco de madera trenzado por una fina
rejilla de alambres a la que se le incorporaba también la
marca del papel. Fuera del aljibe se escurría el agua de la
pasta del papel por entre la red de alambres de los moldes.
Vaciado el molde, el pliego de papel pasaba por bayetas y
prensas hasta que desapareciese la humedad. Ya seco, el
papel se alisaba, se le quitaban los grumos, se recortaban los
márgenes y se desechaban las piezas defectuosas.
Finalmente, se encolaba y se tendía en un secadero, que
generalmente se situaba en el piso más alto y aireado del
edificio. Apilado por resmas, el papel ya estaba listo para ser
usado. En los talleres de los libreros, encuadernadores e
impresores se remataba el perfeccionamiento de los pliegos;
es muy común encontrar en los inventarios de estos artesanos
prensas, cuchillas de raspar, tijeras, cepillos, brochas de
encolar, pequeñas piedras y mazos para batir, reglas,
compases, etc., que completarían la calidad del papel”.
(Biblioteca de Cervantes)

No obstante es importante recalcar que en esta historia también escasean los recursos,
y como lo ilustra la Biblioteca de Cervantes, la materia prima que era la tela, o los trapos
empezaron a tener altas alzas en su precio, lo que hizo que el papel comenzara a aumentar los
costos en su producción, crisis derivada a su vez por países que eran bastante fuertes en este
campo como Italia y Francia. a su vez, acompañado por la disputa del agua que se presentaba
en los agricultores, quienes para mejorar sus cultivos desviaban el cauce de lo ríos, y hacían
que disminuyera la cantidad de agua que llegaba a los molinos. Lo anterior también afectará
al sector papelero de España, y llevará a qué su momento cumbre en la producción del papel
se refleje hasta el siglo XVIII.

En este periodo, un molino papelero no era únicamente un lugar de


trabajo, sino también una gran vivienda. En él habitaban el dueño o
arrendatario y varios trabajadores con sus correspondientes familias.
No había horario fijo de trabajo. Si los pedidos que se recibían
exigían una dedicación plena para poder entregar el papel en una
determinada fecha, se trabajaba día y noche. Era un trabajo duro, con
un gran índice de mortalidad donde había que luchar con una enorme
humedad, mal olor y un ruido ensordecedor. A cambio de tantas
calamidades los operarios cualificados solían cobrar un buen
sueldo.(Pág. 210)
No obstante, en esta revisión y búsqueda de fuentes bibliográficas no encontré
documentos que dejaran claro sí aún se mantenían vivos este tipo de procesos. En algunas
fuentes encontré que las personas que trabajan en estos lugares se enfermaban debido a lo
contaminante que era para las vías respiratorias debido proceso de putrefacción de los trapos,
y los malos olores que estos ocasionaban, acompañado de la humedad que existía en estos
lugares, y por supuesto, debido a estas condiciones se da paso a las invenciones de nuevas
tecnologías y se deja de lado la mano de obra humana.

(Img. 05. Recuperado de Biblioteca Nacional )

Luego de haber ahondado en los distintos puntos, probablemente puede que no haya una
respuesta clara a todos estos acontecimientos que están impactando las distintas producciones
a nivel mundial. En su momento tuve la percepción de que podríamos encontrar un diálogo y
una manera de solucionar ambas problemáticas, pero queda como interrogante cómo
implementar estos desechos textiles a la producción actual de papel sin generar más
contaminación y dando una alternativa, claramente no definitiva, a la escasez actual del
papel. Incluso si se pudiese encontrar medidas más óptimas y de salubridad para generar
nuevas fuentes de trabajo. Así mismo, es importante tener y resaltar la postura de que lo
digital siempre ha sido una buena manera de poder acceder a distintas obras y textos,pero es
importante recordar que lo que concebimos como libro viene de una relación directa con el
objeto,y con esa corporeidad a la cual como lectores, estudiantes, escritores y editores
estamos acostumbrados. El mundo digital también plantea nuevos retos que aún son
desconocidos para nuestro campo de acción, y a su vez, retomando nuevamente nuestra visita
por la Biblioteca Nacional como sería si estos libros que consultamos ya no pudiésemos
tocarlos o tener contacto directo con ellos, sino que solamente fueran vistos a través de la
pantalla, y estoy segura que la conexión, por lo menos en mi caso, no me hubiese llevado a
preguntarme si existía alguna posibilidad de convertir los desechos textiles nuevamente en
papel para el interior de los libros. Claro, es importante recalcar que aún se hace papel a base
de algodón y de enzimas y residuos vegetales, pero, ¿es posible retomar antiguas formas de
explotación y convertirlas en medidas sostenibles?

Bibliografía

● Dra. Mª del Carmen Hidalgo Brinquis. Instituto del Patrimonio Histórico Español. La
fabricación del papel en España e hispanoamérica en el siglo XVIII. Recuperado de:
https://www.ucm.es/data/cont/docs/446-2013-08-22-9%20fabricacion.pdf
● Cabrero Sara. (2021) La voz de Galicia. El papel también sucumbe a la crisis de
desabastecimiento mundial. Recuperado de:
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/economia/2021/11/15/papel-sucumbe-crisis-des
abastecimiento-mundial/0003_202111G15P20991.htm
● Portafolio. (2021) Cómo aprovechar la crisis de las cadenas de suministros en el
mundo. Recuperado de:
https://www.portafolio.co/economia/finanzas/como-aprovechar-la-crisis-de-las-caden
as-de-suministros-en-el-mundo-559521
● Calixta Editores. Recuperado de.
https://www.instagram.com/p/CaS_6Vfl6rD/?utm_medium=copy_link
● Infobae.(2021) Moda tóxica, impactante imágenes muestran un colosal cementerio de
ropa. Recuperado de.
https://www.infobae.com/america/medio-ambiente/2021/11/11/moda-toxica-impactan
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