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El “Otro” Consolador

(Juan 14:16)
¿Cómo debemos entender las Escrituras?
“El lenguaje de la Biblia debe explicarse de acuerdo
con su significado Manifiesto, a no ser que se trate de
un símbolo o figura. Cristo prometió: "Si alguno quisiere
hacer su voluntad [del Padre], conocerá de mi enseñanza,
si es de Dios." (S. Juan 7: 17, Si los hombres quisieran
tan sólo aceptar lo que la Biblia dice, y si no hubiera
falsos maestros para alucinar y confundir las
inteligencias, se realizaría una obra que alegraría a los
ángeles y que traería al rebaño de Cristo a miles y miles
de almas actualmente sumidas en el error.
Deberíamos ejercitar en el estudio de las Santas
Escrituras todas las fuerzas del entendimiento y
procurar comprender, hasta donde es posible a los
mortales, las profundas enseñanzas de Dios; pero no
debemos olvidar que la disposición del estudiante debe
ser dócil y sumisa como la de un niño.
Las dificultades bíblicas no pueden ser resueltas por los
mismos métodos que se emplean cuando se trata de problemas Filosóficos. No
deberíamos ponernos a
estudiar la Biblia con esa confianza en nosotros mismos
con la cual tantos abordan los dominios de la ciencia,
sino en el espíritu de oración y dependencia filial hacia
Dios y con un deseo sincero de conocer su voluntad.
Debemos acercarnos con espíritu humilde y dócil para
obtener conocimiento del gran YO SOY. De lo
contrario vendrán ángeles malos a obscurecer
nuestras mentes y a endurecer nuestros corazones al
punto que la verdad ya no nos impresionará.
Más de una porción de las Sagradas Escrituras que
los eruditos declaran ser un misterio o que estiman de
poca importancia, está llena de consuelo e instrucción
para el que estudió en la escuela de Cristo. Si muchos
teólogos no comprenden mejor la Palabra de Dios, es
por la sencilla razón de que cierran los ojos con
respecto a unas verdades que no desean poner en
práctica. La comprensión de las verdades bíblicas no
depende tanto de la potencia intelectual aplicada a la
investigación como de la sinceridad de propósitos y
del ardiente anhelo de justicia que animan al
estudiante.”
Pregunta:
¿Enseñó Jesús que el Espíritu Santo es uno diferente a
Él cuándo Él prometió enviarnos a “otro”
Consolador?

Lea y siga este estudio con nosotros y entendamos las


palabras en esta conversación que Cristo tuvo con sus
discípulos.
Citemos el versículo en cuestión...
Juan 14:16 “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté
con vosotros para siempre” ¿Qué quiso decir Cristo cuando Él dijo “otro”
Consolador? ¿Estaba hablando de otra persona? Solo Él puede contestar a esta
pregunta: Jesús explica lo que quiso decir versículos después, y en este mismo
capítulo Él revela a ese “otro” Consolador. La palabra consolador viene de la
palabra griega “parákletos” que
es usado 5 veces en el Nuevo Testamento (Jn. 14:16, 26;
15:26; 16:7; 1 Jn. 2:1) Es traducido como “abogado, consolador, e intercesor”.
Recuerde: Consolador = "parákletos" = abogado e
Intercesor Versículo 17 “el Espíritu de verdad, al cual el mundo no
puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque
mora con vosotros, y estará en vosotros.” Vemos que Cristo les explica que el
Consolador (parákletos) moraba con ellos, pero ya no
estaría con ellos, sino en ellos. Deténgase y piense en esta expresión: Cristo les
está diciendo que el Consolador (parákletos) mora (convive) con ellos y estará en
ellos. “con”: Es una preposición que significa “al lado de, en compañía de”. “en”:
Es una preposición que significa “dentro de”.

Vea que no había un desconocido viviendo con ellos, los discípulos ni siquiera
entendían a Dios el Padre, en Jn 14:8 Felipe le dice a Jesús: “muéstranos al Padre y
nos basta”.

Usted piensa que el “otro” Consolador del cual Cristo


esta hablando que vendría en el futuro, no podría ser
Cristo mismo, porque en primer lugar todavía no había
venido, y en segundo lugar era “otro” diferente a Cristo.
Pero el Maestro les dijo que ellos conocían al
Consolador, porque moraba físicamente con ellos, y el
Consolador (parákletos) que moraba con ellos era Jesús,
ellos convivían a diario con el Maestro, lo conocían y lo
amaban. Ahora Jesús les explica como sería la venida del
Consolador (parákletos), y que ya no estaría con ellos,
estaría en ellos, o sea dentro de ellos.
Ahora comparemos la primera parte del versículo de Jn.
14:17 con Jn.1:10,11
Juan 14:17 “el mundo no puede recibir, porque no le
ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis”
Juan 1:10,11 “En el mundo estaba, y el mundo por él fue
hecho; pero el mundo no le conoció.” “A lo suyo vino, y
los suyos no le recibieron.”

Cuando Cristo estaba en forma física en el mundo, el


mundo no lo recibió porque no lo conoció. Ahora que
está en forma espiritual, el mundo no lo puede recibir
porque no lo conoce.
Versículo 18 “No los dejaré huérfanos, vendré a
vosotros”.
La palabra “huérfano” en griego es “orfanós”, significa
“sin padre”. Si por medio del Hijo fuimos creados,
entonces el Hijo de Dios es también nuestro Padre.
Este capítulo es maravilloso, Cristo no deja nada afuera y
en cada palabra dicha nos revela algo.
“No los dejare huérfanos, vendré a vosotros” Vemos en
el vs. 16 que Cristo comenzó hablando en tercera persona
y ahora les habla en primera persona, “no los dejaré [sin
Padre], vendré a vosotros”
¿Por qué entonces el Consolador era “otro”? “...y os dará
otro consolador…”
La palabra que predomina en las mentes de las personas
es “otro”, y así invalidan la explicación que Cristo
mismo da en los versículos siguientes de lo que la
palabra “otro” significa, pero no es el caso de sus
discípulos que sí comprenden las palabras de Cristo.
- Parece extraño que Cristo hablara en tercera persona así
como lo hizo en el camino a Emaús:
“¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y
que entrara en su gloria?” Lucas 24:26
- Y que apareciera en “otra forma”: “Pero después
apareció en otra forma a dos de ellos que iban de
camino, yendo al campo” Marcos 16:12
Cuando Jesús se les apareció a ellos en “otra forma”,
seguía siendo Él mismo y no otro.
Ya lo de arriba es suficiente evidencia pero veremos
algunos ejemplos más.
1-En este ejemplo vamos a ver como Juan habla de sí
mismo como “otro” en Juan 20:2-4,8 dice “Entonces
corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al
que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro
al Señor, y no sabemos dónde le han puesto. Y salieron
Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro.
Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más
aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro.
Entonces entró también el otro discípulo, que había
venido primero al sepulcro; y vio, y creyó.”
2- Pablo habla en tercera persona, como si fuera “otro”
2 Cor. 12:2-6 “Conozco a un hombre en Cristo, que
hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del
cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el
tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o
fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue
arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que
no le es dado al hombre expresar. De tal hombre me
gloriaré; pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en
mis debilidades. Sin embargo, si quisiera gloriarme, no
sería insensato, porque diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí
más de lo que en mí ve, u oye de
mí.”
3-En 1Sam. 10:6 leemos que el profeta Samuel le dice a
Saúl: “Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con
poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro
hombre.”Aquí vemos que Saúl no se convertiría en
“otro” hombre sino que sería el mismo lleno del
Espíritu de Jehová.
Versículo 19 “Todavía un poco, y el mundo no me
verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo,
vosotros también viviréis.” Aquí les dice que por un
tiempo el mundo ya no le vería más, hablando de una
forma física, Cristo se iba al Padre y vendría en las nubes
de los cielos por segunda vez y todo ojo lo verá (Ap.1:7)
“pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros
también viviréis.”
¿Cómo le verían sus discípulos? ¿Cómo se les
manifestaría el Maestro? ¿Cómo se manifiesta a
nosotros? Los discípulos verían al Consolador porque Él
viviría en ellos. Él ya no sería visto físicamente como
cuando Él estaba con ellos en la tierra, se les manifestaría
en forma espiritual.
Aquí Cristo habla a todos sus discípulos y nos promete
que aunque el mundo no lo ve, nosotros le veremos, y
porque Él vive, nosotros viviremos. Cristo es la Vida y si
tenemos a Cristo tenemos la Vida.

Desde el momento que tú aceptas a Cristo en tu corazón


como el Consolador, la Vida está en ti y nadie te la puede
quitar, ni la muerte.
“Todos los que amen a Cristo serán amados por el Padre,
y él se les manifestará. En todas sus emergencias y
perplejidades tendrán el auxilio de Jesucristo. Que
Cristo se les manifestara y que al mismo tiempo fuera
invisible para el mundo, era un misterio para los
discípulos. No podían entender las palabras de Cristo en
su sentido espiritual. Estaban pensando en una
manifestación externa y visible. No podían entender el
hecho de que podían gozar de la presencia de Cristo
mientras éste fuera invisible para el mundo. No podían
entender el significado de una manifestación
espiritual.”
Leamos con detenimiento a Juan 14:20
Versículo 20 “En aquel día vosotros conoceréis que yo
estoy en mi Padre, y vosotros en mi, y yo en vosotros.”
Cristo muestra como es la verdadera unión.
Pregúntese si en la Deidad
hubiera tres... ¿Cómo es que Cristo excluye a un
tercero? y ¿Dónde entraría el tercero de la Deidad en
esta unión?
El vs. dice así:
Cristo -----en----- su Padre
Nosotros-----en----- Cristo
Cristo -----en----- Nosotros

Aquí también claramente se excluye a un tercer


miembro de la Deidad en la hermosa oración a su
Padre donde Cristo ora por sus discípulos (Juan 17:20-
23)
Jn 17: 20 Más no ruego solamente por éstos, sino
también por los que han de creer en mí por la palabra de
ellos, Jn 17: 21 para que todos sean uno; como tú, oh
Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en
nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
Jn 17:22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que
sean uno, así como nosotros somos uno.
Jn 17:23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos
en unidad, para que el mundo conozca que tú me
enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí
me has amado.
La unión en la Deidad es entre el Padre y su Hijo, y lo
dijo en muchas otras oportunidades, Mt. 11:27, Jn. 6:57,
Jn. 8:16, Jn. 10:15, y uno de los más claros Jn. 10:30 “Yo
y el Padre uno somos”, y siempre deja afuera a una
“tercera” persona en la Deidad.
Cristo nos habla hoy y explica la unidad perfecta que
“en aquel día” sus discípulos conocerán. Esta es la
unidad de tres:
El Padre—Cristo—Discípulos.
Versículo 21 “El que tiene mis mandamientos y los
guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será
amado por mi Padre, y yo le amaré y me manifestare a
él”. Si amamos a Cristo, obedeceremos por amor, y sus mandamientos no son
gravosos. ¿Por cuántos seremos
amados? “será amado por mi Padre, y yo le amaré”.
“Y me manifestare a él” ¿quién es este que dice “me
manifestare a él”?
Lo veremos en el siguiente versículo.
¿Entendieron los discípulos que el otro Consolador
sería Cristo mismo?
Vamos a dejar a ellos que respondan:
Versículo 22 “Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor,
¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al
mundo?”.
Si estaban hablando con su Maestro entonces era Jesús el
que se manifestaría a ellos.
Judas preguntó “¿cómo?” y no “¿quién?”. Vemos que
Judas entendió claramente que sería su Maestro el que
vendría a ellos, y no otro. Lo que Judas no entendía era
en qué forma visible vendría a ellos e invisible para el
mundo.
Versículo 23 “Respondió Jesús y le dijo: El que me
ama, mi palabra guardara; y mi Padre le amara, y
vendremos a él, y haremos morada con él”.
¡Cuán importante es demostrar el amor a Cristo
guardando sus mandamientos! Si amamos al Hijo, y
guardamos su Palabra, el Padre nos amará. Si Cristo
mora en nosotros, también el Padre morará en nosotros.
En el versículo 26 dice: “Mas el Consolador, el Espíritu
Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os
recordará todo lo que yo os
he dicho.”
El Padre no es el Consolador = "parákletos" =
abogado e intercesor. El Padre es el que envía al
Consolador en nombre de Cristo. Gal 4:6 “Y por cuanto
sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu
de su Hijo, el cual clama: !Abba, Padre!”
“Todo hijo de Dios leal tratará de conocer la verdad.
Juan declaró la verdad tan claramente como para que un
niño pudiera entenderla. "Si me amáis, guardad mis
mandamientos; y yo rogaré al Padre, y os dará otro
Consolador, para que esté con vosotros para siempre: al
Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir,
porque no le ve, ni le conoce". ¿Escogemos ser
clasificados entre aquellos que no disciernen la
verdad, que están tan cegados por el poder engañoso
del enemigo que sus ojos no ven a Aquel
que es la expresa imagen de la persona del Padre?”
Además de todo lo dicho, preguntémonos...
¿Quién es nuestro único abogado (parákletos) para con el
Padre?
Jesucristo el justo
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis;
y si alguno hubiere
pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo
el justo”. 1Jn. 2:1
¿Quién es nuestro único mediador?
Jesucristo hombre.

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre


Dios y los hombres,
Jesucristo hombre” 1Tim 2:5
¿Quién es el camino, la verdad y la vida?
“Yo soy” dijo Cristo.
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por
mí.” Jn 14:6
¿Quién es nuestro único Señor?
El Señor Jesucristo
“para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre,
del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para
él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas
las cosas, y nosotros por medio de él. 1Co 8:6
“Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el
evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es
Señor de todos.. Hch 10:36
¿Quién es el Espíritu Santo?
El Señor Jesucristo es el Espíritu Santo
“Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu
del Señor, allí hay libertad. 2Co 3:17 Por lo tanto...
Si el Señor es Jesucristo, Y el Señor es el Espíritu.. ¡El
Espíritu Santo es Jesucristo!
“Estorbado por la humanidad Cristo no podía estar en
cada lugar personalmente, por lo tanto para ventaja de
ellos (los discípulos) Él debería abandonarlos para ir a Su
Padre y enviar el Espíritu Santo para ser Su sucesor en la tierra. El Espíritu Santo
es Él mismo desvestido de su
personalidad humana e independiente de ella. Él se
representaría a sí mismo como presente en todos los
sitios por Su Espíritu Santo, como el Omnipresente.”
1Co 15:45 “Así también está escrito: Fue hecho el primer
hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu
vivificante.”
El espíritu vivificante puede transformar el corazón
pecador, en este versículo vemos que Cristo después de
su encarnación puede estar en nosotros en forma
espiritual, con la particularidad especial de poder trabajar
en nosotros. El amor a nuestro prójimo, cada sentimiento
positivo, cada gesto de dulzura y bondad provienen de
Cristo. La blasfemia contra el Espíritu Santo es el
rechazo continuo al trabajo de Cristo en nosotros.
“Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será
perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el
Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere
alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será
perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no
le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero”. Mat
12:31,32 Por nuestra propia justicia no podremos nunca
llegar a Dios, para esto vino Cristo, vivió una vida
humana y venció y ahora nos imparte sus victorias a
todos los que por la fe se lo pidan. “lo que es imposible
para el hombre es posible para Dios”(Luc 18:27). Así que
podemos decir confiadamente “El Señor es mi ayudador.
No temeré lo que me pueda hacer el hombre” Heb 13:6
“Porque nosotros tenemos la mente de Cristo” 1Co 2:16 Entonces “en todas estas
cosas somos más que
vencedores por medio de aquel que nos amó Por lo cual
estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni
principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos
podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús
Señor nuestro” Rom 8:37-39
"Jesús, nuestro Abogado, está intercediendo ante el
Trono de su Padre en nuestro beneficio y también esta
intercediendo con el pecador, diciendo: 'Volveos....por
que moriréis?' [Ez. 33:11].
¿No ha hecho Dios por medio de Cristo todo lo posible
para arrancarnos del engaño satánico?.... ¿No es El un
Salvador resucitado, que vive siempre para hacer
intercesión por nosotros? ¿No está continuamente
haciendo su gran obra de expiación por medio de la
obra del Espíritu Santo en cada corazón?"
Efesios 2:18 "porque por medio de él los unos y los
otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre."
Romanos 8:26, 27, 34 "Y de igual manera el Espíritu nos
ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir
como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la
intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de
Dios intercede por los santos.
¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más
aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que
también intercede por
nosotros."
Isa 51:12, 22 "Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién
eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal,
y del hijo de hombre, que es como heno? Así dijo
Jehová tu Señor, y tu Dios, el cual aboga por su
pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de
aturdimiento, los sedimentos del cáliz de mi ira; nunca
más lo beberás." Su Espíritu nos llama al
arrepentimiento, y si lo dejamos entrar, Él trabajará
purificándonos y santificándonos. Cristo es nuestro Gran
Sumo Sacerdote y Consolador. ¿Quién mejor que Cristo
que ha sido tentado en todo como nosotros, para socorrer
a los que son tentados?
No impidas el trabajo que Cristo quiere hacer en ti o lo
terminaras echando de tu vida. Comienza por
reconocerlo. El Espíritu Santo es Cristo mismo y a través
de Él podemos tener comunión con el Padre. Cristo es la
puerta al Padre, el camino, la verdad y la vida, y fuera de
Cristo no hay quien salve.
Gálatas 4:6-7 "Y por cuanto sois hijos, Dios envió a
vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama:
¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si
hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo."

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