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REFLEXIÓN PERSONAL.

Tema 5: JORNADA IGNACIANA


María Leonor Guizado Acuña

Opción A

1. Ya has visualizado cinco vídeos de Josep Rambla y reflexionado los


temas. Vuelve sobre ellos, describe los aspectos que han resonado
especialmente en ti y los que pueden enriquecer tu estilo de
acompañamiento.
• Entre los diversos consejos que da para ayudar a integrar todas las
dimensiones de la persona en la experiencia espiritual durante los EE
creo que los que más han resonado en mi han sido: el confiar en que
Dios obra tanto dentro como fuera de los momentos de oración
(anotación 15); y, el construir un sentimiento inteligente, equilibrando lo
afectivo y lo intelectual (anotación 2).

• En la oración preparatoria, que se realiza al inicio de cada ejercicio y en


el momento de ponernos en disposición para la oración, está un
resumen del Principio y Fundamento, que actualiza el deseo de orientar
nuestra vida hacia Dios, porque vivimos gracias a su amor y lo que da
sentido a nuestra vida es darnos por amor

• Los tres aspectos que cultivar (gracias) en la primera semana de EE:


✓ La iniciación en la interioridad.
✓ La integración de la persona en relación con ella misma, los
demás y toda la creación.
✓ El ir progresando en el camino de la oración.

• La mistagogía del ejercicio del reino del llamamiento implica una


oblación (un ofrecimiento, EE 98), una disposición aún no absoluta e
incondicional, si no que se está desarrollando y condicionado a lo que
Dios puede determinar dentro de la historia personal de cada ejercitante.
Además, es un ofrecimiento desde la humildad.

• La jornada ignaciana nos recuerda que vivir cristianamente es decidirse


continuamente desde una sensibilidad cada vez más evangélica, pero
que al final todo es gracia.

2. El vídeo de Luís Valdez, SJ, ofrece algunas pistas sobre las “Tres
maneras de humildad”. ¿Cómo puedes presentarlas al ejercitante?

• Gracia a pedir: Tener los mismos sentimientos que tuvo Jesús para
poder elegir lo mismo que él ha elegido; vivir para el Reino de Dios (ese
es mi Principio y Fundamento).

• Meditaciones:
1° Humildad. Amor fundamental y absoluto a Dios Nuestro Señor:
o El mandamiento más importante, en el que se basa toda la ley y
los profetas: amarás al Señor con toda tu alma…
o Y a tu prójimo a como a ti mismo.
o La fidelidad a la Ley del Señor supone NO querer hacer NADA
que quebrante este mandamiento que supone armonía.
o Nada me puede hacer quebrantar este mandamiento.

2° Humildad. Amor considerado y delicado que tiene siempre en mente


aquello que AGRADA a Dios y a los demás. Una invitación a la indiferencia
PERFECTA
o Esta vez nos invita a relacionarnos con libertad frente a los
medios específicos de:
▪ Riqueza, honores y vida.
▪ El amor se manifiesta en la entrega (Dios es Dios porque
se dio y se sigue dando).
▪ La entrega hasta la condición de la cruz que,
paradójicamente, es victoria ante la finitud.
o Saliendo de mi propio “amor, querer e interés”.
o Solo deseando y eligiendo lo que sea mayor alabanza de Dios.
o Hemos pedido, poco a poco, identificarnos con el HIJO y esta vez,
lo logramos.

3° Humildad. Es al que Ignacio llama “perfectísima”.


o Incluye a las otras dos.
o Amor e IDENTIFICACIÓN que produce adhesión a Jesús:
▪ Deseamos tener la misma vida de Jesús.
▪ Estar donde Él está.
▪ Vivir lo mismo que él vivió.
▪ Aunque eso suponga ser tenido por menos sabio y
prudente.

• Coloquio. Triple: con Nuestra Señora, con el Hijo y con el Padre.


o Para que me alcance la gracia de su hijo (libertad, suma pobreza,
humildad. Identificación plena con Jesucristo. Ave María.
o Para que Él me alcance esta gracia del Padre. Alma de Cristo.
o Para que Él me conceda la gracia. Padre Nuestro.

3. Recuerda tu propia experiencia al hacer la meditación de las Dos


Banderas, concreta en dos o tres actitudes las vivencias que dejaron en
ti. Piensa ahora en tu experiencia como acompañante e indica cuales
suelen ser las vivencias de los ejercitantes tras haber hecho la
meditación.
• Sienten una mayor claridad en cuanto a lo que es importante en sus
vidas y lo que no lo es.
• Experimentan un mayor desapego hacia las cosas materiales y un
mayor compromiso con las cosas espirituales.
• Sienten una mayor conexión con Dios y un deseo más profundo de
seguir su voluntad.
• Experimentan una mayor confianza en la toma de decisiones, ya que la
meditación de las dos banderas creen les puede ayudar a discernir lo
que es importante en sus vidas y a tomar decisiones más conscientes y
comprometidas con Dios.

4. Elabora una presentación actualizada del ejercicio de “Dos Banderas”


teniendo en cuenta tu experiencia con los ejercitantes.

“El propio campo de batalla”

Busca y adopta la postura conveniente para relajarte y serenarte por dentro.


Haz un acto de fe y adoración ante Dios presente en ti. Pídele ayuda para
cumplir su voluntad.

Puede ayudarte el texto de Lucas 4, 1-13 (Tentación de Jesús en el desierto).

Imagina tu propia vida como un campo de batalla en el que se enfrentan las


fuerzas del bien y del mal donde luchan los valores evangélicos contra los del
mundo.

Pide a Dios conocimiento profundo de los engaños que se pueden dar en ti y


repasa tus cualidades, inclinaciones, tendencias, ideas, costumbres,
amistades, simpatías, entendimiento, voluntad, afectividad… y pregúntate.

Cómo está tu búsqueda:


• De tener y poseer frente al desprendimiento, generosidad, compartir,
¿ser o tener?
• De ser estimado, admirado frente a la búsqueda del servicio y el pasar
desapercibido.
• Autosuficiencia, orgullo frente a la humildad y aprecio de los otros.

Piensa cómo puedes ir venciendo y superando las actitudes negativas; y, por el


contrario, hacer crecer las actitudes positivas. Dialoga sobre todo ello con
María, con Jesús y con Dios Padre.

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