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Edlflib.rdo
e irn a e a orma en que~~ ha desarrollado ••~l.G.ontroLsocial
en las sociedades modernas~ Segúnargument; á'rit<);~1-;>~~h~:-
e!' .._.
sión s?cial se ha organizado históricamente debido, en parte, a los
cambios que se han presenciado en e! concepto de estado, así co-
mo a l~s qu~ han ocurrido en cuanto al orden político y social.
Melossi analiza e! desarrollo temprano de las teorías del estado
y el derecho en la Europa predemocrática, comparándolas con los
conceptos de control social que prevalecen en los Estados Unidos
del siglo xx.
En la primera parte de su trabajo, comienza por explorar la
obra de Maquiavelo, de Hobbes yde Locke, los escritos de Rousseau
sobre la democracia, el estado ético de Hege!, y e! tratamiento que
le da Marx a la democracia política y económica. A continuación,
Me!ossi dedica su atención a la pugna que se da en Europa en torno
a la democracia, examinando la relación que guarda esta lucha con
la crisis que padece la teoría del estado. El autor pondera los escri-
tos pertinentes de Durkheim, Weber y Gramsci, así como los en-
sayos frecuentemente ignorados de Hans Ke!sen, que es la figura
más prominente de la jurisprudencia europea del presente siglo.
En la segunda parte de su libro, e introduciéndose en el tema
del surgimiento de! control social en la democracia estaduniden-
se, e! autor se centra ahora en los trabajos de la Escue!a de Chi-
cago durante la década de 1920, en los conflictos de! período de!
New Deal, y en la obra de Parsons y de C. Wright Milis.
Como conclusión, y tras incorporar al análisis los debates ac-
tuales en el campo de la teoría social y política, Me!ossi desarrolla
su propia teoría de! control social y el derecho, que hace girar en
torno a las ideas de la comunicación y de! público. Critica las
"teorías del estado" contemporáneas y defiende, en cambio, una
. .' teOd¡Lso.cial.::C<lr.enl~-,de.estado", como la adecuada paralas.so- ·~'".·Ú"
. =-"~í;d;d-;s' democráticas de masas. Conforme a esta perspectiva, tam-
bién aborda la cuestión de la estructuración de una comunidad
política europea verdaderamente democrática.
El presente texto resultará de interés para quienes deseen pro-
fundizar sus conocimientos en los campos de la teoría social y po-
lítica, la jurisprudencia sociológica, el derecho y la sociedad, la
desviación y el control social, y la criminología.
Dario Melossi es profesor asociado de sociología en la Uni-
versidad de California, en Davis.
Dario Melossi
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siglo veintiuno editores, s.a, de c.v.
CERRO DEL AGUA 248. DELEGACiÓN COYOACÁN. 04310 MEXICO. D.F.
INTRODUCCIÓN 12
La parábola del estado, 14; Democracia y control social, 17
PRIMERA PARTE
LA PARÁBOLA DEL ESTADO
CONTROL SOCIAL DEMOCRÁTICO EN EL LABORATORIO En otros trabajos fundamentales de la Escuela de Chicago, como
CHICAGO por ejemplo el análisis del campesinado polaco que efectuaron
William 1. Thomas y Florian Znaniecki (1918-1920), se observaba
Con objeto de desarrolla! una teoría del control social que fuese la misma inspiración. En una importante "nota metodológica" que
compatible con la sociedad democrática, era preciso abandonar la constituía una introducción a su libro (1918-1920, pp. 1-86), Tho-
postura monista que había acompañado los primeros intentos de la mas y Znaniecki señalaban que los sociólogos de Chicago negaban
sociología estadunidense. Esto lo lograron los sociólogos de la Escue- la posibilidad de! control social por medio de la "magia" del dere-
la de Chicago, y especialmente los filósofos pragmatistas con los que cho, o del gobierno, o por "decreto". Haciendo una acerba crítica
tenían vínculos: George Herbert Mead yJohn Dewey (Bulmer, 1984). a las alucinaciones de los legalistas, escribían:
La tesis doctoral que Robert E. Park presentó en alemán y que en
inglés se tituló The crowd and the public (1904), fue típica entre los La forma más antigua y persistente de técnica social es la de "ordenar y
trabajos de transición desde la antigua hasta la nueva conceptualiza- prohibir" -es decir, la de enfrentar una crisis mediante un acto de volun-
tad arbitrario con el que se decreta la desaparición de los fenómenos
ción que tuvo lugar en Chicago. Park trataba un tema que, como
indeseables o la aparición de los deseables, aunado al uso de la acción
hemos visto, se estaba debatiendo acaloradamente en Europa en esa
física para procurar que se cumpla con el decreto. Este método corres-
época: la llamada "psicología de las masas", Massen-psychologie. Las
ponde exactamente a la fase mágica de la técnica natural. En ambos se
imágenes que prevalecían en Europa eran las de la muchedumbre piensa, de manera más o menos consciente, que los medios esenciales
como fuerza oscura, cataclísmica, anidada en las grandes Ciudades y para lograr que se produzca un determinado efecto residen en e! propio
propensa a ser presa de la demagogia. Se la consideraba fácilmente acto de voluntad mediante el cual el efecto es decretado como deseable y
capaz de regresar a formas atávicas (Sighele, 1981), así como de un con respecto al cual la acción es meramente un vehículo o instrumento
comportamiento repentinamente indigno y violento (LeBon, 1982). indispensable; en ambos, el proceso mediante e! cual la causa (el acto de
A Park, en cambio, le fascinaba el proceso de la formación de un voluntad y de acción física) se supone que hará realidad su efecto, perma-
"público", un proceso mediante el cual se pudiera "dar forma" a la nece fuera de! alcance de la investigación; y en ambos, finalmente, en
muchedumbre -corno lo hubiera expresado su antiguo maestro en caso de que e! resultado no se logre, se introduce algún nuevo acto de
Berlín, Georg Simmel. voluntad, con nuevos accesorios materiales, en vez de intentar averiguar
cuáles son las causas perturbadoras, y eliminarlas. Un buen ejemplo de
Park identificaba el problema principal y las esperanzas de la
esto, en el campo social, lo encontramos en el procedimiento legislativo
sociedad moderna como la creación de una esfera de opinión pú-
típico de nuestros días (Thomas y Znaniecki, 1918-1920, p. 3).
blica que pudiera resolver los problemas de la democracia. Pero,
¿cómo podría crearse un discurso común de esa índole? Más tar-
Según Thomas y Znaniecki, e! control "racional", por el contrario,
de, Park y otros de sus colegas de Chicago comprendieron clara-
únicamente se puede basar en e! conocimiento de los diversos
mente que la respuesta a esa pregunta se hallaba en la comunica-
aspectos de los procesos sociales que intervengan en él; conoci-
ción, y que una de las condiciones necesarias para la resolución de miento que aclarará otros posibles cursos de acción. En conse-
los conflictos era la comunicación libre entre los individuos, los
cuencia, será un acto de razón democrático, y no un acto de volun-
grupos sociales, las comunidades étnicas y las organizaciones. En
tad autoritario, el que proporcione la solución a los problemas
consecuencia, resulta fácil entender la forma en que la inmigra-
sociales. Thomas y Znaniecki identificaban la "desorganización
ción y la cuestión de lograr que los inmigrantes se integraran a la
social" como el problema medular de la sociedad moderna, y con-
metrópoli estadunidense, les proporcionó a Park y a sus colegas la
sideraban que esta desorganización era la causante de las dislo-
metáfora central para su trabajo. Los cuatro "procesos sociales"
caciones que caracterizaban a la propia sociedad (Thomas y
-competencia, conflicto, adaptación y asimilación- que figuran de
Znaniecki, 1918-1920, pp. 1127-1132 Y 1302-1306)_ Ponderemos,
modo prominente en la obra Inlroduction lo the science oJ sociology
por ejemplo, las observaciones con las que Thomas y Znaniecki
(1921), de Park y Burgess, emanaban del análisis de la inmigración.
154 EL RECH.'\.ZO ESTADUNIDENSE DEL CONCEPTO DE ESTADO EL RECHAZO ESTADUNIDENSE DEL CONCEPTO DE ESTADO 155
concluyen el asunto-de la""inri\or~1ida(r sexual" de las ')óvenes"- bilidad de que-ocurriera -dri dinl:)jb'én'~~os IflléKfos por parte de
inmigrantes polacas residentes en Chicago: los miembros de la clase trabajadora por convertir sus sueños en
realidades, de tal modo que del enfoque individual se pasara al
Tal vez la muchacha se ajustaría sin repugnancia a [...) una vidajuiciosa, colectivo, con lo cual se re avivaría la flama de una "guerra de cla-
por insulsa que fuese, a no ser por el hecho de que en una ciudad nort-, ses". Durante ese período, la idea de canalizar el conflicto de cla-
americana tiene constantemente ante sus ojos las posibilidades aparentes ses hacia el campo de la democracia era un leitmotiv central entre
de una vida totalmente distinta, llena de emociones, placer, lujo y pavo-
quienes representaban el ala más progresista de las ciencias socia-
neo. Los aparadores, los teatros, la prensa, la vida de la calle con su des-
les en Estados Unidos.
pliegue de riqueza, belleza y modas, constituyen, todos ellos, un contras-
te demasiado notable con la monotonía de las perspectivas que le esperan De no aceptarse ese encauzamiento, la otra opción era, por su-
si sigue siendo una "buena chica". Si se sintiera definitiva e irremediable_ puesto, la coacción, que no resultaba insólita en la época de activi-
mente excluida de este gran mundo, a causa de barreras de clase práctica_ dad de Thomas y Znaniecki. Después de la primera guerra mun-
mente infranqueables, cual es el sentir de una muchacha campesina eu- dial y la traumática Revolución bolchevique, se extendió por todo
ropea, es posible que todo este despliegue de lujo lo viera como un Estados Unidos el "temor rojo". La presión de las organizaciones
espectáculo interesante y que no tuviera el sueño de desempeñar algún laborales y político-revolucionarias, como son la International
papel en él. Pero, incluso aparte de la idea de democracia -que aun cuando Workers of the World (rww) -a cuyos miembros también se cono-
políticamente no significa gran cosa para ella, sí le enseña a pensar que las ce como los "Wobblies"-, presión que había venido incrernen-
únicas diferencias sociales entre la gente son diferencias de riqueza-s, cree que tándose desde principios de siglo, alcanzó su punto culminante en
cuando menos una pequeña parte de esta suntuosidad está en realidad a
la ola de huelgas de 1919 y en episodios particulares como el de la
su alcance, y su imaginación le presenta imágenes de posibilidades ilimi-
huelga general de Seattle (Brecher, 1972, pp. 101-143). El procu-
tadas para seguir avanzando en el futuro. Por supuesto, tarde o tempra-
no se verá obligada a regresar al cauce que le han destinado la sociedad, rador general, Palmer, respondió con sus famosas "redadas rojas",
el estado, las condiciones económicas; será "reformada" y se le hará sen- encarcelando a los organizadores y deportando a inmigrantes; sin
tar cabeza por la fuerza, mas no tomará un rumbo de vida satisfactorio y embargo, cada vez se veía más claro que el orden social no se
positivo en lo moral, sino que se tratará de una aceptación, con mayor o podía mantener únicamente mediante los tribunales y los esquiro-
menor descontento, de las limitaciones prácticas de sus deseos y de las les profesionales de Allan Pinkerton.
reglas más o menos superficiales del decoro. Empero, antes de que sus Debido al optimismo fundamental que fue típico de la era pro-
sueños se desvanezcan trata de hacerlos realidad hasta donde puede. gresista y al concepto plástico de la naturaleza humana afín a aquél,
Tenemos con esto una sola, claro está, de las especificaciones de la in- esto-es, la educación,la socialización y la: integración pasaron a
quietud que caracteriza a Estados Unidos ya las mujeres estadunidenses ser las alternativas naturales a la coacción (Wiebe, 1977, p. 154;
(1918-1920, pp. 1820-1821; las cursivas son mías).
Lasch, 1965, pp. 141-180; Diggins, 1981, pp. 23-25). Los miembros
de la sociedad podían descubrir la forma más racional de resolver
Los intentos por parte de las "muchachas" y los "muchachos" de la
los conflictos mediante la ampliación del campo del discurso. En
clase trabajadora estadunidense por hacer realidad sus "sueños"
el libro de Park titulado The immigrant press and its control (1922),
en la gran ciudad -intentos que en el realismo literario de la época
en The haba (1923) de Nels Anderson, y en algunas partes de la
con frecuencia se planteaban como destinados a tener un trágico
obra Introduction to the science 01 sociology (1921, pp. 425-431) de
final, desde An american tragedy (1925) de Theodore Dreiser, hasta
Park y Burgess, se recalcaba que la manera de tratar con la disen-
Native son (1940) de Richard Wright- reflejaban la "libertad" mo-
sión étnica o política era romper las barreras lingüísticas y crear
ral personal que había originado el carácter revolucionario del
un universo común de discurso. Éste era el terreno apropiado del
gran demócrata, el dinero." Naturalmente, existía también la posi-
control social. El científico social se iba a interesar de manera medu-
4 Vale la pena señalar que en el análisis de Thomas y Znaniecki, así como en las
obras literarias citadas, se pueden encontrar los aspectos sustanciales de la teoría de la anomia, que posteriormente hizo famosa Robert K. Merton (1938).
156 EL RECHAZO ESTADUNIDENSE DEL CONCEPTO DE ESTADO EL RECHAZO ESTADUNIDENSE DEL CONCEPTO DE ESTADO 157
I
fibra fuerte y articulación libre, acepta la agitación de manera más
a limitar mediante un conteo de voces y luego se la va a llevar a cabo, por
segura que en el caso de las estructuras rígidas de Europa?" (1909, la fuerza de ser necesario, entonces el gobierno no es más que un agente.
p. 153). Nadie ha argumentado mejor que Cooley el hecho de que Pero sólo una pequeña parte de la voluntad de la sociedad es de esta
la democracia es "el resultado de condiciones que hacen natural índole. En un sentido más general, dicha voluntad constituye un todo
que la gente esté consciente de las cuestiones del día, y que así lo diversificado, que abarca el pensamiento y el propósito de todas las insti-
exprese" (1909, p. 86). La sociedad democrática únicamente se iba tuciones y asociaciones, formales o informales, que cuenten con alguna
a poder organizar merced a la difusión y propagación de la comu- amplitud de metas e incluso, como he dicho, el de los individuos aislados.
nicación. Conforme al análisis que hacía Cooley, el hecho de que Cierto es que la verdadera voluntad de la humanidad nunca se ha con-
la comunicación tuviera que ser libre y se la hubiera que alentar, centrado, ni es probable que se concentre, en un solo agente, sino que se
manifiesta a través de muchos instrumentos, y la unidad que necesitamos es
antes que someter a censura, se debía a la propia diversidad entre
cosa mucho más intrincada y flexible de la que se podría lograr únicamente a
los individuos, y en especial entre los grupos que conformaban la
través del estado. Al igual que otras fases de la organización, el gobierno es
sociedad.
meramente una forma de hacer las cosas, idóneo por su carácter para
En el capítulo XIII de su obra Social O1ganization, titulado "What realizar algunas de ellas, y no idóneo para efectuar otras (Cooley, 1909,
the masses contribute [tc-the-public.raindj'e.Clso-que apor-tan las pp. 402-403; lascirrsivas s'oñ mías). '-~""""=~''',-;;~'-:--'''''-'-'
~·.~"-O-=-_'._,:.~
masas [a la mente pública]"), Cooley rendía un tributo claro y con-
movedor al papel que desempeñan las masas en la democracia. El "estado" sobre e! que escribía Cooley no era más que un sinóni-
Mientras que Durkheim, en su tratamiento muy similar de la rela- mo impreciso de los órganos constitucionales de! gobierno. "La
ción que existe entre estado, democracia y conciencia colectiva unidad que necesitamos" en la sociedad finalmente había coloca-
(véase e! capítulo 4 anterior), había recalcado la {unción racional do el concepto de estado en el "museo de antigüedades" enge!sia-
de las élites dirigentes, Cooley, en cambio, hacía recaer la atención no, mas no bajo el socialismo, sino bajo la tierra más promisoria
en las cualidades de liderazgo de las masas. Siguiendo e! análisis del capitalismo. Esa unidad la acarreaba e! consenso que se crea
de Jane Addams, Cooley sostenía que las masas de inmigrantes, entre e! público, fuerza infinitamente más poderosa y permanente
"recogidas de todas las tierras", se hallaban en la postura más ideal que la de! monstruo bíblico.
para construir una nueva civilización, puesto que, para ellas, los
"viejos sistemas y tradiciones" habían quedado completamente
destruidos (Cooley, 1909, p. 137) -lo cual constituye una verdade-
ra versión estadunidense de! antiguo llamamiento de Marx y En-
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