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EPISTEMOLOGIA Y METODO DE LA TEOLOGIA DE LA LIBERACION Clodovis Boff Trataremos este tema bajo tres aspectos: el estatuio tedrico de la teologia de la liberacién; las formas de esta teologia; su metodo. |. ESTATUTO TEORICO DE LA TEOLOGIA DE LA LIBERACION 2Cual es la identidad epistemoldgica de la teologia de la libera- ion? En esta cuestion conviene reconocer, por un lado, que el rostro de la teologia de la liberacion no ha adquirido adn fisonomia plena, se encuentra ain en franco y creciznte desarrollo; por otro lado,’ la verdad es que sus contornos, aunque no definitivos todavia (la teologia de la liberacién es ain demasiado joven para ello), estan al menos bastante definidos. ‘Asentemos cuanto antes algunas tesis de fondo con el intento de determinar, en la medida de lo posible, en qué situacion se encuentra el perfil epistemolégico de la teologia de la liberacion. Intentaremos asi resolver ciertas aporias (aparentes) que se en- cuentran en dicha teologia y que son objeto de polemics y a veces de condenaciones. Tendremos ademas en cuenta las dos Instruc- ciones romanas: la Libertatis Nuntius (LN) de 198¢ y la Libertatis Conscientia (LC) de 1986, asi como el importante Mensaje de Juan Pablo II al episcopado del Brasil, de 9 de abril de 1986. Tesis 1: La teologia de la liberacion es una teologia integral, pero que trata toda la positividad de la fe dentro de una perspectiva particular: el pobre y su liberacion Hay que decir que, tanto en la teoria como en la practica, la teologia de la liberacién se presenta como una teologia global: 79 abarca la totalidad de los temas teologicos. Pero no se detiene alli. No se contenta con una vision genérica y abstracta de la fe. A partir de lo general avanza hacia lo particular, es decir, desarrolla €l sentido historico-liberador del evangelio, «Declina» toda la teologia en términos especificos, o sea, liberadores. Partiendo de la Aptica global de la fe desarrolla una Optica particular (Optica privilegiada, pero no exclusiva). Mas atin, agrega a la tematica teologica otros temas, los temas concretos de la opresidn/libera- cién de los pobres, como por ejemplo: la produccién econémica, la gestion compartida del poder, la cuestion de la tierra, de la democracia, del proyecto histarico, ete. Pero, aunque sca general, la teologia de la liberacién no es genérica (o abstracta); y aunque sca particular, esto no quiere decir Que sea sectorial (o parcial). Es materialmente global y formalmen- te particular. PrCual es, en efecto, el objeto de la teologia de la liberaci6 Ja fe o es la historia? Es una cosa y otra: es todo el «depésito de la fe», en la medida en que desarrolla su significado liberadors y es también el mismo proceso de opresidn/liberacion, en la medida en que lo interpreta sa la luz de la fe» Lo que importa es que se ponga siempre en relaciém a la fe con la optesion, y esto de forma dialéctica. Pablo VI hablaba en la Evangelii nuntiands de la «interpelacion reciproca entre el evangs Tio y la vida concreta (n, 29). Sin embargo, es preciso afiadir que en esa dialéctica el polo dominante sélo puede ser la fe positiva, como afirma de modo sistematico la Instruccion LC y como indicé Juan Pablo Il al episcopado del Brasil con estas palabras: «Anteponer la segunda (dimension, 0 sea, la ético-social) a la primera (la soteriolégica) es trastacar y desnaturalizar la verdadera liberacion cristianar (n. 6). ‘La misma Instruccién LC (la positiva), que sigue el camino de arriba hacia abajo, esto es, de la fe a la realidad de la opresién faun cuando la estructura general del documento haya partido de abajo, es decir, del proceso real de la liberacion), reconoce que es legitimo «partir de una experiencia particular», pero interpretan- dola «a la luz de la tradicién y de la experiencia de la propia Iglesia», por tanto, a partir de un punto de vista mas radical y primordial (n. 70). Si esto es asi, ¢8 posible ofrecer dos definiciones de la teologia de la liberacion. Primera: Es la teologia de la liberacion historica a la luz de la liberacion integral. Aqui se subraya cl caracter especifico de la teologia de la liberacion, en cuanto distinta de la steologia clasica». Este caracter especifico, intetno a la teologia, se daria en el nivel mismo de su objeto directo © materia prima: la liberacion historica Segunda definicién: Es la teologia de la liberacién integral, que 80. pone el énfasis en la liberacién historica. Aqui se subraya el Caricter globalize de la teologia dela liberacién, en la medida en que la liberacién integral aparece como el horizonte general toda su teflexion, Me weneal de En su evolucién, la teologia de la liberacién empez6 profundi- zando en Ia tematica que surgia de la liberacién historica (primera definicién), pero iiltimamente se dio cuenta de que su tarea consistia en cubrir todo el mysteriumt salutis, aunque manteniendo siempre el «punto» propio que le es congénito: la liberacion concreta de los oprimidos. Una ilustracién de ello es el hecho importante de que los tedlogos de la liberacién de América latina estin elaborando toda una coleccién de mas de 50 volimenes que abarcan todo el rea de la tematica teoldgica (teologia integral), pero conservando la perspectiva de la liberacion histérica del Continente latinoamericano (teologia especifica). Se trata de la coleccién «Teologia y Liberacién~ que est slendo publicada en varias lenguas. En este sentido, «tcologia de la liberacién» puede considerarse incluso como una designacién provisional, pero la tarea tedrica que indica es algo que pasa a pertenecer a la vocacién de toda teologia, como diremos mas adelante. Tesis 2: La éptica primera y fundamental de la teologia de la liberacion, como la de cualquier otra teologia, es la fe positiva; su dptica segunda y particular, como una teologia entre las demas, es la experiencia del oprimido Esto significa que el horizonte ‘mayor de Ia teologia de la liberacion sera siempre el plano de la salvacién, pero su horizonte segundo es realmente el proceso historico de liberacién de los pobres. En otras palabras, en la raiz ultima de la teologia de la liberacién esta, temitica’ u operativamente, la fe objetiva (0 postva, esto, la palabra de Dios ola revelacia. Esto es lo que la convierte en «teologia». Pero eso no es todo; a continuacion, estructural y dialécticamente ligada a la éptica de la fe objetiva, viene la éptica del oprimido, 0 sea, la fe subjetiva. Esto es lo que la convierte precisamente cn teologia «de la liberacion» Este mismo problema puede plantearse en términos de «punto de partiday de la teologia de la liberacién. :Sera la fe 0 Ja praxis? @Dios o el pobre? ‘Aqui es preciso situar correctamente la cuestidn, ¢Cusl es ese punto de vista? Si fuera la experiencia pre-teologica la que marca la génesis de la teologia de la liberacién en términos de «experien- cia espiritual del pobre, entonces hemos de decir que cl punto de partida es efectivamente la fe viva o, en otras palabras, la praxis de 81 fe, en cuanto «experiencia sintética». Aqui entran de hecho Mementos no sélo de fe positiva (vision, interpretacion, ete,), sino tambien de praxis (compasidn, solidaridad, etc.). De ahi es de donde surge estructuralmente la teologia de la liberacion. Y es de Shi de donde viene su «modo propio» de teologizar, como Si pasamos ahora a la esfera propiamente teoldgica, podemos decir que el punto de partida se situa de manera distinta. Se trata Gertamente tanto de la fe como de la praxis, pero cada una en st jugar: Ia fe como punto de partida formal, o sea, a titulo de principio hermenéutico determinante» (LN X, 2), y la praxis iBino punto de partida/material, esto es, como materia prima. ‘Agu ro hay contradiccion, sino solo articulacién de instancias datincas en relacion reciproca y debidamente jerarquizadas. Como Se ve, solo la logica dialéctica permite abordar correctamente estas Shestlones, que parecen aporéticas en una primera aproximacion. Monat et Focabulario de la teologia. de la Wiberacion no siempre esté «a punto» en esta ocasiOn, su practica teoldgica efecva opera normalmente de forma correcta: «a partir de los pobres partiendo de Cristo». Pues siempre que se dice «partir de Tos pobres»_o también «partir de la realidad», se parte efectiva mente de mas lejos, 0 sea, de la fe. Tan solo metodologicamente es Como se parte del «ver» o de la «realidad», cuando de hecho Ia fe sti siempre alli, como cl alfa y la omega de todo el proceso. Y esto es mas evidente todavia en la reflexion teologico-liberadora fecha por el pucblo, al mismo tiempo oprimido y religioso. ‘Tesis 3: La teologia de la liberacion representa una «nueva etapa» ten la larga evolucion de la reflexién teologica y constituye hoy una teologia historicamente necesaria Es lo que afirmé Juan Pablo II en su Mensaje al episcopado brasileso de 1986 (n. 5). Asi la teologia de la liberacién esta lejos deser una teologia «de moda», una teologia puramente «coyuntu- tale, Es mas bien una teologia epocal, como ¢s epocal Ia cuestion dee la liberacidn de los oprimidos. Los problemas que trata son realmente estructurales e historicos. Pero la teologia de a liberacién es algo mas; en la medida en que la teologia de la liberacién descubrio el «continente historia” Giempre a partir del marginado), vino pata quedarse. Ex adelante, toda tealogia tendra que confrontar siempre la fe (y su fuerza de Hiberacion) y la historia (y sus contradicciones). Si no lo hiciera, cacria bajo la sospecha de reologia «alienada», expuesta a toda Clase de manipulaciones en la linea de la «teligion-opio». Cada vez Se entiende menos una teologia que cierre los ojos a la historia real 82 de los oprimidos. Esto vale incluso para una sociedad en la que se hubiera eliminado la miseria; también alli tendria vigencia La teologia de la liberacién en la medida en que siga preguntando: iquignes son aqui los ultimos, las victimas? En este sentido, la fSologia de la liberacion constituye una dimension intrinseca, permanente desde ahora, de toda teologia presente y futura ‘Aunque la teologia de la libeiacion no sca una teologia exclusiva, en cuanto que se define estrictamente como la que Glabora la funcion social de la fe a partir del pobre, no es sin Embargo una teologia mds entre otras, Fs una teologia que, a partir de su. proyecto fundamental, interpela a todo teologo, precisamente porque toca una cutestion que tiene relacion con fodas las demas: la cuestion historica de la cmancipacién social de os oprimidos de hoy. Con sus documentos oficiales sobre la reologia de la liberacion, dirigidos a toda la Iglesia, Roma ha Contribuido decisivamente a transformar esta teologia en teologia tuniversal, es decir, «catdlica». Este hecho no ha pasado desapercibido a los ojos de los tedlogos mas atentos de la actualidad: Raramente se ha dado el caso de una oficalizacion de determinadas teologias... Desde hace pocos afos [la teologia de la liberacion] ha sido hhecha suya por la Iglesia universal... Ni siquiera ocurtio eso con el tomismo cen un tiempo tan breve? Hoy en América latina. esta sucediendo una cosa muy importante para toda la Iglesia. El hecho nueva de este momento es que en América latina taté susgiendo una nueva conciencia cristiana del verdadero cristianismo, ‘Sel mundo de la fracernidad y de lajusicia. Esto, a mi entender, es tn giro importantsimo, que repercutiri —y Ya estd repercutiendo— en Europa. La Contribucion mis importante que ha ofrecide la teologia dela liberacion ha Silow susctat en la fe cristina la responsabilidad ce un compromiso «ristiano por la justicia® Vinculando la teologia de la liberacién a la opcién por los pobres, dijo por su parte H. Urs von Balthasar: Alli er América latina] esta surgiendo algo absolutamente central para el cristianismo: la opeién por los pobres. Esto se ha convertido en algo ‘rrenunciable’ Sin duda, no es esta o aquella teologia de la liberacin la que es por si misma universal, sino su proyecto esencial. 2n este sentido, In teologia de la liberacién, mas que un movimiento teolégico 1. Sartori em Rego ata (15..1986)p. 283 2 J, Aloo (S108 pp 8255. 3.30 Gio junio 1988) p78, 83 especifico, es la teologia toda en movimiento. Lo que hoy se conoce como «teologia de la liberacién» es una provocacién para ello. De ahi la respuesta del famoso tedlogo Edward Schillebeeckx. a la pregunta: «¢Qué tedlogos de valor ve a su alrededor?: Los macstros de los teslogos de occidente, eutopeos © americanos, son ahora los teologos de [a beracion. Aprendemos mucho de ellos. Nosotros somos demasiado academicos y los teblogos de la iberacion nos obligan a pensar partiendo de la vida de la comunidad eristiana Por eso mismo, todo tedlogo tiene que hacer de su teologfa una «teologia de la liberacién». Pero en teologia no s6lo hay que cocuparse de la liberacién historica. Hay que desarrollar también {incluso en favor de los oprimidos, que son y siguen siendo personas humanas) la dimension personal (pre-politica) y escatol gica (post-politica) de la vida de fe. Ain asi, puede decirse que en el proceso global (no necesariamente individual) de la produccion teolégica, la cuestion del oprimido tendra que constituir hoy la Optica dominante (es decir, no la dptica exclusiva, pero tampoco una mas entre las otras). Juan Pablo II dijo que la teologia de la liberacién era «necesa- ria» para la Iglesia. Y esto en varias ocasiones’. En este mismo sentido van las dos Instrucciones romana No es posible olvidar por un solo instante las situaciones de deamética tmiseria de donde brata la interpelacion lanszada a los cedlogos (LN 1). Una tealogia de la libertad y de ls liberacion... constituye una exigencia de rnucstro tiempo (LC 98), Se trata, por tanto, de una teologia imperativa y no sélo facultativa, que se deje al gusto de cada cual. No se puede invocar aqui el «pluralismo teologico». Si hay pluralismo, sera en el interior de la misma teologia de la liberacion: teologia de la liberacién latinoamericana, euro-teologia de la liberacién, teologia de la liberacién en el bloque socialista, africana, asiatica, de los negros, de las mujeres, de los indios, etcétera ‘A partic de ahi, ;se puede conecbir hoy una teologia que se cocupe de las grandes verdades de la fe, sin desdoblar tematicamen- te su contenido social y politico? Hablando en abstracto, es posible. Y la razén es que la grandeza de la fe no se agota en la dimensién social y politica. La fe tiene y conserva un significado altamente humano independien- temente de su repercusion politica directa, Incluso cuando se 41 Regn atta (15.10.1980 p47. 5. Cel Euhoractom foe reprewentints de la CNBB cl 13 de marzo de 1986, n. 65 Al epicopada bnaionn, 9 de abi de 1986, 0S. 84 teologiza a partir y en favor de los pobres, hay que tratar siempre de todas las dimensiones de la fe: personal, social y escatologica El cristianismo no es solo transformacién social, sino tambien conversion individual y resurreccion de los muertos. Por eso, las cuestiones metafisicas o trascendentes no pueden quedar reprimi das en favor (0 so pretexto) de las cuestiones fisicas o inmanentes, incluso porque los pobres no son solamente pobres, sino hombres y mujeres lamados a la comanién eterna con Dios. No obstante, esta reflexion teoldgica ha de permanecer abierta a una posible ampliacién tematica y practica en términos de liberacion historiea, Tiene que permanecer muy atenta a la cuestién de la justicia social, pues de lo contrario podria ser manipulada como arma en favor de la alienacién y de la injusticia. Es preciso recordar, ademas, que, si la gran cuestion de nuestra epoca es la liberacién histérica de los oprimios, ésta debe ser también la éptica dominante o privilegiada en la reflexion teologi- ca global de nuestros dias. Hablamos aqui en términos epocales 0 Kariologicos, y no en términos abstractos y a-historicos. Tesis 4: La teologéa de la liberacién articula globalmente la cliberacién ético-politica», que tiene la primacia de la urgencia (y tambien por eso la primacia metodolégica y, a veces, pastoral), con la «liberacion soterioldgicas, que mantiene sin discusiones la primacia de valor Evidentemente, la primacia de valor (0 axiolégica’ le corresponde a la evangelizacién y a la dimension «soteriologica» de la libera- cién. Sin embargo, el primado de la urgencia histérica no siempre coincide con la primacia de valor. Para un pueblo hambriento lo primum sera el pan, como hizo Jestis al ver a la muchedumbre hambrienta (Me 6,” 30-44). Pablo dice igualmente: «No es lo espiritual lo que va primero, sino lo animal; lo espiritual viene después» (1 Cor 15, 46). ‘Como muestra la practica del trabajo popular, esos dos niveles u érdenes pueden combinarse muy bien, sin problemas especiales. La confusién proviene del hecho de que frectientemente se confun- de lo «primero» en el orden de la jerarquia de valores con lo «primero» en el orden del tiempo; o tambien, se deja de distinguir lo «primero» en el orden de la intencién de lo . La sgravedad semantica» de sliberacién» es distinta en cada uno de estos dos discursos. Pero no son contrarios. En efecto, las dos Opticas no se oponen mutuamente, sino que se completan: la una se abre a la otra. Pues bien, entrar por la puerta de la liberacién material € histotica 6 por la muerte dela iberacion espirtual y eterna, es una cuestién de conveniencia puramente metodoldgica y pastoral, y no de verdad teolégica. Por ejemplo, en Europa la fe no esta ni mu cho menos garantizada, mientras que en América latina es el pan To que no lo esta; de ahi los énfasis distintos, sin ser contra- dictorios, ¢Cuil ha sido la influencia de la teologia latinoamericana en la toma de posicion de Roma y, por medio de ella, sobre la Iglesia universal? El principal mérito historico de la teologia latinoamericana ha sido el de haber introducido dentro de la Iglesia cl grito de las masas pobres, y esto a partir de la dptica propia de las mismas y en una perspectiva, no ya iusnaturalista (la de los meros derechos humanos), sino biblico-teoldgica. De hecho, lo que esta realmente en cuestin en el debate sobre la teologia de la liberacién no es Dios, Cristo 0 la Iglesia, sino concretamente los oprimidos. Y es a partir de ellos como se situa de nuevo a Dios, a Cristo y a la Iglesia, incluso en los documentos romanos. Si esto es asi, zpor qué se habla de «teologia de la liberacion», y no, mas en concreto, de «teologia de lo politico», de «teologia critico-social» o incluso de «teologia de la praxis historica»? Es por razones de evocacién mas que de indicacién; de 86 connotacion, mas que de denotacién. De hecho, «liberacién» es tuna idea que atrae y no un concepto que designa Asi pues, las razones son mas bien précticas que tedricas «Liberacién» tiene la virtud de ser una idea que «habla» al hombre moderno, incluso y particularmente al pobre. En realidad, «libera- cion» es el nombre del «espiritu del tiempo» que nos toca vivir, como alirmaban las dos instrucciones romanas (LN I, 1; LC 1, 5, 17 y 61). Es una idea abierta a miiltiples dimensiones, «Liberacion» es una palabra de riquisimas resonancias biblicas (LN Ill, 4) Io cual le da un titulo de plena ciudadania en la Iglesia y en la teologia. Ademas, es una palabra «concreta», mientras que historia», «politica», «sociedad» son palabras abstractas y poco movilizadoras. Asi pues, el nombre de «teologia de la liberacién» es mas recomendable como «signo distintivo» y como «lema» que como designacién definida de un tema determinado. Tesis 5: Frente a las otras teologias, presentes y pasadas, la teologia de la liberacion no tiene una relacién de oposi- cion ni de sustitucion, sino de complementariedad criti ca. De todos modos, su novedad radical frente a ellas es el encuentro con el pobre como sujeto histérico En primer lugar, la teologia de la liberacién no se sitiia como contraria a las grandes teologias del pasado, como la patristica 0 la escolastica. Al contrario, se la puede ‘considerar como sw sucesora 0 heredera. Hemos visto que el papa, en su. Mensaje al episcopado brasilefio, dice claramente que la teologia de la liberacion «tiene que constituir una nueva etapa —en estrecha conexidn con las anteriores— de la reflexion teologica hecha a lo largo de la historia (n. 5). Mas adelante insiste en este punto diciendo que «aquella correcta y necesaria teologia de la libera- cidn» tiene que «desarrollarse... de modo homogéneo y no hetero- sgéneo respecto a la teologia de todos los tiempos» La relacion de la teologia de la liberacién con las grandes tcologias del pasado es, por tanto, de complementariedad critica La tcologia de la liberacién recoge en el nivel de la liberacion de los pobres las grandes intuiciones de la teologia del pasado; asi factualiza esas teologias aplicéndolas a la problematica de los oprimidos. La relacion de la teologia de la liberacién actual con esas teologias es la relacién que tienen los frutos con la semilla: se trata de un desarrollo arménico, como el que se da en a historia de los dogmas. 6 Alepiscopado bnasiteo, nS fne, el subrayado es del papa 87 Desde el punto de vista de la perspectiva de la fe (pertinencia) y de los contenidos doctrinales, la teologia de la liberacion solo puede ser homogenea con las grandes teologias antiguas. Pero aqui existe una heterogencidad innegable en el nivel de los temas, del Tenguaje, en el planteamiento de los problemas (problematic) y tambien en cuanta a la metodologia concteta (mediaciones culturales, ete.) Habria que preguntar, por ejemplo, si las teologias de san Agustin, de santo Tomas de Aquino o de Karl Rahner no podrian set consideradas como formas de teologia de la liberacion ya que —segiin los documentos romanos— tratarian particularmente de la «liberacién soteriologica». Pero no conviene hablar en este caso de stcologias de la liberacion soteriolgica», pues se ampliaria demasiado y de forma abusiva la acepcion del término «liberacién», privando a la tcologia de la liberacién de todo sus intereses y de su cardeter especifico Existe ciertamente el peligro real de caer en generalidades, pero no es en ese sentido por donde va la semantica teologico-liberado- ra dominante, tal como se da en el Tercer Mundo. Es preciso ademas procurar que la liberacién como concepto- base de la teologia no lleve a eliminar la cuestion ineludible y dramatica de la liberacién material de los pobres. Usar el mismo término para hablar tanto de la liberacién de la miseria como de la Tiberacion del pecado parece ayudar a articular los diferentes niveles de una tinica «liberacién integral». Sin embargo, este Tenguaje tiende a absorber la liberacién material en la liberacion espiritual (contra la prescripcién del papa a los obispos brasilefios, 6 b), asi como a eliminar las discontinuidades que existen entre Ta una’y la otra (no se pasa directamente del pan a la fe, ni viceversa) En este sentido, la misma nocién de «liberacién integral», de uso corriente en la teologa de la liberacion latinoamericana, ha dado origen a esas soluciones de facilidad, que aunque poseen innegables ventajas practicas, demuestran tener un reducido al ce teorico. Pero, :donde se situaria la novedad de Ia actual teologia de la liberacidn respecto a las teologias existentes que reflexionan sobre la dimension social y politica de la fe, como la «teologia poli- tica», la «teologia de la esperanza», etc.? No serén todas cllas indistintamente «teologias de la liberacion», leven 0 no ese nombre? ‘Hemos de responder lo siguiente: 1. La teologia de la liberacién actual, como se hace por ejemplo en América latina, se construye a partir del oprimido y no de temas abstractos 0 ideas generales, como «justicia», «politica», 88 «praxis» 0 hasta «liberacién. La teologia de la liberacion concreta supone una relacién practica con la practica y no una telacion meramente teédrica (tematica). Implica un contacto vivo con la lucha de los pobres. El »tedlogo de Ia liberacion, tal como hoy existe, es una persona metida concretamente en la causa de los oprimidos. Por eso se dice que la teologia de la liberacion nacio y Sigue haciendo de la com-pasion con los que su:ten y del com- promiso con su marcha liberadora. 2. A partir de la praxis concreta al lado de los oprimidos, la teologia de la liberacion aparece como un «nuevo modo de hacer teologia». Mas que ser un método especifico, es ua nuevo espiritu teoldgico, es un nuevo estilo de teologizar. Este estilo se expresa en tun lenguaje concreto y no abstracto, leno de pathos y no frio y seco, profético y no doctrinario. 3." La teologia de la liberacidn realmente existente es una teologia dirigida a la praxis y a la praxis de transformacin social. En este sentido es critica y utopica al mismo tiempo. Por eso mismo, la actual teologia de la liberacion sufte la oposicién de todos los que desean mantener el statu quo, Se la critica mas por razones politicas que propiamente teol6gicas (aunque estas tambien existan y sean legitimas). {Pero presupone siempre la teologia de la liberacién una teologia de base © previa, tal como se expresa por ejemplo en la steologia clasica»? No necesariamente. Lo que presupone una teologia de la liberacion concreta, sobre todo con fines pastorales, es la fe. Realmente se trata siempre en ella de sacar las consecuencias sociales de tal o cual verdad salvifica o de reflexionar sobre tal © cual problema concreto (el hambre, la organizacion popular, etc.) a la Juz de la fe. Es imposible hacer una teologia de la liberacion sin partir de la positividad de la fe o de su «depositor, esté o no teologizado. Por otra parte, una ceologia de la liberacién que no confiera a su base de fe una calidad teologica mas consistente corre el peligro de «perder gas» y de apagarse. Por eso mismo, en el nivel de la elaboracion organica y sistemitica de la teologia de la liberacién, si que importa profundizar teologicamente en los propios funda- mentos de la fe. Mas que hablar de «teologia 1» ique discutiria el wsentido-en-siv de los misterios de la fe, como por ejemplo la resurreccion o la divinidad de Jestis) y de «teologia 2» (que desarrollaria las incidencias coneretas del mistetio en cuestion en el campo social ¢ historico), seria mejor hablat de «momento I> y “momento 2» del mismo y sinico proceso teoldgico. Hay que advertir que el orden de los momentos en este easy se refiere a la estructura del acto teologico y no al proceso (temporal) de su 89 método (que generalmente comienza con el «ver»). Entre los dos se da un movimiento dialéctico inequivoco. La verdad es que la teologia de la liberacin tiende a elaborar todo el «deposito de la fer a partir de su sensibilidad especifica, la que le viene de la «experiencia de Dios en el pobre». Asi es como sp va haciendo una teologia integral. Busca de hecho tematizar incluso el «momento 1» del proceso teoldgico global, ef momento {que se refiere al aspecto fundamental y trascendente de la fe: las verdades sobre Cristo, el Espiritu, la gracia, ete. En este sentido, el método de la teologia de la liberacién incorpora el método de la «teologia clisica», pero no sin «refun- dirlor profundamente a partir de su Sptica teologica especifica: la del oprimido. Por ejemplo, una «cristologia a partir de América latina» utiliza todos los instrumentos metodolégicos de cualquier cristologia clasica (exégesis critica, hermenéutica de los dogmas, reflexion sistematica, etc.), pero segiin su propio «estilo» ‘A estas alturas es preciso decir con claridad que la novedad de la teologia. de la liberacign. es verdaderametne «radical»: se encuentra en la raiz misma del acto teologico. Esta raiz tiene algo de pre-teoldgico: es el encuentro con el pobre, con , es decir, la Iglesia que es educada y de ningin modo Iglesia educanda y educadora? 3. Una teologia oral, simbélica y pastoral La teologia popular es sobre todo una teologia oral. Es una teologia hablada. Lo escrito obra ahi como funcion de didlogo de Ia fe (guia) 0 como residuo, es decir, como resumen de lo que se ha discutido y que se quiere guardar. Pero la teologia de la liberacion popular es mas que oral: es una teologia «sacramental»; se realiza por medio de gestos y de simbolos. Por ejemplo, «cl pueblo de base» esté acostumbrado a representar al capitalismo bajo la forma de un arbol con sus frutos podridos y sus raices venenosas. Hace dramatizaciones de escenas evangélicas en una forma actua- lizada. Por ejemplo, un grupo de evangelio representé la situacién de las prostitutas hoy mostrando una pancarta en la que se lei «Ultimas en la sociedad - primeras en el reino». © aquel otro grupo guic, en un curso sobre el Apocalipsis, prepat6 la oracién de Ia mafana dibujando en el encerado un dragon de siete cabezas frente a un corderito herido y de pie. Invito emtonces a poner nombres en las siete cabezas, Se levantaron hombres y mujeres y escribieron como pudieron: multinacionales, ley de seguridad nacional, deuda externa, dictadura militar, inclayendo nombres de ministros considerados antipopulares. Y ‘debajo cel cordero, al- guien escribié: «Jesucristo liberador». Una sefiora se levanté y afiadié: «El pobre de los pobres». Ahi rige todo un pensamiento religioso, se hace presente toda una teologia. Es claro que ella no se autodenomina asi. Ni lo necesita. Se trata de hecho de una teologia andnina y colectiva, pero con su vigor y verdad. Pero es teologia de hecho y del hecho, Jo mismo que la medicina casera es verdadera medicina. es tcologia critica? Ciertamente ¢3 critica, porque 3 hicida y profética; critica, no en el sentido académico, sino en el verdadero, 95 puesto que se da cuenta de las causas y propone los medios para Tiegar a ellas. Muchas veces, es preciso reconocerlo, supera con mucho la pretendida critica de los doctores, que saben dar pelos y sefiales de la causa del monstruo, pero jamas le han mirado a la cara. Existe ciertamente una teologia pastoral: es la que proyecta la luz de la palabra salvadora sobre la realidad de las injusticias en orden a la animacion eclesial en la lucha de liberacion. Es una teologia de una especie particular. Se sitia en la misma linea y en la misma inspiracion fundamental que la teologia de la liberacién tal como es conocida, Ambas tienen Ia misma raiz: la fe evangéli- ca, y persiguen cl mismo objetivo: la practica liberadora del amor. Estos dos tipos de teologia se enriquecen mutuamente: los tedlogos aceptan y profundizan los conceptos pastorales, y los jastores incorporan los puntos de vista y las conclusiones mas fecundas de los tedlogos profesionales. Los pastores saben cuanto deben al asesoramiento de los tedlogos. Con ocasion de la Instruceién del cardenal J. Ratzinger sobre la teologia de la liberacién, los obispos de Brasil, en su asamblea general de abril de 1985, declararon que, a pesar de las eventuales «ambigiicdades y confusiones», la conocida teologia de la liberacion «favorece la evangelizacion» por el hecho de «esclare- cer el nexo entre los movimientos que buscan la liberacion del hombre y la realidad del reino de Dios» (n. 5) Los. obispos, igual que los sacerdotes y otros agentes de pastoral, no se contentan simplemente con apropiarse la teologia de la liberacidn de los tedlogos profesionales. Ellos mismos hacen su teologia de Ia liberacion en conformidad con su mision. Lo que ellos pueden hacer es enriquecer su reflexion propia con los desarrollos especificos de la teologia de Ia liberacion mas elabora- da y de tipo cientifico, Por lo demas, la Iglesia institucional nunca considerd (ni podria hacerlo} a ninguna teologia cientifica como vinculante para Ia fe. Le basta el mensaje basico de las Escrituras y la gran tradicion. Con todo, para ejercer su mision en cada época historica, los pastores han recurrido siempre (y no podria ser de ‘otro, modo) a las corrientes teoldgicas que les prestaban mejor ayuda. Pues bien, eso es lo que esta sucediendo entre los pastores de la liberacion y los tedlogos de la liberacion Por eso mismo se puede observar una armonia espiritual muy grande entre la teologia de la liberacion profesional y la teologia Ge la liberacién pastoral en la Iglesia del Tercer Mundo, Ello esta particularmente claro en relacion con los obispos que desean ser fiberadores. En ese sentido, Juan Pablo Il dirigié a los obispos brasiledios reunidos en la asamblea del dia 1 de mayo de 1984, la siguiente retadora exhortacion: «Los obispos de Brasil recuerden 96 que deben liberar al pueblo de sus injusticias, las cuales, lo sé, son graves. Que ellos asuman ese su papel de libertadores del pueblo con los caminos y los métodos seguros» Ahora bien, un obispo liberador solo puede hacer una teologia liberadora. Su trabajo no se resume en producir teologia en los centros de reflexién, estudio e investigacion, que son normalmente las facultades e institutos de teologia en los que la Iglesia forma a sus sacerdotes y laicos cualificados. Debemos reconocer que tales lugares constituyen el lugar principal de claboracion de la teologia de la liberacidn. El tedlogo de la liberacion no es un intelectual de eseritorio. Es antes un «intelectual organico», un «tedlogo militan: te», que se sitia dentro del caminar del pueblo de Dios y se articula con los responsables de la pastoral. Conserva un pie en el centro de reflexién y otro en la vida de Ia comunidad. Por lo demas, aqui asienta su pie derecho. 4. Actuacién concreta del tedlogo ePor dénde anda el tedlogo de la liberacién? Se le puede encontrar en las bases. Esta ligado a una comunidad conereta, inserto vitalmente en ella. Ejerciendo el servicio de la iluminacién teolégi- ca, pertenece al caminar de la comunidad, Se le pede sorprender durante un fin de semana en alguna chabola, en un grupo de la periferia o en una parroquia rural. Alli estd, caminando con el pueblo, hablando, aprendiendo, oyendo, interrogando y_siendo interrogado. No existe el tedlogo puro, solo tedlogo que solamente sabe teologia. Como hemos visto, el tedlogo de la liberacién debe poser en alto grado el arte de la articulacion: articular el discurso de la sociedad, el del mundo de las significaciones populares, con el discurso de la fe y de la gran tradicion. En el ambiente de la liberacion querer saber solamente teologia es condenarse ano saber ni la propia teologia. Por eso el tedlogo de la liberacion posee su momento de pastor, de analista, de interprete, de articulador, de hermano de fe y compaiiero de camino. Debe ser siempre un hombre del Espiritu para animar y traducir, en reflexion de fe, de esperanza y de amor comprometido, las exigencias del evangelio confrontado con los signos de los tiempos, que aparecen en los medios populates. ‘También se podré encontrar al tedlogo ext los encuentros con el pueblo de Dios: sera un retiro espiritual, un encuentro de didcesis para una revision o programacion; sera un curso biblicos sera_un encuentro sobre pastoral de la tierra 9 de la mujer inupinada, o sera un debate sobre los desafios de Ia cultura negra © indigena. Alli est él sobre todo como asesor. Oye los proble- ” ‘mas, escucha la teologia hecha en y por la comunidad, es decir, esa primera reflexion de base que es la teologia del pueblo hecha a partir de su vida, Invitado por la asamblea, intenta. entonces reflexionar, profundizar, criticar, replantear la problematica susci- tada, confroncandola siempre con la palabra de la revelacién, con cl magisterio y con la gran tradicion. Podriamos decir que tentonces hace teologia con el pueblo. ‘nalmente, encontramos al tedlogo en su mesa de trabajo: leyendo, investigando, preparando conierencias, clases y cursos, escribiendo articulos y libros. Es éste el momento tedrico 0 tcientifico, Ahi, en ese laboratorio, es donde la experiencia de la base y la praxis de los agentes de pastoral son reconsideradas criticamente, reflexionadas en profundidad a la luz de la fe ¥ claboradas en forma de conceptos, es decir, dentro del rigor cientfico. De ahi sale el tedlogo no solamente pata la animacion pastoral, para asesorar a los agentes de pastoral o para algun debate, sino también para las clases, conferencias, congresos, a ‘veces viajando por el extranjero, hablando en los centros metropo- litanos del poder y de la produccion. Y ésa es una teologia a partir del pueblo, y en nombre del pueblo, Dada la inmensa agenda de actividades y las exigencias practicas y tedricas que esta forma de teologia implica, no raras veces encontramos tedlogos de la liberacion cansados_y hasta extenuados. Las cuestiones rebasan la capacidad de reflexion y claboracion del tedlogo tomado individualmente. Por eso esa teologia es fundamentalmente una tarea que ha de ser levada a cabo colectivamente en articulacion orginica con toda la Iglesia y con las varias formas de elaboracion que antes hemos deserito. ‘Al final de todo, al tedlogo de la liberacion no le cuadran otras, palabras que las del Sefior: «Somos siervos initiles; hemos hecho To que debiamos hacer» (Le 17,10). Y no hay que extrafiarse de que el reologo, unido para la vida 'y para la muerte con sus hermanos ‘oprimidos, participe activamente en su destino de persecucion y de martirio, De ello sera siempre simbolo luminoso el P. Ignacio Ellacuria, te6logo de El Salvador, asesinado salvajemente, con otros cinco compaiierosy dos colaboradoras en la capital del pais, en noviembre de 1989. Aparte de otras atrocidades, este asesinato estuvo marcado por este detalle de un simbolismo atroz: al tedlogo-martir le abrieron el craneo y Ie arrancaron el cerebro. No obstante, victor sub gladio, Ellacuria seri honrado en adelante como un gran precursor de la América liberada y ciertamente como el proto-martir de la teologia de la liberacién. 98 MI, METODO DE LA TEOLOGIA DE LA LIBERACION, Lo que vamos a exponer a continuacién se refiere a 1a teologia de la liberacion en cuanto teologia particular, esto es, la que trata de la liberacion historica de los oprimidos. Pero si concebimos la teologia de la liberacion como teologia global y unitaria, entonces hemos de decir que aqui expondremos solamente lo que constituye la marca distintiva de la teologia de la liberacion, es decir, el «momento 2» de su proceso teorico integral. Asi pues, dejaremos de lado cl mérodo del «momento I>, que corresponde a la ctcologia clisicar y que se estructura, como es sabido, en sus dos niveles: el auditus fidei («teologia positiva») y la cogitatio fidei («teologia especulativa»). Afiadimos que el resultado de esta ‘operacion puede ser asumido a continuacién por la teologia de la liberacion en su «momento 2», a titulo de principios iluminativos (va fa luz de»). Repetimos: no siempre la operacién del «momento i es realizada por la teologia de fa liberacidn. Esta presupone, cierta- mente, la fe positiva, pero no necesariamente en su forma teologizada. Y cuando lo hace (es el «momento I»), la teologia de la liberacon act, si no gon un mérodo, al menos con un modo propio, integrando criticamente las teologias ya hechas, superan- Glas ereativamente a traves de la exploracion de nuevas dimensio- nes y abriéndolas 2 su sentido liberador. Es lo que podria llamarse una obra de «refundicion epistemologica», efecto dialéetico de re- tomo de la problematica del «momento 2» sobre el «momento I» Dejemos, pues, este ailtimo para limitarnos aqui a lo que es mis nuevo ¥ més tipico de le teologia, de la liberacién —el «momento 2»—, marcado por la problematica his:6rica y por las incidencias de la fe en clla. 1, El momento previo Antes de hacer teologia es preciso hacer liberacién. El primer paso pat ls teologia es preteoligico, Se trata de vivir el sompromiso de la fe; en nuestro caso particular, de participar de alain modo en el proceso liberador, de estar comprometido con los oprimidos. Sin esa condicién previa conereta, la teologia de la liberacion se queda en mera literatura. Aqui no basta, pues, reflexionar sobre la practica. Es preciso antes establecer un nexo vivo con la practica viva, De lo contrario, pobre, opresién, revolucién, sociedad nueva se reducen a meras palabras que se pueden encontrar en cualquier diccionario. Es preciso que quede esto claro: en Ia raiz del método de la teologia de la liberacion se encuentra el nexo con la préctica 99 concreta, Dentro de esa dialéctica mayor de teoria (de la fe) y praxis (de Ia caridad) es donde actia la teologia de la liberacion. Verdaderamente, solo ese nexo efectivo con la practica libera- dora puede otorgarle al tedlogo un «espiritu nuevo», un estilo nuevo o un modo nuevo de hacer teologia. Ser tedlogo no es manipular métodos, sino estar imbuido del espiritu teologico. Pero antes de constituir un mecodo nuevo teologico, la teologia de la Iiberacion es un modo nuevo de ser tedlogo. La teologia es siempre tun acto segundo, siendo el primero «la fe que obra por la caridad» (Gal 5, 6). La teologia viene despues (no el tedlogo); primero viene Ia practica liberadora: Importa, pues, tener ante todo un conocimiento directo de la realidad de la opresion/liberacion a través de un compromiso desinteresado y solidario con los pobres. Ese momento preteologi- co significa realmente conversion de vida € implica una «conver- sion de clase», en el sentido de llevar la solidaridad efectiva con los oprimidos y con su liberacion. Sin duda el modo conereto y propio de un tedlogo de comprometerse con los oprimidos es producir una buena teologia Con todo, lo que aqui queremos acentuar es que esa empresa es imposible sin un contacto minimo con el mundo de los propios oprimidos. Es preciso un verdadero contacto fisico para poder adquirir una nueva sensibilidad teolégica. Ese contacto se puede dar en formas y grados distintos, dependiendo de las personas y de las circunstancias: — Hay tedlogos de la liberacién que mantienen con las bases cristianas una comunicacion mas 0 menos restringida, sea de caricter esporadico (visitas, encuentros, momentos fuertes, etc.), sea de cardcter mas regular {acompafiamiento pastoral durante los fines de semana, asesoramiento teoldgico-pastoral de una comuni- dad o movimiento popular, etc.) Otros alteran periodos de trabajo tedtico (magisterio, estudio y claboracién} con periodos de trabajo practico (trabajo pastoral 0 asesoramiento teoldgico en una Iglesia determinada). “Otros, en fin, viven insertos en los medios populares, habitando y hasta trabajando en unién del pueblo sencillo. Sea como fuere, una cosa est’ clara: si uno pretende hacer teologia de la liberacion adecuada, es preciso que se disponga a pasar el examen preliminary en union de los pobres. Solo después de haberse sentado en los bancos de los humildes estara en condiciones de entrar en la escuela de los doctores.. 100 2. Esquema basico del método La elaboracidn de la teologia de la liberacidn se desarrolla en tres momentos fundamentales, que corresponden a los tres tiempos del conocido método pastoral: ver, juzgar y obrar. En tcologia de la liberacion se habla de tres mediaciones principales: mediacion socio-analitica, mediacion hermeneutica y mediacion practica. Se habla de «mediaciones» porque representan medios © instrumentos de construccion teologica. Veamos ripi- damente como se presentan esas tres mediaciones y como se ar- ticulan. La mediacién socio-andlitica contempla el lado del mundo del oprimido. Procura entender por que el oprimido es oprimido. La mediacion kermenéutica contempla el lado del mundo de Dios. Procura ver cul es el plan divino en relacion con el pobre, La mediacién practica, a su vez, contempla el lado de la accion intenta descubrir las lineas operativas para superar la opresion de acuerdo con el plan de Dios. Expliquemos con mas detalles esas mediaciones, A. Mediacién socio-analitica La liberacién ¢s liberacién del oprimido. Por eso la teologia de la liberacion debe comenzar por inclinarse sobre las condiciones reales en que se encuentra el oprimido, de cualquier orden que sea. Giertamente, el objeto primario de la teologia es Dios. Sin embargo, antes de preguntarse que significa la opresion a los ojos de Dios, el tedlogo necesita preguntarse mas en la base que cs la opresion real y cudles son sus causas. En realidad, el acontecimien- to de Dios no sustituye ni elimina el acontecimiento del mundo real. «Un error acerca del mundo —afirma el gran santo Tomas de Aquino— redunda en error acerca de Dios» ’. ‘Ademas, si la fe quiere ser eficaz, lo mismo que el amor ctistiano, es preciso que tenga los ojos abiertos a la realidad historica que quiere fermentar. Por eso, conocer el mundo real del oprimido forma parte (material) del proceso teoldgico global. Fs un momento o media- cion indispensable, aunque insuficiente, para un entendimiento ulterior y més profundo, que es el saber propio de Ia fe. 7 Summa contra geniles Il 3 lol a) Cémo entender el fendmeno de la opresién Ante el oprimido, la primera pregunta del tedlogo solo puede ser: épor qué la opresion? donde estan sus raices? Ahora bien, el oprimido tiene muchos rostros. Puebla enume- ra: rostros de hifios. de jévenes, de indigenas, de campesinos, de obreros, de subempleados y desempleados, de marginados, de ancianos (nn. 32-39). Con todo, la figura caracteristica del oprit do en el Tercer Mundo es Ia del pobre socio-econémico. Son las masas desheredadas de las periferias urbanas y del campo. Es preciso que partamos de ahi, de esa opresién infraestructu- ral, si queremos entender correctamente todas las demas formas de opresidn y articularlas en la forma debida y aceptable. En realidad, segiin veremos mejor més adelante, esa forma socio-econémica condiciona de algin modo a todas la formas restantes. Partiendo, pues, de esa expresin fundamental de Ia opresién gue es 1a pobreza sociowconomica, preguntémonos como se explica Pues bien, a este respecto la teologia de la liberacién encuentra tres respuestas alternativas disponibles: la empirica, la funcionalis- ta y la dialéctica. Vamos a exponer con brevedad cada una de ella. — Explicacién empirista: la pobreza como vicio. Es una forma de explicar la pobreza de manera corta y superficial. Atribuye las causas de la pobreza a indolencia, a ignorancia o simplemente a malicia humana. No se ve el aspecto colectivo o estructural de la pobreza: que los pobres son masas enteras y que aumentan cada ver mas. Es la concepcién vulgar de la miseria social y la mas difundida de la sociedad. La solucién logica de esa visién a la cuestién de la pobreza es el conocido asistencialisemo, que va desde la limosna hasta las mas diversas campatas de ayuda alos pobrss. El pobre es tratado aqui como un «infeliz» — Explicacion funcionalista: la pobreza como atraso. Es la interpretacion liberal burguesa del fenomeno de la pobreza social. Esta se atribuye al simple atraso econémico y social. Con el tiempo, gracias al propio proceso de desarrollo, favorecido en el Tercer Mundo por préstamos y tecnologia extranjeros, el «progre- sor habra de llegar y el hambre desaparecera; asi piensan los funcionalistas. La salida social y politica es aqui el reformismo, entendido como mejora creciente del sistema vigente. El pobre aparece aqui como «objeto» de la accién de la cumbre. Lo positivo de tal concepcion es que ve la pobreza como tenomeno colectivo, pero desconoce su caracter conflictivo. O sea, ignora que la pobreza «no es una etapa casual, sino el producto de 102 determinadas situaciones y estructuras econémizas, sociales y politicas», de modo que «los ricos son cada vez mas ricos a costa de los pobres, cada vez mas pobres» (Puebla 30). Explicacion dialéctica: la pobreza como opresién. Entiende la pobreza como fruto de la propia organizacién econémica de la sociedad, que @ unos explota —y son los trabajadores— y a otros los exeluye del sistema de produccion —y son los subempleados, os desempleados y toda la masa de los margirados—. Como indica Juan Pablo II en la enciclica Laborem exercens, la raiz de esa situacion se encuentra en la supremacia del capital sobre el trabajo: aquél controlado por unos pocos, y este ejercido por la gran mayoria (cap. Ill). En esa interpretacion, llamada también historico-estructural, la pobreza aparece plenamente como un fenomeno colectivo, llamado tambien conflictive, exigiendo su superacion en un sistema social alternativo. La salida a esa situacion es, efectivamente, la revolucion, centendida como Ia transformacion de las bases del sistema econd- mico y social. Fl pobre surge aqui como «sujeto» b) Mediacién histérica y lucha de los oprimidos La interpretacién socio-andlitica, tal como ha sido arriba presenta- da, quedara convenientemente completada mediante el recurso a tuna aproximacion historica de la problematica de la pobreza. Tal aproximacion muestra al pobre no solo en su sitacion presente, sino como término de todo un proceso amplio de expoliacion y de marginacion social. Aqui se recuperan incluso las luchas de los pequiefios a lo largo de todo su caminar histérico. En efecto, la situacién de los oprimidos no se define solamente por sus opresores, sino también por el modo como reaccionan a la opresion, resisten y luchan para liberarse. Por eso mismo jamas se entender a un pobre sin comprenderlo en su dimension de sujeto social coagente —todavia sojuzgado— del proceso histérico. Consiguientemente, para analizar el mundo de los pobres hay que tener en cuenta no s6lo sus opresiones, sino tambien su historia ¥ sus pricticas liberadoras, por mas embrionarias que sean. 6) El caso de un marxismo mal digerido Cuando se trata del pobre y del oprimido y se busca su liberacién, Jomo evitar el encuentro con los grupos marxistas (en la lucha concreta] y con la teoria marxista (en el nivel de la reflexion)? Ya hemos podido verlo arriba, cuando nos referiamos a la interpreta- cion dialéctica o histérico-estruciuzal del fenémeno de la pobreza socio-econdmica, 103 Por lo que hace a la relacién con la teoria marxista, limitémo- nos aqui a algunas indicaciones esenciales: 1)” En la tcologia de la liberacién el marxismo no es nunca tratado por si mismo, sino siempre a partir y en funcién de los pobres. Situado firmemente al lado de los humildes, el tedlogo interroga a Marx: «Que puedes decirnos ti de la situacién de miseria y de los caminos para su superacion?». Aqui se somete al marxista al juicio del pobre y de su causa, y no lo contrario. 2). Por eso la teologia de La liberacion se sirve del marxismo de modo puramente instrumental. No lo venera como venera a los santos evangelios. Ni tampoco se siente obligada a dar cuenta a nadie del uso que hace de las palabras e ideas marxistas (si las usa correctamente 0 no), ano ser a los pobres y a su fe y esperanza. Para ser més concretos, digamos aqui que la teologia de la liberacién utiliza libremente del marxismo algunas «indicaciones metodologicas» que se han revelado fecundas para la comprensi6n del mundo de los oprimidos, entre las cuales estén: la importancia de los factores econdmicos, la atencién a la lucha de clases; el poder mistificador de las ideologias, incluidas las religiosas, ete. Es To que afirmé el entonces general de los jesuitas, el padre Arrupe, en su famosa carta sobre el analisis marxista, de 8 de diciembre de 1980, 3), Por eso también el redlogo de Ia liberacién mantiene una relacion decididamente critica frente al marxismo, Marx (como cualquier otro marxista) puede sin duda ser compafiero de camino (cf. Pucbla 554), pero jamas podra ser «el» guia. «Porque uno solo cs vuestro guia, Cristor (Mt 23,10). Siendo asi, para un tedlogo de la liberacion, el materialismo y el ateismo marxistas ni siquiera Iegan a ser una tentacién. A partir del horizonte mas amplio de la fe el marxismo queda radicalmente relativizado y superado en principio. d) Para ampliar la concepcién del pobre La teologia de Ia liberacién lo es de la liberacion del oprimido —del oprimido entero: cuerpo y alma— y de todos los oprimidos el pobre, el sojuzgado, el discriminado, etc. Es imposible detenerse en el aspecto puramente socio-econémico de la opresion, esto es, el aspecto «pobre», por mas fundamental y «determinante» que sea Es preciso ver también otros planos de opresién social: la opresion de tipo racial: ef negro; étnico: el indio; y la opresion de tipo sexual: la mujer Esas diferentes opresiones, a las que algunos denominan ssegregaciones», y otras mas (como las de tipo generacional: el joven; las relativas a la edad: el nifio, el anciano, etc.), poseen su 104 naturaleza especifica y necesitan un tratamiento (eérico y préct co) también especifico. Por consiguiente, hay que superar una concepcién exclusivamente «clasista» del oprimido, como si éste fuese tinicamente el pobre socio-econdmico. En las filas de los oprimidos encontramos algo mas que los meros pobres. Sin embargo, importa observar aqui que el oprimido socio- econémico {ef pobre) no existe simplemente al lado de otros oprimidos, como ef negro, el indio o la mujer, para atenernos a las categorias mis significativas del Tercer Mundo. No; el oprimido de clase, el pobre socio-econémico, es la expresion infraestructural del proceso de opresion. Los otros tipos representan expresiones superestructurales de la opresion, y por este titulo estén condicio- nadas profundamente por lo infraesteuctural. En efecto, una cosa es un negro conductor de taxi, y otra cosa un negro idolo del fitbol. De idéntica forma, una cosa es una mujer empleada doméstica, y otra cosa una mujer primera dama de la nacion. Una cosa es un indio expoliado de su tierra, y otra un irdio duefo de su terreno. Esto permite entender por qué en una sociedad de clases las luchas de clase son las luchas principales. Ellas colocan frente a frente a grupos antagénicos, cuyos intereses esenciales son irrecon- ciables. En cambio, las luchas del negro, del indio y de la mujer ponen en jucgo grupos no antagonicos por naturalera y cuyos intereses fundamentales son en principio reconciliables. Si el patrono (explotador) y el obrero (explotado) no podran nunca en definitiva reconciliarse, el negro puede hacerlo con el blanco, el indio con el «civilizado» y la mujer con el hombre. Se trata aqui, ‘en efecto, de contradicciones no antagonicas, las cuales se articu- lan en nuestras sociedades con y sobre la contradiccion antagonica de base, que es el contlicto de clase, Tnversamente, hay que notar que las opresiones de tipo no econbmico agravan la opresion socio-econdmica preexistente, Un pobre es mucho mas oprimido cuando, ademas de pobre, es negro, indio, mujer 0 anciano. Sin lugar a duda, para entender criticamente la sicuacién del pobre y de toda suave de oprimidgs, es importante la mediacion socio-analitica, Con ella, sin embargo, solo se aprende de la Opresién lo que puede aprender una aproximacion de tipo cientfi- co. Ahora bien, semejante aproximacidn tiene sus limites, que son los de la racionalidad positiva. Esta capta tinicamente (y ya es mucho) la estructura basica y global de la opresiéa, dejando fuera todos los matices, que sélo la experiencia directa y la vivencia diaria puede pereibir, Quedarse meramente en el entendimiento facional y cientifico de la opresion es caer en el racionalismo y dejar fueta mds de la mltad de la realidad del pueblo oprimido. En realidad, ef oprimido es mas de to que dice de él ef anaista 105 social: economista, socidlogo, antropdlogo, etc. Es preciso escu- char tambien a los propios oprimidos. De hecho el pobre, en su sabiduria popular, «sabe» mucho mas de pobreza que cualquier economista. O mejor, sabe de otro modo y con mas densidad. Asi, zque es el trabajo para la sabiduria popular y que es para un economists? Para éste es las mas de las veces una simple categoria oun calculo estadistico, mientras que para cl pueblo trabajo» connota drama, angustia, dignidad, seguridad, explora- Gion, agotamiento, vida; en fin, toda una serie de percepciones complejas y hasta contradictorias. Igualmente, zque representa la tierra para un campesino y qué para un socidlogo? Para aquél la tierra es mucho mas que una realidad econémica y social. Es luna grandeza humana, con un significado profundamente afec- tivo y hasta mistico. Y esto vale mucho mas todavia para el indigena. Finalmente, cuando el pueblo dice «pobre» dice dependencia, debilidad, desamparo, anonimato, desprecio y humillacion. Por eso los pobres no acostumbran a Hlamarse «pobres», y ello por un sentimiento de honra y dignidad. Son los no pobres los que los Haman asi. Como aquella pobre mujer de una pobre ciudad del interior de Pernambuco —Tacaimbé— que, al oir que la llamaban, pobre, respondié: «Pobre, no. Pobre es el perro. Nosotros somos desamparados, pero luchadores: Se sigue de aqui que el tedlogo de la liberacién, en contacto con el pucblo, no ha de contentarse con analisis sociales, sino que debera captar también toda Ia rica interpretacion que hacen los pobres desu mundo, articulando asi la necesaria mediacion socio- economica con la indispensable comprension de la sabiduria popular, la racionalidad de los conceptos cientificos con la simbologia de las ideas ¢ imagenes del pueblo Finalmente, en la visién cristiana el pobre es todo eso y mucho mas. La fe ve en el pobre y en todo oprimido justamente fo que la teologia de la liberacion procura explicitar (y aqui nos anticipa- mos ya a la mediacion hermenéutica} —la imagen de Dios desfiguradas — el hijo de Dios hecho siervo paciente y rechazados el memorial del Nazareno, pobre y perseguido; — el sacramento del Sefior y'juez de la historia, ete. De ese modo, la concepcién del pobre, sin perder nada de su sustancia concreta, se amplia infinitamente porque se abre a lo infinito. Por donde se evidencia que, para la fe y la mision de la Iglesia, el pobre no es tan sélo un set de necesidades y un obreros no. ¢s tnicamente un oprimido social y un agente historico. Es todo eso y mucho més; es también portador de un

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