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LOS INDIOS Y EL ESTADO NACIÓN

La identidad nacional y su construcción es un proceso histórico complejo en el cual no hay una


correspondencia entre forjar un Estado y una Nación. En el caso de nuestro país, Perú, el
Estado precedió a la nación, que nació a la Independencia como una República. Un orden
republicano supone la existencia de ciudadanos autónomos, pero eran muy pocos los
elementos comunes que compartían los criollos que habitaban en el litoral y la población
indígena del interior.

La cuestión de cómo iba a insertarse a la población andina en la nación fue un problema que se
planteó desde la propia fundación de la República.

En un inicio escritores como Mariano Melgar, José Joaquín de Olmedo y Faustino Sánchez
Carrión imaginaron una nación que incluyera a la población indígena, con este mismo espíritu
se dio el decreto Monteagudo que abolió la palabra ‘‘indio’ para que aquellas personas sean
conocidos como ‘‘peruanos’’, y de igual forma el de Bolivar, que ayudó a abolir los títulos
nobiliarios, pero debido al refuerzo de los poderes locales del interior estas medidas fueron
abandonadas. El gran mariscal Agustín Gamarra fue quien impuso involuciones más
conservadoras como la prolongación de la ‘‘tutela’’ impuesta a los negros bajo la dominación
de sus amos hasta que cumplieran los 50 años, la restauración del tributo indígena colonial
bajo el nombre de ‘‘contribución personal’’ y la exoneración de este tributo a la población
indígena.

La palabra ‘‘indio’’ no solo los identificaba étnica y racialmente, sino también era una
condición fiscal que llevaba consigo obligaciones tributarias para ellos.

Dos décadas posteriores a la Independencia se alcanzó el proyecto político que impuso la


hegemonía limeña, teniendo su mejor exposición en el sermón de 28 de julio de 1845, por el
25 aniversario de la Independencia, el cual fue pronunciado por el sacerdote Bartolomé
Herrera, quien sostuvo que la expulsión de los españoles por las fuerzas patriotas debía ser
considerada un paréntesis impuesto por Dios con la finalidad de unir la nación bajo el
catolicismo y la monarquía, los criollos debían continuar construyendo su identidad nacional
pero respetando su legado hispánico, católico y monárquico. Además, el sufragio selectivo
debía apartar a los indios del voto debido a su ‘‘incapacidad natural’’.

Tres años después de este discurso, el país que era considerado en bancarrota, tuvo un cambio
radical gracias a la exportación del guano de las islas que permitió la súbita entrada de
ingentes riquezas. En el interior, debido a la debilidad del Estado central se dio la privatización
del poder y a la constitución de fuertes poderes que encuadraron a la población indígena
mediante violencia e imposición de relaciones de servidumbre. Así fue cómo surgió el
gamonalismo republicano, que durante un siglo bloqueó la incorporación de la población
indígena a la ciudadanía. Algunas décadas después el conde Arthur de Gobineau sostenía que
la diferencia entre los individuos tenía un origen biológico, lo cual respaldaba a los prejuicios
racistas que habían.

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