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“LEÓN, GUANAJUATO”
CUENTO
MÁGICO
Había una vez un pequeño pueblo llamado Villa Verde, situado en medio de un
valle rodeado de montañas. En este pueblo vivía una joven llamada Ana, quien
siempre se había sentido diferente a los demás. Ana tenía una gran pasión por la
lectura y la escritura, lo que la hacía destacar entre sus amigos y vecinos.
Un día, Ana decidió aventurarse a explorar las montañas que rodeaban su pueblo.
Mientras caminaba, encontró una cueva escondida entre los árboles. Decidida a
explorarla, Ana entró en la cueva y se adentró en sus profundidades.
Después de caminar por un largo tiempo, Ana llegó a una habitación en la que
había un extraño libro. El libro tenía una cubierta de piel oscura y letras doradas
en la portada que decían "El Libro de la Vida". Ana se sintió atraída por el libro y lo
abrió para explorar su contenido.
Dentro del libro, Ana descubrió que contenía historias increíbles sobre la vida de
las personas. Cada página del libro estaba llena de detalles sobre las vidas de
diferentes personas, desde su nacimiento hasta su muerte. Ana estaba fascinada
por el libro y decidió llevárselo consigo de regreso a su pueblo.
Pero pronto, Ana comenzó a sentir la carga de tener tanto poder en sus manos. A
medida que más y más personas la buscaban, Ana comenzó a sentir que se
estaba convirtiendo en una especie de oráculo, y que las personas dependían
demasiado de ella para tomar decisiones importantes.
Un día, Ana decidió que no podía seguir siendo la guardiana del libro. Sabía que
debía pasar el libro a alguien más, alguien que pudiera utilizarlo sabiamente.
Después de pensarlo mucho, Ana decidió que la persona indicada para recibir el
libro era su hermano menor, Carlos.
Carlos siempre había sido una persona sabia y prudente, y Ana sabía que él
utilizaría el libro con sabiduría y cuidado. Ana le entregó el libro a Carlos y le
explicó todo lo que había aprendido mientras lo había leído.
Con el tiempo, Carlos enseñó a otros a utilizar el libro con sabiduría, y se convirtió
en una figura respetada y admirada en su pueblo. Ana, por su parte, se sintió
aliviada de haber pasado el libro.