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Mateo
YO
LECTOR
o como se escribe la propia
historia como lector
OECTO
instituto de formación docente el "Joa
ciudad plena de libros, en un
En Buenos Aires, eseribir sobre cómo habia sido
estudiantes frueron invitados a
quin V.González-.jóvenes sin casi ninguna
lectores. Cada quien cscribio lo que pudo y lo quec quiso,
Su historia como
la importancia de cscribir. y de escribir
un clima que senalaba
indicación, solo se reereó final del camino de la
escribir un relato titulado Yo lector. Al
sobre uno mismo: había que de cada ser.
escritura, en todos los casos, la experiencia pudo
alcanzar algo singular
los archivOs los recuerdos primigenios, y asi apa
Conmovida la memoria, buscó en
escondites para leer, los que prestan, recomiendany
recieron los libros amados, los
llevan de la mano por primera vez hacia las
letras: la abuela, la
regalan libros, los que
o los del alma-. y después los maestros y
madre, los hermanos, el padre -os de sangre
enseiar a leer, comparten vivamente sus pasiones le
profesores, aquellos que más que
viven bajo los puentes y quieren leer; los que lo
tradas. Aparecieron los amigos; los que
los que leen a otros para que se duerman,
hacen a destajo, a granel, gramo por gramo, y
se curen y n0 mueran.
se inspiren, aprendan, o para que
se abrieron los cajones y
Reverdecieron los árboles debajo de los cuales se había leido,
los baúles, se iluminaron los pasillos de las bibliotecas de la infancia y de la adolescencia
levantaron para dar vuelta
se pozos inesperados, y se
cayeron los lectores, como Alicia,
en
con aquella historia que les re
la página -como Gregorio Samsa-.y encontrarse de nuevo
volvió el alma, los llevó arrastrando como mastodonte por la estepa -Dostoievski, Borges,
Kerouac, Márquez-, o los catapultó a la cima de la dicha inesperada.
Al escribir, en los relatos volvieron a la memoria aquellas preciosas ilustraciones,
tesoros guardadosjuntoa lo leido -de colores vibrantes o decoloradas por el tiempo.
Se pereibieron algunos efectos: los que escribían, necesitaron contarle a los suyos so
bre qué habían escrito; quisieron visitar la vieja escuela; buscaron aquel librito con el
Yo LECTOR
Mi acercamiento a la llistoria se
dio en la cscuela secundaria. Fn
primer ano, un profesor nos recomendó un libro, La Patagonia rebelde cle
Osvaldo Bayer. Me acuerdo quue el profe era fanático del historiacdor, nos
111ostraba emocionado una foto cque se había sacado con él. Nos contaba
que el libro cstaba rohibido cuando él era adolescente, y (quc lo había
conservado desobedeciendo propia madre. Con tanto
a su
cntusiasno,
como no iba a leer el libro! (1El mis1no entusiasmo que había observado
en mamá). A partir de ese libro, cmpezaron a abrirse nuevos temas e
Relato de Daiana A.
Estudiante del Profesorado de Historia