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Los áridos son empleados para la fabricación de muchísimos productos de uso cotidiano.
Constituyen una de las materias primas más consumidas y usadas en diferentes sectores,
sobre todo en la industria de la construcción.
Si quieres saber cómo escoger áridos, hay que considerar estas claves:
Hay que mezclar gravas y gravilla con el cemento y la arena para que la mezcla del
hormigón sea perfecta y mejorar la resistencia de las cimentaciones.
Áridos Naturales
Estos, a su vez, se dividen en 2 grupos.
Áridos granulares
Estos áridos se utilizan tras un proceso de lavado y clasificación. Son redondeadas, sin
aristas y con superficie lisa.
También se les conoce como áridos rodados y son, mayormente, de naturaleza silícea.
Áridos de machaqueo
Se obtienen de canteras tras arrancarlos de macizos rocosos. Posteriormente, se someten
a un proceso de trituración, molienda y clasificación.
Áridos Artificiales
Se constituyen de subproductos y/o residuos de procesos industriales.
Áridos Reciclados
Resultan de áridos utilizados anteriormente en otras construcciones y que se han obtenido,
por ejemplo, del derribo de edificaciones.
Arena
Esta clase de árido constituye una sustancia que, mayormente, se utiliza mezclada con
cemento. El resultado es una masa fundamental para unir ladrillos y formar así tabiques.
Por supuesto, es un ingrediente imprescindible en la elaboración de hormigón.
Arena gruesa
También se mezcla con cemento y se obtiene de ella el mortero de albañilería.
Grava
También conocida como gravilla. Entre los tipos de áridos en la construcción, es de los más
comunes. Se compone de rocas fragmentadas de distintos grosores y tipos. En función del
grosor, se pueden clasificar de distintas formas.
Una clasificación general podría ser la siguiente, aunque cada empresa puede hacerlo a su
manera.
Grava fina
Es aquella que tiene entre 6 y 12 mm de diámetro. Se utiliza mucho en aceras peatonales e
instalación de adoquines.
Grava media
Tiene entre 12 y 20 mm de grosor. Es más resistente que la grava fina. Se utiliza como
material de relleno en estructuras como drenajes y suelos.
Grava gruesa
Es la más resistente de todas. Mide entre 20 y 40 mm y se utiliza como material de relleno
para construcciones que precisen soportar mucho peso, como piscinas, carreteras o
edificios.