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Una temporada en el infierno fue una obra escrita a los 16 años, el autor atravesaba por un
momento de crisis emocional, y esas experiencias fueron compiladas y fechadas por el mismo
Arthur Rimbaud entre abril y agosto de 1873, es decir a la edad de 19 años: el adolescente con
sus crisis emocionales, incomprendido e impulsivo se debate entre su pasión y su vieja
conciencia religiosa; poesía y vida están ferozmente entrelazadas. Mantuvo una relación
sentimental con Paul Verlaine, otro poeta francés, quien, deslumbrado por la juventud y
belleza del joven, abandonó a su familia para embarcarse en una aventura y viajar por Londres.
EL poema en prosa “Mala sangre” se expresa a través de un Yo lírico que confiesa lo que le
desagrada y que al pasar el tiempo nada ha cambiado. Su rechazo a su abolengo y las
desigualdades sociales que percibe en la sociedad lo lleva a confundirse y pensar quién es y no
saber qué lugar ocupa en la sociedad, por lo que surque el cuestionamiento: ¿De qué manera
las figuras literarias muestran el tema principal del poema?
De la misma forma en el tercer apartado, se evidencia la cólera que siente el autor frente a las
desigualdades sociales: Me horrorizan todos los oficios. Amos y obreros, todos campesinos,
innobles. La mano con pluma vale tanto como la mano con arado. - ¡Qué siglo de manos! –
Nunca tendré mi mano. (Rimbaud, 71, 2021), haciendo uso de la figura literaria de la
comparación el autor clama por la igualdad que debe existir entre las personas, sin importar el
trabajo que realizan, La mano con pluma, hace referencia a hombres con profesión, la mano
con arado probablemente a personas que trabajan la tierra o realizan un trabajo más fuerte
utilizando la fuerza, tal es su molestia que exclama que es mucho tiempo que el mundo pasa
por esta desigualdad con la frase ¡Qué siglo de manos!, al inicio de estas líneas muestra su
indignación, el cree que tanto los que mandan y obedecen han perdido su nobleza, su don de
persona, ya no son nada, pues no respetan ni consideran a nadie y pretende no tener mano,
quizá lo que quiere dar a entender es que no quiere ser ni amo ni obrero, solo irá por su vida
observando lo que ocurre a su alrededor.
En el último apartado se nota al autor cansado y resignado: ¡Fuego! ¡Fuego sobre mí! ¡Aquí! O me rindo.
- ¡Cobardes! - ¡Me mato! ¡Me arrojo a los pies de los caballos!
¡Ah!...
- Me acostumbraré a esto.
¡Sería la vida francesa, el sendero del honor! (Rimbaud, 85, 2021), exclama para desahogar su
frustración ante tanta desigualdad, siente que todo su dolor lo envuelve en llamas de fuego, evidencia
su soledad cuando menciona ¡Cobardes!, busca una respuesta, y nadie acude a su llamado, finalmente
el solo busca acabar con esa indiferencia y culmina el poema pensando que vivir en Francia sería el
único camino al honor, será que es un país sin desigualdades, donde él será feliz.