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Dios si te ve Agar la esclava

1.- AGAR HUYE DE LOS PROBLEMAS CON SU SEÑORA: No aguantó


la presión del maltrato y decide huir al desierto, aunque estaba embarazada.
No se puso a pensar en el bebé que esperaba, lo que ella quería era alejarse del
problema en que se encontraba.

2.- DIOS CONOCÍA A AGAR LA ESCLAVA: En el desierto, junto a un


manantial se le apareció el ángel de Dios (se entiende que era Dios mismo) y
le habló:

«—Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes y hacia dónde vas?». Génesis
16:8 NTV

Dios la conocía tan bien, que le habló por su nombre y le dijo quién era: la
sierva de Sarai. Luego le pregunta por sus planes. Es obvio que Dios sabía
todo; pero quería que ella se lo dijera con sus propias palabras.

3.- AGAR LA ESCLAVA CONOCÍA A DIOS: La Biblia no dice que Agar


se haya sorprendido. Esto significa que ella también sabía quién le estaba
hablando.

Aunque era egipcia, como esclava tenía la obligación de adorar al mismo Dios
que sus amos. Por eso ella conocía a Dios.

Así que, con toda calma le contesta que va huyendo de su señora.

4.- DIOS LE DA UNA INSTRUCCIÓN Y UNA PROMESA: Dios le dijo


que regresara con su señora y se sujetara a ella, esa fue la instrucción, pero
luego le da una promesa para ella y para el hijo que esperaba (¡Y qué
promesa!):

«Después añadió:

—Yo te daré más descendientes de los que puedas contar.

El ángel también dijo:

—Ahora estás embarazada y darás a luz un hijo. Lo llamarás Ismael (que


significa “Dios oye”), porque el Señor ha oído tu clamor de angustia. Este
hijo tuyo será un hombre indomable, ¡tan indomable como un burro salvaje!
Levantará su puño contra todos, y todos estarán en su contra. Así es, vivirá en
franca oposición con todos sus familiares». Génesis 16:10-12

Una promesa muy parecida a la que Dios le hizo a Abraham (Génesis 15).

Sigue la historia:

5.- DIOS HABÍA ESCUCHADO EL CLAMOR DE AGAR: «Porque el


Señor ha oído tu clamor de angustia (v. 11)». Agar clamó a Dios, pero
pensaba que Dios no la había oído y mucho menos que le fuera a responder.
Por eso prefirió huir; ¡pero ahora Dios le dice que la ha escuchado!
6.- AGAR CREÍA QUE DIOS NO LA VEÍA: Ella se sorprende mucho de
que Dios le hablara. Como era una esclava se sentía invisible para Dios; pero
ahora sabe que Dios está viéndola y tiene cuidado de ella:

«A partir de entonces, Agar utilizó otro nombre para referirse al Señor, quien
le había hablado. Ella dijo: Tú eres el Dios que me ve (En hebreo El-roi).
También dijo: ¿De verdad he visto a Aquel que me ve?».

Agar la esclava regresa con su señora y tuvo a su hijo Ismael. Después de un


tiempo, Abraham y Sara la despiden junto con su hijo. Agar se ve obligada a
viajar por el desierto, sola con su hijo Ismael, un muchacho de
aproximadamente dieciséis años.

Dice la historia bíblica que Agar y su hijo se perdieron en el desierto. Se les


terminó la comida y el agua. Ismael estaba llorando bajo un arbusto y Agar se
retira a llorar lo más lejos para no ver morir a su hijo.

Y lo mejor:

7.- DIOS INSISTE EN AYUDAR A AGAR E ISMAEL: De nuevo el ángel


del Señor se aparece a esta esclava para decirle una vez más que Él ha
escuchado el llanto de ellos, principalmente de Ismael.

La alienta,  le encomienda la tarea de apoyar a su hijo y prepararlo para la


vida. Además le repite la promesa de hacer de él una gran nación:

«Pero Dios escuchó llorar al muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar


desde el cielo: Agar, ¿qué pasa? ¡No tengas miedo! Dios ha oído llorar al
muchacho, allí tendido en el suelo. Ve a consolarlo, porque yo haré de su
descendencia una gran nación». Génesis 21:17-18 NTV

Dios no vio a Agar la esclava como una mujer sin valor. Él la vio como una
mujer valiente y una madre sabia, capaz de levantar a su hijo y sostenerlo para
lograr los propósitos divinos… Estaba decidido a bendecirles:

«Entonces Dios abrió los ojos de Agar, y ella vio un pozo lleno de agua.
Enseguida llenó su recipiente con agua y dio de beber al niño.

El muchacho creció en el desierto, y Dios estaba con él. Llegó a ser un hábil
arquero, se estableció en el desierto de Parán, y su madre arregló que se
casara con una mujer de la tierra de Egipto». (v. 19-21).
La relación entre Agar la esclava y nosotras

La historia de Agar la esclava, podría ser la mía o la tuya, o de alguien que


conoces.

El Señor conoce tu nombre, tus actividades, tus problemas y todo lo que tenga
que ver contigo.  Cuando tengas problemas no huyas, olvidando al Dios que
conoces y que te conoce, como hizo Agar.

Recuerda que Dios te ve, te escucha y te habla. Dios no es sordo a tu clamor ni


ciego para no verte. Él está muy cerca de ti. Aun en las circunstancias más
difíciles, el Señor no te abandona.

Aunque te sientas insignificante delante de Dios, no pierdas de vista que tiene


un propósito para tu vida. Hay promesas específicas para ti y tu familia… Él
te ha elegido para que seas quien anime y consuele a los que están sin aliento
cerca de ti.

Quizá sean tus hijos o tu esposo, tus hermanos o tus padres, tus familiares o
tus amistades. Dios te ve como una mujer valiente y capaz de preparar grandes
guerreros para el Señor.

Prepárate, porque Dios te va a buscar y te va a insistir una y otra vez para que
se cumpla todo lo que ha dicho que hará contigo y con los tuyos.

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