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Resumen del cap. 7 (pág.

127-143) del libro “El desarrollo del capitalismo en

américa latina” de Agustín cueva.

En las páginas 127 a 143, Agustín Cueva analiza el surgimiento y la evolución del

Estado oligárquico en América Latina. Según el autor, el camino hacia el capitalismo es

facilitado por la fase en la que está presente la “anarquía”, teniendo claras consecuencias en

el poder político y su administración. De hecho, se relaciona dicha fase como contexto

necesario para una nueva, la fase del Estado “Liberal-oligárquico” que, a su vez, se puede

inferir como un proceso de implantación del modo de producción dominante en las entidades

sociales latinoamericanas basado en el capitalismo en un marco hasta entonces feudal o

esclavista.

Este proceso de implantación del modo de producción capitalista se ayudó de aquellas

“revoluciones” o aquella reforma liberal que, según Edelberto Torres para el caso

centroamericano “…fue todo menos prolongación lineal y mecánica del periodo precedente,

al que niega y continua al mismo tiempo…”. Por ejemplo, instituciones como la iglesia en el

caso de que obstruyan el desarrollo del capitalismo se le requería quebrantar, de lo que se

aprovecha del “periodo precedente”, en el que la iglesia perdió poder político. Aun así, la

iglesia logra recuperar terreno en el periodo “plutocrático” pero no como en una situación

“pre-alfarista”. La iglesia se le permite recuperar terreno, pero si, y solo si, es un elemento

supeditado al nuevo “polo” del poder. Supeditado al capitalismo de la época.

El periodo de implantación termino siendo contradictorio, especialmente en el

momento en que la burguesía rural logra incorporar la economía al sistema capitalista

mundial: “…la burguesía rural…emerge como una clase dominante a medias…las

burguesías metropolitanas del exterior las convirtieron en clase dominante-subordinada”.


Todo este periodo fue el vector que apuntó hacia la vía “oligárquico-dependiente” de

desarrollo del capitalismo.

El autor, describe al Estado oligárquico como una forma de Estado que surge en la

región en el siglo XIX y que se caracteriza por ser una herramienta de dominación de una

élite económica y política sobre el resto de la sociedad. Esto se ve reflejado propiamente en la

ausencia de carácter democrático tanto en el proceso, como en la actitud que toma el gobierno

en este periodo.

El Estado oligárquico es un fenómeno histórico que se desarrolló en América Latina

en un contexto de crisis del orden colonial y que, en lugar de buscar una solución a la crisis

mediante la incorporación de los sectores populares al proyecto nacional, optó por una

solución, entre varios epítetos que se le pueden adjudicar, excluyente. Según Cueva, el Estado

oligárquico se instaura con el principal objetivo de impedir la modernización de la sociedad

latinoamericana, de preservar los intereses y de mantener la complicidad existente entre las

elites locales y las potencias extranjeras.

El eje del nuevo bloque dominante estaría compuesto por el asentamiento de la

hegemonía de los “boyardos” locales, de la burguesía “compradora”, y del capital

monopólico extranjero. Como sabemos, las situaciones pueden variar de un país a otro y así,

es como aquel bloque dominante en países que de alguna manera disponen de un estado

nacional, como Perú y Bolivia, seria eventualmente sustituido por una nueva trilogía

conformada por el capital monopólico, la burguesía intermediaria y los terratenientes

feudales.

En el caso de México, Cueva sostiene que el Estado oligárquico se consolidó durante

el estado “porfiriano”, periodo en el que el presidente Porfirio Díaz estableció una dictadura

personalista que reprimió a la oposición y que impulsó la modernización económica del país
mediante la incorporación de capitales extranjeros y la construcción de infraestructuras. Esta

modernización, sin embargo, no logró resolver los problemas de exclusión social y de

pobreza que afectaban a la mayoría de la población mexicana.

En el caso de Argentina, Cueva destaca el papel de la elite agroexportadora en la

consolidación del Estado oligárquico. Esta elite logró controlar el Estado y orientar su

política económica hacia la exportación de materias primas, lo que tuvo como consecuencia

la concentración de la tierra en pocas manos y el surgimiento de una clase obrera excluida y

marginada. Esta forma de Estado fue una de las causas de la exclusión social y de la pobreza

que han afectado a la región desde entonces.

Pese a esto, muchos son los ejemplos que pueden corroborar esta modalidad política.

Se habla de Guatemala con el régimen de Justo Rufino Barrios y la extendida tiranía de

Estrada Cabrera, Venezuela empezando un proceso de dictadura con Guzmán Blanco y

extendiéndolo con Juan Vicente Gómez, Colombia con el gobierno autoritario de Rafael

Reyes, Ecuador con el levantamiento del régimen “plutocrático” posterior a la masacre de

Eloy Alfaro, entre otros países que, de acuerdo a las necesidades latentes (nuevas, cada vez

más vinculadas a la evolución económica y social) se requería la conformación de un nuevo

tipo de estado.

En conclusión, el análisis de Agustín Cueva nos ayuda a comprender las causas

históricas de los problemas económicos, políticos y sociales que, en relación a los estados

oligárquicos, afectan a América Latina hasta la actualidad.

PABLO ENCARNACION

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