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La primera fase de cualquier plan de control de los impresos consiste en señalar un numero

distintivo a cada impreso. El empleo de una sencilla progresión numérica, del uno en adelante,
formas de numeración más complejas, tales como las que tienden a dar al número distintivo
un significado, incluso desde el punto de vista funcional. En efecto, no se debe olvidar que la
finalidad principal de atribuir un número a cada impreso es la identificación del mismo,
suministrando una referencia que facilite su búsqueda en el almacén, el c control de sus
movimientos, la emisión de las ordenes de suministro, no menos que su colocación en el
ámbito del procedimiento que lo emplea, especialmente en los manuales escritos. La forma
más sencilla de conservar los impresos es la de recogerlos en una serie de estanterías de un
almacén central, de acuerdo con sus numeraciones. Por consiguiente, cuando los números han
sido dados con el criterio de la progresión el alamacén debe reservar solamente una parte del
espacio disponible para eventuales expansiones del material recogido: después del número
más alto ya asignado. Si, por el contrario, cada departamento de la empresa emplea su propia
numeración.

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