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DONALD JOSÉ DIX PONNEFZ

Magistrado ponente

SL1790-2022
Radicación n.°84544
Acta 17

Bogotá, D. C., dieciocho (18) de mayo de dos mil


veintidós (2022).

La Sala decide el recurso de casación interpuesto por


RICARDO GUTIÉRREZ CORTÉS, contra la sentencia
proferida por la Sala Laboral del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bucaramanga, el 12 de diciembre de
2018, en el proceso ordinario laboral que en su contra
promovió la EMPRESA COLOMBIANA DE PETRÓLEOS -
ECOPETROL SA.

I. ANTECEDENTES

Ecopetrol SA, solicitó se declarara que Ricardo


Gutiérrez Cortés recibió la suma de $111.478.451, como
consecuencia del cumplimiento de un fallo de tutela,
proferido por la Sala Laboral del Tribunal Superior del

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Distrito Judicial de Cúcuta. En ese orden, al ser revocada


dicha condena mediante la sentencia CC T-607-2011,
pretendió se condenara al demandado a la devolución de la
suma de dinero mencionada, debidamente indexada y las
costas del proceso.

En sustento de sus pretensiones, informó que el


accionado interpuso acción de tutela, que se cimentó en el
trato discriminatorio que supuestamente se le dio, cuando
se puso en marcha la política de compensación salarial; que
en decisión de primera instancia de octubre 22 de 2010, se
ordenó el amparo solicitado y se dispuso que se expidiera el
acto administrativo, en aras de «enmendar la cláusula sobre
la renuncia al incentivo al ahorro, que estimó ineficaz»; que la
Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Cúcuta a su vez, ordenó reliquidar con retroactividad las
prestaciones sociales, por la incidencia que emergía del
denominado estímulo al ahorro.

Sostuvo que al acatar la orden de tutela, pagó al


llamado a juicio $111.478.451; que en sentencia CC T-607-
2011, se revocó la resuelto por el ad quem, y se declaró la
improcedencia de esa acción constitucional (fs.°2 a 6 y 59
cdno. principal).

Ricardo Gutiérrez Cortés, al contestar la demanda, se


opuso a todas las pretensiones. En cuanto a los hechos,
negó haber recibido la suma aludida por Ecopetrol SA, y
aseveró que se trató de una inferior, «como lo evidencian los
recibos de pago aportados», esto es, $74.634.304. Explicó

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que la acción de tutela se originó por la violación de los


derechos fundamentales y laborales.

En su defensa, expuso que recibió las sumas


pretendidas por la empresa demandante, de buena fe, con
la plena convicción y confianza legítima de que las
decisiones de instancia estaban ajustadas a legalidad.
Resaltó que la petrolera pudo acudir a los mecanismos
legales para solicitar «la aclaración de la Sentencia y definir
de una vez por todas la situación generada en torno al dinero
cancelado».

Propuso las excepciones de cobro de lo no debido,


«LOS EMOLUMENTOS QUE SE PRETENDEN RECUPERAR
MEDIANTE LA PRESENTE ACCIÓN FUERON RECIBIDOS DE
BUENA FE», prescripción y la «GENÉRICA» (fs.°72 a 78 y 123
a 126 cdno. principal).

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Tercero Laboral del Circuito de


Bucaramanga, en sentencia de 4 de agosto de 2017 (cd
f.°54 cdno. principal), decidió:

Primero: Declarar probada parcialmente la excepción de cobro


de lo no debido, formulada por la parte demandada, tal y como
se indicó en la parte motiva de esta providencia.

Segundo: Declarar no probada la excepción de prescripción


formulada por la parte demandada, tal y como se indicó en la
parte motiva de esta providencia.

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Tercero: Declarar que al señor Ricardo Gutiérrez Cortés […], le


asiste la obligación de reembolsar al demandante Ecopetrol SA,
la suma de ciento dos millones cuatrocientos ochenta y ocho
mil novecientos cuarenta y siete pesos con setenta y seis
centavos ($102.488.947,76), recibida por concepto de sentencia
de tutela inicialmente favorable.

Cuarto: Absolver al señor Ricardo Gutiérrez Cortés, de los


demás cargos imputados por la parte demandante, según lo
establecido en la parte motiva de esta sentencia.

Quinto: Condenar en costas a la parte demandada […].

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

La Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Bucaramanga, al resolver las apelaciones que
interpusieron ambas partes, con sentencia de 12 de
diciembre de 2018 (cd f.°56 cdno. principal), decidió:

Primero: Modificar el ordinal tercero de la parte resolutiva de la


sentencia proferida por el Juez Tercero Laboral del Circuito de
Bucaramanga el 4 agosto de 2017, en el sentido de que el
demandado señor Ricardo Gutiérrez Cortés debe pagar a
Ecopetrol SA, a título de reembolso o reintegro, la suma de
$105.431.029.44, según lo expuesto en la parte considerativa
de esta providencia.

Segundo: Revocar el ordinal cuarto de la parte resolutiva de la


citada providencia, para en su lugar, declarar que la suma de
$105.431.029.44 deberá ser indexada conforme a la fórmula
que se detalló en la parte motiva de esta providencia.

Tercero: Confirmar los demás ordinales de la parte resolutiva de


la sentencia de primera instancia.

Cuarto: Condenar en costas de segunda instancia a la parte


demandada, ante la improsperidad del recurso de apelación
interpuesto por su apoderada judicial, señalando la suma de
$781.242 como agencias en derecho en favor de la demandante
Ecopetrol SA. En esta segunda instancia, no habrá condena en
costas a cargo de la apelante Ecopetrol SA, por cuanto su
recurso de apelación prosperó parcialmente.

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En lo que al recurso extraordinario interesa, planteó


como problema jurídico resolver si era procedente ordenar
la devolución de las sumas de dineros pagadas por la
empresa demandante al accionado, en virtud de una orden
de tutela que fue revocada en sede de revisión por la Corte
Constitucional, como quiera que el convocado a juicio alegó
que recibió los dineros con buena fe, «amparado en la
presunción de acierto y legalidad que cobija las decisiones
judiciales, sin perjuicio de desconocer el principio de non bis
in idem u otra institución adjetiva a razón de lo decidido por
el citado Tribunal Constitucional».

Indicó que había lugar al reembolso, sin que la buena


fe tuviera incidencia alguna. Se remitió a un
pronunciamiento propio y acotó que cuando se revoca una
decisión de amparo,

[…] las cosas deben volver a la situación inicial, se debe


restablecer la situación, y no puede la persona que ha recibido
unos dineros, así hubiesen sido de buena fe al recibirlos, en
ejercicio como lo dice la parte demandante, de una acción
constitucional a la que tenía derecho, no puede entonces con
ese argumento decir que tiene derecho a retener lo que se le ha
pagado.

Consideró que no se configuró lo previsto en el literal


c) del art. 164 del CPACA, «en tanto que en el sub lite no se
está ventilando ninguna acción de lesividad en la que la
empresa demandante hubiese reconocido una prestación a la
que no se tenía derecho». Sostuvo que no era necesario

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ahondar en lo que significaba «una acción de lesividad que


no es este el caso propiamente».

En cuanto a las sentencias CSJ SL, 26 en. 2010, rad.


36095 y CSJ SL7107-2015, afirmó que,

[…] el primer proveído se subsume a la situación inicialmente


referida, pago por error imputable al empleador, empresa o
entidad oficial, y el segundo que no se comparte, por tanto, se
aparta esta Corporación, porque ello solo es procedente en el
marco de la acción, insistimos, de lesividad por expresa
disposición del CPACA, por lo que en el asunto de marras sólo
tiene aplicación en lo que consideramos, el artículo 2313 del
Código Civil, como soporte de la acción in rem verso.

Estimó que el principio non bis in idem, únicamente


puede predicarse del derecho sancionador o punitivo,
«escenario que no se puede asimilar en lo absoluto a lo que
acontece en estas diligencias». No obstante, señaló que «esa
calificación jurídica no impide que pueda estudiarse el
fenómeno de la cosa juzgada constitucional, la cual no
resulta viable declarar en el presente caso, aún de oficio,
artículo 282 del Código General del Proceso».

Aseveró que la orden que se dispuso en el ordinal


segundo de la parte resolutiva de la sentencia CC T-607-
2011, esto es, la devolución de los dineros que le hayan
sido pagados en cumplimiento de la tutela proferida por la
Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Cúcuta de 17 de enero de 2011,

[…] fue accesoria o consecuente, en la medida que en sede de


revisión, la Corte analizó de manera principal la procedencia del
amparo constitucional, concluyendo en dicho momento que no

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procedía tal amparo y que por consiguiente, no había lugar a


estudiar de fondo los derechos o la vulneración de los derechos
deprecados, como sí lo hicieron los jueces de primera y segunda
instancia, más aún, cuando no existe entre ese amparo y el
presente proceso una identidad de objeto y causa derivados de
los hechos y pretensiones, porque recuérdese que los dos
escenarios son diferentes, pues mientras que en uno se
buscaba el reconocimiento de la incidencia salarial del estímulo
al ahorro, en este se busca es el reembolso de las sumas
pagadas, por virtud del mandato tutelar que fue revocado por el
Supremo Tribunal Constitucional.

Enfatizó en que en sede de tutela no se hizo ninguna


concreción sobre alguna suma de dinero, de modo que tenía
plena cabida la acción ordinaria ejercida por Ecopetrol SA,
en punto a establecer cuál era el monto objeto de
devolución a la que tenía derecho.

A continuación, procedió a resolver la inconformidad


de Ecopetrol, a quien en parte le dio razón en cuanto a la
suma que el accionado debía restituir, debidamente
indexada.

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por el demandado, concedido por el


Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende que la Corte case la sentencia recurrida, para


que, en sede de instancia, revoque los ordinales 1, 2, 3 y 5
de la de primer grado, y en su lugar, se absuelva de las
pretensiones y se provea las costas.

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Con tal propósito, formula dos cargos por la causal


primera de casación, que fueron oportunamente replicados
y que se estudiaran conjuntamente en razón a su unidad de
propósito y argumentación.

VI. CARGO PRIMERO

Ataca la sentencia por la vía directa, por la infracción


directa del art 83 de la CN, lo que condujo a la aplicación
indebida de los arts. «164 (literal c) de la Ley 1437 de 2011
(en su fase negativa) y 2313 del Código Civil».

Afirma que el razonamiento del operador judicial


plural, devela «el frontal desconocimiento de uno de los
efectos jurídicos más importantes que se derivan del artículo
83 de la Constitución Política (norma que ni siquiera fue
mencionada por el ad quem)», cual es exonerar de la
obligación de restitución a quien ha recibido de buena fe,
sumas en virtud de sentencias de tutela, pese a que hayan
sido revocadas con posterioridad.

Asevera que la Corte Constitucional ha explicado y


aplicado la regla en precedencia, en múltiples fallos que
guardan similitud con este proceso. Trae a colación las
sentencias CC T-278-1995, CC T-959-2011, CC T-1139-
2000, CC T-257-2004 y, advierte que esta Corporación
también ha sostenido que «la buena fe es un eximente de
responsabilidad en aquellos casos en donde se pretende la
restitución de dineros que han sido recibidos bajo su

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amparo». Se apoya en los fallos CSJ SL, 2 mar. 2010, rad.


36720, CSJ SL, 27 en. 2010, rad. 35348; CSJ SL, 11 ag.
2009, rad. 35168, CSJ SL7107-2015.
Aduce que el sentenciador de segundo nivel ignoró por
completo «la existencia de la referida regla», lo que conlleva
la infracción directa del art. 83 Superior y «la aplicación
indebida (en fase negativa) del artículo 164 de la Ley 1437
de 2011 (CPACA)», pues por omitir el art. 83, concluyó que
la exoneración de restitución por buena fe, solo estaba
prevista en el CPACA, y dado que dicha disposición legal,

[…] circunscribe sus efectos únicamente a aquellos eventos en


donde la Administración demanda su propio acto (acción de
lesividad), ratificó indebidamente la obligación de devolución,
con base en el artículo 2313 del Código Civil. Lo anterior
constituyó un error, en la medida en que la exoneración del
deber de restitución que se invocó en este proceso dimanaba
directamente del artículo 83 C.N. (aplicable transversalmente a
todo el ordenamiento), y no del art. 164 CPACA, que junto con
el art. 2313 C.C., fueron aplicados a un caso que no estaban
llamados a regular (de allí la denuncia por aplicación indebida) .

Señala que de no haberse desconocido la mencionada


regla, necesaria y forzosamente se habría tenido que
indagar si estuvo presente en la conducta del demandado, y
al no encontrar en el expediente elementos que
desvirtuaran la presunción de su existencia, habría
revocado la decisión de primer grado, para en su lugar,
absolver de todas las pretensiones.

Advierte que «en este tipo de casos», la empresa


demandante no queda desamparada judicialmente en la
recuperación de lo pagado, pues si considera que en virtud
de la buena fe suscitada por las decisiones de tutela, se le

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ha causado un perjuicio, al no poder obtener la restitución


de las sumas pagadas, puede acudir ante la Jurisdicción de
lo Contencioso Administrativo para que se evalúe si en la
tramitación de las acciones constitucionales, se presentó
alguno de los factores de imputación, que harían
eventualmente responsable al Estado, de acuerdo con los
arts. 65 y ss de la Ley 270 de 1996.

VII. RÉPLICA

La empresa opositora afirma que la sustentación del


recurso presenta defectos de técnica; que de cualquier
modo, la sentencia atacada se encuentra ceñida al
ordenamiento constitucional, legal y a la realidad procesal.

Sostiene que la censura parte de una situación que no


corresponde a la señalada en la sentencia, pues para el
Tribunal los hechos que encontró acreditados no podían
subsumirse en lo previsto en el lit. c) del art. 164 del
CPACA; que la acusación por la aplicación indebida «en su
fase negativa» es «Sui generis». Asevera que el recurrente
discrepa de la «cuestión fáctica del litigio», como que quiera
que refiere que no se aportaron pruebas que desvirtuaran la
presunción de haber obrado con buena fe.

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VIII. CARGO SEGUNDO

Ataca la sentencia de trasgredir por la vía directa, las


mismas disposiciones legales del cargo anterior, pero por el
sub motivo de interpretación errónea.

En punto a la buena fe del accionado al recibir los


dineros por parte de Ecopetrol, reitera que ese principio
permite exonerar de la obligación de restitución, a quien así
ha recibido el pago de sumas en virtud de sentencias de
tutela, pese a que hayan sido revocadas con posterioridad.

Acude a los mismos argumentos de la primera


acusación y asevera que el ad quem al remitirse al art. 2313
del CC, incurrió en error, puesto que la exoneración del
deber de restitución invocada proviene del art. 83 Superior
«(aplicable transversalmente a todo el ordenamiento), y no
del art. 164 CPACA, que junto con el art. 2313 C.C., fueron
aplicados a un caso que no estaban llamados a regular (de
allí la denuncia por aplicación indebida)».

IX. RÉPLICA

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Aduce que el impugnante se muestra en desacuerdo


con las premisas fácticas establecidas por el ad quem; que
la expresión «en su fase negativa» es propia del sendero de
los hechos, «pues solo por este camino le está permitido al
tribunal de casación “realizar una auscultación probatoria al
respecto”» de manera que es evidente las deficiencias
técnicas en que incurre Ricardo Gutiérrez Cortés.

X. CONSIDERACIONES

Se encuentra por fuera de controversia que el


recurrente recibió por parte de Ecopetrol SA, producto de
decisiones constitucionales, una suma de dinero por la
incidencia salarial del denominado estímulo al ahorro; que
la Corte Constitucional en sede de revisión, mediante
sentencia CC T-607-2011, dispuso revocar lo resuelto en
sede de tutela, declaró la improcedencia de la acción y
ordenó la devolución de lo recibido por Ricardo Gutiérrez
Cortés.

El recurrente endilga infracción directa del art. 83


superior, omisión que permitió la aplicación indebida del
literal c) del art. 164 de la Ley 1437 de 2011 «(en su fase
negativa)» y del art. 2313 del CC, pues en su criterio, muy a
pesar de que las sentencias de tutela que dispusieron el
pago de una cifra por la incidencia salarial del estímulo al
ahorro, así hubieran sido revocadas por la Corte
Constitucional, se encuentra exonerado de restituir ese
valor a Ecopetrol SA, como quiera que lo recibió de buena
fe.

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Previo a resolver, conviene señalar que contrario a lo


argüido por la oposición, no se equivoca la censura cuando
alude a la aplicación indebida del art. 164 de la Ley 1437 de
2011 en su fase negativa (cargo primero) o a la
interpretación errónea (cargo segundo), dado que el
sentenciador activó la norma para abstenerse de imponer
sus efectos, en atención a que estimó que la controversia no
derivó del resultado de una acción de lesividad, en la que la
estatal petrolera hubiera «reconocido una prestación a la que
no se tenía derecho». De modo, que la acusación por la vía
jurídica, no se muestra desatinada.

Dispone el art. 164 de la Ley 1437 de 2011, la


oportunidad para presentar la demanda, en cualquier
tiempo, cuando:

a) Se pretenda la nulidad en los términos del artículo 137 de


este Código;

b) El objeto del litigio lo constituyan bienes estatales


imprescriptibles e inenajenables;

c) Se dirija contra actos que reconozcan o nieguen total o


parcialmente prestaciones periódicas. Sin embargo, no habrá
lugar a recuperar las prestaciones pagadas a particulares de
buena fe;…

En atención a los supuestos que rodearon la


controversia y que no son discutidos en esta sede, lo
previsto en el canon parcialmente trascrito del CPACA, no
implica que el recurrente pueda mantener en su patrimonio
las sumas que recibió, con el mero argumento de que su
actuar estuvo revestido de buena fe.

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Si bien las acusaciones se dirigieron por el camino


jurídico, no puede olvidarse que la fuente generadora del
pago realizado por Ecopetrol SA al acá accionado, fueron las
decisiones judiciales emitidas dentro de una acción
constitucional, que luego, perdieron vigor al ser revocadas
por la Corte Constitucional en sede de revisión y cuyo fallo
dispuso la devolución de los dineros recibidos por el
trabajador accionado.

Esta Corporación ya se ha pronunciado en casos como


el que acá se examina, entre otras sentencias, en la CSJ
SL1979-2021, donde al reiterar la CSJ SL8211-2016, acotó:

[…] La conclusión del Tribunal sobre el efecto de la revocatoria


de una sentencia que decide una acción de tutela también se
obtiene, con claridad, de la regla procesal, de carácter general,
prevista, para los trámites de tutela, en el artículo 7 del Decreto
306 de 1992, reglamentario del 2151 de 1991, aplicable en el
caso de acciones dirigidas contra particulares, precepto que si
bien no fue considerado expresamente por ese fallador, contiene
una regla que acogió y a la cual la censura no se refiere. Tal
disposición es del siguiente tenor literal:

‘De los efectos de las decisiones de revisión de la Corte


Constitucional y de las decisiones sobre las impugnaciones de
fallos de tutela. Cuando el juez que conozca de la impugnación
o la Corte Constitucional al decidir una revisión, revoque el fallo
de tutela que haya ordenado realizar una conducta, quedarán
sin efecto dicha providencia y la actuación que haya realizado la
autoridad administrativa en cumplimiento del fallo respectivo’.

De esta norma fuerza colegir que las medidas que se hayan


tomado en cumplimiento del fallo de tutela revocado quedan sin
efecto. Aunque se refiere a la autoridad administrativa, como se
dijo con antelación, esa disposición, razonablemente
interpretada, puede extenderse respecto de los particulares. Por
lo tanto, no cabe duda de que cuando una sentencia de tutela
dictada en primera instancia es revocada, deja de producir
efectos jurídicos, por ser esa la consecuencia natural y obvia de

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la derogatoria. Así también lo ha entendido la Corte


Constitucional, fallo de tutela de radicación T-068-95 de 22 de
febrero de 1995:

‘De lo anterior se concluye que, si bien un fallo de tutela en


primera instancia puede ser recurrido por cualquiera de las
partes dentro de los términos establecidos por la ley, su
cumplimiento por éstas es obligatorio mientras se surte la
segunda instancia, la cual, de confirmarlo, dejará en firme la
actuación del a-quo, pero en caso de revocarlo, dejará sin
efectos totales o parciales el fallo objeto de apelación, y
producirá otros, los cuales las partes deberán acatar. Si bien
esta circunstancia no modifica para nada las decisiones de
tutela objeto de revisión en el presente caso, se debe prevenir al
Juez de primera instancia para que en el futuro decida con base
en lo preceptuado por la citada disposición’.

Si bien es cierto es posible que en la providencia mediante la


cual se revoca la de primera instancia, se tomen algunas otras
determinaciones, que deberán ser cumplidas, la falta de un
pronunciamiento sobre ellas no puede ser suplida por otra
autoridad judicial (salvo por la Corte Constitucional, al revisar
las decisiones sometidas a su consideración), de suerte que la
revocación de la providencia producirá como lógica
consecuencia que no siga produciendo efectos y que las
medidas adoptadas en ella pierdan toda eficacia.

Como en el presente caso, el Tribunal consideró que la


demandada debía devolver los dineros a la demandante por
cuanto «las sumas percibidas por ella dejaron de tener
legitimidad, fundando este argumento en «la contundencia de lo
precisado por la Corte Constitucional», lo realizado por el juez
colegiado no fue otra cosa que volver las cosas al estado
anterior a la realización del pago por parte de la entidad
demandante a la demandada, es decir, tal y como se encontraba
antes de cumplirse la orden impartida en la providencia que vía
revisión se revocó por la Corte Constitucional, decisión del ad
quem que a todas luces deviene jurídicamente viable y no
resulta desproporcionada.

Con la postura jurisprudencial de esta Sala de


Casación, no estaba el sentenciador obligado a verificar si el
comportamiento del llamado a juicio estuvo ceñido a la
buena fe, pues si la Corte Constitucional revocó las
decisiones proferidas en las instancias, es claro que la

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causa jurídica que dio lugar a esos pagos desaparece, lo


que implica volver las cosas a su estado anterior, por lo que
resulta insostenible la afirmación del censor cuando refiere
que de haber indagado el Tribunal sobre la conducta del
trabajador, no habría hallado medio de convicción que
desvirtuara que el trabajador pudo haber actuado de buena
fe, y por ende, otra sería la decisión.

Importa destacar que fue la Corte Constitucional la


que ordenó devolver los dineros que Ecopetrol entregó al
accionante y por ello se encontraba en la obligación de
devolver la suma recibida, por razón de que perdió
legitimidad, lo que conlleva que las cosas vuelvan al estado
anterior a la realización del pago sin causa jurídica, es
decir, como se encontraba antes de cumplirse la orden de
amparo impartida en las providencias que vía revisión fue
revocada.

Ahora bien, aunque esta Corporación en otras


decisiones ha señalado que, por haber recibido el trabajador
dineros de buena fe, no se encuentra obligado a restituirlos,
como en las sentencias CSJ SL, 27 en. 2010, rad. 35348 y
CSJ SL7107-2015, memoradas por el recurrente y con las
que aduce que el juzgador colegiado desconoció el art. 83 de
la CN, no es menos cierto, que las controversias resueltas a
través de las decisiones reseñadas se cimientan en
supuestos que no se armonizan con los del presente caso,
pues en aquellas contiendas fueron las accionadas las que
al expedir los actos administrativos y reconocer un derecho
incurrieron en error, que no por cumplir órdenes judiciales

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en sede de tutela, como acá aconteció.

En ese orden, sin dejar de lado la perspectiva jurídica


de los cargos, se itera que al quedar sin causa las medidas
que se adoptaron en el fallo revocado, lo actuado en el
trámite constitucional perdió eficacia y, por tanto, la
sociedad que cumplió con el pago, en aras de recaudar ese
dinero, podía acudir a la jurisdicción con la finalidad de
obtener su cometido.

Así las cosas, los cargos no prosperan.

Costas en el recurso extraordinario a cargo del


impugnante y a favor de Ecopetrol SA, por cuanto presentó
réplica. Se fijan como agencias en derecho, la suma de
$4.700.000, que se liquidarán en el juzgado, en la forma y
términos previstos en el art. 366-6 del CGP.

XI. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, NO
CASA la sentencia proferida por la Sala Laboral del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bucaramanga, el
12 de diciembre de 2018, en el proceso que promovió la
EMPRESA COLOMBIANA DE PETRÓLEOS - ECOPETROL
SA contra RICARDO GUTIÉRREZ CORTÉS.

Costas como se dijo en la parte motiva.

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Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al tribunal de origen.

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JIMENA ISABEL GODOY FAJARDO

JORGE PRADA SÁNCHEZ

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