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2.1.

El ojo y la visión

El ojo representa el órgano que detecta la luz y es la base del sentido de la vista

(Ver figura #1).

Figura #1 – El Ojo Humano

Fuente: Universidad Complutense de Madrid

Los rayos de luz que incursionan en el ojo por medio de la pupila, son

concentrados por la córnea y el cristalino para producir una imagen en la retina. La

retina comprende millones de células las cuales son sensibles a la luz, conocidas

como bastones y conos, quienes forman un mosaico de puntos sensibles, cada

uno de los cuales puede ser estimulado independientemente por un punto

luminoso. Los conos requieren de una luz relativamente brillante para su actividad,

pero a la vez pueden manifestar muchos tonos y matices de color. De forma

opuesta, los bastones necesitan muy poca luz, lo que los hace muy aptos para la

visión nocturna; no obstante, no pueden discernir los colores.


Las estimulaciones nerviosas que son generadas en la retina son emitidas por los

nervios ópticos como impulsos nerviosos, hasta la corteza cerebral, produciéndose

los estímulos inmediatos de las sensaciones y percepciones visuales (Marín,

2015). De esta forma, la información procedente de cada uno de los dos nervios

ópticos es procesada en el cerebro para que produzca una única imagen

coordinada.

Las principales partes del ojo se citan a continuación (Marín, 2015):

 Esclerótica: es la capa externa fibrosa de color blanquecino que

reviste el globo ocular. Su función fundamental es la de proteger las

estructuras sensitivas del ojo.

 Córnea: producto de su transparencia y curvatura regular, opera

como una lente convergente. Adicionalmente, protege la superficie

anterior del ojo frente a traumatismos.

 Coroides: está situada entre la retina y la esclerótica. es una

membrana conjuntiva con abundantes vasos, que recubre el globo

ocular por dentro, cuya cara externa es negra y brillante (trabaja

como pantalla ante la luz). Su actividad fundamental es el aporte

sanguíneo a las capas más externas de la retina. La parte ulterior

está perforada por el nervio óptico.


 Iris: se sitúa detrás de la córnea, y representa una membrana

coloreada y circular que tiene una apertura central: la pupila. Su

tarea principal es regularizar la cantidad de luz que accede a través

de la pupila, contrayéndose y dilatándose rápidamente con los

cambios de luminosidad.

 Retina: viene siendo la capa más profunda del ojo, y es donde

realmente se realiza el proceso de la visión, productos a que es

tejido neuroepitelial (parte del sistema nervioso central) y se conecta

con el cerebro por el nervio óptico. Dentro de la retina, se pueden

distinguir algunas zonas sumamente importantes:

 Papila o disco óptico: esta competen al punto de entrada

del nervio óptico en la retina y asimismo al punto por el

cual penetran en el ojo las arterias retinianas y salen las

venas retinianas. Esta configuración forma el punto ciego

del ojo, puesto que carece de células sensibles a la luz.

 Mácula: representa la zona que se localiza en la parte

posterior de la retina, en la cual hay una mayor densidad

de vasos sanguíneos y foto-receptores (conos), haciendo

la zona de la retina especializada en la visión fina de los

detalles. Esta sirve, entre otras cosas, para poder leer y

distinguir las caras de las personas.

 Fóvea: es a depresión poco profunda de la retina ubicada

en el polo posterior del ojo en el centro de la mácula. Es la


zona de la retina que proporciona la visión de más alta

resolución y precisión.

 Cristalino: viene siendo la lente biconvexa ubicada detrás del iris.

Su función es alcanzar el enfoque preciso, proceso conocido

como acomodación del ojo. Su forma es modificada por pequeños

músculos que lo hacen más curvo para poder enfocar los objetos

cercanos y lo achatan para poder enfocar objetos distantes.

Incoloro y transparente al principio, donde asume poco a poco

una coloración ambarina. Su indicativo de refracción va

aumentando con la edad.

 Cuerpo o gel vítreo: representa una sustancia gelatinosa e

incolora, que llena la parte posterior del globo ocular, entre la

retina y la cara trasera del cristalino. Su propósito es brindar

protección y amortiguación, además, de mantener y conservar la

forma del ojo y su presión interna.

 Humor acuoso: representa el líquido transparente y fluido que

ocupa el espacio existente entre el cristalino y la córnea. Su

objetivo es nutrir y oxigenar las estructuras del globo ocular que

no tienen aporte sanguíneo: la córnea y el cristalino.

2.2. Naturaleza de la luz

La naturaleza de la luz ha venido siendo estudiada desde hace muchos años por

científicos tan notables como Newton y Max Plank. Para los científicos conocer la
radiación electromagnética, resulta un elemento clave producto a que toda la

información que se obtiene de las estrellas nos llega a través del estudio de la

radiación que recibimos de ellas (Roa, 2013).

Como se ha expresado, la naturaleza de la luz ha sido interpretada de diferentes

maneras (Roa, 2013):

1) Formada por corpúsculos que viajaban por el espacio en línea recta (teoría

corpuscular - Newton - 1670).

2) Ondas semejantes a las del sonido que necesitaban un medio para

transportarse (teoría Ondulatoria - Huygens - 1678, Young, Fresnel).

3) Ondas electromagnéticas al hallar sus características semejantes a las

ondas de radio (teoría electromagnética - Maxwell - 1860).

4) Como bultos de energía llamados cuantos (Plank).

Finalmente, Broglie en 1924 agrupa la teoría electromagnética y la de los cuantos

(que provienen de la ondulatoria y corpuscular) manifestando la doble naturaleza

de la luz.

2.2.1. Características de la luz

La luz representa la radiación electromagnética (EM), fluctuaciones de

campos eléctricos y magnéticos en la naturaleza. Puntualizando, que la luz

es energía y el fenómeno del color es el resultado de la interacción de la

energía y la materia. Las ondas electromagnéticas se dan como

consecuencia de dos efectos: un campo magnético variable produce un


campo eléctrico; un campo eléctrico variable genera un campo magnético.

Las ondas electromagnéticas son campos eléctricos y magnéticos

oscilatorios que permanecen en ángulo recto (perpendiculares) entre sí y

asimismo son perpendiculares (ángulo recto) a la dirección de propagación

de la onda. De manera determinante, las ondas electromagnéticas son por

naturaleza transversales.

Es irradiada a través de una fuente (sol, lámpara, flash, etc.). Puede

moverse en el vacío a altísimas velocidades (casi 300.000 km/s), y

traspasar sustancias transparentes, disminuyendo entonces su velocidad en

función de la densidad del medio. Se extiende en línea recta en forma de

ondas perpendiculares a la dirección del desplazamiento.

En resumen, la luz es una radiación que se difunde en forma de ondas, no

obstante, cuando interacciona con la materia, la misma comporta como un

haz de partículas (fotones). La luz posee las siguientes carcterísticas

fundamentales:

1. Se propaga en línea resta

2. Se refleja cuando llega a una superficie reflectante.

3. Cambia de dirección cuando pasa de un medio a otro

2.2.2. Propiedades de la luz

A continuación se detallan cada una de las propiedades de la luz (Roa,

2013):
La refracción: es la transformación brusca de dirección que sufre la luz al

cambiar de medio. Este hecho es debido a que la luz se propaga a

diferentes velocidades según el medio por el que viaja. El cambio de

dirección resulta mayor, cuanto mayor es el cambio de rapidez, ya que la

luz escoge recorrer las mayores distancias en su desplazamiento por el

medio que le sea más rápido. La ley de Snell relaciona el cambio de ángulo

con el cambio de rapidez a través de los índices de refracción de los

medios.

Propagación y difracción: Representa una de las propiedades de la luz

más evidentes a simple vista, ya que se propaga en línea recta. Se puede

ver, por ejemplo, en la propagación de un rayo de luz en sitios polvorientos

o de atmósferas saturadas. La óptica geométrica esta basada en esta

premisa para predecir la posición de la luz, en un determinado momento, a

lo largo de su transmisión.

De la propagación de la luz y su encuentro con objetos, es cuando

aparecen las sombras. Si se interpone un cuerpo opaco en el camino de la

luz y seguidamente una pantalla, se obtiene sobre ella la sombra del

cuerpo. Si el origen de la luz o foco esta lejos del cuerpo, de tal manera

que, relativamente, sea más pequeño que el cuerpo, se creara una sombra

definida. Si se acerca el foco al cuerpo, surge una sombra en la que se


apreciara una región más clara denominada penumbra y otra más oscura

denominada umbral.

Sin embargo, la luz no siempre se dispersa en línea recta. Cuando la luz

traspasa un obstáculo puntiagudo o una abertura estrecha, el rayo se curva

tenuemente. Este hecho, denominado difracción, es el encargado de que al

mirar a través de un agujero muy pequeño todo se mire de forma

distorsionada o de que los telescopios y microscopios tengan un número de

aumentos máximo.

Interferencia: representa forma más sencilla de estudiar el fenómeno de la

interferencia, es con el nombrado experimento de Young, el cual consiste

en hacer incidir luz monocromática (de un solo color) en una pantalla que

tenga una rendija muy estrecha. La luz difractada que emerge de dicha

rendija se vuelve a hacer incidir en otra pantalla con una doble rendija. La

luz que proviene de las dos rendijas se juntan en una tercera pantalla

produciendo bandas alternativas claras y oscuras.

Este hecho de las interferencias, puede ser observado de forma natural en

las manchas de aceite sobre los charcos de agua o en la cara con

información de los discos compactos; los dos poseen una superficie que,

cuando se ilumina con luz blanca, la difracta, generándose una cancelación

por interferencias, en función del ángulo de incidencia de la luz, de cada


uno de los colores que contiene, posibilitando verlos separados, como en

un arco iris.

Reflexión y dispersión: Al incidir la luz en un cuerpo, el componente en

que está constituido el mismo, retiene en unos instantes su energía y a

continuación la reemite en todas las direcciones. Este fenómeno se llama

reflexión. No obstante, en superficies ópticamente lisas, a causas de

interferencias destructivas, la mayor parte de la radiación se pierde, no así

la que se propaga con el mismo ángulo que incidió. Ejemplos simples de

este efecto resultan los espejos, los metales pulidos o el agua de un río

(que tiene el fondo oscuro).

La luz también se refleja por medio del fenómeno denominado reflexión

interna total, que es producido cuando un rayo de luz, intenta salir de un

medio en que su velocidad es más lenta a otro más rápido, con un

determinado ángulo. Se genera una refracción de tal manera que no es

capaz de atravesar la superficie entre ambos medios reflejándose

completamente. Esta reflexión es la encargada de los destellos en un

diamante tallado.

En el momento que la luz es reflejada difusa e irregularmente, el proceso se

llama dispersión. Producto de este fenómeno se puede seguir la trayectoria

de la luz en ambientes polvorientos o en atmósferas saturadas. El color azul

del cielo, es el resultado de la luz del sol dispersada por la atmósfera. El


color blanco de las nubes o el de la leche también se debe a la dispersión

de la luz por el agua o por el calcio que incluyen respectivamente.

Polarización: La situación de la polarización se observa en unos cristales

establecidos que individualmente son transparentes. No obstante, si se

colocan dos en serie, paralelos entre sí y con uno girado un determinado

ángulo con respecto al otro, la luz no puede traspasarlos. Si se va rotando

uno de los cristales, la luz comenzará a atravesarlos lográndose la máxima

intensidad cuando se ha rotado el cristal 90° sexagesimales referente al

ángulo de total oscuridad.

También se puede conseguir luz polarizada por medio de la reflexión de la

luz. La luz reflejada está parcial o totalmente polarizada obedeciendo al

ángulo de incidencia. El ángulo que crea una polarización total se llama

ángulo de Brewster.

Muchas gafas de sol y filtros para cámaras tienen incluidas cristales

polarizadores para eliminar reflejos molestos.

2.2.3. Espectro de la luz

El espectro electromagnético representa un conjunto de energías, entre las

que se encuentra la luz visible al ojo humano, la cual se define como

espectro visible. La luz tal como la conocen nuestros ojos, es decir, el

espectro visible, es una franja estrecha de energía electromagnética que


comprende desde los 4000 Å a los 7000 Å (Cultura Científica, 2019). Los

valores de frecuencia inferior a los comprendidos en el espectro visible son

conocidos como rayos infrarrojos, y los superiores como ultravioletas.

Dentro de este espectro visible, cada longitud de onda genera un estímulo

diferente dentro del ojo, y cada uno de estos estímulos es identificado como

un color diferente.

Los ojos pueden ver la luz de longitudes de onda entre 380 (violeta) y 780

nm. (rojo). Por debajo y por encima de este espectro están las

denominadas radiaciones invisibles: la ultravioleta, por debajo de la violeta y

la infrarroja, por encima del rojo.

Los objetos se muestran coloreados cuando tienen la propiedad de

absorber luz de cierta longitud de onda y reflejan el resto.

Existen dos tipos de objetos visibles: aquellos que por sus características

emiten luz y los que la reflejan. El color de estos dependerá del espectro de

la luz que incide y de la absorción del objeto, lo que determina qué ondas

son reflejadas.

La luz blanca se crea cuando todas las longitudes de onda del espectro

visible, están presentes en proporciones e intensidades similares.


2.2.4. La luz azul

La luz azul es la zona de la luz visible más peligrosa para el sistema visual

del ser humano. Su longitud de onda está comprendida entre los 380 y 500

nanómetros (Admira Visión, 2017).

Esta es emitida por fuentes naturales como el sol, pero también son

productos de fuentes artificiales tales como las bombillas LED o las

pantallas de los dispositivos electrónicos (tabletas, televisiones,

ordenadores, smartphones, etc) (Admira Visión, 2017).

La exposición a la luz azul ha venido en aumento en los últimos años

producto principalmente al incremento del uso de luces tipo LED, dejando

de usar las luces incandescentes. Por otro lado, el uso de pantallas

electrónicas tanto en los sitios de trabajo, en el hogar e incluso los niños en

las escuelas, también se ha incrementado exponencialmente en los últimos

años.

Por lo tanto, se debe ser consciente que este tipo de luz está presente en el

día a día y que conlleva una exposición a ella de forma constante.


Por otro lado, existe evidencia de que la luz azul puede interferir en los

ritmos circadianos de los individuos, haciendo que sea más difícil conciliar

el sueño, ya que éstos dependen de la luz y la temperatura, y si cuando

baja la luz ambiental, estamos expuestos a las longitudes de onda que

emiten las pantallas, nuestros bioritmos se pueden acelerar en lugar de

reducirse para permitirnos descansar mejor.

La sobreexposición de los ojos a la luz azul resulta perjudicial para los ojos.

Algunos de los problemas que puede producir el exceso de exposición a la

luz azul tenemos (Admira Visión, 2017):

Síndrome Visual Informático (SVI):

 Ojos rojos.

 Cansancio ocular.

 Sequedad ocular.

 Disminución de la frecuencia del parpadeo.

Alteración de los ritmos circadianos:

La luz azul anula parcialmente la síntesis de melatonina (hormona del

sueño) generando insomnio.

2.2.5. Fototoxidad de la luz azul

La exposición a la luz azul interior no tiene precedentes en la historia

humana, no sabemos si es buena o mala, pero hay que ser conscientes de


ello. Estos señalamientos del Dr. Tolentino reflejan una preocupación

creciente por la naturaleza desconocida de los efectos a largo plazo de la

exposición a la luz azul en la retina (Comité de Expertos, 2016). Lo que esta

detrás de esta preocupación, es el hecho de que actualmente estamos

enfrentados a un nuevo escenario en rápida evolución; una gran proporción

de nuestra sociedad del primer mundo (y en cierta medida los países en

desarrollo) se encuentra sometida a una exposición a la luz azul artificial,

tanto diodos emisores de luz blanca fría (LED) como fuentes de luz

fluorescente, que se ha incrementado drásticamente. El éxito generalizado

de estas formas de iluminación, es el resultados de su mejor rendimiento en

comparación con las bombillas incandescentes (Comité de Expertos, 2016).

A esta forma de exposición cambiante se suma una transformación en los

hábitos de la sociedad con la disponibilidad generalizada de varias

tecnologías digitales, lo que se demuestra en una exposición a las pantallas

cada vez a edades más tempranas y durante periodos de tiempo más

largos, lo cual viene afectando a una proporción creciente de la población

mundial. En el plazo de una sola generación, se ha pasado de una

exposición a pantallas que se limitaba a mirar un par de programas de

televisión, a un aumento de horas profesionales, recreativas y educativas

sentados delante de una pantalla.

Sin embargo, aunque los datos sobre el impacto de la exposición a la luz

LED azul son escasos, en las bibliografías consultadas se confirmado la


tendencia hacia unos hábitos digitales distintos y que están en continuo

cambio. Dos estudios recientes llevados a cabo por el US Vision Council e

IPSOS, en el que se evaluaron más de 13.000 participantes de Brasil,

China, Francia y Estados Unidos, defienden la hipótesis de que cualquier

problema derivado de los efectos de la luz azul afectará a un gran

porcentaje de población. En esta misma sintonía, uno de los estudios (con

más de 4.000 participantes) observaron que más del 90% de las personas

encuestadas utilizaba una computadora o miraba la TV todos los días,

mientras que el 70% de los participantes utilizaba un smartphone,

prácticamente todos a diario. Sumado a esto, el uso del ordenador era

intensivo: alrededor del 60% de los usuarios pasaba más de 4 o 5 horas

diarias delante de su pantalla. La encuesta de Estados Unidos (con cerca

de 10.000 participantes) reveló que casi el 30% de los participantes pasaba

más de 9 horas al día. Estos estudios confirmaron también un cambio

rápido en los hábitos hacia una mayor exposición: el 89% de la población

pasaba más tiempo delante de dispositivos digitales que hace 2 años y el

65% miraba los dispositivos digitales desde más cerca en comparación con

hace 2 años (Comité de Expertos, 2016).

Más allá de estas transformaciones en los hábitos de comportamiento, la

exposición a largo plazo está incrementándose, ya que la exposición a las

pantallas LED empieza desde edades muy tempranas. Si se suma esto con

el hecho de que las generaciones más mayores han adoptado con

entusiasmo el uso de dispositivos electrónicos y que la esperanza de vida


está aumentando con un incremento de 1 año cada 5 años, es evidente

que, teniendo en cuenta estos elementos acumulativos, nuestra exposición

a la luz azul está creciendo en todos los aspectos (Comité de Expertos,

2016).

La exposición a pantallas en horas de la noche y la intensidad de la

iluminación LED posiblemente afecten al grado de dilatación de la pupila,

algo fundamentalmente importante en términos de daño potencial de la

retina. Con la iluminación LED, la luz turquesa es más tenue y afecta al

reflejo pupilar, lo cual significa que se dilata más y por tal motivo deja pasar

más luz azul-violeta dañina al ojo. Esta situación se complica todavía más

porque el espectro de exposición es dinámico y cambia considerablemente

según la edad, el individuo y los entornos profesionales, además de con los

continuos avances tecnológicos; como resultado de ello, cada individuo

tiene un perfil de riesgo personalizado (Comité de Expertos, 2016).

2.2.6. Efectos secundarios de la luz azul en los ojos

Los síntomas generados por la luz azul plantean interrogantes; en primer

lugar, en la práctica clínica rutinaria, resulta poco habitual que los pacientes

vayan a la consulta quejándose a corto plazo de problemas debidos a la

exposición a pantallas (p. ej. síndrome visual informático), como señaló el

Dr. Lamoureux; además, al interrogar a un ciudadano medio por la calle si

tiene fatiga visual o sequedad ocular cuando utilizan su computadora o


teléfono, normalmente siempre la respuesta es afirmativa (Comité de

Expertos, 2016).

Dentro de la práctica clínica, resulta que los pacientes con otras patologías,

son los que suelen presentar los síntomas. Esto plantea la importante

cuestión de reconocer qué síntomas a corto plazo se deben

específicamente a la exposición a la luz azul frente a otra patología de la

superficie ocular. Como señala el Dr. Orduna, se tiene que “identificar a los

pacientes que sufren patologías de la superficie y distinguir entre los

síntomas provocados por patologías de la superficie ocular y los debidos a

la luz azul (Comité de Expertos, 2016). Esto no es una tarea sencilla, ya

que los síntomas pueden ser perfectamente una combinación de diversos

factores.

Cuando se esta frente a una pantalla, se recibe más luz azul (en

comparación con leer un libro, por ejemplo) y a menor distancia, se fija la

vista y se parpadea menos; la dificultad es distinguir entre estos factores. El

deslumbramiento, relacionado con la fatiga visual, es un aspecto importante

que se debe tener en cuenta, siendo la luz azul la principal longitud de onda

que provoca el deslumbramiento.

En resumen, existen muchos factores que contribuyen a las molestias

visuales, y la luz azul apenas es solo uno de ellos. Otro problema cada vez

más común, es la perturbación del sueño y los ritmos circadianos que


están asociados a la creciente exposición a la luz azul durante la noche. La

aplicación y la aceptación generalizada de la necesidad de protegerse

frente a los rayos UV, se apoya en sólidas pruebas clínicas que asociaban

la exposición a los UV con los daños en el segmento anterior del ojo con

patologías del cristalino. Si bien es cierto que se admite que hay sólidas

pruebas preclínicas moleculares y funcionales que vinculan la luz azul-

violeta con la toxicidad ocular, todavía no se ha podido demostrar dentro del

contexto clínico.

2.2.7. Protección de la luz azul

Muchos defensores de la salud ocular, tienen un gran trabajo por delante.

¿Se debe intentar minimizar la exposición o impulsar la protección? La

realidad es que reducir la exposición es una opción muy poco viable.

Resulta difícil que cambie el papel dominante que desempeña la tecnología

en los contextos sociales, educativos y profesionales, si acaso la exposición

aumentará. No obstante, aumentar la protección está claramente asociada

a un reto fundamental, ya que se tiene que optimizar la relación

riesgo/beneficio de equilibrar la falta de datos clínicos convincentes que

asocien la exposición acumulada y las enfermedades retinales con el costo

potencial y desconocido de esperar. La protección esconde muchas

inquietudes: ¿qué se debe establecer exactamente como protección?

¿Deberá convertirse la protección en una práctica estándar? ¿Cómo debe

debiera ser la educación de los profesionales de la salud ocular y cómo

deberían estos educar a sus pacientes? La protección preventiva esta


enfrentada a la dificultad de comunicar el valor de un posible beneficio a

largo plazo, sin ni siquiera disponer de pruebas clínicas sólidas y sin que la

persona perciba el beneficio de forma inmediata. A esto hay que añadirle la

naturaleza desconocida de transponer los resultados fotobiológicos in vitro

a las evidencias clínicas. Tomando en cuenta esto, lo bueno de la

protección frente a la luz azul es que ya están disponibles y se están

explorando soluciones no invasivas sin riesgo.

2.3. Filtros Ópticos

Los filtros ópticos vienen siendo lentes de colores que potencian la calidad visual.

Son de diversas tonalidades: verde, azul, marrón, naranja, rojo, amarillo, etc.

Estas diferencias en el color son las que permiten filtrar parte de la luz, eliminando

aquella que resulta dañina o molesta para la visión del paciente.

Existen diversos tipos de filtros ópticos:

 Los filtros neutros, los cuales disminuyen la intensidad de luz mediante el

color más o menos oscuro de la lente, como son las gafas de sol

tradicionales

 .Los filtros despolarizantes, que habitualmente son conocidos como gafas

polarizadas, las cuales se encargan de filtrar una parte de la luz del sol muy
molesta para la visión cuando se refleja sobre superficies, como el agua, la

carretera, etc.

 Los filtros de corte selectivo, son indicados para personas con problemas

visuales consecuentes de alteraciones o patologías oculares. Se presentan

en colores llamativos: rojo, naranja, amarillo, etc. En tonos fuertes o suaves.

Cada color absorbe una parte de la luz muy concreta, impidiendo de esta

manera que llegue al ojo del paciente, protegiéndolo y ganando

sustancialmente calidad visual y comodidad.

Los filtros pueden ser colocados en una gafa normal, como lentes oftálmicas

graduadas más un filtro. Se hallan en formato gafa de sol, para llevarla como tal o

sobre la gafa que se use habitualmente o bien en formato “clip”, para engancharlo

en la gafa.

2.4. Filtro Blue Block

El término gafas para el ordenador, se ha creado producto de la famosa luz azul y

el síndrome visual informático. Que por cierto es otro término que se ha sido

acuñado recientemente y está ligado a todos los problemas que se genera en la

visión, en personas que trabajan muchas horas delante de pantallas de ordenador.

Expertos señalan que filtro de luz azul (Blue Block) reduce la exposición ocular

tanto a la radiación ultravioleta (UV) en algunas longitudes de onda, como a la luz

visible de longitud de onda corta. Este tipo de filtro se puede encontrar tanto en

lentes para gafas como en lentes intraoculares los cuales contienen o están
recubiertas con cromóforos que absorben una proporción de las longitudes de

onda incidentes.

El filtro de luz azul alivia la fatiga ocular, mejora la calidad del sueño o que pueden

proporcionar protección retina contra la fototoxicidad, particularmente en la

mácula.

2.5. Filtro Amarillo

Estos filtros terapéuticos tienen un color amarillento, ya que por producto de esta

tonalidad, bloquea todo el espectro de luz azul que llega a la retina.

Sus ventajas son casi indiscutibles y sus cristales generan: mejor contraste de los

objetos, discriminación de formas, perfilado de siluetas, etc. Sin mejorar la

agudeza visual propiamente dicha, sí que mejora otros factores de similar

importancia, sobre todo en ejercicios que exigen lo mejor en los ojos, como son los

deportes y los objetos en movimiento.

Resulta importante señalar, que no todos son pros en estas gafas, ya que cuenta

con alguna contra de peso. La primera es simple y llanamente estética. La

segunda contra es más problemática, y es la modificación de color que se

experimenta con el uso de los filtros, sobre todo en los tonos azulados o verdosos.

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