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Institución: Escuela Secundaria N° 70 “Senderos” Profesora: Tropini, Anahí

Materia: Lengua y Literatura Año: 2023


Curso: Segundo

Consigna

1) Lea el texto titulado “El mito y la leyenda: una pareja despareja” como así también “Artemisa, Apolo y sus aventuras”.
2) a-Explique si “Artemisa, Apolo y sus aventuras” es un mito o una leyenda.
b-Justifique la afirmación realizada al resolver la consigna anterior.
3) ¿De quién era la patrona Artemisa? ¿Por qué?
4) ¿Por qué Artemisa renunció a tener vínculos amorosos?
5) Frente a Artemisa, en el mundo griego existía otra diosa Afrodita, la diosa del amor. Ella a diferencia de la primera
hacía de los vínculos amorosos lo más importante de su vida, se casó con Hefesto, pero tuvo muchas aventuras y
cometió numerosas infidelidades.
En la página dos hay una imagen de la antigua diosa griega del amor y otras (ordenadas mediante letras) de mujeres de
la actualidad ¿con cuál de las diosas – Artemisa o Afrodita- podrías asociar a cada mujer y por qué?

El mito y la leyenda:
Una pareja despareja
Los mitos son narraciones sagradas. Para las sociedades de la Antigüedad, eran el sostén de sus creencias religiosas. A
través de ellos intentaban responder a los interrogantes más viejos de los seres humanos: el origen de la tierra, de los
hombres, de lo que cada pueblo consideraba sus divinidades y del universo. Los hechos que narran suceden en una
época indefinida, sagrada y muy lejana del pasado, muchas veces es identificada con el principio de los tiempos. A
diferencia de las leyendas, no buscan explicar el nacimiento de algo puntual (planta, animal, costumbre, objeto); sino de
todo lo existente, de los antiguos héroes o de los dioses de un pueblo. Como ellas, son anónimos (no tienen un autor
identificable con nombre y apellido) y, al menos al principio, se transmitían oralmente. Los personajes que aparecen
en esos relatos son dioses, héroes o monstruos fabulosos, al igual que en las leyendas Cuando los protagonistas son
héroes, a pesar de ser mortales, tienen características que los distinguen del resto de los seres humanos y son sometidos por
las divinidades a pruebas a través de las cuales muestran sus capacidades para realizar las tareas. Así inician un camino para
superar los obstáculos que lo llevarán a conseguir sus objetivos y a demostrar sus cualidades como héroes.
Los mitos al igual que las leyendas se transmitían, en principio, oralmente. Luego con la aparición de la escritura
comenzaron a transcribirse e incluso formaron los llamados libros sagrados.
Como todas las narraciones, los mitos van uniendo los hechos principales (núcleos narrativos) mediante conectores.
Esas relaciones se ponen de manifiesto, especialmente a través de conectores temporales y de causa -efecto formados por
una o más de una palabra. A continuación, aparecen algunos conectores y expresiones frecuentes en el mito y otros textos
narrativos.

Artemisa, Apolo y sus aventuras

Leto, fue una joven diosa que se quedó embarazada de Zeus el dios griego de los dioses; producto de una de sus tantas
infidelidades. Hera, su celosa mujer, prohibió a Leto dar a luz en cualquier lugar en el que hubiera tierra firme Leto se vio
entonces obligada a vagar por el mundo en busca de un lugar en el que poder alumbrar. Finalmente llegó a una isla flotante
llamada Delos, la brillante, que permitiría cumplir la condición impuesta por la mujer del gran dios. Allí, Leto recobró su antigua
forma y se dispuso para tener a sus hijos.
Todos los dioses salvo Hera, asistieron al parto, incluida la de los nacimientos, que no quería colaborar, pero que finalmente
aceptó a cambio de un collar de ámbar regalado por un grupo de dioses que la sobornaron. En esas circunstancias Leto, dio a luz a
dos gemelos, que luego se convertirían en importantes dioses olímpicos. Primero nació Artemisa, una niña blanca y de cabello
oscuro, que acabó ayudando al nacimiento de su hermano Apolo, que vio la luz al día siguiente y era rubio como el mismo sol.
Por ende, Artemisa asistió así a los horrores y dolores de ese parto tan difícil. Eso la llevó a despreciar todos los amores
masculinos. Por eso cuando a la edad de tres años su madre la llevó al Olimpo para que conociera Zeus y este le ofreció los dones que
ella deseara, Artemisa le pidió libertad e independencia, capacidad para elegir ella misma su destino, libertad para renunciar al amor de
pareja y ser insensible a la sexualidad. Le pidió, además, que la convirtiera en cazadora, para lo cual su padre la dotó con una túnica
que solamente le llegaba a las rodillas y una veintena de ninfas que se encargaban de una jauría de perros. Así mismo fue el dios
Hefesto quien le fabricó en plata una lanza, un arco e infinitas flechas. Como una vocación a la que se encomendó apenas fue
concebida y que cumplió a cabalidad, Artemisa le solicitó también a Zeus el don de asistir a las mujeres en sus partos. Así fue como se
convirtió, en el mundo griego, en la patrona de los partos, de las solteras y de la caza.

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Como buena representante de la vida salvaje, Artemisa era caprichosa y bravía. Causaba la muerte a todo el que osaba
cortejarla u incluso mirarla con intención amorosa. Cuando los gigantes Oto y Efialto intentaron subir al monte Olimpo con la
intención de seducirla, ella les lanzó un ciervo para distraerlos. Entonces gigantes se pelearon por el ciervo hasta matarse el uno al
otro. Así, con mucha inteligencia, los sacó de su camino.
Después, el príncipe Acteón tuvo una muerte más terrible. Un día, cazando por el bosque, sorprendió a la diosa desnuda mientras
se bañaba en un arroyo. Cometió la imprudencia de mirarla, lo que bastó para que Artemisa lo convirtiera en un ciervo y terminó
devorado por sus propios perros de caza.
Tampoco Búfago, el hijo del titán Jápeto, escapó de la ira de la diosa. Vio a Artemisa, pensó en violarla y la persiguió por el
monte Foloe. Al adivinar sus pensamientos, la diosa lo atacó con una flecha y murió.
En cambio, con Sipretes, que también la observó mientras se bañaba, tuvo más compasión ya que lo convirtió en mujer.
Fueron muchos los hombres y dioses que quisieron tener a Artemisa como mujer, pero ella no le concedió este deseo
a ninguno. A varios acabó por atacarlos personalmente con sus flechas o con la ayuda de los animales.

Artemisa y sus perros


L

La muerte de Acteón

Leto y sus dos hijos: Apolo y Artemisa

Afrodita la diosa que los griegos creían que


había nacido de la espuma del mar
A. Romina Malaspina B. Carola Lorenzini

c. Wanda Nara

d. Cecilia Grierson Rosario Vera Peñaloza

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