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La leyenda:
Las leyendas son narraciones tradicionales, es decir de origen colectivo, anónimas (sin un autor identificable con nombre y
apellido) y que se transmiten oralmente (de padres a hijos, de tíos a sobrinos y de abuelos a nietos en las conversaciones cotidianas).
Asimismo, presentan acontecimientos sobrenaturales (que no tienen explicación); pero esos hechos no son vistos como sagrados
(algo qué sí pasa en el caso de los mitos). Ahora bien, ¿por qué no se los considera relatos sagrados? Porque no son explicaciones
generales sobre el origen del mundo, de todo lo que existe, de lo que cada pueblo tiene por sus divinidades (dioses), ni de sus héroes y
héroes. Entonces, ¿qué cuentan las leyendas? Más que contar, explican el origen de una cosa, animal, costumbre, planta o árbol
puntual y nada más.
Por otro lado, tienen una función moralizante para la comunidad en la que se inventan pues las actitudes de los personajes tienen
un premio o un castigo (como la mezquindad o pijotería, la solidaridad, la obediencia, la desobediencia, el gusto por derrochar lo
ganado, la excesiva afición a las diversiones, la humildad, la valentía, etc.). De esa forma, establecen y transmiten cuáles son las
actitudes positivas y negativas.
Las leyendas siempre se cuentan en tercera persona del singular o del plural (él/ ella y ellos/ellas). Por ese motivo, los verbos
van a ser parecidos a los que les presentaré ahora: venía/n, vivía/n, estaba/n, murió, murieron, etc. Además, sus narradores son
omniscientes, o sea saben todo de los personajes, incluso lo que piensan, sienten y sueñan.
Un pino mapuche
Mucho antes de que los blancos llegaran a la Patagonia, hubo un invierno muy frío. Casi no había comida. Se moría la gente de
hambre. Habían desaparecido el ñandú y el guanaco. Los guerreros salían a buscar animales y volvían peor que antes. Algunos morían
en el viaje y comían hasta las raíces de las plantas.
Entonces se reunieron los caciques. Hicieron una gran junta. Mandaron delegaciones para conseguir ayuda. Lo poco que tenían era
repartido. Al tiempo volvió un guerrero. Dijo que mientras estaba en la cordillera se encontró con un anciano. Cuando le contó lo que
estaba pasando, el viejito le preguntó por qué no se alimentaban con piñones (frutos) de los pehuenes (árboles parecidos a los pinos),
que esa era la verdadera comida mapuche que Nguenechén había enviado y habló de todas las formas de aprovechar el piñón. Después
el guerrero no supo más del hombre, que desapareció en la nieve.
Se reunió toda la gente a escuchar la novedad que traía el recién llegado y uno de los presentes dijo:
-Ese era un mandado de Nguenechén.
Buscaron todos los piñones que pudieron hallar. Los juntaron, comieron e hicieron rogativas (oraciones). Desde entonces cuando
se hacen rogativas se toma chafi que es una bebida obtenida de las piñas de ese árbol.
La carta formal
Existen situaciones de la vida cotidiana en las que necesitamos contactarnos con una persona o institución que no conocemos o
con la cual no tenemos suficiente confianza. En estos casos, escribimos una carta formal.
Entre los distintos tipos de cartas formales se encuentran las de reclamo (queja) y las solicitudes (pensadas para pedir algo), entre
otras. Los dos últimos tipos se caracterizan por presentar argumentos o razones que buscan convencer al destinatario (al que la
recibe). Más allá de eso, todas se distinguen por ser un tipo textual muy ordenado, con piezas y fórmulas fijas. Observemos el cuadro
sobre las partes y fórmulas propias de esa clase de cartas.
ENCABEZADO Incluye el lugar y la fecha de emisión de la carta y el destinatario, ya sea una persona concreta y la
institución a la que pertenece o solo esta última
Fórmulas empleadas allí: Sr./ Sra. Pérez.., Estimado/a Sr./ Sra Pérez..,; A quien corresponda...
(cuando no se cuenta con un nombre), etc.
CUERPO Comienza siempre en una primera oración que expresa el motivo general por el cual se escribe u
sigue con el desarrollo. El desarrollo abarca cuál es la situación que lleva a hacer un pedido, por qué
corresponde que se cumpla con él, a qué se debe el interés por cierto puesto de trabajo, por qué debería
tomar como empleada a esa persona y no a otra, etc.).
Fórmulas: Me dirijo a usted..., Tengo el agrado de comunicarle..., Le comunicamos..., Por medio de
la presente..., El motivo de mi carta..., En respuesta a ..., etc.
CIERRE Presenta una frase final, así como el saludo de despedida, generalmente acompañado por el nombre
del remitente (el que manda la carta) y una firma.
Fórmulas: Sin otro particular, Quedo a su disposición, Espero su respuesta, Agradezco su tiempo,
Desde ya muchas gracias por su ayuda; Saludos cordiales, Atentamente, Atte, Lo saludo cordialmente,
etc.