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No tengo metas ni objetivos en la vida ¿Qué puedo

hacer?
En mi experiencia personal, he aprendido que no tener metas
ni objetivos en la vida puede resultar en una sensación de
vacío y falta de propósito. En un artículo anterior, hablé acerca
del daño que nos hace perseguir ciegamente una escena perfecta,
aquella que idealizamos como la solución a todos nuestros
problemas y que creemos que, al conseguirla, tendremos éxito y
nos traerá la felicidad eterna. Sin embargo, hoy quiero aclarar
algo al respecto…

No estoy diciendo que NO debemos tener metas, objetivos


o sueños que cumplir en la vida. Tampoco digo que debamos
renunciar por completo a nuestros sueños y aspiraciones. En
realidad, es importante encontrar un equilibrio entre tener
metas realistas y disfrutar del camino que nos lleva a
alcanzarlas. De hecho, esos sueños y esas metas son las que le
dan parte del sentido a todas nuestras acciones diarias. Si no las
tuviéramos ¿Qué sería de nosotros? seriamos como muertos
deambulando en vida, pasando los días en automático sin nada
significativo qué hacer.

Si no tuviéramos algo más grande que solo satisfacer nuestras


necesidades básicas, viviríamos insatisfechos todo el tiempo,
sabiendo en el fondo que hay algo más que necesitamos hacer
para ser felices, pero por alguna razón nos hemos desviado en
el camino. Nos hemos conformado con las circunstancias, las
comodidades y lo que nos ha traído la suerte.

Es más, si no tuviéramos nada qué lograr, ser, hacer o


conseguir, nuestra vida no tendría sentido. No habría una
razón poderosa para levantarnos de la cama cada mañana.
Seríamos simples seres que nacemos y andamos por el mundo
unas cuantas décadas hasta que nos llega el momento de morir.
Sin embargo, somos mucho más que eso. Somos seres con
capacidad creativa y transformadora, dotados de cualidades
innatas que nos permiten visualizar posibilidades, cambiar
nuestro entorno y nuestras circunstancias, y dirigir nuestro
destino.

Como seres humanos, gozamos de la enorme ventaja evolutiva


de poder pensar en nuestro futuro y ser conscientes de nuestra
propia existencia. Esta habilidad nos brinda la oportunidad
de elegir qué hacer con nuestras vidas en cada etapa, algo que
otras especies del planeta no pueden hacer.

Podemos definir un propósito de vida, y hacer algo que nos


haga sentir verdaderamente realizados y satisfechos,
cumpliendo nuestra vocación, trabajando con pasión y
escuchando ese llamado interno que nos impulsa a ser mejores
y dejar un legado.

No confundas tus objetivos y metas con un instante


pasajero en la vida
Nuestro sueño no es aquella escena perfecta y momentánea a
la orilla de la playa sin preocupaciones ni responsabilidades, en
un hermoso atardecer y tomando una deliciosa agua de coco.
Esas ideas preconcebidas las adoptamos de la televisión y los
medios.

Nuestros sueños son más que eso. Se trata de una serie de


«escenas» y eventos que pueden evolucionar y mejorar a lo
largo de tu vida. Todas conformarán tu historia personal, y cada
pequeño instante (incluido el actual) lo vivirás detalladamente.

[Artículo recomendado: La importancia de ser detallista con lo


que quieres]

Cada segundo que pasa lo experimentas vívidamente a través


de tus sentidos, sentimientos y pensamientos. Es por eso que,
en vez de perseguir ciegamente aquella escena ideal (la que te
dijeron que debía ser tu aspiración máxima), debes procurar
que las escenas venideras (diarias y ordinarias) mejoren
progresivamente con los meses y los años.

No se trata de alcanzar un momento «cúspide» y soñado,


donde finalmente puedas tener la felicidad prometida y
permanecer en tal estado para siempre. Así no funciona la vida.
Eso solo forma parte de las películas y los cuentos de hadas. La
vida es cambiante y es una ley natural que debes aprender a
manejar sabiamente.

Necesitas establecer objetivos claros y detallados en cada etapa


de tu vida que realmente sean tuyos (no adoptados por la
sociedad), y te hagan vibrar desde el interior. Un deseo real y
genuino que surja desde las «fibras» más profundas y esenciales
de tu ser ¡Ahí está la clave!

Y por supuesto; mientras te diriges hacia allá y buscas mejorar


tu vida, no debes olvidarte de vivir el ahora y disfrutarlo en la
medida lo posible, porque el mañana jamás dejará de ser
incierto.

Es necesario que definas un proyecto de vida que te dé una


idea de lo que quieres hacer y lograr ahora, y en cada etapa de
tu vida profesional y personal. Será como un mapa que te
guiará a lo largo del camino y le brindará un sentido y una
dirección a tus días.

Puedes canalizar tus recursos más valiosos -tu energía, tiempo,


atención, inteligencia, juventud, vitalidad y talento- para
enfocarlos en un objetivo claro y específico. Un proyecto que,
además de permitirte obtener el sustento económico, te brinde
realización personal y te permita contribuir positivamente en
esta sociedad de la cual formas parte.

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