Está en la página 1de 5

“Diálogo en bioeconomía: la UNA al servicio del desarrollo nacional”

Bioeconomía y turismo sostenible: aportes para fortalecer la


Estrategia Nacional de Bioeconomía en Guanacaste, Costa Rica

Picón – Cruz Juan Carlos

1
Sede Regional Chorotega, Universidad Nacional, Costa Rica

Email: juan.picon.cruz@una.cr

Resumen
El ecoturismo y el turismo sostenible en Costa Rica ha generado un reconocimiento internacional
desde hace muchos años. El posicionamiento está relacionado a la difusión internacional del patrimonio natural
de este país de Centroamérica que sorprendió al mundo entero por la riqueza natural, sobre todo la diversidad
biológica. El turismo sostenible como política pública se ha apalancado en la biodiversidad de las áreas
silvestres protegidas.
El objetivo del presente escrito es reconocer el aporte de la biodiversidad como elemento potenciador
de entornos turísticos sostenibles vinculados a la identidad cultural. El vínculo Universidad – Sociedad permite
potenciar el territorio, generar dinámicas desde el turismo sostenible y aportar en la Estrategia Nacional de
Bioeconomía 2020 – 2030. La metodología para desarrollar este escrito está basado en el enfoque de co-
creación territorial, para reconocer lo que puede aportar una región desde el patrimonio natural y cultural en
procesos de desarrollo local sostenible, en articulación con los distintos agentes del sistema turístico. El papel
que juega la Universidad es clave en cuanto puede servir de agente coordinador e impulsor de modelos de
alto valor ecológico y bioeconómico en los Objetivos del Desarrollo Sostenible para una región de Costa Rica
que enfrenta el reto de posicionar un turismo sostenible con alto enfoque en la bioeconomía.

Palabras clave: bioeconomía; turismo sostenible; desarrollo sostenible; Costa Rica; Universidad Nacional.

Eje: Biodiversidad y desarrollo


Bioeconomía y turismo sostenible: aportes para fortalecer la
Estrategia Nacional de Bioeconomía en Guanacaste, Costa Rica

Costa Rica es un país que ha apalancado su trayectoria turística en la biodiversidad, sobre


todo en el patrimonio natural agrupado en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (ASP). La relación
del turismo costarricense con la biodiversidad se consolida con el desarrollo de ASP y con el Instituto
Costarricense de Turismo (ICT), integrando los aportes de investigación como material valioso para
estructurar la propuesta turística costarricense, especialmente en ecoturismo1.
La experiencia y reconocimiento internacional en materia ambiental representa un gran
impulso al modelo de turismo sostenible, sobre todo en los procesos de generación de sistemas
ecológicos que hoy reconocemos como claves para promover prácticas desde la bioeconomía en el
turismo. El premio mundial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) Acciones por el Clima
otorgado al gobierno de Costa Rica por los avances en materia de descarbonización es un buen
ejemplo.
La huella ecológica del turismo es alta, sobre todo en modelos tradicionales masificados
relacionados al turismo de sol y playa. Pese a los esfuerzos que se realizan para promover e impulsar
prácticas asociadas al turismo sostenible, las afectaciones a los ecosistemas continúan, y se hace
evidente en la concentración de residuos en los océanos, deforestación en zonas costeras y de
humedales, fragmentación de ecosistemas y otras alteraciones del medio natural. Los Objetivos del
Desarrollo Sostenible (ODS 14) anunció el compromiso con la vida submarina: prevenir y reducir al
2025 la contaminación marina, aumentar los conocimientos científico y mejorar salud de los océanos.
Ante esta situación el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) ha desarrollado un instrumento
de pagos por servicios ambientales en convenio con el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal -
FONAFIFO-, donde de manera voluntaria los turistas realizan un aporte al sistema de Pago por
Servicios Ambientales (PSA) para compensar por la huella ecológica que ocasionan en el viaje. Se
reconoce una variedad de afectaciones relacionado al consumo de combustibles fósiles en el traslado
aéreo y terrestre de largas distancias, prácticas de alto consumo de recursos de la naturaleza, sobre
todo agua y masa forestal. Sumado a las movilizaciones existe la huella ecológica en entornos
turísticos por gasto en electricidad en una variedad de usos como iluminación y aire acondicionado,
disponibilidad de agua caliente, desperdicio de alimentos, entre otros.
Relacionado a la huella hídrica se ha evidenciado el alto consumo de agua en los tradicionales
modelos de turismo de sol y playa relacionados a sistemas de jardín y campos de golf al estilo
europeo típico de los palacios (el mejor ejemplo es la imitación a los palacios tipo Versalles), sumado
a la conocida huella hídrica virtual (AV) presente en alimentos de alto gasto de agua (agua virtual)
(Picón & Hernández, 2013). Los sistemas agroecológicos representan una alternativa para promover
entornos turísticos amigables con la naturaleza y la cultura, dado que involucra la identidad, el
conocimiento y cultura local con alto valor en la experiencia del turista, mejora la imagen ecológica
del destino y genera beneficios bioeconómicos.
La introducción de prácticas de la economía circular y la bioeconomía se hacen cada vez más
accesibles, dada la capacidad de investigación, desarrollo, innovación y extensión que realizan las

1
Los primeros tours a los parques nacionales de Costa Rica (Volcán Poas e Irazú) basaron la oferta en los inventarios y
resultados de investigación de una variedad de biólogos y naturalistas que desde el siglo XIX reportaban al mundo la
gran biodiversidad del territorio costarricense.
universidades en regiones turísticas. Un ejemplo es la introducción de distintos modelos de áreas
verdes en una diversidad de usos que van desde la combinación de estos espacios para producir
alimento para consumo humano y animales silvestres y domésticos, mejora los ambientes en cuanto
a elementos bioculturales, bioeconómicos y ecológicos. También se desarrollan sistemas de captura
de agua de lluvia conocidos como reservorios para almacenar agua de la época lluviosa en lagunas
artificiales que permiten una variedad de usos como agricultura, ganadería, pesca, riego de jardín,
paseos en canoa, otros. Otro ejemplo es la introducción de sistemas de biojardineras y arborización
en destinos turísticos sea en áreas públicas o privadas, lo que genera una excelente alternativa para
tratar de manera natural las aguas servidas y mantener áreas de jardín en condiciones apropiadas
para el uso turístico, sobre todo en época seca. La posibilidad de integrar espacios turísticos desde
la bioeconomía es amplia, requiere de procesos de investigación y acompañamiento al sector para
demostrar las múltiples posibilidades, lo que además demanda que los campus universitarios
modelen en cuanto a promover un modo de vida vinculado a las dinámicas ecológicas.
Los procesos de investigación y extensión de la Sede Regional Chorotega en conjunto con
otras unidades académicas de la Universidad Nacional, ha permitido fortalecer la capacidad de incidir
en el territorio. Además de los temas antes mencionados, es posible determinar el potencial de
iniciativas como agricultura y ganadería sostenible, que no solo proveen de alimentos sanos y
económicos al turismo, también generan contribuciones importantes para disminuir gases de efecto
invernadero y captura de carbono, ambientes ecológicos en los destinos turísticos y protección de
ecosistemas frágiles y estratégicos. Complementa esta lista los resultados de proyectos académicos
en apoyo a la apicultura tropical, pesca responsable, restauración de ecosistemas de humedal,
protección y restauración de flora costera, protección de zonas de anidación de tortugas y otras
especies marino-costeras, entre otros. Investigaciones recientes permiten avanzar en procesos de
investigación de mayor amplitud, tal es el caso de iniciativas emergentes en energías renovables que
aportan una base fuerte a la bioeconomía del turismo. Contar con las condiciones de clima de mayor
días sol en la región permite aprovechar y producir energía solar, además de producción de energía
eólica, e incluso parte de la energía del mar.
Reconocer la tendencia de la bioeconomía permite avanzar en procesos de investigación que
aumenta la base disponible para el desarrollo de productos turísticos sostenibles. El vínculo
Universidad -Sociedad se fortalece con la capacidad de aportar información a los sectores
productivos y las instituciones, sea para los procesos de educación y concientización ambiental,
como para los desarrolladores de proyectos turístico. Iniciativas académicas han permitido
documentar parte de la riqueza natural y cultural, generando productos turísticos con alto
componente identitario. Ejemplo es la documentación de flora y fauna silvestre de la región
Chorotega, que permite a los guías y empresarios del turismo un mejor desempeño. Entre algunos
resultados de investigación están: Orquídeas de la Península de Nicoya (Mendez, 2019); Experiencias
en Investigación y Manejo de Humedales Interiores y Marino Costeros en Costa Rica (Picón & Bravo,
2014). El libro colectivo “Clima, agua y producción sostenible: aportes desde la acción académica de
la Sede Regional Chorotega de la Universidad Nacional, Costa Rica” (CEMEDE, 2020) reúne resultados
de investigación y extensión que aportan en la temática.
La estrategia de impulso de la bioeconomía en el turismo requiere de una importante tarea
de investigación, desarrollo e innovación de nuevos productos desde la base del patrimonio natural
y cultural costarricense. Dado el carácter multidimensional y sistémico del turismo, involucra una
variedad de actores del ecosistema empresarial y requiere la creatividad de todos. Impulsa y refuerza
el principio que ha generado el desempeño y posicionamiento del turismo costarricense, sea
ecológico, sostenible o bioeconómico. Valdría la pena preguntar ¿cómo nos ven los visitantes? Cuál
es el imaginario que existe en el visitante extranjero y cuál es el imaginario costarricense relacionado
al vínculo sociedad-naturaleza.

Conclusiones
Los aportes desde el turismo al cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible -
ODS- requiere de mayor compromiso que la sola invitación al turista o a las empresas del sector en
aportar pagos para compensar la huella de viaje. Es fundamental reforzar una visión y relación ser
humano – naturaleza de manera que desde el turismo se impulse modos de vida de alto vínculo
biocultural, sobre todo reconociendo los aportes de la biodiversidad en las tendencias asociadas al
buen vivir, turismo de bienestar, desarrollo local con identidad cultural.
La tendencia es lograr viajes más sostenibles, disminuyendo la emisión de Gases Efecto
Invernadero (GEI) desde la mejora en las prácticas de vuelos de menor huella ecológica, aplicando
los principios y el código ético del turismo sostenible. Estos principios y valores generan un cambio
cualitativo y cuantitativo del turismo, en el perfil del turismo en cuanto al tipo de bienes y servicios
que demanda, por ejemplo: disminuir vuelos privados y de primera clase (salvo justificaciones),
demanda de grandes espacios verdes que requieren de alto consumo de agua (canchas de golf),
sistemas de alto consumo de energía eléctrica, productos importados e industrializados.
El aporte de un jardín agroecológico en espacios turísticos significa mantener el jardín con
árboles para conservar la humedad y promover que el turista esté fuera de las habitaciones al aire
puro sin gastar electricidad, aire acondicionado, tv, con flores y frutos orgánicos como alimento de
animales silvestres y personas (turista puede consumir y conocer frutas directo de la planta). Además,
permite una experiencia integral con movimiento en caminatas con observación de aves, insectos,
flores, árboles y frutos (Publicaciones: Orquídeas de Península Nicoya, Plantas medicinales y
comestibles de península de Nicoya (edición), libro de colorear especies de manglar, otros).
El paisaje y conservación de ecosistemas en riesgo por el crecimiento del turismo debe estar
en estricto apego a la Ley de Conservación de Vida Silvestre 7317, Ley Zona Marítimo Terrestre y la
gestión pública y privada de los sistemas de conservación de la zona para fortalecer el turismo en
las áreas silvestres protegidas.
La gastronomía de un destino turístico juega un papel fundamental en el posicionamiento
turístico y el aporte a la huella ecológica. El Plan Nacional de Gastronomía Sostenible Saludable
reconoce alrededor de quinientas plantes locales muchas de tipo silvestre, especies nativas. Lo
anterior genera productos únicos que realzan la experiencia turística, minimiza el impacto ecológico
y aumenta la ganancia económica del entorno local. Lo que queda es mantener y mejorar el
acompañamiento académico para incorporar este tipo de productos en la oferta gastronómica del
turismo, con asesoría en inocuidad de los alimentos, producción de alto valor agregado (platillos de
restaurante, envasado, conservado).
Promover entornos con arquitecturas sostenibles que vinculen la biodiversidad y la cultura
en la estructuración del producto turístico. Prácticas como el agroecoturismo, territorios
agroecológicos con identidad cultural, con la oferta gastronómica reforzada en elementos
identitarios mesoamericana (trifecta de productos de maíz, ayote, frijol) realzan el aporte de la
bioeconomía en la gastronomía costarricense. La investigación universitaria y el conocimiento
tradicional dejan ver las posibilidades de combinar propuestas turísticas fortalecidas en distintas vías,
y solo se requiere ver la capacidad de co-creación desde lo que se tiene y se cuenta en un territorio.
Distintas iniciativas académicas dan muestras de un importante aporte de materiales
emergentes y de alto aporte a la construcción y arquitectura sostenible en el turismo. Tal es el caso
de los aportes del bambú en la arquitectura turística sostenible, incorporación de energías
renovables en empresas turísticas, huella hídrica del turismo (reservorios, consumo agua lluvia,
biojardinera).
Es necesario pensar el tipo de visitante que se espera, y eso se puede promover desde la
conformación de una oferta ecológica, con sistemas creativos de generación de huellas de vida, con
lo que se conoce como el “pacto por la vida” o “manifiesto por la vida”. Aportar en la forma en que
se aplica la ética para la producción y el consumo sostenible requiere de iniciativas estratégicas como
el caso del Plan Nacional de Descarbonización. El éxito de la estrategia se logra con acciones
conjuntas en todos los niveles. Desde una pequeña actividad turística que reduzca el impacto
ecológico, proyectos turísticos de gran escala vinculados a la estrategia, instituciones públicas
aportando en procesos de arborización urbana, hasta una comunidad rural organizada como
comunidad sostenible, son ejemplos de compromiso que la Universidad Nacional atiende en las
regiones turísticas.

Referencias bibliográficas

CEMEDE. (2020). Clima, agua y producción sostenible: aportes desde la acción académica de la Sede Regional
Chorotega de la Universidad Nacional, Costa Rica. Nicoya, CR: CEMEDE-HIDROCEC UNA.
Mendez, M. (2019). Orquideas de la península de Nicoya. Nicoya, CR: CEMEDE-UNA.
Picón, J., & Bravo, J. R. (2014). Experiencias de investigación en humedales interiores y marinocosteros de Costa
Rica. Nicoya, CR: CEMEDE-UNA.
Picón, J., & Hernández, A. ( 2013). Huella hídrica en tierras secas: caso del turismo de sol y playa en Guanacaste,
Costa Rica. Revista de Ciencias Ambientales (Trop J Environ Sci), 41-50.
Quesada, R. (2019). Sinopsis del surgimiento, desarrollo y diversificación del turismo rural en Cost Rica.
Memoria del Congreso Internacional de Turismo Rural Citurdes 2018 (págs. 251-263). Nicoya, Costa
Rica: CEMEDE-UNA.

También podría gustarte