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Posición de Chile en el Imperio: tras la ocupación del territorio comprendido entre los ríos Copiapó y Biobío, los españoles

fundaron ciudades, instalaron instituciones y comenzaron la explotación de lavaderos de oro y faenas agropecuarias. Al tratarse
de una región en conflicto permanente con las comunidades indígenas, Chile tuvo la categoría de gobernación o capitanía
general . Entre 1600 y 1810, la autoridad principal recayó en la figura del gobernador, encargado de administrar la gobernación,
presidir la Real Audiencia y dirigir el Ejército profesional, recibiendo el título de capitán general. El gobernador dependía
directamente del rey, pero en situaciones graves o urgentes estaba sujeto a la autoridad del virrey del Perú, relación que no
siempre fue armoniosa. La condición geográfica de Chile, caracterizada por su lejanía y aislamiento, hizo siempre complejo el
transporte y las comunicaciones con el resto del Imperio, y dificultó la aplicación de las disposiciones reales en el territorio de la
gobernación, por ejemplo, las referentes al trabajo indígena. Así, se hizo patente la frase “se obedece, pero no se cumple”,
principio que expresaba la dificultad para hacer cumplir las normas de los españoles en el territorio.

• Instituciones metropolitanas: corresponde a la institucionalidad política colonial situada en la metrópoli, es decir, en


España. Dentro de estas instituciones peninsulares, se encuentran las siguientes:

a. Corona: a la cabeza de esta institución se encuentra el rey, que concentraba en sus manos todo el poder, constituyéndose
en un monarca absoluto del que dependían todas las demás instituciones del Imperio. Su misión era velar por el bienestar de la
comunidad y poseía los dominios americanos a título personal. La Corona fue ocupada por dos dinastías sucesivas: la de los
Habsburgo hasta el siglo XVIII y la de los Borbones desde el siglo XVIII.

b. Casa de Contratación: creada en 1503, sus funciones eran esencialmente económicas, tributarias, aduaneras e incluso
científicas, puesto que controlaba la política comercial del Imperio, recaudaba impuestos importantes, regulaba el tráfico de
personas y mercancías y desarrollaba estudios náuticos y oceanográficos.

c. Consejo de Indias: fue el órgano más importante en la administración indiana, puesto que asesoraba directamente al rey
en materias gubernamentales, legislativas y judiciales que afectaban la administración de las colonias americanas. Establecido en
1524, el Consejo proponía nombramientos de virreyes, gobernadores y oidores de la Real Audiencia, elaboraba leyes para América
y actuaba como tribunal de última instancia.

• Instituciones americanas: son el conjunto de órganos administrativos que tenían residencia en América. Corresponden a
los siguientes cargos e instituciones, ordenados jerárquicamente:

a. Virreinatos: eran divisiones territoriales de gran extensión a cuya cabeza se encontraba el virrey, representante directo del
rey y, por ende, el funcionario de más alta jerarquía en América. Sus atribuciones eran de tipo gubernamental, militar y judicial,
puesto que como gobernador dirigía el virreinato, como capitán general comandaba el ejército y también presidía la Real
Audiencia. En América, los primeros virreinatos fueron organizados por Carlos V y fueron los de Nueva España y del Perú, a los que
en el siglo XVIII, bajo la influencia de las reformas borbónicas, se agregaron dos más: el de Nueva Granada y el del Río de La Plata.

b. Real Audiencia: era el principal tribunal de justicia en América. Su principal función era velar por el cumplimiento de las
leyes en todos los territorios de su jurisdicción, pero con las llamadas Leyes Nuevas de 1542 sus competencias se ampliaron hacia
atribuciones gubernamentales, pudiendo incluso reemplazar a los gobernadores en caso de vacancia. Estaban integradas por un
presidente (el virrey o gobernador), oidores y un fiscal, sus fallos eran prácticamente inapelables, y solo los de mayor importancia
eran derivados al Consejo de Indias. En Chile fue creada en 1565 en Concepción y luego restablecida en Santiago en 1609.

c. Gobernaciones y Capitanías Generales: comprendían espacios territoriales menores que el virreinato, a cuya cabeza se
encontraba el gobernador o capitán general, respectivamente. Los gobernadores dependían del virrey en ciertos aspectos, pero
eran las máximas autoridades en sus jurisdicciones; tal como ocurrió en Chile, duraban tres o cinco años en sus cargos y cuando
actuaban como jefes del ejército español, recibían el título de capitán general. En Chile, a raíz de las circunstancias propias de la
guerra de Arauco, los gobernadores acumularon ambos títulos.

d. Corregimiento: eran jurisdicciones menores que una gobernación, abarcaban una ciudad y su distrito estaba a cargo
de la figura del corregidor, el que era nombrado por el gobernador durante un año. Entre sus funciones estaba revisar causas
criminales, la vigilancia y protección de los indígenas y la fiscalización de los encomenderos.

e. Cabildo: fue el órgano representativo de la ciudad. Su función era administrar la ciudad, además de la distribución de
tierras, la administración de justicia en primera instancia, el control y regulación del comercio y el aseo y ornato. Para formar
parte de un cabildo era requisito ser un “vecino” de la ciudad, condición que generalmente cumplían los españoles
encomenderos. En cuanto a la asignación de los cargos, solo los vecinos podían asumir aquellos, destacando los de alcalde, juez y
concejero.
• Reformas borbónicas: el cambio dinástico ocurrido en la Corona española a comienzos del siglo XVIII con la llegada de los
Borbones, significó el intento por sacar de la decadencia y la crisis al Imperio español. Bajo el influjo ideológico del despotismo
ilustrado, los reyes borbónicos implementaron una serie de reformas tendientes a hacer más eficiente y moderna la
administración del Estado, centralizando el poder nuevamente en la figura del monarca. En América, estas reformas significaron la
creación de virreinatos, instituciones especializadas como la Secretaría de Marina e Indias o los tribunales comerciales y cargos
como los de intendentes y regentes, figuras que restaron poder y atribuciones a los virreyes y gobernadores. En Chile, estas
reformas se vieron reflejadas en la fundación de ciudades, obras públicas y nuevas instituciones, como la Universidad de San
Felipe o la Casa de Moneda y las intendencias de Santiago y Concepción.

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