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Diarios de las guerras de mediados de siglo en las provincias del Cauca,

1851 y 1854.
Las nuevas historiografías ponen de manifiesto que todos los actores se movieron
en el flagelo de la guerra buscando sus propios intereses.
Manuel María Luna Martínez = Autor del primero diario, el cual narra sus
dificultades para llegar a Ecuador (presidente Novoa) y armar una campaña para
insurreccionar las provincias del sur “Pasto y Tuquerres” y así tener apoyo militar.
(Hijos, Emiliano, Jacinto y Asensión) Y se casó con Agueda Hurtado, Hija de Juan
Francisco Hurtado.
José Rafael Arboleda – Hijos -> Julio y Sergio Arboleda.
Tendencias revolucionarias del sur (conservadores) Julio Arboleda y Jaime
Hurtado, estos personajes posteriormente formaron el Conservatismo regional ->
Sergio Arboleda, los hermanos Zarama, los Quijano, los Arroyo entre otros.
Con los hermanos Arboleda fundó la Sociedad Republicana (sociedad de
artesanos), para hacer contrapeso a las Sociedades Democráticas que por aquél
entonces estaba fundando el partido liberal en el sur occidente colombiano.
Las provincias del Cauca y las guerras de mediados de siglo, 1851 y 1854.
El estudio de una guerra civil debe partir hablando del contexto territorial, social,
económico y político, porque tales acciones colectivas se inscriben dentro de
procesos de mediana duración, donde la construcción del estado y la interacción
de agentes e instituciones fueron problemas centrales.
Las provincias del Cauca en las primeras décadas de vida republicana.
Con la constitución de 1832 se da nacimiento al denominado Estado de la Nueva
Granada, la antigua gobernación de Popayán se dividió en tres provincias:
Popayán, Pasto y Buenaventura. Hacía 1835 se creó la provincia del Cauca
(banda oriental del Valle del rio Cauca y la provincia de Buenaventura).
Guerra de los Supremos (1839-1842) y la rebelión conservadora de 1851.
El general liberal José María Urbina se rebeló en Guayaquil y derrocó al gobierno
quiteño de Diego Novoa.
Desde Tumaco, Cumbal y Túquerres salieron diversos grupos ecuatorianos en
contra del gobierno ecuatoriano. Desde la provincia de Imbabura salieron cuerpos
granadinos en oposición al gobierno o que estaban en contra del régimen
provincial de la región.
Con la liberación de los esclavos se da una crisis en las haciendas y las minas,
destruyendo la relación hacienda-mina y mina-hacienda.
“Un democrático le dijo que le diese la parcela de tierra que le correspondía, frente
a lo cual el general le señaló las montañas azules baldías al horizonte y le
aconsejó que fuese a trabajar en ellas” Pág. 18 esto se dio por la misión
diplomática fallida de José María Obando al Perú.
Lo que nutrió el orden social de la colonia fue la relación mina-hacienda y
hacienda-mina, por lo que, con la perturbación de dicha relación, el orden social se
rompió con la abolición de la esclavitud. Se rompió el precario consenso social
existente entre dominados y dominantes.
Una de las causas por las que los esclavos se rebelaban contra su amo era por el
hambre y el desamparo. Por lo que hacían el reclamo.
En la relación amo-esclavo se establecieron una serie de obligaciones y derechos
mutuos, de pactos.
Por “funcionalidades políticas” entendemos, o más bien partimos de que todo
gobierno descansa en el consentimiento obtenido, de alguna manera, de los
gobernados. El éxito de un gobierno depende de la aceptación de ficciones,
requiere la suspensión involuntaria de la incredulidad, que creamos que el
emperador está vestido, aunque podamos ver que no lo está. Todo gobierno
necesita hacer creer en algo, hacer cree que el rey es divino, es justo; hacer creer
que el pueblo tiene una voz, o hacer creer que los representantes del pueblo son
el pueblo; hacer creer que todos los hombres son iguales o hacer creer que donde
descansa, en buena parte, el fundamento del poder. Este principio se aplica tanto
a los gobiernos más democráticos como a los más liberales. El mundo político es
por ende de simulaciones, se mezcla con el mundo real de extrañas maneras,
pues el mundo de las simulaciones puede con frecuencia dar forma al mundo real.
Sin embargo, esas simulaciones, denominadas ficciones, se les da generalmente
un nombre enaltecedor. Podemos aclarar que son verdades evidentes por sí
mismas, y esa designación no es inapropiada porque implica nuestro compromiso
con ellas y al mismo tiempo las protege de todo desafío. Pág. 20.
Una crisis de legitimidad asumida por las nuevas figuras políticas como los
caudillos, caciques y notables locales, en quienes recayó el peso de controlar los
territorios de su influencia. Ellos fueron el “gendarme necesario” Pág. 23.
Sobre dichas figuras el Estado negocio para penetrar los territorios e ir
estableciendo una institucionalidad fundada en el liberalismo político y las
prácticas administrativas de nuevo cuño. Pág. 23.
Parte que buscaron los estados emergentes en América Latina, fue la de sustentar
su gobernabilidad al amparo de personajes en las localidades que se reflejaban
como una figura de “autoridad natural” de sus poblados. Pág. 23.
Jefes naturales, personas que por sus recursos podían dispensar favores, hacer
préstamos y, por ende, ir constituyendo una extensa red de personas adscritas a
su casa. Pág. 23.
Jefes naturales = funcionarios parroquiales, aquellos que detentaban el poder en
una localidad y cumplían el papel de catalizar una relación entre lo local y el
gobierno nacional.
El autor del diario de la guerra de 1851, su marcha de Popayán a Pasto serían
unas simples jornadas de camino, pero no es así, El personaje en cuestión, el cual
trasluce su filiación conservadora y vínculo con la casa Arboleda, hizo su marcha a
Pasto por medio de los contactos previos de una red, que le permitieron no solo
salir de incógnito de Popayán, sino viajar sin ningún inconveniente por el Valle del
Patía y posteriormente por las montañas de la provincia de Pasto. Pág. 25.
Sin duda, sin la ayuda, el autor del diario se hubiera visto aprehendido por las
autoridades liberales de la época, ya que mantenían una fuerte vigilancia por las
zonas que tránsito.
Los cuerpos guerrilleros fueron fuerzas irregulares parroquiales, estuvieron
presentes preferencialmente en el bando conservador durante la guerra de 1851, y
en el bando liberal, durante la guerra de 1854. Tal tendencia de tener presencia en
el bando que hace la guerra al régimen, expresa una forma de adaptación de la
resistencia por parte de grupos que no cuentan con los suficientes recursos –
armas, dinero, vituallas, menajes, entre otros- para sostener una táctica de lucha
regular. Pág. 26.
Durante la época de mediados del siglo XIX, se dio la formación de diversas
sociedades según la filiación o ideología política, es decir, que los conservadores y
liberales formaron sociedades según sus intereses.
Las sociedades democráticas tienen sus raíces en unas organizaciones
artesanales constituidas en junio de 1838 en Bogotá, promovidas por la
agrupación política “Progresista” luego de la derrota electoral sufrida en manos de
los “ministeriales”. La idea era dar instrucción política a los sectores populares
capitalinos, en torno a una asociación denominada “La sociedad democrática
republicana de artesanos y labradores progresistas de la provincia de Bogotá”.
Pág. 28.
En el caso de las provincias del Cauca, la Sociedad Democrática de Cali fue la
que mayor participación tuvo en los sucesos políticos acaecidos entre 1851 y
1854. Pág. 29.
La democrática de Cali tuvo una lucha contraria a la que estaba promoviendo la de
Bogotá. En Cali, la cuestión de la asociación, demostrando que más que estar
constituida por artesanos de oficio, estaba formada por hombres de campo,
labradores que buscaban el acceso a tierras de labranza cercana s a los centros
urbanos y poco dispuestos a ir a tumbar monte en las montañas de las
inmediaciones del Valle. En el caso de la de Quilichao, a pesar de los pocos
registros documentales existentes, se ve claramente que fue una sociedad
organizada por el liberalismo para movilizarse contra su eterno opositor: los
notables caloteños. Pág. 29.
El batallón 5to el 16 de mayo se pronunció a favor del general Melo. Esto sucedió
en Popayán.
La Guerra de 1851 en el sur del país.
Las razones generales del conflicto de 1851 se han esgrimido: las medidas
anticlericales que el gobierno liberal venía ejerciendo contra la iglesia, en un
esfuerzo por someterla bajo la tutela del estado; la expulsión de los jesuitas, que
sirvió como catalizador para ir delimitando agrupaciones políticas; la abolición
definitiva de la esclavitud, que afectó principalmente a las élites caucanas, que en
esta época eran una de las fuerzas sociales con mayor riqueza representada en
esta fuerza de trabajo cautiva. Pág. 30.
Los principales focos fueron en las provincias de Pasto y Túquerres y en las
provincias de Antioquia “Antioquia, Medellín y Córdoba”. Y muy esporádicamente
en Bogotá, las provincias de mariquita, Buenaventura y Popayán. Pág. 31
El terraje se volvió en una forma de trabajo utilizada por los ex propietarios de
esclavos en sus haciendas mineras de Caloto, para mantener la fuerza de trabajo,
ahora libre, y seguir recibiendo algo de la extracción aurífera de los placeres
mineros regionales. Pág. 32.
Antonio Mateus gobernador del Cauca en 1854
Manuela Tejada, personaje que estuvo en descontento por la abolición de la
esclavitud.
La frontera entre Caloto y Palmira fue álgida, esto debido a disputas por la tierra y
el cultivo de tabaco.
Pronunciamiento en Chaguarbamba: personajes que lideraron la guerra Manuel
Ibáñez y Manuel Hernández de Córdoba y Nacional, los hermanos Julio y Sergio
Arboleda, quienes trataron de formar ejércitos para enfrentar a las fuerzas
liberales en la región. Pág. 35.
La idea era tener el sur como cabeza de puente, por su conexión expedita con el
Ecuador, nación a la cual Sergio Arboleda y otros miembros del conservatismo,
semanas antes del pronunciamiento de Chaguarbamba . habían viajado, llegando
hasta Quito, donde hicieron negociaciones para recibir apoyo en equipos militares
por parte de las autoridades de este país andino. Dominado Pasto y Tuquerres, se
esperaba obrar sobre Popayán y establecer relación directa con el general
Eusebio Borrero, quien para aquella época debía haberse levantado en Antioquia.
Pág. 35.
Tomás España gobernador de Tuquerres.
La ruta de escape de las guerrillas conservadoras era por el corredor de Cumbal.
En 1852 se da la segunda etapa del conflicto. Pág. 36.
Guerra de los caballeros, alude a una forma específica de hacer la guerra contra el
gobierno, expresada en la intencionalidad de los directores supremos de la guerra
en constituir ejércitos regulares, con disciplina y entrenamiento. Pág. 36.
Disciplina = obediencia.
Para los Arboleda la guerra de guerrillas implicaba el bandolerismo, robo, saqueo
y asesinatos son fórmula de juicio.
Los ecos del golpe de Melo en Popayán.
El golpe de estado del 17 de abril de 1854 en Bogotá no fue un hecho aislado,
sino, un acontecimiento gestado entre los cuerpos regulares y artesanos
capitalinos por medidas que se veían gestando desde el gobierno del general
Mosquera, de la mano de su secretario de Hacienda, Florentino Gonzáles. Tales
medidas fueron posteriormente retomadas pro la presidencia del general José
Hilario López, afiliado al partido liberal, y que algunos han denominado “los
puñales del 7 de marzo”, aludiendo a la forma como el congreso eligió por presión
de los artesanos y otros estamentos bajos de Bogotá al liberal caucano.
Tales medidas se fueron dando desde el año 1847, hasta 1854, medidas
legislativas de corte liberal, encaminadas a la liberalización de la economía, a la
abolición de la esclavitud y a la separación entre el estado-iglesia, entre otros. La
oposición a tales medidas la protagonizaban en un principio los conservadores, en
una segunda instancia, los liberales draconianos y en el otro extremo se
encontraban los que impulsaban y estaba a favor de la aprobación de dichas
medidas, los golgotas.
Golgotas, basaban sus pensamientos en los acontecimientos revolucionarios
europeos de 1848.
La constitución de 1853 consagró las elecciones populares de gobernadores y
miembros de las cámaras provinciales, permitiendo la participación de líderes
conservadores expatriados y que ganasen en sus regiones.
En 1853, en Bogotá resultó electo el conservador Pastor Ospina; en Buenaventura
fue electo el conservador Manuel María Mallarino; en la provincia de Córdoba, el
conservador Venancio Restrepo; en Cundinamarca, Ignacio Franco Pinzón; en
Mariquita, Mateo Viana; en Medellín, Mariano Ospina Rodríguez; en Neiva, Rufino
Vega; en Pasto, Pedro Vicente Cárdenas; en Popayán, Manuel Jesús Quijano; en
Tequendama, Justo Briceño; en Tuquerres, Antonio José Chaves.
El batallón 5to se pronunció a favor de la dictadura de José María Melo.
Los sucesos de abril fueron protagonizados en Popayán por los Cobo, Alegría y
Ordóñez, los presbíteros María Alaix y Teodoro Sandoval, los abogados Andrés
Cerón, Pedro José Constain, don Eulogio Fernández y el coronel Victoriano Nieto.
Finalmente, el 15 de abril optaron por rendirse y acceder a un indulto. Pág. 42.
La noticia del golpe de estado el 17 de abril inspiró al batallón 5to y con la
compañía de guardias nacionales de los alrededores de la ciudad. Sin embargo, la
toma de la capital provincial fue efímera; los melistas de Popayán terminaron
refugiándose en la hacienda La Estancia, donde resistieron algunos días hasta ser
sometidos el 2 de junio de 1854. Pág. 43
Gólgotas = constitucionalistas. Los melistas no tuvieron apoyo a nivel local en la
Provincia de Popayán.
Memorias y diarios: los sujetos y el público.
La creación de un nuevo tipo de esfera, la esfera pública por medio de la difusión y
creación de nuevos periódicos hacen que aumente la opinión y difusión de la
información. El primer beneficiado de esta proliferación son los partidos, con la
creación de periódicos partidistas. Pág. 46. Esta parafraseado.
“Hannah Arendt señala que lo que es considerado visto y oído por todos de igual
manera, constituye una realidad percibida que goza de credibilidad y permite un
sentimiento de seguridad sobre el mundo. Dicha certeza forma un espacio como
un constituido a partir de la aceptación –por parte de muchos- de percibir u oír
algo de la misma manera. Pág. 47.
Diario de guerra donde se encuentran las penurias sufridas por la travesía
desde Popayán hasta el Ecuador, se escribió de abril a junio de 1851.
Sergio Arboleda = José Rafael Arboleda y Arroyo y Josefa Pombo, Se casó con
Marta Valencia, descendiente de Pedro Agustín Valencia.
Julio Arboleda y Jaime Hurtado = Sociedad Filológica 1839.
Revolución en Pasto, regreso mío.
El día siete, de marzo, se da la revolución en Pasto y los pastusos accionaron
contra Franco en Anganoy
Se refiere al combate de Anganoy, acontecido el 11 de mayo de 1851 donde las
fuerzas conservadoras dirigidas por Manuel Ibáñez fueron derrotadas por el
general Manuel María Franco y los coroneles Juan Bautista Astorquiza y Bautista
Guzman. Pág. 59.
Principios de una reacción.
La batalla de decisiva en el suroccidente en la Guerra de los Supremos: La
Chanca 11 de julio de 1841.
Desde Tulcan Julio Arboleda y Manuel Ibáñez organizan la oposición al régimen
liberal. Pág. 60.
11 de mayo de 1851 Batalla de Anganoy.
1 de mayo de 1851 Chaguarbamba.
El ejercito que dirigía José María Obando llego a Pasto entre los días 10 y 11 de
julio de 1851. Pág. 64
Cumbal pertenecía a la provincia de Tuquerres ubicado al suroccidente de Pasto.
En Anganoy las fuerzas conservadoras dirigidas por Manuel Ibáñez fueron
derrotadas por el general Manuel María Franco y los coroneles Tomás España y
Bautista Guzmán.
Diario de los acontecimientos de Popayán desde el 16 de mayo en que el
batallón 5to se pronunció por la dictadura de Melo.
Día 16 pronunciamiento de batallón, a cuya cabeza colocaron a Rosario Guerrero,
como comandante. Pág. 83.
Jóvenes como Enrique Arroyo, Miguel Arroyo, José María Mosquera y Mosquera,
Eustaquio Urrutia, Javier Velasco, Era jóvenes que viajaron a Timbio para reunirse
con sus compatriotas, para sostener la constitución y restablecer el legítimo
gobierno.
Sociedad Filológica, Julio Arboleda y Jaime Hurtado.
Mariano Ospina, Director del partido conservador en la época de 1851.
Manuel María Ayala, fue revolucionario, sosteniendo la causa de Melo en
Popayán, fue herido cuando los constitucionales recuperaron la ciudad.
El combate de Cali el 16 de junio.
Manuel Tejada y la columna Torres llegan a Cali con los caloteños, Tobar y
Antonio Mateus, este último gobernador del Cauca.
Se decía que las tropas constitucionales tomaron Cali el 28
Mariano Ospina Rodriguez y José Eusebio Caro fundan en Bogotá el periódico La
Civilización en 1848.
1 de septiembre se fugan 42 presos de la cárcel al parecer con ayuda de los
dictatoriales.
El 31 de agosto se da un enfrentamiento muy fuerte en Palmira.
Manuel de Jesús Quijano, gobernador electo pro la provincia de Popayán en los
comicios de octubre de 1853, fue protagonista en la respuesta de los
constitucionalistas a los melistas en la Provincia de Popayán.
José Obaldía, panameño que nació en 1806, era vicepresidente de la república en
el momento que aconteció el golpe de estado del general Melo.
Historia contemporánea de Colombia- Gustavo Arboleda.
Administración de López y Obando.
1849 1ro de abril, al medio día, tomó el general López posesión de la presidencia
de la República ante el congreso.
El presidente del Congreso era el doctor Márquez.
Posesión de José Hilario López y el Dr. Cuervo. Para López, su constitución debía
impulsar la libertad, igualdad y tolerancia. Creía que la seguridad del país debía
ser por parte de un ejército reducido, que cumpliera de policía y seguridad de las
costas y para la represión de los delincuentes. Esto se dio solo hasta la creación
de la Guardia Nacional. También en su programa se encontraba la fomentación de
obras públicas, buen manejo del erario, libertad para la industria, atender la deuda
externa e impulsar el desarrollo del istmo de Panamá.
Su gabinete: gobierno, doctor Francisco Javier Zaldúa; relaciones exteriores,
doctor Manuel Murillo; hacienda, doctor Ezequiel Rojas, y guerra y marina, coronal
Tomás Herrera.
El 10 de mayo renuncia Ezequiel Rojas y en su lugar es nombrado Rafael de
Porras.
Para la presidencia de López este dijo en su mensaje presidencial “soldado de la
guerra de la independencia y ferviente sostenedor en todos tiempos del principio
de la soberanía popular y del exclusivo reinado de las leyes de la república, la
divina providencia, por medio del sufragio espontáneo de los granadinos, h a
querido concederme el honor de presidir los destinos de la patria en los momentos
en que, victoriosa, puede ya decir que ha consolidado sus instituciones, echado
eternos cimientos a la democracia y asegurado los progresos de la civilización de
la época” pág. 58
Muy pocos colegios existen de niñas, y si el legislador no se penetra de la
necesidad de acometer una reforma importante, tendremos el dolor de ver pasar
otra generación del sexo delicado sin recibir los beneficios de la educación
industrial e intelectual” Pág. 63
“LA constitución de una república no debe ser la obra de las pasiones de los
intereses del momento; ella tiene que ser el sentimiento del espíritu humano en la
expresión más pura del querer de la mayoría del pueblo. Ella tiene que reconocer
todos los derechos que los hombres han recibido de la naturaleza, y que se
derivan esencialmente de su calidad de seres asociados para su común utilidad,
susceptibles de pensamiento y de ideas y capaces de razonar. La soberanía se ha
ido representando gradualmente desde el hombre con cetro de hierro hasta el
monarca constitucional; desde un cuerpo aristocrático hasta el gobierno militar;
desde el poder de los privilegiados hasta el mando de la clase media; y sólo falta
que ella sea la expresión genuina de la mayoría popular” Pág. 63
El aguardiente, el papel sellado representaron los mayores ingresos en el gobierno
de López. Pág. 70
Las contribuciones e impuestos que estableciese el cabildo parroquial no
necesitarían en ningún caso la aprobación de otra autoridad o corporación. Pág.
80
Popayán conservo en toda su integridad los quintos sobre los metales preciosos.
Popayán eliminó el impuesto al aguardiente.
Pág. 83 se habla sobre las rentas a nivel nacional.
El doctor Murillo se opone a tener ejército en Panamá “Un cuerpo de ejército en
Panamá está aislado y fuera del alcance de la vigilancia del gobierno y de la
acción de la opinión pública, que sostiene más decididamente la integridad
nacional. Estacionado Allí poco a poco puede perder el espíritu de nacionalidad
que tanto conviene que conserve, está más expuesto a la seducción, y si se logra
corromperlo por este mismo hecho el movimiento de la ciudad de Panamá arrastra
el de todo el Istmo.” Pág. 92
La civilización – Ospina y Rodríguez los que manejaban éste periódico.
Antiguo exguerrillero obandista, capitán Alegría, quien saludó a su general
Mosquera en nombre del pueblo de Timbio. Pág. 99
El 20 de abril se estableció la Sociedad de republicanos de Popayán. Pág. 100
Hablan los liberales de expulsar a los jesuitas antes de que cierren las cámaras
legislativas. Pág. 104, 105, 106. Esto ocurre en la presidencia de José Hilario
López
¿Fue Obando el asesino del General Sucre?
El 25 de septiembre, de manera muy solemne, se inauguró en el salón de grados,
antigua capilla castrense, conocida ahora ocn el nombre de las Aulas, una nueva
sociedad política, denominada Escuela Republicana, formada por los jóvenes más
notables de la escuela de derecho de la universidad nacional y colegio San
Bartolomé, que tenía por objeto hacer la propaganda de las ideas liberales del
programa de la revolución francesa de 1848, en discursos llenos de fuego, que
eran pronunciados en sesiones solemnes en medio de lucido y numeroso
auditorio, a las que concurrían muchas de las más elegantes y distinguidas
señoras y señoritas de la capital. Pág. 127. A los radicales se los llamo Golgotas,
porción juvenil del viejo partido liberal, eran socialistas y hablaban del socialismo
con tanto entusiasmo que alarmaban a López y a todos los viejos liberales. Pág.
128
Las sociedades democráticas, aparte de la labor meramente política y sectaria,
abogaban, como ya hemos tenido ocasión de manifestarlo, por determinados
principios económicos, en pugna con las ideas liberales que sus miembros decían
profesar. Pág. 136
Periodicos creador entre 1848-1853. Pág. 142
Popayán “El baluarte”
El demócrata, órgano de la sociedad de artesanos 15 de mayo. Pág. 145
En Popayán, donde había dos imprentas, la del Colegio Nacional (antigua
universidad) y la Democrática, organizada con algunos elementos de la primitiva
imprenta de esas ciudad, establecida en 1814, y con otros traídos de Cali y de
Bogotá, se editaron cinco nuevos periódicos: El Clamor, (26 números) que
empezó a salir el 25 de mayo, redactado por el doctor Sergio Arboleda, de violenta
oposición al general López, que agregó luego a su nombre el aditamento de
Popular y terminó en abril del 51; el Misóforo, de Julio Arboleda, hermano del
anterior, que tuvo comienzo el 13 de junio y fue el más notable órgano
conservador de provincias en esa época; la Bruja, papel satírico del doctor Manuel
María Castro, conservador; el Cernicalo y El Pueblo (1ro de agosto) ministeriales,
del presbítero Manuel María Alaix. Los tres primeros salían de la imprenta del
colegio, que estaba en manos de los conservadores. Pág. 146
Los malvados hacían gala de pintar zurriagos en las paredes de las casas con
letreros insolentes, y precedidos de “Viva el 7 de marzo, viva López, viva Obando”.
En el Cauca se llevaban la palma, por sus excesos, los democráticos de Guacarí,
quienes oían misa con zurriagos, en términos que cada festividad parecía un
domingo de ramos, y asegura que aún se había pretendido obligar al cura a que
bendijese aquellos instrumentos. Pág. 156
El congreso en 1851 asciende a coroneles a José María Gaitán y José María
Melo, que eran coroneles desde 1830 pág. 170
En 1851 se dio la extinción total de esclavitud y el senado, en segundo, otro
proyecto que consagraba la absoluta libertad de prensa y asociación. Pág. 175.
Los radicales apoyaban a Herrera y el resto de la opinión liberal a Obando.
El 7 de marzo de 1851 inicia el debate por la liberalización de los esclavos.
El tercer debate el 10 de mayo se declaraba suprimida la esclavitud con
indemnización.
D, José M. Plata, personaje que propuso la descentralización de rentas y gastos.
Pág. 188
“El Clamor” Periódico en Popayán.
Los coroneles Guzmán y España vencen a las fuerzas revolucionarias de Ibáñez
en Anganoy.
Para pacificar el Valle fue destinado el general Herrera.
En la junta de conservadores de Popayán se convino en conferir el mando civil de
la revuelta a Borrero y el militar a Julio Arboleda. Pág 222
Borrero llegó a Medellin el 20 de junio. Pág. 222
Eusebio Borrero, general de la República. Pág. 225
El presidente López lanzó el 13 de julio una proclama con motivo de rebelión de
Antioquia. Hacía notar que el movimiento había ocurrido en regiones dominadas
antes por los jesuitas, y que “Bogotá”, provincia que también fue profanada por las
plantas de esos seudo-sacerdotes, en cierra la misma semilla, aunque sufocada
hasta ahora por la vigilancia del gobierno. Pág. 228
En la batalla de la planicie de Buesaco es derrotado Julio Arboleda por Franco, lo
que lleva a su exilio en el Perú hasta el año 1853. Pág 229 (Juanambú)
El doctor Anibal Galindo, al hablar en sus Recuerdos Históricos de algunos
sucesos de 1851, entra en consideraciones sobre la rebelión de entonces y afirma
que ella se explica y que aun pudiera decirse, con las reservas del caso, que
admite una cierta justificación. “El partido liberal, expresa, se apresuró a tomar, por
decirlo así, posesión material de la República.” Las sociedades democráticas
“Constituían temibles núcleos de fuerza organizada para imponerse a la opinión y
ocurrir en defensa del gobierno y del partido en caso necesario. Predicábanse en
ellas las más exageradas teorías de libertad y de igualdad, en menosprecio al
predominio de las clases superiores de la sociedad y su establecimiento,
principalmente en el Cauca, fue seguido de innumerables atentados y violencias”
pág. 273
“El partido liberal sentó, pues, su trono, y López gobernó exclusivamente con él la
Nación, habiendo acabado en paz su período administrativo digno de eterno
recuerdo por la libertad de esclavos, libertad de tabaco y aguardiente, antes
monopolizados, libertad ilimitada de la prensa, expulsión de los jesuitas, ensanche
del poder municipal” Pág. 280
“A Mosquera lo ridiculizó mucho la prensa liberal, que llegó a decir que el
expresidente pretendía anexar el Istmo a los Estados Unidos, para ocupar un
sillón en el senado norteamericano y aspirar a la primera magistratura de esa
República” Pág. 281
“Los democráticos fieles llegaron en sus desviadas ideas a repartirse las tierras y
las casas y uno de ellos pidió al general Obando, cuando éste regresaba de su
frustrada misión diplomática a Lima, que le diera una vez la parcela que debía
corresponderle. El General e mostró las montañas azules de los baldíos y le
aconsejó´ fuese a trabajar en ellas. Esta respuesta desconcertó a los
democráticos, que fundaban sus esperanzas de riqueza en la presidencia del
caudillo”. Pág. 282
El hurón, obandista de lenguaje agresivo, fundado el 1ro de abril; el Republicano,
obandista también; el Chisgaravís y el Doctor Cuero, como los anteriores. Pág.
290
“El general Mantilla renuncia la comandancia general de Cundinamarca y la
jefatura de la segunda división del ejército y en su lugar fue nombrado, el 19 de
mayo, el general Melo” Pág. 347
“La cámara de Bogotá, en que presidía Murillo, solicito del congreso la sanción
definitiva del acto reformatorio de la constitución; abolición de la pena de muerte;
la expedición de un código civil en consonancia con la nueva fundamental de la
República; la liberta de cultos; la emancipación de la iglesia católica, sujeta hasta
entonces al poder civil en gracia del patronato; la supresión del ejército
permanente; la eliminación de prisión por deudas y la rebaja de dos reales en el
precio de cada arroba de sal” Pág. 348
La unión sucesora de El Republicano, cuyo redactor principal fue el padre Alaix.
Pág. 356
El Conservador (18 de julio); El Fariseo (21 de noviembre), y El Orden (14
deónoviembre). Fue fundado por el general Melo, mediante la colecta entre los
jefes del ejército, para defender a este contra la campaña radical para su
eliminación. Pág. 357
José Antonio Gómez por el Cauca, presbítero doctor Bueno por Popayán. Pág.
361
Joaquín Valencia y Andrés Cerón por Popayán en la Cámara de representantes.
Pág. 362
Los doctores Miguel Santiago Valencia, Manuela Antonio Bueno y don Manuel
Antonio Arboleda Arroyo regentaron sucesivamente el colegio nacional de
Popayán de 1851 y 1854. Pág. 367
López iba a cesar en el gobierno d, después de haber dirigido la República en una
época tormentosa, que se caracterizó por el exagerado espíritu reforma del grupo
dominante, con las inevitables reacciones del bando opuesto. Pág. 369
“Tengo el orgullo de nos desesperar de la salid de la República. Todos los que
llevan la patria y la virtud en sus corazones esperan de vos, señor, que tomaréis
por guía la constitución y las leyes, que son las conservadoras de la libertad.” Pág.
371 – Discurso pronunciado por Gori, quien ganó la presidencia del senador por
21 votos.
Discurso de Obando en su toma de posesión. Pág. 374
Cauca, Antonio Matéus, Gobernador.
Popayán, doctor Rafael Diago, pero fue suspendido; en su lugar fue designado el
doctor Joaquín Valencia, quien nombró jefe político del cantón capital al doctor
Manuel de Jesús Quijano y lo encargó de la gobernación. Terminado el juicio,
Diago reasumió su puesto, en virtud del nuevo nombramiento. Pág. 381
El 1ro de mayo se eligió de presidente del Senado al general Herrera con quince
sufragios y catorce en contra. La otra cámara designó para presidente al doctor
Lombana, por 33 votos a favor. Pág. 384
El 30 de mayor eligió presidente el senado a Gutiérrez de Lara. Ibid.
Un día después de terminadas las discusiones que ocasionó el proyecto de
constitución, el 19, hubo grande escándalo en la sesión de la cámara de
representantes, a consecuencia de una solicitud que los democráticos habían
elevado al congreso para pedir el alza de los derechos de importación. Esa
solicitud había sido acordada en virtud de proposición hecha con anterioridad en el
seno de la sociedad democrática del barrio de la Catedral, y la había firmado un
considerable número de socios, con la mira de evitar la competencia de los
similares extranjeros a los artefactos que se fabricaban en el país. Pág. 402
Patrocinio Cuéllar (secretario del gobierno) y José María Plata (Hacienda). Pág.
403
Se discuten los ajustes en el periodo presidencial. Pág. 408
Jovenes, Golgotas
Artesanos, gente de ruana – los draconianos.
“Toda esa gente ya prevenida contra los gólgotas, marchó hacía el cuartel de
caballería, situado a la diagonal de la iglesia de San Francisco, en la intersección
de lo que hoy son carrera séptima y calle quince, victoreando a su general Melo, al
ciudadano presidente Obando y lanzando gritos de muerte y asesinato contra los
cachacos y gólgotas” Pág. 413 Esto ocurre por la trifulca del barrio Las Nieves,
que comenzó causa de que unos caballeros que regresaban del cementerio poco
antes de esa hora, por la carrera del Norte, para seguir la vía recta saltaron una
barrera que para el toreo se había colocado en el sitio llamado Los Tres Puentes;
los artesanos que estaban allí amenazaron con tirar piedras a dichos caballeros, si
no abandonaban el recinto cercado. El cura, para evitar vejámenes a los últimos,
los condujo a su casa y los hizo salir a la calle situada atrás de la carrera
antedicha. Varios cachacos, indignados al enterarse de lo ocurrido, se dirigieron a
Las Nieves, en actitud provocar pendencia, Esta no tardó en ocurrir, y como los
democráticos eran muy numerosos en aquel barrio, pronto se congregaron como
dos mil, que acometieron a los pocos cachacos que hallaron a su alcance. Pág.
403
Popayán: El censor, liberal.
1853, El presidente Obando lanzó el 1 de septiembre, con las firmas de sus cuatro
secretarios, una alocución al pueblo. Ese día entraba a regir la nueva carta
fundamental, que en aquel documento se consideraba como la coronación de la
obra de libertad iniciada en 1810. Pág 441
Lo democráticos eran enemigos de los conservadores.
Cauca- La legislatura declaró la elección de gobernador en favor del mismo que
servía el puesto, Antonio Matéus, obandista decidido. Pág. 457
En los distritos habría cabildos y las aldeas, juntas de padres de familia.
HISTORIA CONTEMPORANEA DE COLOMBIA TOMO IV. (La guerra de Melo y
administración de Obaldía y Mallarino) 1854-1857.
El presidente Obando lanzó el 1ro del año una alocución al ejército, llena de
elogios para éste y para la constitución del 21 de mayo, que consideraba
fundadora de todas las libertades públicas en la Nueva Granada y que iba a entrar
en ejecución desde ese día en toda su amplitud. Pág. 1.
Los obandistas no se sentían seguros con tener la 3ra parte de las gobernaciones,
lo que hacía sentir intranquila a la república.
El día 9 se juntaban mejor las juntas de las sociedades democráticas, entre los
cuales destacaba el general Melo. Pág. 4.
Desde fines de diciembre se temía que estallase en la capital el 1ro de enero un
golpe de cuartel encabezado por Melo, con la fuerza que éste mandaba, pero
nada de ello ocurrió, y la alocución de Obando, que fue leída en una gran parada
militar efectuada tal día, vino a alejar los temores al respecto. Pág. 4.
El mismo día hubo en el palacio presidencial una comida ofrecida por el general
Obando a numerosas personas, entre ellas el general Melo, quien, al salir del
cuartel del regimiento de húsares, situado en la plaza de San Francisco, donde
tenía su habitación, ordenó que ningún oficial, clase ni soldado saliese de allí. Por
la noche, cuando aquel jefe se dirigía de la mansión del presidente a su domicilio,
halló en la calle al cabo Pedro Ramón Quirós, que con ruana y sombrero de
jipijapa (vulgo jipa), porque llovía fuertemente, había salido a comprarles licores,
dulces y bizcochos a los oficiales. Melo hizo que el cabo lo siguiese al cuartel y
una vez aquí ordenó al oficial de guardia que pusiera preso a ese militar. El
resultado fue la muerte del cabo. Las versiones sobre tan luctuoso hecho fueron
contradictorias; la prensa obandista afirmó que cuando Melo penetraba al cuartel
fue informado de una riña en esos momentos ocurría en la plaza antedicha, entre
el mismo Quirós y otros sujetos, y que en cumplimiento de su debe fue
personalmente a adquirir noticias de lo sucedido y halló gravemente herido a
Quirós. Más las versiones acogidas generalmente y que parecen las ceñidas y a la
verdad hablan de que se trabó una disputa entre el general y el cabo, empeñado
el primero en hacer cumplir estrictamente la orden sobre acuartelamiento de la
divisó y reacio el segundo a obedecer a su jefe. El cabo arguia que su inmediato
superior le había dado permiso para salir. Melo irritador porque no se le obedecía,
desnudó su espada y después de golpear con ella al cabo, concluyo por
atravesarlo de una estocada. Quirós, así herido, fue llevado al cuartel y de allí al
hospital, donde murió al tercer día. Las nuevas autoridades tuvieron que conocer
de este delito y luchar contra los misterios en que se quiso envolver con el objeto
de hacerlo pasar como una intriga de los gobernadores para perder a un hombre
que era el apoyo del gobierno. Avocó el conocimiento del asunto el juez segundo
del circuito de Bogotá, doctor José Vicente Concha, joven jurisconsulto
conservador que había obtenido su puesto poco antes. Pág. 4-5.
El doctor Quijano se encargó de la gobernación de Popayán em perfecta calma y
ante numeroso concurso. pág. 7
“…Quijano conservó en su puesto al secretario de la gobernación, Manuel José
Urrutia. Pág. 7
Desde el 9 de enero de 1854, la situación en Cali venía siendo álgida, los
democráticos atacaban las fiestas de Cali buscaban sabotearlas; esto debido a la
actitud de los conservadores que hacían maltrato a los democráticos. Pág. 9
1 de febrero, asisten los nuevos senadores, por el Cauca, José Antonio Gómez
Gutiérrez. Laureano Mosquera por Popayán.
Por representantes Eliseo Payán y Miguel Cabal por Cauca, y Antonio Olano y
Joaquin Valencia por Popayán. Pág. 15-16.
En el senado estaban en mayoría los conservadores; en la otra cámara, los
gólgotas; en ambas había liberales moderados, que estaban en minoría.
Descollaban entre los congresistas radicales herrera, Liévano, Murillo, Arosemena,
Vanegas, Camacho, Núñez, Parra, Silva, Solano, Vicente Herrera y Alipio Mantilla.
En el antiguo partido liberal la única figura de relieve era el expresidente López.
Pág. 16. De los conservadores estaban Mallarino, Arboleda y Fernández Madrid.
El presidente de la república era liberal y carecía de apoyo en las dos ramas del
cuerpo legislativo; la corte suprema era conservadora y le hacía una fuerte
oposición al poder ejecutivo en los negocios administrativos.
“El señor Obaldia, los generales Mantilla, Barriga y Melo, los doctores Llenas,
Cuéllar, Obregón y otros liberales de filiación santanderista (más de expedientes
que de doctrinas, más de partido que de escuela) rodearon al general Obando y
ejercieron sobre él una influencia notoriamente reaccionaria contra las reformas.
Indujéronle a resistir el espíritu civil y de amplias reformas sociales y políticas, y
por lo mismo a pugnar con la constitución de 1853; y a su vez la fracción radical,
convertida ya en mayoría (entonces impaciente en su liberalismo exagerado, pero
sincero y noble), quiso ir muy aprisa y demasiado lejos. El antagonismo se
enveneno, varias circunstancias complicaron la política, Obando tomó medidas
que mostraron uno como propósito de armarse con el país, y la colisión fue
inevitable” Pág. 29
La Gaceta Oficial en su número de 11 de marzo: en la presente semana. La
palabra revolución ha sido durante estos últimos días el tema dominante, y hasta
ha llegado a hablar de movimientos en los cuarteles y de cabezas designadas a
una cuchilla vengadora. Pág. 29 (Es un pronunciamiento que hace la gaceta oficial
por el creciente ambiente de discordancia entre las distintas facciones políticas)
1854. Los gólgotas, en el afán de poner por obra sus teorías contra el ejército
permanente, y los conservadores, llevado por el deseo de restarle influjo y poderío
al presidente de la república, presentaron en las cámaras diversos proyectos
relacionados con la fuerza pública y la institución militar en general, pág. 31
Una muestra de la inconformidad de la rama legislativa con el ejército fue cuando
el presentante Silva propuso la derogatoria de la ley de 1847 que creó el colegio
militar; proyecto que al final fue rechazado. Pág. 31
“… Olano presentó en el senado un proyecto sobre guardia municipal, que
aprobado por ese cuerpo alcanzó a ser aceptado en primero debate por los
representantes. Pág. 31
El 14 de marzo. El doctor Payán, con apoyo del doctor Murillo, pretendió que se
eleminase el ejército permanente. Su moción fue rechazada y aceptado el
proyecto al senado, que pasó en comisión al doctor Pardo. Varios radicales
hicieron constar sus votos negativos. En tercer debate fue aprobado el proyecto
por veintiocho votos contra diez y siete, emitidos estos últimos por liberales y
radicales. Pág. 32
El general Obando objetó el proyecto, arguyendo la amplitud de él, que estimaba
perjudicial, porque todo el que quisiera podría armarse; manifestaba la
conveniencia de que la libertad fuese solo para el comercio y la necesidad de
reglamentar la tarifa de introducción de acuerdo con el arancel aduanero, para que
un rifle de lujo no pagarse, al ser importado, los mismos derechos que uno
ordinario. Pág. 32
El gobierno nacional ya venía con agitaciones hacía Melo, En la sesión del 18 de
febrero se había aprobado una moción así concebida; “Excitase al poder ejecutivo
para que dicte las providencias convenientes a fin de impedir que en el cuartel del
regimiento de caballería estacionado en esta capital, habiten otras personas
distintas de las que conforme a la ley componen el expresado regimiento, y para
que se vigilen escrupulosamente las operaciones interiores del cuartel, y no se
permita que allí se cuiden o alimenten otros animales que los que pertenezcan a la
República. Pídase informe igualmente al gobierno, por el órgano respectivo, sobre
los términos en que fueron expropiadas una casa y unas tiendas bajas que se dice
lo fueron para el servicio del cuartel de caballería” Pág. 35
“El ciudadano vicepresidente de la república recibió de un negociante de Bogotá el
denuncio confidencial de que iba a estallar una revolución encabezada por el
coronel Melchor Corena, que era el jefe del regimiento de caballería; y al darle
este denuncio agregó el negociante que se le había asegurado pro la persona que
a él lo había invitado a entrar en dicha revolución, que los generales Obando y
Melo consentirían en ella disimulando, pues el objeto era echar por tierra la
constitución. Pág. 36
“El señor Obaldía reunió en su casa a los secretarios de estado para acordar con
ellos lo que debiera hacerse en tal situación, y cuando tratando de esto, presentó
el secretario de gobierno, doctor Antonio del Real, como una prueba de la trama
revolucionaria, una circular impresa “bajo el nombre también impreso y sin rúbrica,
del doctor Francisco Antonio Obregón, en su carácter de director de la sociedad
democrática de Bogotá”; en que excitaba a las otras sociedades democráticas a
organizarse, armarse y estar listas a repeler la fuerza con la fuerza” Pág. 36 (Es
una de las primeras grandes iniciativas que se encuentra un funcionario del
gobierno de los rumores de una revolución, y lo hace público en una discusión con
otros personajes importantes de la política)
Guaches(artesanos) y Cachacos.
“¿Queréis que reine de una manera positiva la democracia? Pues haced esfuerzos
propios de hombres valientes, no os aterréis a la vista de los oligarcas, no corráis
cubiertos de pavor como el 19 de mayo, o seréis cada uno de vosotros un esclavo
de la nobleza, que os tratará con el rigor de un déspota insoportable” Pág. 37 (Un
comunicado álgido por parte de los artesanos)
“Melo salía algunas noches a recorrer la ciudad con el escuadrón que había
convertido en su mesnada, y lanzaba bombas contra las paredes del cuartel y
contra las de palacio, para esparcir al día siguiente la chispa, ya de que los
conservadores querían hacer revolución. Ya de que los gólgotas querían
asesinarlo; pero todos se reían de estas farsas ridículas, porque nadie ignoraba
quien era el que estaba, mese hacía, amontonando combustibles para incendiar la
república.” Pág. 37-38
Nicolás Pereira Gamba, secretario de la cámara de representantes, por acuerdo
de ésta pasó el 30 de marzo de 1854, al secretario de gobierno, en 10 fojas útiles,
una representación del teniente coronel Melchor Corena sobre el asesinato
cometido en la persona del Cabo Pedro R. Quirós y dos informes de los
comisionados por la cámara para estudiar el asunto, El primer informe, suscrito
por el representante Vicente Herrera, y el segundo y último, que lo era por los
representantes Martínez, Martínez Troncoso y Pardo. Uno y otros estaban acordes
en que el congreso nada tenía que hacer por tratarse de un delito común cometido
por persona a quien según la constitución no se podía acusar ante el senado; y
que debían pasarse los ocumentos al juez que conocía del asunto. El señor
Herrera entraba en diversas consideraciones: en su concepto debía darse
completa libertad al juez, despojando de todo mando al general Melo, quien
estaba en la actualidad encargado de la comandancia general del departamento;
disponía de toda la fuerza armada de la capital, y la tranquilidad pública. Y sobre
este hombre fuerte, sobre este hombre, verdadero poder púbico de Bogotá, pesa
en estos momentos una acusación terrible, una acusación de asesinato, una
acusación capital. Y en tales circunstancias se deja a ese hombre el poder de
rebelarse contra las leyes, a la hora que le plazca; de hacerse superior a ellas; de
imponer con la ostentación de sus fuerzas al encargado de juzgarlo; de dominarlo
con la muda amenaza de sus venganzas, en caso de un fallo desfavorable; de
anular, aunque sea por un momento el poder social, torciendo o deteniendo el
curso de la justicia, y de marcar así la frente de la patria con una imperecedera
vergüenza!...¿Es esto prudente?¿Es esto sabio?¿Es esto digno de un pueblo libre
y de un gobierno de justicia y de moralidad? Decida vuestra conciencia. Pág. 38.
Los artesanos llamaban “agiotistas” a los ricos, a quienes se oponían, al igual que
a los monopolistas.
El denunció de Corena, leído en la cámara, causó sensación. Aparte de lo
acordado en la cámara, Obaldía de acuerdo con los secretarios, resolvió “redactar
una renuncia y si Melo no la firmaba, pedir su remoción. En vista de que Melo
consultaría con Obando y éste se sorprendería y le diría no había perdido su
confianza y el que la perdería sería Obaldía, se desistió. El vice optó por exigir la
separación de Melo y Obando se denegó alegando razones que a éste le parecían
de mucho peso, y antes bien había declarado su intención de nombrar a Melo
secretario de la guerra si el congreso le negaba generales en la ley pie de fuerza.
Pág. 39.
Melo y los cuerpos de la guarnición de Bogotá se habían hecho odiosos desde el 8
de junio, pero se reían de ese odio y nadie ignoraba por qué, pues, desde
comienzos del año 54 se decía generalmente que el 7 de marzo todas las
sociedades democráticas darían el grito revolucionario echando abajo las
instituciones y proclamando a Obando dictador. El presbítero Fernando Torres
convocó a juntas en su casa con el objeto ostensible de promover la dictadura, y
como para acostumbrar al pueblo a esta idea se pusieron en las principales calles
de Bogotá grandes letreros que decían “¡VIVAEL DOCTADOR OBANDO!” Pág. 40
Las guarniciones de Bogotá, Popayán y Pasto Habían celebrado juntas
revolucionarias en julio y agosto de 1853. Pág. 41
La junta de pasto fue en uno de los doce o trece primeros días de agosto;
asistieron a ella unas veinticinco personas, entre militares y paisanos adictos a
Obando; la mayoría de los concurrentes acordó enviar a Melo una carta para
manifestarle que la primera división del ejército estaba dispuesta a secundar un
movimiento contra las instituciones, siempre que fuera ejecutado antes pro un
considerable núcleo de opinión en el resto de las repúblicas. No se suscribió el
acta del caso por la oposición que mostraron los comandantes Prías, Echeverría,
Sandoval y el mayor Vallarino. Los jefes y oficiales de la primera división estaban
inclinados a un cambio político y con tal objeto tenían reuniones nocturnas. Pág.
41
A la junta democrática de Cali se dirigió la de Bogotá el 5 de marzo, invitándola a
una revolución y pidiéndole informes sobre el número de armas y hombres con
que podía contarse en Buenaventura. Pág. 41
“El 16 a las ocho de la mañana apareció la sociedad democrática al frente de las
puertas del antiguo cuartel del parque de artillería; ¡de quinientos a seiscientos
hombres recibieron armas allí se divisaron con cintas rojas que tenían esta
inscripción “Viva el ejército y los democráticos! Abajo los monopolistas” y en
formación pasearon las principales calles de la ciudad, victoreando al ciudadano
presidente a su paso por la calle de palacio, casi sin asombro de la población: tal
era la seguridad que todo tenían de la proximidad de la revuelta “Pág. 43
“Un joven oficial fue el que, sin otra idea que la de parodiar las divisas que el
gobernador Gutiérrez había hecho poner a sus policías, dispuso estas cintas con
letreros, sin imaginar al hacerlo que estaba componiendo una nueva marsellesa”
Pág. 43
1854. Cuando Melo volvió del palacio al cuartel en la noche del 16 de abril, hizo
llamar a Juan de Jesús Gutiérrez, que era coronel del regimiento y dormía allí;
diole orden para que inmediatamente hiciera tocar botasilla para todo el cuerpo y
se sentó cabizbajo y pensativo en el banco que había en la puerta. Gutiérrez,
cuando la orden estuvo cumplida, volvió a visarle que los caballos estaban
ensillados. Pág. 44.
De la una a las dos de la mañana empezaron na moverse de los cuarteles hacía la
plaza de Bolívar los principales cuerpos de la guarnición, empezando por la
artillería, que estaba a las órdenes del coronal Arnedo. Melo subió sobre su
caballo favorito, de color zaino, (2) y tras él siguió para la plaza el escuadrón de
húsares, fuerte de trescientos hombres, bien montados, vestido con uniformes
traídos de Europa y en perfecto estado de disciplina, todo lo cual hacía que ese
cuerpo fuese uno del os mejores con que haya contado el ejército nacional hasta
hace pocos años. Una vez en el lugar indicado, formaron en cuadro las tropas. Los
democráticos que habían cogidos armas en el parque formaron también, y
entonces gritó Melo: “Abajo los gólgotas!” Eran las cinco de la mañana. Aquel grito
fue coreado estrepitosamente y a él siguieron diversas vías, en especial por el
presidente de la República. Hubo repiques de campanas, dianas que empezaron
por un bambuco y toque sde tambores, cornetas y clarines. El cañón siguió
repitiendo sus detonaciones de minuto en minuto hasta las seis de la mañana.
Pág. 45.
Desde las diez de la noche, grupos de democráticos se habían puesto a recorrer
las calles para aprehender a los conservadores y a los gólgotas y para enrolar en
sus filas a los hombres de ruana que encontraban y que no estaban todavía con
ellos. Pero todo se hacía con tal silencio, que sólo se oyeron los penetrantes
alaridos de una mujer en quien un soldado ensayó su lanza, y cuya sangre se vio
al siguiente día en la calle del Rosario. Pág. 45
“Se habla sobre la muerte de un ciudadano francés que por su curiosidad de ver lo
que pasaba, recibió 8 balazos; también se habla que ya estaba preso el senador
de Medellín Pedro Antonio Restrepo Escobar, los señores doctor Enrique Díaz,
fiscal en la causa sobre el asesinato de Quirós, y otros conservadores. Pág. 45.
“A las seis de la mañana envió Melo una comisión ante el general Obando, para
ofrecerle la dictadura. Dicha comisión estaba formada por el doctor Obregón,
presidente de la junta central democrática, por el herrero Miguel León y por el
general Gutiérrez de Piñeres. Cuando éstos se presentaron en palacio, el
presidente estaba solo con el secretario de la guerra. Tomó la palabra el maestro
León, quien discurrió sobre Scila y Caribdis y aseguró que los gólgotas y los
conservadores perdían la República; que los democráticos y los militares debían
salvarla; que para ello se había verificado un movimiento regenerador, y que el
inmaculado general Obando era el llamado y proclamado por la voluntad soberana
del pueblo a encabezar el movimiento. El presidente le contestó que estaba
altamente sorprendido con semejantes acontecimientos, que no podía menos que
sentir que el ciudadano León, su amigo su compañero en esfuerzos para plantear
la verdadera República y la democracia en la Nueva Granada, se hubiese lanzado
en semejante movimiento; que él, por su parte, deploraba la situación en que se
encontraba el país, y muchos más aquella en que se colocaban sus amigos; que
él nunca aceptaría un mando como el que se le ofrecía, porque siempre había
combatido por la ley escrita, y concluyó haciendo votos por que se salvase la
República” Pág. 46.
“… El presidente replicó que él no podía aceptar nada que no fuese el título legal
que le había dado la Nación: Pues entonces nosotros no le reconocemos ya a
usted por presidente ni por nada, afirmó Obregón y volteando la espalda se retiró,
con sus compañeros, excepción de Gutiérrez de Piñeres, que aseguró haber ido a
ofrecer sus servicios al presidente” Pág. 47.
“Al llegar a palacio supo Obaldía por Pinzón que Obando había respondido
dignamente a quienes habían ido a ofrecerle la dictadura. Lo felicitó y le dijo:
“General, se ha cometido un gran crimen; pero es tiempo de contener su curso; los
secretarios nos seguirán, usted es querido y respetado de la guarnición; que ella
sepa de boca de usted que desaprueba el alzamiento, y el orden público se
restablecerá”. “Me parece tarde” le respondió, y agregó: “usted no sabe hasta
dónde llega la exaltación de los pronunciados”. “Autoríceme usted, general, para
arengar a las tropas en su nombre, y parto al instante”. El sacrificio de usted sería
inútil. Se siguieron otras palabras; Obaldía le pidió que se reunieran para deliberar,
porque los momentos eran angustiosos; se llamó a Plata y a Pombo, que faltaban,
el primero Recibió en la última escalera de palacio el billete en que se le citaba;
eal otro se le mandó un recado por indicación de Obando escribió Obaldía un
segundo billete, dirigido a Núñez, en tanto que el presidente hacía llamar a
Herrera, quien respondió: “haga el gobierno su deben, que yo haré lo mío”. Núñez
llegó hasta la grada, expresó al vicepresidente sus temores de ser apresado, y con
la aprobación de Obaldía resolvió ponerse a salvo. A poco se presentó Pombo e
instantes antes había exclamado el presidente antes quienes lo rodeaban: Melo
me ha hecho traición; ya no tengo amigos en quienes confiar. Pág. 48
Plata era el secretario de Hacienda del gobierno de Obando. Pág. 48.
El Sargento mayor Diego Castro se presentó en palacio, de orden de Melo, con un
piquete de soldados, para conducir a los secretarios a uno de los cuarteles de la
guarnición. Se enviaría el Rafael Núñez al norte, y al general herrera como
encargado al mando de las fuerzas constitucionales para emprender la
restauración. Pág. 49-50.
“Obaldía logra huir de la guarnición y salir para la legación de los Estados Unidos
de América, donde se gozaba de impunidad ante los rebeldes. Ahí mismo se
reunió con Tomás Herrera y Rafael Núñez.
El 11 de abril de 1850 es ascendido a coronel José María Melo con ayuda de
Obando y López. Pág. 54
“Los únicos periódicos que siguieron funcionando con la dictadura de Melo fueron
la Gaceta Oficial, el Neogranadino (lo redactaba el doctor Llemas); y diversas
hojas que crearon los amigos de la situación “El 17 de abril (lo creo Joaquín Pablo
posada) y boletines oficiales. Pág. 55
“La gaceta había salido el 15 de abril, en su edición 1728; 24 el circuló el número
siguiente, con una editorial encaminada a justificar y ensalzar la rebelión. “… El
capital Melo y el ejército pudieron contener durante un año el torrente de la
revolución popular. El congreso de este año cometió muchas irregularidades; en
divergencia, respecto a la manera de legislar, debió cerrarse y sin embargo
continuó en sus labores. Entonces empezó a soplar el huracán de la indignación
popular, reaparecieron las escenas de l19 de mayo y del 8 de junio, el pueblo, a
pesar de su religiosidad, turbó la solemnidad del viernes santo 14 de abril, fecha
en que nadie en la capital se hallaba tranquilo, todos temblaban por su seguridad,
todos aguardaban de un instante a otro el estallido del trueno revolucionario. Aquel
orden de cosas no podía continuar. Pero ¿Dónde estaba el hombre bastante
fuerte, bastante poderoso, bastante querido del pueblo, que pudiera sobreponerse
a la situación, adueñarse de ella y dar un giro benéfico a las pasiones
desencadenadas? Ese hombre fue Melo, quien no hizo la revolución, porque
estaba ya hecha, no hizo sino encabezarla, para salvar el país, cubriéndose de
gloria, y al rayar la aurora del 17 de abril, “Al frente de quinientas lanzas y de mil
bayonetas y al ruido clamoroso de un pueblo entusiasmado, y al estampido del
año y al son de las campanas, proclamó la reorganización política y social del
país.” Su primer paso fue enviar una comisión ante Obando para excitarle a
ponerse al frente del movimiento, pero el jefe del estado se abstuvo de dar la
respuesta que se deseaba y era de esperarse. Ya las cosas no podían volver atrás
y Melo aceptó con absoluta abnegación el puesto en que las circunstancias le
habían colocado. Lo rodearon hombres de prestigio, principalmente el doctor
Francisco Antonio Obregón, y jóvenes como Cuenca, Consuegra y Ardila, que
figuran en el gabinete ejecutivo. Pág. 56
“El Neogranadino dijo que a toda persona sensata que hubiese tenido el dolor de
presenciar las sesiones parlamentarias del presente año, le ocurriría ser verdadero
que el congreso, con raras excepciones, “era una reunión de asesinos políticos,
con el corazón lleno de furor y los brazos armados para desgarrar el seno de la
Nación. Pág. 56.
El 18 declaró en campaña la provincia de Bogotá y las fuerzas militares de servicio
en ella. El 21, que los jefes y oficiales retirados o en uso de licencia indefinida que
no se presentasen dentro del tercero día dejarían de gozar de sus pensiones. Pág.
56.
“Las provincias serían regidas por gobernadores nombrados por el supremo
gobierno; los cantones por jefes políticos de libre nombramiento y remoción de los
gobernadores y los distritos por alcaldes, nombrado por los mismos gobernadores
a propuesta de los jefes políticos. En el poder judicial y en los demás empleados
públicos no se hizo Variación. Pág. 56 ALGO REFERENTE AL AUTORITARISMO
Habría libertad de imprenta, pero las publicaciones sediciosas o alarmantes harían
responsables solidariamente al autor, al impresor y a quien las circulase. Pág. 56.
“El 25, para atenuar la mala impresión causada pro el bando del jefe político,
expidió Melo un decreto en que declaraba que estarían exentos de pertenecer a
ejército veterano o a la guardia nacional los superiores, empleados y alumnos de
los establecimientos de educación, los empleados de las salinas y en general los
individuos que pertenecían al ramo administrativo, salvo el caso de extremada
gravedad para el gobierno dictatorial y el servicio en guardia cívica local. Pág. 57
En la Gaceta se publicó una lista de las personas que habían ofrecido contribuír
para los gastos del gobierno provisional, indicando las cantidades prometidas, que
sumaban 20.000 y lo recaudado, que era poco más de 13.000. En la lista
figuraban el ex presidente Márquez, Raimundo Santamaría, Mariano Tanco y otros
caballeros muy respetables. La verdad fue que a Santamaría, a pesar de ser un
anciano y de encontrarse enfermo, lo encerraron en un calabozo, para que se
rescatara con dinero, y no le aceptaron 3.500, habiendo tenido su familia que
erogar 1.000 más. El doctor Márquez, para librarse de persecuciones, tuvo que
consignar 3.000. Pág. 59.
El 16 de mayo, en vista de que por concepto de cantidades suministradas en
calidad de empréstito no se había obtenido ni un centavo y solo habían ingresado
algunas sumas como rescate de ciudadanos reducidos a prisión, se empezó a
saquear almacenes, tarea que se confió a Camilo Rodríguez, sujeto que sin
miramiento alguno forzaba las cerraduras o rompía las puertas y sacaba cuanto
hallaba. Pág. 59.
“Como los sujetos más ricos continuaban asilados en las casas de las legaciones,
los revolucionarios que necesitaban dinero, lo sacaban de los que podían coger
reduciéndolos a prisión y exigiéndoles rescate; de lo que resultó que, de los
verdaderos ricos, muchos perdieron poco y algunos nada; los que apenas era
acomodados perdieron mucho en relación con sus capitales, y los pobres
quedaron arruinados.” Pág. 62.
“… procuraban saber algo del estado de las cosas fuera de la capital, o decían
que lo sabía: a éstos los denominaba Chisperos y los perseguían sin descanso,
principalmente Góngora y Beriña”. Pág. 62.
“Mercado, para allanar los inconvenientes nacidos del carácter de Góngora,
reorganizó la policía, por decreto del 16 de junio, subordinándola inmediatamente
a la secretaria de gobierno” Pág. 62
“A pesar de algunos triunfos obtenidos por los dictatoriales en la sabana de
Bogotá, que referiremos en su oportunidad, la causa de esa gente iba en
decadencia y Melo, inactivo en Facatativá no pensaba sino en conseguir dinero y
en acumular tropas. El 20 de julio decretó la elevación del ejército a 20.000
hombres de todas armas y le dio nueva organización. Pág. 63
EN 1853 a finales de diciembre en gobernador de Popayán era Rafael Diago.
Los oficiales, cabos y argentos de las guardias nacionales de Popayán y del medio
batallón número 5 del ejército fueron removidos inmediatamente después de haber
prestado al nuevo gobernador constitucional de aquella provincia, servicios
importantes en favor del orden público, que trataban de turbar los dos hermanos
Alegrías; y el comandante del batallón expresado, señor Rudecindo Rivero, fue
suspendido y sometido a juicio, reemplazándose a todos con individuos enemigos
de la constitución. Pág. 64 UN POCO DE LO QUE PASO CON LA GUARDIA
NACIONAL EN POPAYÁN.
Dispuestos de este modo los enemigos de la constitución, varios conspiradores
empezaron a alarmar la ciudad, presentándose por la noche en grupos que daban
gritos sediciosos y hacían disparos de armas de fuego, Capitaneaban esos grupos
el juez del circuito, doctor Juan Nepomuceno Cobo, su hermano Francisco, los
Alegrías y el director de la “imprenta Democrática, señor Juan Orjuela. Pág. 64
El doctor Quijano supo a las nueve de la noche que los rebeldes se dirigían
armados a ocupar la ciudad pro el sur, y un ciudadano leal le descubrió el plan del
movimiento, que consistía en reunir cinco mil hombres, para apoyar la rebelión en
la capital de República; esos hombres se obtendrían con el medio batallón 5to;
dos compañías de guardia nacional de la capital de la provincia…” Pág. 64 ESTO
PUEDE SER UNA POTENCIAL FUENTE A BUSCAR
Quijano, obrando con gran actividad, recorrió la ciudad de casa en casa y de
tienda en tienda, para estimular el patriotismo de sus gobernados; los pusilánimes
le respondieron que era inútil luchar sin armas con una revolución que hacían los
guardias nacionales y la fuerza veterana por dirección del gobierno. Con todo, el
gobernador halló apoyo en todos los miembros del cabildo parroquial (élite local).
Pág. 65. BIEN IMPORTANTE
Viéndose así apoyado, el doctor Quijano separó del 5to algunos oficiales que no
les inspiraban confianza, enviándolos a distintas comisiones, y reunió una fuerza
cívica como de 120 hombres, para invigilar y apoyar a la veterana. De aquella
primera fuerza destacó una guerrilla de 25 hombres, a las órdenes del capitán
Paredes y del alcalde, para recorrer las calles que conducen a los ejidos de la
ciudad, en la parte meridional de ésta. Los Cobos, Alegrías y Orjuela, con una
partida armada atacaron la guerrilla, pero fueron rechazados y se retiraron a su
campamento. Pág. 65 RESPUESTA DE QUIJANO
El doctor Quijano envió comisionados a levantar fuerzas en el norte de la provincia
y envió con el alcalde de Popayán una intimación a los rebeldes, quienes
insultaron a ese funcionario, envalentonados con los auxilios que recibían de
diversos distritos; habían llegado a contar cuatrocientos hombres y esperaban que
se reuniesen doscientos más, procedentes del sur, para atacar la ciudad- Algunos
conservadores se excusaron de tomar las armas, según lo informó el gobernador,
porque en las filas de la legitimidad habían algunos liberales que no les gustaban.
Pág. 64. MÄS CONTEXTO LOCAL DE POPAYÁN.
A media noche fue sorprendido un posta que los dictatoriales enviaban a Bogotá,
con pliegos para el presidente de la República suscritos por Diago, Sandoval y los
Alegrías, quienes daban cuenta del fracaso experimentado y pedían indulto, para
escapar a la persecución de los conservadores. Pág. 66. BUENA POSIBLE
FUENTE PRIMARIA
Herrera y Franco tomaron posición en la ciudad de Chocontá. Posteriormente
toman Tunja.
Viana llegó el 29 a Ambalema, donde se le incorporaron el representante Murillo,
el gobernador titular del Socorro, Pradilla, y los doctores Medardo Rivas y Anibal
Galindo, Juan Malo, comandantes Mateo Sandoval y José Mogollón. Pág. 74.
Viana encontró en Ambalema cuarenta hombres, mandados por Barrera, Quintero
y Herrera; con esta fuerza y los veteranos de Honda se tuvo base para una
columna con la cual pensó dicho magistrado recuperar a Honda. Pág. 74
…. Arboleda envió comunicaciones a los gobernadores del sur y de la antigua
Antioquia, en virtud de las autorizaciones que le había delegado el vicepresidente,
solicitándoles soldados y armas. Al de Medellín le pidió 100 hombres, que
esperaba se le enviasen por Sonsón y los cuales, unidos a la gente que de
Córdoba enviara el doctor Restrepo servirían para restaurar la legitimidad. Pág75
“… se formó lo que se llamó división Constitucional de Occidente, que quedó
definitivamente establecida el día 11 de y tuvo por jefe a Arboleda. Pág. 76.
“… recibió una comunicación del vicepresidente, quien le confería plenos poderes
para organizar tropas. Ya en que Neiva, el 30 lanzó una proclama a las tropas, en
su carácter de jefe de las fuerzas de la provincia de Neiva y director de las
operaciones militares por comisión del gobernador de ella. Pág. 77 SE LE DA
CARGO A LÓPEZ DE LAS TROPAS DE NEIVA
La recuperación de Honda fue de grande importancia para los constitucionales,
pues el par que aseguraban esa plaza tan importante para las operaciones
militares, quitaban a Melo la esperanza que había acariciado de apoderarse de la
fuerte suma de dinero que venía del Perú para el gobierno. Pág. 77
NOMBRES: Colorenel Mateo Viana y Arboleda habían tomado la dirección de
Honda hacía Facatativá…. Funestísimos desastres sufridos por el general Herrera
en Zipaquirá y Tiquisa. Pág. 79.
1854. Cuando llegó a Popayán la noticia de lo ocurrido en la capital el 17 de abril,
cobraron nuevos bríos los revolucionarios de esa ciudad; Quijano pretendió hacer
creer que Obando estaba preso con los demás miembros del gobierno y los
democráticos aseguraron que esa prisión esa simulada, que el presidente estaba
de acuerdo con Melo y que fingía ser víctima, porque así les convenía. Pág. 81
Varios propietarios de Popayán, entre ellos algunas señoras, pusieron a
disposición de Quijano algún dinero y un hijo del presidente de la República, José
María Obando Espinosa, fue expresamente a Silvia a colectar más fondos para el
servicio del ejército constitucional. Pág. 81.
A pesar de la escasez de recursos pecuniarios, dispuso Quijano que se moviese
hacía el nordeste una columna compuesta de los batallones Popayán, Timbío, 5to.
De línea y compañía suelta de Calicanto. El 5to constaba de 10 hombres; el
Timbio y la compañía suelta, reunidos, llegaba a 380. El total de las fuerzas de la
provincia era de 1400 hombres regularmente municionados y la mitad provistos de
uniformes de paño y el resto de vestidos de cuartel. Pág. 81.
Los revolucionarios lograron seducir la mayor parte de aquella tropa,
convenciéndola de que sólo iban a luchar contra Obando y a favor de los
conservadores y Gólgotas: el Popayán, listo para salir el 12 de mayo, fuerte de
400 plazas, perdió el 12 120, que desertaron con sus armas y uniformes, el resto
quiso amotinarse por dos veces en el tránsito, hasta Totoró, lo que logró evitar el
comandante. El 14 marchó el Timbío, y del puente del Cauca, a una legua de la
ciudad, regresó en rebeldía, con bala en boca, atravesó calles del poblado y fue a
situarse en la parte del sur, en el ejido. Pág. 82
El doctor Zenón Pombo, que en su carácter de procurador se encargó de la
gobernación el 15, dictó cuantas providencias estuvieron en su mano, pero no
pudo evitar el pronunciamiento, que estalló al otro día, encabezado por el doctor
Diago, los padres Alaix y Sandoval, los Alegrías, los Cobos y demás cabecillas
draconianos.
El doctor Pombo, que pudo evitar que los revolucionarios le echasen la mano
encima, apresuró el movimiento de las fuerzas que el doctor Quijano había
dispuesto se encaminasen a la ciudad, de tal manera que el 17 se encontraba ya
en Timbió el coronel Manuel María Vargas con el regimiento de húsares de Patía,
en número de 74 hombres entre oficiales y tropa. Los señores Enrique Arroyo,
Eustaquio Urrutia, Miguel Arroyo, Julián Trujillo y José María de Mosquera se
dirigieron a ese pueblo a organizar la tropa que el 16 se había negado a entrar en
el pronunciamiento y manifestado tan sólo deseos de regresar a sus hogares,
afortunadamente, esa fuerza se hallaba reunida, y no fue preciso reorganizarla.
Sus jefes, coronel Agustín Pérez y mayor José María Sánchez, y cuatro oficiales
subalternos, habían manifestado su decisión por la causa legal, en una proclama
que, desde los Tejares, propiedad de Sánchez, cercana a la ciudad, habían
dirigido a la tropa. Pág. 82-83.
Fue, pues, Timbió, el punto de reunión de las tropas que por occidente y sur
debían atacar a los rebeldes; el 19 sumaban ya esas tropas 500 hombres,
incluyendo los guardias nacionales de la Horqueta y Quilcasé, una compañía de
los guardias del Tambo, que se presentó con el mayor Santiago David a su frente,
y varios payaneses que habían salido de la ciudad a luchar contra los dictatoriales.
Al mismo tiempo, se aproximaban a Popayán, por el lado norte, los guardias de
Cajibío y Tunía, mandados por los señores José María Castro y Santiago Muñoz.
Pág. 83.
El doctor Albán y el señor Mosquera, que los acompañaban, se quedaron
esperándolos en la plazuela de San Agustín; los rebeldes les hicieron fuego y así
se dio la señal para el combate, que vino a comenzar a la hora fijada por Vargas.
Los rebeldes, que eran seiscientos, se concentraron en la plaza principal,
colocaron en las cuatro esquinas de ella cuatro piezas de artillería con que
contaban, la infantería en diversas casas y dejaron una reserva en el centro de la
misma plaza. Los constitucionales avanzaron en todas direcciones y a llegar a las
primeas calles fueron recibidos por una espléndida manifestación de alegría por
parte de la población; las señoras reanimaban el espíritu de los combatientes y
enviaban a sus hijos de corta edad a sus hermanos a unirse a los defensores de la
legalidad. Sin temor de las balas ni la metralla, se precipitaban en medio del
combate a recoger a los heridos y ayudar con su ejemplo, repartiéndoles
refrigerios, armas y municiones. El combate duró todo el día, y al anochecer
habían tomado los constitucionales la artillería y reducido a los rebeldes a las
casas que ocupaba el batallón número 5to. El coronel Victorino Nieto, que se
condujo tan mal desde el principio, estimulado por los restos de honor que le
quedaban, resolvió unirse a los defensores del gobierno, y combatiendo con una
guerrilla fue muerto e una bala que le pasó el corazón. Pág. 84.
El fuego cesó después del toque de oración. Al amanecer del 22 ofrecieron
rendirse los revolucionaros, previas garantías; los constitucionales habían agotado
sus municiones, y convinieron, como lo pedían de nuevo Albán y Arnoleda, en una
transacción por lo cual se convino en reconocer a Vargas como jefe militar de la
provincia, mientras llegaba el coronel José Antonio Quijano; que los sitiadores
entrarían a la plaza y que el personal del 5to no sería molestado y los oficiales
continuarían en sus puestos, mientras no resolviese otra cosa el ejecutivo
nacional, a quien se daría cuenta de todo. Por parte de los rebeldes firmó la
capitulación el comandante accidental del 5to Luciano Torres. Pág. 84.
La fuerza veterana cumplió lo acordado, pero los democráticos, en número de
noventa, capitaneados por Manuel Antonio Alegría, se retiraron a la Estancia,
quinta situada a dos kilómetros del centro de la ciudad, donde había otro parque
que debía ser entregado, y aconsejado por Alaix, que les prometía los auxilios de
Almaguer y Quilichao, resolvieron resistir. La casa de la Estancia era bastante
fuerte, y sólo fue tomada después de ponerle sitio, que duró seis días. Al cabo de
ellos y después de tres ataques consecutivos, los democráticos se rindieron a
discreción. Pág. 84.
La noticia del golpe del 16 de abril se recibió en Cali el 28 y desconcertó a todos
los vecinos, porque nadie se explicaba un movimiento que se consideraba aislado.
Tobar, que ejercía la gobernación como segundo sustituto de Mallarino, desde un
mes antes, convocó a numerosos ciudadanos para una reunión a las cinco de la
tarde, con el objeto de acordar las medidas conducentes a la conservación del
orden y el imperio de la legalidad. Pág. 84.
(Cali) Los ciudadanos leales, viéndose en minoría, resolvieron pedir auxilio a
Popayán, y el doctor Quijano les respondió que se concentrasen en Caloto, donde
encontrarían protección, porque había dado de antemano órdenes al jefe político
de ese cantón para llamar al servicio al comandante Manuel Tejada y organizar
una columna; agregaba que por carecer de fondos no podía enviarles fuerzas,
siendo insuficiente el pago de los gastos de traslación que le brindaban a trueque
del auxilio. Pág. 85.
(Cali) Caloto vino a ser en el norte de la provincia de Popayán el centro de los
constitucionalistas; el 1ro de mayo de organizaron allí los defensores de la ley
fundamental, encabezados por el doctor Juan Bautista Feijoo, jefe político, y por
Francisco de paula Madriñan, Ángel María Rueda, Manuela Antonio Pizarro,
doctor Francisco A, Mallarino y otros. Pág. 84.
El comandante Francisco Antonio Quijano marchó de Cali con cerca de doscientos
hombres, a proteger, a solicitud del titulado gobernador de Popayán Eulogio
Fernández, a los melistas de Santander, a quienes podían atacar los caloteños.
Al norte del país, se encontraba Cartagena con el coronel Nieto, quien estaba a
favor de los revolucionarios melistas; sin embargo, Mosquera que se encontraba
en Nueva York, volvió a la Nueva Granada con las consignas de restaurar el orden
y la constitución, por lo que se ve en ventaja, esto debido a que los vecinos más
prominentes de la heroica no apoyaban la revolución y estaban a favor de los
constitucionales.
Mosquera partió para Cartagena en la noche de dicho 17 y escribió a Mendoza y a
Rodriguez Torices, para que lo precautelasen de ser tomado por los dictatoriales.
Los militares de Cartagena estaban deseosos de servir a la causa de la
legitimidad, para que se borrase la mala impresión que su conducta del día 5
hubiera podido dejar. La única excepción entre ellos era el capitán Ricaurte quien
en desempeño de una comisión que le dio Nieto para ante el encargado del poder
ejecutivo nacional, se pasó a las tropas de Melo. Pág. 91.
A su paso por la Ciénaga, Pérez convenció a los cabecillas de la rebelión para que
se sometieran, con la promesa de que asumiría la gobernación, y a l llegar a Santa
Marta, varios vecinos lo empeñaron en tal sentido. En esa ciudad había anarquía,
favorable para que prosperase cualquier intentona. Al encargarse Pérez de la
gobernación, retiró el batallón de guardia nacional que estaba en servicio y
desbarató el aparato bélico que se sostenía en la población por temor a los
cienagueros. El gobernador fue a la Ciénaga con el capitán Juan de Dios Ruíz y a
las cuatro horas estaba de vuelta con las armas. Pág. 92.
El mismo día de la marcha de Pérez a la población sublevada llegó a Santa Marta,
la fuerza de Riohacha, para cooperar al restablecimiento del orden constitucional
en la República, con su jefe, comandante Domingo Triana; esta fuerza siguió para
Barranquilla, a unirse a la columna de Mendoza. Pág. 92.
1854. El general Franco salió de Tunja sobre la sabana de Bogotá el 15 de mayo,
lleno de ansiedad por batir a los rebeldes el día 21, primero aniversario de la
constitución nacional. Su fuerza constaba de poco más de mil quinientos hombres,
que disponían de mil sesenta fusiles, parte de ellos en mal estado, unas pocas
carabinas y quince mil tiros de fusil. Pág. 92.
Franco arribó el 16 a Chocontá y anunció que un día después se movería sobre
Zipaquirá, donde estaba una columna melista mandad por el coronel Jiménez.
Pág. 93
Melo salió para Zipaquirá, en auxilio de Jiménez, el día 20 a las cinco de la
mañana, levando seiscientos hombres de línea de todas las armas y dos piezas
de artillería. Pág. 93
Franco se herido por una bala y cae en la batalla por Zipaquira en manos de las
tropas de Jiménez.
La batalla se llevó a cabo el día 20 de mayo.
…enterado por Pineda de todo lo ocurrido emprendió el 23 la retirada a la
provincia de Neiva, que ejecutó en el mayor orden, pasando por Flandes el
Magdalena. La noticia del desastre no acobardó a los neivanos y el doctor Vega,
tan pronto como lo supo, el día 29, dirigió una proclama a sus gobernados para
estimularlos a trabajar con mayor ahínco por el restablecimiento del régimen legal.
Pág. 98.
Herrera logró dar en Villeta, donde estaba Arboleda con la columna de
Tequendama, compuesta de cuatrocientos hombres. A ese pueblo arribó también
el día 23, antes que el encargado del poder ejecutivo, el mayor Díaz, quien se
puso inmediatamente a disposición del mismo Arboleda. Herrera lo encargado de
formar con todos los dispersos de Ziparquirá y Tíquisa una columna que
dependiese directamente del ejecutivo, mientras el personal de éste podía
reunirse a las fuerzas de López. Pág. 98.
Herrera tuvo en Villeta noticias del arribo del general Mosquera a Barranquilla y el
24 lo nombró comandante general de las fuerzas del Istmo, la costa atlántica y
Mompós, delegándole cuantas facultades podía conferir el ejecutivo con arreglo a
la constitución. Pág. 98-99
Todos se fueron a purificación, donde Herrera acordó nombró a López jefe del
ejército del sur y que partiese a tomar el mando de las tropas que existían en el
departamento militar del Cauca; Extendió a Mosquera su jurisdicción a todo el
norte, con encargo de que levantase allá otro ejército; que París quedase al frente
de la división del Alto Magdalena, para oponerse a las tropas dictatoriales que
pudiesen invadir las provincias de Neiva y Mariquita. Se resolvió que todas esas
fuerzas no procediesen sino en combinación, para obtener un resultado
satisfactorio. Pág. 100-101
En Ibagué empezó a ejercer su autoridad el general Herrera el 5 de junio. Ese día
circuló el secretario Opsina a los gobernadores, para darles cuenta de la situación
del país; el 6 les dirigió otra circular para recomendarles que tomasen las medidas
fiscales que esa situación exigía; el 8 nuevamente, para encarecerles que
excitasen a los miembros del congreso a trasladarse a esa capital, a fin de
reinstalar allí ese cuerpo el 20 de julio. Pág. 101.

Cartas al general Melo: Guerra, política y sociedad en la Nueva Granada,


1854.
Estas misivas nos abren una ventana al interior del grupo que apoyó el golpe de
estado, evidenciando los conflictos y pugnas que tenían y de paso cuestionando
esa visión homogénea con que se ha visto hasta ahora el melismo.Las cartas
vienen acompañadas de un estudio introductorio que polemiza con las
interpretaciones de izquierda, acerca del carácter revolucionario o socialista del
golpe, resaltando el papel de los oficiales que apoyaron los eventos del 17 de abril
hasta el 4 de diciembre de 1854, los cuales han sido invisibilizados por una
historiografía que artesanizó los hechos.
“El renovado interés de esta narrativa histórica que privilegia las relaciones de
poder y sus implicaciones en los entramados humanos se debe, en primer lugar, a
la incapacidad de las propuestas estructuralistas de resolver ciertos enigmas,
obligando, según las tradiciones universitarias a encontrar nuevas formas de hacer
historia y, en segundo lugar, al rígido esquema material que reducía los demás
elementos del mundo social a simples reflejos de las estructuras materiales,
apifenómenos.”
De esta manera, emergió la cultura como elemento clave y articulador de ciertos
procesos sociales, descentrando el concepto de clase como agente del cambio
histórico para pasar a pensarse la raza, la etnicidad, el género, el subalterno, entre
otras, como categorías válidas para explicar experiencias de dominación y la
capacidad de iniciativa política de diversos grupos sociales que no entraban en los
esquemas estructuralistas y teleológicos de clase social y conciencia de clase.
“…, y a pesar de lo señalado, hay que cuestionar la caracterización del gobierno
de Melo como dictadura, en tanto restableció la constitución de 1843 e intentó
ceñirse a ella, en la medida en que lo permitía la guerra civil, como lo expresan las
diversas leyes y ordenanzas que emitió en su momento la formación de un
gabinete, la designación de gobernadores y el llamado a convocar una
Convención Nacional para redactar una nueva Carta.” Pág. 10
El hecho es que muchas de las intenciones institucionales de Melo se quedaron
en el papel porque en la práctica el general dominó únicamente el altiplano
cundiboyacense, alcanzando a extender parcialmente su gobierno por el
nororiente (gracias a la campaña del coronel Dámasco Girón) hasta
Bucaramanga. Pero la derrota sufrida en Pamplona el 26 de agosto de 1854
impidió a los melistas cimentar el nuevo orden político en el corredor montañoso
de los actuales departamentos de Santander y Norte de Santander. Pág. 10
“… la llegada de la noticia del golpe de Melo a Popayán dio nuevos alientos a sus
partidarios, quienes finalmente lograron, el 16 de mayo incitar el pronunciamiento
del batallón 5to. Con el apoyo de la compañía de Guardias Nacionales de
Calicanto. Sin embargo, la toma del poder fue efímera porque una coalición de
milicias constitucionales, provenientes de las parroquias al sur de la ciudad,
atacaron el cuartel el 21 de mayo, después de que fracasaran los intentos de
diálogo. Tras un día de combate, los gobiernistas ocuparon la plaza y los melistas
debieron refugiarse en el cuartel del batallón amotinado. A la mañana siguiente, se
acordó un cese al fuego y la tropa veterana se entregó, no así un sector de
democráticos liberales a la cabeza de Manuel Antonio Alegría, quienes se
refugiaron en la hacienda de la Estancia, al norte de Popayán, donde resistieron
varios días hasta ser sometidos el 2 de junio de 1854 Pág. 12
La columna Torres, comandad por Manuel Tejada, quien desplazó, según los
contemporáneos, más de mil hombres hasta la parroquia del Rosario (hoy
Jamundi) y dio el ultimátum de entregar la ciudad o, de lo contrario, la tomaría a
sangre y fuego. El gobernador del Cauca, Antonio Mateus Garay, buscó mediar en
el conflicto, pero fracasó en su intento de negociación en el sitio de Navarro el 4
de junio. Por esta razón, Tejada decidió obrar sobre Cali el 14 de junio, pero debió
retirarse posteriormente para recibir más refuerzos, con los cuales obró
nuevamente el día 17. Pág. 13
El momento en que se aprestaba el asalto final de la ciudad, por parte de la
columna Torres, coincidió con el arribo del general José Hilario López desde
Ibagué, quien venía con el propósito de organizar una fuerza constitucional en el
suroccidente y obrar con ella posteriormente sobre Bogotá. Pág. 13.
¿Por qué fallo el alzamiento del melisma en Popayán? Todo indica que después
del fracaso del levantamiento del 8 de abril las autoridades desplegaron un fuerte
proselitismo para ganarse la adhesión de los líderes delas localidades,
especialmente los comandantes de las guardias nacionales, como el coronel
Agustín Pérez, “el Mono”, y el sargento mayor José María Sánchez, de Timbío,
quienes, a pesar de ser liberales, terminaron apoyando al gobernador conservador
Manuel de Jesús Quijano Ordóñez; así mismo sucedió con Santiago David, de El
Tambo. Pág. 17
No debemos olvidar que la fundación de la llamada escuela republicana, el 25 de
septiembre de 1850 en Bogotá, por jóvenes estudiantes de la Universidad
Nacional y el Colegio San Bartolomé, con el objeto de publicitar las ideas liberales
de la revolución de 1848, se formó al distanciarse de las Sociedades
Democráticas de Artesanos y, como lo señala José María Samper, contra los
excesos de tales sociedades cometían en el Cauca. Pág. 19
En este orden de ideas, sin desconocer la movilización plebeya, el golpe de Melo
fue un acto militar en respuesta a las medidas legislativas de una fracción del
liberalismo que buscaba liquidar el ejército a mediados del siglo XIX. Pág. 26
Este proceso se inició en los años finales de la administración del general Tomás
Cipriano de Mosquera, cuando se enfrentó al congreso por sus políticas de
reducción del pie de fuerza del ejército, el cual ganó inicialmente el curtido militar
al constituir la fuerza de zapadores, legitimando por este medio mantener un pie
de fuerza en tanto se dedicaría a la composición de caminos. Pero a mediados de
los años cincuenta el panorama político era diferente, el liberalismo se había
afianzado después de triunfar sobre el levantamiento conservador de 1851, la
constitución de mayor de 1853 había sido expedida y el congreso estaba en
manos de los gólgotas y los conservadores. De ahí la presidencia del general José
María Obando tenía poco margen de acción y los más conspicuos representantes
del liberalismo radical habían abierto un frente de lucha contra los militares y
contra el mismo general Melo, el comandante de la guarnición militar de Bogotá a
quien se le estaba siguiendo un proceso por el asesinato de un cabo. Pág. 28
De hecho, según uno de los estudiosos del tema, la causa inmediata del golpe fue
el proyecto de ley alternativo de Manuel Murillo Toro, que buscaba ponerle fin a la
institución castrense neogranadina y a la carrera militar, que debía discutirse el 17
de abril. Un debate que no aconteció, justamente porque en la madrugada de ese
día las compañías de artillería y las guardias nacionales se congregaron al grito de
“Abajo los gólgotas” y al son de un bambuco tocado por la banda militar con el que
inicio el golpe del general Melo y se puso fin, durante unos meses a la constitución
de 1853 y se restableció la de una década atrás. Pág. 28
Los militares identificados en el golpe de Melo fueron cuatro generales: José María
Mantilla, Martiniano Collazos, José María Gaitán y José María Melo; seis
coroneles: Rafael Pena, Ramón Acevedo, Manuel Martínez Munive, Manuel
Jiménez, Fernando Campos y Salvador Camargo; nueve tenientes coroneles:
Mariano Posse, Antonio María Echeverría, José Manuel Lasprilla, Juan
Nepomuceno Prieto, José Valerio Carazo, Alejandro Gaitán, Santos García y José
Antonio Sánchez, Dámaso Girón; Diez sargentos mayores: Juan De Jesús
Gutiérrez, José Manuel calle, Venancio Callejas, Manuel Antonio Carvajal y
tenorio, Diego Castro, Benito Franco, José del Rosario Guerrero, José María
Barriga; 27 capitanes, 23 tenientes y 54 alféreces. Pág. 29

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