Está en la página 1de 6

Visagismo y tipos de Rostros

El visagismo nace como método de comunicación y análisis estético para realzar la belleza de
cada persona. Es el conjunto de técnicas que ayudan a realizar un estudio detallado de las
formas, volúmenes y líneas del rostro para adaptar sus posibilidades de maquillaje y estilismo.

Fue el artista y estilista francés Claude Juillard quién se dio cuenta de que la formación de
peluquería tenía una gran falla: no se explicaban bien los efectos de un corte en el rostro, se
hacía lo que el cliente pedía sin informarle o cuestionarle, ni ofrecerle opciones más adecuadas
a su rostro. Esto explicaba, según él, por qué gran cantidad de clientes salían descontentos de
la peluquería, ya que no a todos les sentaba igual el mismo corte o peinado de moda.

En base a eso crea el visagismo, método que se propone estudiar la forma del rostro para darle
valor a la belleza de una persona con la ayuda de técnicas del estilismo, maquillaje y
accesorios. Una herramienta muy utilizada en los salones más famosos y vanguardistas de
peluquería y estética en general.

Hoy, quiero contarte las opciones que nos presenta este método en cuanto al peinado, corte
de pelo y accesorios, basándonos en los tipos de rostros.

• Rostro Ovalado:
Un rostro equilibrado sobre todo en sus medidas generales. La frente es un poco más ancha
que la mandíbula.
Las mejillas dominan el contorno y la barbilla es más corta que la frente. Este rostro tiene la
libertad de elegir cualquier peinado incluso corte de pelo, asique nos basaremos en resaltar o
disimular otros rasgos (orejas, nariz, etc.); cualquier tipo de aros sentará bien a este rostro.
• Rostro Cuadrado:

Este rostro tiene la frente ancha, y los pómulos están en línea con la mandíbula. El corte de
pelo debe suavizar la mandíbula. Favorece la raya al medio. Recogidos altos sin volumen en
laterales. Ideal un corte asimétrico.
Evitar líneas rectas, crear contornos ovalados alrededor, con cepillos redondos por ejemplo.
Recomiendo el uso de aros más bien pequeños.

• Rostro Redondo:
Tienen un mentón redondeado y corta longitud de cara. La cara es casi circular, con la frente
redondeada, las mejillas llenas, la mandíbula y la barbilla redondas también. Lo ideal es un
efecto longitud. Volumen en la parte superior acortando los laterales. Evitar melena a la
mandíbula. Para un estilo corto alargar contornos cercanos a las orejas. Utilizar el mismo truco
en los peinados recogidos dejando caer mechones para dar sensación de
largo. Aros alargados.

• Rostro Alargado o Rectangular:


En este rostro la frente es larga y estrecha, los pómulos altos, la mandíbula estrecha y la
barbilla alargada. Lo óptimo es ensanchar el rostro y reducir el largo del mismo. En estos casos
recomendaremos lo opuesto al rostro redondo. Raya al costado. Evitar el pelo muy largo y
lacio. Ideal corte en capas o a la mandíbula. Peinados sueltos, ondas o estilo despeinado.
Recogidos medios con rostro despejado y volumen a los lados. Ideal flequillo largo con mucho
volumen. En cuanto a aros, mejor si son redondeados y pegados al rostro.
• Rostro Diamante:
Un rostro más atípico de ver. En este tipo de rostro las mejillas son más anchas que la frente y
la barbilla.
Recomiendo cortes largos en la nuca. Peinados hasta media barbilla. Evitar peinados altos y
cabello muy corto.
Aros grandes, extravagantes, más bien cayendo a la barbilla.

• Rostro Triángulo:
Este rostro recibe también el nombre de pera o de trapecio porque está formado por una
frente estrecha, una barbilla grande y, sobre todo, las mejillas y los maxilares bien marcados.
Lo ideal es un largo de cabello entre el mentón y los hombros. Un corte en capas o rulos para
dar volumen en la parte superior. Flequillo diagonal o irregular. Evitar el pelo muy corto o muy
largo al igual que cortes asimétricos. En cuanto a aros es mejor que no sean voluminosos.

• Rostro Triángulo Invertido o Corazón:


Está formado por una frente algo ancha, pómulos muy salientes y barbilla algo estrecha. Las
mandíbulas están muy rebajadas en volúmenes. Mejor evitar peinados recogidos altos,
preferentemente utilizar medios o bajos.
Se puede dar volumen en la parte inferior con rulos por ejemplo. Disimular frente con flequillo
no muy cargado más bien despuntado. Evitar pelo muy corto, ideal largo o medio. Escalonado.
En cuanto a los aros mejor redondeados, evitar los alargados.
Existen diferentes análisis para descubrir cuál es tu tipo de rostro, ya que no siempre a simple
vista es fácil de descubrir, algún asesor de imagen o maquillador profesional puede ayudarte a
detectarlo. 

Tipología de piel
Existen distintos criterios para clasificar los diferentes tipos de piel. Por ejemplo, la clasificación
de Fitzpatrick, descrita por primera vez en 1975, se basa en el color de la piel y su respuesta a
la exposición solar. Esta clasificación se utiliza para decidir el tipo de factor de protección solar
adecuado o para predecir el riesgo de cáncer de piel, entre otros. Sin embargo, desde el punto
de vista cosmético, la piel se clasifica de acuerdo a varios factores de los que va a depender su
equilibrio: reepitelización, descamación, secreción sebácea, hidratación y nivel de sensibilidad.
Así, cada tipo de piel tendrá unas características propias y requerirá cuidados diferentes. El
tipo de piel viene determinado por la genética, aunque también se verá afectada por otros
factores como la edad, las agresiones externas, la temperatura y la humedad ambiental.

Según estas características, podemos encontrar cinco tipos de piel sana: normal, seca, grasa,
mixta (tiene propiedades de la grasa y de la seca) y sensible. A continuación, detallamos las
principales características de cada tipo de piel.

PIEL NORMAL

Es una piel que presenta una textura regular, sin imperfecciones y un aspecto suave y limpio,
sin necesidad de cuidados especiales.

PIEL SENSIBLE
La piel sensible es una piel más propensa a reaccionar a estímulos a los que la piel normal no
reacciona. Es una piel frágil que suele ir acompañada de sensaciones de incomodidad como
calor, tirantez, enrojecimiento o picor. En estas pieles hay una pérdida de la función barrera (o
protectora) de la piel, lo que facilita la entrada de microorganismos y sustancias irritantes, y
aumenta la posibilidad de sufrir infecciones y reacciones alérgicas. Son pieles delicadas que
necesitan mayores cuidados para combatir la sequedad, la aspereza y el aspecto que
habitualmente presenta. A veces se habla de piel irritable en lugar de piel sensible, pero son
términos sinónimos y no hay diferencias dermatológicas entre ambos.

PIEL SECA

En muchos casos, la piel seca suele ser algo temporal, causada por factores externos como el
clima, la baja humedad del aire y la inmersión en agua caliente. No obstante, en algunas
personas la piel seca puede darse con mayor frecuencia e incluso ser una afección de por
vida.7 Aunque en general no suele ser grave, si no se cuida, puede provocar otros problemas
cutáneos como eccemas o ser más propensa a sufrir infecciones, ya que la piel seca se puede
agrietar quedando más expuesta a bacterias.

Los signos y síntomas de la piel seca pueden variar dependiendo de distintos factores como la
edad, el estado de salud o de cuál sea su causa. En general, se caracteriza por una sensación de
tirantez y aspereza. También puede adquirir un color gris ceniza, aparecer descamación, picor,
enrojecimiento y pequeñas grietas. La piel agrietada suele observarse en las pieles muy secas.
Aparecen pequeñas grietas, que en ocasiones más graves pueden ser más profundas e incluso
llegar a sangrar.

La piel atópica es una enfermedad cutánea que se caracteriza por piel seca que lleva a
descamación e irritación y provoca síntomas molestos como el picor. Su principal causa es la
predisposición genética, aunque también existen factores que desencadenan su aparición o
agravan el problema. Estos factores pueden ser ambientales, alérgicos, alimenticios, e incluso
estar relacionados con algunas prendas de ropa.

PIEL GRASA U OLEOSA

Un cutis graso tiene una apariencia porosa, húmeda y brillante.3 Se produce como resultado
de un exceso de producción de grasa por las glándulas sebáceas. Suele estar determinado por
causas genéticas y/o hormonales. Es frecuente en adolescentes y jóvenes menores de 30 años,
y suele estar relacionada con la aparición de acné.

PIEL MIXTA

Según la localización, tiene características de la piel seca y grasa, ya que la distribución de las
glándulas sebáceas y sudoríparas no es homogénea. La zona más grasa suele corresponder a la
zona T (frente, nariz y barbilla), mientras que en las mejillas la piel es normal o seca.

PIEL ESCAMOSA

La irritación reiterada de la piel por factores medioambientales como el sol, el viento, la


sequedad o la humedad excesiva puede provocar la descamación de la piel, es decir, que se
desprendan grandes escamas de la epidermis que a veces se ven como polvo fino. Sin
embargo, la descamación también puede ser resultado de alguna afección como una reacción
alérgica, infecciones por hongos o estafilococos, trastornos del sistema inmunitario o cáncer y
tratamientos oncológicos. En estos casos la descamación suele ir acompañada de picor.
MANCHAS ROJAS

Hay un gran número de causas y enfermedades dermatológicas que originan la aparición de


manchas rojas o erupciones en la piel, por ejemplo, picaduras de insectos, rosácea,
enfermedad de manos, pies y boca y alergia a los medicamentos, entre otras.

LUNARES EN LA PIEL

Los lunares son puntos o manchas oscuros de la piel que suelen aparecer durante la niñez y la
adolescencia y están causados por grupos de células pigmentadas. En general, son inocuos,
pero conviene revisarlos y acudir al dermatólogo si estos cambian de tamaño, forma o color, o
si aparece picor o sangrado, ya que algunos pueden volverse cancerosos.

En general, es importante prestar atención al aspecto de la piel, ya que independientemente


del tipo de piel que se tenga, hay determinadas características que podrían ser signo de algún
problema cutáneo.

También podría gustarte