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LA SEGURIDAD CIUDADANA EN EL PERU

CARLOS ALFREDO ESCOBAR ANTEZANO


Juez Superior de la Corte de Lima
Ex alumno de la CDHS

Las noticias de la inseguridad ciudadana, cada día son mas alarmantes,


muerto un conductor cuando se encontraba por salir de una de las pocas
vías rápidas, con gran número de vehículos y viandantes; el día anterior, un
conductor es muerto por negarse a dar una propina cuando sobre para su
vehículo en el cruce de dos intersecciones; y, un día después, nos dan a
conocer, que un sereno, persona civil, de trabajo eventual y ocasional,
hombre mayor que cumple labores de vigilancia, ataviado con un
chaleco municipal, es muerto con arma de fuego por uno de los tantos
ciudadanos desarraigados que en busca de sobrevivencia han tomado las
vías de congestión vehicular y peatonal para procurarse medios que le
permitan una subsistencia en una urbe de diez millones de habitantes,
receptora de esta abusiva migración, justificada con fines humanitarios.
Los que manejan la opinión, entre ellos algunos alcaldes, interpretando el
ámbito de sus competencias, claman inmediatamente se dote de
instrumentos y armas letales para que, en base la valentía y juventud de
personas se controle en lugares críticos, algunos exigen que el derecho de
policía es una obligación del gobierno central y otros reiteran que sean los
militares los que inmediatamente deben salir de sus cuarteles y comandar
esta tarea que requiere firmeza y resultados.
Estos reclamos, dejaran pronto de ser noticia y la vorágine de sucesos nos
traerán otros eventos que también ocuparan la ocasión de publicitar una
sesuda opinión y seguiremos avanzando en este derrotero social de un viejo
problema que es actual porque no tiene solución. Todos miramos el árbol y
no el bosque, miramos el efecto y no la causa y complicamos cada solución
con problemas de corrupción, cada adquisición y compra de emergencia
tiene indexado una comisión o sobrecosto y cada ejecutor o comisionado
de su ejecución no tiene el perfil o resulta cercano al mandante, resultando
casi siempre un nuevo problema al ya existente.
En este escenario, mi idea es proponer como primera tarea, el marco y
alcance del problema y los agentes a quienes se les debe comisionar la
solución. En ese cometido, la inseguridad ciudadana no es un problema
exclusivo de Lima, toda las ciudades grandes como Santiago que concentra
un buen numero de desempleados, Bogotá con sujetos dedicados al asalto
de bienes muebles utilizando motocicletas; Rio de Janeiro en la que caminar
por los malecones de las playas en la hora crepuscular la policía no
recomienda o en el céntrico Buenos Aires donde a todo hora por las
inmediaciones del Obelisco arrebatan los bolsos y abren las puertas de los
automóviles particulares y taxis. Todos, exigimos presencia policial, mayor
drasticidad y rapidez en la sanción, pero no encontramos la solución a un
problema de crecimiento exponencial, que preocupa en tiempos
electorales.
Todos en gran medida estamos preocupados por la seguridad ciudadana
que no solo se concentra en el downtown, sino, abarca tareas de
prevención, interdicción de faltas y delitos, procesamiento policial, judicial
rápido y eficaces; ejecución con costos que se solventen con el trabajo de
los infractores, agregándose ahora la expulsión a sus lugares oriundos. Cada
punto señalado requiere propuestas simples, viables y consensuadas de
carácter transversal con los diferentes poderes del estado, quienes
teniendo la voluntad política propongan salidas múltiples en base a los ejes
de tiempo y presupuesto.
Debe de subrayarse doblemente que no es un problema de un experto por
lo tanto no hay profesional vicario de sus resultados. Ciertamente, hay
profesionales que tienen expertos en ciertos ámbitos, que deben de
sentarse en esa mesa, en la que debe primar el sentido común y practico.

¿Qué método puede ensayarse para enfrentarla? Reflexivamente.


considero recurrir a la democracia deliberativa, mecanismo que tiene
credibilidad porque no está compuesto oficialmente por órganos
estaduales, sino, resulta de una combinación oficial y civil. Repasar esta
convocatoria producida en Irlanda, es importante, ya que, al reunir a sus
miembros del padrón electoral, a miembros de su parlamento, sus
miembros no gozar de emolumentos y reuniéndose determinados días sin
afectar sus actividades laborales, rescatan que el sentido común y las
normas consensuadas siempre son de recibo.
En materia, siendo un problema transversal se propone en el caso Peruano,
un levantamiento de un mapa de incidencia criminal del país, en el caso de
la seguridad ciudadana urbana de las grandes ciudades, en las que se tiene
identificado los lugares de arrebatos, venta de artículos robados;
autopartes de vehículos y electrodomésticos, teléfonos celulares;
prostitución, concentración de migrantes indocumentados y negocios
ilícitos e ilegales en la que se detecte venta de armas, drogas y productos
de contrabando.
Reconociendo, que los efectivos policiales son menos ante el incremento
demográfico, que se ha agravado por problemas de corrupción en el
incremento de personal policial, insuficiencia de equipos, vehículos y de
incentivos profesionales. Propongo, con la identificación de este mapa
criminal salidas inmediatas y mediatas las que tienen que tener como
elemento esencial LA VOLUNTAD POLITICA que convoque a todo el sector,
no es solo un problema de policía, es un asunto que compete a todos por
lo tanto es indispensable ponerlo en agenda con presupuesto.
En la propuesta inmediata es necesario que el ejercito en base al mapa de
criminalidad se aposte en determinados lugares fijos y ejerza un control que
permita recuperar la confianza, por citar la frontera con Chile, país que puso
un buen numero de desplazados en nuestra frontera, personas que
violentamente tratan de ingresar al país, otro punto en el mismo rubro
debería ser la fronteras de Bolivia y ecuador para controlar este inusitado
desplazamiento que afecta a todos en todo el territorio. La razón es que el
ejercito ha sido convocado por naciones unidas para que cumplan estas
labores en Centro América, con reconocido éxito debido la disciplina y la
pulcritud de labores de prevención y vigilancia en un contexto de
alzamiento de armas. En el ámbito urbano instalarse en el puerto y
aeropuerto para viabilizar el tránsito y controlar la circulación sin
adentrarse en labores de control administrativo y funcionamiento de bares
y garitos que tienen una gran incidencia en el tráfico de armas de fuego de
nacionales y extranjeros, tendría efectos disuasorios por el manejo y
control de armas de fuego. Los policias en actividad que cumplan labores
de patrullaje y de procedimientos en las intervenciones policiales y los
policias retirados sean contratados para elaborar las investigaciones y
pesquisas que ordena el Ministerio Público, ente autónomo que
actualmente se encuentra implosionado por la función de persecución del
delito.
Propuesta mediata: El estado o sus gestores deben entender que a un
vigilante o sereno municipal no se le puede dotar de armas de fuego o
disuasivas, por varias razones, entre otras requiere una formación técnica,
física y actualizada; además de una vestimenta adecuada, chalecos contra
proyectiles, armadura contra elementos punzo cortantes y contundentes,
unidades vehiculares y de servicio -es patético ver por televisión que
enfrente a un delincuente armado con un chaleco municipal´-. Como es un
servicio sostenido en el tiempo requiere una formación académica y de
especialidad por lo tanto es una carrera de servicio. Las consecuencias de
su intervención tienen que tener el aval de la sociedad y el estado y por el
riesgo se debe de garantizar un régimen de trabajo y remuneraciones a
cargo del estado como servidor que puede ser de los Municipios. Se debe
de entender que no son jóvenes que asumen con valentía y exceso las
funciones que les encomiendan como ejecutores de medidas rigurosas sino
el contexto y consecuencias del empleo de las fuerza, armas letales o de
fuego y que la constitución y sentido común de un estado que cada día se
articula mas genera y enfrenta la seguridad ciudadana, sin afectar el
derecho al trabajo, en condiciones predecibles y que incentive como una
oportunidad de riesgo y honrosa en la que se garantice un régimen laboral
decente y oportuno. No hay forma que los serenos no tengan un régimen
de servidores públicos, porque no cabe tercerizar este servicio de primer
orden, sea bajo la vigilancia de los alcaldes o del Ministerio del Interior.
Juntémonos sin complejos, policias, militares, jueces, fiscales, educadores,
alcaldes y ministros o secretarios de estado, con reiterada voluntad política,
fijemos un presupuesto y un plazo con planes mediatos e inmediatos y
diseñemos políticas semejantes en la región. Transcurre el tiempo y no
tenemos soluciones que enfrentan la seguridad de todos que crece y afecta
a todos.
Lima, 21 de abril de 2022

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