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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION UNIVERSITARIA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SIMON RODRIGUEZ

NUCLEO-BARQUISIMETO

ARTICULO CIENTIFICO SOBRE LA EVOLUCION DE LA CIENCIA Y LA


TEGNOLOGIA EN VENEZUELA

Participante:

Génesis Ruiz

C.i: 28.466.688

Curso: gestión tecnológica

Facilitadora: Judith Mariana

Marzo, 2023
RESUMEN.
El propósito de este artículo es examinar el sistema nacional de ciencia y tecnología en
Venezuela. La investigación realizada es una bibliografía. Este artículo ofrece un panorama
histórico del desarrollo del concepto de CTI a nivel nacional (Venezuela). Se concluye que
Venezuela ha desarrollado una importante capacidad de investigación académica, lo que ha
llevado a la conformación de un sistema nacional de investigación más que de desarrollo
tecnológico e innovación.

Palabras clave: sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación;, tecnología e


innovación, Venezuela, ciencia

INTRODUCCIÓN

En los inicios de la década de los años noventa del siglo XX, aparece una serie de literatura,
en los países desarrollados, que hace énfasis en el rol de los factores particulares de una
nación o región para promover el cambio tecnológico, la cual destaca el llamado
aprendizaje por interacción, donde usuarios, proveedores, competidores, y la infraestructura
científica y tecnológica, interactúan en la generación de innovación (Cervilla, 2001).

De esta manera, surge la noción de sistema nacional de innovación (SNI) como un modelo
interactivo de creación y uso del conocimiento en el cual participan los diferentes agentes
relacionados con la producción y el desarrollo tecnológico. Este resulta de la necesidad de
estudiar los procesos de innovación bajo una visión sistémica y de la importancia atribuida
al contexto institucional y al factor organizacional en el aprendizaje y difusión de
tecnologías (Casiolato, 1994).

En este sentido, algunos economistas, de los países desarrollados, han aceptado la


existencia de propiedades sistémicas de las organizaciones e instituciones dedicadas a la
investigación e innovación, que caracterizan a las economías nacionales y que determinan
los resultados económicos. Por lo tanto, se comenzó a desarrollar el concepto de SNI para
intentar explicar la diversidad de resultados nacionales en materia de crecimiento
económico a partir de diferencias en la arquitectura institucional y organizativa de la
innovación.

Desde entonces, muchos países de diversas regiones, desarrollados y en desarrollo, vienen


realizando esfuerzos por caracterizar sus SNI, formulando métodos de análisis,
diagnósticos, clasificación y comparación. En el ámbito académico, los esfuerzos se
orientan al desarrollo de marcos analíticos y fundamentos teóricos.
EVOLUCION DE LA CIENCIA Y LA TEGNOLOGIA EN VENEZUELA

La actividad científica en Venezuela está bien documentada en trabajos académicos y


científicos, así como en artículos de reconocidas revistas populares e incluso diarios de
circulación nacional. La literatura en esta región es extensa e interesante, similar a lo que se
ha escrito sobre el tema en países de América Latina y el Caribe, que pueden estar más
alejados de nuestro país. Las evaluaciones de dichos trabajos van desde ensayos biográficos
de investigadores destacados y autorizados, interpretaciones históricas (p. ej., Freites y
Texera, (1992)) hasta análisis basados en la cienciometría (Requena, 2003; 2003a; 2005;
2007) e informes oficiales sobre ciencia y con por su mensajes relacionados. acerca de la
ciencia tecnología emitida por el Ministerio de Educación (La Rosa y Cruces, 2004). Sin
embargo, existen algunas lagunas en esta amplia área de análisis. Uno de ellos es el
problema del análisis de la cadena de producción del conocimiento a nivel nacional
(Albornoz/Jiménez, 2006), el otro problema no resuelto son los costos y costos propios de
tales actividades científicas. Sin embargo, el impacto en la sociedad por supuesto ha sido
calculado y evaluado para el caso (Requena, 2003a).

En este artículo, ofrecemos algunas reflexiones sobre el tema, pero no pretendemos ser
exhaustivos. No nos referiremos al entorno político del país ni a aspectos ideológicos, pero
tenemos derecho a hablar de la primera década del gobierno bolivariano. Él mismo llegó al
poder en enero de 1999, y el titular del artículo sugería, no necesariamente indirectamente,
sino metafóricamente, que el gobierno entraría en la segunda década después de la primera.
Cabe señalar que en el referéndum del 2 de diciembre de 2007 en Venezuela, la propuesta
para el establecimiento de una sociedad socialista en el país fue derrotada, aunque el
presidente de la república encargado de las reformas constitucionales dijo que en en la
madrugada de ese día insistiría en esta propuesta. En cualquier caso, el gobierno actual
termina en 2013, por lo que es fácil hablar de una década con este gobierno. Cabe señalar
que un tema es el costo del trabajo científico en sí, y el otro es el cálculo del valor base, es
decir, la infraestructura que sirve de plataforma para este trabajo. Obviamente, ambas
preguntas son importantes, pero encontramos una necesidad interesante de tratar de medir
con la mayor precisión posible el valor y las recompensas de las existencias físicas,
económicas y humanas durante los últimos 50 años.

Durante años, la sociedad venezolana necesita desarrollo y calidad de vida. Por supuesto,
esto sería un problema hasta que se formule una teoría académica del valor, pero esto está
más allá de los objetivos del presente trabajo, y simplemente definir el concepto de valor no
es universalmente aplicable en sociedades como Venezuela. Lo que comúnmente se conoce
como educación se identifica técnicamente como educación. No es hora de revisar cómo el
gobierno nacional parece haberse propuesto mantener el objetivo de crear una sociedad
socialista en Venezuela, a pesar de que la mayoría lo rechazó. El presidente, con su famoso
eslogan "temporal", incluso insinuó que podría haber otras opciones para tal esfuerzo.

Cabe señalar que, dado el carácter revolucionario de la actual propuesta del gobierno
nacional, tanto la cultura como la academia venezolana deben avanzar en mejorar los
indicadores que suelen medir esta actividad en el ámbito internacional; pero este puede ser
el mayor obstáculo porque quieres cambiarlo todo sin dejar huellas preciosas del pasado y
rompiendo así el principio básico de continuidad. Pero esto ya no parece posible,
precisamente porque los parámetros del proceso revolucionario aíslan a Venezuela de las
corrientes internacionales. En particular, la sociedad venezolana avanza hacia un modo de
producción socialista, contrario al modelo que se ha mantenido desde la segunda década del
siglo XX. Es decir, la extracción de petróleo por parte de empresas multinacionales dio
lugar a un nuevo modo de producción, el capitalismo de Estado, que desde entonces se ha
convertido en el primer y, de hecho, el único actor de la economía y la sociedad
venezolana. Así como ahora los mismos ingresos del petróleo que transformaron la
sociedad anterior ahora se están utilizando para transformar esa sociedad de una sociedad
capitalista a una sociedad socialista. Si este mecanismo puede usarse para transformar el
método de producción es otra historia, ya que la pregunta esencial es: ¿esta transformación
revolucionaria depende de los ingresos del petróleo?

Entre otras cosas, en el área de desarrollo científico y tecnológico latinoamericano, el


desiderátum organizativo fue la construcción y el fortalecimiento del sistema (sector)
científico y tecnológico en donde se ubican las instituciones encargadas de generar y
transmitir los conocimientos eventualmente requeridos por la sociedad. Dicho sistema o
sector queda entendido como un espacio institucional ubicado fuera del ámbito económico.
El sistema o sector, en fin, representa la oferta y la sociedad la demanda. Se ignora la
ubicuidad de las capacidades que entran en juego en el proceso innovativo e igualmente se
concibe a éste como un hecho científico y no como un hecho eminentemente económico
(Ávalos, 1992).

Entre 1936 y 1958, Ruiz (1992) analizó la ciencia y la tecnología venezolanas. Allí
identificó tres aspectos importantes que inciden en el desarrollo de la actividad científica en
el país. Uno de ellos es el desarrollo y complejidad del país con el objetivo de modernizar
el país. La acción estatal institucionaliza la actividad científica. Un segundo aspecto,
resultado de la expansión del sector profesional a través de la educación científica después
de 1940, fue el movimiento sindical que comenzó a dar a los científicos un perfil social más
claro, reforzado por el establecimiento de instituciones científicas rigurosas. Finalmente,
debido a estos dos procesos, la aparición de publicaciones en revistas aumentó durante este
período.
Desde inicios de la década de 1950 se puede hablar del desarrollo de la ciencia moderna en
Venezuela (Freites, 1989), pero a partir de 1958 la actividad científica tomó mayor impulso
debido a la democracia partidaria, la industrialización por sustitución de importaciones, la
expansión de la educación y la urbanización de la país. . Como lo expresa Charles (2003),
el momento político iniciado en 1958 estuvo ligado a los supuestos de planificación de la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
que influyeron en la creación y establecimiento de una oficina central de coordinación. . En
1958, la Presidencia y Agencia de Planificación de la República de Venezuela
(CORDIPLAN), el Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CENDES) en 1960 y el
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT) en 1967.
Como señaló Freites (1989), el desarrollo de las instituciones científicas de 1959 a 1968
estuvo estrechamente relacionado con el desarrollo de la educación universitaria, ya que no
había presupuesto estatal para pagar la ciencia. Durante casi una década, de 1960 a 1970,
varios científicos individuales, así como la Asociación Venezolana para el Avance de la
Ciencia (ASOVAC), propusieron al gobierno venezolano la creación de una organización
que brindara financiamiento y creara las condiciones para la investigación, sin mencionar
un plan.

Para Freites (1989), el origen del CONICIT surge del apoyo de la comunidad científica
venezolana que aliada con educadores, ingenieros y algunos empresarios demandaban que
el Estado asumiese la responsabilidad y la obligación directa de impulsar, proteger y
financiar el desarrollo científico y tecnológico en el país. Así destaca la autora que el área
científica y tecnológica, para ese entonces, comienza a ser incorporada en los programas
electorales de los candidatos que concurren a los comicios presidenciales de 1973, aunque
se la vea como un componente del sector cultural. Es entonces, a finales de los años 1970 y,
específicamente, a consecuencia de la creación del CONICIT, que la idea de planificación
comienza a tomar cuerpo, en principio indirectamente y luego, a través de un proceso
gradual, de manera más explícita.

Es importante señalar que, según Sánchez (2003), CONICIT adoptó inicialmente un


enfoque de modelo lineal para la innovación, según el cual la innovación comienza con la
investigación fundamental, sigue con la investigación aplicada, el desarrollo tecnológico,
hasta la transferencia de los resultados de la investigación al finalmente se lleva a cabo el
sector productivo. Según este concepto, también conocido como lado de la oferta, el
progreso y el crecimiento económico son el resultado del desarrollo de la ciencia y la
tecnología. Esto significa desarrollar políticas y desarrollar herramientas que ayuden a
fortalecer la capacidad de investigación. Gracias a esta visión, basada en Peña (2001), en
las décadas de 1960, 1970 e incluso 1980, hubo un consenso cercano de que el principal
objetivo a perseguir era crear una masa crítica de investigadores. En 1974, durante la
primera presidencia de Carlos Andrés Pérez, en relación con la Gran Venezuela, se empezó
a hablar de un nuevo CONICIT, cuyo presupuesto básico era la necesidad de cerrar el
triángulo que conecta funcionalmente la ciencia, las industrias manufactureras y el Estado,
el esquema de Sábato - el triángulo. Este período estuvo dominado por el subdesarrollo de
mi país con atraso tecnológico. Pero prevaleció el modelo lineal que dominaba el antiguo
CONICIT.

En este contexto, la planificación aparece como el mecanismo más adecuado para


promover el desarrollo del sector de la ciencia y la tecnología, y esta posición tiene un claro
sentido estatista e intervencionista. Así, en 1976, CONICIT elaboró el primer Plan
Nacional de Ciencia y Tecnología, que adoptó los mismos lineamientos que dieron lugar al
Quinto Plan Nacional y estableció una equivalencia directa entre las prioridades de
desarrollo científico y tecnológico y las prioridades económicas (Sánchez, 2003).

En otro orden de ideas, cuando en la década de 1960 se impulsa el proceso el


industrialización por sustitución de importaciones, según Freites (1989), era bien poco lo
que la sociedad venezolana podía exhibir en cuanto a capacidad tecnológica; hasta ese
entonces había pocas industrias en el país, y la más grande –la petrolera– era extranjera. Es
por ello que la industrialización en Venezuela se basó en la compra de plantas industriales
en las cuales se producirían los productos que desde los años de 1920 la población
venezolana se había acostumbrado a consumir.

Es importante señalar que, según Sánchez (2003), CONICIT adoptó inicialmente un


enfoque de modelo lineal para la innovación, según el cual la innovación comienza con la
investigación fundamental, sigue con la investigación aplicada, el desarrollo tecnológico,
hasta la transferencia de los resultados de la investigación al finalmente se lleva a cabo el
sector productivo. Según este concepto, también conocido como lado de la oferta, el
progreso y el crecimiento económico son el resultado del desarrollo de la ciencia y la
tecnología. Esto significa desarrollar políticas y desarrollar herramientas que ayuden a
fortalecer la capacidad de investigación. Gracias a esta visión, basada en Peña (2001), en
las décadas de 1960, 1970 e incluso 1980, hubo un consenso cercano de que el principal
objetivo a perseguir era crear una masa crítica de investigadores. En 1974, durante la
primera presidencia de Carlos Andrés Pérez, en relación con la Gran Venezuela, se empezó
a hablar de un nuevo CONICIT, cuyo presupuesto básico era la necesidad de cerrar el
triángulo que conecta funcionalmente la ciencia, las industrias manufactureras y el Estado,
el esquema de Sábato - el triángulo. Este período estuvo dominado por el subdesarrollo de
mi país con atraso tecnológico. Pero prevaleció el modelo lineal que dominaba el antiguo
CONICIT.

En este contexto, la planificación aparece como el mecanismo más adecuado para


promover el desarrollo del sector de la ciencia y la tecnología, y esta posición tiene un claro
sentido estatista e intervencionista. Así, en 1976, CONICIT elaboró el primer Plan
Nacional de Ciencia y Tecnología, que adoptó los mismos lineamientos que dieron lugar al
Quinto Plan Nacional y estableció una equivalencia directa entre las prioridades de
desarrollo científico y tecnológico y las prioridades económicas (Sánchez, 2003).

Siguiendo a Peña (2001) se afirma que en el núcleo de la propuesta planteada se hallaba el


cambio radical del centro de atención de la acción pública liderada por CONICIT,
abandonando la pretensión de controlar el sector ciencia y tecnología desde una institución
rectora e intentando a la vez liberarla de ataduras excesivamente estrechas a los objetivos
propios de la comunidad científica, para convertirse más bien en una instancia promotora
que permitiera crear lazos entre los elementos que deberían constituir el SNI.

En este sentido, estos propósitos obligaron a CONICIT a crear durante 1995-1998 nuevas
maneras de intervención. Entre estas formas de iniciativas están las relacionadas con el
apoyo a los procesos de innovación y las agendas de innovación. Ésta última constituye, tal
vez, el ejemplo más representativo del cambio de actitud institucional profundo que
procuraba el CONICIT. Posteriormente, con la creación del Ministerio de Ciencia y
Tecnología (MCT) en agosto de 1999, las agendas se consolidaron y repotenciaron.

El MCT tiene como objetivo consolidar sistemas nacionales de ciencia, tecnología e


innovación que articulen y coordinen a los diferentes actores sociales para lograr un
crecimiento productivo de manera equitativa. Bajo el lema Ciencia para las Personas, el
MCT resume su intención de transformar la ciencia, la tecnología y la innovación en el
motor del desarrollo económico y social del país. Asimismo, la Constitución de 1999, la
Ley de Organización de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación aprobada en 2001 y
promulgada nuevamente en 2005, y el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación
2005-2030.

Quizás cabe un argumento final, en este texto. La ciencia, como la generación de


pensamiento y conocimiento, en general obedece a una racionalidad que exige operar
dentro de una institucionalidad que es por naturaleza autónoma, crítica e insumisa. En
sociedades gobernadas con niveles elevados de emocionalidad, altos decibeles
emocionales, como ha señalado Calhoun (2007: 116)
CONCLUSION
Se puede señalar que Venezuela ha desarrollado una importante capacidad de
investigación académica lo cual se ha traducido en la conformación de un sistema nacional
de investigación, pero no así de desarrollo tecnológico y de innovación. En este sentido, se
destaca que el proceso de consolidación de estructuras de creación y generación de
conocimientos científicos y tecnológicos, revela diferencias significativas en la evolución
de estos dos esfuerzos.

En relación con la infraestructura científica, se observa que desde la década de los años
de 1950, hasta principios de los años de 1980, se logró una importante consolidación y
expansión de una serie de instituciones cuyos objetivos eran el desarrollo de la actividad
científica. Por lo tanto, uno de los importantes beneficios de este proceso fue el aumento en
la formación de profesionales, en prácticamente todas las disciplinas científicas, en un
amplio espacio geográfico nacional.

En cuanto a la creación de espacios institucionales para el desarrollo tecnológico se


observa una situación más débil en este ámbito. La cantidad de centros creados para este fin
ha sido baja en comparación con la creación de organismos para la investigación científica.
Por otra parte, las áreas de actuación de los centros que se crearon durante los primeros
años, revela la inexistencia de alguna vinculación directa con las necesidades de las
industrias estratégicas en Venezuela, desarrollada en ese momento (petróleo, petroquímica,
hierro). Esto generó una dinámica de funcionamiento orientada a garantizar su
sobrevivencia, determinando una capacidad incipiente, tanto desde el punto de vista de los
recursos humanos como de infraestructura.

REFERENCIAS

1. AVALOS, Ignacio. 1984. “Breve Historia de la Política Tecnológica Venezolana”.


En Moisés, N. (Dir.). El Caso Venezuela: Una Ilusión de Armonía. 376-394.
Ediciones IESA, Caracas (Venezuela).
2. CHARLES, Ovidio. 2003. “Las Políticas Científicas en Venezuela: Una Necesaria
Reflexión”. Ponencia presenta en la II Reunión Nacional de AVEGID.
Barquisimeto (Venezuela).
3. Ministerio del Poder Popular para la Ciencia. http://www.misionciencia.com
Febrero 11, 2008.
4. Ceresole, N. (1971). Perú o el nacimiento del sistema latinoamericano (1971).
Buenos Aires: Galerna.
5. GENATIOS, Carlos y LAFUENTE, Marianela. 2004. “Políticas en Ciencia y
Tecnología para Venezuela”. En Genatios, C. (Comp.), Venezuela en Perspectivas.
131-179. Fondo Editorial Question, Caracas (Venezuela).
MERCADO, Alexis; TESTA, Pablo; VESSURI, Hebbe y SÁNCHEZ, Isabelle.
2002. “Sistemas Nacionales de Ciencia y Tecnología. Experiencias y Aprendizaje
de Cuatro Países de Medio Desarrollo”. Boletín ASOVAC, Noviembre, 41.
Caracas, (Venezuela).

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