Introducción
En este documento dejaremos constancia del proceso de institucionalización de los
Estudios Sociales de la Ciencia y la tecnología (que por abreviar designaremos como
CTS) en Cuba y de las circunstancias sociales, ideológicas, culturales, académicas,
que explican esa trayectoria.
Comenzaremos por ofrecer una caracterización aunque sea breve y superficial del
campo CTS, tal y como se le entiende en este documento. Nos apoyaremos para ello
en un texto precedente (Núñez, 1999, 2001,2003).
¿Qué es CTS?
1
Al final de este ensayo se incluye como anexoy con el propósito de servir de complemento: Núñez, J. (2002)
“Filosofía y Estudios Sociales de la Ciencia” en: Cuba: Amanecer del Tercer Milenio. Ciencia, Sociedad y
Tecnología, Castro Díaz Balart, F. (coordinador-editor), Editorial Debate, Madrid. pp.171-191.
1
La tecnociencia es un asunto de la mayor importancia para la vida pública y, sin
embargo, por su carácter especializado y el lenguaje esotérico al que recurre, su
manejo suele estar en manos de grupos relativamente reducidos de expertos. Los
expertos, además, suelen serlo en campos muy específicos y pocas veces tienen una
visión global de una disciplina científica y menos aún de la ciencia en su conjunto.
Los sistemas educativos, desde los niveles primarios hasta los posgrados, se dedican a
enseñar la ciencia, sus contenidos, métodos, lenguajes. Desde luego, hay que saber de
ciencia, pero – y es la tesis que defendemos- también debemos esforzarnos por saber
algo sobre la ciencia, en especial sobre sus características culturales, sus rasgos
epistemológicos, los conceptos éticos que la envuelven y su metabolismo con la
sociedad. Lo mismo puede decirse de la tecnología.
Sobre todo a partir de los años 60 del siglo pasado se han realizado diversos esfuerzos
por integrar los estudios sociales de la ciencia y la tecnología en diversas perspectivas
interdisciplinarias. Estas han recibido diversas denominaciones: Science Studies,
Ciencia de la ciencia, Cienciología (que tuvo un auge significativo en la URSS y demás
países socialistas europeos); Science and Sechnology Studies; Science, Technology
and Society y otros. En idioma español se ha acuñado preferentemente la noción de
Estudios en Ciencia, tecnología y sociedad (CTS).
2
través de su uso militar, el impacto ecológico u otras vías por lo cual se fue afirmando
una preocupación ética y política en relación con la ciencia y la tecnología que marcó el
carácter de los estudios sobre ellas.
Se formó una especie de consenso básico: “Si bien la ciencia y la tecnología nos
proporcionan numerosos y positivos beneficios, también traen consigo impactos
negativos, de los cuales algunos son imprevisibles, pero todos ellos reflejan los valores,
perspectivas y visiones de quienes están en condiciones de tomar decisiones
concernientes al conocimiento científico y tecnológico” (Cutcliffe, 1990, p.23).
Se hizo cada vez más claro que la ciencia y la tecnología son procesos sociales
profundamente marcados por la civilización donde han crecido; el desarrollo científico y
tecnológico requiere de una estimación cuidadosa de sus fuerzas motrices e impactos,
un conocimiento profundo de sus interrelaciones con la sociedad.
Junto a esto, los panoramas que muestran el proceso que dio lugar al despegue de
estos estudios en los años sesenta, se refieren al esfuerzo por superar visiones
tradicionales de la ciencia y la tecnología que subvaloran o ignoran las determinaciones
e impactos sociales del desarrollo científico y tecnológico 2.
2
González García, M; López Cerezo, J.A; Luján, J. (1996): Ciencia, tecnología y sociedad. Una introducción al
estudio social de la ciencia y la tecnología. Tecnos, Madrid.
3
democratización del conocimiento, en particular el derecho de la sociedad a intervenir
en el curso tecnocientífico.
El cuadro siguiente resume ambas perspectivas.
En resumen, el impulso a los estudios CTS a partir de los años 60 debe entenderse
como una respuesta a los desafíos sociales e intelectuales que se habían hecho
evidentes en la segunda mitad del siglo xx.
La misión central de estos estudios ha sido definida así: "Exponer una interpretación de
la ciencia y la tecnología como procesos sociales, es decir, como complejas empresas
en las que los valores culturales, políticos y económicos ayudan a configurar el proceso
que, a su vez, incide sobre dichos valores y sobre la sociedad que los mantiene"
(Cutcliffe, 1990, pp.23-24).
Hoy en día los estudios CTS constituyen una importante área de trabajo en
investigación académica, política pública y educación. En este campo se trata de
4
entender los aspectos sociales del fenómeno científico y tecnológico, tanto en lo que
respecta a sus condicionantes sociales como en lo que atañe a sus consecuencias
sociales y ambientales. Su enfoque general es de carácter crítico (respecto a las
visiones clásicas de ciencia y tecnología donde sus dimensiones sociales son
ocultadas) e interdisciplinario. CTS define hoy un campo bien consolidado
institucionalmente en universidades, administraciones públicas y centros educativos de
numerosos países industrializados y también de algunos de América Latina
(principalmente Brasil, Argentina, México. Venezuela, Colombia y Uruguay).
5
ciencia, tecnología y sociedad, con énfasis en la problemática de la superación del
subdesarrollo y la dependencia ( Vessuri, 1987).
Desde luego que los temas de interés también son muy variados. No es sorprendente
que a unos les preocupe más el problema de la clonación y a otros la dependencia
tecnológica: todo depende desde qué sitio se aprecie la fiesta de la sociedad
tecnológica.
De una manera muy general, la agenda de CTS pudiera resumirse como aparece en el
cuadro siguiente
6
De modo resumido y adelantando ideas que se explican en el texto, pudiera decirse
que los estudios CTS en Cuba pretenden participar y fecundar tradiciones de teoría y
pensamiento social3, así como estrategias educativas y científico tecnológicas que el
país ha fomentado durante las últimas décadas. En particular entre nosotros es clave
el problema de las interrelaciones entre ciencia, tecnología, innovación y desarrollo
social, con múltiples consecuencias en los campos de la educación y la política
científico – tecnológica.
Una de las consecuencias del avance de los estudios CTS es la comprensión del
fenómeno científico y tecnológico como un proceso social que no puede ser
comprendido más que "en contexto", es decir, dentro de la constelación de
circunstancias sociales que le dan sentido 4. En esa perspectiva, la Ciencia, en su
3
En el ideario filosófico-educativo tanto de Félix Varela como de José Martí se encuentran importantes ideas que van al
encuentro de un pensamiento CTS de orientación humanista, por ejemplo: “Uno de los atrasos de la sociedad proviene
de la preocupación de excluir a las mujeres del estudio de las ciencias o a lo menos no poner mucho empeño en ello,
contentándose con lo que privadamente por curiosidad pueden aprender, siendo así que el primer maestro del hombre es
su madre, y que esto influye considerablemente en el resto de su educación” (Varela, 1997:84). “¿Para qué, si no para
poner paz entre los hombres, han de ser los adelantos de la ciencia?” (Marti, 1975, tomo 5, pp.259-264).
4
Esta idea guarda relación con uno de los fines de la educación CTS propuesto por Figaredo en su tesis de
doctorado: a) la contribución de la ciencia y la tecnología a la solución de los problemas sociales de la población y
de la ayuda solidaria a otros pueblos; b) la integración de todos los agentes del contexto social en aras de obtener
resultados científicos y tecnológicos pertinentes; c) la participación del pueblo en las actividades científicas y
tecnológicas; d) la acción crítica y responsable frente a los peligros actuales y potenciales de las innovaciones, para
el ser humano y el medio ambiente; e) la asimilación de la ciencia y la tecnología como manifestaciones de la
cultura; f) la comprensión de las interacciones dialécticas entre conocimientos, técnicas y contexto social (Figaredo,
2002:47).
7
expresión más amplia, se nos presenta como una red de individuos, instituciones y
prácticas anclados en contextos con sus propias determinaciones culturales,
económicas y sociales5. Esto también es válido para comprender los propios estudios
CTS. Con ese enfoque en mente examinaremos la evolución de CTS en Cuba.
5
Chambers, D.W. (1993)
8
acceder a la enseñanza, el desarrollo de la educación para adultos, los programas de
enseñanza para campesinos, en particular mujeres, fueron entre otras muchas,
medidas adoptadas por los revolucionarios en el poder. Esa política continúa hasta hoy
expresándose con peculiar nitidez en las transformaciones educativas y culturales que
el país viene realizando.
2) Política del conocimiento es una expresión que habla del esfuerzo global por
convertir el conocimiento, en sus diferentes expresiones y con los más diversos
asentamientos institucionales en fuente de bienestar humano. Sirve por ello de puente
para conectar procesos aparentemente alejados como pueden ser la construcción de
sectores de alta tecnología (Biotecnología, por ejemplo) y las transformaciones que han
tenido lugar en la educación primaria, la incorporación de los jóvenes a la educación,
considerada esta última como un empleo, la universalización de la Universidad, entre
otros muchos procesos.
¿Qué tienen en común todos esos procesos? ¿Son ellas acciones independientes,
subordinadas a lógicas distintas o son expresiones diversas de un mismo proceso
social? ¿Cómo captar esa integridad?
3) La idea de política del conocimiento permite una aproximación más sintética a los
procesos que habitualmente aparecen bajo denominaciones diversas: políticas de
ciencia y tecnología, políticas educativas, políticas culturales, etc. Cada una de ellas
conducidas por lógicas y actores diferentes. Pudiera sugerirse sin embargo que todas
ellas se engloban bajo la noción de “política social del conocimiento” cuyas directivas
9
globales generan aproximaciones y sinergias entre la pluralidad de políticas en juego,
no siempre bien conectadas entre sí.
4) Esa visión permite una comprensión más unitaria del conocimiento mismo,
reuniendo a las Ciencias Naturales, Sociales, Ingenierías, Humanidades al
conocimiento tradicional y el conocimiento científico. Todas esas expresiones del
conocimiento son relevantes para el desarrollo.
La existencia de una política social del conocimiento es la que hace posible un amplio
proceso de apropiación social del conocimiento y dota al conocimiento de una amplia
función social.
Cuba, como país en desarrollo, ha impulsado una vigorosa política del conocimiento
que ha generado importantes procesos de apropiación social del conocimiento.
Lo que se desea destacar ahora es que ese enorme esfuerzo social por conectar el
conocimiento al desarrollo social, por impulsar hasta sus límites máximos la
apropiación social del conocimiento, el énfasis en la dimensión ética del saber, el
10
acento en la responsabilidad social de las instituciones y actores del conocimiento,
constituye un excelente estímulo al debate sobre las interrelaciones entre ciencia,
tecnología, innovación y sociedad, propio del campo CTS.
Comencemos por comentar la PCT. Esa política primero implícita y luego explícita 7,
permite explorar cómo se han expresado en sus diferentes etapas, variadas
percepciones sobre las interrelaciones entre ciencia, tecnología y sociedad, así como
los diferentes impactos sociales que en cada una de esas etapas se registran; de igual
modo es posible identificar los rasgos de la situación actual y de qué modo los estudios
CTS pueden contribuir al avance de las políticas propuestas.
La PCT cubana ha atravesado a partir de 1959 por tres etapas principales (García
Capote, 1996). A la primera etapa se le ha denominado "promoción dirigida de la
6
Sobre el tema de la PCT en Cuba: Castro y Codorniú (1988); Sanz y García Capote (1993); Simeón (1996 y 1997);
García Capote (1996).
7
Herrera (1975).
11
ciencia" 8 o "política desde el lado del suministro" como la denomina Freeman (1981) 9,
es decir, una política que se esfuerza por crear un sector de investigación desarrollo
inexistente, lo que en Cuba se tradujo en un énfasis extraordinario en la creación de
instituciones científicas y la preparación de los investigadores que debían trabajar en
ellas. De acuerdo con esto, en los años 60 se crearon muchos de los principales
centros de investigación que el país tiene hoy, se creó una Universidad Politécnica, el
Centro de Investigación Digital que construyó la primera computadora cubana en 1969,
el Jardín Botánico Nacional, la Academia de Ciencias de Cuba y otras instituciones y
grupos de trabajo. Se desplegó también desde entonces un marcado proceso de
intercambio internacional a través de la participación de científicos extranjeros en Cuba
y la formación de profesionales cubanos en el exterior.
8
García Capote (1996, p.149).
9
idem
10
García Capote, E (1992) y Saenz,T y García Capote, E (1989)
12
En la mitad de los setenta, comenzaron a acumularse evidencias de que el problema
de la utilización práctica de los resultados científicos a fin de satisfacer los problemas
de la producción y los servicios era un asunto de la mayor complejidad. Esto dio lugar
a cambios en la PCT implantándose lo que ha dado en llamarse el "modelo de
11
dirección centralizada" (1977-1989) cuyo objetivo era completar el esfuerzo desde el
lado del suministro con una estrategia deliberada para utilizar los resultados científico-
técnicos, a lo que se dio en llamar "introducción de resultados". Se pretendía lograr
esto mediante un modelo muy centralizado que se apoyaba en la identificación de
"problemas de investigación" que orientara la investigación hacia temas de la mayor
prioridad y la utilización de resultados en las esferas de la producción y los servicios.
Aunque se enfatizaba la utilización de resultados esta etapa, el enfoque descansaba en
la concepción lineal que aprecia la investigación científica como elemento
desencadenante de la relación entre la ciencia, la tecnología y la producción. Esta
concepción, de moda en la segunda post guerra partir del informe de Vannevar Bush:
Science, The Endless Frontier, ha demostrado luego sus importantes limitaciones.
Esta situación justifica la percepción crítica que sobre el tema se fue conformando a lo
largo de la década de los ochenta, discusión que se vio envuelta en un debate más
amplio sobre la práctica de la transición socialista en Cuba y en particular sobre la
eficiencia de la economía del país.
11
García Capote, E (1996, pp 150-152)
12
ibid, p.146
13
ibid, p.151
13
A esa percepción crítica se sumaron otros factores. La concepción de que el avance del
socialismo a nivel mundial dependería en gran medida de su capacidad para
desarrollar la ciencia y la tecnología como fuerzas productivas sociales, fue otro
elemento importante. A él habría que agregar la necesidad de elevar la capacidad del
país para enfrentar las agresiones biológicas de que estaba siendo objeto, prioridad
expresada con gran énfasis desde inicios de los años ochenta, así como el esfuerzo
por continuar mejorando el sistema de salud cubano con la creación de avanzadas
tecnologías en ese campo. Se pensó también en crear nuevos rubros de exportación
aprovechando las potencialidades que ofrecía la revolución en el campo de las
biotecnologías, proceso al que el país decidió incorporarse activamente.
Aunque incompleto, este cuadro de razones determina que desde mediados de los
años ochenta el país introdujera cambios en su PCT. Entre los cambios más relevantes
se encuentran el relanzamiento de la investigación científica universitaria, ahora con
orientación más aplicada; la definición de prioridades nuevas para el desarrollo
científico y tecnológico (Biociencias, Biotecnología, industria farmacéutica, equipos
médicos de alta tecnología, entre otras); la creación de los polos científico- productivos:
redes de cooperación integrada donde la investigación, la creación de tecnologías, la
producción y comercialización de productos, forman parte de un proceso continuo
conducido por estrategias únicas; la potenciación del Forum de Ciencia y Técnica 14,
singular experiencia cubana orientada a incrementar la participación ciudadana en el
desarrollo tecnocientífico y sus aplicaciones, entre otras iniciativas.
14
Sobre el Forum se comentará más adelante.
14
posible la dinámica de producción/difusión/aplicación de conocimientos que el
desarrollo del país reclama.
15
respecto a ellos se proscriben ideales, metodologías, criterios de evaluación que
persiguen estimular políticas nacionales, territoriales, sectoriales y otras, coherentes
con el avance del modelo de desarrollo social por el cual el país ha optado; un modelo
que coloca la satisfacción de las necesidades de las mayorías, la justicia y la equidad
social en el centro de sus valores. Todos esos documentos son perfectibles, como los
la política científica implícita que el país viene desarrollando. En un plano muy general
podemos decir que el enfoque CTS es necesario para la PCT al menos porque:
b) Insiste en la necesidad de articular los medios y los fines en las políticas, donde los
fines deben contribuir a diseños estratégicos que hagan humanos y sostenibles los
esfuerzos.
d) La política científica debe fomentar las interacciones, el trabajo en redes entre los
diversos sectores, instituciones y actores. Especialmente importante es su relación
con el sistema educativo, en particular la educación superior, fomentando el
complejo educación superior-ciencia-tecnología del que se habló antes y prestando
especial atención a la formación a lo largo de toda la vida. La experiencia
contemporánea subraya el vínculo entre aprendizaje e innovación (Lundvall, 2000).
Entre los signos distintivos del funcionamiento del complejo educación superior-ciencia-
tecnología en Cuba están la integración, la colaboración y la participación pública en
16
esas actividades. Esos rasgos transparentan las particulares interrelaciones entre el
conocimiento, la política y los valores que caracterizan el contexto cubano.
17
farmacéutica y los equipos médicos de alta tecnología. En ese polo se reúnen y
colaboran 38 instituciones científicas, con unos 12 mil trabajadores entre científicos,
ingenieros, técnicos y otros, más de la mitad de los cuales son mujeres.
De hecho las BTJ y la ANIR son movimientos que responden a esas necesidades.
18
las premisas ideológicas que han conducido el proceso cubano y en particular el
desarrollo científico y tecnológico a que él ha dado lugar. La práctica de estas
actividades y sus beneficios, se consideran patrimonio común del pueblo; es decir, se
trata de una concepción que amplía los actores de esas prácticas, no limitándolos a los
científicos e ingenieros del sector de I+D e incorporando a ellas a un vasto segmento
de la población, en principio a todos aquellos que pueden intervenir en la producción,
diseminación y aplicación del conocimiento. En este camino se fortalece la naturaleza
social del proceso innovativo. A esto se suma que en Cuba el seis por ciento de la
población se ha graduado en la universidad y uno de cada siete trabajadores son
universitarios. Se trata, por tanto, de una capacidad bastante extendida en el cuerpo
social.
La Educación Superior
19
El tema de la pertinencia social fue uno de los grandes temas de la Conferencia
Mundial de Educación Superior, convocada por la UNESCO en 1998 y también de la
Conferencia Regional sobre Políticas y Estrategias para la Transformación de la
Educación Superior en América Latina, celebrada en La Habana (1996) como parte del
proceso preparatorio de la Conferencia Mundial 18.
18
La Comisión No. 1 se denominó “Pertinencia de la Educación Superior”. Las principales contribuciones aparecen
en La Educación Superior en el Siglo XXI. Visión de América latina y el caribe, Ediciones CRESALC/UNESCO,
Caracas, 1997. Entre otros pueden verse los trabajos de Garcia Guadilla (1997).
20
estudios universitarios y fomenta espacios de aprendizaje en todas las localidades del
país, es un recurso importante para impulsar el desarrollo.
Todos los estudiantes con dedicación exclusiva tienen al término de sus estudios un
trabajo garantizado apropiado a los estudios realizados, lo cual favorece su inserción
en el sistema de innovación.
21
Entre las áreas de investigación de mayor impacto están: medicamentos, vacunas,
diagnosticadores, equipos médicos, biotecnología agrícola, alimentación animal,
informática educativa y médica, hidráulica, agroindustria, nuevos materiales,
neurociencias, electromagnetismo, tecnología enzimática, química fina, química
computacional, ciencias sociales y humanas, entre otras.
Este breve recuento permite justificar la idea de que el país ha venido construyendo un
complejo Educación Superior-ciencia-tecnología fuertemente orientado al desarrollo
social. La pertinencia, la orientación social, son clave para entender la dinámica de ese
complejo.
Según creemos, permite también comprender que la educación superior cubana, cuyo
perfil social hemos tratado de mostrar, generara una estrategia de formación e
investigación del tipo que interesa a los estudios CTS. Y ello por varios motivos:1)
cualquier esfuerzo por comprender la racionalidad del desarrollo científico y tecnológico
22
cubano no puede menos que partir de la sociedad como principal elemento
explicativo.2) Ese desarrollo merece ser estudiado en una perspectiva CTS: documenta
muy bien las interacciones entre ciencia y política, entre conocimiento y valor e ilustra
las profundas conexiones entre el desarrollo educacional, científico y los procesos
económicos y sociales que permiten superar el subdesarrollo.3) La educación superior
incluyen los currículos un amplio ciclo de ciencias sociales en todas las carreras
universitarias. La idea de que la formación del profesional incorpora un componente de
ciencias sociales abonó el camino de CTS en Cuba.
El recorrido anterior debe permitir apreciar que desde el más temprano discurso político
de los años sesenta, ha dominado una percepción que insiste en el valor de la ciencia,
en su conexión directa con los problemas del desarrollo social, y lo que es muy
importante para los fines de este documento, extiende a la mayoría de la población la
participación en el conocimiento y sus beneficios.
Al provenir esa percepción de los niveles más altos de gobierno del país, ella ha
desencadenado acciones prácticas orientadas al desarrollo de la educación, la
extensión de la cultura científica y la consolidación de un potencial y una infraestructura
científica y tecnológica nacionales.
Esa ideología, entendida como un sistema de valores que traducen intereses sociales,
cristalizó como parte del proceso de transformaciones sociales más amplias en el cual
los sectores populares se incorporaron a la educación y la ciencia, nutriendo la masa
de profesionales, científicos y profesores que han copado los departamentos
universitarios y fundado la mayoría de los centros de investigación. Si como dice Price
en el mundo están vivos el 90% de los científicos que han existido, en Cuba casi la
totalidad de los científicos, ingenieros, técnicos, profesores y maestros accedieron a
23
esa condición en las últimas cuatro décadas y de forma mayoritaria han respaldado las
transformaciones sociales del país. No es extraño que esa comunidad científica en
gestación haya hecho suya la propuesta de una ciencia en función de la solución de
los problemas del desarrollo social del país. Con ello ha madurado el complemento de
la "ideología de la ciencia" proyectada desde el poder político: la "ideología en la
ciencia" entendida como la percepción ético-política del trabajo científico asumida por
los científicos, ingenieros, profesores, percepción que permite concebir el trabajo de
todos ellos, sobre todo, como una contribución social.
Todos estos valores que venimos comentando han madurado, puestos a prueba y
sometidos a tensiones a lo largo de las últimas cuatro décadas y han conformado un
contexto ideológico, político y ético muy singular, incomprensible desde aquellas
interpretaciones de la ciencia de corte cientificista que predican separaciones tajantes
entre ciencia y valor, entre motivaciones políticas y finalidades científicas. Sin lugar a
dudas los científicos cubanos no han vivido en su experiencia práctica semejantes
dicotomías.
El Código resulta así una singular mezcla de prescripciones propias del ethos
académico clásico20 con ideales políticos y valores sociales asumidos como prioritarios;
una interesante combinación de racionalidades epistemológicas, éticas y políticas.
19
CITMA, Documento de trabajo s/f.
20
Merton, R.K. (1980)
24
El fenómeno ideológico apuntado explica que para los docentes, investigadores y otros
profesionales cubanos, la perspectiva CTS, con su acento social, no plantea ninguna
incompatibilidad con su percepción cotidiana, la que emerge de su actuación como
actor del conocimiento y como ciudadano.
CTS se institucionaliza.
Desde los años sesenta la tradición más influyente en Cuba en el campo de las
ciencias sociales ha sido el marxismo. El marxismo se ha enseñado e investigado en
Cuba por más de cuatro décadas y su influencia alcanza a amplios sectores de la
sociedad. En particular se enseña en las carreras universitarias. Se trata de una
cosmovisión cuyos rasgos esenciales hacen parte de la formación de todos los
universitarios. En grupos de investigación, así como en carreras y estudios de
posgrado vinculados a las ciencias sociales, el marxismo se investiga en sus diferentes
expresiones: tanto el marxismo originario como el institucionalizado en los países de
Europa Socialista, el llamado marxismo occidental y la propia evolución del marxismo
cubano.
21
Núñez, J (1984).
22
Hessen, B. (1985).
23
Bernal, J.D.(1954).
25
A partir de los años setenta y sobre todo en los ochenta se hicieron presentes en Cuba
los cursos y publicaciones sobre la ciencia (en mucha mayor medida que sobre la
tecnología). Los foros de interés fueron principalmente los debates filosóficos sobre el
desarrollo de las ciencias (con menos énfasis en los temas lógicos que en las
resonancias valorativas, ideológicas, políticas), los estudios sobre la Revolución
Científico - Técnica y sus consecuencias sociales y temas de Historia de la Ciencia y
política científica.24
En la medida en que avanzó la década de los ochenta fue madurando la idea de que
era necesario desbordar las fronteras disciplinarias de estos estudios (Historia,
Filosofía y otras) y avanzar hacia una concepción interdisciplinaria. En ello influyó la
consolidación que este punto de vista tenía en los países de Europa Socialista a través
de los trabajos en el campo de la Cienciología 25.
24
Parcialmente estos intereses se reflejan en la obra colectiva Filosofía y Ciencia (1985).
25
Mikulinski, S.R. (1974)
26
Núñez, J(1989, 1989ª y 1990).
27
Ver Filosofía y Ciencia (1985).
26
En un resumen, cabe decir que a fines de los ochenta habían madurado en algunas
zonas del ambiente universitario cubano algunas ideas que aquí podemos resumir:
A inicios de los noventa estos avances hicieron posible consolidar un espacio para la
disciplina Problemas Sociales de la Ciencia y la Tecnología (PSCT) en el ciclo de
ciencias sociales de la mayoría de las carreras universitarias en Cuba. Se estimó desde
entonces que la formación en la educación superior, sobre todo de científicos e
ingenieros, se enriquecía con el estudio de los problemas del desarrollo científico y
tecnológico, en su dimensión universal y también latinoamericana y cubana. Debe
observarse que la incorporación de esta disciplina fue posible porque la educación
superior cubana asume que las formaciones científico-técnica y humanística tienen que
marchar unidas. Las clásicas separaciones entre ciencia y valor que dan lugar a
ordenamientos disciplinarios e institucionales que tienden a separar ciencias y
humanidades aquí no tienen lugar. Lo que se hizo entonces fue aprovechar esta
28
El colectivo que más interés prestó desde temprano al tema fue el Grupo de estudios sociales de la Tecnología
(GEST) del ISPJAE y ello se reveló más adelante en su producción bibliográfica (GEST, 1997 y 1999).
27
concepción y el espacio que ella creaba para introducir esa PSCT como disciplina en
los planes de estudio.
En la propia década de los noventa tiene lugar, según vimos antes, el esfuerzo por
consolidar una estrategia científica y tecnológica que sirviera para enfrentar la grave
coyuntura económica y más aún, avanzar en el desarrollo social. Cambiaron las
políticas públicas; en las universidades la investigación y el posgrado multiplicaron su
espacio, se inició un proceso de transformaciones jurídicas, organizativas e
institucionales tendente a elevar la contribución económica, social y cultural del
potencial científico nacional. Todo esto supuso cambios conceptuales, discursivos y
prácticos donde las reflexiones sobre ciencia, tecnología y sociedad tienen un espacio
muy importante.
Hacia 1996 podemos decir que el país había avanzado en la instalación docente de
cursos sobre PSCT. No se utilizaban entonces las siglas CTS.
29
Órgano rector de la política de doctorados en Cuba.
30
Sobre todo el profesor José Antonio López Cerezo, Catedrático, situado en la Universidad de Oviedo y asesor de
la OEI.
28
(posgrados, investigaciones, actividad editorial, cursos, grupos de trabajo, etc.) que ha
tenido lugar en Ibero América. La creación por la Organización de Estados
Iberoamaericanos (OEI) hacia fines de la década de un programa en CTS facilitó la
movilidad de los especialistas, promovió los contactos, creó oportunidades para la
publicación de nuestras contribuciones y distribuyó bibliografía actualizada.
Hacia 1999 se crea en la UH la Cátedra Ciencia y Sociedad que tres años más tarde, el
12 febrero de 2002, se convirtió en Cátedra Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación
(CTS+I), con una mayor proyección nacional e internacional.
29
centrada en el tema Universidad, Innovación y Sociedad que le permite, además, una
razonable articulación internacional 8) La producción de informes, artículos y libros
acompaña a las necesidades de formación e investigación propias de CTS 9) La
Cátedra participa en varias iniciativas internacionales como la red “Universidades de
Desarrollo”, con 15 países y liderada por la Universidad de Lund, Suecia; La Cátedra
de Integración Convenio Andrés Bello (obtenida por concurso), radicada en nuestro
espacio institucional y el Programa CAPES-MES centrado en un estudio comparativo
Cuba-Brasil acerca del lugar de la Universidad en el Sistema nacional de Innovación.
30
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31
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