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Diccionario de Arquitectura en la Argentina

ESTILOS OBRAS BIOGRAFÍAS INSTITUCIONES CIUDADES


Diccionario de Arquitectura en la Argentina
estilos, obras, biografías, instituciones, ciudades
Buenos Aires: AGEA, 2004
v. 3, 224 p.; 22 x 27.5 cm.
ISBN 950-782-425-1
1. Arquitectura - Diccionario
CDD 720.3

ISBN DE LA COLECCIÓN : 950-782-422-7


ISBN DE ESTE TOMO: 950-782-425-1
Impreso en Artes Gráficas Rioplatense S. A.,
junio de 2004,
Buenos Aires, República Argentina.

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Alejandro Leveratto, Ana María Rigotti, Ana Ottavianelli, Archivio d Stato d
Regio Emilia, Archivo Amancio Williams, Archivo Antonio Bonet, Archivo del
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Nación, Departamento de Documentos Fotográficos, Argentina, Archivo Gó-
mez, Archivo Sydney Follet, Archivo Wladimiro Acosta, Arturo Montagú, Carlos
Moreno, Carlos Sánchez Idiart, Cátedra A. Díaz (FADU UBA), Cátedra J. Sol-
sona (FADU UBA), Ebe Bragagnolo, Facultad de Arquitectura Planeamiento
Diseño de Rosario, Fernando Aliata, Fernando Gandolfi, Fundación Antor-
chas, Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas, “Mario J. Bus-
chiazzo” (FADU UBA), Jorge Francisco Liernur, Luis Príamo, Museo de la Ciu-
dad de Buenos Aires, Patricio Randle, Federico Ortiz, Unidad de Investigación
nº 7 del IDEHAB FAU UNLP, León Ferrari, Silivia Pampinella.

Publicación opcional con Diario de Arquitectura de Clarín.


COMPILADORES

Jorge Francisco Liernur


Fernando Aliata

Diccionario de Arquitectura
en la Argentina
ESTILOS OBRAS BIOGRAFÍAS INSTITUCIONES CIUDADES

Editor: Berto González Montaner (Diario de Arquitectura)


Investigación y textos

Proyecto y dirección general Instituciones académicas Redactores Tomo e h :


Jorge Francisco Liernur (UTDT/CONICET) que contribuyeron al proyecto A. G. Adrían Gorelik
Dirección operativa Facultad de Arquitectura A. B. Anahí Ballent
Fernando Aliata (UNLP/CONICET) y Urbanismo de la Universidad A. C. Alejandro Crispiani
Coordinación académica Nacional de La Plata. A. M. R. Ana María Rigotti
y redacción Coordinador: Fernando Gandolfi. A. N. Alicia Novick
Alejandro Crispiani (PUCCH), Graciela Facultad de Arquitectura y B. P. Beatriz Patti
Silvestri (UNLP/CONICET). Urbanismo de la Universidad C. M. R. Carlos María Reinante
Secretario de redacción Nacional de Rosario. C. V. Carlos Viola
Eduardo Gentile (UNLP) Coordinador: María Eugenia Bielsa. C. G. G. Carlos Gustavo Giménez
Comité científico Facultad de Arquitectura y C. S. Claudia Schmidt
Fernando Aliata (UNLP/CONICET), Urbanismo de la Universidad E. B. Ebe Bragagnolo
Anahí Ballent (UNQ/CONICET), Nacional del Litoral (Sta. Fe). E. G. Eduardo Gentile
Adrián Gorelik (UNQ/CONICET), Coordinador: Luis Müller. F. A. Fernando Aliata
Jorge Francisco Liernur (UTDT/CONI- Facultad de Arquitectura de la F. W. Fernando Williams
CET), Alicia Novick (UBA), Universidad de Tucumán. G. S. Graciela Silvestri
Graciela Silvestri (UNLP/CONICET). Coordinador: Diego Lecuona. G. V. Gustavo Vallejo
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institucional de Mar del Plata. J. A. Julio Arroyo
Consejo Nacional de Coordinador: J. F. L. Jorge Francisco Liernur
Investigaciones Científicas Fernando Caccopardo. J. R. Jorge Ramos
y Técnicas (CONICET), J. V. Julio Valentino
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Diseño y Urbanismo de la UBA Martín Ibarlucía, Roberto M. D. Mercedes Daguerre
(FADU/UBA), Lombardi, Omar Loyola. M. I. de L. María Isabel de Larrañaga
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boldt. Diego Capello, Daniel Gimelberg, O. I. Otello Iolita
Ciro Najle, Serenella Perrecca, R. L. René Longoni
Sede del proyecto Adrián Romero, Francisco Vilchez. R. P. Roxana Pérez
Instituto de Arte Americano R. V. Roberta Vassallo
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Estéticas “Mario J. Buschiazzo” listado de voces S. P. Silvia Pampinella
Leticia Mantz S. C. Silvia Cirvini
V. A. Vivian Acuña
Secretaría de redacción V. G. Virginia Galcerán
Pablo Blitstein, Vera Blitstein, V. O. Verónica Osso
Martín Marimón, Alejandra Marimón, V. P. Verónica Paiva
Romina Paula.

Nota del Editor: las firmas de los redactores se consignan al final de cada texto con sus respectivas iniciales
abreviaturas ed. edición || editorial
(Ed., cuando forma parte del nombre de una
PUCCH
p.°
Pontificia Universidad Católica de Chile
paseo
editorial; también edit., Edit.); editor, ra. pág. página (también p. y pg.)
edit., Editorial párr. párrafo
EE.UU Estados Unidos de Norteamérica pdo. pasado
ej. ejemplo PE Poder Ejecutivo
EPEC Empresa Provincial de Energía de Cordoba PEN Poder Ejecutivo Nacional
et ál. (lat.: ‘y otros’) PEVE Plan de Erradicación
etc. Etcétera de Villas de Emergencia
f. sustantivo, o construcción nominal pg. página (también p. y pág.)
sustantiva, de género femenino. Prof. (fem. Prof.°) profesor
F. C. ferrocarril pról. prólogo
a. C. antes de Cristo. FADU Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo prov. provincia
AA. VV. autores varios. fasc. fascículo r. p. m. revoluciones por minuto
ACA Automóvil Club Argentino FAU Facultad de Arquitectura y Urbanismo reg. registro
adj. adjetivo. fca. fábrica Rep. república
adv. adverbio FNA Fondo Nacional de las Artes RR. HH. recursos humanos
ANBA Academia Nacional de Bellas Artes FO Ferrocarril Oeste Rte. remitente
Arq. arquitecto, ta FONAVI Fondo Nacional de la Vivienda S. san (cf. Sto.)
Arqs. arquitectos, tas Gdor. (fem. Gdora.), gobernador s. siglo || siguiente (también sig.)
art. Artículo. Gral. general S. A. sociedad anónima
Av. Avenida. ha hectárea / hectáreas s. a., s/a sin año [de impresión o de edición]
B. Bco. banco (‘entidad financiera’) H.° A.° Hormigón armado (cf. s. d., s. e. y s. l.)
BHN Banco Hipotecario Nacional IAA Instituto de Arte Americano s. d. sine data (lat.: ‘sin fecha [de edición o
Bibl. biblioteca IAIHAU Instituto Argentino de Investigaciones de impresión]’ / sin información.
BID Banco Interamericano de Desarrollo de Historia de la Arquitectura y del Urbanismo s. e., s/e sin [indicación de] editorial
BMCBA Banco Municipal de la Ciudad de Buenos Aires ICOMOS Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (cf. s. a., s. d. y s. l.)
BN Banco de la Nación Argentina íd. ídem (lat.: ‘el mismo, lo mismo’) s. f., s/f sin fecha
Bo., B.° barrio IDEHAB Instituto de Estudios del Habitat S. L. sociedad limitada (cf. S. A.)
Bs. As. Buenos Aires igl.° iglesia s. l., s/l sin [indicación del] lugar [de edición]
c. calle Ing. ingeniero, ra (cf. s. a., s. d. y s. e.)
C. F. capital federal (también Cap. Fed.). Ings. ingenieros, ras s. n., s/n sin número
c/u cada uno Inst. instituto (en una vía pública)
Cap. capital INTA Instituto Nacional de Tecnología Agraria s. v., s/v sub voce (lat.: ‘bajo la palabra’, en
cap. capítulo intr. verbo intransitivo. diccionarios y enciclopedias)
Cap. Fed. Capital Federal km Kilómetro/s s/f Sin indicación de fecha de edición o escritura.
CCM Compañía de Construcciones Modernas l. c. loco citato (lat.: ‘en el lugar citado’; s/l Sin indicación de lugar de edición o escritura
Cdad. ciudad también loc. cit.) SCA Sociedad Central de Arquitectos
CEAMSE Coordinación Ecológica Área Metropolitana Lic. licenciado, da (también Lcdo. y Ldo.) Sdad. sociedad (también Soc.)
CEPA Centro de Estudios de Proyectación Ambiental loc. cit. loco citato (lat.: ‘en el lugar citado’; sig. siguiente (también s.)
CEVE Centro Experimental de la Vivienda Económica también l. c.) Soc. sociedad (también Sdad.)
cf. cónfer (lat.: ‘compárese, véase’) Ltda. Limitada Sr. (fem. Sra., Sr.°, S.°) señor
Cía. compañía Ltdo. (fem. Ltda.) limitado (cf. Ltd.) Sto. (fem. Sta.) santo (cf. S.)
CIAM Congresos Internacionales de Arq. Moderna m Metro/s t. tomo
CLACSO Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales m. n. moneda nacional TANAPO Talleres nacionales y Populares
cm centímetro m. sustantivo, o construcción nominal tel. teléfono (también teléf. y tfno.)
CNCB Comisión Nacional de Casas Baratas sustantiva, de género masculino. tít. título
Co. Compañía. MALBA Museo de arte Latinoamericano ton Tonelada/s
cód. código de Buenos Aires tr.: verbo transitivo.
col. colección MAMBA Museo de Arte Moderno de Buenos Aires trad. traducción || traductor, ra
CONICET Consejo Nacional de Investigaciones mimeo: mimeografiado UBA Universidad de Buenos Aires
Científicas y Tecnológicas MNBA Museo Nacional de bellas Artes UNC Universidad Nacional de Córdoba
ctv. centavo (también c., cent. y ctvo.) MOP Ministerio de Obras Públicas Univ. Universidad
d. C. después de Cristo N. B. nota bene (lat.: ‘nótese bien’) UNL Universidad Nacional del Litoral
del. delegación N. del E. nota del editor UNLP Universidad Nacional de La Plata
DGV Dirección General de Vialidad N. del T. nota del traductor UNMdP Universidad Nacional de Mar del Plata
DiHA Diccionario del Habla de los Argentinos de n. nota UNQUI Universidad Nacional de Quilmes
la Academia Argentina de Letras (2003). N.° S.° Nuestra Señora (referido a la Virgen; UNT Universidad Nacional de Tucumán
Diag. diagonal (‘calle’) también Ntra. Sra.) UPCA Union Popular Católica Argentina
dicc. diccionario n.° número/s USA: United States of America
Dir. (fem. Dir.a) director || dirección NA Revista Nuestra Arquitectura UTDT Universidad Torcuato Di tella
DNA Dirección Nacional de Arquitectura NOA Noroeste Argentino v. gr. verbi gratia (lat.: ‘verbigracia,
DNT Departamento Nacional del Trabajo ORPBA Organización del Plan Regulador de Buenos Aires por ejemplo’; también v. g.; cf. p. ej.)
DNV Dirección Nacional de Vialidad OSN Obras Sanitarias de la Nación v. véase (cf. vid.) || verso
doc. documento P. D. posdata v. Véase
dpto. departamento p. ej. por ejemplo (cf. v. g. y v. gr.) vol. volumen
Dr. (fem. Dra.), doctor p. página (también pg. y pág.) vs. versus (lat.: ‘contra’)
DRAE Diccionario de la Real Academia P. S. post scríptum VV. AA. varios autores (cf. AA. VV.)
Española (2 vols. Madrid, Espasa, ed. 2001). (lat.: ‘después de lo escrito’) w. c. water closet (ingl: ‘servicio, retrete’)
Edificio Malecón en Puerto Madero, Buenos Aires.
e
e

EBELOT, ALFREDO. St. Gaudens (Haute Sa- ECLECTICISMO. m. (E.) Estilo que caracteriza La renta diferencial, las inversiones ex-
vonne, Francia), s/d – Toulouse (Francia), la arquitectura del siglo XIX, derivado de la po- tranjeras y la incorporación masiva de mano
1920. Ingeniero. Activo en la Argentina como sibilidad de utilizar experiencias figurativas del de obra inmigrante provocan la metropoliza-
ingeniero militar y civil durante la segunda mi- pasado (v. Revival) o de componerlas en un edi- ción de Buenos Aires, definen el perfil indus-
tad del siglo XIX. Participó en la Campaña al ficio único a través de un proceso de reela- trial y posibilitan la construcción de infraes-
Desierto y también integró los equipos téc- boración de las diferencias según un deter- tructuras territoriales adaptadas al nuevo rol
nicos para las obras del puerto de La Plata. minado criterio ordenador (“Eclecticismo internacional, por lo que se intensifica la ur-
estilístico”). banización de las principales ciudades.
Estudió en Toulouse y París. Se graduó en En este lapso crítico de transformación ra-
1839. Hasta el año 1870 fue secretario redac- PERIODIZACIÓN. dical del ambiente construido, una nueva fi-
tor de la Revue des deux mondes. Radicado en Difundido a nivel local en las últimas dé- sonomía es modelada prevalentemente por pro-
Buenos Aires, actuó con Alsina, quien le con- cadas de 1800 y en las primeras del siglo XX, fesionales, técnicos y mano de obra extranjera.
fió la dirección de los trabajos de la llamada una periodización más precisa podría colo- El debate en el campo político-cultural so-
Zanja de Alsina. Posteriormente colaboró con carlo entre 1880 y 1930, años en que el Eclec- bre la construcción de la Nación, la institucio-
Roca en la Campaña al Desierto. ticismo (E.) se adopta como lenguaje del pro- nalización de la disciplina arquitectónica y el
En 1879 tuvo a su cargo la demarcación de ceso modernizador. El período se caracteriza precisarse el rol profesional del arquitecto no
los pueblos de Nicolás Avellaneda, Choele-Cho- por el vertiginoso crecimiento de la población, son ajenos a la utilización de revivals y eclec-
el, Puan y Guaminí, estos últimos erigidos so- producido por la inmigración, la federaliza- ticismos que configuran la imagen del Estado
bre los campamentos militares que habían si- ción de Buenos Aires y el boom agroexporta- moderno y dan forma a las nuevas modalida-
do construidos con anterioridad. dor resultante de la incorporación del país al des del hábitat.
Dirigió las excavaciones para la construc- mercado internacional.
ción del puerto de La Plata e intervino también ORÍGENES Y ACEPCIONES DEL TÉRMINO.
en las obras de construcción del Ferrocarril de Cuestiones teóricas y estilísticas. J. J. Winc-
Río de Janeiro a Bagé (Brasil). kelmann introduce el término y su moderna
Colaboró como periodista en diversas pu- definición en la historiografía del arte. Desde
blicaciones y diarios como: La Nación, Le cou- entonces el concepto ha asumido connotacio-
rrier de l’Argent; fue fundador y redactor de nes diferenciadas:
La République française; escribió varios libros uSinónimo de disponibilidad de reperto-

entre los que se destacan La Pampa, Recuerdos rios formales del pasado (J. E. Street, R. Kerr).
de frontera y Mecánica. uAdopción del estilo predominante en la

preservación de la edilicia religiosa inglesa del


Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A. siglo XIX (Camden Society).
Levaggi y A. S. J. de Paula. La arquitectura del li- uSimple expresión de la moda como “co-

beralismo en la Argentina. Buenos Aires: Sudame- lección de fragmentos avanzados del caos” (T.
ricana, 1968. uINTERIOR DEL PALACIO PAZ, BS. AS., DE L. SORTAIS. Hope).

8 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ebe ecl
uMétodo crítico de selección de estilemas

figurativos de la propia tradición como vía an-


tihistoricista de búsqueda proyectual, preludio
de un nuevo estilo nacional (C. Boito).
Estos son solo algunos de los tantos signi-
ficados que se le atribuyen en el transcurso
del siglo XIX y que contribuirán a determinar
la ambigüedad que desde entonces caracteri-
za al término.
La manipulación de los diversos estilos, y
la consecuente negación de integridad estilís-
tica, ha sido generalmente considerada un as-
pecto esencialmente negativo del Eclecticismo,
en cuanto se opondría a un correcto acerca-
miento hacia un determinado período históri-
co como búsqueda de inspiración para la cre-
ación de una arquitectura del propio tiempo.
Los estudios filológicos desarrollados a partir
del siglo XVIII sobre la arquitectura del pasa-
do habrían reducido el grado de libertad del
proyectista al establecer con precisión las re-
glas y los elementos constitutivos de cada es-
tilo. Superada la fase de idealización, su utili-
zación se pondría en relación directa con la
fidelidad demostrada hacia el modelo real, y se
abriría al mismo tiempo la posibilidad de re-
currir a múltiples lenguajes y a diferentes mo-
mentos de su propia evolución, en función de
las exigencias ideológicas del tema, del gusto
o del comitente (L. Benévolo, 1960).
Esta resulta una de las interpretaciones más
difundidas en la historiografía contemporánea,
que tampoco es unánime en la periodización
de su desarrollo, en la mayor o menor coinci-
dencia entre revivals y E., y aun en el juicio de
valor que expresa sobre dichas experiencias fi-
gurativas (L. Pateta, 1975). Una de sus acep-
ciones más ajustadas se identifica con aquella
que se afirma en Francia alrededor de 1830, en
directa relación con la noción filosófica teori-
zada por Victor Cousin, para indicar un mé-
todo compositivo de pensamiento estructura-
do a partir de la selección óptima de elementos
pertenecientes a otros métodos (Cousin, 1829).
Una vía proyectual se delinearía entonces a tra-
vés de una selección de distintos elementos ar-
quitectónicos del pasado según una intrínseca
funcionalidad al presente (Collins, 1979). Aná-
logas definiciones del término atraviesan el
campo historiográfico local que, identificando
el concepto con la arquitectura del liberalismo,
coincide en la colocación temporal finisecular
e individualiza vertientes diferenciadas (E. aca-
démico, romántico y modernista), que se re-
montan al transcurso del 1800 y se presentan
alternativamente como historicismos o revivals.
A partir de la década del ochenta aumentaría u LA EXHUBERANCIA ANTIACADÉMICA DEL PASAJE BAROLO, OBRA MAESTRA DE MARIO PALANTI EN LA AV. DE MAYO, DE BS. AS.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 9


el grado de contaminación estilística: distintos tonces abordado como una importación en blo- Superada la fase neoclásica de supuesta con-
edificios y distintas partes del edificio pudiero que de tales prácticas figurativas, sin advertir tinuidad con el período virreinal (v. Neoclasicis-
resolverse con criterios diferenciados, al ex- la importancia de la dimensión lingüística de mo), poco pródiga en ejemplos estilísticos, se
tenderse la modalidad compositiva a la carac- los dispositivos ideológicos funcionales a la sucedería en la época rosista el uso de un in-
terización ornamental, y pudo concebirse ca- construcción del nuevo Estado nacional. definido Clasicismo, producto de una tradición
da habitación en un estilo diferente, o en varios empírica popular, al que se le atribuyen hipo-
simultáneamente (bric à brac), a través de cier- MODALIDADES DE DIFUSIÓN. téticas características nacionales.
ta analogía entre determinados estilemas fi- El campo disciplinario se presenta estrati- Un primer período italianizante (v. Neorre-
gurativos y las exigencias de uso y represen- ficado y maleable: profesionales extranjeros, nacimiento italiano) de atribuciones austeras se afir-
tación de la “Vida Moderna”. Basado en la arquitectos argentinos formados en las acade- maría desde la mitad del siglo y, utilizando ele-
posibilidad de generar una recomposición es- mias y politécnicos europeos, los primeros egre- mentos neorrenacentistas, se propondría como
tilística, innovadora y perfeccionable, sobre la sados de las escuelas de arquitectura locales, simple arquitectura de fachada sobre disposi-
base de estilemas asentados históricamente, técnicos, constructores, decoradores y artesa- ciones planimétricas tradicionales.
tipologías consideradas adaptables a la función nos, operan en un espacio profundamente con- Después de Caseros, la acción constructi-
del edificio o experimentando con el lenguaje vulsionado por el proceso de transformación va del Estado de Buenos Aires (1853-1962) in-
a través del collage, el E. sería sustancialmente en curso. Las exigencias de organización pro- troduciría –con las figuras de sus principales
un fenómeno romántico que adopta códigos ductiva determinan nuevos límites entre prác- técnicos (v. Pueyrredón, P.; Pellegrini, C.; Taylor P.)– El
de expresión diversificados (R. Gabetti, 1968). ticas y agentes y provocan la paulatina inci- E. como uso de estilos diferentes, y se afir-
Desmontar el repertorio estilístico del pa- dencia del rol del arquitecto; de allí que se haya maría particularmente en su vertiente neorre-
sado, y por medio del montaje generar un or- verificado simultáneamente la institucionali- nacentista y neogótica.
den diferente que responda a nuevas exigen- zación selectiva de la profesión. Este proceso A partir de la década del ochenta, el E. se in-
cias ideológicas, funcionales, materiales —y a tensifica y generaliza; se distinguen líneas por-
específicas condiciones de producción—, im- tantes basadas en el origen de los vocabularios
plica a veces un E. experimental, fundamen- estilísticos y en el uso que se hace de ellos. Así,
tado racionalmente. La búsqueda de un “esti- los edificios más representativos tanto del área
lo personal” con el cual expresar libremente la pública como privada se resuelven en las di-
propia subjetividad lleva en otros casos a la versas variantes del Clasicismo afrancesado o
exasperación del bric à brac, por lo que se pro- italianizante (E. académico); la tendencia me-
voca la desintegración del lenguaje. dievalista se aplica principalmente a los edifi-
Al margen de las diferentes acepciones y cios religiosos y el Pintoresquismo (asociado al
enfoques de la crítica, resulta aceptado el he- concepto de Neomedievalismo en la noción de
cho de que el término haya designado en el E. historicista, por la amplitud de posibilidades
transcurso del tiempo fenómenos artísticos di- que ofrecen, o englobados otras veces en la de-
ferentes, complejos y contradictorios, por lo finición de E. romántico) adopta modelos ex-
que constituye una aproximación a la reflexión ternos a la corriente clásica, con el uso de esti-
estética recurrente en el campo de las artes fi- u MUNICIPALIDAD DE PERGAMINO, PCIA. DE BS. AS. lemas provenientes de las diferentes tradiciones
gurativas (E. Crispolti, 1958). Al tomar como vernáculas, que se difunden en la arquitectura
punto de partida el análisis de la crisis del len- se afirma en 1886 con la primera fundación residencial suburbana y rural.
guaje clásico verificada a principios del siglo de la SCA (v.) y culmina en 1901 con su defi- Como fase conclusiva se colocan los E. mo-
XIX, algunos estudios a nivel internacional nitiva organización y la creación de la Escuela dernistas en sus distintas expresiones (Art Nou-
han considerado las transformaciones opera- de Arquitectura de Buenos Aires (v. Enseñanza de veau, Liberty, Secesion, Jugendstil o Modernisme)
das con la multiplicación de técnicas de ges- la arquitectura). La formación académica de los (v. Arte Nuevo).
tión del espacio urbano como consecuencia de operadores (actualizada por los tratados de Gua-
la subdivisión del trabajo intelectual, tenien- det y Cloquet), el multiplicarse de manuales y NUEVOS ENFOQUES.
do en cuenta la emergencia de nuevas proble- publicaciones extranjeras divulgadoras de mo- La arquitectura de las estructuras de servi-
máticas en el específico campo proyectual. De delos e información técnico-constructiva y la cio (mercados, silos, fábricas, depósitos, esta-
este modo, a la disponibilidad estilística se la aparición en el país de las primeras revistas es- ciones de ferrocarril), donde la resolución téc-
suplantaría con la complejidad de un debate pecializadas, contribuyen a configurar el ba- nica se limita al rigor funcional, aunque sin
que comprende la supervivencia de la disci- gaje técnico con el cual hacer frente al de- sa- estar ausente la mayoría de las veces la dimen-
plina arquitectónica como tal (G. Teyssot, 1974; fío de la modernización. sión representativa, ha sido generalmente iden-
P. Morachiello, G. Teyssot, 1980; A. Vidler, tificada como la única vía abierta hacia la Ar-
1977). En la producción historiográfica ar- PROBLEMAS DE PERIODIZACIÓN quitectura Moderna. (v. Servicios, arquitectura de).
gentina prevaleció la idea del E. como una ex- Y FASES ESTILÍSTICAS. Estas esquematizaciones temporales han sido
presión urbana periférica resultante del so- La historiografía suele vincular la difusión cuestionadas por interpretaciones más recien-
metimiento —sin cuestionamientos— de la del fenómeno a la europeización que se pro- tes, que replantean fracturas y continuidades
elite liberal local a parámetros y modelos de duce en el panorama arquitectónico local a par- en la arquitectura del siglo XIX, pues conside-
los países centrales. El argumento ha sido en- tir del período rivadaviano. ran el Neoclasicismo rioplatense como parte in-

10 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


w Teatro Colón ecl ecl

u LA SALA, DE 75 M DE PROFUNDIDAD Y 28 M DE ALTURA, TIENE CAPACIDAD PARA 2.487 ESPECTADORES. SU FORMA DE HERRADURA ES COMÚN EN LOS TEATROS CLÁSICOS DEL SIGLO XIX .

u A LA DERECHA: ENTRADA
PRINCIPAL; DETALLE DE LA
CÚPULA, CON LA TELA PINTA-
DA POR RAÚL SOLDI EN LOS
‘60; ORDENES CLÁSICOS
EN LA COMPOSICIÓN DE LAS
FACHADAS. ABAJO: CORTE
(CON LA AMPLIACIÓN DISEÑA-
DA POR M. R. ÁLVAREZ EN
1970) Y PLANTA PRINCIPAL.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 11


tegrante del proyecto rivadaviano que involu- festaciones de cierta autonomía en la produc- El E. aparece entonces como símbolo del
cra la totalidad del espacio urbano y territo- ción arquitectónica argentina. caos metropolitano, pero también como sin-
rial, y niegan la visión del régimen rosista (1829- Por otro lado, estudios especializados en el gular modo de sistematizar tendencias, gru-
1852) como ruptura radical con el modelo liberal desarrollo urbano de Buenos Aires han seña- pos, categorías sociales que buscan la afirma-
posrevolucionario y como nuevo puente con la lado la presencia de un conflicto central en la ción de una identidad afanosamente invocada,
tradición colonial. En cambio, se destaca —en transformación metropolitana: las respuestas en respuesta a estructuraciones ideológicas que
esta nueva interpretación— la permanencia de a la estrategia global de concreción de la ciu- los países de origen ponen en marcha desde el
ciertos principios técnico-proyectuales (regu- dad real, actuada por los sectores dominantes poder en franca oposición con las estrategias
laridad, simplicidad, volumetrías puras), ca- adoptan actitudes que van desde la aceptación homogeneizadoras del Estado argentino.
racterísticos del bagaje formativo y del modus hasta el rechazo, y producen distorsiones, adap- Cabe entonces preguntarse qué grado de fle-
operandi de los profesionales activos en el trans- taciones o fracturas. En vez de acudir a la in- xibilidad demuestran tales códigos y cómo se
curso del siglo (F. Aliata, 1998). diferenciada metáfora pevsneriana del baile de declinan en el nuevo contexto; en qué forma re-
Por tal razón, la periodización propuesta iden- máscaras, y reconociendo la funcionalidad y accionan en los parámetros específicamente ar-
tifica sustancialmente el fenómeno ecléctico con los matices que el uso de los lenguajes esti- quitectónicos, como la tipología, la configura-
un lábil lapso, caracterizado por la verificación lísticos adquiere en el proyecto liberal —dis- ción espacial o los esquemas funcionales, ante
de un cambio de mentalidad artística en los sec- las contradicciones del proceso de urbanización.
tores dominantes, que recurren a repertorios Por otro lado, distanciándose de la noción
lingüísticos diversificados para representar nue- de estilos modernistas, como superación pro-
vas exigencias funcionales y simbólicas. gresista de los academicismos o de la concep-
El cuestionamiento de la noción de trans- ción de los mismos como momento de tran-
culturación lineal emerge con claridad del de- sición entre dos rígidas categorías estilísticas
bate arquitectónico del período, de su relación (E. y Movimiento Moderno), el tema se plan-
con las polémicas artísticas que se desarrolla- tea como paradigmática zona de frontera en-
ban en Europa y del modo en que se imponí- tre una pluralidad de prácticas; borde en el que
anen o modificaban ciertas posiciones; tam- se cruzan y articulan viejos y nuevos discur-
bién del uso y selección de los modelos sos; punto de inflexión de un debate oscilante
disponibles y del circuito cultural en el cual se entre la recuperación de las tradiciones en la
formaban los operadores. Al mismo tiempo, construcción de una arquitectura nacional y la
el análisis del rol de la inmigración en la cons- incorporación de lo nuevo a un universo dis-
titución del Estado nacional —desarrollado ciplinario en crisis. Precisamente del conflic-
principalmente en el campo histórico y litera- to lingüístico que representa el clima socio-cul-
rio— ha sugerido nuevos enfoques sobre la tural de la Buenos Aires del Centenario:
problemática estilística. Si el s. XIX europeo heterogeneidad, confusión y diversidad, se
se presenta como la culminación de la crisis lamentará la elite. ¿Acaso este E. no ha dado
del Clasicismo y el punto de máximo enrare- carácter a la nueva Babel sudamericana? Con-
cimiento de sus códigos, en el caso argenti- tradicciones que evidencian, una vez más, la
no se plantea el problema de los distintos len- u INTERIOR DE LA EMBAJADA DE FRANCIA, DE P. PATER. arbitrariedad de los lenguajes, la inexistencia
guajes como modo de representación de de categorías estilísticas como estructuras uní-
conflictos latentes en un momento de reaco- tinguiendo además entre proyectos alternati- vocas y totalizantes.
modamiento disciplinar y de profundos cam- vos de hegemonía cultural internos a la propia
bios sociales. Partiendo de la consideración de elite—, la clave de lectura de los distintos re- TENDENCIAS, OBRAS Y ARQUITECTOS.
la ciudad como campo de batalla, territorio de pertorios formales se impostaría sobre un pla- Se ha insistido sobre el academicismo li-
confrontación de infinidad de proyectos dis- no diverso. Se los considera simultáneamente beral afrancesado de la arquitectura ecléctica
tintos y contradictorios, cuyo desmontaje evi- como instrumentos de diferenciación en ma- argentina sin interrogarse sobre cómo y por
denciaría procesos de gestación de una cultu- nos de grupos social y étnicamente heterogé- qué las tendencias borbónicas consiguen una
ra de mezcla, es posible comprender por qué neos, espacio de resistencia, mecanismo de afirmada hegemonía. Es evidente que un con-
en una serie de objetos urbanos los sectores afirmación de la propia diversidad en la elec- sistente sector de la elite dirige su mirada ha-
hegemónicos potencian y extienden sus va- ción cuidadosa de sintagmas lingüísticos iden- cia París como paradigma de nuevas modali-
lores simbólicos. Bajo esta óptica, el uso de tificados con la nacionalidad de procedencia, dades del habitar e impone los academicismos
historicismos y revivals propone nuevas ca- ante estrategias oficiales de dominio que tien- como jerarquización de la edilicia institucio-
racterizaciones de las relaciones entre cultura den a eliminar la diferencia para gestar ese hí- nal o como expresión de distinción en la edi-
central y cultura periférica; cultura de los sec- brido cultural que debería ser la base de la nue- licia privada. El mecanismo de identificación
tores dominantes y pluralidad cultural del res- va Nación. Son estilos que se ponen también simbólica que excluye y diferencia es sutil y
to de la sociedad. Renovando la impostación como intento de valorización superestructural precario: en el preciso momento en que los par-
teórica y los instrumentos de análisis e intro- en el proceso descualificador producido por la venu (inmigrantes enriquecidos) adoptan una
duciendo la idea de selección entre las múlti- conversión del espacio urbano en terreno de amplia gama de lenguajes eclécticos para evi-
ples influencias recibidas, se registran mani- especulación. denciar la posición social alcanzada, la elite

12 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


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abandona los estilos borbónicos del primer Re- truyó la Casa de Gobierno (1854-1856), la Re-
nacimiento francés (Luis XIII y XIV), y rei- sidencia Provincial (1855-1858) y la Cámara de
vindica el primer Luis XVI por su sobriedad. Diputados (1856) y la de Senadores (1858) de
Se pondría así en funcionamiento un meca- Paraná durante el período en que la ciudad
nismo reiterado en la historia de la disciplina es designada capital de la Confederación; N.
y legitimado por la misma Academia des Be- Grosso (v.), L. Caravatti (v.) y N. Cánepa (v.) ejer-
aux Arts, que propone un Clasicismo elemen- cen su actividad en Corrientes, Catamarca y
tal como marco en el cual recuperar los valo- Santiago del Estero (v. Neorrenacimiento).
res tradicionales puestos en crisis con el Un segundo momento más ecléctico cuen-
multiplicarse de corrientes heterogéneas (his- ta entre sus principales exponentes a: F. Tam-
toricismos y revivals). El Clasicismo en sus burini (v.), con obras como el Teatro Rivera In-
diferentes vertientes se constituyó desde en- darte (1890) de Córdoba o el Nuevo Teatro
tonces en campo de elaboración y teorización Colón en Buenos Aires (1889-1908); C. Morra
de impulsos renovadores (J. Liernur, 1983). (v.), con el edificio de la Biblioteca Nacional
Sin embargo, resulta inapropiado suponer la (1902); G. Aloisi (v.), autor de la sede de la Fa-
existencia de un único centro emisor que se cultad de Medicina de Buenos Aires y de nu-
concibe privado de conflictos internos por la merosas residencias privadas; L. Broggi (v.), que
imposición de modelos. Una verdadera dis- incursiona en matices florentinos (edificios de
puta de representaciones con selecciones y ex- Juncal y Libertad o de Arenales y Uruguay), y
clusiones está en la base de una determinada J. Buschiazzo (v.), quien desarrolla una inten-
corriente figurativa, tanto en el centro como sa actividad arquitectónica y urbanística no so-
en la periferia, a la cual no son extrañas las ins- lo a través de su estudio particular sino tam-
tituciones étnicas y sus proyectos de predo- bién como técnico municipal. Entre sus obras
minio. Sintéticamente, y reconociendo cierta más significativas, se pueden destacar la Mu-
arbitrariedad en la operación, es posible esta- nicipalidad de Belgrano (1869; 1887-1900), nu-
blecer las principales tendencias del panora- u IGLESIA DE SANTA FELICITAS, BARRACAS, DE E. BUNGE. merosos hospitales: Muñiz (1882-1894); San
ma ecléctico argentino al asociarlas los distin- Roque (1893); Italiano (1896); Durand (1909),
tos modelos culturales y nacionales a los que sen (v.), y con el más tardío Hotel Continental hospicios, escuelas, mercados, sucursales ban-
se hace referencia: (1930), de A. Bustillo (v.). La versión parisina carias, la remodelación del cementerio de la
del Art Nouveau encuentra en A. Plou (v.), A. Recoleta y el de la Chacarita; edificios religio-
Francesa: línea representada por el academi- Massué (v.) y E. Hugé (v.) ejecutores atentos a sos, como la Iglesia del Carmen (1881-1888), y
cismo Beaux Arts en sus diferentes acepciones la definición decorativa de la fachada, sin alte- residenciales: palacio Salas (1904) y palacio
estilísticas. Sus principios básicos (órdenes clá- rar sustancialmente las características del or- Devoto en Plaza Lavalle (1913), ambos en Bue-
sicos, simetría, proporción), tipologías (deri- ganismo arquitectónico tradicional. nos Aires, casas de renta.
vadas del clasicismo francés) y estilemas lin- Ya superada la primera década del siglo, V.
güísticos (mansardas, óculos, lucarnas), Italiana: se manifiesta a partir de la mitad del Colombo (v.), F. Gianotti (v.), B. Pedrotti (v.) y M.
generalmente con hibridaciones italianizan- siglo XIX en una primera fase de difusión de Palanti (v.) emprenden itinerarios antiacadé-
tes, se difunden a partir de fines de la década repertorios neorrenacentistas a través de la obra micos diferenciados que fluctúan entre conta-
de 1880. Entre los ejemplos más significativos de profesionales y constructores italianos que minaciones Liberty y exuberancias formales.
de la arquitectura institucional en Buenos Ai- traen consigo modelos académicos e idonei-
res se encuentran: Palacio de Justicia (1906- dad técnica. Nicolás y José Canale (v.) realizan
1910), Colegio Nacional (1908) y Correo Cen- el trazado urbano de Almirante Brown (Adro-
tral (1908-1928), de N. Maillart (v.) o el Concejo gué) y de sus principales edificios públicos (igle-
Deliberante, de H. Ayerza (v.). Adquiere amplia sia, municipio, escuela) a partir de 1873; pro-
difusión en la edilicia residencial de la elite, yectan además la iglesia parroquial de Belgrano
proyectada por los profesionales de más pres- (1864-1916) y la Iglesia de la Piedad (1866-
tigio, como R. Sergent (v.), con el Palacio Errá- 1895). Otras figuras como P. Fossati (v.), au-
zuriz (1911), la quinta Alvear en San Fernando tor de la reestructuración del Palacio San José
y el Palacio Ferreyra en Córdoba (1913); P. Pa- en Concepción del Uruguay (1850-1858), y J.
ter (v.), con el edificio de Cerrito y Arroyo (ac- B. Arnaldi (v.), constructor de la Catedral de Pa-
tual Embajada de Francia); además, caracte- raná (1883) y de Santa Fe, difunden la mane-
riza la mayoría de los numerosos hoteles ra italiana en las provincias del Litoral. Tam-
privados y petit-hôtels realizados, entre otros, bién esta aceptación del academicismo es
por L. Dubois (v.), E. Lanús y P. Hary (v.), E. considerada particularmente apta para los edi-
Le Monnier (v.) y J. Dormal (v.). Esta línea se ex- ficios públicos y caracteriza con mayor o me-
tiende a otras funciones con el edificio de la nor grado de contaminación los organismos
Bolsa de Comercio (1916), de A. Christopher- estatales del interior. Así, S. Danuzio (v.) cons- u PALACIO SAN JOSÉ, C. DEL URUGUAY, DE P. FOSSATI.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 13


Alemana: está representada por profesionales bierta de los andenes; se ocupa también del
formados en instituciones académicas alema- edificio administrativo de la empresa (ubica-
nas y articula estilos académicos o revivals ins- da en 25 de Mayo y Bartolomé Mitre) y, en co-
pirados en la arquitectura del norte europeo. laboración con Newbery Thomas (v.), proyec-
Su importancia es relevante inicialmente, cuan- ta la Oficina de Ajustes de los Ferrocarriles
do muchos de sus principales exponentes ocu- (1914), en Alsina y Paseo Colón, considerado
pan cargos públicos y participan en la institu- el primer rascacielos de Buenos Aires. Se evi-
cionalización de la disciplina. Se destacan entre dencia en este caso la relación del grupo con
ellos: C. Altgelt (v.), activo en la edilicia estatal los intereses británicos, materializada en la
como miembro del Departamento de Obras realización de un gran volumen de obras, en-
Públicas de la Nación y arquitecto de la Direc- tre las cuales figuran los grandes depósitos pa-
ción de Escuelas de la Provincia de Buenos Ai- ra firmas importadoras de textiles, como la
res (Escuela Petronila Rodríguez, 1889); E. Moore & Tudor (1915); la sede de la Northern
Bunge (v.), vencedor del concurso de proyectos Assurance (1918); el Banco de Londres y Amé-
para la Penitenciaría Nacional (1870) y para el rica del Sud en Buenos Aires y Rosario; el Hos-
Hospital Alemán (1876), autor de la Escuela pital Británico de Buenos Aires; el frigorífico
Normal de Maestras (1893), de las cárceles de Smithfield de Zárate. Y como Conder, Follet
San Nicolás y Dolores (1893), de la iglesia de & Farmer, las grandes tiendas Harrods y Gath
Santa Felicitas (1870) y de numerosas resi- & Chaves, en Florida y Cangallo (hoy Perón),
dencias particulares como la de Guerrero (1869) además de las sucursales en todo el país. En
o la de Pereyra Iraola (1886); A. Büttner (v.); F. el mismo círculo se mueve P. B. Chambers
Schwarz (v.); A. Schneider (v.); H. Schmitt (v.), (v.), quien, asociado con L. Newbery Thomas,
y principalmente A. Zucker (v.) y L. Siegrist (v.), desarrolla una gran actividad proyectual liga-
quienes, manteniendo parámetros académi- da también a comitentes estadounidenses; en-
cos, desarrollan soluciones tecnológicas de in- tre sus principales intervenciones se cuentan
terés, como la cortina de vidrio en la ochava del la estación del Ferrocarril Sud en La Plata
edificio Villalonga; la estructura metálica in- (1905); la nueva estación de Constitución; el
novadora en el Plaza Hotel en Buenos Aires, edificio del Ferrocarril Central Córdoba en
de Zucker (v.), o los temas de servicio, como de- Cangallo (Perón) y San Martín; el Consulado
pósitos (Chacabuco 167 y Perú 535) o merca- británico y el colegio St. Georges de Quilmes;
dos (Córdoba 2846), de Siegrist (v.); E. Sack- las sedes de la Southern British and Mercan-
mann (v.), autor de la sede del Banco Alemán til Insurance, el Banco Anglosudamericano,
Transatlántico (Reconquista y Mitre), o F. Naeff,
proyectista del edificio Bunge y Born (Lavalle
y Alem), ponen en evidencia a través de sus
obras los círculos económicos que emergen co-
mo principales comitentes, mientras O. Ran-
zenhofer (v.) combina una búsqueda lingüísti-
ca novedosa en el uso de superficies vidriadas
con influencias Jugendstil (casa de Rodríguez
Peña 1870, en 1910).

Inglesa: está vinculada a los circuitos empre-


sarios y financieros británicos que proveen ca-
pitales, técnicos y tecnologías para la realiza-
ción de las estructuras de servicio. Sus figuras
más destacadas son ingenieros y arquitectos
contratados por las grandes compañías ferro-
viarias. E. L. Conder (v.), graduado en la Royal
Academy de Londres, llega al país como téc-
nico del Ferrocarril Central Argentino y cons-
truye varias estaciones de esa línea, entre ellas
la de Retiro (1910-1914) donde, como era ha-
bitual para este tipo de edificios, el estilo que-
daba limitado a la fachada y el gran hall de in-
greso, mientras que la estructura metálica
u TIENDA HARROD´S, DE CONDER, FOLLET Y FARMER. encontraba su ámbito de expresión en la cu- u VIVIENDA MULTIFAMILIAR EN BS.AS., DE J. GARCIA NUÑEZ.

14 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


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u EN EL EJE MONUMENTAL DE LA AVENIDA DE MAYO SE DESPLIEGAN LAS PRINCIPALES ACTIVIDADES METROPOLITANAS, Y LOS DISTINTOS REPERTORIOS ESTILÍSTCOS DEL ECLECTICISMO.

el Banco de Boston (1924), la Ford Motor Co. Suiza: es de importancia secundaria respecto LA DIMENSIÓN URBANA.
Otros profesionales destacados son Basset de las anteriores, y diferenciada internamente La red de servicios que cubre las ciudades
Smith (v.), J. Smith, W. Campbell, E. A. Merry en tendencias asociadas a las regiones de ori- del 1800, sobreponiendo múltiples intereses
(v.), F. Moog (v.) y L. H. Lomax (v.). Si bien den- gen (cantones alemanes, franceses e italiano), sectoriales, constituye también en Buenos Ai-
tro de las modalidades eclécticas, esta línea de no siempre concordantes con el modo de ca- res soporte e incentivo de la edilicia privada y
producción arquitectónica ha sido relaciona- racterización que debía asumir la colectividad. un mecanismo de valorización del suelo. Se
da con la tradición funcional inglesa por su En ella sobresalen los arquitectos A. Albertolli, generan en la metrópoli porteña procesos de
actitud empírica en la resolución del progra- J. Dunant (v.) y F. Eberle; este último ganador concentración de capital con el consecuente
ma, el uso de nuevos materiales (hierro y vi- del concurso de la Casa Suiza en 1893. Cier- impulso a la especulación inmobiliaria en las
drio) y por el montaje en seco de elementos tos círculos provenientes del Cantón Ticino –de zonas céntricas —destinadas a las clases me-
prefabricados. cultura lombarda y tradicionalmente afirmados dia y alta— y la dispersión periférica de los sec-
en el campo edilicio– desarrollan lazos pro- tores populares, operada a través de un dispo-
Española: J. García Núñez (v.) y F. Roca (v.), es- fundos con la elite italiana, configurando alian- sitivo del habitar que, promoviendo la vivienda
pecialmente influenciados por el Modernismo zas particularmente activas en intervenciones unifamiliar autoconstruida como instrumen-
catalán, son las personalidades que dan identi- urbanas. D. Donati (v.), G. Maraini, A. Máspo- to de control social y fijación de la mano de
dad a esta corriente. Si bien introducen en sus li, F. Antonini, C. Agustoni, A. Cremona, son obra inmigrante, adquiere particulares con-
vocabularios motivos decorativos y soluciones solo algunos de los profesionales ticineses ac- notaciones urbanas (J. Liernur, 1984). Las ar-
arquitectónicas innovadoras, su producción re- tivos en la Argentina finisecular. quitecturas eclécticas ejercen en este contexto
sulta relegada a los márgenes del campo dis- Sin embargo, si por razones de claridad he- su poder conectivo entre las “partes de la ciu-
ciplinar, donde tácitamente se sanciona que mos individualizado tendencias según su pro- dad” que se producen como diseños alternati-
la renovación debe ser afrontada dentro del cor- cedencia étnico-cultural, sería ingenuo supo- vos de estratos concurrentes de la burguesía.
pus normativo tradicional. Un Experimenta- ner que el cuadro funciona circunscripto a estas En estos términos pueden leerse las princi-
lismo antiacademicista de considerable calidad únicas variables. Capitales de origen diversifi- pales intervenciones urbanas del período, des-
caracteriza algunas de las casas de renta de Gar- cado, circuitos financieros entrelazados, sec- de la construcción del nuevo puerto a la je-
cía Núñez: edificios de Tucumán y Suipacha tores sociales con paradigmas urbanos dife- rarquización espacial del tejido residencial.
(1909), C. Pellegrini y Arroyo (1911) y Viamonte renciados atraviesan transversalmente el campo,
y Larrea (1912); además, se puede citar su re- configurando grupos de poder que no siempre La Avenida de Mayo. (v. Buenos Aires). La aper-
sidencia particular sobre la avenida Indepen- actúan según parámetros transparentes y pre- tura de la Avenida de Mayo (1884-1894) du-
dencia (1909) mientras que sus comitentes de establecidos, y que, por lo tanto, deben ser in- rante la gestión de Torcuato de Alvear, según
la colectividad hispánica encuentran en sus ar- dagados en su específico funcionamiento y par- el trazado del arquitecto J. Buschiazzo (v.), cons-
ticulaciones lingüísticas un modo de afirmar la ticularidades. Debe recordarse que el proceso tituye un episodio urbano significativo del pro-
propia diversidad cultural en el Hospital de la de valorización del suelo urbano genera en Bue- ceso de transformación de Buenos Aires en la
Sociedad Española de Beneficencia (1908) o en nos Aires un mercado inmobiliario cuyos már- principal metrópoli sudamericana y posibilita
el Hospital Español de Temperley. F. Roca ejer- genes especulativos no encuentran compara- la lectura de los diferentes repertorios estilís-
ce su profesión en Rosario, donde realiza la se- ción en otras capitales del mundo. La ciudad ticos que entonces se disputaban la ciudad. Se
de de la Asociación Española (Santa Fe y Entre es un territorio por conquistar y en la estrate- trata de un eje simbólico y monumental que,
Ríos), el Club Español (Rioja 1052) y el Pala- gia para hacerlo los lenguajes constituyen un en sintonía con las pautas urbanísticas de mo-
cio de Cabanellas (San Luis 1145). instrumento de singular eficacia. dernización experimentadas en las principales

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 15


óculos y profusión decorativa) que no facilitan
una lectura armónica del resultado.
En el extremo opuesto, el Palacio del Con-
greso (1887-1916) fue realizado por V. Mea-
no (v.), ganador del concurso internacional con-
vocado en 1895. El mecanismo ecléctico de
yuxtaposición compositiva de sintagmas for-
males significantes (escalera y doble rampa,
pórtico hexástilo, frontis y cúpula sobre tam-
bor cilíndrico) es explicitado por el proyectis-
ta, quien recuerda cómo el estilo grecolatino
adoptado permite acoplar la pompa romana
con la pureza de las líneas griegas, pero no
combinando dos estilos, sino tomando de ca-
da uno de ellos lo bastante como para aprove-
char sus caracteres más sobresalientes, más
típicos, más aptos para amoldarse a las actua-
les exigencias y expresar más sinceramente el
pensamiento moderno; al clima y también a
las costumbres se concederán corredores y am-
u LÍNEAS ESTILÍSTICAS FRANCESAS EN LAS RESIDENCIAS DE LA ÉLITE: PALACIO ERRÁZURIZ, DE R. SERGENT. plias galerías. La posterior apertura de la Pla-
za de los Dos Congresos (1909-1911) aumen-
capitales europeas, une perspectivamente los Repertorios estilísticos. La renovación alcanza tó el efecto de monumentalidad que ya
centros del poder constitucional: la Plaza de el tradicional centro político y comercial de la caracterizaba el punto focal de la avenida, y
Mayo y la Plaza de los Dos Congresos, y des- ciudad de Buenos Aires: la Plaza de Mayo, con contribuyó en modo determinante al énfasis
pliega en su recorrido todas las actividades que la demolición de la antigua recova, las sucesi- celebratorio de las instituciones fundaciona-
participan de la prosperidad general: comer- vas reestructuraciones del Cabildo y la remo- les de la Nación.
cios, oficinas, grandes tiendas, casas de renta, delación de la Casa Rosada, realizada por el ar- El Palacio Municipal (1891), proyectado por
teatros, hoteles, cafés y restaurantes. Respe- quitecto Tamburini a partir del 1883. El el arquitecto J. Buschiazzo, retomó en un edi-
tando globalmente una articulación tripartita Academicismo Segundo Imperio, que carac- ficio público las características estilísticas del
de fachada (basamento - piano nóbile - corona- terizaba las arquitecturas preexistentes (la Ca- Academicismo francés, ampliamente difun-
miento), no enunciada en la normativa edili- sa de Correos, realizada en 1873 por el arqui- didas en la edilicia residencial de la elite.
cia, se obtiene un marcado efecto general de tecto sueco C. Kihlberg, (v.), y el vecino edificio Con análogos recursos formales, los ar-
horizontalidad, acentuando las visiones axia- comisionado por el presidente Roca a E. Aberg, quitectos A. Gainza y C. Agote (v.), egresados
les buscadas en la resolución de la cuadra que (v.), como sede del Poder Ejecutivo en 1882) fue de la École des Arts et Manufactures de París, re-
se delinea según una franja pública (comer- reemplazado por un Eclecticismo italianizan- alizaron la sede del diario La Prensa (1896).
cial), una franja habitable (vivienda y oficinas) te que, a través del arco de triunfo coronado Con la introducción del Petit-hôtel de los
y una franja de fuerte caracterización urbana con loggias, mansardas y falsas cúpulas, ligará Ortiz Basualdo (1895), de C. Paquin y J. Du-
(sucesión de coronamientos). Simetría, pro- los dos cuerpos en un único volumen. La so- nant (v.), se pone de manifiesto el problema de
porción, euritmia, tripartición, motivos orna- lución se resiente por la superposición de es- la jerarquización lingüística de la residencia
mentales adquieren flexibilidad para respon- tilemas (aberturas biforadas, columnas y pi- privada circunscripta al límite de la superficie
der simultáneamente a las exigencias de lastras neorrenacentistas, cubiertas germanas, de fachada o a la resolución de esquina; es el
individualidad de cada edificio. En el nivel pla- caso de la residencia Lawson (1893), proyec-
nimétrico, el tradicional sistema compositivo tada por A. Christophersen, quien recurrió
a poché se adapta a las características de la par- también en este caso a estilemas borbónicos
celación urbana (limitación en el ancho o la que encontraría expresiones tardías en el aus-
irregularidad); la resolución de la esquina en- tero Luis XVI que caracteriza el edificio Sud-
cuentra múltiples variables de articulación, américa, construido en 1926 por los arqui-
mientras alteraciones sintácticas y gramati- tectos A. Guilbert y E. Gantner (v.), o la sede
cales se verifican en el uso y combinación de del Banco Argentino-Uruguayo, realizada en
los distintos estilos partiendo del sintagma clá- 1928 por E. Le Monnier (v.); son ejemplos elo-
sico, indagando sobre los límites de ruptura cuentes del modo en que esta vertiente aca-
de los códigos lingüísticos. Cada objeto ar- demicista responde a los códigos de edifica-
quitectónico constituye de este modo un epi- ción establecidos para la Diagonal Norte.
sodio de la escena urbana generada por el lais- Los estilos académicos de origen italiano
sez faire, que dicta las reglas del natural se hicieron presentes en obras notables co-
crecimiento de la ciudad. u PALACIO DEL CONGRESO DE LA NACIÓN, DE V. MEANO. mo el edificio de La Inmobiliaria (1910), del ar-

16 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


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quitecto lombardo Luis Broggi (v.), donde se institucional. Al mismo tiempo, el modelo de
evidencia un claro dominio de los instrumen- organización que adoptaron los sectores diri-
tos proyectuales. La multiplicación de recur- gentes requirió ingresos de capitales y tecno-
sos lingüísticos, utilizados con el fin de evitar logías extranjeras que permitieran la cons-
el riesgo de monotonía formal implícito en la trucción de los dispositivos de trabajo,
extensión de la fachada, resulta controlada por transporte y producción, educación y discipli-
la matriz compositiva. na de la población. Trazados ferroviarios (v. Fe-
Otros profesionales importantes del mo- rroviaria, arquitectura), puertos (v.), mataderos, y fri-
mento, como C. Schindler (v.), C. Nordmann goríficos (v.) fueron necesarios para la economía
(v.) y A. Buttner (v.), realizaron edificios sobre de exportación. Las obras de infraestructura
la Avenida. También los modernismos se pre- urbana y el proliferar de escuelas (v.), hospita-
sentan conjugados en sus diferentes acepcio- les (v.), cárceles y cuarteles definieron en una
nes como contaminaciones innovadoras de es- línea de intervención gestionada por profesio-
quemas compositivos solo parcialmente dados. nales que actúan como funcionarios estatales
Se descubrirán entonces las posibilidades del asalariados. En directa relación, surgirán las
uso del hierro y la elegancia de las grandes aber- entidades de gestión financiera, como ban-
turas vidriadas en la sede de Gath & Chaves, cos (v.), bolsas de comercio (v.) y oficinas ad-
ampliada por L. Mirate (v.) en 1910, o en el edi- ministrativas. La burguesía desarrolla además
ficio realizado por el arquitecto F. di Bacco (v.) sus propias temáticas públicas, el club, el tea-
en 1913 (Avenida de Mayo 1396). La búsqueda tro, el hipódromo, mientras que las colectivi-
de originalidad formal caracteriza las cúpulas dades étnicas afirmaron por medio de sus ins-
bulbosas del Hotel Chile, del arquitecto L. Du- u EDIFICIO DEL CONCEJO DELIBERANTE DE BUENOS AIRES tituciones (clubes, sociedades de socorros
bois (v.), quien introduce el hierro y la cerámi- (ACTUAL LEGISLATURA), DE H. AYERZA. CORTE DEL HALL. mutuos, hospitales, escuelas, edificios religio-
ca como elementos artísticos, mientras obras sos) la reivindicada diversidad cultural. El gra-
como el Palacio Vera (1910), de A. Prins (v.) y se superponen dos redes conectivas de circu- ve déficit habitacional generado por el repen-
A. Ranzenhofer, evidencian la voluntad cuali- lación rápida (avenidas y diagonales). Sobre el tino aumento de la población encuentró
ficante de un lenguaje que oscila entre las lí- eje de simetría NE-SO, caracterizado como eje inéditos paliativos en la multiplicación de con-
neas orgánicas del Art Nouveau o los motivos monumental, surgen los principales edificios ventillos y casas de inquilinato en el centro de
geométricos secesionistas recuperados por J. públicos, realizados por reconocidos profesio- la ciudad, y en la difusión periférica de la “ca-
García Núñez en el edificio de Chacabuco nales de la época: A. Buttner, J. Buschiazzo, J. sa propia”. También los sectores medios y al-
70/86 (1910). Entre los antiacademicismos de Dormal, C. Altgelt, E. Aberg. También en es- tos adoptaron nuevas tipologías residenciales,
mayor relevancia se destaca, por la exuberan- te caso el E. expuso la heterogeneidad de sus y fue específicamente en este ámbito en el cual
cia de su tratamiento formal, el Palacio Baro- posibilidades estilísticas, y el Academicismo los eclecticismos sancionaron jerarquías so-
lo (1919-1923), de M. Palanti, cuya disposición de sus diversos matices se adoptó en los edifi- ciales y representaciones simbólicas.
planimétrica incluye en planta baja un pasaje cios representativos del rol asumido por la nue-
comercial. Se indagan en este caso límites y va ciudad: Renacimiento francés en la Casa de Palacios urbanos y rurales. Dentro del primer
posibilidades de una estructura sintáctica aún Gobierno, Clasicismo Segundo Imperio en la tipo pueden mencionarse las residencias de
tripartita, graduando el plano de fachada con Legislatura, realizada por los arquitectos ale- prestigio que surgen en la zona norte de la ciu-
la inclinación de los últimos tres pisos y acen- manes Heine y Hagemann, y en la Municipa- dad de Buenos Aires, en los alrededores de la
tuando la verticalidad con una torre de volu- lidad proyectada por Stier; el Neodórico fue Plaza San Martín o sobre la Avenida Alvear. El
metrías escalonadas que, al superar los edifi- considerado adecuado a la Necrópolis, el Co- Palacio Ortiz Basualdo, del arquitecto J. Dor-
cios más altos de la época, se transforma en el rintio, al carácter áulico del Museo de Ciencias mal; el Palacio Anchorena (1909), de A. Chris-
rascacielos de la década del veinte. Pero será Naturales y el Neogótico a la Catedral. tophersen, o el Palacio Paz (1912), de L. Sor-
sobretodo el Art Déco (v.) de inspiración preco- tais. Las mansiones rurales construidas como
lombina, que experimenta J. Kalnay en la se- PROGRAMAS Y TIPOLOGÍAS. cascos de grandes estancias introducen tam-
de de Crítica (1926) el que evidencie el fin de El equipamiento del Estado nacional re- bién el uso de revivals románticos inspirados
un ciclo, y se ponga como marco lingüístico de quiere respuestas diversificadas. La arquitec- en los chateaux del Renacimiento francés o en
una renovación arquitectónica encaminada ha- tura oficial se resolvió frecuentemente a través temas medievales pintoresquistas.
cia una decidida fase de afirmación. de concursos internacionales para los edificios
de la Capital y con profesionales locales en las Hotel Particular y Petit-hôtel . Partiendo de
La Plata (v.). La fundación de la capital bonae- ciudades del interior. De este modo, los len- los modelos franceses se desarrollaría múlti-
rense en 1882 constituye otro episodio urbano guajes del E. se prestan para caracterizar los ples variantes de una tipología destinada a
relevante. Proyectada por P. Benoit (v.) y con- edificios públicos que se diseminaron en todo sectores medios y altos, que en su versión más
cebida inicialmente como una “nueva Buenos el país (casas de gobierno, municipalidades, le- económica del petit-hôtel ocupaba un solo lo-
Aires” cuyo poder económico se asentaría en gislaturas provinciales, tribunales, ministerios, te con ingreso asimétrico y fachada sobre la
el puerto de Ensenada, la ciudad se configura correos, universidades, etc.), articulando en línea municipal. Adaptado al fraccionamien-
a través de un trazado urbano ortogonal al que sus diversas inflexiones los temas del poder to del suelo porteño, el tipo sufriría distor-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 17


siones, convirtiéndose en ocasión para una lución se manifiesta con evidencia el grado de visión hegemónica que evidencia una serie de
productiva experimentación proyectual. Re- conflictividad que se genera entre los paráme- diferencias ideológicas, teóricas y metodológi-
sulta ampliamente ejemplificado en la obra tros especulativo-cuantitativos que rigen el mer- cas, relativas a las investigaciones que se han
de arquitectos como A. Christophersen, C. cado inmobiliario y las exigencias simbólicas desarrollado en el campo internacional. Desde
Nordmann u O. Ranzenhofer. del comitente, que requiere cualificación de es- los trabajos pioneros realizados en el IAA por
pacios y materiales; constituye también un cam- M. Buschiazzo (1965-1966), la pluralidad lin-
Chalé periférico o de veraneo (v. Chalé; Pintores- po propicio para la simbiosis entre modelos in- güística de fines del siglo XIX ha sido conside-
Está relacionado con las elabo-
ca, arquitectura). ternacionales y tipos tradicionales. rada como agresión europeizante hacia un mí-
raciones antiurbanas de la ciudad jardín y res- tico pasado criollo; esta visión se reforzaría a
ponde a las necesidades y exigencias simbólicas Edificio en altura. Si bien el crecimiento verti- través del estudio de la Arquitectura Colonial y
de los sectores medios. Adoptado principal- cal se relaciona directamente con el tema de las en la formulación de una línea historiográfica
mente en su versión cottage inglés o villino ita- posibilidades que ofrecen las nuevas tecnolo- particularmente interesada en la catalogación
liano de periferia, se resuelve en dos niveles con gías constructivas, el argumento no se desvin- de valores propios y ajenos. Al alimentar una
planimetrías funcionales, composición volu- cula del problema de la traslación tipológica a perspectiva patrimonialista que descuida la di-
métrica y materiales naturales (madera, ladri- un preciso tejido urbano, de las resoluciones mensión teórica de la historia, este enfoque do-
llo, piedra, teja). Esta tipología encuentra otra compositivas que genera la introducción de in- cumental se convertiría en simple instrumen-
escala de desarrollo en los chalés de veraneo venciones mecánicas en la distribución plani- to de validación conservativa. Se configura en
que familias de la elite construyen en los nue- métrica del edificio o del uso del lenguaje res- estos términos una lectura canónica y operati-
vos balnearios de la década del veinte. pecto del significado que adquiere el universo va del E. que, sin analizar las motivaciones ide-
Casa de renta (v.). Inicialmente destinada a sec- tecnológico en el imaginario colectivo. ológicas y culturales de los usos estilísticos, los
tores altos por los costos que implicaba el nivel concibe como momento de transición de un
de confort ofrecido, representa una respuesta HISTORIOGRAFÍA. proceso que desembocaría en el Movimiento
tipológica a la densificación que provoca la va- La historiografía de la arquitectura en la Ar- Moderno con una implícita desvalorización de
lorización del suelo urbano. En este tipo de so- gentina ha abordado el tema del E. con una la noción de estilo. En esa línea se colocan tra-

u FACHADA DEL COLEGIO NACIONAL DE BUENOS AIRES, PROYECTADO POR NORBERTO MAILLART SIGUIENDO LA TRADICIÓN ACADÉMICA FRANCESA.

18 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ecl eco
bajos como los de F. Ortiz, J. Montero, R. Gu- mentos lingüísticos metropolitanos, de los es- Roma-Bari: Laterza, 1987; A. Gorelik y G. Silvestri.
tiérrez y A. Levaggi (1968), que sistematizan la pecíficos problemas arquitectónicos que se ge- “Los recorridos de lo nacional y popular”. En: Re-
producción del período. El pasaje tipológico ve- neran al adaptar modelos y del grado de crea- vista de Arquitectura SCA. N.° 141, 1988; J. Liernur.
rificado en la vivienda opulenta con el abando- tividad con que ellos son utilizados (F. Aliata, “El discreto encanto de nuestra arquitectura 1930-
no paulatino de la casa patriarcal es tomado co- 1988-1989; 1990); M. Daguerre (1991); A. Go- 1960”. En: summa. Bs. As., 1988; Manrique Zago
mo pretexto por R. Iglesia (1989) para idealizar relik (1988-1989); G. Silvestri (1989). M. D. (comp.). La Avenida de Mayo. Bs. As.: EUDEBA, 1988;
los lazos familiares tradicionales de sangre y J. Liernur. Casa o vivienda. La transformación de
afecto que la europeización de la nueva bur- Bibliografía: E. Crispolti, s. v.: Ecletticismo. En: Enci- los discursos sobre el habitar moderno. 1870-1940.
guesía había transformado en triviales rela- clopedia universale dell‘arte. Venecia-Roma, 1958; Bs. As.: IAA-CONICET, 1989 (mímeo); J. Solsona y C.
ciones legales y económicas. L. Benévolo. “Il Neoclasicismo e lo Storicismo”. En: Hunter. La Avenida de Mayo. Un proyecto incon-
Los estudios de J. Gazaneo (v.) y M. Scaro- Una introduzione all‘Architettura Moderna. Ro- cluso. Bs. As.: FAU-UBA, 1990; M. Daguerre. La cons-
ne (1966; 1967), al adoptar la línea pevsneria- ma-Bari, Laterza, 1960 (hay trad. cast.); AA.VV. La truzione di un mito. Ticinesi in Argentina. Com-
na, que privilegia las pautas funcionales y la arquitectura del Estado de Buenos Aires. Bs. As.: mitenza e architettura (1850-1914). Suiza: Accademia
racionalidad de las construcciones ingenieri- IAA, 1965; J. Martini y J. M. Peña. La ornamentación di Architettura di Mendrisio, 1998.
les (otorgándoles valor estético y connotacio- en la arquitectura de Buenos Aires. I (1800-1900);
nes morales), explicitan la idea de la técnica co- II (1900-1940). Bs. As.: IAA, 1966; R. Gabetti, s. v.:
mo único factor de innovación lingüística; por Ecletticismo. En: P. Portoghesi (comp.). Dizionario ECOLOGÍA. f. (Del griego oikos, casa, mora-
lo tanto, la arquitectura ecléctica es impugna- storico di architettura e urbanistica. Roma, 1968; da, ámbito vital, y logos, estudio, ciencia).
da por su anacronismo frente a las nuevas exi- F. Ortiz, J. Montero y otros. La arquitectura del li- Rama de la biología, definida inicialmente por
gencias de eficiencia y productividad. beralismo en la Argentina. Bs. As.: Sudamericana, Ernst Haeckel como “suma de todas las re-
Intenciones de profundizar y replantear el 1968; G. Teyssot. Cittá e utopia nell‘iluminismo laciones amigables o antagónicas de un ani-
acercamiento se manifiestan en R. Gómez inglese; George Dance il giovane. Roma: Officina, mal o de una planta con su medio orgánico
Crespo (1984) y en R. Fernández; este último, 1974; A. de Paula, R. Gutiérrez y G. Viñuales, In- o inorgánico, incluidos los demás seres vi-
en particular, propone revisar el concepto de fluencia alemana en la arquitectura argentina. Re- vos; el conjunto de todas las relaciones com-
E. en su especificidad productiva, analizando sistencia: Departamento de Historia de la Arqui- plejas consideradas por Darwin como las con-
la relación dialéctica que estableció con la van- tectura de la UNNE, 1981; L. Patetta. L‘architettura diciones de lucha por la vida”. La ecología se
guardia. A diferencia de la Modernidad, don- dell‘Ecletticismo. Fonti, teorie, modelli: 1750-1900, convirtió en los años tardíos del siglo XX en
de se verifica una tensión productiva utópica, Milán: Mazzotta, 1975; J. Scobie. Buenos Aires del una de las ciencias más populares, y exce-
el fenómeno ecléctico se caracterizó por un centro a los barrios 1870-1910. Bs. As.: Solar, 1977; dió su campo de acción específico, en la me-
pragmatismo positivista, dirigido hacia la ma- P. Collins. Los ideales de la arquitectura moderna. dida en que muchos problemas acuciantes
terialización edilicia que se revelaría coherente Su evolución (1750-1950). Barcelona: Gili, 1979; R. de la sociedad humana (poblaciones en ex-
con el proceso capitalista de construcción de Middleton y D. Watkin. Architettura dell‘Otto- pansión; escasez de alimentos; polución am-
la ciudad. El intento de identificar claves de cento. Milán: Electa, 1980 (hay trad. cast.); R. Gu- biental) aparecieron íntimamente ligados a
interpretación adecuadas al caso porteño lle- tiérrez y G. Viñuales. Influencia alemana en la ar- los procesos señalados y estudiados por ella.
va además a hipotetizar la inclusión de alter- quitectura argentina. Resistencia: Departamento Actualmente, está focalizada en el concepto
nativas de vanguardia en el universo de las de Historia de la Arquitectura de la UNNE, 1981; P. de ecosistema, unidad funcional consistente
prácticas eclécticas. Morachiello y G. Teyssot. Le macchine imperfette. en la interacción de organismos y en todos los
La contraposición entre la ciudad colonial Architettura, programma, istituzioni nel XIX se- aspectos del ambiente en un área específica,
hispánica y patriarcal, y una ciudad europea colo. Roma: Officina, 1980; A. Restucci. “Cittá e ar- de modo que implica tanto los componentes
progresista y genéricamente afrancesada como chitetture nell’Ottocento”. En: Storia dell‘arte ita- abióticos como los bióticos (entre los que se
única imagen urbana a la cual habría recurri- liana. 2° parte, vol. II. Turín: Einaudi, 1982; J. incluye, obviamente, el hombre). En la medi-
do la clase dirigente del período, retorna en la Liernur. “Buenos Aires del Centenario. En torno a da en que la perspectiva ecologista, después
intervención de R. Iglesia (1988) sobre la Ave- los orígenes del Movimiento Moderno en Argenti- de la Segunda Guerra Mundial, pasó a cons-
nida de Mayo, leída una vez más mediante los na”. En: Materiales. n.° 4, Bs. As., 1983; M. Maricon- tituir una de las claves para evaluar la inter-
tópicos de la historiografía tradicional (trans- de. La arquitectura del siglo XIX en la Argentina. vención en los ambientes humanos, su peso
culturación unilateral; mecanismo de imposi- Bs. As., FAU-UBA, 1983; AA.VV. Documentos para una en las disciplinas de transformación del há-
ción aplicado simétricamente desde el centro historia de la arquitectura argentina. El modelo bitat y en la legislación correspondiente re-
—París— a la periferia —Buenos Aires— y des- liberal (1880-1914). Bs. As.: Ed. summa, 1984; A. Gó- sulta determinante.
de una compacta elite liberal a los sectores po- mez Crespo. La arquitectura ecléctica en la Argen-
pulares). Con el mismo argumento, M. Asen- tina del ochenta. La Plata, 1984; R. Fernández. “El HISTORIA.
cio (1988) relativiza esta perspectiva. orden del desorden. Apuntes eclécticos sobre el Ernst Haeckel, biólogo alemán discípulo
Las investigaciones de J. Liernur (1983; 1984; eclecticismo porteño”. En: J. Goldemberg (comp.). de Darwin, denominó Oekologie, en 1866, a
1988; 1989) han replanteado el problema me- Eclecticismo y Modernidad en Buenos Aires. Bs. As.: una nueva rama de la biología. Su concepto
diante nuevas hipótesis de gran productividad, FAU-UNC, 1985; R. Iglesia. “La vivienda opulenta en básico consistía en colocar en relación al or-
que han repercutido en trabajos más recientes Buenos Aires: 1870-1900, hechos y testimonios”. En: ganismo con su ambiente, concepto éste que
sobre el proceso modernizador y el estudio de summa. Bs. As., n.° 211, 1985; H. Kruft. Storia delle incluía tanto otras poblaciones orgánicas co-
la conformación y características de los instru- teorie architettoniche. Dall’ Ottocento ad oggi. mo el contexto físico de su desarrollo. Desde

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 19


entonces, diversos investigadores redefinie- ECOLOGÍA URBANA. f. Disciplina de reciente
ron la ciencia de la ecología como la economía formación, que se estructuró entre 1960 y
de la naturaleza, entre ellos Julian Huxley y Viviendas ecológicas 1970 con aportes de la ecología biológica, la
H. G. Wells en The Science of Life (1931). No es economía, la sociología, la demografía, el ur-
extraña la presencia del famoso escritor de banismo, etc.
ciencia ficción como coautor de este popular
libro: el cruce entre definiciones científicas y Aunque ya desde 1950 los ecólogos habían
enunciados de gran impacto popular acom- comenzado a ocuparse de las ciudades, en tra-
paña desde entonces a la disciplina. bajos como los de Wolman, recién dos déca-
Para evaluar el progreso específico de la das después las investigaciones adquieren ca-
ciencia ecológica, es necesario recordar que el rácter sistemático, especialmente por los
estudio de la dinámica de las poblaciones (ani- trabajos de Howard Odum (Environment, Po-
males y humanas) había cobrado especial ím- wer and Society, 1971). Iniciativas como el pro-
petu en las primeras décadas del siglo XIX. grama MAB de la UNESCO (1971) apoyaron
Malthus llamó la atención sobre el conflicto estudios sobre ecosistemas urbanos que se con-
entre las poblaciones humanas en expansión u DOS PROYECTOS EXPERIMENTALES DE CARLOS virtieron en clásicos de la nueva disciplina, co-
y la capacidad de la tierra para producir ali- LEVINTON: LA BÚSQUEDA DE UNA EXPRESIÓN mo el dirigido por Stephen Boyden y un equi-
mentos; con esta base Pearl, Lotka y Volterra, ARQUITECTÓNICA DE LA SUSTENTABILIDAD. po de la Universidad Nacional de Australia para
en la década de 1920, desarrollaron los presu- la ciudad de Hong Kong. También en la dé-
puestos matemáticos del estudio de poblacio- cada del setenta aparecieron las primeras pu-
nes, lo que condujo a experimentos basados blicaciones especializadas, como el Journal of
en la interacción entre depredadores y presas, Urban Ecology en Holanda. Un hito funda-
las relaciones competitivas entre especies, la mental en el asentamiento de esta rama de la
regulación de poblaciones, los comportamientos ecología lo constituyó Hábitat, el congreso de
de los individuos de una determinada comu- las Naciones Unidas sobre asentamientos hu-
nidad. Otros científicos se dedicaron en la mis- manos, desarrollado en Vancouver, Canadá
ma época a estudiar los presupuestos energé- (1976), que produjo sobre todo una amplia pu-
ticos: así, Thineman introduce el concepto de blicidad de los problemas centrales del am-
trophic o niveles por los que la energía del ali- biente urbano señalados por esta disciplina.
mento es transferida, a través de una serie de
organismos, desde las plantas hasta los con- ARGENTINA.
sumidores animales. Elton desarrolla esta pers- Los primeros estudios sistemáticos de una
pectiva desde el concepto de nicho ecológico y ciudad en esta perspectiva se produjeron en
la pirámide numérica. Pero la ecología moder- Córdoba, en cuyo municipio fue creada el Área
na se establece definitivamente en 1942, cuan- de Ecología Urbana en 1973. Entre 1977 y 1983
do Lindeman ofrece en los Estados Unidos una funcionó en Buenos Aires una cátedra de Eco-
versión dinámica de la ciencia, que detalla el logía Urbana y Regional como parte del Cur-
movimiento energético a través del ecosiste- mayor del ecosistema es la población, que ocu- so Superior de Planeamiento, mientras que
ma, versión luego desarrollada y publicitada pa en él un determinado nicho. Cuando una entre 1978 y 1985 se dictaron cursos de pos-
por Eugene y Howard Odum. Nuevas técnicas población alcanza el límite impuesto por el eco- grado sobre Ecología Humana en la Escuela
de medición (microcalorimetría, computación, sistema, debe estabilizarse o morir. La relación de Salud Pública de la Universidad Nacional
matemática aplicada) llevaron con los años a entre el comportamiento de las comunidades de Córdoba. Relacionado también con las cien-
un nuevo tipo de ecología que muchos auto- animales en su nicho y la acción humana fue cias médicas, la Academia Nacional de Medi-
res denominan system ecology, cuyo objeto con- establecida desde la posguerra; retornando así cina había desarrollado el Primer Simposio
siste en el estudio de la estructura y función desde otra perspectiva científica los planteos sobre Ambiente y Salud en 1975, anteceden-
de los ecosistemas. que habían inspirado no solo la ecología sino te del Primer Congreso sobre la Ciudad y su
El concepto de ecosistema otorgó a la eco- en general la biología decimonónica. La me- Medio Ambiente. La disparidad en la calidad
logía una base conceptual fuerte y fácilmente todología de la ciencia se amplió entonces pa- científica de las ponencias, la heterogeneidad
difundible en la opinión pública. El ecosiste- ra evaluar los grandes problemas de la acción de las temáticas y la superposición de disci-
ma funciona manteniendo un flujo de energía humana sobre la Tierra, acción caracterizada plinas no redundó en aportes relevantes, aun-
y un “reciclado” de materiales a través de es- como en perpetuo antagonismo entre el arti- que el congreso contribuyó a la difusión del
calones definidos como comer y ser comido, ficio humano y la forma natural. Esto dio ori- enfoque ecológico sobre la ciudad. Un hito
utilización y conversión, conocido como cade- gen a los movimientos llamados hoy ambien- fundamental en pos de la sistematicidad de
na alimenticia. Los ecosistemas “maduran” ha- talistas o ecologistas, cuya presión en las esferas los estudios se produjo a partir del Seminario
cia la estabilidad, desde lo menos complejo has- gubernamentales locales e internacionales ha sobre Ambiente y Urbanización que organi-
ta lo más complejo, o desaparecen. Este cambio adquirido gran importancia desde los años se- zó en CEUR en 1981, coordinado por Jorge
direccional se denomina sucesión. La unidad tenta. (v. Ambientalismo). G. S. Enrique Hardoy (v.), quien integró tempra-
namente

20 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


eco edi
namente el comité editorial del Journal of Ur- na ecológica urbana o social, tiñen fuertemente EDIFICACIÓN SISMORRESISTENTE.
ban Ecology desde su aparición en 1975. A par- sus presupuestos ético-políticos y su concep- Tecnicismo de forma compleja, que la ar-
tir del mismo núcleo se inicia la edición del ción el mundo. (v. Ambientalismo). G. S. quitectura emplea para referirse a la construc-
Boletín sobre Medio Ambiente y Urbanización ción cuya estructura ha sido diseñada y calcu-
(Bs. As.: IIED), el foro de mayor importancia Bibliografía: R. Montenegro. Ecología de sistemas ur- lada considerando dentro de sus estados de
sobre problemas ambientales. Desde la disci- banos. S/l, CIAM, FAU, UNMdP, s/f. carga el efecto sísmico, mediante la inclusión
plina arquitectónica, el intento más sistemá- de la acción dinámica o cuasidinámica de un
tico de unificar la proyectación tradicional con terremoto, ideal de proyecto para el cual el edi-
la nueva agenda de problemas lo desarrolló el ECOLOGISMO. (v. Ambientalismo) ficio responde con un colapso que genera im-
platense Rubén Pesci, coordinador del CE- portantes daños, pero sin destrucción comple-
PA (Centro de estudios y proyectación del Am- ta, de modo que garantiza la vida de sus
biente (v.)), especialista en Planeamiento Me- EDIFICACIÓN “CONTRA TEMBLORES”. moradores.
tropolitano en el CONHABIT desde 1975. Su E. “ANTISÍSMICA” y EDIFICACIÓN SISMO- Los sismos pertenecen al mundo de la na-
revista A/mbiente (v.) ocupó un lugar de im- RRESISTENTE. turaleza y, si bien el hombre no puede evitar-
portancia en la cultura arquitectónica duran- los, puede controlar sus efectos. Esta es esen-
te la época del Proceso. EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES. cialmente la noción que alimentó el desarrollo
Subsistió la controversia, a pesar de la di- A comienzos del siglo XX, esta forma com- de la ingeniería antisísmica. Recién entre fi-
fusión del enfoque en las diversas ciencias y pleja de valor nominal aludía técnicamente nes del siglo XIX y principios del XX puede de-
técnicas ocupadas de la ciudad, entre las dis- al conjunto de sistemas, materiales y cons- cirse que las construcciones comienzan a ser
ciplinas más tradicionales (urbanismo, ecolo- trucciones realizadas para “resistir la acción proyectadas de modo sismorresistente.
gía biológica, sanitarismo, etc.) y la ecología de los sismos”.
urbana, cuyas difusas fronteras y aspiraciones a. El gran terremoto de Mendoza (v.). Hasta me-
holísticas llevaban necesariamente a la “inva- EDIFICACIÓN ANTISÍSMICA. diados del siglo XIX, en la región andina de
sión” de otros campos. Un cruce característi- Forma compleja de valor nominal, de gran América del Sur, el conocimiento y la com-
co fue el de la ecología urbana con la ecología difusión aún en la actualidad; se la considera prensión del fenómeno sísmico y sus efectos
social y humana, originadas en el ámbito de la incorrecta semánticamente por cuanto los pre- sobre las construcciones eran aún muy rudi-
sociología en forma relativamente autónoma fijos “anti” y “contra” remiten a la idea de ‘opo- mentarios. El manejo empírico de materiales
de la biología científica. En el Río de la Plata, sición’ a la formidable liberación de energía de- y tecnologías locales, provenientes de la época
la institución más representativa de esta ten- rivada del movimiento de las placas tectónicas, hispano-colonial, dieron como resultado un te-
dencia la constituye el CLADES (Centro Lati- cuyo control a escala humana resulta imposi- jido urbano homogéneo de construcciones ba-
noamericano de Ecología Social), que opera en ble. El tecnicismo que la disciplina arquitectó- jas, de adobes o tapia, techos de caña y barro
Montevideo, donde se realizaron seminarios nica considera apropiado es sismorresistencia. sobre tirantes de madera. Resistencia a partir
de importancia para la integración de las di-
versas ciencias en relación con el Primer Con-
greso Latinoamericano de Ecología (1989). Pe-
ro la dificultad de reunir las ciencias del
ambiente en un espacio común atinente al equi-
librio urbano y territorial queda manifestada
por el camino independiente realizado por la
ingeniería sanitaria y otras ramas afines (quí-
mica ambiental, seguridad e higiene del tra-
bajo, etc.). El sanitarismo poseía un largo li-
naje en el país (v. Higienismo), como lo prueba la
creación de instituciones de importancia co-
mo la Escuela Superior de Sanidad en Santa
Fe o el Instituto de Ingeniería Sanitaria de Bue-
nos Aires. En las décadas recientes, los pro-
blemas que más convocaron a los sanitaris-
tas se reunieron alrededor de la contaminación
del agua, el aire y el suelo, en función de me-
diciones de impactos ambientales y soluciones
tecnológicas. Sucesivos seminarios y congre-
sos, como también publicaciones específicas
(v. gr.: Caris), demuestran un camino total-
mente independiente de las tendencias que por
comodidad llamaremos ambientalistas; estas,
si bien no deben identificarse con la discipli- u EXPRESIÓN DE LA ESTRUCTURA EN LA FACULTAD DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE MENDOZA, DE ENRICO TEDESCHI.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 21


de la inercia de la masa muraria y limitación
de la altura de los edificios fueron las dos va-
riables con las cuales se manejó intuitivamente
la construcción durante siglos.
Hacia 1850, con la llegada a Mendoza de al-
gunos técnicos extranjeros, se produjeron cam-
bios tecnológicos importantes en la edificación
de cierta envergadura. Un ingeniero ligur in-
trodujo el uso estructural de la madera, con
imaginativos diseños de techos y de anclajes
con los muros, con los cuales se mejoraba el
comportamiento sísmico de las tradicionales
tecnologías de tierra; dos hermanos de la Lom-
bardía propiciaron el empleo del ladrillo coci-
do para edificios de cierta magnitud, como el
conocido Pasaje Sotomayor, y obras de inge-
niería de importancia para su época, como el
acueducto del Challao.
En 1861 se produjo un acontecimiento de-
cisivo en la vida de la ciudad: un fuerte y des-
tructivo terremoto que modificó notablemen- u EL TERREMOTO DE SAN JUAN DE 1944 IMPULSÓ LA RENOVACIÓN NORMATIVA EDILICIA EN ZONAS DE RIESGO SÍSMICO.
te el espacio urbano, pero también aceleró
procesos de cambio sociocultural, que la se- solo piso. Los sistemas constructivos y los ma- edificios del siglo XIX constituyen desde el pun-
gunda mitad del siglo impuso en todo el país. teriales empleados en el posterremoto no per- to de vista tecnológico un tipo anterior al de
La asistencia técnica recibida de Chile per- mitieron dar saltos tipológicos importantes con mampostería con estructura de hormigón ar-
mitió incorporar a la tradición constructiva cu- respecto a la forma de las plantas. No se po- mado, que comienza a emplearse y difundir-
yana la experiencia y la acumulación de co- dían construir edificios de grandes luces o va- se a partir de principios del siglo XX. Las mam-
nocimiento respecto del fenómeno que se había rios pisos, no solo por las limitaciones del sis- posterías del XIX —siempre refiriéndonos al
alcanzado en ese país. También fue importante tema constructivo, sino fundamentalmente por ladrillo cocido— tienen a veces, incluidas en-
la participación de profesionales y técnicos ex- la escasez de maderas duras en la región. La tre las hiladas, en los encuentros de muros, en
tranjeros (en particular italianos y franceses) obra pública de la reconstrucción —casa de go- los anclajes de los techos, en los dinteles, etc.,
en todas las obras del posterremoto, ya sea a bierno, iglesia matriz, cárcel, hospital (1863- diferentes piezas de acero que ligan la estruc-
través del apoyo técnico y económico recibido 1880)— se realizó con estos sistemas “anti- tura muraria, colocadas para “coser” los pun-
del gobierno nacional o estimulada en la fuer- sísmicos” de arquitecturas de tierra y madera. tos con concentración de esfuerzos y tensiones,
te demanda que generó la reconstrucción. en un saber derivado de la experiencia. En el si-
Si bien se continuó construyendo con sis- b. Los cambios tecnológicos que llegaron con glo XX comienza a ensayarse el uso estructu-
temas de tierra, por considerárselos más elás- el ferrocarril. A partir de 1885 quedó librada al ral del hormigón armado; se define así una es-
ticos que los de ladrillo cocido y por ser mucho servicio público la red ferroviaria que unía Men- tructura resistente que une y enmarca los paños
más económicos, al tradicional adobe (v.), sin doza con Buenos Aires. El primer factor de cam- de mampostería y considera el trabajo solida-
embargo, se le introdujeron mejoras cualitati- bio que operó sobre la ciudad fue la presencia rio entre ambos materiales.
vas. Las innovaciones tecnológicas consistie- de los mismos ingenieros del ferrocarril que El ferrocarril permitió también importar vi-
ron esencialmente en la utilización de estruc- llegaron a la región para el tendido de la red y viendas de Europa y de los EE.UU. A fines de
turas de madera, tanto como esqueletos para la construcción de edificios. la década de 1880, las viviendas prefabricadas
autoportantes o como armazón incorporada El sistema que la arquitectura ferroviaria de madera y de acero, importadas de Francia
a los muros, ya que en muchos casos el uso del introdujo y difundió como el más adecuado pa- y Bélgica, son una novedad que interesa a la
adobe o la “quincha”se limitó a la función de ra zonas sísmicas fue el de la mampostería de elite mendocina en la búsqueda de edificios se-
cierre o tabique divisorio interior. Se dio así ladrillo cocido, reforzada y armada con flejes guros ante los sismos.
una amplia gama de variantes con distintas o barras de acero incorporadas entre hiladas. Las construcciones prefabricadas construi-
combinaciones entre los sistemas de tierra, los La presencia del ferrocarril también hizo po- das de madera empezaron a utilizarse merced
alivianados de quincha y los entramados de sible la llegada de materiales, nacionales e im- a las facilidades de la importación y del trans-
madera. También se advirtió la conveniencia portados, como acero (perfiles, planchuelas y porte a Mendoza por el ferrocarril. El uso de
de dotar a los edificios (primero de adobe, lue- barras), cerchas inglesas, columnas metálicas la madera como material estructural tenía sus
go de ladrillo) de una estructura o de un siste- y tejas y chapas de distinto tipo para las cubiertas. defensores y sus detractores. La escasez de ma-
ma de vinculación entre sus partes: en los en- Este cambio en la oferta tecnológica incidió par- deras duras y resistentes en la región obligaba
cuentros de muros entre sí, con los techos, en ticularmente sobre la arquitectura de las bode- a traerlas de otros sitios y no siempre eran es-
las aberturas, etc. gas, por la posibilidad de cubrir grandes luces. tacionadas convenientemente antes de ser uti-
La edificación continuó siendo baja, de un Las estructuras murarias de estos importantes lizadas, con lo cual se corría el riesgo de que

22 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


edi edi
la aridez del clima de Mendoza las deformara terial de construcción más conveniente para tipos de mamposterías.
hasta límites inadmisibles. Otro de los incon- todo el país –no solo para áreas sísmicas– y pa- El desarrollo temprano de la “edificación
venientes de la madera era el peligro de incen- ra todo tipo de obras. A partir de 1906 co- contra temblores” en la región de Cuyo se de-
dios. En este sentido la experiencia del terre- mienza a aparecer, en los requerimientos de be en particular a dos factores. En primer lu-
moto de 1861 había sido aleccionadora: el fuego los proyectos de obras públicas, que estas de- gar, el apoyo oficial desde una fracción progre-
destruyó tanto como el sismo. Por ello, las obras ben ejecutarse en sistemas “contra temblores”. sista de la clase política a las iniciativas para
del período de la reconstrucción se hicieron en Desde 1903 y hasta 1910 surgieron en la re- hallar mejores soluciones al antiguo problema.
tecnologías de tierra con estructuras de made- gión numerosas empresas constructoras que En segundo lugar, el estado alcanzado por el
ra, que al quedar incluidas en los muros esta- ofrecían un gran número de alternativas para conocimiento científico-técnico que, en el mar-
ban protegidas de este peligro potencial. la construcción de edificios y obras sismorre- co de la ingeniería moderna, aspiraba a hallar
Después del terremoto de San Francisco sistentes. Muchas no superaron la fase expe- soluciones universales y apelaba a su vez a las
(EE.UU.) en 1906, con su devastador incen- rimental en el empleo de nuevos materiales y experiencias de otros países del mundo, en el
dio, las construcciones de madera quedaron sistemas constructivos. En 1906 logra consti- afán de acumular conocimiento y avanzar en
desprestigiadas en relación a las de mampos- tuirse en Mendoza una empresa pionera cuyo las teorías producidas. En tal sentido, puede
tería y al novedoso “cemento armado”. La ma- director técnico era el mismo Selva: Cons- afirmarse que este desarrollo tecnológico nos
dera y la prefabricación quedaron restringidas tructora Andina, la más importante en edifi- ubicó en la avanzada del estudio sistemático de
para áreas suburbanas o rurales, hecho que in- cación “contra temblores” hasta 1930, que na- la problemática en el ámbito mundial, a la par
dujo en la vivienda un salto tipológico brusco, ce con el objetivo expreso de desarrollar y de Francia, Italia y los Estados Unidos.
en este caso hacia el chalet, en sus variantes de difundir el uso del “cemento armado”. La pren- Este desarrollo tecnológico evidenció tres
cottage suizo o americano, promocionados por sa calificó al hecho como una “obra patriótica”, etapas: una fase inicial, en la que surgen los
los catálogos de las empresas fabricantes o im- necesaria y largamente postergada, a la que prototipos y la difusión es muy restringida; una
portadoras. La moda y las nuevas tecnologías brindaría todo su apoyo. A pesar del impulso fase experimental, que corresponde al desarrollo
coinciden en las propuestas de estas cons- inicial puesto en el proyecto y en la difusión tecnológico propiamente dicho, con una gran
trucciones pintorescas, de aire campestre, con- y promoción del “cemento armado”, no tarda- movilidad y producción de variantes; y una fa-
fortables y modernas. ron en aparecer los obstáculos que la propuesta se de consolidación, donde se difunden algu-
Hacia fines del siglo, el uso del acero en las tenía: en primer lugar, el costo elevado de los nas variantes y se desechan otras, y en la cual
estructuras tuvo una especial aplicación en la insumos y la dependencia respecto de la im- progresivamente, a partir de la reglamentación,
construcción de grandes edificios. Se difundió portación de cemento. se cristalizan los sistemas admitidos.
también el uso de la bovedilla de ladrillo tipo Sin embargo, fue destinado para aquellos De este modo se fueron consolidando co-
“catalana”, con perfiles de acero tanto para usos en los que presentaba notables ventajas mo sistemas óptimos para la sismorresisten-
techos como para entrepisos, así como las co- comparativas; como en la construcción de pi- cia los tipos tecnológicos basados en el uso
lumnas de hierro fundido. El problema prin- letas para vinificación, tanto para fermentación combinado del hormigón armado y la mam-
cipal del acero era su altísimo costo, y si bien como para almacenamiento. También resultó postería, debido particularmente a: la mejor
eran reconocidas su resistencia y durabilidad, inmejorable para obras de ingeniería, como adaptación de estos sistemas a las condiciones
el terremoto de San Francisco demostró la vul- puentes, acueductos y canales de riego. bioclimáticas de la región (de grandes ampli-
nerabilidad del acero desnudo frente al fuego, En cambio, el cemento armado no fue, con- tudes térmicas e inviernos crudos); la calidad
ante el cual colapsaba en forma violenta. Pa- trariamente a lo planteado por Selva, una so- de las terminaciones; el aspecto de solidez y
ra la construcción de viviendas de categoría –de lución posible al problema de la vivienda po- seguridad; el abaratamiento de los costos con
hasta dos pisos superiores y sótano– se difun- pular, sino solo una alternativa de avanzada la producción nacional de los insumos.
dió en Mendoza un sistema denominado side- para la elite y sectores reducidos de la incipiente El desarrollo de la tecnología del hormigón
ro ladrillo, que consistía en una estructura de clase media. La propuesta original de Selva pa- armado continuó avanzando durante todo el
perfiles de acero cuyos espacios intermedios ra la construcción de viviendas económicas siglo XX, pero no alcanzó difusión masiva si-
se rellenaban con ladrillos, formando el muro contemplaba paredes y losas dobles para me- no hasta después de 1960. El desarrollo de la
luego recubierto con metal desplegado y revo- jorar la aislación térmica; con el fin de abara- importación, y consecuente encarecimiento,
cado por ambas caras. tar los costos se hicieron simples por lo que se superó en 1938 con la instalación de la pri-
El empleo del acero desnudo quedó limi- resultaron casas muy frías en invierno y muy mera fábrica local de cemento (v.), hecho que
tado a la construcción de estructuras de edifi- calurosas en verano. cambiaría significativamente el panorama de
cios con grandes luces, por lo general indus- Desde el punto de vista técnico, en cuanto la construcción local.
triales, o a obras de ingeniería como los al monolitismo, la resistencia al sismo y la res- En Mendoza, los sismos producidos en 1917
puentes viarios y ferroviarios que se hicieron puesta solidaria por la continuidad del mate- y 1927 actuaron como catalizadores en la for-
entre fines del XIX y principios del siglo XX. rial que otorgaba el “cemento armado”, la so- mulación de legislaciones sobre construcción
lución era inobjetable. De allí que hasta 1930 sismorresistente, aunque estas tuvieron una
c. El “cemento armado” como material de van- se desarrollaron los sistemas constructivos, los vigencia relativa y una aplicación bastante la-
guardia de la “edificación contra temblores”. métodos de diseño y cálculo que hoy conoce- xa. La arquitectura pública y los mejores edifi-
Fue el ingeniero Domingo Selva quien lanzó mos como sismorresistentes, y perfeccionó cios privados de la ciudad permanecieron su-
una completa propuesta programática de uti- el uso del hormigón armado, empleado co- jetos a normas o reglamentaciones de distinto
lización del “cemento armado” como el ma- mo único material o asociado con distintos origen, pero no significaban más que un mí-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 23


nimo porcentaje del total del volumen cons- EISLER, MARTIN. Viena (Austria), 1913 - San necesario servicio como campo de tiro en ca-
truido. Recién en la década de 1970 el Códi- Pablo (Brasil), 1977. Arquitecto. Difusor del so de que la ciudad fuese sitiada por ejérci-
go de Construcciones Antisísmicas comien- diseño moderno de muebles en la Argentina. tos enemigos. El término proviene de la deri-
za a regir como norma general y única para vación vulgar de exitus (salida).
todo tipo de construcciones, de uso y propie- Eisler, diplomado en la Escuela Politécni-
dad tanto pública como privada. ca de Bellas Artes de Viena, emigró a Buenos A lo largo de los siglos, el sentido de la pa-
Aires en 1938. Junto a su compatriota Walter labra sufrió una serie de modificaciones, de-
d. El terremoto de San Juan. El 15 de enero Loos (v.), difundió en el país el “mueble mo- bido al desarrollo generalizado de las estruc-
de 1944 se produjo un terremoto en el Gran derno estilo vienés”. En el mismo año de su turas urbanas y, la consiguiente transformación
San Juan, que ocasionó la destrucción total de llegada expuso en la Galería Müller una co- del ejido, antes público, en terreno privado. En
alrededor del 80% de las construcciones exis- lección de muebles diseñada por él, antece- una primera etapa, constituyó un lugar de asen-
tentes (v. San Juan). Este hecho impulsó la ela- sora de la exposición en el Salón de Bellas Ar- tamientos de baja densidad que servían tam-
boración de normas y controles para la edifi- tes de 1940. Pocos años después se separó de bién para proveer a la ciudad de frutos y hor-
cación, en la que tendría un papel central el Loos y fundó, en 1945, Interieur Forma. En talizas. Luego, en función del crecimiento y
uso del hormigón armado. la década del cincuenta estableció contacto con extensión de la mancha urbana, se anexó al res-
Dada la envergadura de la emergencia, el Florence Knoll y logró la representación de la to de la ciudad sin características diferencia-
gobierno nacional dispuso la creación de un firma para Brasil (1960), Uruguay y Argenti- das, por lo cual el ejido dejó de tener un sen-
organismo autárquico, denominado “Consejo tido funcional preciso.
de Reconstrucción de San Juan”, dependiente Ya en las leyes de Indias (v.) el concepto de
del Poder Ejecutivo Nacional (Decreto N.° 17432 ejido incorpora su rol principal en América: el
del 01.07.1944), entre cuyas atribuciones se de espacio de reserva para el crecimiento de la
encontraban la elaboración de un Código de ciudad (“que si creciera la población siempre
Edificación y el control de su cumplimiento a quede bastante espacio”), mientras que la fun-
través de una oficina especial, y daba énfasis ción de lugar de uso común para que paste el
al diseño estructural sismorresistente. ganado y crezcan montes silvestres de árboles
El “Consejo de Reconstrucción de San Juan” frutales, pasa a denominarse “dehesa” (1523).
extendió el alcance de sus funciones al resto De allí en más, como territorio de reserva
del país: construyó e instaló las primeras esta- urbana, queda implícita la posibilidad de que
ciones sismológicas en algunas provincias, por u EL SILLÓN “COSTILLA”, DE MARTIN EISLER. el mismo deje de ser tierra común para trans-
lo que se transformó en el “Consejo Nacional formarse en dominio privado, aunque con al-
de Construcciones Antisísmicas y de Recons- na (1961). Su firma pudo contar así con los di- guna especialidad diferenciada de las zonas
trucción de San Juan” –CONCAR– (Ley Na- seños de Mies Van der Rohe, Marcel Breuer, centrales. A partir de esta concepción, como
cional N.° 16405 del 30.07.1964), con algunas Le Corbusier (v.), Harry Bertoia y Saarinen, que bien lo reconoce C. E. Pellegrini, temprana-
nuevas funciones respecto de su antecesor. revolucionaran el concepto local del diseño de mente en el Río de la Plata la idea se fue dis-
En 1972, el Poder Ejecutivo Nacional dis- interiores. En esa etapa, Eisler abandona el Vie- torsionando y el término ejido se transformó
puso la disolución del CONCAR por conside- nés Moderno de sus primeros diseños para vol- en “un campo conteniendo en su centro una
rar cumplidas las tareas de reconstrucción y carse a una línea más racionalista. Es espe- población, y alrededor de esta, casas de recreo,
creó por Ley N.° 19616 del 08.05.1972 el Ins- cialmente recordado de este período su sillón jardines y chacras”. Esta acepción diferencia-
tituto Nacional de Prevención Sísmica –IN- “costilla”. Fue además escenógrafo y regisseur da se considera en la legislación emanada del
PRES–, en el ámbito del Ministerio de Obras (trabajó para el teatro Colón y el Teatro Ar- Cabildo de Buenos Aires, que en 1689 man-
y Servicios Públicos, para llevar adelante la Po- gentino de La Plata). G. S. dó a ensanchar el ejido de la ciudad, previen-
lítica Nacional de Prevención Sísmica. S. C. do el crecimiento de la población. Otra vez en-
Bibliografía: C. Méndez Mosquera. “Martin Eisler”. contramos una mención al tema, en un decreto
Bibliografía: S. Cirvini. La estructura profesional y En: summa, n.° 125, junio de 1977. del 16 de abril de 1826, por el cual el gobier-
técnica en la construcción de Mendoza. T. I Los agri- no de Martín Rodríguez, con el deseo de fo-
mensores. Mendoza: IAIHAU, 1989 y T. II Los inge- mentar la agricultura y la erección de pueblos
nieros y los arquitectos. Inédito, 1992; S. Cirvini. EJIDO. m. Campo o conjunto de terrenos que en la campaña, mandó que se les asignaran
“Mendoza. La arquitectura de la reconstrucción circundan una ciudad o poblado, en los que a estos cuatro leguas cuadradas de terreno pa-
posterremoto (1863-1864)”. En: Revista Historia de no se labra ni se planta, y son comunes a to- ra distribuirlos entre los pobladores en sola-
América, N° 108, México: IPGH, 1989; S. Cirvini. “Ar- dos los vecinos. Durante la Edad Media su res, quintas y chacras. La medida obedecía —
quitecturas de tierra. Prototipos sismorresistentes función era variada: servían originalmente pa- según Pellegrini— a la necesidad de evitar que
en la Mendoza posterremoto (1863-84)”. En: Revista ra descargar en ellos mieses y limpiarlas; co- a una legua de distancia del centro de cada
DANA, N.° 27, Resistencia (Chaco), 1989; S. Cirvini. mo reserva para un futuro crecimiento de la pueblo no hubiese tropas de ganado errantes.
“Edificación contra temblores. Aportes para una trama; para realizar ferias y reuniones multi- La idea fue retomada por el Departamento To-
historia de la construcción sismorresistente en Ar- tudinarias que excedían el tamaño de las pla- pográfico (v.), que precisó aún más la medida
gentina”. En: Revista Historia de América. N° 128, zas de las ciudades o no estaban sometidas e intentó dar a este territorio circundante una
enero-junio de 2001, IPGH. a la autoridad urbana. También cumplían un forma circular que se avenía más claramente

24 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


edi elc
(v.),
J. Kronfus (v.), C. Morra (v.) y V. Jaeschke (v.). minución de la publicidad para volver a la are-
La propuesta de El Arquitecto fue la publi- na pública en 1937, con Edilicia.
cación de noticias profesionales, proyectos y Desde sus inicios, la revista se estructura a
obras construidas, presentadas mediante una partir de un editorial y artículos firmados, que
detallada documentación de planos y fotogra- en la primera etapa se encargan a los ingenie-
fías. Estaba dirigida no solo a los arquitectos ros “socialmente consagrados”. Luego, una se-
sino a un público más amplio constituido por: rie de artículos de orden técnico, la publicación
ingenieros, constructores y decoradores. Tam- de obras casi exclusivamente de los socios, la
bién incluía un fin comercial, hacer conocer sección oficial, con los asuntos gremiales y las
distintos tipos de servicios profesionales, nue- sesiones del directorio que, junto con la pu-
vas técnicas, materiales, etc. blicación mensual de los permisos munici-
Las obras publicadas corresponden a un pales de construcción, perduraría en todo el
amplio espectro de realizaciones, desde el Ne- tiempo de salida de la revista. Finalmente, un
ocolonial (v.), el Pintoresquismo (v.) hasta la ar- amplio espacio publicitario cubierto por em-
quitectura académica y ecléctica. Tampoco se presas y gremios de la edilicia.
u PLANO TOPOGRÁFICO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, limita a divulgar trabajos de los adherentes a Los cambios en la dirección, que pasa de
1824, DE JOSÉ M. ROMERO. la SCA (v.), sino que incorpora las obras de los constructores a los arquitectos, no gene-
otros profesionales de la construcción e im- raron modificaciones en la estructuración de
al espíritu de la ordenanza. Sin embargo, la portantes proyectos extranjeros como: la mu- la revista, salvo por la incorporación de los tra-
complejidad que significaba la realización de nicipalidad de Nueva York o el concurso del bajos de la Escuela de Arquitectura, que pre-
trazas, cálculos y amojonamientos de super- Chicago Tribune. viamente había publicado de manera aislada.
ficies que incluyesen segmentos de un arco En los primeros números se registra una
hizo retornar la reglamentación a la conside- serie de artículos de alto contenido polémico,
ración de una forma cuadrada o rectangular EL CONSTRUCTOR ROSARINO (CR). Órgano críticos del estado de la educación y de la uni-
de ejido. Posteriormente, Dorrego aumentó a oficial de la Sociedad de Ingenieros, Arqui- versidad, y de los intereses económicos sec-
16 leguas cuadradas los ejidos de las nuevas tectos, Constructores de Obras y Anexos (SIAC) toriales que determinan y marcan la estruc-
fundaciones; Rosas, por su parte, no observó de la ciudad de Rosario, dirigida a los profe- tura urbana por encima de los intereses
una norma fija en la consideración de los eji- sionales de la edilicia en general, editada en colectivos. Luego, cuando el agrimensor Car-
dos de las poblaciones creadas durante su man- forma de periódico quincenal desde 1925 y los Dieulefait, secretario de redacción, renun-
dato. De allí en más la consideración del tér- en forma mensual a partir de julio de 1926 cia a su cargo, este perfil combativo ya no apa-
mino varió hasta convertirse a mediados del hasta enero de 1934. rece con tanta nitidez, lo cual también se explica
siglo XIX en una circunscripción territorial re- en los nuevos roles que los profesionales asu-
lativa a un punto o población determinada. La SIAC, creada en 1906 con fines gre- men en los organismos públicos de gestión.
Luego el término evolucionó hasta conside- miales y como aseguradora de accidentes de Simultáneamente al debate de mediados
rarse sinónimo de trazado urbano, cuadrícu- trabajo, había incursionado antes en un pro- de los veinte sobre la ciudad, sus problemas
la (v.) o trama, ya que, con el crecimiento de yecto editorial: Las Artes Edilicias, con formato funcionales y la necesidad de un plan urba-
las ciudades el ejido dejó de tener diferencias de periódico y salida semanal, durante los años nístico, la dirección de la revista centra sus ob-
morfológicas o funcionales con el resto de la 1908 y 1910. jetivos en “impedir la alteración de la integri-
estructura urbana. F. A. A excepción del año 1927, en que compar- dad estética y edilicia de la ciudad”. Se fija una
tió el público de la profesión con Arquitectura política de defensa del profesional como el úni-
Bibliografía: C. E. Pellegrini. “Ejidos de los pueblos”. (editada bajo la dirección de Ángel Guido, v.), co que por su formación puede llevar adelan-
En: Revista del Plata, segunda época, n.° 4, febrero el CR fue la única revista local sobre temas te la modernización edilicia y urbana.
de 1861; A. S. J. de Paula. “Planeamiento regional en de construcción y arquitectura. De ese modo, el CR se une al debate que
la legislación de Indias”. En: AA.VV. Documentos La revista se inicia bajo la dirección de un sostienen asociaciones vecinales y otras insti-
para una historia de la arquitectura argentina. Bs. constructor, Víctor Avalle; seis meses después tuciones profesionales, al destacar por un lado
As.: ed. Summa, 1984. pasa a manos del ingeniero industrial y estu- las demandas funcionales y técnicas de la ciu-
diante de arquitectura José V. Díaz Valentín. dad y, por otro, al publicar análisis compara-
En 1929 le sucede el reciente egresado de la Es- tivos con experiencias internacionales.
EL ARQUITECTO. Revista mensual de arquitec- cuela de Arquitectura local, Francisco Casa- Desde finales de 1926, el pronunciamiento por
tura, construcción y artes aplicadas, editada rrubia, quien, con una breve interrupción, con- la especificidad del arquitecto y del urbanista
en Buenos Aires entre 1919 y 1924. tinúa hasta mayo de 1932; fecha a partir de la es permanente, hasta que el Plan y la inserción
cual el arquitecto José Micheletti (v.), docente de los profesionales en las estructuras de ges-
La publicación fue dirigida por Ángel Croce ampliamente reivindicado y profesional exito- tión urbana sean un hecho. Los temas del ur-
Mugica y, a partir de 1921, por Francisco Squi- so del medio, dirige el CR hasta noviembre del banismo prácticamente desaparecen después
rru. Contó entre sus colaboradores a los más im- mismo año, reemplazado por el arquitecto Car- de este período hasta la visita, en noviembre de
portantes profesionales de la época, entre ellos: los Véscovo, hasta que la SIAC suspende la edi- 1931, de Werner Hegemann (v.), quien otorga
P. Hary (v.), D. Selva (v.), R. Karman (v.), M. Noel ción por razones de déficit económico y dis- al Plan de Rosario la legitimación necesaria a

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 25


los poderes públicos y a ciertos sectores de la y Gilardoni (noviembre del 1929), las prime- en Berlín (1932), etc.
sociedad. Hubo un consenso generalizado so- ras obras del estudio De Lorenzi, Otaola y Ro- No es secundario destacar también una se-
bre su actuación y sobre esta visión externa ca, el edificio de la compañía de seguros La rie de artículos sobre distintas experiencias en
de Nuestros Problemas Urbanos, conferencias Unión Gremial, de Gerbino, Schwarz y Ocam- la enseñanza de la arquitectura, en corres-
que el CR publicó enteramente. po (julio de 1931), y la producción de los ar- pondencia con las discusiones que se dan en
En cuanto a la publicación de obras y pro- quitectos más jóvenes. el ámbito académico.
yectos, hasta 1930 se restringe, salvo excep- Las obras y proyectos que se publican ya En mayo de 1932, cuando Francisco Casa-
ciones, a la producción rosarina. Esta sección no hablan de los estilos adoptados; el énfasis rrubia es designado jefe de Arquitectura del
se plantea como lugar de propaganda profe- se pone en los aspectos y leyes distributivas. Departamento de Obras Públicas Municipal,
sional y, en tal sentido, las obras publicadas no Las memorias que acompañan a las obras, más el arquitecto José Micheletti lo reemplaza in-
se eligen por las cualidades estéticas o las so- allá de los nuevos recursos decorativos que re- terinamente en la dirección del CR. Se inten-
luciones y técnicas adoptadas. emplazan a los sistemas estilísticos previos, sifica la divulgación de la arquitectura inter-
Conviven en una política de publicación comienzan a destacar los criterios de la com- nacional, que adquiere espacio dominante, y
inclusiva desde la casa de Durand (v.), con su posición arquitectónica, el despliegue técnico pasa a un plano secundario la publicación de
fachada Luis XVI, para el Dr. Carreras; las pri- y los argumentos proyectuales. Se abren las las obras rosarinas.
meras casas de Hernández, Larguía y Newton páginas de la revista a otros debates: los artí- Micheletti inaugura la dirección con el te-
(v.), para el Banco Edificador Rosarino; la Nue- culos sobre técnicas estructurales tradiciona- ma del rascacielos: Las fantásticas agujas de
va Estación del FCSF de Chanourdie y Mi- les desaparecen, ahora versan sobre las áre- acero en los EE.UU. y la publicación del Em-
cheletti (actual estación de ómnibus); las vi- as funcionales (el baño, pire State Building (1932). En los números si-
viendas proyectadas por “los constructores”; el living-room, la coci- guientes se repiten artículos y obras de Le Cor-
el conjunto de Guido, para el Dr. Fracassi, en na), el equipamiento de busier (Los 5 puntos sobre una nueva arquitectura;
su versión personal del Neocolonial arequi- la vivienda, la luz y la Arquitectura de la época maquinista y la pu-
peño; los ejercicios proyectuales sobre edifi- arquitectura, el confort blicación del Palacio de los Soviets), y artículos
cios de renta de la escuela; el conjunto de ca- del hogar. de S. Giedion (Los problemas actuales de la ar-
sas y departamentos de renta de S. Bertuzzi; No obstante la mul- quitectura). También continúan las reproduc-
los petit-hôtels con reelaboración o mezcla de tiplicidad temática que ciones aisladas de “obras modernas”.
estilos históricos y las voces en contra del uso se registra en relación Inmediatamente después de la constitución
y abuso de ellos (artículos de julio, agosto y se- con la profesionaliza- de la seccional Rosario de la SCA (1932), Car-
tiembre de 1928, de Ermete De Lorenzi (v.), re- ción en marcha, un te- los Véscovo, como nuevo director del CR, ha-
cién instalado en Rosario. Hacia finales de ma en particular asume ce explícita desde su primer editorial la pre-
1929 dejan de publicarse las obras historicis- u PORTADA DE LA REVISTA la capacidad de articu- tensión de provocar “una verdadera revolución”
tas, cuya desaparición de la práctica no se da EL CONSTRUCTOR ROSARINO. lar las cuestiones en en el campo cultural, mediante la considera-
sino hasta bastante más tarde; a la vez que co- juego: el tema de la ca- ción de la revista como un espacio de crítica
mienza a perfilarse un quiebre en los conte- sa y del edificio de renta se constituye en un que destaque “a los buenos cultores y critique
nidos de la revista. lugar concreto del cambio del sentido del pro- duramente a los que difaman la profesión, pa-
Junto a un programa de difusión de los prin- yecto. Su tratamiento en el CR se halla en co- ra eliminar de una vez por todas a los “mer-
cipios de las Arts Decoratives, ecos de la Expo- rrespondencia con la dinámica del desarrollo cantilistas” (1932). Aunque sus propósitos que-
sición parisina de 1925, la revista cambió su urbano y con la necesidad de crear objetos “que daron truncos con la desaparición de la revista
portada por una de clara inspiración Art Déco se vendan”, lo que informa sobre una actitud (1934), el objetivo de poner en valor determi-
(v.). En este sentido, no es secundario destacar nueva. En la publicación se registran discur- nadas obras por sobre otras se vio concretado
toda una serie de artículos sobre “una materia sos sobre un “estilo de optimización” del me- con el número especial dedicado a la produc-
tan importante en la carrera del arquitecto”: la nor costo y mayor beneficio, cuya fundamen- ción edilicia rosarina, donde aparecen obras
composición decorativa, donde los aspectos tación debe darse como lógica y racional, fijando de Hilarión Hernández Larguía y Newton, de
creativos, de elaboración y de síntesis modifi- principios, preceptos y normas que va sedi- Ángel Vanoli, de Gerbino (v.) y Schwarz y del
can el sentido del proyecto, fundamentalmen- mentando en una cultura pragmática, de la que propio Véscovo.
te en sus aspectos lingüísticos. dan cuenta los edificios construidos a partir de En 1937, la SIAC reincide en un proyecto
La divulgación de obras del ámbito inter- los cuarenta. editorial, con nombre y contenidos nuevos: Edi-
nacional se inicia hacia 1928, bajo el título Ar- Hacia 1930 aparecen por primera vez obras licia. El avance de las disputas acerca de las in-
quitectura Moderna o Decoración Moderna. extranjeras publicadas de manera completa: cumbencias ya no le permite sostener a “los
Este espacio se cubre primero con la produc- Teatro Civic Opera de Chicago, Residencia en constructores” que le dieron sentido a la re-
ción de los EE.UU., y solo más tarde con la de Banninh; artículos sobre arquitectura y tra- vista de la década del veinte; pero con Edilicia
los centros europeos. ducciones de revistas extranjeras (Estado ac- aún persiste la actitud conciliadora que la mis-
Persiste la divulgación de obras rosarinas, tual de la arquitectura holandesa de Siegfried ma composición societaria le exige. N. A.
con un énfasis en el tema del edificio de altu- Giedion; Mallet-Stevens y la arquitectura in-
ra. Se publican edificios que marcaron quie- terior de León Werth; Le Corbusier y la arqui- Bibliografía: Ernesto N. Yaquinto. Rosario: Comien-
bres en la producción local, tales como el edi- tectura contemporánea (1931); La arquitectu- zos de una Moderna Arquitectura. Rosario: Edi-
ficio de renta de Córdoba al 1400, de De Lorenzi ra moderna en Suecia; El cine de Mendelsohn ciones A&P.

26 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


elc ele
ELECTRICIDAD / ELECTRIFICACIÓN. La utili- Contrariamente al telégrafo, el alumbrado to monopolio General Electric. Solucionados
zación práctica de la energía eléctrica en di- público y doméstico tardó notablemente más los problemas económicos, la electricidad se ex-
versos órdenes de la vida cotidiana, cuyas ba- en resolver el problema básico para la comer- pandió sin cesar.
ses teóricas de producción ya estaban cialización del producto: la “subdivisión de la
sentadas a principios del siglo XIX, pero cu- luz” en unidades más pequeñas y asequibles, INTRODUCCIÓN DE LA ELECTRICIDAD EN EL PAÍS.
yas posibilidades concretas se abren en sus llevada a cabo finalmente por Edison y Swann. Para 1870, el debate respecto de la necesi-
últimas décadas, transformó sustancialmen- Pero a partir de entonces adquiere una expan- dad de la electricidad ya estaba planteado en
te el hábitat humano. Más allá de los prime- sión notable, aunque el gas compitió con ven- nuestro país. Se trataba de una tecnología nue-
ros y aislados intentos científicos o prácti- tajas hasta la primera década del siglo veinte. va, sin tradición a sus espaldas. Para Sarmiento,
cos (la relación entre electricidad y En cuanto a la invención de la dínamo (central por ejemplo, la electricidad era la Piedra Ro-
magnetismo que establece Gilbert, la relación para el desarrollo de la fuerza eléctrica), la em- setta en el aniquilamiento del mundo antiguo;
entre el rayo y la chispa eléctrica descubier- presa Siemens, que ya trabajaba en mejora- Franklin, el nuevo Prometeo que domina el
ta por Franklin), puede considerarse el año mientos del telégrafo y el cable eléctrico hacia fuego, oponiéndose a los celosos dioses; la vie-
de 1800 como el inicio de los estudios sis- mediados del siglo XIX, adoptó la idea del fun- ja cultura europea cae ante el Nuevo Mundo
temáticos en este campo, con el descubri- cionamiento regenerativo y fabricó dínamos ap- norteamericano, donde Edison ha encarado es-
miento de la corriente eléctrica y de la pila tas para la iluminación de grandes muelles, fe- ta revolución tecnológico-empresaria.
voltaica. Tres aspectos de la utilización prác- rrocarriles y calles (1866). Hacia 1870, Gramme En 1879, Sassemberg, representante de la
tica de la electricidad fueron inaugurados en descubrió un nuevo tipo de inducido, con lo compañía Edison, a solo un año de la cons-
forma sucesiva durante el siglo XIX: la comu- que construye el primer motor eléctrico. La fir- trucción de la lamparita eléctrica, ofreció la ilu-
nicación (el telégrafo, de la mano del ferro- ma Brush, que proveía a Edison de los mate- minación de todo el municipio de Buenos Ai-
carril, en la década del treinta), el alumbrado riales para sus experimentos de luz incandes- res. En el mismo año, Fabbri y Cahuceney
(resuelto en su aspecto de división de la ener- cente, desarrolló una dínamo que proporcionaba compraron el derecho de alumbrado eléctri-
gía –la lamparita eléctrica– en 1878) y la pro- corriente continua altamente estabilizada (la es- co a Edison para toda América del Sur; la ciu-
ducción de fuerza eléctrica. Los tres aspec- tabilidad del sistema era uno de los problemas dad de Córdoba aceptó una propuesta de alum-
tos resultan centrales en la nueva centrales por resolver), y creó así una opción brado eléctrico de Wells y Padilla, también
estructuración territorial y urbana, y en el cam- económica y competitiva. La firma Brush y la en representación de Edison; Rosario realizó
bio de las condiciones de vida. Edison se integraron posteriormente en el vas- simultáneamente pruebas tempranas, y en

u USINA DE LA COMPAÑÍA ÍTALO-ARGENTINA DE ELCTRICIDAD, EN PUERTO NUEVO, BUENOS AIRES.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 27


CATE era filial de la AEG: uno de los mono-
polios de mayor importancia en las nuevas con-
diciones mundiales de expansión imperialis-
ta, en la que la renovación técnica de algunos
países, como Alemania, desplazó el predomi-
nio inglés, que se mantuvo solo en función de
sus aceitadas redes comerciales. La CATE com-
pró y amplió una usina, propiedad de Rufino
Varela en las calles Paraguay y Reconquista.
Por entonces distintas empresas se disputaban
el alumbrado de la Capital: la Primitiva de Gas
y Luz Eléctrica; la River Plate; la Compañía Ge-
neral de Electricidad de Rufino Varela; la em-
presa tranviaria La Capital; y la misma muni-
cipalidad que pretendía convertirse en la
principal impulsora del servicio, y que por en-
tonces poseía usinas en Flores, Mataderos del
Sur, Belgrano y Palermo, puntas de lanza en
u USINA ELÉCTRICA EN LA BOCA, BUENOS AIRES, DE J. CHOGNA. la consolidación de estos nuevos barrios. Zo-
nas alejadas como San Fernando (cuya prime-
Montevideo se ensayó el sistema francés. parque Tres de Febrero. Se trataba de un em- ra usina pública tuvo origen en la dínamo de
Pero la ciudad de La Plata es la que concreta prendimiento modesto: 28 arcos voltaicos que los aserraderos de los hermanos Cúneo), Ba-
la penetración de la electricidad pública más iluminaban las avenidas Sarmiento y Buenos rracas al Sur y Quilmes (Compañía de Luz Eléc-
tempranamente. En 1884 inició la construc- Aires. Pero aun este pequeño ensayo desapa- trica Quilmes) poseían sus propias usinas li-
ción de la primera usina estable en el país, me- reció (presionado por la crisis) durante la in- gadas en estos casos a la incipiente industria
diante la firma de un contrato con W. R. Cas- tendencia de Seeber, en 1891. En 1894 la mu- allí localizada.
sels –representante de la Brush Electric nicipalidad porteña instaló una usina propia en Hacia 1903, cuando el alumbrado eléctrico
Company de Cleveland, EE.UU.–, que había Alsina entre Defensa y Balcarce, para iluminar ya se había extendido en la capital, puede no-
ofrecido previamente su proyecto a Buenos Ai- la Plaza y la Avenida de Mayo desde Bolívar has- tarse claramente la progresiva estrategia de con-
res, aunque sin éxito debido a la desconfianza ta Buen Orden. Lentamente el alumbrado eléc- centración: y es que más allá de las caracterís-
por la poca estabilidad del sistema. Lo cierto trico de la ciudad fue progresando: en 1897, ticas de la estructura económica del país, la
es que La Plata se convirtió así en la primera el ingeniero Abella realizó un viaje por EE.UU. multiplicidad de empresas que operaban en es-
ciudad de Sudamérica con alumbrado eléctri- y Europa con el fin de estudiar los distintos sis- te terreno técnico, aún poco consolidado, solo
co. La usina (una construcción de una man- temas utilizados, y expuso a su regreso un sis- daba como resultado una gran confusión de
zana, flanqueada por una torre eléctrica de tema de electrificación. secciones de cables, recorridos con pérdida
50 m, que respondía al modelo habitual en los Mientras el Municipio de Buenos Aires no de tensión, etc., en momentos en que todavía
Estados Unidos para la iluminación de los par- se decidía a incorporar la electricidad, ya exis- no estaban normalizadas internacionalmente
ques públicos) fue habilitada en enero de 1885. tían para 1895 16 centrales eléctricas en todo las formas de proveer energía eléctrica. Esta si-
En 1889, la compañía de Cassels se constitu- el país, con un total de 38000 HP: 7 en Capi- tuación no era particular de la Argentina, y pro-
yó como The River Plate Electricity Co. Ltda., tal, 5 en la Provincia de Buenos Aires (La Pla- movió en la segunda década del siglo los pri-
con sede en Londres, y aumentó su capacidad ta, Mercedes, San Nicolás, Santa Fe y Adro- meros comités internacionales de normalización
productiva. Córdoba también fue a la cabeza gué), 2 en la provincia de Santa Fe (Rosario y de los productos eléctricos, en una avanzada de
de la novedad tecnológica: inauguró la utiliza- Santa Fe), una en Tucumán y una en Cata- la estandarización respecto de otros materia-
ción de la corriente trifásica en el país en 1898, marca. El número de centrales fue en aumen- les. Por último, la nueva tecnología implicaba
con la central eléctrica de Casabamba, a 32 km to, pero no la cantidad de compañías en com- una capacidad técnica, ligada obviamente con
de la ciudad, provista con la fuerza motriz del petencia: la primera década del siglo vio el capital, que impedía en los casos de ciuda-
dique San Roque. desplegarse una concentración de capitales i- des grandes o polos industriales de enverga-
La ciudad de Buenos Aires, en cambio, no nédita en otras ramas industriales. dura la competencia de pequeñas empresas. La
parecía dispuesta a la modernización técnica Primitiva de Gas, la CATE y la Municipalidad
en este rubro. Por el contrario, ciudades pe- PRODUCCIÓN DE ELECTRICIDAD: entablaron así una lucha por el predominio: se
queñas como Bragado (1907), Mercedes (1891) LA CONCENTRACIÓN MONOPÓLICA. jugó aquí la idea de control público de estos ser-
y Bahía Blanca (1897) instalaron sus primeras La CATE (Compañía Alemana Transatlán- vicios, por un lado, y de conveniencia de la mo-
luces eléctricas casi simultáneamente con la Ca- tica de Electricidad) entró en el país en 1898. nopolización, por otro. Triunfó la CATE, y con
pital. Recién en 1887 se retomaron los intentos A partir de su progresiva estrategia de centra- ello el otorgamiento a grandes capitales priva-
de electrificación del municipio de la Capital, y lización y monopolización de los servicios del dos de este servicio, aunque la opinión públi-
fue Rufino Varela quien construyó la primera área de Buenos Aires, el relativo atraso de la ca (desde el diario oficial La Nación hasta el opo-
usina eléctrica central para la iluminación del ciudad se vería rápidamente compensado. La sitor La Prensa) fue adversa a estas medidas.

28 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ele ele
En 1907, la CATE inició la construcción de la embargo, los capitales eran mixtos (princi- sivos con los monopolios eléctricos motivaron
gran usina del Dock Sud, con lo que culminó palmente alemanes, suizos y belgas). El paso denuncias sistemáticas e investigaciones que
su estrategia de concentración y consolidó la triunfal de ambos monopolios culminó en la culminaron con un famoso informe de la Co-
nueva etapa. La CATE extendió las redes eléc- construcción de sendas usinas, esta vez en el misión Investigadora oficial, en 1940, en don-
tricas desde el casco primitivo hacia Villa Ur- área norte de la ciudad, en consonancia con el de se detallan los negociados de las compañí-
quiza, Devoto, Saavedra y Belgrano; iluminó desarrollo previsto para el área en el plan de as en la década del treinta.
completa la avenida Rivadavia, la avenida Las 1925. El gran final de las superusinas hacia fi-
Heras desde Callao a Plaza Italia, varias calles nes del veinte (CHADE, sucesora de la CATE, USOS DE LA ELECTRICIDAD EN EL
de la Boca y Barracas. La ubicación de la usina en 1926; CIAE, en 1929) completó esta ope- PERÍODO DE SU DIFUSIÓN.
en el Dock Sud estuvo directamente ligada, ade- ración productivo-cultural de envergadura y co- Hasta la década del veinte, el mayor con-
más, a la localización industrial, y sin duda pue- herencia inusuales entre las operaciones in- sumo de electricidad se concentraba aún en el
de leerse como una especie de pacto conjunto dustriales argentinas. Ellas representaron el transporte y la iluminación. La telegrafía se ha-
entre los capitales ingleses responsables de la límite de la producción monopólica, concen- bía extendido considerablemente, de la mano
construcción del Dock y los capitales alemanes, trada y basada en el consumo de combustibles del ferrocarril: la Siemens-Halske, otro de los
que delimitaban áreas de dominio: las compa- tradicionales. De allí en adelante, la amplia- grandes consorcios internacionales como la
ñías de tranvías eléctricos quedaron en manos ción de nuevas centrales de este tipo se reser- AEG, trabajaba en nuestro país en el rubro
inglesas. Recordemos que por entonces The vó al espacio exclusivamente técnico de la in- de la llamada “corriente débil” desde su insta-
River Plate Electricity Co. actuaba en la Pro- geniería eléctrica, sin voluntad representativa, lación local en 1909: telefonía, telegrafía, ra-
vincia e irradiaba su influencia desde la ciudad pero sobre todo se trabajó posteriormente con diofonía. Proveía principalmente a la CIT (que
deLa Plata. Para 1908, el municipio apenas las formas sustitutivas de las calderas en la hi- explotaba los servicios en el área del Litoral y
mantenía las usinas de los barrios de Palermo, droenergía y luego con la energía nuclear. Paraguay), a las Cías. Telegráfico-Telefónicas
Nuevos Mataderos y Villa Urquiza, que se irí- La producción monopólica estaba en parte del Plata y Nacional (servicio interurbano y te-
an cerrando o transfiriendo progresivamente. extendida en las principales ciudades del inte- legráfico en Capital, Montevideo, Santa Fe, Ro-
En la segunda década del siglo existían ya rior del país. Mauro Herlitzka, representante sario, por un lado, y el servicio urbano, Cam-
en el país varias centrales de importancia. En de la CATE en 1897, constituyó en 1910 una so- pana y Zárate) y la Cía. Argentina de Teléfonos
Córdoba, la Central Lucio V. López en Río Car- ciedad para comprar usinas y operar en accio- (La Pampa y norte de la República).
carañá (de 550 kw, 1910) y la central de La Ca- nes de empresas de servicios públicos de elec- En cuanto al transporte eléctrico, la primera
lera (3650 kw, 1911); en Tucumán (Lules, 1912), tricidad en el interior del país. En 1927, la propuesta de coches eléctricos en las lineas
conectada con la ciudad, que servía también sociedad de Herlitzka era propietaria de trein- tranviarias de Buenos Aires se verificó a me-
a la producción azucarera. En 1916 se inauguró ta usinas cuando transfirió las acciones a la Ame- diados de 1890. Tres compañías ya utilizaban
la central de Cacheuta en Mendoza (5600 kw rican and Foreign Co. del grupo Electric Bond la electricidad en tramos cortos en 1896, y al
y línea de alta tensión). Pero, para ponderar el & Share (vinculados con la banca Morgan). Es- año siguiente se había consolidado la línea elec-
significado del establecimiento de la gran usi- tos formaron el grupo ANSEC, que hacia 1934 trificada hacia Belgrano y el tramo Retiro-Pla-
na inaugurada en 1910 en Buenos Aires, es ne- trustificó 172 ciudades y pueblos argentinos. En za de Mayo. La electrificación prometía acabar
cesario recordar que preveía una capacidad de la Provincia de Buenos Aires, en la década del con la lentitud y las altas tarifas de los servicios
100 000 kw, dieciocho veces la producción de veinte, la CHADE (ex CATE) adquirió la Com- de tracción a sangre y, como bien analiza Sco-
la mayor central del interior del país. En Bue- pañía de Electricidad de la Provincia de Buenos bie, el crecimiento de los barrios periféricos
nos Aires, por otro lado, se ha saltado de los Aires (de capitales ingleses). La Sociedad de está íntimamente ligado a la electrificación de
32. 580 kw –lo que sumaban las usinas dis- Electricidad del Rosario intervenía paralelamente tranvías y ferrocarriles (v. Subterráneo).
persas por la ciudad, de propiedad de la mis- en la Provincia de Santa Fe. Con la iluminación eléctrica, el paisaje ur-
ma compañía– a 100.000 kw. En otras localidades del interior, sin em- bano se transformó radicalmente (v. Alumbrado).
Con la inauguración de la CATE en 1910, bargo, la solución monopólica fue resistida. La iluminación de la ciudad, en general, des-
se selló también definitivamente, para la Ca- Una cantidad de pequeñas usinas en manos de las primeras propuestas de Vértiz a fines
pital, la discusión entre municipalización de de propietarios privados continuaron largo del XVIII, se ligó para las autoridades con un
los servicios o privatización de los mismos. Pe- tiempo en funciones, y hacia fines de 1920 problema de control de la población. No debe
ro continuó preocupando a la opinión pública se difundió la solución mixta de las usinas en extrañar, entonces, que el alumbrado eléctri-
la cuestión de la monopolización. Con el fin propiedad cooperativa y municipal. En 1927 se co se haya impuesto muchas veces en zonas
de establecer una supuesta competencia que formó la primera cooperativa eléctrica en Pun- marginales de las ciudades, como las orillas
acaba no siendo tal, apareció la Ítalo en 1912, ta Alta, y el número fue aumentando incesan- del Riachuelo o los Corrales de Abasto en Par-
que construyó en 1913 la usina Pedro de Men- temente. En 1941 se fundó la FACE (Federa- que Patricios, en forma casi simultánea con
doza. La Ítalo intentó diferenciarse de la CA- ción Argentina de Cooperativas Eléctricas). En la zona céntrica.
TE por una multiplicidad de estrategias: pre- 1950 funcionaban 119 cooperativas en todo el Los tipos de iluminación pública implica-
sentada como producto de capitales italianos, país. Pero las llamadas “usinas populares” fue- ron distintas formas de ver y mostrar la ciudad
sus usinas, uniformizadas bajo un mismo len- ron constantemente saboteadas por los gran- nocturna: desde la misma posibilidad de per-
guaje tardomedieval italiano, remarcaban es- des monopolios, y pasaron lentamente a ma- cibirla, cambiando el ritmo natural del mun-
ta procedencia en un país en el que la inmi- nos de los cinco consorcios que explotaban la do, hasta las distintas calidades que los tipos
gración italiana poseía suma importancia. Sin energía eléctrica en el país. Escándalos suce- de luces que desfilaron en el siglo diecinueve

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 29


impusieron a los objetos. La luz eléctrica im- riódicos de entonces da cuenta de la utopía que portancia que tenía a principios de siglo, re-
pactaba a los contemporáneos como dura y fría; subyacía al uso industrial de la electricidad: emplazada por tracción a petróleo. La CADE
los distintos sistemas, aun dentro del aprove- la posibilidad de modificar una estructura pro- (la antigua CATE, CHADE después de la Pri-
chamiento de la energía eléctrica (Jablocof, Edi- ductiva basada en pocas e inmensas fábricas mera Guerra Mundial y CADE tras su nacio-
son, etc.), implicaban otros tantos colores (azu- monopólicas, las únicas en condiciones de efec- nalización) aumentó su potencia casi 9 veces.
lados, rosados, amarillos y blancos) que la tuar la inversión inicial que requería la ma- Sin embargo, no se debe pensar en una dis-
novedad del tema permitía percibir. quinaria a vapor. La distribución de electrici- tribución pareja en todo el país, especialmen-
También la vida privada sufrió transforma- dad, por el contrario, preveía la posibilidad te en el consumo doméstico. En 1945, 1.600
ciones: se produjeron cambios sustanciales en de adquisición de la energía en cualquier pun- poblaciones con más de 2.000 habitantes aún
los estándares lumínicos (más uniforme y es- to con inversiones modestas. Sin embargo, ha- carecían de servicios eléctricos. El 45% de la
tridente en el uso de la electricidad que en la cia 1910, aunque el consumo de electricidad potencia estaba instalada en el Gran Buenos
iluminación a gas). Las primeras lámparas in- por los pequeños talleres había aumentado no- Aires, que consumía el 65% del total argenti-
candescentes eran de muy baja intensidad (16 tablemente, no hay indicios de una reversión no en materia de producción de electricidad,
W). El consumo domestico-privado aumentó de la estructura económica ya consolidada, que en coincidencia con el desarrollo industrial.
lentamente, a diferencia de la iluminación pú- obviamente pasaba por otras variables que la A fines de los cuarenta se abrió una nue-
blica: en 1914, el consumo de electricidad en pura posibilidad técnica. De todas maneras, el va etapa que estuvo signada por los cambios
los suburbios porteños sólo representaba el 8% abaratamiento de la corriente eléctrica poste- en el tipo de producción de la energía eléctri-
de la facturación de kw vendidos por la CATE. rior a 1910 y la difusión de los motores diésel ca y por las preocupaciones regionales, en vin-
La transformación que implicó el uso de la colaboraron con la electrificación de la peque- culación con las nuevas promociones de loca-
electricidad en el interior de la vivienda no se ña industria, que logró un relativo desarrollo. lización industrial. La fusión de la Dirección
manifestó únicamente en la iluminación. Des- El impacto de la electricidad en el ámbito in- General de Irrigación con Centrales Eléctricas
de la primera década del siglo se registró una dustrial fue grande. En primer lugar, permitió del Estado (CADE) indica el cambio de orien-
electrificación progresiva de los artefactos do- una racionalización del proceso productivo, tación en el tipo de producción y los lugares de
mésticos: aspiradoras, ventiladores, molinillos tendiente a la automatización del trabajo. La generación de la energía eléctrica. La energía
de café, secadores de pelo, fonógrafo y vitrola, iluminación del ámbito de trabajo no fue una hidroeléctrica tuvo su primera manifestación
hervidoras, lavadoras, maquinas de coser y has- consecuencia menor, ya que indujo la inten- significativa en el país en la década del trein-
ta masajeadores movidos por la electricidad. sificación de la producción al permitir el tra- ta. Hasta 1950, la producción hidroeléctrica se
Todavía los objetos eléctricos no habían en- bajo nocturno y crear posibilidades de ilumi- incrementó lentamente para duplicarse en los
contrado su forma definitiva, que puede re- nación en ámbitos que no habían sido creados años que van entre 1952 y 1955, aunque solo
conocerse como actual recién en la década del para fines productivos. La incorporación del cubría poco más del 0,5% del consumo total
veinte. Los objetos tardaron en integrarse al motor eléctrico (inventado por Tesla en 1888, de energía en el país. No era una novedad téc-
mobiliario, y también en introducirse en el para la Westinghouse) permitió que las má- nica: las primeras usinas hidroeléctricas se ins-
mundo popular y en las capas medias. La in- quinas no se colocaran exclusivamente a lo la- talaron en 1896 (Zonda y Londres en la pro-
troducción de la electricidad originó también go del árbol de transmisión energética, como vincia de San Juan). Entre 1896 y 1916 apenas
cambios tipológicos, sobre todo en la vivienda: ocurría con el vapor, hecho que conllevó una se habían instalado diez centrales de este tipo,
por ejemplo, la posibilidad de integración de mayor flexibilidad espacial. Los ritmos de ca- la mayoría en manos privadas. Otras veinte fue-
la cocina al resto de la casa al pasar del carbón da máquina podían adecuarse a su función. ron instaladas en la década del veinte y del trein-
a la electricidad (luego desplazada por el gas). ta, siendo la más importante la de Fitz-Simon
Aunque ya para principios de siglo se era NUEVAS FUENTES Y NUEVOS USOS DE LA en Río Tercero, Córdoba, inaugurada a fines
consciente de la importancia de la electrifica- ELECTRICIDAD: LA PLANIFICACIÓN TERRITORIAL del período. En la década del cincuenta se ha-
ción en el área productiva, hubo que esperar a EN FUNCIÓN DE LA PRODUCCIÓN INDUSTRIAL. bilitaron 31 centrales hidroeléctricas, cuya en-
la década del veinte para estimar sus logros Gradualmente el tema industrial fue de- vergadura es incomparable con las obras rea-
más visibles; y ya en el treinta la importancia terminando las transformaciones en las for- lizadas antes, entre las que puede citarse El
del consumo industrial de electricidad despla- mas de producción, distribución y consumo de Nihuil en el río Atuel, Mendoza, con 74.240
zó cuantitativamente los otros usos. la electricidad. Hacia 1935, el consumo de ener- kw, Los Molinos en Córdoba, con 54.000 kw
Aunque hay indicios puntuales de la apli- gía eléctrica se repartía un 26% en residencial y otras cinco centrales en el interior del país
cación de electricidad en las fábricas argenti- y comercial, un 50% industrial, un 7% alum- con capacidad mayor a 10.000 kw.
nas, a partir de generadores propios, solo a par- brado público y un 17% tracción y otros usos: La ley 15.336, dictada a principios de la dé-
tir de los inicios del siglo comenzó a verificarse se verifica así la importancia que había adqui- cada del sesenta, consolidó esta tendencia. Es-
un aumento en el consumo eléctrico indus- rido la electricidad en el desarrollo industrial, tablecía funciones para Agua y Energía de pro-
trial. Las características de esta introducción en consonancia con los cambios en la estruc- ducir y transmitir energía eléctrica dentro del
van a la par del tipo de industria que se des- tura productiva del país. Esta relación se acen- ámbito nacional, formando sistemas eléctricos
arrolló en Buenos Aires: una cantidad de ta- tuó hacia 1950: los usos residencial, comercial regionales con centrales hidroeléctricas, ter-
lleres pequeños diseminados por la ciudad que e industrial aumentaron y disminuyó la pro- moeléctricas, línea de transmisión y estacio-
solamente a través de la compra de la energía porción del alumbrado público (3%); el con- nes transformadoras propias primarias, que
eléctrica podían aumentar su consumo ener- sumo general verificó un crecimiento de más conectadas formarían la Red Nacional de In-
gético. Un amplio debate registrado por los pe- de 2,5 veces. La tracción eléctrica perdió la im- terconexión. Los principales sistemas eléctri-

30 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ele ele
de navegación, extensa red de transmisión eléc-
trica y riego. Resulta significativo del nuevo es-
tado de cosas que esta intervención no con-
cluyera en la resolución técnico-funcional, sino
que se haya convocado a un estudio de arqui-
tectura prestigioso (v. Álvarez, M. R.) como con-
sultores encargados de la reestructuración del
paisaje: el objetivo, como los propios proyec-
tistas comentan, fue mantener la unidad de la
intervención a través de un lenguaje formal ca-
lificado “integrando las necesidades técnicas
funcionales al diseño arquitectónico”. La as-
piración de controlar el impacto irreversible
sobre la naturaleza de estas grandes obras de
ingeniería estuvo presente, entonces, en el mis-
mo espíritu del proyecto. El estudio debió en-
cargarse de la planificación de los accesos a
la presa y a la ruta internacional, junto con “su
tratamiento paisajístico y su integración al pai-
saje natural”; del proyecto de las playas de ac-
ceso, del diseño arquitectónico exterior de la
presa y del conjunto de edificios administrati-
vos y de mantenimiento, locales de aduana,
u VISTA DEL INTERIOR DE UNA USINA DE ELECTRICIDAD. etc. Se trató, en suma, como los mismos pro-
yectistas lo reconocen, del “modelado exterior”
cos regionales eran 9: Alto Valle (Río Negro- orillas del río Mendoza (120.000 kw, insta- del complejo artefacto tecnológico del que la
Neuquén); Provincia de Buenos Aires Sud; Pro- lada en 1970), transferida al sistema Cuyo por comisión técnica mixta uruguayo-argentina fue
vincia de Buenos Aires Norte; Gran Buenos dos líneas de alta tensión a las estaciones trans- responsable junto con Main y Asociados (con-
Aires-Litoral (que incluía la Capital Federal y formadoras San Martín y Cruz de Piedra; El sultores) y IATASA por la construcción. La
el industrializado eje fluvial); Córdoba; Cuyo; Nihuil n.° 2, inaugurada a fines de 1960; el planta de la obra revela este afán de claridad
Tucumán; Salta-Jujuy y Noroeste. Las previ- aprovechamiento del río Futaleufú en el NO funcional (zonas diferenciadas y ordenadas),
siones de la CONADE para la década del se- de Chubut, encarada a partir de un decreto de pero sobre todo la aspiración de conjurar el
tenta, en este marco, se proponían desplazar julio de 1969, para la creación de una central desorden ecológico que la presa establecería.
la preponderancia histórica del petróleo y sus hidroeléctrica con capacidad de 440 mega- El impacto de estas grandes intervenciones en
derivados en la estructura energética del pa- vatios. La energía generada en Futaleufú de- la estructuración territorial es demasiado re-
ís, agregando a los recursos hídricos la provi- bía transportarse a Puerto Madryn para la fa- ciente, sin embargo, para posibilitar un aná-
sión de energía nuclear (la central de Atucha, bricación de aluminio (la planta de ALUAR, lisis histórico. G.S.
que debería entrar en funcionamiento en 1972). conectada a la central por medio de una línea
En esta dirección se llevaron a cabo diversos de 550 km que atraviesa la Patagonia). Otras Bibliografía: G. Niebuhr. Las centrales eléctricas pú-
emprendimientos, de los que serían protago- dos obras de esta envergadura en la misma blicas en la república Argentina. Bs. As, 1922; Ge-
nistas no ya Buenos Aires y sus alrededores, época son el complejo Chocón-Cerros Colo- neral Electric Co. El día de la electricidad. Folle-
sino zonas muchas veces aisladas y deprimi- rados (en relación con un plan de desarrollo to editado en el 50 aniversario de la lámpara
das del país. Pero debe quedar claro que, más de las cuencas del Limay y del Neuquén) y la incandescente. Bs. As., 1928; CHADE. “Resumen so-
allá del relativo progreso regional que la im- represa de Salto Grande. bre el desarrollo de la Electricidad en Buenos Ai-
plantación de grandes centrales hidroeléctri- El Chocón entra en vías de realización a par- res y el estado de las instalaciones al finalizar 1927”.
cas causó en las áreas colindantes, la mayor tir de la constitución en 1967 de la empresa es- Bs. As, 1928 (folleto); J. Del Río. Cooperativas de
parte se proponía como consumo para el eje tatal Hidroeléctrica Norpatagónica (HIDRO- electricidad y usinas populares. Bs. As., 1940; V. Sol-
hegemónico del Río de la Plata. NOR). Se trata del aprovechamiento del río dani. La historia de la energía eléctrica en la Ar-
En esta etapa, los emprendimientos de ma- Limay y es la mayor presa de tierra del país, con gentina. Rosario, 1943; R. E. Vergara. Historia del
yor impacto se vincularon con las centrales hi- una potencia instalada de 1.200.000 kw. alumbrado en la ciudad de Buenos Aires. Bs. As, 1946;
droeléctricas. El programa estaba en íntima Salto Grande (1973) es una de las inter- S. Bernal. Ciencia e industria en el siglo XIX. Bar-
relación con el desarrollo de presas de regu- venciones que reviste mayor interés en lo que celona, 1973; T. K. Derry y T. I. Williams. Historia de
lación de los ríos, embalses y riego: la capa- concierne al estudio del impacto territorial de la tecnología. Madrid, 1977; L. Mumford. Técnica y
cidad de embalse, en efecto, aumenta tres ve- estas grandes obras ingenieriles. Se trata del civilización. Madrid. Alianza, 1977; Colección Re-
ces en estos años con respecto a la década aprovechamiento del salto grande del río Uru- vista de Ingeniería; J. Liernur y G. Silvestri. “El tor-
anterior. Como ejemplos de grandes inter- guay, un complejo con diques de embalse, sa- bellino de la electrificación: Buenos Aires, 1880-
venciones pueden citarse Luján de Cuyo, a las las de máquinas, puente internacional, canal 1930”. En: El umbral de la Metrópolis. Bs. As, 1994.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 31


Martín Rodríguez expidió un decreto por el presentantes de la utopía racional-tecnológi-
que se decidía cederlas en enfiteusis. A pesar ca. Este modelo perduró en nuestro medio
de la imprecisión en lo concerniente a las di- hasta el ingreso de las ideas académicas de
mensiones de los terrenos y los montos de los las escuelas Beaux Arts. En la segunda mitad
alquileres que debía percibir el Estado, en ese del siglo XIX, la enseñanza de la arquitectu-
mismo año se hicieron las primeras concesio- ra dependió del área de las Ciencias Exac-
nes, bajo ese régimen. tas y Naturales. A partir de la extensión del
En 1826, durante la presidencia de Ber- primer título de arquitecto en 1874 y la cre-
nardino Rivadavia, el Congreso Nacional apro- ación de la Escuela de Arquitectura (1901),
bó la ley definitiva de Enfiteusis, que estable- la carrera fue constituyendo un perfil propio,
cía que las tierras serían arrendadas por veinte hasta que a mediados del siglo XX comen-
años con una renta del 8% anual del valor de zaron a surgir facultades de arquitectura au-
u CASA PARTICULAR DE EDUARDO ELLIS. la tierra, si eran destinadas a la ganadería, y del tónomas. La carrera de arquitectura se dicta
4%, si eran para la agricultura. En la ley no actualmente en 11 universidades nacionales
ELLIS, EDUARDO. Montevideo (Uruguay), 1925. se especificaban límites a las extensiones de y 11 universidades privadas, reunida con otras
Arquitecto. Representante de la corriente de las tierras por arrendar. carreras del área del diseño y la urbanística.
las casas blancas (v.). Activo durante la se- En 1827, ya más de 1000 leguas cuadradas Desde 1995, se han diversificado las espe-
gunda mitad del siglo XX en Buenos Aires. del Estado habían sido arrendadas por sola- cialidades ligadas a la disciplina, al multipli-
mente 161 individuos; se consolidó así la con- carse la oferta de estudios de posgrado.
Egresado en 1951 de la FAU-UBA, Eduar- centración de las mejores tierras de la cam-
do Ellis, realizó estudios de posgrado en el MIT paña en extensos latifundios. C. G. G. PRIMERA PARTE. SIGLO XIX.
de los EE.UU. y en la École Pratique des Hau- Durante el proceso de la Revolución Fran-
tes Etudes, Universidad de la Sorbona, París. cesa se produjeron en Europa cambios im-
Entre 1956 y 1973 fue profesor de Composi- ENSEÑANZA DE ARQUITECTURA. La proble- portantes en la enseñanza de las artes, la ar-
ción Arquitectónica en la FAU-UBA. Ha ac- mática de la enseñanza de la arquitectura in- quitectura y las ciencias de la construcción. En
tuado como consultor de la OEA y otros orga- gresó a nuestro país en el clima del debate su mayoría, las academias de arte se refor-
nismos internacionales. Obtuvo numerosos ilustrado. Anteriormente no existieron en el maron y sus planes de estudio fueron orien-
premios y menciones en concursos naciona- Río de la Plata propuestas de estudios for- tados al apoyo de la industria a través de las ar-
les de anteproyectos y ha trabajado en socie- males en las técnicas y artes de la construc- tes aplicadas: imprenta, tejido, papeles pintados,
dad con C. Caveri (v.) y H. Berretta (v.). ción. Durante el siglo XIX la formación de pro- técnicas decorativas, etc.
Sus obras más importantes, dentro de la co- fesionales de la arquitectura y las ciencias Con la apertura en 1794 de la École Poly-
rriente de las casas blancas (v.), son: la casa Ur- constructivas estuvo fuertemente vinculada al technique francesa (en un principio École des
tizberea en San Isidro (1956), la Iglesia de Fá- perfil de profesional técnico, definido por la Travaux Publiques), se inició una nueva línea
tima en Martínez (1959), realizadas junto con figura del ingeniero y las ciencias exactas, re- de profesionales formados especialmente pa-
Caveri, y la casa Ellis en Pacheco (1959), todas
ellas en la Prov. de Buenos Aires. Si bien en
la primera de las casas todavía hay reminis-
cencias del Brutalismo (v.) corbusierano, en la
Iglesia de Fátima y en su propia casa existe una
referencia directa al pasado colonial argentino.

Bibliografía: “Las casas blancas: el tiempo reencon-


trado”. En: summa, n.° 231, 1986.

ENFITEUSIS. f. Arrendamiento. Régimen de al-


quiler de la tierra a perpetuidad o a largo plazo.

El 3 de noviembre de 1821, la Junta de Re-


presentantes de Buenos Aires aprobó una ley
por la cual se resolvió garantizar la deuda del
Estado, mediante la colocación bajo hipoteca
de las propiedades muebles e inmuebles de la
Provincia. Por lo tanto, la venta y la libre trans-
ferencia de las mismas se hicieron imposibles.
Para obtener alguna renta de esas tierras
públicas inmovilizadas, en 1822 el gobierno de u PROYECTO DESARROLLADO EN 1944 POR UN ALUMNO DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNBA, PROF. RENÉ KARMAN.

32 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ell ens
ra la construcción de las obras y edificios pú- Sin embargo, la instalación de ambas consti- lizada (Monge, Lacroix, Hachette, Durand).
blicos —juzgados, hospitales, prisiones, ins- tuyó el primero de una serie de intentos que La escuela de Senillosa se pensaba como
titutos de caridad, regularización de ciudades, realizaron intelectuales y artistas —argentinos un eslabón previo a la futura creación del Ins-
apertura de calles, etc. En rigor, se trataba de y europeos— para que el gobierno tomara con- tituto Superior, que no llegó a concretarse. Sin
una escuela con normas militares. La forma- ciencia de la necesidad de sistematizar la en- embargo, logró formar ingenieros militares,
ción consistía en cursos con promoción por señanza pública del dibujo y las matemáticas, agrimensores y topógrafos que luego tuvieron
exámenes y duraba dos años, al cabo de los desde esta perspectiva de apoyo a la industria. actuación en organismos oficiales (v. Ingeniería).
cuales los diplomados se incorporaban a la ad- Mientras tanto, en 1807, asume como rec- Por iniciativa del Padre Fray Francisco Cas-
ministración pública, al consejo de Bâtiments tor de la Universidad de Córdoba (fundada en tañeda, guardián de la Recoleta, en 1815 se re-
Civils o bien podían ingresar al circuito esta- 1613) el deán Dr. Gregorio Funes, quien en ese abrió con un programa elemental la Escuela
tal de escuelas de ingeniería, luego de apro- mismo año creó una cátedra de Matemáticas de Dibujo. Castañeda fue desplazado en 1817
bar un exigente examen. (álgebra, aritmética y geometría). por el suizo José Guth, quien mejoró el nivel
El sistema de profesionalización francés, A pocos meses de la Revolución de Mayo se al reunir figuras como Pierre Benoit (v.) y Prós-
que sirvió de base a muchos sistemas educa- abrió en Buenos Aires la Escuela de Matemá- pero Catelín (v.) como examinadores.
tivos europeos y latinoamericanos, se comple- ticas, dirigida por el teniente coronel Felipe Sen- Con la creación en 1821 de la Universidad
taba con el Institut de France (1795) —dedi- tenach, con el propósito de constituir una es- de Buenos Aires por el gobierno provincial, tu-
cado a promover la investigación científica— cuela militar, aunque en realidad se destinó vo lugar la primera concentración de la ense-
y la École de Beaux-Arts, que formaba arqui- exclusivamente a la enseñanza de las matemá- ñanza, aunque no fue posible desde el co-
tectos preocupados por los problemas del len- ticas. Contando como protectores a Belgrano y mienzo garantizar un buen nivel científico.
guaje en términos estéticos. El sistema de en- Para dar cumplimiento a ciertas funciones so-
señanza era sustancialmente diferente del ciales que el progreso de la ciudad hacía ine-
ingenieril, pues apuntaba a la formación del ludibles, se incorporaron los establecimientos
profesional liberal. Los alumnos trabajaban en ya existentes: la escuela de matemáticas, la
talleres con maestros y promovían las materias de dibujo, las cátedras de pilotaje, elementos
por concurso. Una vez recibidos, se dedicaban de comercio, francés e inglés.
a proyectar principalmente edificios públicos, El primer director del Departamento de
participando en concursos o realizando en- Ciencias Exactas fue Felipe Senillosa, quien si-
cargos particulares. guió al frente de las cátedras de Matemáticas
Por iniciativa del entonces Secretario del y Geometría Descriptiva. José Guth se hizo car-
Consulado, Manuel Belgrano, en 1799 se abrie- go de Dibujo al Natural hasta 1828, sustituido
ron en Buenos Aires la Escuela de Náutica y la por concurso por Pablo Caccianiga (v.) hasta
primera Escuela de Dibujo. La propuesta se in- 1835. Avelino Díaz, dentro del Departamento
sertaba dentro de la corriente innovadora de Preparatorio, fue titular de Ciencias Físico-ma-
los criterios de enseñanza metódica de las cien- u PROYECTO PARA UN HALL, ESCUELA DE ARQUITECTURA. temáticas, y sucedió en 1830 a Senillosa en las
cias y de las artes, que vinculaban a fines del cátedras. Guth y Caccianiga hicieron débiles
siglo XVIII la actividad teórica y la práctica, te- a Mariano Moreno, fue cerrada en 1812 por mo- intentos por incluir las ideas Beaux-Arts en la
niendo como elemento mediador a la técni- tivos políticos. En 1813 se reorganizó, aunque currícula, pero se limitaron al plano de las ar-
ca. La demanda creciente en la región permi- con dificultades, la Escuela de Náutica, con una tes plásticas, dejando como saldo la inclusión
tía crear nuevos centros docentes destinados a nueva y corta gestión de Cerviño, seguida por de Dibujo al Natural, de Dibujo Figurativo y
satisfacer —y en algún caso a anticipar— las la del Sargento Mayor Manuel Herrera. Esta es- del Curso de Topografía (separado del de Ge-
técnicas nacientes en el Río de la Plata (Hal- cuela se reunió en 1816 con la Academia de Ma- ometría). Estas reformas recibieron críticas, en
perín Donghi, 1962). La propuesta de Belgra- temáticas y Arte Militar creada por el Estado, particular de Avelino Díaz, que encontraba la
no se enmarca en el tipo de las academias y es- cuyo decreto fundante consideraba el estudio orientación de las asignaturas de dibujo de po-
cuelas técnicas europeas del 1800, vinculadas de las matemáticas. Felipe Senillosa (v.) fue de- ca conveniencia práctica.
directamente a la producción industrial, agrí- signado director; y uno de sus principales dis- De este primer Departamento de Ciencias
cola y comercial. cípulos y colaboradores fue Avelino Díaz. El Exactas se reconoce un perfil esencialmente
El escultor español Juan Antonio Gaspar curso duraba dos años. En el primero se ense- politécnico en la formación de ingenieros, in-
Hernández —por sugerencia de Belgrano— ñaban elementos de aritmética, álgebra, geo- genieros-arquitectos, agrimensores y topógra-
dirigió la Escuela de Dibujo. En la Escuela de metría, geometría descriptiva y trigonometría fos. Para obtener el título de agrimensor, pre-
Náutica, la dirección se concursó; ganó la opo- con sus aplicaciones al modo de levantar pla- vio al de ingeniero, los alumnos debían hacer
sición Pedro Antonio Cerviño (v.), ingeniero de- nos y a la nivelación. En el segundo se daban prácticas de mensuras, relevamientos y levan-
dicado a la demarcación de límites con Brasil, principios de cálculo diferencial e integral, de tamiento de planos en el Departamento Topo-
y se dictaron cursos de aritmética, álgebra, tri- economía, astronomía y navegación. El pro- gráfico, ante los profesionales técnicos que allí
gonometría, cosmografía, geometría, geogra- grama era similar al de la École Polytechni- se desempeñaban. De esta manera se lograba
fía e hidrografía. que francesa, con cuyas características coinci- una vinculación directa entre la formación y la
La presión de la Corona española hizo que día, tanto en la duración como en la edad de incorporación a los cuerpos técnicos estatales
estas escuelas dejaran de funcionar hacia 1805. admisión (de 15 a 20 años) y la bibliografía uti- de los egresados (v. Departamento Topográfico). Esta

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 33


modalidad imprimió un sesgo empírico y fuer- École Polytechnique francesa y el posterior sis- mo la de Matemáticas en 1874, que compren-
temente pragmático en el perfil profesional que tema Beaux-Arts. día los títulos de doctor en matemáticas, inge-
fueron adoptando las carreras de ingeniería y En 1869 se recibió la primera camada de niero civil, ingeniero geógrafo y arquitecto. No
arquitectura, que perduró en el siglo XX. ingenieros, entre los que se encontraban Luis obstante, este plan tenía serias deficiencias for-
En la Universidad de Córdoba se produje- A. Huergo (v.), Valentín Balbín, Adolfo Bütt- mativas, como la falta de estudios especiales
ron algunos cambios, pero continuaban dic- ner, Santiago Brian y Guillermo White. para grandes obras públicas: puertos, ferro-
tándose Física (aunque sin laboratorios expe- En tanto, el entonces ministro de Instruc- carriles, saneamiento. En rigor, el título de ar-
rimentales) y Matemáticas (que incluía ción Pública Nicolás Avellaneda encargó en quitecto se obtenía sobre el cursado general de
Nivelación), ambas dentro del Curso de Filo- 1869 al director del Museo Nacional de Bue- ingeniería, más algunos cursos orales de ar-
sofía; en 1825 se creó una cátedra de dibujo. nos Aires, Germán Burmeister, la contratación quitectura que no siempre lograban consti-
En los planes del gobierno, y especialmen- de profesores del extranjero y del país para la tuirse por falta de alumnos. En 1878 se exten-
te a partir de las gestiones de Rivadavia, siem- implementación de la enseñanza de las cien- dieron los primeros títulos de arquitecto, varios
pre estuvo presente la idea de crear un Insti- cias exactas y naturales en la Universidad de de ellos a modo de reválida, como en el caso
tuto de Altos Estudios Científicos al modo del Córdoba, que había sido nacionalizada en 1856. de Ernesto Bunge (v.), Juan A. Buschiazzo (v.),
Institut de France. Esta idea recorrió todo el Burmeister creó la Facultad de Ciencias Físi- Juan Manuel Burgos (v.), Enrique Aberg (v.), etc.
período en nuestro país, pero no logró con- cas y Matemáticas, y una Academia paralela Sin embargo, la Facultad seguía manteniendo
cretarse sino hasta avanzado el siglo XIX. con fines de investigación, ambas dirigidas por un carácter esencialmente técnico, pues su ca-
Luego de una etapa de inactividad durante él. Varios profesionales alemanes llegaron en- pacidad quedaba fuertemente reducida en el
el gobierno de Rosas, la UBA, que hacia 1852 tre 1870 y 1873 para ocupar los puestos de en- plano de las ciencias puras propuesto por Gu-
se encontraba prácticamente desmantelada, tiérrez y al subordinar las cuestiones estéticas.
comenzó su reactivación. Después de casi una Un momento de inflexión en la vida uni-
década de reacomodamientos y debates asu- versitaria lo constituye la promulgación de la
mió como rector Juan María Gutiérrez, quien Ley Avellaneda (Ley N.° 1597), primera ley uni-
reconstruyó en 1865 el Departamento de Cien- versitaria del país, que inauguró la relación en-
cias Exactas y Naturales. tre Estado y Universidad en sentido moderno.
El proyecto de Gutiérrez intentaba forma- La ley fijó las bases a las que debían ajustarse
lizar el aspecto científico y de investigación en los estatutos de las universidades nacionales
el área de las ciencias puras, y la profesionali- (entonces dos: Córdoba y Buenos Aires, na-
zación técnica en las ciencias aplicadas. cionalizada en 1881), regulando especialmen-
En un clima de debate en el seno de la Uni- te el funcionamiento administrativo y dejando
versidad de Buenos Aires, el modelo de Gu- amplio margen para que cada casa de estudios
tiérrez se concretó con apoyo y fondos del Go- organizara su propio accionar.
bierno contratando, por intermedio del profesor En este marco de reorganización, se origi-
Mantegazza, rector de la Universidad de Pavia, na un proceso de reformas que atañe también
a los profesores Peregrino Ströbel, naturalista a la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas
milanés, graduado en la Universidad de Pavia; u CIUDAD UNIVERSITARIA DE TUCUMÁN, PROYECTO LIGADO A de la que dependía la formación de los inge-
Bernardino Speluzzi, ingeniero y docente ge- LA EXPERIENCIA DOCENTE DE VIVANCO, SACRISTE Y OTROS. nieros y arquitectos. Cuando Luis Huergo (v.)
novés graduado en la misma universidad; Juan fue nombrado decano (1891), el Departamen-
Ramorino, naturalista genovés graduado en señanza, pero su plan autoritario provocó con- to de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales se
la Universidad de Turín; y a Emilio Rosetti, in- flictos que hicieron regresar de inmediato a transformó en Facultad; esta comprendía In-
geniero, graduado en el Instituto Técnico Su- algunos y renunciar a otros. Finalmente, ha- geniería y Arquitectura, esquema que se man-
perior y en la Universidad de Turín. cia 1878 se estructuraron la Facultad y la Aca- tuvo hasta mediados del siglo XX. La gestión
Junto al peso que estas figuras de Italia tu- demia, ambas dependientes de la Universidad de Huergo en la UBA posibilitó un avance en
vieron en la formación de los nuevos ingenie- pero como entes separados, aunque termina- la definición de la carrera. En 1896 se renovó
ros, circulaban para esa época en el país las tra- ron fusionándose. Pensada inicialmente como el plan de estudios, con la incorporación de
ducciones italianas de los escritos técnicos una institución científica, pronto viró hacia una más materias prácticas; la currícula de Arqui-
franceses y de los tratadistas italianos, que cons- currícula fuertemente práctica y profesionali- tectura se desarrollaba en cuatro años, duran-
tituyeron la base del saber disciplinar en la cul- zada. Con sucesivas modificaciones a sus re- te los que se cursaban las mismas materias que
tura ingenieril. La Scienza degli ingenieri, de Be- glamentos, hacia 1900, en la Facultad de Cien- en Ingeniería Civil, aunque esta última se pro-
lidor, el Vignola de Amati, la edición de cias Exactas de la Universidad de Córdoba, se longaba durante un año, en el que se incluían
Antonelli del Raccolta e Parallello de Durand, daban los títulos de ingeniero geógrafo, inge- materias técnicas y de ciencias aplicadas. Los
por mencionar algunos, integraban las biblio- niero civil e ingeniero arquitecto; este último tres cursos específicos de Arquitectura incluí-
tecas personales de los profesionales junto a se obtenía cursando una parte de los estudios an Historia, Teoría y Composición.
la bibliografía francesa contemporánea. de Ingeniería Civil. Debe considerarse, finalmente, que la en-
Este grupo de italianos del norte dejó una Por otra parte, la Universidad de Buenos señanza de la arquitectura, al menos de sus
huella en el aparato científico, que ocupó un Aires continuó su proceso de reorganización principios básicos, no estuvo solo a cargo de las
lugar entre el anterior modelo vinculado a la y se crearon algunas facultades autónomas, co- casas de estudios universitarios. En 1897 se crea

34 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ens ens
por decreto gubernamental el Departamento Composición Arquitectónica bajo la clásica es- aplicadas al confort —electricidad, calefacción,
Industrial dependiente de la Escuela de Co- tructura de atelieres-talleres, con un maestro ventilación—, a los nuevos materiales (hor-
mercio (hoy Carlos Pellegrini), en función de guía, y aprobación mediante concursos anua- migón armado), así como principios de urba-
la enseñanza de las ciencias aplicadas y las téc- les. La carrera pasó a durar cinco años. Durante nismo. De modo que podría hablarse de una
nicas. El departamento se transformaría en Es- sus largos años de docencia —hasta 1946— modernización no rupturista del sistema aca-
cuela Industrial de la Nación en 1899, bajo la tuvo a su cargo a la mayoría de los alumnos démico, atenta a las condiciones tecnológicas
dirección del ingeniero Otto Krause. La currí- que pasaban por la Escuela, y llegó a dirigir los contemporáneas. Siguiendo estas ideas, Kar-
cula estaba dividida en tres áreas: Química, Me- cursos de Composición desde segundo a quin- man promovió la visita de Auguste Perret a
cánica y Construcciones, que otorgaba el título to año. Los principales aspectos de las ense- Buenos Aires (1936) y marcó así una tenden-
de maestro mayor de obras. El modelo de la es- ñanzas de Karman radican en la importancia cia particular en la formación de los arquitec-
cuela, denominada luego Otto Krause como ho- asignada a la búsqueda de un parti (partido), tos locales. Perret representaba una de las co-
menaje a su primer director, se extendió para idea rectora sintética que daba respuesta a los rrientes internas de la escuela francesa, que
formar otras casas de estudios secundarios, programas de manera integral. Promovió la ponía el énfasis en la concepción de la estruc-
orientadas a la enseñanza técnica. adquisición de destrezas en la proposición de tura tectónica como parte de la idea rectora,
ideas a través de esquicios rápidos, alentando frente a los seguidores de Guadet que aún pro-
SEGUNDA PARTE. SIGLO XX. las soluciones probadas. Karman aplicaba los piciaban la composición por elementos —mu-
Inicios de las escuelas de Arquitectura. En principios aprendidos de su maestro Laloux, ros, cubiertas, vanos, aberturas, etc.
1901 se le encomendó al arquitecto Alejandro quien había propuesto a la École de París la in-
Christophersen (v.) la formación de la Escue- corporación de estudios de las nuevas técnicas Impacto de la Reforma en las escuelas de ar-
la de Arquitectura. Esta incorporó varias ma- quitectura. La Reforma Universitaria de 1918
terias tendientes a consolidar la especificidad influyó en las ideas en torno de la formación
y orientó la formación hacia el modelo —he- universitaria e, indirectamente, en la enseñanza
gemónico en el mundo— de profesional be- Charlas a principiantes de la arquitectura. De este movimiento nacido
aux-arts. Poniendo el acento en el dominio de en Córdoba, pero extendido rápidamente por
la composición y el lenguaje clásico, se con- toda Latinoamérica, quedaron hasta hoy los
formaron las nuevas asignaturas de Arqui- principios de autonomía universitaria, cogo-
tectura, Composición Decorativa, Modelado, bierno docente-estudiantil, periodicidad de car-
Higiene e Historia de la Arquitectura, dicta- gos, cátedras paralelas, además del impulso de
das por arquitectos locales y extranjeros, co- la apertura del ámbito universitario hacia los
mo el propio Chirstophersen —quien diri- problemas de la sociedad. En el ámbito de las
gió todos los cursos de proyecto—, Pablo Hary escuelas de arquitectura, los cambios no tras-
(v.) o Juan Kronfuss (v.), entre otros. Mientras tocaron, sin embargo, la estructura académi-
tanto, la formación técnica continuaba en los ca: en Buenos Aires, las cátedras paralelas con-
cursos compartidos con Ingeniería. La es- vivieron durante largo tiempo con la estructura
tructura de la currícula se mantuvo por varios planteada por Karman, a pesar de las objecio-
años dentro del sistema vigente de materias nes de algunos arquitectos, como Coni Moli-
correlativas anuales, con una evaluación final na (v.), que pugnaban por el sistema regular
de tesis que debía consistir en una investiga- anual y por materias (no ateliers).
ción científica. El modelo de Buenos Aires inspiró en la
La paulatina afirmación de los arquitectos década de 1920 la creación y reforma de pla-
en el ámbito local se fue consolidando a partir nes de estudio de arquitectura en las univer-
de la exigencia de revalidación de los títulos ex- sidades de Córdoba y del Litoral, creada esta
tranjeros (1903) y de la sanción de la Ley 4560 en 1919. Dependiente de la última, se esta-
(1905), que requería la posesión de un título bleció en 1923 la carrera de arquitectura den-
universitario para ejercer la arquitectura. tro de la Facultad de Ciencias Matemáticas,
En 1913, la Escuela de Buenos Aires enco- con sede en Rosario, cuyo plan estaba organi-
mendó a Ernesto de la Cárcova la contratación zado en 4 años de cursado, agregando a la cu-
de un profesor francés; eligió en París a René rrícula de los ingenieros un curso de Decora-
Karman (v.), discípulo de Laloux, egresado de ción y tres cursos de Arquitectura. En 1924 se
la École des Beaux-Arts de París y ganador del sumó un curso de Historia de la Arquitectura
Grand Prix de Rome. Karman había colabora- y Ornamentación Americana, dictado por Ángel
do en el estudio de su maestro, participando Guido (v.); en 1928 la cátedra de Teoría de la
en varios concursos, y también se había de- Arquitectura a cargo de Ermete de Lorenzi (v.)
sempeñado en cargos públicos, pero no tenía y un año después, la primera cátedra de Ur-
antecedentes docentes. u GRÁFICOS DIDÁCTICOS DE EDUARDO SACRISTE, IN- banismo del país, dirigida por C. M. della Pa-
En 1914 Karman elaboró un nuevo plan de CLUÍDOS EN EL LIBRO QUE DEDICÓ A LOS ESTUDIANTES. olera (v.). En 1929 se organizó una comisión
estudios, basado en la organización del área de para la reelaboración de un plan de estudios

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 35


que mejorara el rendimiento de los alumnos Pero el mayor impacto del clima reformis- nos Aires en 1929, buena parte de sus diatri-
y facilitara el cursado a los sectores medios, in- ta se halla en los debates del campo arquitec- bas contra algunos aspectos de la modernidad.
tegrada por J. B. Durand (v.), J. Micheletti (v.), tónico acerca de un estilo nacional. Aunque al- En tanto en la escuela cordobesa, Juan Kron-
C. M. della Paolera, J. C. van Wick y Ermete gunas tendencias, como la encarnada por Ripa fuss (v.) —protagonista del renacimiento co-
De Lorenzi. Luego de una década de debates Alberti en Universidad de La Plata, proponían lonial— y otros profesores artistas, como el
y propuestas se presentó un plan de seis años la aplicación de un estilo “neohelenista”, se pintor Emilio Caraffa, mantuvieron un sesgo
de duración, cuyo eje central se apoyaba en afianzaron las perspectivas que, desde el Cen- tradicional, vinculado a las matrices acadé-
la afirmación del estilo Beaux-Arts, con talle- tenario, buscaban una arquitectura de carácter micas más conservadoras.
res verticales de cursado opcional e instancias propio en el pasado colonial. El centro de es- Las agitadas décadas de entreguerras, los
de evaluación a través de los llamados “en- tudiantes de Buenos Aires, cuya Revista de Ar- años de culminación de las vanguardias radi-
cierros”, con el fin de promover el desarrollo quitectura (v.) se editó desde 1915 junto con la cales —políticas y artísticas—, tan fructíferos
de las capacidades artísticas de acuerdo con los Sociedad Central de Arquitectos (v.), impulsó en materia arquitectónica como para marcar
tiempos individuales del alumno. En 1943, lue- desde el inicio las corrientes neocoloniales. El todo el siglo, fueron modelando lentamente
go del golpe militar, De Lorenzi es nombrado debate se mantuvo durante años en las distin- un cambio de actitud en el seno de las escue-
interventor de la Escuela de Rosario, situación tas escuelas, sin que ello implicara alterar sus- las, aunque el impacto fue dispar en las diver-
que aprovechó para introducir cambios en la tancialmente la filosofía Beaux Arts. En la Es- sas sedes. Las visitas de arquitectos extranje-
currícula, pero que le trajo conflictos políticos cuela de la UBA, Christophersen introducía el ros consagrados, como Le Corbusier,
por los que tuvo que renunciar en 1945. Un debate con inflexiones taineanas; su colega Pa- Hegemann (v.), Steinhoff, Bardi, Sartoris (v.),
par de años después fue nombrado interven- blo Hary (v.) enfatizaba un acercamiento ob- quienes en su mayoría brindaron conferencias
tor de la Facultad de Ciencias Exactas de la públicas en diferentes centros de estudio, no
UBA y durante su gestión se abrió, en 1947, pasó inadvertida para quienes se interesaban
la Facultad de Arquitectura. por el desarrollo del Modernismo europeo, he-
En el mismo período se producirían simi- cho que marcó tendencias y matices dentro de
lares ajustes en la carrera de la Universidad de las distintas corrientes de las escuelas. Pero su
Córdoba. En vísperas de la Reforma se reem- impacto distó de ser masivo y no derivó in-
plazó el anterior título de ingeniero-arquitecto mediatamente en transformaciones estructu-
por el de arquitecto y en 1924 se reformó el plan rales de los contenidos de la enseñanza. Por
de estudios, que trataba de emular al de Bue- otro lado, ellos pertenecían a las vanguardias
nos Aires. En 1929 se agregó un quinto año y más contenidas del espectro modernista, y así
en 1931 se creó la Escuela de Arquitectura, de- se explica que en este período fuera la figura
pendiente de la Facultad de Ciencias Exactas, de Perret, como comentamos, una de las refe-
Físicas y Naturales, y se mantuvo el mismo plan rencias más fuertes en el ámbito académico.
hasta 1944, cuando pasó a contar con seis años Admirado por personalidades dispares como
de cursado, un trabajo final y nuevas materias. Karman o Alberto Prebisch, su presencia en
Dentro de la Facultad de Ingeniería la Univer- u LA “NOCHE DE LOS BASTONES LARGOS”, JUNIO DE 1966. Buenos Aires contribuyó a consolidar una lí-
sidad de Tucumán, se creó en 1939 la Escuela nea dominante en la arquitectura argentina,
de Arquitectura, que agregó unas pocas mate- jetivo y “científico” que permitiera analizar la que conciliaba la consideración de cuestiones
rias a la currícula de los ingenieros. producción histórica bajo una óptica racional, técnicas sin resignar la búsqueda de un “esti-
Durante estos años, la mayoría de las es- en el sentido de Viollet le Duc. En Rosario, lo”, seguida en la docencia por figuras como
cuelas de arquitectura —nuevas o reforma- Ángel Guido (v.), graduado de la Universidad Raúl J. Álvarez (v.), continuador de Karman en
das— mantuvieron como baluarte la forma- de Córdoba, participó activamente en los de- la cátedra de Composición.
ción del arquitecto-artista con los principios bates por la reforma de los planes de estudio Hacia principios de los cuarenta, la pro-
del sistema Beaux-Arts (y no es extraño, con- de las “Facultades de Arquitectura de las Uni- ducción local de Arquitectura Moderna ayudó
siderando el espiritualismo de la Reforma). So- versidades de la República”, como tituló su po- a generar una nueva conciencia crítica en los
bre esta base se produjeron los debates y di- nencia presentada en el Segundo Congreso jóvenes estudiantes. Frente a la continuidad
ferencias respecto de los distintos modos de Universitario Anual de La Plata, en 1924. Apo- de la ejercitación en el dibujo de los órdenes
conjugar una forma de proyecto, basada en va- yado en las ideas de Wölfflin, elaboró un apa- clásicos, tomados de las versiones decimonó-
lores de unidad, gusto, efecto y carácter, y los rato crítico y teórico en el que sostenía un abor- nicas del tratado de Vignola en las clases del
desafíos que presentaban los procesos de mo- daje visibilista que le permitía revalorizar tanto profesor francés R. Villeminot (v.), los estu-
dernización, cuyas demandas sobrepasaban la compleja Arquitectura Barroca americana diantes introducían los ejemplos y temas de
los límites propios del sistema. Este compro- como las formas simples y esenciales de la ar- obras recientes —como el Comega o el edifi-
miso entre el sostén de los principios tradi- quitectura pampeana del sur del Continente. cio de Libertador y Malabia— y de las revis-
cionales y la adecuación a los requerimientos Desde sus planteos intentaba resistir la diso- tas locales e internacionales que consultaban
de la modernidad —incluso de tibia aceptación lución de las certezas disciplinares, produci- en la aggiornada biblioteca de la SCA. La ca-
del repertorio del Movimiento Moderno— se das —desde su punto de vista— por el ma- mada de arquitectos egresados entre 1936 y
manifestó en diversas corrientes dentro de las quinismo, y concentró en la figura de Le 1940 se hizo cargo de la crítica a ciertos prin-
distintas escuelas. Corbusier (v.), a propósito de su visita a Bue- cipios y modalidades de sus maestros y del re-

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ens ens
chazo al sistema Beaux-Arts, que ya no les re- quitectura no estuvieron ajenas. Para entonces funcionó como tal hasta la creación de la Fa-
sultaba válido para afrontar las soluciones que existían cinco universidades nacionales en el cultad de Arquitectura y Urbanismo en 1952.
la arquitectura debía proveer en la sociedad país, las más tradicionales Córdoba y Buenos Todos los profesores contratados eran jóvenes
contemporánea. Entre ellos, muchos serían Aires, y las fundadas en el siglo XX: la Uni- de orientación moderna. Se designó al arqui-
protagonistas no solo de la renovación de la ar- versidad Nacional de la Plata (1905), la del Li- tecto Jorge Vivanco (v.) como director. Vivanco
quitectura en los próximos años, sino también toral (1919), la de Tucumán (1921) y la de Cu- venía desempeñándose como docente de la Es-
de los cambios radicales en la currícula que se yo (1939). En 1947 se escinde la Universidad cuela de Arquitectura, junto con Eduardo Sa-
verificaron a partir de 1955. del Litoral, al crearse la Universidad Nacional criste (v.), Horacio Moyano Navarro (v.) y Adol-
de Rosario. En este marco, las escuelas de ar- fo Cavagna. En 1947 Vivanco contrató los
El contexto peronista. La relación entre Estado quitectura reforman sus planes y muchas se servicios de Hilario Antonio Zalba (v.) Rafael
y Universidad inaugurada con la Ley Avella- transforman en facultad, concretándose así la Ramón Onetto (v.) y José Alberto Le Pera (v.),
neda se mantuvo con pocas modificaciones plena autonomía de la disciplina respecto de y en 1948 a los arquitectos italianos Gino Cal-
después de la Reforma Universitaria de 1918. otras técnicas y artes de la construcción. caprina (v.), Enrico Tedeschi (v.), Ernesto Ro-
Pero la situación cambia durante el primer go- La UBA crea la Facultad de Arquitectura en gers (v.) y el ingeniero Guido Oberti. El nuevo
bierno peronista: los principios de la Reforma 1947. Si bien muchos de los profesores ante- plan de estudios contemplaba una marcada in-
—en particular los principios políticos de co- riores continuaron en la nueva gestión —a car- flexión urbanística, en relación con los pro-
gobierno estudiantil y autonomía universita- go de De Lorenzi en los primeros dos años— blemas concretos del país, e intentaba articu-
ria, que comienza a interpretarse como una de los cambios en los planes de estudio y en los lar investigación, docencia y asesoramiento a
las causas del divorcio del saber con los pro- contenidos se fueron produciendo a través de entes públicos. El Instituto marcó un hito en
blemas sociales— son puestos en cuestión. No la contratación de profesores visitantes, o in- la historia de la enseñanza de la arquitectura
era la primera vez que estos principios se de- terinos, evitando el politizado mecanismo de a nivel nacional. Sin embargo, esta rica expe-
batían. Muchos autores consideran que ya en concursos. En la Escuela de Arquitectura de riencia entró en declinación por problemas po-
1922 se había iniciado una contrarreforma, a Córdoba se abrió en 1948 un período de cam- líticos y presupuestarios a partir de 1952.
través de sucesivas intervenciones a universi- bios profundos en el plan de estudios, con la Los cambios en las escuelas del período,
dades y de modificaciones en los estatutos que participación del italiano Ernesto La Padula (v.) elevadas muchas a facultad, no fueron sufi-
limitaban la participación estudiantil, identi- y la incorporación de figuras como Tedeschi cientes para lograr una modernización sus-
ficada como subversiva (Pronko, 2000). La co- (v.), Devoto, Lange y Rébora, entre otros. La Es- tancial de las formas y contenidos de la ense-
rrupción en las elecciones también ayudó a cuela de Arquitectura de Rosario, por su par- ñanza. Aunque en algunos talleres de Buenos
desfigurar los principios de 1918, de tal ma- te, se transforma en Facultad de Arquitectura Aires se introduce el repertorio moderno, en
nera que la Universidad intervenida en 1946 y Planeamiento, dependiente, a partir de 1947, manos de los profesores más jóvenes —como
durante el primer gobierno peronista no era, de la flamante Universidad Nacional de Rosa- Casares o Martin—, o de cátedras paralelas —
ciertamente, un modelo de pureza espiritual. rio. En la UNLP, se inicia la enseñanza de la como las de Catalano (v.) o Agostini (v.)—, con-
Ideológicamente, por otro lado, el gobierno pe- Arquitectura en 1952, bajo la forma de un De- tinúa “la copia del Vignola”. Por último, debe
ronista continuaba las difusas banderas anti- partamento dependiente de Ingeniería, ca- notarse que, al convertirse en facultades, los
liberales de los gobiernos de facto anteriores. rrera que a su vez formaba parte de la Facul- centros de formación arquitectónica comien-
Estos principios antirreformistas, sumados a tad de Ciencias Físico Matemáticas. zan a participar en forma activa —y con re-
la idea de democracia social, se condensan Pero la experiencia más innovadora la cons- presentantes propios, electos libremente, des-
en las leyes universitarias dictadas en 1947 tituye la creación del Instituto de Arquitectu- de 1956— de las discusiones sobre política
(13031 y 14297). Para quienes las llevaron ade- ra y Urbanismo, dependiente de la Universi- universitaria, que aparece cada vez más im-
lante, las leyes se justificaban en la “ausencia dad de Tucumán (1946). En el año 1939, se bricada en los destinos políticos del país.
de democracia” en los claustros, y en la “ab- había creado simultáneamente con la Univer-
soluta separación del pueblo y el más comple- sidad la Escuela de Arquitectura, dentro de la La “edad de oro” (1956-1966). La oportunidad
to desconocimiento de sus necesidades y as- Facultad de Ingeniería. Por lo tanto, la ense- de un cambio radical pareció entreverse con la
piraciones”, como manisfestó Perón a fines de ñanza de la arquitectura estuvo a cargo de di- caída del peronismo por el golpe de 1955, sa-
1946. Para los opositores, la política peronis- cha escuela hasta que se produjo la reestruc- ludado por la Federación Universitaria Ar-
ta se resumió en la anulación de la autonomía, turación de la Universidad propiciada en 1946 gentina. En poco tiempo se restauraron los
la censura y la persecución de quienes no re- por la Intervención Nacional, y ejecutada en principios reformistas, y las universidades re-
presentaban un criterio “acorde con los an- Tucumán por el rector, Dr. Horacio Descole. cobraron su autonomía en 1956. Se inician,
helos populares”, según rezaban las bases pa- La nueva estructura resolvió la organización para el relato canónico, los “años de oro” de la
ra la nueva ley universitaria. departamental por institutos (una agrupación universidad argentina, que se quebrarían abrup-
Se abre, en fin, una etapa contradictoria, ya de departamentos, integrados por institutos, tamente en 1966. La experiencia es paradig-
que junto a las restricciones del período, fuer- asumía el rol de Facultad). Estos institutos mática en la Universidad de Buenos Aires, mar-
temente resistidas por el movimiento estudiantil realizaban diversas tareas, entre ellas la do- cada por la inflexión progresista de las
en la última etapa del gobierno peronista, el in- cente, que era desempeñada por las escuelas. autoridades, la amplia participación del movi-
terés por transformar el ámbito de los estudios En 1946 se creó el Instituto de Arquitectu- miento estudiantil, la creación de nuevas ca-
superiores da como resultado una segunda se- ra y Urbanismo (v.), dependiente de la Facul- rreras (sociología, psicología, ciencias de la edu-
rie de reformas, a las cuales las escuelas de ar- tad de Ciencias Exactas Puras y Aplicadas, que cación) y la modernización de los contenidos

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 37


de la enseñanza. Deben recordarse los nom- ría sede de la primera facultad privada de ar- tentes con visitas de campo), enriquecida por
bres de José Luis Romero, Risieri Frondizi, Ma- quitectura no confesional con apuestas expe- el intercambio entre los alumnos. La estruc-
nuel Sadovsky, Hilario Fernández Long, para rimentales y propias, íntimamente ligadas a pro- tura del taller contemplaba un solo jefe para
evaluar el nivel de excelencia de las autorida- blemas ambientales regionales. En 1956 se creó los cinco cursos (de segundo a sexto) y la par-
des y profesores hasta 1966. la Universidad Nacional de Nordeste, despren- ticipación de adjuntos y auxiliares en la idea
Los cambios se hacen sentir en el mundo dimiento de la del Litoral, de cuya carrera de ar- de promover la formación en equipo, la acu-
de la arquitectura. Córdoba, que recupera su au- quitectura egresarían los primeros alumnos en mulación de experiencias y de trabajos reali-
tonomía en 1958, fortalece la participación de 1963; en 1962 se estableció Mar del Plata. zados. J. M. Borthagaray (v.), F. Larguía y Luis
la Facultad en las distintas actividades, semi- Pero una de las experiencias más intere- Ibarlucía (v.) fueron algunos de los primeros
narios y congresos tanto en el país como en el santes la constituye la de Rosario. La renova- jefes de talleres verticales en la escuela rosa-
extranjero. En 1956 se crea en la UNLP el De- ción radical de los claustros fue impulsada por rina. Por su parte, Méndez Mosquera, Bre-
partamento de Arquitectura a cargo de Hila- los estudiantes, quienes contrataron un equi- yer (v.), Oneto y Le Pera, entre otros, organi-
rio Zalba. La nueva institución se conforma rá- po de Buenos Aires dirigido por Jorge Ferrari zaron la nueva materia, Visión, que sustituyó
pidamente bajo las nuevas modalidades de Hardoy (v.), uno de los más conocidos refe- las viejas asignaturas dedicadas a la represen-
enseñanza derivadas de la Arquitectura Mo- rentes de la Arquitectura Moderna en la Ar- tación. Jorge Enrique Hardoy fundó en la mis-
derna y convoca jóvenes profesores como J. Er- gentina. El equipo estaba formado, además, ma época el Instituto de Urbanismo de la Uni-
bin (v.), M. Soto (v.), E. Traine (v.), M. Winograd por un grupo de jóvenes preocupados por los versidad del Litoral, mientras Francisco Bullrich
(v.), —vinculados todos, de una manera u otra, nuevos presupuestos sobre los que se debía (v.) innovaba los temas en la cátedra de His-
al ala reformista porteña—, A. Casares (v.), O. edificar la enseñanza de arquitectura, entre toria, revisando tendencias como la del Barroco
Moro (v.), H. Pando (v.) y C. Lenci (v.), por quie- otros Jorge Enrique Hardoy (v.), Francisco Bull- alemán (v. Historigrafía de la arquitectura).
nes se difundió la inflexión organicista, que rich (v.), Carlos Méndez Mosquera (v.), Alfredo Una filosofía similar fue adoptada en la
se revelaría de peso en el ámbito platense. El Ibarlucía, Juan Manuel Borthagaray (v.). Dos UBA, que en 1957 tuvo su primer decano elec-
italiano Tedeschi, que ya hemos visto actuar en experiencias fundamentales en la enseñanza to por los tres claustros, el arquitecto Alfredo
Tucumán y en Córdoba, funda en 1961 la Fa- de los próximos años merecen mencionarse: Casares. Se reformuló entonces el sistema de
cultad de Arquitectura, dependiente de la Uni- la del Taller Vertical y la de la asignatura Vi- enseñanza. La Facultad se reorganizó en cua-
versidad de Mendoza, con novedosos enfoques. sión. En 1956 se inició en Rosario el Taller Ver- tro departamentos: Arquitectura, Visión, Téc-
Cabe aclarar que la Universidad de Mendoza se tical, cuyo modelo se había establecido en 1952 nicas e Historia. La creación de los Talleres de
constituyó el 22 de diciembre de 1959, inició su en la Facultad de Arquitectura de Montevideo. Diseño, la constitución de pares de Talleres de
actividad docente el 13 de mayo de 1960 y fue El Taller Vertical transformaba la enseñanza Diseño y Visión, la búsqueda de aproximacio-
registrada como universidad privada por el go- en una práctica mucho más vinculada con la nes del área proyectual con las áreas técnicas
bierno de la Nación en 1962; así, Mendoza se- realidad (temas comunitarios, terrenos exis- y de historia, la actualización de programas y
metodologías didácticas en todas las áreas, y la
instauración de los cursos introductorios a la
Facultad —especie de vorkurs bauhausiano di-
rigido desde 1959 a 1966 por Gastón Breyer—
abrevaban de la misma filosofía de la expe-
riencia rosarina, y muchos nombres aparecen
implicados en los dos proyectos.
Esta filosofía inclusiva recuerda las expe-
riencias de la Bauhaus, cuyo método, descrip-
to por Gropius (v.) en 1923, subrayaba la con-
cepción integral del trabajo técnico y del trabajo
artístico, como también la necesidad de vin-
culación activa con otros campos de la cultura
y la industria contemporáneas. Pero más mo-
dernamente estas experiencias se colocan en
relación con las versiones de posguerra de aque-
lla utopía de “arte total”, en donde arquitec-
tura, gráfica, diseño industrial, música se su-
maban para confluir en un “urbanismo
integral”, para decirlo en las palabras de uno
de los referentes de las transformaciones de
entonces, a la sazón en Ulm: Tomás Maldo-
nado (v.). La segunda referencia insoslayable es
la de Moholy Nagy, en cuyo taller del IIT de
Chicago se habían formado algunos de los pro-
u CASA DE A. VILAR EN SAN ISIDRO, RELEVAMIENTO DEL TALLER DE TONY DÍAZ EN LA FADU - UBA, ENTRE 1984 Y 1985. tagonistas de las transformaciones de enton-

38 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ens ens
ces, como J. M. Borthagaray. Pero más que el la inflexión cientificista del progresismo uni-
modelo concreto del taller, reedición contem- versitario, se le oponían los grupos cristianos
poránea de sus experiencias bauhausianas, pe- que concretaban una síntesis entre el Bruta- La escuelita
saron sus escritos: The New Vision, reeditado y lismo (v.) lecorbusierano y la tradición colonial
ampliado en 1947 y traducido al castellano en argentina. En la oposición se revela cuán fuer-
Buenos Aires por la editorial de Méndez Mos- tes comenzaban a ser las diferencias ideológi-
quera, se revelaría especialmente fructífero en cas y políticas en la ponderación de la arqui-
las áreas de Visión y del ciclo introductorio. tectura nueva: las tendencias replican las dos
Como nota Borthagary, la reproducción exac- grandes corrientes de la época en el movimiento
ta de los talleres de Moholy Nagy era imposi- estudiantil, los reformistas (ligados ahora a las
ble en una Facultad que comenzaba a ser ma- izquierdas comunistas y sus “compañeros de
siva: lo que aquí se denomina taller no es un ruta”) y los humanistas (de corte neocristiano,
taller práctico, en que se trabajan directamen- que derivaron en los sesenta al catolicismo ter-
te los materiales y los objetos, con un espíri- cermundista). Las cátedras podían bien divi-
tu cercano a la mística del artesanado, sin dis- dirse según la ideología, que se estimaba en
tinción de disciplinas, sino la más tradicional relación directa con las tendencias arquitectó-
estructura del atelier de arquitectura, moder- nicas: en Buenos Aires, la de Wladimiro Acos-
nizada en sus modelos, técnicas y metodolo- ta convocaba a la izquierda, mientras Casares
gías. En este sentido, las modificaciones más se adscribía al humanismo. Claro que los so-
revulsivas fueron la del ciclo introductorio, que lapamientos y ambigüedades eran muchos.
sí podía aplicar algunas técnicas bauhausianas, También desde 1950, las visitas interna-
y la del grupo de asignaturas que se reunió en cionales convulsionaban el campo arquitec-
torno del concepto de Visión. tónico. Después de la de Bruno Zevi (v.), por
Las materias que tradicionalmente con- ejemplo, la historia había cobrado nuevo im-
formaban el área de Representación (Dibujo, pulso articulada con el organicismo del mo-
Geometría Descriptiva, Plástica, Acuarelado y delo wrightiano de Taliesin; el adversario re-
Sombras, etc.) transcurrían de manera inde- sultaba aquí el héroe permanente de los
pendiente y poco sensible a las nuevas técni- arquitectos argentinos: Le Corbusier. Más tar-
cas. Visión, como su nombre lo indica, edu- de, la visita de intelectuales como N. Pevsner,
caba ante todo la capacidad perceptiva del G. C. Argan, Reyner Banham o Umberto Eco,
alumno, ligada íntimamente a la posibilidad habría de influir decididamente en el campo
de representar, como un instrumento cog- arquitectónico nacional, lo que demuestra cuán
noscitivo capaz de prefigurar lo nuevo. Para abierto estaba este a las solicitaciones de di-
ello, se utilizaron nuevas técnicas y procedi- versos ámbitos de la cultura.
mientos que establecían puentes precisos en-
tre razón y creación. Los modelos de la New Efervescencia política y represión (1966-1985).
Bauhaus o de Ulm se ampliaban con aportes Si la década del cincuenta había politizado los
científicos, como los trabajos de Rudolf Arn- contenidos de la enseñanza —formulando un
heim, en particular Art and Visual perception. relato heroico por el cual el retrógrado acade-
A psycology of the creative Eye, pilar de la psi- micismo de los años peronistas había sido fi-
cología de la percepción. Las investigaciones nalmente derribado por la democrática Ar-
morfológicas se ampliarían en los años suce- quitectura Moderna—, los años sesenta y los
sivos: profesores como César Janello (v.) se de- primeros setenta llevaron al extremo la arti-
dicaron a la semiología de las formas, en la culación arquitectura-política, al punto que, en
búsqueda de una objetivación de los princi- 1973, cuando la izquierda se creía al borde de
pios de configuración arquitectónica y de su una revolución inminente a escala continen-
trascendencia retórica, lo que marcaría fuer- tal, hablar de cuestiones específicas de arqui-
temente a las nuevas generaciones que más tectura parecía fuera de tiempo y lugar. Las
tarde abordaron las inflexiones filosóficas del vanguardias políticas se habían revelado in-
Posmodernismo. dependientes, y aun opuestas, a las vanguar-
Aunque todos los protagonistas de la re- dias estéticas (preocupadas por la renovación
novación, en las distintas facultades, parten de de técnicas y lenguajes), derribando el sueño
convicciones modernistas, en el mismo seno de los arquitectos que suponían una relación
u UN EJERCICIO DEL LABORATORIO DE ARQUITECTU-
de las tendencias renovadoras existían, desde armónica entre ambas. Los “años de oro” de
RA: CAMBIO Y TRANSFORMACIÓN A PARTIR DE
la década del cincuenta, polémicas fuertes. la universidad argentina aparecieron entonces
UN EJEMPLO DADO, COMO EL EDIFICIO KAVANAGH.
Al Racionalismo extremo que ostentaban las con un carácter inverso: cientificista y “de-
corrientes que hemos mencionado, ligadas a pendiente”. El reformismo, ligado íntimamente

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 39


a esta universidad, volvió a ser cuestionado, Tal impulso político de unidad no se veri- por la izquierda estudiantil, hegemonizada por
pero ahora no desde los sectores conservado- ficaba solo en los aspectos estrictamente polí- el nuevo peronismo.
res, sino desde la nueva izquierda política. La ticos de la vida intelectual y artística. Transfor- No es extraño entonces que fuera en la Fa-
vaga vocación social del Modernismo pospe- mó radicalmente las posiciones de la literatura, cultad de Arquitectura de Córdoba, la ciudad
ronista dejó espacio así a la militancia activa, la plástica y la arquitectura experimentales, que del Cordobazo y de los sindicatos metalúrgi-
que en el cambio de década era de fusiles y no pasaron, según definen Longoni y Mestman cos manejados por el comunismo revolucio-
de plumas. Cuba fue en más de un sentido el (2000), de una posición alternativa a una cla- nario, donde se iniciaron las propuestas de re-
modelo estudiantil, y debe recordarse el peso ra oposición frente a las instituciones vigentes, novación que intentarían articular, ya no en el
político que el movimiento estudiantil poseía incluso aquellas que se habían manifestado de plano teórico, sino en la vida concreta, arqui-
desde mediados de los cincuenta en el mane- vanguardia en los contenidos específicos. La tectura y sociedad. El llamado “Taller total” da-
jo de la universidad. radicalización llevó prácticamente al abando- ría un paso adelante con respecto a la filosofía,
El punto de quiebre con la universidad re- no de la producción específica, ya que se había ya integrativa, de los talleres verticales, consti-
formista provino de acontecimientos políticos internado en campos de acción decididamen- tuyéndose como el locus de síntesis de todos
locales que la implicarían seriamente: en 1966 te políticos. Un ejemplo relevante lo constitu- los conocimientos, y trabajando en estrecha re-
un nuevo golpe militar determinó la interven- yó la experiencia de Tucumán Arde, obra co- lación con las necesidades del comitente so-
ción, y la resistencia inmediata de profesores lectiva llevada a cabo por artistas rosarinos y cial. Experiencias similares se realizaron en
y alumnos fue reprimida en la recordada co- porteños a fines de 1968, que impulsó en- Rosario, ciudad motorizada por profesores jó-
mo Noche de los bastones largos. Renunciaron cuentros, muestras en las sedes de la CGTA (la venes como M. Corea (v.), en la Plata y en Bue-
entonces todas las figuras de prestigio de la central sindical alternativa) de Rosario y Bue- nos Aires a partir de 1973.
universidad, sin que fuera la Facultad de Ar- nos Aires, y acciones callejeras. La experiencia de Buenos Aires puede con-
quitectura una excepción. Muchos emigraron, El arte se disolvía en la provocación políti- siderarse paradigmática tanto de las bondades
otros se volcaron al trabajo profesional, y aun- ca, el destinatario social lo constituían las cla- como de los límites de esta experimentación.
que unos pocos volverían en breve al ámbito ses desposeídas y sus representantes obreros Ya en esos años, la pequeña facultad de la dé-
académico, la universidad nunca llegó a re- y, como a principios de siglo XX, la revolución cada del cincuenta, en la que se contaban solo
ponerse de esta sangría. Sin embargo, el efer- parecía estar al alcance de la mano. La arqui- unos centenares de alumnos, se había con-
vescente clima de ideas internacional no per- tectura, eminentemente constructiva, se en- vertido en masiva, de tal manera que debió mu-
mitió que el onganiato cumpliera su propósito contraba en inmejorables condiciones para re- darse varias veces, hasta que en 1971 se insta-
de despolitización de los claustros: por el con- solver problemas acuciantes bajo la dirección ló en el pabellón 3 de la Ciudad Universitaria
trario, se reinstalaron con mayor fuerza las con- obrera revolucionaria. A partir de 1971, con la (v.). La masividad, en efecto, puso a prueba la
vicciones políticas de una nueva izquierda en mayor apertura del gobierno de Lanusse —res- matriz del taller en sus diversas modalidades,
ascenso mundial. En la Argentina, el régimen ponsable del llamado a las elecciones que ga- con su ideal de colaboración de tintes comu-
fue duramente contestado en las manifesta- naría el peronismo—, las facultades de Córdo- nitaristas, de trabajo presencial, de trasmisión
ciones obrero-estudiantiles del Cordobazo, la ba, Rosario, la Plata y Buenos Aires aparecieron directa de las experiencias. Por otro lado, los
versión local del Mayo francés. como centros de experimentación dominados conflictos políticos se agudizaban en la Capi-
tal de la República. La FAU, que hasta 1973 ha-
bía tenido su centro de estudiantes controlado
por el comunismo reformista o sus herejes re-
toños, fue monopolizada después de la asun-
ción de Cámpora por las diversas manifesta-
ciones del movimiento montonero. El núcleo
central de la Facultad, cuyo decano fue, en el
breve período de plena democracia, Luis Ibar-
lucía —a quien vimos participar en las expe-
riencias de punta de los años sesenta—, lo cons-
tituyeron talleres totales de marcada ideología
“nacional”: primero una federación de talleres
conocidos con este nombre; luego, desde 1974,
los talleres nacionales y populares (TANAPO).
La organización de esta federación de talleres
verticales o unidades, con distintas orienta-
ciones arquitectónicas, pero con idéntico es-
píritu de época, era dirigida por una dupla de
profesores. Uno de ellos, elegido entre profe-
sionales jóvenes pero de ya consolidado pres-
tigio, se ocupaba de los contenidos académi-
cos, mientras el otro, cuya trayectoria se resumía
u MEMORIAL DE ESTUDIANTES Y DOCENTES DESAPARECIDOS EN LA FAU-UNLP, DE SARAVÍ, DELPINO Y GARCÍA. en su labor militante, oficiaba como comisa-

40 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ens ens
rio político. En la experiencia participaron
miembros de estudios ya reconocidos (p. ej. J.
Solsona, v. MSSGSS) con arquitectos cuya ca-
rrera se perfilaba prometedora, asiduos gana-
dores de los múltiples concursos de los últi-
mos años (los estudios de Moscato (v.), Díaz (v.),
etc). La crema de la vanguardia estética se reu-
nía así con la vanguardia política.
Sería fácil atribuir a la intervención fascis-
ta de Ivanissevich en 1975, y sobre todo al gol-
pe de estado de 1976, el más sanguinario que
la Argentina recuerda, el fracaso de esta expe-
riencia. Sin descartar la importancia de estos
hechos desgraciados, que impidieron el desa-
rrollo de la experiencia, lo cierto es que las ten-
siones que suponía casar la voluntad de reno-
vación disciplinar con los requerimientos
políticos partidistas ya habían comenzado a ma-
nifestarse mucho tiempo antes. La prueba la
constituye el proyecto de enseñanza alternati- u AUDITORIO DE LA UNIVERSIDAD DEL SALVADOR EN PILAR, DE C. TESTA Y OTROS.
va que, aunque se materializó en 1976, se ve-
nía pensando desde al menos un año antes. Un ron o asesinaron a docentes y alumnos que ha- se extendía por fuera de la universidad: el con-
grupo de arquitectos que participaba activa- bían estado implicados en ellas, y regresaron trol estricto de cualquier actividad intelectual
mente de los talleres nacionales y populares, a un modo tradicional de la enseñanza, cu- llevó a la autocensura e impidió debates en pro-
entre los que se contaban Díaz y Solsona, su- yos contenidos apuntaban a convenciones mo- fundidad. Solo en los últimos años penetraron
mados a otros como E. Katzenstein (v.), y más dernas que ya no causaban ninguna resisten- con timidez y escasa organicidad las nuevas
tarde E. Leston (v.) y J. F. Liernur, imaginaron cia. Sucede que, a diferencia de otros países ideas del debate arquitectónico internacional
la recuperación de la disciplina, ya disuelta en latinoamericanos, en los que las dictaduras res- en los claustros universitarios.
las versiones radicales de la política, a través de pectivas se esforzaron por capitalizar el mun-
un grupo que, al formalizarse en 1976, se es- do académico, modernizando la estructura uni- Los conflictos de la estabilidad democrática
tableció por fuera de la universidad bajo el nom- versitaria, p. ej. el caso del Brasil, el gobierno (1985-2000). A partir de 1983, con la emer-
bre de La Escuelita. El objetivo era retomar el militar canceló cualquier presunción de auto- gencia de la democracia, las universidades fue-
estudio de cuestiones de la forma arquitectó- nomía, y con ello todo debate intelectual. No ron intervenidas y regularizadas, retomando
nica en un ámbito no sujeto a las presiones de es extraño entonces que en muy diversas fa- la autonomía y el cogobierno estudiantil. Se re-
la política partidaria. A través de La Escuelita, cultades de Arquitectu- abre así la normalidad de la vida institucional,
fueron introducidas en la Argentina las ideas ra, como las de Córdo- y con ella el debate por los contenidos acadé-
novedosas de lo que en breve se conocería, con ba y Buenos Aires, se micos y los planes de estudio. Un cambio no-
escasa propiedad, como Posmodernismo (v.). A haya dado preeminen- table se consolida a partir de 1995, con la nue-
este pequeño centro de debate fueron convo- cia al área tecnológica. va Ley de Educación Superior (24521). La ley
cados muchos protagonistas de la arquitectu- En el caso de la FAU- mantiene los principios de autonomía y cogo-
ra internacional de entonces, como A. Rossi (v.), UBA, esta era el área a bierno, pero introduce modificaciones en el
Álvaro Siza y los argentinos emigrados Gan- la que pertenecía el de- sistema de evaluación de las universidades, cre-
delsonas (v.), Machado y Silvetti (v.). El modelo cano Corbacho, sospe- ando una Comisión Nacional de Acreditación
fue repetido más tarde en experiencias como chado por la desapari- y Evaluación (CONEAU), independiente de las
la del Laboratorio de Arquitectura dirigido por u PORTADA DE ARQUIS, ción de alumnos y casas de estudio. Por otro lado, la ley buscó sub-
Alberto Varas (v.) para el CAYC, un centro de UNIVERSIDAD DE PALERMO. docentes, y condenado, sanar un problema de larga data en la forma-
arte y comunicación especialmente activo du- después de 1985, por la ción universitaria argentina: el acento en el per-
rante la Dictadura, responsable de las visitas de destrucción del patrimonio de la biblioteca fil profesional de los egresados, en desmedro
reconocidos arquitectos y teóricos del momento, de la Facultad. La inflexión tecnológica no im- de la investigación. Para esto, se promocionó
como P. Eisenman, K. Frampton, M. Tafuri; o plicó, tampoco, el progreso en estas discipli- la creación de posgrados, maestrías y doctora-
en los programas de estudios que Liernur ar- nas. Las facultades de la época, aunque se res- dos; se estableció un incentivo para los docentes
mó en 1982 en la Sociedad Central de Arqui- tauró el examen de ingreso con cupos, llegaron investigadores; se creó una Agencia de Pro-
tectos, orientados a aspectos histórico-cultura- a su punto académico más bajo, habiendo re- moción Científica —complementaria con el
les de la disciplina. nunciado, emigrado o desaparecido la mayor Consejo de Investigaciones Científicas y Téc-
Las facultades de la Dictadura, en tanto, parte de los profesores de valía. El debate pa- nicas— para la financiación de proyectos. De
cancelaron bruscamente las experiencias ini- só por fuera de la Facultad, en los centros pri- tal manera, se respondía a la necesidad de mo-
ciadas en los setenta, persiguieron, encarcela- vados ya comentados, pero el clima de terror dernización del sistema universitario, en un

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 41


mundo donde la complejidad del saber im- tigación, orientada a la formación de profesio- dumentaria y Diseño del Paisaje, que se su-
plicaba acercamientos interdisciplinarios, es- nales; la escasez de dedicaciones exclusivas, con man a las más tradicionales Diseño Gráfico y
pecializaciones nuevas, formación permanen- profesores cuya tarea principal es la del estudio Diseño Industrial. El cambio fue impulsado
te. En varias universidades, se recurrió a profesional; la consecuente abundancia de do- ante la verificación de que la larga y abarcati-
préstamos internacionales para la concreción centes ad honórem y, en las casas de estudio tra- va carrera de arquitectura, superpoblada de
de programas de posgrado, y las facilidades dicionales, la masividad del estudiantado. alumnos, acogía en realidad muy diversas vo-
otorgadas por el ciclo económico de la con- Bekinschtein y Aldasoro (2000) consigna- caciones. El grupo de carreras aparece unido
vertibilidad facilitó la visita de académicos ex- ron un aumento del número de alumnos de bajo el denominador común del proyecto, y so-
tranjeros. Como aspectos positivos de la últi- arquitectura de universidades públicas del bre esta base se conforman también los con-
ma década, se verificó la creación de diez 103.01% en el período 1982-1992. Según los tenidos del ciclo básico común, instalado para
universidades nuevas, algunas nacionales y datos del Informe de Desarrollo Humano di- la Universidad durante la gestión de Delich,
otras privadas (cuyo número se duplicó, favo- señado por el CIDEAL (1993), la Argentina tie- con la idea de servir como nivelación para los
recidas por la apertura de la nueva ley en este ne a nivel internacional una de las relaciones egresados de los desparejos colegios secunda-
sentido); la consecuente expansión de la ma- más altas entre los estudiantes de arquitectu- rios. En la FAU, desde entonces FADU —Fa-
trícula universitaria a partir de 1984, conse- ra y la población: 1235 habitantes por alumno cultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo—
cuencia de las demandas democratizadoras y de arquitectura. Según datos de 1994, en las este ciclo preuniversitario debía servir a la for-
de la eliminación de las restricciones fuertes universidades estatales estudia el 84% de los mación de especializaciones tan dispares co-
al ingreso; y una consolidación y diversifica- estudiantes de arquitectura, mientras que en mo el diseño de modas y el de automóviles,
las universidades privadas lo hace el 16%. Del la construcción de un edificio y la ejecución de
total de alumnos del país que estudian arqui- un film. Nuevamente, se evoca con esta reu-
tectura el 37.6% lo hace en la Universidad de nión el viejo plan bauhausiano y sus deriva-
Buenos Aires con 9433 alumnos, la sigue la ciones, pero las diferencias saltan a la vista;
Universidad de Córdoba (4117 alumnos). De la más notable la constituye el carácter masi-
tal manera, el caso de Buenos Aires sigue sien- vo de la facultad de los ochenta, y la inevitable
do modélico entre las facultades públicas, es- desvinculación de las carreras entre sí. Aun-
pecialmente en lo que se refiere a la ecuación que se piensa en una posible especialización
cantidad / calidad, clave de las políticas ac- (la emergencia de materias optativas pareció
tuales. Reseñaremos entonces los cambios pro- indicar este sesgo), no es posible, después del
ducidos en esta casa de estudios en relación ciclo básico, cursar materias de forma electiva
con los problemas planteados. y horizontal, diseñando un perfil profesional
Después de las elecciones democráticas de propio. El requerimiento ministerial de cubrir
1983, muchos arquitectos que habían sido pro- todos los aspectos de una disciplina definida
fesores hasta 1976 vuelven a la Facultad de en el cruce de las técnicas, las ciencias huma-
Buenos Aires; pero esta vez, a diferencia del nas y el arte, considerando que las facultades
juvenilismo que imperaba en las experiencias otorgan títulos habilitantes (la obtención de la
de los años sesenta, existe escaso recambio ge- matrícula profesional consiste en un simple
u CONFECCIÓN DE MAQUETAS, FADU - UBA. neracional. Serán sucesivos decanos J. M. Bort- trámite, sin los exámenes especiales requeri-
hagaray, Carmen Córdova (v.) y Berardo Du- dos en Europa y los Estados Unidos), fue el
ción institucional sostenida. En la actualidad jovne. De perfil profesionalista y no académico, principal obstáculo para diseñar transforma-
(2004) existen 36 universidades nacionales, este ya había oficiado como interventor en 1983 ciones radicales en los programas.
42 privadas, y 12 institutos universitarios. Sin debido a su estrecha vinculación con el radi- ¿Cómo establecer una relación eficaz entre
embargo, los expertos señalan algunos pro- calismo triunfante. Se multiplican los concur- una preparación necesariamente amplia, co-
blemas que no se desprenden directamente de sos y las cátedras, especialmente en el área mo la misma tradición del arte lo determina,
los números: entre ellos, la escasa eficiencia de Diseño, dirigidas también por nombres re- y el alto grado de especialización requerido pa-
de las universidades para producir egresados conocidos a principios de los setenta: Solsona, ra las diversas funciones en que la forma del
(de cada 100 ingresantes, se calcula que egre- Erbin, Varas, Díaz, Goldemberg, como tam- habitar humano debe procesarse? Una de las
san 18.2 en el tiempo estimado para las ca- bién otros vinculados con el sesgo político “na- soluciones corrió en los noventa por la exten-
rreras); la ausencia de dedicaciones exclusivas cional y popular” ahora aggiornado sin ribetes sión de las ofertas de estudios cuaternarios,
en el cuerpo docente, que desmiente la exten- ríspidos (J. Moscato (v.), J. Molina y Vedia, R. hasta entonces limitados a unas pocas carre-
sión de la investigación (el 66,5% de los pro- Doberti, etc). Las cátedras se multiplicaron, lle- ras de especialización en las áreas de Planea-
fesores poseen dedicación simple), la rigidez gando a existir más de 45 alternativas. miento y Patrimonio Urbano. Desde media-
de la oferta formativa, que implica largos años Una transformación importante, desde el dos de los noventa, florecieron en el ámbito de
de estudio sin considerar la acreditación por punto de vista institucional, se efectúa duran- la arquitectura y el urbanismo una serie de pos-
tramos. El presupuesto, por último, solo co- te la secretaría académica de Córdova, duran- grados, maestrías y doctorados en las distintas
rresponde a un 0,5% del PBI. te el decanato de J. M. Borthagaray (1990-1993), áreas que la práctica de la disciplina implica-
Todos estos problemas se acentúan en Ar- cuando se agregan al núcleo de arquitectura ba. Buenos Aires posee hoy un doctorado en
quitectura: una carrera sin tradición de inves- las carreras de Imagen y Sonido, Diseño de In- Arquitectura; una maestría en Diseño Arqui-

42 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ens ens
vieron virtualmente la construcción, los noventa hora, impidiendo la formación de un cuerpo
resultaron el paraíso para los arquitectos, im- docente con un proyecto sólido y constituyén-
plicados en muchos proyectos urbanos de gran dose como el lugar favorito de los alumnos que
magnitud. En el momento álgido, cuando tan- temían la activa vinculación de las universida-
to el Municipio de Buenos Aires, como la Fa- des estatales con la vida pública, o que sim-
cultad de Arquitectura, o las asociaciones pro- plemente buscaban un camino más fácil para
fesionales, estuvieron en manos del radicalismo obtener el título. Esta situación se altera con las
—poniendo en crisis el mismo concepto de au- universidades privadas de los noventa, que bus-
tonomía universitaria, que implicaba una polí- caron un perfil diferencial con respecto a las
tica no partidista—, los negocios urbanos se tradicionales universidades estatales. Sin em-
mezclaron con los “asesoramientos técnicos” bargo, de las pocas que armaron una carrera
académicos, con las prácticas pedagógicas, con de arquitectura, ninguna logró establecer un
la designación de profesores, con la creación de perfil diferencial, atadas por el problema de las
posgrados. Así, la unidad de la enseñanza uni- incumbencias profesionales.
versitaria con los requerimientos “reales” del Así, tanto en las universidades públicas co-
mundo, principio que había alentado el cami- mo en las privadas, la enseñanza de grado con-
u TRABAJO EN TALLER EN LA FADU - UBA. no de la Arquitectura Moderna, pareció alcan- tinúa el modelo de talleres que reclamaron
zarse perversamente. La orientación estricta- una orientación bauhausiana, pero que en re-
tectónico Avanzado; dieciocho carreras de es- mente profesionalista que había caracterizado alidad no se apartaron demasiado de la me-
pecialización, entre las que se cuentan ofertas siempre estas casas de estudio, y que se inten- cánica del atelier. La masividad actual en las
tan variadas como Arquitectura de Interiores, tó reformar por ley premiando el perfil inves- principales casas de estudio ha implicado la
Lógica y Técnica de la forma, Historia y Ccrí- tigativo, no se alteró. Sin embargo, debemos se- ausencia de un contacto fluido entre profeso-
tica, Planeamiento de los Recursos Físicos en ñalar que la actividad investigativa se multiplicó res y alumnos, y la tan ansiada estabilidad de
Salud, o Tasación de Inmuebles. Otras facul- y se crearon centros, institutos y grupos de in- los profesores, de tanta importancia en térmi-
tades siguieron el camino de los posgrados. vestigación que han aportado valiosos resulta- nos no solo gremiales, sino porn la posibilidad
Mar del Plata se reveló exitosa con la Maestría dos, aunque la investigación sigue siendo una de consolidación de experiencias, redundó en
en Gestión Ambiental, sumándole otras tres actividad todavía minoritaria. una ausencia de recambio generacional en la
(Gestión del Patrimonio, Hábitat y Vivienda, Dentro de este marco neoliberal, un tema dirección de las cátedras.
Higiene y Seguridad en el Trabajo); la Nacio- particular lo constituye el florecer de faculta- Resulta difícil, finalmente, estimar con im-
nal de Córdoba posee cinco maestrías, La Pla- des públicas y privadas de arquitectura con chan- parcialidad los cambios en los contenidos de
ta tres carreras de especialización, Rosario ha ces de competir con las tradicionales faculta- la enseñanza de arquitectura en estos últimos
implementado en los últimos años el doctora- des públicas. Debe recordarse brevemente que años. La crisis del Movimiento Moderno ya es-
do y aun la Facultad de Arquitectura de Salta, la misma existencia de universidades privadas taba consumada en los años ochenta, pero no
de reciente creación, abrió una maestría en Ges- había sido un tema ríspido desde los años cin- dio lugar a otro relato inclusivo y heroico co-
tión Ambiental. Muchas facultades públicas y cuenta: los conflictos entre liberales y católicos, mo aquel había construido. Los noventa fueron
privadas optaron por iniciar los estudios vin- que culminaron en 1958 con una victoria pí- años de encierro en los límites disciplinares, de
culados a la arquitectura o al hábitat desde la rrica de la posición liberal, se había iniciado avance notable en las experimentaciones for-
formación de posgrado, articulada con la in- con la inclusión como artículo del Decreto 6043 males, pero de escasa articulación con los pro-
vestigación (Gral. Sarmiento; el CEAC de la de 1955 sobre reorganización universitaria del
Universidad Di Tella). Pocas son, sin embargo, derecho de la iniciativa privada a crear uni-
las que cuentan con acreditación de la CONE- versidades libres. Se fijó entonces un examen
AU: el nivel es notablemente desparejo. Se ca- de habilitación para las universidades privadas,
rece aún de experiencia, en particular en el área que pronto se convirtió en meramente formal.
específica de Arquitectura, de una vinculación En 1959 se autorizó la creación de la Univer-
orgánica con la investigación, también recien- sidad Católica de Córdoba, que abre la carrera
te en estas facultades (con la excepción de los de arquitectura. Se crearon también, bajo es-
estudios históricos y urbanísticos, v. Historiogra- te impulso, las primeras facultades privadas de
fía y crítica de la arquitectura) y de la preparación de arquitectura que no estaban tuteladas por la
profesores con títulos máximos. Iglesia, como la ya mencionada Mendoza, la
Estas diversas elecciones de la década de Kennedy (1964) y la Universidad de Belgrano
1990 deben ponerse en contexto con la mo- (1970), ambas en Buenos Aires. Por diversos
dernización neoliberal que caracterizó la déca- motivos, sin embargo, estas facultades —que
da. Aunque la poderosa Buenos Aires mantu- desaprovecharon la oportunidad que les brin-
vo un rector radical durante el período dó implícitamente la dictadura cuando distin-
menemista, la filosofía fue similar a la del go- guidos profesores abandonaron las facultades
bierno nacional. A diferencia de los años ochen- estatales, continuando su organización como
ta, cuando los problemas económicos detu- academias— contrataban a sus profesores por u TRABAJO EN TALLER, FADU - UBA.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 43


blemas concretos que la arquitectura presenta- Puiggrós. La otra Reforma: desde la educación me- En: http://www.mcye.gov.ar/publicaciones/zona/EEF;
ba en el ámbito local. En un clima de crisis in- nemista al fin de siglo. Bs. As.: Galerna, 1997; En- Ministerio de Educación. "Alumnos, Nuevos Ins-
ternacional de los principios que definen la dis- trevistas públicas a los protagonistas de los sesen- criptos y Egresados de Arquitectura. Universidades
ciplina, no resulta extraño así que las nuevas ta. Bs. As.: Cátedra Juan O’Gormann, 1998 (mimeo); Nacionales. 1996-2000". En: http://ns1.spu.edu.ar/cge/
tendencias que se suceden con cada vez ma- S. Blanco & C. Gil Casazza, & J. Valentino. La ense-
yor velocidad no hayan ido de la mano con pro- ñaza de la arquitectura y el diseño: estructuras cu-
puestas decididas en el ámbito pedagógico de rriculares. Bs. As.: FADU- UBA, 1998; M. Bessone. ESCUELA. f. Edificio destinado a la enseñanza
grado. C. S/ G. S/ M. R. Nuevo enfoque en la enseñanza del diseño: huellas primaria. La problemática de la arquitectura
de un taller experimental. Revista Polis de la FA- escolar y la necesidad de erigir edificios es-
Bibliografía: R. Trostiné. La enseñanza del dibujo en DU de la Universidad Nacional del Litoral, 1999; peciales para la educación comienza a ocu-
Buenos Aires. Desde sus orígenes hasta 1850. Bs. As.: E. Bekinschtein y A. Aldasoro. Arquitectura: for- par un lugar con las iniciativas del Secreta-
Instituto de Didáctica “San José de Calasanz” (Fa- mación y profesión. Bs. As.: FADU-UBA, 2000; J. M. rio del Consulado, Manuel Belgrano, en
cultad de Filosofía y Letras – UBA), 1950; T. Hal- Marchetti (comp.). Pensar la arquitectura. Bs. As.: relación con sus gestiones para abrir las Es-
perín Donghi. Historia de la Universidad de Bue- FADU-UBA, 2000; M. Pronko. El peronismo en la cuelas de Náutica, Matemática y Dibujo en
nos Aires. Bs. As.: Eudeba, 1962; Breve reseña Universidad. Documentos de Historia Oral y Grá- 1799. Estos planes pudieron concretarse par-
histórica de la Facultad de Arquitectura y Urba- fica de la UBA. Bs. As.: Secretaría de extensión Uni- cialmente en edificios existentes adaptados
nismo de la Universidad de Buenos Aires. Bs. As.: versitaria, 2000; J. F. Liernur. La arquitectura mo- de forma precaria, pero la necesidad de con-
FAU-UBA, 1976; Donald Drew Egbert. The Beaux- derna en la Argentina. La construcción de la tar con ámbitos higiénicos, ventilados, ilu-
Arts tradition in French Architecture. Princeton modernidad. Buenos Aires, FNA. 2002; Ana María minados y adecuados para el ejercicio de la
University Press, 1980.; J. Myers. “Sísifo en la cuna, Rigotti. “Un plan de estudios para la carrera de ar- docencia fue moldeándose con el debate por
o Juan María Gutiérrez y la Organización de la En- quitectura”. En: A. M. Rigotti. Ermete De Lorenzi. el modelo educativo. Las primeras indica-
señanza de la Ciencia en la Universidad Argenti- Ideas. Lecturas. Obras. Inventos. Rosario, FAUPD- ciones concretas en relación con las condi-
na”. Ponencia presentada en: Jornadas sobre Evo- UNR, 2003; Noemí Adagio. “Biografía”. En: A. M. Ri- ciones materiales de un edificio escolar las
lución de la Educación Superior. Bs. As., 1992; gotti. Ermete De Lorenzi, op. cit. Noemí Adagio, Sil- planteó Sarmiento en su Educación popular,
Ministerio de Cultura y Educación. “Censo de es- via Pampinella, Ana María Rigotti (comp.). Historias en 1849, y puede decirse que el primer edi-
tudiantes de universidades nacionales 1994. Re- de la Escuela. 80 aniversario de la creación de la ficio que cumple con esas normas mínimas
sultados definitivos. Totales por universidad. Cru- carrera de Arquitecto en Rosario. Rosario, FUPD- es la escuela Catedral al Norte en Buenos Ai-
ces de variables”. Bs. As.: Ed. del Ministerio, 1994; UNR, 2004 (en prensa); Ministerio de Educación. res, de 1859. A partir de la Ley 1420 de en-
Congreso de La Nación Argentina Ley N.° 24521, Ley “Enseñar el futuro. Diez años de transformaciones señanza primaria obligatoria, gratuita y lai-
de Educación Superior, del 20 de julio de 1995; A. educativas en la Argentina,1989-1999”. ca, sancionada en 1884, el Estado se hace

u PATIO CENTRAL DE LA FACULTAD DE ARQUITECTURA, DISEÑO Y URBANISMO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES.

44 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ens esc
cargo de la construcción de edificios espe-
cialmente destinados para la educación en la
Argentina y de la normativa para los empren-
dimientos privados. La arquitectura escolar
adquiere desde entonces un lugar especiali-
zado en la producción edilicia vinculada a la
escolaridad primaria.

La iniciativa de Manuel Belgrano para abrir


las escuelas de Matemática, Náutica y Dibujo
(1799) generó la necesidad de instaurar un sis-
tema educativo desde una perspectiva moder-
na. Posteriormente, la organización de la en-
señanza primaria formó parte integrante del
plan de reformas propiciadas durante el go-
bierno del Gral. Martín Rodríguez, por su Mi-
nistro Bernardino Rivadavia. En 1822 las es-
cuelas pasaron del control del Cabildo al control
del Departamento de Primeras Letras, incor-
porado a la recientemente creada Universidad
de Buenos Aires. Desde entonces el “sistema
lancasteriano” o de “enseñanza mutua” se hi-
zo obligatorio. Este método, conocido en Bue- u PATIO INTERIOR DE UN EDIFICIO ESCOLAR EN BUENOS AIRES.
nos Aires desde 1816, se basaba en la enseñanza
impartida por los alumnos más avanzados a los especialmente de antiguos conventos o edifi- de acuerdo con la disponibilidad en cada caso.
principiantes. La escuela contaba con un aula cios que habían pertenecido a instalaciones re- La mayoría de las veces no se satisfacían las
como recinto único, de forma alargada, donde ales, en general de grandes dimensiones. condiciones mínimas de higiene y ventilación.
se reunía a los alumnos de todas las edades, Tempranamente Sarmiento, desde su libro De todos modos, durante la presidencia de Sar-
ubicados en sitios predeterminados. El equi- La educación popular (1849), planteó la priori- miento (1868-1874), se abrieron cerca de ocho-
pamiento constaba de largas mesas alineadas dad que tenía la construcción de edificios es- cientas escuelas en todo el país, y se triplicó la
en filas, en las que se alternaban los estudian- pecialmente proyectados para escuelas para el matrícula escolar.
tes avanzados con los de inferior nivel. éxito del sistema de educación moderno. De- La primera escuela construida especialmente
El único proyecto de escuela lancasteriana dicó un capítulo al análisis de las condiciones fue la de Catedral al Norte, en Buenos Aires
que se ha conservado es el realizado por Car- materiales de los edificios escolares, realizan- (1858). Realizada con una pequeña participa-
lo Zucchi (v.) en 1833. Elaborado a pedido de do un estudio comparativo de tratados de ar- ción del gobierno provincial y la autogestión ve-
una comisión de vecinos, este proyecto con- quitectura escolar de los Estados Unidos y va- cinal, el resultado se encontraría lejos de los de-
sistía en un establecimiento para niñas, que rios países europeos, además de observaciones seos expresados por Sarmiento. Proyectada y
debía ser erigido en un terreno contiguo al tem- directas que realizó durante sus viajes. Intro- construida por el arquitecto Miguel Barabino
plo de San Nicolás (Buenos Aires). Constaba dujo la idea de que la atención a los problemas (v.), se ubicaba en un terreno acotado, entre me-
de planta baja y dos patios, con una sala tea- de higiene, asoleamiento (v.) y ventilación (v.) dianeras, sobre la calle Reconquista 461 (hoy
tral, un aula alargada, una rotonda y respon- debían ser determinantes para este tipo de ar- demolida). Tenía una fachada austera en estilo
día a la estética neoclásica. quitectura. Además era importante que las es- Neorrenacimiento (v.) y las aulas recostadas so-
A mediados del siglo XIX, Domingo Faus- cuelas fuesen estéticamente atractivas, “con bre un lateral del terreno. El resultado final de
tino Sarmiento introdujo un cambio signifi- cierto lujo de decoración”, a fin de educar no este edificio señalaba las limitaciones que im-
cativo en los métodos de enseñanza al difundir solo el físico, sino el gusto de los niños. ponía la pobre participación del Estado en la
la aplicación del “sistema simultáneo”: alum- En 1853 se estableció en la Constitución Na- construcción de escuelas.
nos reunidos en aulas por niveles de conoci- cional que las provincias eran las responsables El viraje definitivo se produjo en el marco
mientos, con la asistencia de un maestro o mo- de garantizar la educación primaria y debían de las nuevas corrientes de ideas que reina-
nitor. Este concepto afectó la arquitectura proveer a través de sus constituciones los re- ban en la década de 1880. Luego de un extenso
escolar, pues la composición de los edificios va- cursos necesarios. En la Provincia de Buenos debate durante el Congreso Pedagógico (1882),
riaría según la cantidad de aulas en función de Aires, Sarmiento implantó el mecanismo de la sanción de la Ley 1420 de educación común,
los alumnos. Sin embargo, por varias décadas autogestión vecinal para la apertura de escue- gratuita, laica y obligatoria (1884) desplazó del
más, los sitios de enseñanza continuaron sien- las. Consistía en la obtención de recursos de dominio de la enseñanza a la Iglesia Católi-
do lugares originalmente destinados a otros manera independiente, por esfuerzo de los ha- ca al tiempo que representó el triunfo de las
usos, como casas de alquiler, mercados, etc. Es- bitantes de cada barrio o ciudad. La mayoría tendencias que planteaban la imposibilidad
ta tendencia de recuperación de edificios se apli- de estas escuelas se ubicó así en edificios exis- de una autonomía real y efectiva sin la parti-
caba en los países europeos, donde se disponía tentes obtenidos por donaciones y adaptados cipación de la nación.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 45


Las escuelas privadas existentes hasta en- respetaba siempre la premisa pedagógica de
tonces, en su mayor parte pagas y católicas, po- reunir en un sector principal la dirección, ad-
Plantas de edificios escolares seían pocos edificios especialmente construi- ministración, vestíbulos y vivienda del direc-
dos para ese fin. Vinculados tipológicamente tor, sobre el que se concentraría la carga re-
a las organizaciones claustrales propias de los presentacional en la fachada; luego otro sector
conventos, se encuentran entre estas escuelas de aulas, patios y circulaciones, y finalmente
el Colegio San José y el Lasalle (1881), que ha- las aulas especiales. Los baños se ubicaban al
bía pertenecido anteriormente a la Asociación fondo del terreno, completamente exentos.
Católica Irlandesa. La aplicación de las normas higiénicas dio
Durante el primer gobierno de Julio A. Ro- lugar a distintas modalidades de organización
ca (1880-1886), el Estado se ocupó de manera de la secuencia compositiva aula / galería / cir-
plena del problema de la educación, creando culación exterior, que ponía en evidencia las
para tal fin el Consejo Nacional de Educación distintas interpretaciones de los criterios vi-
(CNE) en 1884, un organismo vinculado di- gentes para ventilación e iluminación. La or-
rectamente al gobierno nacional, pero a la vez ganización de las aulas de manera centraliza-
autónomo y multidisciplinar, encargado de ela- da en el terreno, como “islas” (Pasco y Estados
borar de manera integral el proyecto educativo. Unidos, Lebeau y Muñoz, 1886, Buenos Ai-
De esta forma, el Estado se hacía cargo de una res), se alternaba con ordenamientos de aulas
cuestión estratégica en el proyecto de moder- sobre un lateral del terreno, generalmente una
nización, como lo era la construcción de la iden- medianera, concentrando la resolución en los
tidad nacional en la Argentina. La formación aventanamientos (Defensa 729, Carlos Altgelt,
escolar constituía uno de los principales me- 1886). Esta última tendencia fue adoptada y
dios de homogeneización de las crecientes ma- ampliada posteriormente. Se sacrificaba en am-
sas de inmigrantes que se asentaban en el pa- bos casos la orientación (v.): San José 977, Le-
ís. Esta decisión implicó también el dominio beau y Muñoz, 1886; Santa Fe y Paraná, Es-
de la enseñanza laica por sobre la religiosa, cuela Onésimo Leguizamón, Morra y Battle,
tema central de debate durante el Congreso Pe- 1886, en Buenos Aires. También se intentó
dagógico de 1882, previo a la sanción de la ley. producir tipos repetibles (México 755 y Larrea
En esta primera etapa, el CNE contrató pa- 218, Dumangin, en Buenos Aires), pero en esos
ra el proyecto, construcción e inspección de los años el problema estaba aún en discusión. Tan-
edificios escolares a los más destacados profe- to la normativa francesa como la alemana se
sionales en ejercicio. Figuras como Joaquín oponían, señalando que cada escuela debía pro-
Belgrano (v.), Carlos y Hans Altgelt (v.), Fran- yectarse para cada sitio, programa y condicio-
cisco Tamburini (v.), Carlos Morra (v.), A. Ch- nes particulares, desalentando la preparación
ristophersen (v.), J. A. Buschiazzo (v.), entre de proyectos modelo (Narjoux 1878; 1881).
otros, participaron en la conformación del pri- Este primer conjunto de escuelas (1882-
mer conjunto de escuelas construidas por el 1886) siguió dos líneas diferentes en la re-
Estado en el país. presentación de las fachadas, aun en obras co-
Entre 1884 y 1886 el gobierno inauguró, so- rrespondientes a un mismo autor. Una línea
lamente en Buenos Aires, 54 escuelas, 40 de recurría a la moderación expresiva, con míni-
ellas en un solo día. La historiografía tradicio- mos elementos decorativos. Los edificios se ex-
nal, referida a la arquitectura escolar de este pe- tendían en una sola planta y la única alteración
ríodo, se ha detenido en una ponderación de decorativa o de nivel se situaba en el acceso que
las cualidades técnicas respecto de la aplicación nucleaba también la vivienda del director.
de principios higiénicos y en la valoración orien- Paralelamente se desarrollaba otro tipo de
tada desde una perspectiva patrimonialista. En escuelas que, además de expresar su función,
general se la ha considerado como producto de representaba el grado de máxima importancia
la utilización de estilemas eclécticos. que el Estado confería al proyecto educativo.
Las escuelas se ubicaban en terrenos ob- Se trata de aquellos edificios para los que se
tenidos por medio de donaciones. Esta situa- disponía de terrenos amplios, cuya composi-
ción constituía un dato condicionante que obli- ción en planta incorporaba esquemas organi-
gaba a ajustar las propuestas a cada caso en zativos de otras tipologías —como la de los hô-
particular. Puede decirse que en esta primera tels particuliers o los palacios—, todos de doble
u
etapa, los profesionales adoptaron una posi- altura, con un tratamiento clásico en fachada
DISTINTAS PLANTAS DE ESCUELAS DESDE
ción experimental en relación a una temática —basamento, desarrollo y remate—, apelan-
MEDIADOS DE SIGLO XIX A PRINCIPIOS DE SIGLO XX.
especializada y novedosa en nuestro medio. do a la utilización de elementos decorativos
La organización jerárquica del programa pertenecientes a estilos historicistas. En gene-

46 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


esc esc
ral no se aplicaba el Neogótico, asociado con
la edificación escolar religiosa, tanto católica
como protestante.
Este tipo de escuelas fueron leídas genéri-
camente como escuelas-palacio. Las más re-
presentativas son la Escuela Petronila Rodrí-
guez de Carlos Altgelt (1884), la “Sarmiento”,
de Carlos Morra, la “Nicolás Avellaneda” de
Francisco Tamburini, todas estas en Buenos
Aires. Inmediatamente recibieron fuertes crí-
ticas desde distintos sectores políticos y socia-
les en torno del problema que generaba su fal-
ta de adecuación al “carácter nacional” y a la
necesidad de construir una imagen del pro-
yecto educativo estatal que fuera menos festi-
vo y más solemne.
Luego de este período, la construcción de
escuelas disminuyó hasta suspenderse, entre
otros factores, debido a la crisis de 1890. En
su segunda presidencia (1898-1904), Roca re-
tomó la iniciativa con la aplicación de nuevos
criterios. La construcción de escuelas dejó de
ser un conjunto de proyectos individuales. Se u ESCUELA PRESIDENTE ROCA, DE CARLOS MORRA, EN LIBERTAD Y TUCUMÁN, BUENOS AIRES.
creó un plan de escuelas tipo, clasificadas por
la forma del terreno y la cantidad de alumnos, línea que va de la escuela palacio al “templo ción de los últimos avances en iluminación y
centralizado desde el CNE por un solo pro- del saber” se mantuvo por dos décadas más, ventilación; mayor relación de superficie por
yectista: Carlos Morra (v.). La clave estaba en la buscando afirmar el carácter de la escuela pú- alumno y la inclusión de una cocina industrial
repetición sistematizada de tipos para que brin- blica a través de la aplicación de elementos para dar respuesta a la Ley de la Copa de Leche
daran una imagen institucional homogénea. de los estilos historicistas. (1917), pensada para reponer energías durante
La fachada constaba de un módulo único, coin- Ese camino continúa en la serie de “Los el transcurso de la actividad educativa. El má-
cidente con el acceso, compuesto a modo de nuevos edificios del CNE” (1916) bajo proyec- ximo interés estaba concentrado en la necesi-
arco de triunfo con frontis saliente y pilastras to y dirección de su discípulo, Juan A. Waldorp dad de acentuar el carácter de la institución en
de orden doble corintio. Su ubicación era asi- (h). Waldorp trató cada proyecto como único. estos términos: “estilos nacionales” y nuevos
métrica respecto del módulo de aventanamiento No había repetición, pero sí una uniformidad lenguajes modernistas intentaban atenuar la
de aulas, repetible según la cantidad. Pero lo estilística, dada por la utilización de los mis- anterior imagen monumental.
novedoso de la escuela tipo fue el rol que ad- mos recursos expresivos medidos, definidos,
quirió el patio en la organización de la plan- y una composición más ceñida a las normas 2. Propuestas basadas en criterios de finan-
ta, incorporado a partir de su revalorización académicas. Desde el punto de vista progra- ciación por capital privado. Se trata de las es-
desde el ámbito pedagógico. El patio dejó de mático se incorporó definitivamente el baño al cuelas estándar (1927). Las suburbanas esta-
ser un reservorio de aire para constituirse en conjunto de la edificación escolar. ban construidas en lotes amplios; las aulas y
un lugar donde los alumnos pudieran desa- El último proyecto de escuela palacio es el dependencias se ubicaban sobre una fachada
rrollar ejercicios corporales y distraer su ima- Instituto Bernasconi (1918) de J. A. Waldorp exterior, continuación de la vía pública, sin pa-
ginación. La impronta militarista y la incor- (v.). De estilo florentino, este complejo de dos tio interior (1927). Las escuelas estándar ur-
poración de la educación física en la currícula escuelas, museo y aulas especiales albergaba banas (1931) ocupaban predios de al menos tres
escolar convirtieron al patio en el sitio de con- paradójicamente el proyecto educativo más mo- lotes agrupados; con 10 aulas alrededor de un
trol corporal. Debía ser de formas regulares y derno de América Latina en su tiempo. patio central, sin vivienda para el director, ni
sin obstáculos para facilitar la tarea de super- Las décadas de 1920 y 1930 se caracteri- ornamentos y, en general, de una sola planta.
visión. Proveniente de este conjunto de es- zaron por la variedad de propuestas, que po- Ambos tipos eran de costo reducido y su dis-
cuelas, el concepto de “patio central”, aunque drían agruparse en tres líneas de desarrollo: posición preveía su reutilización para otros fi-
no siempre lo era en un sentido estrictamen- nes —casas de patios o conventillos—, en ca-
te geométrico, perduró hasta la década de 1960. 1. Consolidación de la tipología existente. En es- so de incumplimiento del pago por parte del
Al mismo tiempo Morra realizó la Escuela te grupo de escuelas se encuentran las proyec- CNE. Por ello las aulas eran de 8 x 4 m trans-
Roca (1902). Con la aplicación de un lenguaje tadas por Alberto Gelly y Cantilo (v.) durante su formables en módulos de 4 x 4 m.
clásico, podio, columnas jónicas y frontis de lí- gestión al frente de la Dirección de Arquitectu-
neas neogriegas, este edificio se planteó como ra Escolar del CNE. Se trata de variaciones par- 3. Nuevas tipologías. Desde 1917, las ideas pa-
un modelo de referencia —el “templo del sa- ciales de la tipología de Morra, con mejoras en ra la “escuela activa” o “escuela nueva” se in-
ber”—, más austero y decididamente laico. La los criterios de elección del terreno; incorpora- corporaron al debate pedagógico. Relacionadas

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 47


vinculados a los nuevos barrios obreros. Sin
mayores cambios tipológicos, estos empren-
dimientos se caracterizaron por la aplicación
de un estilo californiano, difundido en la ar-
quitectura del período. La excepción más in-
teresante es la Escuela Guillermo Griet, de Sa-
criste (v.) y Horacio Caminos (1947) en
Tucumán (v. Contemporánea, arquitectura).
La UNESCO, creada en la inmediata segunda
posguerra con la finalidad de difundir la edu-
cación para la paz, adquirió un nuevo prota-
gonismo hacia finales de la década de 1950. Los
países industrializados consideraban la edu-
cación masiva como una pieza clave para el de-
sarrollo económico y tecnológico. Comenzaron
a poner mayor interés en los edificios para la
educación y en la incorporación de las nuevas
metodologías pedagógicas: enseñanza en equi-
u ESCUELA EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES, REALIZADA DURANTE LA GOBERNACIÓN DE MANUEL FRESCO. po, uso de la televisión, aprendizaje en grupos
comunitarios. En 1958 la Ford Foundation, en
con las propuestas de Rosa Montessori (1870- trabajo en el proyecto para un plan de escue- Estados Unidos, estableció el primer Laborato-
1952), partían de reconocer que el niño podía las en la Provincia de Santa Fe. rio Educacional en el que el diseño de edificios
comprender el mundo a través de los sentidos, La crisis política de 1930, con el consecuente escolares era parte de los nuevos proyectos edu-
más que por el razonamiento lógico. Median- golpe militar, interfirió en el debate pedagógi- cativos. En 1961 se crearon organizaciones re-
te el uso de material didáctico, y a través del jue- co. En 1936, a cincuenta años de la Ley 1420, gionales en Asia, África, Oriente Medio y Ame-
go, el niño podía desarrollar su capacidad de se puso en marcha desde el CNE un plan de rica Latina, con el objetivo de promover y
conocimiento. La escuela activa proponía el tra- recambio de la imagen de la escuela pública: sistematizar la construcción de escuelas en la
bajo en grupo, con los niños ocupados todo el su carácter moderno pondría el acento en una región. Una de ellas fue el CONESCAL (Cons-
tiempo, buena luz y, particularmente, movili- austeridad máxima y en la concentración en la trucciones Escolares para América Latina), ins-
dad del equipamiento y maestros en movi- función educativa. El plan, a cargo del director talado en México en colaboración con la OEA
miento, no sentados en el tradicional escrito- de Arquitectura Escolar del CNE, Alberto Gelly (Organización de los Estados Americanos). Es-
rio: hasta fines de la década de 1960 los bancos y Cantilo, comprendía la construcción de al- ta organización estuvo activa hasta 1984 y su
escolares estuvieron fijados al piso. Las Escue- gunas escuelas nuevas como: Joaquín V. Gon- función era asesorar a los gobiernos mediante
las al Aire Libre (o para niños débiles), pro- zález (1930), Guillermo Rawson y el proyecto la difusiónde modelos y normativa escolar tan-
puestas por el Dr. Ramos Mejía para los par- de demolición y reconstrucción de fachadas, to en el campo pedagógico y didáctico como en
ques Lezama y Chacabuco (1908), constituyeron con un lenguaje racionalista, blanco, despo- el equipamiento edilicio y funcional.
los primeros intentos de renovar las propues- jado de toda ornamentación, que reafirmaba En la Argentina estas ideas coincidieron
tas arquitectónicas a partir de cambios peda- el rol modernizador del Estado y el carácter lai- con la nueva entrada en vigencia de la ley 1420,
gógicos. Se eliminaba el patio claustral y las au- co de la educación: Escuela Benjamín Zorrilla, la recuperación de la autonomía del CNE —
las se abrían en “L” al verde del parque. realizada en el plan de 1884 por Lebeau y Mu- aunque la gestión de recursos era compleja—
El proyecto que acompañó tempranamen- ñoz, llamada “Cinco Esquinas”; Escuela Nico- y con la instalación del desarrollismo en el go-
te estas ideas fue el de la Escuela del Jockey lás Avellaneda, de F. Tamburini, en Viamon- bierno. Tales condiciones fueron especialmente
Club (1928), de Sánchez Lagos y De la Torre te y Talcahuano, ambas en Buenos Aires, propicias para la educación local, que experi-
(v.). Ubicada en un amplio terreno en Buenos reformadas por Gelly y Cantilo. mentó un importante proceso de renovación
Aires (Av. del Libertador y Olleros), rompe con En 1943 se retira la autonomía del CNE y se de los criterios pedagógicos, programáticos, di-
la concepción de la arquitectura escolar vigente. suprime en 1949, pasando a ser una depen- dácticos y de los espacios destinados a la en-
Sin claustros, ni bóvedas, y prácticamente sin dencia ministerial. Se abre así un período de señanza. En los inicios de la década de 1960
muros, la escuela consiste en un gran espacio legislación contradictoria que oscilaba entre se realizaron experiencias con estas ideas avan-
alargado y flexible. Las puertas plegadizas vi- la centralización y descentralización del control zadas, que cambiaban las concepciones pro-
driadas permiten convertir el aula o las circu- de la arquitectura escolar, entre el Ministerio gramáticas, funcionales y arquitectónicas exis-
laciones en patios cubiertos e incorporar el jar- de Educación y el de Obras Públicas (v.). tentes. La renovación generó un impulso en la
dín exterior como expansión. Su esquema La obra pública del período del gobierno construcción escolar con un particular acen-
simétrico, la aplicación del estilo Georgian a peronista en general estuvo signada por un to en la edificación de escuelas por parte del
las fachadas, con muros blancos, formas pu- acento en las obras de interés social. En este sector privado, que integró la propuesta edili-
ras y techos de tejas rojas, impone al edificio contexto, el MOP desarrolló un plan de escuelas cia a su oferta pedagógica. Es el caso de las es-
un carácter austero. Este nuevo concepto de a las que hay que agregar la construcción de 21 cuelas “Ramat Schalom” (1961), de los inge-
escuela es continuado por el mismo equipo de hogares escuela, por la Fundación Eva Perón, nieros I. Dujovne, G. Faigon y los arquitectos

48 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


esc esc
B. Dujovne y S. Hirsch, Prov. de Buenos Ai- dagógicos orientados al desarrollo integral del A pesar de las críticas, se ha logrado un con-
res; “ACINDAR” (1963), de L. Aizemberg, J. individuo, la flexibilización de los métodos junto de escuelas de alta calidad.
Rey Pastor, E. Aubone y J. E. Hardoy (v.) — educativos y la utilización de técnicas moder- Una característica especial de este plan fue
HARPA— y B. y T. Noguerol en Rosario; “Bel- nas en los procesos pedagógicos. El MÓDU- la convocatoria de varios de los estudios más
grano Day School” (1965) de Mario Roberto LO ’67, basado en la Arquitectura de sistemas renombrados del país. Con el proyecto y di-
Álvarez y asociados (v.) en Buenos Aires; “La (v.), proponía: utilización de un sistema mo- rección de Antonini, Schön Zemborain (v.), SE-
Asunción” (1965) de Onetto, Ugarte y Balvé Ca- dular que tomaba como unidad el aula de 7,20 PRA (v.), Llauró y Urgell (v.), Raña Veloso, Álva-
ñás en Buenos Aires; “Henry Ford” (1966) de m x 7,20 m, la estructura resistente como re- rez Forster, Estudio Kokourek, integrado por
Rafael R. Graziani y Luis J. Graziani en la Prov. ferencia espacial y ordenadora de los servicios, Estanislao Kokourek, Elvira Castillo, Martín La-
de Buenos Aires; y también varios emprendi- tabiques interiores móviles, control del perí- borda, y la coordinación general de Miguel Can-
mientos estatales, entre otros, la Escuela N.° metros de fachada exterior; concebir la escue-
1, Distrito Escolar 17, de Jorge Frías en Buenos la como una totalidad articulada y no como
Aires; “Leandro Alem” de Soto y Rivarola (v.) — una suma de partes aisladas, áreas educativas
1957-1963— y el Plan de Escuelas para Mar del entendidas como elementos flexibles y mo-
Plata de J. M. Borthagaray (v.), P. Castellú y Car- dificables, empleo intenso de espacios e ilu-
los Marre, del cual solo se concretaron dos, sus- minación de áreas de uso. Con criterios simi-
pendido por el golpe militar de 1966. Este pri- lares se crearon los ER65 y ER66, destinados
mer conjunto de nuevas escuelas comparte un a normativa para escuelas rurales.
alto grado experimental en la aplicación de las El sistema combina satisfactoriamente nor-
nuevas pautas, pero también en el esfuerzo por malización con libertad formal. Buenos ejem-
alinearse dentro del debate estético del mo- plos de aplicación se encuentran en la Escue-
mento (v. Contemporánea, arquitectura). la Ítalo-Argentina Carlos della Penna (1969)
Hacia mediados de los años sesenta, en di- —cuyo concurso ganó Juan Manuel Bortha-
ferentes organismos de gobierno y con el im- garay— en Buenos Aires; y la Escuela Presi-
pulso de la UNESCO, se formaron grupos de dente Kennedy (1969), Villa Cabrera, Córdo-
investigación. Desde la Secretaría de Cultura y ba, de Alberto Dutari, en la línea de Caveri (v.).
Educación, el Grupo de Desarrollo de la Direc- La aplicación del sistema M67 influyó de-
ción Nacional de Arquitectura Educacional (DI- finitivamente en la arquitectura escolar ar-
NAE), dirigido por el arquitecto Adolfo Storni, gentina. La DINAE participó, entre otros pro- u PLAN DE 30 ESCUELAS PARA BUENOS AIRES.
con la coordinación de Horacio Pando (v.) a car- yectos, en la Escuela Castelli de Tarija, Escuelas
go de un equipo técnico integrado por José M. 25 y 26 de Lugano I y II, Escuela de Ciudad giano, crearon prototipos y premisas compo-
Gassó, María del Carmen Soncini, Miguel Can- Gral. Belgrano. En 1972 publicaron Política de sitivas que fueron retomados en varias ciudades
giano, Marta Caprile y los ingerieros Cesar Fras- las construcciones escolares y Código rector de ar- del interior del país y dieron unidad al conjunto.
carelli y Rolando Rocha, se creó un sistema cons- quitectura escolar y, tanto el conjunto básico de Podría juzgarse como el último plan de escue-
tructivo y proyectual llamado Módulo ’67. esas normas como el espíritu general del sis- las en el que el Estado intentó, a través de la ar-
La concepción de este sistema partía de la tema siguen vigentes. quitectura, ser expresión de ideas y dejar una
necesidad de una incorporación masiva a la En el contexto de la fuerte intervención ur- marca duradera en el tiempo.
educación, la renovación de los planteos pe- bana de la intendencia del brigadier Osvaldo Las escuelas posteriores, a cargo de los go-
Cacciatore durante la dictadura militar se rea- biernos provinciales, ponen el acento en la ne-
lizó un Plan de 30 Escuelas —que se amplío a cesidad de multiplicar la cantidad, con el re-
60— para el que se compraron terrenos no me- sultado de construcciones mínimas, en las que
nores de 1.500 m2. La mayoría de las escuelas la austeridad es producto de la aplicación de
se situaron en plazas, por lo que se convirtie- recursos acotados para garantizar un funcio-
ron en edificios exentos, condición atípica en namiento no siempre adecuado, y cuya mate-
la trama regular de lotes contiguos de Buenos rialidad pone en duda su durabilidad.
Aires; en el caso de los terrenos entre media- A pesar de los pronósticos que vaticinaban
neras, al ocupar frentes de más de dos parce- el fin de la escuela en favor de la formación a
las, la separación de la línea municipal y la uti- distancia por computadora, la situación actual
lización de una doble fachada generan una indica que la necesidad de una educación de
ruptura de la trama. La apelación a materiales nivel cada vez más alto no puede prescindir del
tradicionales, como el ladrillo y el hormigón ar- espacio físico de intercambio social en el pro-
mado a la vista, aplicados a una geometría ári- ceso de aprendizaje. Para las escuelas de los
da, dan un aparente carácter neutral. El excesi- años 2000, cada vez más complejas en sus pro-
vo uso de superficies vidriadas puso en evidencia gramas, se siguen desarrollando aquellos prin-
la ambigüedad de la idea de “transparencia”, cipios de los años de 1960 que revolucionaron
que en el clima de tensión de la dictadura fue la educación: flexibilidad para usos múltiples,
u ESCUELA CARLOS DELLA PENNA, DE J. M. BORTHAGARAY. interpretado como un mecanismo de control. graduación de escalas para distintos grupos,

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 49


atención al individuo, acento en el uso comu- 1900). Bs. As.: CEAL, 1982; A. Puiggrós. “Sujetos, dis- y a las luchas gimnásticas. El estadio moder-
nitario, como señala el arquitecto argentino ciplina y currículum en los orígenes del sistema no reconoce raíces complejas: su modelo se
Carlos Ventin, especialista en arquitectura edu- educativo argentino”. En: Historia de la Educación refiere más bien a la tradición etrusco-ro-
cacional, autor de numerosas obras de este en la Argentina. 5 vols. Galerna, 1990-1997; O. Te- mana del anfiteatro, cuyo paradigma es el An-
tipo en Canadá. rán. “Miguel Cané: una Academia ateniense para la fiteatro Flavio (Coliseo). La figura redonda u
En la Argentina, los cambios de modalidad Cartago argentina”. En: Espacios. N.° 19-20. Bs. As., oval característica de estos edificios, con las
habitacional en barrios cerrados suburbanos, noviembre - diciembre de 1996; L. A. Bertoni. “Sol- gradas dispuestas en todo su contorno, man-
están promoviendo la creación de “escuelas dados, gimnastas y escolares. La escuela y la for- tiene hoy su funcionalidad, como así también
country”, que adquieren cierta mimetización mación de la nacionalidad a fines del siglo XIX”. sus dos formas típicas de inserción contex-
con el entorno pero, a diferencia de lo que fue- En: Boletín del Instituto de Historia Argentina y tual: la estructura cavada en una topografía
ron las escuelas de las comunidades —tanto Americana “Dr. Emilio Ravignani”. N° 13, 1.er se- montañosa, o destacada del entorno. En es-
religiosas como de origen inmigratorio, cuyo mestre 1996; Íd. “La Revista Nacional y la cons- te último caso, la conjunción de un programa
espíritu era conservar sus principios en con- trucción de la tradición patria a fines del siglo que contemplaba espectáculos masivos, las
junto con la integración a su lugar de resi- XIX”. En: IV Jornadas Interescuelas de Historia. San- grandiosas dimensiones resultantes y la vo-
dencia—, estas nuevas organizaciones afirman ta Rosa (La Pampa), septiembre de 1997; G. Brandá- luntad de afirmación política otorgó a este ti-
condiciones de aislamiento, en consonancia riz. La arquitectura escolar de inspiración sar- po de edificios el carácter monumental con
con el espíritu de los complejos. C. S. mientina. FADU-UBA, 1998; summa. N.º 17, 68, 95; que aún hoy se los asocia.
summa Temática. N.° 30 y 33.
Bibliografía: D. F. Sarmiento. La educación popular El estadio moderno, cuyo desarrollo típico
(1849). Bs. As.: Lautaro, 1949; F. Narjoux. Architec- coincide con la reasunción de programas ma-
ture de la ville de Paris. Les écoles publiques. Cons- ESTADIO. (Del lat. stadium y este del gr. sta- sivos, posee plurifuncionalidad dentro de la ac-
truction et installation en Belgique et en Hollande. dion). m. Lugar donde se practican deportes. tividad deportiva, acorde con la multiplicación
Paris: Morel, 1878; F. Narjoux. Les écoles publiques El origen griego de la voz remite a una unidad de especialidades en este campo. Así, las di-
en France et en Angleterre. Paris: Morel, 1881; F. P. de medida: el stadion, materializado en Olim- mensiones de la arena se establecieron de
Sunico. Nociones de higiene escolar. Bs. As.: Taller pia, sede de los famosos juegos, por dos pi- acuerdo con el tamaño oficial de la cancha de
Tipográfico Penitenciaría Nacional, 1902; CNE. “El lares cuya distancia intermedia (600 pies grie- fútbol (la que requiere el mayor tamaño: 100
Monitor de la Educación Común”. Ed. 1882-1916; C. gos, aproximadamente 192 m) indicaba la x 70 m) más las pistas de carrera que la en-
Morra. “Edificios escolares de primera enseñanza. extensión de la carrera olímpica original. En- vuelvan; la forma típica es elíptica, muy cer-
Consideraciones sobre sus condiciones higiénicas”. tre los griegos, la forma típica consistía en un cana a la oval de la Antigüedad, aunque hay
En: Revista de Arquitectura, agosto-septiembre de rectángulo extendido, uno de cuyos extremos variantes compuestas del original griego.
1925; CNE. Cincuentenario de la Ley 1420. Bs. As., terminaba en semicírculo. En Roma, el stá- La primera generación de estadios moder-
1941; Nuestra Arquitectura. N.° 433, 1966; J. C. Te- dium en sentido estricto también adoptó la nos se desarrolla en las cuatro primeras déca-
desco. Educación y sociedad en la Argentina (1880- misma forma funcional a las carreras de a pie das del siglo XX, y pueden citarse como hitos,
además de la reconstrucción del antiguo es-
tadio de Atenas para las primeras Olimpía-
das en 1896, el estadio de la Universidad de
Michigan, el estadio de Wembley, Inglaterra
(1923), el estadio olímpico de Berlín (1936).
Entre su anclaje tardo-clásico y su dimensión
monumental, el carácter de estos primeros es-
tadios modernos no podía satisfacer a la ge-
neración de posguerra. La aparente solución
para lograr una forma democrática y original
para requerimientos programáticos tan deter-
minantes pareció provenir, en las décadas de
1950 y 1960, de las tendencias orgánico-es-
tructuralistas. Sin transformar abiertamente
una tipología difícil de mejorar, pero trocando
lenguajes clasicizantes por las suaves líneas
derivadas de las nuevas posibilidades del cál-
culo estructural, se intentó atenuar el efecto ci-
clópeo de las sedes deportivas: la culminación
de este esfuerzo pareció verse en el nuevo es-
tadio olímpico de Munich en 1972, de Frei Ot-
to, quien, en una típica operación modernista,
retomaba el tema de la tela, una membrana
transparente, que cubría circos y estadios co-
u MONTESSORI GREENFIELD COLLEGE, SAN ISIDRO, BUENOS AIRES, DE MOSCATO Y SCHERRE. mo el Coliseo. La palabra estadio permanece

50 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


esc est
asociada en nuestro país a un deporte: el fút- ver, también originario de la Boca, tuvo que abre una nueva etapa en la organización del
bol. Así, la historia social del fútbol, y su sis- emigrar: su estadio se construyó en el borde de deporte, y nuevas modalidades de relación con
temática utilización para la afirmación políti- Núñez, un barrio de formación reciente. En am- el Estado: el peronismo impulsó una política
ca, aparece íntimamente ligada a la arquitectura bos casos, reforzaron la identidad preexistente específica, creando organismos de supervisión
de los estadios y su carácter simbólico. A par- o definitivamente la otorgaron. La cancha de que vincularon formalmente las asociaciones
tir de la expansión de los clubes barriales, se Boca (proyecto, 1932 – realización, 1938-1939) civiles con el poder. Por otro lado, es el perío-
define en la década de 1930 el perfil de depor- proponía problemas técnicos específicos para do de mayor expansión del fútbol profesional
te popular y nacional con el que aún hoy se su solución: el terreno era pequeño para la ca- y de participación masiva en los espectácu-
lo identifica. De los cinco grandes clubes que pacidad prevista por el programa. La solución los. Como en el período anterior, se otorgaron
entre 1931 y 1966 habían obtenido el campe- créditos oficiales a algunos clubes, con extra-
onato (Boca, River Plate, San Lorenzo, Inde- ordinarios beneficios, en especial a los apa-
pendiente y Racing), cuatro se conformaron drinados por personalidades destacadas del go-
como clubes de barrio, alimentados por socios bierno: el caso más sonado fue el del estadio
provenientes de sectores populares y capas me- de Racing (1950), apadrinado por el ministro
dias. Aparecen así íntimamente ligados a la Cereijo, pero también construyeron sus esta-
conformación identitaria del barrio porteño. dios Huracán (inaugurado en 1947) y Vélez
En el origen, los lugares de juego no poseían (1951). Desde el punto de vista arquitectónico,
una locación fija: se disputaban los abundan- carecen de la calidad de los ejemplos anterio-
tes huecos existentes en la trama urbana de res. No solo una serie de marcas secundarias
Buenos Aires. En la primera década del siglo, denotaban entonces la íntima relación con el
los estadios argentinos no eran más que cons- gobierno (como el busto de Perón en el hall de
trucciones precarias: en el mejor de los ca- Racing), sino que estadios como el de Hura-
sos, graderías de madera sobre estructura de u ESTADIO ”LA BOMBONERA”, LUEGO DE SU REMODELACIÓN. cán tendían a acentuar la monumentalidad con
perfiles de hierro colocadas en torno de un cam- pórticos clásicos o aprovechando la excepcio-
po. Para los años veinte el deporte ya había si- de Del Pini (v.), Sulcic (v.) y Bes subrayó esta ex- nal perspectiva desde la avenida coronándola
do en parte reglamentado, y muchos clubes de cepcionalidad, que es a su vez la del barrio: la con un imponente mástil.
origen humilde se habían transformado en en- inclinación abrupta de las tribunas otorga al Hacia la década del cincuenta, algunos pro-
tidades de relativa solvencia económica. La cul- edificio las características formales y sonoras yectos pioneros, como los de del Pini para el
minación de la identificación popular con es- que le valdrían el mote popular de La Bombo- nuevo Boca Juniors y para San Lorenzo, anun-
te deporte coincide con la década en la que se nera. Quinquela Martín, el pintor de la Boca, cian una revisión de esta tendencia ciclópea. El
construyeron dos hitos de la arquitectura de- realiza los frescos de su vestíbulo. organicismo estructural intenta sacar partido
portiva local, la década del treinta: las canchas El caso de River Plate (1935-1938) es dis- de las formas cuya resistencia se basa en su ge-
de Boca Juniors y River Plate. Una década sig- tinto. El proyecto primitivo, y las remodela- ometría y no en su peso, para obtener superfi-
nificativamente marcada, a su vez, por la pro- ciones sucesivas, estuvieron a cargo del estu- cies continuas, pulidas y livianas. Así, mientras
longación del movimiento de ascenso social de dio Aslan y Ezcurra (v.). El complejo de River en los estadios anteriores las tribunas eran ocul-
los sectores populares y por la reacción políti- resultó una típica operación conjunta entre in- tadas desde el exterior por la estructura de apo-
ca en el gobierno, que utilizó este aspecto de tereses privados y públicos: la Municipalidad yo completada con paños ciegos, el nuevo es-
la “identidad nacional”. En 1934 fue creada la aportó los terrenos externos al propio estadio tructuralismo permite retomar el protagonismo
AFA (Asociación de Fútbol Argentino), en don- en donde se preveía también una colonia de de la tribuna de los viejos anfiteatros griegos,
de predominaban los cinco clubes grandes. El vacaciones y un parque infantil. Se planeó des- pero destacándola como forma propia. Las nue-
principal problema señalado por la AFA fue, de el inicio con dimensiones olímpicas, con vas tipologías, doblemente referidas al origen
precisamente, la construcción de estadios: aun- una capacidad de 120.000 espectadores; su po- y al futuro, prometían la funcionalidad, la eco-
que estos clubes eran ya autosuficientes des- lifuncionalidad deportiva se contemplaba en nomía y la belleza derivadas de una geome-
de el punto de vista económico, difícilmente la variedad de instalaciones para otros depor- tría naturalista. No es arriesgado trazar las ín-
podían emprender obras de la envergadura re- tes situadas debajo de las inmensas tribunas: timas conexiones entre estas sugerencias y los
querida por la popularidad del deporte. A me- pileta cubierta, gimnasio, básquet, bochas, etc., mejores ejemplos de la serie de estadios que se
diados de 1936, el Poder Ejecutivo autorizó además de lugares sociales y administrativos. realizaron en 1978 para el Mundial de fútbol.
préstamos especiales para la creación de nue- Tal amplitud programática se expresaba en las La ocasión de ser la Argentina sede del even-
vos estadios. El crédito favoreció a algunos clu- variantes presentadas a la vista por los pórti- to fue aprovechada con fines políticos por la
bes privilegiados: de esta situación particular cos estructurales (rectos o inclinados según los dictadura, que pareció entonces llegar a su clí-
surgen los grandes estadios de River y Boca. requerimientos); pero la unidad formal otor- max. La vasta actividad edilicia (que no solo se
La cancha de Boca estaba implantada en el gada por la planta elíptica se acentuaba por el concentró en la renovación del stock deportivo,
viejo barrio que fue su cuna: un lugar que ya se ritmo preciso de los intercolumnios y la sime- sino que estuvo enmarcada por otras obras de
había convertido en un mito pintoresco, a ori- tría del acceso, coronado por los mástiles. El notoria publicidad y envergadura) no podía ser
llas del Riachuelo, sede de la bohemia porteña, estadio más importante de la Argentina fue así sino una pieza clave en los propósitos de pro-
del colorido de la inmigración asociada a velas, llamado: el Monumental. paganda. Por otro lado, el gobierno militar se
collage de chapas y multiplicidad de lenguas. Ri- Con la llegada del peronismo al poder, se inmiscuyó directamente en el fútbol, desde

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 51


el comienzo mismo de su gestión; el contra- estructuras de sostén: así, una superficie con-
almirante Lacoste, vicepresidente del ente au- tinua de sección parabólica surge apenas des-
Estadios del Mundial ‘78 tárquico Mundial 78, fue el factotum del even- de la visual peatonal, para adquirir toda su
to, saludado por entonces calurosamente por magnitud y elegancia al ingresar al campo. En
Para el Campeonato Mundial de Fútbol de las revistas populares de fútbol, y enjuiciado el corte puede observarse no solo la pulcri-
1978 se remodelaron los estadios de River luego en el período democrático por enrique- tud de las líneas de una geometría pura, sino
Plate, Rosario Central y Velez Sarfield y cimiento ilícito. Lacoste fue, como afirman el sutil desequilibrio impuesto por un terreno
se construyeron los de Córdoba, Mendoza y Scher y Palomino, “un claro exponente de las ascendente y la necesidad de ubicar mayor nú-
Mar del Plata. relaciones entre fútbol, negocios y represión”. mero de localidades en la mejor orientación:
Desde este punto de vista, reviste un interés esta leve asimetría, lejos de perturbar la línea,
especial verificar la absoluta autonomía de las la confirma en su “naturalidad”. El tercer te-
formas arquitectónicas respecto del dictado po- ma, la cubierta, se diseñó en forma indepen-
lítico directo: ellas respondían a una lógica diente, acentuando la liviandad del voladizo
de evolución interna de la disciplina. El uso de de poliéster traslúcido y manteniendo la pu-
esta arquitectura por el poder se basó en su ca- reza de cada forma.
lidad y modernidad; con pocas excepciones, los También rehundida en el terreno es la so-
estudios convocados eran ya prestigiosos. Por lución del estadio de Mar del Plata, que sin em-
cierto que, en la mayoría de los casos, el en- bargo propone un tema destacado en la es-
cargo había sido previo a la asunción del ré- tructura suspendida de la cubierta, aprovechada
gimen militar, pero la dictadura distó de mo- para remarcar el acceso; un partido similar fue
u NUEVO ESTADIO DE .0MAR DEL PLATA dificar proyectos y asignaciones. La literatura adoptado en Córdoba. Las remodelaciones de
específica saludó la adecuación contextual de viejos estadios —entre las que se destacan la de
los mejores ejemplos y guardó absoluto silen- River Plate (Aslan y Ezcurra, 1976-1978) y la de
cio sobre las nefastas consecuencias políticas. Rosario Central (Solsona y otros, 1977-1978, so-
Entre los nuevos estadios realizados, re- bre el edificio realizado en 1938)— apuntaron
visten especial interés el de Mendoza (Solso- a quebrar el carácter continuo de los muros que
na, Sánchez Gómez, Manteola, Santos y Vi- ceñían a las tribunas, diferenciando alturas, eli-
ñoly (v.), 1975-1978); el de Mar del Plata minando cerramientos para ostentar la curva
(Antonini, Schön, Zemborain, (v.) 1975-1978); de las tribunas, quebrando planos o destacan-
y el de Córdoba (SEPRA, (v.) 1976-1978). do motivos arquitectónicos (como los medios
El estadio de Mendoza, implantado en las de circulación más ostensibles).
estribaciones del Cerro de la Gloria, resulta pa- En la última década del siglo XX, si bien se
u ESTADIO DE MENDOZA, EN EL PARQUE SAN MARTIN. radigmático. Tres temas definen la arquitec- han realizado una serie de estadios para la prác-
tura de este estadio: la cubierta, la “hoya” (la tica del fútbol (como por ejemplo el de San Lo-
unidad tribunas-arena rehundidas) y las pla- renzo de Almagro, inagurado en 1993), el pro-
taformas de circulación. El carácter masivo de yecto más destacado sin duda es el estadio único
los estadios modernos siempre había puesto de la ciudad de La Plata, producto de un con-
el tema circulatorio como uno de los temas crí- curso realizado en 1993, cuyo vencedor fue el
ticos en la resolución; la resolución abierta del arquitecto R. Ferreira. Frente a la económica
estadio de Mendoza parecía favorecer, por un alternativa de realizar graderías sobreelevadas
lado, la fluidez de los itinerarios, pero debía con técnicas de prefabricación, Ferreira opuso
considerar con ello las necesidades de restric- el criterio de desarrollarlas sobre tierra firme,
ción del acceso de público. recreando la “hoya” de los estadios de Mar del
u ESTADIO DE R. CENTRAL, A ORILLAS DEL PARANÁ. Así, el estadio propiamente dicho se rodeó Plata y Mendoza, y explorando con una gran
de una plataforma peatonal de dimensiones plasticidad las posibilidades de dotarla de nue-
considerables, magistralmente inserta en la vas formas y significados. En efecto, el proyecto
topografía del lugar, utilizando los accidentes surge de una idea arquitectónica novedosa: su-
naturales del terreno para controlar el ingre- perponer dos semicírculos que representan los
so; los controles artificiales, tales como la zan- dos tradicionales clubes rivales de la ciudad.
ja de protección aluvional que rodea parte del Sin embargo, la lenta y conflictiva construc-
estadio, o el muro de contención del flanco ción ha ido desdibujando esa idea inicial.
norte, fueron pensados en analogía con el pai- El resultado, ajeno a los intereses inicia-
saje circundante —en una línea proyectual, la les del proyectista y caracterizado ahora por
de la figuración analógica, que el estudio ya una monumental estructura producto de los
u AMPLIACIÓN DEL ESTADIO DE VELEZ SARFIELD. había probado. El volumen semihundido de intereses propagandísticos el gobierno pro-
la hoya (el momento más expresivo del com- vincial, es un edificio cubierto que se aleja de
plejo) permitió el casi total ocultamiento de las la síntesis originaria. G. S.

52 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


est est
Bibliografía: Revista La Ingeniería, 1940; Revista sum- gran parte de las tierras fue dedicada a la ex- de alrededor de 35 km), los terrenos de estan-
ma. N.° 125, junio de 1978; A. Scher y H. Palomino. plotación extensiva de animales. Desde en- cia estaban alejados y sus dimensiones eran
Fútbol, pasión de multitudes y de elites. Bs. As.: CI- tonces, la estancia quedó identificada, por un sensiblemente mayores. Originalmente, esa
SEA, 1988; G. Vallejo. “Realidades provisorias y so- lado, con una serie de actividades y perso- suerte de estancia contaba con una superficie
luciones definitivas en la arquitectura deportiva najes que formarían parte de la “esencia iden- modesta (un mínimo de media legua de fren-
de La Plata”. En: Revista 47. N.° 2, abril de 1998. titaria” argentina y, por otro, con los privilegios te por una legua y media de fondo, según los
y limitaciones de la oligarquía tradicional. Pe- términos de Diego de Salas en 1775), obede-
ro, como ha sido notado en estudios recien- ciendo su forma de rectángulo alargado a la
ESTANCIA. f. En la Argentina, Chile, Uruguay y tes, tanto la celebración nostálgica como la posibilidad de acceso a una vía de agua, indis-
algunos otros paises de América Meridional, representación negativa del latifundio han im- pensable para llevar adelante las actividades
hacienda de campo destinada al cultivo y a la pedido una evaluación más compleja del mun- rurales. En Buenos Aires, por ejemplo, Garay
ganadería. En el Río de la Plata alude a la pro- do rural y sus formas de asentamiento, cuya había distribuido por sorteo entre los prime-
piedad dedicada con exclusividad a las activi- estructura no se mantuvo idéntica en el últi- ros colonos campos de estancia de 3.000 va-
dades pastoriles. También se designa como mo siglo y medio. Aquí se tratará especial- ras de frente por 9.000 de fondo (alrededor de
tal el conjunto de edificios o construcciones mente el desarrollo del modelo canónico, el 1.900 ha), que podían soportar aproximada-
que forman el centro principal de la hacienda, de las estancias pampeanas. Para ampliar mente 900 cabezas de ganado. Existían varios
conocido como casco de estancia, a diferen- otros temas del hábitat rural, (v. arquitectura tipos de “suertes de estancia”: las principales
cia de los ranchos (v.) o los puestos, coloca- colonial; misiones jesuíticas; rancho; pulpería). o de cabezadas, cuyo frente estaba sobre el cur-
dos estratégicamente en la periferia de la pro- so de agua; las de trascabezada, ubicadas de-
piedad. La palabra deriva de estar, y se utilizaba CONDICIONES DEL SURGIMIENTO Y DESARROLLO DE trás de las principales; las suertes de bañado,
en el siglo XVI para nombrar las “tierras de LA ESTANCIA MODERNA EN LA PAMPA ARGENTINA. situadas entre las barrancas y el agua.
estancia”, en contraposición a la idea de cam- La división tradicional de la tierra obedecía Durante los siglos XVI y XVII los asenta-
pamento efímero. Desde fines del siglo XVIII, a la siguiente clasificación, según el tamaño, mientos españoles en el Río de la Plata se cir-
la estancia, especialmente la situada en la ubicación y destino del área: en la ciudad y cunscribieron a un área reducida: la franja que,
pampa húmeda, se convierte en una pieza cla- su periferia inmediata, solares y quintas (v.); en en Buenos Aires, se ubica al norte del río Sa-
ve del sistema productivo local. Sucesivas me- el ámbito rural, chacras y estancias. Las áreas lado y continúa por el sur de Santa Fe y Cór-
didas —desde la aplicación de la enfiteusis (v.) no cultivadas o sin destino ganadero se deno- doba, hacia San Luis y Mendoza. En tanto, re-
rivadaviana, la distribución de tierras concre- minaban campos. Mientras las chacras se en- baños salvajes de bovinos y manadas caballares,
tada por Rosas y las concesiones posteriores contraban relativamente cercanas a las ciuda- descendientes de los arreos efectuados por Ga-
a la Conquista del Desierto— afirmaron la gran des (no más de dos leguas de la plaza central ray desde Asunción, se extendieron por la pam-
propiedad en manos de una elite privilegiada: en el siglo XVI, y posteriormente en un radio pa. A comienzos del siglo XVII se registran las

u ESTADIO ÚNICO DE LA CIUDAD DE LA PLATA, PROYECTO DE R. FERREIRA RECIENTEMENTE INAUGURADO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 53


primeras vaquerías, campañas de sacrificio de rodeo caballar y bovino en el siglo XVIII atra- gar en arrendamiento gratuito las tierras loca-
animales cimarrones; y se otorgan los prime- jo a nuevos pueblos indígenas, como los arau- lizadas más allá de las fronteras. Este acapa-
ros permisos de marca. Cuando, iniciado el si- canos y los mapuches, hacia la pampa. La lu- ramiento fue denunciado por el progresismo
glo XVIII, la reserva de vacunos cimarrones cha contra el indio será, durante gran parte del político que pretendía hacer de la colonización
tienda a agotarse y nuevas condiciones co- siglo XIX, una de las preocupaciones princi- europea un apoyo central en la construcción de
merciales promuevan el negocio de cueros pa- pales en el mundo rural; así, las propiedades la Nación: las tierras ocupadas productivamente
ra la exportación, los beneficiarios de permi- de estancia del período anterior a la llamada eran escasas dentro de las concesiones otorga-
sos y registros deberán hacerse de una base “Conquista del Desierto” adquieren caracteres das fuera de la frontera. En las décadas poste-
territorial para controlar su ganado. precisos en función de la defensa. riores a la Organización Nacional, los males de
En el siglo XVII, las primeras estancias se En vísperas de la Independencia, en la re- la atrasada campaña se identificaron también
habían orientado hacia la cría de caballos y mu- gión pampeana, un puñado de hacendados — como resultado de una modalidad de dirección
las, y se destacaron en esta actividad las ubi- menos de 200 propietarios reconocidos, vin- de la estancia, que llevaba al estanciero a resi-
cadas en los valles y el pedemonte de las sie- culados con el comercio marítimo y los dir la mayor parte del tiempo en Buenos Aires,
rras cordobesas. Pero en el XVIII el tráfico intercambios con el interior— dirige las es- dejando al mayordomo las tareas principales,
de mulas hacia el Potosí había declinado y, en tancias, cuyas poblaciones están compuestas abdicando del poder político al carecer de vín-
relación con la prosperidad incipiente del puer- por esclavos, morenos libres pero dependien- culos directos, dejando —para citar a Sar-
to de Buenos Aires, se amplió el espacio de tes en lo personal del patrón, y asalariados em- miento— a las “desposeídas masas campesi-
ocupación pampeano. El comercio del cuero pleados en tareas excepcionales que siguen el nas” en manos de un poder ausente y lejano.
crece vertiginosamente (de 150.000 unidades ritmo estacional (rodeos, marcado de anima- Aunque este tipo de denuncias sobre la orga-
entre 1748 y 1753, a 700.000 unidades hacia les, etc.). Si bien el sistema de producción es- nización de la campaña se convirtió en tópi-
1790, según Giberti) y se inicia, primero en los taba bastante diversificado en la campaña de ca, ya en 1870 resultaba imposible proponer
campos situados entre Colonia y Montevideo, antigua colonización, en las zonas más aleja- cambios radicales a una situación que había de-
luego en Buenos Aires, la elaboración de car- das donde se estaban forjando las nuevas y ex- jado en un plano puramente retórico los dis-
ne salada, industria que alcanzará su plenitud tensas estancias, el patrón ocupaba un lugar cursos de inspiración jeffersoniana. Solo esca-
en la época de Rosas. Así, los ganaderos de Bue- central, como jefe militar contra los indios, je- sas áreas en Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba —y
nos Aires comienzan el lento proceso de do- fe político y en algunos casos juez de paz de la en menor medida, después de 1880, en el te-
mesticación de ganado salvaje, organizando pequeña colectividad rural. Una población rritorio de La Pampa— se prestarán para ex-
espacios que permitieran retener a los bovinos: errante, constituida de hombres libres, mesti- perimentos de colonización agraria: el deseo
las llamadas querencias, donde en primavera, zos o criollos, sin ganado y sin tierra, alimen- explícito de la ley Avellaneda, de limitar la es-
durante algunos meses, un grupo de pasto- tados frecuentemente del ganado marcado, peculación y poblar las nuevas tierras ganadas
res a caballo ejercía una vigilancia estricta so- constituía la mano de obra estacional: fueron o por ganar con agricultores, se convertirá en
bre el rodeo hasta acostumbrarlo al lugar. Unos llamados originalmente gauderios o changa- letra muerta. Sin embargo, la campaña de me-
diez peones, según Azara, bastaban para cre- dores, luego gauchos. diados del siglo XIX no es un mundo sencillo,
ar este reflejo de pertenencia en un rodeo de Después de la Independencia, entre 1820 y polarizado entre grandes propietarios y una ma-
8 a 10 mil cabezas. El espacio necesario para 1850, el espacio ocupado en la pampa bonae- sa de trabajadores ligados a ellos por vínculos
tal cría se estimaba en 20.000 ha, por lo que rense se duplica, mientras se estructura la gran tradicionales. La gran estancia constituye el fac-
se debieron extender considerablemente las propiedad dedicada a la ganadería extensiva. La tor económico principal, pero los hacendados
unidades originales. demanda del comercio internacional (de la Eu- coexisten con medianos y pequeños propieta-
El hecho de que la tierra fuera realenga im- ropa atlántica y Gran Bretaña en particular) di- rios rurales. Las zonas de más antigua ocupa-
plicó un proceso de apropiación sustancial- rige la explotación territorial. Simultáneamen- ción, al norte de Buenos Aires, están domina-
mente distinto del de las colonias de América te, en íntima relación con esta evolución, se das por las chacras de cultivo, y estancias
del Norte, de temprana independencia, y aun afirma la supremacía del puerto de Buenos Ai- medianas y pequeños rentistas eran habitua-
de otras experiencias sudamericanas como la res. En esta provincia, el sistema monopólico les en el resto del territorio bonaerense. Por
de Río Grande do Sul en Brasil: la tierra rio- del saladero se consolida durante el gobierno otro lado, especialmente después de 1840, mu-
platense se reparte antes de ser conquistada, de Rosas, modificando los tradicionales cir- chas tierras alejadas de las ventajas naturales
sin permitir que los hombres avancen y se apro- cuitos comerciales (v. saladero). La ganadería va- de los ríos y lagunas serán utilizadas para la
pien de ella libremente; los beneficiarios de la cuna se había recuperado con rapidez de las cría de ovinos. Las mejoras técnicas, tanto en
tierra pertenecen a la elite comercial. Esta mo- guerras de la Independencia; se calcula que ha- las instalaciones estancieras como en los avan-
dalidad será retomada por el gobierno de Bue- cia 1840 están ocupadas unas 15 millones de ces específicos en la cría de animales y cultivos,
nos Aires después de la Independencia, y otor- ha en función de la economía pastoril, en ma- se iniciarán en este tipo de estancias, muchas
gará un marco definido para la ocupación del nos de 450 estancieros. Las consecuencias de de ellas en manos de inmigrantes británicos.
suelo pampeano. A partir de la instalación de la ley de enfiteusis rivadaviana y la ley provin- La voluntad de modernización técnica del cam-
la propiedad privada de la tierra y del ganado, cial de 1836 contribuyen a aceitar el sistema de po se manifiesta claramente en un grupo re-
que cobra cuerpo en el sistema de estancias, el apropiación privada de la tierra conquistada a ducido de la elite ilustrada, los fundadores de
enfrentamiento con los indígenas adquiere una los indios, concentrada en pocas manos. Las le- la Sociedad Rural; pero todavía se mantiene
inflexión brutal. A las razones del capitalismo yes de 1857 y 1867 formalizan la gran propie- la organización tradicional de la estancia de cría
incipiente, debe agregarse que la difusión del dad, al suprimir el sistema enfitéutico y otor- extensiva, sin mejoras notables.

54 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


est est

u ESTILO TUDOR EN LA ESTANCIA VILLA MARÍA, EN MÁXIMO PAZ, PROVINCIA DE BUENOS AIRES.

Esta situación de relativa movilidad e inde- males deben ser dóciles y gordos para soportar crisis productiva que es resistida en dos direc-
pendencia de los pequeños y medianos pro- los largos traslados, o para conseguir mejores ciones. En la gran hacienda pastoril, abando-
pietarios se cierra hacia 1880. La Ley 1.878 re- cortes. Junto al mejoramiento de las razas por nando los cultivos y volviendo a la pradera y a
lativa a la Conquista del Desierto garantiza con medio del mestizaje, se multiplican los potre- la ganadería extensiva e iniciando un proceso
las tierras indígenas el empréstito destinado a ros alambrados, con aguadas alimentadas por de desinversión que lleva a una grave crisis es-
cubrir los gastos de la campaña. Dos años des- molinos de viento; se implantan alfalfares, es- tructural en el campo a partir de la década del
pués, todas las tierras aptas para recibir ani- pecialmente en las zonas de engorde al norte cincuenta. En las colonias agrícolas, en las zo-
males ya tienen dueño. Alrededor de veinte mi- de Buenos Aires, en las cercanías del principal nas más prósperas, como el sur de Santa Fé,
llones de hectáreas fueron vendidas u otorgadas puerto de exportación; se especializan las ins- diversificando la explotación. Quienes pudie-
en grandes unidades, y los más importantes talaciones. La producción de chilled o carne en- ron mantenerse pasaron frecuentemente, en-
propietarios de tierras estaban entre los prin- friada, generalizada hacia 1920, implicará nue- tre las décadas de 1940 y 1960, de arrendata-
cipales adquirentes. La actual provincia de La vos cambios: el invernador (el poseedor de rios a propietarios de pequeñas explotaciones,
Pampa se encuentra en el corazón de los te- campos de engorde y descanso de animales) se en un movimiento que algunos autores reco-
rritorios conquistados, pero también se incor- transforma en productor de carne merced a la nocen como una verdadera revolución agraria.
poran las 15.000 leguas conquistadas al norte disponibilidad de praderas artificiales y de ce- La diversificación llevó a la retracción continua
del Río Negro, y gran parte del Chaco. En los reales forrajeros, y en especulador que compra del trigo, antes el centro de la producción agrí-
años posteriores a 1880, con relación a cambios novillos a los criadores, con amplio margen de cola argentina, en favor del girasol, el maíz y,
técnicos y productivos generales, la organiza- beneficio. El estrato social privilegiado de los posteriormente, el sorgo y la soja. La moder-
ción de la explotación pampeana se altera. En invernadores extiende su dominio en el primer nización de los métodos de cultivo, las nuevas
1875, los trigales no cubrían más de 20.000 ha: cuarto de siglo al oeste de Buenos Aires, sur de variedades de herbicidas, la mecanización trans-
diez años más tarde superaban las 110.000. En Santa Fe y sureste de Córdoba, entre las líneas formaron profundamente la vida en el campo
1905, la superficie cultivada alcanzaba 11,5 mi- del Ferrocarril Central Argentino y del Pacífi- bonaerense mientras aún se mantenía el Es-
llones de ha. En cuanto a la explotación tradi- co. Pero el desarrollo de las redes ferroviarias, tado de bienestar, aunque la Argentina agrícola
cional de ganado, el saladero ha tenido su can- que cubre a principios de siglo toda la Provin- continuó siendo principalmente proveedora de
to del cisne en las últimas décadas del XIX, y la cia de Buenos Aires en densa trama, ha esti- materias primas. La cría de ganado se mantie-
cría de ovejas, que prometía un camino de as- mulado también el crecimiento de las zonas ne en todo el período en manos de los grandes
censo social y económico hacia mediados de si- más alejadas. Hacia 1920 este sistema pro- propietarios. Aunque los cambios en la posi-
glo, ya era desplazada hacia 1880 como fuen- ductivo ha alcanzado su techo de desarrollo, y ción social y la incidencia económica de los
te principal de la riqueza regional. En su lugar, las inversiones modernizadoras en la estancia grandes terratenientes son notables —quienes
se reinició la importancia del ganado vacuno serán cada vez más escasas. mantuvieron su fortuna lo hicieron diversifi-
con el transporte de ganado en pie, y la expor- Las secuelas de la crisis del treinta, en el cando sus intereses—, se mantiene aún en el
tación de la carne congelada a partir de las in- plano internacional, y una serie de desastres imaginario colectivo la representación de los
novaciones del frigorífico (v.). Pero ahora los ani- bioclimáticos entre 1931 y 1936, llevan a una estancieros en tanto grupo poderoso, modelo

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 55


de hábitos refinados, pero también irrespon- transformaciones económicas y productivas. de mayor propiedad territorial, también pre-
sable y retrógrado, y del latifundio como eje de Algunos trabajos, cf. Sáenz Quesada (1980), sente en los alrededores de Buenos Aires: a ella
todos los males de la campaña argentina. Hora (1998), insisten en la dimensión cultu- pertenecían la Chacarita de los Remedios, an-
ral de las estancias, especialmente en lo que tigua estancia del Cabezuelo, en la margen sur
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS DE LAS ESTANCIAS. atañe al imaginario social de la “identidad” ar- del Matanzas; la Chacarita de Belén, donde,
En la historiografía sobre el desarrollo físi- gentina. Pero en el estado actual de la cuestión, con personal esclavo, cultivaban cereales y fa-
co de las estancias se ha seguido la periodiza- carecemos de trabajos sistemáticos que per- bricaban tejas y ladrillos (v. Misiones jesuíticas).
ción estimada en la historia económica. Sin mitan fechar con claridad los cambios físicos También otras órdenes se constituyeron en or-
embargo, aunque ella provee puntos de apoyo de la estancia del siglo XIX y principios del XX, ganizadoras de establecimientos productivos:
centrales, cierto tipo de transformaciones, es- en parte porque las construcciones, hasta avan- una descripción de 1748 presenta una exten-
pecialmente en el casco de la estancia, se mue- zado el ochocientos, eran en extremo preca- sión vendida al convento de Santo Domingo
ve en un sentido relativamente independien- rias, y no subsisten testimonios detallados de de 1.000 por 9.000 varas, con frente al Río de
te. Las explicaciones, por ejemplo, acerca de la sus características, excepto las extraídas de la la Plata, dedicada a la ganadería mayor y me-
pasión de los estancieros por construir verda- principal fuente escrita para el estudio de es- nor y a la agricultura. Esta poseía minas de con-
deros castillos en pleno campo a partir de la tos establecimientos, los relatos de los viajeros. chilla en sus terrenos, hornos de ladrillo y te-
década de 1880, reconocen una diversidad de Hemos optado por diferenciar amplios pe- ja, atahona y panadería, talleres, corralón para
motivaciones que se mueven en el campo de ríodos de acuerdo con lo establecido por la his- el abasto de frutos, corrales, pulpería, mon-
la representación simbólica y no se derivan di- toria social y económica, matizando las con- tes de frutales y leña, casas y capilla. Las cha-
rectamente de la extendida riqueza de los gran- clusiones en el plano simbólico: 1) el período cras eran sin duda los establecimientos más
des hacendados ni de su “dependencia” de un que abarca desde el fin de las vaquerías, y el importantes durante el siglo XVIII, dedicadas
genérico modelo europeo, ya que, como nota al abasto de la ciudad; además de las mencio-
Roy Hora, si la construcción de mansiones ur- nadas, pueden destacarse la chacra de Diego
banas es general en las clases altas de la Lati- Caseros, en la Banda Oriental, dedicada a la
noamérica de principios de siglo XX, la cons- producción de grano, leña y pichones, la de Al-
trucción de palacios rurales es una peculiaridad tolaguirre en Tapiales; la de Santa Coloma en
local, que debe articularse con una forma de Quilmes; la de Anna Byrne sobre el Matanzas,
vida que era considerada a principios de siglo donde se fabricaba manteca y queso.
como modelo rector del gusto. Asimismo, de- Estos establecimientos, sin embargo, poco
be diferenciarse el momento de introducción tienen que ver con los inicios de la estancia pam-
de formas novedosas en el habitar campestre peana, dedicada casi en exclusividad a la cría de
(técnicas o estéticas) de su difusión general: ganado vacuno. En el siglo XVII, la escasez de
por eso centramos en el momento de auge de población rural, las sucesivas epidemias que ex-
la estancia ovejera, y en particular de aque- terminaron gran parte de la mano de obra es-
llos establecimientos en manos anglosajonas, clava, la ausencia de disposición de los posee-
la emergencia de una sensibilidad que déca- dores de tierra a trabajarla ellos mismos o sus
das después será dominante en relación a la u ESQUILA EN LA PAMPA ARGENTINA, A FINES DEL SIGLO XIX. familias (considerando estas labores como po-
estructura pintoresca de apreciación de la vida co dignas) y, desde las primeras décadas del si-
en la estancia. En la medida en que el ciclo consecuente principio del aquerenciamiento glo XVIII, los conflictos con los indígenas, no
de la opulencia estanciera declina notablemente del ganado, hasta el boom de la estancia ove- hicieron fácil el progreso de las estancias, y la
hacia la década de 1930, el carácter de van- jera a fines del gobierno rosista; 2) el breve lap- pobreza de las instalaciones, la ausencia de cul-
guardia en la cultura de habitación que estos so de prosperidad de la industria ovejera, re- tivos y plantaciones de árboles, es digno co-
establecimientos representaban queda atrás lacionado con las introducciones técnicas y rrelato de esta situación. Cuando en 1728 las
y la estancia pierde interés desde el punto de simbólicas de los propietarios anglosajones; 3) vaquerías se suspenden en Buenos Aires, la or-
vista de las transformaciones del habitar en la la época de oro de la estancia argentina, cuan- ganización espacial de la estancia se orienta so-
Argentina. Aún están por realizarse estudios do se consolidan no solo sus posibilidades en lo a aquerenciar el ganado, domesticándolo en
sobre los nuevos tipos de establecimientos ru- el marco de ciertas tendencias de la economía los rodeos que necesitaban de escasa mano de
rales emergentes que conducen a una trans- mundial, sino también su valor emblemático obra. Un modesto rancho bastaba como sim-
formación radical de la vida en el campo en las en la cultura local, hasta la década de 1930. Por ple refugio para hombres y enseres.
décadas de 1950-1960, como también sobre último, se hará mención de otros estableci- Una estampa de Vidal, en 1817, represen-
los efectos sobre el paisaje pampeano de la di- mientos rurales significativos, sin adentrarnos ta una estancia de San Pedro, en la Banda
versificación de los cultivos, la tecnificación específicamente en su desarrollo histórico. Oriental, mostrando “todos los rasgos carac-
masiva, o el papel de las principales ciudades terísticos de las estancias en general”. En la
y pueblos del interior bonaerense. 1) Desde la “querencia” hasta la gran estancia Banda Oriental, especialmente en el área ve-
Debe notarse, por último, que la transfor- pastoril. Durante el siglo XVIII, la mayoría de cina a Colonia del Sacramento, habían surgi-
mación física de la estancia pampeana posee los establecimientos rurales pujantes pertene- do establecimientos más complejos después
una pobre historiografía: la forma del asenta- cían a las comunidades religiosas. La Com- del Reglamento de Comercio Libre de 1778, de
miento sólo parece relevante en función de las pañía de Jesús constituía una de las entidades manera que algunas estancias poseían hornos

56 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


est est
de ladrillos y cal, sementeras de trigo y maíz, jeros, quienes buscan en la idiosincrasia de los
huertas cercadas con postes de ñandubay. Pe- hijos del país las razones de tal desajuste. A
ro estas no constituían la norma; puede re- mediados del XIX el juicio de los viajeros no Estancias
cordarse el fracaso de Lavardén en el Colla, al difiere del que a principios de ese siglo hizo
intentar convertir la estancia, basándose en los Azara sobre el estado rural del Río de la Pla-
más modernos tratados españoles, en una ex- ta: “se prefiere la holganza al trabajo duro”, las
plotación integral agrícola-industrial. El casco grandes extensiones se desaprovechan, el sis-
típico que ilustra Vidal contaba con tres edifi- tema para otorgar tierras no alienta otra cosa
cios: uno para el mayordomo y los gauchos; el que largos papeleos burocráticos, sin promo-
segundo como cocina, en la que también ha- ver la colonización. Una idea cercana de cómo
bitaban los esclavos negros; el tercero, el úni- deben haber sido estos ranchos en la franja bo-
co “amueblado decentemente”, destinado a alo- naerense del Río de la Plata la otorgan algunas
jar al dueño en sus esporádicas visitas. La construcciones documentadas por Gazaneo en
edificación principal servía además de depósi- la estancia Los Cerrillos.
to de cueros, sebo y otros artículos. En la ima- El progreso del asentamiento se manifes-
gen aparecen ranchos rectangulares, de te- taba en la sucesión de construcciones: prime-
cho de paja con grandes aleros sostenidos por ro se cavaba el foso de defensa y límite del cas-
pilares de madera sin desbastar; las abertu- co; luego se construía un rancho de una
ras de la única habitación sin puertas y posti- habitación y usos múltiples; luego un segun-
gos, con los vanos cubiertos por pieles de va- do rancho o casa para el amo, dejando la an-
ca; los cueros estaqueados en un espacio abierto terior construcción como cocina o matera y ha- uESTAS PLANTAS DE DISTINTAS ESTANCIAS EN LA PRO-
sin límites precisos; un horcón, ningún árbol. bitaciones de la peonada. Para el manejo del VINCIA DE BUENOS AIRES MUESTRAN LA EVOLUCIÓN DE
McCann describe la casa principal de una es- ganado aquerenciado, se construía un corral LA ARQUITECTURA Y SU RELACIÓN CON EL PAISAJE:
tancia criolla en el pago de La Magdalena ha- circular de palo a pique y cueros, con trancas ARRIBA, ESTANCIA EL GALPÓN; ABAJO, ESTANCIAS LUIS
cia 1845. Se trataba de un rancho de dos ha- de acceso. La disposición de los pabellones CHICO Y LOS INGLESES.
bitaciones sin ventanas, construido de cañas y de habitación solía ser en “L” o en “U”, dejan-
barro, con paredes sin enjalbegar, de apenas do sugerido un patio pocas veces cerrado com-
seis pies de altura (menos de 2 m) y techo de pletamente. Las casas eran de un solo piso, de
paja de totora. La puerta, sin embargo, poseía adobe (v.) o tapia —en Entre Ríos y la Banda
goznes de manufactura inglesa. No era una es- Oriental era frecuente el uso de quincha tam-
tancia pobre, pero, anota McCann, mientras el bién para las paredes—; en algunas estancias
valor de la casa habitación y su mobiliario y en- puede observarse la construcción de un mi-
seres no llegaba a treinta libras esterlinas, to- rador a la manera del mangrullo de los forti-
das las propiedades y bienes de este estancie- nes p. ej. casco de San Gabino, de la familia
ro criollo podrían evaluarse en tres mil libras. Álzaga, en las afueras de Rauch, hoy converti-
McCann acumula ejemplos de ricos propie- do en museo regional. Las construcciones más
tarios que viven en “estado próximo a la bar- consolidadas eran de ladrillos y se rodeaban de
barie”. Los interiores eran despojados: los en- galerías que, según los recursos, podían ser
seres de campo —riendas, boleadoras, lazos— una simple sucesión de pilares de madera o de
colgaban de estacas de ñandubay o cuernos de mampostería, o una sucesión de arcos; en al-
venado; solía no haber mesa ni silla: solo asien- gunos casos, el orden clásico era tímidamen-
tos de calaveras de buey o de restos fósiles, sim- te expresado con alguna moldura escueta.
ples troncos o bancos de madera dura; el piso La estampa de Vidal llama la atención por
es de barro reseco y pisado, vidriado con bo- la ausencia de vegetación arbórea. Dice Hud-
ñiga. En caso de dividirse la casa en habita- son, recordando su infancia en las pampas en
ciones, estas carecen de destino específico. Ani- la década de 1840: “Sobre la tierra visible no ha-
males que duermen en el interior, carne sin bía cercados ni árboles, excepto [...] los que fue-
acompañamiento de pan, galleta o verduras, ron plantados en las viejas estancias. Apartados
son leit motiv de su visita a estancias criollas. entre sí, los montes y plantíos semejaban pe-
“Los habitantes de esta parte del mundo pare- queñas islas azules, esparcidas a la distancia en
cen considerar que el cielo y la tierra bastan co- la gran llanura. Eran en su mayoría árboles de
mo única morada. El uso que hacen de lo que sombra, como el más común, el álamo de Lom-
nosotros llamamos una casa es el que hacemos bardía”. La existencia de un monte, o de un sim-
nosotros de la despensa o del ropero”. El con- ple ombú, señala en la pampa la existencia de
traste entre las formas de habitar, y una riqueza un asentamiento. Resulta interesante la expli-
que bien podría haber merecido el correlato de cación que da este autor acerca de la escasez de
un progreso en el confort, sorprende a los via- plantaciones: los primeros pobladores habrían

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 57


intentado la agricultura, la jardinería, las plan- Matadero, utilizaban también calaveras de ani- joramiento en la matanza del ganado, el apro-
taciones de árboles; pero al convertirse la ga- males. La necesidad de defensa contra los in- vechamiento intensivo de algunos derivados
nadería extensiva en el negocio excluyente los dios, que atraviesa gran parte del siglo XIX, va- del animal, como el sebo, no redundan en cam-
hombres abandonaron sus cosechas, “desis- lorizaba en la chata pampa aquellos terrenos bios ostensibles en la organización física de la
tieron del aceite, del vino y del pan [...], se sen- que poseían lomas (que permitían una visión estancia. El trabajo habitual es sumario y se li-
taban a la sombra y comían el fruto de los ár- panorámica de las lejanías), como también los mita a la marca y la castración, al reagrupa-
boles que habían plantado sus abuelos, hasta rincones, lugares formados por accidentes na- miento periódico del rodeo, a la separación y
que esos árboles morían de viejos o perecían turales como cañadas y arroyos. Precisamente al transporte de los animales destinados a los
destruidos por el ganado, y no quedaban más una de las estancias más antiguas aún existen- saladeros, al sacrificio en la misma estancia.
sombra ni fruta”. Su primera casa, en la pro- tes lleva el nombre de Rincón de López. Fue Cotidianamente se recorre la propiedad a ca-
piedad Los veinticinco ombúes (hoy sede del fundada a fines del XVIII por López de Osor- ballo, para evitar la dispersión de los animales.
Museo Hudson, cerca de Florencio Varela), po- nio sobre una vieja reducción jesuítica ubicada Las herramientas se limitan al cuchillo, el des-
seía como distintivo estos árboles característi- “Salado afuera” (por fuera de los límites de la jarretador, las boleadoras y el caballo. La pa-
cos, introducidos en la pampa por los jesui- frontera natural contra los ataques indígenas). la, el serrucho y el martillo, para componer el
tas. Al margen de la imprecisa explicación Su significado histórico la convierte en un ejem- corral o la puerta del rancho, completaban los
histórica, lo que aparece claro es que existió un plo recurrente: Juan Manuel de Rosas pasó en enseres. Los animales se alimentaban de los
período de varias generaciones en el que la plan- ella su adolescencia y se convirtió en su admi- pastos de la pradera y abrevaban en las vías na-
tación sistemática de árboles no se desarrolló. nistrador. El lugar estaba estratégicamente si- turales de agua. Los cambios en la producción,
En 1840 esta situación comenzó a cambiar. Aún entonces, apenas inciden en la organización
así, el campo de la infancia de Hudson es to- del casco de estancia hasta la década del cua-
davía la pampa “lisa como un billar”. renta, más allá de la consolidación construc-
Otros establecimientos de principios del tiva o la ampliación de algunas edificaciones.
XIX pueden completar esta presentación. Ro- Todo indica que la introducción de cierta
bertson describe una gran estancia santafesi- voluntad de representación en el casco de es-
na, la de Candioti, un modelo de estanciero en- tancia debe remitirse a los años posteriores a
riquecido a principios del XIX. El inglés lo 1840. Las innovaciones se traducen en la adop-
imagina como un patriarca bíblico, “príncipe ción de una disposición y de una serie de con-
de los gauchos”: su ropa es fina y cara, pero no venciones y estilemas que pueden recondu-
distinta de la de otros habitantes rurales. Su cirse a la “arquitectura regular” que transforma
residencia principal tiene el aspecto de un cuar- en la ciudad las modestas pretensiones del Ba-
tel general; la de uno de sus hijos, en un cam- rroco tardío (rejas voladas, detalles ornamen-
po vecino, es idéntica, salvo en las proporcio- tales, etc.) en severas alineaciones con indica-
nes, a la de los peones. En la hacienda de ciones estilizadas de los órdenes neoclásicos.
Candioti existe una capilla: erigir y mantener Llama la atención la estrecha relación que los
capillas era una de las responsabilidades del u ESTANCIA LA ALAMEDA, CHASCOMÚS, BUENOS AIRES. edificios principales de estancias de la época,
estanciero, protector del cura local y a veces él como Juancho Viejo, La Postrera, La Inverna-
mismo director espiritual. También las pul- tuado, ya que formaba casi una isla bañada por da, La Alameda, etc., poseen con el modelo de
perías, pequeños almacenes rurales, eran fre- el río Salado. Subsisten algunas construcciones la casa de Rosas en Palermo. Las tierras de
cuentemente manejadas por los patrones de antiguas que todavía se encalan en blanco o ro- Juancho Viejo, cercanas a la actual ciudad de
estancia o sus allegados. Estas eran lugares fun- sa intenso, tonalidad originalmente obtenida Pinamar, habían sido otorgadas en enfiteusis
damentales en la sociabilidad campestre, aun- por la cal coloreada con sangre de vaca. Las an- en 1825; sus derechos fueron transferidos pos-
que sospechadas de fomento de “vicios”. chas paredes del edificio rectangular son de ado- teriormente a Martín de Álzaga, quien adqui-
La zanja era, en la pampa, casi la única po- be, el techo de tejas, las galerías perimetrales, rió estas tierras al Estado en 1836, por lo que
sibilidad de defensa; también oficiaba de lími- de piso elevado de baldosa colorada, con sen- las construcciones que aún pueden observar-
te para evitar la dispersión del ganado, y prote- cillas columnas y dinteles de madera, las ven- se datan de una fecha posterior. Los pabello-
gía los sembrados, hasta la introducción de los tanas enrejadas, los techos bajos. nes subsistentes responden a una modalidad
lienzos de madera y, posteriormente, del alam- La Revolución no transformó sustancial- ya conocida: la galería perimetral cerrada con
brado. En algunas experiencias más sofistica- mente el estado de cosas en referencia a los una arquería, con pilares que sugieren un or-
das, como la de los hermanos Robertson en la progresos agrícolas, aunque, en la línea de Aza- den rústico a través de ornamentos simples; el
colonia Santa Catalina (hoy predio de la Uni- ra, personajes como Vieytes, Belgrano o La- techo plano, con terraza cerrada por un mu-
versidad de Lomas de Zamora), en 1825 se cer- vardén, insisten en que es la tierra y no el me- rete perimetral que alterna vacíos con reja de
caron con talas los potreros destinados al cul- tal el verdadero tesoro del Río de la Plata. A herrería y pilares de mampostería; el realce de
tivo. En lugares más fértiles, zanjas y cercos de pesar del empeño fisiocrático de los ilustrados los dinteles en los vanos. Juancho Viejo posee
madera se combinaban con setos vivos (ma- porteños, la producción saladeril, industria los dos pabellones paralelos, sin indicación de
tas de cina cina o tunas), como describe Sey- principal durante la época de Rosas, refuerza patio, lo que la constituye además en un ejem-
mour para el sur de Córdoba; las chacras y quin- la unidireccionalidad de las labores ganaderas plo temprano de modernización de la habita-
tas en el sur de Buenos Aires, cercanas al en la estancia pampeana. Los métodos de me- ción rural. No resulta fácil fechar la arquitec-

58 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


est est
tura de La Alameda, cuya extensión horizon- meros intentos de introducir el merino en el tituye la propuesta de galpón para Los Reme-
tal altera totalmente las proporciones usuales país, historiados por Pellegrini, datan de 1813, dios, una estructura en “U” de dos plantas, que
de las instalaciones primitivas del rancho. Re- aunque Lavardén ya había probado suerte con genera un patio de trabajo, cercado por una ver-
presenta un híbrido entre modalidades recu- lanares de origen español que se difundie- ja de pilares y lienzos de hierro. El acceso de las
rrentes y nuevos motivos (mayor cuidado en ron luego por el centro de Europa e Inglate- ovejas se realizaba mediante una rampa, como
los detalles ornamentales, repetición modula- rra. En 1826, Harrat, Sheridan y Withfield im- más tarde será usual en los frigoríficos. Eduar-
da, con la sola alteración de los grandes arcos portan 150 merinos, a partir de los cuales do Olivera, su autor y propietario, también di-
de acceso, techo plano en terraza rematado con fundan con éxito el establecimiento Tres ami- señó en 1858 un galpón cúbico en dos plantas,
barandas de hierro, etc.). gos en San Vicente. La práctica novedosa de organizado alrededor de un núcleo de base oc-
Estas estancias han sido evaluadas por la la cruza de animales, realizada en forma me- togonal que se erige por sobre la techumbre que
historiografía como continuadoras de la mo- tódica desde fines del XVIII, resulta impor- lo circunda, con el fin de obtener iluminación
dalidad tradicional del rancho de líneas hori- tante no solo en referencia a las tareas cam- para el conjunto.
zontales, habitaciones enfiladas y galería. Pe- pestres, ya que iluminó aspectos claves de la Las mejoras técnicas no se limitan a expe-
ro ya no se trata solo de una mejora constructiva teoría de la evolución: en la Argentina, se con- riencias de cruza o a nuevas herramientas y má-
o de multiplicación espacial: queda clara la deu- vertirá después del ochenta en el sello distin- quinas. El constante problema del agua fue pa-
da con las nuevas tendencias en construccio- tivo de la estancia moderna. liado por la invención del “balde sin fondo”,
nes rurales-productivas de cuño francés. No La cría de ovejas se difunde rápidamente: sencilla técnica modernizada por Pellegrini en
es, sin embargo, en la arquitectura de la casa, mientras que en 1840 se exportaban 1.600 to- 1853 (“balde del volcador”), cuyas ventajas se li-
sino en su entorno, por un lado, y en el confort neladas de lana, en 1880 el volumen es de mitaban a rodeos que no superaran las 2.000
interior, por otro, donde comienzan a vislum- 100.000. En tal expansión, que se mantiene a cabezas, de manera que solamente fue aprove-
brarse los cambios radicales que desemboca- pesar de fluctuaciones, tuvo importancia la li- chado en las explotaciones medianas, en es-
rán en una verdadera transformación del ha- beración de gravámenes a la exportación de la- pecial las ovejeras. Más tarde, Anacarsis Lanús
bitar rural a fines del siglo XIX. nas (1840) y cereales (1846), pero también una importa de los Estados Unidos el molino de
serie de innovaciones como el cambio de las viento, hecho que permitiría separar los terre-
2. LAS INNOVACIONES DE LA ESTANCIA pasturas. McCann comenta: “Desde que dejé nos destinados a la ganadería de las aguadas
OVEJERA (1840-1880). Buenos Aires, mi camino había transcurrido naturales y dividirlos en potreros para una ex-
Los cambios que se harán extensivos en la entre establecimientos dedicados a la cría de plotación más eficaz de las pasturas. Alrededor
segunda mitad del siglo se vislumbran tímida- ovejas (...); en realidad toda la campiña, salien- de 1.870 máquinas segadoras y trilladoras co-
mente desde los años veinte del siglo XIX. Es- do de la ciudad y en el radio de treinta leguas, menzaban a reemplazar las viejas hoces; se cal-
tán vinculados a dos factores relacionados en- es un vasto criadero de ovejas”. Aquí, en un cli- cula que en esa década existían ya unas 2.000
tre sí: a) El impulso de la inmigración, espe- ma templado contrastante con el del norte de máquinas en la Provincia de Buenos Aires. Pe-
cialmente inglesa, irlandesa y escocesa, inmi- Europa, bastaba una legua para contener 14.000 ro la innovación técnica principal la constituyó
gración que si no alcanza en número la im- cabezas, divididas en manadas de alrededor de el alambrado. En 1845 Ricardo Newton hizo
portancia de la de fines de siglo, alterará los ne- 3.000. Es probable que por entonces se gene- construir el primer alambrado metálico del pa-
gocios rurales e introducirá mejoras sustantivas ralice el sistema de puestos, asentamientos mo- ís, inspirado, según Mc Cann, en el sistema de
que diversificarán la estructura física de la es- destos en la periferia de la propiedad que per- cercado de un parque de Yorkshire. Pero lo uti-
tancia. De manera más perdurable, modifica- mitían el control de la hacienda. La esquila debía lizó exclusivamente para alambrar la huerta,
rá la cultura de habitación pampeana. b) Es- realizarse bajo techo, por lo que se introduce la mientras que el parque era defendido de los
tos inmigrantes protagonizaron el boom ovejero. novedad del galpón. Para la tarea se formaban animales por arbustos espinosos y una valla de
Ambas cuestiones, relacionadas entre sí — grupos que se trasladaban de estancia en es- hierro. La extensión del alambre para cercar to-
vinculadas a la posibilidad de que la estancia tancia, en donde también participaban muje- do el perímetro del establecimiento se debe a
ovejera, en sus dimensiones y diversificación, res. La lana era comprimida en fardos por pren- Halbach, un estanciero y comerciante alemán
junto con introducciones técnicas como el sas de madera con tornillos. que había adquirido la ex estancia jesuítica Los
alambrado, refuerce la práctica de la agricul- El galpón de La Caledonia, la estancia de Remedios, que más tarde pasará a manos de
tura— inclinan a la vanguardia de los estan- John Miller, fue probablemente construido en los Olivera, constituyéndose en centro de la cría
cieros criollos, reunidos en la Sociedad Rural los inicios de los años cuarenta. Se trata de del Rambouillet argentino. En 1855, sus cam-
a partir de 1866, a considerar con atención es- una sencilla construcción de planta rectan- pos son limitados con alambrados de cuatro hi-
tas experiencias, tanto en sus aspectos de trans- gular, de 40 varas de largo por 10 de ancho, los, postes de ñandubay cada 50 varas y medios
formación económico-productiva como en su con mampostería de ladrillos sin revocar y cu- postes cada cinco. Es necesario, sin embargo,
papel de modelo de una nueva forma de vida bierta de poca pendiente, originalmente de vi- esperar a los años de 1890 para que el alambre
en la campaña. gas de palma, alfajías, tejuelas y baldosas, lue- adquiera suficiente solidez y flexibilidad, y así
Los inmigrantes británicos estaban soste- go reemplazada por chapa ondulada. No es la extensión de este tipo de cercado revolucio-
nidos por una amplia red comercial de com- una construcción improvisada: la planta está ne el paisaje y la producción pampeanas. El cer-
patriotas afincados en la ciudad, con aceitados perfectamente modulada y las aberturas re- co de alambre permitía, además de la organi-
lazos con la elite local; ellos impulsan inicial- petidas corresponden a cada módulo. En el in- zación de potreros y la disminución de la
mente el extraordinario crecimiento de la cría terior, un entrepiso se destinaba al guardado cantidad de gente para cuidar el ganado, una
y la explotación comercial del lanar. Los pri- de forrajes. Otro ejemplo destacable lo cons- económica y eficaz definición de la propiedad.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 59


Posteriormente, hacia 1900 se reemplaza con mediados de 1840 ya ha incorporado ventanas derarse que Urquiza no era un simple estan-
el alambre de púas. con rejas, bastidores y postigos de hierro, im- ciero, sino que poseía un lugar político central.
Abiertas a las innovaciones industriales, las portados de Birmingham; el hierro suele apa- Esta estancia es también un lugar de repre-
estancias ovejeras introducen elementos poco recer también en reemplazo de los pilares de sentación que reúne lo público con lo privado.
usuales, tanto en el campo como en la ciudad. madera de las galerías, o en las cresterías y de- Los cambios que comienzan a observarse en
Las transformaciones, es cierto, no son inme- más ornamentos (también realizados por es- el período de la estancia ovejera atienden fun-
diatas. La estancia arrendada por la familia tampado mecánico de la madera). Los detalles damentalmente a razones de uso, de optimi-
Hudson en 1846, Las Acacias, cerca de Chas- industriales aplicados en la construcción se zación productiva o de calidad simbólica, en-
comús, contaba con una casa grande en el cas- manifiestan también en el uso de galpones pre- teramente privadas en el sentido ilustrado del
co, que consistía solo en “una larga enfilada de fabricados. La pequeña estancia de Bell pose- término.
cuartos a flor de tierra, de ladrillo, al igual que ía, ya en 1842, galpones con techos de zinc. La Después de 1870, en relación con la estre-
los pisos, y techos de paja”. Una parte de las primera casa de la estancia ovejera de Richard cha vinculación entre los establecimientos es-
habitaciones oficiaba de almacén de compra- Seymour, Monte Molino, cerca de Fraile Muer- tancieros y el ferrocarril, la estructura prima-
venta, con mayor variedad de productos que la to (hoy Bell-Ville, al sur de Córdoba), fue una ria del pabellón rectangular es adaptada,
ofrecida en las tradicionales pulperías; y las casilla desarmable, de hierro, que causó sen- especialmente en los edificios de servicio, a
instalaciones que completaban el casco (hor- sación en la apartada zona de frontera. Ad- la imagen industrial victoriana: paredes de
no de pan, galpones de almacenamiento “tan quirida en Buenos Aires, consistía en dos ha- ladrillo sin revocar, remates de techos y aleros
enormes como el Crystal Palace”, el tambo) se bitaciones de 12 pies cuadrados. Cuando con cresterías de madera o latón calados, ex-
rodeaban de jardines y montes de frutales. Es construye su casa definitiva esta casilla que- tensión de la chapa acanalada en lugar de la
probable por las descripciones de la época que da para cocina y habitación de los peones. paja o la teja. Como ejemplos de esta difusión,
el entorno haya sido transformado antes que La mención de Seymour nos permitirá ha- pueden verse las instalaciones de la estancia
la propia arquitectura de la casa. cer un pequeño paréntesis. Si bien el objeti- Laguna de los Padres, cerca de Mar del Plata,
El ritmo de los cambios en las estancias vo de este artículo lo constituyen las estan- hoy convertidas en Museo José Hernández. En
puede seguirse en la descripción de la estan- cias pampeanas, es necesario reconocer que el ocasiones, la casa principal se convierte ya en
cia de la familia Girado, en Chascomús, que primer gran avance no se verifica en Buenos chalet, nombre genérico que se le otorgará a
ofrece Hilda Sábato en su estudio sobre el pe- Aires, sino en Entre Ríos. Provincia protegida las construcciones pintorescas, cuya filiación
ríodo. Hacia 1820, esta estancia era un esta- de los ataques indígenas, en privilegiada rela- puede ser variada (v. chalé). Se recuerda, por
blecimiento mediano, cuyas instalaciones prin- ción con el Brasil y el Uruguay, constituye el ejemplo, la casa de la estancia San Martín en
cipales apenas incluían un rancho principal sitio preferido para la adquisición o el arren- Cañuelas, construida en 1864 (luego amplia-
con “una puerta y una ventana” y otro más pe- damiento de campos de la comunidad inglesa da por el arquitecto Mirate, v., en 1903). Los te-
queño para el capataz; un aljibe, y una cocina inmigrante desde los años veinte. Urquiza, por chos son de fuerte pendiente, con cenefas y
de dos ramadas, pocos árboles, una zanja. Den- su parte, había seguido la misma formación cortanieves, las ventanas son de vidrios repar-
tro de la casa, los enseres eran puro “tacho vie- rural que su futuro rival, Rosas; una impor- tido. La más modesta ampliación, en 1885, de
jo”. La estancia se expande a fines de los cin- tante fortuna privada se traducía en empren- la casa principal de la estancia La Paterna (San
cuenta: en el casco, la casa central ya es de tres dimientos novedosos en las industrias rurales. Andrés de Giles) también puede considerarse
habitaciones bien amuebladas que diferencian No solo apoyó tempranamente la formación en este sentido. La casa es compacta, con te-
dormitorio, sala y comedor. La quinta cuenta de colonias agrícolas en parcelas de sus pro- cho a cuatro aguas y una galería adosada, con
con 16 montes, y seis puestos en la periferia. pios campos, sino que el casco de su estancia elementos novedosos, tales como columnas de
En 1881 la estancia había cambiado radical- San José (cerca de Concepción, arquitecto Fos- hierro, mosaicos calcáreos y techos de chapa.
mente de aspecto. La casa central, de 17 habi- satti, v., 1850) era el más importante construi- Una descripción significativa de una es-
taciones, era “de azotea” con zaguán (lo que en do hasta entonces. Sin embargo, debe consi- tancia ovejera de envergadura a fines de este
el lenguaje de la historiografía local se conoce período la proporciona Estanislao Zeballos. Se
como “italianizante”). Cocinas, letrinas, jardi- trata de la estancia Los Yngleses, de la fami-
nes, pozo, dos galpones, palomar, y aun corral lia Gibson. Su fundador, John Gibson, era hi-
especial para “avestruces del África” comple- jo de un próspero comerciante de paños de
tan el conjunto. Glasgow, cuya casa poseía filiales en Singapur
Pero las innovaciones más importantes no y Bruselas. En 1825 compra una vieja estancia
surgían de la estancia criolla. Mc Cann afirma en el Rincón del Tuyú, cercana a la actual po-
que los propietarios criollos que introducen blación de General Lavalle (formada en rela-
mejoras en sus estancias son aquellos que, in- ción con el establecimiento), en la que cría la
dependientemente de su riqueza, se han vin- primera majada con ovejas pampas. Poste-
culado “a los extranjeros de Buenos Aires”. Por riormente, entre 1835 y 1838, funda nuevas ma-
cierto, casi todas las mejoras técnicas a las que jadas servidas por carneros merinos de los es-
se le ha seguido el paso en la Provincia de Bue- tablecimientos de Harrat y Sheridan. “El viajero
nos Aires antes del ochenta se deben a ex- cruza un hermoso monte natural, respetado
tranjeros, en particular a anglosajones. La es- por el hacha destrozona, donde predominan
tancia de Newton, construida de ladrillos, a u ESTANCIA RINCÓN DE LÓPEZ, FUNDADA A FINES DEL S. XVIII. el tala y la coronilla [...]; este monte termina en

60 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


est est
la avenida de entrada, desde la cual se divisa cional, con habitaciones enfiladas, sino que su
las rejas blanquecinas que rodean el tambo, descripción indica más bien una casa compacta.
dominado por las ramas colgantes de los sau- Así como se preocupa por conseguir los in-
ces llorones. De ahí se mira ya toda la admi- gredientes del plum pudding para Navidad, Sey-
nistración; la barraca está cerca [...] y sigue mour amuebla el interior de la primitiva casi-
un gran patio, rodeado de largas casas de ma- lla con camas, cómodas, mesas y sillas, y aun
terial, destinadas a morada de peones, cocinas, un sillón; lleva consigo ollas y sartenes, y con-
escritorios y almacenes. Al frente hermosean sigue semillas especiales para el jardín y la
el cuadro los jardines que van a morir al pie de huerta. Como él mismo había notado en sus
los muros de la morada suntuosa de los Gib- primeros tiempos de estadía en Entre Ríos, “las
son. El patio de los peones comunica con otra estancias ostentan ese ambiente de hogar que
plaza rodeada por filas de ombúes colosales y los ingleses se complacen en llevar consigo a
majestuosos, de cincuenta años de edad. Allí cualquier parte del mundo”. En su descripción
el ruido de la tonelería aturde al viajero, pues de la estancia de Sheridan (Los Sajones, en
se fabrican sin cesar envases para exportar el Brandsen), más rica que la de las pobres “po-
sebo. Al lado del taller hay depósito para 300 blaciones” estancieras del sur cordobés, apre-
pipas armadas. Este depósito se une al galpón cia el “delicioso” jardín y las variadas especies
de la carne [...] y todo termina en la grasería. forestales. “Pasábamos el tiempo en la misma
Puede ella beneficiar 750 reses de capones a la forma que lo hubiéramos hecho en una casa
vez y está dotada de corrales de matanza, pla- de campo de Inglaterra, andando a caballo, ju-
taformas, hileras de ganchos y tendales para gando al croquet y bailando”. En este caso, la
los cueros. A la derecha de la fábrica están los casa principal está dispuesta en “U” con gale-
corrales de trabajar las majadas y el bañadero ría perimetral cubierta por enredaderas, y es
con dos techos y dos depósitos” (E. Zeballos, de azotea y un solo piso, según la disposición
1881-1883). El conjunto se articula a través de local que conjuga tradición con regularidad:
un eje, el largo camino de acceso, y un patio- u ESTANCIA DE OLIVERA, PCIA. DE BS.AS. los ingleses ponen más empeño para diferen-
plaza, sin alterar en este punto la tradición, pe- ciarse en el amoblamiento interior, en las en-
ro llama la atención la variedad de funciones cuerdo de la patria lejana. Los edificios de Los redaderas que modifican la monótona tipolo-
específicas de cada construcción, especialmente Yngleses, por ejemplo, son rematados por mo- gía, en el jardín y en el parque.
las industriales. El conjunto del bañadero ha- jinetes escalonados, como era de uso en los Cabe preguntarse por el grado de extensión
bía sido instalado en 1849, así como las ins- pueblos escoceses. Mc Cann, en su descrip- de esta modalidad plenamente moderna de
talaciones para el beneficio de capones y ove- ción de la casa de Thwaites en Chascomús, ha- considerar la casa como eje de la vida familiar,
jas viejas databa de 1843. Gibson representa en bla de un cottage, de álamos, del cultivo de vio- home rodeado del civilizado jardín, en el mun-
gran medida la forma mental con que estos in- letas, de la cuidada pelouse. El interior de estas do rural criollo previo al ochenta. Uno de los
migrantes calificados encaraban el problema estancias es especialmente remarcado por los principales impulsores del progreso económi-
de la producción rural: la primera medida de viajeros ingleses: biblioteca, piano fabricado co bonaerense, Carlos Pellegrini, ofrece desde
Gibson en el Tuyú consistió en instalar un ob- en Londres, chimenea encendida. La chime- las páginas de la Revista del Plata un cuadro la-
servatorio meteorológico con el fin de estudiar nea es el eje de la civilización, “signo inequí- mentable de la campaña. Gran parte del mal,
el clima para proteger los cultivos. Un nuevo voco de confort”. Pero el máximo signo de ci- para Pellegrini, se identificaba con la modali-
programa de asentamiento se desprende en vilización lo representan el jardín, la huerta, el dad tanto productiva como cultural de las es-
parte de los nuevos requerimientos producti- parque, en íntima relación, con su lugar defi- tancias ganaderas, y para la solución del esta-
vos, pero también de otra cultura de habita- nido, que se adicionan a casas muchas veces do de cosas, amén de los obvios reclamos de
ción, especialmente sensible a la vegetación, poco transformadas aún en su tipología de ran- puentes y caminos, organización municipal en
en particular al árbol, como tema que aludía cho. los pueblos y trazados claros de las propieda-
no solo a las necesidades climáticas, alimen- El citado relato de Seymour apoya la hipó- des, se señala el camino de la producción ove-
tarias o productivas, sino también estéticas, co- tesis de que las previsiones estéticas y de con- jera desarrollado por los inmigrantes. La ove-
mo emblema de la civilización. fort, en los cascos de estancias anglosajonas, ja merino debía, para Pellegrini, sustituir
La voluntad de preservar el verde y de au- no constituían un agregado cuando la estancia totalmente a la vaca, en función de que la acti-
mentarlo, de cultivar el jardín con intenciones ya marchaba próspera. En sus terrenos recién vidad ocupaba más brazos y conciliaba mejor
puramente estéticas, constituyen un leitmotiv adquiridos en las peligrosas cercanías de una con los requisitos de labranza. En una memo-
de las estancias y chacras sajonas de mediados frontera poco protegida, Seymour toma previ- ria de defensa del jornalero y pequeño hacen-
de siglo XIX. Imbuidos de una mentalidad ro- siones para la comodidad de su hogar, como dado de la provincia, elevada a la Legislatura,
mántica generalizada, la lectura del paisaje lla- indica que lo hacen todos sus compatriotas. La se solicita entre variadas peticiones que se de-
no y sin accidentes no solo parecía aburrida al casa principal, construida de ladrillos de ado- creten los terrenos de los alrededores de Bue-
viajero inglés, sino imposible para echar las be fabricados en el lugar, tiene proyectada tres nos Aires como “de lana y pan” para evitar que
bases de un hogar. Los detalles pintorescos se plantas y un jardín en el frente. Su estructura las haciendas de vacunos destruyeran huertas
orientaban hacia este fin, que no excluía el re- no obedece a la ampliación de la casa tradi- y sembrados. También se agregan medidas pa-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 61


ra la provisión de arboledas, y por ende de ma- de transición, las décadas del setenta y ochen-
dera para la construcción: la ausencia de árbo- ta, en que la preocupación por el paisaje co-
les en la pampa constituía una preocupación mienza a prender entre los hacendados crio-
generalizada. Sarmiento importa eucaliptos, llos. El hecho de seguir en tantos casos la
que se convertirían en una de las especies ha- tradición de la villa rústica palladiana, conve-
bituales del campo argentino y oriental. nientemente estandarizada en Inglaterra y los
Tanto para Pellegrini como para gran par- Estados Unidos, confiando aún en la elocuen-
te de la elite progresista de entonces las trans- cia de los estilos para subrayar los usos de los
formaciones materiales del territorio se hací- distintos cuerpos edificados, revela una mayor
an ostensibles en cierto tipo de arquitectura compresión del sistema arquitectónico, en esa
doméstica. Las casas de la vieja estancia no eran mezcla característica de los años posteriores a
calificadas de taperas y, en efecto, aquel depó- 1850 de motivos ilustrados y románticos; jun-
sito difícilmente podría llamarse habitación to a la incorporación de ornamentos mecáni- u CASA DE ESTANCIA EN LA PCIA. DE BS.AS.
u hogar, ni lograr entonces el anclaje del hom- cos y modernos, se construye una sensibilidad
bre a la tierra. El ingeniero saboyano no da in- ante el sitio, de la que se carecía por comple- falfa, mientras el aparcero se mudaba a otra
dicaciones concretas con respecto al tipo de ar- to en el período inicial. Las casas del casco es- propiedad o a otro sector de la estancia para
quitectura que se debería utilizar en el campo, tanciero primitivo nada tenían que ver con el reiniciar el proceso de cultivo alternado. “Este
pero sí lo hace Sarmiento, a quien la varie- paisaje, en tanto ninguna voluntad represen- sistema —escribe Gaignard— consolidó la for-
dad y el color le atraían como símbolos de ci- tativa las guiaba, como tampoco era tal la pre- tuna de la aristocracia pastoril: permitió me-
vilización; árboles, parques y jardines, en la ocupación en aquellos casos que respondían a jorar las tierras vírgenes, introduciendo pastos
ciudad, los suburbios o la campaña, indicaban la abstracta preceptiva durandiana. La moda tiernos, y preservar la fertilidad del suelo al-
el sentido del progreso social. Por el contrario, inglesa es la que lleva a una voluntad de rela- ternando cereales y leguminosas, todo ello sin
identificaba en “la arquitectura de estancia” el ción entre la casa y el entorno de larga dura- intervención privada y sin esfuerzo de organi-
símbolo de aquellas prácticas que desprecia- ción en la sensibilidad local. zación del trabajo por parte de los dueños de
ba, cuyo modelo reconocía en la mansión de Pero el verdadero cambio en el enfoque del la tierra, que se limitaban a recaudar su renta
Rosas en Palermo. Así, aun antes de finaliza- casco de estancia se producirá luego de la ex- sobre la producción agrícola”. Lo que no obs-
da la “Conquista del Desierto”, vemos emer- tensión del ferrocarril, una vez finalizada la ta, por cierto, para que las técnicas de cultivo
ger en la zona protegida cascos de estancia que campaña al desierto. y de cría se modernizaran radicalmente, ya no
solo en los establecimientos experimentales de
3. EL CASCO DE ESTANCIA COMO VIVIENDA ESTA- un pequeño grupo, sino en las estancias de
CIONAL Y EMBLEMA ARISTOCRÁTICO (1880-1930). quienes habían sido más reacios a los cambios.
Los sueños jeffersonianos de Sarmiento no Los estancieros conservaron el control directo
se cumplieron para la región pampeana. Co- sobre la cría, que únicamente preveía una in-
mo ya ha sido comentado, los inmigrantes re- versión inicial fuerte —el alambrado de los
cién llegados no encontraron ninguna tierra campos— y mano de obra escasa; el peso so-
disponible, como no fuera en arriendo a través cial y político de esta clase, afincada en la ciu-
de las compañías de colonización o como apar- dad, que no habitaba en el campo más que tem-
ceros temporarios en las grandes estancias. En porariamente, fue central en la estructura
los años posteriores a 1880 el área pampeana económica, pero también en la inflexión cul-
extiende rápidamente la red de ferrocarriles tural de la Argentina hasta avanzado el siglo
que confluyen en el puerto de Buenos Aires y, XX. El estanciero también mantuvo el control
u CASA DE CAMPO RAMÓN LARREA, DIBUJO DE C. ZUCCHI. posteriormente, en Rosario, Bahía Blanca y sobre el proceso especulativo de compraven-
Quequén. Los esfuerzos colonizadores solo lo- ta de animales.
ya no siguen las líneas originales del primiti- gran cierto éxito en la pampa gringa, la zona En los años de oro del crecimiento agríco-
vo rancho, incluso cuando el establecimiento de pequeños chacareros dedicada luego al cul- la-ganadero del país, las inversiones en la mo-
continúa manejando hacienda vacuna. La ne- tivo de cereales (v. Colonia agrícola). Pero el espa- dernización de los cascos estancieros impre-
cesidad de modernización arquitectónica se cio pampeano sigue siendo de dominio pasto- sionaban a los visitantes europeos. En parte,
acelera en el clima cultural posterior a Case- ril. Lo que no obstaculiza su modernización, y la transformación del casco y de la estructura
ros. Como ejemplo, el casco de la estancia Cha- los cambios notables de una producción que física de la estancia obedeció directamente a
cabuco (vecina al pueblo de Maipú), de la fa- deja de ser puramente extensiva. Los grandes los requerimientos productivos. La introduc-
milia Madero, construido en 1855, ofrece en su estancieros, cuyas explotaciones oscilaban en ción de animales finos (en 1888 se funda la
casa principal la réplica de una casa de vera- dimensiones de 1.000 a 30.000 ha, utilizaron Asociación de Criadores y en 1889 se publica
neo pompeyana. el sistema de contrato temporario para roturar el primer registro genealógico del Shorton) se
A diferencia de lo que ha sancionado la his- una parte de sus tierras, introduciendo así, en acelera con el auge de la carne enfriada desde
toriografía local, que señala este momento co- una magnitud inusual, el cultivo de cereales, principios del siglo XX.
mo el del quiebre de la conformidad entre edi- especialmente de trigo; a los 4 ó 5 años recu- En parte como consecuencia de la expan-
ficio y paisaje, es precisamente en estos años peraban las tierras arrendadas cubiertas de al- sión de las actividades ganaderas, crecen co-

62 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


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mo necesario complemento los pueblos y ciu- na, en la tradición que enseña el avance del fe- estancias ovejeras.
dades bonaerenses. Ellos promovían un mer- rrocarril inglés en las pampas. Chapadmalal interesa, además, por razo-
cado de servicios y reserva de trabajadores me- En la década de 1850, José Martínez de Hoz nes de índole representativa. La pasión por el
dianamente educados para responder a la labor. forma su primer potrero con vacas mejoradas, turf de Miguel Alfredo no solo nos habla de su
Sin embargo, los estancieros difícilmente se y en 1861 importa cuatro toros ingleses. Se tra- formación en colegios ingleses y de su obse-
involucraban en los asuntos específicos de los ta del mismo personaje que fue primer presi- sión por el mejoramiento de las razas. La afi-
municipios, y las sociedades urbanas resulta- dente de la Sociedad Rural Argentina, cuando ción a este deporte se generalizó en las pri-
ban bastante más complejas que la sociedad esta aún constituía un grupo de avanzada. Sus meras décadas del siglo XX y se extendió fuera
de las estancias; a la larga, la vida urbana ero- descendientes desarrollaron, entre otras pro- del aristocrático mundo de los estancieros, co-
siona el poder de los estancieros, de los cuales piedades, la célebre estancia Chapadmalal, en mo lo testimonian las populares letras de tan-
nunca dependió directamente. donde a partir de 1890, en relación con nue- go. Esta cuestión indica la emergencia y de-
Veamos algunos ejemplos del radical me- vos sistemas y métodos de crianza, se edifica- sarrollo de nuevos hábitos como parte de la
joramiento en la estructura estanciera poste- ron modernos galpones, corrales con manga modernización de la vida cotidiana en los sec-
rior al ochenta. Un caso paradigmático, por la que reemplazaron las tareas de marcación, se- tores altos de la sociedad, que las revistas ilus-
temprana atención al progreso, son las estan- paración, etc., realizadas en pleno campo; los tradas se encargan de difundir. Aire, verde, vi-
cias de la familia Olivera. Domingo, el padre, potreros fueron alambrados y rodeados de ar- da sana y deportes, clisés que aún hoy se
había sido uno de los primeros criadores de la boledas; se importaron pastos y forrajes. La ha- consideran como parte de la calidad de vida,
raza Rambouillet en la Argentina. Su hijo Eduar- cienda creció en extensión; a la formación de se instalaron como temas cotidianos desde las
do, que se hace cargo de la administración de planteles de pura raza Shorton, se agregó la últimas décadas del siglo pasado.
la estancia Los Remedios en el 1843, realiza cría de caballos finos, destinados al deporte que Esta forma de vida, a la vez campestre y cul-
luego estudios de agricultura en Grignon y vi- ya había sido introducido en su modalidad in- ta, deportiva y sana, moderna, debe colocarse
sita diversos países europeos, entre ellos Es- glesa en las haciendas ovejeras: la carrera de también en relación con la estima del descan-
cocia e Inglaterra, para adquirir experiencia en caballos. El haras de Chapadmalal fue funda- so estacional y de la vida al aire libre, que cul-
las novedades agrícolas. A su regreso en 1858, do en 1914, en sociedad con Benito Villanue- mina en los años treinta con la extensión social
se convierte en un personaje central entre los va. La construcción, dirigida técnicamente por del “veraneo en la playa”. No es secundario es-
fundadores de la Sociedad Rural, cuyo objeto Miguel Alfredo Martínez de Hoz, estaba for- to para evaluar en sentido no estrictamente pro-
inicial fue el perfeccionamiento del sector agra- mada por largos pabellones de ladrillos a la vis- ductivo algunos cascos de estancias que conta-
rio; crea la escuela agrícola, que más tarde se ta y puertas de madera, con boxes individua- ban, entre otras ventajas, con la vecindad de
desarrolla como Instituto Agronómico y Vete- les; la padrillería, dedicada a los sementales zonas de expansión turística. La Armonía, por
rinario en la vieja estancia de Santa Catalina más valiosos, desarrolla cada box con establo ejemplo, que pertenecía a Manuel J. Cobo, se
(la que había pertenecido a los Robertson), y y cuarto de guardado de enseres, además de valorizó tanto desde el punto de vista agrope-
preside la Exposición Nacional de Córdoba en elementos sanitarios. El grado de especializa- cuario como desde el social y residencial. Su
1871. Su hermano Carlos, agrimensor e inge- ción de las instalaciones de servicio culmina propietario había aprovechado la vía de ferro-
niero civil (uno de los primeros recibidos en en cierta manera la trayectoria iniciada en las carril a Mar del Plata, que pasaba por sus cam-
Buenos Aires), también se interesa por los tra-
bajos rurales, paralelamente a su actividad en
el Departamento de Ingenieros de La Nación.
En la estancia Las Acacias la familia desarro-
lla la larga experiencia común. Remodelada a
partir de 1887, la casa principal de Las Acacias
posee reminiscencias palladianas: se trata de
un cubo cerrado, con una fachada tripartita,
con la consabida loggia subrayando el acceso,
fachada posterior abierta al parque, terraza pla-
na con balaustres, y torreón mirador. Edifica-
da de ladrillos, la casa utiliza el innovador re-
voque símil piedra. La diferencia entre los
destinos de los distintos cuerpos del casco es
remarcada con variados estilos. El galpón de
lanares, edificado en 1888, responde al carác-
ter rústico que requiere su función, sin re-
nunciar a la elocuencia de los bajorrelieves que
representan ovejas. Los depósitos ostentan el
ladrillo a la vista, con detalles italianizanes
en sus fachadas. La casa del mayordomo es un
cottage prefabricado con techos fuertemente
inclinados y ornamentos realizados a máqui- u ESTANCIA LA ARMONIA, PROVINCIA DE BUENOS AIRES.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 63


pos para gestionar la instalación de una esta- (v.)en Chapadmalal; Fockel en La Raquel; Welt- era el parque ecléctico. En la percepción de los
ción que lleva aún su nombre. Famosa por “sus her en Huetel. El parque es fundamental, por- contemporáneos, no se alteraba con la intro-
almuerzos y tes”, La Armonía resultaba un lu- que la casa aislada en medio de la pampa, en ducción de los variados estilos su pertenen-
gar de excursión apropiado para los turistas cualquiera de los estilos que ya se acomodaban cia a un mundo “natural” —en el sentido no
marplatenses de alcurnia. Podía pasarse allí un al gusto ecléctico dominante, hubiera sido im- de mundo virgen sino de mundo verde— di-
“típico” día de campo, comiendo asado criollo pensable. El parque creaba un ambiente ade- señado ad hoc en relación con la casa princi-
y cabalgando. “Todo era elegancia y lujo, desde cuado, tanto desde el punto de vista estético co- pal. En otros casos, en cambio, no se acierta
el lago artificial con sus botes, el espléndido par- mo del estrictamente climático. con el difícil equilibrio que suponía otorgar a
que, hasta el detalle de ubicar en las abras al- La variedad de las elecciones arquitectóni- la casa de los dueños un carácter adecuado, co-
gunos planteles de vacunos para dar una nota cas en los cascos de estancia responde a la dis- mo en la suntuosa Huetel, mandada a cons-
de fondo a las abertura de las magníficas arbo- ponibilidad de lenguajes ya asentada a fines truir por Concepción Unzué de Casares como
ledas” (Aspellaniz). La familia Cobo-Unzué se- del siglo XIX. Las Acacias es palladiana; en Cha- grand hôtel particulier en estilo Luis XIII (1907,
guía la vida habitual de las grandes familias es- padmalal se elige, siguiendo la trayectoria del arquitecto Dunant (v.), que luce como un frag-
tancieras: pasaban seis meses en Europa, Bildungsroman de su dueño, el modelo de la mento de ciudad en pleno campo. Esto indica,
noviembre y diciembre en la estancia, enero y estancia rural escocesa; Santa Rosa de Lima más bien, que los criterios de gusto, con la con-
febrero en Mar del Plata, y marzo y abril en Bue- (Zárate, arquitecto Le Monnier, (v.) 1906) y La secuente adecuación al programa, al lugar y a
nos Aires. Las estancias también se convirtie- Raquel (de los Guerrero, 1894-1905; remode- la jerarquía, aún presentes en Las Acacias y en
ron por entonces en lugares de recepción obli- lada en 1935 por el arquitecto E. Bunge (v.)) son Chapadmalal, ya habían sido olvidados.
gada para huéspedes ilustres, donde se suponía castilletes pintorescos. Más referencial en su La adopción genérica de una sensibilidad
que habitaba el corazón del país, la pampa. construcción neogótica, la imponente casa prin- pintoresca en este período no implica, como sí
Pero la pampa no aparece en las estancias cipal de la estancia San José, en Luján (arqui- en el período anterior al ochenta, innovacio-
en sus características naturales. El parque y las tecto Moreau), no desdeñaba arcos apunta- nes desde el punto de vista de las trayectorias
plantaciones eran compañías necesarias de dos y agujas, ni torres flanqueando el gran de la arquitectura local. Mientras en estancias,
la elegancia y el confort de la casa principal. En portón de acceso, como parte de hipotéticas chacras y quintas suburbanas en épocas de Sar-
Chapadmalal, Julia Elena Acevedo, esposa de murallas de defensa. Continúa la tradición del miento se introducía un gusto moderno y abier-
Miguel Alfredo Martínez de Hoz, se ocupa per- chalet, con lo que se denomina genéricamen- to, en franca ruptura con la tradición que se
sonalmente del parque y aun escribe un tra- te desde villinos italianizantes, como las casas mantenía en la ciudad, las elecciones de la épo-
tado sobre jardinería (Itinerario de mis flores). principales de El Callejón (Sáenz Valiente-Mu- ca de oro de las estancias abrevaban en un pu-
Los mejores parquistas son contratados en di- niz Barreto, 1875), hasta referencias rurales ñado ya establecido de posibilidades. Aun así,
versas estancias para formular el plan: Thays francesas en San Francisco (circa 1940, del ar- algunas experiencias arquitectónicas que es-
quitecto Alejandro Bustillo, (v.) para su hermano taban limitadas en la ciudad, por la escala de
Ezequiel). La ambigüedad estilística hace ocio- la intervención, se realizaron en los cascos de
so en muchos casos intentar definiciones: La estancia. Tal es fue el caso de Acelain, la es-
Raquel, por ejemplo, fue originalmente un cha- tancia de Enrique Larreta y Josefina Ancho-
let antes de que se le agregara la torre, a prin- rena en las cercanías de Tandil. Parte de un in-
cipios de siglo XX, y se convirtiera en símil cas- menso campo adquirido por la familia
tillo. La residencia en Sierra de la Ventana de Anchorena en 1859 permitía, por la orografía
Tornquist (arquitecto Nordmann, (v.)) se en- del lugar, un emplazamiento pintoresco que
cuentra a medio camino entre un chalet nor- el resto de las estancias pampeanas tenía que
mando y un castillo neogótico, sin obviar in- construir. Larreta forma parte de un vasto mo-
dicaciones clásicas dentro del sistema de los vimiento de recuperación de los valores tra-
órdenes. Lo que las hacía ostensiblemente ca- dicionales de la “Madre Patria”, uno de los fru-
sas de campo y no de ciudad era la vieja tradi- tos del malestar fin de siècle ante el avance,
ción pintoresca de pabellones en el parque: co- temible para las clases pudientes, de la rique-
mo se sabe, cumpliendo con ciertos requisitos, za y la civilización extendida parcialmente a las
cualquier estilo podía ser adecuado a un pabe- masas inmigrantes. La residencia, iniciada en
llón, una follie o a una fabricque decimonónica, 1922 e inaugurada en 1924, fue encargada al
desde la pagoda japonesa hasta el castillo neo- arquitecto Noel (v.), aunque el programa esti-
gótico. El elenco posible ya había sido norma- lístico ya estaba definido desde los viajes de La-
lizado en diversos tratados desde fines del rreta a España en la primera década del siglo.
XVIII, que indicaban el carácter de cada elec- El modelo adoptado por Noel es el Generalife
ción. La experiencia de disolución de los pa- en Granada, y constituye una de las obras prin-
rámetros clásicos había pasado en la Argenti- cipales del Neocolonial argentino. Como en la
na, precisamente, por estas construcciones casa de Larreta en Buenos Aires, cada detalle
experimentales de alto valor escenográfico. es cuidado en referencia a la unidad estilísti-
Pero en el filo del siglo XX, este reperto- ca: muebles, obras de arte, rejas y alfombras;
u ESTANCIA LA RAQUEL, PROVINCIA DE BUENOS AIRES. rio ya era un lugar común, como también lo el jardín, con espejos de agua y cipreses, re-

64 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


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u ESTANCIA HUETEL, PROVINCIA DE BUENOS AIRES.

cuerda, con poca sensibilidad de escala, los cár- pertenecía a una familia de abolengo estan- mée. El estanciero argentino. Bs. As.: Librería del
menes de Granada. ciero, pero su estrategia descansa en la nos- Colegio, 1887; E. Daireaux. Vida y costumbres en el
Estamos ya en un período incierto en el talgia estilizada de la vida criolla personifica- Plata. 2 vol. Bs. As., 1888; F. Scardin. La estancia
mundo de las artes y la arquitectura local. La da en Don Segundo Sombra. Ni en Zogoibi, ni argentina. Bs. As.: Cía Sudamericana de Billetes
variedad de estilos ya no conforma, y la bús- en Don Segundo Sombra, aparecen los verda- de Banco, 1908; G. Daireaux. La estancia argentina.
queda de una “identidad” frente al “baile de deros trabajadores, ni los chacareros y arren- T. III. Bs. As.: Censo Agropecuario Nacional, 1909;
máscaras” finisecular ya era un lugar común, datarios en conflicto con los grandes terrate- F. de Azara. Memoria sobre el estado rural del Río
sin que por ello se acierte a salir del muestra- nientes, ni los inmigrantes. Pero esta inflexión de la Plata. Bs. As.: Bajel, 1943; Seymour. Un pobla-
rio académico. Pero estos cambios no solo ha- literaria, que presenta la pampa con caracteres dor de las pampas. Bs. As.: Editora del Plata, 1947; N.
blan de la arquitectura, sino de un cambio de sustanciales, y aun metafísicos, asumiendo las H. Sbarra. Historia del alambrado. Bs. As.: Raigal,
sensibilidad con respecto al modelo de vida del características naturales de la pampa como pai- 1955; J. Gazaneo, y M. Scarone. Estancias. 2 vols. Bs.
gentleman estanciero que se difunde desde saje significativo (la llanura sin árboles, vacía As.: Publicaciones de la Academia Nacional de Be-
1890 hasta el Centenario. Los viejos tópicos de y silenciosa, de vastos horizontes), sin castillos llas Artes, 1965; Íd. Tres establecimiento rurales.
mediados de siglo pasado (el latifundio, el au- falsos a la vista, será asumida en distintas ma- Bs. As.: IAA-UBA, 1965; Williams Álzaga. “La gana-
sentismo de los patrones) resurgen en relación nifestaciones estéticas de renovación como un dería argentina. 1862-1930”. En: Academia Nacional
con la emergencia de conflictos en el campo aspecto de la “identidad pampeana” y, en gran de la Historia, Historia argentina contemporánea.
(como el grito de Alcorta, la huelga de los arren- medida, nacional. Representa un campo idea- Bs. As.: El Ateneo, 1966; J. Oddone. La burguesía
datarios en el sur de Santa Fe en 1912) y, en lizado, no tecnificado ni urbanizado, el ante- terrateniente argentina. Bs As.: Libera, 1967; V. Ca-
consecuencia, a la comprensión de que el sis- rior a 1880. La revalorización de las viejas ca- rreño. Estancias y estancieros. Bs. As.: Goncourt,
tema productivo que tenía su pieza clave en la sas tradicionales de las estancias de mediados 1968; T. Halperín Donghi, en T. Di Tella y T. Hal-
estancia había alcanzado su techo. Larreta res- del siglo XIX no tardará en llegar: en San Fran- perín Donghi. Los fragmentos del poder. Bs. As.: s/e,
ponde indirectamente a las críticas en los ide- cisco, Bustillo construye las instalaciones uti- 1968; J. Scobie. Revolución en las pampas. Historia
alizados cuadros de la novela rural Zogoibi litarias que rodean la casa principal en estilo social del trigo argentino: 1860-1910. Bs. As.: Solar
(1926), donde la modernidad técnica se con- “estancia antigua”. La blanca pureza de los cas- - Hachette, 1968; W. Mc Cann. Viaje a caballo por
juga con la vida aristocrática, cuadro que in- cos estancieros de “los padres” constituirá un las provincias argentinas. Bs. As.: 1969; N. H. Sba-
tenta poner en práctica en la estancia “Acelain”. leitmotiv también en el “combate” por la ar- rra. Historia de las aguadas y molinos. Bs. As.: Eu-
Si la novela de Larreta permanece justamen- quitectura moderna. G. S. deba, 1973; H. C. Giberti. Historia económica de la
te olvidada, otra novela de la época, Don Se- ganadería argentina. Bs. As., Solar-Hachette, 1974;
gundo Sombra (1926), se convierte en la pieza Bibliografía: Colección completa de la Revista del Río C. Moncaut. Estancias bonaerenses. City Bell (Prov.
maestra de la literatura moderno-criollista, con- de la Plata y Anales de la Sociedad Rural;. E. Zeba- de Bs. As.), 1977; Íd. Pampas y estancias. City Bell
vertida hasta hoy en una lectura clave en la for- llos. A través de las cabañas. T. III de Descripción (Prov. de Buenos Aires), 1978; G. E. Hudson. Allá le-
mación escolar argentina. Güiraldes también amena de la República Argentina (1881-1883); C. Le- jos y hace tiempo. Trad. Esp. Bs. As.: Kapelusz, 1979;

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 65


M. Sáenz Quesada. Los estancieros. Bs. As.: Editorial y Proyectos. En la actividad oficial, fue res- ESTUDIO AISENSON. Fundado en 1934 por el
de Belgrano, 1980; Una nación para el desierto ar- ponsable de la División de Estudios y Proyec- arquitecto José Aisenson, a quien se sumó el
gentino. Bs. As.: CEAL, 1982; R. Gaignard. La pampa tos de la Comisión de la Vivienda de la Muni- ingeniero Mario Aisenson en 1946. En los
argentina. ocupación, poblamiento, explotación. De cipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. En este años 1960 y 1969 se incorporaron los ar-
la conquista a la crisis mundial. Bs. As.: Solar, 1989; ámbito se ocupó del desarrollo de Diseños Ur- quitectos Roberto Aisenson y Carlos Pujals,
H. Sábato. Capitalismo y ganadería en Buenos Aires: banos y Prototipos de Vivienda y Equipamiento. luego socios titulares. En 1982 se integraron
la fiebre del lanar. 1850-1890. Bs. As.: Sudamerica- Exiliado en México luego del golpe militar al Estudio nuevos profesionales: los arqui-
na, 1989; C. Moreno. Españoles y criollos. Largas de 1976, continuó sus investigaciones en ese tectos José Fiszelew y Mario Zito y el ingeniero
historias de amores y desamores. 2 vols. Buenos Ai- país, donde patentó diversos sistemas cons- Hugo Mitelman. En 1996 se sumaron como
res, Asociación para la Defensa del Patrimonio His- tructivos y fundó el CEVEUR (Centro Experi- socios titulares los arquitectos Javier Hojman,
tórico Nacional / Junta de Estudios Históricos de mental de la Vivienda y el Urbanismo). Se in- María Hojman y Pablo Pschepiurca. Desde su
Cañuelas, 1994-1997; R. Hora. The Landowners of teresó también en problemas ecológicos y fundación, el Estudio Aisenson ha realizado
the Argentine Pampas: A Social and Political His- ambientales. Su experiencia mexicana ha sido edificios para viviendas multifamiliares, ofi-
tory, 1860-1945. En: mímeo, 1998; E. E. Vidal. Buenos resumida en un libro de su autoría Arquitec- cinas administrativas, actividades artísticas,
Aires y Montevideo. Bs. As.: Emecé, 1999; Y. Guzmán. tura de sistemas al servicio de las necesidades programas sociales, centros deportivos y asis-
El país de las estancias. Bs. As.: Emecé, 1999 populares 1964-1983), nacido en el seno del tenciales, proyectos industriales y viviendas
CEVEUR (México, 1984) y editado luego en la individuales, y ha participado en numerosos
Argentina (Bs. As.: Hachette, 1985). concursos de anteproyectos en los que obtu-
ESTRELLA GUTIÉRREZ, FERMÍN. Buenos Ai- En México, expuso sus investigaciones y vo diversos premios y distinciones.
res, 1938. Arquitecto. Especialista en la ex- proyectos en varias sedes de la UNAM y en la
perimentación de técnicas y sistemas cons- Universidad Autónoma de Sinaloa, y fue ga- El estudio Aisenson puede considerarse pa-
tructivos tendientes a la reducción de costos nador del Primer Concurso Nacional de Vi- radigmático de cierta modalidad en la profe-
de la construcción, fue autor de varias tesis vienda (IMSA, MULTYPANEL, 1880) y del sión de arquitectura local en el siglo XX: la
sobre diseño urbano de conjuntos y titular de Primer Concurso Nacional de Vivienda Po- de los estudios orientados a la práctica profe-
patentes de sistemas constructivos, entre los pular, otorgado en 1984 por el Fondo de Ha- sional que, sin perder su vinculación con los
que se destaca el sistema Trama. bitaciones Populares. Los resultados de sus ámbitos de reflexión de la cultura arquitectó-
estudios se concretaron en la construcción de nica, trabajaron eminentemente en la cons-
Se graduó de arquitecto en la Facultad de numerosos conjuntos habitacionales de vi- trucción privada, adaptándose a los cambios
Arquitectura y Urbanismo de la UBA en 1967. viendas de interés social (v.), para los secto- coyunturales de la producción. Como otros
A mediados de la década del sesenta, antes res estatal, social y privado de ese país, en el grandes estudios, desarrollaron su extensa la-
de obtener su título profesional, Estrella Gu- Distrito Federal y estados de Guerrero, Hi- bor durante varias generaciones (en 60 años
tiérrez había comenzado a ocuparse del dise- dalgo, Baja California, entre otros. de trayectoria sumaron más de 1.200.000 m2
ño y la planificación de escuelas rurales: en A raíz de la difusión y el reconocimiento de construidos), dejando así en la ciudad de Bue-
1964 integró el Plan de Construcciones Esco- sus investigaciones, ha recorrido varios países nos Aires una marca significativa. Enfocaron
lares y el Grupo Nacional de Desarrollo de la de Latinoamérica, invitado para realizar semi- en particular programas habitacionales —des-
Arquitectura Escolar. Dentro de esta línea de narios o para formar parte de jurados (v. gr,: de conjuntos de vivienda económicos a torres
trabajo, durante su desempeño como Jefe del III Bienal de Arquitectura de Quito, Ecuador). para sectores de altos recursos— y edificios de
Grupo de Diseño y Planificación de Escuelas En 1987 retornó a la Argentina, donde con- oficinas, en los que aplicaron tecnologías avan-
Rurales del Consejo Nacional de Educación, tinúa realizando investigaciones sobre el há- zadas. La incorporación, desde la década del
fueron construidas unas 2000 aulas de escuelas bitat popular, siempre bajo la premisa expuesta setenta, en los programas residenciales de al-
primarias. Con el objeto de sistematizar y re- en su libro, y que vale la pena recordar, de en- to valor adquisitivo, de servicios comunes co-
ducir los costos, formó en 1968 el grupo IRA contrar soluciones eficaces, posibles: “Cons- mo piscinas, salas de reunión, saunas, gim-
(Industrialización y Racionalización de la Ar- tato al estudiar cotidianamente la producción nasios, canchas deportivas o juegos infantiles,
quitectura), para lo cual planteó una arquitec- o las teorías de muchos colegas de diversos pa- adelanta una modalidad que en la década de
tura de carácter sistémico, alejada de las mo- íses, tanto centrales como periféricos, que mu- 1990 encuentra su máxima expresión: la de
das y reducida en su expresión a los elementos chos arquitectos de muchas partes del mundo, las “torres cerradas”, de gran altura, autosu-
esenciales (v. Sistemática, arquitectura). en latitudes y sistemas sociales tan diferenctes ficientes para el transcurso de las actividades
A partir de 1973, luego de realizar una se- como Rumania y México, Argentina y Argelia, privadas, que compitieron eficazmente en los
rie de experiencias en la Patagonia y en Bue- estamos buscando nuevos caminos teóricos sectores altos de la sociedad con la moda de
nos Aires —aplicación del “sistema IRA” pa- que nos permitan una práctica más eficaz. En los country o de los barrios cerrados, ya que
ra el Ministerio de Obras Públicas de la otra esfera están los teoricistas y los practicis- ofrecían el plus de la inserción en la ciudad.
Provincia del Río Negro; sistemas para la cons- tas, los primeros piensan para especular y los Aunque en los ejemplos iniciales el tema no
trucción de edificios de hasta 20 pisos en la segundos producen sin reflexión”. estaba teñido de las alusiones a la “seguridad”
Capital Federal—, su trabajo se orientó hacia del habitante, con ribetes policiales, que llevó
la enseñanza de sistemas racionalizados en la Bibliografía: R. Gutiérrez y P. Méndez (coord.). Ar- luego a acentuar su inflexión de islas separa-
FAU-UBA, donde fue profesor en 1973, año en quitectura latinoamericana en el siglo XX. S/l, CE- das del contexto. Conjuntos como Las Ba-
el que codirigió el Instituto de Investigaciones DODAL, 1999. rrancas (1985) o el Edificio Forum (1989) cul-

66 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


w Edificio Malecón est est

u EDIFICIO MALECÓN, REMATE SUR DE PUERTO MADERO, DE HOK INTERNATIONAL LTD Y ESTUDIO AISENSON. EL HALL DE ENTRADA OCUPA TODA LA PLANTA BAJA EN DOBLE ALTURA.

u EL EDIFICIO ESTÁ
ENVUELTO EN UNA PIEL DE
VIDRIO DOBLE TRASPAREN-
TE DE ALTA EFICIENCIA. EL
NUCLEO CIRCULATORIO SE
UBICA SOBRE LA FACHADA
SUR. AL NORTE, LA FACHA-
DA ESTÁ PROTEGIDA POR
PARASOLES DE ALUMINIO,
QUE SOPORTAN EL PASO DE
UNA PERSONA PARA REALI-
ZAR LA LIMPIEZA EXTERIOR

u LA PLANTA, CON SUS


LADOS CONVEXOS, EVOCA
LA FORMA DEL CASCO DE
UN BARCO, Y BRINDA UNA
MÁXIMA TRANSPARENCIA Y
EXCELENTES VISTAS HACIA
TODAS LAS DIRECCIONES.
EL EDIFICIO OBTUVO EL
PREMIO BIENAL DE ARQUI-
TECTURA EN EL AÑO 2000.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 67


minan con la realización de las torres Las Pla- suelve tanto la identidad del edificio como pro- fachada se compone de una serie de parasoles
zas de 1993, que cuentan con clubes privados blemas concretos de iluminación o de vistas verticales de hormigón que protegen las aber-
con piscinas y salones de usos múltiples, y con desde el edificio hacia el complejo río-puer- turas del sol del Este, apoyados sobre un zóca-
el ambicioso proyecto del conjunto Twin Park to. La alta calidad del edificio mereció el pri- lo de ladrillos vistos que se interrumpe hacia
Residence (2000), dos torres de 45 pisos para mer premio de la Bienal de Arquitectura, otor- las medianeras para generar los ingresos.
el área de Puerto Madero, que incluye piletas gado por la SCA y el Consejo Profesional en el En 1967, al retirarse HHL de la profesión,
de natación, solárium, salón de fiestas, salón año 2000. Además, los diseñadores realizaron se forma una nueva sociedad que adopta el
para juegos sociales, spa, fresh-market, home- el Madero Plaza (2003) y proyectaron el Edi- nombre de Estudio H, en reconocimiento a
theatre, gimnasio, peluquería y otros servicios ficio Le Park (en construccción, 2004), ambos su fundador. Se incorporan sucesivamente los
comunes, los que conforman casi una peque- en Puerto Madero. G. S. arquitectos Alberto Santanera (1967), Adrián
ña ciudad. En cuanto a edificios de oficinas, el Caballero y Daniel Vidal (1969), Armando To-
edificio Malecón y la Torre La Nación resultan rio (1970) y Raúl Utges (1972). En 1972, con
los ejemplos recientes más representativos. El ESTUDIO H. Grupo constituido entre los años la salida del arquitecto Caballero, el grupo que-
primero, realizado en colaboración con el es- 1967 y 1970, a partir del estudio del arqui- da definitivamente conformado por los pró-
tudio Hok Internacional (St. Louis, EE.UU.), tecto Hilarión Hernández Larguía (v.), por los ximos treinta años.
constituye una torre de oficinas de 12 pisos so- arquitectos Rufino DE LA TORRE (s/d, m. Ro- Los inicios de la década del setenta se ca-
bre un lobby de doble altura con podio comer- sario, 1984); Aníbal Julio MOLINÉ, Rosario, racterizaron por una activa participación en
cial: edificio “inteligente” realizado con una 1937; Alberto Héctor SANTANERA, Rosario, concursos sobre hospitales, a partir de los cua-
tecnología sofisticada. Remata en el extremo 1938; Daniel Esteban VIDAL, Fray Luis Bel- les desarrollan una postura teórica compro-
sur la serie de “diques de Puerto Madero”, el trán, Sta. Fe, 1942; Armando TORIO, Rufino, metida que se ve reflejada no solo en los pro-
proyecto urbano leader de la ciudad en las dos Sta. Fe, 1943 y Raúl Ernesto UTGES, Rosa- yectos sino en algunos escritos sobre el tema
últimas décadas. Los proyectistas advirtieron rio, 1948. Su actividad profesional y acadé- en el marco de la actividad docente de algunos
su valor de pieza simbólica, presente desde va- mica se centra principalmente en la ciudad de los integrantes del estudio. Obtienen el se-
rias perspectivas (incluso desde la autopista de Rosario. gundo premio con su anteproyecto para el Hos-
que transcurre enfrente), como también los pital La Matanza (1972), y menciones en los
valores del paisaje del río, otorgándole una fa- Entre 1955 y 1960, Hilarión Hernández Lar- proyectos para el Hospital Provincial de Rosa-
chada curva, altamente identificable, que re- guía (HHL) se asocia con los arquitectos Rufi- rio (1970), los de Chaco, Catamarca, La Rio-
no de la Torre (1955) y Aníbal Moliné (1960). ja, Formosa y Misiones (1971), y para el Hos-
Como relata S. Pampinella en el artículo HHL pital Torcuato de Alvear (Buenos Aires, 1972).
(v.), las obras más importantes de ese período, Participan además en los concursos para el
fruto de concursos premiados, son la Sede So- Hospital Nacional de Pediatría (Buenos Aires,
cial y Cultural de la Asociación de Intercambio 1971) y el Hospital de Paraná (1972). El resul-
Argentino-Norteamericano (ARICANA) en la tado es una serie de propuestas pensadas co-
calle Buenos Aires 934, Rosario (1961), el Al- mo “estructuras posibilitantes”, donde el es-
bergue N.° 4 para empleados de Acindar (1960) quema organizativo determina la forma
y el conjunto de viviendas para funcionarios de arquitectónica y la expresividad espacial. Esta
Marathon Argentina (1962), ambos en villa etapa podría leerse como un proceso de in-
Constitución en los km 247 y 245 de la Ruta Na- vestigación sobre redes infraestructurales que
cional 9, respectivamente, y la Planta Industrial organizan el espacio y sirven de soporte co-
de la empresa Cindor, en Carcarañá, sobre la nectivo a unidades funcionales pensadas des-
Ruta Nacional 9 (1962). Le siguen las vivien- de la lógica de la adición en el tiempo y el es-
das Albanese, en Hernández y Maciel (1962), pacio. Acaso sea su propuesta más clara la del
Maidagan, en Tarragona y Calle 1 (1965), Gar- Hospital en La Matanza, una sucesión de tiras
cía en Viamonte 1190 (1966), todas en Rosario. paralelas generadas a partir de la repetición se-
Estos proyectos encuentran su legitimación riada de los esquemas estructurales, que se en-
en la resolución distributiva del programa y po- trecruzan con las circulaciones, generando un
nen especial énfasis en la cualidad estética de sistema ordenado y flexible. En el anteproyec-
los materiales: el ladrillo a la vista, los techos to para el Hospital San Martín en Paraná en-
inclinados revestidos con tejuelas y la made- sayan un planteo basado en la repetición de un
ra, un repertorio identificado con el empirismo único módulo de crecimiento, que contiene
escandinavo. La obra más destacada de este gru- unidades espaciales e infraestructuras. Esta ex-
po es la sede de ARICANA. La articulación es- periencia culmina con los trabajos para el Cen-
pacial interior, a partir de la variación de nive- tro Universitario del Área Salud (CUAS), en-
les en planta, se enfatiza con fajas de revoque tre los que se destaca la Unidad Quirúrgica del
blanco que refuerzan las tensiones horizonta- Hospital Provincial del Centenario y la refor-
les, como queda en evidencia en el hall de tri- ma del Hospital Neuropsiquiátrico, en calle
u EDIFICIO EN ROSARIO 300, BUENOS AIRES, 1960. ple altura. En contraposición con el interior, la Santa Fe y Av. Francia, Rosario, ambos de 1982.

68 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


est est
al campo disciplinar y muestran una mayor
preocupación por la manipulación formal, por
el hecho de recurrir a los trazados reguladores,
datos del contexto inmediato y referencias sim-
bólicas. Uno de los casos más interesantes es
el auditorio de la Asociación Médica, una am-
pliación que abraza la sede existente —un pe-
tit-hôtel ecléctico de principios de siglo en es-
quina—, y opta por un trabajo en hormigón
visto que se dispone como un marco neutro
que conserva y resalta el antiguo edificio.
Con la recuperación democrática, la ma-
yoría de los integrantes del estudio acceden por
concurso al cargo de profesores titulares en sus
respectivas cátedras, y desde 1986, con la nor-
malización universitaria, han ocupado los car-
gos de decano de la Facultad de Arquitectura,
Planeamiento y Diseño: A. Torio (1986-1994),
D. Vidal (1994-1998) y A. Santanera (1998-
2002) Respecto de su participación en con-
cursos, destacamos las obras del Colegio San
Bartolomé -en sociedad con el arquitecto C.
Borsani- en Tucumán 1257 (Rosario, 1988), la
Confitería Munich, Parque Urquiza (1992) y
los anteproyectos para el Complejo de Vivien-
das y Servicios Sociales del Club San Jorge (se-
gundo premio, 1995), la filial del Banco Israe-
lita de Rosario (segundo premio, 1992), la
remodelación del edificio y predio de la sede
Rosario de la EPE, con los arquitectos A. Bel-
tramone y M. Ponzellini (mención, 1999), el
Concurso Provincial de Ideas para el Parque
Independencia, en su primera etapa, el predio
de la Sociedad Rural, asociados con la arqui-
u EDIFICIO DE LA ASOCIACIÓN MÉDICA, EN TUCUMÁN Y ESPAÑA, ROSARIO. tecta R. García Ortúzar (tercer premio, 1999).
Este equipo entiende la disciplina arqui-
En este período también obtienen premios miento de Villas de Emergencia; y el Parque tectónica como un extenso campo de acción
por sus presentaciones a los concursos del Ban- Funerario (1977) de la misma ciudad. que abarca desde el diseño en sus menores es-
co Nacional de Desarrollo (Sucursal Rosario) La producción entre los años 1976 a 1984 calas hasta los planes urbanísticos, pasando
y viviendas para funcionarios (primer premio, comprende las viviendas Carlson, del Valle por la exploración de programas para los más
1970, sin construir); del Banco de la Provincia Ibarlucea 458 (1974-1976), Cereijo, Av. Arijón diversos tipos de edificios. Los cambios en las
de Corrientes (quinto premio, 1970); y del Ban- 620 (1980), Pomeranz, Castellanos 1129 (1980- estrategias proyectuales y el lenguaje de los dis-
co de la Provincia de La Rioja (segundo pre- 1983), Martinuzzi, Castagnino 496 (Rosario, tintos períodos ponen de manifiesto la preo-
mio, 1973). La resolución funcional del pro- 1982), Ferrari, Montevideo entre Alvear y San- cupación, según sus propias palabras, por ge-
grama seguirá marcando la forma y el discurso tiago (1982-1984), Alberto Muñoz, Moreno nerar una arquitectura que hable de su tiempo.
que la justifican. También por premios gana- 1919 (1985), todos en Rosario, y Navarro (No- Resulta significativo que en gran parte, sobre
dos en concursos previos construyen el Pan- goyá, Entre Ríos, 1983). Además se destacan todo en las de escala mayor, sean el producto
teón para la Asociación Mutual de Ayuda en- los edificios ganados por concurso para el Co- de concursos premiados, donde la respuesta
tre Ferroviarios de Rosario (1970-1971), las medor de la fábrica Massey Ferguson Argen- puede estar menos contaminada por las de-
tribunas el sector de profesionales del Hipó- tina, Granadero Baigorria (1976), la Confitería mandas del comitente. También hay que des-
dromo del Parque Independencia, Jockey Club VIP, L. N. Alem y Rioja, (1977-1978), el edifi- tacar la activa participación de sus miembros
de Rosario (1971), y el Panteón Social de la Ca- cio de la Asociación Médica de Rosario, Tucu- en la conducción del Colegio profesional, en
ja de Previsión de los Profesionales de la In- mán y España (1978-1981), y el proyecto de Pai- la docencia y la gestión universitaria, que de-
geniería, en Avenida Francia 1800 (Rosario, saje y Vialidad para el Complejo Parque de jan una impronta en la cultura disciplinar de
1973). Tienen activa participación en algunos España, de Rosario, sobre un anteproyecto del Rosario difícil de soslayar. M. P. A.
proyectos urbanísticos como el Plan Regula- Estudio Martorell, Bohigas, Mackay. Estos ejem-
dor de Neuquén (1976); el Plan para Realoja- plos se hacen eco de una generalizada vuelta Bibliografía: summa, agosto de 1970 y junio de 1985.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 69


Hall de la estación Constitución en Buenos Aires.
f
f

FAIVRE, MEDERICO. que engloba y cubre una serie de construccio- empresas y artesanos, sin olvidar su papel co-
nes existentes, para lo cual utiliza ingeniosa- mo factor fundamental, como dinamizador del
Buenos Aires, 1944. Arqui- mente un gran techo que logra generar un sen- cambio tecnológico en la industria de la cons-
tecto. Su trabajo se ha con- tido de unidad al conjunto. Faivre y Román, trucción.
centrado en el estudio de la durante los años de 1980, realizaron además A partir de la restauración democrática en
tecnología de la construcción un edificio para viviendas en San Carlos de Ba- la Universidad, Faivre fue nombrado Secreta-
aplicada al reciclaje de edificios y a los pro- riloche (1980-1981), en el que se retoman al- rio del Hábitat de la FAU-UBA, cargo que le
yectos de bajo costo, tanto del Estado como gunas características de la arquitectura verná- permitió proyectar y desarrollar una serie de
de asociaciones comunitarias. cula local; una galería comercial en Florida (Prov. iniciativas tendientes al completamiento de la
de Buenos Aires, 1983-1984) y el Templo de los Ciudad Universitaria de Núñez, que había que-
Graduado en la FAU-UBA en 1969, se es- Olivos (Olivos, Prov. de Buenos Aires, 1985). dado inconclusa desde los años sesenta. Sus
pecializó en el diseño de sistemas constructi- Estas dos obras insisten en el uso de los siste- trabajos de rediseño de áreas de entorno aban-
vos. Ha sido asesor de empresas constructoras mas constructivos producidos por la industria donadas y cercadas por barreras urbanísticas,
y fabricantes de componentes, y trabajó parti- local y la racionalización de la construcción ar- realizado en colaboración con un equipo de la
cularmente en el desarrollo de tecnología del tesanal. Ambas son representativas de una idea FAU, tienden a otorgar usos, a generar un apro-
hormigón celular. En 1972 fundó un estudio que recorre la obra de Faivre: encuadrar la la- vechamiento integral y una apertura del con-
asociado con la arquitecta Norma Román (Bue- bor del arquitecto como organizador y gestor junto hacia el paisaje ribereño. Una tarea si-
nos. Aires, 1946), y realizó una serie de obras del medio ambiente, coordinador de pequeñas milar cumplió posteriormente, junto con Juan
en las cuales intentó volcar sus investigaciones Manuel Borthagaray (v.), al reciclar una antigua
sobre tecnología de la construcción. También, fábrica destinada a ser sede de la recientemen-
sobre todo en la primera etapa de su carrera, te creada Universidad Nacional de Quilmes,
participó en una importante cantidad de con- mención especial en el premio a la mejor in-
cursos y experiencias proyectuales de interés, tervención en obras de Patrimonio Edificado
como el conjunto Casa Amarilla (1973) y la re- 2003, organizado por la SCA y el CICOP.
modelación de los aeropuertos de Ezeiza, Tu- Otra importante labor realizada por Faivre
cumán y Puerto Iguazú. Entre su producción tiene relación con la SCA. En efecto, a partir
se destaca el templo evangélico de La Paz en de 1976 comenzó a realizar, por etapas, el re-
Buenos Aires (1982), en el que intenta aprove- ciclaje del edificio de la institución, donde ma-
char materiales prefabricados, generalmente terializó la refuncionalización de un área des-
utilizados en la construcción de naves indus- tinada a salón de actos y exposiciones.
triales, para desarrollar la cubierta de la iglesia, Entre sus últimas realizaciones, puede ci-
con un bajo presupuesto y mano de obra vo- tarse el monasterio de Santa Mónica, en Bue-
luntaria. Otra obra de esas características es el nos Aires, y el reciclaje de un petit-hotel en Pa-
Centro de Estudios Bíblicos en Olivos (Prov. de lermo Chico para su uso como casa parroquial
Buenos Aires, 1987). Se trata de un proyecto u TEMPLO DE LOS OLIVOS, DETALLE, M. FAIVRE / R. ROMAN. de la Orden de San Agustín, proyectados jun-

72 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


fai fer

u EL GRAN TECHO UNIFICADOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS BÍBLICOS, OLIVOS, PCIA DE BS. AS., DE M. FAIVRE / R. ROMAN.

to con Román y Lavaselli. También Faivre es- FAURE-DUJARRIC, LUIS. s/d (Francia), 1875 - cía Victorica, en Explanada y Saavedra; “Villa
tuvo a cargo de las obras en el Palacio del Con- Íd, 1943. Arquitecto. Activo en Buenos Aires, Sagamore”, de Estanislao Zeballos, en Peña
greso (primer premio a la mejor intervención Bahía Blanca y Mar del Plata a principios del y Alem; “Villa Lointaine”, de C. Leloir de De-
en obras de Patrimonio Edificado 2003). F. A. siglo XX. marchi, en Explanada entre Matheu y Formo-
sa, y tres chalets reservados para Casa Civil y
Bibliografía: summa, no 225, mayo de 1986; no 289, ene- Sus obras más importantes en Buenos Ai- Militar de la Presidencia de la República, para
ro de 1990; R. Gutiérrez, M. Martín, A. Petrina. Otra res son los pabellones del Hipódromo Argen- el Gobernador de la Provincia de Buenos Ai-
arquitectura argentina, un camino alternativo. Bo- tino en Palermo y la Estación Retiro del Ferro- res y para el Golf Club.
gotá: Escala, 1989. carril Central Córdoba. En Mar del Plata proyectó
las residencias de M. Unzué de Alvear, en B. Bibliografía: Crespo y Cova. Arquitectura marplaten-
Marítimo y Colón (1908), C. Unzué de Casa- se: El Pintoresquismo. Resistencia: IAIHAU, 1982
FASIOLO, RODOLFO. s/d. Arquitecto, activo en res, en Bolívar y Colón; el asilo Saturnino Un-
Buenos Aires y Paraná en las primeras déca- zué, en B. Marítimo y Santa Cruz, y el teatro
das del siglo XX. Odeón en Entre Ríos y Rivadavia. Fue autor del FERRADAS-NARDI. (FERRADAS, José G.: s/d,
primer plan urbano para Bahía Blanca (v.). 1938 - Córdoba, 1993; NARDI, Norberto: s/d,
Realizó la mayor parte de sus obras aso- 1940). Arquitectos. Conformaron un estudio
ciado con el arquitecto Storti. Proyectó innu- Bibliografía: Crespo y Cova. Arquitectura marplaten- de arquitectura que desarrolló su labor du-
merables residencias privadas: Viamonte 2020, se: El Pintoresquismo. Resistencia: IAIHAU, 1982. rante la década del setenta, tomando como
2030, 2343; Uruguay 969, 973; Charcas 1975; epicentro la ciudad de Santa Fe, con proyec-
Larrea 766; Ayacucho 323; Piedras 921, etc. En ciones en su área de influencia y en la veci-
la ciudad de Paraná proyectó el edificio de la FAVRE, ALBERTO. s/d. Arquitecto. Activo en Bue- na ciudad de Paraná.
Biblioteca Popular en Buenos Aires 260. nos Aires y Mar del Plata a principios del si-
glo XX. Egresados de la Universidad Nacional de
Bibliografía: F. Ortiz, J.C. Montero, R. Gutiérrez, A. Córdoba en 1964, Ferradas y Nardi realizaron
Levaggi y A. S. J. de Paula. La arquitectura del li- Revalidó su título en la Universidad de Bue- experiencias de trabajo en los Estados Unidos
beralismo en la Argentina. Buenos Aires: Sudame- nos Aires. Proyectó diez chalets en el Barrio de durante un período de cinco años; transcurri-
ricana, 1968. Playa Grande en 1912. Entre ellos, el de Gar- do ese tiempo, se radicaron en Santa Fe para

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 73


dar comienzo a un trabajo profesional que se siempre con la experimentación de soluciones
caracterizó por su actitud innovadora y diná- diversas: las cajas de cristal (Menvil, Santa Fe),
mica, modalidades un tanto infrecuentes en el la “cámara negra” para evitar reflejos (Ñaró,
medio santafesino. Bahía Blanca), la chapa trapezoidal de alumi-
La acción del estudio se constituyó en un nio (Metaldine, Santa Fe).
fuerte estímulo dentro de la ciudad, que en un En los conjuntos habitacionales, fueron más
breve lapso incorporó un significativo núme- acentuadas las búsquedas tecnológicas, lo que
ro de obras de notoria presencia. Esta cir- permitió incorporar elementos premoldeados,
cunstancia permitió abordar con audacia un pretiles, y cargas de techos de hormigón (con-
desafío del momento: encuadrar la producción junto San Ignacio de Loyola, Santo Tomé), pa-
arquitectónica en las vertientes del Expresio- neles de fachada de hormigón armado (con-
nismo tecnológico, dentro de las particulares junto José Hernández, Paraná); llegó incluso a
condiciones productivas de la región. desarrollar un prototipo de vivienda con pane-
Ese interés llevó al estudio a definir dos lí- lería de fibrocemento y cubierta liviana, asen-
neas de investigación, complementarias e in- tado sobre una platea superficial de hormigón.
tegrables; referida la primera a la adopción de Las propuestas de viviendas individuales
materiales que, aunque conocidos, no habrí- dieron lugar a las más variadas respuestas: en-
an sido hasta el momento explotados con una tre todas se destacó la casa Weger, que inclu-
intención tan marcada (tal el caso del acrílico, ye un puente de acrílico que vincula sobre ni-
el acero inoxidable o el hormigón con textura vel las cocheras con el cuerpo principal de la
de moldeo); y la segunda, a la experimenta- casa. Los edificios de propiedad horizontal cons-
ción visual, que desplazó su obra hacia una tituyeron hitos en una ciudad con escaso de-
tesitura formalista. sarrollo en altura, al establecer relaciones de u EDIFICIO EN O’HIGGINS 2319, DE J. FERRARI HARDOY.
contraste con su entorno que exaltan el valor
objetual (edificio Atalaya; edificio Trama; edi- De vuelta en el país, trabajó activamente en
ficio Prisma). La obra del estudio se vio abrup- la formación del grupo Austral. En 1947 parti-
tamente interrumpida hacia 1979, cuando am- cipó como representante argentino ante el CIAM
bos miembros dejaron la ciudad; concluyó (v.) en Bridgewater, Gran Bretaña. Además de
entonces una etapa de indiscutible interés por su trabajo como diseñador y arquitecto, JFH se
el alto valor propositivo de sus edificios y pro- dedicó especialmente a estudios urbanísticos,
yectos, como también por la actividad creativa por lo que en 1948 fue nombrado Consejero
y experimental con que supieron asumir su Director del Estudio del Plan de Buenos Aires
quehacer profesional. J. A. (EPBA), oficina destinada a establecer un Plan
u VIVIENDAS EN ESPERANZA, STA. FE, DE FERRADAS-NARDI. Regulador para la ciudad. En 1949 dirigió la Ex-
posición de Urbanismo para el IV Congreso
Sus trabajos abarcaron los temas de dise- FERRARI HARDOY, JORGE. Buenos Aires, 1914 Histórico Municipal Interamericano.
ño más variados: resolvió desde conjuntos ha- – Íd., 1976. Arquitecto. Junto con Antonio Bo- En 1955 le fue encomendada la organiza-
bitacionales hasta locales comerciales, pasan- net (v.) y Juan Kurchan (v.), fue uno de los in- ción de la Escuela de Arquitectura y Planea-
do por numerosos ejemplos de viviendas tegrantes centrales y constitutivos del grupo miento de la Universidad del Litoral, tarea pa-
unifamiliares y en propiedad horizontal e in- Austral (v.), en el que se desempeñó activa- ra la que convocó un numeroso equipo, entre
clusive alguna planta industrial. mente entre 1937 y 1941, todo su tiempo los que se contaron Jorge Enrique Hardoy (v.),
Todos ellos dieron testimonio de sus preo- de existencia. En la carrera posterior, su in- Carlos Méndez Mosquera (v.), Juan Manuel Bort-
cupaciones tecnológicas y morfológicas, pues terés se centró en la actividad universitaria, y hagaray (v.) y Francisco Bullrich (v.). Al año si-
reconocieron los acentos debidos, según la ín- especialmente en el campo de la planifica- guiente fue nombrado director del Instituto de
dole del tema en cuestión. Es así como en el Ban- ción urbana. Ocupó, entre otros cargos, el de Arquitectura y Planeamiento de dicha Univer-
co de Crédito Comercial —casa central— pro- Consejero Director del Estudio para el Plan de sidad. En 1964 se integró como profesor ad-
pusieron una fachada de acero inoxidable y Buenos Aires en 1948. junto a la Facultad de Arquitectura de la UBA.
acrílico, generando una textura visual con dife- De los diseños y construcciones de JFH
rencias de percepción de acuerdo con el grado Jorge Ferrari Hardoy (JFH) ingresó a la Es- se destacan: el sillón BKF (1938), diseñado con
de aproximación del observador; en el interior, cuela de Arquitectura de la UBA en 1932 y ob- Antonio Bonet y Juan Kurchan (v.); los edificios
el espacio pierde sus límites mediante una caja tuvo su título en 1937. Al año siguiente parti- de departamentos de O’Higgins 2319 (1941),
muraria negra sobre la que “flota” una malla cipó del viaje de egresados organizado por la Virrey del Pino 2446 (1943), y Figueroa Alcorta
modular de tubos de acero inoxidable que cu- Facultad. En este viaje decidió permanecer en 3492 (1951); y la casa Guerrero (1949). Los es-
bren indiferenciadamente paredes y cielorrasos. París trabajando junto con Juan Kurchan en el tudios urbanísticos en que intervino fueron:
Se logra así un efecto de suspensión e infinitud. estudio de Le Corbusier (v.), en el desarrollo de Plan Director de Buenos Aires (1938), Plan Re-
Estos efectos visuales fueron recurrentes las ideas formuladas por este último para un gulador de Mendoza (1943), trazado urbano y
en sus numerosos locales comerciales, aunque plan de la Ciudad de Buenos Aires planificación regional del Valle de Tulún en

74 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


fer fer
San Juan (1944), proyectos de urbanizaciones puesta en el Río de la Plata, iniciativa que no ñora del Huerto (1931), en la capital cordobesa,
del Jardín Zoológico y el Bajo Belgrano (1948), se realizó. Ferrari decidió quedarse en la Ar- el instituto Luis M. Robles de los hermanos con-
Plan Necochea - Quequén (1951), estudio ur- gentina y se relacionó con la Iglesia local, vín- cepcionistas, la capilla y el colegio de las her-
banístico de la ciudad universitaria de Rosario culo que le permitió realizar su primera obra manas de la Merced (1936). En las décadas del
y planes reguladores de San Nicolás y Cañada pictórica en el país: la decoración de la recien- treinta y del cuarenta construyó la iglesia de Vi-
de Gómez (1959). temente inaugurada Capilla del Divino Rostro lla Allende, Córdoba, y una docena de casas de
J. Ferrari Hardoy obtuvo distinciones por en el Parque Centenario. Luego, el gobierno carácter pintoresco en esa localidad.
el sillón BKF, de la Comisión Nacional de Cul- de Tucumán le encargó el panorama de la Ba- En 1952, la Congregación de Hermanas Ado-
tura y la Comisión Nacional de Bellas Artes, talla de Tucumán, que fue expuesto en aque- ratrices de Martínez, Prov. de Buenos Aires, le
y varios premios en los concursos urbanísti- lla ciudad en conmemoración del centenario encomendó el proyecto de un colegio y una ca-
cos. El BKF y su obra de Virrey del Pino fue- de la declaración de la Independencia. Tam- pilla. En la década del sesenta, trabajó en la su-
ron publicados innumerables veces en revis- bién realizó por esos años un panorama de la pervisión arquitectónica y la dirección de la obra
tas argentinas y en Bauen und Wohnen, Canon, Batalla de Salta, exhibido en Buenos Aires. de la Abadía de los benedictinos en Buenos Ai-
Vitrum, L’Architecture d’aujord’hui y otras pu- Entre 1917 y 1922 proyectó y ejecutó una res. En 1969 se inauguró la iglesia de Río Cuar-
blicaciones internacionales. nueva fachada para la iglesia de San Miguel en to, Córdoba, realizada según su proyecto.
Resulta difícil establecer el exacto grado de estilo Neorrenacimiento, y decoró también el Además de los mencionados, Ferrari fue
participación de JFH en los proyectos, las más interior con pintura religiosa. Posteriormente autor de varios proyectos de iglesias que no se
de las veces colectivos, de los que formó parte. regresó a Italia, donde vivió entre 1922 y 1926. concretaron, realizados entre 1929 y 1966, to-
De su trayectoria pueden destacarse dos as- Vuelto a la Argentina en 1927, construyó el dos ellos en la Provincia de Córdoba.
pectos fundamentales: por un lado, su empe- claustro de Nueva Pompeya, contiguo a la igle- Ferrari se muestra en sus obras religiosas
ño en vincular la arquitectura y el urbanis- sia del mismo nombre, en Neorrománico. En como un gran conocedor de los estilos medie-
mo, empeño que fructificó no solo en sus obras 1928 realizó en estilo Neogótico la iglesia de los vales, los que combina y entremezcla experi-
sino en la efectiva instalación de ese principio capuchinos en la ciudad de Córdoba. A partir mentando nuevos caminos que no intentan
en buena parte de la cultura arquitectónica ar- de allí, ejecutó un importante número de obras construir un nuevo lenguaje, como en el caso
gentina; por otro, su marcado interés por una religiosas en varias localidades de la Provincia de Palanti (v.), sino que dejan ver con claridad
perfecta inserción de la arquitectura en los pro- de Córdoba: iglesia de Unquillo (1930), capi- el origen y la congruencia de sus fuentes. En
cesos técnicos más avanzados. J. F. L. lla del colegio de las hermanas de Nuestra Se- cuanto a su arquitectura civil, más bien esca-
sa, como el proyecto de edificio de renta en
L. N. Alem y Corrientes, en Buenos Aires, las
FERRARI, AUGUSTO CÉSAR. San Possidonio combinaciones son más heterogéneas y el in-
(Módena, Italia), 1871 - Buenos Aires, 1970. teresante resultado experimental no exhibe el
Ingeniero, arquitecto y pintor. Especializado estudiado equilibrio de su obra religiosa. F. A.
en la realización de obras religiosas. Cultivó
el Historicismo, sobre todo el Neogótico, es- Bibliografía: L. Ferrari (editor). Augusto C. Ferrari
tilo en el que realizó un importante número (1871–1970); Cuadros, panoramas, iglesias y foto-
de iglesias. Como pintor se destacó en la pin- grafías. Buenos Aires: Licopodio, 2003.
tura de interiores de templos y de panoramas.

Graduado de ingeniero en Génova, en 1892, FERRARI, FRANCISCO J. Buenos Aires, 1875


estudió luego pintura durante seis años en la - s/d. Arquitecto. Activo en Buenos Aires y las
Academia Albertina de Turín y posteriormen- provincias del Litoral durante las primeras dé-
te estilos antiguos y modernos en el Museo In- cadas del siglo XX.
dustrial de dicha ciudad.
A fines del siglo XIX se hizo conocido co- Graduado en 1894, se asoció en un co-
mo pintor de la nobleza italiana y expuso en mienzo al ingeniero Seever. Realizó en Buenos
diversas galerías de Europa y los EE.UU. Se es- Aires un número importante de edificios de ca-
pecializó luego en la pintura de panoramas, y rácter terciario: la compañía de seguros His-
realizó con su maestro Giacomo Grosso, por pano Argentina, en Avenida de Mayo, la Co-
encargo del gobierno argentino, el Panorama mercial de Seguros, en Maipú y Rivadavia, el
de la Batalla de Maipú, que fue expuesto en edificio Bombal, en Viamonte y Suipacha, y
Buenos Aires con motivo de los festejos del también el Instituto Geográfico. En Rosario
centenario de la Revolución de Mayo. Luego construyó la Escuela de Comercio, la escuela
del suceso de este encargo, el municipio de Tu- Gobernador Freyre y el edificio de la empresa
rín le encomendó el panorama “Messina des- La Previsora. En Santa Fe, la Casa de Gobierno
truida” (por el terremoto de 1907). En 1914 via- (1911), la Escuela Industrial, el Departamento
jó a Buenos Aires, en representación de los de Policía y numerosas residencias, entre ellas
propietarios de dicha obra, para que fuera ex- u PROYECTO EN BUENOS AIRES, DE A. C. FERRARI. las de Leiva, Freyre, Aguirre, García, etc.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 75


Bibliografía: F. Ortiz, J.C. Montero, R. Gutiérrez, A. POLÍTICAS TERRITORIALES Y EXTENSIÓN DE LA RED. sobresalientes de la red, en algunos momen-
Levaggi y A. S. J. de Paula. La arquitectura del li- En la Argentina, la idea de construir fe- tos —y especialmente durante los primeros
beralismo en la Argentina. Buenos Aires: Sudame- rrocarriles tiene matices tanto políticos como años— fue el Estado el responsable de dar los
ricana, 1968. económicos. Si bien, a partir de la división in- pasos decisivos, mediante un conjunto de ac-
ternacional del trabajo, el surgimiento de la red ciones inspiradas en la política ferroviaria fran-
ferroviaria puede ser entendida como una ex- cesa de mitad del siglo XIX. Es así que la pri-
FERROVIARIA, ARQUITECTURA. La arquitec- tensión transoceánica del orden mercantil, cu- mera iniciativa para la construcción de un
tura ferroviaria ocupa un lugar central en la yo objetivo fundamental consistía en el trans- ferrocarril, surgida en 1853 con la formación
cambiante relación entre arquitectura y mo- porte de materias primas hacia países de la Sociedad del Camino de Hierro de Bue-
dernización. Su aparición conllevó una pro- industriales como Gran Bretaña, en nuestro nos Aires al Oeste, recibe total apoyo por par-
funda renovación tecnológica y el surgimien- país los principales promotores de la cons- te del Estado de Buenos Aires. Ello hizo posi-
to de conceptos como el de red, el de trucción de ferrocarriles no fueron las empre- ble la inauguración del primer ferrocarril
repetitibilidad o el de transportabilidad, los sas británicas que surgirían en décadas poste- argentino, que el 30 de agosto de 1857 unió la
que, asociados al hecho construido, fueron riores sino el Estado nacional y los provinciales, llamada Estación del Parque, en la actual Pla-
en un principio tan novedosos como las pro- preocupados por el control de un territorio que, za Lavalle, con el pueblo de San José de Flores.
pias locomotoras. Por esta razón, el abor- hasta entonces, solo les pertenecía en forma En los años siguientes se inician en Buenos
daje de esta arquitectura no puede dejar de nominal. No es casual que los primeros im- Aires otros emprendimientos ferroviarios: en
aludir a los ferrocarriles como sistema par- pulsores del ferrocarril hayan sido persona- 1861, el Ferrocarril del Sud construye su pri-
ticipante de un orden mercantil en expan- jes como Sarmiento y Alberdi, figuras que a mer tramo hasta Jeppener; en 1862 comienza
sión y como factor transformador del terri- partir de la mitad del siglo XIX estuvieron se- a funcionar el Ferrocarril Norte de Buenos Ai-
torio. Esto es particularmente importante en riamente comprometidas en la construcción res, que alcanza el pueblo de Belgrano, y en
un país como la Argentina, en el que la cons- de la Nación. 1866, con un primer servicio hasta el Riachuelo,
trucción de los ferrocarriles se produjo en for- A través de los años, las políticas ferrovia- se inaugura el Ferrocarril de Buenos Aires a
ma paralela a la consolidación de su Esta- rias se vieron influidas por varios referentes, Ensenada.
do nacional y al control que este consiguió en especial, las experiencias que hasta enton- En estos primeros años fue el Ferrocarril
ejercer sobre un vasto territorio. Su impor- ces tenían en la materia países como Gran Bre- del Oeste el más importante, no solo por su ma-
tancia se hace aún más significativa si se tie- taña, Francia y los Estados Unidos. Dado que yor extensión, sino por haber constituido el prin-
ne en cuenta que la red ferrocarrilera argen- la problemática territorial de este último era cipal antecedente de las condiciones legales que
tina alcanzó a ser, con sus más de 44.000 semejante a la de la Argentina, la experiencia rigieron para emprendimientos ferroviarios
km en vías, la más extensa de América La- estadounidense fue inspiración y modelo pa- posteriores. De allí en adelante el Estado ga-
tina. Por haber sido parte medular del pro- ra muchas de las figuras fundadoras mencio- rantizó a las empresas tres beneficios básicos:
ceso de poblamiento del país, el ferrocarril nadas. Si bien gran parte de la historia de la la libre introducción de materiales, la exención
cuenta con la particularidad de reflejar los di- política ferroviaria argentina estuvo signada de una serie de impuestos y la cesión de tierras
ferentes rumbos que en materia de política por la presión ejercida por empresas británi- linderas a las vías. El interés oficial en la pro-
territorial se han sucedido desde mediados cas en un clima de laissez faire que fue deter- moción de los ferrocarriles fue más allá de es-
del siglo XIX. minando con el tiempo las características más te conjunto de concesiones, y en 1863, ante los

u ANTIGUA ESTACIÓN CENTRAL DE LOS FERROCARRILES DEL NORTE, SUD Y ENSENADA, HACIA EL AÑO 1876.

76 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


fer fer
problemas económicos que afrontaba la Socie-
dad, el Estado se hizo cargo del Ferrocarril del
Oeste. A partir de entonces, las vías son ex-
tendidas primero hasta Mercedes y luego a Chi-
vilcoy en 1866. Los esfuerzos realizados por el
Estado no resultan sorprendentes si tenemos
en cuenta que, a más de una década antes de la
realización de la “Campaña al Desierto”, el fe-
rrocarril representaba una verdadera avanzada
civilizadora sobre un territorio casi desconoci-
do. En este sentido, la llegada del tren a Chi-
vilcoy fue significativa, ya que formó parte de
una operación territorial mayor en la que el eji-
do del pueblo se subdividió en lotes pequeños
para permitir el asentamiento de agricultores
inmigrantes. Se trató de un verdadero experi- u ESTACIÓN CENTRAL FERROVIARIA DE SAN LUIS.
mento social y económico, impulsado princi-
palmente por Sarmiento quien, luego de la anu- lugar al surgimiento de Sampacho, Caroya y expansión, las estaciones y apeaderos del fe-
lación del régimen de enfiteusis (v.), enajenó la Villa María, primeras colonias agrícolas en la rrocarril recogieron los nombres de esos es-
tierra pública provincial con el fin de asegurar provincia mediterránea. Las colonias junto con tancieros, un patrón toponímico típico de la
su poblamiento. El ferrocarril, además de ser el ferrocarril fueron dando forma a la llamada Provincia de Buenos Aires, que refleja la cen-
un agente de progreso para estas nuevas re- Pampa Gringa (v. Colonia Agrícola). tralidad de estos en su historia territorial.
giones, dependía de estas medidas, ya que la Por el contrario, en Buenos Aires se em- Ya sea para beneficio de pequeños produc-
existencia del propietario productor y de su pro- prendió el control y la ocupación del territorio tores o de grandes propietarios, el ferrocarril
ducción era la única forma de asegurar la ren- principalmente desde los pueblos y, por ende, cumplió con un papel fundamental: el de valo-
tabilidad. Se hace evidente aquí hasta qué pun- fueron también los pueblos los que más fuer- rizar la tierra, con la consiguiente activación del
to el ferrocarril y la ocupación del territorio son temente gravitaron en el tendido de los rieles. mercado inmobiliario y, por lo tanto, la for-
en este momento interdependientes. Incluso luego de cruzar el límite del río Sala- mación del capitalismo agrario pampeano. De
Fuera de Buenos Aires, el proyecto ferro- do, donde existían muy pocos pueblos funda- esta manera, y gracias a la expansión de los rie-
viario que cobró mayor importancia fue el de dos, el paso del ferrocarril dio lugar al surgi- les, las 600.000 ha cultivables existentes en
unir Córdoba con el puerto de Rosario. En 1854 miento de varios. En Chivilcoy la tierra pudo 1872 se convirtieron en 24.000.000 en 1915.
Urquiza da el primer apoyo oficial a este em- ser subdividida en pequeñas propiedades. Pe- Al comienzo de la década de 1880, con Bue-
prendimiento. En 1863 se efectúa la concesión ro el resto, dividido en grandes extensiones, nos Aires y Rosario como centros, la red fe-
para la construcción de la línea y se inaugura quedó en manos de estancieros: de esta ma- rroviaria se dividió en dos sistemas principales,
el servicio en 1870. Desde el punto de vista te- nera se vieron limitadas las posibilidades de que reflejaban los distintos proyectos político-
rritorial, este ferrocarril se diferencia del Fe- colonización agrícola en la provincia. En su territoriales que convivieron entre 1853 y 1861:
rrocarril Oeste por haber dado lugar a un tipo el del Estado de Buenos Aires y el de la Con-
distinto de asentamiento, más próximo al del federación Argentina. Recién en 1884, y debi-
modelo norteamericano. El tendido de la vía fé- do principalmente a la gravitación generada por
rrea significó la colonización de una extensa la construcción de Puerto Madero, se concre-
franja de tierra paralela a las vías. Así surgieron ta la integración de los dos sistemas con Bue-
Bernstadt, Carcarañá, Cañada de Gómez y Tor- nos Aires como cabecera. Al mismo tiempo se
tugas, colonias cuyas poblaciones y producción produce un crecimiento explosivo de la red en
posibilitaron el funcionamiento de la línea, pues- varias direcciones. Córdoba se convierte en un
to que permitieron que el llamado Ferrocarril nodo importante desde donde se construyen
Central Argentino fuera el primer ferrocarril ramales a Cuyo y al Noroeste, de modo que se
argentino en transportar cereal hacia un puer- potencian algunas economías regionales fuera
to de ultramar. En el centro de la provincia, el del área pampeana, como la de la caña de azú-
Ferrocarril Provincial de Santa Fe también tu- car en Tucumán y la del viñedo en Mendoza.
vo un rol importante en la ocupación del terri- La entrada en vigencia de leyes a nivel na-
torio. Si bien en esta zona las primeras colonias cional también contribuye a la integración del
agrícolas, como Esperanza y San Carlos, esta- sistema ferroviario. La primera de ellas, san-
ban ya consolidadas, el ferrocarril con base en cionada en 1872, convalida ciertas prácticas le-
el puerto de Santa Fe favoreció la colonización gales que se venían repitiendo desde un co-
de todo el oeste santafesino hasta el límite mis- mienzo, como la exención de impuestos y la
mo con la Provincia de Córdoba. Luego, la ex- cesión de tierras a las empresas: se estableció,
tensión del F. C. Argentino y el F.C. Andino dio u CORTE - VISTA DE UNA ESTACIÓN SUBURBANA DE TRENES. además, una garantía estatal al capital inver-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 77


tido en cada emprendimiento. A pesar de cre- bocó en la crisis de 1890 y en la consecuente ras de sistemas ferroviarios cuyo objetivo pri-
arse en esta oportunidad la Dirección Nacio- caída del gobierno de Juárez Celman. Este pro- mordial era la exportación de materias primas
nal de Ferrocarriles, se ejercía un escaso con- grama fue completado en 1889 con la priva- de origen agrícola (v. Puerto). Tampoco se vio
trol sobre las tarifas y sobre los trazados de las tización del Ferrocarril Oeste, el Ferrocarril afectado el creciente poder de las empresas,
concesiones que, en su mayoría, eran deter- Andino, el Ferrocarril Central Norte y demás cuyo proceso de fusión dio lugar a un sistema
minados por cada una de las empresas. Con el ferrocarriles estatales, que representaban ca- ferroviario cada vez más monopólico.
fin de unificar los criterios para la aprobación si la mitad de la red construida y cuyo fun- A partir de 1907, con la entrada en vigencia
de los proyectos, se adopta en 1876 el progra- cionamiento arrojaba, en su mayoría, saldo de la llamada Ley Mitre, que facilitó las inver-
ma usado en Francia por el cuerpo estatal de positivo. Si bien gran parte de los proyectos siones ferroviarias a partir de la anulación del
ingenieros de Pont et Chausses. A partir de es- ferroviarios concesionados nunca fueron cons- impuesto sobre la introducción de materiales,
te momento, la documentación básica de los truidos, la crisis del noventa no fue un obs- se produjo un crecimiento vertiginoso de la red
anteproyectos debía incluir un plano general, táculo para la expansión de la red y promovió que dio como resultado el completamiento y la
un perfil longitudinal, el relevamiento de los una reestructuración empresarial que llevó a interconexión de los distintos ramales y el acer-
cursos de agua a un kilómetro del cruce con la consolidación de cuatro grandes grupos fe- camiento de los mismos a los países limítrofes.
las vías y mediciones de nivel cada 50 m. Para rroviarios ingleses: el Ferrocarril Oeste, el Fe- De esta manera, mas allá de la importancia del
la etapa de proyecto, debían agregarse datos rrocarril Central Argentino, el Ferrocarril Bue- ferrocarril en el proceso de poblamiento urba-
sobre las perforaciones con planos 1:200 y dis- nos Aires al Pacífico y el Ferrocarril del Sud. no y rural, quedó concretada hacia el nuevo
tintos tipos de perfiles transversales para los De esta manera, hacia 1890, el capital britá- siglo una red que relacionaba todas las capita-
puentes, viaductos y túneles, según excedieran nico que controlaba la mayor parte de la red les provinciales, de modo que se materializó un
o no los 25 m de luz. inició una década de expansión cuya mayor tipo de integración política que había sido des-
En 1886, con la llegada al gobierno de Juá- densidad se alcanzó en el paralelogramo Bue- de el principio una de las mayores aspiraciones
rez Celman, se tomaron algunas medidas que nos Aires - Rosario - Rufino - Villa María. del Estado nacional. En parte, ello fue posible
afectaron el desenvolvimiento de los ferroca- En 1891, mediante la Ley 2.873, se creó la gracias a la construcción de ferrocarriles esta-
rriles. En 1887 entra en vigencia la llamada Dirección General de Ferrocarriles, cuya fun- tales, a partir de que la Ley Mitre abrió nuevas
Ley de Centros Agrícolas, que promovía la sub- ción era la de ejercer un control administrati- posibilidades de inversión pública en la mate-
división y el uso agrícola de la tierra que ro- vo y legal sobre las compañías ferroviarias. ria. Si bien esta ley benefició a la larga a las gran-
deaba las estaciones de ferrocarril. Con el ob- La medida fue acompañada por la creación de des empresas, su sanción marcó el comienzo
jetivo de poblar las tierras, el Estado otorgó un impuesto sobre la introducción de mate- de un período de creciente injerencia estatal en
concesiones ferroviarias en forma indiscri- riales. Este conjunto de medidas no afecta- temas ferroviarios, como forma de asegurar la
minada a empresas y terratenientes. Para los ron el desarrollo de la red, que experimentó un promoción territorial de áreas periféricas y me-
concesionarios la ley representó la oportuni- crecimiento ininterrumpido hasta 1915. Los nos rentables. Ya en 1895, los conflictos limí-
dad de acceder a la propiedad de grandes ex- puertos, específicamente Buenos Aires, Rosa- trofes con Chile habían llevado al Estado a fi-
tensiones de tierra sin realizar las obras pro- rio y Bahía Blanca, actuaron como nodos para nanciar la extensión de los rieles del Ferrocarril
metidas. Las garantías estatales a las el desarrollo de toda la red. Aun en ramales pe- del Sud hasta la región andino-patagónica, por
inversiones hechas en el sector ferroviario alen- riféricos, puertos como Barranqueras (Chaco) lo que las vías llegaron en 1901 hasta la actual
taron una escalada especuladora que desem- o Puerto Madryn (Chubut) fueron las cabece- ubicación de la ciudad de Neuquén.
A partir de 1908, la Ley de Fomento de Te-
rritorios Nacionales, elaborada por Ramos Me-
jía, sirvió de marco para un plan de extensión
de la red ferroviaria hacia la Patagonia y el Cha-
co, que tenía como objetivos la integración e
interconexión de estas regiones y su desarro-
llo mediante la creación de colonias agrícolas
y pastoriles. Con el comienzo de la Primera
Guerra Mundial se paralizaron estos empren-
dimientos, de modo que solo quedaron cons-
truidos algunos tramos aislados, como el fe-
rrocarril de Comodoro Rivadavia a Colonia
Sarmiento, finalizado en 1914. Estancada en
un desarrollo de alrededor de 33.000 km, en-
tre 1913 y 1922 la red no registró crecimiento
sustancial alguno. Aun así, para 1910 la red ar-
gentina ocupaba, con su extensión de 26.684
km, el décimo lugar mundial. El número de
pasajeros trasladados, que en 1870 era de ape-
nas dos millones, para 1914 se había incre-
u ESTACIÓN FERROVIARIA DE BAHÍA BLANCA. mentado en ochenta millones.

78 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


fer fer
A pesar de que el Estado asumió, hacia la ramiento de la infraestructura existente. En es-
Primera Guerra Mundial, cierta voluntad de te sentido, la cuadruplicación de las vías entre
control, ello se produjo luego de un largo pe- Constitución y Temperley es un buen ejemplo
ríodo de laissez faire, cuyas consecuencias fue- de las obras realizadas durante el período, ca-
ron irreversibles. La radialidad respecto de los racterizado por el aumento del tráfico dentro
puertos fue una de las características del sis- de las mismas ciudades como consecuencia de
tema, diseñado para dar respuesta a un es- un creciente proceso de suburbanización.
quema de exportación de productos agrícolas Con la Segunda Guerra Mundial el creci-
e importación de productos industrializados. miento de la red ferroviaria se vio prácticamente
Así, a pesar de que la política ferroviaria del Es- paralizado. Finalizada la guerra, las empre-
tado intentó llenar los espacios vacíos dejados sas ferroviarias inglesas aprovecharon la exis-
por el sistema centralizado, los ferrocarriles es- tencia de un saldo comercial de 140 millones
tatales no hicieron otra cosa que unir entre sí de libras, acumulado durante el conflicto a fa-
las distintas líneas radiales, por lo que refor- vor de la Argentina, para vender un conjunto
zaron la centralidad. Por otro lado, la falta de de bienes que conformaban ya un sistema de-
planificación y fiscalización de décadas dio co- ficitario y obsoleto. Otro tanto sucedió con las
mo resultado la existencia de una red com- líneas ferroviarias controladas por empresas
puesta por trochas de diferentes dimensiones. francesas. En marzo de 1948 se concretó la na-
En la zona pampeana prevaleció la trocha an- cionalización de los 28.000 km de la red con-
cha, que representaba más de la mitad de la trolados hasta entonces por empresas priva-
red. Utilizada comúnmente por los ingleses, das. A pesar de que la compra significó el
esta trocha fue cayendo en desuso por el avan- desembolso de 150 millones de libras por los
ce de la trocha media empleada por los norte- u CABINA DE SEÑALES DEL FERROCARIL RETIRO - TIGRE. ferrocarriles ingleses y de otros 11 millones de
americanos. En la Argentina esta última tro- libras por los franceses, la operación tuvo un
cha se extendió por la Mesopotamia y Santa en la zona frutícola más importante del país. gran rédito político para el gobierno de Perón.
Fe. Finalmente, en el noroeste del país y en No solamente la colonización agrícola fue En 1949, luego de la creación de la empresa
otras zonas periféricas, como la Patagonia, pre- utilizada en conjunción con el ferrocarril como estatal Ferrocarriles Argentinos, las líneas fue-
valeció la trocha angosta. Tan amplia variedad estrategia de promoción territorial. También el ron rebautizadas: Buenos Aires al Pacífico se
de trochas fue perjudicial, ya que al generar turismo sirvió a los mismos efectos, especial- llamó Ferrocarril Gral. San Martín, el Cen-
costos adicionales de transbordo atentó contra mente en el caso de Bariloche, donde la llega- tral Argentino se dividió en Ferrocarril Gral.
la integración del sistema ferroviario. da del ferrocarril en 1934 coincidió con la cre- Belgrano y Ferrocarril Gral. Mitre, el Ferro-
En el período de entreguerras las obras fe- ación del Parque Nacional Nahuel Huapi, en carril del Sud se llamó Ferrocarril Gral. Roca
rroviarias se vieron reactivadas, y con ellas los una operación territorial sin precedentes, ten- y el Ferrocarril Oeste pasó a ser Ferrocarril Sar-
emprendimientos de explotación y coloniza- diente a consolidar un área fronteriza (v. Área pro- miento. La nacionalización del sistema ferro-
ción que las sustentaban, y que el Estado pro- tegida). El turismo como mercado de los ferro- viario alcanzó su punto más alto con la crea-
mocionaba por medio de distintos planes. La carriles ya había sido probado con éxito en Mar ción en Córdoba de MaterFer, fábrica estatal
construcción de la línea férrea entre la ciu- del Plata, cuya conexión con Buenos Aires, que desde ese momento proveyó a las distin-
dad de Formosa y Embarcación (Salta), fina- concretada en 1886, fue clave para convertir tas líneas de material rodante.
lizada en 1931, es uno de estos casos en que el la ciudad en un centro de veraneo. Sin em- A pesar de no haberse invertido en la ex-
ferrocarril constituye una avanzada de pobla- bargo, para la época en que los rieles alcan- tensión y mejoramiento de la red, durante el
miento y colonización en áreas casi vírgenes. zaron Bariloche, la hegemonía del ferroca- quinquenio 1955-1960 se produjo un aumen-
El mejor ejemplo del período lo constituye, sin rril como transporte estaba ya en retroceso to del número de pasajeros, ligado al fuerte
embargo, el poblamiento y explotación frutí- debido a la competencia que comenzaba a ejer- proceso de concentración demográfica de ciu-
cola del valle de los ríos Negro, Neuquén y Li- cer el automóvil. Con la creación de YPF (v.), dades como Buenos Aires, ocurrido durante el
may, cuyas obras de irrigación habían sido em- en 1922, el Estado reconoció oficialmente la gobierno peronista. El ferrocarril fue el prin-
prendidas por la empresa del Ferrocarril del importancia estratégica del petróleo, e implí- cipal medio de transporte y eje de crecimien-
Sud en 1910. En 1918 el Ferrocarril del Sud citamente promocionó el tráfico automovilís- to de estas extensas áreas suburbanas.
crea una chacra experimental y un laboratorio tico. En 1932 el Plan Nacional de Vialidad sig- Durante el gobierno de Frondizi se elabo-
en Cinco Saltos, y diez años más tarde funda nificó la construcción de cientos de kilómetros ró una primera política de racionalización fe-
la compañía Argentina Fruit Distributors, en- de carreteras y el comienzo de una progresi- rroviaria que proyectaba la supresión de 21.000
cargada de la clasificación, el embalaje y la dis- va decadencia del ferrocarril, especialmente km de vías. La oposición de los gremios y de
tribución de la producción frutícola, no solo en en lo que respecta a viajes de larga distancia. otras organizaciones impidió que dicha políti-
las áreas servidas por el Ferrocarril Sud sino Durante las décadas de 1920 y 1930, gran ca fuera completada, por lo que aún en 1968
también en las de los ferrocarriles Oeste, de parte de las líneas férreas construidas estaban Ferrocarriles Argentinos era la empresa fe-
Entre Ríos y Nordeste Argentino. Como con- a cargo del Estado. En las líneas privadas, los rroviaria más grande de Latinoamérica con
secuencia de estos emprendimientos, los va- avances más significativos no se registraron 160.000 empleados y una infraestructura de
lles neuquinos y rionegrinos se transformaron a nivel de extensión de la red, sino de mejo- 43.000 km de vías, 6.150 puentes y miles de

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 79


edificios. Entre 1950 y 1980, la cantidad de au- ticularmente densa, en especial en aquellos nú- ocupación del territorio, la relación de los tra-
tomóviles en circulación en el país pasó de cleos cuya actividad principal giraba en torno zados urbanos con las estaciones del Ferroca-
318.000 a 3.000.000, dato elocuente de la com- de la actividad ferroviaria. Es el caso de los po- rril del Sud fue más bien débil, ya que muchas
petencia que sufrió el ferrocarril por parte del blados surgidos a partir de la instalación de ta- de estas últimas se ubicaron por fuera de la
automotor. En esas circunstancias, los subsi- lleres y almacenes ferroviarios. A este tipo de cuadrícula. Pero en las grandes ciudades, co-
dios resultaron insuficientes para paliar el dé- asentamiento, cuyo trazado y organización que- mo Buenos Aires, el impacto del ferrocarril fue
ficit de una de las más grandes empresas pú- dó a cargo de las empresas ferroviarias, se atri- más profundo y multifacético, en especial co-
blicas. El estado de desinversión en el sector buye el surgimiento de pueblos en todo el pa- mo elemento clave dentro del proceso de me-
provocó un crecimiento negativo de la red y un ís, como por ejemplo Tafí Viejo (Tucumán), tropolización. A medida que la ciudad se ex-
progresivo deterioro del material rodante. Tolosa (Buenos Aires), Pérez y Laguna Paiva pandía, el ferrocarril contribuyó a dar forma a
Durante la última dictadura militar, se pro- (Santa Fe), etc. la emergente periferia, al señalar a lo largo
dujo una reducción sin precedentes de la red En aquellas localidades con una economía de las líneas férreas las principales directrices
ferroviaria, que pasó de 41.463 km en 1976 a basada en la explotación concentrada en un so- de crecimiento.
31.113 km en 1980. Este recorte fue acompa- lo recurso, como el tanino en la región cha- Junto a las vías aparecieron las playas de
ñado por el cierre de talleres, la suspensión del queña o la caña de azúcar en el noroeste, la es- maniobras, grandes espacios abiertos que a
50% de los servicios de pasajeros y la elimi- tructura urbana tendía a guardar una estrecha menudo incluían talleres y almacenes. En la
nación del 40% del personal. relación con las instalaciones industriales y fe- cercanía de estas localizaciones, y conscientes
En 1990, con la aprobación de la Ley 23.696, rroviarias. Este tipo de instalaciones, que jun- de la valorización inmobiliaria que el paso de
también conocida como Ley de Reforma del Es- to con el tendido de las vías aparecían dis- las vías suponía, las empresas ferroviarias em-
tado, se produjo otro punto de inflexión en la puestas centralmente dentro del trazado, fueron prendieron la construcción de viviendas para
historia ferroviaria. Dicha ley generó las condi- a menudo utilizadas para estructurar las dis- su propio personal. Forestación y estilo arqui-
ciones para que el Estado se desentendiera en tintas áreas residenciales de acuerdo con las tectónico se conjugaban aquí en clave pinto-
forma masiva de los ferrocarriles, con vistas a jerarquías del personal. resca, conformando conjuntos del tipo ciudad
su privatización. De esta manera quedaron sus- jardín (v.) que se convirtieron en jalones de la
pendidos en 1993 los servicios de larga distan- futura expansión suburbana. Los talleres y vi-
cia. Solo las provincias de Buenos Aires, Río Ne- viendas construidos en 1900 por el Ferrocarril
gro, Tucumán y La Pampa se hicieron cargo, del Sud en torno de la estación Remedios de
por razones estratégicas y políticas, de algunos Escalada son uno de los mejores ejemplos de
de estos servicios. El resto de los ramales fue este tipo de enclave residencial. La misma em-
clausurado o privatizado. Las privatizaciones se presa construyó viviendas para su personal a
concentraron en las líneas más rentables, las lo largo de toda la línea, y contribuyó así a que
que sirven al área suburbana de Buenos Ai- las tierras cercanas a estaciones como Banfield,
res. En 1991, con más de 800 km de vías co- Lomas de Zamora, Temperley y Adrogué se
rrespondientes a esta área, se formó FEMESA, consideraran zonas residenciales. Un proceso
un consorcio que fue posteriormente dividido similar se produjo en otras áreas de la ciudad,
en seis y adjudicado a distintas empresas por u PROYECTO GANADOR DEL CONCURSO PARA LOS TERRENOS en torno de estaciones como Belgrano, Cogh-
espacio de 10 años. Las concesiones, que con- DE RETIRO, DE BAUDIZZONE - LESTARD - VARAS. lan, Villa Urquiza, Villa Devoto, Villa del Par-
taron con subsidio estatal, fueron otorgadas a que, Olivos, San Isidro y Tigre (v. Vivienda ferro-
nueve firmas diferentes: Metrovías S. A., Fe- En la mayoría de los casos la cesión de la viaria) . Estas áreas residenciales se fueron
rrovías S. A., Transportes Metropolitanos San tierra lindante con las vías a las empresas fe- completando con otro tipo de equipamiento ,
Martín, Transportes Metropolitanos Belgrano rroviarias se efectuaba con el requisito de que como clubes y áreas de recreación, en los que
Sur, Transportes Metropolitanos Roca, Tre- estas emprendieran su poblamiento, hecho también primaba la alusión a lo pintoresco.
nes de Buenos Aires y Tren de la Costa, la ma- que dio origen a una gran variedad de asen- El impacto del ferrocarril en el centro ur-
yoría de capital estadounidense. tamientos. En el sur santafesino, por ejemplo, bano fue mayor. Su paso por áreas más con-
el trazado de las colonias llevado a cabo por solidadas generó una multiplicidad de cruces
EL FERROCARRIL Y LA CIUDAD. las empresas ferroviarias preveía el surgi- que, a medida que el tráfico de trenes y vehí-
Dado su rol protagónico en el proceso de miento de núcleos urbanos alrededor de la es- culos fue aumentando, se fueron tornando más
poblamiento y construcción territorial del pa- tación. En el noroeste del país, en casos como conflictivos. Entre 1893 y 1894 el Congreso Na-
ís, el ferrocarril puede considerarse un agente los de Villa Alberdi, Villa Quinteros y Villa cional instó a las empresas ferroviarias a dar
urbanizador de primer orden. La aparición del Alurralde, surgidos a finales de la década de solución a los problemas ocasionados por di-
ferrocarril determinó, muy a menudo, el sur- 1880, la centralidad del ferrocarril tuvo una chos cruces, mediante la construcción de dis-
gimiento mismo de núcleos urbanos. Confor- impronta todavía más fuerte, ya que las vías y tintos tipos de puentes, viaductos, etc. Vale la
me a varios factores, la relación entre el fe- la estación fueron incluidas en la composición pena aclarar que, comparado con muchos pa-
rrocarril y la estructura urbana emergente misma del trazado. íses europeos, nuestro medio se caracterizaba
reconoció distintos casos. Por el contrario, en la Provincia de Buenos por la escasez de estas obras, ya que la pam-
En algunas localizaciones la presencia del Aires, a pesar de que los pueblos constituye- pa no presentaba grandes obstáculos para el
ferrocarril y de su infraestructura resultó par- ron junto con el ferrocarril una avanzada en la tendido de las vías; era el aterraplanado la im-

80 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


fer fer
pronta más característica del paso del riel por las ciudades, constituyéndose en verdaderas
la llanura. Las obras tendientes a separar el trá- barreras urbanísticas. Desde la década del
fico vehicular del ferroviario continuaron has- ochenta, ciudades como Rosario, Neuquén,
ta alrededor de 1920, especialmente alrededor Trelew o Santa Rosa promocionaron la reali-
de las estaciones de Retiro y Constitución. zación de planes o concursos con el fin de con-
Dado su rol de cabecera del sistema, la pre- vertir estos terrenos en parques urbanos.
sencia del ferrocarril se hacía particularmente En Buenos Aires este tipo de iniciativas ad-
densa cerca del puerto (v.), donde la infraes- viene con la privatización de los ferrocarriles
tructura de transporte y almacenamiento de en la década de 1990, con la organización del
mercaderías se diversificaba con estructuras concurso de ideas para el área Retiro, cuyo pro-
como depósitos, silos, grúas y demás equipa- yecto ganador propuso extender el uso resi-
miento. Toda la zona portuaria desde Puerto dencial sobre la playa de maniobras, cediendo
Madero hasta Dock Sud se convirtió en una a las fuertes presiones inmobiliarias existen-
gran playa de maniobras. Varios de los puen- tes desde hace años sobre esos terrenos. Otro
tes sobre el Riachuelo reconocían un origen fe- proyecto importante, en curso, es el Corredor
rroviario, como por ejemplo el puente trans- Verde del Oeste, una propuesta para generar
bordador que se trasformó en símbolo del espacio público entre las estaciones Once y Li-
barrio de La Boca y que fue construido por el niers mediante la reubicación de los trazados
Ferrocarril del Sud en 1914. Fuera de Buenos de vías y la recuperación de terrenos ferrovia-
Aires también encontramos importantes com- rios en desuso.
plejos ferroportuarios, como el de Ingeniero
White, en cercanías de Bahía Blanca. Otras ciu- EL FERROCARRIL Y SUS CONSTRUCCIONES.
dades argentinas, como Rosario y Santa Fe, Como una de las grandes invenciones que
también registraron en su trazado la fuerte im- alteraron radicalmente el curso de la historia,
pronta de los sistemas ferroviarios y portua- el ferrocarril tuvo un profundo impacto so-
rios combinados. bre el hábitat construido, por haber ocupado
Si en Buenos Aires el movimiento de car- un rol central dentro de una dinámica econó-
gas pudo ser concentrado desde la década de mica, en la que edificios y tierras se fueron con-
1880 en el área de Puerto Madero, el movi- virtiendo en bienes de intercambio. Al poner
miento de pasajeros se hizo mucho más difí- en circulación personas y bienes, el ferrocarril
cil de unificar. Una iniciativa de 1864 deter- generalizó el transporte de materiales de cons-
minó la construcción de la llamada Estación trucción, en especial aquellos de origen in-
Central sobre el Paseo de Julio, pero el inefi- dustrial, de modo que marcó un punto de in-
ciente funcionamiento que significó su locali- flexión en la historia de la arquitectura, ya que
zación para las cuatro líneas existentes atentó antes de su aparición la construcción de los
contra todo intento posterior de unificación. edificios estaba condicionada por los mate-
Además del considerable retraso del proceso u PROYECTO DE CORREDOR VERDE DEL OESTE, BS. AS. riales propios de la región correspondiente.
de gestión entre las empresas y los organismos Es destacable el peso que han tenido den-
públicos, la poca disponibilidad de terrenos en funcionarios municipales, quienes trataron de tro de la historia de la arquitectura las innova-
el área central y los conflictos y costos que hu- aminorar el impacto que las mismas tenían so- ciones que representaron las construcciones.
biera significado para alguna de las líneas el bre el trazado urbano. En 1925, el Plan de la Co- El aspecto más importante es el tecnológico,
cruce del área más densamente poblada de la misión de Estética Edilicia, aprovechando la re- pues el ámbito ferroviario constituyó un ver-
ciudad fue un factor decisivo para descartar la construcción que intentaba llevar adelante el dadero campo de experimentación de nuevas
idea de una Estación Central. Por ello, al in- Ferrocarril del Sud en su estación cabecera, con- técnicas y materiales usados posteriormente
cendiarse el edificio original en 1897, salvo un templó, en un proyecto no realizado, una total para construir edificios. Si bien el uso estruc-
anteproyecto del arquitecto Joaquín Belgrano remodelación del área, apuntando a reordenar tural del hierro reconoce otros antecedentes,
(v.), no se realizó ningún intento por reempla- su circulación a partir de una serie de avenidas el manejo que los ingenieros ferroviarios lo-
zarlo, ya que varias empresas habían iniciado parquizadas con foco en la estación, concebida graron de este nuevo material dejó al mundo
la construcción de sus propias estaciones ter- ahora como un monumento a escala urbana. de la construcción en deuda permanente con
minales en distintos lugares de la ciudad. Es Hacia la mitad del siglo XX, el retroceso del los ferrocarriles. El mejor ejemplo de ello es la
interesante señalar aquí que las principales es- ferrocarril provocó el abandono de muchas de universalmente difundida viga doble T, que
taciones, como Constitución y Once, coinci- sus instalaciones y playas de maniobras, que encuentra en el riel una clara paternidad. De
dieron en su localización con los antiguos mer- se fueron convirtiendo en terrenos residuales. la misma manera, las piezas estructurales que
cados y plazas de carretas de la ciudad. Durante las últimas dos décadas se tomaron posibilitaron salvar grandes luces en los co-
El constante crecimiento de estas grandes distintas medidas tendientes al aprovecha- bertizos para trenes fueron usadas original-
terminales fue, durante las primeras décadas miento de estos espacios que en muchos ca- mente en la construcción de puentes ferrovia-
del siglo XX, motivo de preocupación para los sos habían quedado en las zonas céntricas de rios. A ello debemos sumar la posibilidad de

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 81


u VISTA DE LA ESTACIÓN BARRACAS, EN BUENOS AIRES.

este tipo de estructuras de producir una gran sentaban la cara pública del ferrocarril. De es- peatonales, y, a medida que la red se iba ex-
variedad de sistemas constructivos de armado ta manera, por combinar las innovaciones de pandiendo, su uso en edificios se fue dejan-
en seco, de los que participaban materiales in- la técnica con las reglas del arte heredado, la do de lado, ya que se lo reservó solamente pa-
dustrializados, como el vidrio y la chapa. estación se convirtió rápidamente en el edifi- ra estaciones menores y apeaderos en las áreas
El uso de cubiertas que posibilitaron gran- cio emblemático de la arquitectura ferrocarri- más periféricas de la red.
des superficies libres, permitiendo el ingreso lera. Las estaciones, según fueran intermedias Posteriormente, este modelo básico de es-
de luz natural, dio origen a espacios de una na- o terminales, pertenecían a tipologías distin- tación intermedia incorporó detalles más com-
turaleza nueva, como los grandes cobertizos tas y recogían preocupaciones estilísticas y ur- plejos de cubierta y tratamiento de vanos, que
para trenes o “sheds” de las grandes estaciones banísticas bien diferentes. dan cuenta de la influencia de la llamada Ar-
y talleres. El ferrocarril no solo supuso la in- Las primeras estaciones intermedias cons- quitectura Victoriana. Hacia 1910 se incorpo-
corporación de tecnología sino también la acep- truidas en la Argentina fueron simples casillas raron detalles de otros estilos ingleses, como
tación de una manera de concebir y estructu- prefabricadas de madera o de chapa. Una de el Tudor y el Isabelino. Las estaciones que el
rar los espacios. Así, la sistematización de la las estaciones de mayor envergadura construida Ferrocarril del Sud reconstruyó en el tramo
que fueron objeto la forma constructiva y la es- con estos materiales en el país fue la mencio- Constitución - Temperley en la década de 1920
tructuración espacial otorgó cierta idea de uni- nada Estación Central, ubicada sobre el Paseo son un buen ejemplo de este tipo de inflexio-
dad al conjunto de edificios, cuyos usos eran de Julio. Su tipología se correspondía con la de nes. Tampoco están ausentes en este período
disímiles. Al funcionar como un sistema, el fe- una estación intermedia: dos cuerpos dis- las influencias antiacadémicas en su variante
rrocarril puso en relación una gran variedad puestos en tira a ambos lados de las vías pa- “secesión vienesa”, como lo demuestra la es-
de elementos cuya función iba más allá del sim- santes. Si bien las mansardas le daban un ai- tación Hipólito Irigoyen del Ferrocarril del Sud
ple servicio de pasajeros, representado por la re afrancesado, el criterio aditivo de su y las viviendas cercanas a los talleres de Re-
estación, dado que incluyó también edificios volumetría y la presencia de elementos como medios de Escalada.
administrativos, depósitos de almacenamien- el campanile hacían de la Estación Central un Los estilos arquitectónicos de gran parte de
to, talleres, escuelas técnicas, conjuntos de buen ejemplo del llamado english italianate sty- las estaciones hablan del origen británico de la
viviendas, cabinas de señales, tanques de agua, le o english railway style, de gran difusión en las mayoría de las líneas ferroviarias argentinas.
playas de carga, elevadores de granos, etc. La pequeñas estaciones inglesas. Este fue el es- En aquellos casos en que la empresa no reco-
unificación de medidas y proporciones facili- tilo que se impuso en las estaciones interme- nocía ese origen, se registraban algunas va-
tó su construcción estandarizada. dias de las líneas británicas en la Argentina, al riaciones, como en las líneas francesas de las
En su necesidad de hacer visible cierta je- tiempo que los elementos prefabricados eran provincias de Santa Fe y Buenos Aires En ellas,
rarquía que ordenara todos estos componen- sustituidos por el ladrillo, la teja y la pizarra. los empinados techos de las estaciones ingle-
tes, el equipamiento ferroviario se valió ade- Mientras tanto, el tipo de construcción prefa- sas fueron reemplazados por una fuerte cor-
más de metáforas arquitectónicas, concentradas bricada se mantuvo para ciertas estructuras de nisa como remate superior. A su vez, la va-
principalmente en las estaciones que repre- apoyo, como refugios, plataformas y puentes riedad volumétrica y las superficies de ladrillo

82 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


fer fer
visto se transformaron en volumetrías netas y construidas hacia fines del siglo XIX. Dentro de un principio estuvo dedicada a la recepción
frentes revocados. de este marco se inscriben obras como el se- de productos agrícolas, como la lana, fue la ter-
Pero las transformaciones más significati- gundo edificio de la estación Constitución, fi- minal que experimentó el crecimiento más im-
vas, tanto en el plano tipológico como en el nalizado en 1883 según el proyecto de Parr, portante en cuanto al tráfico anual de pasaje-
estilístico, se produjeron en las grandes esta- Strong & Parr. La ampliación llevada a cabo en ros: pasó de 4 millones en 1905 a 20 millones
ciones terminales. Allí las metáforas arquitec- 1885 respetó el estilo del anterior, de clara fi- en 1912. Ello determinó que se trasladaran los
tónicas sirvieron para enmascarar los hume- liación francesa. Este Clasicismo francés, en depósitos y que desde 1906 la estación fuera
antes cobertizos, mediando la relación entre el una variante más sobria y estilizada, cercana a destinada exclusivamente al tráfico de pasaje-
riel y la ciudad. En algunas terminales se in- la llamada Arquitectura Eduardiana inglesa, ros. La necesidad de una nueva estación que pu-
tentó asimilar los nuevos espacios industriales volvió a repetirse en el edificio iniciado en 1910 diera ofrecer servicios a esta creciente cantidad
a las reglas del arte arquitectónico. Así, las lla- por el Ferrocarril Central Argentino en la zo- de usuarios estuvo planteada con anterioridad
madas ventanas termales de las fachadas de los na de Retiro. Aquí el campanile como elemen- a la Primera Guerra Mundial; sin embargo,
edificios cabecera vinieron a plantear desde sus to sobresaliente de la composición fue reem- su construcción no comenzó sino hasta 1925.
grandes arcos una relación espacial con las gran- plazado por una gran cúpula que señala el eje Si bien la crisis del treinta provocó la paraliza-
des bóvedas de los sheds. Estas intenciones de de simetría. El edificio cabecera oficia aquí ción definitiva de las obras, se alcanzó a cons-
concebir la estación como una unidad se de- de tapa, para ocultar dos gigantescos coberti- truir gran parte del interior y las dos fachadas
bieron a una serie de reflexiones teóricas pro- zos de hierro y vidrio de 250 m de largo, que laterales y quedó sobre la Plaza Constitución la
ducidas en el ámbito de la Escuela de Bellas Ar- mediante 24 arcos articulados salvan cada uno fachada afrancesada del edificio anterior.
tes de París a partir de la segunda mitad del una luz de 48,80 m. La construcción de se- El nuevo edificio se destaca por su gran es-
siglo XIX. En nuestro medio, más influido por mejante estructura, única en su tipo en Lati- cala y por la fuerte tectonicidad de su masa, ter-
los ferrocarriles británicos, los rastros de es- noamérica, reflejó la magnitud que había al- minada con un tratamiento de almohadillado
tos intentos son más difíciles de encontrar, por canzado la extensión de la red ferroviaria y el en color blanco, un conjunto de características
lo que persistió, en general, esta disociación en- poder de las empresas monopólicas. Interior- que dan cuenta de una influencia de la Arqui-
tre el arte arquitectónico, representado por los mente, además del imponente espacio de los tectura Eduardiana, mucho más fuerte que la
edificios cabecera, y la técnica representada por sheds, se destaca un hall que conecta funcio- de Retiro. Más allá de este parentesco estilísti-
los grandes sheds, dos elementos básicos que nalmente a estos últimos con dependencias co, Constitución es desde el punto de vista ti-
caracterizaron tipológicamente a la estación ter- menores y accesos. El carácter de transición pológico una estación radicalmente distinta de
minal. La primera de este tipo de estaciones en entre la liviandad de los sheds y la masa del edi- Retiro, ya que su construcción estuvo guiada
el país fue la Estación del Parque del Ferroca- ficio cabecera que el espacio del hall representa por un nuevo concepto de estación que tuvo su
rril del Oeste. Al igual que la primera Estación encuentra una particular expresión en su cie- origen a comienzos del siglo XX en los Estados
de Plaza Constitución, construida en 1865, se lorraso, donde el tratamiento superficial pro- Unidos. Allí, la electrificación de las vías per-
caracterizó por un sobrio Clasicismo italiani- pio de los edificios académicos se combina con mitió dejar de lado el shed y ubicar bajo tierra
zante que podríamos asociar a edificios como una serie de vigas metálicas reticuladas. el espacio destinado a los trenes, al que se ac-
la Aduana u otros construidos por profesiona- Además de expresar el poder monopólico cedía gracias a sistemas de circulación vertical.
les ingleses hacia mediados del siglo XIX. de las empresas, estas grandes terminales de Un caso paradigmático es el de la nueva Grand
Alrededor de 1850 la arquitectura de las es- principios de siglo reflejaban el espectacular Central Station de Nueva York, comenzada en
taciones terminales experimentó profundos crecimiento del tráfico de pasajeros. La estación 1913. La desaparición del shed como espacio más
cambios. En las principales ciudades del mun- Constitución del Ferrocarril del Sud, que des- significativo de la estación fue reemplazado por
do los edificios se vieron en la necesidad de ha- el monumental hall del edificio cabecera, una
cer lugar a un creciente tráfico de pasajeros y transformación que dio cuenta del avance del
a programas y resoluciones técnicas cada vez arte sobre la técnica como forma de garantizar
más complejas. Estas circunstancias trajeron una mayor unidad lingüística en las estaciones.
consigo el problema de cómo responder esti- Si bien en el caso de Constitución las vías no
lísticamente a edificios de mayor escala. La mo- fueron ni electrificadas ni enterradas, el cober-
numentalidad como nueva necesidad de las tizo de los trenes posee un carácter subordina-
grandes terminales llevó al abandono del mo- do al edificio cabecera y a su espacio princi-
desto english railway style y a la adopción de una pal, un hall abovedado que con sus 122,78 m
configuración de origen clásico. Este giro lin- de largo por 27,65 m de ancho es aún hoy uno
güístico se manifestó en la incorporación de de los espacios públicos más grandes de la ciu-
una variedad de elementos extraídos del Neo- dad de Buenos Aires. Este imponente cañón
clasicismo francés. La primera Grand Central corrido se manifiesta en las fachadas laterales
Terminal Station de Nueva York (1869-1871), por medio de dos grandes ventanas termales,
con su remate de mansardas, es uno de los me- ubicadas ahora en el otro sentido que las de
jores ejemplos. ejemplos del siglo anterior, como King’s Cross
En la Argentina, las empresas ferroviarias en Londres o Gare del Est en París.
extranjeras se hicieron eco de estas transfor- A pesar de no haberse completado, Cons-
maciones, lo que se reflejó en las estaciones u ESTACIÓN CENTRAL DE LA PLATA. titución es, al igual que Retiro, una estación

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 83


u LAS DOS NAVES DEL HALL DE RETIRO: EN UNA FOTOGRAFÍA DE 1912, Y EN UN DIBUJO DE S. FOLLET. EL VOLUMEN DE PLANTA ELIPSOIDAL DE LA BOLETERÍA ARTICULA AMBOS ESPACIOS.

clave dentro de la historia de la arquitectura fe- Desde el comienzo de la Segunda Guerra lante durante la última dictadura militar y du-
rroviaria argentina, no solo por su gran escala Mundial, y especialmente luego de haber sido rante el gobierno de Carlos Menem, la in-
sino también porque ambas representan dife- adquiridos por el Estado nacional, los ferroca- fraestructura ferroviaria se vio gravemente afec-
rentes concepciones de estación. En las esta- rriles no experimentaron transformaciones tada, quedando abandonados cientos de
ciones de las grandes ciudades del interior, sustanciales, por lo que la infraestructura edi- edificios por el cierre de distintos ramales.
construidas en su mayoría entre 1900 y 1920, licia acompañó, en este sentido, el crecimien- A partir de la privatización de los servicios
aparecieron pocas variaciones de orden tipo- to negativo de la red. en 1993, algunas de las empresas concesiona-
lógico. Entre ellas cabe mencionar aquellos ca- A medida que avanza el siglo XX, el tren rias encararon una renovación de la imagen
sos en que la composición tomaba como eje la deja su lugar al automóvil y al avión como ele- gráfica de la empresa y de la arquitectura de
esquina, donde se emplazaba una cúpula o to- mento técnico representativo de la época. Si sus estaciones. La más completa de este tipo
rre bajo la cual se generaba el acceso principal sumamos a ello transformaciones de orden ur- de acciones ha sido la del Tren de la Costa, em-
(La Plata y Rosario). En la estación rosarina, bano, como la disposición subterránea que per- prendimiento de carácter turístico en el que se
las torres permitieron la supervivencia de ele- mitió la electrificación de los trenes, no es di- recuperó un viejo ramal costero al norte de la
mentos originalmente asociados a la arquitec- fícil comprender por qué la estación de ferrocarril ciudad de Buenos Aires. Se trata de una pro-
tura ferroviaria como los campanile que, en- se vio desplazada de la escena arquitectónica puesta de recuperación de estaciones existen-
fundados en un lenguaje más académico, mundial. Es útil recordar que ninguno de los tes, en las que se revaloriza la imagen de los
albergaron en su cima importantes relojes, un grandes arquitectos modernistas, como Le Cor- edificios originales, sin existir nuevos plante-
elemento que gracias al ferrocarril alcanzó di- busier, Gropius o Mies Van der Rohe, proyec- os en la relación entre ferrocarril y hecho cons-
mensión urbana. taron estación de ferrocarril alguna. Para ellos, truido. Incluso en los casos donde fue nece-
Mas allá de su propia órbita, el ferrocarril la arquitectura del ferrocarril era sinónimo del sario construir nuevos edificios, se escogió
tuvo, durante las primeras décadas del siglo XX, ocultamiento de los progresos de la técnica por recrear el estilo de las viejas estaciones.
un impacto enorme sobre el ambiente cons- parte de las reglas del arte. Es oportuno señalar aquí que el volumen
truido, no solo por haber sido el medio a partir Sumado a la incapacidad de inversión en de obra construida durante los 45 años de ad-
del cual se difundieron nuevos materiales de el sector por parte del Estado argentino, este ministración estatal fue pequeño comparado
construcción de origen industrial. El ferrocarril contexto general explica la inexistencia de obras con la infraestructura edilicia previa, y así se
fue también responsable de la difusión de cier- significativas durante las décadas de 1950-1980, conservó un carácter asociado mayormente al
tas técnicas y saberes de la construcción que in- en las que solo se registraron casos de mejo- english railway style de las estaciones urbanas y
fluyeron sobre la arquitectura realizada por cons- ramiento de la infraestructura existente, como rurales del área pampeana. Por ello, en la ma-
tructores y albañiles carentes de una preparación la ampliación de la estación Once (1972-1974), yoría de las últimas obras relacionadas con el
técnica o académica, especialmente aquellos la remodelación de algunas estaciones subur- ferrocarril primó una mirada preservacionis-
que habitaban zonas periféricas. Cuando se tie- banas de Buenos Aires y la electrificación de ta que, por otro lado, ha sido promovida por
ne en cuenta el tamaño de la red y la cantidad parte del servicio suburbano. Aun así, en 1968 una reciente estetización de las estructuras he-
de edificios que el ferrocarril distribuyó por to- la empresa estatal Ferrocarriles Argentinos redadas de la Revolución Industrial y por la in-
do el país, se comprende su importancia como contaba con 3.100 estaciones, 470 edificios ad- clusión de las mismas en los criterios de “pa-
referentes arquitectónicos para una cantidad ministrativos y casi 15.000 viviendas. A con- trimonio arquitectónico”. No es casual que la
aún mayor de edificios de autores anónimos. secuencia de la política ferroviaria llevada ade- mayoría de las numerosas estaciones recupe-

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fer fer

u EL MISMO HALL DE RETIRO, RECIENTEMENTE REMODELADO. LA CABECERA DEL EDIFICIO OCULTA LAS GRANDES BÓVEDAS METÁLICAS SOBRE LOS ANDENES.

radas, desde Posadas a Comodoro Rivadavia, do en valiosos datos estadísticos, encontramos tiva combinada ha posibilitado construir un pa-
hayan sido destinadas a museos o institucio- luego un conjunto de obras de distintos auto- norama bastante completo para comprender el
nes culturales, lo que refleja también la cen- res argentinos (H. J. Cuccorese,1969; E. Schic- desarrollo ferroviario argentino (A. Rodríguez
tralidad del ferrocarril en la historia de nume- kendantz, E. Rebuelto, 1994). Durante los úl- Carrasco, 1998). Desde la historia de la ciudad
rosas localidades del interior. Otra función timos años este tipo de perspectiva ha sido y del territorio, el ferrocarril ha sido estudiado
habitual para las estaciones ferroviarias es la actualizada por parte de investigadores britá- como factor central dentro del proceso de me-
de terminal de ómnibus, como lo atestiguan nicos, quienes han examinado la particular re- tropolización experimentado por Buenos Aires
los casos de Rosario, Mar del Plata y Bahía Blan- lación entre la Argentina y Gran Bretaña (H.R. hacia fines del siglo XIX (Scobie, 1977).
ca. También los galpones ferroviarios han sido Stones, 1993). Dadas las características de esta Por fuera de esta serie de trabajos, se des-
reutilizados con el fin de albergar espacios cul- relación, la perspectiva económica es especial- taca otra de tono más crítico e ideológico. Ha-
turales (Rosario y Santa Fe). La reutilización de mente útil para comprender el desarrollo de los cia la década de 1930 y en un clima de creciente
edificios ferroviarios significó, en muchos ca- ferrocarriles argentinos, por lo que este ha si- nacionalismo, el ferrocarril aparece como ins-
sos, la recuperación de las playas de maniobras do un campo de trabajo relativamente fértil trumento de dominación del imperialismo bri-
y terrenos libres circundantes, convertidos en (R.Ortiz,1958; H. S. Ferns, 1966; C. Lewis,1983). tánico (R. Scalabrini Ortiz). Este trabajo mar-
parques urbanos en ubicaciones tan diversas Desde otras disciplinas, como la geografía, có una línea interpretativa reforzada en años
como Neuquén, Rosario, Trelew o Santa Rosa. se han aportado visiones que ayudan a com- posteriores, muy en especial durante el pero-
En el corto y mediano plazo se prevén acciones prender el impacto del ferrocarril sobre el te- nismo, y alcanzó una vigencia que clausuró
similares en Mendoza y en Buenos Aires rritorio (J. Roccatagliata, 1985). Una perspec- durante buena parte del siglo XX el estudio de
aspectos específicos de los ferrocarriles y con
HISTORIOGRAFÍA. ello el eventual surgimiento de otras visiones.
La arquitectura ferroviaria ha recibido en La aparición de este juicio crítico influyó
la Argentina una atención limitada, no tanto también sobre la manera en que se construyó
por la cantidad de trabajos sino por la profun- en el país una idea de ferrocarril dentro del cam-
didad teórica de los mismos. po estrictamente arquitectónico. Pensada a par-
Dado el complejo mundo de relaciones en tir de una dialéctica de lo propio y lo ajeno, la
el que se desarrolló la expansión del ferrocarril, arquitectura ferroviaria se asoció a un proceso
es pertinente dar cuenta de los estudios reali- de extranjerización impulsado por la elite li-
zados desde otras disciplinas. En primer lugar, beral hacia fines del siglo XIX. Así, una de las
es necesario mencionar una serie de trabajos visiones mas difundidas, en especial de las gran-
de autores británicos que, atraídos por la ex- des estaciones, se produce a partir de su en-
tensión e importancia que ganaba la red ar- cuadre dentro del llamado Eclecticismo (v.), que
gentina hacia fines del siglo XIX, fueron los pri- las hace partícipes del denominado “baile de
meros en abordar el tema (J.R. Carter, 1890; máscaras” (Ortiz, 1968). El juicio negativo se
S.H.M. Killik, 1906; W. Rogind, 1937). Repi- acentúa en el caso de las estaciones, en la me-
tiendo el mismo esquema centrado en la his- u LA RECUPERACIÓN DEL TREN DE LA COSTA, PCIA. DE BS. dida en que los edificios cabecera son enten-
toria de la red y del material rodante, y apoya- AS., MANTIENE LOS RASGOS ESTILÍSTICOS ORIGINALES. didos como tapas que al enmascarar los sheds

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 85


u EL HALL CENTRAL DE CONSTITUCIÓN, CORONADO POR LA INMENSA BOVEDA DE CAÑON CORRIDO, ES UNO DE LOS ESPACIOS PÚBLICOS MÁS GRANDES DE BUENOS AIRES.

impiden la expresión arquitectónica de las nue- Al no considerar estos trabajos cuestiones bién la de los edificios cabecera, renovando
vas técnicas. Por caracterizar la arquitectura fe- referentes al significado de los edificios cabe- el interés en el tema (Cacciatore, 1996).
rroviaria en este marco negativo fueron des- cera, la atención se desplazó hacia los sheds y La producción historiográfica de los últimos
conocidos varios problemas que particularizaron otras estructuras ingenieriles. Así, la descalifi- treinta años se ha mantenido fiel a las líneas in-
su historia y que llevaron al planteo de solu- cación de los edificios cabecera se produjo en terpretativas ya señaladas, incluso en trabajos
ciones novedosas desde el punto de vista tipo- forma paralela a una valorización de lo inge- que, a partir de comparar los edificios ferroca-
lógico y estilístico. Dentro de esta especifici- nieril como simiente de la Arquitectura Mo- rrileros locales con ejemplos internacionales,
dad, la arquitectura ferroviaria encarnó uno de derna, con lo cual los sheds se convirtieron en se proponen inscribir la historia de los ferro-
los problemas centrales del siglo XIX: la rela- emblemas de las conquistas de la técnica sobre carriles argentinos dentro de un relato mayor
ción entre Arte y Técnica. Los arquitectos de- el espacio. Esta línea que podemos identificar (Iglesia, 1963). Por esa razón, la historiografía
cimonónicos no fueron ajenos al problema lin- con el historiador Nikolaus Pevsner está repre- argentina ha permanecido a la saga de una se-
güístico que representaba en las grandes sentada en nuestro medio por la labor de los ar- rie de trabajos recientes que, tomando como
estaciones la convivencia de las nuevas técni- quitectos J. Gazaneo (v.) y M. Scarone (Gazaneo, punto de partida la identificación de innova-
cas de construcción industrializada con las re- 1966). Homologada a las obras de ingeniería, ciones tipológicas y lingüísticas producidas
glas del arte arquitectónico. Sin embargo, esta la arquitectura ferrocarrilera aparece aquí co- en torno de la arquitectura ferroviaria, han po-
producción historiográfica ha ignorado los in- mo parte de una “tradición funcional”, que ex- dido reescribir su historia (A. Colquhoun, 1995).
tentos de reconciliar Arte y Técnica que tuvie- cluye en forma deliberada los edificios cabece- Desde dentro de la disciplina arquitectóni-
ron lugar en el ámbito de la Academia de Be- ra, y evade la cuestión del estilo y su significado ca se ha llevado a cabo una gran cantidad de
llas Artes de París a partir de la labor de dentro de esta producción arquitectónica. trabajos sobre transformaciones territoriales y
tratadistas como Perronet y Reynaud. En tal La “tradición funcional” surge en paralelo urbanas provocadas por el ferrocarril (Marta
sentido, la elección de Retiro como la estación con una creciente sensibilidad hacia los obje- B. Silva, 1981; M. C. Magaz; M. B. Arévalo,
más estudiada por gran parte de la historio- tos resultantes de la revolución industrial. Si- 1987). aunque algunos de ellos exceden el ca-
grafía argentina ha sido útil a la difusión de es- guiendo esta línea, la valoración patrimonial rácter de relevamiento para poner al ferroca-
ta línea interpretativa, ya que dicha estación re- de las estaciones y de la infraestructura ferro- rril en una trama más amplia de relaciones (L.
presenta claramente la tajante división entre viaria ha dado lugar a una gran cantidad de ar- Müller, 1998). Sin embargo, la gravitación de
Arte y Técnica. Esto explica que la mayoría de tículos aparecidos desde la década de 1970 la arquitectura ferroviaria sobre el ambiente
los trabajos omitan el caso de Constitución, en en publicaciones periódicas como summa (v.) y construido no ha sido mayormente estudiada.
que la relación entre estos dos términos se vio Dana (v.). Finalmente, la revalorización de las Aun en algunos trabajos recientes que han re-
transformada en forma significativa. estaciones en tanto patrimonio ha incluido tam- saltado la importancia adquirida en las últimas

86 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


fer fle
décadas del siglo XIX y primeras del XX por la FITTE, RAÚL. Buenos Aires, 1892 – Íd., 1945. an dividirse las manzanas urbanas. En ese ám-
difusión de construcciones de carácter provi- Arquitecto, docente. De vasta labor como pro- bito participó además en la comisión de re-
sorio, materializadas con madera aserrada y fesional liberal en sociedad con Raúl Togneri glamentación profesional y desarrolló estudios
elementos de origen industrial, no se explora (v.), se destacó también por su actuación en acerca de las incumbencias de las profesiones
la relación de esta producción con la gran ex- la SCA (v.) y la UBA. que convivían en la Facultad de Ciencias Fí-
pansión del ferrocarril que tuvo lugar en un sicas y Matemáticas, que lo llevaron a promo-
período coincidente (J. F. Liernur, 1993). En Proveniente de una acaudalada familia de ver el deslinde de las responsabilidades de los
otros países, numerosos trabajos registran la origen francés, Fitte inició sus estudios, que arquitectos y agrimensores. Desde 1927 hasta
aparición del ferrocarril como uno de los he- terminó en 1913, en la Escuela de Arquitectu- 1929 ocupó la presidencia de la SCA, y por su
chos mas importantes en la historia tanto del ra de Buenos Aires. A partir de ese año pasó a iniciativa se creó la Comisión Especial de Ur-
territorio como de la arquitectura (P. Oliver, trabajar en sociedad con Raúl Togneri a lo lar- banismo y Estética. Fue designado miembro
1997). Particularmente en los Estados Unidos, go de más de tres décadas. de dicha Comisión en representación de la
dicha aparición representa, a su vez, un pun- Fitte también mantuvo una fuerte presen- SCA, junto a Karman (v.), Ghigliazza (v.) y Mar-
to de inflexión en las formas de construcción cia en distintas instituciones, y definió así un tín Noel (v.); cargo que por razones de salud no
de tipo vernáculo (J. Stilgoe,1982). F. W. polifacético perfil que le permitió incursio- pudo ocupar, y en el que fue reemplazado fi-
nar en el plano docente, teórico y de gestión, nalmente por Morra (v.).
Bibliografía: R. Carter. South American railways. Ar- con inquietudes que se hallaban centradas prin- La progresión de la enfermedad —tuber-
gentina. London, 1890; Stephen H. M. Killik (edi- cipalmente en el estudio de aspectos organi- culosis— motivó en 1929 su viaje a Suiza, don-
tor). Manual of Argentine railways. London, 1906; zativos y reglamentarios de la profesión, y de de comenzó a analizar el funcionamiento de
Rogind. Historia del Ferrocarril del Sud. Bs. As.: la edificación en la ciudad de Buenos Aires. los distintos establecimientos hospitalarios que
1937; R. Scalabrini Ortiz. Historia de los ferroca- Fue profesor en la Facultad de Ciencias conoció. Debido al interés que despertaron sus
rriles argentinos. Bs. As.: Plus Ultra, 1957; L. V. Me- Exactas Físicas y Naturales de Buenos Aires primeras notas publicadas en la Revista de Ar-
eks. The railway station: an architectural history. desde 1913. Participó en congresos de arqui- quitectura, el Consejo Directivo de la Facultad
London, 1957; O. Gazaneo y M. Scarone. Arquitec- tectura, siendo delegado al de Washington, al de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, por
tura de la revolución industrial. Bs. As.: IAA, 1966; II Congreso Panamericano en Montevideo una inquietud de Coni Molina (v.) y de Chris-
H. S. Ferns. Gran Bretaña y Argentina en el siglo (1920), al de Travailleurs Intelectuelles (París, tophersen (v.), le encomendó la elaboración de
XIX. Bs. As.: Solar - Hachette, 1966; J. Cuccorese. 1923), presidente del III Congreso Panameri- un trabajo más amplio, que lo llevó a reunir
Historia de los ferrocarriles en la Argentina. Bs. cano de Arquitectos (Buenos Aires, 1927) y de- información de 25 establecimientos de Fran-
As.: 1969; Scobie. Buenos Aires del centro a los ba- legado oficial del PEN al V Congreso Pan- cia, Suiza, Italia y España, y enunciar princi-
rrios: 1870-1910. Bs. As.: Solar - Hachette, 1977; “Ar- americano de Arquitectos (1940). pios teóricos para la composición de sanato-
quitectura ferroviaria. Síntesis histórica del fe- También actuó en la SCA, donde fue vice- rios de enfermos tísicos en su obra Sanatorios
rrocarril en la Argentina”. En: summa. N.° 115, 1977; presidente en el bienio 1919-1920, y en 1922, de Altitud, que la SCA editó en 1935.
B. Silva. “Poblados ferroviarios del NOA”. En: Re- e integrante de la Comisión encargada de es- A su regreso al país se desempeñó en el
vista 2C. N.° 19, 1981; John Stilgoe. Common Lands- tudiar las mejores dimensiones en que debí- Banco Hipotecario Nacional como miembro
cape of America, 1580 to 1845. Yale, 1982; C. Lewis. titular de la Comisión de Contralor de Tasa-
British Railways in Argentina, 1857-1914. A case study ciones, en donde realizó estudios que culmi-
of foreign investment. London, 1983; M. Ragon. L’ar- naron con la edición del libro Antecedentes pa-
chitecture des gares. Paris, 1984; J. Roccatagliata. ra el estudio de normas para las tasaciones urbanas
Los ferrocarriles en Argentina, un enfoque geo- en Capital Federal, en coautoría con Cervini.
gráfico. Bs. As.: 1985; M.C. Magaz y M. B. Arévalo. La misma enfermedad, de la que nunca pu-
“Remedios de Escalada: Estación - Talleres - Villa fe- do restablecerse, causó su muerte en 1945,
rroviaria”. En: Dana. N.° 23, 1987; H.R. Stones. Bri- cuando el Banco Hipotecario le había enco-
tish Railways in Argentina, 1860-1948. London, 1993; mendado la realización de su nuevo edificio
R. Schickendantz. Los ferrocarriles en la Argen- frente a la Plaza de Mayo. G. V.
tina 1857-1910. Bs. As.: Fundación Museo Ferrovia-
rio, 1994; L. Colquhoun. “XIX secolo: l’architet-
tura delle stazioni in Francia e in Inghilterra”. En: FLEURY TRONQUOY, F. S/d. Arquitecto. Acti-
Casabella. N.° 624, 1995; J.Cacciatore. “Participación vo en Buenos Aires a principios del presente
británica y un estudio centenario”. En: Arquitec- siglo. Realizó obras dentro del género ecléc-
tos europeos y Buenos Aires, 1860-1940. Bs. As.: Fun- tico-modernista.
dación Tiau, 1996; Oliver. “Communications”. En:
Encyclopedia of Vernacular Architecture of the Proyectó un edificio para Gath & Chaves
World. Cambridge: 1997; L. Müller. “Postales de la en Florida y Cangallo (hoy Perón), así como
pampa gringa”. En: Block. N.° 2, 1998; A. Rodríguez numerosas residencias: Rodríguez Peña 245,
Carrasco. “El ferrocarril en la Cuenca del Plata”. Lavalle 2051, Solís 775. También es autor de
En: J. Saenz Valiente (ed.). Historia de los ferroca- la Catedral de Mercedes en la Provincia de
rriles de Iberoamérica. Madrid: 1998. u SEDE DEL CLUB UNIVERSITARIO DE BS. AS., DE R. FITTE. Buenos Aires.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 87


FOLKERS, ENRIQUE. Groningen (Holanda), Bibliografía: R. Giunta. “Un Holandés diseña el Club cios de renombre. Entre 1906 y 1908 fue em-
1873 - s/d. Arquitecto. Activo en Buenos Ai- Español”. En: AA.VV. Arquitectos europeos en Bue- pleado como dibujante en el estudio de R. R.
res a principios del siglo XX. Realizó obras den- nos Aires. 1860-1920. Bs. As.: Fundación Tiau, 1996. Anderson en Edimburgo y en 1908 ganó la Pu-
tro del repertorio Art Nouveau. F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A. Levaggi y A. gin Studentship Medal en reconocimiento por
S. J. de Paula. La arquitectura del liberalismo en la su trabajo. Esta corta pero destacada trayecto-
Se graduó de arquitecto en 1902, luego de Argentina. Buenos Aires: Sudamericana, 1968. ria le permitió trabajar en el estudio del ar-
realizar estudios en la Academia de Bellas Ar- quitecto Sir Edwin Lutyens entre 1908 y 1910.
tes y Ciencias Técnicas de Rotterdam, la Éco- Fue Lutyens quien recomendó a SGF en su
le des Beauxs Arts de Bruselas y la Universi- FOLLETT, SYDNEY GEORGE. Londres, 1883 - solicitud de un puesto de trabajo en la Argen-
dad de Delft. En Holanda realizó obras de Buenos Aires, 1968. Arquitecto. Llegado al tina. La oferta provenía de un estudio que ha-
servicios urbanos en la ciudad de Leyden. Pos- país en 1911, se integró al estudio de ar- bía sido fundado en 1891 por Eustace Lauris-
teriormente viajó a América del Sur y se ins- quitectura fundado por E. L. Conder (v.) en ton Conder, otro arquitecto de origen británico.
taló primero en el Paraguay, donde trabajó en 1891 y aseguró su continuidad luego de la A pesar de que el número de aspirantes al-
proyectos para los puertos de Asunción y En- muerte de este último. Fue posiblemente el canzaba los ciento veinte, SGF resultó elegido;
carnación. Llegó a la Argentina en 1907 y re- arquitecto más representativo de las cons- llegó a Buenos Aires en 1911. La incorporación
validó su título en 1909. Realizó obras en Bue- trucciones que las empresas británicas hicie- de SGF tiene directa relación con el desarrollo
nos Aires, Córdoba, San Luis, Misiones y ron en la Argentina desde fines del siglo XIX. del proyecto de la terminal ferroviaria de Reti-
Corrientes. Sus principales trabajos son: el Entre sus numerosas obras se destacan las ro, que había sido encomendada a Conder por
edificio de Casimiro Gómez, en Bernardo de del rubro comercial y ferroviario, y dentro de la empresa del Ferrocarril Central Argentino.
Yrigoyen 172, Buenos Aires, y sobre la misma estas últimas, la Estación Retiro del Ferro- La llegada de SGF significó un punto de in-
calle, el Club Español, obra que fue producto carril Central Argentino. También fue autor de flexión en la caracterización estilística de la pro-
de un concurso realizado en 1907, concebida numerosas obras relacionadas con la vida de ducción del estudio y la Estación Retiro. La tí-
dentro de la corriente que puede denominar- la comunidad británica en la Argentina, como pica profusión ornamental victoriana de las
se Arte Nuevo (v.), aunque el resultado sea un iglesias, colegios y residencias particulares. propuestas preliminares de Conder dio paso a
híbrido entre elementos del Modernismo ca- la austeridad clasicista del proyecto de SGF. Por
talán, la Sezession vienesa y el Jugendstil. En Sydney George Follett (SGF) demostró tem- su sobriedad, su tectonicidad y su firme an-
efecto, el conjunto no se aleja de los modos de pranamente cualidades para el dibujo. A la edad claje en el Clasicismo francés, la propuesta de
composición académicos en sus lineamientos de 17 años sus diseños le valieron su primer SGF da cuenta de la influencia del llamado Es-
generales, pero se diferencia profundamen- premio de importancia. Entre 1901 y 1906 es- tilo Eduardiano que caracterizaba a la Inglate-
te en los detalles, ejecutados a partir de de- tudió en la Edimburgh School of Art; recibió rra de cambio de siglo. En esta más amplia co-
coración naturalista anticlásica y el uso de po- una beca para viajar a Italia, donde permane- rriente de simplificación volumétrica y formal
licromías. ció cuatro meses visitando y dibujando edifi- es posible ubicar también a la figura de Lutyens,
uno de los principales referentes de SGF.
La encomienda de Retiro fue la culmina-
ción de una fructífera relación con el Ferro-
carril Central Argentino (FCCA). El estudio
mismo había surgido en Rosario para dar res-
puesta a un variado conjunto de obras de esa
empresa ferroviaria, que incluyó la urbaniza-
ción de Fisherton y la construcción de algunas
de sus viviendas. Ya trasladado a Buenos Ai-
res, Conder recibió el encargo del FCCA para
la construcción de su sede administrativa en
el centro de la ciudad, obra que fue terminada
en 1900. Diez años más tarde la conexión con
los ferrocarriles seguía dando frutos, ahora a
través del nuevo edificio para la Oficina de Ajus-
tes de Ferrocarril. Ubicado en Paseo Colón y
Alsina, fue popularmente conocido como uno
de los primeros “rascacielos” de la ciudad. Pro-
yectado en conjunto con el estudio Chambers
&Thomas (v.), es un excelente ejemplo de la fa-
se tardía del estilo victoriano.
La terminal de Retiro, inaugurada en 1915,
constituye la obra más importante del estudio
y contribuyó a consolidar su posición en el con-
u EL ARQ. S. FOLLET, EN SU ESTUDIO, TRABAJANDO SOBRE LOS PLANOS DE LA ESTACIÓN RETIRO. texto local. De allí en adelante, la firma se con-

88 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


fol fol
virtió rápidamente en el principal estudio de po récord en que fue construida gracias al rá-
arquitectura de las empresas británicas en la pido armado de su estructura metálica.
Argentina. Las dos décadas que siguieron a Para estas firmas comerciales se constru-
la inauguración de Retiro concentran un gran yeron también talleres y depósitos. El indus-
número de obras cuya escala y variedad con- trial aparece entonces como un rubro de im-
vierte al estudio en uno de los principales de portancia que por la cantidad y la variedad de
su tiempo. obras también diferencia la producción del es-
La particular relación del estudio con los in- tudio del de sus pares. A los talleres y depósi-
tereses ingleses resultó ser determinante res- tos se suman mataderos y frigoríficos, como
pecto de los tipos de obra encomendadas, por los de Smithfield (1925-1927), centrales tele-
lo que se diferenció de otros arquitectos y es- fónicas, como la de Unión Telefónica (1939),
tudios del mismo período. Encomiendas ca- y fábricas, como las de Anglo Argentine Iron
racterísticas de los estudios porteños de las pri- (1930) o Goodlass Wall (1931).
meras cuatro décadas del siglo XX, como Fueron algunos de estos edificios indus-
palacios, petit-hôtels y casas de renta son casi triales los primeros en ser construidos con es-
inexistentes en la obra del estudio en el que tructuras de hormigón armado (v.), y de esta for-
SGF fue ganando un rol protagónico (entre las ma se bandonó el uso de la estructura metálica
residencias se destaca un número limitado de que había caracterizado fuertemente a la pro-
viviendas suburbanas). La mayoría de las obras ducción del estudio durante sus primeras dé-
más relevantes corresponden a arquitectura co- cadas de existencia. En correspondencia con es-
mercial y bancaria (SGF se convirtió en socio tos cambios tecnológicos, se produjo una gradual
de la Cámara de Comercio Británica en 1925). transformación en el plano estilístico. Sin te-
Los bancos y oficinas comerciales que con- ner la purista y apaisada expresividad de las pro-
forman el rubro más abultado de la produc- puestas centroeuropeas que fueron recogidas
ción del estudio se ubicaron en un área central por arquitectos locales más vanguardistas, es-
de Buenos Aires que, gracias a la construcción tas construcciones industriales son los prime-
de este tipo de edificios, comenzaría a ser co- ros edificios en los que se ensayan el despojo
nocida como la “City porteña”. Este importante u OFICINA DE AJUSTES DEL FERROCARRIL, EN BS. AS., DE ornamental y la pureza volumétrica, sin echar
número de edificios merece estudiarse dete- CONDER - FOLLET - FARMER Y CHAMBERS & THOMAS. mano del vocabulario de los estilos históricos.
nidamente para identificar, por un lado, un pri- Esta transformación estilística no tardaría
mer conjunto de obras más cercanas a las so- de carpinterías metálicas que integran en fa- en trasladarse a otro tipo de edificio. A esta al-
luciones convencionales de la Arquitectura chada dos o más niveles. Las mismas eran fre- tura es necesario dejar sentado que el rol cada
Académica, como las sucursales del Banco de cuentemente concebidas como gigantescas bow vez más protagónico que SGF tuvo en el pro-
Londres y América del Sud y, por otro lado, un windows, como en el caso de Northern Assu- ceso de renovación quedó definitivamente con-
grupo en el que se ensayan soluciones relati- rance. Este tipo de soluciones, que aparece lue- solidado luego de la muerte de Conder, en 1935,
vamente más novedosas. Dentro de este se- go de la llegada de SGF al estudio, se hace eco y del alejamiento de Farmer en 1937. A partir
gundo grupo se destacan las sedes de las com- de las experimentaciones que a nivel tecnoló- de entonces, SGF avanzó por el camino de la
pañías Moore & Tudor (1915), Northern gico y expresivo que venían desarrollándose simplificación formal y adoptó una suerte de
Assurance (1918) y la ampliación del Anglo desde mediados del siglo XIX en los distritos “Racionalismo” de líneas verticales, cuyos me-
South American Bank (1930). Aun dentro de comerciales y bancarios de las principales ciu- jores ejemplos son la central de Unión Tele-
los límites del repertorio clásico, estos edifi- dades del mundo, especialmente en Inglaterra fónica (1939) y el Ministerio de Transportes,
cios se destacan por una particular relación y los Estados Unidos. Se trata de un conjunto terminado en 1954, a un lado de la Estación de
entre llenos y vacíos, resultante de una cre- de experimentaciones que se encuentran en el Retiro en Buenos Aires.
ciente diferenciación entre estructura y cerra- origen tanto del rascacielos moderno como del La fuerte verticalidad definida por el con-
miento. Ello tiene una directa relación con sig- hoy extendido courtain wall. traste entre el avance de las pilastras y el rehun-
nificativos cambios tecnológicos, como el uso Otro rubro importante de la producción del dimiento de ventanas y antepechos es un re-
de estructuras y cerramientos metálicos. Si estudio, en donde el uso de estas fachadas li- curso muy utilizado en los primeros edificios
bien es difícil encontrar en la fachada de estos vianas resultó determinante, es el de las “gran- modernistas de Buenos Aires, que reconoce
edificios la expresión de la estructura metáli- des tiendas”. La mueblería H. C. Thompson en la arquitectura de Louis Sullivan y de los
ca, no es posible pasar por alto algunos claros de la calle Florida, la ampliación de la casa cen- primeros rascacielos de Chicago como unos
indicios de independización de la estructura tral de Harrod´s y el anexo de la casa central de sus referentes principales. Fundamental-
de la cual la columnata que define la planta de Gath & Chaves dan cuenta de este tipo de mente desarrollada por SGF durante la déca-
baja del Anglo South American Bank es un ex- recurso técnico-expresivo por el que las vidrieras da de 1940 y primeros años de la década de
celente ejemplo. ganaban escala urbana. De entre las 14 sucur- 1950, este tipo de expresión resulta algo tardía
Pero el aspecto más destacable de estos edi- sales de Gath & Chaves construidas en todo el en comparación con algunos ejemplos canó-
ficios lo constituye el tratamiento de los vací- país se destaca la de Rosario, no solo por la en- nicos de la arquitectura argentina, que ya en la
os, ya que los mismos están resueltos a partir vergadura de la obra sino también por el tiem- década de 1930 había adoptado un lenguaje si-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 89


milar. De todas formas, no hay que pasar por ventana de arco ojival, en la que se reutiliza-
alto el antecedente la sucursal Santa Fe de Gath ron una serie de vitraux existentes en el sector
& Chaves, en el que ya desde 1928 se estaba de la iglesia que resultó demolido.
poniendo en práctica este nuevo repertorio, La religión tuvo en la obra de SGF un lugar
que incluía la resolución de la esquina en for- destacado. Esta parte de su producción guar-
ma de exedra, compartida con el Ministerio, y da una estrecha relación con el activo rol que
la ornamentación naturalista de los antepe- SGF desempeñó en distintos grupos de perte-
chos, que comparte con la Central Telefónica. nencia de la colectividad británica. El título de
Algunos contados ejemplos de la época re- arquitecto diocesano que la Iglesia Anglicana
alizados en Buenos Aires, como la casa de ren- le otorgó en la temprana fecha de 1930 es un
ta de la calle Reconquista (1939), dan cuenta dato elocuente en este sentido. Su espíritu par-
del abandono de la verticalidad en favor de una ticipativo y su particular posicionamiento so-
mayor neutralidad, expresión que se acerca cial dentro de la comunidad se sumaron aquí
más a la de la Arquitectura Racionalista, tal co- al renombre profesional para hacerlo desti-
mo se la conoce en la Argentina. Del mismo natario de numerosas encomiendas. Entre 1921
año es el edificio de la Compañía Anglo Ar- y 1963 proyectó tres templos y llevó adelante
gentina de Electricidad en Paseo Colon al 600, la ampliación y remodelación de seis iglesias
cuya fachada guarda una relativa similitud con de distintas congregaciones protestantes.
las de la serie de edificios proyectados unos En todas estas obras, SGF da cuenta de una
años antes por Antonio Vilar (v.) sobre la Ave- dedicación y una minuciosidad que raramente
nida del Libertador. podemos encontrar en otras. Ello se expresa no
A pesar de la adopción de un nuevo voca- solamente en el exterior por el cuidado uso del
bulario, las obras realizadas a partir de la dé- ladrillo, sino también en los interiores por el
cada de 1940 muestran una pervivencia de las trabajo de la madera, cuyos detalles eran fre-
reglas académicas de composición. El ejemplo cuentemente proyectados en escala real. En es-
del colegio San Andrés, construido en Olivos te material, SGF diseñó todo tipo de elemen-
en 1953, resulta elocuente en este sentido. Si u GRANDES TIENDAS HARROD´S, SOBRE LA CALLE FLORIDA. tos, desde subdivisiones internas y púlpitos
bien el alzado da cuenta de una renovación for- hasta cajas de órganos y bancos para el coro y
mal que se encamina hacia los volúmenes pu- decidida es la capilla del Cementerio Británi- la feligresía. Entre estos interiores sobresale
ros, la desmaterialización de las esquinas y las co de la Chacarita, construida durante la Se- la ampliación de St. Saviour´s (1921) y la re-
ventanas corridas, el trazado de la planta ha- gunda Guerra Mundial. Su sobriedad y ro- modelación de Dr. Smith Memorial (1931).
blan de una composición aún gobernada por bustez tiene parentesco con un tipo de La singular dedicación e interés de SGF por
un fuerte eje de simetría que es claramente en- arquitectura conmemorativa, difundida en Gran este tema no resulta extraña si se tiene en cuen-
fatizado por la torre con reloj. Bretaña en el período de entreguerras, de la ta la centralidad de la arquitectura eclesiástica
Pero en cuanto al lenguaje, el Colegio San cual nuevamente Lutyens fue unos de sus re- en los principales debates arquitectónicos de la
Andrés tiene un interés adicional porque co- presentantes más destacados. Inglaterra de fines de siglo XIX. Ese ambiente
mienza a incluirse el ladrillo en la expresión de En los emplazamientos más urbanos, el la- romántico en el que el mundo gótico aparecía
las fachadas, un material que caracterizará to- drillo tardó un poco más en aparecer. Lo ha- como la máxima fuente de inspiración debió
da una última fase de la producción de SGF. ce tímidamente en el Archivo del Banco de Lon- haber influido fuertemente en SGF durante sus
Si bien el ladrillo (v.) era ya parte insepara- dres en 1950 y en forma más decidida en el años de formación. Por lo menos así lo atesti-
ble de la imagen de la arquitectura inglesa, su pequeño edificio de departamentos construi- gua una serie de magníficos croquis de viejas
uso se hallaba mayormente limitado a la ar- do en 1953 en la esquina de Virrey del Pino y iglesias y casas rurales del sur de Inglaterra que
quitectura residencial o a estructuras de ca- O'Higgins, en Buenos Aires. SGF dibujó entre 1903 y 1906.
rácter más utilitario, como construcciones fa- Donde la maestría en el uso del ladrillo al- Es posible que este tipo de obras le haya
briles o ferroviarias. De manera que desde fines canza su máxima expresión es en la recons- permitido a SGF refugiarse en el uso de un re-
del siglo XIX, los edificios de ladrillo cons- trucción parcial de la Iglesia Presbiteriana de pertorio formal más tradicional, con el que pro-
truidos por el estudio son exclusivamente re- San Andrés. Tras la demolición de la torre de bablemente sentía más afinidad, especialmente
sidencias suburbanas y construcciones ferro- acceso a la iglesia, debido al ensanchamiento a medida que pasaban los años y la brecha en-
carrileras. Como excepción debe mencionarse de la Avenida Belgrano, se encomendó a SGF tre ese repertorio y los más nuevos se iba agran-
al pabellón construido en 1930 para el Colegio el diseño de un nuevo frente, que fue cons- dando. En tal sentido, es significativo recordar
San Jorge de Quilmes, aun cuando su estilo truido en ladrillo a pesar de que la iglesia te- que obras como la mencionada Iglesia de San
guarda una estrecha relación con la arquitec- nía, originalmente, una terminación exterior Andrés, para cuyo diseño interior SGF recu-
tura ferroviaria y su localización lo ubica den- con imitación de sillería. El trabajo de Follett, rrió a motivos ornamentales naturalistas de
tro del imaginario del suburbio jardín, del que finalizado en 1963, se destaca por el cuidado inspiración gótica, fue realizada durante la dé-
también participan las viviendas mencionadas. puesto en cada uno de los detalles. El nuevo cada de 1960. De manera que se puede con-
Por fuera del conjunto descripto, la obra de frente, que no oculta la sección de la nave prin- cluir que la respuesta a algunos desafíos que
SGF en la que el ladrillo hace una aparición cipal, tiene como elemento central una gran planteaba la nueva arquitectura quedaron en

90 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


fol fon
manos de su hijo Ricardo Follett quien, tras FONDO NACIONAL DE LA VIVIENDA (FONAVI). rique y O. Puiggrós. El organismo de aplica-
graduarse como arquitecto en la Universidad Fondo continuado para el financiamiento de vi- ción de la ley era el Ministerio de Bienestar So-
de Buenos Aires, le dio continuidad al estudio viendas de interés social (v.), constituido ini- cial, asistido por un Consejo Asesor Perma-
al incorporarse a él en 1953, luego del falleci- cialmente por la Ley 19.829/72, en base a una nente presidido por el subsecretario de
miento de SGF en 1968. F.W. contribución del 2.50% sobre sueldos y sala- Vivienda, donde participaban también repre-
rios a cargo de los empleadores, y otra del sentantes de la CGT y de la Cámara Argentina
Bibliografía: F. Ortiz, J.C. Montero, R. Gutiérrez, A. 1.50% sobre la venta de ganado a faenar (es- de la Construcción. Con estos fondos se fi-
Levaggi y A. S. J. de Paula. La arquitectura del li- tablecido anteriormente por Ley 19.876/72). nanciaban tres operatorias:
beralismo en la Argentina. Buenos Aires: Sudame- Fue modificado por la Ley 21.581/77, que 1) Programas de promoción habitacional (PPH),
ricana, 1968; K. Frampton. Modern Architecture. estableció su constitución de la forma si- ejecutados por la Subsecretaría de Vivienda.
A Critical History. London, 1987; D. Armando. “Syd- guiente: 5% sobre sueldos y salarios a car- 2) VEA-FONAVI, plan ejecutado por el Banco
ney G. Follett, un arquitecto británico en Argen- go de los empleadores; 20% sobre los apor- Hipotecario Nacional (v.) mediante el progra-
tina”. En: Revista del Consejo Profesional de Ar- tes previsionales de trabajadores autónomos ma del mismo nombre (v. Plan VEA), denomi-
quitectura y Urbanismo. N.° 2, 1990; J. Cacciatore. y otros recursos obtenibles a través de la re- nado a partir de 1973 Plan 17 de Octubre y a
"Participación británica y un estudio centenario". cuperación de préstamos, donaciones, etc. partir de 1976 Plan 25 de Mayo.
En: Arquitectos europeos y Buenos Aires. 1860-1940. La creación de un fondo continuado para el 3) Viviendas de Interés Social (VIS), ejecutado
Bs. As.: 1996; H. Russell Hitchcock. Arquitectura financiamiento de la vivienda registraba an- por intermedio del Banco Hipotecario Nacio-
de los siglos XIX y XX. Madrid: 1998; J. F. Liernur. tecedentes en México y Brasil. nal como préstamos personales para la cons-
Arquitectura en la Argentina del siglo XX. La cons- trucción de viviendas, que a partir del 1973 pa-
trucción de la modernidad. Bs. As.: FNA, 2001; R. Fo- Ley 19.829/30.11.72 (reglamentada por De- só a denominarse Eva Perón y desde 1976 Islas
llett y F. Williams. “The Follett Collection in AR- creto 7680/72): primera ley FONAVI. Sancio- Malvinas. La puesta en marcha del Plan se pro-
CA”. En: ICAM News. January-June 2002; F. Williams. nada por el gobierno militar de Alejandro La- dujo a mediados de 1974.
“La colección Follett en vías de conservación”. En: nusse, los ministros de Bienestar Social que Ley 21.581/23.05.1977. Sancionada por el
summa. N.° 53, 2002. intervinieron en su gestación fueron F. Man- gobierno militar de J. R. Videla, encargaba a la

u EL CONJUNTO PIEDRABUENA, BS. AS., DE MANTEOLA, SÁNCHEZ GÓMEZ, SANTOS, SOLSONA Y VIÑOLY, FUE CONSTRUIDO CON FINANCIACIÓN DEL FONAVI.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 91


Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda los cia de situaciones deficitarias (Yujnovsky, 1984). Urtubey (v.); Córdoba, 200 viviendas, 1984);
aspectos generales de planificación, determi- Ley 22.293/01.10.1980. Eliminaba las con- conjunto en Río Cuarto (Ponce, de Vertoz, H.
nación de prioridades y normas de las opera- tribuciones previstas por la Ley 21581, sustitu- Díaz, C. J. Díaz; Córdoba, 110 viviendas, 1983).
torias, quedando a cargo de los organismos yéndolas por un monto fijado en el prepues- A partir de 1989, el FONAVI se vio afec-
provinciales la ejecución de los programas (Ins- to nacional, equivalente al 47,73% de los aportes tado por las propuestas de reforma del Esta-
titutos Provinciales de Vivienda). Al Banco Hi- previsionales, y proveniente de la recaudación do del gobierno peronista. Los decretos 690 y
potecario Nacional le correspondía la centrali- del Impuesto al Valor Agregado (IVA). De es- 691/1992 inician la reprogramación del FO-
zación de la recaudación, el libramiento de ta forma el FONAVI perdió sus fondos espe- NAVI. El Decreto 690 (06.05.1992, Política y
fondos y los controles técnicos de los progra- cíficos y quedó subordinado a las disposicio- Plan de Acción a desarrollar por la Secretaría
mas que efectuarían los organismos ejecuto- nes de la Secretaría de Hacienda del Ministerio de Vivienda y Calidad Ambiental) incluyó un
res provinciales. El consejo asesor creado por de Economía. Además, se eliminaba una con- diagnóstico del funcionamiento del FONAVI,
la ley anterior fue eliminado, ya que la Secre- tribución de los empleadores para hacerla re- donde se afirma que entre 1976 y 1992 se des-
taría establecía decisiones centralizadas en caer sobre la población en general. En 1981 y tinaron más de 10 millones de dólares para su
cuanto a la adjudicación de las unidades (sis- 1982 los porcentajes se redujeron al 20,77% y funcionamiento. El mismo diagnóstico pro-
tema de puntaje en función de los ingresos al 36% respectivamente para recuperar el ni- ducía fuertes críticas al FONAVI: a) ineficacia
mensuales del grupo familiar). En 1979 se creó vel indicado por la ley a partir de 1983. del sistema; b) inequidad del sistema, en cuan-
la Comisión Interregional del FONAVI (CIF), Desde 1981 (Res. n.° 41) se establecieron 4 to a que no llegaría a la población de meno-
que brindó a las provincias la posibilidad de tipos de vivienda, financiados por el FONAVI, res recursos; c) falta de transparencia y dis-
participar en las decisiones de la SEDUV. Pa- que se diferenciaban en su precio, niveles de crecionalidad en la adjudicación de unidades;
ra la asignación de los cupos a las provincias terminación y superficies. (El último criterio d) inadecuada distribución geográfica; e) ba-
se consideraba el déficit habitacional relativo nunca había sido utilizado anteriormente en jo nivel de recupero. La crítica que apunta a
y las características socioeconómicas de cada planes oficiales para diferenciar categorías de problemas más importantes parece encontrarse
jurisdicción. Las viviendas debían dirigirse a vivienda). La superficie mínima para la cate- en el punto d): “los mecanismos actuales de
sectores de la población de “recursos insufi- goría inferior se fijó en 56 m2. Se fijaron tam- distribución de recursos entre provincias han
cientes”, para cuya determinación la SEDUV bién exigencias tecnológicas de habitabilidad determinado que la construcción de viviendas
fijaba “valores mínimos de consumo”, según y para el diseño habitacional, y normas bási- no se localice conforme a criterios que privi-
el tamaño y la composición de los grupos fa- cas para el diseño urbano. legien las áreas en las que las carencias son
miliares. En 1981 se introdujo una variante en Con respecto a la selección y contratación masivas y notorias, como en las grandes con-
los sistemas de adjudicación, ya que se admi- de proyectos, hasta 1980 se utilizó el sistema centraciones urbanas”. Si se tiene en cuenta la
tió el financiamiento de conjuntos promovi- de proyecto y precio, luego se dispuso el lla- historia del FONAVI, esta crítica plantea una
dos por sociedades sin fines de lucro. mado a concursos de anteproyectos o a la ela- paradoja: el sistema trató de llevar inversiones
Los recursos del Fondo financiaban los si- boración de proyectos en las oficinas técnicas a las provincias y de solucionar los problemas
guientes rubros: a) viviendas; b) obras de ur- de los institutos provinciales de vivienda. Den- habitacionales del interior, tradicionalmente
banización, equipamiento, de infraestructura tro de la arquitectura producida en el marco poco atendidos por las políticas nacionales. Sin
y complementarias; c) redescuento de créditos del FONAVI, pueden indicarse los siguientes embargo, ello ha redundado, según la actual
hipotecarios de programas ya construidos; d) conjuntos: conjunto Piedrabuena (Manteola, posición de la SVCA, en una desajustada in-
contratación de servicios técnicos y profesio- Sánchez Gómez, Santos, Solsona Viñoly, (v.)); versión de recursos desde el punto de vista
nales para el desarrollo de los planes; e) fomento Sallaberry y Tarsitano (Aslán y Ezcurra, (v.); Ma- de las carencias de la población.
y participación en programas de investigación taderos, Capital Federal, 2.100 viviendas, 1974- El citado decreto dispuso también la re-
y desarrollo tecnológico, social y económico. 1979); barrio Centenario (Baudizzone, Díaz, programación de la planificación elaborada por
Las unidades podían ser asignadas en ven- Erbin, Lestard, Varas (v.), Santa Fe, 1978-1982); los institutos de vivienda provinciales para el
ta, con plazo cierto hasta 30 años y con plazo conjunto habitacional Formosa (Estudio Staff, período 1992-1994 (entre 1992 y 1993 se ter-
incierto (dejado sin efecto en 1980) en como- (v.), Formosa, proyectado en 1980). minaron 83.000 viviendas, con autorización
dato o préstamo de uso. Durante el gobierno del radicalismo (1983- de financiamiento, y se finalizaron 44.000 uni-
Pese a la alta inflación de algunos períodos, 1989) se trató de dar un nuevo impulso al FO- dades de obra nueva). Para la reprogramación
al rezago en la aplicación de los programas, NAVI, mediante la profundización de los as- del sistema se propuso incorporar las directi-
atrasos de depósitos y evasión, el FONAVI cons- pectos de descentralización y federalismo que vas establecidas por una Comisión Asesora so-
tituyó un fondo apreciable que permitió cons- desde su creación se encontraban presentes. bre los siguientes aspectos: a) recupero de los
truir, entre 1976 y 1981, 87.825 unidades de vi- Desde el punto de vista de la arquitectura pro- fondos FONAVI; b) conversión del FONAVI
vienda en todo el país, con un promedio anual ducida, se trató de realizar conjuntos más pe- en un fondo rotativo con equilibrio de largo
de 14.638. Estas cifras representaron el resul- queños que los anteriores y de mayor integra- plazo y preservación del ahorro social; c) des-
tado de un importante esfuerzo estatal, con ción urbana. Algunos ejemplos fueron los arrollo de instrumentos financieros alternati-
gran impacto en el mercado, especialmente en siguientes: conjunto en Rawson (Leguizamón, vos: aplicación de fondos de pensión, obliga-
las provincias del interior, que recibieron una Scabuzzo, Scahargrodsky; San Juan, 250 vi- ciones negociables y mecanismos de ahorro;
proporción de la inversión muy superior a su viendas, 1984); conjunto en Rosario (Ibarlucía; d) determinación de las condiciones técnico-
participación en el total de la población urba- 200 viviendas, 1989); conjunto en Arroyito (Gra- organizativas que deben observar las propuestas
na nacional, pero más acorde con la prevalen- mática, Guerrero, Morini, Pisani, Rampulla, de soluciones habitacionales e infraestructu-

92 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


fon for
rales alternativas, tendientes a resolver el dé- (1923-1925)— y se encargó del plan para rígida burocracia francesa (Guérin, 1994). En
ficit habitacional en sus distintas expresiones. La Habana (1925-1927) junto con un equi- su carrera como funcionario, tuvo a su cargo
En la actualidad no existe una definición po francés por él designado. Su actuación la gestión de los bosques de Vincennes (1889),
política sobre la continuidad o reformulación americana fue objeto de duras críticas his- el sector oeste de los parques (1898), y una am-
del FONAVI, cuyos fondos han sido utilizados toriográficas, las que lo examinaron como ma- plia gama de proyectos. Entre sus interven-
con frecuencia por algunas provincias para pa- nifestación de un urbanismo latinoamericano ciones, cabe mencionar el Parque de Sceaux,
liar desajustes presupuestarios y no para su fin instrumentado por una elite que copiaba irre- el de las Tullerías, así como la recuperación
específico. No obstante, recientemente se anun- flexivamente los modelos parisinos. Contra- —y ampliación— del parque de Bagatelle
ció la construcción de 60.000 unidades de vi- dictoriamente, las propuestas de Forestier su- (1905-1907). Participó del diseño de terrenos
vienda financiadas por el FONAVI. A. B. peran esos planteos decimonónicos y, más para exposiciones parisinas, entre ellas las uni-
globalmente, iluminan las modalidades según versales y las de artes decorativas (1925); el
Bibliografía: H. Baliero (coord.). Desarrollo urbano las cuales las propuestas para la ciudad se acondicionamiento de los terrenos del Cam-
y vivienda. Introducción al estudio de la acción constituyen sobre un permanente proceso de po de Marte —que protegió de los loteos es-
del Estado. Bs. As.: Durruty, 1983; O. Yujnovsky. Cla- transferencias y traducciones entre países. En peculativos—, de la Ciudad Universitaria
ves políticas del problema habitacional argentino particular, su intento por asociar “tradición” (1921), de la Avenida de Breteuil.
1955-1981. Bs. As.: GEL, 1984; summa. N.° 136, 1979; N.° y “modernidad”, la necesidad de incorporar A lo largo de esas intervenciones se dirimen
169, 1981; N.° 178, septiembre de 1982; “Evaluación los rasgos identitarios de los sitios donde ac- varias de sus ideas rectoras. Por un lado, la con-
de la política de vivienda”. En: Revista de Arqui- tuaba, entró en consonancia con los objeti- sideración de los trazados y especies originales
tectura. N.° 135, 1985. vos de las corrientes regionalistas y neoco- de cada uno de los sitios, que reformula en pro-
loniales. En Buenos Aires Forestier fue uno de yectos donde se superponen el formalismo del
los primeros técnicos que argumentó sobre trazado regular con la sensibilidad impresio-
FORESTIER, JEAN-CLAUDE NICOLÁS. Aix-les- la necesidad de contemplar los suburbios ex- nista del cuadro vegetal. En cuanto al propio di-
Bains (París), 1861 - París, 1930. Parquista. tramuros como parte del organismo urbano, seño de los parques, JCF, sin ser absolutamente
Forestier se desempeñó como funcionario de en controversia con las opiniones locales que innovador, recuperó en una síntesis pragmáti-
la Municipalidad de París desde 1887 hasta en los años veinte sostenían aún la imagen ca varias tradiciones. En las paredes verdes, te-
1927. Como encargado de parques y jardi- de una ciudad cerrada y concentrada. rrazas y disposición de fuentes reencontró los
nes, tuvo a su cargo el acondicionamiento de rasgos del formalismo francés. La impronta de
los terrenos para exposiciones, parques y pla- Jean-Claude Forestier (JCF) se recibió de los jardines románticos se desplegó en los di-
zas. Su propuesta sobre sistemas de espa- ingeniero forestal en la Escuela de Politécni- seños y la “naturalidad” de las extensiones de
cios libres, condensadas en su manual de ca (1880-1882); luego siguió cursos en la Es- césped, que a su vez combina con las cualida-
1906, logró una síntesis que integra la expe- cuela Libre de Ciencias Políticas (1882-1883) des didácticas del jardín hortícola. La axialidad
riencia americana de la city beautiful, el pai- y en la escuela de parques de Nancy (1883- de la composición académica se hizo también
sajismo y la ciudad jardín de los ingleses con 1885). En esta última institución tomó con- presente en los trazados de accesos y senderos.
las tradiciones francesas, que bajo el influjo tacto con el ingeniero Alphand —a cargo del Esa preocupación por una geometría —simple
de Alphand se materializaron en la era de Na- diseño de los parques bajo la administración y equilibrada—, de perímetros regulares, le per-
poleón III. Su concepción de espacios públi- de Haussmann—, quien lo convocó para co- mitió combinar especies y colores, en “traza-
cos urbanos superó los criterios hausmania- laborar con él en la municipalidad de París. dos arquitectónicos con poética vegetal” (Im-
nos, pues se inscribió en el ideario del Su faz creativa le acarreó conflictos de com- bert, 1994), rasgos compositivos desarrollados
urbanismo moderno del cual fue uno de sus petencias con arquitectos consagrados de la inicialmente en sus Notes sur la composition des
protagonistas. Desde ese rol tuvo una dilata- administración, como Jean-Camille Formigé, jardins de 1907. Casi simultáneamente, su ma-
da actuación institucional como miembro del hecho que complicó sus ascensos dentro de la nual Grandes villes et systémes de parcs, publica-
Museo Social de París, la Sociedad Francesa do en 1906, resumía su esquema conceptual
de Arquitectos Urbanistas (1911), la Escue- para el conjunto de la ciudad.
la de Arte Público (1916), la Escuela de Al- El núcleo de sus preocupaciones teóricas
tos Estudios Urbanos (1919) y la Liga Urba- se condensó en un “sistema de espacios ver-
na (1928). La proyección internacional del des y libres” —concebido como una red para
paisajismo y el urbanismo francés favoreció la extensión metropolitana, que ignora las fron-
su actuación como consultor internacional. teras administrativas y se funda en una aso-
Fue contratado para estudiar las reservas de ciación de la ciudad con sus suburbios dentro
terrenos en las ciudades del protectorado fran- de una sola e indisoluble aglomeración—, y
cés en el norte de África (1913) y en otros fue el producto de múltiples filiaciones. La vi-
países. En España diseñó los parques de la sita a la Municipalidad de París, realizada por
Exposición Iberoamericana de Sevilla y de la la Comisión del Senado de los Estados Unidos
Exposición Internacional de Barcelona. En de Norteamérica para el Plan de Washington
América Latina participó en la Comisión de en 1901, lo puso en contacto con las expe-
Estética Edilicia —responsable de la elabo- u DIBUJO DE UN SECTOR COSTANERO DE BS. AS., DE J. C. riencias de la city beautiful de los Estados Uni-
ración del plan urbanístico para Buenos Aires FORESTIER PARA LA COMISIÓN DE ESTÉTICA EDILICIA, 1925. dos de América. A ese ideario se sumó su co-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 93


nuevos interrogantes, pues en sus proyectos
—sobre todo en los de cuño urbanístico para
Buenos Aires y La Habana— dominaron los
criterios del reformismo, al definir exclusiva-
mente trazados y grandes equipamientos de-
jando librada la parcelaria a los privados, mien-
tras la vivienda fue exclusivamente recreada
en conjuntos residenciales de ciudad jardín,
que flanqueaban las avenidas o rodeaban los
parques (Lejeune, 1994).
En las colonias francesas del norte de Áfri-
ca, actuó como consultor encargado de estudiar
el problema de las reservas de terrenos, con-
vocado por el comandante Hubert Lyautey, a
cargo del gobierno de Marruecos (1912-1925).
En ese laboratorio urbanístico se pusieron a
prueba los intentos por conservar las ciuda-
des vernáculas diferenciadas de los estableci-
mientos europeos, y JCF desde su saber debía
responder por medio del sistema de parques
a fines higiénicos, militares y estéticos que ase-
guraran el acondicionamiento y crecimiento fu-
turo de los establecimientos urbanos. Sus re-
u VISTA DEL BALNEARIO DE COSTANERA SUR. FORESTIER HIZO VARIOS PROYECTOS PARA ESTA ZONA DE BUENOS AIRES. comendaciones para la conservación de los
jardines árabes fueron recientemente reedita-
nocimiento sobre el paisajismo inglés —par- pintoresquistas presentes aún en las propuesta dos por Leclerc y Tarragò i Cid (1997).
ticularmente influido por Lutyens— y las pro- de Alphand, se trataba de reformular el pro- Su actuación en España difería en objeti-
puestas de ciudades jardín de Howard, pu- pio diseño de la ciudad, en una suerte de “ciu- vos y contenidos con las propuestas africanas,
blicitadas en Francia por Benoit-Levy. dad nueva” y extendida sobre el territorio, pen- aunque en ambos casos pudo profundizar en
Asimismo, su actuación dentro de la conste- sada en consonancia con la geografía y la las concepciones del jardín islámico, cuyas es-
lación de reformadores que fundó la Sección topografía, donde el espacio público y el plan pecies naturales y disposiciones recuperó. En
de Higiene Urbana y Rural (1908) del Mu- urbano constituían un paisaje susceptible de 1911 trabajó en Sevilla, invitado para el Comité
seo Social de París, espacio de gestación del ser estudiado en todas las escalas. En los tér- Ejecutivo de la Exposición Iberoamericana pre-
ideario de la Sociedad Francesa de Urbanis- minos de Le Dantec: “para Haussmann y sus vista para 1929. Su diseño de la reforma del
tas, incidió en su contacto con las experiencias sucesores, la ciudad era un centro político a Parque María Luisa, marco de la futura mues-
alemanas y en la incorporación de la dimen- dominar militar y administrativamente; esta tra, estableció un perímetro hexagonal, que
sión social en las intervenciones públicas. Des- exigencia era la condición inicial para su des- respetaba la centralidad de un estanque y la
de esos aportes fue un actor clave en la for- arrollo (financiero, económico, higiénico, etc.). axialidad de algunas avenidas existentes. So-
mulación de las primeras propuestas para los Para Forestier, al contrario, que reflexionó so- bre esa base, diseñó una estructura polariza-
terrenos de las fortificaciones parisinas, y par- bre la experiencia americana, una gran ciudad da que cualificó con equipamientos de cuño
ticipó en la Comisión de Extensión creada por es un fenómeno histórico del cual la forma y árabe, con fuerte influencia del Generalife y
la Prefectura del Sena (1913), base del concurso cualidad expresan una cultura en devenir, es de la Alhambra. La inauguración del Parque,
de 1919 para la extensión de París (Jean-Louis decir en un grado de vinculación frente a la en 1914, y la cálida recepción que tuvo entre
Cohen, 1992). JCF proponía un sistema je- naturaleza original en su aptitud a reiventarla los sevillanos encontró su correlato en nuevos
rarquizado, donde en orden descendiente se de otro modo. En consecuencia, sus límites encargos para la extensión del parque, que se
transita de los parques metropolitanos hasta son impertinentes” (Le Dantec, 1994). Tal vez materializaron en la Unión de María Luisa y
los espacios de juego, comunicados entre sí desde ese horizonte de sentido, hacia el fin de Huerta de Mariana (1915) y, en la década si-
por una red de avenidas paseo, y sustituía así su carrera participó de la Liga Urbana creada guiente, en los jardines del sector sur de la Ex-
la monumentalidad barroca con un conjunto por Jean Girardoux, militante del movimien- posición (1924) (Pérez Escolano, 1989). Pa-
de espacios abiertos. En su texto, se preocupa to moderno que décadas después habría de ralelamente asumió encargos de comitentes
por diferenciar el carácter de los parkways y de editar la Carta de Atenas (Chomart-Gaudin, privados, entre los cuales cabe citar los jardi-
los boulevards —que propone acondicionados 1994). En su texto póstumo Principios de ur- nes de la duquesa de Parcent en Málaga (1912),
por material vegetal—, canteros y arboledas, banismo (1928) recuperó muchos principios y de la Hacienda de Mortatalla en Córdoba
como red estructural de un diseño urbano y sustentados por Le Corbusier, quien a su vez (1916). En 1915 fue recomendado por el pin-
por sus bordes edificados, donde es insosla- ya lo había citado en 1925, indicios que regis- tor José María Sert a los efectos de acondicio-
yable la influencia de Hénard. Finalmente, tró Jean Louis Cohen (1994) como manifies- nar el ámbito para la Exposición Internacio-
más que un conjunto sistemático y de rasgos to de la estima mutua. Esos datos inauguran nal de Barcelona de 1929. Se hizo cargo de

94 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


for for
uno de los terrenos del Montjuich, en tanto parisinos. Por otro lado, Martín Noel (v.) —her- prendimiento, fragmentado en tres seccio-
los otros fueron adjudicados al equipo de Do- mano del intendente de Buenos Aires Carlos nes diferenciadas, alberga una composición
menech y Montaner con Vega y a Puig i Ca- Noel— había sido alumno de los cursos de JCF con equipamientos y viviendas. Una ciudad
dafalch con Busquets. En un principio traba- en París y compartió tareas profesionales con jardín localizada sobre la avenida que comu-
jó en el Parque Laribal (1916), centro de la él en las exposiciones españolas, y creía com- nica la Plaza Italia con el río, muestra aún los
Exposición, y luego en la Rosaleda (1918), don- partir, como se mencionó antes, principios ar- rasgos del arte urbano de fin del siglo, en un
de amplios parterres se encuadraban por hi- tísticos con su maestro. Su viaje a Buenos Ai- contexto donde el conjunto de la ciudad como
leras de naranjos. Aunque la asunción de Pri- res, impulsado en la esfera decisional por los paisaje estaba en juego. Para Lejeune (1994),
mo de Rivera interrumpió parcialmente las ejecutivos nacionales y municipales, fue cues- las ideas de ciudad desarrolladas por JCF para
obras, JCF dejó su última impronta en los “Es- tionado en el seno de un Concejo Deliberante Buenos Aires se imprimen sobre los métodos
párragos” (1928), columnas luminosas que que debía aprobar el financiamiento de su mi- de la city beautiful, donde edificios públicos mo-
flanquean la avenida de acceso a la Exposición. sión. Los opositores argumentaban que en Bue- numentales y otros equipamientos son deter-
En Barcelona participó también en la reali- nos Aires los parques y jardines contaban con minados por el “plan”, en tanto el amanzana-
zación de jardines privados —casa del mar- técnicos capacitados y de amplia experiencia miento queda librado al mercado. Pero en el
qués de Alella (1916), casa de Ferrer-Vidal —como Benito Carrasco (v.)— y que era nece- esfuerzo por redescubrir una relación entre la
Guell (1919), entre otros— y públicos, como sario preparar un expediente urbano que debía ciudad y el borde costero “natural” entraba en
el Parque de Pedralbes (1916), la Plaza del Mu- preceder a la formulación de cualquier plan de colisión con los rasgos pintorescos de los jar-
seo del Parque de la Ciudadela (1916) y el Par- urbanismo. Quienes lo defendían ponían de dines de Alphand, presentando una versión
que de Guinardo (1918). Muchos análisis in- manifiesto su experiencia y sus aportes al ar- donde los espacios libres y verdes generaban
terpretan sus intervenciones españolas como te de construir las ciudades. Y, finalmente, se el plano de la ciudad.
yuxtaposición entre “lo latino” —visible en las autorizó su viaje. Si bien las propuestas de JCF se funda-
pérgolas con rosales y en materiales como el La Comisión de Estética Edilicia, a la cual mentaron sobre proyectos anteriores, logró sis-
ladrillo— y “lo mediterráneo”, que alude a la se sumó JCF, se constituyó a los efectos de po- tematizar un conjunto global que sus compa-
marca de lo islámico en el empleo del agua, el ner coherencia a una serie de proyectos urba- ñeros de la Comisión de Estética Edilicia
azulejo, las plantas aromáticas y los naran- nos que las autoridades recientemente elegi- consideraron algo excesivo en dimensión y pre-
jos (Domínguez Peláez, 1994). Sin embar- das pretendían llevar a cabo. En particular, su supuesto (Novick, 1992; Berjman, 1998). Pe-
go, en las opciones proyectuales de JCF se tra- rol consistía en analizar desde su saber espe- ro, en realidad, su contribución trascendió am-
taba de un repertorio de mayor alcance y cífico los proyectos de un empréstito aproba- pliamente el completo informe de la “Memoria”
múltiples influencias, plasmado pragmática- do en 1923 para construir la Avenida Costane- técnica y conceptual de 1924 (Intendencia,
mente en un arte de jardines que, en sus pa- ra, la ampliación del balneario, el mejoramiento 1925). En primer lugar, sus proyectos para las
labras, “carece de teoría”. El respeto de JCF de plazas, parques de ejercicios físicos y colo- costaneras y plazas permanecieron como re-
por los rasgos sustantivos de la historia y el si- nias de vacaciones, piezas clave de la reestruc- lictos del Proyecto Orgánico y de su actuación.
tio, que desarrolló tanto en el medio africa- turación urbanística propuesta. Con anteriori- Su puesta en marcha fue monitoreada me-
no como en el español, halló resonancias de dad, sobre esos temas ya había trabajado la diante la asidua correspondencia que mantu-
y en las corrientes regionalistas y nacionalis- Dirección de Parques y Paseos de la Munici- vo hasta su muerte con la municipalidad por-
tas, que vieron resueltas en el ámbito de la jar- palidad de Buenos Aires, desde donde tanto el teña, a través de la cual insistía en los criterios
dinería sus búsquedas identitarias y, en co- francés Thays (v.) como su discípulo Carrasco compositivos propuestos, que muchas veces
rrelato, tuvo un alto impacto sobre arquitectos —quien lo había sucedido en el cargo— habí- se desdibujaban por incomprensión de los fun-
hispanoamericanos, como el neocolonial ar- an efectuado aportes (Berjman, 1997). Este úl- cionarios locales, pero también por los proce-
gentino Martín Noel, quien impulsó su mi- timo elaboró en 1921 un notable plan para pla- sos largos y complejos que conlleva la mate-
sión en la Argentina. zas y parques, cuyos lineamientos generales rialización de proyectos urbanos. Fue el caso,
En Buenos Aires, JCF fue convocado en 1923 fueron retomados por JCF. por ejemplo, de la Plaza Irlanda, cuya cons-
para participar como experto de parques y jar- El francés propuso recuperar, en una pri- trucción iniciada por la Dirección de Paseos
dines en el seno de la Comisión de Estética Edi- mera jerarquía, grandes reservas y parques re- no respetaba el rol del amplio sector de césped
licia (v. Plan; Buenos Aires). En esa convocatoria in- gionales, como el Delta y el Pereyra Iraola. Dis- previsto en el proyecto original del francés. Y
tervinieron las redes que desde el Centenario tribuidos sistemáticamente en la superficie, la también el de la Costanera Norte, en cuya cons-
establecieron los diplomáticos argentinos con ciudad se dotaría, como segunda jerarquía, de trucción, iniciada en los años treinta, se fue-
la municipalidad de París y sus contactos con parques urbanos existentes o nuevos (Parque ron superponiendo otros aportes: Vialidad, Di-
profesionales argentinos. Por un lado, brega- Avellaneda, Agronomía, terrenos al sur, Saa- rección de Puertos, Oficina del Plan de
ron por su contratación el presidente Torcua- vedra, etc.). Finalmente, en tercer lugar, con- Urbanización. Finalmente, se eliminaron las
to de Alvear (1922-1928), que venía de desem- forman el sistema un conjunto de plazas, jar- áreas residenciales y los equipamientos pre-
peñarse como embajador en Francia y, al igual dines de barrio y ejercicios físicos, vinculado vistos así como las vialidades de conexión que
que su hermano Carlos —ex embajador y ex mediante una amplia red de “avenidas paseo”. hubieran evitado su segregación espacial (No-
intendente (1907), responsable de la convoca- Sus mayores esfuerzos se despliegan en el pro- vick, 2001). En segundo lugar, JCF proporcio-
toria de Jean-Joseph Bouvard para la confec- yecto de la Costanera Norte, vía metropolitana nó un amplio panorama sobre legislación ur-
ción del Nuevo Plano (v. Bouvard) en 1907 —de- que bordea la ciudad y le abre la oportunidad banística, pues sostenía que los proyectos para
positaba suma confianza en los funcionarios de conciliar naturaleza con ciudad. El em- la ciudad se deben asociar con instrumentos

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 95


paisajística— aprehendió el conjunto de la tra-
ma. Desde esa mirada se intentó reformular la
estructura urbana por medio de un gran sis-
tema verde y una compleja vialidad que co-
municaba el centro con los barrios de la ciu-
dad, jerarquizada con una monumental
avenida. De esa estructura, el malecón —cuyo
proyecto fue reformulado varias veces— fue
uno de los principales relictos: un conjunto
que logró articular la ciudad con su sector an-
tiguo, revalorizando el borde costero (Duver-
ger, 1994). Estos rasgos, sumados a la impronta
monumental de una arquitectura que cualifi-
ca su sistema de espacios libres, cuyas piezas
axiales fueron los jardines y avenidas paseos,
y con muchos puntos en común con su pro-
yecto costanero en Buenos Aires. En la inter-
vención tropical de JLC, se visualizan los prin-
cipios esbozados en los inicios de su carrera,
que permanecieron casi inalterables a lo largo
u VISTA A VUELO DE PÁJARO DE UNO DE LOS SECTORES DE LA COSTANERA PORTEÑA PROYECTADOS POR FORESTIER. de treinta años.

normativos y de gestión necesarios para ma- nes de promoción del urbanismo contempla- Historiografía. La revalorización reciente de la
terializarlos. Con ese objetivo envió desde Fran- ban esos temas como problema. En las pági- figura de Forestier puede asociarse con tres
cia una completa recopilación de antecedentes nas de la Revista de Arquitectura de 1924, se cuestiones: el renovado interés por las proble-
legales para las expropiaciones y la extensión defendía una ciudad concentrada y cerrada ba- máticas de los espacios verdes urbanos desde
de ciudades que fueron un insumo para la Co- jo un título obvio: “Inútil ensanche de la ciu- las perspectivas ambientalistas y de los estu-
misión de Estética Edilicia. dad de Buenos Aires. En su radio actual caben dios del paisaje; la recuperación de los parques
En tercer lugar, JCF aplicó a Buenos Aires holgadamente 9 millones de habitantes”, es- y jardines como objeto para la preservación pa-
sus ideas respecto de la extensión metropoli- crito por Víctor Jaeschke (v.). Posiciones como trimonial y los nuevos interrogantes en torno
tana. En sus discursos planteó como priori- esta otorgan una imagen del tenor de las con- del urbanismo de entreguerras, que durante
dad la necesidad de trascender el embelleci- troversias que Forestier debió enfrentar en el mucho tiempo fueron asociadas sin media-
miento de los barrios agraciados de la ciudad, seno de una comisión imbuida por la idea de ciones con los principios del CIAM. Esas tres
poniendo el énfasis en el mejoramiento futu- completar la urbanización dentro del radio de cuestiones se desplegaron en el ámbito inter-
ro de la higiene y las condiciones de vida de la Capital, frente a las dificultades conceptua- nacional en los trabajos presentados en un se-
la población obrera que reside en los barrios les y administrativas. La Comisión retomó las minario realizado en Francia en 1990 (VV.AA,
excéntricos. Propuso avanzar en los estudios ideas de Forestier en las conclusiones del do- 1994) y en una reedición de sus escritos, co-
sobre los barrios ubicados fuera del radio mu- cumento del Proyecto Orgánico, aunque no mentada por Leclerc y Salvador Tarragò i Cid
nicipal, lamentando la imposibilidad jurídico- presentó documentos referidos a los territo- (1997). En las ponencias del evento, la figura
administrativa de ampliar su radio de acción. rios de extramuros, a excepción de los ce- de JCF fue ponderada como funcionario y co-
La comunicación ante la Comisión de Higie- menterios del oeste, propuesto por Forestier. mo “paisajista”, a partir de su influjo en el
ne Urbana y Rural del Museo Social de París A pesar de ello, JCF logró instalar el debate so- urbanismo y precisando los alcances de sus re-
—donde resumía su experiencia de trabajo en bre la extensión que en un proceso de cons- alizaciones particulares. No obstante, como lo
la Argentina— precisaba sus disidencias con titución de nuevas representaciones sobre la escribe Françoise Choay en el prefacio, los ar-
los técnicos y funcionarios locales, mostran- ciudad se condensó en torno de la noción de tículos plantean aún numerosos interrogan-
do que la ciudad, extendida dentro de dilata- “Aglomeración bonaerense”, definida como tes. Resta dilucidar la originalidad o la inno-
das fronteras que podrían albergar a una po- conjunto que agrupa la ciudad y su región, y vación específica de sus planteos, su papel en
blación de 3 millones de habitantes, daba lugar de ciudadanía en las vísperas de la década del las políticas de preservación de parques y jar-
a ideas falsas que impedían observar los pro- treinta (Caride, Novick, 2001). dines históricos y las relaciones que estable-
cesos de crecimiento y densificación localiza- Casi al final de su carrera, en 1925, JCF y ció con las estéticas de la época. Si bien es evi-
dos tanto en el interior como en el exterior su equipo de colaboradores, entre otros los ar- dente que en sus obras son tributarias de varias
(MSP, 1928). En efecto, la mayoría de las opi- quitectos académicos Jean Labatout, Eugéne filiaciones, las citas respetuosas recíprocas en-
niones locales no percibían las cuestiones ex- Beauduin, Théo Levau, fueron contratados por tre JCF y Le Corbusier todavía deben ser ilu-
tramuros, eclipsadas por los barrios carencia- el General Machado para trabajar en Cuba. Al minadas. Dicho de otro modo, ¿cómo se di-
dos y los terrenos desocupados, incluidos en igual que Le Corbusier en el Cono Sur, tomó rimen en JCF las relaciones directas o
las amplias fronteras de la Capital. Ni siquie- contacto con La Habana desde un vuelo en controvertidas que se dirimieron entre el arte
ra las recientemente constituidas asociacio- avión, donde —a partir de una visión global y urbano —con raíces decimonónicas y refor-

96 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


for for
mistas— y las vanguardias artísticas? Buenos Aires: Talleres Peuser, 1925; J. C. Forestier. FORMOSA. Ciudad capital de la provincia ho-
Esas cuestiones tampoco fueron explora- Principios de urbanismo (1928); Musée Social de Pa- mónima, ubicada a 1.181 km de Buenos Ai-
das en los trabajos de la historiografía latino- ris. Reproduction des procès-verbaux de séances de res. En 1879 fue fundada simultáneamente
americana, donde, no obstante, pueden men- la Section d´Higiène Urbaine et Rural. Communi- como colonia agrícola y como segunda capi-
cionarse varios aportes: en primer lugar el cation de Forestier: “Quelques travaux d´urbani- tal de la desaparecida Gobernación del Gran
inventario y análisis de su actuación para Bue- sation à Buenos Aires: l´Avenida Costanera”. Scé- Chaco. Cuenta actualmente con cerca de
nos Aires y La Habana, en segundo lugar las ance du 15 du juin de 1928; R. Segre. “La Habana of 200.000 habitantes, y concentra practica-
circunstancias de su contratación. Sonia Berj- J. C. Forestier: The Epigones of the Haussmanean mente el 50 % de la población provincial.
man, especialista en plazas y parques porte- Model in Latin América”. En: Quaderns. N.° 151, 1982;
ños, incluyó su actuación en el contexto de J. Hardoy. “Teorías y prácticas urbanísticas en Eu- Formosa fue fundada el 8 de abril de 1879
una saga de parquistas franceses, examinan- ropa entre 1850 y 1930. Su traslado a América Lati- como resultado de la relocalización de Villa
do sus criterios compositivos así como las al- na”. En: J. Hardoy y R. Morse (comp.). Repensando la Occidental, primera capital de la Gobernación
ternativas locales que condujeron a su convo- ciudad de América Latina. Bs. As.: GEL, 1988; V. Pé- del Gran Chaco, cuyo lugar de emplazamien-
catoria (1997). Estas últimas fueron rez Escolano. “El parque de María Luisa”. En: Frag- to quedó en territorio paraguayo luego del ar-
profundizadas por Alicia Novick a partir de los mentos. N.° 15-16. Madrid, 1989; J. L. Cohen y A. Lor- bitraje del presidente estadounidense Rut-
materiales del Archivo del Museo Social de tie. Des fortifs au perif. Paris: Les seuils de la ville, herford Hayes, ocurrido con posterioridad a
París (1998), en torno de hipótesis que ponen Picard, 1991; R. Gutiérrez. Buenos Aires. Evolución la Guerra del Paraguay.
conceptualmente en crisis los análisis que pon- Histórica. Bs. As.: Escala, 1992; A. Novick. “Técnicos El comandante Luis Jorge Fontana, encar-
deraron su rol como técnico extranjero que no locales y extranjeros en la génesis del urbanismo gado de relevar la costa del río Paraguay en bus-
conocía el país. En oposición a una historio- porteño”. En: Área. Revista de Investigaciones. Bs. ca de un nuevo asiento para la gobernación,
grafía que lo calificó como epígono hausma- As. (FAU-UBA) - Laussane, 1992; AA.VV. Jean-Claude eligió un sitio que llamó Vuelta Formosa, un
niano (Segre, 1982) o ponderó negativamen- Forestier. 1861-1930. Du jardin au paysage urbain. recodo del río que contaba con las ventajas
te sus intervenciones como técnico extranjero Paris: Picard, 1994; S. Berjman. Plazas y parques de de una alta barranca y de una ubicación rela-
(Hardoy, 1988; Gutiérrez, 1992), desde esas Buenos Aires: La obra de los paisajistas franceses. tivamente equidistante de las ciudades de Co-
hipótesis es posible rescatar los alcances de 1860-1930. Bs. As.: FCE, 1997; A. Novick: “La Costa en rrientes y Asunción del Paraguay.
su rol como un “consultor” y el carácter de hi- proyectos”. Revista de Arquitectura N.° 202, SCA, El ingeniero Pastor Tapia delimitó 98 ha
bridación de diversas tendencias que confi- 2001; A. Novick y H. Caride. “La construction de la para la ubicación del poblado, y se distribu-
guraron el ideario de JCF. Al igual que otros banlieue à Buenos Aires”. En: Rivière d`Arc, Hélè- yeron tierras entre las 50 familias que acom-
“consultores” de entreguerras, como Agache, ne (sous la direction de). Nommer les nouveaux te- pañaron a Fontana en el momento de la fun-
Brünner, Hegemann, Le Corbusier, Rotival, rritoires urbains. Paris: Editions de la Maison des dación. Con el fin de poblar estos nuevos
etc, tuvo como misión asesorar a las admi- sciences de l´homme, UNESCO, 2001. territorios, el gobierno nacional decidió crear
nistraciones públicas a partir de sus saberes
y experiencias acumuladas; se pondera, por
otra parte, su exterioridad a los combates téc-
nico-políticos locales. En esa dinámica, vehi-
culizaron saberes y experiencias internacio-
nales, facilitando los intercambios entre países
y la introducción de lecturas críticas origina-
les acerca de los problemas por resolver.
En suma, la trayectoria de JCF ilustra los con-
trovertidos procesos que atraviesan las ideas y
prácticas urbanísticas, a los que se agrega la con-
cepción de la ciudad como paisaje, dimensión
de análisis que pide aún ser revisitada. A. N.

Bibliografía: J. C. Forestier. Grandes villes et systèmes


de Parcs. Paris: Hachette, 1906; Íd. Rapport des ré-
serves à constituer au dedans et aux abords des vi-
lles marrocains du Marroc. Remarques sur les jar-
din arabes et de l´utilité qu´il y aurait à en
conserver les principales caractères, reproducido
en B. Leclerc, Benedict et S. Tarragó Cid (editores):
J. C. Forestier. Grandes Villes et systémes de parcs
(1906). Paris: Norma Editions, 1997; Íd. Notes sur la
composition des jardins. Paris: 1906; Comisión de
Estética Edilicia (Intendencia Municipal). Proyec-
to orgánico para la urbanización del municipio. u VISTA AÉREA DE LA CIUDAD DE FORMOSA EN LAS PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XX.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 97


allí una colonia agrícola que en el mismo año ham. Construida en 1885, fue utilizada poste- Formosa al convertirla en un nudo de comu-
de su fundación recibió varios contingentes de riormente como residencia de otros goberna- nicaciones y de transporte. Un edificio repre-
inmigrantes, en su mayoría procedentes de dores y como sede del gobierno provincial. Hoy sentativo de esta etapa de creciente prosperi-
la región italiana de Friuli. La fundación de funciona como museo histórico regional y ha dad es el del Banco de la Nación Argentina,
la denominada Villa Formosa fue, en realidad, sido declarado Monumento Histórico Nacio- inaugurado en 1930. Se trata de un ejemplo tí-
parte de una campaña de colonización y po- nal. Se trata de un edificio con un cuerpo cen- pico de esta institución bancaria, con su em-
blamiento de toda la costa occidental de los rí- tral de doble altura a modo de mirador y una plazamiento en esquina, su acceso por la ocha-
os Paraná y Paraguay, que incluyó también la galería perimetral en forma de balcón con ba- va, coronado por un frontis, y su sobrio aspecto
fundación de las colonias de Resistencia y Re- laustradas, una tipología residencial que se- exterior, caracterizado por el almohadillado y
conquista en 1878 y de Avellaneda en 1879. guiría teniendo vigencia ya entrado el siglo XX una importante cornisa.
La mensura de la colonia fue realizada en- y que está representada por otros casos de in- El crecimiento de la ciudad reconoció como
tre 1879 y 1884. El plano confeccionado por el terés, como la denominada Casa Perfumo, cons- foco el área cercana a la costa del río e ignoró
agrimensor G. Estrella en 1893 corresponde truida en 1945. así el centro que en el trazado representaba la
al tipo de trazado elaborado por la Oficina de Sin embargo, el progreso edilicio de la ciu- plaza central de cuatro manzanas. Esta situa-
Tierras y Colonias. Esto se manifiesta en el he- dad iba a retrasarse durante los últimos años ción se mantuvo a través de los años y en la ac-
cho de que el trazado del área urbana es par- del siglo XIX. En 1884 se divide en dos a la Go- tualidad el centro de la ciudad se desarrolla al-
te integrante de una cuadrícula mayor que or- bernación del Gran Chaco y se crean, por un rededor del bulevar que une la plaza central con
dena las áreas rurales circundantes. El trazado la costa ribereña (Avenida 25 de Mayo). En con-
original de planta urbana comprende cuatro secuencia, y a diferencia de la mayoría de las
cuadrados de ocho por ocho cuadras de lado, ciudades argentinas, en esta franja y no en tor-
y cada uno se organiza en forma concéntrica no de la plaza central se ubican los edificios más
en torno de una plaza de cuatro manzanas. De importantes de la ciudad, como la catedral, la
esta última parten cuatro bulevares que divi- casa de gobierno y los principales bancos. El
den los cuadrados del trazado. El lado occi- río, y más precisamente el puerto, ha sido el
dental de este último se ubicó tangente al co- centro de la vida de la ciudad, hecho que de-
do del río donde había surgido el primer núcleo terminó que otros edificios importantes, como
poblacional. la Municipalidad y la sede de la Prefectura, se
El primer censo, realizado en 1881, regis- asentaran también sobre la costa. Este fue tam-
traba para la Villa Formosa una población de bién el caso de la estación de ferrocarril, cuya
443 habitantes, de los cuales más del 60% eran ubicación determinó que las vías férreas y va-
austríacos e italianos. Para 1895, el porcentaje rios galpones de almacenamiento se convirtie-
de extranjeros seguía siendo similar, pero es- ran en una barrera entre la ciudad y el río.
taba constituido principalmente por paragua- u HOTEL INTERNACIONAL DE TURISMO, FORMOSA. En 1977, con la inauguración de un mue-
yos, grupo que junto a salteños y correntinos lle de 230 m de longitud, el puerto de cargas
irían conformando, hacia el siglo XX, el flujo lado, el Territorio Nacional del Chaco con ca- se vio desplazado hacia el sur, donde se han
de poblamiento más importante tanto de la ciu- pital en Resistencia y, por otro, el Territorio ubicado también algunos establecimientos in-
dad como de la provincia. Agrupadas en unas Nacional de Formosa con capital en la ciudad dustriales. En el remate de la avenida 25 de Ma-
pocas manzanas cerca de la costa del río, las pri- homónima. Este hecho restó importancia a yo sobre la costa, se conserva un embarcadero
meras viviendas de Formosa reflejan tanto por la ciudad de Formosa, lo que sumado a la lla- desde donde parten servicios de lanchas hacia
su tipología como por los materiales y técnicas mada “amenaza indígena”, al desorden admi- la localidad de Alberdi, ubicada frente a For-
constructivas utilizadas, la fuerte influencia de nistrativo de las colonias y al bajo número de mosa sobre la orilla paraguaya del río. Actual-
estos primeros pobladores. Se trataba, en efec- colonizadores arribados, se tradujo en un pe- mente, y en el contexto del Mercosur, Formo-
to, de estructuras con galerías perimetrales, con ríodo de relativo estancamiento que se exten- sa cuenta con la ventaja de ser el primer puerto
paredes de adobe y con techo de paja o tejas de dió hasta los comienzos del nuevo siglo. La argentino en la hidrovía Paraná - Paraguay.
palma, similares a las construidas por enton- “amenaza indígena” desapareció luego de con- Desde la década de 1950, la ciudad de For-
ces en Corrientes o Paraguay. El carácter es- cluida en 1901 una campaña militar al mando mosa multiplicó su población varias veces, de
pontáneo y casi precario del primer asenta- del general Wintter, que fue seguida por la ins- manera que para 1991 alcanzaba ya los 153.885
miento comenzó a cambiar luego de que el talación de una serie de misiones franciscanas habitantes. Como resultado de esta explosión
primer gobernador, Ignacio Fotheringham, dic- encargadas de pacificar a las diferentes tribus. demográfica, la edificación de la ciudad ha su-
tó en 1886 una reglamentación que tenía por Por otra parte, la sanción de la ley de Fomen- perado el límite del trazado original, y lo avan-
objeto la concesión de lotes urbanos y el orde- to de los Territorios Nacionales en 1908 sig- zado sobre las tierras circundantes, dedicadas
namiento del espacio público. A partir de en- nificó la construcción de una línea férrea ha- a chacras de cultivo. Dicho crecimiento se vió
tonces los edificios más importantes de For- cia la localidad de Embarcación, en Salta. Si fuertemente condicionado por las barreras na-
mosa tendieron a alinearse respecto de las líneas bien las vías alcanzaron la localidad salteña re- turales que representan los cursos de agua y las
de frente y a construirse con mampostería de cién en 1931, los emprendimientos coloniza- zonas inundables. Así, la expansión más im-
ladrillos. Una de las obras más importantes de dores que acompañaron la extensión del fe- portante se ha producido en dirección Norte y
este período es la casa del propio Fothering- rrocarril beneficiaron económicamente a Oeste, ya que hacia el Sur la laguna de los in-

98 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


for for
dios y hacia el Este las tierras bajas del riacho Turismo de Formosa”. En: summa. N.° 35, 1971; Insti- mandante. La completaban un arreo de caba-
Formosa han actuado como límites de la ex- tuto de Historia (Facultad de Humanidades, UN- llos, vacunos y carretas con alimentos, made-
pansión urbana. El sector norte, en particular, NE). Memorias del Territorio Nacional de Formo- ras y algunos otros materiales de construcción.
fue el lugar elegido para ubicar miles de vi- sa (1979); M. E. Leiva de Dosso. “Las Colonias del área Como primera instalación, se levantaba un
viendas construidas por el FONAVI (v.) hacia fi- Chaqueña”. Revista 2C. Barcelona: 1981; “Sistema ur- campamento con tiendas de campaña y se po-
nes de la década de 1970 y comienzos de la de bano de la provincia de Formosa: desarrollo y re- nían los animales a cubierto, para dejar así co-
1980. Una avenida de circunvalación deno- novación urbana de un sector de la capital”. En: rrales de alrededor de 50 m de lado, rodeados
minada Paso Gendarmería Nacional comuni- summa. N.° 136, 1979; Informes y textos inéditos, Ca- de un foso de un ancho aproximado de 3 m.
ca estos nuevos sectores hacia el Norte y el Oes- sa de la provincia de Formosa. En una segunda etapa se levantaban las vi-
te, y sirve además como continuación de la ruta viendas provisorias de oficiales, con estructu-
que, proveniente de Resistencia, prosigue ha- ra de quebracho (o caldén) y espinillo, y mu-
cia Clorinda y Asunción del Paraguay. En tan- FORTÍN. m. Asentamiento militar fortificado, que ros de chorizos. El fortín que definitivamente
to, el acceso sur de la ciudad se vio jerarquiza- en el territorio pampeano adoptó una tipolo- se construiría debía tener como funciones bá-
do por la construcción de un nuevo estadio que gía particular, a partir de escasos recursos na- sicas el albergue de la guarnición, la protección
fue inaugurado en 1981. turales, la necesidad de alojar soldados, ha- de los habitantes que se pudieran establecer
Desde fines de la década de 1960 se ha co- ciendas y caballadas, soportar sitios y ataques en los alrededores, de las haciendas para pro-
menzado a construir edificios en altura. En es- de indios lanceros montados y asegurar un visión de boca y de las caballadas. Para ello se
te sentido, los dos ejemplos que merecen men- control visual de la llanura. Multiplicándose debía buscar una posición ventajosa, con bue-
cionarse son la propia Casa de Gobierno, en unidades similares, formó un dispositivo nos pastos, agua no salobre a poca profundi-
construida en la misma manzana que ocupan denominado “línea de frontera” que, al des- dad, laguna o aguada próxima para abrevade-
la casa de Fotheringham y el Hotel Interna- plazarse hacia “tierra adentro” en frentes su- ro de animales (la que debía quedar cubierta
cional de Turismo, ubicado en una esquina cesivos, constituyó la principal estrategia de por el fuego de la guarnición en caso de sitio)
frente al río. Proyectado entre 1967 y 1968 por expulsión de las tribus nativas y la posterior y, de ser posible, situado sobre una prominencia
el estudio de arquitectura dirigido por Juan Kur- apropiación y colonización del territorio. natural para mejor control visual del territorio.
chan (v.), esta última es una de las obras de Ar- Los fortines de traza más simple estaban ro-
quitectura Moderna más singulares de la ciu- Las arquitecturas militares, si bien se ve- deados por foso y terraplén, con las casas de co-
dad. Se trata de un edificio que combina usos nían desarrollando desde el siglo XVIII en la mandancia y tropa sobre un montículo artifi-
varios: la planta baja está ocupada por locales Pampa Anterior o Cis-Salado, tuvieron su au- cial y corrales de ganado anexos, también
comerciales y por la sede de la Caja de Previ- ge durante la segunda mitad del siglo XIX. De- cercados por zanjas. Podían tener planta cir-
sión Social de la provincia, en tanto que un ho- bido al avance de las líneas del Ejército Nacio- cular o rectangular de no más de 20 m de diá-
tel ocupa cinco pisos superiores, organizados nal en su guerra contra la población pampa, la metro o de lado. El foso, de unos 2 m de pro-
a partir de una planta en L . Estos pisos están tipología fortín, con sus respectivas varian- fundidad y 2 o 3 de boca, se interrumpía con
definidos por bandas horizontales de hormi- tes, será dominante en la actividad constructi- una lengua de tierra muy angosta que servía de
gón que al retranquear unas de otras van ge- va de la época en el citado territorio. puente, y coincidía con un acceso, también es-
nerando terrazas, y le dan al edificio una for- A pesar de haber participado en su diseño trecho, que atravesaba la muralla de adobe con
ma de pirámide que se destaca visiblemente en ingenieros militares europeos contratados por talud, levantada desde el borde interior del fo-
el perfil de la ciudad. También se destacan en el gobierno, quienes elaboraron proyectos de so hasta una altura de 2 m. Contaban con una
este sentido las torres de la Catedral, edificio cierta complejidad, en su mayoría debieron atalaya de tierra para el vigía, en forma de pi-
construido entre 1950 y 1951, cuya fachada fue simplificarse al máximo al momento de su rámide truncada, como versión elemental del
completada en 1966. La iglesia, de inspiración construcción, debido en gran parte a la ines- mangrullo con estructura de madera.
neoclásica, alberga los restos del fundador de tabilidad de las posiciones, la tradición cons- Hubo algunos extremadamente sencillos
la ciudad, coronel Luis Jorge Fontana. F. W. tructiva extremadamente elemental de los gau- —como todos los de la línea de Guaminí—,
chos soldados y la necesidad de adecuarse al que consistían en un túmulo con foso, de 8 a
Bibliografía: V. Bobadilla de Gané. Conocimientos ele- sitio y los recursos naturales. 10 m de lado, con puente de 0.50 m de ancho,
mentales sobre la provincia de Formosa. Formosa: Las expediciones fundadoras estaban in- que daba acceso a la escalera del túmulo, por
1994; Comisión Nacional de Museos y de Monu- tegradas con un ingeniero militar, cuya prin- la cual apenas podía subir un hombre por vez.
mentos y Lugares Históricos. Monumentos histó- cipal acción consistía en la elección del sitio y En la explanada superior había un rancho con
ricos de la República Argentina. Bs. As.: 1998; M. L. el levantamiento y trazado de la plaza, un can- ramada para cinco soldados; y al pie del te-
Herielendy. “Inicios de la arquitectura doméstica tinero o vivandero adscripto, la tropa de gau- rraplén‚ un pequeño corral para los animales
en Formosa”. En: Revista Dana. N.° 3, 1975; “Hotel de chos soldados, oficiales con familias y el co- de servicio y abasto.

uDIFERENTES TIPOS DE PLANTAS DE FUERTES Y FORTINES EN LA REGIÓN RÍOPLATENSE.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 99


Los más estructurados —que podían alojar guas que dificultaba el control del territorio in-
una división— tenían patio de maniobras, pol- termedio. La materialización de una línea pro-
vorín, comandancia, ranchos de tropa, pulpe- piamente dicha se ejecutó en 1876-1877 con la
ría (v.), pañol, mangrullo, terraplén y foso pe- construcción de la Zanja de Alsina (interrum-
rimetral, camino de ronda y, a veces, baluartes pida cuando alcanzaba 380 km de extensión),
de esquina para ubicar los cañones. Además jalonada por 115 fortines separados entre sí tan
contaban con corrales de palo a pique (de ñan- solo por una legua. J. R.
dubay) para caballada y vacunos, y huerta del
Estado. En estos fortines solía haber un sector Bibliografía: E. S. Zeballos. Viaje al país de los arau-
que trascendía la simple pulpería, denomina- canos (1881). Bs. As.: Hachette, 1960; Comandante
do el comercio, donde se establecían los vivan- Prado (1907). La guerra al malón. Bs. As.: EUDEBA,
deros (frecuentemente españoles) que iban 1965; N. Parchappe. Expedición fundadora del Fuer-
siguiendo al ejército. Consistía en un grupo de te 25 de Mayo en Cruz de Guerra. Año 1828 (1949).
barracas o chozas, donde se almacenaban y ven- Bs. As.: EUDEBA, 1977; J. Ramos. La aventura de la
dían comestibles, yerba, tabaco, bebidas y telas. pampa argentina. Arquitectura, ambiente y cultu-
Las construcciones las realizaban los pro- ra. Bs. As.: Corregidor, 1992.
pios gauchos soldados bajo la dirección del in-
geniero militar o simplemente del jefe de la ex-
pedición. Sobre el proceso constructivo del fortín FOSSATTI, PEDRO. Lombardia (Italia), 1822 -
hay una descripción del Comandante Prado s/d. Arquitecto. Autor de las obras más re-
(1907): “se disponían numerosas cuadrillas: presentativas del período confederal argen-
unas al pisadero a fabricar adobes; otra a las tino. Su aporte a la arquitectura de nuestro
chacras del Estado a preparar la tierra para sem- país reviste valores históricos, como el haber
brar alfalfa; otra a hacer fosos; otra a seguir la contribuido a su evolución con ideas innova- u PALACIO SAN JOSÉ EN ENTRE RIOS.
construcción de ranchos para cuadras de tropa doras para su tiempo.
y alojamiento de oficiales, etc. Los jefes de cuer- diseño debió ser de su autoría; también afir-
po trocaban sus funciones militares para hacer Con respecto a su biografía y formación man que para fines de 1850 estaba terminado
de arquitectos, de leñadores, de peritos. (el Ge- profesional poco se sabe, salvo su origen y año el primer patio.
neral) Villegas era el gran maestro de obras”. de nacimiento: 1822. Su nombre aparece vin- Tanto por su composición espacial como
En el interior del fortín, la tipología domi- culado a trabajos de diferentes disciplinas co- por la adhesión al lenguaje clasicista (que la
nante era la del rancho; y el carácter militar de mo arquitectura, agrimensura, ingeniería o historiografía llamó “italianizante”), esta re-
esa ranchería quedaba determinado por las de- construcciones. sidencia construida en pleno campo entrerriano
fensas conformadas por los taludes de tierra, Su llegada y radicación en Concepción del constituye una verdadera síntesis de tradición
la torre elevada del mangrullo, la disposición Uruguay (Entre Ríos) se produjo a mediados europea y adaptaciones regionales (v. Neorrena-
en líneas ortogonales de los ranchos y la cons- del siglo pasado y posiblemente obedeció a una cimiento italiano).
trucción sólida en adobes o tepes. recomendación hecha a Justo José de Urquiza La iglesia de la Inmaculada en Concepción
Dada la escasez de recursos, el aislamien- por el cónsul del Reino de Cerdeña, quien co- del Uruguay —inaugurada en 1859— quizá sea
to, la lejanía de centros poblados y la desa- nocía a Pedro Fossatti por su intervención en el edificio de Fossatti de mayor valor intrínse-
tención del poder central; las condiciones de la construcción de un palacio para Mehemet co. Armoniosas proporciones, un sólido con-
habitabilidad de estos asentamientos eran Alí, virrey de Egipto. trol de los espacios, un adecuado manejo del
de gran indigencia. Es posible también que su vinculación con vocabulario clasicista y la utilización de tecno-
El fortín tuvo un rol protagónico en la es- la Confederación Argentina haya tenido que ver logías y sistemas constructivos de avanzada,
tructuración del territorio, pues a partir de él con la gesta en la región de Giuseppe Garibal- son algunos de los aspectos que sobresalen.
se desarrollaron algunas colonias agrícola-ga- di, para la cual convocó a librepensadores, ar- También fueron obras de Fossatti el sala-
naderas y luego pueblos y ciudades, sobre la tistas y arquitectos. Tal el caso de Santiago Da- dero “Santa Cándida” (1860), que poseía Ur-
base de la población estable atraída por la pro- nuzio (v.), quien, habiéndose desempeñado como quiza en el sur de Concepción del Uruguay,
tección que le ofrecía. Este proceso comienza músico de la legión “Joven Italia”, luego iba a como la pirámide que conmemora a Francis-
en 1776, con la creación del Virreinato del Río tener una destacada actividad en Paraná, con el co Ramírez en la plaza principal de dicha ciu-
de la Plata y la ejecución del Plan Betbezé, que proyecto de los edificios de la Casa de Gobier- dad. Los autores mencionados atribuyen a es-
proponía la fundación de fortines y una fron- no, las Cámaras de Senadores y Diputados y la te arquitecto las sedes del Hospital Italiano de
tera armada móvil, en sucesivos progresos. casa del General Urquiza, entre otras obras. Buenos Aires y Montevideo (1853-1856), la Cu-
Mercedes, Ranchos y Chascomús conforma- La primera actividad que se le reconoce a ria Metropolitana de Buenos Aires (1858), la
ron el primer avance de una frontera que has- Pedro Fossatti en su vínculo con Urquiza es capilla y escuela de Villa Urquiza(1860) y la Es-
ta ese momento se limitaba a la línea Quilmes la construcción del Palacio de San José. Si bien cuela Pública de Nogoyá (1849-53).
- Luján - Baradero. Estas “líneas” eran bas- la obra había sido iniciada en 1848 por el ma- Digamos finalmente que el historiador Os-
tante virtuales y permeables, ya que entre for- estro de obras Jacinto Dellepiane, Ramón Gu- car Urquiza Almandoz lo consigna como au-
tín y fortín existía una distancia de varias le- tiérrez y otros (ver bibliografía) sostienen que el tor en Concepción del Uruguay de la prime-

100 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


for fri
ra Escuela Normal, del Teatro 1 de Mayo FRIGORÍFICO. m. Establecimiento destinado comercial: la carga era irregular, el expendio
(1868) y del Banco de Entre Ríos, estos dos al faenamiento de carnes u otros alimentos, inseguro, la congelación debía ser inmediata
últimos demolidos. provisto de máquinas de producción de frío. —por lo tanto, con máquinas de gran poten-
A diferencia de otros autores del período En la Argentina su desarrollo, íntimamente li- cia— en el momento del embarque. Estas des-
confederal (Danuzio, Guirce, Reant, Poncini, gado a los avatares de la economía nacional, ventajas llevaron a la instalación, en los años
Sesarego, Larguía, Raffo), existe un gran vacío se extendió desde los primeros años de 1880 ochenta, de edificios frigoríficos en los puer-
e imprecisiones sobre este arquitecto que dejó hasta la culminación de este tipo de produc- tos de embarque, próximos a los lugares de fa-
una obra tan importante. Dudas que incluyen ción en el siglo XX, durante la década del trein- ena. Inglaterra, el principal mercado de con-
a su hermano Juan y a un tal Baltasar Fossatti, ta. Aunque los frigoríficos continúan luego cre- sumo, fue pionera al respecto: los primeros
que aparece vinculado al contrato de construc- ciendo en número y dimensiones, ya no habrá frigoríficos se instalaron en sus colonias: Ade-
ción en la aludida Santa Cándida “de un mue- en su tipología innovaciones sustanciales. laida y Victoria (Australia, 1881 y 1889) y Nue-
lle y un puente de madera, así como un ferro- va Zelanda (1881). En los Estados Unidos, los
carril que sirva para la carga de buques”. Desde las últimas décadas del siglo, la pro- grandes fabricantes de conservas (Swift y Ar-
Canavessi sostiene que, fallecido Urquiza ducción de carne en la Argentina constituía mour, de Chicago) ya habían experimentado
el 11 de abril de 1871, desaparecen los herma- uno de los pilares de la estructura económica desde la década de 1870 con vagones frigorífi-
nos Fossatti de toda referencia y ninguna bi- del país, íntimamente vinculada con la de- cos, y para el ochenta sus fábricas habían de-
bliografía los vuelve a nombrar. C. M. R. manda de los mercados exteriores. Así, junto sarrollado con éxito el principio de la línea de
al mejoramiento progresivo del ganado, la su- montaje, que ya había sido aplicado en Cinci-
Bibliografía: R. Gutiérrez, A. de Paula y G. Viñuales. cesiva ampliación y división de las tierras de natti dos décadas antes.
“Arquitectura de la Confederación Argentina en pastoreo y la expansión de los sistemas de trans- Fue inglesa la primera experiencia en la Ar-
el Litoral Fluvial” (1852-1862). Resistencia. UNNE: porte interno (principalmente, del ferrocarril), gentina: Alfredo Drabble forma en Londres,
1972; C. Canavessi. “Pedro Fossatti”. Ficha Summa. se toma conciencia desde mediados de siglo en 1882, The River Plate Fresh Meat Co. El fri-
En: summa. N.° 229; M. Macchi. “Urquiza el salade- de una necesidad crucial para la expansión del gorífico se instaló en Campana —lugar elegi-
rista”. Ed. Manuel Macchi 1971; B. Bosch. “Urqui- mercado de carnes: la producción de frío. do por el ingeniero de la Compañía, Mr.
za y su tiempo” . Bs. As.: EUdeBA, 1980. Hasta la aparición de las técnicas frigorí- Hunt— y comenzó a funcionar un año más
ficas, la exportación de animales en pie, con la tarde. En 1883 funda la Compañía Argentina
fatiga resultante, disminuía la calidad de las de Carnes Congeladas, de Eugenio Terrasón,
FOURCADE, LUIS JORGE. s/d, 1895 - s/d. Ar- carnes y su valor comercial; las largas distan- cuyo frigorífico se instaló en San Nicolás; de
quitecto. Produjo obras de estilo ecléctico, pin- cias impedían el consumo de la carne ya fae- 1884 es La Negra, de Gastón Sansinena, en
toresco y también algunas de carácter racio- nada. En la década de 1860 el francés Charles Buenos Aires, sobre la base de un antiguo sa-
nalista. Representante tardío de la generación Tellier inventó la primera planta refrigerado- ladero. En esta primera etapa, el mercado es-
de transición entre los estilos históricos y el ra de compresión a amoníaco. Su aplicación taba dominado por el capital inglés, que rápi-
surgimiento de la arquitectura moderna. industrial tuvo lugar una década después con damente absorbió los primeros experimentos
la experiencia exitosa de los buques con cá- argentinos: Las Palmas Produce Co. (1887) y
Fourcade trabajó fundamentalmente en maras refrigeradoras. Sin embargo, los vapo- la Smithfield & Argentine Meat Co. (1903), am-
Buenos Aires y Mar del Plata. En esta última res frigoríficos no solucionaron el problema bas en Zárate, sobre el Paraná; La Plata Cold
ciudad realizó numerosos chalets de carácter
ecléctico o pintoresco, entre los que cabe ci-
tar el de Quintana y las Heras, Urquiza y Sa-
avedra, y Alberti 137, estos últimos en estilo
suizo. También es de su autoría el de More-
no 2266, construido en estilo normando.
En Buenos Aires proyectó diversas resi-
dencias: Callao 289, Corrientes 2470, Para-
guay 1331, Luis María Campos 810-840 y 11 de
Septiembre 1442, 1669. De todas ellas, la más
importante es la de Salguero 2829, resuelta
mediante una fórmula estilística que tiene ori-
gen en la arquitectura borbónica y que puede
asimilarse a la contemporánea producción de
Bustillo (v.). Suyo es también el edificio Pire-
lli de la calle 25 de Mayo 444, de un Moder-
nismo probablemente inspirado en la arqui-
tectura de Auguste Perret, y el Colegio de las
Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, de Luis
María Campos 810, de interiores modernos y
fachada neogótica. V. O. u IMAGEN DEL LEGENDARIO FRIGORÍFICO SWIFT. EN BERISSO, PCIA. DE BS. AS.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 101


Storage (1902), en la ciudad del mismo nom- rífico estableció áreas diferenciadas y, en con- los frigoríficos fueron el baricentro del sistema.
bre. El frigorífico de Terrasón había sido ven- secuencia, paisajes diferenciados en la princi- Ciudad comercial y multifuncional, no se vería
dido a los ingleses en 1900; las principales in- pal región de producción. Un área de cierta ex- drásticamente afectada cuando, varias décadas
versiones argentinas a principios de siglo se tensión, que incluye las provincias del Litoral, después, el negocio decayó; en cambio, otras
reducían a la Sansinena Co. (adquirido por Buenos Aires, Córdoba, La Pampa y San Luis, ciudades pequeñas del Litoral, que dependían
Tornquist), a La Blanca (1902) y al frigorífico la constituyó la de los criadores de ganado de enteramente del frigorífico, se convirtieron
Argentino (1905), todos sobre el Riachuelo, lí- alta calidad; un sector mucho más restringido, en pueblos fantasma. Tal fue el caso de los pe-
mite de la Capital Federal. En 1907 hizo su apa- el área de los invernadores, que engordaban a queños pueblos dependientes de la Liebig de
rición el capital estadounidense, que impulsó los animales hasta que estuvieran listos para la Fray Bentos (v. Industrial, arquitectura).
la comercialización de carne enfriada, de me- matanza y los vendían luego a los frigoríficos. En los inicios, el frigorífico se fundaba ha-
jor calidad que la congelada y que desde 1920 La división descansa en bases geográficas: las bitualmente sobre las bases de un antiguo sa-
pasaría a ser el principal ítem de exportación tierras del occidente bonaerense, el sur de Cór- ladero o matadero. La organización de estos
argentina: la Swift adquirió La Plata Cold Sto- doba y Santa Fe y parte de La Pampa, más lla- edificios era elemental y muchas veces preca-
rage ese año, luego La Blanca (que en 1912 pa- nas, secas, donde florecía la alfalfa, eran idea- ria. Sin embargo, algunas de sus característi-
sa a poder de Armour), y amplió sus activida- les para el engorde del ganado chiller, destinado cas no pudieron ser eliminadas por los avan-
des a la Patagonia, con los frigoríficos San para la carne enfriada, la más cotizada. Por otro ces de la tecnología. Necesitaban amplios
Julián y Río Gallegos (1912). También en 1907, lado, junto al mercado externo, el mercado ur- espacios cercanos para las reses destinadas
la Sulzburger negociaba la compra del Frigo- bano no era en absoluto desdeñable, y muchos al sacrificio (corrales y bretes); necesitaban una
rífico Argentino (luego Wilson). La Armour frigoríficos se ocuparon también de él. En la organización lineal y clara para la sucesión de
construyó hacia 1915 el gigantesco frigorífico franja estrecha de las costas del Río de la Pla- tareas, que debía terminar con el producto co-
en el dock principal del puerto de La Plata. La ta y el Paraná, junto a los grandes centros ur- locado en los barcos de exportación o en los
guerra entre los trust americanos e ingleses, y banos, se concentró así el comercio, el consu- camiones de expendio lo más rápidamente po-
sus respectivos aliados argentinos, constituye mo y también la producción frigorífica de mayor sible. Ya hacia la década de 1830 se habían in-
un capítulo económico-político central de nues- volumen, en las cercanías de los puertos y las cluido en los saladeros zorras y rieles para ace-
tra historia de las primeras décadas del siglo. cabezas de ferrocarril, y en relación con la con- lerar el proceso; sin embargo, la destreza de
En nuestro campo de estudios, interesan centración de mano de obra barata. Los gran- los enlazadores, cuarteadores o trenzadores de
dos aspectos derivados de la importancia de es- des frigoríficos estructuraron, más que otras tripa no se vería nunca superada mecánica-
ta industria en la Argentina moderna. El pri- industrias, las primeras áreas industriales mo- mente. El frigorífico en su versión madura, en
mero se refiere a la escala más vasta de estruc- dernas de la Argentina y, con mucho, las más las décadas el veinte y del treinta, guardó así
turación del territorio del país, en función de poderosas. Así, las ciudades se vieron afectadas dos contradicciones: urbano, nunca pudo bo-
las vicisitudes de la exportación principal. Más en su morfología: Buenos Aires, que no había rrar sin embargo la marca del campo que apa-
allá de algunas conclusiones genéricas, que res- conocido una estricta división de áreas indus- rece en grandes extensiones a sus propias puer-
ponden al movimiento económico-político ge- triales y áreas residenciales hasta principios de tas; taylorizado, los mecanismos complejos no
neral (como la estructura ferrocarrilera con- siglo, conformó en uno de sus bordes, el del lograron desplazar un oficio que distinguió,
centrada en el principal puerto de exportación), Riachuelo, en la orilla provincial, un asenta- para bien y para mal, a los trabajadores de los
la actividad ganadera consolidada por el frigo- miento de carácter netamente fabril en el que frigoríficos del resto de los obreros. Trabajan-

u FRIGORÍFICO ANGLO, EN EL DOCK SUD: UNO DE LOS ESTABLECIMIENTOS MÁS GRANDES.

102 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


fri fri
do con materia viva, la fluidez de la cadena de geración, para bajar luego a las cámaras sub- las principales ciudades: Rosario, La Plata, Bue-
montaje nunca llegaría a ser tan perfecta co- yacentes de temperatura inferior. Todavía en nos Aires. Un puñado de los grandes frigorí-
mo en las industrias típicas del fordismo. los años veinte, muchos frigoríficos locales em- ficos se diseminó por las costas patagónicas,
Estas antinomias se materializaron en la pujaban las reses a mano. El establecimiento Entre Ríos y Corrientes: pero difícilmente apa-
composición arquitectónica de los edificios y se completaba con una serie de edificios se- recen agrupados; alrededor de ellos se confor-
en su impacto particular dentro de la trama ur- parados (depósitos, graserías, carpinterías, fun- maron frecuentemente asentamientos que de-
bana, en la que necesariamente se inscribie- diciones, conservas, administración, enfer- pendían en forma exclusiva de su producción.
ron. Describamos un frigorífico tipo, tal como mería y comedores, y en los establecimientos En el primer grupo se destacaron Swift La Pla-
aparece en la literatura especializada local ha- alejados de la ciudad, viviendas obreras). Así, ta (1907 y 1915) y Swift Rosario (1925); La Blan-
cia los años veinte. Prácticamente la totalidad con sus calles y sus edificios, se convertía en ca, La Negra, Argentino (luego Wilson), Pam-
de los frigoríficos instalados en la Argentina una pequeña ciudadela. pa y Anglo, en el eje del Riachuelo en Buenos
empleaban por entonces el vapor como fuerza Este modelo ideal debe matizarse. Aquellos Aires; la Smithfield de Zárate y la Anglo South
motriz, lo que implicaba no solo máquinas gi- establecimientos que crecieron a partir de ins- American (del grupo Vestey), que luego cons-
gantescas sino también vastos locales ad hoc y talaciones anteriores, como La Negra, se fue- truyó en el Dock Sud uno de los estableci-
una estructura espacial centralizada y relati- ron renovando parcialmente. Por otra parte, a mientos más grandes. En el segundo, pueden
vamente rígida. La electricidad necesaria era diferencia de la modalidad inglesa, los frigorí- nombrarse entre los principales estableci-
producida por ellas, y su uso racional resulta- ficos norteamericanos pusieron gran esmero mientos los de San Julián, Río Gallegos y Cua-
ba aún escaso, aunque algunos frigoríficos en la modernidad de sus edificios. La instala- treros, en la Patagonia; Gualeguaychú, Con-
avanzados, como el Swift, La Plata, poseía ge- ción de la nueva planta de Swift en Berisso (1915) cordia, y Liebig, en el Litoral. Si bien se trató
neradores propios. concitó la atención de los cronistas locales, quie- de modalidades distintas, es posible trazar un
La estructura edilicia ya había cambiado. nes la destacaron entre las otras. La importan- desarrollo relativamente uniforme de la ar-
Por un lado, una serie de medidas sanitarias cia otorgada a las tareas de planificación del tra- quitectura de los frigoríficos locales a través de
habían sido impuestas por el gobierno, aun- bajo (que se verifica en el aumento sucesivo del ejemplos significativos.
que distaban de cumplirse estrictamente: exi- espacio físico para las tareas de superinten- El frigorífico Smithfield de Zárate (1904,
gencias de separación de locales, de revesti- dencia, tiempo, control, oficina técnica, etc.) re- la primera empresa en introducir la prepara-
mientos especiales o de ventilación. Los dundó además en una mayor diferenciación de ción de conservas, ampliada en 1925) ejem-
primeros frigoríficos, siguiendo la antigua es- los espacios productivos, y en su consecuente plifica la modalidad primitiva. Se trata de na-
tructura saladeril, se desarrollaban en hori- mejor visibilidad e identificación. Las tareas “ce- ves de paramentos de ladrillo y techumbre a
zontal; en consecuencia, ocupaban extensio- rebrales” son drásticamente diferenciadas de dos aguas de madera, vinculadas entre sí por
nes muy vastas, considerando el volumen de las otras y notablemente jerarquizadas, y las ta- el tejido de las instalaciones, sin ninguna vo-
su negocio. Aunque en valores absolutos la ex- reas de vigilancia se multiplican. El diseño de luntad representativa: apenas algún orden de
tensión de los terrenos creció, proporcional- la fábrica, en estado permanente de mejora- simetría o ritmo regular impuesto por el aven-
mente el edificio productivo en sí se concen- miento, se identificó cada vez más con los re- tanamiento remite a su carácter de construc-
tró, creciendo en altura. Esto se debió querimientos funcionales directos: los gráficos ción ad hoc. La mayoría de los frigoríficos de
principalmente a la racionalización del cuerpo de organización del trabajo se tradujeron, con la época carecían aún de este orden, y distin-
central. Los animales podían subir a pie por pocos residuos, en el espacio concreto. Los años tas formas y materiales se superponían sin lo-
sus propios medios: bajaban muertos. Así, na- treinta fueron los de culminación de esta ten- grar una lectura clara. La sucesión de naves
da mejor que aprovechar la fuerza de grave- dencia. Sin embargo, ella no constituía las ge- con fachadas de ladrillo existía también en La
dad. Una gran rampa vinculaba el plano del te- neralidades de la ley, ya que el oficio era difí- Negra, hacia 1910. Pero en ella ya puede iden-
rreno por donde accedían los animales desde cil de sustituir por una maquinaria compleja. tificarse con claridad el edificio central (dos na-
los corrales de descanso a la playa de matan- Con excepciones, aun los grandes edificios co- ves de cuatro plantas), los puentes aéreos que
zas en el piso superior. En el tercer piso, in- mo La Blanca o La Negra distaron de ser ejem- vinculan las distintas secciones y una mayor
mediatamente debajo, se desvisceraba; en el plos de racionalidad. concentración de edificios que le dan el carác-
segundo se trataban cueros y extremidades, en El lenguaje utilizado en los edificios para re- ter de una pequeña ciudad industrial. El orden
el primero, se depositaban los cueros. La pla- solver esta intrínseca falencia varió notable- del proyecto que puede notarse en la planta de
ya de matanzas era, en general, abierta, sin pa- mente en las cuatro primeras décadas del siglo la Smithfield no existe: el crecimiento de La
ramentos, de gran altura (circa 8 m), con guin- XX. Las pretensiones estéticas se condensan en Negra resultó mucho más desordenado, su-
ches eléctricos en donde se colgaban las reses el cuerpo central, el que daba el carácter al con- perpuestas distintas lógicas temporales. Esto
y tubos que repartían grasas, cueros y otros junto. Puede observarse en las fotografías de la es porque que La Negra tenía ya una larga his-
subproductos a las distintas secciones. Por otro época cómo ellos dominaban las orillas de los toria como asentamiento productivo: proba-
lado, un cuerpo de edificio separado, pero vin- ríos y canales donde se establecían. Debían ser blemente el primitivo saladero de Braulio Cos-
culado con este, albergaba las cámaras frigo- preferentemente blancos por razones de pro- ta y Ezpeleta (1825) fue el antecedente de la
ríficas. Debían encontrarse a una altura ape- tección térmica, compactos y cerrados, fácil- grasería de Oliver (1855), que se transfirió a
nas inferior a la de las playas de matanza, de mente identificables por los barcos de carga. Gastón Sansinena en 1883, quien en 1855 lo
manera que las reses, lavadas, secadas y pe- El grupo más numeroso de frigoríficos des- transformó en frigorífico. En 1897 lo adquirió
sadas, por su propio peso y una leve inclina- tacados se encontraba, como dijimos, alrede- el grupo Tornquist, ya iniciado en el negocio
ción del riel, llegaban a las cámaras de refri- dor de los grandes puertos, ligados a su vez a de la carnes con el Santa Elena y el San Javier

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 103


(luego Argentine States of Bovril) en Entre Rí- pio país. Esta forma publicitaria, sin embargo, debates en las cámaras legislativas, protago-
os. La compañía Sansinena se extiende pos- no se trasladó a la imagen de la fábrica en sí. nizados por Lisandro de la Torre. En la cons-
teriormente a Bahía Blanca (Cuatreros, con Mucho más pulida resulta la imagen edili- trucción concreta, la expansión del capital ex-
puerto propio) y a Montevideo (Frigorífico Uru- cia ofrecida por La Blanca (1902). Situada en tranjero se tradujo en nuevos frigoríficos, de
guaya, 1909, en el cerro, un modelo de mo- los antiguos terrenos de Aldao, cerca de la vuel- plantas más racionales y expresiones más cui-
dernidad, con líneas tranviarias propias, vi- ta de Berisso, donde también funcionó un ma- dadas. En La Blanca, el orden clásico pudo ser
viendas para obreros y empleados, etc.). Hacia tadero, hacia la primera década del siglo XX el fácilmente modificado en un sentido moder-
el veinte, el frigorífico ofreció en venta sus ins- complejo ocupaba 300.000 m2 con un fren- no pero monumental, eliminando las loggias
talaciones al gobierno para conformar la Com- te de 270 m sobre el Riachuelo, con muelle y acentuando aún más la centralidad con un
pañía Nacional de Frigoríficos. Para entonces propio, y fue considerado por Richelet como cuerpo agregado en el eje del edificio. Al Es-
poseía muelles particulares sobre el Riachue- uno de los establecimientos más modernos. te, una serie de pabellones mudos, tendientes
lo y las construcciones habían crecido en den- En 1908 había sido vendido a una firma esta- a señalar un ritmo continuo de producción a
sidad. Se habilitó en esta década el edificio prin- dounidense (en realidad a una asociación de través del aventanamiento rítmico y horizon-
cipal con la playa de matanzas y demás dos de los cinco “grandes” de Chicago: Morris tal, se extendían hacia el puerto propiamen-
dependencias, de cemento armado, con una y Armour). Probablemente la combinación de te dicho. El conjunto gana en claridad: la re-
estructura longitudinal de cuatro pisos y ram- una clara estrategia de modernización por par- presentación está francamente asumida por
pas ligadas directamente a los bretes. El gran te de los norteamericanos y la mayor urbani- el cuerpo principal, enfático en su simetría y
cuerpo central convivía con edificios en mam- dad, en la época, de su emplazamiento, deri- volumen, y los nuevos pabellones presentan
postería más antiguos y también con precarias varon en una mayor claridad de la planta y en un contrapunto longilíneo y neutro.
instalaciones de madera (subsistía aún la gra- una expresión definida. El frigorífico de la Anglo, en el Dock Sud,
sería vieja). Todos los edificios se hallaban co- que inició sus actividades a mediados de la dé-
nectados entre sí por vías decauville; rieles aé- cada del veinte, construido totalmente a nue-
reos trasladaban la carne desde las cámaras vo, ofrece la imagen maquinista del conjunto
frigoríficas hasta los muelles. A pesar del es- planificado. El cuerpo principal, sin embargo,
fuerzo de modernización, el informe técnico se resuelve en forma bastante semejante a la
que dio el gobierno con respecto a la posible de La Blanca, aun sin poseer su base clasici-
adquisición de las instalaciones, en 1923, es zante: las vastas superficies de muro cerrado
desalentador: la fábrica debería ser renovada son tratadas en franjas verticales cuyo ritmo
drásticamente. También el Frigorífico Argen- acentúa las dimensiones monumentales.
tino carece de tratamiento unitario en su plan- El peso material del tiempo no permitió a
ta. Los corrales de descanso, adyacentes a los La Negra modificar sustancialmente su imagen,
cuerpos principales, sugieren, en determina- aunque en la década del treinta estas intencio-
das perspectivas, un complejo inmerso en la nes fueron manifiestas. En 1937 La Negra ini-
pampa, en lugar de la cercanía metropolitana. ció una nueva ampliación y modernización de
El Argentino (Wilson en 1925) poseía su acce- su planta. Para lograr una imagen y un fun-
so principal sobre el viejo Puente Alsina, que u FRIGORÍFICO LA NEGRA. cionamiento adecuados debió prácticamente
se había convertido prácticamente en parte de demoler los edificios anteriores, incluido el pa-
la propiedad privada del frigorífico. Una larga El frente sobre el Riachuelo era imponen- bellón de 1922. El edificio en donde se realizan
calle estructura un grupo variado de edificios, te: una masa blanca cuyo peso es acentuado las tareas productivas es nuevamente acentua-
entre los que solo puede identificarse el cuer- por la simetría clásica de su arquitectura. Los do en su dimensión por la simetría de la ocha-
po principal por su tamaño. dos accesos aparecen remarcados en el coro- va; las oficinas se disponen en un pabellón in-
La imagen del frigorífico de principios de namiento por un frontis sobre pilastras que dependiente, horizontal, también similar, en su
siglo estuvo confiada principalmente en la pro- delimitan los ventanales longitudinales, re- despojada modernidad, al de La Blanca. Pero,
paganda. Desde 1905 La Negra poseía sus pro- matados por dos pequeñas loggias que sobre- en la medida en que La Negra debe disponerse
pios salones de venta diseminados por la ca- salen de la fábrica. Este es, en efecto, el cuer- en un espacio ya determinado por las preexis-
pital, Avellaneda, La Plata y Mar del Plata. A po principal, en donde la producción de la tencias, el conjunto nunca logra la claridad de
través de ellos puede identificarse una preo- fábrica se aleja más de los métodos rurales. lectura de los otros frigoríficos.
cupación publicitaria de la empresa para otor- Hacia mediados del veinte se abrió un nue- Ya en los años veinte, la idea estatal de in-
gar una imagen única y cuidada a sus pro- vo período en la construcción de frigoríficos, tervenir en el negocio de las carnes mediante
ductos. La decoración Art Nouveau de los íntimamente ligado con una nueva compe- la creación de organismos específicos de con-
salones evocaba más una confitería que una tencia dentro del pool de la carne y la nego- trol del mercado (que culmina en la Ley de Car-
carnicería moderna. Enfocada de modo inte- ciación de las cuotas correspondientes, que nes en 1933, la creación de la Junta nacional de
gral, la imagen se cuidó hasta en los más pe- dio como resultado el dominio casi absoluto Carnes y la Corporación Argentina de Pro-
queños detalles: los automóviles de reparto, la del gran capital extranjero. Fue el preludio de ductores de Carne (CAP)) se manifestó en una
propaganda callejera, etc. Se acentuó con esto la famosa guerra de la carne y de la tensión serie de proyectos de compra de frigoríficos
la imagen social de frigorífico de capital ar- entre los capitales privados y los intentos de existentes y de construcción de otros, como
gentino, cuyo mercado principal era el pro- reglamentación estatal, que culminó con los el de Santa Fe. El frigorífico municipal de Bue-

104 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


fri fur
nos Aires, cuyo proyecto surgió durante la in- folletos y artículos especializados. Globalmente, tesanos Argentinos durante la dominación his-
tendencia de Cantilo, en 1921, vinculado a la la obra comprende dos tipos de trabajos: por pánica, con nota introductoria de Vicente Na-
reforma del Matadero de Liniers, pero cuyos una parte, continúa con el compendio de gran- dal Mora (v.). Ambos trabajos sentaron un pre-
planos se aprobaron en 1926, puede leerse en des temas que al momento de comenzar su ac- cedente en el tema sobre el que pudieron
cierto contraste con las plantas privadas an- tuación constituye el enfoque habitual y, por cimentarse investigaciones posteriores. En Mi-
tes descriptas. Aunque su estructura organi- otra, inicia una serie de trabajos monográficos siones y sus pueblos guaraníes, publicado en 1962,
zativa no difiere de los ejemplos anteriores, los sobre diversos temas puntuales, en general de- reunió de manera conjunta el análisis del ré-
autores se esmeraron en una decoración —es- jados de lado por la historiografía tradicional. gimen y el orden social y económico de esas
tilo Dèco azteca— que sugiriera claramente Recibió su primera educación en el Cole- poblaciones, la historia de cada una de las fun-
el carácter nacional. Solo la decoración podía gio Anglicano de San Bartolomé de Rosario y daciones con los trasplantes que las circuns-
distinguir a estos complejos máquinas cuyas el Colegio Jesuítico de Santa Fe. A los 14 años tancias políticas o militares impusieron, y el
variaciones arquitectónicas estaban tan fuer- ingresó en el Noviciado de la Compañía de Je- estudio de las grandes realizaciones arquitec-
temente determinadas por la invención téc- sús, de Córdoba, aunque no concluyó sus es- tónicas, urbanísticas y artísticas que florecie-
nica en función de la producción. G. S. tudios allí sino en España. Entre 1911 y 1913 ron en el ámbito de esa cultura. Esta obra re-
realizó estudios de paleografía en la Bibliote- viste especial interés por la incorporación de
Bibliografía: S. Giedion. La mecanización toma el man- ca del Congreso de Washington. En 1913 con- material documental reservado de la Compa-
do. Barcelona: Gili, 1978; P. Bergés. “El frigorífico cluyó su doctorado en Filosofía en la Geor- ñía de Jesús. Tres volúmenes recopilan la obra
en la Argentina”. En: Anales de la Sociedad Rural getown University y regresó a la Argentina de toda su vida; se trata de Historia social y cul-
Argentina. Bs. As.: 1908; J. Loverdo. Construction donde comenzó su actividad docente en el Se- tural del Río de la Plata, publicada en 1969.
et agencement d’abattoirs. Les abattoirs publics. Pa- minario Arquidiocesano y en el Colegio del Una referencia especial merecen sus com-
rís: 1906; C. Lemee. La agricultura y la ganadería en Salvador. Entre 1922 y 1926 llevó a cabo tare- pilaciones cartográficas. Cartografía jesuítica
la República Argentina. Su origen y desarrollo. La as de investigación en archivos y bibliotecas del Río de la Plata, de 1937, cuenta con una ri-
Plata: 1894; La Negra en sus 50 años. 1891-1933. Bs. de las principales ciudades europeas. En sus ca colección de mapas reeditados en forma fac-
As.: Frigorífico Sansinena, S. A., 1933; J. Loverdo. indagaciones en estos repositorios realizó va- similar, y Cartografía histórica argentina. Ma-
“Les grandes fabriques de Viande en Australie”. En: liosos hallazgos, entre ellos distintos papeles pas, planos y diseños que se conservan en el Archivo
Revue des Revues, octubre de 1896; R. Pillado. “El rioplatenses desconocidos del naturalista Fé- General de la Nación, de 1964, reúne un total
comercio de carnes en la república Argentina”. En: lix de Azara y el códice de Baucke, en la ciu- de 940 piezas, siendo la más antigua de 1577,
Censo Agropecuario. Bs. As, 1908; A. Poy Costa. Los dad de Munich, con ilustraciones de gran in- en copia de 1782, y la más moderna de 1898.
frigoríficos. Tesis de doctorado. Bs. As.: Facultad terés acerca de antiguos sistemas constructivos. Cabe señalar además que sobre el tema dejó
de Agronomía (UBA), 1918; J. E. Richelet. Descrip- Entre sus maestros se destacaron el jesuita Pa- inédita una obra monumental iniciada en 1938
ción de los frigoríficos y saladeros argentinos. Nó- blo Pastells en Sevilla y el historiador Enrique que tituló Cartografía americana retrospectiva:
mina de los productos elaborados y los métodos em- Peña en Buenos Aires. la América Meridional y en especial el Río de la
pleados en cada uno. Bs. As.: Dirección de Ganadería De sus primeros trabajos en la Argentina, Plata. 1500-1880. Reúne este trabajo aproxi-
(Ministerio de Agricultura), 1912; A. Dorffman. His- el más importante fue Los jesuitas y la cultura madamente 700 reproducciones de mapas, y
toria de la industria argentina. Bs As: 1970; M. Z. rioplatense, de 1933. Toda la obra estaba dirigi- es el primero en su género que se compila pa-
Lobato. El taylorismo en la gran industria expor- da a señalar la enseñanza impartida por los je- ra esta región de América. El material carto-
tadora argentina (1907-1945). Bs As.: CEAL, 1988; G. suitas como la verdadera base en que se sus- gráfico que aporta fue consultado y fotogra-
Silvestri. El paisaje industrial del Riachuelo. Tesis tentó el pensamiento de los hombres de Mayo; fiado en repositorios de la Argentina, los
doctoral, mímeo, 1997. incluía además un capítulo dedicado a “ar- Estados Unidos y Europa.
quitectos, escultores y pintores”. En él se apun- Son numerosas las investigaciones que que-
taba a demostrar que la intervención de los daron inconclusas y muchos los trabajos con-
FURLONG CARDIFF, GUILLERMO. Santa Fe, miembros de la Orden fue decisiva en la con- cluidos sin publicar. Entre los últimos, importa
1889 - Buenos Aires, 1974. Historiador. Fun- formación urbana y arquitectónica de las ciu- citar una biobibliografía realizada sobre Vi-
dador y Presidente de la Academia Nacional dades donde tuvieron injerencia. Aunque es- cente Nadal Mora. B. P.
de Geografía. Director del Instituto de Investi- ta hipótesis fue en parte rectificada por él en
gaciones Históricas de la Facultad de Filoso- obras posteriores, este trabajo continúa vigen- Bibliografía: A. R. Geoghegan. Biografía de Guiller-
fía y Letras de la Universidad del Salvador. Aca- te en función de la riqueza de matices biográ- mo Furlong. Bs. As.: 1958; A. R. Geoghegan. “Bi-
démico de número de la Academia Nacional ficos de los personajes que hicieron la obra edi- bliografía de Guillermo Furlong, 1912-1974”. En:
de la Historia desde 1939. Miembro de la Co- licia en el período estudiado. Posteriormente, Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Bs.
misión Nacional de Museos y Monumentos en su Historia del Colegio del Salvador, dada a As.: 1975; J. Larroca. El padre Furlong, proletario
Históricos en la década del cuarenta. conocer en 1944, focalizó su interés en los he- de la cultura. Bs. As.: 1969; J. Larroca. “Homenaje al
chos históricos mismos, tocando solo tangen- R.P. Guillermo Furlong S. J. en el primer aniver-
Junto a Mario J. Buschiazzo (v.) desempe- cialmente la faceta arquitectónica del conjun- sario de su desaparición”. En: Boletín de la Acade-
ñó una concreta acción para salvaguardar el to edilicio. De 1946 es Arquitectos Argentinos mia Nacional de la Historia. Bs. As.: Academia Na-
patrimonio arquitectónico argentino. Su am- durante la dominación hispánica, prologado por cional de Historia, 1975; A. de Paula. “El padre
plísima producción, según su bibliógrafo Abel M. J. Buschiazzo (v.), y como un desprendi- Furlong y la historiografía arquitectónica argen-
R. Geoghegan, suma un total de 1.974 libros, miento de este, se edita en el mismo año Ar- tina”. En: summa. N.° 215-216, 1985.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 105


Detalle del Golf Club en Córdoba (GGMPU).
g
g

GALLINO, ADOLFO. s/d. Corrientes. Arquitecto. ras académicas e influencias de la Secesión vie-
Realizó sus obras principales en la Provincia nesa. Ello se hace evidente en la fachada sur,
de Corrientes. de notoria intención funcional, resuelta ínte-
gramente en hierro y vidrio. Dentro del mis-
Graduado en 1904, pertenece a la prime- mo Eclecticismo podemos ubicar el edificio
ra promoción de arquitectos egresados de la Sudamérica (Rivadavia 501-547 / Diagonal Nor-
Escuela de Arquitectura, creada en 1901 den- te 530-540), construido para la Compañía de
tro de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas Seguros Sudamérica en el año 1926, en cola-
y Naturales de la Universidad de Buenos Ai- boración con A. Guibert. En la nueva diagonal,
res. Fue inspector de Obras Públicas de la Mu- las alturas, líneas de balcones y cornisas esta-
nicipalidad de Buenos Aires. Estuvo hasta 1908 ban condicionadas por una rígida normativa,
trabajando en Europa. Se desempeñó como lo que explica la elección estilística de los au-
profesor de la Escuela de Arquitectura. Reali- tores: un bien reinterpretado Luis XVI.
zó diversas obras junto a José Esteves, perte- El arquitecto Gantner tentará posterior-
neciente a la misma promoción de estudian- mente experiencias Art Dèco, como la Com-
tes de la Escuela. Individualmente proyectó pañía Francesa de Navegación, en Corrientes
en Corrientes el Teatro Juan de Vera (1909), 345 (1930), para concretar luego la mayor par-
el actual edificio del Jockey Club, la residen- te de sus obras dentro de las pautas estilísticas
cia de Miranda Gallino, la estancia La Luisa, racionalistas (el edificio Plata Lappas, Av. San-
etc. En Santiago del Estero es autor del edifi- ta Fe 1385 (1934); casas de renta de Juncal 2001,
cio para la Biblioteca. y 2134, José Evaristo Uriburu 1502, esquina
Juncal). M. I. DE L.
Bibliografía: F. Ortiz, J.C. Montero, R. Gutiérrez, A.
Levaggi y A. S. J. de Paula. La arquitectura del li-
beralismo en la Argentina. Buenos Aires: Sudame- GARCÍA, PEDRO ANDRÉS. Santillana de San-
ricana, 1968. tander (España), 1758 - Buenos Aires, 1833.
Ingeniero militar. Funcionario de la adminis-
tración virreinal y luego del gobierno revolu-
GANTNER, EUGENIO. s/d. Arquitecto. De larga u EDIFICIO ROVERANO, EN LA AV. DE MAYO, BS. AS. cionario. Realizó varias expediciones a la zo-
y prolífica actuación en Buenos Aires. Repre- na pampeana y, a partir de su conocimiento,
sentante de la generación de transición en- (Avenida de Mayo 560 / Hipólito Yrigoyen 561), propuso políticas de poblamiento y organi-
tre el Eclecticismo y la Arquitectura Moderna. al que convierte en pasaje-galería comercial y zación del territorio.
conecta con la estación Perú de la Compañía
Se conocen de él obras que datan de 1918, de Tramways Anglo Americana. Esta obra se Llegado muy joven con la expedición mi-
como la remodelación del Edificio Roverano inscribe dentro de una transición entre postu- litar del Virrey Ceballos, es nombrado alférez

108 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


gal gar
de las milicias provinciales de Mendoza. De sura exacta de tierras es un llamado a formar siones le arrancarán de nuestro suelo” . Y en
regreso a Buenos Aires ejerce diversos cargos un catastro rural. Su función sería tanto la ese sentido la cuestión de la propiedad de la
en la burocracia virreinal. Tiene participación de precisar con claridad las propiedades de los tierra cumple un rol fundamental.
destacada durante las Invasiones Inglesas y particulares y las del Estado para evitar con- Si bien el reparto de tierras es una cos-
también en la represión de la asonada de Álza- flictos y pleitos, como formular un principio tumbre legal que acompaña todo el proceso de
ga (1809). Posteriormente, ya como funcio- de zonificación que asegure el destino de los colonización, aparece aquí el uso del recurso
nario del gobierno revolucionario, realiza tres terrenos (agricultura o ganadería) y sus di- no como una consigna generalizada, sino co-
inspecciones en 1810, 1816 y 1822 a la zona mensiones. Esta no solo sirve para conocer de mo modo de remediar el problema de la po-
pampeana, de las que realizó informes que antemano la producción posible de ambos ra- breza, la cual no tiene para García una razón
dan cuenta del estado de la frontera y propo- mos, sino para dividir con claridad dos siste- estructural, ya que sería resultado de la igno-
nen posibles soluciones desde el punto de vis- mas productivos incompatibles por la tendencia rancia y la ausencia de una organización legal
ta social y militar. del ganado a destruir las sementeras y culti- adecuada. Además, este tipo de reparto esta-
La primera inspección, en 1810, a partir de vos. Admitiendo la necesidad de la existencia blece un pacto. La tierra solo será entregada en
una orden de la Primera Junta para hacer una de “estancias (v.) de grandes dimensiones”, al la medida en que sea realmente poblada y en
expedición a las Salinas Grandes, se registra menos hasta que “la población de nuestra pro- ella se construya una casa, lo que por otra par-
en una “Memoria” que contiene el germen de vincia y la perfección de nuestra agricultura te implica un principio de control de esa po-
una política de organización del territorio. El no hayan hecho variar completamente el es- blación “que puede mudar su domicilio con la
“Discurso preliminar”, sobre todo, es un diag- tado de las cosas”, la idea es utilizar los culti- misma facilidad que los árabes y los pampas”.
nóstico de la situación de la campaña y tam- vos para que oficien de cinturones de protec- Esta idea de generar una comunidad de pro-
bién un programa de su posible desarrollo. Gar- ción de pueblos y ciudades. De allí su pietarios, partiendo de la existencia de un im-
cía distingue el crecimiento notable que ha recomendación de hacer de los ejidos (v.) y zo- presionante volumen de tierra fiscal como mo-
comenzado a manifestarse en Buenos Aires nas cercanas a los sectores urbanos áreas ex- do de hacer de cada inmigrante o campesino
y su territorio en las últimas décadas del si- clusivas para la agricultura. Para completar la un ciudadano, tendrá un largo y polémico de-
glo XVIII, a partir del advenimiento del Vi- organización del mundo rural, García acon- sarrollo como programa político en el ámbito
rreinato, y la instauración paulatina del libre seja fomentar la formación de poblaciones con del Estado durante el siglo XIX. F. A.
comercio. Sin embargo, observa que este re- un plan sencillo que describe con minuciosi-
sultará efímero, pues no está asentado en la dad: “designado el lugar que se juzgue a pro- Bibliografía: J. Gelman. Un funcionario en busca del
explotación de la tierra, sino en una feliz co- pósito para población, deben deslindarse y se- Estado. Pedro Andrés García y la cuestión agraria
yuntura comercial. Fiel a los principios de la ñalarse luego los sitios para las casas; de modo bonaerense: 1810 – 1822. S/l, Universidad Nacional
fisiocracia, ve en el armónico desarrollo de la que cada uno pueda tener un huerto, corral y de Quilmes, 1997; F. Aliata. Las raíces del árbol de
agricultura las posibilidades de sustentación habitación desahogada. Estas formarán y con- la libertad, Actas de las Jornadas de Investigación
de la sociedad rioplatense, pero advierte que tendrán una plaza, de la que arrancarán ocho de la FAU - UNLP. La Plata: UNLP, 2003.
no es factible el usufructo directo de los bene- calles espaciosas en la primera cuadra de sus
ficios de la agricultura sin superar la situación respectivos frentes; y en las segundas conten-
de confusión y desorden que describe. drán cien varas cada una: se señalan asimis- GARCÍA NÚÑEZ, JULIÁN JAIME. Buenos Aires,
El origen de dicho desorden parece asen- mo el lugar de para la iglesia, el cementerio, 1875 – Íd., 1944. Arquitecto. Uno de los prin-
tarse en la distribución confusa de pobladores el hospital y la cárcel”. cipales representantes de la renovación esti-
y la falta de una división racional de la pro- A diferencia de Azara, quien aceptaba la pre- lística modernista de principios del siglo XX en
piedad. Pero también en la presencia de un fe- eminencia y las ventajas de la ganadería so- la Argentina. Luego de realizar un vasto y sig-
nómeno local que resulta ser una preocupa- bre la agricultura en la región y aconsejaba en nificativo número de obras a fines de la dé-
ción constante para los funcionarios estatales: algunos casos una repartición racional de las cada de 1910, su producción se vuelca cada
la constatación de que si bien existe una ca- tierras para crear una comunidad rural nume- vez más hacia un Eclecticismo con residuos
rencia generalizada de mano de obra rural, rosa, nucleada solo por la existencia de una red neoclásicos, en coincidencia con el eclipse
una numerosa clase menesterosa, que no pue- de capillas rurales y una autoridad general pa- definitivo de los movimientos ligados al Art
de ser clasificada como económicamente ac- ra la campaña, García devuelve a los pueblos Nouveau europeo.
tiva, no produce sino a medias su mínimo sus- un rol fundamental como agentes civilizadores
tento y ocupa con construcciones precarias del territorio, puntos de concentración del co- Julián García Núñez estudió en la Escuela
terrenos que no son de su pertenencia, usu- mercio que posibiliten las ventas de la produc- Superior de Arquitectura de Barcelona bajo la
fructuando sus recursos a expensas de los pro- ción agrícola y la fijación racional de precios. dirección de Lluis Domenech i Montaner, de
pietarios. Frente a este diagnóstico, García es- Por otra parte, tanto la división de la tie- quien fue uno de los discípulos predilectos.
boza una probable solución que resume en rra como el control estatal centrado en los po- Obtuvo su título de arquitecto en el año
cuatro principios: “Primero: mensura exacta blados, tienen una clara connotación política. 1900. Su permanencia en Barcelona coinci-
de las tierras. Segundo: su división y reparto. “El árbol de la libertad e independencia que de con el florecimiento del llamado Moder-
Tercero: formación de pequeñas poblaciones. acaba de plantarse —dice García— es preciso nismo catalán (v. Arte Nuevo), cuyos principales
Cuarto: seguridad de las fronteras y líneas don- que se arraigue mucho en la tierra, de otra ma- exponentes son Antonio Gaudí y el mismo Do-
de deban fijarse”. El desarrollo de estos tópi- nera los huracanes que le prepara el contraste menech, quienes se proponen la búsqueda de
cos constituye un verdadero programa. La men- de fuerzas extrañas o de nuestras mismas pa- una arquitectura nacional, integrada a las ex-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 109


periencias europeas contemporáneas, como al- táreas, el conjunto se resuelve por medio de donde funciona su estudio profesional, inclu-
ternativa al Eclecticismo académico dominan- una serie de pabellones independientes en me- ye una zona de depósito de materiales; en el ni-
te.García Núñez regresó a Buenos Aires en dio del parque, organizados por un eje prin- vel superior se encuentra la vivienda organiza-
1903 e inició el período más interesante de su cipal norte-sur. Los pabellones se vinculan en- da alrededor de un espacio libre. La fachada,
producción arquitectónica, que se prolongó tre sí por medio de galerías abiertas. caracterizada por su asimetría, presenta ele-
aproximadamente hasta 1915. La influencia de Si bien el esquema es típico de los ejem- mentos académicos. El nivel inferior tiene un
la Secesión vienesa se convirtió entonces en plos contemporáneos, podemos emparentar- tratamiento de símil piedra con marcadas lí-
otra fuente importante de su experiencia. lo especialmente con el Hospital de San Pablo neas horizontales. El ventanal del paño central,
En este momento creó, en sociedad con su de Barcelona, que Domenech inició en 1902, enmarcado por laterales de desigual dimensión
padre, su propia empresa constructora, con la y con el conjunto hospitalario de Steinhof que contienen los accesos, está particionado por
cual construyó todas sus obras. (1902), de Otto Wagner, sobre todo en la uti- columnas jónicas con un extraño diseño en sus
Pertenece a esta primera etapa una serie de lización de la capilla como remate del eje prin- capiteles, detalle que se repite en el altillo que
edificios cuyo comitente fue la colectividad es- cipal de la composición. corona el lateral derecho, y que remata con en
pañola, que adoptó el lenguaje del Modernismo La influencia de Domenech es notable en una “rosa de los vientos” de audaz diseño.
como sinónimo de “Modernidad” e “Hispani- el diseño de los pabellones para internados, cu- El otro paño lateral culmina con tres pe-
dad”; además, construyó un importante núme- ya sala circular en uno de los extremos del edi- queños murales, con escenas tratadas de ma-
ro de edificios de viviendas colectivas de renta. ficio es una cita casi textual. nera realista, realizados con pequeños mo-
Debemos mencionar también su propia ca- Aunque García Núñez retoma criterios for- saicos de vidrio o de cerámica.
sa (1907) en Av. Independencia 2442, el edifi- males desarrollados en el edificio anterior, el Debemos destacar además el coronamien-
cio de oficinas (1910) en la calle Chacabuco lenguaje es aquí mucho más ascético. Ele- to de las ventanas del piso alto, con motivos
78 y el cinematógrafo La Armonía (1910) en Av. mentos verticales, a la manera de contrafuer- florales, como también el elaborado diseño de
Belgrano 3272, todos ellos en Buenos Aires. tes, coronados por anillos en sus caras, amplios la herrería de los balcones y otros elementos.
La primera obra donde se pone de mani- paños de muro con grafía secesionista, elabo- En 1910, al celebrarse el Centenario de la Re-
fiesto la capacidad creadora de García Núñez rada herrería, cúpulas que acentúan puntos volución de Mayo, García Núñez fue comisio-
es el edificio del Hospital Español de Bue- importantes, como el acceso al pabellón de la nado por el gobierno de España para proyectar
nos Aires, fruto de un concurso organizado administración, cubierto por una marquesina y construir el pabellón con que dicho país se
por La Sociedad Española de Beneficencia en transparente sostenida por pilones, nos pone presentó a la exposición conmemorativa. El con-
1906 (v. Hospital). frente a una posible influencia de Wagner. De junto, de claro corte académico, se organiza
El conjunto ocupa una manzana, con fren- esta obra solo fue construida una parte, que se alrededor de un gran espacio rectangular abier-
te sobre la Av. Belgrano al 2900, y se resuelve mantiene hasta la actualidad. to. Está limitado en sus lados mayores por dos
a través de una composición de carácter axial, El mismo año, el arquitecto inicia la cons- pabellones idénticos destinados a la exhibición
con pabellones alrededor de patios. La facha- trucción de su vivienda particular en Av. In- de elementos relacionados con la industria, el
da principal muestra toda la potencia creativa dependencia 2442. Esta se desarrolla en dos ni- comercio, la agricultura, las bellas artes, la de-
de García Núñez. Dos niveles fuertemente ar- veles con un pequeño altillo. La planta baja, coración y las artesanías. En uno de los lados
ticulados, con marcado acento de las líneas ver- menores, sobre el eje principal y enfrentando
ticales, rematados por tres cúpulas: una ma- al acceso, aparece el pabellón dominante, des-
yor, coincidente con el acceso, en el eje de la tinado a las recepciones, que se relaciona con
composición, y dos menores, en los pabello- los anteriores por medio de galerías semicircu-
nes apenas sugeridos de los extremos. lares. Es esta, tal vez, la obra de García Núñez
Todo el vocabulario expresivo modernista con mayores reminiscencias wagnerianas. Re-
aparece manejado con una gran coherencia e sulta evidente en el diseño del acceso, con sus
independencia: las escamas vitrificadas de co- cuatro enormes pilones y la típica corona de lau-
lores que cubren las cúpulas, encuadradas en reles. Los elementos verticales están unidos por
cuatro pilares; las altas ventanas, con su luz ca- una elaborada herrería en forma de arcos que
racterística, casi cenital, coronadas por mosai- sostienen medallones de hierro forjado, con mo-
cos coloreados; las varillas y esferas de hie- tivos vegetales. En reconocimiento por esta obra,
rro, de reminiscencia wagneriana; las cerámicas el rey Alfonso XIII de España le otorgó en 1930
policromadas, etc. la Cruz de Isabel la Católica.
Desde el punto de vista espacial, es de gran Influencias del mismo origen aparecen en
relevancia el hall de acceso con su importan- la fachada del cinematógrafo La Armonía, cons-
te escalera, donde se destaca el elaborado di- truido también en 1910. Los grandes mosaicos
seño de la herrería y la ornamentación “gráfi- en los paños laterales, las guirnaldas circulares
ca” de los muros y el cielorraso. y, especialmente, el acceso en el paño central,
En 1907 García Núñez inició las obras del resuelto por medio de un arco rebajado con me-
anexo del Hospital Español en la localidad de dallones y rematado por la marquesina curva
Temperley, denominado Asilo para Valetudi- de hierro y vidrio, rememora ciertas soluciones
narios y Crónicos. En un predio de nueve hec- u EDIFICIO EN LA CALLE CHACABUCO 78, BUENOS AIRES. de la estación de la Karlsplatz, de Otto Wagner.

110 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


gar gar
Pero su obra más avanzada, que podría aso-
ciarse con el concepto de style de l’utile de Wag-
ner, es el edificio de oficinas de la calle Chaca-
buco 78, en Buenos Aires. En él, García Núñez
exploró un tipo sin demasiados antecedentes
locales, además de experimentar sucesivamente
con los nuevos materiales, como el hierro y el
vidrio. Si bien la fachada sobresale por su aus-
teridad y su fuerte dominio de las verticales,
la solución espacial interior es el elemento más
sorprendente del edificio. Este se organiza al-
rededor de un espacio central que contiene el
ascensor y se ilumina cenitalmente. Las cone-
xiones horizontales se realizan por medio de
puentes y pasillos, construidos con losetas de
vidrio sobre una estructura de hierro, las que
permiten el paso de la luz que baja desde la cla-
raboya; todo ello conforma un espacio de gran
riqueza por su conectividad y transparencia.
El otro tema en el que García Núñez in-
cursiona, realizando una importante produc-
ción, es el de la vivienda colectiva para renta.
Pertenecen a este período los edificios de Sui- u LA EXPRESIÓN MODERNISTA DEL HOSPITAL ESPAÑOL, BUENOS AIRES, DE JULIÁN GARCÍA NÚÑEZ.
pacha y Tucumán (1907), San José 1545 (1911),
Pichincha 172 (1911), Otamendi y Yerbal (1912), torres circulares, rematadas por cúpulas y pro- Bibliografía: “Arquitectura Moderna. Obras de Julián
Venezuela 722 (1912), Paso y Viamonte (1913), fusamente ornamentadas, encuadran el plano García Núñez”. En: Revista del Centro de Arqui-
Independencia y Sarandí (1913), y Sáenz Peña de la esquina desde el último nivel. Un im- tectos, Constructores de Obras y Anexos. Bs. As., sep-
270 (1913), todos en Buenos Aires. portante volumen a la altura del primer piso tiembre de 1929; F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutié-
La calidad de estas obras no es pareja y, avanza sobre la esquina, formando el balcón rrez, A. Levaggi y A. S. J. de Paula. La arquitectura
frente a un tratamiento exterior que sigue ex- del nivel superior. del liberalismo en la Argentina. Buenos Aires: Su-
perimentando variaciones con los elementos A partir de los últimos años de la década de damericana, 1968; L. E. Santalla. Julián García Nú-
modernistas, la distribución interior mantie- 1910 se produce en García Núñez un cambio ñez. Bs. As.: IAA, FAU-UBA, 1968; R. Gutiérrez. Pre-
ne soluciones tradicionales. Las que adopta pa- de actitud que varió notablemente su produc- sencia y continuidad de España en la arquitectura
ra las fachadas reconocen criterios similares. ción arquitectónica. Esta pierde poco a poco su rioplatense. Separata de la revista Hogar y Arqui-
En la planta baja se ubican el o los accesos y originalidad y adopta un estilo que tiende a un tectura. N° 97. Madrid, 1971.
los espacios destinados a locales comercia- Eclecticismo con residuos neoclásicos.
les, con amplias aberturas; se desarrollan tres Pertenecen al período las casas de renta de
o cuatro niveles de viviendas, con aventana- Rincón 226, Pichincha 364 y Rivadavia 755; GARCÍA VÁZQUEZ,
mientos repetitivos y organizados regular- la ampliación de la tienda San Miguel y del FRANCISCO.
mente. El muro aparece revestido con placas Casal de Cataluña; la residencia de la familia
vidriadas; la ornamentación se acentúa en el Mirás en Bartolomé Mitre al 2000; el edificio Buenos Aires, 1921 – Íd.,
último piso, con los típicos diseños florales bi- para garaje de la calle Chile al 1100; el anexo 1990. Arquitecto y urbanista.
dimensionales, y remata el edificio con coro- del Hotel España; el Asilo para Ancianos De- Egresó como arquitecto de la
namientos muy elaborados. samparados en la calle Moreto, como también Universidad de Buenos Aires en 1948. Se des-
De particular interés resultan las solucio- su capilla; las bóvedas para su propia familia taca especialmente su labor institucional en
nes de las ochavas en los casos de edificios y para la familia Cardini en el Cementerio del la Sociedad Central de Arquitectos, la que pre-
en esquina. En el de Suipacha y Tucumán, un Norte; y el segundo premio del concurso del sidió durante seis períodos sucesivos, en tiem-
volumen cilíndrico -sugerido desde la planta Panteón Social del Centro Gallego de Buenos pos especialmente difíciles.
baja- presenta variaciones en los diferentes ni- Aires, que obtuvo asociado al arquitecto Eduar-
veles y se corona con un complejo remate de do Le Monnier (v.). Destacado estudiante, recibió después de
pizarra, hierro forjado y una alta veleta. Dejó la profesión definitivamente en 1931, graduado, durante cinco años consecutivos,
En Paso y Viamonte, la ochava concluye en aunque en los últimos años de su vida reali- las becas de estudio otorgadas por el rectora-
una elaborada cúpula con piezas en forma de zó pequeños trabajos de carácter religioso. do de la UBA. Su trabajo profesional se desa-
escamas hechas con mosaicos de vidrio de va- Sus obras, muchas de ellas desaparecidas o rrolló, desde 1970, junto con los arquitectos
riados colores, que apoya en una base escalo- modificadas, quedan como uno de los ejemplos Ana Musso y Moisés Resnick Brenner, con
nada, con guardas verticales. más importantes de las ideas precursoras de la quienes obtuvo numerosas distinciones en con-
En el caso de Independencia y Sarandí, dos arquitectura del siglo XX en la Argentina. J. V. cursos nacionales de arquitectura y urbanis-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 111


Francia, Italia y EE.UU. Ha sido director del
IAA en el período 1970-1983. Fue también or-
ganizador y presidente del Comité Argentino
de ICOMOS, y representó a la Argentina en
las reuniones internacionales del organismo.
En la actualidad es director de la Carrera de Es-
pecialización en Preservación y Reciclaje del
Patrimonio Monumental, Urbano y Rural en
la FADU-UBA. Discípulo de M. Buschiazzo
(v.), ha realizado, junto con la arquitecta Mabel
Scarone, diversas investigaciones sobre arqui-
tectura argentina y latinoamericana. Sus con-
tribuciones más relevantes están relacionadas
con el estudio del patrimonio rural e industrial.
Entre sus ensayos más destacados, pueden ci-
tarse Tres asentamientos rurales (1965), La ar-
quitectura de la Revolución Industrial en la Ar-
gentina (1966) y Revolución Industrial y
Equipamiento Urbano (1969), trabajos pione-
ros que llamaron por primera vez la atención
u F. GARCÍA VÁSQUEZ INTEGRÓ LA COMISIÓN QUE ELABORÓ EL PROYECTO DE NUEVA CAPITAL EN VIEDMA Y C. DE PATAGONES. con respecto al rol de la tecnología de la Revo-
lución Industrial en la conformación del há-
mo. Pero el área en la que sus contribucio- una lista que, en rigor, fue un desprendimiento bitat rural y urbano de nuestro país (v. historio-
nes fueron más relevantes la constituyó el pla- de izquierda de la anterior, e inició doce años grafia de la arquitectura). Además, es mérito de sus
neamiento urbano. En 1956 fue designado di- de gestión ininterrumpida, años en los que investigaciones el haber señalado el importante
rector del Plan Regulador de la Ciudad de también participó en la Federación Argentina valor patrimonial a nivel mundial de estos mo-
Buenos Aires y posteriormente (1959-1966), de Sociedades de Arquitectos y en el Conse- numentos (silos, puentes, depósitos, estacio-
consejero directivo de la Organización del Plan jo directivo de la UIA. En los años de la dic- nes ferroviarias, fábricas, etc.).
Regulador (v. Plan). Finalizada la última dicta- tadura militar, y a pesar de las presiones y ame-
dura militar, fue nombrado titular de la Sub- nazas, la actitud de la SCA liderada por García
secretaría de Ordenamiento Ambiental entre Vázquez se caracterizó por una batalla siste- GELLY CANTILO, ALBERTO. Buenos Aires, 1887
1984 y 1985, y vocal de la Comisión Técnica mática en contra de las obras públicas de la - s/d. Arquitecto. Realizó una variada obra en
Asesora para el traslado de la Capital a Vied- intendencia de Cacciatore, la defensa del há- la que se destacan viviendas individuales, ca-
ma, el ambicioso y fallido proyecto del primer bitat de los sectores carenciados, la oposición sas de renta y edificios comerciales. Trabajó
gobierno democrático. Cumplió además un a la destrucción del patrimonio de la ciudad. en sociedad con el arquitecto Moy. En sus
papel importante como difusor de las nuevas El ámbito de la SCA se transformó entonces proyectos es notable la diversidad de lenguajes
orientaciones en planeamiento, tanto desde la en una referencia importante para las cama- estilísticos utilizados.
cátedra universitaria (fue profesor titular de das más jóvenes y contestatarias. La línea de
Urbanismo en la Facultad de Arquitectura de conducta de García Vázquez lo llevó también Egresó de la Escuela de Arquitectura de Bue-
La Plata entre 1957 y 1961; desde 1962 dictó la a conformar el Consejo de Presidencia de la nos Aires en el año 1913. Entre las obras que fi-
misma asignatura en Buenos Aires, hasta su Asamblea Permanente por los Derechos Hu- guran en su ficha de ingreso en la Sociedad
renuncia en 1966), como desde varios escri- manos y la Comisión Directiva del Consejo Central de Arquitectos están: hotel privado de
tos entre los que se destaca Aspectos del plane- Nacional por la Paz. G. S. Las Heras 2131, casa de renta en Talcahuano
amiento y de la vivienda en Cuba (1968). 889, Farmacia Nelson en Suipacha 477 (1917)
Su especialización en planeamiento y la y garaje en Humberto I 1630, todas en Buenos
actividad institucional estuvieron teñidas de GAZANEO, JORGE OSVALDO. Aires. En el concurso privado del Banco Pro-
su ideología progresista (aunque no partidis- veedor del Río de La Plata se le adjudicaron cin-
ta, con excepción de los últimos años). Parti- Buenos Aires, 1928. Arquitec- co chalets para ser construidos en el barrio de
cipó en 1969, junto a Horacio Pando (v.), Luis to e historiador de la arquitec- Belgrano. Proyectó también la Casa de la Em-
Morea (v.) y Marcos Grossman, en la trans- tura. Experto en preservación pleada en Punta Mogotes, Mar del Plata, y las
formación de la vieja y alicaída sociedad de ar- del patrimonio. escuelas Joaquín V. González (1930) y Guiller-
quitectos porteña en una entidad fuertemen- mo Rawson (1937), en la Capital Federal.
te comprometida con las vicisitudes del país, Egresado de la FAU-UBA en 1955, ha de- Junto al arquitecto Moy realizaron varias
en donde el rechazo sistemático a los gobier- sarrollado actividad docente en la FAU-UBA y obras en Buenos Aires, entre las que se en-
nos dictatoriales se combinaba con renovadas en la FAU-UNLP. Se especializó en el área de cuentran el petit- hôtel de la calle Mendoza 1770
preocupaciones sociales (v. Sociedad Central de Ar- rediseño urbano en Inglaterra, y en preserva- (1922) y el hotel privado de Ayacucho 1337
quitectos). En 1972, García Vázquez encabezó ción y rescate del patrimonio monumental en (1922); las casas de renta de: Juncal 1843 (1922),

112 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


gar gem
Santa Fe y Coronel Díaz (1932), Pueyrredón GERBINO, JOSÉ. Santo Stéfano di Camastra (Si- Obras, de la que fue integrante de la Comi-
2324 (1930), Guido 1685 (1925), y la casa par- cilia, Italia), 1886 - Saint Triphon (cerca de sión Directiva, vicepresidente en 1922 y 1933,
ticular de Coronel Díaz y Centeno (1932). En- Lausana, Suiza), 1972. Arquitecto y escultor. y presidente en 1925.
tre otras actividades, GC se desempeñó como Egresado de la Real Academia de Bellas Artes Entre 1950 y 1955 fue profesor de escultu-
subdirector y luego director general de Arqui- de Palermo (Sicilia), en donde estudió entre ra de la Escuela Superior de Artes Visuales, in-
tectura del Consejo Nacional de Educación (v. 1902 y 1909, poseía los títulos de Profesor corporada a la Universidad Nacional del Lito-
Escuela). En 1946 obtuvo, junto a los arquitec- Nacional de Arquitectura, Decoración y Escul- ral, y desde 1943 hasta 1964 de la Escuela
tos Jaime Roca (v.) y Naon Gowland, el segun- tura y Profesor de Geometría Descriptiva, Di- Provincial de Bellas Artes.
do premio en el concurso para la sucursal San bujo Técnico y Ornamental; tuvo como espe- JG constituye una figura peculiar en la his-
Urbano y el primero para la sucursal Isla Ver- cialidad la cerámica industrial y artística, la toria de la producción arquitectónica de la ciu-
de del Banco de la Nación Argentina. alfarería y la escultura. Fue discípulo de los es- dad de Rosario. Llegó a la Argentina durante un
A pesar de cultivar un Eclecticismo esti- cultores Mario Rutelli, Domenico Trente Cos- viaje de estudios por diversos países, obtenido
lístico, como la mayoría de los arquitectos de te y Gaetano Geraci. Por entonces, la Acade- como premio de un concurso de arquitectura y
su generación, se preocupó por la evolución mia se encontraba dirigida por el arquitecto decoración organizado por el Ministerio de Ins-
de la arquitectura local: “En nuestro tiempo Ernesto Basile, destacado por su producción trucción Pública de Italia. Renunció a los be-
todas las naciones son interdependientes, pe- de mansiones Liberty. Fue ganador en 1908 neficios de la beca —que incluía visitas a Gre-
ro cada país se expresa según su genio propio. del concurso nacional para una plaza en la Es- cia y Egipto— y se radicó en Rosario, en los años
Ha llegado la hora para los arquitectos ar- cuela de la Medalla de Roma. En 1911 se ra- en que se extingue la gran inmigración.
gentinos de crear una arquitectura que mues- dicó en la Argentina y en 1917 se nacionali- Su arribo a la ciudad coincidió con uno de
tre que estamos alerta y al compás del tiempo zó. Tres años después se casó con la suiza Ida los primeros eventos artísticos rosarinos: la ex-
que vivimos, pero que sea también expresión Juana Chauvy. Pintora y cultora del pensa- posición de pinturas que El Círculo organizó
de nuestra modalidad, de nuestra herencia cul- miento religioso oriental, ella lo introdujo en el en 1912. Gerbino se liga al grupo de Alfredo
tural” (Nuestra Arquitectura. N° 385, diciem- ambiente de la Sociedad Teosófica local. y Ángel Guido (v.).
bre de 1961, p. 38). R. P. En 1917, El Círculo organizó el Primer Sa-
Durante la segunda década del siglo parti- lón de Otoño de pintura y escultura en el que
Bibliografía: Colección Revista de Arquitectura 1917- cipó en numerosas exposiciones y muestras, expusieron sus obras. En el mismo año se cons-
1930; Anuario de Arquitectura e Ingeniería de la con bronces, cerámicas y aguafuertes, con es- tituyó la Comisión Municipal de Bellas Ar-
República Argentina, 1922; Colección revista Nues- pecial interés en la investigación sobre la alfa- tes, que organizó en 1918 el Segundo Salón de
tra Arquitectura 1932-1961; R. Crespo y R. Cova. Ar- rería indígena. En 1919 obtuvo el primer pre- Otoño, donde también expuso.
quitectura marplatense: El Pintoresquismo. Resis- mio en la sección de Arquitectura y Decoración En esos años la revista Augusta señala que
tencia: IAIHAU, 1982. del Salón Nacional de Bellas Artes de Buenos la producción de Gerbino y Alfredo Guido po-
Aires. Sus obras integran el patrimonio de see un dominio absoluto del estilo y el color, va-
diversos museos. Fundador de la Comisión
GEMINIANI, MARIO. Carrara, Italia, 1856 - s/d. Municipal de Bellas Artes, fue miembro de la
Arquitecto. Activo en Buenos Aires a fines del misma en 1930-1931.
siglo XIX y principios del XX. Individualmente, y también asociado en for-
ma sucesiva a Leopoldo Schwarz, a Manuel Tris-
Llegó a la Argentina en 1883 e instaló su es- tán Ocampo y a Carlos López Zamora, produ-
tudio en Corrientes 942, en Buenos Aires. Tra- jo un significativo volumen de obra, con las más
bajó en el Departamento Nacional de Ingenie- variadas filiaciones estilísticas, en una secuen-
ría y Obras Sanitarias de la Nación (1897). cia iniciada con las tribunas para el Hipódro-
Realizó un proyecto para la estación Once y con- mo del Jockey Club (1920) y jalonada por los
cretó el Palacio Bustos en la calle Bolívar. Pre- trabajos de la cripta de la iglesia catedral, y las
sentó trabajos en el concurso para el Palacio del reformas en la residencia Estévez (1922-1925),
Congreso Nacional y en el de la Grabadora Ar- la iglesia del Perpetuo Socorro (1925), el Club
gentina de Barracas. Edificó el establecimien- House del Rosario Golf (1928), el Palacio Mi-
to Vasena en Buenos Aires y el palacio Miguel netti (1929), el edificio para La Unión Gremial
Nougués en Tucumán. Se le atribuyen también (1932). Se destaca una serie de cines y teatros,
algunas obras en la ciudad de La Plata, como: entre los que sobresalen el Cine Real (1928) y
la iglesia de San Ponciano, el Hospital Italiano el Monumental (1936); además de una gran pro-
y la fachada del Departamento de Ingenieros. ducción de residencias particulares, viviendas
y locales comerciales, panteones y mausoleos,
Bibliografía: F. Ortiz, J.C. Montero, R. Gutiérrez, A. en los que incluyó su trabajo como escultor.
Levaggi y A. S. J. de Paula. La arquitectura del li- Constante referente en los debates susci-
beralismo en la Argentina. Buenos Aires: Sudame- tados en torno de las incumbencias profesio-
ricana, 1968; Vicente Cútolo. Nuevo diccionario nales, participó activamente en la Sociedad de
biográfico argentino. Bs. As.: Elche, 1968. Ingenieros, Arquitectos y Constructores de u AFICHE DEL SALÓN DE OTOÑO DE ROSARIO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 113


lorizando sus huacos, urnas, platos, vasos, re- En el estudio reinaba, en definitiva, un no-
pisas, portalibros y papeles, y la medalla de oro table Eclecticismo, que fluctuaba entre el Tu-
otorgada por un cofre incaico estilizado. El éxi- dor de la casa Seghezzo, en la Av. Belgrano, y
to alcanzado por ambos puede medirse por las el Pintoresquismo del chalet Brebbia, en Ur-
ventas de objetos realizadas bajo patrocinio ofi- quiza y Oroño (1923). Al Neocolonial de la re-
cial. Con motivo de una exposición posterior de sidencia Calvente, en Santa Fe 2048 (1926), le
tapices americanos, donde triunfan las alfom- correspondió el Neoespañol de Catamarca y
bras santiagueñas y la decoración indígena pre- Oroño, que incluyó elementos neogóticos en
colombina, Moi llega a reconocer que han sido el interior. El Liberty de las mansiones para la
Guido y JG quienes abrieron “a la imaginación familia Alabern, en Oroño y Zeballos y Oroño
un poco agotada de los decoradores nuevos rum- y Montevideo (1927), retomó los estilemas de
bos y horizontes insospechados”. la casa Machain. El Clasicismo de las villas ita-
En 1919 la difundida revista Plus Ultra pu- lianas predominó en las viviendas Lejarza de
blica un artículo de Antonio Pérez Valiente de- Oroño 987-991 (1923) y Fantoni de Oroño 272,
dicado al renacimiento del arte indígena, don- casi gemelas y de ingreso lateral exento. Idén-
de, junto a la imagen de ambos autores en su tico lenguaje se empleó en el volumen com-
estudio, se alaba su cerámica, muebles y pro- pacto de las casa Alcalde, de Oroño y San Lo-
yectos de decoración mural, en “un estilo bá- renzo (1924), en Terzano, de Oroño y Tucumán
sico, inconfundible y netamente nacional, sin (1928), o en Vignoles, de Italia y Santa Fe. Se
mezcla extranjera y llamado a tener grandes utilizó asimismo entre medianeras, como en
proyecciones en la arquitectura y en el vasto la casa Gutman de Oroño 740 (1927); se afran-
campo de la decoración”. El año 1919 parece cesó con la ampliación del vocabulario deco-
haber sido decisivo en la trayectoria de JG: por rativo en la residencia Cuesta, de Moreno y
más de dos décadas no encontraremos ya su Santa Fe (1925), o en la de Lagos, de Santa Fe
presencia en los salones de arte ni en las mues- 1712, y al ornamentar la fachada Mackey, de ca-
tras de elementos decorativos. Se dedicará en lle Dorrego frente a la plaza San Martín (1924).
particular a la arquitectura. Mientras se ejecutaban las obras citadas, el
Su primera obra registrada pertenece al hi- estudio realizó un número no inferior de in-
pódromo del Parque Independencia, en el que tervenciones en viviendas de menor enverga-
se realizan las tribunas populares y la nivela- u FACHADA DEL PALACIO MINETTI, ROSARIO, DE J. GERBINO. dura, grupos de casas de renta y hasta un par
ción de la pista de carreras. En marzo de 1920 de conventillos, que exteriormente mostraron
realiza el que sería su primer proyecto de im- corativamente formas Liberty y andaluzas de el referido Clasicismo ahora estandarizado.
portancia: boleterías, tribunas populares y ofi- fuertes efectos pintorescos. Entre 1922 y 1925 La actitud abiertamente historicista queda
ciales, acceso a jardines y quiosco de música en ambos socios llevan a cabo los trabajos de la patente si se recorren las referencias románi-
estilo Liberty, de notable contraste entre mate- cripta de la iglesia catedral, con elementos de cas de la iglesia del Perpetuo Socorro de Alberdi
riales (ladrillo visto, hierro y piedra), desbor- la arquitectura barroca española y latinoameri- y French (1925), hasta el ampuloso Neoborbó-
dante de bajorrelieves marmóreos, atrevidas cana; al mismo tiempo que ejecutan amplias nico de la fachada de La Capital; desde el espa-
formas lineales y mansardas convencionales. reformas en la casa de Odilo Estévez. ñolizante de La Cervantina, de San Juan entre
Del mismo año datan los planos de la ca- Otra tendencia se desarrolla en la mansión San Martín y Maipú (1928), presidido por una
sa Machain, para la esquina de Oroño y López Aghina de Laprida y Santa Fe (1921-1928), en estatua de Barnes, hasta el híbrido Neocolonial
(hoy Zeballos), desarrollada en una tipología donde los elementos de la tradición clásica re- de las dos casitas de renta en Alvear entre San
de mansión centrada en un gran hall de esca- ciben una decoración parcialmente indigenis- Luis y San Juan (1926), que son las viviendas
lera en doble altura, que se repetirá luego en ta en el interior. En 1922, la construcción del de los propios autores. Las loggias y el potente
muchas de sus obras. En un marco de fuerte cine-teatro Buckingham Palace, de Maipú 1174, almohadillado del edificio Dianda, de Corrien-
enfrentamiento entre competencias profesio- se constituye en cabeza de serie de otro géne- tes entre Córdoba y Rioja, se oponen al Clasi-
nales, JG se incorpora en marzo de 1921 a la ro, en el que la dupla se destacará: la cons- cismo más severo, utilizado en los talleres grá-
Sociedad de Ingenieros, Arquitectos y Cons- trucción de salas de espectáculos. ficos de Tamburini, en Urquiza entre España
tructores de Obra, donde lleva a cabo una ac- A partir de 1923 y hasta 1928 se suceden y Roca, y en el cine Real de Oroño y Salta (1928).
tuación destacada. A partir de 1921, JG se aso- ininterrumpidamente encargos, de los que El éxito social y empresario corona esta ac-
cia con Leopoldo Schwarz. Nacido en San se destaca una veintena de mansiones, entre titud ecléctica e historicista, corriente en la ar-
Cristóbal en 1899, este acababa de terminar sus cuyos comitentes se leen los nombres de la al- quitectura mundial de la metrópoli y en los sec-
estudios en la Facultad de Arquitectura de la ta burguesía local. Ubicadas casi todas “entre tores ajenos a las vanguardias arquitectónicas.
UBA y fijó su domicilio profesional en casa bulevares”, poseen lotes generosos, muchas El Palacio Minetti no solo es su obra más
de la familia Guido, Colón 1345. en esquina; en otras la secuencia ingreso - gran conocida, sino también la de autoría más dis-
Entre los años 1921 y 1924 realizan la re- hall - escalera y salón comedor se ve compro- cutida. Una publicidad contemporánea de esa
forma del pasaje La Unión Gremial, el conjunto metida por desenvolverse en terrenos limita- empresa cerealera, aparecida en el Boletín de
de viviendas pasillo, en donde se articulan de- dos, angostos y profundos. la Bolsa de Comercio, presenta la imagen del

114 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


gem gem
edificio firmada por “Gerbino, Schwarz y Du- frente resulta íntegramente fascetado en la me- de Alem 1055; un indio estilizado vigila la en-
rand (v.), arquitectos”. Inaugurado en 1929, jor tónica Art Déco, hasta la mueblería Scara- trada. Construida sobre la barranca, esta se ha-
este trabajo fue producto de la asociación de bino de Sarmiento 953/61(1936) y la Granja bía iniciado en un proyecto de Ocampo para el
dos estudios. Los planos de obra de las facha- Argentina (1937-1939). En el cine Monumen- estudio compartido con Durand; tras modifi-
das llevan la rúbrica de Gerbino, Schwarz, Du- tal de San Martín y San Luis (1935), se desta- caciones sucesivas, en 1943 quedará instalado
rand y Ocampo, a excepción de la principal, ca la imagen característica de un gran cartel, allí su estudio y taller.
donde no firma Durand. La estética Art Dèco, recurso que se reitera en el negocio O’Neill La partida de Ocampo coincidió con cam-
que parece haber sido resultado de la deman- (1940), donde abundan los contrastes de ilu- bios importantes en la vida de JG y en su rela-
da de una imagen made in USA del propio Do- minación, los metales pulidos y la tipografía ción con el arte. Si bien pareció haber aban-
mingo Minetti, caracteriza solamente el fren- de impacto, por lo que constituye la versión lo- donado el mundo de la plástica entre 1919 y
te y el hall de ingreso. cal de la Main Street Renovation. En el café San- 1943, la construcción de monumentos funera-
Luego de la experiencia del Minetti, Tris- ta Paula y en el Sorocabana se utiliza el Tro- rios le permitió ejercer como arquitecto-escul-
tán Manuel Ocampo, colaborador de Durand pical déco, con palmeras incluidas. tor: a los primeros panteones para las fami-
en obras tan importantes como los edificios de Durante ese período resultan relevantes lias Pozzi (1918) y Lagos (1918), les sucedieron
la Federación Agraria Argentina y el Palacio el hotel de la cortada Barón de Maua (1938) y el del Círculo de la Prensa (1936), el de la fa-
Fuentes, se asoció con Gerbino y Schwarz. el sanatorio Rawson, de Rioja entre Roca y Pa- milia Asanelli, el mausoleo de homenaje a mon-
La incorporación de Ocampo no significó raguay, ambos en International Style. La ape- señor Grenon y el de la familia Vicari (1945),
variaciones de consideración en la producción lación a las formas más modernas siguió sien- en el que su estilo de escultura ha ido variando
del estudio. Esto se verifica observando el con- do útil para enmascarar la inversión rentística al mismo ritmo que su arquitectura.
junto compacto de cuatro viviendas construi- de conocidos miembros del medio local. Co- Desde 1943 reanudó las actividades artísti-
das para Ángel Campodónico en Salta y Entre mo ejemplo puede citarse la esquina erigida cas y volvió a los salones oficiales. Algunas de
Ríos, de 1932, que presenta detalles similares en Alvear y Rioja para Clucellas (1943), quien sus obras pueblan los espacios públicos de la
a los de la casa Barralt de Laprida 1308, que operaba para un grupo de inversores vincula- ciudad: el Dionisio de la plaza Pringles, Tie-
data de 1929. En la anexa casa Paretto, de 1931, dos al propio JG y a su contador. rra Virgen en el parque Independencia, la Ve-
la esquina posee un bajorrelieve de motivo in- nus del jardín francés, la Madre del Rosedal y
dígena característico. El orientalismo mani- el busto de José de San Martín, que se encuentra
fiesto del templo israelita de Paraguay entre en los Tribunales Provinciales de Rosario.
Mendoza y San Juan probablemente deba atri- JG ejerció la docencia institucional en la Es-
buirse al comitente. cuela Provincial de Bellas Artes. Pocos años
De las numerosas viviendas de clase media antes de su jubilación, en 1964, demostraba
desarrolladas en dos plantas durante estos años, aún su rechazo a los cambios arquitectónicos
resaltan la de Ghio, en la esquina de Balcarce y acaecidos y a la escisión de las disciplinas, e in-
Cochabamba (1931), o su lindera, edificada so- sistía en que se incorporara el dictado de De-
bre Cochabamba para Castro (1932). Dos man- coración en los planes de estudio.
siones de mayor envergadura, ambas adyacen- No obstante, su acceso a la docencia uni-
tes y erigidas en 1930, merecen compararse: la versitaria se vio inexorablemente influida por
de la familia Tacconi, en Oroño 1542, con una las vicisitudes del país. En 1955, los bustos de
tardía fachada de pilastras clásicas y patio an- u CASA EN EL BULEVAR OROÑO, ROSARIO. su autoría que representan a Juan y a Eva Pe-
daluz, y la de la familia Moroni, de Oroño 1538, rón, producto de un encargo oficial y ubicados
con motivos neocoloniales modernizados. En dos versiones se insinúa la versión a en el hall de la Facultad de Ciencias Matemá-
Resaltan, asimismo, el zigzag del templo la page del petit-hôtel: en la residencia y clíni- ticas, fueron atacados y dañados, lo cual moti-
adventista de Catamarca 2150 (1932) y el mo- ca Fonso de Oroño 701 (1935) y la casa Scara- vó un acto público de desagravio. Finalmente,
nótono Art Dèco de la Unión Gremial, de Mi- bino. La primera, con su gran ochava curva, una vez producida la Revolución Libertadora,
tre y Santa Fe, proyectado en este estilo por un contrasta con el resto de las residencias con por Resolución N° 1707 de noviembre de 1955
pedido expreso de la empresa. La misma esté- que el propio Gerbino pobló el bulevar; la se- de la Facultad de Filosofía, se solicitó al inter-
tica se simplifica y combina con extraños ócu- gunda no renuncia a la retórica de arquerías y ventor de la UNL que diera por terminadas las
los en el Instituto Tráfico de San Lorenzo, en- techos inclinados y a los materiales contras- funciones de JG como titular de Escultura.
tre Oroño y Alvear (1933); motivos que tados, mientras que en el interior prolifera un Entre 1943 y 1945, JG realizó algunas am-
reaparecen en el cine Edison, de Ovidio Lagos pulido Art Déco. pliaciones y reformas de breve entidad. Desde
entre Córdoba y Santa Fe. Significativas de otra línea son las casas de diciembre de 1945 tuvo como colaborador a
La firma Gerbino-Schwarz fue disuelta en campo californianas Delgado, Gómez, Marti- Carlos López Zamora, quien se matriculó de
marzo de 1933, y el primero quedó como con- ni y Susini en Timbúes y Oliveros, y la casa del arquitecto en febrero de 1947.
tinuador. En la siguiente década, JG actuará propio JG en las barrancas del río Carcarañá. Del casi centenar de obras producidas por
asociado con Ocampo. La empresa realiza aho- En la ciudad, el Californiano floreció en la ambos, en las que predominan reformas, am-
ra un conjunto de reformas de considerable casa Maider de Alem 1054, que emerge con su pliaciones y la construcción de viviendas eco-
dimensión, desde la envolvente de la antigua balcón maderero de entre las medianeras, y en- nómicas, merece resaltarse la reforma y edi-
sede del Banco Provincial de Santa Fe, cuyo frente de esta obra en la propia vivienda de JG ficación de una última mansión: la casa para

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 115


Carlos Lagos en Boulevard Oroño y San Luis, Proyecto Orgánico para el Municipio. Fue pro- ría del Molino (1916); el edificio de la Com-
donde reaparecieron los gestos afrancesados fesor universitario. pañía Italia América, luego Banco di Napoli,
con profusión de mansardas. También se des- hoy Banco Comafi (1927); el primer premio
tacan la fábrica Famaco de Lagos 4060 (1948) Bibliografía: F. Ortiz, J.C. Montero, R. Gutiérrez, A. del concurso de proyecto para el Monumen-
y el Salón de Sesiones anexo al Palacio Vasa- Levaggi y A. S. J. de Paula. La arquitectura del li- to a la Bandera Nacional en la ciudad de Ro-
llo (1952). Asimismo se ejecutan proyectos aje- beralismo en la Argentina. Buenos Aires: Sudame- sario, junto con el escultor Troiano Troiani
nos, como en el caso del edificio Levame de ricana, 1968. (1928); el edificio de la Sociedad Anónima
Av. de Mayo 108. Desde septiembre de 1948, Industrial Shaffhausen (1932) y el proyecto
JG es designado representante de Ángel Gui- para el edificio de la Compañía Ítalo Argenti-
do en la administración de los trabajos del Mo- GIANOTTI, FRANCISCO TERENCIO. Turín (Ita- na de Electricidad (1936). Unos años antes
numento Nacional a la Bandera. lia) 1881 - Buenos Aires, 1967. Arquitecto. de su fallecimiento redacta sus “memorias” .
En 1958 la empresa inició la construcción En 1904 egresa de la Academia de Bellas Ar-
de edificio Belvedere, de Mitre 202, empren- tes de Turín. Al año siguiente realiza un viaje FORMACIÓN Y ACTIVIDAD PROFESIONAL.
dimiento conjunto con uno de los inversores de estudios a Bélgica. De regreso a Italia, di- De su época de estudiante data la amis-
que lo acompañó a lo largo de toda su carrera: seña algunos pabellones para la Exposición tad que lo unió a Alfredo Melani, profesor
la familia Campodónico. Internacional de Milán y realiza decoraciones de la Academia de Bellas Artes de Milán, a
La sociedad se convirtió en S.R.L. en 1958, interiores en residencias privadas. En 1909 quien FG reconocería luego como maestro.
cuando le fue otorgada la administración, la llega Buenos Aires y se emplea como dibu- Melani, al igual que Camilo Boito, Giuseppe
dirección y el uso de la firma social a López Za- jante en el estudio de Arturo Prins (v.) y Oscar Sommaruga y otros intelectuales de su época,
mora. En 1966 se disolvió en razón de la avan- Ranzenhofer (v.). Trabaja en el Pabellón de Ita- se encontraba embarcado en la tarea de re-
zada edad de su fundador. lia para la Exposición Internacional del Cen- cuperar un arte de raíz nacional, que sirvie-
En 1971, JG se estableció en Suiza, donde tenario, junto con Mario Palanti (v.), bajo di- se de inspiración a las futuras generaciones
falleció en un accidente ferroviario. Su archi- seños de Gaetano Moretti (v.). Regresa a Italia de artistas. Melani apelaba a una estética mo-
vo ha sido olvidado; su trazo aún perdura en por unos meses. De vuelta en Buenos Aires, derna que perseguía la recreación de los mo-
cientos de edificios erigidos en la ciudad. E. B. abre su propio estudio en 1911. Entre sus delos de la tradición cultural con la estructu-
obras y proyectos más significativos figuran la ra del Eclecticismo académico como base
Bibliografía: I. Slulitel. Pintores de Rosario en lo que Galería General Güemes (1915); la Confite- compositiva. Esta interpretación estaba sus-
va del siglo; Catálogo Ilustrado del Primer Salón
de Bellas Artes. Rosario: Ed. del Museo Municipal
de Bellas Artes “Juan B. Castagnino”, 1917; Catálo-
go de IX Salón Nacional, Bs. As.: Ed. de la Comisión
Nacional de Bellas Artes, septiembre-octubre de
1919; Colecciones revista Augusta y revista Plus Ul-
tra; Boletín UNL. Santa Fe; Colección de El Cons-
tructor Rosarino, luego Edilicia. Sociedad de In-
genieros, Arquitectos y Constructores de Obras de
Rosario; A. Merlino. Diccionario de artistas plás-
ticos en la Argentina. Siglos XVIII al XX. Bs. As.,
1954; V. Gesualdo. Enciclopedia del arte en Améri-
ca. Biografías. Bs. As.: Bibliográfica Omega, 1969.

GHIGLIAZZA, SEBASTIÁN. Buenos Aires, 1871


- Villa Allende, Córdoba, 1948. Ingeniero. Tra-
bajó en Obras Hidráulicas y realizó algunos
edificios públicos de importancia.

En 1903 realizó la provisión de agua de San


Salvador de Jujuy, en 1904 la de Santiago del
Estero y en 1905 la de Salta. En 1911 es desig-
nado director de Arquitectura de la Nación, car-
go que mantuvo hasta su jubilación en 1932.
Allí realizó diversos trabajos, como la Admi-
nistración de Ferrocarriles, el Club Gimnasia
y Esgrima y el Hospital Español. En 1923 in-
tegró la Comisión de Estética Edilicia de la Ciu-
dad de Buenos Aires, que en 1925 publicó el u DETALLE DE LA MARQUESINA DE LA CONFITERÍA DEL MOLINO, EN CALLAO Y RIVADAVIA, BS. AS., DE F. GIANOTTI.

116 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


gem gia
tentada por la incorporación de los moder- guesía argentina (Palacio Bracht, 1923, demo-
nismos finiseculares, asimilados a través de lido) y hasta algún noble europeo (edificio Shaff-
determinados elementos decorativos. hausen, 1932), por lo que se comprueba la ver- Confitería del Molino
FG converge en esta línea. Luego de egre- satilidad que los arquitectos con su formación
sar de la Academia de Bellas Artes de Turín, mostraban en la resolución de un amplio es-
donde obtuvo el título de arquitecto, un con- pectro estilístico, desde las Beaux Arts hasta
tacto de Melani le dio la oportunidad —a él y cierto Academicismo clasicista.
a su hermano Giovanni Battista— de estudiar Su actividad en los años posteriores incluyó
en Bruselas, donde habrían de conocer las obras algunos diseños navales, donde demostró sus
y las teorías de Victor Horta y Henri Van de Vel- dotes de inventor y de audaz empresario. Con
de. Con la llegada de Francisco a Sudamérica, el aporte de inversores argentinos emprendió
Melani esperó que su discípulo continuara la la construcción de una balsa para el transpor-
línea modernista en su nuevo destino. La vin- te fluvial de maderas, con un particular dispo-
culación fraterna seguiría también en el cam- sitivo para la bodega de troncos (1921) y una es-
po profesional y empresarial. pecie de “hidrodeslizador” para pasajeros, botado
Antes de llegar a la Argentina había reali- en el río Luján en 1935. El negocio no prospe-
zado algunas obras en Milán, entre las que fi- ró; en cambio sí lo hizo la vinculación con la
guran varias decoraciones de interiores, es- empresa de hierros forjados, muebles, vitrales
pecialmente la del Palazzo Casanova, en la y bronces artísticos que montó su hermano
Piazza del Duomo. También trabajó, proba- en Milán. La industria familiar proveyó mate-
blemente junto a Melani y a su hermano, en riales de importación para varias de sus obras,
la construcción de varios pabellones para la Ex- como la confitería La París, la residencia De-
posición Internacional de Milán de 1906. llepiane, la Güemes y el Molino, entre otras,
En el verano de 1909, FG desembarcó en recibió también encargos de otros estudios y
Buenos Aires. Contaba con la representación firmas. Los trabajos, de gran calidad, propor-
comercial de la firma Arcari, Fontana & Cía. cionaron buena parte del crédito que estos edi-
(fabricantes de hierro forjado, muebles, vitra- ficios lograron en su época. El modernismo de
les y bronces). A los tres días de su arribo, co- las creaciones de la fábrica de Juan Bautista se
menzó su trabajo de dibujante con los arqui- prolongaba en los trabajos de FG.
tectos Arturo Prins y Oscar Ranzenhofer. En el De su perfil profesional queda claro que FG
estudio, del cual llegó a ser director del De- perteneció a esa legión de constructores que
partamento de Arquitectura, trabajaría más de no formó parte del áulico círculo de la Socie-
dos años. Allí estableció los contactos que for- dad Central de Arquitectos (v.), circunstancia
maron la base de su futura clientela y conoció que explicaría la escasa prensa de su obra en
u DIBUJO DE LA FACHADA SOBRE AV.. RIVADAVIA Y
además a otro compatriota que se sumó al staff la Revista de Arquitectura (v.). Varias de sus cons-
FOTOGRAFÍA ACTUAL DE LA CONFITERÍA DEL MOLINO,
poco tiempo después: Mario Palanti. Segura- trucciones, en cambio, aparecieron con mayor
LA OBRA MÁS CONOCIDA DE FRANCISCO GIANOTTI.
mente con él trabajó en su primera obra, el mon- frecuencia en revistas del circuito “no oficial”,
taje y la ambientación del Pabellón de Italia pa- cuyos principales destinatarios eran las em-
ra la Exposición Ferroviaria del Centenario, bajo presas de construcción y las industrias subsi-
un diseño atribuido a Gaetano Moretti, con ma- diarias (v. El Arquitecto), de la Federación de Ar-
teriales provistos por la empresa Arcari. quitectos Constructores, o CACyA (v.), órgano
En 1911 consiguió montar un estudio en la oficial del Centro de Arquitectos, Constructo-
calle Paraná al 900. A ese período pertenecen res de Obra y Anexos, del que FG fue socio).
una residencia particular (el palacio Solá, en Por esos años, la amistad con Palanti se tra-
Avenida del Libertador al 4100, demolido) y dujo en actividades compartidas en un con-
cuatro edificios de renta, de los cuales solo sub- sejo editorial. Ambos, junto a los arquitectos
sisten dos de 1912, ambos sobre la calle Mar- Locatti (v.) y Depetris, integraron el cuerpo de
celo T. de Alvear al 1400. En ese año, la apro- colaboradores técnicos de Arquitectura y Ar-
bación del proyecto para el Pasaje Florida (luego te Decorativo. Revista ilustrada (publicó unos
Galería General Güemes) significó la inde- pocos números a partir de 1926), donde tam-
pendencia definitiva en el campo profesional. bién figuraron algunas de sus obras. Nunca
No podría caracterizarse a sus comitentes ejerció la docencia. Se pueden consultar sus
solo como prósperos industriales —general- propios comentarios acerca de su producción
mente inmigrantes italianos—, como lo fue- en las publicaciones y en la folletería destina-
ron muchos de los clientes de Mario Palanti da a promocionar algún edificio o proyecto, y
y Virginio Colombo. Por su tablero también en sus memorias no publicadas.
pasaron obras para miembros de la alta bur- El grueso de la obra construida (cerca de la

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 117


mitad) pertenece a la década de 1910. A partir sector de la construcción, determinó la idea de- lindera, que se había comprado en 1909, y la
de los años veinte se verifica un paulatino cam- finitiva de un edificio pasaje que conectaría am- construcción sobre el terreno de Rivadavia 1815,
bio estilístico que contempló fusiones moder- bas calles. En realidad, se trata de dos edificios cuyo primitivo edificio también pertenecía al co-
nistas con la arquitectura histórica de la Italia sujetos a una servidumbre perpetua —el pasa- mitente. Se trataba de fusionar en un conjunto
septentrional, cierta subespecie de Beaux Art, je— que se construirían en estilo idéntico con unitario la ampliación de un edificio que seguía
de Art Dèco, alguna variante del Neoclásico fran- los mismos materiales. Por otro lado, hubo que atendiendo a los clientes, la remodelación de
cés, hasta incorporar la estética del Racionalis- superar algunas cuestiones reglamentarias, es- otro y la edificación de un tercero, trabajos que
mo, a partir de la década de 1930. Gianotti con- pecialmente la altura mayor de la permitida pa- se resolvieron en menos de un año.
tinuó con su labor hasta el año 1959; contaba ra el área y la disposición de un teatro y un res- Con el concurso de la misma empresa que
desde algún tiempo atrás con la colaboración taurante en el subsuelo. lo acompañó en la Galería Güemes (y que lo
de sus hijos Aníbal y Pedro. Transcurrieron así El programa del edificio reunía varias acti- haría en varias obras posteriores), la Compañía
50 años de arquitectura en Buenos Aires. vidades: oficinas, viviendas, un cine-teatro, dos General de Obras Públicas Sociedad Anónima
restaurantes, un salón de fiestas (luego caba- GEOPÉ, FG se decidió por utilizar columnas
OBRAS Y PROYECTOS. ret), una sucursal bancaria y locales para co- metálicas para interferir lo menos posible en la
La producción de FG puede ser conside- mercio, un verdadero “compendio de ciudad” actividad de la confitería, sobre la cual desarrolló
rada dentro de un esquema diferente de los para la época. el esqueleto de hormigón armado que susten-
planteados por otros “contestatarios” locales Para el paisaje urbano del Buenos Aires de taría el resto de las construcciones. Algunos de-
de la Academia para el ámbito local. Por un la- 1915, el conjunto debió tener un aspecto ver- talles fueron resueltos con piezas premoldea-
do, algunos sus trabajos presentan como ca- daderamente monumental, favorecido por la das de hormigón armado, como por ejemplo
racterística la búsqueda de formas que com- ausencia de los edificios que luego lo oculta- las escaleras y la estructura de la torre de la
binasen parte del repertorio del Historicismo, estilizada cúpula que corona la ochava.
recreados bajo reglas de composición relacio- La escasa crítica desarrollada en torno de
nadas con los modernismos finiseculares (Nou- FG ha centrado buena parte de sus comenta-
veau, Floreale) (v. Arte Nuevo), operación que se rios en la fachada del Molino, donde vuelve a
daría en forma inversa dentro de la obra de Co- demostrar su preocupación por el desarrollo
lombo. Por otro, los repertorios y series de ele- de formas diferentes. Prueba de ello son, por
mentos adoptados no terminan de constituir ejemplo, los grandes aleros curvados, ubica-
un sello propio, como el que definió los traba- dos al nivel de la mansarda. Protegiendo cua-
jos de Palanti. Su período “antiacadémico” tro ventanas e incluso la ochava, las lucarnas,
mantiene una estrecha vinculación formal con que actúan como remate de los cuerpos sa-
cierta línea “medievalista”, manifestada en la lientes, ayudaron a articular el edificio existente
recurrencia de estilemas decorativos (pinácu- sobre Callao, al generar un módulo de facha-
los, arquerías) que surgen de sus fachadas y da que se repitió sobre Rivadavia.
volumetrías bajo reglas que subvierten en bue- En cuanto a la composición, la fachada no
na medida el canon compositivo académico (v. escapó a los cánones académicos acostum-
Eclecticismo). Sin embargo la obra Nouveau de u UNO DE LOS GRANDES SALONES DE LA GALERÍA GÜEMES. brados. Aun así aparecen ciertos detalles ca-
FG es una parte significativa, pero de ningún racterísticos de FG, como las columnas que
modo exclusiva en la totalidad de su produc- ron al transeúnte. La gran escala de la cons- despliega en los balcones del cuarto piso, ges-
ción, que se extiende a lo largo de medio siglo trucción no impidió un acabado trabajo de de- to al cual ya había recurrido en obras anterio-
de actividad en la Argentina. talle, expresado en la calidad y riqueza de su res, como la casa de renta de Marcelo T. de Al-
Tres obras ocupan un lugar destacado: la ornamentación. Es importante señalar que tan- vear, y a los que regresaría.
Galería Güemes, terminada en diciembre de to los materiales como la técnica constructiva La totalidad de los elementos decorativos
1915, la Confitería del Molino, inaugurada el 9 eran poco frecuentes en esos años para un edi- provienen de la mano de los Gianotti. La esté-
de Julio de 1916, y el edificio para la Sociedad ficio de semejante altura, novedad que fue am- tica modernista hace su aparición allí en vitra-
Anónima Shaffhausen, concluido a principios pliamente promocionada en el resto de Amé- les, en el trabajado hall de entrada de la calle Ri-
de 1932. Se trata de edificios de envergadura rica y en Europa. Otra técnica novedosa se vadavia, en la marquesina que protege la planta
(unos 30.000; 5.000 y 13.000 m2, respectiva- aplicó al teatro, cuya platea montada sobre una baja, en los artefactos de iluminación y en la he-
mente) que tienen en común la materialización gran losa de hormigón armado descansa sobre rrería; se desarrolla un diseño integral carac-
de complejos programas de necesidades. un apoyo pivotante, lo que ofrece la posibili- terístico de muchos cultores del Arte Nuevo.
La Galería General Güemes puede consi- dad de cambiar de pendiente o dejar un sue- La especulación inmobiliaria era todavía un
derarse su obra más importante. Con catorce lo plano para un posible uso como salón de bai- interesante negocio cuando se decidió la cons-
pisos y unos 80 metros de altura, es conside- le. Si consideramos a la Güemes como la obra trucción del edificio para la Sociedad Anóni-
rada el primer rascacielos de Buenos Aires. Una más importante de FG, mejor conocida es la ma Industrial Shaffhausen, en la calle Recon-
primera versión del proyecto contempló solo el Confitería del Molino. quista al 300. En forma semejante al diseño
sector sobre Florida. Luego, un convenio con Gianotti emprendió un proyecto que incluía de la Güemes, la construcción se resolvió con
el Banco Supervielle, dueño del terreno sobre mejoras y ampliación del edificio existente en un cuerpo de planta baja y seis pisos que en-
San Martín, que a su vez se haría cargo de ese la esquina, la remodelación de la casa de renta frenta la calle Reconquista. Sobre él se levan-

118 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


w Galería Güemes gia gia

u EL PASAJE DE LA GALERÍA GENERAL GÜEMES UNE LAS CALLES FLORIDA Y SAN MARTÍN, EN EL CENTRO DE BS. AS., Y UNIFICA DOS EDIFICIOS DE IDÉNTICO ESTILO SOBRE SENDOS TERRENOS.

u AUNQUE HOY ESTÁ


SEMIOCULTA ENTRE
LOS EDIFICIOS VECINOS, EL
CONJUNTO DE LA GALERÍA
GÜEMES FUE CONSIDERA-
DO, AL INAUGURARSE
EN 1916, COMO EL PRIMER
RASCACIELOS DE BUENOS
AIRES. TIENE 14 PISOS Y
80 METROS DE ALTURA,
Y PRESENTA NUMEROSOS
ADELANTOS TÉCNICOS.

u EL PROGRAMA DE LA
GALERÍA REUNE UNA GRAN
CANTIDAD DE ACTIVIDADES:
OFICINAS, VIVIENDAS, CINE-
TEATRO, DOS RESTAURAN-
TES, SALÓN DE FIESTAS,
SUCURSAL BANCARIA Y LO-
CALES COMERCIALES. SE
TRATA DE UN VERDADERO
“COMPENDIO DE CIUDAD”

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 119


ta una torre de siete pisos más, retirada unos nidad llegada de Europa. Anterior en pocos
veinte metros de la línea municipal. años al proyecto de la Ítalo, fue otro para un
Es notable el cambio de lenguaje del Shaff- hotel (no construido) a orillas del lago San Ro-
hausen con respecto a las obras precedentes. que, en Villa Carlos Paz, Córdoba, resuelto en
En la fachada utilizó un neoclásico despojado. Racionalismo blanco. En sus 17.000 metros
La planta baja fue recubierta de granito ne- cuadrados se alojaba un vasto programa de ne-
gro y el resto se revistió con mármol traverti- cesidades que incluía 300 habitaciones con vis-
no. Sobre este zócalo negro intenso descansa ta al lago y todas con orientación Noreste.
un primer piso muy simple, con ventanas rec- Sin embargo, su incursión en esta Nueva
tangulares, que a su vez sirve de articulación Modernidad —la redundancia se justifica— fue
entre el basamento y el orden mayor de pilas- más difusa en la obras construidas que en los
tras jónicas desarrolladas en los pisos segun- proyectos no realizados. Algunas de ellas tam-
do a cuarto. Sobre ellas, una gran cornisa ocul- bién figuraron bajo el rótulo de “moderno gia-
ta el quinto piso y el sexto, éste algo más nottiano”. ¿A qué se refería? Algo muy seme-
retirado. Además de las volutas de los capite- jante a una respuesta apareció en un artículo
les, el resto de la decoración se reduce a cua- que publicó en 1927: “En arquitectura, lo que
tro grandes palmetas que adintelan las venta- se ha convenido en llamar ornamento no tiene
nas centrales del segundo nivel. que adornar, en el verdadero sentido de la pa-
La composición de la fachada se halla en labra, todo el conjunto de cualquier composi-
sintonía con otras obras contemporáneas, co- ción arquitectónica, sino simplemente incor-
mo por ejemplo el edificio Volta (1930) o la ca- u EDIFICIO SOCIEDAD ANÓNIMA SHAFFHAUSEN, BS. AS. porarse a esa composición, penetrar en su
sa de renta para Sara W. de Marsengo (1931), estructura como elemento constitutivo, esen-
ambas de Alejandro Bustillo (v.). La inclusión di Napoli y hoy es sede del Banco Comafi. Ajus- cial, como todos los elementos que contribu-
del Neoclasicismo (o “francés moderno” ) co- tándose a la normativa para la avenida, resuel- yen a formar el cuerpo de la construcción”.
mo parte del catálogo de estilos disponibles, ve el exterior con decoración gótica veneciana, A partir del personal sincretismo que evi-
y especialmente el viraje al Racionalismo, ca- bastante estilizada, mucho más que los detalles denciaba, FG interpretó en esta versión del
racterizó parte de las obras y proyectos que FG casi facsimilares del Palacio Ducal que apare- Funcionalismo la imagen que tendría su pro-
produciría en años siguientes. cían en los bocetos preliminares. pia casa. Como él ya lo había anticipado, no
Para la nueva Av. Presidente Roque Sáenz Pero FG no puede soslayar los vientos re- renunciaba a la decoración, pero como si se
Peña, el arquitecto piamontés diseña la casa novadores. La primera mitad de la década de tratase de un cuadro, en un marco de fuerte
de renta encargada por Ana Ortiz Basualdo de 1930 determina su ingreso a las corrientes ra- geometría expuso un repertorio que no ten-
Olazábal, donde actualmente funciona la Ofi- cionalistas de la Modernidad centroeuropea, dría nada que ver con la composición acadé-
cina de Grandes Clientes de Telefónica de Ar- que en sus diseños seguirán compartiendo car- mica. Desafiaría abiertamente la simetría (sub-
gentina, terminada en 1925. Su fachada res- tel con otras influencias. vertida hasta en las ménsulas que visualmente
ponde a una receta neoclásica con condimentos Pasó una década desde su primera obra en sostienen el balcón) y tendería a una dispo-
del Renacimiento italiano. En la decoración del la Diagonal, cuando regresa a la misma ave- sición equilibrada; una escultura de Troiano
local comercial de la planta baja, para la tien- nida con un proyecto para la sede central de la Troiani a la derecha y piedra Mar del Plata pa-
da La Exposición (hoy desaparecida), desplegó Compañía Ítalo Argentina de Electricidad. Es- ra todo el frente.
un catálogo estilístico bastante alejado de la te diseño —ganador del concurso— definió un Veinticinco años después habló de la mo-
“sobriedad del estilo”. En la mezcla parecerí- edificio de más de 11.000 metros cuadrados derna arquitectura de su última obra —los de-
an intervenir algo de Mudéjar con pináculos de superficie cubierta, desarrollados en 75 m partamentos de Arenales 2080, ladrillo visto
neogóticos, grutescos, palmetas y diversas tex- de frente. Cocheras para unos 100 vehículos, mediante— con la misma convicción con que
turas de piedra, lo cual genera una ambienta- un gran hall de entrada, distinto tipo de ofici- se había expresado a su llegada a Buenos Ai-
ción ostentosa y cargada. En contraste, la dis- nas, grandes salones para exposiciones y con- res en 1909: “Mi opinión es que gran parte de
tribución de la planta tipo para las oficinas es ferencias, y un restaurante de empleados for- la edilicia existente tendrá que transmutarse
de una gran racionalidad y saca partido del quie- maban parte del programa de necesidades. en edificios nuevos, modernizarse para poder
bre que presenta el terreno. Enfrentado con el La imagen general del edificio se debatía satisfacer el incontenible progreso del país y la
anterior se levanta otro edificio de renta, esta entre cierto Clasicismo monumental, parte de ambición de los porteños de poseer la urbe más
vez para Felisa Ortiz Basualdo de Alvear, de la iconografía Art Déco y el Racionalismo gran- grande y bella de Sudamérica”.
1926. Una versión libre de pináculos neome- dilocuente que tuvo varios adeptos en el Bue-
dievales resultan los elementos decorativos más nos Aires de los años treinta. HISTORIOGRAFÍA.
significativos de su fachada. Las obras que realizó desde la segunda mi- La figura de Francisco Gianotti (FG) es men-
Una etapa más decantada dentro de la co- tad de la década de 1930 hasta 1959 fueron es- cionada lateralmente en la bibliografía espe-
rriente medievalista surge en el tercer edificio casas, comparadas con su producción de años cializada. Si bien se destaca la calidad y perso-
que construyó sobre Diagonal Norte, realizado anteriores. La matriz académica había queda- nalidad de su producción, su obra se describe
por FG para la Compañía de Navegación Italia do atrás en varios aspectos, y ahora FG mani- vinculada en bloque con la de otros “antiaca-
América, que posteriormente ocupó el Banco festaba una compleja relación con la Moder- démicos” italianos, como Virginio Colombo

120 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


gia gla
y Mario Palanti (v. Palanti, Mario; Colombo, Virginio). Literatura crítica: M. Buschiazzo. Art Nouveau en Bue- San Francisco, comenzada en 1857, la refac-
En general, sus obras mejor conocidas o do- nos Aires. Cuaderno 27 de Documentos de Arte Ar- ción del convento de San Diego, la construc-
cumentadas —la Galería General Güemes y la gentino. Bs. As.: Academia Nacional de Bellas Artes, ción de su torre guardiana, todos en esa ciu-
Confitería del Molino— monopolizaron las 1965; X. Martini y J. M. Peña. La ornamentación en dad. En Catamarca realizó los planos de la
breves referencias publicadas. La primera con- la arquitectura de Buenos Aires 1900-1940. Bs. As.: iglesia matriz (1892), el seminario y el templo
sideración específica perteneció a M. Bus- IAA / FAU-UBA, 1967; F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gu- de San Francisco, este último similar al reali-
chiazzo, en un ensayo publicado por la Aca- tiérrez, A. Levaggi y A. S. J. de Paula. La arquitec- zado en Salta. A lo largo de su carrera dise-
demia Nacional de Bellas Artes con el título tura del liberalismo en la Argentina. Buenos Aires: ñó también retablos, tumbas y esculturas re-
Art Nouveau en Buenos Aires (1965). Tiempo Sudamericana, 1968.; F. Ortiz. “Arquitectura en la ligiosas. Es autor de la conclusión de la catedral
después, información similar apareció dentro Argentina desde 1880 hasta 1930”. En: Arquitectu- de Salta (1878), iniciada en 1858, sobre pro-
de la sección Art Nouveau del segundo volu- ra Argentina. Bs. As.: EUDEBA, 1980; AA.VV. (M. yecto del arquitecto Juan Soldati.
men: La ornamentación en la arquitectura de Waisman, coordinadora). Documentos para una his-
Buenos Aires 1900-1940, de José Xavier Marti- toria de la arquitectura argentina. En: summa. Bs. Bibliografía: R. Gutiérrez, E. Radovanovic, s. v.: “Gior-
ni y José María Peña (1967). Durante 1968, la As., 1984; R. Fernández. “El orden en el desorden. gi, Luigi”. En: L. Patetta. Architetti e ingenieri ita-
Güemes y el Molino —esta vez con imágenes Apuntes eclécticos sobre el eclecticismo porteño”. liani in Argentina, Uruguay e Paraguay. Roma: Pe-
epigrafiadas— son considerados en La arqui- En: J. Goldemberg (compilador). Eclecticismo y Mo- llicani, 2002.
tectura del liberalismo en la Argentina, donde F. dernidad en Buenos Aires. Bs. As.: FAU-UBA, 1985;
Ortiz le dedicó algunos párrafos. A. de Paula J. Cacciatore. “Francisco Gianotti”. En: summa. N°225,
y R. Gutiérrez vuelven a recordarlo en “El An- mayo de 1986; J. Solsona y C. Hunter. La Avenida de GIRE, J. s/d. Arquitecto. Asociado con Molina
tiacademicismo y el Art Nouveau” (cf.: Docu- Mayo. Un proyecto inconcluso. Bs. As.: FAU-UBA, Civit, desarrollan en el estudio una intensa
mentos para una historia de la arquitectura ar- 1990; M. Gutman. “Período 1926-1935”, cap. 5 de So- actividad profesional en Buenos Aires y otros
gentina, 1978). Fue en esta revista donde ciedad Central de Arquitectos. 100 años de com- puntos del país en las primeras décadas del
apareció, en mayo de 1986, el estudio más ex- promiso con el país 1886-1986. Bs. As.: SCA, 1993; C. siglo XX.
tenso sobre FG: un artículo de Julio Cacciato- Hilger. “Monumento al genio latino”. En: summa.
re donde se exponen imágenes inéditas del ar- N° 3, noviembre-diciembre de 1993; J. Tartarini. “Pe- El estudio presenta un proyecto para el con-
chivo particular. En 1988, el mismo autor y ríodo 1901-1915”, cap. 3 de Sociedad Central de Ar- curso de la Facultad de Derecho (1910) y las es-
la misma revista retornan a la Confitería del quitectos. 100 años de compromiso con el país: 1886- cuelas del Centenario en Paraná y Santiago del
Molino para incluirla en la campaña de pre- 1986. Bs. As.: SCA, 1993. Estero (1909). Efectúan la ampliación del Ho-
servación patrimonial. tel Plaza (1913) y del Jockey Club de Mendoza.
Un “kiosco de hierro batido”, obra de los Concretan varias residencias privadas: San Mar-
hermanos Gianotti para la Exposición Indus- GIORGI, LUIS. Nápoles (Italia), 1821 - Salta, tín 85, Juncal 1911, Cerrito 1246, Rodríguez Pe-
trial del Centenario, fue reproducido por Jorge 1900. Escultor, pintor y arquitecto. Realizó ña 525, Callao y Las Heras, Río Bamba y Via-
Tartarini en Sociedad Central de Arquitectos. 100 obras de arquitectura religiosa en el Noroes- monte, Suipacha 1034, etc.
años de compromiso con el país: 1886-1986 (1993). te a fines de siglo XIX.
Más recientemente, el Molino, el edificio Shaff- Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A.
hausen y la casa de renta construida en la es- Sacerdote franciscano, llegó a la Argenti- Levaggi y A. S. J. de Paula. La arquitectura del li-
quina de Almirante Brown y Pinzón fueron in- na en 1857 y se radicó en la ciudad de Salta. beralismo en la Argentina. Buenos Aires: Sudame-
corporados a Buenos Aires: ocho recorridos por la Es autor de la remodelación de la iglesia de ricana, 1968.
ciudad. Guía de arquitectura (1994).
La principal fuente consultada para este
trabajo fue la documentación que la propia fa- GLADE, CARLOS. s/d. (Alemania), 1826 - La
milia del arquitecto ha conservado. De esta in- Plata, 1906. Agrimensor.
formación se destacan sus memorias, una
suerte de autobiografía titulada “El arquitec- Llegó a la Argentina en 1856; se destacó
to Francisco T. Gianotti en Buenos Aires: como instructor de técnicos e idóneos, a los
1909-1960”, concluida tres años antes de su efectos de su reconocimiento y aprobación en
fallecimiento. H. C. el Departamento de Ingenieros de la Facultad
de Ingeniería.
Bibliografía: Escritos de FG: Country Club Hotel. Vi- Trabajó en el Departamento Topográfico
lla del Lago, Sierras de Córdoba. Bs. As., circa 1932); (v.), donde formó parte del equipo que elabo-
Edificio Reconquista 336-356 (1932). Bs. As., 1933; “La ró el Registro Gráfico, cuyo plano dibujó. Ac-
casa nueva”. En: El arquitecto constructor. N° 526. tuó en numerosas delineaciones y mensuras
Bs. As., diciembre de 1935; “Edificio moderno, Jun- de pueblos de la Provincia de Buenos Aires.
cal esquina Esmeralda”. En: El arquitecto cons- Realizó, junto con Saturnino Salas, Pedro Be-
tructor. N° 549. Bs. As., noviembre de 1937; El ar- noit (v.) y Germán Kuhr, el plano topográfico
quitecto Francisco T. Gianotti en Buenos Aires: de la ciudad de Buenos Aires, tarea que co-
1909-1960. En: mimeo, 1964. u PLANTA DE LA IGLESIA DE SAN FRANCISCO, SALTA. menzó en 1855 y se prolongó hasta 1867. Par-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 121


GONZÁLEZ RUIZ, GUILLERMO. Buenos Aires,
s/d. Arquitecto dedicado al diseño gráfico.

GGR se recibió de arquitecto en la FAU-


UBA en 1965. Antes de diplomarse, ya había
obtenido el primer premio en el importante
Concurso Nacional de Afiches para el Sesqui-
centenario de Mayo (1960) y el segundo en
el concurso de la Dirección de Turismo de Cór-
doba, en el mismo año. En 1973 obtiene el pri-
mer premio en el concurso de afiches para el
Mundial 78. Fue director del grupo de Diseño
de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos
Aires entre 1971 y 1973, época en la que creó,
junto con R. Shakespear (v.), el Plan Visual de
Buenos Aires (la obra puede consultarse en
“Sistema de señales urbanas”, editado por la
MCBA en 1972). En 1983, el CAYC le otorga
el Lápiz de Plata como el diseñador del año.
Como docente, fue profesor titular de Diseño
Gráfico en la FAU/FADU-UBA desde 1984
hasta la fecha (2003) y director de la Carrera
de Diseño en la misma Facultad entre 1985 y
1990. Publicó, entre otros libros, Diseño grá-
fico y comunicación visual (Bs. As.: EUDEBA,
1986). Es miembro de honor de la Asociación
de Diseñadores Gráficos.
u EL PRIMER PROYECTO PARA LA CIUDAD DE LA PLATA ES UNA CUADRÍCULA CON CALLES QUE CONVERGEN EN EL CENTRO.

ticipó en el diseño urbano de la ciudad de La nes adscriptos a la Arquitectura Moderna en


Plata. A. De Paula le atribuye los primeros an- nuestro país. En su obra también encontra-
teproyectos del trazado de la nueva capital pro- mos proyectos de carácter pintoresquista.
vincial. Tuvo un rol activo en la concreción
material del proyecto, ya que luego del retiro Se graduó en la Escuela de Arquitectura en
de G. Kuhr (v.) prosiguió con la demarcación 1933, y en marzo de 1938 ingresó como so-
y delineación de La Plata. cio activo en la SCA. En el Primer Salón de u ISOLOGO PARA EL PLAN URBANO AMBIENTAL DE BS. AS.
Arquitectura Argentina Contemporánea, que
se realizó en los salones de Amigos del Arte
GODOY, JULIO CÉSAR. s/d. Arquitecto. en el año 1933, presentó junto al arquitecto GRAMATICA, GUERRERO, MORINI, PISANI,
Eduardo Sacriste (v.) el proyecto de una casa URTUBEY (GGMPU). (GRAMATICA, Sara: Vi-
Graduado en Buenos Aires en 1918. Forma habitación en Belgrano, siguiendo los linea- lla Dolores, Córdoba, 1942; GUERRERO, Juan
su estudio con el arquitecto José Hortal (v.). Re- mientos del Racionalismo. Son de su autoría C.: Buenos Aires, 1939 – Córdoba, 1999;
alizó varias obras, entre otras, Callao y Para- la propiedad de la calle 3 de Febrero 1306, el MORINI, Jorge: Córdoba, 1942; PISANI, Jo-
guay. En colaboración con Nouillac, obtiene el Monumento Funerario en el Cementerio Ale- sé: Córdoba, 1936; URTUBEY, Eduardo: Cór-
primer premio en el concurso del Club de Re- mán (1938) y las casas habitación de O’Hig- doba, 1937). Estudio formado por arquitec-
gatas Marina, en el Tigre. En Córdoba realizan gins 2369 y Olleros 1191 (1940), en Buenos tos egresados de la Universidad Nacional de
el edificio de Colón 136. Aires. En 1939, como técnico al servicio de Córdoba en 1965, quienes participan inten-
la Dirección General de Arquitectura del Mi- samente en concursos nacionales e interna-
Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A. nisterio de Obras Públicas, proyectó el edifi- cionales de anteproyectos, en los cuales ob-
Levaggi y A. S. J. de Paula. La arquitectura del li- cio para la Escuela Normal Mixta en Villa Do- tienen numerosos premios y menciones.
beralismo en la Argentina. Buenos Aires: Sudame- lores, Córdoba; el mismo año proyectó la Desarrollan una sostenida investigación en lo
ricana, 1968. estancia y cabaña Orión en Las Rosas, Pro- que concierne a los sistemas constructivos, y
vincia de Santa Fe, y en 1945 realizó la casa producen una arquitectura que responde a la
principal de la estancia El Porvenir, próxima estética de su tiempo. De allí que sus reali-
GONZÁLEZ PONDAL, MARCELO. Buenos Ai- a la ciudad de Mar del Plata. R. P. zaciones ofrezcan alternativas diversas en las
res, 1907 - s/d. Arquitecto. En la década del últimas décadas: desde la Arquitectura de Sis-
treinta integró el grupo de arquitectos jóve- Bibliografía: Colección Rev. de Arquitectura 1938-1945. temas (v.) a un Contextualismo neorrossiano,

122 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


gla gra
o una tendencia hacia la alta tecnología, evi- Lo que se verifica en toda la obra es la vo- tración, aulas comunes y aulas especiales—,
denciada en los últimos años. Desde los tem- luntad de organizar los proyectos en torno del con los cuales se corresponden tres volúme-
pranos setenta combinan la actividad profe- espacio público, a través de patios, plazas o ca- nes independientes en forma de tira o bloque,
sional con la empresarial, tanto para el sector lles centrales, privilegiando los lugares de ca- compuestos alrededor de un patio multifun-
público como para el privado, y abarcan di- rácter comunitario; ellos son utilizados tam- cional. En este proyecto, al igual que en la uni-
versas escalas y temas, trabajando distintas bién como fuente de luz, frecuentemente versidad, puede verse una exploración sobre
tipologías y programas. De los numerosos pre- cubiertos con estructuras sofisticadas. las técnicas constructivas y la elección conjunta
mios recibidos, se destaca el premio Konex Tal el caso de la Facultad de Derecho y Cien- de materiales tradicionales y no tradicionales,
1992 en Artes Visuales. Es extensa la publi- cias Sociales de Córdoba (1966) que se estruc- pero de normal adquisición en el mercado, co-
cación de sus trabajos en medios locales e tura a partir de una gran plaza cubierta, donde mo los paneles premoldeados de ferrocemen-
internacionales. se centralizan las actividades vitales de la vida to que forman la cubierta (v. Escuela).
universitaria. Este planteo es significativo, pues El estudio de proyectos y construcción de
Este grupo de arquitectos comparte la eta- se trata de la “tradicional” Facultad Derecho en viviendas constituye un tema fundamental de
pa de educación universitaria y, luego de egre- la ciudad de Córdoba. También comparte este la obra del estudio, tanto para las viviendas uni-
sar de la Universidad Nacional de Córdoba, enfoque el proyecto del Colegio de Escribanos, familiares como para los grandes conjuntos
comienza su actividad profesional en 1967. en el centro de la ciudad de La Plata (1967), que habitacionales. En este tema se verán las mis-
Desde sus inicios se han desempeñado tanto se organiza a partir de una plaza interior ubi- mas características y actitudes proyectuales y
en la realización de proyectos como en la di- cada por encima del nivel cero, que correspon- profesionales, referidas a lo constructivo y al
rección y organización de obras de arquitec- de a la cubierta del auditorio, y a la cual con- manejo de la luz. Diseñan los prototipos de Vi-
tura e ingeniería civil, y han puesto especial curren la sede social y el sector de oficinas. vienda Experimental I y II, como unidades
énfasis en la investigación de las distintas po- Como parte del plan Módulo/67, encarado de fin de semana, donde se estudia la ejecu-
sibilidades de los sistemas constructivos, lo por la Secretaría de Estado de Cultura y Edu- ción en serie, con dos planos inclinados que
que es evidente en la ejecución de conjuntos cación, realizan la Escuela Nacional de Co- conforman la cubierta y definen el volumen,
habitacionales. La fundación simultánea de la mercio de Oliva (1969), en Córdoba. En esta en cuyo encuentro se vuelve a plantear el des-
empresa COPSA (1970-1995) permitió tam- obra se destaca la comunicación fluida que fasaje en corte para lograr la entrada de luz. El
bién llevar a cabo la construcción de obras pú- se logra entre los tres sectores que conforman sistema es desarmable, realizado en paneles
blicas y privadas. el funcionamiento de la escuela —adminis- huecos de aglomerado y estructura de made-

u EL COUNTRY GOLF JOCKEY CLUB ES UNA DE LAS ULTIMAS OBRAS DEL ESTUDIO GGMPU. TIENE UNA SUPERFICIE DE 110 HECTÁREAS URBANIZADAS.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 123


ra. Para el prototipo II (unidades de dos y tres
módulos), se plantea una estructura portante
formada por cilindros de chapa ondulada pa-
ra alcantarillado que permite adosarlas, su-
perponerlas o enterrarlas; en el interior, estas
placas son octogonales o hexagonales, según
el diámetro, de muy poco espesor, o telas vi-
nílicas con terminación interior. Este camino
de exploración continúa hasta plantearse la re-
solución innovadora en conjuntos habitacio-
nales de gran escala. Con el objetivo de en-
contrar soluciones constructivas que hagan
factibles la ejecución de conjuntos de vivien-
das, se destaca la solución diseñada para el con-
junto de viviendas del Banco de Santa Cruz
(1967), en Río Gallegos. Aquí es posible re-
conocer elementos proyectuales recurrentes,
como la estructuración a partir de una calle pu-
blica. Para que este lugar central en el pro-
yecto se utilizara como tal, se requirió un es-
tudio que abordara las condiciones climáticas
de la región. En este caso, el estudio GGM-
PU resuelve una envolvente, diseñada como
una estructura metálica liviana que se erige du- u INTERIOR DEL SHOPPING CENTER UBICADO EN EL AREA CENTRAL DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA.
rante el invierno. El volumen habitacional se
compone de dos bloques paralelos a ambos la- compromiso con la investigación de los siste- diante el empleo de este sistema constructivo,
dos de la calle central, que es cubierta con una mas constructivos ha sido el del Sindicato de el estudio GGMPU resolvió el diseño de dis-
gran claraboya, a la cual se adhiere un espejo Empleados Públicos (SEP) de Córdoba, reali- tintos tipos de panelería (paneles sanitarios,
parabólico hecho en chapa de aluminio pulido zado en dos etapas, 1971 y 1980, que respon- modulares acoplables, de fachada, placares ex-
y anodizado, orientado de modo tal que capte de a un plan de 1233 viviendas. En este caso de- teriores de plástico con fibra de vidrio), como
y refleje los rayos solares hacia la fachada opues- sarrollan una tipología de viviendas en las cuales también los postigones a guillotina de PRFV
ta, con lo que se resuelve así la mala orienta- solo el 50% está en contacto con el suelo y no moldeados, el sistema de las ventanas corre-
ción del terreno. Este recurso constituye tam- se superan los cuatro niveles de altura, de mo- dizas, las escaleras interiores de los dúplex
bién una intención en la búsqueda del manejo do que se elimina la circulación mecánica. El de chapa autoportante, los incineradores y los
estético de la luz, que se verá explotado cada agrupamiento se plantea a partir de patios pe- muebles de cocina y baño integrales, experi-
vez más en la obra del estudio. atonales, definidos por bloques alineados. Es- mentalmente resueltos como prototipos com-
En el caso del conjunto habitacional de For- tos patios también están alineados a lo largo pletamente de plástico.
mosa (1969), de clima casi tropical, la solución de una circulación general longitudinal, y en El conjunto de Arroyito (1983), primer pre-
es inversa a la anterior. Los grupos de vivien- la zona central se proyecta una plazoleta que mio del Concurso Nacional de Anteproyectos,
das se componen a partir de calles peatona- se conecta con la circulación exterior. En el to- para el Instituto Provincial de la Vivienda de
les protegidas del sol, mientras que la forma tal del conjunto se diseñan y desarrollan vein- Córdoba, corresponde a la última etapa de es-
del agrupamiento crea plazas que producen ticinco tipos de viviendas. Los materiales em- te tipo de obras. Resulta muy significativo des-
ventilaciones cruzadas, y un juego de llenos y pleados son el hormigón sopleteado al exterior, de el punto de vista de la composición, del len-
vacíos entre las unidades individuales y estos mientras que las escaleras exteriores y puen- guaje estático y las soluciones tipológicas, tan
lugares de uso colectivo, que también respon- tes son de perfiles rolados de gran inercia y ba- contrastantes con los de los anteriores. En efec-
de a lograr zonas de sombras y zonas asolea- jo peso. La estructura portante se resuelve con to, la adopción de un planteo que evoca a la Ar-
das controladamente. El conjunto de mayor el sistema Outinord de moldeo continuo. Me- quitectura Neocolonial quiebra con la expresión

u CORTE DEL CONJUNTO HABITACIONAL ARROYITO, CÓRDOBA, DE GRAMATICA GUERRERO, MORINI, PISANI, URTUBEY (GGMPU).

124 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


gra gra
tecnologista de los conjuntos anteriores y es un con la definición de las rampas de acceso vehi- la mayoría de las actividades del parque, con-
ejemplo de la impronta contextualista que rige cular hacia el último nivel de estacionamiento, figuran un gran anfiteatro para usos masivos.
a la arquitectura local en la era post-Malvinas. en la terraza del edificio. Este movimiento plás- El proyecto cuenta con innumerables elemen-
En la percepción general del conjunto hay tico, que le da un alto contraste a un edificio tos de diseño, que son a su vez distintos temas
una gran variedad, resultante de la curvatura que en sí mismo es unitario y cerrado —co- de arquitectura, como puentes, rampas, mo-
que es acompañada en las implantaciones de mo corresponde a las pautas del programa—, vimientos del terreno, explanadas, volúmenes
las viviendas por medio de retiros respecto de cualifica la condición del paisaje urbano. semienterrados, pabellones subterráneos, que
la línea de edificación, y que culmina en las es- Dentro del conjunto de obras de la década funcionan además como elementos fragmen-
quinas con la ubicación de pequeñas torres, co- del ochenta cabe asimismo mencionar el pro- tarios dentro de una totalidad dominada por
rrespondientes a las viviendas de dos plantas. yecto para el centro cultural de Río Gallegos este plano ondulado verde, que resalta la idea
Asimismo, la variedad tipológica de viviendas (1980), Santa Cruz; Banco de la Provincia de del gran anfiteatro.
produce un estímulo visual al jugar con acce- Córdoba (1980); clínica privada (1980) en Sun- La obra de este estudio ha sido premiada
sos, ventanas de distinta proporción, cubiertas chales, Santa Fe; clínica privada (1981); con- en distintas ocasiones: Premio Bienal de Ar-
en pendiente de tejas, acornisamientos, etc. curso Terminal de Ómnibus de Río Cuarto quitectura 1994, otorgado por el Consejo Pro-
Otros conjuntos habitacionales son: el con- (1982); concurso Sede del EPEC (1982), Car- fesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU)
junto de viviendas para la ciudad de Río Cuar- los Paz; concurso Prototipos para el EPEC y la Sociedad Central de Arquitectos (SCA).
to (1970), El Balcón (1979), conjunto para la (1982); todos en la Provincia de Córdoba. Asimismo es reconocida por las numero-
CGT (1975), Río Tercero, todos en Córdoba; y El proyecto presentado para el concurso na- sas publicaciones del ámbito profesional, lo-
el conjunto Paulo VI (1979), en Godoy Cruz, cional del Ital Park de Buenos Aires (1991), en cal e internacional.
Mendoza. Entre los edificios en propiedad ho- el cual obtienen una mención del jurado, con- Entre las obras más recientes, pueden men-
rizontal, que responden a una gran variedad densa las ideas y los recursos plásticos que ca- cionarse como principales el Banco de Galicia,
formal, se destacan el edificio 9 de Julio (1975); racterizan la obra del estudio. Por medio de casa central; Coopers & Lybrand-Harteneck, Ló-
el Florencia II (1979), el Corfin (1977), Banco una cubierta ondulada y continua, que cobija pez & Cía., oficinas en Puerto Madero, ambas
Hipotecario Nacional de viviendas y oficinas en Capital Federal; los tres shoppings Family
(1973); edificio Causa (1974); Hibiscus (1980); Center para Neverland, ubicados en Córdoba y
Independencia (1980); oficinas Coro (1979); Buenos Aires; Supermercados Americanos,
Escalera (1974); E. Ottagono (1980); E. Gra- Córdoba; la Cárcel Penitenciaria para Varones;
matica (1977); E. Tortone (1978), todos en la Country Golf Jockey Club, que incluye la ur-
ciudad de Córdoba, y el edificio Necochea en banización de ciento diez hectáreas; Chrysler
Buenos Aires (1977). Argentina S.A., planta de ensamblado; Torres
La arquitectura comercial ha sido aborda- de la Plaza; YPF S. A., Refinería en Ensenada;
da como un tema con otras posibilidades es- y Johnson Matthey, planta industrial para la fa-
téticas. En el caso de la heladería Soppelsa, tan- bricación de catalizadores de automóviles; am-
to el local ubicado en Av. Figueroa Alcorta y 9 bas en la Prov. de Buenos Aires.
de Julio (1977) como la sede de elaboración y De toda la obra realizada en la capital cor-
venta drive-in, en Av. Nuñez y P. Claret (1979) dobesa durante la última década del siglo se
—ambas obras en la ciudad de Córdoba— pre- destaca fundamentalmente el Nuevo Palacio
sentan la voluntad de lograr efectos visuales, de Justicia de la Provincia de Córdoba y el Cór-
partiendo de la organización formal, la elec- doba Sheraton Hotel, edificios caracterizados
ción de los materiales y el uso de la luz. por el retorno a una imagen de sobriedad téc-
Otros proyectos comerciales son la galería nica que había distinguido las realizaciones
comercial Paseo de la Ciudad (1980), compar- iniciales del estudio. También se destaca, en-
tida con el arquitecto José I. Díaz (v.) en carác- tre sus obras recientes, la vivienda frente al La-
ter de asociado; la galería comercial Florencia go San Roque. V. A.
II (1979/1985) y el centro comercial (1980), en
la periferia de la ciudad de Córdoba. Bibliografía: Colección revista summa 1971- 1990. Vi-
Un estudio aparte merece el shopping center vienda. N° 140, 1974; Costos. N° 24, 1980; Ambiente.
y el hotel internacional (1988), en la zona cen- N° 34, 1982; Proa. N° 321, 1982; N° 340, Bogotá, abril
tral de la ciudad de Córdoba. En este proyecto de 1985; Dos Puntos. N° 4, 1982; Zigma. N° 4, 1982,
reaparecen diversos temas y recursos maneja- N° 10, 1982, N° 22, 1984; Revista de la SCA. N° 129,
dos por el estudio GGMPU en su vasta obra, 1984; Architecture. S/l (USA), septiembre de 1984;
potenciados por la escala del edificio y su im- Aristas. N° 9, 1984; Arkitektur. N° 2, 1984, Esto-
pacto en la ciudad. Las condiciones topográfi- colmo; Parámetro. N° 157, Roma, 1987; sumarios.
cas del terreno determinan un edificio longi- N° 117-118, 1987; summa Temática. N° 22, 1987, n°.º
tudinal, encarado como una gran plaza de varias 26, 1988; Trama. N° 18, 1987; Arquitextos. N° 5, 1988
alturas que asegura un movimiento constante y N° 3; Rubros. N°.º 58, 1988 y N° 137, enero de 1995;
en su interior. La idea se resalta en el exterior u CÓRDOBA SHERATON HOTEL. AA.VV. Otra arquitectura argentina. Bogotá, Es-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 125


cala, 1989; AA.VV. Nueva Arquitectura Argentina, versatilidad, revela como sello personal la al- en la obra arquitectónica. Por vocación y por
Bogotá, Escala, 1990; A U. N° 33, 1990; Zodiac. N° ta calidad con que componía elementos ar- formación fue un destacado artista que manejó
8, 1992, N° 14, septiembre de 1995; Revista de Ar- quitectónicos tan variados. las más variadas técnicas expresivas. Pero don-
quitectura. N° 159, 1992; Personas. N° 3, abril de En las casas de campo, buscó plasmar la de alcanzaría gran vuelo su capacidad artísti-
1993; El arquitecto. N° 8, enero de 1993, N° 13, ju- idea de “cortijo” andaluz. Es el caso de la vi- ca, fue en la producción como maestro imagi-
nio de 1993; Arquis. N° 4, diciembre de 1994, N°. 9, vienda del doctor Rufino Cossio (1928), en Vi- nero de tallas de madera. C. V.
1995; summa. N° 15, 1995; Arquiplus. N° 2, 1996; Ar- lla Marcos Paz, o la casa del doctor Manuel Cos-
quitextos. N° 6, octubre de 1996; Consejo Profe- sio, en el Rodeo (Departamento Burruyacú).
sional de Arquitectura y Urbanismo. N° 6, enero Su obra más trascendente y audaz en esta GRESLEBIN, HÉCTOR. Buenos Aires, 1893 -
de 1996; La Construcción. N° 41, abril de 1997, N° vertiente fue sin duda la casa de Frías - Hel- Íd., 1971. Arquitecto. Integrante destacado
42, mayo de 1997. guera, hoy sede de la Federación Económica de la corriente que, en los inicios de la déca-
de Tucumán. Ella marcaría un hito en la ciu- da de 1910, propugna la búsqueda de un ar-
dad, al punto que aún hoy suscita el interés de te y una arquitectura nacionales, enraizados
GRAÑA, JOSÉ. Villarino de Los Aires, Salaman- cualquier transeúnte. En ella Graña empren- en lo colonial y en lo americano prehispánico.
ca (España), 1885 - Tucumán, 1950. Arqui- de la modificación de una vieja casona, a la que
tecto. De formación ecléctica, fue cultor y pio- imprime rasgos del Renacimiento español. Ter- Miembro fundador de la Revista de Arqui-
nero, en la Provincia de Tucumán, de la minada de construir en 1924, los diarios y pu- tectura (v.), desde donde a partir de 1915 pro-
corriente Neocolonial (v.). blicaciones de la época le dedicaron elogiosos mueve la discusión de las nuevas ideas; su ta-
comentarios. En su fachada el repertorio que rea fundamentalmente sienta las bases de una
Los estudios de José Graña se inician en la usa es típicamente hispano, plasmado en las visión interdisciplinaria para el abordaje del
Escuela Tecnológica de Salamanca; se gradúa diversas aberturas, piezas de metalistería, fi- campo arquitectónico. Mediante un enfoque
después en la Escuela Superior de Arquitectu- guras decorativas, ornamentación afín a la ar- arqueológico impulsa el estudio de las obras del
ra de Madrid. Posteriormente, siguió cursos de quitectura plateresca salmantina y el primer pasado precolombino con el objetivo de volcarlo
pintura en la Real Academia de San Fernando. patio a la manera andaluza-musulmana. Otra en el diseño de las obras contemporáneas. Pa-
Al contraer matrimonio con Manuela Bartolo- sala que divide los dos primeros patios se ads- ra ello adopta la premisa básica en la que acuer-
mé, natural de Barcelona, permaneció una tem- cribe al lenguaje hispano del siglo XVI. En ca- da la generalidad del denominado Neocolonial
porada en esa ciudad, que le permitiría un sa- da detalle y espacios, José Graña desplegó su (v.), es decir, se propone evitar la mera copia de
ludable contacto con el Modernismo catalán. capacidad para amalgamar e integrar los dis- esas obras y evolucionar hacia un renacimien-
Su padre, Don Manuel Graña, constructor, tintos vocabularios formales. to del estilo antiguo, dando cabida a las exi-
se embarcó a fines del siglo XIX hacia la Ar- También fue autor de la modificación “a gencias de los programas modernos. Su vin-
gentina, y se radicó en San Miguel de Tucu- nuevo” del antiguo chalet del ingeniero Manuel culación con los científicos Juan Ambrosetti,
mán. Muy diversos trabajos reclamaron su ha- García Fernández, en el ingenio Bella Vista, en Samuel Lafone Quevedo, Salvador Debenedet-
bilidad de constructor, de manera que esta 1929. En 1934 construye la casaquinta de fin ti, Roberto Lehman Nitsche, Félix Outes (v.) y
situación alentó a José Graña a migrar a co- de semana de Alfredo Guzmán, en la quinta
mienzos del siglo XX. Guillermina. Allí se observa ya un claro trata-
Sus primeras obras en Tucumán las reali- miento de muros blancos y tejas, con el Art Dé-
zó en colaboración con su padre. Sobresale en- co de la escalera, y el arco de la galería de acce-
tre ellas el edificio de la Sociedad Española so con la decoración de temática prehispánica
de Socorros Mutuos (1911), que se adscribe al y modernista en cielorrasos y cenefas. Entre sus
Eclecticismo historicista. De manera indivi- últimas realizaciones de arquitectura domésti-
dual mostraría una amplitud de conocimien- ca, sobresale la casa del doctor Guillermo Cu-
tos formales en los proyectos de la casa que ria —en Congreso al 2000 (1940)—, donde
Don Amadeo Bellucci le encargó en 1926, so- al sobrio planteo de un colonial salteño agregó,
bre calle 9 de Julio, o las que personalmente con cierta audacia, una portada barroca como
ejecutó alejadas de la ciudad; una levantada en centro de la composición.
La Loma de El Corte, en Yerba Buena, para No deben dejar de mencionarse otras tipo-
Guillermo Griet, y la modernista Villa Navarra logías en las que planteó búsquedas impor-
(1920), cercana a la estación Muñecas, en el tantes, como los edificios para sucursales del
suburbio de la ciudad. Banco Provincia, en ciudades del interior (Con-
Casi simultáneamente se afirma en la co- cepción, Leales, Simoca, etc.), todos ellos en
rriente del Neocolonial, que caracterizaría la las líneas del Neocolonial. También se desta-
mayor parte de su producción, por la que se- caron el proyecto de tribunas oficiales y ves-
constituyó en el cultor y pionero en la pro- tuarios para el Club Atlético Tucumán —lue-
vincia de esta corriente estilística. A pesar de go modificados— y los panteones, en el
que su extensa obra se afincó en una posición Cementerio del Oeste, para la Sociedad Espa-
ecléctica, abarcó el gran espectro de líneas y ñola y la familia de Alfredo Guzmán.
expresiones del Renacimiento colonial. En su Su capacidad como diseñador no se agotó u FACHADA CON ORNAMENTACIÓN INDIGENISTA.

126 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


gra gro
Eric Boman es producto de tal orientación. evolutivo que sigue a la disposición de los si- denominado “Valoración actual de la arquitec-
La actuación más relevante de Greslebin se llares del muro incaico y las líneas de seguri- tura colonial iberoamericana”, en 1960. Se tra-
centra en las décadas del veinte y el treinta, dad que quedan trazadas de acuerdo con las ta de un breve texto reiterativo de sus primiti-
en las cuales docencia universitaria, investiga- llaves antisísmicas que adoptan. La relevancia vos conceptos sobre el tema, sin ningún grado
ción de campo, actividad profesional indepen- de esta investigación radica en que no se per- de actualización, como lo expresa intenciona-
diente, producción teórica e historiográfica su- sigue solamente un propósito historiográfico. damente su título. B. P.
man la gama de facetas que desarrolla con el En su realización subyace el convencimiento
mismo rigor. El conjunto de ejercitaciones pro- de la actualidad que revisten las técnicas es- Bibliografía: D. Schavelzon y B. Patti. “La búsqueda de
yectuales, encaminado a crear un estilo Neo- tudiadas. El trabajo sobre los túneles colonia- un arte y una arquitectura americana: Héctor Gres-
prehispánico, es amplio, aunque se ve trasla- les de la ciudad de Buenos Aires merece es- lebin 1893-1971”. En: Revista del Instituto de His-
dado escasamente al plano de las realizaciones; pecial atención. Una primera etapa llevada a toria del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras
tan solo se construyen tres viviendas unifa- cabo en 1920 se completa en los últimos años de la Universidad Nacional de Cuyo.
miliares, todas ellas en la ciudad de Buenos Ai- de su vida; compilar la información, trabajo
res, entre 1924 y 1929. En ellas, tanto la dis- que reúne el material bajo el título Los subte-
tribución funcional de sus plantas como las rráneos secretos de la “manzana de las Luces” en GRONDONA, NICOLÁS. Génova (Italia), 1831
proporciones de los vanos, y la escala y el rit- el viejo Buenos Aires (1964). Este libro puede - Buenos Aires, 1877. Ingeniero y geógrafo.
mo de las fachadas, se ajustan a los usos im- ser considerado el más valioso de sus aportes, Activo en el Litoral en la segunda mitad del
perantes en ese momento. En los interiores se pues es el único sobre el particular que plan- siglo XIX. Realizó planos de diversas ciudades
reserva la utilización de lo prehispánico para tea en forma seria y sistemática el tema y aún y un número importante de publicaciones de
los diseños decorativos. El exterior es el que res- no ha sido superado, principalmente en lo que carácter geográfico.
ponde mejor a la intención de crear un estilo: respecta a la veracidad de cada dato y de las
el empleo de ornamentación de inspiración fuentes citadas. Emigró a Montevideo en 1849 junto a su
tiahuanacota y detalles decorativos basados en De las tres voluminosas obras que queda- hermano Marcelo. En 1850 pasó a Buenos Ai-
sus estudios arqueológicos del Noroeste ar- ron inéditas, Primera historia de la arquitectura res. En 1852 los Grondona se trasladaron a Co-
gentino y del Perú son sus notas distintivas. En iberoamericana, que condensa sus ensayos en- rrientes y a Entre Ríos, donde Nicolás efec-
el aspecto proyectual cabe destacar la propuesta tre 1912 y 1940, es la única que se encauza en tuó algunos trabajos de agrimensura. En la
del monumento funerario, en colaboración con el ámbito específicamente arquitectónico. De primera de esas provincias desempeñó el car-
Ángel Pascual, denominado Mausoleo Ameri- ella llegó a publicarse su capítulo introductorio go de agrimensor e ingeniero topógrafo, ca-
cano, que recibe el primer premio en el Salón
Anual de Bellas Artes en 1920, y los proyec-
tos de monumentos realizados junto a Luis Per-
lotti, que obtienen sus respectivas distinciones
en 1925 y 1928.
De su numerosa producción escrita, emer-
ge la obra realizada en colaboración con Eric
Boman, publicada en 1923 bajo el título de Al-
farería draconiana. Se trata de un estudio com-
parativo y descriptivo de los estilos decorativos
draconiano y santamariano de la alfarería de
la región diaguita del Noroeste argentino. In-
cluye a modo de apéndice el diseño de dos
tapices en los estilos analizados, que, apar-
tándose de la simple reproducción de compo-
siciones antiguas, son realizados con el pro-
pósito de demostrar la factibilidad de desarrollar
procesos de estilización adecuados al objeto
contemporáneo proyectado. También de 1923
es su trabajo La estancia La Borda, en Villa
Mercedes. Con el minucioso relevamiento de
ese edificio y de sus aspectos constructivos, in-
troduce un modo sistemático de analizar la
obra arquitectónica del pasado, calificada co-
rrientemente como “construcción espontánea”.
En Introducción a la aplicación moderna de los
sistemas constructivos antisísmicos de los incas,
publicado en 1944, confluyen las disciplinas
que signaron su carrera. Analiza el proceso u PLANO ADMINISTRATIVO DE BUENOS AIRES, REALIZADO POR NICOLÁS GRONDONA EN 1856.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 127


biéndole una destacada actuación durante los GROPIUS, WALTER. y enviados entre 1931 y 1932 al estudio de Gro-
gobiernos de Pujol. Fue encargado de rectifi- pius en Berlín. El proyecto original, descripto
car el trazado de las calles de la ciudad. En 1856, Berlín (Alemania), 1883 - como un intento de “arquitectura climática-
realizó un plano de Buenos Aires con la no- Cambridge (EE.UU.), 1969) Ar- mente adaptada”, consistía en un modelo de
menclatura de sus calles, que fue publicado. quitecto. Resulta innegable la vivienda flexible en planta baja, para el cual se
Ambos hermanos se radicaron en Rosario ha- influencia que las obras, pro- tomó como medida fija un ancho no mayor a
cia 1856, donde formaron un estudio de agri- yectos y teorías de Walter Gropius han ejer- los 8,66 m, módulo característico del parcela-
mensura. Al mismo tiempo, Nicolás realizó el cido en nuestro medio para el desarrollo de miento urbano en nuestro país. Según su au-
primer plano que contenía, como el de Buenos la Arquitectura Moderna, aunque su alcance tor, la característica más sobresaliente era la
Aires, la enumeración de las calles de la ciu- y grado de importancia sean difíciles de ca- incorporación de una profunda terraza-galería
dad y abarcaba todo el núcleo urbano. Esta pie- librar. Ecos de su pensamiento y producción a lo largo de todo el frente principal, a efectos
za cartográfica fue presentada a las autorida- pueden hallarse en la obra de W. Acosta (v.), de resguardar las amplias superficies vidria-
des en julio de 1858. Dicho plano fue impreso los hermanos Civit (v.) y otros arquitectos ar- das de los rayos solares. Este proyecto fue re-
ese año por el litógrafo Rivière. También en gentinos que trabajaron en las décadas del visado y reelaborado por el arquitecto Fieger
aquella fecha realizó la delineación del pueblo treinta y cuarenta del siglo XX. Durante este en el estudio de Alemania. El diseño definiti-
de San Lorenzo, en la Provincia de Santa Fe, período y hasta la fecha de su muerte, las vo fue llevado a cabo por Moller en la Argen-
que fue aprobado por el gobierno al año si- variadas alternativas de la actividad profe- tina a mediados de 1932. Sobre la base del es-
guiente. En 1866, luego de realizar diversos sional y pedagógica de Gropius hallan ex- quema original se confeccionaron tres variantes,
trabajos cartográficos, entre ellos un mapa de presión en nuestro país en diversos artículos cada una de las cuales presentaba distintas po-
la República Argentina, una Carta postal de la aparecidos en forma esporádica en publica- sibilidades de crecimiento.
Provincia de Buenos Aires y una Carta geo- ciones especializadas. Aunque el prototipo Standar Gropius no
gráfica de Entre Ríos, se trasladó a Francia pa- llegó a ser producido en nuestro país, los va-
ra asistir, como representante oficial, a la Ex- Varios son los proyectos realizados por WG rios estudios técnico-arquitectónicos que de-
posición Universal de París. Durante su estadía para la Argentina. El momento más fructífe- mandó fueron aplicados para la construcción
en Europa publicó en Milán un Atlas de los ro de su relación con nuestro país fue quizás de dos viviendas en el barrio de La Florida de
principales puertos del mundo. Regresó de su a comienzos de los años treinta cuando, por Buenos Aires, durante 1932. Estos dos ejem-
viaje en 1871, y en ese mismo año fue desig- intermedio del arquitecto Frank Moller, arri- plos de casa económica constituyen la única
nado ingeniero municipal de Rosario. Con ese ban a su estudio en Berlín una serie de en- obra construida por el estudio Gropius-Moller.
cargo se le confió la erección del primer mo- cargos para construir en Buenos Aires y la cos- El primero de ellos fue la vivienda de Juan
numento a la Bandera Argentina, que fue inau- ta atlántica. Specht (calle Carlos F. Melo 2364, hoy de-
gurado en 1873 en el mismo sitio donde se en- La vinculación entre WG y el medio disci- molida), que reproduce con cierta fidelidad
cuentra emplazado actualmente. Asimismo, plinar argentino se inició en 1931. al radicarse el tipo estándar A, para casas de un solo dor-
fue el autor del plano del proyecto de amplia- en Buenos Aires el arquitecto alemán Frank mitorio. En la memoria escrita por Moller se
ción de Rosario, que incluía las colonias Nue- Moller, ex discípulo y colaborador, que crea el hace hincapié en la utilización de piezas de
va España y Nueva Italia, cercanas al munici- estudio de arquitectura Gropius-Moller. En su mobiliario fijo para la división de ambientes
pio. Cumplió además múltiples tareas, como carácter de asociado y representante del ma- y en la flexibilidad espacial de la casa como
el amojonamiento y la delineación de calles, la estro alemán en la Argentina, la actividad de rasgos de modernidad; por otra parte, se eli-
nivelación y alineación de propiedades y el pro- Moller se orientó tanto a la difusión de sus mina uno de los recursos técnicos distintivos
yecto del Mercado del Norte. obras y su pensamiento como a la captación del proyecto original: la utilización de paños
Como geógrafo, Grondona publicó en Ro- de encargos profesionales que habían de lle- vidriados de piso a techo y de pared a pared
sario una serie de trabajos, entre ellos un atlas varse a cabo, en principio, en colaboración con para la fachada principal. El otro ejemplo cons-
de la República Argentina (1876), un atlas de el estudio de Alemania. truido fue la casa de Harle Moore, también
las catorce provincias argentinas y un mapa ele- Durante 1932 son dados a conocer varios en el barrio de La Florida. Se trata de una vi-
mental de la República para uso escolar. Inició de los proyectos realizados por la oficina Gro- vienda de dos dormitorios, que recrea el es-
la publicación de un diccionario geográfico pius-Moller. El más importante de ellos es la quema funcional anterior aunque invierteo
argentino por entregas que se interrumpió con casa Standar Gropius , prototipo de vivienda la ubicación de los servicios baño y cocina,
su muerte, a poco de haberse iniciado. F. A. prefabricada, que retoma un proyecto anterior que pasan a ocupar el frente de la casa; la idea
elaborado por WG para ser producido indus- de la terraza-galería apenas se hace presen-
Bibliografía: V. Cútolo. Nuevo diccionario biográfi- trialmente como vivienda masiva: las Hirsch- te en el contrafrente.
co argentino. Bs. As.: Elche, 1974. S. Dócola. “La de- Kupfer-Hauser (1931-1932). Hacia fines de 1931, Complementariamente a estos trabajos,
lineación como instrumento para proyectar una cuando Moller viaja a la Argentina, este pro- recibió la firma un encargo de la familia Mar-
ciudad portuaria de y en el mundo moderno. El pro- yecto estaba en plena etapa de experimenta- tínez de Hoz para la ejecución de un proyec-
yecto de delineación de Rosario en 1873”. En: Ac- ción. El diseño del prototipo Standar Gropius to de urbanización o “ciudad balnearia” en
tas del Programa internacional de Investigaciones muestra, sin embargo, una clara intención de un predio costero de la localidad de Chapad-
sobre el campo urbano y las condiciones históricas adecuación a las condiciones locales de clima malal. Esta iniciativa, que no se materializó,
de emergencia de las competencias urbanísticas. Bs. e implantación urbana. Los primeros bocetos contemplaba la realización de un gran nú-
As.: FADU. UBA, 1996. fueron realizados por Moller en Buenos Aires mero de viviendas, cuatro hoteles, un sana-

128 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


gro gro
blicado en el orden local es quizás en su artí- Había de erigirse en un predio dentro de pla-
culo “La arquitectura funcional”, aparecido en za Alemania, a cuya donación se había com-
la revista Sur en 1931, donde más claramen- prometido la Municipalidad de Buenos Aires.
te se manifiesta el pensamiento de WG en lo Como respuesta a esta particular localización,
referente a la relación entre arquitectura y téc- se dividió el edificio en dos estratos netamen-
nica, y al rol que a estas les cabe en la socie- te diferentes: una planta semienterrada, des-
dad contemporánea. tinada al público y a las oficinas de la emba-
La sociedad entre WG y Frank Moller que- jada, y un cuerpo prismático suspendido por
dó disuelta en 1934, cuando el primero se vio encima de esta, donde se ubicaría la residen-
obligado a abandonar su estudio en Alemania cia propiamente dicha del embajador. La con-
y a radicarse en Inglaterra. creción de este proyecto se malogra al retrac-
Durante su permanencia en Gran Bretaña, tarse el gobierno argentino de su decisión de
entre los años 1934-1937, se inician distintas ceder el predio. A. C.
tratativas de WG con un grupo de profesio-
nales argentinos interesados en sus estudios y Bibliografía: F. Moller. “La arquitectura moderna en
trabajos urbanísticos, e integrado entre otros Alemania”. En: Nuestra Arquitectura, diciembre de
por Jorge Vivanco (v.), tendientes a su radica- 1931; Gropius-Moller. “Una pequeña casa”. En: Nues-
ción en la Argentina. Razones de índole polí- tra Arquitectura, marzo de 1932; Gropius-Moller.
tica, esgrimidas por el gobierno argentino, im- “Viviendas contemporáneas para empleados y obre-
piden esta iniciativa. ros”. En: CACYA, julio de 1932; Gropius-Moller. “Aba-
u CASA EN LA FLORIDA, PCIA. DE BUENOS AIRES. La labor pedagógica desplegada por WG ratamiento de las viviendas”. En: Nuestra Arqui-
W. GROPIUS/F. MOLLER. AXONOMETRÍA. en el Bauhaus se difunde tardíamente. Recién tectura, septiembre de 1932; F. Kammerer. “Un nuevo
en 1946 aparece en la Revista de Arquitectu- cultor de la arquitectura racional en la Argenti-
torio, una guardería, un club náutico, un cam- ra de la SCA una serie de artículos que, bajo na”. En: CACYA, octubre de 1932; Gropius-Moller.
po de golf, un club hípico y otras instalacio- el título “La teoría y la organización del “Dos casas económicas en Florida”. En: Nuestra Ar-
nes. En principio, la labor efectuada por el es- Bauhaus”, dan cuenta de sus experiencias en quitectura, diciembre de 1932; W. Gropius. “La ar-
tudio Gropius-Moller consistió en la ideación la enseñanza de la arquitectura y de los dis- quitectura funcional”. En: Sur, enero de 1936; Íd.
de un plan general de urbanización —se de- tintos oficios relacionados con el diseño in- “La teoría y la organización del Bauhaus”. En: Re-
finieron los distintos tipos de loteo, la ubi- dustrial masivo. Asimismo, en 1956 se edita vista de Arquitectura, julio, agosto y septiembre de
cación de los principales edificios y el siste- en Buenos Aires la primera versión en caste- 1946; G. C. Argan. Walter Gropius y el Bauhaus. Bs.
ma de circulaciones— y en la confección del llano de su libro Alcances de la arquitectura in- As.: Nueva Visión, 1961; D. M. “Visita de un gran ma-
proyecto para el club náutico. Es quizás en el tegral, en el que se recopilan los escritos más estro”. En: summa, enero de 1969; P. Berdini. Wal-
diseño de este último donde más se eviden- importantes producidos por WG en su extensa ter Gropius. Barcelona: Gustavo Gili, 1986; M. I.
cia la intervención de WG. En líneas gene- actividad académica en Alemania, Inglate- Net. “Una pequeña obra de Gropius en la Argenti-
rales, la composición del mismo está dada por rra y los Estados Unidos. na”. En: summa, julio de 1989; W. Nerdinger. Wal-
la utilización de un volumen acristalado de De los múltiples proyectos ejecutados por ter Gropius. Berlín: Bauhaus Archiv, 1985.
formas prismáticas, que se une a un cuerpo WG en los Estados Unidos, se concede espe-
circular también de vidrio, elevado por me- cial interés en la prensa de arquitectura local
dio de pilotis sobre el nivel del mar. La dis- a la obra realizada en asociación con Marcel GROSSO, NICOLÁS. s/d. Italiano, geómetra, cons-
posición en aspa de las construcciones late- Breuer, en la que asoma un sesgo regionalis- tructor. Uno de los primeros cultores de la co-
rales tiende a romper la manifiesta simetría ta. La figura de un Gropius eminentemente te- rriente neorrenacentista italiana en el Litoral.
axial del edificio principal. órico, catedrático y conferencista es la que pre-
Durante los primeros años de 1930, y pa- valece a partir de este momento. A partir de 1854, realizó como proyectista
ralelamente a estos emprendimientos, la pro- El último de los trabajos que realizó WG y constructor una serie de obras religiosas co-
ducción arquitectónica general de WG co- para la Argentina fue un encargo del Minis- mo: la iglesia de Nuestra Señora del Rosario
mienza a ser publicada en nuestro país. Los terio de Relaciones Exteriores de la Repúbli- en Corrientes (1854), hoy catedral, la iglesia
artículos más destacados aparecen en la Revista ca de Alemania Federal, para la construcción de San Francisco (1858), el convento e iglesia
de Arquitectura (v.) de la SCA de Buenos Aires, de la residencia del embajador alemán en Bue- de Nuestra Señora de la Merced (1856.1958)
en la Revista del Centro de Arquitectos, Cons- nos Aires. Este proyecto fue hecho en colabo- y la de Nuestra Señora de Itatí (1856), todos
tructores y Afines y en Nuestra Arquitectura (v.), ración con el arquitecto Amancio Williams (v.), en Corrientes. También realizó importantes
entre los años 1931-1933. En ellos se hace hin- quien había sido comisionado desde un prin- obras civiles. Entre ellas se destacan: el Ca-
capié en la labor de WG como proyectista, y se cipio, y A. Cvijanov, integrante en ese momento bildo-Legislatura (1856-1859) y el teatro Ve-
dan a conocer sus obras más relevantes. La ex- del estudio TAC. A raíz de este encargo y a efec- ra (1856-1862).
posición de sus teorías, tanto en lo que respecta tos de reunirse con Williams, WG viajó a la Ar-
al diseño arquitectónico como al planeamien- gentina en diciembre de 1968. Bibliografía: R. Gutiérrez, s. v.: “Grosso, Nicola”. En:
to urbano, se halla en ambas revistas media- El proyecto definitivo se completó durante L. Patetta. Architetti e ingenieri italiani in Ar-
tizada por la intervención de Moller. De lo pu- 1969, poco tiempo antes de la muerte de WG. gentina, Uruguay e Paraguay. Roma: Pellicani, 2002.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 129


GROSSO, JUAN ANDRÉS. s/d, 1839 - s/d. Ita- GUIDO, ÁNGEL FRANCISCO. como la sede del Club Gimnasia y Esgrima en
liano, constructor. Activo en Corrientes en la Rosario y Tucumán, la sede del Círculo Médi-
segunda mitad del siglo XIX. Rosario, 1896 - Íd., 1960. In- co (hoy demolida); el Museo Histórico Provin-
geniero, arquitecto, dibujante, cial en el Parque Independencia y el Monu-
Juan Andrés Grosso realizó en la capital co- grabador, publicista y urbanis- mento a la Bandera, ganado por concurso en
rrentina una extensa tarea que comprende, en- ta. En 1916 obtuvo el título de 1940, además de participar en el concurso Fa-
tre otras, las obras de los edificios para la pe- Técnico Constructor Nacional de la Escuela In- ro a Colón, el de Museo Municipal de Rosario
nitenciaría y el cuartel. Hizo también la dustrial de la Nación de esa ciudad; en 1920, y del Monumento al Combate de San Lorenzo,
receptoría de Empedrado y la municipalidad el de Ingeniero Civil y en 1921 el de Ingenie- no construido. Como urbanista fue coautor del
de Bella Vista. ro-Arquitecto en la Universidad Nacional de Plan Regulador de Rosario (1935), autor de los
Córdoba. Profesor titular de Arquitectura II des- planes de Tucumán (1937), Salta (1938) y San
de 1921, de Historia de la Arquitectura des- Juan (1942), este último junto a Benito Carrasco.
GROTHE, GUSTAVO. s/d. Ingeniero. Activo en de 1924 y de Urbanismo desde 1934 en la Finalmente, en 1945 realizó un proyecto de re-
San Juan en la segunda mitad del siglo XIX. Facultad de Ciencias Matemáticas de la UNL, construcción de la iglesia y convento de San
de la que llegó a ser vicedecano en 1935; des- Francisco, en Santa Fe.
Bajo la dirección del ingeniero Gustavo de 1936 hasta 1947 fue profesor adjunto de Visitó centros e institutos especializados en
Grothe se creó, en marzo de 1862, el Depar- Historia del Arte en la Facultad de Filosofía y historia americana, arquitectura y urbanismo,
tamento Topográfico de San Juan, encargado Letras de la UBA y, también desde 1936, fue donde recibió importantes distinciones hono-
de realizar el primer mapa de esa provincia. profesor titular de Historia en el Profesorado ríficas, entre ellas: miembro honorario del Ins-
La repartición levantó también el primer pla- Nacional de Dibujo de Rosario. Durante el pe- tituto de Arquitectura de Río de Janeiro (1930);
no de la ciudad de San Juan y de departa- ríodo 1948-1950 fue rector de la Universidad del Instituto de Arquitectura de La Habana
mentos agrícolas contiguos. Nacional del Litoral. (1930); miembro titular del Instituto Iberoa-
mericano de Berlín (1938); de la Société des
Bibliografía: Vicente Cútolo. Nuevo diccionario bio- Colaborador de La Prensa de Buenos Aires Americanistes de París (1938); miembro co-
gráfico argentino. Bs. As.: 1968. desde 1923, durante 1927 fue director y prin- rrespondiente de la Sociedad Central de Ar-
cipal articulista de la revista Arquitectura de la quitectos del Uruguay (1939); de la Sociedad
Sociedad de Arquitectos de Rosario. Obtuvo de Escritores de La Paz (1944); doctor honoris
GUICHET, ESTEBAN. s/d. Arquitecto. Trabajó en el primer premio en la Exposición Panameri- causa de la Southern California University
la ciudad de Buenos Aires en las primeras dé- cana de Arquitectos de Río de Janeiro (1930) (1933) y de la Universidad de Quito, profesor
cadas del siglo XX. y el gran premio de honor del Primer Con- honoris causa de la Universidad de Guayaquil
greso Argentino de Urbanismo (1935). En 1932 (1945); miembro de número del Instituto Ar-
Realizó diversas obras, entre ellas el San- obtuvo una beca de la Guggenheim Memorial gentino-Italiano de Intercambio Cultural de
tuario de Nuestra Señora de Lourdes en San- Foundation, y en 1937 la de la Comisión Na- Buenos Aires (1947).
tos Lugares (1911) y la residencia de Ayerza en cional de Cultura.
Esmeralda 1275. Fue delegado por la universidad y por el go- GUIDO Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA
bierno a numerosos congresos de carácter cien- TRADICIÓN AMERICANA.
Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A. tífico. Publicó una serie de investigaciones his- AG vuelve de Córdoba tras haber partici-
Levaggi y A. S. J. de Paula. La arquitectura del li- tóricas: Fusión hispano-indígena en la pado del momento más álgido de la Reforma
beralismo en la Argentina. Buenos Aires: Sudame- arquitectura colonial, 1925; La arquitectura his- Universitaria, fuertemente marcado por su es-
ricana, 1968. panoamericana a través de Wölfflin, 1927; El ar- píritu y por las hipótesis sobre un destino con-
te americano del siglo XVIII, 1932; El Aleijadin- tinental que América debía cumplir a partir de
ho, 1937; Redescumbrimiento de América en el una mirada introspectiva sobre su cultura pa-
GUICHOT, PEDRO. s/d. Arquitecto. Trabajó en Arte, 1940; La arquitectura mestiza en las ribe- ra identificar su especificidad.
la ciudad de Buenos Aires en las primeras dé- ras del Titikaca, 1956, entre los principales. Asi- Su hermano mayor, Alfredo (1892, plástico
cadas del siglo XX. mismo publicó una serie de ensayos estéti- de renombre nacional), lo había vinculado des-
cos y filosóficos: Orientación espiritual de la de temprano con artistas e intelectuales nucle-
Instaló estudio en Artigas 453. Realizó nu- arquitectura en América, 1927; El arte de nues- ados en torno de un movimiento de búsque-
merosas residencias privadas: French 2287, tro tiempo, 1930; La Machinolatrie de Le Corbu- da nacional y al “Círculo de la Biblioteca” por
Tucumán 7128, Irigoyen 2192, Ríobamba 270 sier, 1930; Eurindia en la Arquitectura Ameri- donde pasaron, desde 1914, conferencistas co-
(1905) de Del Valle y Halsey, Pellegrini y Via- cana, 1930; Catedrales y Rascacielos, 1936, entre mo Ricardo Rojas, Carlos Ibarguren, Leopoldo
monte ya demolida, y el edificio de San José otros menores. Lugones, Manuel Ugarte, José Ortega y Gasset,
y Av. De Mayo. En su actividad profesional realizó proyec- José León Pagano, Ramón Cárcano, José Inge-
tos de residencias particulares, fundamental- nieros y Eugenio d’Ors. Distintas influencias
Bibliografía: F. Ortiz, J.C. Montero, R. Gutiérrez, A. mente en Rosario —entre ellas su propia casa podrían rastrearse de algunos de ellos en AG,
Levaggi y A. S. J. de Paula. La arquitectura del li- en Montevideo 2112—, y en Buenos Aires el de pero la que será definitoria es el sistema doc-
beralismo en la Argentina. Buenos Aires: Sudame- la casa de su maestro Ricardo Rojas. Proyectó trinario formulado por Rojas en la Restauración
ricana, 1968. también una serie de edificios institucionales, americanista. A partir de la exposición de dis-

130 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


gro gui
tintos sistemas educativos europeos y del ar- 1924 comienza a dictar la materia de Historia Nacional Arqueológico de Arquitectura Ame-
gentino, Rojas propone las bases para una “res- de la Arquitectura. Guido defiende una his- ricana, para censar la arquitectura colonial y
tauración histórica”, en la que el Estado tendría toria orientada a revivir los valores estéticos prehispánica, recopilar los estudios existentes
un rol clave en la formación de la conciencia e para su exaltación y su disponibilidad en la e investigar con criterios científicos, el patri-
identidad colectivas a través de la escuela. Es- construcción del presente. Apenas Rojas pu- monio de Perú, Bolivia y Ecuador.
ta influencia permite explicar el sentido de las blica su Ensayo de estética (1924), Guido sale Paralelamente se propone revertir la histo-
operaciones de Guido —subsidiarias de sus en defensa de Eurindia, reivindicando la bús- riografía sobre el arte de la Colonia, superan-
principales hipótesis culturales—, quien va a queda de un “espíritu telúrico” enajenado, en do las lecturas previas que habían descuida-
iniciar desde muy joven una verdadera mili- contra de aquellos artistas e intelectuales por- do la producción artística. Para Guido, el
tancia docente, intelectual y artística, cuyos prin- teños que —invocando la naturaleza cosmo- redescubrimiento del arte americano debía con-
cipales tópicos jamás abandonaría: reformu- polita de los argentinos— pretendían formar seguir una segunda independencia después de
lación de la historia de la arquitectura y del arte una “plataforma antiamericanista” , en una la emancipación política. Se concentra en una
para recuperar y construir una tradición ame- clara alusión a la revista Martín Fierro. Sus pri- lectura formalista, y demuestra la influencia
ricana capaz de potenciar un arte nuevo; de- meros proyectos de carácter institucional se indígena en la Arquitectura Colonial peruana
fensa del rol del arquitecto y su función com- fundamentan en los mismos objetivos. Apro- y boliviana, hipótesis que expondrá en el III
prometida con la construcción de la identidad vechando los procesos de transformación uni- Congreso Científico Panamericano realizado
colectiva y, por último, la función docente y so- versitaria, en el Segundo Congreso Univer- en Lima (1924). Aprovechando su viaje por Pe-
cial de la universidad como constructora y guía sitario Anual (La Plata, 1924) propone una rú se contacta con Uriel García, recorre dibu-
de programas culturales. ampliación de los planes de estudios de las fa- jando y fotografiando las principales ciudades,
En 1921, apenas instalado en Rosario, AG cultades de arquitectura de la República, con y vuelve especialmente subyugado por la ar-
comienza su actividad académica ininte- la introducción de un curso especial sobre His- quitectura de los portales de Arequipa, cuyos
rrumpida en la carrera de Ingeniería de la Fa- toria de la Arquitectura y Ornamentación Ame- motivos ornamentales simplificados utilizará
cultad de Ciencias Matemáticas, participa en ricana pre y post colombiana; y en el siguien- en sus obras arquitectónicas. Sobre la base
la creación de la carrera de arquitectura y en te (Córdoba, 1925), la creación de un Instituto de estas indagaciones, AG publica su tesis ma-

u MONUMENTO A LA BANDERA EN LA CIUDAD DE ROSARIO, PROVINCIA DE STA. FE, DE GUIDO Y FIORAVANTI.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 131


yor: Fusión hispano-indígena en la arquitectura ornamento es de una estilización y geometri- tes y los recuadros de los vanos, tratando la par-
colonial (1925). Guido no es el primero en re- zación asimilable al Art-Déco, pero bajo los mis- te central como un imafronte, y la planta baja
conocer e identificar la mezcla artística. A lo mos presupuestos generales. de modo que pueda leerse como la verja de un
largo de América esta recuperación crítica es- En el edificio Fracassi, ubicado en San Luis edificio mayor recedido.
taba en marcha. Respecto de la Argentina, pue- y Corrientes (departamentos de renta y locales Durante 1927, después de estas experien-
den mencionarse las investigaciones arqueo- comerciales en planta baja), Guido debió re- cias constructivas, AG edita y dirige la revista
lógicas, los ensayos de Martín Noel (v.). quien solver, ya iniciada la construcción, un tercer Arquitectura, órgano del Centro de Arquitec-
presentaba la mezcla siguiendo el viaje de las nivel para habitación del hijo del propietario, tos de la Provincia de Santa Fe y de la Socie-
influencias, y los relevamientos de Kronfuss lo que obligó a forzamientos en las plantas (de- dad de Arquitectos de Rosario, a partir del ter-
(v.), al que seguramente Guido conoció en los partamentos de acceso independiente directo cer número. Esta tribuna, que le permite a
últimos años de su carrera universitaria en Cór- desde la calle, con otros que comparten esca- Guido divulgar sus ideas fuera del ámbito aca-
doba. La contribución precisa de AG se da en leras y halls). La fachada expresa estas diferentes démico, lo obliga a tomar posición respecto
el campo de la lectura formal y estética. La iden- jerarquías del programa mediante los trata- de las vanguardias europeas. En una serie de
tificación de la fusión subentendía una actitud mientos decorativos y la materialidad de los editoriales, AG arremete contra la estandari-
de resistencia de la cultura americana, un re- tres niveles. zación y la decadencia de la Arquitectura Mo-
sultado genuino y original que prometía guiar En la residencia que se construye en Mon- derna francesa. Haciendo foco en la figura de
las actitudes contemporáneas. tevideo 2112, Guido logra una fachada de fac- Le Corbusier (v.), discute las posibilidades de
Estas ideas informan los primeros proyec- tura artesanal a partir de un juego minucioso la tecnología para definir la estética y los rum-
tos arquitectónicos de AG. Como se trata de un de texturas y colores, posible por el uso de un bos de la arquitectura, y critica el sometimiento
proyecto cultural más que disciplinar, estos pro- material de frente que hacía especialmente pa- del arte a la máquina, que Guido bautiza co-
yectos parten de un pensamiento academicis- ra sus obras. A pesar de trabajar sobre un úni- mo mecanolatría. Sobre todo cuestiona la de-
ta, al que se yuxtapone un pensamiento figu- co plano, AG define una fachada con la ilusión sacralización que LC hace del arquitecto-ar-
rativo con la síntesis estilística perseguida. Sobre de diferentes profundidades a partir del modo tista para convertirlo en un operador de la
tipologías dadas se aplica un tratamiento or- de colocar las cornisas arequipeñas ondulan- tecnología. Cuando en 1929 LC visite Buenos
namental en fachada de elementos estilizados Aires, AG ampliará sus críticas y publicará La
y simplificados que, supuestamente, remitirí- machinolatrie de Le Corbusier (traducida al cas-
an a una significación compartida por la socie- tellano en 1931 cuando viaja a La Habana). A
dad e impregnada de identidad americana. la figura de Le Corbusier opone la de Hoff-
En la casa de José Torrea (Colón 1354, Ro- mann, en quien reivindica su oposición a la
sario, 1923), probablemente su primera obra, estandarización. Para Guido, Hoffmann —al
sobre una vivienda típica de dos ambientes al que bautiza maestro de “la lección de la ma-
frente, divididos por un zaguán, AG aplica cor- sa, el plano y la línea”— no desecha la tradi-
nisas ondulantes en la parte superior de la fa- ción y no deja de ser moderno, ya que articu-
chada, una hornacina centrada en la abertura la belleza y practicidad a partir de una plástica
del salón principal, y remarca los vanos con pe- volumétrica moderna en su sensibilidad. In-
queñas columnas y aleros; todos ellos (excepto dudablemente esta fuerte crítica a la Arqui-
la hornacina), reinterpretaciones de las porta- tectura Moderna no concitó el apoyo espera-
das arequipeñas. Seguramente la evaluación de do en el campo local, y acaso haya sido la causa
los escasos resultados obtenidos —el organis- de la desaparición de Arquitectura después de
mo arquitectónico permanece inalterado— lo un año de publicación mensual. Su tarea edi-
lleva a Guido a plantear que la utilización de la torial también lo había llevado a confrontar
tradición, restringida a la mera aplicación de con los candentes debates sobre los proble-
elementos estilizados, solo conduce a un fol- mas de la ciudad y a advertir la importancia
clorismo sin sentido. En las obras siguientes de la dimensión urbana de la arquitectura —
esta ornamentación no vuelve a ser tan super- en la que no había reparado antes—, y pro-
ficial. Si bien aún no puede hablarse de un cam- puso para ella una síntesis morfológica que
bio de concepción proyectual, la gramática de- apelaba a formas modernas.
corativa, más que actuar como simple aplicación, Los frutos de esta experiencia quedarán ex-
modela, conforma, dota de espesor a la facha- puestos en el III Congreso Panamericano de
da y, en algunos casos, llega a incidir en la ca- Arquitectos, realizado en 1927 en Buenos Ai-
lidad espacial. La vivienda Losno, con salón co- res, donde Guido presenta sus investigaciones
mercial (Corrientes 1.672-82, Rosario, 1925), históricas en Arquitectura Hispano-Incaica a
constituye un primer ensayo de la loggia que irá través de Wölfflin y sus tesis técnico-cultura-
repitiendo en obras posteriores —el edificio les en Orientación espiritual de la arquitectura
Fracassi (1925), su propia residencia (1926)— en América. Desde los fundamentos de la teo-
hasta la ampliación de la sede del Club Gim- ría visibilista y los estudios de la morfología del
nasia y Esgrima (1928), donde la aplicación del u CONCURSO DEL MONUMENTO A LA BANDERA, EN ROSARIO. arte, AG cuestiona los alcances del análisis his-

132 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


gui gui
tórico de la obra de arte, realizado a partir del nómicos promovían.
milieu, y señala la capacidad de la propia for- El proyecto del Monumento a la Bandera
ma (aislada del medio histórico-social o reli- de 1940, realizado junto a Bustillo y los escul-
gioso) para condensar y explicar el espíritu tores Bigatti y Fioravanti, cristaliza en forma
artístico que en ella reside. A partir de las cin- ejemplar su posición frente a la arquitectura
co polaridades wölfflianas, AG demuestra la pública: monumento de concepción plástica y
“diversidad barroca en la arquitectura hispa- escultórica que, por su escala y su relación con
noamericana”, y contesta la historiografía pre- la ciudad, construye un espacio urbano para la
via que calificaba de plateresca la producción comunidad. El proyecto debía transformarse
del Barroco español en la región incaica. In- en el templo máximo de la nacionalidad, for-
cluso identifica una inversión del sentido ba- u CLUB GIMNASIA Y ESGRIMA, ROSARIO. malizado desde las técnicas modernas a partir
rroco —una linealización— que sería la resul- de un juego de proporciones y ritmos de ma-
tante de la idiosincrasia indígena y de la aún no perdió su forma, con la vitalidad y el es- sas, controlados según los cánones de la be-
concepción incaica de la forma y de sus técni- píritu de una naturaleza sin contaminar. Con- lleza clásica: conjunción merecida por “una
cas. No obstante las advertencias de Wölfflin siderando al territorio como el crisol de fuerzas Nación que reverencia a su pasado”.
sobre la aplicación de sus pares en el campo cósmicas, AG identifica dos tipos de ambientes Ya en otros proyectos de carácter público
arquitectónico, la apropiación de este instru- culturales (estética y orgánicamente constitui- (concursos para los museos de Bellas Artes de
mental crítico-analítico le sirve a Guido para dos) que hasta ahora habían pasado inadverti- Rosario y Buenos Aires, 1928) había llegado
sostener el presupuesto de la autonomía artís- das: los pequeños poblados y las grandes ciu- a su definición a partir de una síntesis más
tica, para pensar la arquitectura librada de cual- dades. Advierte que la restauración americanista morfológica que ornamental. Se trata de tra-
quier condicionamiento ajeno a ella y distin- (en los términos en que venía defendiéndola) bajos con la masa, con formas recortadas con
guir lo específicamente artístico de lo utilitario. solo podía resultar en un Eclecticismo más den- el perfil del zigurat, con materiales de fuerte
A partir de este trabajo, AG pasa a ocupar un tro de un paisaje urbano cosmopolita, y que so- gravidez. Estos volúmenes aparecen jerar-
lugar en la historiografía de la arquitectura y lo era posible en esos pequeños poblados que quizados y adjetivados con intervenciones
del arte latinoamericanos, y se constituye en habían logrado mantenerse al margen de los figurativas y alegóricas yuxtapuestas. Dentro
un activo divulgador de Wölfflin y de la histo- procesos de modernización. Es probable que la de esta serie es posible mencionar el proyec-
riografía centroeuropea como superaciones del experiencia que realizaba en ese momento — to no realizado para el Correo Central (Cór-
materialismo histórico, el positivismo y el ide- el proyecto de la casa de Rojas— le haya devuelto doba y Buenos Aires, Rosario, 1927-1932), el
alismo. En Concepto moderno de la Historia del esta certeza. En la casa del maestro (Charcas concurso para el Faro a Colón (Santo Do-
Arte (1935), AG señalará las limitaciones de es- 2837, Buenos Aires) trabajó con representacio- mingo, 1929), el proyecto para el campo de la
tas corrientes y la necesidad de que el histo- nes alegóricas en un collage de “citas” prehis- Gloria en San Lorenzo (1950). Una concep-
riador americano asuma una actitud “mediú- pánicas, españolas e hispanoamericanas; su fa- ción similar a la que aplica en el Museo His-
mica” entre el investigador y la obra de arte chada reproduce la de la histórica casa de tórico Provincial (Parque Independencia, Ro-
sumida en la Historia, para superar la pasivi- Tucumán, entonces demolida. Aquí hace “ima- sario, 1937), pero con un trabajo de volúmenes
dad del historiador-arqueólogo y poder sinto- gen”, corporeíza la concepción de ícono del pa- mucho más abstractos, lisos, apenas adjeti-
nizar con el espíritu más recóndito de la obra. sado patriótico que Rojas pretende construir vados con rehundimientos tipo hornacinas
En Orientación espiritual… caracteriza a frente a la ciudad cosmopolita. para contener esculturas, al que luego suma-
América como la sede del nuevo arte (apelan- La arquitectura, en su dimensión simbóli- rá un propileo similar al del Monumento a la
do al intelectual y al artista americano para es- ca, debía ofrecerse para la construcción de la Bandera (1951).
ta empresa de “descubrir”, proyectar y realizar) Nación, proveyendo los símbolos que mantu- Durante 1932, AG obtiene la beca de la
y defiende la arquitectura alemana y la aus- vieran viva su identidad en los espacios pú- Fundación Guggenheim con el aval de Ricar-
tríaca del novecientos en adelante, que integra blicos y colectivos, resistiendo la progresiva do Rojas, Alejandro Christophersen (v.), Mar-
en lo que denomina Movimiento Moderno Eu- abstracción espacial que los desarrollos eco- tín Noel, Santos Gollán (periodista del diario
ropeo (MME). El arquitecto americano debe-
ría nutrirse de esta “corriente biológico-estéti-
ca europea más vigorosa” (MME) y a la vez
comprometerse con su propia cultura. Una vez
más encontramos a Guido sustentando las hi-
pótesis críticas de Rojas y aun abrevando en
las mismas fuentes: también para su maes-
tro había localizado en Alemania las “verda-
deras innovaciones” del saber histórico mo-
derno, gracias a una concepción integradora
de los elementos constitutivos de la cultura.
Caracteriza a América como un mundo nue-
vo, un reservorio que se opone a la devastación
de la civilización tecnológica, un paisaje que u MUSEO HISTÓRICO PROVINCIAL, EN ROSARIO, DE ANGEL GUIDO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 133


La Prensa) y el Rector de la UNL. Siguiendo el feliz propuesta para la nueva estación del FC- de la ciudad, enmarcados por una edificación
plan de trabajo propuesto, releva la aplicación CA, que aglutinó en su contra a la opinión pu- homogénea y “digna”, con dos rascacielos en
moderna de los estilos Misionero, Adobe y Co- blica y estimuló una serie de propuestas pa- su arranque (“como las torres paralelas y al-
lonial en los edificios construidos desde 1920; ra la ciudad. Dos años más tarde se creaba la menadas de las ciudades antiguas” ).
estudia las misiones jesuíticas de California y Sociedad de Arquitectos de Rosario, que in- A mediados del año siguiente, AG se pone
la enseñanza de la aplicación moderna de di- cluyó entre sus objetivos el “tomar la inter- en contacto con Carlos María della Paolera (v.),
chos estilos en la University of Southern Ca- vención necesaria en los distintos temas ur- cuando visita Rosario invitado por el Centro de
lifornia y en el Departamento de Bellas Ar- banísticos”. El tema apareció tímidamente en Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores de Ro-
tes de la UCLA. A partir de mayo de 1933, la revista Arquitectura, que en un editorial re- sario para dar unas conferencias en las que de-
comienza a enviar colaboraciones para el dia- chaza los reclamos de un Plan Regulador (por sarrolla alternativas de reforma para la ciudad.
rio La Prensa, entre las que cabe mencionar la “grandiosidad” del instrumento técnico, la Guido lo invita a dictar la primera cátedra de
un ensayo sobre Wright. multiplicidad de problemas por abarcar y la Urbanismo del país en las carreras de inge-
Regresa impactado por los rascacielos, su falta de expertos nacionales) y propone una niería y arquitectura. Juntos, con Adolfo Fa-
estética y su sistema constructivo (dimensión estrategia acorde con los modos de interven- rengo (también profesor de la carrera de In-
sobre la que nunca había mostrado demasiado ción de los arquitectos: concurso de antepro- geniería y autor del proyecto de reestructuración
interés). En Génesis, apogeo y crisis del rascacie- yectos sobre problemas específicos, entre los ferroviaria que había permitido oponerse a la
los (1935) describe, a partir de una lectura or- que AG enumera algunos que focalizarán su estación del FCCA), se ofrecen para realizar el
ganicista, una historia del rascacielos —desde expediente urbano y el plan regulador de la ciu-
los primeros en Chicago, hasta los posteriores dad por una suma fija, en contradicción con el
de Nueva York— basada en el trabajo del cu- concurso aconsejado por los expertos consul-
bano Weis y jerarquizando la “voluntad espiri- tados por el Concejo Deliberante. Lo consiguen
tual del hombre fáustico de América del Nor- no sin fuertes protestas en 1929, y el contra-
te” por sobre los logros y posibilidades de la to se materializa a mediados de 1931.
técnica. Encuentra en ellos “el nuevo estilo, ab- A poco de iniciadas las tareas, Werner He-
solutamente americano”. En Catedrales y ras- gemann (v.) visita la ciudad e introduce tópicos
cacielos (1936), a partir de “una lectura estético- y ejemplos del planning americano, avalándo-
social del pueblo americano”, los parangona los con su ganada jerarquía y la especificidad
con las catedrales góticas. El proyecto para el de reflexiones sustentadas en un relevamien-
Monumento a la Bandera no está exento de es- to previo de las condiciones locales. Resulta
ta seducción por las formas escalonadas del ras- clave su defensa del park system como estruc-
cacielos neoyorquino, sus relaciones cúbicas, turador del plan y de la racionalidad del damero
su morfología de torre-faro, ya enunciada en el americano. Ese mismo mes de octubre AG
proyecto trunco para el edificio del Correo, o se presenta y gana la beca Guggenheim para
para el Faro a Colón. un temario acotado al estudio de la aplicación
Esta mirada esteticista, “espiritualista”, con moderna de la Arquitectura Neocolonial y la
la que recoge y sintetiza el tema del rascacie- u INTERIOR DE LA VIVIENDA PARTICULAR DE A. GUIDO. realización práctica de planes reguladores en
los, va a signar sus ulteriores lecturas. Así, en ciudades americanas afines. Y si bien los es-
Presencia del trópico en la arquitectura del Brasil atención en los años por venir (apertura y mo- tudios urbanísticos (analiza los de Washing-
(1952) ubica a la arquitectura de vanguardia numentalización de avenidas y diagonales, al- ton DC, Nueva York, Chicago, San Francisco
brasileña como un regreso a la geografía, un tura de edificación según la orientación de las y Palos Verdes) ocuparon solo parte de sus in-
retorno al trópico, un reencuentro con el hom- calles, ubicación de futuros edificios públicos, tereses, es en ese campo donde su estadía ten-
bre telúrico brasileño. idiosincrasia urbana, abordaje moderno del drá resultados más contundentes.
Mientras tanto Guido había continuado con tema de los parques, jardines y paseos). A su regreso, en octubre de 1933, AG se ha-
sus actividades académicas, sin abandonar sus En setiembre de 1927 Arquitectura publica ce cargo de los trabajos del Plan de Rosario:
investigaciones sobre la arquitectura y el arte el proyecto de un Plan para Santa Fe en el que Farengo había renunciado casi inmediatamente
americanos desde las mismas hipótesis gene- se presume la intervención de J. B. Durand (v.), para hacerse cargo de la Dirección Nacional de
rales. En 1940 compila algunas de sus cola- estrechamente vinculado a Guido en la FCM. Ferrocarriles y Della Paolera había sido con-
boraciones en La Prensa, en Redescubrimiento En él se distingue una serie de tópicos que de tratado para la Dirección del Plan de Buenos
de América en el Arte. También son destacables ahí en más serán distintivos de los proyectos de Aires. De modo que de allí en más el trabajo
las construcciones biográficas de figuras ex- Guido: la jerarquización del río, la transforma- tendría la clara impronta de Guido, quien inau-
cepcionales como el indio Condori y el mula- ción de los accesos ferroviarios, la definición de guraba así un menú que repetiría con esca-
to Aleijadinho, representativos del espíritu de una zona industrial con barrios obreros cir- sas variantes en sus próximos trabajos.
la emancipación en el arte (1931); David A. Si- cundantes, la preocupación por las “tendencias La más destacable es la introducción de los
queiros (1933), Diego Rivera (1934) y José Cle- y predisposiciones espirituales” de la población principios normativos del planning americano,
mente Orozco (1944). y la apertura de dos ejes monumentales por el que aparecen como marco de referencia y jus-
Guido urbanista. En 1925, la ciudad de Ro- medio de líneas de manzanas próximas —pe- tificación de las decisiones. Cartas isócronas,
sario se había visto conmocionada por una in- ro no coincidentes— con los ejes “naturales” que toman como parámetro “las regiones de

134 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


gui gui
traslación en 20, 30 y 40 m de las ciudades eu- La influencia del planning también es evi- metría de los rascacielos. Para las segundas, la
ropeas y norteamericanas” y “el cotejo de tiem- dente en el rol articulador otorgado al park sys- “reargentinización urbano-arquitectónica”: fir-
pos y recorridos de los Departamentos de Trá- tem, como una trama de calidad que fija lími- mes criterios estéticos para el desarrollo de una
fico de las ciudades de EE.UU.” definen los tes claros al casco urbano, lo articula con la “Arquitectura Funcional-Regional” , “inter-
límites de la región; gráficos estadísticos, “pro- región, y organiza vías rápidas de comunica- pretación moderna de las deducciones mete-
porcionales al caudal de tráfico”, interpretan ción y focos para la expansión residencial. AG orológicas, heliotérmicas y tradicionales” que
que los “estudios de efectividad por milla cua- es además precursor en la aplicación de un zo- asocia a prescripciones estilísticas: “el Cali-
drada de Charles Diggs, del “Regional Planning ning funcional en las áreas de extensión, dis- forniano o el Moderno moderado”.
Commission Country” de Los Ángeles, le per- tinguiendo parcelarios de acuerdo con el des- Para el plan de Tucumán es contratado por
miten rechazar las diagonales —por primera tino (industrias, reservas rurales, áreas el intendente R. R. Aragón para confirmar
vez en nuestro país— y proponer una red or- hospitalarias) e incluso aplicando las tablas de su proyecto de una avenida central, que debía
togonal que se superpone y acepta el damero. Bartholomew al proyecto de una ciudad in- materializarse perforando cuatro manzanas
Damero que sólo altera en las extensiones pe- dustrial tipo, al norte del municipio, con una tangenciales a la Casa de la Independencia. En
riféricas con manzanas alargadas que forman estructura de ciudad lineal premonitoria de la él, AG incluye “un estudio de la evolución his-
“suaves curvas”, para viviendas apareadas o en conurbación San Nicolás / San Lorenzo. En tórico-urbana” para subrayar el carácter pa-
tiras, “siguiendo el eje heliométrico”. La re- las áreas consolidadas, en cambio, AG aplica radisíaco de la región en el período preco-
presentación gráfica del tráfico también le per- un zoning formal en anillos concéntricos de lombino, el fácil deslumbramiento de sus
mite justificar dos “ejes monumentales” que, densidad decreciente, orientado a asegurar la habitantes frente al poder (primero incaico,
como un civic center lineal, eluden y vacían el regularidad de las líneas de edificación y un luego portuario), la presencia constante de la
centro histórico adyacente. Ámbito de la con- centro de manzana libre y verde que recoge la cerámica como material constructivo y la pre-
gestión, lo jalona una serie de centros escena- experiencia de Hamburgo. existencia de circunvalaciones y recovas. Re-
rios para la representación de un ámbito me- A pesar de su fracaso como instrumento copila y transcribe estadísticas meteorológi-
tropolitano: “el Monumento a la Bandera con de regulación del crecimiento de la ciudad, el cas, realiza estudios de asoleamiento y un
Faro”, el centro comercial inspirado en los di- Plan Regulador de Rosario logró un rápido re- registro estadístico para respaldar la “brillan-
bujos de Ferris, el centro recreativo (pequeño conocimiento en el campo disciplinar y reci- te” avenida central proyectada por el inten-
Broadway con propaganda luminosa), el cen- bió dos premios de honor del Primer Con- dente, a la que otorga poderes de congestión
tro cívico (“gran ambiente al aire libre donde greso Argentino de Urbanismo de 1935, donde espontánea de actividades y descongestión del
puedan congregarse multitudes en justas cívi- Guido habría de tener una presencia desta- tráfico, y que complementa con otro ensanche
cas” ) y, para concluir, “la gran estación única cada como relator de la comisión sobre Or- transversal, un “canevas” de calles primarias,
de pasajeros”, nueva puerta urbana a imagen ganización Funcional, y autor de tres ponen- dos anillos de circunvalación y una gran ave-
de la Grand Central Station de Nueva York. cias sobre el uso del heliómetro, el proyecto nida para vincular la nueva estación con un
AG redujo el estudio de la evolución de la de la ciudad industrial y los estudios históri- gran parque suburbano. Avanza en una pro-
ciudad entendida como organismo vivo, co- cos como base de un plan. puesta de “democratización” de los espacios,
mo propiciaba Marcel Poëte y su discípulo De- Esta primera experiencia se perfecciona con y discrimina entre pequeñas zonas verdes “en
lla Paolera, a diez diagramas sucesivos orien- su propuesta de un “urbanismo argentino” en proporción al censo de niños”, un parque ur-
tados a “demostrar” que el “crecimiento lógico los planes de Tucumán (1936) y Salta (1937), bano (ya existente) y una gran zona boscosa
y natural” de Rosario era la extensión Norte / para lo que habilita otra etapa de su experien- para el fin de semana. Progresa en sus estu-
Sur a lo largo del río, que las instalaciones fe- cia norteamericana: la de la costa oeste y su re- dios de zoning con un relevamiento de dieci-
rroviarias habían perturbado esta tendencia, valorización de la arquitectura de las Misiones, siete categorías de actividades en el área cen-
desmembrando la ciudad, y definiendo una ex- aplicada como “estilo” en el plan urbano de tral, planteando la misma discriminación
pansión al Oeste “ni regular ni normal”. En es- Santa Bárbara y Palos Verdes. De un modo concéntrica de densidades para un primer ani-
ta interpretación se sustenta un partido ten- similar al propuesto por Werner Hegemann llo consolidado (con firme control estilístico)
diente a recobrar la unidad perdida con un fuerte en su manual de arte urbano American Vitru- y localizaciones funcionales precisas en un se-
límite al Oeste con reservas verdes y agríco- vius (1922), propone un doble urbanismo en lo gundo anillo con loteo funcional y normativas
las, aeródromo y dos avenidas de circunvala- estético sobre una base común (en Hegemann de barrio jardín. Incluye un proyecto de “vi-
ción. El Plan de Burnham para Chicago está había sido el parti académico, en Guido la di- viendas mínimas funcionales para obreros”,
presente en un esquema regional radiocon- mensión “científica” y la normatividad técnica que combina torres, casas apareadas y en tira,
céntrico, formado por un semicírculo de doce del urbanismo). Un urbanismo para las ciu- pero en estilo Californiano y con el respaldo
ciudades satélites (6 preexistentes), morfológi- dades del Litoral: “improvisadas” , cosmopoli- de un censo demográfico, económico y de vi-
ca y funcionalmente autónomas a intervalos re- tas, destinadas por su geografía e historia a una viendas de la población obrera, realizado ex-
gulares que procuran reforzar la unidad mor- “pujanza sin unidad” . Otro para las ciudades presamente. No presta atención, en cambio, a
fológica y la centralidad de la ciudad madre. del Norte argentino, sin puertos, alguna vez los vínculos regionales y a las expectativas y lí-
Burnham también está presente en el trata- parte del Imperio Incaico, de “evolución lim- mites del crecimiento económico. En este plan,
miento escénico de la costa, liberada de toda ré- pia prendida al paisaje”, avasalladas por una in- su preocupación por el pasado y las poten-
mora productiva, a través de un jalonamiento vasión “exotista”. Para las primeras, postales cialidades de la tradición aparecen vinculadas
de parques y de mojones de calidad residencial empequeñecidas de Nueva York, los valores de a una propuesta de pacificación social que en-
en áreas todavía vacantes. un Racionalismo abstracto sobre la estereo- cuentra en el urbanismo la escala posibilitan-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 135


Su valoración, aprendida en las ciudades
italianas, impregnará también el plan que re-
aliza para la ciudad de San Juan en 1942 jun-
to a Benito Carrasco, en el que repite gran par-
te de las estrategias ensayadas (delimitación
del ejido según los índices de Bartholomew,
previsiones demográficas, parkway de circun-
valación que diferencie una ciudad vieja y un
suburbio jardín, con acequias que posibiliten
el arbolado de las calles). Insiste en el carácter
básico de una reorganización ferroviaria que
rompa el cerco de hierro que alteraba el cre-
cimiento “natural” de la ciudad, con un lago-
canal en los terrenos de las antiguas estacio-
nes. La realidad “meteorológica, geológica,
económica y espiritual de San Juan” se tra-
duce en una arquitectura de muros blancos,
tejas, recovas, amplios aleros, y rechazo a los
“estilos provenientes de Buenos Aires o zonas
nórdicas europeas”.
Un último párrafo merece su proyecto pa-
ra la Ciudad Universitaria de Rosario, de 1950,
como parte de sus tareas de rector de la UNL;
proyecto en el que insistiría años más tarde, ya
retirado de la vida académica y profesional, ra-
tificando las ventajas de la ubicación esbozada
en el Plan Regulador (en la ribera norte en Gra-
nadero Baigorria) y oponiéndose a la localiza-
u MUSEO CASA DE RICARDO ROJAS, EN BUENOS AIRES. ción actual de los edificios (“grupo universita-
rio” convertido en “fábrica de profesionales”),
te de una reforma eminentemente cultural. La ferencias y para el cual estaba vigente la pro- aledaña al puerto y barrio obrero “por zoning
clave de la conciliación es una expansión de la puesta de Della Paolera, que ampliaba el eje a espontáneo”. El tema “ciudad universitaria” (v.)
categoría “funcional” que le permite hacer co- la totalidad de la manzana. La confrontación —que en esos años habría de inspirar las pro-
existir, y hasta coincidir, la neutralidad de la de Guido es absoluta, porque cuestiona el pro- puestas más arriesgadas de la nueva Arqui-
cuantificación y la abstracción de los gráficos yecto de su antiguo socio en el ámbito estéti- tectura Moderna latinoamericana— vuelve a
con tradiciones constructivas y formales a las co, financiero, pero sobre todo funcional. A plantearse según los tres registros ya referidos:
que adjudica la capacidad de traducir “oscuras pesar de su carácter restringido, esta opera- funcional, financiero, estético. Recupera el en-
fuerzas telúricas”. ción le permite avanzar en su conceptualiza- tramado de la composición clásica de los cam-
El plan de Salta, realizado un año después, ción de los “dos urbanismos”. París, Berlín, pus norteamericanos de principios de siglo,
es similar. El resultado, por demás magro: la Roma, Venecia, compiten con Nueva York co- pero con una arquitectura de volúmenes pu-
reubicación y el retrazado del único acceso fe- mo referentes de la forma urbana posible; los ros, modulada por el uso de propileos al “esti-
rroviario, un clon de la avenida central de Tu- nuevos ingredientes son el agua, la potencia- lo litorio”, ya ensayado para el Monumento a
cumán y un proyecto de remodelación de la lidad de las columnatas y las enseñanzas de la Bandera, con grandes explanadas.
plaza en Californiano; se explaya, sí, en la obli- Sitte (la “plástica del ámbito” , la valoración
gación de hacer poner “en estilo” a uno de los de la sorpresa y el recinto). En lo técnico pro- GUIDO Y LA UNIVERSIDAD.
pocos edificios importantes de la ciudad —el pone distinguir dos canales de vías secunda- Es difícil pensar en Guido sin pensar en la
Club Social—, para el que incluso imagina “una rias a nivel y un canal primario subterráneo Universidad, primer ámbito en permitirle des-
edificación pantalla” . para el tránsito rápido, con playas de estacio- plegar su singularidad, banco de pruebas don-
Los viajes de AG a Francia, Alemania e Ita- namiento a nivel y una gran promenade pea- de sistematizó sus investigaciones, respaldo
lia en 1938 y 1939 imponen un nuevo quiebre tonal sobreelevada, reducida a los 33 m origi- institucional y económico para sus explora-
que permea sus últimos trabajos. En 1941 pre- nales y flanqueada por una edificación regulada ciones intelectuales, y último campo de refe-
senta una “contribución espontánea” ante el en lo volumétrico y lo funcional. El conjunto rencia y sentido para su prédica espiritualista.
Concejo Deliberante de Buenos Aires y la Aso- incorpora la Plaza de la Repúbica y remata en Inicia su carrera con una fructífera relación
ciación Amigos de la Ciudad: una propuesta cuatro rascacielos similares a los propuestos con Juan Durand, a quien sustituye en su cá-
de “monumentalización funcional” para la para Rosario. Se incorpora un sistema de fuen- tedra de Arquitectura II, en 1921, y en vincu-
Avenida 9 de Julio, tema recurrente en el que tes que recuperan la olvidada potencialidad lación con quien planta el proyecto de creación
los expertos nacionales habían medido sus di- urbanística del agua. de la carrera de Arquitectura. Siempre en la

136 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


gui gut
Facultad de Ciencias Matemáticas de la Uni- zación exacerbada. Todos desvíos que la nue- cionales de Historia y de Bellas Artes, y acadé-
versidad del Litoral con sede en Rosario, se ha- va ley universitaria del ministro Ivanissevich mico correspondiente de academias de España
ce cargo en 1924 de las cátedras de Historia de cortaba de cuajo, con la promesa de devolver y de varios países latinoamericanos. Dirige la
la Arquitectura, forma parte de la comisión de “tranquilidad, paz, serenidad y silencio en un revista DANA (v.) y el Centro de Documenta-
reformas del plan de estudios de 1931 y se in- clima recoleto apto para el trabajo intelectual ción de América Latina (CEDODAL).
tegra como profesor adjunto de la cátedra de y la creación artística”; metas que el proyecto Es autor de más de un centenar de libros de
Urbanismo, de la que es titular en 1934. En de una ciudad universitaria por fuera del ám- historia de la arquitectura y del urbanismo en
1944 propone, sin éxito, la creación de un sex- bito urbano prometía reforzar. A. M. R. / N°. A. América Latina. El amplio campo de sus in-
to año de la carrera de arquitectura, inclinado vestigaciones, su interés por relacionar la pro-
a la gran composición urbanística y arquitec- Bibliografía: J. S. Guggenheim Foundation. Dossier ducción local con la regional, hacen de Gutié-
tónica “con orientación americanista y regio- Ángel Guido; A. Nicolini. “Ángel Guido: dibujante, rrez un referente insoslayable en la historiografía
nal” , la formación de un Instituto Americano periodista, crítico, urbanista, arquitecto”. En: sum- de la arquitectura latinoamericana. Debe des-
de Urbanismo y un Instituto Americano de Ar- ma. N°.° 215-216, 1985; N°. Adagio. “Hay que salvar a la tacarse su actividad como polemista y anima-
te. Plantea separar de la Facultad de Ingenie- arquitectura que se hizo atea! Ángel Guido y su dor cultural del campo de la arquitectura y el
ría la carrera de arquitectura y crear una gran apuesta a la dimensión artística de la disciplina”. En: patrimonio, por ej.: su participación como fun-
Escuela Superior de Bellas Artes “con orien- Block, N°.° 1, Bs. As.: Universidad Torcuato Di Tella, dador o adherente a instituciones representa-
tación regional, argentina y americana, sin des- agosto de 1997; A. M. Rigotti. “Los usos de la ciencia tivas del período, como la Bienal Iberoameri-
cuidar por ello la cultura estética universalis- en los expedientes urbanos de los primeros planes cana, el SAL y el Instituto Argentino de
ta”, antagónica de la propuesta hecha por el argentinos”. En: Anais do IV Seminário de Histo- Investigaciones en Historia de la Arquitectura
entonces decano, De Lorenzi, de crear una ria da Cidade e do Urbanismo. S/l, UFRJ, 1997. A. M. (v. Historiografía de la arquitectura). Sus análisis, en
facultad autónoma. Durante su gestión como Rigotti. “The American option. The introduction general, intentan valorizar el patrimonio y la
rector promueve la creación de una ciudad uni- of American Planning in Argentina”. En: VII Na- arquitectura desde el punto de vista social, o
versitaria, según el proyecto ya comentado. tional Conference on American Planning History. más frecuentemente del ambiental-geográfico,
La sola enumeración de sus cargos y la des- Seattle, 1997; B. Cicutti y A. Nicolini. “Ángel Guido, a partir de una posición cercana al pensamiento
cripción somera de las actividades desempe- arquitecto de una época de transición”. En: Cua- social-cristiano, que opone la cultura nacional
ñadas desde la creación de la FCM hasta su dernos de Historia; N°.° 9. Bs. As.: IAA, junio 1998. a las influencias foráneas. Por otra parte, sus
exoneración, en consonancia con la Revolu- investigaciones intentan avanzar sobre los már-
ción Libertadora, son de por sí elocuentes. Sin genes, pues rescatan las arquitecturas de mez-
embargo, lo hizo enarbolando banderas con- GUILLÓN, TIMOTEO. New Orleans (EE.UU.), s/d cla, las escuelas provinciales, las adaptaciones
trapuestas a las de algunos propulsores de la - s/d. Arquitecto. Activo en Rosario en la se- sincréticas de la tradición española para opo-
Reforma Universitaria, primero, y de gran par- gunda mitad del siglo XIX. nerlas críticamente a la hegemonía cultural de
te de sus colegas, después. Inspirado en “Mi- las corrientes internacionalistas derivadas del
sión de la Universidad” (1931) de Ortega y Gas- Radicado en Rosario, confeccionó el pri- proceso de modernización.
set, ya en 1932 deja sentada su tesis en un mer plano relativo a la nomenclatura de las Entre sus libros más importantes pueden
artículo publicado en La Capital, que al año si- calles de esa ciudad, presentado al gobierno citarse: Arquitectura de la Confederación Argen-
guiente perfecciona como ponencia en el Con- en abril de 1853. En 1855, proyectó y constru- tina en el Litoral Fluvial (1972); Evolución ar-
greso de la Universidad de Nueva York. En ellos yó el Cementerio. Realizó alrededor de 1860, quitectónica y urbanística del Paraguay (1978);
adjudica la crisis económica y espiritual del el teatro Tres de Febrero de la ciudad de Pa- Arquitectura del altiplano peruano (1985) y, fun-
mundo occidental a la inoperancia de la uni- raná, y la iglesia parroquial de Rosario, de- damentalmente, Arquitectura y urbanismo en
versidad: acusa a la Reforma del 1918 de haber molida hacia fines del siglo XIX. Iberoamérica (1983), obra que ha gozado de am-
fracasado en su intento de transformar la uni- plia difusión y que sintetiza sus investigacio-
versidad vinculándola con los problemas so- Bibliografía: V. Cútolo. Nuevo diccionario biográfi- nes, dado que ofrec e un vasto panorama de la
ciales, de jerarquizar la formación de técnicos co argentino. Bs. As.: Elche, 1968. arquitectura del Continente.
—“tipo intelectual del maquinismo”—, a quie-
nes responsabiliza de los fenómenos de su-
perproducción, de la estandarización, del de- GUTIÉRREZ, RAMÓN. Buenos Aires, 1939. Ar- GUTIÉRREZ URQUIJO, ANTÓN. Buenos Aires,
sarrollo de un capitalismo y comunismo quitecto e historiador de la arquitectura. Ex- 1895 - s/d, 1976. Arquitecto. Actuó dentro
inhumanos, de la guerra y la decadencia de va- perto en Preservación del Patrimonio. de la corriente pintoresquista en Mar del Pla-
lores espirituales. ta, donde construyó un importante número
El de “humanización de la cultura” es el tin- Graduado en la FAU-UBA en 1963, ha sido de residencias.
te que AG pretenderá imprimir a su gestión profesor de las universidades de Buenos Aires,
como rector, reformulada como “pacificación” del Nordeste y de Mar del Plata. Profesor visi- Sus obras más significativas en esa ciudad
de la Universidad, superando “los años tur- tante de diversas universidades de América La- son los chalets de F. Pérez, en Alvear y Falu-
bulentos” de una Reforma que habría traicio- tina y España. Investigador Principal del CO- cho; J. Calcami, en Alsina 2569; A. Rodríguez
nado sus ideales: Consejos Directivos trans- NICET, consultor de la UNESCO para temas Egaía, en Belgrano 2458; F. González Suárez
formados en tribunas partidarias, traslado a de patrimonio cultural de América Latina. Es en, Brown 1442 y la casa vasca de J. Peralta Ra-
los claustros de la política callejera, extranjeri- académico de número de las academias na- mos, en Alem y Castelli.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 137


Estación Retiro, en Buenos Aires, 1910.
h
h

HAGEMANN, JORGE Y HEINE, GUSTAVO. S/d. (v.),el Palacio Ferreira, de Sanson, el Palacio
Alemanes. Arquitectos. Radicados en Hano- Paz (1912), de Luis Sortais (v.), junto a un am-
over, enviaron proyectos para los concursos plio número de residencias marplatenses per-
de edificios públicos en La Plata en 1882. tenecientes a la corriente pintoresca.
A partir de comienzos de siglo se desarro-
Obtuvieron el primer premio en el concurso lla en las casas de renta en altura una distri-
para la Legislatura de la Provincia de Buenos bución del departamento, afín a la del hotel
Aires (1883), obra que al ser construida inau- particular, que se articula alrededor de un hall,
guró una nueva tipología para los edificios le- uCORTE TRANSVERSAL DEL PASAJE DARDO ROCHA EN LA aunque en este caso presenta menor impor-
gislativos en el país (v. Legislatura). También re- PLATA, POR E. QUINKE Y D. COOKE. tancia que la que alcanza en la vivienda indi-
alizaron un proyecto para la catedral de La Plata, vidual (v. Casa de renta).
que no fue ejecutado. gradualmente a la casa de patios como hábitat En la casa de patios se genera un proceso
altoburgués. Tanto en las tipologías de origen de transformación del primer patio en hall, me-
inglés como francés, el hall se sitúa como cen- diante grandes claraboyas de hierro y vidrio
HALL. m. Local de un edificio en el que conver- tro de la composición y aparece cualificado a que lo cubren, aunque persiste aún el carácter
gen las principales actividades y circulaciones través de dobles alturas, decoración arquitec- de espacio abierto [Lecuona, 1984].
que lo constituyen. Las particularidades, cua- tónica, mobiliario, hogares para calefacción, es- Dentro del tipo de casa chorizo (v.) se ge-
lificaciones y cambios arquitectónicos que re- caleras incorporadas en el vacío, etc., que in- nera una variante urbana que incorpora un hall
gistra acompañan el proceso histórico a tra- dican domesticidad y lo diferencian de aquellos al comienzo de la hilera de habitaciones.
vés del cual se construye y define el espacio de los programas institucionales. Este carácter En edificios institucionales, regidos com-
público dentro del edificio, tanto a escala do- doméstico ha sido asociado al origen del hall positivamente por principios Beaux Arts, el hall
méstica como institucional. como “espacio del humo” en la casa nórdica, se convierte en el punto culminante de la com-
luego adoptado por las viviendas del siglo XIV posición, precedido por una serie de ámbitos
El vocablo, préstamo del inglés, encontró inglés. Durante el siglo XIX, a partir del revival —corredores, galerías, vestíbulos—, dispues-
aceptación local desde finales del siglo XIX, y neotudor, el hall reapareció como habitación de tos en enfilade, que dan realce al hall como re-
desplazó a vestíbulo, de uso generalizado en estar en distintas reformulaciones, tanto del mate. Esta actitud suele estar ausente de edi-
Francia y España; redujo la amplitud concep- Historicismo neomedieval, como en los tra- ficios de servicio, escuelas u hospitales, cuyos
tual que le asigna Guadet y cayó en desuso bajos de la corriente Arts and Crafts. Reemplaza proyectos fueron concebidos según las pautas
en la década del cuarenta (v. Vestíbulo). al patio como corazón social de la vivienda, y utilitaristas enseñadas en las escuelas poli-
El hall es el componente fundamental de los demás se convierte en un espacio representa- técnicas, cuya influencia gravitó en buena me-
nuevos tipos de hábitat, tanto de origen clásico tivo de su estatus. dida durante el siglo XIX.
como pintoresco, que se introducen en la Ar- Ejemplos característicos lo constituyen el La ruptura de la sintaxis clásica o pinto-
gentina desde mediados del siglo pasado (ho- hall de la residencia Fernández de Anchorena, resca, en cuanto a la distinción de locales que
teles particulares, petits-hôtels, residencias ur- de Eduardo Le Monnier (v.) (1900), los palacios plantea la Arquitectura Moderna (v.), a partir
banas y suburbanas, etc), y van relegando Errázuriz (1910) y Sans Souci, de René Sergent de la década del cuarenta, lleva a la fusión del

140 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hag hal
vestíbulo con el hall tanto a escala doméstica tónomo, sin alcanzar el rol hegemónico que de Valdés. Reinstalado en Buenos Aires, se aso-
como institucional. Este proceso que, como tuvo hasta los años treinta. E. G. ció al arquitecto Cirilo Dodds.
ha sido señalado, aparece en forma vacilante De su prolongada actuación profesional,
en los años treinta —dando lugar a obras que Bibliografía: Diego Lecuona. La vivienda de “criollos quedan grandes períodos sin dilucidar aún.
muestran una visible tensión entre la noción y extranjeros” en el siglo XIX. Tucumán: IAIHAU, Sin embargo, en el marco de su relación la-
de lugares autónomos y la fusión de estos en 1984; Yago Bonet Correa. “La genealogía de un ti- boral con la Compañía de Tierras del Sud, en-
un continuum— permite en la vivienda indi- po. El espacio de doble altura”. En: A&V Monogra- tre los años 1907 y 1913, se ubicaron algu-
vidual compacta, en la casa de renta, y luego fías de Arquitectura y Vivienda. N.° 10, Madrid, 1987. nos proyectos de urbanización sumamente
en los departamentos económicos en propie- originales y de indudable aporte a la urba-
dad horizontal, destrabar las nociones disci- nística provincial de esos años.
plinares que impedían la producción de la vi- HALL, JORGE EMILIANO. Bella Vista, Corrien- Esta compañía, con fines inmobiliarios, es-
vienda como mercancía. tes, 1852 - Buenos Aires, 1939. Ingeniero. taba estrechamente relacionada con la ferro-
De este modo, hall y vestíbulo no solo bo- Autor de un importante número de trazados viaria de igual nombre, con la que incluso com-
rran sus límites, sino que se convierten ade- urbanos durante la colonización pampeana. partían muchos miembros de sus respectivos
más en un nudo circulatorio. directorios. Su función era promover la colo-
En los años sesenta, ya superadas todas las Hijo de un acomodado colono inglés, hizo nización y urbanización de los territorios cir-
resistencias que se oponían en el seno de la te- sus estudios en el Colegio Inglés de Buenos Ai- cundantes a estaciones de ferrocarril perte-
oría arquitectónica a mantener cierta defini- res. Más tarde ingresó a la Facultad de Ciencias necientes a esa línea.
ción del hall como ámbito autónomo, se con- Exactas, Físicas y Naturales de la UBA, de la En sus trazados, Jorge Hall superpuso a la
cibe con total informalidad y se produce su que integró su primera promoción de ingenie- cuadrícula tradicional un sistema de diago-
fusión deliberada con otros ámbitos. En este ros, egresada en 1872. Al año siguiente, obtu- nales y de plazas giradas, tratamiento urba-
sentido pueden leerse el Banco de Londres vo el diploma de agrimensor al superar el exa- nístico propio de la nueva ciudad capital pro-
(1959), de SEPRA (v.) y Clorindo Testa (v.), o men ante el Departamento Topográfico de la vincial, La Plata.
el Banco Municipal de Manteola, Petchersky, Provincia de Buenos Aires; quedó así habilita- Partiendo de un planteo bastante conven-
Sánchez Gómez, Santos, Solsona y Viñoly (v.) do para ejercer esa profesión, cosa que recién cional, como lo es el del pueblo de Crotto, Hall
(1968), el hotel Sheraton (1969), de SEPRA, y hizo, en el ámbito provincial, a partir de 1889. desarrolló una serie de variantes, que pueden
hasta el Centro Cívico de La Pampa (1981), Precisamente en ese año, la Gobernación tipificarse según:
de Clorindo Testa. del por entonces Territorio Nacional del Chu- -Sucesivos módulos de manzanas con dos
La revisión crítica de la Arquitectura Mo- but lo contrató para realizar trabajos de men- diagonales, agrupables de manera distinta (p.
derna de los años setenta y ochenta ha rein- sura y subdivisión de las tierras fiscales perte- ej. Altona, Líbano, Pontaut, etc).
corporado en general al hall como ámbito au- necientes a la 2a y 3a Sección y a la Península -Un solo sistema de diagonales, concurrentes

u UNA INTERPRETACIÓN EN CLAVE MODERNA DEL ESPACIO DEL HALL: INGRESO AL CINE TEATRO GRAN REX, EN BUENOS AIRES, DE ALBERTO PREBISCH.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 141


en una plaza adyacente a la estación ferrovia- cada de 1980, que busca la definición de “lo
ria, por lo que se constituyen relaciones urba- propio”, la particularidad nacional o local y
nas, visuales y de uso, más comprensibles y efi- se identifica con la arquitectura doméstica ba-
caces ( Henderson, etc). rrial. Esta etapa se caracteriza por el proyecto
Estas dos variantes, cuya utilización se pro- y construcción de una serie de obras en Paler-
longó hasta la década treinta, fueron poste- mo Viejo (Buenos Aires), que parten de la re-
riormente recreadas en proyectos de otros au- modelación de la Plaza de Honduras y Serra-
tores. R. L. / V. G. no, y continúa en diversas obras nuevas,
remodelaciones y reciclajes como la casa Gu-
Bibliografía: V. Galcerán y R. Longoni. “Cuando la pam- rruchaga (1986), el Pasaje Soria, un edificio
pa era una fiesta; Jorge E. Hall y el urbanismo del multifamiliar de doce unidades en una anti-
Centenario”. En: Anales del IAA. N.° 35-36, Bs.As.: FA- gua propiedad (1990), y el emblemático bar El
DU-UBA, 2000-2001. Taller (1985). Pero el Contextualismo que ela-
u CONTEXTUALISMO EN EL BAR EL TALLER, BS. AS. boran H / R no plantea como en otros casos
una contaminación con la historia. Para am-
HAMPTON / RIVOIRA & ASOCIADOS (H / R). nos Aires. Esta particularidad curricular les bos arquitectos, la domesticidad debe crearse
(HAMPTON, Jorge: Buenos Aires, 1945; RI- permitió organizar con el tiempo una firma de desde el proceso de diseño apelando a la esté-
VOIRA, Emilio: Buenos Aires, 1948). Estudio servicios básicamente dedicada al diseño, pro- tica y los materiales de la Modernidad, aunque
de arquitectura de importante actuación en yecto y dirección de obras, así como al planea- respetando las invariantes del entorno. Esto
la ultima década de siglo XX. miento físico, al soporte de factibilidades y es- queda evidenciado en realizaciones posterio-
tudios programáticos y estratégicos de res, como la casa en Honduras y Thames (1992)
Graduados en la FAU-UBA en 1974, for- desarrollo urbano e inmobiliario. Una moda- o la casa Uriarte (1998).
maron la firma Hampton / Rivoira en 1985. lidad característica de los años noventa, en los A mediados de la década de los noventa el
Previamente habían llevado a cabo una serie cuales la arquitectura pareció recuperar un pro- estudio comienza una segunda etapa de tra-
de experiencias profesionales en el país y en el tagonismo distinto en el mundo de los nego- bajo, definida por la realización de obras de al-
exterior. Jorge Hampton realizó un posgrado cios y en el campo de la significación cultural. ta complejidad relacionadas con las transfor-
en Development Planning (London, 1976) y Sin embargo, el proceso no resulta tan li- maciones urbanas que se producen en esos
diversas prácticas proyectuales en Inglaterra. neal, y en la evolución del estudio pueden dis- años en Buenos Aires, y en un lenguaje don-
Por otro lado, Emilo Rivoira desarrolló una in- tinguirse dos etapas. En la primera de ellas, los de las nuevas tecnologías ocupan un lugar cen-
tensa actividad como consultor en temas ur- proyectos de H / R se adscriben en líneas ge- tral. Entre los emprendimientos construidos,
banos en la OEA y la Municipalidad de Bue- nerales al Contextualismo imperante en la dé- pueden citarse el paseo público Banquina de
Puerto Madero, área pública de 3 km de ex-
tensión en el antiguo puerto de Buenos Aires
(1993), y una serie de contenedores terciarios
que marcan definidamente esta etapa “globa-
lizada”, concordante con las transformaciones
económicas y empresariales. En ese sentido
puede decirse que el estudio se transforma en
uno de los más competentes para la realización
de las sedes locales de muchas empresas in-
ternacionales. Prueba de ello son la ampliación
y refacción del antiguo edificio del Bank Bos-
ton en la City porteña (2001), así como la cons-
trucción de más de veinte sucursales de di-
cha empresa en el resto del país; las sucursales
de Salta y Bahía Blanca del Scotia Bank Quil-
mes (2000) y el edificio Baesa Pepsi (2001).
Durante estos años el estudio se especializa
también en la remodelación y el reciclaje de
edificios terciarios como la sede del HSBC en
Montevideo (2001), a partir de la refunciona-
lización de una antigua vivienda del centro his-
tórico, o la remodelación del edificio del anti-
guo Banco de Italia de Buenos Aires para sede
del Republic National Bank de Nueva York
(1998). A esta serie de remodelaciones debe
u USO DE LA PIEDRA EN LA CASA MICHELI, EN EL CLUB CARDENAL NEWMAN, PCIA. DE BS. AS., DE HAMPTON / RIVOIRA. sumársele la arquitectura interior de oficinas

142 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hal har
para empresas como Louis Dreyfus, Microsoft, HARDOY, JORGE ENRIQUE. va se encuentra en las numerosas páginas de-
Goldman & Sachs, etc. Un ejemplo paradig- dicadas a la historia urbana de América Lati-
mático de esta etapa de grandes emprendi- Buenos Aires, 1926 – Íd., na, donde la construcción material e intelec-
mientos es también la torre Telecom en Puer- 1993. Arquitecto, planificador tual de las ciudades aparece reflejada en
to Madero, realizada en asociación con Kohn e historiador urbano. De amplia investigaciones que generaron aportes deci-
Pedersen Fox de New York (1997). y destacada labor en su espe- sivos. Ramón Gutiérrez sintetizó dichos apor-
Al mismo tiempo H / R ejecutan una serie cialidad, Hardoy fue pionero en la difusión de tes en cinco puntos:
de estudios urbanísticos de factibilidad sobre la planificación y de la historia urbana en Amé- 1. La integración entre la historia urbana y la
algunas áreas de Buenos Aires, cuyos antece- rica Latina (v. Historiografía urbana). planificación.
dentes se encuentran en la experiencia for- 2. Su ubicación dentro de contextos territoria-
mativa de ambos socios. Entre los estudios pue- Obtuvo su título de grado en la Universi- les y regionales.
den citarse los realizados para Puerto Madero, dad de Buenos Aires en 1950. Cursó estudios 3. La apertura de la historia al universo social,
Retiro, ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors, de historia y sociología en la Universidad de económico y cultural contemporáneos.
Sociedad Rural Argentina, así como un estu- París. En 1955 se graduó como Master en Pla- 4. La promoción de estos estudios históricos,
dio de renovación de Puerto Iguazú (Misiones). nificación Urbana y Regional en Harvard, uni- sociales, económicos y culturales en América.
Entre las obras de carácter doméstico de es- versidad donde también alcanzó el grado de 5. La consideración de la preservación patri-
ta última etapa, también se destaca la Casa Mi- Ph. D. en 1963. Miembro de varias institu- monial desde el punto de vista de la planifi-
cheli, en el Country Club Newman, Prov. de Bue- ciones, consejos editoriales y consultor de or- cación urbana.
nos Aires, donde la vertiente tecnológica parece ganismos internacionales, fundó el Centro de Las características señaladas, básicamente
identificarse con la tradición contextual del es- Estudios Urbanos y Regionales (CEUR) y el la integración de diversas disciplinas que con-
tudio. También realizaron el diseño interior del Instituto Internacional de Medio Ambiente y vergían tanto en las teorías como en los equi-
Bank Boston y del edificio de Microsoft. Desarrollo (IIED - América Latina), entidad pos de investigación,
La obra de H / R ha recibido diversos pre- donde creó y dirigió la publicación Medio Am- dieron un sello particu-
mios nacionales e internacionales, y ha sido biente y Urbanización. Asimismo dirigió el lar a su obra y a su me-
publicada por revistas como Domus, Abitare, Human Settlements Programme del IIED - todología de trabajo.
summa, etc. F. A. Londres, la sección Historia Urbana de la re- Seguramente uno de
vista DANA (Documentos de Arquitectura Na- los trabajos que mejor
Bibliografía: A. Irigoyen y R. Gutiérrez. Nueva arqui- cional y Americana) e integró el Consejo de da cuenta de estas con-
tectura argentina. Bogotá: Escala, 1989; R. Gutié- Orientación Académica de los Anales del Ins- cepciones es Las ciuda-
rrez, M. Martín y A. Petrina. Otra arquitectura ar- tituto de Arte Americano e Investigaciones Es- des de América Latina.
gentina. Bogotá: Escala, 1989. téticas “Mario J. Buschiazzo”. Seis ensayos de urbani-
Fue dos veces presidente de la Sociedad zación contemporánea
Interamericana de Planificación (SIAP) y pre- u PORTADA DEL LIBRO (Bs. As.: Paidós, 1972).
sidió la Comisión Nacional de Museos, Mo- CIUDADES PRECOLOMBINAS Escritos entre 1965 y
numentos y Lugares Históricos, desde 1984 1969, los estudios abor-
hasta su fallecimiento. Poco antes, la Univer- dan la problemática desde una visión integra-
sidad de Buenos Aires lo había distinguido con dora, describiendo fenómenos que cruzan há-
el doctorado honoris causa. bilmente una tendencia demográfica, el cálculo
La vasta obra escrita por Hardoy siempre de un PBI y una determinada estructura ur-
ha tenido a la ciudad y a sus habitantes como bana. El cuarto de estos ensayos (“El paisaje
principal objeto de estudio. El recorte espacial urbano de América del Sur”) sentó las bases
de sus trabajos e investigaciones privilegió el de gran cantidad de investigaciones posterio-
ámbito latinoamericano, analizado tanto en res, propias y de otros autores.
sus procesos históricos como en sus proble- Las manifestaciones urbanas de las gran-
máticas contemporáneas y de prospectiva. En des civilizaciones de América —y sus trabajos
los cerca de doscientos cincuenta trabajos pu- contribuyeron en gran medida al acuerdo so-
blicados por Hardoy en treinta años (entre li- bre la categoría de “urbanas”— fue el tema que
bros, artículos y compilaciones), el medio am- lo apasionó a lo largo de toda la vida. Su pri-
biente, las políticas sociales, la demografía, la mer artículo, “Las ciudades precolombinas”,
niñez, la salud, la pobreza y los diferentes as- apareció en 1962 en el n.° 1 de la Revista de Ar-
pectos de la actividad de las organizaciones no quitectura y Planeamiento de la Universidad
gubernamentales también fueron temas am- de Rosario. Tiempo después, la tesis doctoral
pliamente considerados, los que a menudo su- sobre el mismo tema fue el escrito que cons-
peraron las fronteras del Continente ameri- tituyó la base de su primer libro, Ciudades pre-
cano para extenderlos al resto de la naciones colombinas, publicado en Buenos Aires por Edi-
del Tercer Mundo. ciones Infinito en 1964. Allí se indicaron diez
u EDIFICIO TELECOM, EN PUERTO MADERO, BS. AS. Sin embargo, su producción más significati- características y funciones para determinar la

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 143


existencia de una ciudad en la época y en las de los puntos dedicados al diagnóstico de la Ingresó en la Compañía de Jesús en el año
áreas de referencia. La cuestión urbana en las ciudad futura, en aquel artículo. 1747, y fue enviado un año después a las mi-
culturas americanas anteriores a la Conquis- Por último, aunque el ejercicio de clasifi- siones (v.) del Río de la Plata.
ta, sus aspectos tecnológicos y artísticos, y sus car su obra escrita bajo rótulos tales como “his- Desplegó su actividad más importante en
contextos naturales y sociales, fueron retoma- toria urbana”, “medio ambiente” o “pobreza” la Provincia de Córdoba, especialmente en las
dos en trabajos posteriores, en una actualiza- pueda resultar útil para analizar su producción varias estancias que la Orden poseía en el in-
ción del libro de 1964 y en otros artículos pu- desde los ángulos que se presenten más afines terior de la misma. Junto con los coadjutores
blicados luego de su muerte. a las preferencias del crítico especialista o del (v.) Roth y Balthasar, también de origen ger-
Ningún momento histórico de la urbaniza- lector interesado, inevitablemente se estará co- mano, tomó parte en la construcción de los es-
ción de nuestros países dejó de transitarse en metiendo un acto de simplificación. Es la di- tablecimientos de Caroya, Alta Gracia y Jesús
su obra, y aquí la Cartografía urbana colonial de sociación de un discurso más rico que dio cuen- María. Los rasgos formales marcadamente ba-
América Latina y del Caribe (Buenos Aires, IIED- ta de la ciudad en dimensión más amplia. H. C. rrocos de esta última permiten suponer la in-
AL y GEL, 1991) merece una mención parti- tervención de Harls al menos en las etapas fi-
cular. El trabajo da cuenta de más de dos dé- Bibliografía: Trabajos de JEH (selección): Ciudades Pre- nales de su terminación.
cadas de investigación por numerosos archivos, colombinas. Bs. As.: Editorial Infinito, 1964; Las ciu- Su obra más destacada, sin embargo, fue
bibliotecas y otros repositorios documentales dades de América Latina. Seis Ensayos sobre la urba- la Estancia de Santa Catalina. Debido a la par-
de Europa y América. nización contemporánea. Bs. As.: Editorial Paidós, ticular modalidad de trabajo de los cuerpos téc-
La extensa colección de mapas y planos con- Serie Mayor, 1972; Las ciudades de América Latina y nicos de la Orden, se plantea en esta obra, al
forma una notable fuente de consulta, indis- sus áreas de influencia a través de la historia, con igual que en la mayoría de los casos, un com-
pensable para la comprensión de la complica- R. Schaedel (compiladores). Bs. As.: Ediciones Siap, plicado juego de atribuciones. Según Furlong,
da trama de valores estratégicos, económicos, 1975. Asentamientos urbanos y organización socio- el aporte de Harls en la estancia, si bien im-
políticos y de pautas sociales y culturales de las productiva en la historia de América Latina, con R. portante, habría sido relativamente tardío, pues
ciudades actuales. Schaedel. Bs. As.: Ediciones Siap, 1977; Comisión de le habían correspondido solo el diseño y la eje-
También dentro del campo de la historia Desarrollo Urbano y Regional de CLACSO. Ensayos cución de la fachada principal de la iglesia y el
urbana, hay que destacar Impacto de la urba- Histórico-sociales sobre la urbanización en Améri- atrio. Por su parte, Buschiazzo tiende a asig-
nización de los centros históricos latinoamerica- ca Latina, con R. Morse y R. Schaedel (compiladores). narle la autoría de todo el cuerpo de la igle-
nos, donde culmina una larga trayectoria sobre Bs. As.: Ediciones SIAP, 1978; Impacto de la urbani- sia, a la que califica como “uno de los más her-
la problemática, y Buenos Aires, historia urba- zación en los centros históricos latinoamericanos, mosos ejemplos de ese mesurado barroco que
na del área metropolitana, que presenta una vi- con Mario dos Santos. Lima: Proyecto Regional de caracteriza al siglo XVIII en la Argentina”.
sión global de los procesos históricos de con- Patrimonio Cultural y Desarrollo (PNUD/UNESCO), Catalogado como ebanista en algunos do-
formación de la capital argentina en relación 1983; Cultura urbana latinoamericana, con R. Mor- cumentos y en otros como arquitecto, se des-
con los territorios conurbanos. Ambos fueron se (compiladores). Bs. As.: CLACSO, 1985; Repensan- empeñó como director de obras de la Catedral
escritos con Margarita Gutman y editados por do la Ciudad de America Latina, con R. Morse (com- de Córdoba y de la Iglesia de San Roque de la
Editorial MAPFRE en Madrid, 1992. piladores), Bs. As.: GEL, 1988; Nuevas perspectivas en misma ciudad. Participó asimismo en la re-
Sus últimos trabajos publicados hablan del los estudios sobre historia urbana latinoamericana, construcción del templo de la Inmaculada Con-
futuro de la ciudad. Documentándose en la di- con R. Morse. Bs. As.: IIED-América Latina, GEL, 1989; cepción de Santa Fe.
námica histórica y alertando sobre ciertas ten- “Las ciudades de América Latina a partir de 1900”. Su actuación en nuestro país se inte-
dencias actuales, su preocupación se manifestó En: La ciudad hispanoamericana. El sueño de un or- rrumpió en 1767, a raíz de la expulsión de
en la búsqueda de mejores condiciones de ha- den. Madrid: Centros de Estudios Históricos de Obras la Compañía de Jesús de todos los dominios
bitar para las generaciones posteriores. Públicas y Urbanismo-CEHOPU (Ministerio de Obras españoles. A. C.
De toda una serie de trabajos que ronda- Públicas y Urbanismo), 1989; Cartografía urbana co-
ron esta temática, “El futuro de la ciudad lati- lonial de América Latina y del Caribe. Bs. As.: Insti- Bibliografía: M. Buschiazzo. La estancia jesuítica de
noamericana”, ensayo que apareció en la re- tuto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo Santa Catalina, 1940; V. Sierra. Los jesuitas germa-
vista Medio Ambiente y Urbanización, n.°43-44 IIED-América Latina, GEL, 1991. Impacto de la urba- nos en la conquista espiritual de Hispanoamérica,
de junio de 1993, sintetiza sus principales in- nización de los centros históricos latinoamerica- 1944; G. Furlong. Arquitectos argentinos durante
terrogantes y preocupaciones sobre los esce- nos, con M. Gutman. Madrid: Colecciones MAPFRE, la dominación hispánica, Buenos Aires: Huarpes,
narios en que se desarrollarán las actividades 1492, Editorial MAPFRE, 1992; Buenos Aires histo- 1946; A. de Paula, R. Gutiérrez, G. Viñuales, In-
de la región más urbanizada del planeta. “La ria urbana del área metropolitana, con M. Gutman fluencia alemana en la arquitectura argentina. Re-
futura ciudad no debería ser encarada como y la colaboración de H. Caride. Madrid: Colecciones sistencia: UNNE, 1981.
un ejercicio arquitectónico e ingenieril que MAPFRE, 1492, Editorial MAPFRE, 1992; “Número
puede ser planificado y construido con las téc- homenaje dedicado a Jorge Enrique Hardoy”. En: DA-
nicas utilizadas hasta ahora. En cambio, de- NA. n.° 37-38, Bs. As., 1995. HAWKSHAW, JOHN. S/d, 1811 - s/d, 1891. Bri-
beríamos concentrarnos en guiar el creci- tánico, ingeniero. Es recordado en la inge-
miento y los futuros usos del suelo mediante niería argentina como titular, junto a su hijo
lineamientos físicos generales y, esencial- HARLS, ANTONIO S. J. Tegernsee, Baviera (Ale- John Clarke y a Harrison Hayter, del estudio
mente, intervenir mediante estrategias eco- mania), 1725 - s/d. Arquitecto. Activo, prin- responsable del diseño y la dirección del puer-
nómicas y sociales amplias”, indicaba en uno cipalmente, en Córdoba durante el siglo XVIII. to de Buenos Aires (área que hoy se conoce

144 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


har haw

u PLANO DE OBRA DEL PUERTO DE BUENOS AIRES, CUYO DISEÑO Y DIRECCIÓN REALIZÓ JOHN HAWKSHAW SOBRE LA BASE DEL ESQUEMA SUGERIDO POR EL ING. EDUARDO MADERO.

como Puerto Madero). En realidad, el esque- especial el túnel bajo el Severn, realizado con En 1885 comenzó a preparar el proyecto pa-
ma proyectual ya estaba predeterminado (v. T. A. Walker como constructor —el mismo ra Buenos Aires, sobre el esquema aprobado
Puertos), y Hawkshaw sólo parece haber su- constructor del puerto de Buenos Aires. Du- en 1882 por el Congreso Nacional (v. Puerto). El
pervisado los diseños y el inicio de las obras rante varios años, junto con H. M. Brunel, es- proyecto de Hawkshaw fue duramente criti-
en su único viaje a Buenos Aires, en 1887. tudió la posibilidad de realizar un túnel bajo el cado por los ingenieros nacionales, quienes
La dirección efectiva la cumplió un asociado canal de la Mancha. Algunos puentes de im- proponían en cambio la solución prevista por
del estudio, James Murray Dobson. portancia, como el South Bridge en Kensigton- Huergo (v.), y calificaron el proyecto como un
on-Hull, el Londonderry Bridge en Irlanda “zurcido” de tres proyectos distintos: el de Pe-
Por intermedio de la banca Baring, Eduar- (1862-64), el Nebudda Bridge en la India, se llegrini (v.), el de Huergo en la boca del Ria-
do Madero, a quien el gobierno había encarga- cuentan entre su obra. chuelo, el de Bateman (v.) de 1871.
do en 1882 la realización de las instalaciones Su fama como especialista en instalaciones La polémica se dio especialmente alrede-
portuarias, trabó relación con este estudio, uno portuarias y canales navegables estaba bien ci- dor de la oportunidad de apertura del canal nor-
de los principales de Inglaterra. Hawkshaw, mentada. En 1863 fue llamado por el gobier- te en lugar de mantener sólo el sur; aunque
el socio más antiguo, se había formado con no de Egipto en calidad de consultor para es- también aparecieron como críticas al funcio-
Charles Fowler en la construcción de carrete- tudiar la factibilidad de la propuesta del canal namiento la disposición de los diques en ris-
ras. Antes de los veinte años, se había conver- de Suez: su informe positivo decidió el co- tra, su estrechez, considerando el aumento pro-
tido en asistente de un conocido ingeniero in- mienzo de las obras. La amistad que desde en- gresivo del calado y el ancho de manga de los
glés, Charles Nimmo, encargado de muelles, tonces trabó con Ferdinand de Lesseps tam- buques locales, la profusión de maquinarias
puertos y otros trabajos públicos en Irlanda. bién fue causa de que en 1879 fuera invitado que entorpecía la circulación, el uso de esclu-
En 1834 supervisó la construcción de docks a París a dar su opinión sobre el sitio adecua- sas en un puerto comercial. La defensa que hi-
en el puerto de Liverpool. A partir de enton- do para el canal de Panamá. En 1862 colaboró zo Dobson en 1900 radicaba en que muchas
ces se le asignaron encargos de importancia, en el Amsterdam Ship Canal, inaugurado en decisiones sobre él habían sido tomadas de an-
como la dirección de las obras Manchester, Bury 1876; para la misma época realizó los proyec- temano en sede política. Aun así el puerto se
y Bolton Canal Navigation and Railway (1838). tos de canalización del Nilo hasta el primera construyó, si bien la falta de previsión del cre-
Como ingeniero en jefe de la Manchester and catarata, además de varias instalaciones por- cimiento comercial llevó en poco tiempo a la
Leeds Railway Company (1845), realizó el via- tuarias para el Reino Unido, entre las que se necesidad de su ampliación, realizada a prin-
ducto de Lockwood. En 1850 se mudó a Lon- destaca la ampliación del Victoria Dock y la cipios del siglo XX por el experto norteameri-
dres, en donde abrió su estudio, primero solo, construcción del Albert Dock, inaugurado en cano Elmer Corthell.
luego con su hijo y su anterior asistente, Ha- 1869. De especial interés resultan sus traba- Hawkshaw se dedicó a diversos trabajos de
rrison Hayter, desde 1870. En Londres super- jos portuarios en Brasil, para los que fue con- drenaje del suelo, aguas corrientes y redes clo-
visó y diseñó una cantidad de trabajos públicos, vocado en 1874 por el emperador. Estudió las acales, entre los que se destacan la solución del
de los cuales pueden citarse la línea férrea Cha- costas brasileñas desde Maranhao hasta Río problema de las aguas en Dublín y las obras
ring Cross-Cannon Street, luego parte del South Grande do Sul, y posteriormente proporcionó de drenaje para el valle del Támesis. Para la
Eastern Railway; la East London Railway; la Stai- diseños para Pernambuco, Maranhao, Parahyla época en que se realiza el puerto de Buenos Ai-
nes and Wokingham Railway. Una serie de tú- do Sul, Torres, Río Grande do Sul, Río Gran- res ya era considerado internacionalmente uno
neles de difícil construcción le dieron fama, en de do Norte, Ceará y Maceio. de los grandes ingenieros del siglo XIX. G. S.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 145


HEGEMANN, WERNER. urbanística creada en 1904 por Camilo Sitte, culación con las teorías urbanísticas de la ex-
para la que fue llamado como director a partir pansión y adecuado a las ciudades de cuadrí-
Mannheim (Alemania), 1881 de su relanzamiento, en 1925. Luego, en 1930, cula americana. De hecho, The American Vi-
EE.UU., 1936. Teórico y urba- las dos revistas bajo dirección de Hegemann trubius fue la búsqueda de Hegemann por
nista. Figura protagónica del de- se fundieron en una sola. Escribió uno de los realizar una crítica al Pintoresquismo desde
bate urbanístico internacional manuales clásicos de la urbanística del perío- una reivindicación clasicista y barroca del le-
en las primeras décadas del siglo XX, el perí- do, The American Vitrubius. An Architect’s Hand- gado de Camilo Sitte, con el objetivo explícito
odo de construcción del urbanismo como dis- book of Civic Art, en colaboración con el arqui- de densificar culturalmente la experiencia de
ciplina científica. Realizó una visita de cuatro tecto norteamericano Elber Peets, y se dedicó la City Beautiful norteamericana. Así, entre
meses a la Argentina, a finales de 1931, que también a los estudios históricos: realizó una otras muchas influencias, incluso contradic-
dejó marcas en el modo de pensar los pro- de las primeras historias de ciudades, Das stei- torias entre sí, el Proyecto orgánico busca en
blemas urbanos en Buenos Aires y Rosario. nerne Berlin (La Berlín de piedra, 1930), en la el ejemplo de los planes City Beautiful, y espe-
que concluía con un llamado a resolver las con- cialmente en las soluciones del Civic Art, el mo-
Werner Hegemann tuvo una formación diciones de hacinamiento en los edificios de do de ordenar la ciudad expandida a través de
múltiple y cosmopolita, tanto técnica y econó- renta de la capital alemana. Pero siendo una la cuadrícula con un diagrama de calidades di-
mica como de sólidas raíces humanistas, lo figura fundamental en la formación de la “ur- ferenciales de espacio público.
que lo distinguió como un hombre de gran cul- banística clásica”, Hegemann es también una Pero la relación principal se establecería en
tura en el panorama complejo de la urbanís- de esas piezas clave del urbanismo alemán, ya su viaje de cuatro meses, a partir del 31 de agos-
tica de comienzos de siglo. Realizó estudios de que realiza el pasaje, vía las teorías anglosajo- to de 1931, por una invitación de Los Amigos
arquitectura, urbanística e historia del arte nas, hacia el apoyo decidido a la reforma ur- de la Ciudad, organización que apoyaba el desa-
en Berlín, Munich y París; y de economía en rrollo del urbanismo en Buenos Aires; invita-
París, Pennsylvania, Berlín, Estrasburgo y Mu- ción que se completó aquí con otras de la Mu-
nich, donde en 1908 obtuvo su doctorado en nicipalidad de Rosario, la Institución Cultural
Ciencia Política. Desde entonces realizó in- Argentino-Germana de Buenos Aires y Rosa-
vestigaciones sobre el desarrollo urbano de las rio, el Comité Pro Mar del Plata y la Univer-
grandes ciudades y sobre las condiciones de la sidad de la República del Uruguay. Hegemann
vivienda popular, cultivó así un perfil público trajo para su gira rioplatense una exposición
de reformista activo contra el hacinamiento de de arquitectura alemana, en la que presentó
los viejos centros urbanos, especialmente con- obras tradicionalistas seleccionadas por la Aso-
tra los bloques de departamentos de renta, las ciación de Arquitectos Alemanes y algunos
Mietkasernen de las ciudades alemanas, bus- ejemplos de Modernismo incorporados por él,
cando soluciones en planes regionales articu- como la obra de los arquitectos Paul Bonatz,
lados y con base en el cooperativismo. Como Erich Mendelsohn y los hermanos Luckhardt.
parte de su actividad de publicista, Hegemann u LA MANZANA QUE EL REGLAMENTO DE 1928 PERMITÍA Trajo también una muestra de urbanismo ale-
organizó algunos de los principales eventos en CONSTRUIR, EN LA MAQUETA REALIZADA POR KALNAY. mán, en la que se preocupó por exponer el ca-
los cuales se consolidó la práctica internacio- so de Berlín —sección organizada con el apo-
nal del urbanismo: las exposiciones de Urba- bana modernista, como la que estaba ponien- yo del intendente socialdemócrata, Martin
nística de Boston y de Nueva York en 1909, de do en práctica Martin Wagner en la Berlín Wagner— como ejemplo de la asociación de
Berlín en 1910, de Düsseldorf en 1911, de Got- socialdemócrata. En 1933 Hegemann publicó un gran territorio unificado de planificación,
henburg en 1923; los congresos de Londres en en Berlín un texto contra Hitler y la emergen- el Gran Berlín, junto a otros casos, como Ham-
1910 y de Nueva York en 1916. Su conoci- cia del régimen nazi en Alemania, lo que lo lle- burgo, a la que anexó una presentación sobre
miento profundo de las ciudades europeas y vó a exilarse en los Estados Unidos hasta su Madrid, montada en su rápida escala en la ciu-
americanas —trabajó en los Estados Unidos muerte, en 1936. Su perfil de publicista siem- dad española, ya en viaje hacia Sudamérica,
por largos períodos— lo convirtió en una de pre había tenido connotaciones políticas: ya en con el apoyo de la revista de vanguardia AC.
las pocas figuras de la época capaces de pen- 1912 había sufrido un proceso, junto a la ar- Las exposiciones, junto con la proyección del
sar las diferencias entre ambos procesos de ur- tista Kate Kollowitz, por la denuncia de las con- filme urbanístico “La ciudad del mañana”, de
banización, y le permitió funcionar en cada diciones habitacionales en Berlín. los arquitectos Kotzer y Von Goldbeck, se pre-
Continente como un divulgador crítico de los Sus relaciones con la Argentina comienzan sentaron en el salón de Amigos del Arte.
ejemplos del otro. Realizó una gran cantidad con la recepción del libro The American Vi- El grueso de las conferencias que dio, en
de planes y proyectos urbanos, especialmen- trubius: es una de las pocas influencias que ad- Buenos Aires, Rosario, Mar del Plata y Mon-
te en ciudades norteamericanas: Oakland, Ber- mite el estudio preliminar del Proyecto orgá- tevideo, se organizó de acuerdo con sus hipó-
keley, Washington Highlands, Lake Forest, etc. nico de urbanización del Municipio encargado tesis generales sobre el urbanismo, con ejem-
Dirigió dos de las revistas de arquitectura y ur- en 1924 por el Intendente Noel, en Buenos Ai- plos internacionales, pero con gran presencia
banística más importantes en el panorama in- res. Para el modo de pensar Buenos Aires del de ejemplos locales, de acuerdo con el plan de
ternacional: la Wasmuths Monatshefte für Bau- Proyecto orgánico, el Civic Art presentaba la observaciones y visitas que se trazó durante su
kunst, desde 1914 cuando se creó en Berlín, y ventaja de un modelo de actualización de la tra- estadía, con el apoyo del urbanista Carlos Ma-
Der Städtebau, una de las primeras revistas de dición clásico-barroca parisina, en estrecha vin- ría della Paolera (v.) y el arquitecto Jorge Kalnay

146 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


heg heg
(v.).
Hegemann hizo gala de una fina ironía pa- centralidad al corazón tradicional de Buenos
ra referirse a ciudades en las que veía predo- Aires y recrear el “espíritu” de la ciudad colo-
minar la improvisación pública y la esponta- nial, con lo que daba una forma genial a la am-
neidad del mercado; sus apuntes son siempre bición restauradora de la elite local. Por el con-
agudos y complejos. Sus principales argumentos trario, la propuesta de Hegemann —que
fueron a favor de la necesidad de una gestión dedicaría mordaces referencias a Le Corbu-
regulada de la expansión, por medio de los ins- sier— se sintetiza en una consigna: “Hay que
trumentos del Plan Regulador, el zoning, y la construir la nueva Buenos Aires yendo a su
articulación regional metropolitana, con ellas centro casi virgen aún”. Además de la posición
apoyaba y daba sustento a las voces más inno- u FOTO DE VILLA FIORITO, BS. AS., POR W. HEGEMANN. estrictamente urbanística sobre el futuro de
vadoras del debate técnico local, que desde me- Buenos Aires, lo que diferencia a Hegemann
diados de la década de 1920 venían sostenien- europeas en general. Librado a su suerte, el de Le Corbusier es que no deja un “Plan”, si-
do argumentos similares. Sus principales críticas plano cuadriculado produce un “desierto de ca- no que se dedica a elaborar y difundir una se-
las dirigió a los reglamentos edilicios vigentes sas” desparramadas en todas direcciones; pe- rie de propuestas de transformación jurídica y
en nuestras ciudades (el de Buenos Aires ha- ro sobre él era posible actuar todavía, con los administrativa, tramando una densa red de re-
bía sido aprobado en 1928): al permitir una instrumentos del Plan, el zoning y la articula- laciones institucionales, vinculadas con los pro-
altísima densificación en todo el territorio ur- ción regional, aceptando de todos modos la ar- cesos reales de expansión de la ciudad.
bano (Hegemann calculaba que, si se explota- ticulación entre expansión cuadriculada y es- Esa combinación político-ideológica y téc-
ban todas sus posibilidades, la población en peculación que estaba formando esos barrios nico-realista es lo que le permite a Hegemann
Buenos Aires podía llegar a los 160.000.000 tan característicos de Buenos Aires, y que He- coincidir tanto con los profesionales más prag-
de personas), el Reglamento favorecía exclusi- gemann supo apreciar en su potencial calidad máticos, como Kalnay o Della Paolera, que lo
vamente el interés de los especuladores quie- urbana. Desde este punto de vista, son ejem- presenta en Rosario y aplicaría algunas de sus
nes sobreelevaban irracionalmente el valor po- plares los pasajes que dedica a los loteos espe- propuestas en el Plan Regulador de esa ciudad,
tencial de la tierra urbana; como cualquiera culativos realizados por el rematador Fiorito realizado con Ángel Guido (v.) unos años más
podía construir un edificio que aprovechase el en los alrededores de Buenos Aires, demues- tarde, como con el socialismo local. En su es-
máximo de ocupación permitido en manzanas tra una gran profundidad sociológica al com- tadía en Buenos Aires realiza giras por la ciu-
que todavía estaban ocupadas mayormente por prender un fenómeno de vital centralidad en dad con las principales figuras del Partido So-
casas bajas, se distorsionaba todo el juego de la el proceso de ascenso social y homogeneiza- cialista; visita los grupos de vivienda de El
oferta y la demanda en detrimento de una ocu- ción urbana de la metrópoli porteña, con una Hogar Obrero; y el periódico socialista La Van-
pación racionalmente prevista, en la que todos mezcla de horror y fascinación por la inmora- guardia releva atentamente sus conferencias y
tuvieran garantizado el valor presente y futu- lidad especulativa y, al mismo tiempo, el esti- exalta sus contenidos. A pesar de eso, su de-
ro de su propiedad y, por lo tanto, el tipo de con- lo de vida que la expansión posibilitaba. Por fensa del modelo de vivienda individual va a
texto urbano que esta produce (Kalnay realizó eso se distancia de las posiciones más dogmá- enfrentar a Hegemann con las posiciones so-
para Hegemann una serie de maquetas en las ticas que proponen la expansión de acuerdo cialistas, que venían sosteniendo una política
que se expresaba volumétricamente el sinsen- con los modelos de la “Garden City”, ya ina- de vivienda influida por los grandes conjuntos
tido del código). En la teoría clásica, el Plan de- plicables en la rígida estructura cuadriculada residenciales de la “Viena Roja”. De todos mo-
be regular y encauzar la expansión “natural” de las ciudades americanas, y defiende los re- dos, sus reflejos políticos lo llevan a diferen-
producida por un juego sano del mercado; el sultados habitacionales pero también la con- ciar su posición de la preferencia del inten-
juego “enfermo” lo produce la “renta de espe- formación de un espacio público representati- dente conservador Guerrico por las casas
ra”, cuando por razones especulativas se sus- vo como base de la expansión. unifamiliares frente a las viviendas colectivas.
traen tierras al mercado inmobiliario, lo que el Esta posición a favor de radicalizar la ex- De hecho, las intervenciones de Hegemann
Estado debía impedir activamente, incluso a tra- pansión aparece como la contracara explícita van a quedar asociadas en la Argentina con la
vés de la expropiación del suelo extraurbano, de las posiciones de otra gran figura de la ar- crítica progresista a la ciudad capitalista por
para luego realizar un libramiento progresivo quitectura y el urbanismo que había estado en fuera del debate más estrictamente disciplinar:
de acuerdo con los lineamientos de la expan- el país apenas dos años antes, Le Corbusier (v.). entre otros ejemplos, Ezequiel Martínez Es-
sión más conveniente. En el caso de Hegemann, Las principales claves de su propuesta también trada lo cita tanto en Radiografía de la Pampa
su apuesta fundamental era a la expansión con- se habían colocado respecto del debate urba- (1933) como en La cabeza de Goliat (1940), y
trolada de la pequeña propiedad. nístico local de los años veinte: Le Corbusier Juan José Sebreli en Buenos Aires, vida cotidia-
En ese sentido, su aporte fundamental al buscó darle resolución formal al coro de críti- na y alienación (1964). A. G.
debate urbanístico local fue comprender que cas conservadoras hacia de la voluntad expan-
la cuadrícula de base, tan criticada por la ma- siva del Proyecto Orgánico, planteando la ne- Bibliografía: W. Hegemann. Catalogo delle esposizio-
yor parte de los urbanistas, había permitido cesidad de una reconcentración de la ciudad ni internazionali di urbanistica. Berlino, 1910, Düs-
una expansión relativamente ordenada (ante sobre su centro tradicional. En efecto, la Cité seldorf 1911-12. Il Milán: Saggiatore, 1975 y Das stei-
la ausencia de otra regulación urbanística) con des affaires, la célebre plataforma de rascacie- nerne Berlin (La Berlino di pietra. Storia della piú
una mayoría de casas bajas en terrenos de di- los sobre el río, que constituye el eje de la pro- grande città di caserme d’affitto. Trad. ital. Ga-
mensiones considerables, según los paráme- puesta corbusierana, buscaba inventar una nue- briele Mazzotta. Milán: 1975); D. Calabi. “Werner
tros de las ciudades alemanas en particular, y va ciudad sobre el río, capaz de devolverle la Hegemann, o dell’ambiguitá borghese dell’urba-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 147


nistica”. En: Casabella. N.° 428. Milán, septiembre HERNÁNDEZ, RAFAEL. Barracas, 1840 - Bue- cultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales
de 1977; C. C. Collins. “Hegemann and Peets: Car- nos Aires, 1903. Agrónomo, ingeniero Inte- de la UBA, en la carrera de Arquitectura, de la
tographers of an Imaginary Atlas” (introducción gró el Departamento de Ingenieros y tuvo un que egresó en 1916. Entre sus profesores, Re-
a la reedición de The American Vitrubius: an Ar- papel destacado en la fundación de ciudades né Karman (v.) ejerció una gran ascendencia
chitects’ Handbook of Civic Art. New York: Prin- y colonias agrícolas. académica. La vinculación con uno de sus pro-
ceton Architectural Press, 1988); J. Liernur. “Jun- fesores, el escultor Lucio Correa Morales, le
cal y Esmeralda, Perú House, Maison Garay: Hermano del famoso autor del Martín Fie- permite introducirse en un ambiente de avan-
fragmentos de un debate tipológico y urbanístico rro, mantuvo una diversificada actuación que zada cultural y artística. En esos años, HHL ex-
en la obra de Jorge Kalnay”: Anales del IAA. N.° 25, se desdobla en ámbitos políticos, técnicos y perimentó el impacto de los problemas uni-
Bs. As.: FAU-UBA, 1988; A. Novick y R. Piccioni. “Árbi- académicos. versitarios y de proyecto social, participó
tros, pares, socios. Técnicos locales y extranjeros Integró el Departamento de Ingenieros de activamente en el Ateneo y conoció allí las po-
en la génesis del urbanismo porteño”. En mimeo. Bs. la Provincia de Buenos Aires, donde fue di- siciones de los socialistas. Fue colaborador
As., 1990; W. Oechslin. “Between America and Ger- rector de Planos de Partidos de la Sección Ca- de las revistas Ideas y Clarín entre 1914 y 1920.
many: Werner Hegemann’s Approach to Urban Plan- tastro y miembro de la Sección Geodesia. Cum- Trabajó desde 1917 hasta 1920 con el arqui-
ning”. En: J. P. Kleihues y Chr. Rathberg (editores). pliendo estas funciones, llevó a cabo en 1877 tecto francés Gastón Maúlet (v.). Casado con
Berlin-New York. Like and Unlike. Essays on Ar- el delineado y amojonado de Bolívar y, tras la Lucía Correa Morales, se trasladó al campo fa-
chitecture and Art from 1870 to the Present- New promulgación de la ley por la que en 1882 se miliar donde residieran hasta 1924.
York: 1993; “Urban Interchange in the Southern dividió el Partido de Tres Arroyos en su cabe- HHL es un lector atento y ávido de publi-
Cone: Le Corbusier (1929) and Werner Hegemann cera y dos nuevos distritos, participó en la fun- caciones nacionales y extranjeras; desde 1912
(1931) in Argentina”. En: Journal of the Society dación de lo que sería Coronel Pringles y Co- colecciona la Moderne Bauformen. En 1917 pu-
of Architectural Historians, junio de 1995; J. Tar- ronel Suárez. blica un folleto sobre “La importancia de la orien-
tarini. “La visita de Werner Hegemann a la Argen- Hernández también trazó en la Provincia tación y la ventilación de la vivienda”; luego es-
tina en 1931”. En: DANA. N.° 37-38, Bs. As., 1995; A. Go- de Buenos Aires la colonia agrícola Nueva Pla- cribe Tradición y Modernismo en la arquitectura
relik. La grilla y el parque. Espacio público y cultura ta (luego Pehuajó); en Misiones, los poblados actual (1921). En 1926 da a conocer un artícu-
urbana en Buenos Aires: 1887-1936. Bs. As.: Editorial de Santa Ana y Candelaria, y en Entre Ríos el lo de tono polémico: “Pareciera que el peatón
de la UNQui, 1998. de Hernandarias. G. V. no existe para los urbanistas del momento”.
La extensa actividad profesional de HHL
Trabajos de Werner Hegemann: Problemas urbanos de puede ser periodizada en relación con la con-
Rosario. Conferencias del urbanista Dr. W. Hege- HERNÁNDEZ LARGUÍA, HILARIÓN. Buenos Ai- formación societaria de su estudio, fundado
mann (folleto). Rosario: Municipalidad de Rosario, res, 1892 - Rosario, 1978. Uno de los pro- en 1924, cuando se instala en la ciudad de Ro-
1931; “La vivienda barata en Buenos Aires y en otras tagonistas más importantes de la Arquitectu- sario y llama a su antiguo compañero de Fa-
ciudades del mundo”. En: Anales del Instituto Po- ra Moderna en Rosario. Activo como docente, cultad, Juan Manuel Newton (JMN). La pro-
pular de Conferencias. T. XVII. Bs. As.: 1932; “Als proyectista y gestor cultural entre 1920 y 1976. ducción de obras de arquitectura es muy
Städtebauer in Südamerika”. En: Wasmuths Mo- prolífica en este período. Entre 1924 y 1930 el
natshefte für Baukunst und Städtebau. XVI. Ber- Perteneció a una familia arraigada en el pa- principal comitente del estudio es el Banco Edi-
lín: 1932; “El espíritu de Schinkel en Sud América”. ís desde el siglo XVII. Durante su infancia vi- ficador Rosarino, entidad que financia me-
En: Revista de Arquitectura. N.° 142, Bs. As., 1932 vió en el campo; más adelante rescataría esta diante un sistema de cuotas la adquisición de
(traducido del número de julio de 1932 de Wasmuths formación como reconocimiento de las limi- viviendas. El estudio proyecta y dirige casi 300
Monatshefte); “Südamerikanische Verkehrsnote”. taciones que la naturaleza impone, junto a las casas, agrupadas en conjuntos de cantidades
En: Wasmuths Monatshefte für Baukunst und Städ- oportunidades que brinda al poder transfor- diversas. Tipológicamente adoptan la compa-
tebau. XVII. Berlin, febrero de 1933. mador del hombre. En 1912 ingresó en la Fa- cidad de la construcción y la reducción del an-
cho del lote. La compacidad es paralela a la mo-
dificación distributiva. La proyectación se
sistematiza con el uso de un repertorio de es-
quemas distributivos, de soluciones técnicas y
de materiales, que logra diversidad a través de
diferentes combinaciones. Las casas para el
BER garantizan la continuidad ocupacional del
estudio y afianzan las relaciones con un gru-
po de empresas de distintos rubros, partícipes
de la ejecución. En este período producen tam-
bién numerosas viviendas para clientes parti-
culares y un conjunto para empleados de la
destilería Henzi.
Luego de la crisis de 1929, el estudio acu-
mula una amplia experiencia en edificios de
u CASA DE RENTA EN AVENIDA BELGRANO, ROSARIO, DE HILARIÓN HERNÁNDEZ LARGUÍA. renta; se suceden en esta línea los proyectos

148 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


heg her
para Manuel Castagnino en 1929, E. Arijón y de la ciudad. Son permeables a diferentes exi- de un “camión cultural”, data del mismo año.
G. Arijón de Castagnino, G. y A. Castagnino gencias programáticas, a preferencias de los co- En 1950 se asocia con el arquitecto Rufino
en 1930, Pompeyo Rasetti en 1932, Manuela mitentes, a tradiciones regionales. Aparece una de la Torre, a quien lo liga una vinculación fa-
Castagnino de Arijón en 1932, Edelmira Ari- fuerte preocupación por un mayor dominio de miliar. La casa para Raúl Couzier en Alber-
jón en 1933, P. Rasetti en 1936 y Juan Pratto los materiales locales, junto a una adecuación di, publicada en Nuestra Arquitectura en junio
en 1937. Incursionan en otras formas de agru- a las disponibilidades y a los límites de la co- de 1953 y citada luego por E. Bullrich en Ar-
pamiento en los conjuntos para renta de casi- yuntura de posguerra. En la casa de campo pa- quitectura argentina contemporánea, es pro-
tas de dos plantas para Américo Cánepa en ra Ernesto Fábrega, en Oliveros (1943), el jue- yectada a fines de 1951. Si bien la imagen de
1929 y para Andrés Bonaldi en 1935. La per- go volumétrico se atempera por el uso de techos la casa Kaufmann aparece como recurrente
manente actualización y la reflexión sobre la de tejas coloniales de suaves pendientes; las dis- en esta obra, y aunque resulta sintomático que
práctica, referida a cuestiones técnico-cons- tintas construcciones que acompañan a la casa el mismo Richard Neutra fuera llevado a co-
tructivas y a reglamentaciones y normativas, principal difieren en su resolución material y nocerla en su brevísimo paso por Rosario en
quedan en parte registradas en los artículos técnica, pero un principio las reunifica: la ex- 1959, estos factores no deberían llevar al equí-
“Cómo eliminar los intermediarios en las co- posición de la materialidad. voco de subestimar los fuertes vínculos que
cinas” (1931), “Sugerencias sobre arquitectura La última obra que lleva la firma de ambos mantiene con los problemas y particularida-
escolar” (1934), “Fabricación y aplicación del arquitectos es el edificio para la compañía de des locales. Otras casas, reformas y amplia-
ladrillo de media prensa” (1936), y “Unidad seguros La Mercantil Rosarina, proyectado en ciones son los encargos en una década donde
Central Interceptora de Grasas” (1940). el trabajo del estudio disminuye. En 1954 pro-
Desde 1933 utilizan un lenguaje escueto, yectan la ciudad ACINDAR para 19.000 ha-
aunque no despojado; su cercanía al Estilo In- bitantes, en una versión ortodoxa de los pos-
ternacional cesa al conservar el uso de moldu- tulados del CIAM de 1935.
ras sencillas y cornisas simplificadas, que cum- En 1960 se incorpora al estudio el arqui-
plen un rol constructivo más que decorativo. El tecto Aníbal Moliné. Las obras de esta década
punto de partida es siempre la optimización de comparten con la nueva arquitectura de los pa-
la organización funcional y la cuidada resolu- íses nórdicos europeos el acento puesto so-
ción de la construcción, sin caer en ejercicios bre la “humanización”, el empleo expresivo de
caligráficos. Esto se verifica en los edificios pa- los materiales, la integración al ambiente, el
ra renta, en las casas urbanas y rurales, en el lenguaje empírico y confidencial, la ausencia
Museo Municipal de Bellas Artes “Juan B. Cas- de transformaciones tecnológicas y de racio-
tagnino”, de 1937, y en la fábrica de Alabern, nalización productiva. HHL conoce el nuevo
Fábregas y Cía, de 1939. clima internacional, la última producción fran-
La arquitectura del Museo Castagnino es la cesa, española y alemana; no le interesa, en
búsqueda de una alternativa posible de refor- cambio, el seguimiento de revistas norteame-
ma. Máxima racionalidad, mínimo gasto, eli- u VIVIENDAS INDIVIDUALES EN VILLA CONSTITUCIÓN, STA. FE. ricanas. La escuela ARICANA se inicia en 1961;
minación de todo Pintoresquismo, exclusión la construcción se extiende hasta 1971. En 1962
de clasicismos moralizantes, se superponen a 1950; su ejecución se extiende hasta 1952. A proyectan la planta de tratamiento de leche pa-
planteos compositivos vinculados a la tradición los lineamientos anteriores se agregan: la ob- ra CINDOR en Carcarañá, el grupo de vivien-
académica, como la estructuración axial, los tención de formas regulares en la esquina, das para directivos de Marathon en Villa Cons-
ejes de recorrido concebidos como líneas de lo cual valoran como ventaja práctica además titución y la casa Albanesi en Alberdi (v. Estudio
movimiento y ensamble de cuadros visuales de estética, la planta franca y flexible, la va- H). El anteproyecto de la planta transmisora de
sucesivos. Sin embargo, estos cuadros se reu- riación de las fachadas según la orientación. canal 3 es de 1962; desarrolló su proyecto y di-
nifican en imágenes continuas y fluidas, uni- La cuestión material adquiere mayor peso co- rección hasta 1972. HHL es el arquitecto del
formadas en lo cromático, lo lumínico y los mo fuente de expresión. El repertorio emple- Banco Provincial de Santa Fe, en Rosario, des-
materiales empleados, en la carencia absoluta ado, incluyendo hormigón a la vista en tramas de 1963 hasta 1965.
de adjetivación. El protagonismo queda reser- de voladizo y aluminio anodizado, usado por En los últimos años de actividad profesio-
vado para las obras expuestas, el edificio se tor- primera vez en Rosario para las carpinterías, nal batalla con las nuevas condiciones técnicas
na neutro y su renuncia se expande como si- da testimonio de una industria de la cons- y económicas de la ejecución, divorciadas de
lenciosa presencia. trucción con nuevas posibilidades. En 1950, las exigencias del proyecto. En 1967 se retira.
En los años cuarenta HL-N ya no reciben el distanciamiento en la adhesión a progra- Las condiciones de su vida privada también
encargos de edificios para renta; continúa sí mas culturales divergentes es probablemente han cambiado; la muerte de su esposa lo im-
una nutrida comitencia para residencias par- una de las razones por las que HHL y JMN di- pulsa a desarmar su casa, aquella que había si-
ticulares y para casas de campo; realizan las am- suelven la sociedad. do por tantos años un lugar de encuentro de
pliaciones y reformas de varios bancos, hospi- En 1943 HHL da una conferencia radiofó- los protagonistas rosarinos de la arquitectura
tales y centros médicos, fábricas y locales nica, publicada luego en Edilicia sobre “El em- y de los visitantes del ámbito de las artes plás-
comerciales; los proyectos para instituciones de pleo de los materiales en el país en la cons- ticas, las letras, la música y la educación.
acción social y cultural demuestran las vincu- trucción”, tema que constituye una de sus El perfil biográfico de este arquitecto esta-
laciones del estudio con núcleos progresistas obsesiones. Un proyecto inédito y original, el ría incompleto si no se abarcara la diversidad

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 149


de actividades que despliega paralelamente a 1936 por Olga Cossettini; participa y organiza
la producción de obras arquitectónicas. distintas actividades; lleva el Museo a la es-
HHL es un hombre de acción. Es uno de cuela y a los barrios, y también los trabajos de
los organizadores de la División Rosario de la los niños al Museo; promueve y supervisa el
SCA y uno de los fundadores de la Asociación libro El niño y su expresión. En aspectos rela-
de Arquitectos de Rosario. Presidiendo esta cionados con la educación secundaria, cola-
Institución, interviene en la redacción y el de- bora con Luz Viera Méndez. Contribuye a fi-
bate de Ley Provincial 4114, que reglamenta nanciar pequeñas editoriales destinadas a
las actuaciones y los honorarios de los profe- divulgar la obra de jóvenes escritores locales,
sionales de la construcción, y es redactor del o la publicación de las carpetas de xilografías
Reglamento de Edificación de 1931 y de 1956 de Grela. Dicta cursos y conferencias referi-
para la ciudad de Rosario. Cuando se forma dos a temas técnicos y de historia del arte; es-
el Consejo de Ingenieros de la Provincia de cribe un folleto titulado “Del arte pictórico”,
Santa Fe integra la primera Comisión Direc- publicado en 1949.
tiva y continúa actuando en varios períodos. Entre 1945 y 1955 interviene dictando cur-
Fue jurado de varios concursos de proyectos sos paralelos a los de la Universidad, partici-
y anteproyectos. pando del Colegio Libre de Estudios Superio-
res, organismo que se alimenta con el éxodo u DETALLE DE LA MARQUESINA DE GATH & CHAVES, BS. AS.
de profesores universitarios. En 1956 es de-
signado interventor en la Dirección Nacional aciones, aceros y fundiciones. En sus diver-
de Enseñanza Artística. Desde 1957 desarrolla sos estados, se lo utiliza como material en la
actividad docente universitaria con continui- construcción. Su forma más habitual para el
dad; a partir de 1959 es jefe de taller por con- uso edilicio es denominada acero y se logra
curso en la Escuela de Arquitectura de la UNL combinando el hierro con pequeñas cantida-
en Rosario. Entre 1959 y 1960, y nuevamen- des de carbono, que le permiten adquirir al
te en 1963, ejerce la dirección de dicha Escue- temple gran dureza y elasticidad.
la. Participa en numerosas comisiones aseso-
ras de concursos docentes y de planes de ARQUITECTURA DE HIERRO.
estudio. En 1965 se retira de la docencia ofi- La carencia de materiales ferrosos en el sub-
cial. Ese año recibe la distinción de miembro suelo —no hubo una explotación de ese recur-
delegado de la Academia de Bellas Artes. En so hasta mediados del siglo XX— y la depen-
1969 es designado Miembro Honorario de la dencia de la importación son las bases del leve
SCA. En 1976 asiste a la inauguración de una retardo con el cual la arquitectura de hierro, des-
exposición de homenaje organizada por el Cen- pués del fuerte impulso que había recibido en
tro de Arquitectos de Rosario al cumplirse 60 Inglaterra y en Francia en al segunda mitad del
años de su graduación. S. P. siglo XIX, llega a la Argentina. A partir de allí,
y fundamentalmente durante el período 1880-
u PLANTA DEL MUSEO CASTAGNINO, ROSARIO. 1930, el crecimiento de la economía fue acom-
HEYERDALL, NICOLÁS. S/d. Ingeniero-arqui- pañado por un masiva utilización de hierro que
De 1931 a 1937 preside la Comisión Muni- tecto. Actúa en Corrientes en forma destaca- llevó al país a situarse entre los de mayor con-
cipal de Bellas Artes, y desde 1937 es director da en las primeras décadas del siglo XX. sumo per cápita del material en el mundo. Es-
del Museo Municipal de Bellas Artes, desde te rápido aumento, centrado la extensión de las
donde apoya a los artistas locales, especial- Proyectó y dirigió las obras del Palacio de ciudades y la red de servicios, favoreció el des-
mente a los jóvenes como Carlos Uriarte, Ni- la Legislatura y del Palacio de Justicia y Poli- arrollo de una arquitectura de hierro, sobre
colás Russo y Julio Vanzo. Introduce un nue- cía (1905), construido sobre el solar del anti- todo en relación con cierto tipo de programas
vo concepto de museo de bellas artes y enfrenta guo Cabildo. que podían explotar las cualidades técnicas y
las dificultades de la cerrazón del medio, re- estéticas del material.
cibe críticas por la exhibición de desnudos, des- Bibliografía: F. Ortiz, J. C. Montero, R. Gutiérrez, A. Al mismo tiempo, la industria edilicia co-
ata polémicas sobre la reproductibilidad de Levaggi y A. S. J. de Paula. La arquitectura del li- menzó a utilizar masivamente no solo en edi-
la obra de arte cuando crea un museo de re- beralismo en la Argentina. Buenos Aires: Sudame- ficios en altura, sino en viviendas y locales de
producciones, desecha la división en seccio- ricana, 1968. dos plantas, el esqueleto de columnas y vigas
nes estéticas y científicas de las salas, prepara de hierro como armazón estructural. A partir
calendarios anuales que incluyen no solo mues- de 1930, el hierro fue suplantado por el hor-
tras de pintura y escultura, sino también con- HIERRO. m. Metal dúctil, maleable, muy tenaz migón armado como material resistente. En
ciertos y conferencias, convierte el Museo en y fácilmente oxidable, que ocupa el primer lu- las últimas décadas ha reaparecido como ma-
un foco de irradiación cultural. Se acerca a la gar en importancia por su utilización industrial terial alternativo, propio de las expresiones de
escuela experimental Carrasco, dirigida desde y tecnológica, sobre todo bajo la forma de ale- alta tecnología de la Arquitectura Moderna.

150 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


her hie
Durante la etapa de dominación hispánica R. Turner. La Argentina, como los otros países tos semielaborados, o elaborados por la in-
y las primeras décadas posteriores a la Inde- sudamericanos, era un mercado destinado a dustria siderúrgica, por productos agrope-
pendencia, el hierro fue utilizado como ma- absorber la mano de obra especializada y los cuarios del país.
terial especial para la realización de ciertas par- productos de la industria siderúrgica europea. Galpones industriales, escuelas, edificios
tes puntuales de los edificios, como herrajes, Esto sucede a partir de una expectativa favo- administrativos, hospitales, puentes y otros edi-
rejas, barandas, tensores y algunos tipos de ca- rable a la recepción de la “Modernidad técni- ficios necesarios para la vida de la ciudad mo-
ñerías, dado su alto costo y su condición de ma- ca” proveniente del Viejo Continente, que se derna están relacionados en ese momento con
terial importado. La construcción por artesa- crea luego de la caída de Rosas. El crecimien- la tecnología del hierro. Los valores expresivos
nos locales de rejas ornamentadas, mediante to económico y el desarrollo cultural motivan propios del material encuentran aplicación en
la utilización de hierro en barras o planchue- la rápida adquisición de la nueva tecnología, pabellones, grandes cubiertas de estaciones fe-
las importadas de España, fue la primera ma- que incluye las atrevidas soluciones típicas del rroviarias, mercados, espacios en los cuales la
nifestación artística del uso del material en la hierro. En Buenos Aires y en el resto del país penetración de aire y luz, unidos a la simpli-
arquitectura. Durante el siglo XIX la elabora- se instalan herrerías y fundiciones que impor- cidad estructural, son indispensables.
ción de rejas evolucionó desde las más auste- tan de Europa productos ferrosos y venden por En el conjunto de la arquitectura histori-
ras del período colonial a las profusamente or- catálogo partes prefabricadas en hierro y fun- cista, rejas, marquesinas y herrajes contribu-
namentadas de la etapa posterior a Caseros. dición. En los últimos decenios del siglo XIX, yen a formar la imagen elegante y opulenta de
Este tipo de rejas, que acompañaron como par- con el tumultuoso crecimiento edilicio de Bue- los centros urbanos. El hierro forjado y fun-
ticularidad local el desarrollo del Neorrenaci- nos Aires y de las ciudades del interior, el sec- dido se adapta en una estimulante mezcla a
miento italiano, incorporaron barrotes redon- tor metalúrgico se desarrolla con firmas loca- los más diversos estilos: Beaux Arts, Art Nou-
dos, guarniciones de metal blanco en las les, en general de origen italiano: Vasena, veau, Art Déco y Moderno expresan los dife-
ventanas, así como puertas cancel de delicadas Zamboni, Ottonello, Rezzonico, Bozzalla y rentes tipos de clientes y el variado origen de
filigranas de origen andaluz en los zaguanes. otras menores. Sin embargo, el mercado está los proyectistas.
En 1855 se inicia en Buenos Aires la cons- dominado por firmas británicas, seguidas por La primera realización en hierro a la vista
trucción del primer edificio del Teatro Colón las belgas, francesas, alemanas y, en menor en un edificio civil de Buenos Aires es el recinto
(v. Teatro). La estructura de la cubierta fue fa- medida, de los Estados Unidos. Esta amplia de la Legislatura provincial, proyectada por J.
bricada en su totalidad en Dublín y montada utilización del material se produce en un con- Larguía (v.) en 1862. En Av. Córdoba, la vistosa
por C. E. Pellegrini (v.), con la colaboración de texto generalizado de intercambio de produc- fachada muraria en estilo Neorrenacimiento

u LAS BÓVEDAS METÁLICAS DE LA ESTACIÓN DE RETIRO, UNA DEMOSTRACIÓN DE LA TECNOLÓGÍA CONSTRUCTIVA MÁS AVANZADA DE LA ÉPOCA, EN UNA FOTO DE 1915.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 151


mer en 1908, fue inaugurada en 1915. Consti-
tución, la segunda gran estación de la Capital,
se construyó en los años veinte. La obra metá-
lica de la inmensa cubierta de los 14 andenes
fue diseñada por la sociedad de ingeniería Li-
vesey Son & Henderson Consulting Engineers,
de Londres, y Francis Morton & Co., de Liver-
pool. La construcción de la estructura se reali-
zó en Motherwell, Escocia, en la empresa Alex
Findlay y Co., Steel Roofs & Bridges Builders.
Otra obra importante, el puente transbordador
Avellaneda, sobre el Riachuelo, fue realizado
por los ingleses en 1914, por encargo del FF.CC.
del Sud. Digno de nota es también el gigantesco
galpón de estructura metálica, para esquila, de
la estancia María Behety en Tierra del Fuego.
Un uso interesante del hierro, más arquitec-
tónico que ingenieril, puede verse en el Museo
de Historia Natural de La Plata, proyectado por
Hayneman (v.), Ober y Aberg (v.) entre 1884 y
1889. Detrás de una fachada de formas clási-
cas, se encuentran las grandes salas expositivas
dispuestas en hemiciclo, cuya cubierta esta con-
formada por una serie de cabriadas metálicas
de refinado diseño.
Al mismo tiempo que se desarrollaba esta
“arquitectura metálica”, comenzó a utilizarse
masivamente la estructura de hierro a partir
del uso de perfiles normalizados importados,
con los que se conforma el esqueleto de edifi-
cios públicos, petit-hôtels y casas de renta (v.).
Este nuevo sistema técnico ayudó a configurar
el tejido de las áreas centrales de las más im-
portantes ciudades. Como afirma E. Gentile,
el paisaje urbano iba generando un mundo de
atrevidos esqueletos, ocultados pronto por una
arquitectura ecléctica que no quería desafiar el
sentido de la tectónica tradicional.
Esta relación entre Eclecticismo (v.) histori-
cista y estructura de hierro se vio alterada por
la crisis de 1929. La adopción del proteccio-
u CONSTRUCCIÓN DE UN EDIFICIO CON ESTRUCTURA PORTANTE DE ACERO, EN BUENOS AIRES. nismo, la regulación económica del Estado y
la política de sustitución de importaciones obli-
francés del palacio de Aguas Corrientes, pro- mercial, realizado por L. Siegrist (v.) en 1894. garon a buscar insumos de fabricación local.
yectado por A. B. Nystromer y O. Boye, con ven- En el mismo período se construyen pabellones Una consecuencia de esta política fue la in-
tanas y cariátides en hierro fundido de la Mac glorietas y quioscos en el Jardín Zoológico, re- centivación de la industria del cemento (v.), que
Farlane & Co., de Galgow, esconde los depó- alizado entre 1888 y 1924, y todo tipo de mo- llevó al desarrollo del hormigón armado (v.) y
sitos y las desnudas estructuras metálicas, im- biliario urbano en los grandes parques de la que para su materialización sólo necesitaba
portadas por la firma Marcinelle & Coulliet de ciudad. En el Jardín Botánico de Buenos Aires, una mínima cantidad de acero. A partir de allí,
Bélgica. En esos años se realiza también el pri- inaugurado en 1898, se encuentra el esplén- el hormigón reinó indiscutiblemente como
mer Mercado del Abasto, enteramente cons- dido invernadero de hierro y vidrio, de proba- el material estructural de la arquitectura en
truido por Vasena. De menores dimensiones, ble origen francés. la Argentina, a pesar de que la producción de
pero de gran valor estético, es el Mercado Mu- La arquitectura metálica más imponente, acero nacional comenzó a desarrollarse con
nicipal de San Telmo, todavía en pie, proyecta- realizada por la empresa Francis Morton & Co., fuerza a partir de la década de 1940. Solo ejem-
do por J. A. Buschiazzo (v.) en 1897. de Liverpool, es la gran bóveda de dos arcos de plos puntuales, fruto de poéticas individuales
La ex ferretería Hirsch, actual Restaurant la estación Retiro. Proyectada por los ingleses como las ferias internadas de J. Casasco (v.) en
Museum, es un típico ejemplo de edificio co- E. Lauriston Conder (v.), S. Follet (v.) y J. W. Far- Buenos Aires, el edificio SOMISA de M. R.

152 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hie hig
Álvarez (v.), algunos ejemplos de la llamada Ar- la inspección de mataderos, saladeros y mer- en los que se aconsejaba la sanidad de los lu-
quitectura de Sistemas (v.) —que insistió en la cados, la difusión del verde urbano, etc. Aun- gares de habitación. Durante los siglos XVII y
realización de grandes techos de estéreoes- que muchos de estos tópicos pueden rastrear- XVIII se produce una refomulación del lega-
tructuras—, muestran ciertos desarrollos que se desde la Antigüedad, solo es posible hablar do griego, revisado a la luz de los descubri-
explotan las cualidades técnicas y estéticas del de higiene pública a partir de la emergencia de mientos científicos, bajo el nombre de neohi-
material. Recién durante la última década del los estados modernos, que con el tiempo ad- pocratismo. Desde que Lavoisier descubre la
siglo XX el acero reapareció con posibilidades quirirían un papel protagónico en la inspec- composición del aire en 1778, la preocupación
ventajosas en el mercado local, a partir de un ción de las políticas preventivo-sanitarias. En por su pureza y la identificación de los ele-
cambio macroeconómico que apuntaba a la in- la medida en que la noción de higiene públi- mentos que la alteran será un tema funda-
serción del país en la economía globalizada. ca, institucionalizada hacia mediados del XIX mental para el incipiente saber higiénico, en
De allí en más quedó abierta la posibilidad como disciplina científica, articuló preocupa- tanto se consideraba que buena parte de las en-
de nuevas expresiones arquitectónicas, cuyos ciones de orden social y político con caracte- fermedades epidémicas se generaban y tras-
ejemplos más notables, por citar algunos, son rísticas del medio físico, su importancia en la mitían a través de los “miasmas”, cuerpos de-
el natatorio cubierto en Mar del Plata, de construcción del espacio urbano y territorial letéreos producidos en los lugares malsanos e
MSGSSS, y la ampliación del aeropuerto de fue predominante hasta las primeras décadas infectos. Así, buena parte del freno a la en-
Ezeiza, de MSGSSS y Urgell, Fazio, Penedo, del siglo XX, cuando la especialización y seg- fermedad se confió a la higiene ambiental. Es-
Urgell, así como algunas de las últimas reali- mentación de los distintos aspectos de la sa- ta se concentró en una serie de medidas, des-
zaciones de M. R. Álvarez. O. I. / R. V. nidad pública comenzó a diluir su hegemonía. tinadas a atenuar los efectos de los sitios
Los principios y las nociones definidas por el mórbidos (pantanos, marismas, lodazales), a
Bibliografía: J. O. Gazaneo y M. M. Scarone. Arqui- higienismo no solo alcanzaron la fuerza de tó- alejar de las áreas habitadas las instalaciones
tectura de la revolución industrial. Bs. As.: I.A.A., picos sociales estables, sino que contribuyeron consideradas peligrosas (mataderos, cemen-
1966; Íd. Revolución industrial y equipamiento ur- a la formación de las disciplinas ligadas a la terios, hospitales, industrias) y a regenerar las
bano. Bs. As.: IAA, 1967; J. X. Martini - J. M. Peña. transformación del hábitat humano. En nues- cualidades del aire a través del recurso vegetal.
La ornamentación en la arquitectura de Buenos Ai- tro país, el auge de la empresa higienista coin- Los años a caballo entre los siglos XVIII y
res 1800-1900. Bs. As. : IAA, 1966 ; Íd. La ornamen- cidió con la consolidación del Estado Nacional XIX son centrales en la consolidación del saber
tación en la arquitectura de Buenos Aires 1900- y su consecuente voluntad de homogeneiza- higienista. Las medidas dejan de apuntar a la
1940. Bs. As. : IAA, 1967; “Materiales metálicos en la ción ciudadana ante el impacto de la inmi- mera cura individual para enfocar la conser-
arquitectura”. En : summa Temática. N.° 2, 1988; E. gración. Estas condiciones imprimen en el mo- vación de la salud colectiva: los aportes de la
Gentile. “Materialidad del proyecto arquitectóni- vimiento local un énfasis notable sobre la ciencia han puesto de relieve la inescindibili-
co: acero, hormigón, acero. Declinación, sustitu- dimensión política y social de la salud, espe- dad de ambos aspectos y la posibilidad de pre-
ción y resurgimiento: 1930-1990”. En : Revista 47. cialmente en el medio urbano. venir masivamente algunas enfermedades. Por
N.° 6, abril de 2001; J. F. Liernur. La arquitectura otro lado, se asiste a la conformación de las no-
en la Argentina en el siglo XX. La construcción de ANTECEDENTES INTERNACIONALES. ciones de organismo y medio ambiente (Mi-
la modernidad. Bs. As.: Fondo Nacional de las Ar- Los estudiosos suelen ubicar los inicios del lieu), que implican una consideración holística
tes, Buenos Aires, 2001; O. Iolita y R. Vassallo. L’ar- higienismo hacia fines del siglo XVIII. Ancla- de los fenómenos ambientales y una asimila-
chitettura del ferro. L’Argentina. 1850-1930. Roma: dos en una larga tradición de lucha contra los ción de lo sano con lo natural, que aún se man-
ed. Kappa, 2003. brotes epidémicos, los estados absolutistas eu- tiene en el sentido común. Por último, la com-
ropeos comenzaron las primeras campañas plejidad burocrática de los estados absolutistas
destinadas a preservar la salud de los habitan- permite un control de policía relativamente efi-
HIGIENISMO. m. Parte de la medicina que tie- tes en relación con la importancia acordada al caz, a través de entes específicos; y la necesidad
ne por objetivo la conservación de la salud, tema en las doctrinas ilustradas. Las primeras cada vez mayor de mantener activa una fuer-
mediante la prevención de las enfermeda- teorizaciones sobre higiene pública aparecie- za de trabajo libre para el crecimiento capita-
des. La voz deriva de higiene, cultismo for- ron en el mundo germano bajo la autoría de J. lista impulsa también las tareas de reforma. Es
mado sobre el griego hygieiné: ‘arte que con- P. Frank, quien en su obra Sistema de una com- cada vez más importante el instrumento esta-
cierne a la salud’. pleta policía médica sugería el establecimiento dístico para medir los fenómenos: nace la en-
de una policía sanitaria que debería actuar pri- cuesta social programada, promovida por los
Este movimiento de reforma sanitaria y so- mordialmente a través de medidas orientadas gobiernos, para paliar los fenómenos de mi-
cial emerge en distintos países de Europa en al mejoramiento del ambiente. seria que amenazan al propio statu quo.
las primeras décadas del siglo XIX. Su objeti- La relación entre salud y ambiente arrai- Hacia 1830, década clave en la conforma-
vo prioritario fue la preservación de la salud gaba en una vieja tradición proveniente de la ción del higienismo, la cuestión urbana pasó
pública a través de medidas de orden médico medicina hipocrática. En su tratado Sobre ai- a ser protagonista. La concentración metro-
y sanitario, como el estudio y seguimiento de res, aguas y lugares, Hipócrates aconsejaba al politana se observó como la principal amena-
enfermedades epidémicas, la vacunación, la vi- médico tener en cuenta las características del za de los tiempos modernos: la ciudad sería
gilancia portuaria o el control cuarentenario, suelo, agua, vientos, cambios meteorológicos, así el campo de acción principal de los pri-
y otro tipo de intervenciones ligadas al sanea- etc., para dictaminar sobre las enfermedades meros higienistas. Los historiadores han pues-
miento urbano y territorial, tales como el abas- de los pacientes. Esta tradición fue recogida en to de relieve la contribución del higienismo
tecimiento de agua potable, el alcantarillado, los tratados de arquitectura desde el siglo XV, respecto de la constitución de un específico

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 153


saber urbano, y se han detenido en la expe- cuerpo en instituciones señeras. La generación medad relativa y la capacidad de circulación.
riencia inglesa, cuyos protagonistas afronta- que emerge hacia 1830 en Francia define el También el asoleamiento (v.) cobrará una
ban las consecuencias del acelerado creci- concepto de higiene pública como una ciencia importancia fundamental en estos años. Des-
miento industrial en viejas metrópolis, como social y administrativa, en la que confluyen dis- de las investigaciones de Pasteur, se recono-
Londres, o ciudades inicialmente pequeñas, tintas especialidades (medicina, química, in- cen las propiedades microbicidas del sol, por
como Manchester, con la consecuente con- geniería, estadística, etc.); permite la extensión lo que un tema característico de la vivienda mo-
centración humana, los problemas de haci- y centralización de las medidas a nivel nacio- derna, la orientación de las habitaciones, co-
namiento de las clases desposeídas y la polu- nal; articula en forma estable una serie de con- mienza a tomar cuerpo desde entonces. Por
ción ambiental causada por el cordón fabril cepciones ilustradas (el derecho a la salud de último, el agua se revela en las investigaciones
de las ciudades. Esta visión engelsiana, que los ciudadanos, el carácter moral de la higie- de Koch y Pasteur como una de las vías privi-
articuló los orígenes de la ciudad moderna con ne, etc.) con los descubrimientos científicos legiadas de introducción de la enfermedad. La
la Revolución Industrial, fue matizada pos- más avanzados de la época, colocando así a la necesidad del control de la pureza del agua lle-
teriormente al poner de relieve la contribución higiene en un papel perdurable en las consi- vó a la introducción sistemática del examen
francesa, caracterizada, a diferencia de la bri- deraciones del buen gobierno de las socieda- bacteriológico y al perfeccionamiento de dis-
tánica, por una fuerte impronta estatal. El mo- des. Los escritos de Parent Duchatelet, Viller- tintas formas de purificación, que culminan
vimiento higienista francés, aunque origina- mé o Tardieu, protagonistas de esta renovación, con la inclusión de la clorificación hacia la dé-
do en la sociedad civil, permitió, en confluencia constituyen las fuentes teóricas del higienis- cada del veinte. La infraestructura hidráulica
con la acción gubernamental, la consolidación mo en el Río de la Plata. de las ciudades constituirá un factor relevante
de instituciones y organismos sanitarios que Entre 1865 y 1885 se construye, con los apor- para su sanidad desde mediados del XIX.
sirvieron como modelos internacionales. tes de Louis Pasteur y Robert Koch, la teoría La progresiva profundización de los dis-
En Inglaterra, las orientaciones reformis- microbiana de las enfermedades, que provoca tintos factores que contribuyen a la sanidad te-
tas de cuño benthamiano promueven una se- rritorial y social llevó a una mayor complejidad
rie de reformas desde la década del treinta, que burocrática en el manejo de las distintas va-
culminan en la ley general de 1848, la Public riables, con la consecuente profesionalización
Health Act, origen de las Boards of Health lo- en especialidades científicas, técnicas y ad-
cales, con una serie de atribuciones de control, ministrativas. Hacia 1940, el higienismo co-
gestión e intervención en la ciudad (desde re- mo movimiento civil y la figura del médico hi-
des de alcantarillado hasta jardines públicos). gienista, que poseyó lugar tan preponderante
La figura principal de este movimiento fue Ed- el siglo XIX, ha perdido espacio ante una com-
win Chadwick (1800-1890), quien formó par- plicada burocracia estatal, que articula las di-
te de los círculos utilitaristas y promovió una versas tareas, cada vez más autónomas, antes
serie de leyes sociales, encuestas sanitarias y resumidas en el higienismo.
leyes específicamente urbanísticas que cons-
tituyen los antecedentes de la ley de 1848 y con- EL HIGIENISMO EN LA ARGENTINA.
tribuyen a colocar el tema de la higiene en pri- Características. La problemática de la salud pú-
mer plano. No es ajeno a este clima de ideas el u AGUAS SERVIDAS EN UN CONVENTILLO DE BUENOS AIRES. blica en las principales ciudades argentinas,
movimiento en favor de los Public Walks, que a la que el higienismo intenta dar respuesta,
articula la creación de espacios abiertos verdes el desmoronamiento de las viejas teorías neo- está vinculada con la reforma modernizadora
como antídoto, moral e higiénico, para las con- hipocráticas y vitalistas, y —con ellas— de cier- de la sociedad y la construcción del Estado.
diciones de vida metropolitana, desplazando tas estrategias tradicionales en el saneamien- Aunque las preocupaciones por la higiene pú-
la vieja tradición del parque como elemento es- to urbano. En el marco de las nuevas teorías blica datan de fines del XVIII, los proyectos co-
tético y colocándolo como uno de los instru- que postulaban el contagio por gérmenes es- herentes y estables se encuentran recién en los
mentos principales de transformación urbana. pecíficos, el aire, el agua y el sol —los tres años posteriores a la organización definitiva
Será en los Estados Unidos donde este movi- tópicos históricos del higienismo— resignifi- del país. En este período se manifiestan cier-
miento cobre mayor envergadura. carían su valor. En cuanto al aire, las investi- tos rasgos de larga duración en materia de hi-
En el Río de la Plata, el peso del movimiento gaciones de Brown Séquart y de Von Petten- giene, articulados con el pensamiento global-
anglosajón puede hallarse en dos aspectos: el koffer sobre las consecuencias del anhídrido mente positivista de las capas dominantes.
técnico-ingenieril, a través de la importación carbónico en la salud alertan sobre la impor- La inflexión pública del higienismo se corres-
de técnicos ingleses hacia fines de siglo para tancia de la aireación y ventilación de los lo- ponde con la voluntad centralizadora del Es-
las variadas obras públicas que involucraban cales, lo que redunda en reglamentaciones que tado y los intentos de homogeneización ciu-
cuestiones sanitarias (la canalización y el sa- ponen especial énfasis en los temas de la al- dadana a través de diversas instituciones, y
neamiento de los ríos; las aguas corrientes y el tura de las habitaciones, la existencia de aber- constituye un pilar ideológico en el arraigo
sistema cloacal (v. Saneamiento)), el puerto (v.) y la turas suficientes y la ventilación mecánica. Las de un conjunto de representaciones sobre el
importancia acordada al verde como instru- investigaciones de Leonard Hill sobre la física cuerpo, la salud, y el ambiente, compartidas
mento de reforma higiénica y moral (v. Parque). del aire (1890) destacan las relaciones de cu- por los “expertos” y el público, en un entra-
El modelo francés contribuyó centralmen- baje de aire en una habitación, además de una mado de nociones y valores que se extienden
te en las perspectivas teóricas que tomaron serie de variables como la temperatura, la hu- a diferentes aspectos de la vida cotidiana.

154 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hig hig
Periodización. En el desarrollo de la higiene ilustradas de la monarquía borbónica. Se creó fondos públicos.
pública rioplatense, es posible distinguir di- en forma provisoria el Protomedicato de Bue- Tanto las medidas de Vértiz como las de Ri-
versas etapas: a) Un primer período, cuyos ini- nos Aires (definitivo desde 1798), cuyas fun- vadavia se apoyaban en un núcleo de ideas co-
cios pueden localizarse en virreinato de Vér- ciones consistían en la vigilancia del ejercicio mún con respecto a la higiene, bajo el signo de
tiz, en el que se ha identificado el primer intento de la medicina y en tareas vinculadas al control las creencias neohipocráticas de cuño ilustrado.
de acción orgánica respecto de los problemas de las epidemias y las enfermedades conta- El núcleo del ideario consistía en la obse-
sanitarios de la ciudad, y que alcanzó su cul- giosas. Después de la Revolución de Mayo, sus sión por las miasmas, “causa principal” de los
minación en el breve período de gestión riva- funciones fueron absorbidas por la Facultad brotes epidémicos. Se entiende así la volun-
daviana, cuando se definió institucional e ide- Médico- Quirúrgica y el Instituto Médico Mili- tad de alejamiento de actividades que antes
ológicamente un modelo de intervención que tar, aunque retuvo facultades administrativas. compartían el casco urbano con la vivienda y
poseería larga duración en nuestro país, a pe- Asimismo, Vértiz impulsó una serie de me- el comercio. Nuevas tipologías edilicias se hi-
sar de las discontinuidades políticas y las di- didas destinadas a mejorar la higiene de la ciu- cieron cargo de estos efectos: para ellas se pro-
ficultades económicas para desarrollarlo. El es- dad, tales como el arreglo de las calles; el sa- puso un entorno verde, primeros pasos en la
pacio público constituyó el ámbito exclusivo neamiento de los “terceros”; la prohibición de zonificación de actividades, de gran impor-
de las acciones; b) Un segundo período que co- entradas de carretas a la ciudad; la formación tancia en la conformación posterior de la dis-
mienza en los años posteriores a Caseros (1852), de mercados públicos, que, junto a otras acti- ciplina urbanística.
pero que ya hacia 1860 conformó el movi- vidades consideradas insalubres (panaderías, Pero la acción del Estado se mantenía en
miento que la historiografía posterior reco- corrales, mataderos y tabladas), deberían ubi- una concepción de higiene urbana que colo-
nocería propiamente como higienismo. Para carse a extramuros; la designación de un regi- caba como objetivo prioritario la prevención
1880 estuvieron configurados los tópicos que dor encargado de vigilar la limpieza de la ciu- de las epidemias. Las medidas adoptadas no
otorgan rasgos estables al movimiento local: la dad, etc. Así, las medidas de Rivadavia durante excedían el espacio público. Un nexo claro en-
importancia sanitaria y moral del verde en las el gobierno de Martín Rodríguez encontraron tre necesidades políticas y voluntad higiénica
ciudades; el énfasis en las infraestructuras ur- un terreno preparado para aceptar una legis- radicó en las características del medio ambiente,
banas; el temor a la concentración demográfi- lación enfocada hacia problemas de higiene ur- al que se otorgaba cualidades determinantes.
ca y al “trasplante” inmigratorio; el prestigio bana que tendía, fundamentalmente, a la re- En ambos casos, estaba presente una fuerte in-
de la disciplina médica. El área de control hi- definición del espacio público y al control de flexión moral. Muchos de estos rasgos per-
giénico excedía el espacio público para pene- ciertas actividades económicas, consideradas manecerían en el período siguiente.
trar en el espacio privado; c) Hacia 1890 pue- peligrosas o malsanas. Durante la gestión ri-
de notarse un desplazamiento en los temas vadaviana, se destacaron las medidas tendien- Segundo período 1852-1890. La emergencia del
característicos del primer higienismo: una tes a modernizar el funcionamiento de la salud movimiento higienista. La conformación de un
orientación creciente hacia los problemas del pública, como sustituir el viejo Protomedicato Estado-Nación moderno, posterior a Caseros,
espacio privado y una mayor atención hacia los por el Tribunal de Medicina y la Junta de Sa- constituye una referencia ineludible en el es-
problemas individuales de la salud física y men- nidad (entidades que continuaron funcionan- tudio de las características del higienismo en el
tal. La multitud, y ya no la infraestructura ur- do en el período rosista), dividiendo así forma- Río de la Plata. El período que ahora conside-
bana, constituyó el problema principal del dis- ción profesional de atención higiénica de la raremos no puede desligarse de la construcción
curso higienista; d) La década de 1930 fue un ciudad. Dependientes de la recién creada UBA, del aparato estatal, y el mismo movimiento
momento de cambio bajo distintos conceptos, se formaron las cátedras de Medicina; de Ins- higienista aparece como pilar fundamental en
que se materializarían en nuevas instituciones tituciones Quirúrgicas; y de Clínica Médica. esta construcción. Resulta sustancial a la con-
a principios de los años cuarenta. Como im- También se reconocieron las medidas de zo- formación de cualquier nación moderna cierta
pulso civil, el movimiento higienista perdió nificación industrial, iniciadas en 1822, y de re- homogeneidad cultural que, en nuestro país,
importancia en favor de una nueva apuesta del gularización de la trama urbana, vinculadas con se vio fuertemente afectada por la inmigración:
Estado. El énfasis apareció puesto en la reno- motivos higiénicos, económicos y administra- las normas de higiene locales se orientaron des-
vación institucional de los servicios sociales, y tivos. El alejamiento sistemático del centro ur- de entonces no solo a procurar la salud de la po-
la vieja higiene pública se fragmentó en múl- bano de los “espacios peligrosos” (cementerios, blación sino también a conformar pautas de vi-
tiples aspectos. Sus tópicos clásicos ya habí- hospitales, cárceles) y su inmersión en el ver- da universalmente compartibles, tanto como lo
an sido absorbidos por diversas disciplinas (en de “regenerador”, constituyeron un tópico que hicieron la escuela pública o el servicio mili-
particular, el emergente urbanismo) y la so- en las décadas posteriores sería retomado en tar obligatorio. Resulta difícil deslindar los avan-
ciedad en su conjunto había internalizado las otras constelaciones ideológicas. A estas medi- ces científicos de las vagas convicciones naci-
enseñanzas de décadas de labor sanitaria. Asis- das deben sumarse la creación de la Policía Sa- das por la percepción de un peligro social al
timos así al ocaso del higienismo como disci- nitaria del Puerto y los primeros proyectos de orden establecido. Los protagonistas del mo-
plina científica, rectora moral de las socieda- agua corriente (v. Buenos Aires). vimiento higienista rioplatense actuaron deci-
des, guía experta de los gobiernos. Sin embargo, los instrumentos legales eran didamente en el mundo político; la mayoría de
aún débiles e inespecíficos, el control de las ellos provenían del campo de la medicina, por
Primer período 1770-1852. Las primeras medi- autoridades insuficiente, y las instituciones cre- lo que los profesionales médicos expandieron
das de higiene pública en el Río de la Plata se adas, inestables. No existían campos profesio- sus funciones más allá de la salud física de los
propusieron en forma orgánica durante el go- nales articulados como para sostenerlas; las lu- cuerpos humanos, para convertirse en verda-
bierno de Vértiz, impulsadas por las políticas chas políticas y las guerras escamoteaban los deros sacerdotes laicos de la Nación.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 155


Circunstancias históricas y transformaciones gremio. Los higienistas adquierieron predica- ron especificarse y articularse con nuevas im-
institucionales y legales. Aunque la década del mento en las Comisiones de Higiene parro- posiciones reglamentarias para atender tam-
cincuenta se caracterizaba aún por la inestabi- quiales, organismos vecinalistas creados du- bién al mundo privado.
lidad política, fue entonces cuando se inició un rante las epidemias del 1868 y 1871. Pero el El espacio público, de todas maneras, con-
desarrollo sistemático en los temas que nos ocu- organismo más representativo —y la tribuna tinuó siendo el objeto central en este período.
pan, especialmente en Buenos Aires. Entre 1853 higienista más eficaz— fue la Asistencia Pú- Aunque muchos temas de transformación de
y 1862, la provincia se constituyó en Estado in- blica, promovida por una de las figuras centra- la infraestructura urbana ya estaban planteados
dependiente; la bonanza económica permitio les de este período, José María Ramos Mejía anteriormente, no solo no habían sido realiza-
la puesta en marcha de muchos proyectos. Bue- (1842-1914). Este organismo dependiente de la dos, sino que constituían propuestas técnica y
nos Aires había crecido durante los tiempos de Municipalidad fue creado en 1881, aunque ad- socialmente limitadas. El problema del agua y
Rosas, si bien la infraestructura sanitaria no se ministrado con eficacia recién desde 1883. Es- la eliminación de los desechos constituye un
había desarrollado en consecuencia. Antes de taba organizado bajo el modelo francés y sus ejemplo revelador. Pellegrini ya había propuesto
la gran inmigración, la ciudad triplicó su su- poderes fueron tales durante el rebrote de có- soluciones elementales para el agua urbana en
perficie construida, sin contar con los partidos lera en 1886-1887, que la prensa habló de “dic- 1829; bajo una tecnología más moderna, Cogh-
de Flores y Belgrano que se incorporaron en tadura sanitaria”. lan (v.) proyectó el sistema de agua corriente en
1887. En el resto de la provincia aún se vio li- El énfasis puesto por los higienistas en la un área restringida de la ciudad, en 1869, y des-
mitado el crecimiento por el problema indíge- cuestión institucional y su estrecho contacto de 1871 se encargó a Bateman (v.) la definición
na; mientras que durante la Confederación, si con el gobierno (aunque en forma nada pacífi- de una red pluvial, cloacal y de aguas corrien-
bien se asistía a cierto desarrollo en las ciuda- ca) llevaron a una paulatina profesionalización tes en Buenos Aires. Aunque los trabajos ha-
des del Litoral, este resultaba incomparable con de la función pública: los organismos creados bían sido lentos (el programa de aguas corrientes
el de Buenos Aires debían estar en manos de especialistas. De allí sólo alcanzaba al 87% de la población en 1887,
El dinamismo porteño tuvo consecuencias los permanentes ataques del gremio médico- y las conexiones domiciliarias cloacales se ma-
profundas en los cambios operados en materia farmacéutico a instituciones de caridad como terializaron recién a partir de 1890), hacia fi-
de higiene. Diversas instituciones relacionadas las Damas de Beneficencia, que tenían a su car- nes de siglo se operó una verdadera transfor-
con ella se crearon desde los primeros años de go la administración hospitalaria, o las críti- mación del subsuelo de la ciudad: Buenos Aires
la década del cincuenta. En 1852 se creó la Mu- cas a la composición de los primeros organis- sería desde entonces un modelo sudamerica-
nicipalidad de Buenos Aires (reorganizada en mos de higiene pública, que en las décadas del no de saneamiento urbano.
1856), en lo que se conformó una Sección de cincuenta y sesenta aún se conformaban sin te- Otras medidas profundizaron las anterio-
Higiene en 1854 (luego Comisión de Higiene ner en cuenta la competencia específica de sus res previsiones. Los reglamentos de control de
Municipal) que se ocuparía del alumbrado y miembros. Desde el 1870 hasta 1890 se pro- las industrias se especificaron y ampliaron;
limpieza de las calles, la desinfección del aire y dujo una lenta profesionalización de los orga- otros espacios considerados peligrosos, como
de las aguas, la implementación de la vacuna, nismos públicos, que se asentó hacia 1900. los hospitales (v.) o los cementerios (v.), fue-
el control de los medicamentos y comestibles, ron alejados del centro urbano y reglamenta-
las condiciones de los cementerios, cárceles, Higienismo y ciudad. La presencia estatal se dos de acuerdo con las nuevas ideas; a la deli-
etc., la prevención de pestes e inundaciones. consolidó a través de leyes y reglamentos que neación de las vías públicas se agregó el control
La profesión médica fue reordenada en 1852: condujeron a importantes cambios en la in- de la altura de las edificaciones con respecto al
la creación del Cuerpo Médico de Buenos Ai- fraestructura y la forma de la ciudad. Si bien las escaso ancho de las calles; temas como la pa-
res con tres ramas dependientes, la Academia primeras medidas de saneamiento urbano de- vimentación o la creación de amplios espacios
de Medicina, el Consejo de Higiene Pública y notan la voluntad de retomar las ideas rivada- verdes también aparecen relacionados con las
la Facultad de Medicina. Se inició la centrali- vianas —especialmente en la centralidad otor- preocupaciones higiénicas. Entre los regla-
dad del gremio médico en los problemas am- gada a las tareas topográficas de delimitación y mentos y leyes tributarias del pensamiento hi-
bientales, debido no solo al papel internacional regularización del tejido, o la activación de re- gienista, podemos citar la “Ordenanza sobre
que les competía en la disciplina higienista, si- glamentos industriales y la separación de es- establecimientos industriales”, de 1860; la Ley
no también a la continuidad relativa de este pacios insalubres—, una conjunción de creci- de saladeros y establecimientos análogos, de
campo en el ámbito rioplatense. A pesar del vir- miento demográfico, hechos lamentables e ideas 1871; la ley de creación del Cementerio de la
tual cierre de la Universidad, al quitársele los novedosas llevaron a imponer la problemática Chacarita, de agosto de 1873, o la ley sobre la
fondos del Estado, algunos jóvenes se doctora- de la higiene de los espacios privados popula- altura de los edificios, de 1872.
ron bajo el gobierno rosista, como es el caso de res con la misma fuerza que la higiene del es- Pero en el espacio privado se encuentran
Guillermo Rawson, que alcanzaría gran pres- pacio público. Nos referimos a la percepción de las contribuciones reglamentarias más nove-
tigio en este período. La creación de la Revista la concentración urbana y el consecuente haci- dosas. Los Digestos Municipales de la época
Farmacéutica en 1856 y de la Revista Médico- namiento de los sectores de menores recur- dan cuenta de una serie de disposiciones que
Quirúrgica en 1859; la formación de la Asocia- sos como responsables principales de la in- tuvieron como centro los conventillos (v.). Pa-
ción Médica Bonaerense desde 1860 y el Cír- fección, tema que si bien se anunciaba desde ra lograrlo, se propone la higiene diaria de los
culo Médico en 1873; el aumento de la cantidad la década del cincuenta cobró aspectos dramá- conventillos, el retiro de la basura, la ubicación
de médicos hacia 1860 y las discusiones en el ticos durante las epidemias de cólera y fiebre especial de cocinas y letrinas, la estipulación
seno de la comunidad sanitaria indican, entre amarilla de 1868 y de 1871, respectivamente. de un máximo de habitantes por pieza, la al-
otros factores, la efervescencia comparativa del Desde entonces, las medidas genéricas debie- tura mínima de los cuartos, la ventilación na-

156 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hig hig
tural o mecánica, el blanqueo interior y exte- con Sarmiento, estrechamente inspirado en sus leyes, y solo una elite intelectual puede co-
rior de los edificios. las ideas de Parent Duchatelet: lo pútrido no nocerlos y anticiparlos. Este clima de ideas
es necesariamente malsano; las miasmas ce- permitió la ampliación de la especificidad hi-
Ideas y protagonistas. Aunque los años cin- den su lugar ante las cualidades del agua y el gienista a otros ámbitos de la cultura. El mé-
cuenta fueron activos en la introducción de suelo; el problema central no radica en las in- dico aparece como la encarnación de un nue-
nuevas miradas, los tres años que median en- dustrias (cuya producción puede mejorarse a vo saber que se aleja de los presupuestos
tre la epidemia de cólera en 1868 y la de fiebre través de métodos científicos) sino en el tras- mecanicistas de la Ilustración.
amarilla en 1871 catalizaron el debate, al indi- plante de nuevas poblaciones, que viven haci- La obsesión por las epidemias, que caracte-
car un camino que articularía muchos de los nadas en las orillas del Plata. Quedó esbozada rizaba los primeros pasos del saber higiénico,
clisés vitalistas con las nuevas contribuciones así la política que se llevaría a cabo en los años estaba lejos de desaparecer en este período, pe-
científicas y otras condiciones sociales. Las ide- siguientes: el problema principal consistía en ro la salud pública ya no se definía solo por ella,
as innovadoras que se insinuaban en los años la inmigración, en la concentración de multi- sino que comprendía la prevención en un sen-
anteriores, inspiradas por las líneas de refle- tudes “trasplantadas” (la analogía biológica ya tido amplio: físico, moral y social. Eduardo Wil-
xión en el mundo francés de los años treinta, había sido usada en la prensa periódica durante de (1844-1913), una de las figuras principales
cobraron entonces dominio público ante la gra- la epidemia de 1871), en el agua y el suelo an- del panteón higienista, definió la higiene pú-
vedad de la situación. Para combatir los efec- tes que en el aire y la separación de activida- blica como “higiene de los pobres”. Desesti-
tos de las pestes, el ámbito de los políticos re- des. Se instauró una concepción de higiene mando la vieja división entre higiene pública y
tomó las premisas sobre las cuales había que podríamos llamar “ecológica”, en la me- privada, destacó el papel del Estado en una ac-
trabajado Rivadavia: alejamiento de los espa- dida en que acentuó la unidad de los reinos na- tividad cuyos límites exceden la preservación
cios insalubres del centro urbano; definición turales, en constante circulación interactiva. de la enfermedad, para abarcar “todo lo que
de espacios peligrosos en virtud de la teoría de Este determinismo biologicista aparece ín- se refiere a su bienestar [del pueblo], y esto com-
las miasmas; las bondades del verde. La de- timamente vinculado con las ideas naturalis- prende todo lo que contribuye a su comodidad
fensa de esta posición se basaba en una con- tas primero y positivistas más tarde, que de- física y moral. En otras palabras: salud del pue-
cepción ilustrada del espacio público, que lo finen la mentalidad de los intelectuales de ese blo quiere decir: instrucción, moralidad, bue-
colocaba por encima de cualquier considera- período en el Río de la Plata. Como ha sido na alimentación, buen aire, precauciones sa-
ción sobre el derecho privado en el caso de pe- notado, el positivismo argentino se caracteri- nitarias, asistencia pública, beneficencia pública,
ligro colectivo: Avellaneda y Sarmiento lleva- zó por sus rasgos pragmáticos y su voluntad trabajo y hasta diversiones gratuitas” (Wilde,
ron adelante esta posición. Pero las medidas de acción pública, más que por sus disquisi- Higiene Pública, 1885). Las tareas de la higie-
propuestas no acompañaron el avance de la ciones teóricas. Figuras principales del higie- ne se confunden con las del “buen gobierno”,
ciencia, que ya reconocía la superficialidad del nismo argentino, como Ramos Mejía, lo fue- y desplazan definitivamente la caridad privada.
alejamiento y propiciaba, en cambio, la inter- ron también de esta corriente filosófica que Así, los protagonistas del movimiento higie-
vención en profundidad dentro de los espacios subordinó tanto los problemas sanitarios co- nista fueron convocados para diversos cargos
de posible contagio. Manuel Puiggari, quími- mo los políticos y culturales a un núcleo de políticos aparentemente alejados de la espe-
co español emigrado al Plata en los años cin- verdad fundamental: los procesos naturales, cialidad médica, como la educación.
cuenta, fue quien llevó adelante la polémica descubiertos por la ciencia positiva, imponen La hegemonía del discurso médico respecto
de otras profesiones no puede desvincular-
se, tampoco, de la consolidación institucional
del gremio. En 1870 se fundó el Hospital de
Clínicas, que a partir de 1882 fue integrado
a la Facultad de Ciencias Médicas; en 1873, la
primera cátedra de Higiene a cargo de Raw-
son. La incidencia renovadora de Ramos Me-
jía se hizo sentir desde su doctorado en 1879
y se constituyó en su entorno lo que sería lue-
go el Círculo Médico Argentino. En 1878 se
incorporó en la carrera de Ingeniero Civil la
materia Higiene.
Diversas publicaciones jalonaron la conso-
lidación de la higiene como disciplina especí-
fica: Puiggari publicó en 1863 las Lecciones de
química aplicada a la higiene y la administración;
Wilde, su Curso de Higiene Pública y Privada en
1868; las conferencias de Rawson fueron trans-
criptas y difundidas a partir de 1874, y su Estu-
dio sobre las casas de inquilinato de Buenos Ai-
res (1884) compuso el primer estudio sistemático
u LAS OBRAS PARA LA RED PLUVIAL Y CLOACAL EN BS. AS., REALIZADAS POR BATEMAN DESDE 1871. local sobre la relación entre higiene y vivienda

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 157


obrera. Ramos Mejía avanzó hacia temas de sa- curso sobre la sociedad, el gobierno, la moral, líticos que incidieron fuertemente en los mo-
nidad psicológica en La neurosis de los hombres la política, y avanza sobre estas bases hacia la dos anteriores. Así, la infraestructura pública
célebres en la historia argentina (1878). Los hi- totalidad de los comportamientos colectivos, perdió protagonismo en el debate higienista.
gienistas combinaron un escepticismo radical, penetrando en el mundo privado. 4) Las vin- Mientras los textos del período anterior reco-
que frecuentemente los llevaría a una mirada culaciones con el Estado y la política, indis- rrían metódicamente los ítem de urbanización,
desencantada sobre el mundo, con el optimis- pensables para el buen gobierno de la sociedad, aire y luz, suelo y provisión de agua, obras de
mo progresista que caracterizó las décadas de considerado por los higienistas casi como un salubridad, etc., las publicaciones más nota-
crecimiento del país. calco de sus objetivos. No consolidarían, sin bles en el giro del siglo abordaron problemas
Las problemáticas que dominaron el dis- embargo, una relación pacífica con el poder, en específicos en una nueva constelación proble-
curso higienista en este período pueden re- la medida en que muchos de sus presupuestos mática que colocó la cuestión social como pa-
sumirse así: 1) La colocación del tema de los entraron en conflicto con intereses privados o rámetro unificador, y desplazó hacia los ám-
pobres como objeto principal de la higiene pú- públicos de otra índole. Por otro lado, esta vin- bitos técnicos y burocráticos las preocupaciones
blica, en íntima vinculación con la inmigra- culación con el Estado llevó a privilegiar rápi- por la ciudad física. Desde tal perspectiva, pue-
ción. El tema se planteó en un clima de ideas damente en el discurso los aspectos estables de de hablarse en estas décadas de un pasaje de
de características del naturalismo, que definía la salud pública ante las emergencias ocasio- la higiene pública a la higiene social.
zonas débiles, propensas a la enfermedad, en nales: el tema de la preservación constituyó la Aunque la inmigración ya había sido iden-
correspondencia con el hábitat popular. Al des- principal contribución en la emergencia del mo- tificada como uno de los problemas principa-
tacarse la unidad del proceso, los pobres no po- vimiento higienista local. les respecto de la higiene, la calidad y la canti-
dían ser ya solo objeto de beneficencia ocasio- dad del crecimiento inmigratorio en la Argentina
nal, sino que constituían un peligro que debía Tercer período 1890-1940. La higiene social. de estas décadas lo convirtió en un dato obse-
ser conjurado en aras de la salud de toda la so- Hacia fines del siglo XIX puede detectarse una sivo, relacionado con la emergencia de un dis-
ciedad; la jerarquía natural desplazó los presu- inflexión en los temas vinculados con la hi- curso eugenésico, próximo a las convicciones
puestos universalistas de la ideología ilustrada. giene en diversos aspectos. Por un lado, las me- de la degeneración y la regeneración social, la
2) La ciudad, en permanente crecimiento, des- didas legales e institucionales que se habían to- cuestión de la raza y el “peligro” de las multi-
truyó la confianza en su eficacia civilizatoria. mado fundamentalmente en Buenos Aires en tudes. Así, como observa Armus, la vieja cons-
Por el contrario, la concentración y el hacina- el período anterior adquirieron carácter nacio- telación de enfermedades epidémicas (el cóle-
miento comenzaron a tematizarse aun antes nal y orgánico. Los avances en la higiene en el ra, la fiebre amarilla, la peste bubónica, la
de que esto constituyera un problema real. Aquí resto de las ciudades argentinas no habían si- viruela) fue desplazada por una nueva conjun-
do, hasta entonces, comparables con los de la ción de “males sociales” que constituían, en
ciudad principal: baste citar el caso del segun- el pensamiento eugenésico, un núcleo patoló-
do puerto de la República, Rosario, que recién gico especialmente corrosivo: el alcoholismo,
en la segunda epidemia de cólera de 1886 es- la sífilis y la tuberculosis. Estos males sociales
pecializó el aparato municipal con reparticio- reconocían en su raíz determinaciones multi-
nes específicas como la Oficina de Higiene, la causales, entre las cuales el ambiente físico y
Asistencia Pública, o la Oficina Química y de social no era la menor. Un fuerte acento mo-
Desinfección, bajo el modelo porteño. El paso ral, compartido por los voceros de la elite con
más importante en la nacionalización de las los primeros representantes de las organiza-
medidas fue la reorganización del Departamento ciones obreras y con el movimiento social ca-
Nacional de Higiene que, creado en 1880, se tólico, teñía las consideraciones higienistas has-
reglamentó recién en 1891. La fuerte voluntad ta el punto de resultar indistinguibles en el
centralizadora que caracterizó la gestión inau- discurso médico las propuestas científicas avan-
gural de Ramos Mejía implicó tanto el cerce- zadas de las directivas que obedecían más a la
u INTERIOR DEL PALACIO DE OBRAS SANITARIAS, BS. AS. namiento de las atribuciones de muchos orga- gobernabilidad de la masa heterogénea de las
nismos porteños, por ejemplo la vigilancia del ciudades, a la percepción negativa del inmi-
el sesgo moral resultó tan importante como en puerto de la Capital o algunas tareas del Con- grante o a los criterios éticos que deberían re-
el caso anterior: la ciudad “fenicia” solo podía sejo de Higiene, como un avance sobre las au- gir una nueva sociedad. El discurso eugenési-
ofrecer decadencia y degradación. La gran ciu- tonomías provinciales, lo que si bien fue causa co, compartido por las más diversas ideologías,
dad materializa y amplifica, según esta con- de disputas, se reveló eficaz en el combate con- fue cobrando lentamente un acento siniestro,
cepción, los problemas de la salud física y men- tra las epidemias de cólera y de viruela. cuya culminación en la década del treinta la
tal. 3) El Naturalismo organicista constituyó una La misma voluntad centralizadora puede constituyó la política nazi con respecto a la pu-
innovación romántica de larga duración en el rastrearse en la creación de la Administración reza racial, inflexiones que no estuvieron au-
pensamiento moderno rioplatense, que en es- de Obras Sanitarias (desde 1892 Obras Sani- sentes en nuestro país.
te período se instaló definitivamente. Su de- tarias de la Nación (v. OSN) y del Ministerio de La preocupación por las condiciones de vi-
terminación en todos los ámbitos de la vida per- Obras Públicas (1898). Se consolidó una bu- da de los trabajadores representa un ejemplo
mitió la presencia del discurso higienista como rocracia profesional con predominio ingenie- de cambio de rasgos progresistas en el discur-
una cosmovisión que desborda los problemas ril que desarrolló prácticas independientes so higienista. Trabajos como los Juan Bialet
de la enfermedad para constituirse en un dis- de los cambios de dirección ideológicos o po- Massé, encargado por el gobierno, detallaron

158 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


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hig hig
aspectos dramáticos de la vida obrera y sirvie-
ron de base para reformas importantes sobre
la legislación del trabajo. El concepto que guia-
ba a higienistas como Wilde o Rawson acerca
de la relación industria- higiene aún descansa-
ba en la creencia ilustrada de la vecindad o da-
ño causado en la localidad, por lo que la ex-
pulsión resultaba, a la larga, el único remedio.
La nueva higiene industrial, en cambio, reto-
mó ciertos temas ya avanzados localmente, co-
mo el saneamiento de los procesos producti-
vos, pero hizo hincapié no en el efecto de la
industria en el área, sino en la salud del obre-
ro en el interior del taller, lo que llevó a nuevas
consideraciones edilicias y a proponer medidas
de seguridad para evitar accidentes o prevenir
enfermedades profesionales. La vivienda po-
pular se convirtió en un tema específico que
acentuaba la higiene de la habitación y coloca-
ba la necesidad de la vivienda propia como pi-
lar de la sanidad social: un tipo de vivienda de
la que se especificarían formas constructivas,
organización funcional, mobiliario y contexto
de ubicación. El Congreso de la Habitación re-
alizado por el Museo Social Argentino en 1920 u VISTA DE UNA SALA DE INTERNACIÓN DEL HOSPITAL MILITAR DE BUENOS AIRES, EN 1889.
constituyó un ejemplo representativo de las con-
sideraciones higiénicas sobre el alojamiento po- tes habían sido puestos en práctica en el mun- tituyeron un aporte cualitativo para el control
pular en esta etapa (v. Vivienda de interés social). do de la salud, remitiendo circularmente del científico de las políticas sanitarias.
La experiencia del mundo metropolitano, organismo al espíritu, del individuo a la so- En resumen, pueden identificarse en es-
que desplazaba la concepción ilustrada de in- ciedad, de la salud al patriotismo. Sus textos te período continuidades con el ciclo anterior.
dividuo racional y soberano por la acción “in- más conocidos —La locura en la Argentina, Las La diferencia estriba en la acción sistemática
consciente” e incontrolable de las multitudes multitudes argentinas (1899), que oficia luego en todo el país, hecho que consolidó una bu-
en la literatura de la época, implicaba distintas de introducción a Rosas y su tiempo (1907)— rocracia técnica específica. Nuevos temas mar-
estrategias de control, entre las cuales la me- se centraron precisamente en la vinculación cados por el temor al desorden social, por las
dicalización de la sociedad se revelaba como entre los temas de gobernabilidad de la mul- disquisiciones eugenésicas, por la temible di-
una de las más poderosas, pues insuflaba otros titud amenazante y penetración en los aspec- versidad cultural, llevaron al higienismo a en-
campos de saber y trabajaba con detenimien- tos más recónditos de la mente individual, en focar en el mundo privado sus aspiraciones
to en áreas hasta entonces poco consideradas, claves que debían mucho a pensadores, como reformistas. Con los más diversos signos ide-
que abordaban hábitos y conductas íntimas. Le Bon y Lombroso, lo que lo establece co- ológicos, se instalan problemáticas que reco-
Los temas de la salud de la madre y el niño, mo uno de los primeros “psicólogos sociales” nocen una fuerte inflexión moral. La figura
la educación sexual, la prostitución, la familia, argentinos (cf. Terán, 1987). del médico culmina en este período su fun-
y —significativamente— la salud mental, des- La preocupación por las multitudes llevó a ción dominante en el orden social.
plazaron las genéricas preocupaciones sobre una utilización sistemática de ciertos criterios Hacia 1930 ya pueden notarse cambios en
la calidad del espacio público. Así, resultó no- científicos de medición, como la estadística, que la sensibilidad social y en las modalidades de
table el avance del higienismo sobre el terri- si bien estaban planteados en el siglo XIX ape- acción pública que se establecerían definitiva-
torio privado, en una vuelta de tuerca de ten- nas reconocían una incidencia real en las po- mente a mediados de la década del cuarenta.
dencias anteriores, ya que exponía aspectos de líticas higiénicas locales. Resultan fundamen- Por un lado, los temas de la sanidad individual
la intimidad que nunca habían sido expresa- tales las tareas de evaluación realizadas a partir y social se instalaron más allá de la oposición
dos tan directamente. del censo de 1887 en Buenos Aires, con su apén- clásica salud / enfermedad, para extenderse a
La articulación entre estos diversos regis- dice El clima y las condiciones higiénicas de la ciu- una concepción de la vida sana que sugiere es-
tros aparece claramente en la obra de Ramos dad de Buenos Aires, de Pedro Arata. Personali- tándares de confort, de moralidad y de moder-
Mejía. Su actividad dentro del Estado, vincu- dades como Emilio Coni, fundador de la Oficina nidad que, aunque todavía poco extendidos en
lado al oficialismo, ejemplifica tanto la cen- de Estadística Municipal, o Samuel Gache (au- la esfera cotidiana, serían considerados duran-
tralidad ideológica que había alcanzado el gre- tor de la Climatología médica), realizaron tare- te todo el siglo XX como parámetros indispen-
mio médico como la extensión de sus as centrales en la compilación de estadísticas, sables de la calidad de vida en las sociedades ci-
atribuciones: al frente del Consejo Nacional la reflexión sistemática sobre leyes y regla- vilizadas. La higiene del cuerpo, la integración
de Educación, extendió los principios que an- mentos, e investigaciones de campo, que cons- del baño (v.) a las tipologías edilicias, el control

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 159


de la temperatura de las habitaciones, de su ven- del ambiente físico y social de las ciudades se en trabajos enciclopédicos generales, como las
tilación y asoleamiento, el verde, el deporte, las fue diluyendo progresivamente, para incidir descripciones de monumentos, ciudades o téc-
vacaciones, etc., se convirtieron en lugares co- solo sectorialmente en las construcciones es- nicas constructivas en la Historia natural de
munes en nuestra sociedad. pecíficas ligadas a la salud. V. P / G. S. Plinio; en los tratados de arquitectura, en don-
Por otro lado, la creciente injerencia del Es- de la historia cumple la función de justificar
tado en diversas esferas sociales, entre las cua- Bibliografía: E. Cantón. Historia de la medicina en el las reglas del arte (como en el único tratado an-
les la salud pública poseía un lugar destacable, Río de la Plata. Bs. As.: 1928; O. Loudet. Mas allá de tiguo que ha llegado hasta nosotros, el de Vi-
apareció relacionada con una profunda trans- la clínica. Bs. As.: Losada, 1958; Íd. Médicos argen- truvio); y de manera episódica, en función de
formación de la profesión médica, cuyos ras- tinos. Bs. As.: Huemul, 1966; H. Vezzetti. La locura temas con los que ella apare vinculada, como
gos más ostensibles consistieron en la desa- en Buenos Aires. Bs. As.: Folios, 1983; AA.VV. Secto- la inclusión en la Política de Aristóteles, de una
parición progresiva del “médico artesano”, res populares y vida urbana. Bs. As.: CLACSO, 1984; recapitulación de la labor de Hipodamo de Mi-
consultor de cabecera de las familias, y su con- H. E. Biagini (comp.). Panorama filosófico argen- leto, y las primeras ciudades “planificadas” (v.
versión en asalariado. Los años treinta asistie- tino, El movimiento positivista argentino. Bs. As.: Historiografía urbana). En el Renacimiento, en la
ron a un desarrollo de las mutualidades, mu- EUDEBA,1985; S. Belmartino. Las instituciones de medida en que la Antigüedad se consideraba
chas de ellas vinculadas a sindicatos obreros, salud en la Argentina liberal. Bs. As.: SECYT, 1987; rectora, las genealogías planteadas por estos
germen de las futuras y poderosas obras so- O. Terán. Positivismo y Nación en la Argentina. Bs. textos fueron asiduamente recorridas. Pero, le-
ciales de la época peronista. As.: Punto Sur, 1987; H. Recalde. La higiene y el tra- jos de repetir aquellas modalidades que ya re-
El año 1946 constituye una fecha de infle- bajo (1870-1930). 2 vols. Bs. As.: CEAL, 1988; M. de sultaban oscuras, se asiste a innovaciones cen-
xión en materia de salud pública: se creó en- Azúa (comp.). La ciencia en la Argentina. Perspec- trales para la historiografía, y en particular para
tonces la Secretaría de Salud Pública de la Na- tivas históricas. Bs. As.: CEAL, 1993; M. Lobato la historiografía de la arquitectura. Ha sido
ción, que reemplazó al Departamento Nacional (comp.). Política, médicos y enfermedades. Bs. As.: puesta de relieve la importancia de las des-
de Higiene y engarzó, en consecuencia, el área Biblos, 1996; V. Paiva. “Entre miasmas y microbios: cripciones de arquitectura en el corpus retó-
de salud en el contexto más amplio de la pre- la ciudad bajo la lente del higienismo”. En: Área. rico bizantino, en el cual a través del género
visión, la seguridad y el bienestar social. Al N.° 4, Bs. As., 1996. epidíctico se abordaba la descripción detallada
frente de la Secretaría —hasta 1954— estuvo de los edificios, una de la fuentes ciertas de
el médico Ramón Carrillo, quien realizó una lo que hoy se conoce como crítica de arquitec-
de las reformas más importantes, basada en HISTORIOGRAFÍA Y CRÍTICA DE LA ARQUI- tura. Por otro lado, los humanistas dan inicio
dos leyes: la 13012, referida a las bases para un TECTURA. Con “historiografía de la arquitec- a la autonomización de la ciencia histórica de
Código Sanitario y la 13.019, de Construccio- tura” nos referimos a los textos escritos sobre los requerimientos de celebración directa del
nes y servicios sanitarios. Los objetivos aten- el pasado arquitectónico, basados en el exa- poder: la crítica filológica de Lorenzo Valla al
dían a la dotación de camas hospitalarias (con men de fuentes literarias y materiales, la se- legado de Constantino, en el que la Iglesia fun-
un ideal de una cada 100 habitantes), a la re- lección de aquellas consideradas significati- da su dominio terrenal, es frecuentemente
organización de la profesión médica, a cam- vas y la síntesis de las particularidades locales, citada como la apertura de un acercamiento
pañas para erradicar enfermedades endémi- relacionadas con la historia general, en una moderno al pasado.
cas, a la regionalización de los recursos, etc. narración que cumple con una metodología En el mundo de la arquitectura, la ciudad
Las reformas de Carrillo tuvieron efectos definida académicamente. Desde el Ilumi- y las artes en general, la figura principal es Le-
importantes en la salud de la población en ge- nismo, la trayectoria de la historiografía de las ón Battista Alberti, autor de los tres tratados
neral, y resultaron centrales para compren- manifestaciones estéticas es inseparable de sobre escultura, pintura y arquitectura que se
der los cambios tipológicos y técnicos del pro- la crítica, que idealmente se refiere al deba- constituyen en canóni-
grama hospitalario (v. Hospital). Pero el avance te público, frecuentemente reproducida en me- cos para una nueva de-
de las especialidades y la formación de nuevos dios no estrictamente académicos. Tratare- finición de la tríada que
estamentos burocráticos desplazaron defini- mos conjuntamente los temas de crítica e luego se definirá como
tivamente las competencias sobre la sanidad historia de la arquitectura, y por separado las Bellas Artes. En los tex-
pública y el ambiente que caracterizaban fuer- de la historia urbana (v.), aunque esta división tos de Alberti, la historia
temente la primera etapa del higienismo y que debe considerarse solo operativa, ya que el de la arquitectura resul-
aún se mantenían en el período 1890-1940. cruce entre tales perspectivas es sustancial ta inseparable de la for-
Los presupuestos higiénicos ya habían sido ab- en el campo historiográfico argentino. mación de la disciplina,
sorbidos por otras disciplinas, como es el caso en la medida en que el
del urbanismo, que venía consolidándose en ANTECEDENTES INTERNACIONALES. origen de las formas le-
el país desde la década de 1930 y que alcanzó La historia de la arquitectura no constituyó u LOS DIEZ LIBROS DE AR- gitima las elecciones pre-

su carta de ciudadanía definitiva en la década siempre un área independiente de estudios: la QUITECTURA, DE VITRUVIO. sentes. No se trata de un
del cincuenta (v. Urbanismo). Los cambios en las idea de que pueda poseer metodologías y con- intento puramente ar-
ciencias y tecnologías médicas, y la relación de ceptos específicos es tardía y se conecta di- queológico: además de que sus investigacio-
la profesión con el ambiente construido, apa- rectamente con las alteraciones históricas de nes y las de sus sucesores precisan, con la do-
recen fuertemente mediados por las autono- la propia noción ‘arquitectura’. En los textos cumentación escrita y con los restos materiales,
mías disciplinares, y la relación directa que po- más frecuentados de la Antigüedad podemos la forma de los edificios antiguos, abriendo un
seía el médico higienista con la transformación notar su inscripción en tres áreas diversas: campo de investigación novedoso (el que hoy

160 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hig his
denominamos “preservación patrimonial”), las mo). La recolocación de la profesión implica seven lamps of architecture (1849) y The stones of
normas y los valores antiguos también se so- tanto otra definición de sus límites como tam- Venice (1851-1853) de John Ruskin son funda-
meten a críticas y a manipulaciones para adap- bién una meditación sobre nuevas formas mentales también para el anclaje de las ideas
tarlos a la contemporaneidad. de proyectación y nuevos parámetros de be- rectoras que organizan el material histórico mo-
En relación con la nueva colocación social lleza, en la que la historia es protagonista. Apo- derno. En diversos tratados académicos fran-
de los artistas, surge desde fines del trecento yada por los avances arqueológicos y con un ceses podrá seguirse la inspiración de la His-
el género biográfico, que culmina en Le Vite conocimiento más afinado de las diferentes toria en las operaciones arquitectónicas.
de Vasari, en 1550, quien establece una mo- culturas, la historia de la arquitectura se con- Aunque en los años heroicos de la Arqui-
dalidad de hacer historia de las artes que aún vierte en una cantera de posibilidades estilís- tectura Moderna los principales historiado-
continúa: la hipótesis or- ticas que terminan por minar el resquebraja- res y publicistas no son arquitectos, ya se ha
gánica de nacimiento, cre- do corpus clasicista. Se cita frecuentemente perfilado una separación clara entre la histo-
cimiento y decadencia de en los inicios de esta historia particular y ope- ria de la arquitectura y la historiografía de las
las artes en un ciclo con- rativa el libro de Fischer von Erlach, Entwurf “artes hermanas”. De las diversas contribu-
tinuo. La crisis de los pa- einer historischen Architektur im Abbindung un- ciones entre los años 1930 y 1950 (Hitchcock,
rámetros del Humanismo teerschieden berümten Gebäuden des Altertums Pevsner, etc), el caso de los textos de Sigfrid
en el siglo XVIII no al- und fremder Wölker (1705), culminación de un Giedion es ejemplar, y de especial trascendencia
canza a desplazar dos ca- recorrido universalista y colección de graba- en los caminos de la Arquitectura Moderna.
racterísticas de la histo- dos de reconstrucción histórica a disposición Desde Bauen in Frankreich (1929) hasta Espa-
riografía de la arquitectura de los arquitectos. La vieja tradición de guías cio, tiempo y arquitectura (1940 y ediciones pos-
u LAS VIDAS, que ya estaban planteadas: de ciudades, iniciada en la baja Edad Media, teriores), Giedion se convierte en el publicista
DE GIORGIO VASARI. por un lado, su unidad alcanza un desarrollo inusitado a partir de las del Movimiento Moderno, definiendo sus mo-
con la historia del arte, y presiones de un incipiente movimiento tu- tivos, su canon, sus fronteras. En Espacio... tra-
por otro, su relación estrecha con el operar. rístico; a mediados del XVIII el cruce entre ca- za una historia completa de la arquitectura oc-
Esta relación normativa se quiebra con Winc- tálogos de anticuarios, atlantes geográficos y cidental, por lo que otorga una genealogía a las
kelmann en el siglo XVIII: mientras que la guías de viajes produce textos como los de Pi- obras del presente y constituye una nueva lec-
historia del arte era para Vasari una pragmá- ranesi, los Adam, Caylus o Wood. tura del pasado. La clave de lectura de Giedion
tica del presente, para Winckelmann, quien Pero nos interesa un aspecto particular de es doble: la técnica progresiva, nacida en la po-
ya no era artista como su predecesor, se tra- esta transformación: la historia de la arquitec- bre y silenciosa cuna de los ingenieros ingle-
taba de la historia de un ideal que podía reco- tura hecha para arquitectos y por arquitectos ses o de los inventores americanos, y la unidad
nocerse y estudiarse científicamente, con me- con intenciones operativas. Algunas de ellas se de las manifestaciones artísticas, que respon-
todologías y conceptos particulares. Durante instalan en modalidades académicas, como el den al Zeitgeist (espíritu de la época). Este es,
los siglos XIX y XX, la historia del arte se de- Diccionario histórico de arquitectura de Qua- según Giedion, cientí-
fine en función de un objeto privilegiado, la tremère de Quincy, lápida del sistema clásico fico-técnico, y sobre la
pintura, a cuya historia se someten compa- planteada en el momento de su más erudita sis- base de este parámetro
rativamente la arquitectura y la escultura. No tematización. Otras juegan un papel innovador se miden valores y dis-
hay que olvidar que en el siglo XVIII emerge en el debate arquitectónico. Es imposible aquí valores de la práctica ar-
la Estética como rama autónoma de la filoso- resumir los diversos aportes: hemos seleccio- quitectónica. La fuerza
fía, con lo que se liquida la particularidad de nado aquellos que poseyeron mayor peso en de esta construcción ra-
los modos artísticos o técnicos en función del Argentina. Así, no puede dejar de nombrarse dicaba principalmente
análisis de criterios universales —se funda, la contribución de Viollet Le Duc (1814-1879) en el hallazgo de una
en fin, el Arte con mayúsculas. en su Dictionnaire raisonné de l’architecture clave de articulación en-
Aunque la historia de la arquitectura es así française du XI au XVI siècle (1863-1868), en el tre la arquitectura y
inseparable de los avatares de la historia del que se invierte la valoración vasariana del Re- u CONFERENCIAS DE BRU- otras manifestaciones
arte y de la estética, algunas diferencias os- nacimiento italiano como época de florecimiento NO ZEVI EN LA ARGENTINA. culturales y sociales. De
tensibles van delineando un campo específi- artístico, para considerarla como índice de de- especial importancia re-
co de estudios. La arquitectura está en crisis cadencia. El cruce entre el romanticismo goti- sulta la reedición del texto en el que incluye la
durante el siglo XIX: la ingeniería, apenas de- cista, las teorías positivas de Hippolyte Taine Arquitectura Moderna brasileña, en función
limitado su corpus, sustrae de la antigua pro- —sucesor de Viollet Le Duc en la École de Be- de reevaluar el carácter nacional de las arqui-
fesión de arquitecto todo lo concerniente al aux Arts— y las búsquedas de una celebración tecturas de posguerra: en la Argentina, el im-
mundo de la técnica y de la infraestructura ur- nacional constituyen una clave que se man- plícito punto de comparación en los años de
bana y territorial; la jardinería avanza sobre el tendría en muchas tendencias historiográficas posguerra será el Brasil de Niemeyer y Costa.
territorio físico, la organización de las ciuda- del siglo XX. En la línea de V. Le Duc, que en- Las historias de la arquitectura centradas en
des, el embellecimiento urbano, prefiguran- fatiza el racionalismo arquitectónico, Auguste el Movimiento Moderno ofrecen también cla-
do el urbanismo finisecular; otras profesiones Choisy publica en 1899 su Historia de la arqui- ves teóricas y modelos para la acción. El peso
se encuentran en mejores condiciones para tectura ilustrada, que sirvió como manual de re- de la construcción histórica de las disímiles ex-
dictar normas de habitabilidad, como la inci- ferencia a las generaciones sucesivas. Vincula- periencias de las primeras décadas del siglo en
piente ciencia de la higiene urbana (v. Higienis- dos al clima de ideas en que escribe Le Duc, The un único movimiento moderno de trayectoria

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 161


heroica y democrática —en ambigua versión esta corriente, definida conjuntamente por his- el hallazgo y publicación
marcada por las elecciones clásico-monumen- toriadores, filósofos, arquitectos y teóricos de documentos, con el
tales del nazismo y el estalinismo— es tal que de la arquitectura, poseyó para la renovación redibujo de obras exis-
recién será puesta en cuestión de manera sis- historiográfica internacional y para interpre- tentes o con la recons-
temática a partir de los estudios de la Escuela tar los caminos adoptados por la arquitectu- trucción minuciosa de
de Venecia, a fines de la década de 1960. Este ra aún no ha sido convenientemente evalua- las pérdidas, y resulta
grupo, formado bajo distintas solicitaciones te- do; en nuestro país su influencia significó el invalorable para la polí-
óricas (desde el postestructuralismo francés punto de inflexión de la historia canónica. tica patrimonial. Por
hasta la crítica adorniana inscripta en el mar- otro, la vertiente cen-
xismo occidental), destruye la articulación ce- HISTORIA DE LA ARQUITECTURA EN LA ARGENTINA. u LOS DOCUMENTOS..., DE trada en la crítica de la
lebratoria de la crítica y la historia de la arqui- 1. Temas, problemas, periodización. El campo LA REVISTA SUMMA. arquitectura con fun-
tectura, íntimamente enlazadas durante el siglo de la historia de la arquitectura carece en la Ar- ciones operativas, ensa-
XX. No es extraño que tal operación se produzca gentina de un desarrollo destacado por varia- yos ricos en observaciones específicas, pero que
en Italia, cuya relación con el mainstream van- das razones. Por un lado, deben considerarse utilizan como dato inerte el “contexto históri-
guardista fue siempre problemática. En los años las orientaciones de la historia general. Hasta co”, sin ninguna distancia con el momento en
cincuenta, dos historiadores de muy distinta la década de 1950, y más allá, el registro de la que las diversas arquitecturas convocadas fue-
orientación habían impac- historia política fue el principal, destinado a ron realizadas. Aunque desde la década de 1960
tado fuertemente en la es- construir una épica nacional en la que no en- se registran innovaciones de importancia (la ar-
cena italiana, y también en traron las artes, las técnicas y menos la arqui- ticulación con la historia social y urbana, la nue-
nuestro país: Bruno Zevi tectura. Cuando cabía considerarla, solo inte- va historia crítica, etc.), estas no llegaron a afec-
(v.) y Giulio Carlo Argan. El resaron los testimonios construidos ligados a tar a fondo los tópicos recurrentes construidos
primero teoriza, desde una acontecimientos cívicos o a momentos de nues- durante décadas por las interpretaciones rec-
vertiente organicista, la uti- tro pasado suficientemente lejanos como para toras, en la medida en que, en el mismo mo-
lidad de la historia en fun- rescatar los restos materiales en su exclusivo mento en que comienza a densificarse el cam-
ción del proyecto; lleva así valor de antigüedad. La emergencia de ver- po específico de la historiografía, en la reciente
al extremo las vertientes de tientes ideológicas alternativas a la historia li- emergencia de la democracia, la profesión tien-
u LA ARQ. BARROCA la historia operativa. Argan, beral, como el Revisionismo, no alteraron es- de a alejarse no solo de la reflexión sobre su pa-
EN ITALIA, G.C. ARGAN. en cambio, combina sen- ta visión respecto de las artes y la arquitectura, sado sino también de la fuerte articulación con
sibilidad progresista con ya que no alteraron la centralidad de la políti- otros registros de la cultura, que había caracte-
erudición clásica. Las solicitaciones de la disci- ca en versión celebratoria —solamente fue in- rizado su perfil moderno entre los años cin-
plina en los años sesenta, que recusan fron- vertida. Los aún frágiles estudios de historia cuenta y setenta del siglo XX.
talmente su pertenencia a las bellas artes para del arte no podían constituir, tampoco, un apo- Sobre este fondo de problemas genéricos
reinstalarse —como en la Antigüedad— en el yo: por el contrario, la institucionalización de es posible distinguir períodos definidos en el
mundo técnico y social, lo llevan a pensar nue- la historia de la arquitectura es anterior a la de estudio del pasado arquitectónico local. Antes
vas articulaciones entre los problemas de la for- las artes visuales. de 1910, los textos sobre historia de la arqui-
ma arquitectónica y el contexto sociocultural. La tardía formación del campo disciplinar tectura son escasos. El Centenario de la Revo-
De 1960 es también la primera edición de una arquitectónico, que se establece como tal en lución de Mayo crea un clima de revisión que
de las sistematizaciones historiográficas más plena batalla por el Modernismo, puede suge- implica a la arquitectura y a la ciudad, impri-
difundidas localmente, la de Leonardo Bene- rir otro registro de problemas con que la his- miéndole un carácter antiliberal hacia el que
volo, Storia dell’architettura moderna. Sobre es- toriografía tuvo que hacer cuentas. “Moder- otros registros culturales ya habían avanzado.
te rico fondo emergen las primeras hipótesis nos” y “Académicos” debían echar mano de la La pregunta por la “arquitectura propia” cre-
de la Escuela Veneciana, que deconstruye los historia con fines polémicos y no eruditos. La ció desde entonces, conformando un tópico
relatos canónicos, promoviendo la articulación historiografía de la arquitectura argentina se que, si bien opera de maneras distintas du-
de la crítica con la historia y la filosofía estéti- movió en esta pinza entre una historia políti- rante el siglo XX, nunca fue abandonado. Dos
ca, y reformulando el terreno de la historia de ca, que no iba más allá de la cronología, y la ce- cuestiones alteran cualitativamente estos pri-
la arquitectura dentro de la historia general. Se lebración patriótica, y una historia tensada por meros acercamientos en la década de 1920.
rescatan entonces contribuciones que la his- los requerimientos de in- Por un lado, la emergencia de la “nueva his-
toria de la arquitectura apenas había registra- troducción de lenguajes toria”, que discute desde la objetividad del do-
do: las de Aby Warburg; las del marxismo oc- y problemas actuales. cumento con construcciones altamente ideo-
cidental vía Lukács, Benjamin y Adorno; las de Se instalaron así dos logizadas, como la de Groussac: este giro posee
la epistemología francesa y el análisis posfreu- modalidades persisten- una fuerza inusitada en el registro de la his-
diano. Temas poco considerados en los relatos tes. Por un lado, el énfa- toria colonial, por haber desestimado la “le-
canónicos, como el los Höfe vieneses, los ava- sis documental, que ocul- yenda negra” de la Conquista y haber creado
tares de la vanguardia soviética, la multiplici- ta ideologías reaccionarias en su lugar una versión reconciliada. En for-
dad de opciones académicas fueron revisados, bajo pretensiones de ob- ma independiente, la Arquitectura Moderna
marcando la producción de la nueva arquitec- jetividad. Esta tradición publicita su propia visión de la historia, a tra-
tura en las décadas de 1970-1980. El peso que u REVISTA DANA. ha hecho sus aportes con vés de publicaciones literarias como las re-

162 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


his his
vistas Martín Fierro y Sur, en debate con los historiográficos que ocasionan el quiebre del nino Segurola, en el primer cuarto del XIX, reu-
presupuestos académicos; pero esta versión monopolio patrimonialista. La reapertura del nió documentos históricos generales que com-
coincide, desde el punto de vista del juicio his- Instituto de Arte Americano y la gestión de sus prendían también registros de monumentos
tórico, con el diagnóstico que la historiografía dos primeros directores (R. Fernández y J. F. locales y testimonios de prácticas edilicias. En
institucional realiza sobre la ciudad y la ar- Liernur) instalan nuevos temas, aunque con di- la famosa Colección de obras y documentos rela-
quitectura —la blanca y modesta Arquitectu- ferentes perspectivas, abriendo las puertas a tivos a la historia antigua y moderna de las Pro-
ra Colonial habría sido arrollada por el baile grupos más jóvenes o políticamente margina- vincias del Río de la Plata, Pedro de Angelis in-
de máscaras finisecular, en manos de inmi- les en la época del Proceso militar. La articu- cluyó fuentes relevantes sobre las misiones
grantes en ascenso. lación entre arquitectura e historia alcanzó en jesuíticas. En el enfoque de la arquitectura co-
No es aventurado entonces proponer, aun la década del ochenta del siglo XX una fortale- mo monumento, se destacan los trabajos de Vi-
con todas sus alternativas, un período que abar- za no ajena a la renovación de los parámetros cente G. Quesada y Manuel Ricardo Trelles en
ca desde 1910 hasta 1947, cuando se crea el Ins- disciplinares, esto es, lo que aquí se conoció La revista de Buenos Aires. La historia del arte
tituto de Arte Americano e Investigaciones Es- como Posmodernismo. En los años siguien- suele citar como antecendente la obra de José
téticas junto con la Facultad de Arquitectura. La tes se verificó la ampliación cuantitativa de tra- R. Suárez, discípulo de Sarmiento, El Plutarco
fecha produce un corte definido, en la medida bajos de historia de la arquitectura y también de los jóvenes; tesoro americano de bellas artes (Pa-
en que los trabajos que antes constituían apén- la profesionalización de nuevas camadas de rís, 1872). Como correspondía al estado de es-
dices modestos de investigaciones mayores pa- investigadores en todo el país. Sin embargo, ta rama particular de la historia, las bellas artes
san a poseer una entidad propia. Hemos elegi- desde la década de 1990, la autonomía del se definían a partir de la pintura; así, la arqui-
do, ante la ambigüedad de los cambios, fechas mundo historiográfico con respecto a las prác- tectura se trata en el texto de Suárez de forma
claras de institucionalización de la disciplina. ticas arquitectónicas, orientadas hacia un pro- meramente descriptiva: solo se hallan indica-
En las décadas posteriores, las del cincuen- fesionalismo sin referencias, se acentuó de tal dos los edificios cívicos notables.
ta y sesenta del siglo pasado, se operan cambios manera que quebró la relación dialéctica en- El aporte del puñado de arquitectos que ope-
fundamentales en el enfoque tradicional de la tre disciplina e historia. raban en el Río de la Plata en las décadas del
arquitectura; se destacan los trabajos críticos de setenta y del ochenta del siglo XIX es aún más
Francisco Bullrich (v.), que orientan las investi- 2. Períodos. 2.1. Antecedentes: aportes historio- escaso. De los pocos artículos con menciones
gaciones históricas de la Arquitectura Moder- gráficos durante el siglo XIX hasta 1910. Hasta el de la historia de la arquitectura que se inclu-
na nacional y construyen el canon que aún hoy Centenario de la Revolución de Mayo, la histo- yen en función de debates sobre el presente,
se utiliza en el sentido común disciplinar. Si to- ria de la arquitectura local había sido práctica- pueden citarse el de Juan María Burgos (v.): “La
mamos como referencia el devenir institucio- mente ignorada: es que no existía ni un campo arquitectura en Buenos Aires”, publicado en
nal, la culminación de estos años de afán por profesional arquitectónico ni una área autóno- 1880 en los Anales de la Sociedad Científica, o
crear una historia moderna de la arquitectura ma de bellas artes. Sin embargo, algunos tex- el de Adolfo Buttner: “La arquitectura de Bue-
argentina puede ubicarse en 1971: cuando Jor- tos pueden considerarse como antecedentes de nos Aires”, fragmento de una tesis inédita, pu-
ge Gazaneo (v.) se hace cargo del Instituto. Pe- la conformación de una historiografía de la blicado en 1877 en la Revista de Buenos Aires.
ro son ya tiempos poco proclives a la reflexión arquitectura y de la ciudad rioplatense. Satur- En este pobre concierto, llaman la atención dos
histórica. La historia de la arquitectura deja de- artículos aislados, que plantean de manera ori-
finitivamente de pasar por Buenos Aires; la his- ginal, por el tema y por las hipótesis, el esquema
toria urbana irrumpe a través de las compila- histórico de la evolución de la casa en el Río de
ciones latinoamericanas del arquitecto-sociólogo la Plata. Nos referimos al artículo de Enrique
Jorge Enrique Hardoy (v.) y desplaza la consi- Aberg (v.): “La casa particular en Pompeya y
deración estética de los objetos arquitectónicos; la de Buenos Aires” (Anales de la Sociedad Cien-
en poco tiempo, el IAA es virtualmente cerra- tífica Argentina, 1878), que pone por primera
do. La dictadura barre toda discusión posible y vez en relación estas dos tipologías y estable-
atrasa en décadas la conformación de una his- ce una interpretación de vastos alcances tem-
toria crítica. En este período, crece la impor- porales; y el de Domingo F. Sarmiento: “Ar-
tancia del Instituto Argentino de Investigacio- quitectura Doméstica” (Revista de Ciencias, Artes
nes de Historia de la Arquitectura y el y Letras, 1879). Pero, a pesar de las detalladas
Urbanismo, orientado a la preservación y a la descripciones y novedosas interpretaciones,
puesta en relieve de la arquitectura nacional, Sarmiento estaba interesado en las formas de
especialmente a través de su revista orgánica, habitar y no en los valores particulares de la ar-
DANA. Esta versión historiográfica, preocupa- quitectura. La sucesión cronológica reproduce
da por la preservación patrimonial, es también el mismo movimiento de transformación que,
la dominante en el emprendimiento de la re- en Europa, va desde el parque inglés a las ciu-
vista Summa, Documentos para una historia de dades, desde la periferia hacia el centro urba-
la arquitectura argentina (1978). Un nuevo pe- no. Durante el gobierno de Avellaneda, el mo-
ríodo se abre en 1985, cuando la emergencia mento de “eflorescencia” de la arquitectura de
democrática implica la apertura del debate y se u HÉCTOR GRESLEBIN (CON ROPA DE TRABAJO) RELEVA LOS la casa, Sarmiento cree constatar, entusias-
asiste a la introducción de nuevos parámetros TÚNELES DE LA MANZANA DE LAS LUCES, BS. AS., EN 1920. mado, esta extensión de la gracia suburbana al

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 163


sada por la Revista de Arquitectura junto con
otras personalidades como Juan B. Ambroset-
ti (quien inaugura la indagación etnográfica
en la Argentina), Cupertino del Campo (un
pintor hoy considerado menor, pero entonces
partícipe de la elite académica), o Juan Agus-
tín García, autor del influyente libro La ciudad
Indiana (v. Historia urbana).
En 1914, el arquitecto Martín Noel (v.) había
pronunciado una serie de conferencias sobre
arquitectura virreinal en el Museo de Bellas Ar-
tes, en las que planteaba las bases de una de las
líneas maestras para traducir la historia en un
estilo local: la que afirmaba la preeminencia
hispánica como factor de unidad de las distin-
tas manifestaciones del Colonial americano.
Fiel a su programa, Noel realizará en las déca-
das siguientes algunas de las obras más cono-
cidas en el estilo llamado Neocolonial (v.), pe-
ro su labor interesa aquí por la contribución
teórico-histórica que instala el mundo de los
u DIBUJO A PLUMA DE JUAN KRONFUSS, EN SU LIBRO ARQUITECTURA COLONIAL EN LA ARGENTINA, DE 1920. problemas arquitectónicos en el área artística.
Desde 1939, Noel impulsa las hermosas edi-
centro de la ciudad; en el apogeo del ornamento continuará Vicente Nadal Mora (v.). ciones de los Documentos de arte argentino, pu-
identifica el elemento de progreso que deste- Por cierto, esta inflexión estaba lejos de blicados por la Academia de Bellas Artes, pro-
rrará, evolutivamente, las arabisantes del pa- constituir un programa original argentino o la- fusamente ilustrados con fotografías de Hans
tio y de la azotea baja. tinoamericano. La referencia idílica de los ar- Mann. Los Cuadernos reseñan la arquitectura
Otros aspectos del hábitat y la transforma- quitectos rioplatenses era la Academia de Be- regional de valor patrimonial, y así se suceden,
ción territorial ofrecen un nuevo panorama. aux Arts francesa, y no pasó por alto a entre otros, De Uquía a Jujuy (1939); Por la ru-
Carlos E. Pellegrini (v.) había reunido, a fines personajes como Christophersen (v.) el fuerte ta de los incas y en la Quebrada de Huamahuaca
de la década de 1820, documentos para una impulso nacionalista decimonónico que al- (1940); trabajos sobre las estancias jesuíticas
“historia civil y arquitectural de Buenos Aires”, canza nuevos bríos en Francia después de la de Santa Catalina (1940) y Jesús María (1940);
que publicó de manera fragmentaria en su Re- guerra franco-prusiana. El pensamiento aca- La Catedral de Córdoba (1941); La Iglesia de la
vista del Plata, después de la Organización Na- démico no era ajeno a temas como el ambiente, Compañía en Córdoba (1942); La ciudad de Sal-
cional. Debe destacarse su temprano interés el clima, el uso de materiales locales, el ca- ta (1942); La casa del Virrey (1942); Por los va-
por historiar también enclaves urbanos y obras rácter nacional; en la Argentina, muchos ar- lles de Catamarca (1942); Región de Cuyo (1943);
de ingeniería y de transformación del paisaje. quitectos de origen italiano responderán a las La Iglesia del Pilar (1945); Las ciudades de Santa
demandas planteadas por Camilo Boito, que Fe y Corrientes (1945); etc. Puede observarse la
2.2. La formación de una historiografía de la casaba de manera particular tradición nacio- centralidad de los temas coloniales, resumidos,
arquitectura y los debates sobre la “arquitec- nal, estilo nuevo y preservación. En todo caso, con pocas excepciones, en programas religio-
tura nacional” (1910-1947). Hacia principios el problema consistía en qué nombrar como sos o monumentales. No es este el único em-
del siglo XX, los arquitectos aún definen los lí- nacional, cuando resultaba difícil recostarse prendimiento en la prolífica década del cua-
mites e incumbencias de su profesión. Pero sobre la débil tradición local, con el fondo ina- renta; otras instituciones, como la Facultad de
este naciente campo profesional, estrechamente sible y cambiante de la inmigración masiva. Filosofía y Letras, en sus diversas ramas de et-
vinculado a la elite local, no puede menos que Todos estos problemas se traducían en cues- nografía, geografía e historia, contribuyeron en
ser impactado por el clima de revisión que al- tiones de estilo, que no se consideraba ya en el la ampliación de la investigación histórica de
canza su apogeo en el Centenario. Suele men- sentido retórico —como ornamento del len- monumentos y sitios.
cionarse el peso de libros como La restauración guaje— sino, en palabras de Lugones, como Detrás de muchos textos eruditos se en-
nacionalista de Ricardo Rojas (1909) para in- “la característica dominante de una creencia o globan, sin embargo, polémicas operativas.
dicar esta vuelta a “lo nacional”, en una pers- de un esfuerzo espiritual” en la arquitectura Héctor Greslebin (v.), por ejemplo, bregaba por
pectiva latinoanoamericana, en el mundo de de un pueblo, y así definido poseía valencias la difusión de los modelos prehispánicos, y él
la arquitectura. Rojas será invitado a participar sociales y psicológicas cuya importancia cívica mismo realizará excavaciones arqueológicas
del debate sobre los estilos nacionales que se excedía la discusión disciplinar. Lugones, que en sitios como la Tambería del Inca. Desde
desarrolla en la Revista de Arquitectura (v.) en ya se había ocupado del tema en 1910 (en El 1910 cobran impulso los trabajos y reflexiones
1915; años más tarde, editará su Silabario de la Imperio Jesuítico y en los debates sobre el mo- arqueológicos: la creación del Museo Etnográ-
decoración americana (1930), en el que persi- numento de la plaza del Congreso), también fico; la realización el Primer Congreso Inter-
gue una veta de estudios ornamentales que participa de la mencionada polémica impul- nacional de Americanistas en Buenos Aires,

164 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


his his
en el marco del Centenario; la iniciación en quitectura argentina. En 1927, la arquitectura relativos al período edilicio colonial de la ciudad
1909 de varias exploraciones impulsadas por hispanoamericana extiende, y pone a prueba, de Buenos Aires (1910), base de tantas investi-
la Facultad de Filosofía y Letras, con el coro- la aplicación de las categorías wölfflinianas en gaciones posteriores, en el marco de una pro-
lario de la primera restauración de un sitio su interpretación del Barroco americano; Ar- ducción notable sobre la historia de Buenos Ai-
prehispánico en territorio nacional, Tilcara. Es- quitectura y estética de la arquitectura criolla in- res (v. Historiografía urbana). Furlong publica en 1933
tos emprendimientos se traducen en un inte- troduce el análisis de arquitecturas populares. Los jesuitas y la cultura rioplatense, con un ca-
rés generalizado por las culturas indígenas. No Su trabajo más difundido consiste en una re- pítulo especial sobre arquitectos, escultores y
todos los arquitectos subyugados por las civi- copilación de conferencias brindadas en Mon- pintores de la Compañía. Estas investigaciones
lizaciones precolombinas se atienen literal- tevideo entre 1939 y 1940: Redescubrimiento de se ampliarán en los años siguientes y culmi-
mente, como Greslebin, a su repertorio orna- América en el Arte (1941). narán en Arquitectos argentinos durante la do-
mental; ellas inciden también, hacia los veinte, Interesa señalar la íntima relación que los minación hispánica (1946). El objetivo explíci-
en los primeros pasos de un incipiente Mo- escritos teórico-históricos de estos autores po- to de Furlong (el realce de la actividad jesuítica,
dernismo, como en el caso de Alberto Prebisch seen con la práctica concreta: en toda Améri- la crítica a la leyenda negra de la dominación)
(v.) y, más reflexivamente, de Ángel Guido (v.). ca hispana, la historia local se convertirá en re- empaña la confiabilidad de sus trabajos, pero
Prebisch utiliza críticamente modelos incaicos, pertorio estilístico. Pero, desde el punto de vista la extensión descriptivo-documental en una
oponiéndolos a esculturas rodinianas, que a su historiográfico, se fue avanzando a través de empresa de tan largo aliento los convierten en
juicio representaban la “decadencia” decimo- esta nueva sensibilidad en el conocimiento y una fuente obligada. La extensa obra de Fur-
nónica. Escultores ligados a la misma elite re- la difusión de muchos aspectos de la arqui- long , sintetizada y recopilada, se editó en 1969
novadora, como Pablo Curatella Manes, hacen tectura del pasado local, como lo testimonian en los tres tomos de Historia social y cultural del
hincapié en una forma hierática precolombi- los viajes de estudios efectuados a Córdoba por Río de la Plata. Furlong es el maestro y la re-
na resonante con el Cubismo. No son estos da- las promociones de 1916-1918 del taller de Pa- ferencia directa de quienes formarán parte de
tos secundarios para comprender la inflexión blo Hary (v. Lanús y Hary), de la Escuela de Ar- la primera institución dedicada con exclusivi-
alternativa de los movimientos renovadores en quitectura de Buenos Aires. Debe destacarse dad a la historia de la arquitectura, el Instituto
las artes plásticas, que, en típica jugada van- la labor de Juan Kronfuss (v.), quien en 1920 de Arte Americano.
guardista, reúnen pasado arcaico con futuro publica Arquitectura colonial en la Argentina, la
tecnológico. También hacia las cualidades es- primera obra sistemática de historia de la ar- 2.3. El IAA y las instituciones alternativas
pecíficas de la forma y la riqueza de los reper- quitectura local, que repasa este patrimonio en (1946-1971). En 1946 se crea el Instituto de
torios ornamentales americanos se orientan Córdoba, Jujuy, Salta y Buenos Aires, utilizando Arte Americano e Investigaciones Estéticas
los escritos de Guido, atento conocedor de Wölf- instrumentos teóricos y prácticos (tales como (IAA). El abarcante título, que incluye todas
flin y polémico comentarista de las líneas cor- sus dibujos a pluma) específicos a ciertas mo- las artes, obedece a la voluntad institucional
busieranas de la vanguardia local. Su Fusión dalidades de este quehacer histórico. Las con- de asumir una función rectora, por estar liga-
hispano indígena en la arquitectura colonial clusiones de Kronfuss revalorizan la pobre ar- do a la “única casa dentro del cuadro univer-
(1925), prologado por Noel, trabaja desde ca- quitectura de los estados del Plata, no en sitario en donde se estudia y practica el arte”,
tegorías morfológicas la “mestización” de la ar- función de su comparación estética con la de según el editorial del primer número de la re-
los virreinatos prósperos, sino en función de vista orgánica, Anales del IAA.
la comprensión del carácter local. En la mis- Mario Buschiazzo (v.), quien había actuado
ma línea de estos trabajos, Miguel Solá publi- como técnico en la Comisión Nacional de Mo-
ca Arquitectura colonial de Salta (1926), con di- numentos, será su director por varios años. En
bujos de Jorge Augsburg; del mismo autor se el IAA se consagra institucionalmente el cruce
edita en Barcelona, en 1935, un abarcante ma- entre el documentalismo característico de la
nual sobre historia del arte hispanoamericano “nueva historia” con la fuerte inflexión patri-
durante los siglos XVI y XVIII que, en opinión monialista que se consolida durante los años
de R. Gutiérrez, constituye una publicación treinta. Así, si desde el campo de la historia se
inicial en su tipo, por la poderosa síntesis de impugnaba a personajes como Noel por utili-
tan amplia geografía artística. zarla en función del proyecto edilicio, esta ope-
En suma, en los años que van de 1920 a ratividad será reemplazada por otra que se per-
1950, los aportes principales se enfocan hacia cibe entonces como tarea natural del historiador:
la arquitectura colonial, en íntima relación con registrar, relevar, fechar, describir y atribuir los
las perspectivas y trabajos derivados de la Aca- objetos arquitectónicos que se consideran par-
demia Nacional de la Historia y de la Comisión te del patrimonio histórico de la Nación. Se san-
Nacional de Monumentos (v. Patrimonio). La fi- ciona así, por un lado, la división entre verda-
gura de mayor proyección en este marco la dera historia y crítica funcional a la disciplina
constituye Guillermo Furlong (v.), jesuita san- arquitectónica; por otro, se establece uno de los
tafesino formado en los Estados Unidos y en matrimonios culturales de mayor permanen-
España, cuyo mentor local fue el historiador cia histórica, el del patrimonialismo conserva-
u JUAN KRONFUSS REALIZÓ RELEVAMIENTOS DEL PATRIMO- Enrique Peña. Peña había publicado, en oca- dor con la historia y, derivándose de él, la iden-
NIO ARQUITECTÓNICO EN CÓRDOBA, SALTA, JUJUY Y BS. AS. sión del Centenario, los Documentos y planos tificación de la tarea de historiador “serio” con

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 165


la de las disciplinas auxiliares (cronología, ar- va con que se enfocan los novedosos objetos cru-
chivística, etc), con una inflexión antiespecula- za requerimientos inéditos en el campo arqui-
tiva y antiintelectual que también persiste. Es- tectónico con certezas teóricas que ya estaban
ta línea de historiadores siguió los consejos que prefiguradas en los escritos de Buschiazzo.
Furlong gustaba recordar citando a Enrique Pe- Un ejemplo de las nuevas orientaciones
ña: “No lea libro alguno de historia [...] y fre- lo constituyen las investigaciones de Jorge Ga-
cuente el Archivo General de la Nación”. zaneo y Mabel Scarone dentro del IAA, para
Para llevar adelante esta batalla de ocupa- quienes la producción anónima constituye un
ción del campo, la primera polémica relevan- piso apropiado en función de preservar la esen-
te en el IAA se dirigirá contra la crítica flori- cia local y simultáneamente progresar en el
damente adjetivada del arquitecto Noel en los sentido productivo. Los principales trabajos de
textos de la Academia de Bellas Artes. En este estos autores (Tres asentamientos rurales, 1965;
marco programático, resulta fácil compren- La arquitectura de la Revolución Industrial, 1966)
der por qué no ingresaron en Buenos Aires las aparecen como avances de un enfoque que Ga-
novedades metodológicas o historiográficas in- zaneo hará explícito en 1971, cuando prologue
ternacionales, cómo, en consecuencia, se man- el último Anales de la primera serie: “nuestra
tuvieron adelgazados lugares comunes que ser- interpretación se ocupará menos de la arqui-
vían para situar fácilmente los hitos cronológicos tectura y del arte como fenómenos autónomos
o las someras interpretaciones culturales, y có- y profundizará en aquellas manifestaciones
mo resultó difícil, a pesar de los esfuerzos del que definen el entorno del hombre —se con-
mismo Buschiazzo, integrar al Instituto estu- sideren estas arte o no—, vinculadas a todas
dios sobre la Modernidad arquitectónica. Entre u UN DIBUJO DE MARTÍN NOEL EN EL NORTE ARGENTINO. las condiciones de la historia general de la cul-
su fundación y 1955, los trabajos relevantes del tura y ubicadas en el contexto de la América ac-
IAA poseen como objeto la historia colonial, conflictivo que, en lugar de destruir tradicio- tual”. Más que búsquedas históricas origina-
ampliando e institucionalizando con paráme- nes, potenciaría las propias fuerzas. Que esta les, se trata de síntesis descriptivas dirigidas
tros normativos explícitos los trabajos de la pri- orientación podía ser asimilada en otro país a incidir en el debate arquitectónico del mo-
mera mitad del siglo. Debe recordarse que en- nuevo y aluvional como la Argentina, le pare- mento. La producción gráfica (magníficas fo-
tre 1933 y 1935, el historiador del arte español cía obvio: se trataba de la Modernidad sin rup- tografías con cuidada reproducción) constitu-
Angulo Iñíguez había recopilado, y luego pu- turas que en los treinta había sido tomada co- ye el elemento central de estos libros. El fondo
blicado, el conjunto de planos latinoamerica- mo modelo para las obras públicas argentinas, teórico no explicitado coincide con las hipóte-
nos guardados en el Archivo de Indias; Angu- y que en los cincuenta, en el campo específico sis canónicas del Movimiento Moderno, que
lo Iñíguez, Marco Dorta, y Buschiazzo publican de la arquitectura y del urbanismo, podía po- comentaremos más adelante.
entre 1945 y 1956 los tres tomos de Historia del nerse en relación con las líneas del organicis- El tema de las arquitecturas pampeanas
arte hispanoamericano. Los trabajos de Bus- mo representado por Frank Lloyd Wright. Las inauguró en la historiografía una sensibilidad
chiazzo culminan en la excelente síntesis His- conferencias de Arthur Conant, que visita el específica hacia fenómenos estéticos hasta en-
toria de la arquitectura colonial en Iberoaméri- Instituto hacia fines de 1940, apoyan esta ver- tonces poco considerados. Recordemos que la
ca, de 1961. Estas obras pueden dar una idea sión. En la tardía fecha de 1966, Buschiazzo particularidad austera y al mismo tiempo “su-
del enfoque dominante en las contribuciones da su versión global de la historia en La arqui- blime” de la pampa fue un tópico recurrente,
del Instituto; junto a Buschiazzo, deben citar- tectura en la Argentina, 1810-1930. y que al menos desde 1910 se operaba, en el
se en la primera conformación de investigado- Las preocupaciones de Buschiazzo son an- registro ensayístico que caracteriza gran par-
res del IAA los nombres de Ricardo Braun Me- tecedentes de los trabajos que una nueva gene- te de la mejor literatura argentina, la inversión
néndez; Héctor Morixe; José María Peña; ración de investigadores emprendería después valorativa de las características de este paisa-
Vicente Nadal Mora y Xavier Martini. de 1955. Para entonces, las formas tradiciona- je (de la pampa como “desierto” necesitado de
La figura de Buschiazzo es, sin embargo, les de la historia de la arquitectura como his- transformación a la pampa como cifra de la
más compleja que lo que dejan suponer sus toria del arte aparecían en crisis; y si la histo- nacionalidad). En el enfoque del hábitat pam-
escritos sobre el período colonial. Ya en 1935 ria debía proporcionar certezas para los peano pueden distinguirse dos líneas: la se-
había publicado un artículo sobre Louis Su- problemas contemporáneos, el objeto privile- guida por Scarone y Gazaneo, vinculada más
llivan, donde testimoniaba su interés por un giado de la Arquitectura Colonial solo podía res- a las transformaciones técnicas que a la valo-
modelo diverso del hegemónico europeo, te- ponder metafóricamente. Por otro lado, como ración estilística, aunque el ojo crítico que
ñido de las cuestiones tecnológicas que, para nota De Paula, hacia fines de 1950 casi todos muestran para los objetos es moderno y so-
ciertas vertientes de la historiografía del Mo- los edificios de interés del período colonial ya fisticado; y la que continúa el enfoque autó-
vimiento Moderno, determinarían los cambios habían sido relevados. Así, nuevas líneas de in- nomo de la arquitectura, refrescando los te-
formales. En la temprana fecha de 1945 había vestigación abordarían cuestiones apenas estu- mas de “estilo propio”, de tan larga tradición
escrito De la cabaña al rascacielos, artículo en diadas en el país: la producción arquitectónica académica. Uno de los artículos más revela-
el que completaba su versión de los Estados del siglo XIX, la evolución de la ciudad en cla- dores de esta alianza, publicado en los Anales
Unidos como lugar de asimilación de lo di- ve de la nueva sociología, la arquitectura ver- del Instituto dentro de esta línea, es el de Ho-
verso, relatando un camino supuestamente no nácula o la producción ingenieril. La perspecti- racio Pando (v.) sobre la casa de Rosas (1964),

166 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


his his
en el que liga la “modestia” de la residencia ducciones fuertemente ideologizadas, genera- mundo de la historiografía arquitectónica, co-
con la simplicidad de la Arquitectura Moder- les, sin sutilezas: la constatación de los clisés mo lo es la introducción de la temática de la
na. Se trata de un texto paradigmático de las populistas antes comentados. El tema urbano Modernidad no académica y sus primeras pon-
formas en que la historia señala a los opera- y territorial —que avanza motivado por el mo- deraciones históricas. En la medida en que, des-
dores, en medio de la crisis de la ortodoxia mo- derno desarrollo de la ciudad en la década del pués de 1955, las premisas del Movimiento Mo-
derna, fuentes locales para la acción. sesenta—-, protagonista tanto de los dos libros derno se constituyen en hegemónicas en la
Una tercera línea de investigaciones parte sobre la arquitectura del Estado de Buenos Ai- enseñanza y en la profesión, es necesario dar
también de tópicos fijados en los treinta, que res como de las contribuciones de Gazaneo y cuenta de su desarrollo internacional y local: se
introducen nuevos temas de trabajo académi- Scarone, aparece en este texto diluido en las ha de establecer un pasado para las acciones del
co. Se trata de una revisión de la arquitectura consideraciones estilísticas de una suma de presente. La autorrepresentación de la van-
del siglo XIX. No es un emprendimiento ais- obras particulares. guardia argentina, sin embargo, es tan ajena
lado: en 1961, el crítico de arte Julio Payró in- Antes del virtual cierre del IAA en 1971, em- a la historia como para debatir la eliminación
augura la sección argentina de la Biblioteca prendimientos en otras ciudades indicarán los de la asignatura de la currícula en la Facultad
de Historia del Arte, con la que inicia en el cam- caminos futuros de la historia de la arquitec- porteña luego de la caída del peronismo. En es-
po de las artes plásticas la exploración de la te- tura argentina. En Córdoba, el Instituto Inte- te clima, desde 1956, el IAA publicó una serie
rra incognita del siglo precedente. Las hipótesis runiversitario de Especialización en Historia de monografías de arquitectos modernos ex-
de las que se parte para analizar la arquitectu- de la Arquitectura (v.), creado en 1959 por ini- tranjeros (Asplund, Eero Sarinen, Lucio Costa,
ra y la ciudad del siglo XIX coinciden con los ciativa de Francisco Bullrich (v.) e impulsado Eladio Dieste, Paul Rudolph, Philip Johnson,
tópicos tantas veces repetidos del “baile de más- por Enrico Tedeschi (v.) y Marina Waisman (v.), Bresciani - Valdes - Castillo - Huidobro; Félix
caras” finisecular, en una ciudad que ya no re- se sustanció en el seno de la Facultad de Ar- Candela); argentinos (Amancio Williams (v.),
conoce a “los padres” y que se entrega a los par- quitectura con la participación de casi todas las 1955), Eduardo Catalano (1956), el estudio SE-
venus. La periodización, aunque desarmada por escuelas del país, con la PRA (v.), 1964, Mario Roberto Álvarez (1965);
investigaciones recientes, es todavía aceptada notoria autoexclusión más tarde, ya como trabajos históricos, apare-
por el sentido común; señala una continuidad de Buenos Aires. Te- cen biografías de arquitectos que habrían pro-
de la arquitectura colonial hasta fines del perí- deschi, quien llegó a la puesto un recorrido hacia la Modernidad: Ju-
odo rosista; un período de interregno en el cual Argentina en 1948, ha- lián García Núñez (1968); Alejandro Virasoro
los “constructores italianos” habrían introdu- bía estado vinculado en (1969) y Antonio Vilar (1970).
cido un lenguaje tradicional de buena factura Italia con los grupos or- Estos libros no logran articular, sin embar-
constructiva y de reservadas aspiraciones es- ganicistas animados go, un relato de la experiencia moderna en la
téticas; la irrupción de la moda francesa, vin- por Zevi y Piccinato (v.), Argentina. El relato será ofrecido por un críti-
culada a la proliferación estilística (mientras los nucleados alrededor de co y exitoso profesional, Francisco Bullrich (co-
ingleses habrían estado ligados a la función en la revista Metron; su ver- autor, junto con Clorindo Testa (v.) y Alicia Caz-
su carácter predominantemente ingenieril), y, u ANTONIO U. VILAR, POR sión de la historia era zaniga, del Banco de Londres). Bullrich participa,
como corolario, la ostentación disolutoria de- MABEL SCARONE. en consecuencia direc- como profesor de historia, en la experiencia de
bida a la dependencia de nuestras ideas. En- tamente operativa: el renovación de la Escuela de Arquitectura de Ro-
tre los textos señeros de esta tendencia se en- método histórico de análisis de la arquitectu- sario, después de la caída del peronismo, e in-
cuentran La arquitectura del Estado de Buenos ra debía ser universalmente aplicable a una troduce temas alternativos de la historia euro-
Aires y La arquitectura en Buenos Aires, 1850-1880 obra del pasado o del presente, y debía servir pea, como el Rococó alemán, orientados al
(ambos del IAA, 1965) y La arquitectura del li- a los requerimientos actuales. La sólida for- estímulo de la pura sensibilidad, de la luz y del
beralismo (Sudamericana, 1968). Resulta inte- mación cultural de Tedeschi se proyectó en los color. Desde este observatorio, escribe lo que
resante constatar las diferencias dentro de la seminarios organizados por el Instituto, dic- puede considerarse como la primera historia
misma perspectiva temática, especialmente en tados por las personalidades más relevantes de articulada de la Arquitectura Moderna argenti-
lo que se refiere a la exacerbación ideológica an- la historia de la arquitectura y de la cultura na, donde liga a esta con el pasado colonial, se-
tiliberal del último texto y su escasa distancia en el momento (entre otros, Giulio Carlo Ar- lecciona a los protagonistas y alcanza su obje-
historiográfica, producto del cruce entre histo- gan, Nikolaus Pevsner, Vincent Scully, Fer- tivo primordial: la constatación de un presente
riografía revisionista, clericalismo aggiornado nando Chueca Goitía, Reyner Banham y Um- prometedor. Su Arquitectura argentina contem-
y avance político de las ideas de la teoría de la berto Eco). Algunos de los ciclos, como el de poránea (1963) compone el paradigma canóni-
dependencia, que teñirá las manifestaciones Argan, fueron publicados en forma de libro, y co de la arquitectura argentina moderna. Lier-
culturales en los años siguientes. En La arqui- marcaron el área más avanzada de la sensibi- nur (1986) ha definido los rasgos principales
tectura del liberalismo se excluye tanto la seduc- lidad histórico-arquitectónica de varias gene- de este paradigma que se ha formulado en el
ción como la precisión de la imagen docu- raciones. Muerto Tedeschi, Marina Waisman breve período que va entre 1955 y 1966: la de-
mental; en cambio, se amplía la información se hizo cargo de esta herencia, pasando a ser nostación del Eclecticismo decimonónico, con-
escrita, abordada sin un hilo argumental pre- —también en virtud de su lugar en la revista siderado como fenómeno homogéneo de im-
ciso —una cantera inagotable del texto la cons- Summa (v.)— una de las personalidades cen- portación francesa que rompe con la sencillez
tituye aún hoy el apéndice biográfico prepara- trales de la historiografía argentina. aristocrática del Colonial —enlazado con el ide-
do por A. de Paula, R. Gutiérrez y G. Viñuales. Hemos dejado deliberadamente en suspenso al blanco de la Modernidad— y la sabiduría po-
El tono del libro está otorgado por las intro- una de las operaciones de mayor interés en el pular de los artífices italianos; la autenticidad

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 167


de la arquitectura “funcionalista” británica en Este período, en el que hemos asistido, por res, Rosario o Córdoba
manos de ingenieros y no de arquitectos. El fe- un lado, a la institucionalización de la historia no existía lugar para
nómeno de la introducción de las vertientes de de la arquitectura, ligada a la historia del arte cualquier reflexión dis-
vanguardia en nuestro país es también inter- y a las modalidades de la nueva historia de Le- tanciada en los años in-
pretado con precisión periódica: un primer mo- vene hacia fines del cuarenta; al surgimiento mediatamente anterio-
mento del Racionalismo que, o habría sido to- de nuevos temas y problemas (el siglo XIX, la res al golpe de 1976. El
mado como mera “moda”, o no habría podido ciudad, el territorio, la Arquitectura Moderna), Instituto se había con-
desarrollarse en un país periférico (por falta de en la década del sesenta, y a la introducción de vertido en un espacio
información o por reacción política); el momento nuevos instrumentos teóricos y críticos, pue- de imposible neutrali-
de auge del verdadero Racionalismo con parti- de considerarse agotado en los inicios de la dé- u SOCIEDAD Y ARQUITEC- dad académica, mien-
cularidades locales, cuyos introductores serían cada del setenta. TURA..., POR BAYÓN. tras por fuera de sus
los miembros del grupo Austral; la ausencia de puertas transcurría una
voluntad innovadora desde el Estado (afirma- 2.4. Censura de la reflexión crítica: 1971-1983. revolución: tanto los sectores de izquierda co-
ción especialmente atribuible al estado pero- Se ha responsabilizado a Jorge Gazaneo, quien mo la ola montonera en crecimiento no podí-
nista). Como señala Liernur, para realizar esta asume la dirección del Instituto a la muerte de an sostenerlo, y los tibios cambios propuestos
secuencia fue necesario obviar aspectos clave Buschiazzo, por el virtual cierre del Instituto por Gazaneo fueron arrasados por un cruce ex-
del pasado, como el impulso estatal a las expe- de Arte Americano en 1971, y lo cierto es que plosivo entre marxismo latinoamericanista y
riencias del plan de Buenos Aires y de Tucu- Gazaneo hizo poco después de esta fecha pa- populismo neoperonista.
mán; suponer la relación entre Modernidad van- ra recolocarlo a la altura de los tiempos. Pero, Cabe a Ramón Gutiérrez (v.), quien aban-
guardista y democracia, difícilmente sustentable ¿podría haberlo hecho? Parte de su fuerza ins- dona en 1971 el Instituto para establecer su
en la Argentina; borrar nombres conflictivos — titucional ya le había sido restada en 1963, cuan- programa en el Departamento de Historia de
Lanús (v.), Repossini (v.), Pastor (v.), Sabaté (v.)— do se creó la carrera de Historia de las Artes la UNNE (Resistencia, Chaco), el mérito de
y difuminar las reales relaciones de otros con (FFYL-UBA), y la Universidad puso en manos comprender la nueva coyuntura. En 1973 fun-
un poder que, casi ininterrumpidamente des- de Julio Payró un amplio emprendimiento so- da, con Ricardo Jesse Alexander, DAN —Do-
de 1930, estuvo en manos de la corporación mi- bre historia del arte argentino, cuyos resulta- cumentos de Arquitectura Nacional— (que ya
litar. Por cierto que estas observaciones podrí- dos se publicarían en la serie especial de la Bi- en el n.° 3 se convierte en DANA, sumando
an realizarse ante cualquier historia, pero el blioteca de Historia del Arte. No solo el arte ya a sus objetivos la arquitectura americana). La
hecho de que los aportes centrales vinieran no poseía entonces sus propios historiadores, si- revista es más que un órgano institucional,
de la historia sino de la crítica militante, en el no que la arquitectura se colocaba desligada más que un registro de la producción acadé-
momento de particular del mundo artístico o como mero apéndice, en mica de entonces: deliberadamente ideológi-
efervescencia en que la típica versión jerárquica hegeliana. Por otro la- ca, se propone poner en valor la arquitectura
“Arquitectura Moderna” do, más allá de introducciones temáticas, el del país, difundir la latinoamericana y servir
se disponía a hegemo- IAA nunca alcanzó a absorber plenamente las principalmente a la preservación. La revista es
nizar la disciplina y a tendencias metodológicas novedosas. Esto se anual hasta 1979, cuando se asienta como re-
proyectarse, a través del debió en parte a su sello original de articula- ferente principal —prácticamente el único con
planeamiento, hacia la ción con la historia tradicional. En estos años continuidad editorial— de las actividades his-
configuración material resultaba no solo difícil encontrar un nuevo lu- toriográficas en la Argentina.
de la ciudad, realza el ca- gar para la historia de la arquitectura, sino tam- Debe recordarse en este punto, para com-
rácter selectivo, sintéti- bién para la historia tout court. La “historia so- prender el carácter del enfoque diseminado por
co y fácilmente adopta- cial”, que emergió con fuerza hacia fines de la Gutiérrez y sus colaboradores, que los vientos
u ALEJANDRO VIRASORO, ble por el sentido co- década del cincuenta, replanteando la pers- revolucionarios que habían arrinconado a la his-
POR MARTINI Y PEÑA. mún de estas tesis his- pectiva de abordaje de la realidad histórica des- toriografía se quiebran violentamente en 1976.
tóricas. Entre ellas, el de los actores sociales, diez años más tarde Lo que no significa, por cierto, que no continúe
aporte de Bullrich es determinante, según pue- se debatía ya en una profunda crisis sobre su una versión más lavada del latinoamericanis-
de comprobarse en algunos artículos poste- identidad. La esquemática politización de un mo y de su correlato, la teoría de la depen-
riores de otros autores, como los de Gian Lo- campo estrechamente ligado a la sociología y dencia. DANA recoge estas inflexiones en el
dovico Peani y Roberto Segre (v.) en el número a la economía llevó prácticamente a la extin- lenguaje coloquial y en la denuncia gruesa (por
monográfico de Casabella dedicado a la arqui- ción de la perspectiva histórica, mientras que ejemplo, los “premios Atila” a la “mala” ar-
tectura argentina, de marzo de 1964, editado la aspiración al conocimiento de la totalidad ya quitectura, lo que significa la arquitectura de
por Ernesto Rogers (v.), quien había actuado en era amenazada por lo que poco después se co- la elite “posmoderna”, que se desarrolla a par-
nuestro país a fines del cuarenta. Otros aportes nocería como la “crisis de los grandes relatos”. tir de 1976), pero también sustrayendo com-
de la década: F. Ortiz (v.) y C. Méndez Mosque- Si la historia misma está puesta en crisis pletamente el objeto arquitectónico de la mi-
ra (v.) en Sur. Bullrich culmina la reflexión so- en función de los reclamos del presente, mu- rada estética para revalorizarlo desde el punto
bre la arquitectura argentina con un largo artí- cho más lo está la historia de la arquitectura. de vista social o, más frecuentemente, am-
culo publicado en 1969 en la revista Summa, Las discusiones sobre el sentido de la histo- biental-geográfico, poniendo en valor, sin dis-
balance de la década que establece continuida- ria apenas interesan a los historiadores de la criminaciones, la arquitectura “del interior”
des y rupturas con el período heroico. arquitectura. En las facultades de Buenos Ai- versus la hegemonía porteña. Aunque las in-

168 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


his his
vestigaciones publicadas continúen relevan- va del estudio de la arquitectura de los parques de una reflexión propia. Debe destacarse tam-
do y fechando objetos en el sentido tradicio- nacionales (S. Berjman y R. Gutiérrez), el des- bién la voluntad de ampliar las referencias que
nal, no se proponen formar ningún criterio va- arrollo de la vivienda mínima en Argentina (M. tradicionalmente se concentraban en la arqui-
lorativo estético ni histórico-específico (los Gutman y R. Gutiérrez), a la arquitectura pin- tectura porteña y cordobesa (como los artícu-
estudios culturales, que cubren el campo des- toresquista en Mar del Plata (R. Cova / R. Gó- los sobre los poblados de la industria azucare-
pués de 1985, le son ajenos); y no existe interés mez Crespo), por citar algunos títulos. ra de C. Paolasso y O. Paterlini), y también la
por los replanteos internacionales, tanto en el Junto a Ramón Gutiérrez, la otra figura de introducción de algunos temas antes desesti-
ámbito de la arquitectura como en el de la his- importancia en aquellos años es Marina Wais- mados, ya sea por el enfoque académico, ya sea
toria. La clave del éxito de DANA la constituyó man (v.), quien se ha convertido en estos años por la cercanía en el tiempo. La mayor parte de
la inteligencia novedosa de reducir el difícil pro- en el pilar intelectual de la revista que forma las novedades se sitúan en el análisis de len-
blema de la valoración (estética, ética y técnica) la conciencia disciplinar desde su aparición en guajes de “transición” hacia la Modernidad, co-
a un solo clisé: la identidad nacional y —por su- los años sesenta, summa. El papel inicialmente mo el Art Déco o el Renacimiento colonial; en
puesta extensión “natural”— latinoamericana. innovador de la experiencia cordobesa ya está programas poco estudiados, como los artícu-
Tal reducción y clausura de la reflexión crítica agotado, pero no el peso de la Waisman en el los de A. Belluci sobre el desarrollo tipológi-
es testimonio de la oscuridad de los tiempos. concierto histórico nacional. A partir de 1976, co de la vivienda cajón y sobre el Luna Park;
Por su parte, Gutiérrez ha continuado has- ella introduce un criterio novedoso de valora- en la vivienda popular, ejemplificada en la re-
ta hoy una producción amplísima, en muchos ción de las obras, recuperando el tópico aca- edición del magnífico artículo “Las casas de la
temas insoslayable. En 1971, ya en Resistencia, démico de la concordancia de la obra con el boca y del Dock Sud en Buenos Aires” (1957),
escribe con De Paula y Viñuales Arquitectura de ambiente. Ahora, este se engarza con la emer- de Katzentein (v.) y Ortiz (v.), publicado origi-
la Confederación fluvial, iniciando una modali- nalmente en Casabella; en la introducción po-
dad que le será característica: la de cubrir todos lémica del balance de la arquitectura durante
aquellos aspectos de la arquitectura y de la ciu- el peronismo, que inician Larrañaga y Petrina
dad argentina y americana que no hubieran si- con “La planificación de la salud: el plan Ca-
do estudiados sistemáticamente hasta enton- rrillo”. Por cierto, los artículos que introducen
ces. En 1973 publica, también con de Paula, La miradas novedosas no siempre cumplen con
encrucijada de la arquitectura argentina, biogra- sus promesas de renovación ni con el rigor his-
fía detallada de dos ingenieros decimonónicos, tórico mínimo observable; tampoco utilizan
Bevans (v.) y Pellegrini, en la que pone de re- instrumentos distintos de los ya clásicos. Pero
lieve la hipótesis original, aunque poco explo- esto no les quita importancia en la apertura de
tada en el texto, de situar un inicio posible pa- temas que transformarían en la década de 1980
ra la Arquitectura Moderna en la labor de dos u UNA EDICIÓN DE CONTEXTOS, CON AUTORES VARIOS. la historia de la arquitectura en la Argentina,
ingenieros técnicos. La veta de la historia téc- considerando especialmente el ambiente po-
nica es desarrollada posteriormente en Histo- gencia en Europa y los Estados Unidos de las co favorable a la reflexión en que se vivía.
ria de los ingenieros militares (1976). vertientes ecologistas (v. Ambientalismo). ¿Por qué la historia de la arquitectura vol-
Pero el gran aporte de Gutiérrez, como el El cruce entre las tendencias formuladas vió a ocupar un lugar preeminente en estos
de Hardoy, no radica tanto en su rápida y ex- en el Noroeste y la revista Summa encuentra años? Distintas respuestas han sido ensayadas
tensa producción, sino en la trama que ayu- un punto de consolidación en 1975, con la pu- y, como suele suceder, la explicación radica en
dó a trazar por fuera de Buenos Aires, exten- blicación, en entregas mensuales, de diver- un cúmulo de causas mixtas orientadas por los
diéndose en toda Latinoamérica, y también en sos artículos historiográficos bajo el nombre intereses simbólicos de quienes emprendie-
los ámbitos académicos españoles: en breve de Summa historia, luego reunidos en 1978 en ron la recolocación. No puede desestimarse
tiempo quedaría como único historiador re- el volumen Documentos para una historia ar- que la reevaluación de la historia, iniciada du-
ferente de la “arquitectura latinoamericana”. gentina. En la advertencia preliminar, Marina rante la dictadura y continuada en la década
Expresión institucional de esta nueva ins- Waisman delinea un estado de la cuestión his- del ochenta, responde en parte a la imposibi-
tancia es el Instituto Argentino de Investiga- toriográfica: mientras el período español es lidad de pensar e incidir en el presente y en el
ciones de Historia de la Arquitectura y del Ur- apenas esbozado (“nos proponemos dedicarle futuro, que aún parecían al alcance de la ma-
banismo, creado en 1978, que ha nucleado en el futuro una nueva serie”) y el período re- no en 1974. Pero la introducción de temas re-
mayoritariamente a los historiadores del inte- ciente “se ha tratado en forma de compulsa de cientes como objeto histórico no parece apun-
rior del país y que bajo la inspiración de R. Gu- opiniones” —las figuras consultadas en este tar en esta dirección. Lo que causó la dictadura
tiérrez ha realizado una serie de congresos de rubro son, en su mayoría, profesionales ar- no fue un retroceso hacia terrenos conven-
la especialidad, así como un importante nú- quitectos, no especialistas de la historia—, se cionales, sino la superficialidad de los análisis
mero de publicaciones sobre historia de la ar- extiende la dimensión y la novedad de los tra- por la imposibilidad material de realizar una
quitectura y preservación, amalgamadas ahora bajos sobre el siglo XIX y XX. La periodización historia crítica. Esta continuó apoyándose en
en un mismo campo de interés historiográfi- adoptada es convencional (los cortes están otor- la tradición documentalista, siempre reconci-
co. Cabe consignar entre ellos la serie Patri- gados por los acontecimientos políticos señe- liada, en la Argentina, con el poder.
monio arquitectónico de los argentinos, publicada ros) y se destaca el lugar preparado para el pe- Sin embargo, hacia principios del ochen-
en conjunto con la SCA, y un grupo de mono- ríodo llamado “de integración nacional”, entre ta, la preservación —más que la historia— al-
grafías sobre historia regional y patrimonio que 1916 y 1943, situando allí el momento inicial canzó un lugar político que en aquel contexto

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 169


podría definirse como rían los derroteros de la historia en los años tradición gramsciana y antidogmática del eu-
contestatario. ¿Cómo es- ochenta, cuando, por breve tiempo, ella se con- rocomunismo, y revalorizaba el papel de la his-
ta alianza antimoderna vierta en la vedette de la arquitectura, y en la toria como acerbo de la tradición. Pero Italia
llegó a ocupar tal lugar? avanzada de la sensibilidad posmoderna en ge- no era Argentina: y en Italia la tradición era,
En parte, puede res- neral. Ambas —opuestas entre sí— son ig- al mismo tiempo, la norma y la forma. Aun
ponderse, por los acon- noradas o denostadas desde la entente oficial así, Rossi, introducido por la Escuelita, fue
tecimientos urbanos, es- de la historiografía. La primera puede no con- compartido sin reparos por las distintas ver-
pecialmente en Buenos siderarse historia tout court, pero no es por ello tientes argentinas. En este mundo cultural, la
Aires: el plan de auto- menos novedosa: se trata de la serie de artícu- contribución más importante para los derro-
pistas, engarzado con la los que Rafael Iglesia y Mario Sabugo escriben teros posteriores de la historia de la arquitec-
uLAS NOTAS DE IGLESIA Y puesta en marcha del en el diario Clarín (cf. Iglesia, R. y M. Sabugo. tura la realiza Jorge F. Liernur en el marco
SABUGO EN CLARÍN. Código de Planeamien- La ciudad y sus sitios, 1981-1985, recopilados en de esta escuela privada. Llegado en 1978 de
to de 1977, estaba des- un libro en 1986). El medio periodístico en que una larga estadía en Italia, introduce las últi-
truyendo barrios enteros, y en la sensibilidad estos artículos se reproducen contesta frontal- mas consideraciones de la escuela histórica de
progresista tal destrucción se puso en relación mente las modalidades académicas. El núcleo Venecia en la Argentina: M. Tafuri, M. Cac-
con otras desapariciones. Tal actitud de res- de la reflexión, a su vez, pone en cuestión la ciari, F. Dal Co, F. Rella, G.Teyssot. El grupo
puesta crítica masiva de la matrícula arquitec- estética rectora de la elite arquitectónica: la su- veneciano provenía en su mayoría del ala crí-
tónica en función de preservar la identidad por- perioridad de la forma armónica, tal como se tica del PCI; también, por esta apertura del
teña no hubiera sido pensable diez años atrás. había manifestado en la serie canónica argen- marxismo tradicional, estaban abiertos a las
Los tiempos habían cambiado: en la década de tina, cuya pieza clave fue, sin duda, la obra solicitaciones de los filósofos franceses pos-
1970 irrumpe lo que se ha dado en llamar, con de Amancio Williams. En estos textos apare- testructuralistas (principalmente Deleuze, De-
escasa pertinencia, Posmodernismo. cen revalorizados los enanitos en el jardín, las rrida, Foucault y Lacan); a la recuperación de
Aunque la cuestión de una “superación” luces de neón de la calle Corrientes, los mal- muchos filósofos modernos releídos bajo la
del Modernismo canónico venía gestándose vones en los patios, el Monumentalismo mo- luz de la deconstrucción (Bataille, Benjamin);
desde años atrás, se asiste entonces a una in- dernista de edificios como el del Ministerio de y, por supuesto, eran
flexión tanto crítica como estética que, en la Obras Públicas. Iglesia, y sobre todo Sabugo, conocedores de la am-
perspectiva arquitectónica, puede analizarse llevan al límite un populismo que ensalza lo plia tradición italiana
como una reacción ante los afanes de tábula feo, lo común, lo chillón y lo estridente, en la en la cual abrevaban
rasa de algunas vanguardias; una recuperación misma línea de los gray norteamericanos, con también los arquitectos
de ciertos tópicos académicos; y, sobre todo, la la guía de Venturi. Barrio e identidad ciuda- que entonces estaban
voluntad de reinstalación de la autonomía dis- dana encontraron otra definición en esta vas- en el ápice de su crea-
ciplinar y de sus propias problemáticas. En la ta producción periodística. La historia es cen- ción (Gregotti, Grassi,
Argentina dictatorial, esta problemática tuvo tral para ellos, en un sentido operativo: la Rossi, y el ticinés Bot-
un desenvolvimiento particular y fragmenta- celebración del sentido común. Pero esta in- ta). En 1982, el grupo
do. En términos generales, lo que emerge pú- troducción no deja de manifestar cierta am- u CUADERNOS DE HISTO- de Liernur pasó a cons-
blicamente —y así desproblematizado— de es- bigüedad constitutiva: si por un lado esta serie RIA, BOLETÍN DEL IAA. tituir un programa es-
ta nueva sensibilidad, en los años del Proceso de artículos ataca los parámetros clásicos de la pecífico en la Sociedad
militar se articula directamente con la pre- disciplina local, no deja de engarzarse con el Central de Arquitectos (v.), el Centro de Estu-
servación patrimonial. De esta manera, se tra- populismo que también ostenta una dictadu- dios de la Construcción del Habitar (CESCA)
zan puentes con las anteriores versiones de “la ra que, en su única manifestación de inteli- que, planteando la necesidad del estudio de
arquitectura de la dependencia”, al tiempo que gencia a largo plazo, utilizó los impulsos po- nuevos programas arquitectónicos con otros
se pone de relieve la identidad popular vincu- pulares más obvios, como el fútbol, para instrumentos de indagación, amplió su pú-
lada con algunos repertorios estilísticos. Pero adquirir apoyo masivo. blico inicial y convocó, además, a los mejores
se establece una batalla sorda entre quienes Como la vieja y arbitraria diferenciación en- intelectuales argentinos (algunos recién re-
pretenden mantener incólume el repertorio tre Florida y Boedo en literatura, se reeditan gresados del exilio, otros pertenecientes tam-
“moderno” (que por entonces ha quedado an- en el campo arquitectónico estas arbitrarias di- bién al underground de la cultura local, como
quilosado en el Metabolismo japonés o en la visiones. Florida, en realidad, está también en las figuras vinculadas a la revista Punto de Vis-
Arquitectura Sistémica), los que adhieren a el Sur: se trata de La Escuelita (v.), una institu- ta y al Club Socialista) para vincular la histo-
la historia en función de la preservación con- ción privada formada por profesores que aban- ria de la arquitectura con la historia de la cul-
servadora de la identidad y aquellos que rele- donaron la UBA después del golpe de 1976, tura, la historia social y la nueva historia
en la historia a partir de la propia disciplina, y que intentaron recentrar la reflexión en los material. La primera deconstrucción del canon
buscando caminos alternativos o abandonados temas de una disciplina autónoma: en la cua- moderno fue realizada por Liernur en un ar-
en el enjambre de tendencias que aquí se re- lidad de la forma. En términos generales, la tículo clave: El discreto encanto de nuestra ar-
cibió en bloque como Movimiento Moderno. escuela italiana, en especial A. Rossi (v.), el per- quitectura, siguiendo los modelos inaugurados
Existen dos vertientes realmente novedo- sonaje de mayor influencia en este underground por Manfredo Tafuri.
sas —aunque aún fragmentarias y débiles en arquitectónico, seguía también ciertos prin- La democracia vuelve en 1983, y por un mo-
un ámbito de censura general— que marca- cipios de la arquitectura popular italiana, en la mento pareció no solo el definitivo ocaso de la

170 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


his his
sucesión autoritaria en la Argentina, sino tam- arquitectura regional necesitaba de articulistas que celebraran la ex-
bién la posibilidad de apertura de un debate Roberto Cova y Raúl pansión inédita de la situación del arquitecto
profundo sobre la historia y la sociedad, por pri- Gómez Crespo. Del en la ciudad, durante el optimismo del ciclo
mera vez en un sentido crítico relativamente mismo modo debemos menemista. Tal vez su destino haya sido rea-
independiente de “las tareas del momento”, sin destacar el INTHUAR lizado al establecer vínculos permanentes con
disolver los problemas concretos de la discipli- (Instituto de Teoría e otras manifestaciones urbanas, del arte y la cul-
na ni detenerse en la simple descripción de da- Historia Urbano-Ar- tura locales e internacionales, con las que hoy
tos, celebraciones de figuras o lamentos de tiem- quitectónica) de la FA- no puede dejar de medirse cualquier texto de
pos perdidos. La reapertura del Instituto de Arte DU-UNL, creado a par- historia de la arquitectura. G. S.
Americano, fundamental en la recepción de las u ARQUITECTURA EN LA AR- tir de la labor pionera
nuevas corrientes en la Facultad de Buenos Ai- GENTINA DEL SIGLO XX, POR de Iván Hernández Bibliografía: La bibliografía sobre arquitectura ar-
res, tuvo como directores sucesivos a Roberto JORGE. F. LIERNUR. Larguía y las Unidades gentina excede, en artículos, el espacio disponible
Fernández — también formado en las líneas de Investigación de para mencionarla. El lector puede obtener una vas-
italianas— y al propio Liernur. Durante la ges- Historia de la Arquitectura del IDEHAB (Ins- ta información en las siguientes revistas, fichas y
tión de este último el Instituto recuperó su es- tituto de Estudios del Hábitat) de la FAU- boletines académicos: Cuadernos de Historia (IAA);
tatuto legal, se volvió a publicar la revista Ana- UNLP, que han producido importantes avan- Fichas del IAA (desde 1988); Anales del IAA; Revista
les del IAA y los Cuadernos, y se crearon líneas ces en relación con la historia urbana y summa; Cuadernos del CURDIUR; DANA; Block (Uni-
de investigación que dieron importantes frutos arquitectónica de sus áreas de influencia. Una versidad Di Tella, CEAC); A&P (Rosario); Dos Pun-
en los años sucesivos. Que estas tendencias, a mención especial merece también el Institu- tos (Bs. As.); Revista Materiales; Revista Nuestra Ar-
pesar de ser institucionalizadas en la Facultad, to de Historia de la FAU-UNT que, centrado quitectura ; Revista de Arquitectura (SCA). Menos
fueron fuertemente resistidas por las figuras en las figuras de A. Nicolini, D. Lecuona y son los emprendimientos que abarcan largos perí-
clásicas de la historia, queda claro en el fascí- O. Paterlini, ha desplegado una intensa acti- odos, focalizados en la arquitectura de los siglos
culo de Summa historiografía publicado en 1985: vidad en el campo de la investigación sobre la XIX y XX, en los que centramos la enumeración si-
ningún nuevo referente aparece en estos artí- historia de arquitectura regional, así como en guiente, complementaría de lo ya citado en el texto
culos, pero sí un oblicuo debate con quienes el campo de la docencia, instrumentando por anterior. Completando esta apreciación limitada en
“hablan demasiado”. primera vez, fuera de Buenos Aires, la ense- la temporalidad, puede consultarse la Bibliografía
Más allá de las vicisitudes que siguieron a ñanza de posgrado sistemática en la mate- del arte colonial argentino, publicada en 1947 por
la reorganización del IAA, cuyo proceso de ria. Otro tanto puede decirse de la tarea cum- el IAA, como también los artículos arquitectura co-
desarrollo ha continuado bajo la gestión de Al- plida en Mendoza por Ricardo Ponte y Silvia lonial y arquitectura prehispánica de este diccio-
berto de Paula y Jorge Ramos, y donde cabe Cirvini en relación con la historia urbana y nario. Agregamos algunos textos sobre arquitec-
destacar la creación del Centro de Arqueolo- la arquitectura regional. En el ámbito estric- tura latinoamericana, considerando la importancia
gía Urbana dirigido por D. Schavelzon, de no- tamente porteño cabe destacar, ya en los años del tópico latinoamericanista en los últimos trein-
table desarrollo durante la última década, el noventa, la creación del CEDODAL (Centro ta años para evaluar la arquitectura argentina. Son
campo de la historia de la arquitectura se re- de Documentación de Arquitectura Latinoa- escasas las ponderaciones historiográficas, que se
novó profundamente en el interior del país. mericana), institución privada de alcance in- anotan por separado.
Con el resurgir democrático se crearon nue- ternacional conducida por R. Gutiérrez y G.
vos centros de estudio, se consolidaron algu- Viñuales, y el CEAC (Centro de Estudios de América Latina: H. R. Hitchcock. Latin American Ar-
na instituciones que habían languidecido du- Arquitectura y Ciudad) de la Universidad Di chitecture since 1945. New York: Museum of Modern
rante la dictadura o simplemente habían Tella, dirigido por J. Liernur (autor, en una Art, 1955; F. Bullrich. Arquitectura latinoameri-
resistido en las sombras durante los años de edición del Fondo Nacional de las Artes, de cana 1930-1970. Bs. As.: Sudamericana, 1969; R. Segre
plomo. De esta consolidación y recuperación Arquitectura en la Argentina del siglo XX - La (ed.). América Latina en su arquitectura. México: Si-
del sector participaron muchos actores de las construcción de la modernidad). glo XXI, 1975; D. Bayon y P. Gasparini. Panorama de
décadas pasadas, pero también grupos de jó- Resulta difícil continuar este artículo más la arquitectura latinoamericana. Barcelona: Ed.
venes que iniciaban en esos años su desarro- allá de esta enumeración institucional, ya que BLUE (UNESCO), 1977; R. Gutiérrez. Arquitectura y
llo profesional. En primer término hay que implica a la “nueva generación” —quienes di- urbanismo en Iberoamérica; manuales Arte Cátedra.
destacar la labor de los investigadores de la rigimos y redactamos este diccionario. Sí pue- Madrid: 1983. J. F. Liernur. America Latina, gli ul-
FAU-UNR, quienes a partir del trabajo reali- de afirmarse, quince años después, que el éxi- timi venti anni. Milano: Electa, 1988.
zado por figuras como Iván Hernández Lar- to de estas líneas, si redundó en una mejora
guía y Ernesto Yaqüinto han cumplido una sustantiva de la densidad y profesionalismo de Rep. Argentina: C. Méndez Mosquera. “Arquitectura y
destacada tarea, fundamentalmente en el CUR- los estudios históricos, está aún lejos de cons- Urbanismo”. En: AA.VV. Argentina 1930-1960. Bs. As.:
DIUR (Centro de Investigaciones Urbanas y tituir una referencia fuerte en teoría e historia Ed. Sur, 1961; F. Bullrich. Arquitectura argentina
Regionales de Rosario) de la FAU-UNR, de- de la arquitectura. Su tendencia radicalmente contemporánea. Bs. As.: Nueva Visión, 1963; AA.VV.
dicado centralmente a los estudios urbanos. crítica resultó inadecuada para cumplir con lo Saggi sull’Argentina. En: Casabella continuitá, n.°
También el CEHAU (Centro de Estudios His- que siempre cumplió la historia de la arqui- 3, marzo de 1964; J. Gazaneo. Tres asentamientos ru-
tórico Arquitectónico-Urbanos) de la Univer- tectura local, celebrar brindis de las obras con- rales en Buenos Aires. Bs. As.: IAA, 1965; J. Gazaneo
sidad de Mar del Plata, Institución donde pre- sagradas. La década del noventa, así, no reci- y M. Scarone. Arquitectura de la revolución indus-
viamente habían trabajado en el estudio de la bió con buenos ojos esta herencia, ya que trial. Bs. As.: IAA, 1966. F. Ortiz, J. C. Montero, R.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 171


Gutiérrez, A. Levaggi y A. S. J. de Paula. La arqui- una subdisciplina profesional (con sus institu- toria de la ciudad, que la vincula directamen-
tectura del liberalismo en la Argentina. Bs. As.: Sud- ciones, sus revistas y sus congresos) entre los te con la memoria y la preservación.
americana, 1968.; F. Bullrich. “Arquitectura ar- años sesenta y setenta del siglo XX, definien- Esta tendencia narrativa fue muy fuerte has-
gentina 1960-1970”. En: summa, n.° 19, octubre de do, aún muy laxamente, un universo específi- ta la primera mitad del siglo XX, produciendo
1969; F. Ortiz y R. Gutiérrez. “La arquitectura mo- co de problemas: la historia de los fenómenos la mayoría de los textos históricos sobre ciu-
derna en la Argentina, 1930-1970”. En: Hogar y ar- urbanos, esto es, la transformación en el tiem- dades; en su perfil académico, produjo la línea
quitectura. n.º 103, Madrid, 1972; F. Ortiz. “Los ar- po de la forma y la materialidad de la ciudad, de las “biografías de ciudad”, algunos de cuyos
gentinos y la arquitectura, 1929-1977”. En: Nuestra entendiendo por ello desde los procesos de trabajos aún hoy son referencia ineludible por
Arquitectura. n.° 500, 1977; M. Waisman (coord.). urbanización hasta los discursos de la urba- sus aportes documentales; en su perfil más po-
Documentos para una historia de la arquitectura nística, desde los aspectos morfológicos has- pular produjo infinitas narraciones lugareñas,
argentina. Ed. summa. Bs. As.: 1978; R. Gutiérrez y ta las representaciones y los usos sociales de en las que la idea difundida de erudición se tra-
otros. Los ingenieros militares y sus precursores en la ciudad. El corpus historiográfico que se ana- duce en una acumulación de datos sin mayor
el desarrollo argentino. Bs. As.: Ministerio de De- lizará se organiza así en torno de los trabajos sentido. Estas tendencias siguen presentes has-
fensa, 1976-1980; S. Borghini, H. Salama, y J. Sol- que consideran la ciudad como artefacto ma- ta la actualidad en la literatura sobre ciudades,
sona. Arquitectura Moderna en Buenos Aires 1930- terial históricamente producido, pero incluye y si bien también se encuentran en el costado
1950. Bs. As.: CP67, 1987; R. Iglesia, y M. Sabugo. La también, necesariamente, trabajos con otros amateur (y por ello, democrático) de toda his-
ciudad y sus sitios. Bs. As.: Editorial Clarín, 1989. focos y otras perspectivas. Podría decirse que, toriografía, la materialidad de la ciudad exas-
en última instancia, casi una única condición pera una relación clásica de estas historias con
Historiografía: J. F. Liernur. “El discreto encanto de comprende a todas las obras que integran el sus fuentes, de modo que se confunde la pro-
nuestra arquitectura”. En: summa. N.° 223, 1986. A. corpus que seleccionamos, lo que evidencia ducción y organización de documentación con
Gorelik y G. Silvestri. “Lo nacional en la historio- el doble movimiento de restricción y ecume- el hacer histórico in toto.
grafía de la arquitectura: el peso de una tradición”. nismo metodológico: sea que el foco de un Al margen de estas tendencias narrativas
En: Historiografía argentina (1958-1988). Paraná: trabajo histórico esté puesto en la sociedad, más o menos silvestres, surgieron ya en los co-
Comité Argentino de Ciencias Históricas, 1988 y Bs. en la economía, en la cultura, en la política mienzos del siglo XX dos enfoques de historia
As., 1989; F. Aliata y A. Ballent. “Crítica e histo- o en todo ello a la vez, será aquí considera- de la ciudad que han tenido prolífica descen-
ria: dos modelos alternativos frente a la arquitec- do parte de la historia urbana cuando uno de dencia. Un enfoque vinculado con los prime-
tura contemporánea”. Paraná: Comité Argentino de sus intereses centrales sea trazar vinculacio- ros desarrollos del survey anglosajón y la ur-
Ciencias Históricas, 1988 y Bs. As., 1989; Anales del nes entre aquellos focos y las transformacio- banística clásica alemana, que toma la historia
IAA. N.° 31-33, 1996-1997 (dedicado al cincuentena- nes del artefacto ciudad en tanto tal; cuando de la ciudad como antecedente necesario para
rio del IAA); J. F. Liernur. Arquitectura argentina el estudio de la sociedad, la economía, la cul- comprender los ejes estructurantes de su re-
en el siglo XX. La construcción de la Modernidad. tura o la política ilumine aspectos de la ma- lación con la sociedad y la naturaleza (en una
Bs. As.: Fondo Nacional de las Artes, 2000. terialidad de la ciudad y, viceversa, cuando sea impronta determinista de la “ecología huma-
iluminado por ellos. na”), de modo que la
planificación disponga
HISTORIOGRAFÍA URBANA. La historia urbana Al menos desde que la modernización que del más completo co-
estudia un vasto universo de problemas vin- comenzó en Occidente a finales del siglo XVIII nocimiento para una
culado con la historia de las ciudades y la his- aceleró las transformaciones urbanas, defi- acción técnicamente
toria en las ciudades, a través de variadas apro- niendo la ciudad como el sitio emblemático de solvente pero cultural-
ximaciones. Por tal razón, conviene tener la transformación, cuando el sentido del cam- mente orientada. Es
presente que, más que una subdisciplina his- bio se identificó directamente con el espacio una línea que se filia en
tórica, con sus presupuestos teóricos e ins- urbano, siempre han existido voces para rela- los trabajos del biólogo
trumentos metodológicos específicos, la his- tar aquello que la ciudad ya no era o estaba escocés Patrick Geddes,
toria urbana debería verse como un campo de en riesgo de extinción, el pasado perdido en el pero su mejor repre-
tensiones entre enfoques y perspectivas di- camino del progreso. Este espíritu coleccio- u LA GRILLA Y EL PARQUE, sentante en el mundo
ferenciados (que pueden tener su centro en nista suele ser provincianamente romántico, DE ADRIÁN GORELIK. anglosajón fue uno de
la arquitectura, el urbanismo o la planificación, pero no exclusivamente conservador, ya que sus más famosos discí-
en la geografía, en la historia social o la eco- los “anecdotarios” y las “memorias” de ciudad, pulos, Lewis Mumford, quien en dos obras de
nómica, en la historia cultural o la política, en preocupados por relevar un pasado glorioso, vasto aliento (La cultura de las ciudades, de 1938,
la demografía, la antropología o la historia ins- no siempre lo hacen en clave decadentista, y La ciudad en la historia, de 1961) clasificó
titucional, etc). Como todo lo que ocurre con sino que muchas veces buscan en ese pasado las etapas históricas de la ciudad de acuerdo
las disciplinas de lo urbano, la definición de la las razones del destino también glorioso rea- con ejes vinculados con la tecnología y la es-
historia urbana se hace muy problemática por lizado en la empresa modernizadora. Como tructuración regionalista del ambiente huma-
la variedad de aspectos que involucra la ciu- sea, de ese espíritu surge la identificación de no. En el mundo alemán, luego de la “correc-
dad y por la diversidad de tradiciones que in- los restos materiales de la ciudad histórica con ción” historicista de la tradición urbanística
tervienen en las múltiples canteras que ofre- la encarnación de un alma del lugar y una iden- que produjo el manual de Camillo Sitte (1889),
ce al conocimiento. A pesar de ello, la historia tidad local siempre amenazados; surge, en sín- el conocimiento de la historia de la ciudad se
urbana se organizó a nivel internacional como tesis, una línea maestra de los enfoques de his- volvió un componente más de la lucha por su

172 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


his his
transformación, como muestra Das steinerne tipologías populares, la la ciudad en el marco del debate Modernidad /
Berlin (1930), de Werner Hegemann. Una vi- morfología urbana y los Posmodernidad, con la nueva visibilidad que
sión directamente operativa, en el sentido de monumentos históri- adquirió desde finales de la década de 1960 el
que se trata de una historia orientada a res- cos; una preocupación pensamiento de figuras como Georg Simmel,
ponder a las demandas de reforma urbanísti- de la cual La arquitec- Walter Benjamin o Siegfried Kracauer, que en
ca, que en Francia tiene un ejemplo temprano tura de la ciudad (1966), las primeras décadas del siglo XX habían or-
en la obra de Pierre Lavedan (Introduction a de Aldo Rossi, es ejem- ganizado su reflexión sobre la Modernidad a
une histoire de l’architecture urbaine, de 1926; plar, especialmente por- partir de interpretaciones de la vida metropoli-
Geographie des villes, de 1936). que ese libro fue una tana; autores como Franco Rella y Massimo Ca-
El segundo enfoque procede de la geogra- influencia decisiva pa- ciari o, en claves diferentes, Richard Sennett y
fía humana francesa, que comparte con la pers- u ANALES DEL INSTITUTO ra que durante las dé- Marshall Berman son buenos ejemplos de es-
pectiva anglosajona tanto la matriz regionalis- DE ARTE AMERICANO. cadas de 1970 y 1980 la tas miradas culturales sobre la ciudad y el pen-
ta como la voluntad culturalista y al mismo historia de la arquitec- samiento urbano que, especialmente a través
tiempo determinista; este enfoque produjo al- tura y la ciudad ocupara un lugar privilegiado de la rápida celebridad de Todo lo sólido se di-
gunas nociones clave para la geografía, la his- dentro de las propias prácticas proyectuales. El suelve en el aire, de Berman (1982), se generali-
toria y la economía: la noción de “nodo” (Paul mismo clima preside en los años de 1980 el zaron en los años ochenta y noventa.
Vidal de la Blache), que comprende a la ciudad auge de la visión de la ciudad como memoria Como parte de esta densa trama surgieron
como un punto de intensificación de las fun- material colectiva, uno de cuyos ejemplos más diferentes formas de revaloración de la ciudad
ciones económicas de una región; la noción de ambiciosos aparece en la obra dirigida por Pie- que produjeron desarrollos historiográficos
“alma de la ciudad” (Marcel Poëte), que su- rre Nora, Les lieux de mémoire (1986). en por lo menos cinco andariveles de relati-
pone la formación socioespacial de un ser co- Por otra, la aparición de la historicidad de va autonomía conceptual y metodológica, aun-
lectivo, producto de la cooperación humana en la urbanística como profesión, en un tipo de que es posible encontrar múltiples puntos de
su adaptación al ambiente. La obra de Poëte reflexión que comenzó a buscar en la historia tangencia y superposición entre ellos y aun-
(como Une vie de cité. Paris de sa naissance à nos de la formación disciplinar la explicación al que muchas veces encontremos autores que
jours, de 1924-1931) y los trabajos de Henri Pi- “fracaso” de la urbanística moderna; Introduc- se desplazan muy bien de uno a otro. Estos
renne sobre la ciudad medieval, con su visión ción a la urbanística de Leonardo Benevolo fueron: la revaloración de la ciudad como es-
de la “revolución urbana” que en el siglo XI dio (1963), The Making of Urban America de John pacio histórico; la revaloración de la ciudad co-
origen a la ciudad occidental moderna, de re- Reps (1965), Camilo Sitte y el nacimiento del ur- mo objeto del pensamiento social y la cultu-
sonancias mucho más amplias en la historio- banismo moderno de George y Christianne Co- ra; la revaloración de la urbanística como
grafía general, comparten rasgos de pertenencia llins (1965) y Urbanismo. Utopías y realidades práctica profesional; la revalorización del pro-
a ese enfoque, que en sus estribaciones ex- de Françoise Choay (1965) son los textos pio- ceso de urbanización como parte sustancial
tremas podría incorporar la obra histórico- neros y a la vez paradigmáticos de diferentes de los procesos sociales y económicos de la
geográfica de Lucien Febvre y otros analistas formas de abordaje de la cuestión, inauguran- modernización; y la revaloración de la auto-
y los trabajos pioneros sobre la memoria social do los dos últimos la práctica de reproducción nomía de lo urbano.
que Maurice Halbwachs realizó con París co- de fuentes que, en las décadas de 1970 y 1980, Un hito en el despliegue del primer anda-
mo objeto en los primeros años del siglo XX. permitiría la recuperación de todo el legado rivel, a comienzos de los años sesenta, fue la
“clásico” de la urbanística (especialmente a tra- conferencia organizada por el Joint Center for
La formación de la historia urbana como dis- vés del trabajo de historiadores como Giorgio Urban Studies, de MIT y Harvard, sobre “Los
ciplina. Pero, como dijimos, la historia urba- Piccinato y Donatella Calabi). historiadores y la ciudad”, con cuyos resulta-
na se define como disciplina a nivel interna- Asimismo, resulta de importancia la reva- dos Oscar Handlin y John Burchard editaron
cional entre los años sesenta y setenta, loración de las relaciones entre la sociedad y el en 1963 el libro homónimo. También en 1963
fundando sus principales centros de estudio y espacio en la Modernidad occidental, que lle- Assa Brigs publica, en la misma dirección, un
sus publicaciones específicas, desde el Urban va adelante Michel Foucault en los años 1970, libro que se volvería clásico, Victorian Cities,
History Newsletter, boletín bibliográfico que co- de enorme influencia en los estudios históri- y dos décadas más tarde Carl Schorske pre-
mienza a editarse en 1963 en Inglaterra, has- cos, geográficos y culturales, en especial en su senta uno de los libros más influyentes en la
ta el estadounidense Journal of Urban History, efecto sobre la consideración de las prácticas definición de la ciudad como un “espacio his-
que se inicia en 1974 o la italiana Storia urba- urbanas como dispositivos decisivos en la for- tórico” significativo para connotar los hechos
na, de 1977. Cabe reconocer en esos años una mación de la “mentalidad” moderna, marcan- sociales y políticos, y la producción cultural de
encrucijada de factores que se traman para sos- do a fuego una de las usinas más productivas todo un período: Viena fin-de-siècle. Política y
tener la novedosa producción historiográfica de historia de la ciudad y su arquitectura, la cultura (1981).
sobre la ciudad, condimentada por la crisis, po- “Escuela de Venecia” (ver, por ejemplo, de Ge- En el segundo andarivel, el de la ciudad co-
tenciada desde la segunda posguerra, y los re- orges Teyssot y Paolo Moracchiello, Le mac- mo objeto del pensamiento, en los años sesenta
latos modernistas que vinculaban mecánica- chine imperfette. Architettura, programa, istitu- se abrió, con el libro de Lucía y Morton Whi-
mente ciudad y progreso. zioni nel XIX secolo, de 1980, con la introducción te, Los intelectuales contra la ciudad (1962), un
Por una parte, la preocupación de nuevas programática de Manfredo Tafuri). abanico de estudios que buscaban en la litera-
corrientes de reflexión arquitectónica por la Finalmente, debe señalarse el lugar fun- tura, la sociología o la filosofía una historia de
permanencia, encarnada en la ciudad por las damental que asume la reflexión cultural sobre las representaciones urbanas. Pueden recor-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 173


darse trabajos como el que Schorske publicó en El cuarto andarivel, el de la revaloración del fine como “la más persistente y la más difí-
el libro de Handlin y Burchard, sobre la ciudad proceso de urbanización, es expresivo de la cilmente modificable condición que el hom-
en el pensamiento filosófico de Voltaire a Spen- alianza que una línea historiográfica trazó con bre ha creado en su historia”, respaldaron la
gler, o el libro de Thomas Bender Toward an la renovación de las ciencias sociales en los necesidad de una historia urbana específica,
Urban Vision (1975), y otros que comenzaron a años sesenta, especialmente con la economía capaz de “inventar los instrumentos y las téc-
incluir también las ideas urbanísticas o las con- y la sociología. El nombre de H. J. Dyos, crea- nicas que le puedan permitir una interpreta-
cepciones técnicas sobre la ciudad, previas a dor del primer centro académico específico, el ción menos empírica, menos funcional e ins-
cualquier noción de “urbanismo”, como capí- Grupo de Historia Urbana en la Universidad trumental del fenómeno ciudad: una entidad
tulo de una más amplia historia cultural de la de Leicester (editor del Urban History Newslet- cuyo espesor espacial y temporal es tal que no
ciudad, como aparece con claridad en algunos ter), es emblemático de esta vertiente, con su puede ser referido ni reducido a ninguna otra
trabajos de Paolo Sica (La imagen de la ciudad. preocupación por ver la ciudad como encar- expresión de la actividad humana” (De Seta.
De Esparta a Las Vegas, 1970), Joseph Rykwert nación de los procesos más generales de in- “L’ideologia della città nella cultura premar-
(La idea de ciudad, 1976), Anthony Sutcliffe (Me- dustrialización, desarrollo económico y tecno- xista”. En: A. Caracciolo. Dalla città preindus-
trópolis, 1984), o, más recientemente, Paul Ra- lógico, procesos demográficos, etc. (The Study triale alla città del capitalismo, 1975).
binow (French Modern, 1998) y David Frisby of Urban History, de 1968, compilado por Dyos, Este último planteo hace explícito un con-
(Cityscapes of Modernity, 2001). es la muestra de la producción inicial del gru- flicto permanente en las historias de ciudad (y,
Aparte de este uso cultural de las ideas téc- po a la vez que una ex- más en general, en toda teoría de lo urbano),
nicas sobre la ciudad, la historia de la urba- posición de su progra- en la consideración de las relaciones ciudad /
nística como tal ha tenido en su andarivel es- ma de investigación). sociedad, entre la tendencia a una total homo-
pecífico un desarrollo extraordinario desde los Los trabajos de Philip logación y la tendencia a una total autonomía.
trabajos inaugurales de los años sesenta, cons- Hauser y Leo Schnorre Roncayolo (1990) analiza este conflicto mos-
tituyéndose casi en una disciplina historio- (como su compilación trando cómo en el primer caso anida el riesgo
gráfica autónoma, con sus especialistas, sus The Study of Urbaniza- de convertir las formas materiales en mera mo-
congresos y publicaciones. Las líneas de ma- tion, de 1965, producto dalidad de las prácticas sociales, mientras que
yor densidad historiográfica son aquellas que del Comité de Urbani- en el segundo, el de exasperar las continuida-
han logrado escapar tanto de la vertiente ope- zación que formó en des de la historia material, independizándola
rativa insinuada en el libro citado de Benévo- 1958 el Social Science de todo acontecer externo a ella. Se trata de
lo, como del formato monográfico-descriptivo u CIUDADES PRECOLOMBI- Research Council), se un conflicto análogo al que dominó los debates
presente en el libro de los Collins sobre Sitte; NAS, DE JORGE E. HARDOY. encuadran en esta ver- en los estudios urbanos anglosajones en los
ambas vertientes constituyen, desde ya, fuer- tiente, dentro la orien- años setenta, entre la consideración de lo “ur-
zas poderosas que tensionan toda la historio- tación determinante de los postulados de la te- bano como proceso” (la posición del grupo de
grafía disciplinar (con relatos producidos las oría de la modernización y contando, muchas Leicester) y de lo “urbano como sitio” (en tor-
más de las veces por los mismos practicantes veces, con el auspicio de organismos multi- no de la cual se organiza la New Urban History
de la disciplina) y que en el caso de la urba- nacionales, de modo que se convirtieron en en los Estados Unidos, como puede verse en el
nística se manifiestan en cientos de historias piezas clave de la perspectiva adoptada en los libro programático de 1968, editado por Richard
justificatorias o anacrónicas, o de papers aca- años sesenta por los estudios sobre la ciudad Sennet y Stephan Thernstrom: The Nineteenth
démicos que coleccionan biografías de urba- en los países en desarrollo. Esta vertiente ha Century City: Essays in New Urban History). Pe-
nistas, hacen la historia heroica de “pioneros” continuado produciendo trabajos importantes, ro, en todo caso, más allá del momento pro-
o “descubren” urbanistas “olvidados”. El libro como los de Jan de Vries (La urbanización de gramático que presidió algunos de esos deba-
de Giorgio Piccinato, La construcción de la ur- Europa 1500-1800, 1984) y E. A. Wrigley (Gen- tes, es importante comprender que se trata de
banística. Alemania 1871-1914, de 1974, fue un tes, ciudades y riqueza, 1987). un conflicto intrínseco al pensamiento sobre la
hito en la concepción renovada de la urbanís- El quinto andarivel, finalmente, el de la au- ciudad, que no alinea limpiamente tendencias
tica como práctica profesional históricamente tonomía de lo urbano, se desarrolló en los años historiográficas o enfoques confrontados, sino
producida y a la vez significativa de otros pro- setenta, especialmente en Europa continental, que se encuentra presente en cada uno de los
cesos económicos, sociales, políticos e ideo- en una reacción innovadora frente a la consi- andariveles que enumeramos.
lógicos que intervienen en la realización de deración de la ciudad como escenario social.
la ciudad. Tanto en la vertiente europea conti- Es una perspectiva que se funda, como rese- LA HISTORIA URBANA EN AMÉRICA LATINA.
nental, marcada por el impacto teórico de Fou- ñaron Olmo y Lepetit (1995), en dos principios: En América Latina se desarrollaban desde
cault, como en la vertiente anglosajona, más que la ciudad es un objeto sociomorfológico comienzos del siglo XX enfoques que veían la
preocupada por una historia social y técnica de autónomo, cuyo significado habita en la rela- historia de la ciudad como parte de una his-
la disciplina, durante las décadas de 1970 y ción entre sus elementos intrínsecos, y que, en toria antropológica de la civilización preco-
1980 se produjo el corpus básico de esta his- virtud de ello, es creadora de innovaciones que lombina, como parte de la historia jurídico-ins-
toriografía, dentro del cual destacan los tra- hacen y modifican su propia historia. La figu- titucional de la Colonia o como parte de su
bajos de Donatella Calabi, Paolo Sica, Marco ra de la ciudad como “tiempo petrificado”, de historia arquitectónica. Recién en los años cin-
de Michelis, Jean Louis Cohen, Monique Eleb, Jean-Claude Perrot (Genèse d’une ville moderne. cuenta, en el marco de los estudios latinoa-
Marcel Roncayolo, Françoise Choay, Anthony Caen aux XVIIIe siècle, 1975), o como “perso- mericanistas de la academia norteamericana,
Sutcliffe, Peter Hall, etc. naje histórico”, de Cesare de Seta, quien la de- comenzó a abordarse la ciudad, y en particu-

174 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


his his
lar la ciudad que se moderniza en el siglo XIX, ser y Schnorre, Gino Germani, Albert Hirs- como huella y motor de la cultura moderna. Al-
desde las nuevas tendencias historiográficas, chmann, Milton Santos, Helio Jaguaribe, John gunas obras pertenecientes al marco anterior
siendo la mesa sobre “Expansión urbana en la Friedmann, José Matos Mar o Aníbal Quijano, pudieron escapar a sus limitaciones, quedan-
América Latina durante el siglo XIX”, reali- e instituciones como la ONU o la CEPAL, el do como referentes en el nuevo ciclo: como
zada en la 71 reunión de la American Histori- Consejo Latinoamericano en Ciencias Socia- algunos trabajos de Morse, defensor solitario
cal Association en diciembre de 1956, una de les, la Sociedad Interamericana de Planifica- durante las décadas precedentes de la impor-
las primeras cristalizaciones institucionales, ción (SIAP) o las fundaciones Ford o Rocke- tancia de las perspectivas histórico-culturales
con la participación de dos historiadores que feller, patrocinando los encuentros, los (como mostró en Formação histórica de São Pau-
serían protagonistas del desarrollo de la histo- proyectos de investigación y las publicaciones lo, cuya primera edición en inglés es de 1958,
riografía urbana en el Continente, Richard Mor- (son los años de formación de las Comisiones o Las ciudades latinoamericanas, de 1973), o dos
se y James Scobie (Estudios Americanos N.° de Desarrollo Urbano y Regional en casi todos libros clásicos, Buenos Aires, del centro a los ba-
67-68, Sevilla, abril-mayo de 1957). los organismos multinacionales). rrios, de Scobie (1974) y Latinoamérica, las ciu-
Los años sesenta y setenta fueron también, La cuestión central en la que las agendas dades y las ideas, de José Luis Romero (1976).
como en el resto del mundo, años de consoli- sociológicas e historiográficas se ponían en A mediados de los años ochenta emerge una
dación de tendencias específicas de historia ur- contacto era la de la transición de la sociedad nueva generación de obras históricas con pre-
bana, pero en el caso latinoamericano el enfo- preindustrial a la sociedad moderna, y por eso ocupaciones diferentes de aquella voluntad de
que cuasi excluyente de esas décadas fue el de los siglos XIX y XX entraron rápidamente en formar parte de una “teoría de la ciudad lati-
la historia de la ciudad como proceso de urba- foco como un ciclo que debía verse de modo noamericana”. Por una parte, dentro del regis-
nización. En el desarrollo de este enfoque ocu- unitario. Fue un período de enorme producti- tro de la dimensión social y cultural de la ciu-
pan un lugar predominante los “Simposios so- vidad que, como no podía ser de otro modo da- dad —especialmente de los debates sobre la
bre la Urbanización en América Latina desde da la intensidad política de la agenda urbana, Modernidad— aparecen estudios puntuales de
sus orígenes hasta nuestros días”, que co- estuvo también atravesado por crisis y mu- ciudades (A tropical belle époque, sobre Río de
menzaron a sesionar bianualmente en los Con- danzas teóricas. La más importante y conoci- Janeiro, de Jeffrey Needell en 1987; Una mo-
gresos Internacionales de Americanistas des- da fue la que llevó de la teoría del desarrollo a dernidad periférica, sobre Buenos Aires, de Be-
de 1966 (ocasión del XXXVII Congreso, la teoría de la dependencia y de los paradigmas atriz Sarlo en 1988; Orfeu extático na metrópo-
realizado en Mar del Plata), con la organiza- del estructural-funcionalismo de la sociolo- le, sobre São Paulo, de Nicolau Sevcenko en
ción y el impulso de Jorge Enrique Hardoy (v.) gía de la modernización, de origen norteame- 1992) o visiones más generales sobre la rela-
y Richard P. Schaedel, quienes, junto con Mor- ricano, a los del estructuralismo marxista de la ción entre ciudad y cultura moderna (Trem fan-
se, editaron buena parte de los resultados en sociología urbana francesa (con el protagonis- tasma. A modernidade na selva, de Francisco Fo-
una colección de libros imprescindible. Junto mo de Manuel Castells). También en este gi- ot Hardman en 1988; Desencuentros de la
a ellos, un puñado de latinoamericanistas, co- ro la historia tuvo un rol importante, ya que, modernidad en América Latina, de Julio Ramos
mo Scobie, Francisco Solano (autor en 1973 de como sostenía Quijano en 1967: “No se podría en 1992; Quatro vezes cidade, de Maria Alice Re-
uno de las primeros estudios bibliográficos es- entender nuestra historia actual [...] sin tomar zende de Carvalho en 1994). Por otra parte, den-
pecíficos de historia urbana latinoamericana), en cuenta el desarrollo de [las] relaciones de tro del registro de la ciudad como objeto del
Erwin Palm, Woodrow Borah, Ralph Gaken- dependencia desde una perspectiva de largo al- pensamiento, cabe reconocer el impacto deci-
heimer, Gabriel Guarda, Armando de Ramón, cance en el pasado” (cf. “La urbanización de la sivo que tuvo, especialmente en el boom del te-
George Kubler, Graziano Gasparini, Alejandra sociedad en Latinoamérica”). Así se desarro- ma ciudad en los estudios literarios, la obra pós-
Moreno Toscano, Nestor Goulart Reis, etc., llaron diferentes perspectivas historiográfi- tuma de Ángel Rama, La ciudad letrada (1982).
constituyeron una activa red intelectual con cas marcadas por la voluntad dependentista de La misma connotación de boom puede dár-
fluidos contactos con los estudios de la me- producir una “teoría” de la “ciudad latinoa- sele al registro de la historia de la urbanística,
trópoli contemporánea (que en muchos ca- mericana”. Es decir, como en el momento an- con algunos temas, como los viajes y las visi-
sos ellos también encaraban). De hecho, tal co- terior, también marcadas fuertemente por la tas de urbanistas célebres, que se volvieron rá-
mo quedaba implícito en el mismo título de voluntad de comprender operativamente el pre- pidamente clásicos, disparando emprendi-
los simposios, la voluntad de conocer el pasa- sente. Y hay otro núcleo en común que per- mientos colectivos y múltiples revisiones (los
do de la ciudad nacía tensionada por la actua- mite, desde el punto de vista de la historiografía trabajos sobre los viajes de Le Corbusier de
lidad de sus problemas, los que ocupaban una urbana, ver esos dos momentos teóricos, el des- Jorge Liernur, Fernando Pérez Oyarzún, Car-
parte central de la agenda política y académi- arrollista y el dependentista, como un único ci- los Martins o Margarethe Pereira Dos Santos;
ca que estaba constituyendo a las ciencias so- clo: el desinterés por las ideas urbanísticas. los trabajos sobre Joseph Bouvard, Jean Clau-
ciales en la región, en los marcos intelectuales Va a ser la crisis del paradigma dependen- de Nicolas Forestier, Karl Brunner, Werner
puestos por la sociología funcionalista y la te- tista, en los años ochenta, lo que ponga fin a Hegemann, José Luis Sert, etc., presididos por
oría de la modernización. Así, los diálogos en- ese ciclo, clausurando algunas canteras funda- investigaciones en archivos documentales), o
tre la historia, la sociología, la demografía y mentales del pensamiento latinoamericano, pe- nuevos estudios sobre las reformas urbanas
la economía estarían dirigidos a pulsar las po- ro al mismo tiempo abriendo el trabajo histo- decimonónicas, con perspectivas más sofisti-
sibilidades y los límites de la planificación ur- riográfico a un mayor ecumenismo teórico que cadas sobre la inserción de las ideas urbanas
bana y regional, con la guía de algunas figuras se hizo eco de los diferentes enfoques de la his- del período en algunos contextos urbanos y
de presencia continental en los debates sobre toriografía urbana internacional, especialmen- políticos específicos (O Rio de Janeiro de Pe-
el desarrollo, como los ya mencionados Hau- te en lo referido a la revaloración de la ciudad reira Passos, organizado por Giovanna Rosso

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 175


Del Brenna en 1985; Urbanismo europeo en Ca- tumbres, producción, comercio y aventuras Parish pudo encargar en Londres un plano de
racas, de Arturo Almandoz en 1997; La mu- personales, algunos importantes capítulos so- las provincias del Plata a John Arrowsmith,
ralla y los callejones, de Gabriel Ramón sobre bre la historia de las provincias del Plata. Es- el más completo en su momento y base de las
Lima en 1999). te género literario, cuyo ilustre paradigma se cartas posteriores; un ejemplo excelente de có-
Junto con una apropiación generalizada de encuentra en los Viajes a las regiones equinoc- mo en la historia urbana y territorial muchas
los temas de la historia de la ciudad desde pers- ciales del Nuevo Continente, de Alexander Von veces la producción historiográfica se confun-
pectivas literarias, antropológicas o históricas, Humboldt, había sido frecuentado por varios de con la propia producción de los documen-
durante la década de 1990 los estudios de his- compatriotas de Parish que recorrieron los te- tos que permiten conocer materialmente y con-
toria urbana se institucionalizan en los centros rritorios del Plata en la primera mitad del si- formar intelectualmente el objeto de estudio.
universitarios de investigación de muchos pa- glo XIX; y justamente por las particulares ca- Parish concluye mencionando dos viajes
íses latinoamericanos, especialmente a partir racterísticas del género, que cruza tan diversos más de importancia en el reconocimiento ge-
de los enfoques sobre la historia de la urba- registros, la literatura de viajeros se convirtió ográfico de la región: los de los buques Ad-
nística o sobre la construcción material de la en una de las fuentes privilegiadas para los es- venture y Beagle, entre 1826 y 1836, con la pre-
ciudad (y casi exclusivamente en las escuelas tudios históricos de las ciudades y el paisaje ar- sencia en una de las travesías de Charles
de arquitectura), con revistas especializadas y gentinos. En su segunda edición ampliada (Lon- Darwin, y el del naturalista Alcide D’Orbigny,
encuentros periódicos. Pero en pocos países dres, 1852), Parish menciona las principales relatado en el Viaje a la América Meridional. A
se encuentra un desarrollo tan explosivo como fuentes y obras en las que se había basado, y los que solo cabría sumar los trabajos de Eme-
en el Brasil, donde desde finales de los años esto es un buen indicio del canon documental ric Essex Vidal, William McCann y John Be-
ochenta se realizan bianualmente Seminarios más recurrido, así como de la indigencia de aumont en la primera mitad del siglo, y Mar-
de História da Cidade e do Urbanismo, que ya trabajos estrictamente históricos sobre el Pla- tin De Moussy en la segunda, si quisiéramos
se han vuelto multitudinarios. El caso del Bra- ta. Menciona las crónicas de los inicios de la completar el corpus fundamental en la pro-
sil es particular por el desarrollado sistema ins- Conquista (Ulrico Schmidl, Ruy Díaz de Guz- ducción historiográfica posterior. Se trata de
titucional académico organizado en todo su te- mán, Martín del Barco Centenera, Alvar Nú- fuentes primarias que, más allá de su carác-
rritorio nacional, que nos permite evaluar, junto ñez Cabeza de Vaca), algunos testimonios “más ter fragmentario, han generado los marcos de
con la extensión del conocimiento, los proble- o menos presenciales” de los hechos, a los que interpretación históricos y geográficos, las des-
mas de normalización académica de los estu- sumaba la historia de Herrera, historiador de cripciones y las visiones canónicas, el señala-
dios de historia urbana, con su inevitable di- la Corte que había trabajado en el Archivo de miento de los espacios físicos privilegiados pa-
mensión burocrática y formulaica. Indias, y para el siglo XVIII las relaciones de ra comprender el habitar en el Plata. Los
los jesuitas compendiadas por el Deán Funes modelos retóricos utilizados en esta literatu-
Historias de ciudad e historia urbana en la Ar- en la Historia del Paraguay (1816). ra de viajeros fueron estudiados por Adolfo
gentina. Si nos atuviéramos al desarrollo dis- Queda así reconocida la importancia inau- Prieto (Los viajeros ingleses y la emergencia de la
ciplinar del campo de la historia urbana en la gural de la Colección de obras y documentos re- literatura en la Argentina, 1996), quien mos-
Argentina, no es mucho lo que podríamos de- lativos a la historia antigua y moderna de las Pro- tró el impacto que tuvieron en obras como la
cir, ya que aquí, al igual que en el resto de La- vincias del Río de la Plata, editada por Pedro de Memoria de Tucumán, de Juan Bautista Al-
tinoamérica, solo se produce muy reciente- Angelis, que reúne en seis tomos, comentados berdi, el Facundo de Domingo Faustino Sar-
mente. Pero conviene remontarse al siglo XIX, y anotados de manera sistemática, las princi- miento o La cautiva de Esteban Echeverría;
no para buscar los “orígenes” o los “antece- pales fuentes de la historia local. Parish con- obras relevantes no solo para la literatura, si-
dentes” de una historiografía urbana concebi- formó además una colección propia, que mues- no también para la comprensión e interpre-
da como una marcha acumulativa de progre- tra un particular interés geográfico: entre otros tación del espacio local, en la medida en que
so científico, sino para situar aquellas documentos, los diarios de Piedra y de los her- el presupuesto de relación entre sociedad y
reflexiones históricas sobre la ciudad que fue- manos Viedma, de Villarino sobre el Río Ne- paisaje, arquitectura y carácter de los pueblos,
ron fundantes de un corpus de representa- gro, de Luis de la Cruz, quien atravesó las pam- naturaleza y determinaciones psíquicas, re-
ciones clásicas o de un canon documental, a pas desde Antuco a Buenos Aires, de Pedro sultaba una de las claves de su ideario, como
los que se acudirá una y otra vez en el desarrollo García durante su expedición a las Salinas en bien lo muestra esa figura fundamental del
posterior del trabajo historiográfico. 1810. Asimismo, gracias a la colaboración que imaginario territorial argentino, “civilización
I. Cuadros de costumbres: de la literatura de obtuvo de oficinas gubernamentales como el y barbarie”, y como más directamente lo mues-
viajes al memorialismo. Buenos Aires y las Pro- Departamento Topográfico (v.), Parish pudo re- tra la preocupación permanente de Sarmien-
vincias Unidas del Río de la Plata, del cónsul in- levar otras expediciones de importancia, como to por los temas urbanos y territoriales.
glés en la Argentina, Woodbine Parish, edita- la travesía entre Valparaíso y Buenos Aires que Dentro de esos mismos presupuestos, pe-
da en Inglaterra en 1839 y traducido al registran Bauzá y Espinosa, destacados de la ro con una preocupación específica por la pro-
castellano en 1853, es una inmejorable exposi- expedición de Malaspina en 1789 y, especial- ducción material y técnica de la ciudad y el
ción del estado del saber urbano y territorial mente, los trabajos de los comisionados colo- territorio, Carlos Pellegrini (v.) publicó en la Re-
en la primera mitad del siglo XIX. Esta “pe- niales para definir, desde 1750 a 1777, los lí- vista del Plata (1853-1854) un puñado de artí-
queña enciclopedia de conocimiento sobre el mites de los dominios entre España y Portugal, culos que constituyen los primeros trabajos
país argentino”, en palabras de Busaniche, in- de los que se destacan los informes de Félix de histórico-urbanos sobre una ciudad argentina,
cluía, además de descripciones geográficas, ge- Azara, parcialmente publicados en París en Buenos Aires (ciudad que seguiría concen-
ológicas y paleonteológicas, notas sobre cos- 1809. Con la información que se llevó de aquí, trando una parte decisiva de la producción na-

176 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


his his
cional en historia urbana). Se trata de artícu- infancia perdida (infancia personal e infancia suponía la demolición de la pirámide. Figuras
los basados en una serie de documentos que de la ciudad, que suelen coincidir como mo- como Mitre, Sarmiento, López, José María Es-
Pellegrini había comenzado a reunir a fina- mento de epifanía en el espíritu memorialis- trada, Andrés Lamas, Nicolás Avellaneda, Adol-
les de la década de 1820 para “una historia ta). Estos textos dulcificaron los tópicos urba- fo Carranza, entre otros, es decir, algunos de
civil y arquitectural de Buenos Aires”; “Reco- nos que la literatura de viajeros seleccionaba quienes estaban en esos mismos años fun-
leta”, por ejemplo, en el que sigue los avatares con su necesidad de color local (el matadero, dando las visiones historiográficas sobre el pa-
del barrio a través de sucesiones, ventas de tie- el desembarco en la difícil costa, el Riachuelo sado nacional, fueron convocados a opinar so-
rra y edificaciones desde principios del siglo en la Vuelta de Rocha, las lavanderas en el río, bre los valores de la Pirámide de Mayo y sobre
XVII, para concluir en un apoyo entusiasta a la sociabilidad patriarcal porteña, etc., etc.), cuál debía ser su destino. Más allá del debate,
los modestos ensayos de macadam contempo- convirtiendo esas marcas conflictivas de la ciu- que es un ejemplo extraordinario del estado
ráneos. Como se ve, Pellegrini es uno de los dad que buscaba modernizarse en simpáti- del pensamiento de la dirigencia política y cul-
primeros operadores urbanos preocupados por cos rasgos de identidad. Pero más interesante tural decimonónica sobre la relación entre his-
darle densidad histórica a la justificación de su aún es advertir que esos cuadros de costum- toria y progreso en la construcción de la na-
accionar técnico, mostrando una inflexión que bres funcionaron hasta la década de 1980 co- ción, es notable el gesto realizado por la revista
sería tipica de este género historiográfico. Ya mo materia prima de la imagen de Buenos Ai- de convertir ese debate en una fuente históri-
en el entresiglo, la misma voluntad produciría res que ofrecía la historiografía. ca sobre los orígenes materiales de la nación,
dos historias del puerto de Buenos Aires, pe- encarnados en la propia pirámide.
ro en el marco de una batalla técnica y políti- DOCUMENTALISMO Y ANECDOTARIO: Esa voluntad historicista va a recibir en la
ca sin cuartel por darles legitimidad a las dife- DEL CENTENARIO AL PRESENTE. primera década del siglo el impulso del respal-
rentes propuestas en juego: la de Eduardo Entre 1890 y el Centenario se produce una do oficial, en función de los preparativos para
Madero (Historia del Puerto de Buenos Aires, explosión historiográfica en los temas urba- el Centenario. Existe una secuencia de encar-
1892) y la de Luis Huergo (Historia técnica del nos. La crisis del noventa radicaliza la inco- gos oficiales que resultan en los primeros tex-
Puerto de Buenos Aires, 1904). Dos historias modidad que un sector de la élite experimen- tos sobre el patrimonio urbano y arquitectóni-
que, como lo mostró Silvestri (1993), también taba respecto de los resultados de su programa co en el país. Podría decirse que toda una línea
marcarían puntos historiográficos de partida: modernizador, y esto pondrá un foco crítico en de la historiografía nacionalista nace en esos
la de Madero, porque fue el producto de la pri- Buenos Aires, vista como una metrópoli des- encargos oficiales, con su pasión por el docu-
mera búsqueda sistemática en el Archivo de arraigada, babel de lenguas extrañas, encar- mentalismo y su ambición patriótica.
Indias en función de una problemática urba- nación y motor de la desaparición del sentido Algunos de los emprendimientos más im-
na; la de Huergo, porque constituye la prime- de pertenencia nacional y la destrucción de las portantes son: la excursión a las Misiones Je-
ra historia técnica de un dispositivo urbano. “sanas tradiciones” del país criollo. Estas ten- suíticas que realiza Leopoldo Lugones (con
Contemporáneamente, en pleno vértigo de dencias regeneracionistas se encuentran en Horacio Quiroga como
la transformación urbana pero también en el tensión con las visiones celebratorias del pro- fotógrafo), cuyo infor-
marco de las primeras crisis severas del ima- greso urbano, pero hacia comienzos de siglo me publica en El impe-
ginario modernizador porteño, aparece otra de XX, cuando aquel malestar empalme con el rio jesuítico en 1904; las
las inflexiones típicas en este género histo- inicio de los preparativos para el Centenario y, expediciones arqueoló-
riográfico, el memorialismo urbano. Las obras por tanto, con la vocación nacionalista que los gicas que la Universi-
son muy conocidas: Buenos Aires desde setenta aniversarios patrios disparan, todos parecen dad de Buenos Aires
años atrás, de José Antonio Wilde (1881), La coincidir en la necesidad de rehistorizar la ciu- realizaba en el Noroes-
gran aldea, de Lucio V. López (1884), Las bel- dad, convirtiéndola en un espacio de rituali- te del país, con los tra-
dades de mi tiempo, de Santiago Calzadilla zación y divulgación de la memoria patria. Es- bajos de J. B. Ambro-
(1891). Retratan a través de recuerdos la ciu- to significaba tanto poblar la ciudad de setti (iniciados a finales
dad criolla del siglo XIX previa a la moderni- monumentos (para generar una “pedagogía de u LA CIUDAD EN LA HISTO- de siglo) y Debenedet-
zación, y funcionaron durante mucho tiem- las estatuas” en los términos de Ricardo Ro- RIA, DE LEWIS MUMFORD. ti (que comienza en
po como “descripciones objetivas” de ella, al jas), como realizar una serie de acciones re- 1909); el viaje de Gas-
punto de que el título de la novela de López cordatorias (colocación de plaquetas conme- par García Viñas al Archivo de Indias para for-
le puso nombre a todo ese período en la his- morativas en los solares históricos, cambios en mar la Colección de copias de Documentos (1492-
toriografía general sobre Buenos Aires. Sin em- la nomenclatura para homenajear figuras y 1680), encargada por Paul Groussac para la
bargo, como lo ha mostrado Aliata (1992), los acontecimientos patrios, etc.) que requerían el Biblioteca Nacional. La mayor parte de los tex-
relatos que estas obras realizan funcionan me- respaldo y el concurso del saber histórico. tos producidos en este espíritu serán sobre
jor en una historia de las representaciones ur- Ya en 1891 la revista El Nacional reprodujo Buenos Aires, la sede de la celebración: Do-
banas de la élite de finales del siglo XIX (ate- completa una encuesta que el Concejo Deli- cumentos y planos relativos al período colonial en
nazada por una modernización que no podía berante de Buenos Aires había realizado en la ciudad de Buenos Aires, 5 tomos de Enrique
rechazar pero que ya no parecía cumplir sus 1883 entre figuras destacadas de la vida nacio- Peña (1910); Buenos Aires colonial. Edificios y
ambiciones civilizatorias) que en una histo- nal sobre la Pirámide de Mayo. El Concejo bus- costumbres, de José Antonio Pillado (1910); Ori-
ria que quiera conocer cómo era la Buenos Ai- caba respaldo para oponerse a la propuesta de gen del nombre de las calles de Buenos Aires, de
res que ellas describen, ya que los ojos con los reforma de la Plaza de Mayo del intendente Adolfo Carranza (1910), entre los más carac-
cuales lo hacen son los ojos nostalgiosos de la Torcuato de Alvear, que entre otras medidas terísticos. Deben agregarse los trabajos de ge-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 177


ografía histórica de Aníbal Cardozo (quien LA CIUDAD COMO ENCARNACIÓN que le permite introducir análisis sobre la for-
discute con Groussac sobre el origen de la DE LA SOCIEDAD Y LA POLÍTICA. ma legal y la estructura económica de la ciu-
ciudad de Buenos Aires) o los artículos que A comienzos del siglo XX se escribieron dad y sus territorios.
se escribieron para el Censo de 1910, entre los dos obras que desarrollan aspectos diferentes Para García la ciudad de Buenos Aires es el
que se encuentran reseñas históricas de Al- de la historia de la ciudad, modélicas de con- espacio histórico que condensa la vida social ar-
berto Martínez, Carlos María Morales o Ma- cepciones más complejas para una historia ur- gentina. Para Juan Álvarez, en cambio, es la pie-
riano Pelliza. El Censo fue todo él concebido bana: La ciudad indiana de Juan Agustín Gar- za fundamental del engranaje institucional y
como un monumento combinado de progre- cía (1900) y Buenos Aires de Juan Álvarez (1918). político que impide el equilibrio interno de la
so e historia; el tomo 3 está íntegramente de- La ciudad indiana fue escrita por Juan Agus- República. Álvarez (que varios años después se
dicado a trabajos históricos, con escritos de tín García dentro del espíritu que animaba una dedicaría a la historia de otra ciudad, Rosario),
Alberto Martínez, Enrique Prins, Vicente Que- obra como La ciudad antigua de Fustel de Cou- escribe Buenos Aires cuatro años después de
sada y otros, sobre la historia demográfica, langes (1864), a quien García cita, junto con Las guerras civiles argentinas, ampliación e ilus-
arquitectónica, de la Buenos Aires colonial, Taine, como fuente inspiradora. “Ciudad” es, tración de sus hipótesis. En Las guerras civiles...
de su escudo de armas, su alumbrado o sus en estas obras, un modo clásico de encarnar Álvarez había producido una de las pocas al-
obras sanitarias. materialmente la sociedad, sus hábitos e ins- ternativas articuladas que desnaturaliza el re-
Se trata de un estilo historiográfico que du- tituciones. Lo que se propone Fustel es el es- lato nacional cristalizado por Mitre (incluyen-
rante el siglo XX seguirá vigente, tanto en su tudio de “los principios y las reglas que gober- do su inversión revisionista), mostrando la
versión profesional-documentalista como en naban la sociedad griega y la sociedad romana”, historia nacional no bajo la forma de una lucha
su versión memorialista, a veces combinadas. y lo que se propone García es una “interpreta- entre civilización y barbarie (Buenos Aires y
Encarnará en algunas obras de referencia ción científica” de los “fenómenos sociales ar- el Interior), sino como la conflictiva evolución
como Nuestro antiguo Buenos Ares. Cómo era y gentinos”. De hecho, la “ciudad indiana” es pa- de pugnas entre bloques regionales, que supo-
cómo es desde la época colonial hasta la actuali- ra García más que la Buenos Aires colonial: nían formas de agrupación territoriales y so-
dad, su asombroso progreso edilicio, trajes, cos- es un epítome de la sociedad nacional en los si- ciales completamente diferentes entre sí y res-
tumbres, etc., de Alfredo Taullard (1927), y — glos XVII y XVIII. Por eso puede ver allí la for- pecto de la “Nación argentina”, que en el relato
del mismo autor— Los planos más antiguos mación de motivos culturales de largo aliento, tradicional yacía simplemente a la espera de su
de Buenos Aires, 1580-1880 (1940); o en la pro- de “costumbres” arraigadas, reconociendo en organización definitiva. Estas pugnas culmi-
ducción de instituciones como la Junta Nu- ellas la conformación de un “carácter nacional”: naron para Álvarez con la imposición del do-
mismática, la Academia Nacional de la His- la fe en la grandeza futura, el pundonor criollo, minio del bloque más fuerte, el de Buenos Ai-
toria y sus estribaciones no académicas, que el culto al coraje y el desprecio por la ley. Para res, paso fundamental para clausurar un ciclo
siguen los criterios de la Nueva Escuela His- García, como para Fustel y Taine, pero también de guerras e inestabilidad. Pero, según su ver-
tórica (gran parte vinculada a otro aniversario, para Sarmiento, estas costumbres se forman sión, los problemas severos que atraviesa la Ar-
el del cuarto centenario de la ciudad de Bue- en el medio ambiente que aquí no fue el es- gentina no tienen tanto que ver con la amplia-
nos Aires en 1936): los estudios que dedica- pacio público de la ciudad ni el espacio privado ción del sufragio (como cree la élite política
ron a la ciudad Ricardo Levene, José Torre Re- del hogar, sino la vastedad de “las campañas”, reformista), sino con el modo en que la con-
vello (v.), Rómulo Zabala, Enrique de Gandía, tema al que dedica los capítulos iniciales del li- centración artificial de funciones y poderes en
Ismael Bucich Escobar, Lafuente Machain, bro. Y esos hábitos tienen la capacidad de en- Buenos Aires tensiona la estructura institucio-
Juan José Nájera, etc. carnar en un organismo que les da continuidad nal del país hacia un desequilibrio peligroso.
Un estilo documentalista con el que Amíl- en el tiempo, más allá de todos los cambios so- Álvarez produce así el primer texto de una
car Razzori (secretario del intendente Maria- ciales y culturales; de allí su persistencia en una larga saga encargada de mostrar el crecimien-
no de Vedia y Mitre en los años treinta) va a psicología nacional, que García busca develar to artificial de Buenos Aires, planteando un te-
componer en 1945 una obra monumental, de- para contribuir con el necesario proceso tera- ma que será caro tanto a la ensayística del ser
tallando en 3 tomos todos los hechos jurídicos péutico colectivo. nacional (Martínez Estrada nombró la cuestión
y políticos de la creación de cada una de las ciu- García continúa las hipótesis trazadas por como La cabeza de Goliath) como a la sociolo-
dades en las diferentes etapas de fundación ur- Sarmiento, colocando un hito en una línea in- gía urbana de los años sesenta: el problema de
bana en la Argentina y reproduciendo largos terpretativa de largo aliento: sus caracteriza- la “primacía”. Utilizando los postulados clási-
fragmentos de sus documentos principales ciones sociales y culturales (especialmente las cos de la geografía humana, lo que se descubría
(Historia de la ciudad argentina). del culto al coraje y el desprecio por la ley) van es que Buenos Aires se habría desarrollado al
Más allá del mayor o menor rigor, se trata a tener un impacto notable en la producción revés que las modélicas ciudades europeas, no
de un estilo cuyos rasgos centrales (desde el ensayística sobre el “ser nacional” (en los tex- como expresión de las tendencias naturales, es
punto de vista de la concepción historiográfi- tos de Martínez Estrada, fundacionales de to- decir, económicas del territorio nacional, sino
ca sobre la ciudad) reencontramos mucho más do un registro de los imaginarios urbanos y te- como un artefacto artificial de carácter mons-
adelante en una forma más popular en los Cua- rritoriales), y también en una producción truoso: político y burocrático. Álvarez se de-
dernos de Buenos Aires, encargados por la Mu- histórica atenta a las dimensiones culturales tiene largamente en el análisis de las variables
nicipalidad desde los años 1960 a un conjun- del ensayo, como la de José Luis Romero. Pe- económicas, que manejaba con solidez, para
to de historiadores que trazaron la historia de ro a esa línea de psicología social, de estudio postular que el desenvolvimiento industrial de
los barrios, sus documentos fundacionales, sus de los hábitos y costumbres, García le añade la ciudad (clave de su desarrollo demográfi-
hechos fabulosos y sus anecdotarios. el andamiaje novedoso de la nueva sociología, co), dependió de algunas decisiones políticas

178 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


his his
traducidas en cláusulas aduaneras; que el des- vignani, era entonces Secretario de Hacienda dicional que debía ser restaurado por el Plan.
arrollo de Buenos Aires se produce a expensas del intendente Noel y como tal integró la Co- Una representación clásica del Modernismo ar-
del desarrollo nacional, invirtiendo así lo que misión de Estética Edilicia encargada del Plan. gentino, que ya en los años treinta proponía a
era hasta el Centenario una convicción gene- Como mostró Novick, el título del capítulo es la técnica urbanística como la herramienta ade-
ralizada. Otro ensayista nacional revela el im- revelador del criterio historiográfico adoptado, cuada para producir un reencuentro con la ciu-
pacto de esta visión articulada de la historia del ya que “evolución” y “síntesis” eran nociones dad de los mayores, pero cuya eficacia mayor
territorio: Bernardo Canal Feijóo, cuya Teoría utilizadas contemporáneamente en la geogra- en el trabajo del EPBA podría atribuirse a la for-
de la ciudad argentina (1951) ofrece una visión fía humana y en la historia social, aplicadas por ma narrativa, que lleva a la apoteosis el estilo
de gran originalidad sobre la conformación te- los primeros cultores del urbanismo científi- del lenguaje gráfico que ya encontramos en la
rritorial-institucional de la Argentina, tradu- co en su impronta biologista, como Geddes o “Breve síntesis...” de 1925.
ciendo el malestar con el desequilibrio encar- Poëte. La funcionalidad a un proyecto urba-
nado por Buenos Aires en la primera propuesta no redunda en una alta especificidad del tex- HISTORIA Y PLANIFICACIÓN:
de planificación regional de aliento mumfor- to, que elude las anécdotas costumbristas tí- LOS PROCESOS DE URBANIZACIÓN.
diano, la del desarrollo de la cuenca de los rí- picas del memorialismo para centrarse en los Análogamente a lo descripto para América
os Dulce-Salado. tópicos de la “evolución” de la forma urbana, Latina, las corrientes historiográficas que re-
relevando la intervención institucional y de- nuevan en los años sesenta los enfoques sobre
MIRADAS OPERATIVAS: teniéndose en las obras de arquitectura o in- la ciudad estarán marcadas en la Argentina por
HISTORIAS DE “EVOLUCIÓN” URBANÍSTICA. geniería de importancia técnica o simbólica. su fuerte vinculación con la conformación de
Otra línea importante que se desarrollará Otro de los elementos que introduce este tex- las redes intelectuales e institucionales de las
durante todo el siglo XX es la de la historia es- to es la forma de presentación: más como una ciencias sociales, en especial por las prácticas
pecífica de las transformaciones urbanas, rea- serie de ilustraciones comentadas que como de la planificación urbana. Un momento cla-
lizada por sus propios practicantes. Vimos có- un relato tradicional; característica esta de las ve lo constituye la formación en la Universi-
mo ya en el siglo XIX era posible encontrar historias urbanas producidas por la urbanísti- dad de Buenos Aires, a finales de los años cin-
algunos textos; como los relatos técnicos jus- ca (y, podríamos agregar, del modo de ver la cuenta, del programa de estudio sobre
tificatorios de las acciones presentes de Pelle- historia de los practicantes de la arquitectura inmigración, coordinado por Gino Germani y
grini, una veta que hacia finales de siglo des- o el urbanismo: como una serie de ejemplos José Luis Romero, figuras clave en la consti-
arrolló Carlos María Morales (el “Estudio paradigmáticos de lo bueno y lo malo que pue- tución académica de la sociología y la historia
topográfico y edilicio” que publica en el Cen- de hacerse con la técnica). social. Germani había comenzado a tratar te-
so de 1904), bajo la forma épica de los grandes Una forma de relato cuya encarnación más mas de sociología urbana desde mediados de
momentos de modernización de Buenos Ai- duradera será “Evolución de Buenos Aires en los años cincuenta, impulsado por emprendi-
res, consolidando simultáneamente la línea de el tiempo y en el espacio” es el análisis histó- mientos de alcance internacional —las en-
reformadores gloriosos (el virrey Vértiz, Ber- rico preparado por el Estudio del Plan de Bue- cuestas demográficas de la UNESCO en el
nardino Rivadavia y el intendente Alvear) y la nos Aires entre 1948 y 1949, publicado en 1956 mundo subdesarrollado, o la serie de encuen-
agenda de temas que debían ser remontados por la Revista de Arquitectura en un número es- tros sobre “problemas de urbanización en Amé-
en una historia escrita desde el presente (hi- pecial al cuidado de Eduardo Sarrailh. Aquí la rica Latina”, como el de Santiago de Chile,
giene, transportes, apertura de calles y plazas, palabra “evolución” muestra la permanencia sede de la CEPAL, en 1959, para el cual Ger-
etc). El urbanismo clásico puede constituirse del enfoque biologista sobre la forma urbana, mani realiza el primer análisis histórico-so-
en disciplina científica a finales del siglo XIX mientras la palabra “espacio” indica que se han ciológico sobre “El proceso de urbanización en
cuando encuentra el modo de desarmar el “or- introducido las miradas de la Arquitectura Mo- la Argentina” (Instituto de Sociología, UBA,
ganismo” ciudad en una serie de subsistemas derna. Lo interesante de este trabajo es que jun- 1959). Asimismo, realizará una serie de em-
(sanitario, vial, de transporte, etc.) a los que les to con estas perspectivas (que implicaron que prendimientos para comunicar las nuevas apro-
aplica análisis y diagnósticos con capacidad de la cronología estuviera organizada de acuerdo ximaciones con tradiciones clásicas en la his-
generalización; ellos encajarán, necesariamente, con los ítem funcionalistas “habitar”, “circu- toria y la sociología urbanas, como las obras de
en una historia del progreso urbano. lar”, “trabajar”, “cultivo del cuerpo y del espíri- Henri Pirenne, Max Weber, Robert Redfield o
Este tipo de relato encontraría una doble ar- tu”) se desplegó una visión organicista crítica Louis Wirth (Urbanización, desarrollo y moder-
ticulación en la “Breve síntesis histórica. Evo- del progreso urbano y una visión historiográfi- nización, 1976).
lución urbana de la ciudad de Buenos Aires”, ca nacional crítica de los relatos liberales canó- Durante los años sesenta y setenta, esta se-
de 1925. Por una parte, halla su articulación nicos, debida a dos historiadores cultores de un rá la línea dominante en los temas de historia
con un plan urbano, el Proyecto Orgánico de Ur- revisionismo de izquierda, Rodolfo Puiggrós y urbana, más allá de algunos casos excepcio-
banización del Municipio, del cual oficia como Eduardo Astesano, asesores historiográficos del nales, como los pasajes sobre la historia de la
texto introductorio; por primera vez aparece la EPBA. Con esta peculiar combinación se cons- ciudad que Juan José Sebreli dedica en Bue-
forma paradigmática del Plan con su capítulo tituyó un relato maestro en la ideología arqui- nos Aires, vida cotidiana y alienación (1964), una
de introducción histórica como parte del diag- tectónica respecto de la historia de la ciudad: la aproximación ciertamente afectada por la am-
nóstico sobre la ciudad por reformar (Novick, idea de que el desarrollo económico, social y bición científica de la nueva sociología, pero
2003). Además, una articulación con las líne- cultural de Buenos Aires estuvo “comandado que mantiene un diálogo fructífero con la tra-
as historiográficas de la Nueva Escuela His- desde afuera”, y de que la “revolución indus- dición de la ensayística, a la manera de Martí-
tórica, ya que una de sus figuras, Emilio Ra- trial” había roto el “equilibrio” de la ciudad tra- nez Estrada. El enfoque dominante, en cambio,

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 179


fue “operativo” en el mismo sentido que plan- en América Latina, 1972) o por Oscar Yujnovsky ra orientación política de derecha. Es intere-
teábamos para las historias producidas desde sobre La estructura interna de la ciudad (1971) o sante notar cómo aparecen en sus trabajos al-
la práctica de la urbanística, ya que estuvo orien- sobre las políticas de vivienda (Claves políticas gunas categorías aparentemente comunes, co-
tado por las demandas presentes que plantea- del problema habitacional argentino, 1984). En mo “estructura urbana”, pero que si en la línea
ba la intervención técnica en la ciudad (muchos segundo lugar, estudios de demografía histó- de sociológica-histórica servía para connotar
de los autores de trabajos históricos eran asi- rica, como los realizados por Zulma y Alfredo la preeminencia de lo socioeconómico sobre
mismo planificadores activos), pero con méto- Lattes (La población de Argentina, 1975). En ter- lo espacial, para Randle es un modo de ca-
dos de análisis más sofisticados en términos cer lugar, estudios de historia social de la ciu- racterizar las cualidades físicas de la ciudad,
sociológicos, demográficos o geográficos. dad, como los realizados por Francis Korn, vin- sus invariantes tipológicas y espaciales.
Los diversos centros de investigación for- culadas en un inicio al proyecto de sociología También con este apego por la materiali-
mados por Jorge Enrique Hardoy (v.) desde que urbana de Germani (Buenos Aires: los huéspedes dad de la ciudad, Randle se constituye en un
en 1961 regresa de Harvard, doctorado con una del 20, 1974), o por Luis Alberto Romero, quien publicista de las tradiciones del “planeamien-
tesis sobre ciudades precolombinas, fueron los realiza en el CEUR las investigaciones históri- to físico” (la urbanística realizada por arqui-
lugares más activos en la producción de este ti- cas para los estudios sobre la “estructura re- tectos), desde Geddes y Mumford hasta Poëte,
po de historia. Entre 1961 y 1965, el Instituto gional” argentina de Alejandro Rofman (Sis- en momentos en que los presupuestos teóri-
de Planeamiento Urbano y Regional del Lito- tema socioecónomico y estructura regional en la cos de la planificación (su apuesta por la ma-
ral (IPRUL), creado en la Universidad del Lito- Argentina, 1973). En cuarto lugar, estudios de tematización de los procesos de análisis y di-
ral, cuya sede rosarina fue motor de moderni- geografía histórica urbana, como los realizados seño, sus debates teóricos sobre economía
zación académica, tanto en arquitectura (con la por Horacio Torres (v.) sobre la formación me- regional, etc.) parecían haberlas dejado com-
presencia de Jorge Ferrari Hardoy, v. y parte de tropolitana de Buenos Aires (El mapa social de pletamente atrás. Así realiza algunos de los po-
la vanguardia de OAM, v. como en historia (con Buenos Aires, 1978) y por César Vapñarsky so- cos textos sobre historia de la teoría urbanísti-
Tulio Halperin Donghi) o literatura (con David bre las ciudades de la Patagonia (La formación ca (Evolución urbanística, 1972), aunque en la
Viñas y Adolfo Prieto). A partir de 1965, cuan- de un área metropolitana en la Patagonia, con E. modalidad de las “historias ejemplares”, típi-
do el IPRUL debe abandonar la Universidad del Pantelides, 1987) o sobre las transformacio- ca de las historias tradicionales.
Litoral, cobra importancia el Centro de Estu- nes históricas de la red urbana argentina (El Desde el punto de vista de la historia de las
dios Urbanos y Regionales (CEUR) en la Uni- crecimiento urbano en la Argentina, con N. Go- prácticas urbanísticas en las ciudades argenti-
versidad de Buenos Aires, nombre que man- rojovsky, 1989). Podría decirse que, junto con nas, en este período se cumple aquello que no-
tiene cuando en 1966 deba instalarse, por la línea de demografía histórica practicada por tamos para América Latina: un desinterés que
motivos políticos, en el Instituto Di Tella, don- los Lattes, que constituyó el corpus básico de se apoyaba en el fuerte carácter operativo de
de funcionaría hasta 1976. Entonces, muchos información procesada que todavía se sigue uti- todos los estudios. Es decir, si para intervenir
de sus integrantes debieron abandonar el país, lizando, la elaboración de los “mapas sociales” en la ciudad contemporánea podía parecer ne-
pero el CEUR siguió existiendo con menor pro- de Torres y los aportes de Vapñarsky sobre las cesario comprender la evolución histórica de
tagonismo. Finalmente, Hardoy forma en su categorías urbanas o sobre el peso de las ciu- sus problemas, resulta comprensible que des-
exilio en Inglaterra el Instituto Internacional dades intermedias en la red urbana, constitu- de el punto de vista de la propia técnica de in-
de Medio Ambiente y Desarrollo (IIED-Amé- ye el tipo de enfoques que mejor ha atravesa- tervención se adoptara una posición de “pro-
rica Latina). Desde esos centros Hardoy auspi- do la prueba del tiempo, trascendiendo con greso científico”, de acuerdo con el cual las
ció las reuniones latinoamericanas ya mencio- holgura los estrechos límites programáticos del soluciones aplicadas en el pasado se volvían
nadas sobre “El proceso de urbanización desde contexto que los produjo. De hecho, sin formar irrelevantes o “nocivas”. Es el límite historio-
sus orígenes hasta nuestros días” (el primer vo- parte propiamente de las más recientes reno- gráfico objetivo que encuentra una historia dis-
lumen es publicado por la Editorial del Insti- vaciones historiográficas, estas dos líneas son ciplinar escrita por los propios practicantes.
tuto Di Tella), alentando un tipo de práctica de las que han continuado ofreciendo ininte-
historia urbana subsidiaria de las agendas que rrumpidamente hasta el presente importantes HISTORIA SOCIAL Y CULTURAL DE LA CIUDAD.
se desprendían de la planificación urbana y re- aportes al conocimiento histórico. Coincidiendo en muchos aspectos con es-
gional, el foco de interés de todas esas institu- Es en el campo de la geografía histórica, te clima en la aproximación a los temas urba-
ciones, cuyos recursos de financiamiento pro- por otra parte, donde debe relevarse una de las nos, se producen en el período dos libros que
venían de fundaciones internacionales (Ford o pocas producciones significativas sobre his- son completamente singulares en su profun-
Rockefeller) u organismos estatales (Conse- toria urbana desarrolladas por fuera de estos didad historiográfica y en su capacidad de im-
jo.Federal de Inversiones, Consejo Nacional de ámbitos de investigación que, con sus dife- pacto hacia el futuro: los ya mencionados de
Desarrollo) para tareas de planificación. rencias, formaban un universo bastante com- James Scobie, Buenos Aires del centro a los ba-
Con el foco puesto en “el proceso de urba- pacto de premisas teóricas e ideológicas. Se rrios (1974), y de José Luis Romero, Latinoa-
nización” y en el universo de vinculaciones en- trata de los trabajos de Patricio Randle sobre mérica, las ciudades y las ideas (1976).
tre historia urbana y ciencias sociales, para- la ciudad pampeana (La ciudad pampeana, Scobie recorre todo el camino de los estu-
digmáticamente representado por el CEUR, se 1969) o la cartografía de la pampa anterior dios urbanos latinoamericanos, desde aquella
van a desplegar otros aportes. En primer lugar, (Atlas, 1971), desarrollados desde el curso de mesa pionera de 1957 sobre la ciudad del siglo
estudios de sociología histórica, como los rea- Planeamiento de la Universidad de Buenos Ai- XIX, en la que lo encontramos con Morse, has-
lizados por el propio Hardoy sobre políticas del res o desde Oikos (Asociación para la Promo- ta sus trabajos sobre urbanización en Améri-
suelo o planificación municipal (Las ciudades ción de los Estudios Territoriales), con una cla- ca Latina o su posterior dedicación a la Ar-

180 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


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gentina. No cabe duda de que comparte las pre- para estilizar en fórmulas expresivas períodos sin vínculos con la ciudad, y visiones de la ar-
misas funcionalistas de aquel nutrido contin- completos, la misma capacidad para leer las quitectura o la urbanización casi sin vínculos
gente de académicos estadounidenses que se huellas sociales y culturales en la ciudad, pero con la vida social y cultural urbana; los textos
habían volcado a estudiar Latinoamérica, y que desplegadas en un fresco histórico todavía ini- más productivos son los de aquellos que ya ve-
fue afectado por las principales corrientes de gualado. Aunque en este, como en todos los nían desarrollando temas urbanos (los Rome-
debate político de la época, a las que sin em- trabajos de la época, es posible reconocer la ro, Scobie, Rechini de Lattes) o los de algunos
bargo pudo incorporar ecuménicamente en su misma agenda temática (el carácter diferencial historiadores perspicaces (Tulio Halperin, Na-
libro —desde el revisionismo, que aparece en de la ciudad latinoamericana frente a la euro- talio Botana, Juan Carlos Torre, Leandro Gu-
su presentación del parteaguas de 1880 co- pea, el problema de la aculturación en el “con- tiérrez), que lograron identificar núcleos en la
mo una derrota de las fuerzas industrialistas tinuo folk-urbano”, la cuestión, por ende, de la trama sociedad / ciudad.
y nacionalistas “del sur” a manos de los gru- “transición”, la cuestión de la desorganización
pos comerciales y burocráticos “del norte” con social en la metrópoli masificada, etc), su pro- LA FORMACIÓN DE LA HISTORIA URBANA:
el resultado de una “malsana dependencia”; fundo conocimiento de la producción cultural LAS NUEVAS INTERLOCUCIONES.
hasta el desarrollismo, que aparece en su vi- latinoamericana filtra esos temas otorgándo- Ya en los comienzos de la democracia es-
sión del crecimiento urbano como un conti- les una nueva densidad, la densidad de un clá- tas líneas comenzaron a articularse con una
nuo de progreso desde el centro a los barrios. sico (Gorelik, 2001). renovación de otro tipo, proveniente de una in-
Posiblemente donde más aparezcan las limi- Desde mediados de los años setenta, es- terlocución muy activa de los estudios con otras
taciones de aquel contexto ideológico sea en su tos dos libros aparecieron como un faro para disciplinas, de la que emergería la historia ur-
visión de la expansión urbana como un pro- orientar nuevos estudios en el contexto del pro- bana como campo disciplinar específico.
ducto exclusivo del mercado (loteos populares gresivo debilitamiento de las bases teóricas e En la Argentina, la disciplina historiográfi-
y traza tranviaria). Sin embargo, tuvo el ta- ideológicas del pasado y productivo ciclo de in- ca de la ciudad no se forma como producto de
lento para realizar una historia urbana ejem- una reconcentración de las disciplinas de lo ur-
plar acerca del modo en que los procesos so- bano sobre sí mismas, sino de una intensa in-
ciales, económicos, políticos y culturales se teracción entre historiadores de la arquitectu-
articulan en la producción de una ciudad, cons- ra y la ciudad, historiadores culturales,
truyendo motivos de condensación de la tra- historiadores sociales, sociólogos, críticos lite-
ma histórico-urbana que hasta hoy amojonan rarios, etc., en el clima febril que desde los úl-
nuestra comprensión de la modernización de timos años de la dictadura activaba los cen-
Buenos Aires: el conflicto del puerto, la pro- tros y grupos de estudio como máquinas de
ducción de la centralidad, la peculiaridad del mezcla teórica y disciplinar. De ese clima, y co-
“barrio” en la conformación socioespacial de mo indicio ejemplar de la nueva centralidad cul-
la ciudad, el rol de la inmigración. tural del tema ciudad, surgió una de las visio-
Romero, por su parte, combina los estí- nes histórico-críticas más agudas de la cultura
mulos teóricos e historiográficos de este perí- moderna argentina, pensada como cultura ur-
odo de expansión de los estudios urbanos en bana: los trabajos de Beatriz Sarlo desde co-
una forma extremadamente personal. Sus apro- mienzos de los años ochenta, que encuentran
ximaciones al tema de la ciudad comienzan un momento de condensación en el ya citado,
con breves ensayos durante la década de 1960 u EL MAPA SOCIAL DE BUENOS AIRES, DE HORACIO TORRES.
Una modernidad periférica (1988), donde Bue-
sobre las relaciones campo-ciudad en Améri- nos Aires se convierte en campo de tensiones
ca Latina, en los que pone en práctica un ori- vestigación urbana; ellos oficiaron de puente que produce la cultura y permite interpretarla.
ginal modo de leer en algunos clásicos del si- entre las agendas teóricas anteriores y los otros En los grupos de estudios urbanos y arqui-
glo XIX y XX, como Sarmiento o Martínez enfoques que renovaron la historia urbana en tectónicos, la renovación provino, básicamen-
Estrada, problemáticas que su formación en el mundo, especialmente la visión de la ciudad te, de dos fuentes. Por una parte, de una trans-
historia medieval y su temprano seguimiento comprendida como espacio histórico cultural. formación interna en el campo auspiciada por
del ensayo centroeuropeo le permitían con- Así se produjeron, en los años siguientes, al- Jorge Enrique Hardoy, que comienza a atender
vertir en claves de comprensión de la cultura gunas obras aisladas pero importantes en la los temas de la historia social y cultural urba-
urbana latinoamericana. En 1972 publica un reorientación disciplinar, como el libro de Fran- na, en particular en Rosario. Vale la pena se-
pequeño trabajo sobre Buenos Aires, en el que cis Korn Buenos Aires: una ciudad moderna ñalar la notable capacidad que Hardoy demos-
produce la primera estilización de las diferen- (1981) o la obra colectiva en dos volúmenes so- tró desde el comienzo de su carrera para migrar
tes etapas históricas de la ciudad, ignorando bre Buenos Aires que organiza Luis Alberto en cada giro de los tiempos e identificar, cada
las categorías teóricas en uso en los debates ur- Romero con la guía de los breves ensayos de vez, las figuras adecuadas para encarnarlos. Las
banos, y valiéndose de la prolífica literatura su padre (Buenos Aires. Historia de cuatro siglos, agendas de los simposios sobre urbanización
producida sobre la ciudad, de la que extrae ca- 1983). En este caso aparecen claramente los lí- son un muy buen ejemplo: la edición de 1982,
tegorías sociohistóricas efectivas (cf. “Buenos mites que generaba la debilidad del campo his- por ejemplo, se titula “Cultura urbana latino-
Aires: una historia”). En este marco, Latinoa- toriográfico sobre la ciudad. La mayor parte de americana”, y la de 1986, “Nuevas perspectivas
mérica, las ciudades y las ideas constituye una los trabajos oscilan entre visiones de la socie- en los estudios sobre historia urbana latinoa-
obra de magnitud diversa: la misma eficacia dad, la economía, la política o la cultura casi mericana”, con trabajos de algunos exponen-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 181


tes clave de las problemáticas emergentes a ni- historiografía de la arquitectura (v.), que ha he- tran, por mencionar solo a algunos entre los
vel regional, como Ángel Rama, Murilo de Car- cho varias incursiones en historia urbana. Es- más importantes, el Seminario Internacional
valho, Sevcenko, Needel, Trachtenberg, etc. Por pecial por el contraste entre la importancia de Vaquerías, organizado por el Programa Inter-
otra parte, los grupos que comienza a organi- muchos de sus aportes (sus estudios de temas nacional de Investigación sobre el Campo Ur-
zar Jorge Liernur en La Escuelita y el Centro de urbanos y territoriales en los siglos coloniales bano en 1996 (Vaquerías, Córdoba); la Confe-
Estudios de la Sociedad Central de Arquitectos y el primer período independiente: citaremos rencia Internacional “La cultura arquitectónica
(CESCA), a su regreso de sus estudios en la Es- Arquitectura y urbanismo en Iberoamérica, 1983; hacia 1900. Revalorización crítica y preserva-
cuela de Venecia. Una iniciativa temprana mues- Territorio y fortificación, 1991, con Cristina Es- ción patrimonial”, organizado en 1999 por la
tra el tipo de interlocución a la que apostaban teras) y la debilidad de las interpretaciones y las Universidad Torcuato Di Tella y la UNESCO;
esos grupos: el seminario “Metrópolis y condi- categorías utilizadas, sobre todo en los temas y el Congreso Internacional “Buenos Aires 1910.
ciones de vida”, organizado en 1983 por el CES- en los que se introduce la Modernidad, la pro- El imaginario para una gran Capital”, organi-
CA junto con CLACSO, con la organización de blemática que más abordajes renovadores sus- zado por la Getty Foundation.
Liernur y Hardoy, y la participación de histo- citó (Buenos Aires. Evolución histórica, 1992). La La consolidación historiográfica de la dé-
riadores de la arquitectura; historiadores como visión reductiva de la Modernidad tiende a ma- cada del noventa se percibe, precisamente, en
Luis Alberto Romero y Leandro Gutiérrez, que nifestarse en la visión aplanada de la urba- la inserción de la historiografía urbana como
comenzaban en el PEHESA sus importantes nística a partir de la hegemonía de las ideas parte de las ciencias históricas en general: los
trabajos sobre los sectores populares urbanos francesas en la segunda mitad del siglo XIX, principales congresos académicos (como las
y sus instituciones barriales en Buenos Aires; enfoque ideológico que Gutiérrez comparte, bianuales Jornadas de Escuelas de Historia) in-
Diego Armus y Hugo Vezzetti, que abrían la paradójicamente, con Hardoy, que proviene de cluyen ya de modo habitual varias mesas de
problemática del higienismo y las políticas sa- un universo de ideas diferente. En efecto, en historia urbana o territorial; los nuevos em-
nitarias; y algunas figuras de la renovación in- el mismo momento en que las ideas urbanís- prendimientos editoriales sobre historia ar-
telectual como Sarlo. ticas aparecían en la agenda de temas densos gentina incluyen capítulos sobre estos temas
La agenda de la investigación comenzaba a de la historiografía, esta línea de trabajos las (por ejemplo la Nueva Historia Argentina, de la
esbozarse sobre temas poco estimados duran- analizó como productos espurios de la depen- Editorial Sudamericana, o la Historia de la vi-
te el ciclo anterior: relación entre cultura ur- dencia cultural. Ya porque fueron concebidas da privada, de la editorial Taurus); se asientan
bana e ideas urbanísticas; análisis de las polí- como soluciones tecnocráticas alejadas de los estudios de posgrado y grupos de historia ur-
ticas de vivienda como parte de dispositivos problemas reales, o como soluciones foráneas bana en diferentes universidades con investi-
sociohistóricos del habitar; producción cultu- inapropiadas para la realidad local, o como gadores de la más diversa procedencia, como
ral del paisaje urbano; instrumentos técnicos visiones elitistas impuestas por el poder, ellas ocurre en La Plata, Rosario, Mar del Plata, San-
y mentalidades en la producción del territorio; se redujeron a un capítulo casi risible o abo- ta Fe, Córdoba (gracias a lo cual estas ciudades
roles del Estado en la formación de instru- minable de la historia de las ciudades latino- han sido objeto en los últimos años de una im-
mentos de intervención y gestión urbanas, pe- americanas. Se trata de una concepción que portante cantidad de estudios, rompiendo la
ro también en la conformación de un espacio hace pasar todo el complejo mundo de con- hegemonía de Buenos Aires).
público político-urbano; etc. El clima favorable tactos culturales y transculturaciones implíci- La normalización institucional no garan-
a la interlocución daba a esa agenda intensi- to en la circulación internacional de las ideas tiza la riqueza intelectual de las investigacio-
dad teórica, frente a la necesidad simultánea urbanas por el estrecho embudo de la noción nes, y ya pueden identificarse los límites en los
de abrirse a todos los estímulos, pero también de “influencia”, dando como resultado que to- temas urbanos: la tendencia a identificar el ob-
fundamentar conceptualmente una disciplina das las reformas del período de modernización jeto de estudio con la ciudad en la que se asien-
aún inexistente. La cultura aparecía como la urbana, entre finales del siglo XIX y la década ta cada grupo; la ausencia de miradas abarca-
gran articuladora de los nuevos enfoques his- de 1930, quedaran opacadas detrás de la cate- doras de la realidad nacional, o de perspectivas
toriográficos, en tanto las nociones de repre- goría omniexplicativa de “haussmannización”. que busquen los contactos entre diferentes ex-
sentación e imaginario abrían explosivamen- La nueva agenda de temas, por su parte, periencias urbanas de la región; el riesgo de
te las posibilidades de entender las relaciones se irá materializando en obras colectivas como reproducir rutinariamente para cada ciudad
entre ciudad y sociedad. las organizadas por Armus: Sectores populares y las mismas preocupaciones, como si el objeto
Por supuesto, también se desarrolló desde vida urbana (1984) ; Mundo urbano y cultura po- ciudad garantizara por sí mismo la unicidad
desde los años ochenta un tipo de historia ur- pular (1990). Y encontrará un momento de ins- de las preguntas o como si el conocimiento his-
bana que se mantuvo dentro de marcos más titucionalización durante la gestión de Liernur tórico fuese una estantería que debe ir com-
tradicionales, deudora de la crónica patrimo- en el Instituto de Arte Americano (Facultad de pletando anaquel por anaquel. Pero no cabe
nialista. Dentro de esa línea, son destacables Arquitectura, Universidad de Buenos Aires), duda, en cambio, de que el mayor rigor aca-
por su investigación documental el trabajo de con seminarios de discusión y formación y en- démico ha afinado los instrumentos que se ma-
Alberto de Paula (v.) sobre la ciudad de La Pla- cuentros multidisciplinares, como las Jornadas nejan, ha complejizado el nivel de debate y de-
ta, y el más reciente sobre el plan de fundacio- “Buenos Aires Moderna: Historia y perspecti- ja abierto el abanico de abordajes posibles.
nes urbanas de la Corona española a fines del va urbana”, realizadas en 1991 con la presen- De todos modos, como ya nos encontramos
siglo XVIII (Las nuevas poblaciones en Andalu- cia de principales figuras de la renovación his- ante el análisis de los tiempos presentes y co-
cía, California y el Río de la Plata, 2000). Un ca- toriográfica. Estos encuentros asumen durante mo buena parte de sus protagonistas se en-
so especial en la misma línea lo constituye Ra- los años noventa una dimensión internacional cuentran entre los redactores de este Diccio-
món Gutiérrez (v.), figura clave en la y una gran diversidad institucional, como mues- nario, más que hacer una estimación crítica

182 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


his hor
sobre las diferentes líneas temáticas y meto- Bibliografía: (Aclaración: No se citan los trabajos de Eugène Courtois (v.), aunque puede asegurarse
dológicas que están en curso desde los años historia urbana, sino solo aquellos que reflexio- que estuvo en el puesto en diferentes momen-
noventa, parece sensato restringirse a su des- nan sobre la produccion historiográfica). M. Ron- tos entre 1878 y 1882. Realizó el trazado del Zo-
cripción, para lo cual es útil la caracterización cayolo. “Los estratos de la ciudad. Prácticas socia- ológico en la ubicación que tiene actualmente
realizada hace muy poco por A. Novick (2003). les y paisajes”, ponencia presentada en Jornadas (Avenida Sarmiento y Avenida Las Heras), y en-
Ella organiza tres ejes de estudios, en función Buenos Aires Moderna. Historia y perspectiva ur- tre 1888 y 1903 se desempeñó como director
de “nuevos temas-problema”: el grupo que abor- bana. Buenos Aires, IAA-FADU-UBA, mayo de 1990, del mismo; dejó en ese momento definitiva-
da el problema del Estado, las instituciones y trad. de A. Novick); F. Aliata. “Ciudad o aldea. La mente la administración municipal, con graves
las capacidades y modos de formación y ac- construcción de la historia urbana del Buenos Ai- conflictos con la Intendencia. S. B.
tuación de los profesionales en la ciudad; el res anterior a Caseros”. En: Entrepasados, N.° 3, Bue-
que aborda la constitución del urbanismo en nos Aires, 1992; G. Silvestri. “La ciudad y el río”. En: Bibliografía: MCBA. Memoria 1878 (carta fechada el
las primeras décadas del siglo; y el que traba- J. Liernur y G. Silvestri. El umbral de la metrópoli. 31.12.1878); C. M. Hicken. “Los estudios botánicos”.
ja en el registro de los estudios culturales. Transformaciones técnicas y cultura en la moder- En: Evolución de las ciencias en la República Ar-
Dentro del primero, menciona trabajos so- nización de Buenos Aires. Bs. As., Sudamericana, gentina. Bs. As.: Imprenta Coni, 1923 (edición de
bre la conformación del territorio en el perío- 1993; D. Fraser y A. Sutcliffe (eds.). The Pursuit la Sociedad Científica Argentina en su cincuen-
do rivadaviano (F. Aliata), la producción de la of Urban History. London: E. Arnold Ltd., 1983; C. tenario); S. Berjman. Plazas y parques de Buenos Ai-
vivienda estatal de entreguerras (A. M. Rigot- Olmo y B. Lepetit (comps.). La città e le sue storie. res: La obra de los paisajistas franceses. 1860 y 1930.
ti) y durante el peronismo (A. Ballent); traba- Turin: Einaudi, 1995; Ch.Tilly. “What good is urban Bs. As.: FCE, 1997.
jos sobre la constitución científica de la inge- history”. En: Journal of Urban History. Vol. 22, sep-
niería y el higienismo (G. Silvestri), la tiembre de 1996; D. Armus y J. Lear. “The trajectory
agrimensura (F. Williams; S. Dóccola), la in- of Latin American urban history”. En: Journal of HORMIGÓN. m. Piedra artificial obtenida por el
geniería (E. Gentile y G. Vallejos), el higienis- Urban History. Vol. 24, marzo de 1998; A. Gorelik. endurecimiento de un mortero de cemento o
mo (González Leandri; D. Armus; V. Paiva), la “Historia de la ciudad e historia intelectual”. En: cal hidráulica, adicionado de grava, piedras y
ingeniería sanitaria (S. Sánchez); sobre los mo- Prismas. Revista de historia intelectual, N.° 3, Uni- escorias. Difícilmente se usa el mortero de
delos de intervención viarios (A. Collado, S. versidad Nacional de Quilmes, 1999; J. L. Romero. cemento puro, excepto en algunos revesti-
Dóccola), de parques (Sonia Berjman), del ar- “Un optimismo urbano”. En: Punto de Vista, N.° 71. mientos de piso, por su tendencia a rajarse
te urbano (R. Piccioni), sobre la cartografía (G. Buenos Aires, agosto de 2001; L. O. Da Silva. “His- como consecuencia de las sucesivas dilata-
Favelukes), los reglamentos y códigos de edi- tória urbana: a constituiçao de um área de conhe- ciones y contracciones que experimenta se-
ficación (C. Mazza), la conformación cultural cimento”. En: Registros. Revista de Investigación gún su estado higroscópico.
del paisaje (G. Silvestri y F. Aliata; P. Bruno y del Centro de Estudios Históricos Arquitectónico-
C. Mazza, al que sumamos los trabajos de F. Urbanos, N.° 1, Mar del Plata, FAU-UNMDP, no- El mortero normal se compone de un volu-
Cacopardo en el área del sur de la Provincia de viembre de 2003; A. Novick. “El urbanismo en las his- men de cemento pórtland por tres de arena,
Buenos Aires). Dentro del segundo el eje, la torias de la ciudad”. En: Registros. Revista de mezclados en seco; se añade luego agua pa-
génesis del urbanismo a comienzos de siglo Investigación del Centro de Estudios Históricos ra formar la pasta. Se agregan enseguida las
XX, menciona trabajos sobre las relaciones en- Arquitectónico-Urbanos, N.° 1, Mar del Plata, FAU- piedras en proporción de uno a dos, se re-
tre reforma urbana y reforma social (A. Novick, UNMDP, noviembre de 2003. mueve en forma manual (con palas) o me-
O. Bragos); sobre los usos de la ciencia en el cánica (en mezcladoras y hormigoneras). Así
primer urbanismo (A. M. Rigotti); sobre las re- preparado, se vierte en un molde de madera,
presentaciones del urbanismo desde los dis- HOLMBERG, EDUARDO. Buenos Aires, 1852 chapa o plástico, llamado “encofrado”, cuya
cursos utópicos (M. Gutman), de las doctrinas – Íd., 1937. Médico. Personalidad destaca- parte hueca corresponde a la construcción
(P. Bruno), de los lenguajes y las metáforas en da del mundo científico argentino de finales que se desea ejecutar; a medida que se vier-
los discursos urbanísticos (A. Novick; H. Ca- del siglo XIX y principios del XX, que investigó te, se apisona por capas para evitar los hue-
ride), de los contactos internacionales (J. Lier- y enseñó acerca de variados temas de las
nur). Y dentro del tercer eje, el de la historia ciencias biológicas y naturales, en especial la
cultural, menciona trabajos sobre las repre- zoología, la botánica y la geología. Fue el pri-
sentaciones de la electricidad en Buenos Aires mer director de Paseos de la ciudad de Bue-
(G. Silvestri y J. Liernur), sobre el Modernis- nos Aires y el creador, y primer director, del
mo en Mendoza (Ricardo Ponte), y sobre las Jardín Zoológico.
políticas urbanas y las representaciones litera-
rias en la formación del espacio público en Bue- Tuvo una intensa labor como científico, edu-
nos Aires (A. Gorelik). Convendría agregar a cador y publicista de los problemas derivados
esta enumeración el trabajo histórico que des- de las ciencias naturales, en los momentos de
arrollan investigadores como E. Pastoriza en formación del campo científico local.
Mar del Plata, Agustina Prieto en Rosario, C. No hay muchos datos sobre su formación
Boixadós en Córdoba o el análisis de la indus- como jardinero, ni pueden fecharse con exac-
tria y los consumos urbanos realizado por F. titud los períodos de su gestión al frente de la
Rocchi en Buenos Aires. A. G. Dirección de Paseos, en la cual se alternó con u TÍPICA ESTRUCTURA DE HORMIGÓN ARMADO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 183


cos. Su resistencia, de 400 kg/cm2 término taba construida en ladrillo, adobe (v.) y made- ís. Estas se resumen en ventajas económicas
medio, varía con la dosificación, las propor- ra en menor proporción. Las nuevas técnicas (la posibilidad de producir cemento local y evi-
ciones de los materiales intervinientes, la ca- estaban ejemplificadas por el hierro, aplicado tar los royalties que implicaba principalmente
lidad del cemento, la granulometría de los ári- en las construcciones industriales y en el equi- la construcción en hierro), simplificación téc-
dos y la edad del hormigón. pamiento urbano. En las obras de infraestruc- nica, que permitiría el uso de mano de obra no
tura locales (especialmente en las referidas a especializada y posibilidades estéticas acordes
HORMIGÓN ARMADO. los sistemas sanitarios e hidráulicos), ya se ha- con la modernización, especialmente en el sen-
Aunque el hormigón simple, conocido des- cía una amplia utilización del cemento y del tido de la desaparición de las estructuras ma-
de épocas tempranas, es altamente resistente hormigón simple. En 1854, el ingeniero Pe- sivas en función de una mayor sutileza. Las re-
a la compresión, su resistencia a la tracción es llegrini (v.) se ocupó del proceso de obtención ferencias de Selva eran francesas. En 1896,
relativamente baja. Con el fin de corregir esa de la “piedra de sillería artificial” que proponía junto con el ingeniero Usnardi, presentó en la
deficiencia se ideó la manera de mejorar su obtener con 15 partes de cal hidráulica disuel- Exposición Nacional de la Industria una “pie-
uso introduciendo en su masa varillas de hie- ta, 90 partes de arena y 20 partes de pedre- dra artificial” de su invención; en 1902, a car-
rro redondo, para que ambos materiales tra- zuelas. Hornos de cal y “tierra romana” exis- go del proyecto y dirección del nuevo teatro Ca-
bajen estáticamente de acuerdo. Las varillas se tían desde la década anterior. Pero el cemento sino, incorpora H.° A.° en la estructura; se
colocan de manera que soporten el trabajo de natural que podía obtenerse no competía con considera que esta obra representa la primera
tracción. La difusión del hormigón armado sig- las ventajas del artificial tipo pórtland, y es así utilización del sistema en el país con esta mag-
nificó una verdadera revolución en las técni- como la mayor parte de la infraestructura sa- nitud. En 1903 presentó en la Exposición Agrí-
cas de la construcción. nitaria se construyó con cemento importado. cola varios artículos rurales de H.° A.°, entre
La ausencia de una producción nacional de ce- ellos postes de alambrados. En la primera dé-
HORMIGÓN PRETENSADO. mento conspiró también contra la difusión del cada del siglo XX fue responsable de la cons-
Mejora la resistencia del hormigón arma- hormigón armado. Sin embargo, su tecnolo- trucción, con el mismo procedimiento, de los
do, extendiendo antes del fraguado del hor- gía y el reconocimiento de sus ventajas co- pabellones de la Facultad de Agronomía y Ve-
migón la armadura compuesta por alambres menzaron a propagarse con lentitud; testimo- terinaria. Debemos tener en cuenta que gran
de acero de alta resistencia. Esto provoca una nios de esta diseminación pueden hallarse en parte de la aplicación de esta innovación téc-
tensión del hormigón que le permite resistir la literatura especializada de la época y tam- nica fue realizada por Selva como empleado
cargas muy elevadas. Su invención tuvo nota- bién en algunas experiencias notablemente del Estado. Así, mientras integró el Departa-
bles consecuencias para la prefabricación en avanzadas, como la del ingeniero Domingo Sel- mento de Obras Públicas de la Municipalidad
hormigón. va (v.). Selva publicó ya en 1901, en los Anales porteña, ensayó por primera vez la utilización
de la Sociedad Científica Argentina, su artículo del H.° A.° en la construcción de puentes en el
HISTORIA DEL HORMIGÓN ARMADO “El cemento armado y los poderes públicos”, japonés del Rosedal, en Palermo. La aplicación
EN LA ARGENTINA. en el que reseñó las ventajas de este procedi- más generalizada que se verificó en la época
La introducción del hormigón armado o ce- miento constructivo sobre los usuales en el pa- con respecto al empleo del H.° A.° fue su uti-
mento armado, como inicialmente se lo llamó
en nuestro país, data de fines de la década de
1880. La reválida de una patente alemana se
obtuvo en marzo de 1888, pero luego fue anu-
lada; en noviembre de 1989 se otorgó paten-
te local a la “aplicación del cemento armado
para la construcción de edificios, etc., fijos o
portátiles” a nombre de José Monier, reválida
de la francesa. Se trata de una fecha tempra-
na, ya que recién en 1977 Monier patentó en
Francia sus vigas de H.° A.°, aunque sus otros
elementos no estructurales reconocen fechas
anteriores; a partir de 1985 sus patentes fue-
ron explotadas en Alemania por Wayss y Frei-
tag, empresa que actuó en la Argentina des-
de fines de siglo; Coignet y Hennebique
industrializaron el sistema en la década del no-
venta, y desde 1897 se difundió en Inglate-
rra. A pesar de esto, la difusión del sistema en
la construcción local debía esperar aún varias
décadas. Diversos motivos contribuyeron a es-
te retraso. Por un lado, la persistencia de los
modos locales de construcción. Según el cen-
so de 1895, la mayor parte de las ciudades es- u EL ESTADIO LA BOMBONERA, DEL CLUB BOCA JUNIORS, DISEÑO Y CÁLCULO ESTRUCTURAL DE J. DELPINI, EN 1923.

184 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hor hor
lización en fundaciones. Al mismo Selva cabe te campo no era novedosa en el país: desde
el mérito de haber sido el primero en experi- principio de siglo existían laboratorios de ex-
mentar plateas de este material en las funda- perimentación de materiales en Buenos Aires
ciones de los molinos harineros y elevadores y La Plata; los principios de cálculo hiperes-
de granos de la Compañía Molinera del Río de tático fueron publicados en castellano en 1915;
la Plata, cuya rapidez de ejecución alabó la Re- en cuanto a las normas, si bien los pliegos de
vista de Ingeniería (1902). Fue pionero tam- condiciones de OSN de 1914 atendían más bien
bién en la ideación de sistemas antisísmicos, a otros usos del cemento que a su utilización
para los que aconsejó el H.° A.°. Junto con el como ligante del hormigón armado, algunos
ingeniero Ludovico Ivanissevich, propuso en reglamentos especialmente avanzados, como
1904 un sistema con barras diagonales y ar- el del Joint Committee on Statistics Specifica-
madura compenetrada solidariamente para re- tions for Concrete and Reinforced Concrete
sistir temblores, lo que les valió un premio y las normas alemanas se conocían en caste-
de la Sociedad Científica. llano desde antes de 1920. Pero el verdadero
La obra de Selva no debe considerarse una impulso de difusión, la adaptación de las nor-
excepción. La Revista de Ingeniería publicó se- mas locales a los requerimientos más avanza-
ries de artículos técnicos firmados por profe- dos y los laboratorios dirigidos al ensayo del
sionales, generalmente alemanes sobre aspec- H.° A.° se verificaron a partir de 1930. En 1931
tos de las construcción en H.° A.°, que oscilan OSN modificó sus pliegos de condiciones en
desde instrucciones para el cálculo hasta con- función de la utilización del H.° A.°; en 1935
sideraciones sobre las posibilidades expresivas se publicó en el primer texto completo sobre
del material. Hacia 1915, las torres que coronan el sistema en el país; y a partir de los años cua-
edificios de renta u oficinas en el centro de la renta, impulsada por la creación del Instituto
ciudad de Buenos Aires comienzan a construirse u PÓRTICOS DE HORMIGÓN ARMADO EN LA BOMBONERA. del Cemento Portland Argentino (v.), se con-
en el nuevo sistema: en la de Alsina y Entre Rí- solidó la investigación sistemática en esa área
os se verifica la primera aplicación de vigas en la construcción del país, sustituyendo en de estudios. De estas décadas fructíferas han
reticuladas tipo Vierendeel de H.° A.°; la mo- pocos años a las estructuras de hierro (v.). A quedado excelentes ejemplos de arquitectura
dernista torre de la Confitería del Molino (Gia- mediados de 1930, el ingeniero Bava, desde de H.° A.°, que posibilitó entre otras cosas el
notti,1916) (v.) ostenta una estructura con su las páginas de La Ingeniería, comentando el desarrollo local de la tipología de rascacielos
misma forma, dirigida por el ingeniero Car- cambio “tan grande y fundamental” de la cons- (v.) —algunos de los cuales se contaron en su
los Laucher, de la Geopé. Esta y otras empresas trucción porteña, vinculaba estrechamente la momento entre los edificios más altos del mun-
grandes, en general de origen alemán, adquie- racionalización de los procesos (y sus conse- do construidos con esta tecnología—, y que dio
ren un particular impulso en la posguerra e in- cuencias en la economía de obra y el aumen- también como resultado algunos de los mejo-
tervienen en la difusión del H.° A.°. Pero el im- to de la renta del suelo), con la difusión de la res ejemplos de Arquitectura Racionalista lo-
pulso principal está dado por la aparición de técnica del H.° A.°, que simplificaba los pro- cal, como el SAFICO, el Comega o el Kava-
grandes fábricas nacionales de cemento, que cedimientos, aceleraba la ejecución (ya se fa- nagh. Este último, construido entre 1934 y 1935
en poco más de una década alcanzaron una pro- bricaban cementos de fragüe rápido en el pa- en un tiempo récord por la Empresa Argenti-
ducción que superaba a la importación. ís); reducía el peso (la mampostería pasó en na de Cemento Armado, se ajustó en su es-
Las aplicaciones principales del hormigón esos años a sus dimensiones actuales); per- tructura a las condiciones de las normas ale-
simple y armado en los años veinte y treinta mitía un cálculo global por metro cuadrado, manas. La estructura, proyectada por Carlos
dependieron estrechamente de la obra del Es- favorecía la formación de empresas naciona- Laucher y dirigida por el ingeniero Schwartz,
tado, especialmente en lo que atañe a obras sa- les. La visión de Bava no evaluó dos conse- contaba con un sistema de tabiques contra-
nitarias e hidráulicas. Muchas veces fueron de cuencias. Por un lado, un fuerte proceso de viento por primera vez utilizado en América
dimensiones ciclópeas, como la del tanque ele- monopolización de la construcción: datos de Latina (v. Sánchez, Lagos y De La Torre). La utiliza-
vado de San Luis, construido por OSN en 1923, 1945 nos indican que, si bien proliferaban pe- ción extensiva del hormigón armado permitió
el mayor de Sudamérica; ocupa un lugar ca- queñas empresas de construcción, el mayor además la elaboración sistemática de tipolo-
da vez más relevante dentro de las obras pú- volumen construido estaba en manos de unas gías en edificios de renta, que se consolidaron
blicas la construcción de la red vial, en la que pocas grandes empresas vinculadas a su vez luego de la sanción de la ley de Propiedad Ho-
el hormigón y, a partir de los cuarenta, el sue- con la producción cementera. Por otro lado, la rizontal (1948). Un papel clave en este senti-
lo-cemento, desplazan a los otros materiales. taylorización del trabajo en obra implicó la des- do le cupo a Antonio U. Vilar, cuyo afán nor-
No cabe duda del papel innovador del Es- cualificación obrera, con las consiguientes con- mativo se amplió a la temprana elaboración de
tado en materia de estas introducciones tec- secuencias no solo económicas o gremiales, prototipos de vivienda mínima en ferrocemento
nológicas desde principios de siglo; sin em- sino también en la morfología de los produc- (circa 1940) (v. Vilar, Antonio). El crecimiento de
bargo, los impulsos de racionalización tos. Se asistió, además, a la especialización pro- muchas ciudades durante esos años se apoya
productiva resultaron un factor decisivo para fesional y a la consecuente difusión de méto- en el H.° A.°, utilizando el material más en un
la definitiva aceptación del hormigón armado, dos de cálculo, ensayo y normalización en el sentido de economía de obra que en el de sus
que se convertiría en la técnica más difundida área de esta tecnología. La investigación en es- posibilidades expresivas.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 185


Entre quienes aprovecharon las cualidades papel protagónico. Por un lado, no puede des-
plásticas del H.° A.° se destaca la obra de dos vincularse la exhibición del hormigón desnu-
ingenieros que trascendieron el ámbito local: do, con las huellas de un encofrado elabora-
José Luis del Pini (1897-1962) y Amancio Wi- damente rústico en su superficie, de una
lliams (1912-1989). Del Pini (v.) ya se había des- reacción contra el excesivo perfeccionismo téc-
tacado desde fines del veinte con su Mercado nico de los años cincuenta. Por otro, en vin-
de Abasto Proveedor (1928), donde el H.° A.° culación con los nuevos movimientos sociales,
se combinó con elementos premoldeados en la prefabricación en hormigón alcanzó en el
este material; el detalle de estos elementos en país una difusión excepcional. Las experi-
el encuentro entre las bóvedas resulta expresi- mentaciones de décadas anteriores habían po-
vo de la perfección técnica y formal de su tra- sibilitado que el principal problema de la pre-
bajo. El club Boca Juniors (1932) alcanzó tan- fabricación (la destrucción del carácter
ta popularidad como el mercado. Se trataba monolítico de las estructuras de hormigón ar-
de una solución difícil por lo estrecho del te- mado), fuera salvado, principalmente gracias
rreno; por ello concibieron audaces bandejas al pretensado. En el clima del desarrollismo,
en voladizo. Boca Juniors se cuenta entre los ingresaron en el país sistemas de prefabrica-
primeros de los grandes estadios construidos ción como el francés Caus, que se aplicaron en
en H.° A.° que proliferan entre las décadas del vivienda masiva y en construcciones indus-
treinta y el cuarenta. Del Pini asienta la direc- triales. Los encofrados deslizantes posibilita-
ción de sus investigaciones en los años cin- ron también alcanzar una racionalización en
cuenta y sesenta, en el marco de la introduc- las estructuras de hormigón armado que mul-
ción de nuevas técnicas, nuevos métodos tiplicaron las posibilidades imaginadas en dé-
analíticos y nuevos lenguajes vinculados con el cadas anteriores. Pero también los años sesenta
H.° A.°. Las experiencias con hormigones li- y principios de los setenta fueron los de ela-
vianos, aceros de alto límite de fluencia y hor- boración de sistemas locales de envergadura
migones pretensados permitieron una masi- más modesta, pero más acordes con la reali-
va industrialización de elementos de H.° A.°, dad del país, con los que se intenta combinar
pero sobre todo un avance sustancial en las in- el extendido sistema de autoconstrucción con
vestigaciones sobre estructuras laminares (gran- las ventajas de la racionalización constructiva.
des superficies sin apoyos intermedios que tra- La estructura básica de hormigón con la li-
bajan por formas). Las investigaciones de del u EL EDIFICIO KAVANAGH FUE CONSTRUIDO EN TIEMPO RE- bertad de cerramiento es una de las formas
Pini fueron simultáneas con las de Torroja en CORD ENTRE 1934 Y 1935, SIGUIENDO NORMAS ALEMANAS. más difundidas de enlazar variedad con repe-
España y Candela en México. En el club Boca tición. El H.° A.° continúa siendo el sistema
Juniors la plataforma para saltos ornamentales y Paraguay, Williams jugó el núcleo de sus más difundido de construcción en la Argenti-
se resuelve con una delgada lámina de hormi- obras a un solo elemento estructural que las na y el resto de América Latina. La llegada
gón con tensores ubicados en las barras de an- caracteriza y resume, donde se conjugan los de sistemas como el encofrado deslizante o las
claje de las barandas; el natatorio debía ser com- factores técnicos y artísticos; y este elemento “mesas voladoras” permitió, en años recientes,
pletado con tribunas de gran capacidad bajo un es siempre pensado en hormigón armado. Wi- la realización de numerosos edificios de ofici-
recinto “de abrir y cerrar” con arcos oscilantes lliams también realizó investigaciones avan- nas y viviendas colectivas en altura. G. S.
de 100 m de luz libre (1935). Sus investigacio- zadas en elementos de posible repetición, co-
nes sobre hormigón preformado y fibrocemento mo las bóvedas autoportantes ensayadas junto Bibliografía: Colecciones de: Revista de Arquitectura;
autoportante (un material de su invención, que al ingeniero Pizzetti en el Instituto de Ensa- La Ingeniería; Revista Técnica; Anales de la Socie-
debía combinar transparencia y resistencia) se yo de Materiales de la Municipalidad de Bue- dad Científica Argentina; Boletín del Cemento Por-
aplicaron en establecimientos fabriles como Ita- nos Aires. También cupo a Williams el méri- tland; summa; Revista de la Cámara Argentina de
lar y Gomicuer entre el cincuenta y el sesenta. to de ser de los primeros en utilizar el hormigón la Construcción. L. Sommi. Los capitales alemanes
En el Hangar en Pilar, la estructura de grandes en su textura original, aunque con un trabajo en la Argentina (1945); L. Lucchini. Historia de la
luces es resuelta con pequeños elementos pre- cuidadoso que difícilmente pueda comparar- Ingeniería Argentina. Bs. As., CAI, 1981; D. Schável-
fabricados; se logra así resolver la requerida pro- se con las intenciones de exhibir el material en zon. Historia de la construcción en la Argentina.
tección contra las bombas. bruto en la década del sesenta. La superficie Bs. As.: Cámara Argentina de la Construcción, 1983.
Williams (v.) realizó algunas de las obras de del hormigón de la “casa del puente”, un hor-
mayor perfección, entre las que intentaron la migón especialmente dosificado en función de
identidad entre racionalidad estructural y es- su resistencia y de su acabado, está martelina- HORTAL, JOSÉ. Buenos Aires, 1891 – Íd., 1972.
tética de la forma. Desde la lámina curva de la da y tratada con ácidos para permitir que los Arquitecto. Activo en Buenos Aires, Córdoba y
famosa “casa del puente”, cuya parábola in- áridos aparezcan en la superficie. Rosario en las primeras décadas del siglo XX.
vierte el perfil de la hondonada que cubre, has- En los años sesenta asistimos a un doble
ta el gran pórtico de hormigón armado que pro- movimiento en el cual el hormigón, como ma- Se graduó en 1918 en la Escuela de Arqui-
yecta para el edificio de oficinas en Esmeralda terial y como estructura, alcanzaría un nuevo tectura de la Universidad de Buenos Aires. En-

186 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hor hos
tre 1932 y 1934 fue director de Arquitectura de la vida y la muerte. Desde este último punto de tores de enfermería. A fines de este período el
la Nación; elaboró un plan para lo que llamó vista podemos dividir la historia del hospital en crecimiento urbano, el número cada vez más
“La ciudad del gobierno”, un centro cívico na- dos grandes períodos. En el primero, que llega importante de peregrinos, viajeros o enfermos
cional que se localizaría sobre la Avenida 9 de a los inicios de la edad contemporánea, el hos- que llegaban a las ciudades, determinó la cre-
Julio de Buenos Aires, del cual solamente se pital es un relativo ámbito de curación, más ación de los primeros hospitales especializa-
concretó el edificio para el Ministerio de Obras bien se acerca a la función de lugar del “bien dos —los manicomios, los de leprosos— y tam-
Públicas (v. Centro cívico). morir”, de asilo para los menesterosos que bus- bién los orfanatos.
Trabajó asociado con el arquitecto Julio Go- can la protección de la religión frente a la en- El Renacimiento coincide con algunos cam-
doy, con quien realizó el Palacio de Justicia de fermedad, el desamparo, la pobreza, etc. El se- bios importantes en la tipología hospitalaria. A
Córdoba, encargo obtenido por concurso en gundo nace de la evolución espectacular que se mediados del siglo XV surge en Florencia el lla-
1925. Asimismo realizó el mercado Norte de produce con la transformación de la ciencia mé- mado “hospital en cruz”, un edificio consistente
Córdoba y el de Rosario. E. G. dica. A partir de allí el hospital se convierte en en cuatro salas que se cruzaban en un centro,
ámbito exclusivo de la curación, en el cual la donde estaba situado el altar; a principios del
muerte es solo un accidente que sucede por im- siglo XVI esa tipología pasa a España. Esta for-
HOSPITAL. m. Establecimiento destinado al diag- previsión o fallas en la organización del siste- ma de organización parece provenir de las ne-
nóstico y tratamiento de enfermos, donde se ma. También a partir de esta época el hospital cesidades de ventilación y control, así como res-
practican también la investigación y la ense- se transforma en ámbito de todas las clases so- ponder a cuestiones simbólicas y religiosas:
ñanza. La palabra, que procede del vocablo ciales. La tecnología cada vez más sofisticada, todos los enfermos pueden presenciar la misa.
latino hospitalis, se ha usado en varias acep- la necesidad de cuidados especiales llevan a que La necesidad de mayor especialización se
ciones: hotel, hostería, hospicio, hospital, or- los sectores medios y altos, que antes estaban manifiesta en la mutación del esquema en cruz.
fanato, asilo, hospedaje para viajeros y ca- por fuera de este sistema dirigido originalmente Ya en el siglo XVII encontramos en Europa
renciados. a los sectores carenciados, ingresen definiti- planteos que amplían el número de radios a
vamente en el mismo. ocho, asimilando el modelo original al de una
La existencia de esta institución está aso- cruz de San Andrés o “radial”.
ciada, en principio, a los conventos y a la cari- DEL HOSPITAL CLAUSTRAL AL PABELLONAL. A mediados del siglo XVIII pueden cons-
dad religiosa. Su desarrollo es lento y, desde el Durante la Edad Media el hospital se ubi- tatarse modificaciones radicales en la organi-
punto de vista de la organización espacial, co- caba en una gran sala anexa a las instituciones zación de este complejo recinto de servicios
mienza a sufrir cambios en la medida en que religiosas, o se desarrollaba en forma claustral, que llevan a la aparición de la segunda tipolo-
las funciones se especializan y dividen gene- a la manera de los espacios de las órdenes mo- gía nacida en la Edad Moderna: el hospital pa-
rando ámbitos diferenciados. Su mutación tam- násticas, donde convivían enfermos y caren- bellonal. Este último surge del debate públi-
bién está signada por los cambios que se pro- ciados. Alrededor de esos claustros podían en- co entre especialistas dentro del clima de
ducen en la disciplina médica, las técnicas de contrarse salas colectivas o habitaciones renovación que acompaña al surgimiento de
curación, la evolución de las concepciones de individuales acompañadas de capillas y sec- la Ilustración francesa. El estado crítico de los

u EL HOSPITAL BARTOLOMÉ CHURRUCA, EN PARQUE PATRICIOS, BS. AS., DE A. Y C. VILAR, NOEL, ESCASANY Y FERNÁNDEZ SARALEGUI: UNA TIRA DE 123 METROS DE LONGITUD Y 10 PLANTAS.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 187


aglomeración edilicia empieza a ser entendi- nera a las doctrinas higiénicas, pues posibilita
da como una latente amenaza. En los tratados la organización espacial por sectores de dife-
médicos de la época se abandona la idea de rentes funciones y usos. Por otra parte, al dis-
irrupción de la enfermedad en la ciudad y se ponerse libremente en el terreno una serie de
comienza a teorizar acerca de la ciudad como pabellones aislados, esto permite una circula-
espacio de generación de enfermedades. ción generosa del aire entre cada uno de los
De los agentes naturales sobre los que se edificios. La organización interna del hospital
debe intervenir, la cuestión del aire “malsano” también sufre profundas modificaciones, en
aparece como más compleja. Esto se debe fun- las cuales la estructura física ocupa un rol pre-
damentalmente a su condición de factor casi ponderante, sobre todo debido a la posibilidad
incontrolable, ya que el modo de propagación de crear salas particularizadas para cada tipo
es de difícil determinación y los agentes pro- de enfermedad, propiciar camas individuales
ductores de las diferentes miasmas son de una para cada internado, controlables directamen-
múltiple variedad. Los gases de los pantanos, te por el médico, y garantizar una constante
las emanaciones de los productos en estado de ventilación e iluminación de los locales.
putrefacción, los cuerpos y sus exhalaciones
naturales forman un amplio espectro de agen- HOSPITALES EN EL RÍO DE LA PLATA.
tes contrarios a la salud, a los cuales debe pres- Para el Nuevo Continente, las Leyes de In-
tarse cuidadosa atención. En qué condiciones dias (v.) prevén la formación de hospitales ur-
y en qué grado de concentración dichos agen- banos que deben acompañar a la fundación de
tes producen los “fétidos miasmas” causantes ciudades, bajo control de las órdenes religio-
de enfermedades será una de las preguntas sas. La legislación no prescribe tipologías, y du-
más importantes que la química y la ciencia rante los años de conquista y colonización el
médica se harán durante el siglo XVIII. Den- tradicional hospital claustral convive con la
tro del amplio debate que el problema genera, nueva tipología en cruz. Esta modalidad apa-
u ESQUEMA DE HOSPITAL EN CRUZ. la atención se centrará en los espacios densa- rece rápidamente en América: Hernán Cortés
mente poblados, los complejos edilicios cerra- construye en 1524 un hospital en cruz en la
hospitales a fines del Antiguo Régimen, y en dos que agrupan gran cantidad de personas ciudad de México. También existen hospitales
especial del Hotel Dieu de París, que se ha- (cárceles, hospicios, naves) o en aquellos que de este tipo en Lima, divididos según orígenes:
bía incendiado casi en su totalidad en 1772, es están en contacto con cuerpos muertos (hos- San Andrés (españoles), Santa Ana (indios),
lo que lleva a que la Academia de Ciencias nom- pitales, cementerios, mercados, mataderos). San Bartolomé (negros). En nuestro país exis-
bre una comisión encargada de replantear el Esta serie de principios serán los que ins- ten algunos ejemplos que denotan la persis-
problema. La reforma coincide con las nuevas piren los diferentes modelos de hospitales que, tencia del tipo en América, como el de San Juan
orientaciones que la ciencia médica plantea en en forma teórica, intentan responder a las nue- de Cuyo, proyectado a comienzos del siglo XIX.
esos mismos años y que se verán reflejadas en vas necesidades. Si bien se insistirá en el mo- Este hospital permite vislumbrar cómo el tipo
la morfología hospitalaria. Hay que tener en delo radial, las investigaciones llegarán final- en cruz podía adaptarse a sistemas de organi-
cuenta que, desde mediados del siglo XVIII se mente a la creación de una nueva tipología: zación cada vez más especializados, ya que la
viene produciendo en el interior de la cultura el hospital pabellonal. planta enuncia la existencia de sectores: en-
occidental una valoración de la ciencia médi- El primero de ellos es el proyectado por el fermos generales, virulentos (con enfermeda-
ca al mismo tiempo que se están echando las científico Jean Baptiste Le Roy y el Arquitec- des contagiosas) y gangrenosos. De todos mo-
bases para la formación de una “política de sa- to Charles François Viel en 1773, y se caracte- dos, el tipo claustral persiste como modelo. Un
nidad”. Esta política implica observaciones, es- riza por una zonificación que tiene luego am- ejemplo de esta modalidad es el antiguo hos-
tadísticas de enfermedades y la determinación plia descendencia: un patio central con una pital de la Residencia en Buenos Aires
de las variables características de un grupo o serie de pabellones alineados a izquierda y de- Cuando se generaliza el hospital pabello-
colectividad, las tasas de mortalidad, duración recha. Este modelo es aprobado por la Acade- nal, se encuentran en nuestro medio escasas
media de la vida, dolencias endémicas, tipos mia de Ciencias, lo que favorece su posterior realizaciones materiales de este género, pero
de epidemia más frecuentes y, con ello, la de- difusión. El planteo de Le Roy es mejorado lue- no por ello dejará este equipamiento de ser cen-
finición del “estado de normalidad”, en con- go por un proyecto de Poyet, que separa aún tro de preocupación.
cordancia con el fenómeno más general de ra- más los pabellones y los incluye dentro de un Con el advenimiento de la Revolución, al
cionalización de la sociedad (v. Higienismo). recinto en el cual sitúa los servicios de apoyo menos en Buenos Aires, se realiza una serie
Esta nueva mirada produce un cambio ya del hospital. Pese a su éxito científico, el mo- de reformas que no superan un carácter pre-
que las causales de las diferentes afecciones delo se expandirá lentamente y son pocos los cario. Frente a la existencia de tres viejos hos-
que afligen a los seres humanos se desplazan hospitales realizados en esta tipología duran- pitales deficitarios: el de Bethlem de hombres,
progresivamente desde la atención al clima co- te la primera mitad del siglo XIX en Europa. el de mujeres y el militar de La Residencia, la
mo principal factor de riesgo, según la tradi- El nuevo género edilicio coincide con la preocupación del gobierno se centra funda-
ción hipocrática, a la consideración del ámbi- transformación lenta del hospital en una “má- mentalmente en la creación de un hospital de
to urbano. En ese momento es cuando la quina de curar” que responde de mejor ma- gran magnitud que cumpla con los requisi-

188 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hos hos
tos más modernos en cuanto a las cuestiones ción más cercana a este estrato. No así entre los rreno de la casuística para entrar en la etapa
de salubridad, el cual, según opinión genera- sectores indigentes, que no solo debían ser asis- experimental. El hospital comienza a funcio-
lizada, debía ubicarse en el predio de La Resi- tidos por médicos, órdenes y hermandades re- nar como el lugar donde se observa y se apren-
dencia. Tomando en cuenta este sitio como ligiosas, sino que debían ser tratados median- de. Se transforma en un hecho médico pasando
el ideal, Catelín (v.) propone, en 1826, la am- te específicas rutinas higiénicas, pues el contacto de ser un lugar de reclusión a otro donde se
pliación de sus dimensiones y la erección de de los cuerpos y las diferentes miasmas en un implementan políticas sanitarias, el control de
un hospital extendido que pueda ser dividido mismo espacio hacían del hospital un ámbito las enfermedades y su observación, de modo
en diferentes cuerpos. particularmente peligroso. El hospital de Zuc- que permita una nueva producción de saber.
La idea es retomada en 1831 por Carlo Zuc- chi comienza a poner en contradicción esta zo- El hospital se transforma en un medio de in-
chi (v.), quien plantea la necesidad de no seguir nificación social de la enfermedad. tervención sobre el enfermo.
ampliando erróneamente el viejo hospital, des- En la segunda mitad del siglo XIX, en el
bordado en capacidad hasta ocupar el interior Río de la Plata, la complejidad del servicio mé-
de la antigua iglesia jesuítica. Sus ideas giran dico va eliminando la posibilidad de la asis-
en torno de la construcción de un hospital nue- tencia domiciliaria y con ello auspicia la in-
vo, aprovechando la implantación existente y clusión de todos los sectores sociales en el
algunas de las construcciones ya realizadas, servicio hospitalario.
para producir una transformación radical que Sin embargo, en las dos décadas que van
incorpora los recursos y sistemas desarrolla- de 1850 a 1870 los pocos edificios construidos
dos en los últimos estudios: entre ellos la for- u HOSPITAL PARA AMBOS SEXOS EN BUENOS AIRES. son híbridos derivados de modelos anteriores:
ma pabellonal. El proyecto de Zucchi es una la remodelación planteada en 1859 para el hos-
adaptación realista del proyecto que la Acade- Luego de este frustrado proyecto, no se avan- pital general de hombres de Buenos Aires pro-
mia de Ciencias de París había encargado en zará mucho más hasta la caída de Rosas. Con pone nuevamente el modelo en cruz; el de mu-
1788 a Poyet como esquema prototípico, que el surgimiento del Higienismo (v.) en la segunda jeres de Corrientes, de 1884, vuelve al esquema
Durand describe detalladamente en su trata- mitad del siglo XIX, la consolidación de la dis- de patio. Lo mismo puede decirse del hospi-
do. Zucchi adecua el esquema ideal de Poyet ciplina médica y la aparición de especialistas tal de inválidos, hoy Rawson, o del Ramos Me-
a la cuadrícula porteña, organizando cada hos- locales en el tema, como Rawson o Coni, la cues- jía, ambos de Buenos Aires, que se organizan
pital en una manzana y transformando el gran tión de la arquitectura hospitalaria reaparece de modo claustral.
rectángulo ideado por el arquitecto francés en con nuevo vigor. Ambos reproponen en sus es- En el caso porteño la aparición de nuevos
una calle de distribución (Balcarce) de acceso critos la necesidad de lograr hospitales ex- hospitales es acompañada por la creación de
general al complejo. El esquema de pabellones traurbanos en terrenos altos y rodeados de ver- la Asistencia Pública. Esta institución tiene,
del modelo original se modifica también pa- de. Esto no siempre es posible, pero la idea de entre otras funciones, la administración de los
ra dejar espacio a la antigua iglesia de la Re- recinto autosuficiente planteado por el hospi- hospitales municipales. Se subdivide la ciu-
sidencia, que se incorpora al hospital de mu- tal de Zucchi se va imponiendo como norma. dad en circunscripciones médicas y de pri-
jeres. El planteo mantiene las características Es que la medicina va abandonando el te- meros auxilios. Su penetración en la perife-
generales del prototipo: un anillo de estruc-
tura circulatoria con servicios que definen el
recinto y sirven a una batería de pabellones se-
parados por patios de aire y luz, destinados a
la ventilación y disipación del aire malsano.
En el interior de estos pabellones el arqui-
tecto crea una circulación diferenciada que se-
para las camas de las ventanas para controlar
mejor el ingreso del aire, pero a la vez con el fin
de ubicar en esa zona los recipientes necesarios
para las deyecciones de cada uno de los enfer-
mos. Esta circulación técnica se ve acompaña-
da por una cañería de agua que debe servir a
la limpieza del sector. El hospital se convierte
en laboratorio de las reformas que afectarán en
el futuro el espacio urbano en su conjunto, una
vez que desaparezcan las restricciones que im-
piden un control más general de la sociedad.
En la primera mitad del siglo XIX se consi-
deraba indigno que un enfermo “decente” fue-
ra tratado en un hospital, ya que las condicio-
nes de curación estaban garantizadas en los
domicilios de la elite o la porción de la pobla- u PRIMER EDIFICIO DEL HOSPITAL ITALIANO, EN BUENOS AIRES, DE J. M. BUSCHIAZZO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 189


ria, a través de las estaciones sanitarias, será bierno de Irigoyen. Un caso singular es el de
uno de los factores que dará origen a los hos- Santiago del Estero (v.), donde la realización del
pitales suburbanos. Hospital Independencia, en 1915, corrió a la
En 1881 Emilio Coni escribe el Código de par de una amplia serie de intervenciones sa-
Higiene y Medicina Legal, en el que se propo- nitarias llevadas a cabo en la ciudad por Ante-
ne la reglamentación del funcionamiento hos- nor Álvarez. Este hospital de tipo pabellonal es
pitalario. Por medio de este nuevo instrumento uno de los casos más relevantes a nivel nacio-
legal quedan precisados los roles administra- nal, ya que consta de 25 edificios y 75.000 m2.
tivos en relación con los médicos, lugares an- Al mismo tiempo, otra variedad del mode-
tes reservados a los religiosos, se regula el com- lo, proveniente de Inglaterra, se hace presente
portamiento de los practicantes y la admisión en nuestro medio. Se trata de una estructura
de los enfermos, así como los deberes y dere- de pabellones que en vez de estar aislados se
chos de todo el personal, cuyas prestaciones unifican a partir de una espina de circulación
concurrían para los objetivos de una máxima central que resuelve la circulación bajo condi-
eficiencia y rendimiento. ciones ambientales más aptas. Ejemplo de es-
La experimentación de las nuevas tipologí- u ANTIGUO HOSPITAL MILITAR CENTRAL, EN BS. AS. ta variación tipológica es el Hospital Italiano de
as no logra disminuir un grave problema: las Buenos Aires, obra de J. A. Buschiazzo (v.) o el
enfermedades hospitalarias, aquellas que sur- pacio libre por cama, utilización de pabellones Hospital de San Roque en Jujuy (1899), el de
gían dentro del edificio y complicaban a los en- de una sola planta, etc. Clínicas de Córdoba, de Tamburini (1885), el
fermos de otras dolencias. Las mismas elevan A estos ejemplos paradigmáticos, realiza- Hospital Pirovano, también de Buenos Aires.
el porcentaje de muerte en un 15% y en mu- dos por el Estado en la etapa posterior al ochen- El resultado conjunto no constituye la re-
chos casos el enfermo tratado en su domicilio ta, los sucede una serie de hospitales construi- alización de un modelo tipológico puro sino la
tiene más posibilidades de curación, sobre dos en todo el país que consagran el modelo combinatoria de varios, un heterogéneo en-
todo cuando se trata de partos u operaciones. pabellonal para atender las necesidades de la samble de experiencias contrastantes y no un
Una de las soluciones propuestas es la del salud: asilos, manicomios, hospitales particu- sistema orgánico. Así sucede con las amplia-
hospital barraca, ya que se había comprobado larizados, como los de enfermedades pulmo- ciones de hospitales, como los ya citados Ar-
que el índice de mortalidad era mucho menor nares, ojos, maternidad, etc., seguirán este es- gerich o Ramos Mejía, que incluyen en sus ins-
en hospitales de campaña improvisados que en tricto modelo. Puede citarse también la mayoría talaciones el claustro y los pabellones aislados.
los hospitales urbanos. En efecto, la medicina de los grandes hospitales construidos en las A fines del siglo XIX, las nuevas tipologías
determina, a fines del siglo XIX, que el alto ín- principales ciudades argentinas entre fin del si- hospitalarias no lograban resolver el problema
dice de mortalidad era producto de que el edi- glo XIX y principios del XX. teórico que había orientado su creación: la
ficio antiguo contenía las enfermedades. Por lo A fines del siglo XIX aparece en nuestro pa- mortalidad hospitalaria no había disminuido
tanto era mejor, desde el punto de vista sanita- ís un nuevo modelo de hospital pabellonal de- a pesar de la instauración de estas nuevas “má-
rio, un hospital realizado con construcciones sarrollado en Europa central. Esta tipología quinas de curar”. Será recién con los descubri-
precarias, muchas veces en madera, que una se diferencia de la francesa en la organización mientos de Pasteur y Koch, con el desarrollo de
vez utilizadas, y en cuanto se detectaba una epi- de pabellones completamente aislados y au- la bacteriología y de la microbiología, cuando
demia eran evacuadas e incendiadas. tosuficientes, dispuestos en un terreno abier- se deje de pensar en una transmisión de las
Más allá de esta modalidad, que no impli- to. Su ventaja reside en la posibilidad de aislar afecciones por vía del ambiguo terreno de los
ca ningún cambio tipológico, en 1881 se cons- aún más los diferentes tipos de enfermos y sus “miasmas” y se interpreten las verdaderas cau-
truye el primer hospital de carácter pabellonal: inconvenientes radican en la gran distancia que sas de la generación de las enfermedades.
el Hospital de Clínicas de Buenos Aires. Co- deben recorrer los servicios generales para su
mo hospitales pabellonales que siguen el mo- abastecimiento y en la circulación de enfermos DEL TIPO PABELLONAL AL HOSPITAL VERTICAL.
delo del de Clínicas pueden citarse los cons- (a veces en vehículos especiales). Ejemplos Al comenzar el siglo XX se produce una in-
truidos por Tamburini (v.): el Militar Central, de esta tipología son en Buenos Aires el hos- flexión en materia hospitalaria, que determinó
o por Enrique Aberg (v.): el de Mujeres Riva- pital Muñiz, en Mendoza el Emilio Civit (1897) programas y estándares a lo largo del siglo, y su
davia. Estos se caracterizan por su implanta- y los de Resistencia, Posadas y Santiago del Es- origen se puede cifrar cuando comienzan a de-
ción periférica y por el uso del Neorrenaci- tero, realizados tardíamente, conforme las pro- finirse nichos de prestaciones en materia de sa-
miento italiano (v.) como lenguaje, considerado vincias iniciaban procesos de modernización lud, vinculadas a niveles socioeconómicos pu-
universalmente el más apropiado para este institucional. El de Resistencia (v.) correspon- dientes, a comunidades nacionales o incluso a
tipo de emprendimientos. Se organizan sobre de a una iniciativa del Dr. Julio Perrando, quien exigencias particulares de instituciones de de-
la base de una serie de pabellones aislados en funda en 1910 el primer hospital civil en esa fensa o seguridad. Existen diferencias impor-
un jardín, conectados por galerías abiertas, co- provincia, y seis años después se inicia el Hos- tantes entre los hospitales de carácter estatal y
mo modo de provocar una mayor ventilación. pital Regional Dr. Madariaga de Posadas (v.). aquellos regidos por las diferentes colectivida-
Incorporan las mejoras propuestas por Tollet Este último caso pertenece a un plan de hos- des extranjeras afincadas en la Argentina, que
a fines de siglo, que implicaban la construc- pitales zonales realizado por la Comisión Ase- van a continuar la pionera sede del Hospital Ita-
ción de pabellones con sistemas de ventilación sora de Asilos y Hospitales Regionales, creada liano. Para el caso de Buenos Aires puede ob-
natural a partir de una bóveda ojival, mayor es- por el ministro Cabred durante el primer go- servarse cómo los grandes hospitales estatales,

190 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hos hos
cuya disponibilidad de terreno es mayor, siguen vos programas van a ser resueltos en base a nación y cirugía alrededor de un patio abierto
radicalmente las transformaciones tipológicas tres motivos centrales: los cambios en el saber a la calle; y el conjunto coronado por un sector
operadas a nivel internacional. Los hospitales médico y sus instrumentos de prevención del de servicios generales. Su esquema en “U”,
de colectividades, en general, deben adaptarse contagio y curación, las críticas funcionalistas abrazando un patio delantero y destacando una
a superficies de terreno menores, a construc- y economicistas que venía recibiendo el hos- torre posterior, se anticipa al que el mismo es-
ciones preexistentes o, algunas veces, como en pital pabellonal y, por último, el alto costo y di- tudio realizará para el edificio de renta Miha-
el caso del Hospital Español, obra de García Nú- ficultad que suponía para los privados contar novich y de la Unión Telefónica. Se trata de
ñez (v.), a la expresión de un lenguaje novedoso con terrenos amplios en el área mejor servi- una tipología característica de las metrópolis
propio de un programa que quiere destacar la da de las ciudades en crecimiento. norteamericanas, ensayada en rascacielos de
singularidad y modernidad de una colectividad. A partir de estas condiciones, los sectores oficinas, y reproducida para uso hospitalario,
Bajo la forma de pequeños hospitales o sa- privados van a participar tempranamente en hasta quedar sancionada por su efectividad tan-
natorios aparece dentro del tejido urbano una este proceso diferenciador, desarrollando el ti- to en teoría (en su obra teórica Horacio Moya-
serie de instituciones estatales, semiprivadas po edilicio de block en altura, que recién al pro- no Navarro (v.), la sitúa sin problemas como un
o privadas, que cubre —como una segunda mediar la década de 1930 va a ser tomado por esquema óptimo) como —modificada en es-
red— la instancia diferenciadora que había si- el Estado. De este modo podemos encontrar cala— para los numerosos esquemas en H que
do soslayada durante el proceso de moderni- tempranamente, en 1924, el Sanatorio Podes- se ensayaron y realizaron en la décadas del
zación impulsado por los higienistas. De este tá, situado en pleno centro de la Capital Fe- treinta al cincuenta. Si bien se cuestionaba la
modo se quiebra parcialmente la tendencia que deral, un edificio de 8 pisos, proyectado por el orientación perjudicial de al menos una de las
se venía observando respecto del uso por par- estudio Calvo, Jacobs y Giménez (v.). Tempra- alas de habitaciones, se consideraba que el pa-
te de todas las clases sociales de los hospitales na expresión local, dado que apenas cuatro años tio abierto permitía mejores condiciones de ai-
públicos. Su enclave será netamente urbano, antes se había inaugurado en Nueva York el reación e iluminación en la manzana. La tec-
inclusive en áreas céntricas, obligando al de- primer hospital en altura. Al igual que el pro- nología había posibilitado estos desafíos,
sarrollo compacto y en altura; tenían como an- totipo norteamericano, la imagen exterior del dejando atrás instalaciones horizontales, cu-
tecedente los hospitales de las colectividades Podestá es la de un suntuoso hotel. No solo en yas incomodidades comenzaban con una si-
extranjeras pertenecientes a “Asociaciones su carácter, sino aun en su tipo distributivo: tuación periférica al desarrollo urbano.
de Socorros Mutuos y Beneficencia”, extendi- un basamento en el que se ubican las presta- En esta línea podemos destacar el sanato-
das en distintas ciudades del país. Estos nue- ciones y el hospital de día; el sector de inter- rio de la compañía de seguros La Primera, de

u HOSPITAL JOSÉ MARÍA RAMOS MEJIA, EN EL BARRIO DE BALVANERA, EN BUENOS AIRES.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 191


Squirru y Croce Mujica (v.), desarrollado entre El campo teórico abunda a partir de la dé- deral realizó en los años treinta una serie limi-
medianeras y en 6 niveles (1928-1929); el sa- cada del treinta en valorar las ventajas del hos- tada pero efectiva de hospitales en altura, siem-
natorio del Centro Gallego de Buenos Aires, pital en altura. Nacido en EE.UU., el tipo en al- pre con el esquema simétrico en H (Argerich
proyecto del estudio Acevedo, Becú y Moreno, tura llega a Europa, agregando la variante de la en La Boca; Juan A. Fernández en la zona nor-
(v.), 1931; edificio en doble peine, asimilable a exposición al sol. Los tratamientos de la tu- te). Asimismo, la Universidad de Buenos Aires
una H con un cuerpo más en el patio poste- berculosis se encaraban por exposición del pa- encara la renovación total del antiguo Hospital
rior; el Sanatorio De Cusatis, un emprendi- ciente a baños de sol en condiciones ambien- de Clínicas, en correspondencia con la Facul-
miento privado proyectado por A. Virasoro (v.), tales óptimas, es decir, alejado de las ciudades tad de Medicina. De menor altura, aunque vin-
de figuración Art Déco. Dentro del modelo se y sus agentes patógenos. Hilversum, Paimio, culado también a la renovación modernista
sitúa el sanatorio conocido como Instituto Mé- Waiblingen fueron los ejemplos más recono- de la década del treinta, se puede inscribir la
dico Platense, proyectado por el ingeniero Ju- cidos de una importante serie tipológica, en la maternidad Ramón Sardá (de Fontecha y Ma-
lio A. Barrios (v.) en La Plata (1938); y el inte- cual se ensayaron los principios formales y dis- dero), desarrollada como una serie de bloques
resante y tardío ejemplo de Ernesto Vautier (v.) tributivos de la arquitectura contemporánea co- en tres niveles articulados. Otros trabajos des-
y Luis Olezza (v.), el Sanatorio Anchorena, cu- mo en ningún otro caso. Entre los trabajos pue- tacados del período son los realizados por los
yo partido busca, en un terreno entre media- den encontrarse en la década del treinta, arquitectos rosarinos Tito y José Micheletti (v.)
neras suficientemente ancho, ubicar una tira simultáneamente con trabajos anacrónicos de a comienzos de la década del cuarenta. Se tra-
de cinco niveles bien asoleada a lo largo del lo- organizaciones en horizontal pabellonales, sa- ta del Policlínico de la Sociedad de Médicos del
natorios “en las sierras”, desarrollados en ver- Departamento San Martín y el Hospital de la
tical, que ensayan fachadas vidriadas y estruc- Caridad de la Sociedad de Beneficencia de Ro-
turas en voladizo. El tema del sanatorio en altura sario. La Liga Argentina de Lucha contra la Tu-
para curas helioterapéuticas fue encarado por berculosis proyectó en 1935 un enorme com-
Raúl Fitte (v.) en un ensayo teórico. El modelo plejo de 1.500 camas en Buenos Aires, con un
pabellonal, sin embargo, aún tenía en las dé- partido en doble peine desarrollado en altura,
cadas del treinta y del cuarenta destinos espe- montado sobre un denso basamento, que se
cíficos en los cuales aparecía como inevitable, ubicaría en Avenida del Trabajo entre Tellier
como los hospitales para leprosos, proyectados y Piedrabuena. Comenzado en 1937, quedó pa-
por el gobierno nacional en el interior del país. ralizado cuatro años más tarde.
Las Fuerzas Armadas no se quedaron atrás El país ya contaba para entonces con un pa-
en el proceso de modernización hospitalaria. trimonio nada desdeñable de hospitales pú-
Las sedes de sus centros de salud debían apa- blicos, construidos en el furor del higienis-
recer como enclaves de excepcional calidad y mo y el impulso del proyecto modernizador
de punta con el desarrollo internacional. En es- del ochenta. Esta situación tornaba dificultosa
te sentido se destaca el Hospital Militar Cen- la intervención radical para renovarlas. El pri-
tral, instalado en un edificio originariamente mer paso fue la sala llamada Nightingale, que
destinado a Instituto de Clínica Médica, am- consistía en tabicar hasta la altura de la vista la
bicioso proyecto multipabellonal realizado por sala general para formar recintos semicerra-
la Dirección de Ingenieros del Ejército. Inte- dos de 6 camas promedio, ubicadas con su lon-
u PLANTA DEL HOSPITAL ESPAÑOL, DE J. GARCÍA NÚÑEZ. grado por una trama ortogonal de bloques de gitud paralela a la fachada. Frente a este tipo
9 a 11 plantas, articulados del modo que lo ha- de ampliaciones coyunturales, la SCA (v.) abo-
te y componerla en T con otra dispuesta en la rían los hospitales suecos de la posguerra, el gaba por planificar nuevas construcciones hos-
dirección de la calle. Hacia fines de la década enorme complejo de 1.200 camas iba a ser re- pitalarias que renovaran el patrimonio para
del treinta, Sacriste (v.) y Vivanco (v.) manifies- alizado en etapas, cuya concreción aun en una brindar nuevos edificios de acuerdo con los ti-
tan una decidida adscripción al lenguaje con- pequeña parte es un destacado ejemplo de las pos aceptados entonces y equilibrar las pres-
temporáneo, en el proyecto ganador del con- posibilidades organizativas y expresivas que te- taciones en la ciudad.
curso para el sanatorio de la Mutualidad del nía entonces el hospital en altura.
Magisterio. En esta línea renovadora se sitúa Igual camino emprendió la Policía Federal, Políticas sanitarias durante el período
dos años antes (1937) el trabajo de Mario Ro- gracias a la donación de un particular, con la 1943-1955 y desarrollos tipológicos.
berto Álvarez (v.) asociado al ingeniero Miglia- realización del Hospital Bartolomé Churruca, Un quiebre significativo en materia de po-
no para el sanatorio de la Corporación Médica situado frente al parque Patricios y encomen- líticas sanitarias se dio durante la gestión del
de General San Martín, una de sus primeras dado a un equipo de profesionales integrado Dr. Ramón Carrillo al frente de la Secretaría de
obras y antecedente de los centros sanitarios por los hermanos Antonio y Carlos Vilar (v.), Salud Pública de la Nación (creada por el nue-
realizados durante la gestión del ministro Ca- Martín Noel (v.), Escasany y Fernández Sarale- vo gobierno en 1943). Neurocirujano, profesor
rrillo una década más tarde. Se trata en este ca- gui. Se trataba de un hospital policlínico, con universitario y sanitarista, fue el autor de un
so de un edificio desarrollado en dos niveles, especialidad quirúrgica, desarrollado en un lar- plan que se constituyó en el primer intento de
coherente con la densidad que en ese enton- go monoblock de 10 plantas y subsuelo, 123 m fundamentar racionalmente un articulado sis-
ces presentaba esta localidad de las afueras de de longitud y 15 de ancho. tema sanitario a nivel nacional. Para ello se re-
la Capital Federal. Por su parte, el municipio de la Capital Fe- levó y luego atendió a las zonas con mayores

192 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hos hos

u EL HOSPITAL NAVAL DE BUENOS AIRES, DE TESTA Y LACARRA, SE DESARROLLÓ EN PLANTAS ANCHAS CON SERVICIOS CENTRALES, DE ACUERDO A LAS TEORÍAS EN VIGENCIA.

dificultades, estableciendo dos categorías: las periféricos constituirían verdaderas “máqui- destaca por la inesperada postura horizontal,
unidades sanitarias y las ciudades hospital. El nas de curar”, frente a las amables y citadi- combinada con un conjunto de partes (escue-
planteo teórico era novedoso: comprendía un nas unidades sanitarias, destinadas a la pre- la de enfermeras, pabellón de servicios anexos
criterio de crecimiento y flexibilidad que po- vención, educación para la salud y atención —un antecedente de la Central de Abasteci-
sibilitaba proyectar módulos sistematizados de primaria. Razones de economía llevaban a pa- miento y Procesamiento— viviendas, comple-
internación de 30 camas; la zonificación en áre- liar de este modo “total” los problemas, dado jo deportivo, huerta, etc.), organizados de mo-
as de servicios externos, internación, servicios que se preferían los grandes hospitales con- do libre, con un carácter que se ha comparado
generales y anexos, proporcionales entre sí, centradores antes que los pequeños, por ob- con el de autores nórdicos. Fue el pabellón
al igual que el número de camas y la superfi- vias razones de economía de escala. La expe- de policlínico el que despertó mayores co-
cie de terreno requerida (a razón de una ha por riencia piloto de este plan, la ciudad hospital mentarios, al anticipar algunas características
cada módulo de 30 camas en el caso de poli- en Horco Molle, de Eithel Traine (v.), 1953, se del proyecto de Le Corbusier para Venecia, re-
clínicos; la mitad en el de crónicos). El área li- instalaba en una provincia (Tucumán) con ca- alizado una década más tarde. Las hipótesis de
bre iba decreciendo conforme el hospital esta- racterísticas socioeconómicas particulares (exis- base de este hospital quedaron truncas al des-
ba más próximo a la ciudad. A medida que las tencia de ingenios azucareros, consecuente po- naturalizarse la obra tras la revolución de 1955.
prestaciones o el número de camas crecía, ca- blación golondrina, atraso estructural no En Tucumán se debe destacar también el
da sector se diversificaba internamente. Los solucionable a corto plazo). La propuesta se Hospital del Niño Jesús, situado en la propia
sectores debían ser independientes y no im- capital. Los autores, Eduardo Sacriste (v.) y Ho-
bricarse entre sí; las circulaciones no debían racio Caminos (v.), proyectaron un hospital
cruzarse si eran de distinta naturaleza; las cir- en forma de bloque lineal, pero dotándolo de
culaciones tenían distinta intensidad de uso y un ancha galería orientada hacia el N a lo lar-
el mayor corresponde a la atención externa; go del edificio, que actúa de veranda para la
el tránsito horizontal era preferible al vertical, espera de pacientes. Separada del cuerpo prin-
admisible solo en los hospitales urbanos; de- cipal, a la manera de los baldaquinos corbu-
bían existir circuitos cerrados (cirugía y anexos sieranos, posibilita la aireación y asoleamien-
por ejemplo) con un solo acceso. Los costos te- to de los locales del edificio, a la vez que su
nían que ser proporcionales a los costos de cons- propia ventilación transversal.
trucción, equipamiento y mantenimiento anual Los “centros sanitarios” fueron un em-
(a razón de un 50% y un 20% de estos últimos prendimiento más acotado y por ello más exi-
respecto del primero). toso. Se trató de seis edificios en provincias ca-
Se trata de un nuevo proceso de homoge- racterizadas por sus atrasos estructurales: Salta,
neización modernista: los nuevos hospitales u AXONOMÉTRICA DEL HOSPITAL NAVAL DE BUENOS AIRES. Corrientes (con edificio anexo para maternidad

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 193


de 400 camas), Catamarca, Jujuy, Santiago del “frustraciones” que su gestión produjo, a la par
Estero y Tucumán. El plan Carrillo establecía que el Plan Carrillo buscaba desarrollar una
que debían estar integrados por todos los con- planificación sanitaria razonable, pues parale-
sultorios necesarios “para la atención poliva- lamente fueron proyectados y comenzados tres
lente integral de sanos y enfermos, completa- hospitales de 1.000 camas cada uno, destina-
do por un servicio social”. A pesar del restringido dos a la infancia, dispuestos —al igual que el
y arcaizante repertorio formal propuesto por el inconcluso instituto— en bloques articulados
plan, la reinterpretación inteligente de M. R. de diez niveles. Uno de ellos fue durante dé-
Álvarez (v.) convirtió las demandas de color lo- cadas una gigantesca “casa tomada” conocida
cal en invenciones tipológicas modernas. en Buenos Aires como Albergue Warnes. Es-
Características comunes a los edificios son, te modo de actuar revela las interferencias den-
además de la implantación netamente urbana, tro del poder, puesto que igual criterio de anár-
la composición de plantas libres, moduladas quica autonomía —aunque en este caso los
con estructura de hormigón armado, presen- edificios sí se inauguraron— se aplicó a los hos-
cia de tabiques livianos realizados y montados pitales desarrollados en el primer gobierno pe-
en seco, carpinterías metálicas diseñadas con ronista, proyectados por equipos técnicos de la
rejillas de ventilación, rampas, circulación di- Fundación Eva Perón para el Conurbano bo-
ferenciada (público-personal-médico), estan- naerense (Lanús, San Martín, Ezeiza y Ave-
darización de componentes, etc. llaneda), todos ellos del orden de las 260 a 400
La otra experiencia, como parte del plan sa- camas y con un promedio de 20.000 m2.
nitario del Ministerio de Salud Pública de la Tampoco en el plano lingüístico había al-
Nación —no construida—, fueron los hospi- gún tipo de coherencia. El retorno en estos dos
tales en Corrientes, desarrollados por Aman- últimos casos a lenguajes neocoloniales, pro-
cio Williams (v.). Se proyectaron tres hospita- pios de la década de 1920, o californianos de
les que se construirían en Curuzú-Cuatiá, u ORGANIZACIÓN HORIZONTAL EN LA CIUDAD HOSPITAL DE los treinta, constituye un intento de alejar a es-
Esquina y Mburucuyá, para los cuales se debía HORCO MOLLE, TUCUMÁN, DE EITHEL TRAINE tos edificios del carácter “sanitarista” de los tra-
elegir el terreno y determinar el programa. El bajos de la década anterior, aunque, como lo
desarrollo en horizontal estaba estipulado en los casos la interacción entre una construcción demuestra el proyecto para hospital de clínica
el encargo, tanto como la necesidad de que baja que alojaría el programa “duro”, tratada y cirugía del tórax en Ramos Mejía (1.080 ca-
se tratase de una suerte de síntesis entre los exteriormente como cajas compuestas de pla- mas), el Racionalismo lingüístico, en este ca-
centros sanitarios y las ciudades hospital, in- nos opacos, transparentes o semitransparen- so de matriz italiana, daba por tierra con pre-
cluyendo servicios de asistencia ambulatoria y tes alternados y una serie altas de bóvedas cás- supuestos globales. También se puede citar el
preventiva. Se exigían áreas protegidas para es- cara de doble curvatura, sostenidas en apoyos proyecto de policlínico regional de Santa Fe
pera y juegos de niños. centrales, que el autor desarrollaría en nume- (480 camas), de Jorge B. López y Luis S. F. Ay-
Se trata aquí también de una hipótesis no- rosas ocasiones posteriores. La posibilidad de rinhac, deudor de las propuestas de basamen-
vedosa dentro del desarrollo de la Arquitectu- “vaciar” componentes en una trama reticular to y torre desarrolladas contemporáneamen-
ra Moderna. Las condiciones subtropicales eran garantizaba al autor el control del asoleamiento. te en el extranjero.
ajenas a la investigación hospitalaria de los ar- El hospital jugó un rol decisivo en el ima- El origen de este cambio tipológico lo brin-
quitectos modernos europeos y norteamerica- ginario social como emblema de “hacer obra” dan las experiencias en materia de creci-
nos, y solo años más tarde se experimentarían por parte del Estado. La sensata distribución mientos distorsionadores del hospital, en tan-
soluciones de grandes cubiertas creadoras de de recursos (se estimaba para 1977 que la Ar- to sus componentes internación y servicios,
microclima, independientes del cierre de los gentina destinaría 5% del PBI, un punto más incluyendo la atención de pacientes ambula-
locales cobijados. Al igual que en los centros que Gran Bretaña) no contaba en esta ecuación torios, no lo hacen de modo proporcional o ar-
realizados por Álvarez, la propuesta general in- política, que privilegiaba las promesas —dado mónico, por lo cual este aumento llega a po-
corporaba la sistematización de partes del pro- que no las realizaciones— de elefantiásicos edi- ner en crisis la idea de hospital. Desde la
yecto, susceptibles de conexiones, cambios de ficios que en el ámbito mundial venían sien- segunda posguerra, el hospital empieza a de-
tamaño y posición que, según su autor, “cre- do discutidos en su real eficacia. Desde 1941 finirse por los medios técnicos que contiene,
arían una estrecha unidad entre los tres pro- estaba abandonada la estructura de hormigón en su mayoría situados en las áreas de diag-
yectos y facilitarían considerablemente la cons- para el Instituto Argentino de Lucha contra nóstico y tratamiento. Dentro de este esque-
trucción”. El leitmotiv figurativo era en todos la Tuberculosis: esto anticipa el conjunto de ma, la Provincia de Buenos Aires construyó
el Hospital Rossi en La Plata.
A diferencia de lo ocurrido en el período an-
terior, las Fuerzas Armadas hicieron gala de
una irracionalidad que marcaría el principio del
fin de su eficiencia. Dos hospitales, uno para la
Armada (100.000 m2 y 3.000 camas) y otro pa-
u HOSPITALES PARA CORRIENTES, DE A. WILLIAMS: EL TECHO DE CÁSCARAS DE HORMIGÓN CONTROLA EL ASOLEAMIENTO. ra la Corporación de Transportes de la ciudad

194 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hos hos

u VISTA FOTOGRÁFICA Y PLANTA DEL HOSPITAL DE ORÁN, EN SALTA, DE LLAURÓ, URGELL Y FAZIO. EL PROYECTO SE INSCRIBE DENTRO DE LA ARQUITECTURA DE SISTEMAS.

de Buenos Aires fueron comenzados en Puer- la Provincia de Buenos Aires y de la Capital Fe- nario de 1975 y el ciclo recesivo del Proceso. El
to Nuevo, ya cambiados de destino. El prime- deral o de otras ciudades importantes se pro- pico estuvo situado en torno de 1970, cuando
ro, concebido para ponerse a la par de los me- fundizó frente a las carencias en el resto del pa- la Argentina gozaba aún de los beneficios cre-
jores de la armada de los EE.UU., se transformó ís, agregando un argumento más en favor de diticios que el Banco Mundial arrojaba en es-
en el Comando de Marina. El segundo se des- las migraciones internas hacia las regiones más ta región, y se empalmó al calor de las nue-
tinó a sede de la Aeronáutica, y su cambio de equipadas. Ante la falta de una política planifi- vas políticas populistas del ciclo 1973-1976.
destino ocasionó un previsible derrumbe al so- cada, los políticos locales exigieron soluciones De modo similar a lo presupuesto por Ca-
brecargarlo con archivos. puntuales al gobierno nacional, que llegaron rrillo, pero con recursos humanos y técnicos
Otro cambio que inició el gobierno pero- en la mayoría de los casos en forma de prome- mayores, un conjunto de médicos, planifica-
nista fue el desarrollo de las obras sociales sin- sas presupuestarias, cuando no en inicios de dores económicos, arquitectos, etc., participa-
dicales, muchas de las cuales, por su magni- obras que nunca se podrían concluir o mante- ron en el Programa Nacional de Planeamiento
tud, pretendían disponer de instalaciones ner. No fue ajeno a ello el ciclo de inestabilidad Físico y Arquitectura dentro de la Subsecreta-
autónomas. En los casos restantes, derivaban política entre el golpe de 1955 y el de 1966. ría de Salud Pública del Ministerio de Bienes-
a sus afiliados a clínicas y sanatorios privados, Pero el período aludido fue sin embargo tar Social, con la construcción de lo que llama-
afrontando los gastos. atractivo en materia de propuestas, puesto que ron las “Pautas de diseño en arquitectura
Esta nueva modalidad complejizó el con- permitió establecer un repertorio de solucio- hospitalaria”. La literatura en la materia abun-
junto público-estatal, el privado perteneciente nes a ser tenidas en cuenta posteriormente. daba, y en ella se destacaban los trabajos del in-
a entidades intermedias (colectividades nacio- En esta línea se sitúan las propuestas de Ei- fluyente proyectista de hospitales británico John
nales) y el privado, entendido como negocio, sin thel Traine, quien, asociado con otros autores Weeks y los de Sir Lewellyn Davies, a lo que se
establecer una trama consistente. Igualmente (Soto, Rivarola(v.) Borthagaray (v.), Ballester Pe- sumó en 1969 la Reunión Nacional de Autori-
se plantearon problemas jurisdiccionales, en ña), obtuvo más de 15 premios y encargos que dades de Salud Pública, con participación de fi-
tanto la Capital Federal desde antiguo acusaba muestran las aporías de este período. Se des- guras extranjeras. El sistema teórico proyectual
la mejor variedad, calidad y cantidad de servi- taca entre ellos la solución horizontal para el derivaba de la adaptación de premisas postula-
cios y camas, respecto del área suburbana. Hospital Universitario de Clínicas de la ciu- das por los escritos del Team X. Desde el cam-
Por último, en el campo de la medicina pri- dad de Córdoba de 1965. po privado se armaron consultoras en arqui-
vada cabe destacar el edificio para el Sanato- El golpe de Estado de junio de 1966 produ- tectura hospitalaria, que como la de los
rio de la Pequeña Compañía de María (1948), jo una nueva estructura dentro del Ministerio arquitectos Juan Pablo Quaglia y Erik Guth,
del estudio SEPRA (v.), en Capital Federal, con de Bienestar Social, destinada a desarrollar a desarrollaban además proyectos por encargo.
una “escandinava” sensibilidad por la relación partir de 1968 una planificación centralizada y Las discusiones de este cuerpo técnico abor-
con el entorno. pautas normativas para diseño, construcción daban la necesidad de diferenciar entre sí las
y equipamiento sanitario, a la par que el Esta- unidades de internación para la convalecencia
POLÍTICAS Y DESARROLLO EN EL do nacional transfería a las administraciones de diferentes patologías, pero flexibilizando su
PERÍODO 1955-1976. provinciales y municipales los hospitales exis- utilización en casos de cambios, cada vez más
Hasta el golpe militar de 1966 el sector sa- tentes y los recursos tanto para su manteni- frecuentes, de terapias, que tendían a reducir
lud se condujo sin una política clara y con es- miento, refacción y ampliaciones como para en- el tiempo de estadía del paciente en el hospi-
casa necesidad de adaptarse coyunturalmente carar las obras nuevas. tal, lo cual era económica y psicológicamente
a las demandas nunca demasiado bien cuan- Pero el sistema colapsó ante los cambios ponderado. Por otra parte, se experimentaba
tificadas. El desnivel entre las prestaciones de sufridos en el país a partir del shock inflacio- el cambio de antiguas terapias por nuevos ti-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 195


pos de cirugías. Por ello, unido a los creci- i Montaner en Barcelona (España). Las parri- en la Argentina, insumiendo mayores costos.
mientos vegetativos y migratorios de la pobla- llas ahora asumirían una organización deter- Además, para permitir el cambio eventual, se
ción, la cuantificación de cada sector se torna- minada por la maximización de la eficiencia debían dejar insertos, pasos, conductos, etc.,
ba una ecuación con abundancia de incógnitas. funcional. Esta eficiencia incorporó una inédita que encarecían la obra y dificultaban el man-
Pero las condiciones económicas exigían esa variable que suponía crear circuitos autónomos tenimiento. La imagen de futuro se acompa-
cuantificación del rendimiento del hospital, de todo tipo de flujos, incluidos los de las per- ñaba en muchos casos de una consciente bús-
entendido como un valor comparativo que de- sonas. Se priorizó la claridad funcional a cos- queda de materiales no tradicionales y
pendía de los metros de fachada y de circula- ta de olvidar los ineficientes recorridos hori- soluciones derivadas de la estética High Tech
ción por cama (índice de Yale). Una de las al- zontales que el personal se vería obligado a (burbujas de acrílico, cubiertas vidriadas, vi-
ternativas ensayadas para optimizar ese valor realizar diariamente. drios laminados cilíndricamente, etc.). Se con-
consistió en situar en el interior de la planta Combinando exigencias de máxima flexi- sidera el paradigma de esta teoría al Hospital
de internación las “islas” de servicios genera- bilidad, crecimiento y adaptabilidad a los cam- Nacional de Pediatría, concursado en 1970 y
les para abastecer a las mismas, duplicando la bios, con esta desagregación de movimientos culminado tres lustros más tarde.
circulación, y aumentando el ancho de los blo- y canales, se llegó a propuestas proyectuales A partir de 1969 comienza un proceso de
ques hasta alcanzar en casos extremos la pro- de gran ingenio pero adversos resultados, tan- planificación en materia sanitaria a escala na-
porción de un cuadrado. to en lo propiamente funcional como en lo eco- cional que toma como referencia la regionali-
Parte de esta literatura insistía en eliminar nómico. Uno de los talones de Aquiles era la zación desarrollada por la Comisión Nacional
los ascensores, factor de encarecimiento e in- excesiva horizontalidad con su correlativo cos- de Desarrollo, que dividía el territorio en 8 re-
eficiencia, dadas las intermitencias de uso, im- to en recorridos, fachadas, cubiertas, etc. Pero giones. La primera experiencia, de tipo pilo-
pulsando consecuentemente el desarrollo de el máximo de flexibilidad se conseguía cuan- to, fue en el área Noroeste, que al igual que
planteos horizontales. do las luces eran grandes (módulos de 7.20 x durante el Plan Carrillo seguía encabezando
Se retornó a organizaciones articuladas cons- 14.40 o incluso de 14.40 x 28.80) y se dispo- el promedio de zonas más deficitarias. En las
tructivamente, cuyo antecedente se ha seña- nía además de un entrepiso técnico (o plenum) distintas regiones se convocaron concursos
lado en hospitales pabellonales sistemáticos, para desarrollar el pasaje de tuberías, coloca- para los que serían hospitales cabeceras de re-
tales como el proyecto del Asilo de Valetudi- ción de equipos puntuales y el tránsito de in- gión en Catamarca, La Rioja, Misiones, For-
narios, de Julián García Núñez, en Temperley sumos. La filosofía de máxima flexibilidad re- mosa, Chaco, Córdoba, Paraná, Rosario, Ba-
(Prov. de Buenos Aires), o su referencia, el hos- quería que todos los elementos móviles fueran riloche y Capital Federal (Hospital Nacional
pital de San Pablo y Santa Cruz de Domenech de producción en seco, que no eran habituales de Pediatría).

u INSTITUTO DE REHABILITACIÓN Y EDUCACIÓN TERAPÉUTICA DE FLENI, EN ESCOBAR, PROVINCIA DE BUENOS AIRES, PROYECTADA Y CONSTRUIDA POR SADE SKANSKA.

196 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hos hos
Las conclusiones del estudio determinaban
que los recursos del patrimonio sanitario eran
de 7.900 establecimientos y 142.000 camas
de internación. De los mismos, 3.900 eran es-
tatales, con un 75 % de las camas. Pero se com-
probó que alrededor de la mitad era anterior a
1930 y a criterio de los planificadores ya esta-
ban obsoletos, mientras que el resto requería
ajustes variados. Con tan drástico diagnósti-
co se encararon las propuestas de realización
de centros hospitalarios. Con estos nuevos hos-
pitales se dotaría de 3.700 nuevas camas, un
bajo porcentaje en relación a la demanda exa-
minada. Paralelamente, algunas provincias y
municipios encararon por su cuenta la reali-
zación de concursos.
El primero de los concursos fue para la re-
gión piloto, el Noroeste: debía proveer un hos-
pital en Orán, Provincia de Salta (inaugurado
en 1980, con 162 camas y 13.500 m2), desti-
nado a trabajar en el propio lugar de empla- u HOSPITAL UNIVERSITARIO AUSTRAL, EN PILAR, PCIA. DE BS. AS., DEL ESTUDIO SCASERRA.
zamiento de la población afectada, y así evi-
tar la concentración de los servicios en las terreno de 9 ha. En este caso se recurrió a tec- cie cubierta), con ingeniosa propuesta de es-
grandes ciudades. El proyecto ganador corres- nologías razonables, redundantes en costos ini- tructura de transición entre la alta torre (18 ni-
pondió a los arquitectos Juan Manuel Llauró, ciales y de mantenimiento alcanzables. veles) y el basamento (8 niveles). En esta pro-
José A. Urgell y Enrique C. Fazio (v.). La pro- Otro concurso realizado para la Capital Fe- puesta se anticipa el pragmatismo ad hoc que
puesta se inscribe dentro de la Arquitectura de deral fue la ampliación y remodelación del Hos- se desplegaría en el período siguiente.
Sistemas (v.), con sus presupuestos de creci- pital General de Agudos Carlos Durand en En esta línea se desarrolló el sanatorio AN-
miento y cambio a partir de una tecnología re- 1971. El primer premio, obtenido por el estu- CAP, del estudio Solsona, destinado a la mutual
finada. Se experimenta el doble techo, según dio Manteola, Petchersky, Sánchez Gómez, de la Corporación Argentina de Productores de
lo había planteado Williams en Corrientes, co- Santos, Solsona y Viñoly (v.), desarrolló fren- Carne, que propone una resolución en etapas.
mo cobertura a los rayos solares. te al tema una fuerte intervención moderni-
En 1974 se crea el Sistema Integrado de zadora (20.600 m2 de obra nueva en relación PERÍODO 1975 - ACTUALIDAD.
Salud que divide los establecimientos según a 6.000 m2 existentes) dentro de las coorde- El golpe de 1976 y la crisis económica que
9 niveles de complejidad, que van desde el nadas de la Arquitectura Sistémica. Se com- lo precedió pusieron fin las expectativas en ma-
centro sanitario municipal en el primero has- bina un desarrollo predominantemente hori- teria de actualización del parque sanitario. El
ta el hospital nacional de máxima compleji- zontal con un bloque de 9 plantas. período se caracterizó por el rápido pasaje de
dad en el último, siendo el anteúltimo el hos- Por su parte, la Marina encaró su hospital la Arquitectura de Sistemas, apoyada en re-
pital regional autosuficiente. mediante un concurso que ganarían Clorindo cursos aparentemente ilimitados, a un prag-
Dentro de esta modalidad se encaró una Testa (v.) y Héctor Lacarra (también ganadores matismo acrítico, derivado de políticas rece-
contundente serie de emprendimientos, se con- en numerosos concursos de hospitales en el sivas para el sector.
validaron otros tantos producidos durante los período: Italiano, San Carlos de Bariloche, San Este viraje comenzó a manifestarse en la
tres años anteriores, y se estipuló de suma ne- Juan Bautista en Catamarca, Presidente Plaza primera mitad de 1976, a pocos meses del gol-
cesidad —a medida que aumentaba el nivel de en La Rioja, Esquel). La postura menos dog- pe, a través de un informe que publicó la re-
complejidad— la parafernalia funcional y tec- mática de las bases condujo a un proyecto más vista Summa, realizado por Juan Pablo Qua-
nológica de punta. En algunos casos, como en acotado, en la tradición de hospitales en altu- glia. A fines de ese año la misma revista
el Hospital de La Matanza (Roberto Frangella ra de la década del treinta. Su aspecto de tra- convocó a un foro de debate en el que la voz
y Félix Casiraghi, (v.)), se redujo el costo tec- satlántico encierra una eficaz maquinaria que del ex subsecretario de Salud Pública de la Na-
nológico en un 60%, tres años más tarde de ha incorporado las conclusiones teóricas en vi- ción, Alberto Mondet, reclamaba mejorar los
presentada la documentación. Junto al de Orán, gencia (plantas anchas con servicios centrales), hospitales existentes, adaptándolos a los re-
el Hospital Nacional de Pediatría (Aftalión, Bis- a la que solo puede achacársele programática- cursos del momento, y tender a la atención do-
chof, Do Porto, Egozcué, Escudero y Vidal (v.)) mente la limitación en el crecimiento. miciliaria y en consultorios, disminuyendo el
capitaliza los aciertos del modelo. Se trata del En el campo privado se destacan durante número de hospitales. Señalaba algo que en el
organigrama de relaciones funcionales más este período los edificios del Sanatorio Güe- fragor optimista de la primera mitad de la dé-
complejo que se haya desarrollado en materia mes, del estudio de Mario R. Álvarez (1970), cada se había desestimado, y era el enorme par-
sanitaria, para cubrir 110.000 m cuadrados en un regreso al edificio en altura (en el lote de que edilicio con que contaba el país.
un rectángulo de 300 x 150 m, dispuesto en un 2.000 m2 se insertan 32.000 m de superfi- Por su parte, el estudio Baudizzone, Erbin,

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 197


Díaz, Lestard, Varas (v.) elaboró un informe a taron con el cambio de gestión y la falta de fon- promovió hacia fines del siglo XIX el desarro-
partir de la especificidad disciplinar, en el que dos echaron por tierra un meritorio esfuerzo llo de otras variantes de hospedaje, los hoteles
reclamaba a los planificadores médicos que disciplinar por poner al día las investigaciones turísticos y los termales, los cuales fueron con-
“restrinjan las expectativas futuras o sean cons- en materia sanitaria, compatibilizando los lo- cebidos según otro programa de necesidades
cientes de su precio”, y cuestionaba duramente gros sistémicos con las críticas más atendibles funcionales respecto de los situados en zonas
todo el aparato teórico de la Arquitectura de de que había sido objeto. En efecto, la propuesta urbanas. Con las variantes recién apuntadas
Sistemas que había propugnado una década se organiza de acuerdo con los nuevos tiem- coexisten diferentes modalidades que se fue-
atrás, por los costos y la pobreza simbólica que pos como una parrilla eficiente desarrollada en ron sucediendo en el comienzo del siglo XX,
conllevaba. Ninguno de los anteriores plante- horizontal, con posibilidades sistémicas de cre- con fuertes cambios en lo que hace a la evo-
os le impidió al estudio —que junto a Eithel cimiento y cambio, sin dejar de lado ni la cali- lución tipológica.
Traine había concretado en 1971 un peque- dad ambiental en particular, dado el destino En los comienzos del siglo XIX la hotele-
ño hospital sistémico en Brandsen (casi to- pediátrico, ni el rol simbólico de institución. ría estuvo muy débilmente desarrollada en el
talmente prefabricado)—, producir un tardío En los últimos años se realizaron también Río de la Plata. Las modalidades de hospedaje
“canto de cisne” de esta arquitectura en el hos- algunos hospitales e institutos médicos de al- oscilaron entre las casas de familia, los cuartos
pital de Ushuaia de 1981. ta complejidad para el sector privado, como el de alquiler y las fondas u hoteles. Estos últimos
La Municipalidad de la ciudad de Buenos Sanatorio FLENI, en Escobar, y el Hospital ofrecieron al viajero albergue y servicio gastro-
Aires realizó en estos años la remodelación, Austral, en Pilar, ambos en Prov. de Buenos nómico; la categoría de los establecimientos era
renovación y ampliación de seis hospitales, ar- Aires. F. A. / E. G. medida por los menúes presentados.
mando para la ocasión un “superestudio” pro- En los inicios del siglo XIX el principal ho-
fesional integrado por cuatro conocidos estu- Bibliografía: C. Zucchi. Memoria elevada al superior tel de Buenos Aires fue la fonda de los Tres Re-
dios: Antonini, Schön, Zemborain, Kocourek Gobierno de Buenos Aires por el Ingeniero-Arqui- yes, ubicado en la esquina de las actuales ca-
(v.), Raña Veloso y Álvarez Forster, y SEPRA. tecto de la provincia Don Carlos Zucchi al presen- lles 25 de Mayo y Rivadavia, en el solar que hoy
El plan orginal incluía los hospitales Fernán- tar el proyecto de hospital general para ambos sexos ocupa el Banco de la Nación Argentina. Esta-
dez, Argerich, Ramos Mejía, Pirovano y la Ma- que se mandó a formar por decreto del 9 de diciem- ba constituido por una construcción en plan-
ternidad Sardá. Solo los dos primeros fueron bre de 1831. Bs. As., 1833; R. Fitte. Sanatorios de alti- ta baja, cuyo único ambiente en común lo con-
ampliados. La intervención suponía en gran tud. Bs. As.: Editorial Arte y Técnica, 1936; H. Mo- formó el salón comedor. Otro hotel importante,
medida una relocalización de usos y reorga- yano Navarro. Elementos de teoría de la arquitectura. el Faunch, establecimiento inglés por exce-
nización de circulaciones, con una modera- Córdoba: Editorial Baffignandi, 1946; M. Buschiazzo. lencia situado en la calle San Martín entre Ri-
da ampliación que respetaba los rasgos lin- “El plano de un hospital para San Juan de Cuyo”. En: vadavia y Bartolomé Mitre, frente al paredón
güísticos y las matrices tipológicas de una Anales del IAA, n.° 4, 1951; E. Hart Terré. “Hospita- de la Catedral, fue concebido especialmente
arquitectura que por entonces comenzaba a les Mayores, en Lima, en el primer siglo de su fun- para tal fin en el año 1828. La construcción te-
ser valorada culturalmente. dación”. En: Anales del IAA, n.° 16, 1963; R. Carrillo. nía dos pisos y las habitaciones estaban dis-
Un caso valioso en la misma dirección lo Teoría del hospital. Bs. As.: Eudeba, 1974; N. Pevsner. puestas en torno de dos patios de aire y luz. El
constituye el Hospital de Urgencias de Cór- Historia de las tipologías arquitectónicas. Barce- edificio contenía un establecimiento de baños
doba, proyectado en 1979 por Miguel Ángel lona: Gilli, 1978; AA.VV. La politique de l’espace Pa- de agua fría y caliente, además de salones pa-
Roca, e inaugurado dos años más tarde. Se tra- risien (Paris). F. Beguin y B. Fortier. Les machines à
ta de un edificio de 15.000 m2 planteado den- guerir. Aux origines de l’hopital moderne. Bruse-
tro del criterio sistémico de inicios de la dé- las, 1980; A. M. Cabarrou. La estrategia de la salud
cada, pero a la vez caracterizado por un realismo en la modernización de Buenos Aires. En mímeo,
en el reconocimiento de la verdadera magni- 1986; A. Vidler. El espacio de la Ilustración. Madrid:
tud del problema, que llevó a disponer de un Alianza, 1997; Colecciones de Revista de Arquitec-
acertado frente urbano identificador del edi- tura; Dos Puntos; summa y Trama.
ficio como institución y albergante de las acti-
vidades que no participaban de la complejidad
de la máquina situada atrás, que remataba en HOTEL. m. Edificio destinado a dar alojamiento y
un llamativo sistema de rampas para camillas. en algunos casos servicio gastronómico a to-
La medicina prepaga comenzó a ser im- da persona que lo solicite. El carácter de es-
pulsada por el Estado y se realizaron algunos ta función arquitectónica es casi exclusiva-
concursos nacionales de anteproyectos im- mente comercial. La voz, préstamo del francés
pensables hasta entonces, como la sede del CO- hôtel, se ha extendido a numerosas lenguas.
MI en Capital Federal y la sede del Centro On-
cológico de Excelencia (arquitecto Javier Rojo). En la Argentina, el hotel encuentra su ori-
En 1993, Emilio Sessa y Ricardo Ripari ga- gen en las fondas de principios del siglo XIX,
naron el concurso para el Hospital Materno In- instaladas en función de la creciente concu-
fantil en San Miguel de Tucumán, impulsado rrencia de extranjeros a nuestro país.
por el entonces gobernador Ramón Ortega. Las La aparición de polos turísticos, como con-
dificultades de todo orden que se experimen- secuencia de la proliferación del ferrocarril, u HOTEL METROPOLE, EN BUENOS AIRES, DE A. PLOU.

198 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hos hot

u HOTEL TERMAS, EN ROSARIO DE LA FRONTERA, SALTA. AL COMPLETARSE, EN 1935, CONTABA CON JARDINES DE INVIERNO, SALÓN DE FIESTAS Y CINE, ADEMÁS DEL PABELLÓN DE BAÑOS.

ra fumadores y de lectura. Entre los rasgos jeros dentro del territorio. Entre los hoteles que glo XIX. Estos incluían, por lo general, salas
de confort ya mencionados, las habitaciones surgieron entonces cabe mencionar el de Lon- de reunión, salón de fiestas y otras depen-
incluyeron estufas a leña. Esta disposición ti- dres, que se ubicaba en la esquina de Hipóli- dencias anexas.
pológica se asemeja a la del Caravanserrallo, to Yrigoyen y Defensa (1874). El proyecto fue Otro exponente arquitectónico es el Sierras,
que fue la hospedería habitual en Oriente has- diseñado por el ingeniero Pedro J. Coni (v.); ubicado en Villa Carlos Pellegrini, Provincia
ta principios del siglo XIX, organizado en dos contaba con sótano, planta baja y tres pisos en de Córdoba (1908). Este complejo fue el ele-
plantas alrededor de un patio. altura. El edificio presentaba un núcleo sani- mento generador de la expansión del núcleo
En el interior del país no se realizaron ex- tario por cada planta de habitaciones, pero ca- urbano preexistente hacia la parte alta, hecho
presiones de similar importancia. En el año da unidad habitacional tenía su servicio de agua que dio nacimiento a Villa Carlos Pellegrini.
1847, datos proporcionados por William Mac fría y caliente. La planta baja incluyó el bar-res- Su planta responde al tipo de construcción
Cann demuestran que tanto en la ciudad de taurante, y los comedores propios del hotel y abierta, con habitaciones comunicadas con
Santa Fe como en Paraná no existía hospeda- las plantas tipo fueron organizadas en torno amplias galerías. Las funciones se hallaban
je alguno y la modalidad adoptada era la de de dos patios de aire y luz. netamente diferenciadas; el personal de ser-
cuartos de alquiler. La diferencia entre los hoteles de ciudad y vicio se ubicó en las habitaciones correspon-
Hacia la década de 1860 se encuentran en los que se ubicaron en polos turísticos radicó dientes a los patios internos, y los huéspedes
Buenos Aires hoteles como el de la Paix, en en las distintas funciones desarrolladas. Los en las que se abrían a las galerías.
la esquina de Cangallo y Reconquista, que con- establecimientos veraniegos se encontraban La llegada del ferrocarril impulsó el creci-
taba con un mirador con vista al río. Para el implantados en medios naturales, con una es- miento de Mar del Plata (v.), localidad situada
año 1869 tuvo el liderazgo hotelero el gran Ho- trecha relación interior / exterior. Es el caso del en la Provincia de Buenos Aires, donde las ges-
tel Argentino, obra del arquitecto Gabriel Le- hotel Las Delicias (1872) en el partido de Al- tiones realizadas por Pedro Luro dieron como
nen, ubicado en la esquina de las calles 25 de mirante Brown (Adrogué) o el Tigre Hotel resultado la inauguración del hotel Bristol
Mayo, Rivadavia y Leandro N. Alem. El edifi- (1880) en la localidad homónima. Estos si- (1888), proyectado por el arquitecto R. H. Lo-
cio estaba compuesto por sótano, planta baja tios de carácter veraniego eran utilizados para max (v.) y concebido como un chalet de estilo
y dos pisos en altura. Este fue el primer hotel el descanso de los fines de semana. Lo mismo normando, con un desarrollo de tres pisos en
porteño que marcó un esquema de zonifica- fue ocurriendo en el interior del país, con el altura. Se situó en la manzana comprendida
ción por planta; el subsuelo, los servicios; la asentamiento de establecimientos en zonas de- entre las calles San Martín, Rivadavia, Co-
planta baja, la zona pública y los pisos en al- dicadas al esparcimiento, concebidos a través rrientes y Entre Ríos. Hacia 1912 se anexó un
tura, la zona de habitaciones. de nuevas formulaciones tipológicas; entre los edificio formado por tres cuerpos, unidos por
Las plantas tipo ventilaban a un patio cen- primeros cabe mencionar al Edén, ubicado en una galería cerrada, erigido frente al mencio-
tral de aire y luz, el establecimiento de baños las cercanías de la ciudad de La Falda (Córdo- nado anteriormente.
se hallaba en el primer piso y debía abastecer ba), que fue construido entre 1895 y 1897 en En cuanto a los establecimientos termales,
a todo el hotel, y contaba con intercomunica- una zona alejada de todo poblado. Este edifi- en la Argentina se construyeron en su mayo-
ciones alámbricas y luz a gas. cio al pie de las sierras estaba formado por ría bajo el esquema funcional de sus pares eu-
A partir de los años ochenta la hotelería de un gran bloque de dos pisos y subsuelo, re- ropeos de principios del siglo XIX.
Buenos Aires alcanzó avances importantes en matado en sus ángulos frontales por sendas El hotel Termas de Rosario de la Frontera
lo que hacía a confort. Una de las principales torrecillas octogonales con una amplia escali- (1880) basó su esquema funcional en el de un
causas fue la federalización de Buenos Aires, nata de ingreso que comunicaba con el hall. hotel de turismo, con la anexión del pabellón
con el consecuente movimiento de políticos pro- Por su importancia y jerarquía, el Edén reunió de baños. Fue moldeando su morfología du-
venientes de las provincias que debían hospe- a visitantes de relieve social, político y cultural. rante más de sesenta años, y el complejo re-
darse de acuerdo con su categoría en la Capital. El planteo tipológico de este edificio es com- sultante contó hacia 1935 con jardines de in-
Por otro lado, el establecimiento de las re- parable al de los grandes hoteles que fueron vierno, salón de fiestas, cine y salón comedor,
des ferroviarias agilizó el movimiento de via- surgiendo en Europa hacia principios del si- aparte de los sectores ya apuntados. En la Pro-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 199


Dentro del repertorio hotelero extendido
a lo largo de la Avenida de Mayo, cabe desta-
car: el Alcázar, arquitecto Cairolli (1885); La Ar-
gentina, arquitecto Pablo Scolponi (v.), 1890;
el Chacabuco Mansión, arquitecto Adolfo Butt-
ner (v.), 1892; el Hispano, 1893; el Ritz, arqui-
tecto Juan A. Buschiazzo (v.), 1894; el Astoria,
arquitecto Alejandro Christophersen (v.), 1895;
The Windsor, arquitectos Emilio Agrelo (v.) y
Raúl Levacher (v.), 1898; el Mundial, ingenie-
ros Fox y Damianovich (1913); el París, arqui-
tecto Agostini, 1906; el Novel, arquitecto Car-
los Schindler (v.), 1906; el Chile, arquitecto Luis
Dubois (v.), 1907; el Majestic, arquitectos Co-
llivadino y Benedetti (v.), 1909.
Entre otros establecimientos de fines del
siglo XIX cabe mencionar el Royal Hotel (1891),
que se ubicó en la esquina sudoeste de las ca-
lles Corrientes y Esmeralda. El arquitecto fue
Fernando Moog (v.) y la construcción com-
prendía un hotel con restaurante a la carta y
u EL HOTEL EDÉN, EN LA FALDA, CÓRDOBA, RECIBIÓ VISITANTES DE RELIEVE SOCIAL, POLÍTICO Y CULTURAL. un teatro (el Odeón). La planta baja se confi-
guró con el acceso a dos tiendas, mientras que
vincia de Mendoza cabe mencionar el hotel y rías de las habitaciones. El primero corres- la zona destinada a teatro tenía su propia en-
casino Termas de Cacheuta, ubicado en la lo- pondiente al sector que gozaba de más confort, trada sobre la calle Corrientes.
calidad homónima. Estaba enclavado en la la- con la inclusión de baños privados, se volcó so- Hacia el año 1900, se erigió en la esquina
dera de la montaña y se accedía a él por medio bre la Avenida. El segundo ofreció sus vistas de Florida y Rivadavia el Grand Hotel, obra del
de ascensores. Los baños propiamente dichos hacia Hipólito Yrigoyen, y el resto de los cuar- arquitecto Augusto Plou. La planta baja fue
se disponían a lo largo de una galería de 100 tos eran ventilados por medio de un largo y an- ocupada en su mayor parte por locales comer-
m de largo. En cuanto a las demás instalacio- gosto patio de aire y luz. Esta zona compartió ciales ajenos al hotel, desarrollado en cuatro
nes, contaba con farmacia, lavandería, pelu- los núcleos sanitarios con todas las habitacio- pisos en altura, con lujosas suites que se des-
quería, un salón de teatro y casino. nes del sector. La tipología del hotel España, tacaban por compartir un baño cada dos habi-
La provincia de Santiago del Estero tam- edificado entre medianeras, fue en mayor o taciones. La situación en esquina se enfatizó
bién reúne una gran cantidad de centros ter- menor medida el planteo tipológico desarro- con la resolución de un volumen cilíndrico re-
males en la localidad de Río Hondo. Ya des- llado por los demás hoteles de la Avenida. Su matado por una cúpula.
de fines del siglo XIX funcionó la primera planteo es comparable al modelo de hotel pa- Esta casa hotelera fue la más céntrica de la
instalación de aguas termominerales; el prin- risiense que se desarrolló a mediados del siglo ciudad, cercana a la Plaza de Mayo, la zona ban-
cipal establecimiento de ese tipo, el hotel Los XIX. Este típico hotel urbano se conformó sin caria y los principales teatros. Entre las mejo-
Pinos (1945) enumera entre sus funciones sa- zonas al aire libre o de esparcimiento. ras de confort incluyó calefacción por radiado-
las de cine y teatro. Otro exponente destacado en la nueva vía, res a vapor y un sistema contra incendio en cada
Con relación a los establecimientos urba- el Metropole (1899), fue proyectado por el ar- piso. También debe mencionarse el hotel Pa-
nos, la apertura y posterior inauguración en la quitecto Augusto Plou (v.). El edificio, situado lace, proyectado por el arquitecto Carlos Morra
Capital de la Avenida de Mayo (1894) ofreció en la esquina de Avenida de Mayo y Salta, con- (v.), 1905, con tres frentes sobre las calles 25 de
un nuevo ámbito para la instalación de algu- sistió en planta baja y cuatro pisos en altura. Mayo, Cangallo (hoy Juan D. Perón) y Leandro
nos de los hoteles más lujosos del país en los El conjunto se jerarquizó en sus esquinas con N. Alem. Las células habitacionales se com-
principios del siglo XX. las respectivas cúpulas, que enfatizaban su ca- ponían de un vestíbulo, un vestidor, los sani-
Uno de los primeros hoteles que ocuparon rácter francés. tarios y finalmente el dormitorio.
la nueva arteria fue el España (1897). Obra del Es de destacar la incorporación de diferen- El viraje en la evolución tipológica de la ho-
Arquitecto José Arnavat (v.), el edificio fue pro- tes tipos de comedores, el salón de música y el telería en la Argentina estuvo dado por el Pla-
yectado con planta baja y cuatro pisos en al- de lectura, además del establecimiento de ba- za (1909). Fue el primer hotel urbano del pa-
tura. Tenía la particularidad, como muchas ños medicinales que incluyó sistemas de in- ís, diseñado a gran escala con todas las
otras construcciones de la reciente avenida, de mersión, de vapor e hidromasajes, entre otros. cualidades de un establecimiento de carácter
tener salida hacia otra calle (la mayoría de los Un gran lujo fue desplegado desde el acceso al internacional.
hoteles allí ubicados utilizaban a la segunda hotel, mediante la escalera de honor, revesti- Ubicado en la esquina de Florida y Mar-
calle como entrada de servicio). da con la combinación de cuatro mármoles di- celo T. de Alvear, fue proyectado y construido
La planta tipo del hotel España se zonificó ferentes, detalles que acentuaron la atmósfera por el arquitecto Alfredo Zucker (v.). Consta
en dos bloques que distinguieron las catego- de suntuosidad. de un subsuelo, planta baja y siete pisos en al-

200 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hot hot
tura. El nivel bajo se diseñó con una altura de garó. El City, realizado por el arquitecto Miguel
9 m, donde se alojaron los usos públicos del Madero en colaboración con el ingeniero Ju-
hotel, de los cuales se destacan el gran co- lio Noble (1931), se ubicó en Bolívar casi Alsi-
medor y el salón de fiestas. Estos ambientes, na. Este edificio de planta tipo en forma den-
de dimensiones generosas, fueron decorados ticular tuvo la prioridad de iluminar y ventilar
por artistas de prestigio. las habitaciones hacia patios de orientación nor-
La planta tipo se formó mediante un es- te; del mismo modo las escaleras relegaron su
quema en U y dispuso dos alas de habitaciones: situación de importancia con la inclusión de as-
la norte y la sur, ambas separadas de las me- censores que pasaron a primer plano.
dianeras, lo que posibilitó que cada cuarto y ca- Un exponente de notable envergadura fue
da baño tuviera su propia ventilación e ilumi- el Alvear Palace, concebido como proyecto en
nación. La circulación vertical fue resuelta por París, mientras que su realización estuvo en-
medio de una amplia escalera y dos ascensores comendada a los arquitectos Brodsky y Piro-
con capacidad para veinte personas cada uno; vano (1932). El edificio se emplazó entre las ca-
este núcleo se ubicó equidistante a las dos alas. lles Alvear, Ayacucho y Posadas. Entre sus
La modernidad de su concepción y los avan- anexos contó con un gran salón auditorio ubi-
ces tecnológicos que brindó (calefacción cen- cado en el subsuelo.
tral, cámara de refrigeración, etc.) hicieron de Como producto de la agilización de los via-
este edificio un ejemplo vigente hasta la actua- jes aéreos, la creciente plaza hotelera de Bue-
lidad. Durante las décadas del veinte y del trein- nos Aires se vio incrementada a partir de la dé-
ta se erigieron hoteles como el Castelar, ubica- cada de 1940. Algunas de las respuestas edilicias
do en la Avenida de Mayo, proyectado por el a esos requerimientos fueron el Lancaster y el u PLAZA HOTEL, FRENTE A LA PLAZA SAN MARTÍN, EN BS. AS.
arquitecto Mario Palanti (v.) en 1928, con doce Claridge. El primero de ellos, ubicado en la es-
pisos y tres subsuelos; el Jousten, situado so- quina de Córdoba y Reconquista, fue proyecta- Del mismo autor, el Hotel Provincial de
bre la calle Corrientes esquina 25 de Mayo, ide- do por los arquitectos Acevedo, Becú y Moreno Mar del Plata fue otra expresión de importan-
ado por los arquitectos Luciano Chersanaz y (v.), en 1945. En cuanto al segundo, ideado por cia, que con el tiempo marcó, en conjunto con
Raúl Pérez Irigoyen; el Continental, proyecta- Arturo J. Dubourg (v.) en 1946 y situado en la el casino, la identidad de esa ciudad balnearia.
do por Alejandro Bustillo (v.), 1930, que se em- calle Tucumán en un predio relativamente pe- Su construcción comenzó en el año 1938 y se
plazó en el predio rodeado por las calles Roque queño, debió desarrollar su esquema en altura inauguró doce años después.
Sáenz Peña, Cangallo y Maipú; el City y el No- (13 pisos) para ubicar las instalaciones. El hotel Salta, proyecto ganador de un con-
A comienzos del siglo XX la hotelería ur- curso público nacional, llevado a cabo por el
bana del interior del país no fue más que un gobierno para hotel provincial de turismo, fue
reflejo tardío de la porteña. El Plaza, ubicado ideado por los arquitectos Aslan y Ezcurra (v.)
en San Miguel de Tucumán, proyectado por el en 1942. Esta expresión formó parte de la pro-
constructor J. A. Pasteris (1920), presentó en puesta de cambio de imagen estético-urbana
su desarrollo de tres niveles un planteo de ha- que promovió el gobierno mediante el Plan Re-
bitaciones organizadas en torno de un angos- gulador de Salta (v. Salta).
to y largo patio de aire y luz, semejante al de El acceso masivo al turismo comenzó a par-
los exponentes ya apuntados de la Avenida tir de 1945 como iniciativa del gobierno nacio-
de Mayo. El mismo esquema aparece en el Pa- nal, con los edificios dedicados al turismo so-
lace, emplazado en pleno centro comercial cial. Entre los principales exponentes, figuraron
de la ciudad de Formosa, del cual se descono- las unidades turísticas de Chapadmalal en la
ce su autor y fecha de construcción. Provincia de Buenos Aires y Embalse Río Ter-
La hotelería para el turismo marcó un hi- cero, en la Provincia de Córdoba. La primera de
to con la apertura del Llao-Llao, en la penín- las nombradas se integró con nueve hoteles, di-
sula homónima sobre el lago Nahuel Huapi, ferenciados por los distintos niveles de confort.
que surgió como parte de la política de la Di- El transcurso de la década de 1950 no con-
rección de Parques Nacionales (v. Área protegida). tó con grandes exponentes referidos a la hote-
La obra fue proyectada (primer proyecto: 1938) lería en el país; los ejemplos de inusitadas ca-
por el arquitecto Alejandro Bustillo (v.). La plan- racterísticas, por su tipología o por la tecnología
ta se organizó mediante un esquema en H, aplicada, surgieron al promediar la década del
donde las habitaciones se hallan dispuestas en sesenta. Con la popularización del automóvil y
las dos alas y se continúan hasta ambos cos- el consecuente movimiento de viajeros, se agi-
tados del núcleo de acceso. Con este modelo lizó la actividad hotelera sobre las rutas del
aparece en la Argentina el primer hotel de tu- país. De este fenómeno surgió el motel, mo-
rismo de gran escala, con todas las caracterís- delo que encuentra su origen en los Estados
u HOTEL CLARIDGE, BS. AS., DE ARTURO DUBOURG. ticas de un hotel internacional. Unidos de América hacia los años cincuenta.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 201


tes y de gran escala. En estos edificios se incluye comedores, de estar, entre otros. Un ejemplo
una serie de actividades sociales que escapan a urbano de este sistema lo constituye el ya men-
la función primordial del hospedaje. cionado Bauen, en su ala sobre Corrientes.
Los esquemas organizativos de estos hote- En cuanto al mismo uso aplicado al turis-
les contemplan la diferenciación de circula- mo, el DUT de Bahía Campanario en Barilo-
ciones de huéspedes y de servicios que, por un che (Antonini, Schön, Zemborain (v.) y asocia-
tema de racionalización, lleva a la alineación dos, 1981), tiene el carácter de conjunto
en altura de dichas construcciones. habitacional, compuesto por un sector de vi-
El hotel Sheraton de Buenos Aires fue la viendas agrupadas en dúplex (v.), dispuestas en
base de esta nueva generación, ubicado en la forma lineal y otro paralelo al recién nombra-
zona de Retiro (SEPRA (v.), 1972). El esquema do, formado por viviendas independientes. El
global contempla un basamento donde se des- conjunto se completa con un club house y áre-
arrollan las actividades sociales que escapan a as deportivas. Así, el edificio atomiza las fun-
las funciones propias del hotel; este se levan- ciones que se confunden con el paisaje.
ta a partir del tercer piso en una torre que con- En los comienzos de la década del noven-
tiene veinte niveles. ta, un hecho relevante lo constituye la cons-
Varios exponentes se construyeron con mo- trucción del complejo turístico del Valle de las
tivo del mundial de fútbol en el año 1978: el Leñas en la Provincia de Mendoza (arquitec-
hotel Libertador, situado en la esquina de Cór- tos Schettini y Tornessi, 1987-1990).
doba y Maipú (SEPRA, 1977); el Bauen, situa- Una nueva generación de hoteles interna-
do sobre Callao con salida también hacia Co- cionales surge en Buenos Aires con el Park
rrientes (Parsons, Cortiñas y Ferrari, 1978);
Conquistador, ubicado sobre Suipacha (Bec-
kinschtein, Ladizesky y Leyboff, 1978); El Acon-
cagua, en la ciudad de Mendoza (Antonio Na-
u SHERATON HOTEL EN MAR DEL PLATA. zar y Asociados). Todos recurren a un planteo
similar de torre y basamento, con variantes se-
El esquema se desprende del hotel de tu- gún la localización.
rismo, siendo la permanencia del viajero en el Entre los hoteles de turismo de gran esca-
motel de carácter transitoria, por estar ubica- la, sobresale el Internacional Iguazú (Kocou-
dos generalmente al costado de las rutas. Su rek, 1978), situado en las cercanías de las ca-
desarrollo es generalmente en una sola plan- taratas, Provincia de Misiones. Por estar
ta, con la particularidad de que cada habitación enclavado en una zona donde el centro de aten-
posee su acceso y estacionamiento vehicular ción es el paisaje, el edificio se desarrolló ex- u PARK HYATT HOTEL EN BUENOS AIRES, DE SEPRA.
en forma independiente, en vinculación directa tendiéndose en planta baja.
con el exterior. Durante la década del ochenta, entre las Hyatt, proyecto del estudio SEPRA (v.), en 1991.
Entre los exponentes para destacar en los modalidades hoteleras emergentes surge el El edificio de trece pisos se ubica sobre la ca-
distintos puntos del país, se encuentran el mo- apart-hotel que, originado en los Estados Uni- lle Posadas entre 9 de Julio y Cerrito, a solo 24
tel en Lozano, Jujuy (1970); el Centro de Au- dos, combina los servicios de un hotel con el m de la que fue la Casa de Alzaga Unzué. Es-
toturismo (1972); el Iguazú (1973) y el Ushuaia ambiente de la casa propia. Se trata de edifi- ta última forma parte del complejo, y aloja fun-
(1977), entre otros. Otro movimiento impor- cios de gran escala, donde la unidad mínima ciones, como suites especiales de gran lujo.
tante lo constituyó la hotelería sindical que se no es la habitación, sino el departamento con El Caesar Park, proyectado por el mismo
estableció hacia el año 1945 y prestó servicios la inclusión de cocina. Esta manera de hos- estudio SEPRA (1992), posee las característi-
a través de los hospedajes ofrecidos por las dis- pedaje abarca zonas comunes como salones cas funcionales de los mencionados estableci-
tintas obras sociales a sus trabajadores afilia- mientos internacionales y su ubicación sobre
dos. Estos establecimientos se situaron en dis- la calle Posadas, a escasas cuadras del Park
tintas zonas del país, siendo Mar del Plata uno Hyatt, sugiere la tendencia hotelera en el área.
de los principales focos. Los ejemplos de re- Otro ejemplo relevante es el hotel Sheraton
levancia surgieron en los comienzos de la dé- Córdoba de GGMPU (v.), concebido como ho-
cada del setenta: el 13 de Julio (Mar del plata, tel de negocios con shopping center anexo.
arquitectos Caro, Lluma, Traijtemberg y Gren- La evolución tipológica del hotel en el pa-
non, 1972); “Por la Liberación Nacional”, de ís experimentó grandes cambios a lo largo de
los mismos autores (San Bernardo, 1974); el casi dos siglos de desarrollo. Si bien a partir
Complejo Hotelero Sociocultural Gremial en del Plaza los esquemas funcionales no regis-
Córdoba (César Tonoli y asociados, 1987). tran modificaciones sustanciales, se observa
A partir de la década del setenta surge la era desde entonces la apertura de un espectro di-
de los hoteles “internacionales”, autosuficien- u EDIFICIO ORIGINAL DEL HOTEL PLAZA, DE MENDOZA. versificado en cuanto a modalidades de hos-

202 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hot hot
pedaje. En efecto, la intensidad del uso hotel La idea de favorecer la inmigración en la En 1872 se propuso realizar un nuevo Asi-
se ve realimentada a través del tiempo por las Argentina acompañó el pensamiento de los lo, en una manzana de San Telmo, que per-
nuevas tendencias y sus repertorios de expe- hombres de Mayo, para quienes el aporte ex- mitiría colocar rápidamente a los inmigrantes
riencias, que confirman la necesidad del hom- terno resultaba indispensable para sepultar la en las cercanas tareas portuarias. Dos años más
bre de trasladarse y recrearse. herencia colonial. Pero si bien el Primer Triun- tarde, tras detectarse un foco epidémico, fue
En los últimos años se realizaron algunos virato dictó en 1812 una norma que protegía cerrado el Asilo de calle Corrientes y se utili-
hoteles de gran envergadura: se destacan por a los inmigrantes y la Asamblea del año 1813 zaron ocho manzanas de Palermo (a la altura
ejemplo el Sheraton Hotel de Mar del Plata, consagró sus derechos fundamentales, el pri- de Avenida del Libertador y Sarmiento) para
proyectado por el estudio Mariani / Pérez Ma- mer establecimiento para el alojamiento tem- instalar provisoriamente casillas y carpas. Al
raviglia, y la reforma del tradicional hotel Pla- porario de extranjeros surgió recién en la dé- extenderse hasta allí la epidemia, se trasladó a
za, de Mendoza, realizada por Mario R. Álva- cada de 1820, cuando en Buenos Aires se los inmigrantes a otros sitios.
rez. Cadenas hoteleras internacionales, como reciclaron instalaciones del clero para recibir Pasada la epidemia, los inmigrantes vol-
Howard Johnson, realizan hoteles de ruta, des- contingentes atraídos por la política inmigra- vieron al Asilo de calle Corrientes, mientras
tinados a un público de alta movilidad. En el toria que había concebido Rivadavia y que él daban comienzo las obras del nuevo edificio
área de Puerto Madero se encuentra en reali- mismo impulsó en su misión diplomática en en San Telmo, que, en un terreno rectangu-
zación un hotel proyectado por el diseñador el norte de Europa. lar de 55 por 110 m, combinaba una tradicio-
europeo Philipe Starck. Y, en otra categoría de El arribo de británicos provenientes de Es- nal organización claustral con pabellones dis-
público e inversión, la difusión del turismo in- cocia, Inglaterra e Irlanda, como también de puestos en forma paralela dentro de su espacio
ternacional ha hecho muy frecuente la apari- suecos, alemanes y franceses, originó, en 1824, central. Las obras fueron abandonadas a po-
ción de hoteles del tipo bed & breakfast en mu- la conformación de una Comisión de Inmi- co de iniciarse en 1874, a causa de la insu-
chas ciudades argentinas. Ga. V. gración que creó el primer Asilo de Inmigran- rrección armada que colocó a Avellaneda en
tes, asociado a las acciones asistenciales im- el poder, generándose como una alternativa
Bibliografía: M. y E. Mulhall. Manual de las repúbli- partidas a pobres y mendigos por instituciones provisoria la instalación de construcciones de
cas del Plata. Bs. As.: Imprenta del Standard, 1876; laicas, a través de una denominación que per- madera en la actual plaza San Martín, donde
L. Marancour. Guide practique d’Europe au Rio de duró hasta ser reemplazada por la de Hotel a funcionaron hasta 1882.
la Plata. Paris: Edition Francaise, 1883; A. Martínez. fines del siglo XIX. Aquel primer estableci- En 1876 comenzó a tomar forma una sos-
Baedecker de la Republique Argentine. Barcelona: miento funcionó en un sector del convento de tenida política en materia de inmigración, a
López, 1907; J. Scrivener. Impresiones del viaje Lon- los Recoletos, hasta ser suprimido —junto con partir de la promulgación de la Ley 817 de In-
dres, Bs. As.: Potosí. Bs. As.: Imprenta López, 1937; V. la propia Comisión— por Rosas en 1830. migración y Colonización. Entre otras cosas,
Gesualdo. Historia de la música en la Argentina. T. La discontinuidad en el funcionamiento la ley promovía la creación de un Hotel de in-
III. Bs. As.: Abril, 1973; N. Pevsner. Historia de las ti- de estas primeras instalaciones fue un corre- migrantes en Buenos Aires
pologías arquitectónicas. Barcelona: Gilli, 1979; C. lato del escaso suceso que tuvieron las políti- A partir de ella también se creó el Depar-
Hunter y J. Solsona. La Avenida de Mayo. Bs. As.: cas inmigratorias impulsadas por el gobierno tamento General de Inmigración, dependien-
FAU-UBA, 1988. posrevolucionario y de la prolongada crisis po- te del Ministerio del Interior, con una estruc-
lítica vivida en los años previos a la organiza- tura conformada por la Comisaria General y el
ción nacional. Recién en 1854 surgió una Ley Asilo de Inmigrantes, que pretendía estable-
HOTEL DE INMIGRANTES. Programa destina- de Inmigración aprobada por la Cámara de cer una fluida comunicación con los agentes
do al alojamiento temporario de extranjeros, Representantes de la Provincia de Buenos Ai- de inmigración del exterior y con las nuevas
que alcanzó una particular importancia en los res, por la que nació una nueva Comisión de Comisiones de Inmigración internas, creadas
países americanos, donde mayor repercusión Inmigración que dos años más tarde comen- para favorecer la distribución de los contin-
tuvieron los movimientos internacionales de zó a dar ayuda a los desembarcados que sin gentes en el territorio nacional.
población producidos tras desatarse la Se- dinero ni orientación deambulaban por la ciu- En 1881, un nuevo establecimiento, inau-
gunda Revolución Industrial. Su desarrollo en dad. Ante el requerimiento de crear un nue- gurado bajo la denominación de Hotel de In-
nuestro país fue proporcional al aumento del vo Asilo, surgió la propuesta de Vélez Sars- migrantes, se instaló en un edificio de made-
flujo proveniente del Continente europeo, que field de hacerlo en el caserón de Rosas en ra de calle Cerrito entre Arenales y Juncal, que
aportó entre 1850 y 1920 más de cinco mi- Palermo, aunque finalmente, en 1857, se asig- ese mismo año había servido para albergar la
llones de inmigrantes –cifra solo superada en nó a ese fin una propiedad ubicada en calle Exposición Industrial y Artística italiana. Para
los Estados Unidos—, de los cuales casi la Corrientes y 25 de Mayo con salida al muelle reemplazar estas instalaciones provisorias,
mitad utilizó estas instalaciones. En sus fun- de pasajeros. Las características de este edifi- construidas y refaccionadas por el ingeniero
ciones, el Hotel de Inmigrantes articulaba la cio anticipaban el rasgo común de proviso- Maraini, una ley de 1883 aprobó la creación de
inmediata asistencia social, con una voluntad riedad y movilidad evidenciada en la arqui- lo que se esperaba fuera el definitivo Asilo de
modeladora del futuro ciudadano de la Na- tectura para la inmigración. Inmigrantes y las oficinas de la Comisaría Ge-
ción, dentro de un dispositivo que llegó a ser El edificio inaugurado en 1857 pronto resultó neral de inmigración. El diseño del edificio, re-
pensado en la Argentina como un control mo- exiguo: preparado para alojar a 200 hombres suelto en Neorrenacimiento italiano, estuvo
ral y sanitario del recién llegado y una forma y 100 mujeres, solamente pudo albergar du- a cargo de Francisco Tamburini (v.) y el sitio
de organización de contingentes para la co- rante sus primeros cuatro años de funciona- destinado fue la manzana delimitada por las
lonización de territorios. miento a un 3% de los inmigrantes ingresados. calles Paseo Colón, Balcarce, San Juan y Co-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 203


u FACHADA DEL ANTIGUO HOTEL DE INMIGRANTES, BS. AS. A LA DERECHA, VISTA DEL HALL DE ARRIBOS.

mercio, donde antes había funcionado el anti- les de inmigrantes que el Departamento de In- tariamente fue cedida la residencia del gober-
guo Hospital de Hombres. genieros de la Nación instalaría en su respec- nador, una gran vivienda de madera importada
Tampoco esta iniciativa logró ser materiali- tiva jurisdicción. Por medio de este plan se pro- de los Estados Unidos en 1884 (calle 49 y 115).
zada. A poco de iniciadas las tareas en 1884, las movió la realización de once hoteles de Esta vivienda se convirtió finalmente y debido
obras fueron abandonadas; se adujo, por un la- inmigrantes: uno en la Capital Federal, dos en a la demora en la inauguración del nuevo edi-
do, el peligro que representaban las emanacio- la Provincia de Buenos Aires, dos en la de San- ficio —jamás producida—, en el único Hotel
nes “miasmáticas” de los numerosos pozos de ta Fe, dos en la de Córdoba, dos en la de Entre de Inmigrantes con que contó La Plata.
letrinas del antiguo Hospital y, por otro, los Ríos y dos en la de Corrientes. Entre 1888 y 1889 el ingreso de inmigran-
cuestionamientos a una localización que in- Con la aplicación del decreto de 1886, tam- tes, con la mayoritaria preeminencia de ita-
troducía una “indeseable” aglomeración de in- bién fue desactivado en Capital Federal el Ho- lianos y españoles, alcanzó el pico histórico,
migrantes cerca del centro de la ciudad. tel de Cerrito y el de Caballito. En enero de 1888 y acompañando a este aluvión, se construye-
Se reactivó entonces el Hotel de Cerrito, se habilitó en forma provisoria el hotel cono- ron hoteles de inmigrantes en: Córdoba, Pa-
aunque la epidemia de cólera desatada ese mis- cido como La Rotonda. Ubicado en lo que hoy raná, Santa Fe y Rosario, para más de 500 per-
mo año obligó a abandonar nuevamente sus es la Avenida Ramos Mejía, sobre el sitio que sonas; Tucumán, Corrientes, Mendoza, para
instalaciones y a trasladar a sus ocupantes a ocupa el andén n.° 9 del Ferrocarril General más de 260 personas; San Juan, Mercedes
terrenos de la Exposición Rural, distintos cuar- Belgrano, consistía en un edificio de cuatro (Buenos Aires), Bahía Blanca, Concepción del
teles y dos Hoteles que surgieron como des- plantas, totalmente construido en madera y Uruguay, Río IV y Tandil, para 200 personas;
ahogo de aquel: uno en San Fernando, y otro hierro, con la forma de un dodecágono de 40 y Goya, Mercedes (San Luis), Bell Ville, San
en Caballito (Avenida Rivadavia y calles Cen- m entre sus lados opuestos. Se trataba del re- Antonio de Areco, Carmen de Areco y Cam-
tenera, Cachimayo y J. B. Alberdi). Después de ciclaje de un edificio levantado en 1885 en la pana para 120 personas.
la epidemia el Hotel de Cerrito volvió a pres- calle Arenales y Florida, que funcionó como Con estas iniciativas se reafirmó la consi-
tar sus servicios, que continuaron hasta 1888, Panorama en cuyo interior se exponían vistas deración del hotel de inmigrantes como un
mientras que el de San Fernando siguió fun- completas de la ciudad. La refuncionalización, dispositivo de particular importancia en las
cionando hasta 1890. en 1888, estuvo a cargo del ingeniero Stave- políticas inmigratorias. Su papel se prolongó
Con el mismo fin también fueron utilizadas lius, miembro del Departamento de Ingenie- cuanto menos hasta las primeras dos décadas
instalaciones provisorias en Rosario, Santa Fe, ros de la Nación, quien colocó una escalera cen- del siglo XX, y aun cuando sus resultados con-
Córdoba, Paraná, Bahía Blanca y La Plata. tral y recostó sobre cada uno de sus lados las cretos distaron de alcanzar los objetivos es-
El temor a la introducción de enfermeda- distintas habitaciones, que llegaron a alojar a perados, al verse desbordadas sus estructuras
des exóticas por el arribo de extranjeros, que más de 1500 personas. El complejo se com- de funcionamiento, mantuvo su marcado ca-
exaltaron las advertencias de los influyentes pletó con la construcción de un gran tanque rácter disciplinador, por la implementación
médicos higienistas (v. Higienismo), recrudeció al de agua y un cuerpo alargado sobre la ribera, de controles sanitarios y actividades cultura-
desatarse la epidemia de cólera en 1886. Ante en el que se encontraban las oficinas de ad- les. En términos operativos, con la red de ho-
la emergencia sanitaria, el Presidente Juárez ministración, las cocinas, los comedores, y los teles instalados, también se trató de planificar
Celman firmó un decreto preparado por su Mi- servicios sanitarios. una forma de distribución poblacional, pues
nistro de Relaciones Exteriores, Eduardo Wil- Para los hoteles de inmigrantes de la Pro- articulaba la oferta de los recién llegados a los
de, en el que se recomendaba aumentar el con- vincia de Buenos Aires se propuso su instala- puertos de Litoral, con las demandas prove-
trol sanitario en los puertos y se redefinían las ción en La Plata y Bahía Blanca, ciudades por- nientes del interior del país, especialmente de
funciones de los organismos intervinientes en tuarias que contaban ya con una significativa colonias agrícolas (v.) y otras iniciativas de ex-
la política inmigratoria. Parte del rol que cum- población. En la capital provincial se generó una plotación primaria.
plía el Estado nacional fue derivado a los go- situación particular al proponerse su localiza- En la Capital Federal, las características pro-
biernos provinciales, que debían absorber los ción en las inmediaciones del puerto, separado visorias de La Rotonda, sumadas a una capa-
contingentes que había enviado la Comisión de la ciudad por la barrera higiénica que repre- cidad que a poco de su inauguración ya resul-
Central de Inmigración a través de los Hote- sentaba el bosque, al tiempo que complemen- taba insuficiente, originaron la necesidad de

204 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


hot hue
construir un gran hotel definitivo para alber- empresarios y organismos públicos. ban adiestrarlos para realizar tareas rurales.
gar más de 10.000 personas. Con este propó- A partir de la creación del Ministerio de Agri- Los hoteles siguieron funcionando después del
sito, en 1889 las autoridades enviaron a los Es- cultura, que pasó a articular sus funciones con pico inmigratorio alcanzado en la década del
tados Unidos al propio ingeniero Stavelius la Dirección de Inmigración y Colonización, en veinte, con altibajos y resultados dispares has-
—entonces inspector de Obras del Puerto— 1898 surgió la propuesta de levantar el nuevo ta entrada la década del cuarenta, cuando re-
para estudiar aspectos arquitectónicos, fun- Hotel de Inmigrantes en una zona compren- cibieron la última oleada de ultramar.
cionales y de organización administrativa del dida entre Puerto Madero y Retiro, espacio que Luego largos años de una existencia opa-
Castle Garden —el Hotel de Inmigrantes que ya en 1886 había recomendado para ese fin la cada por el desuso, el acondicionamiento ge-
funcionaba en Manhattan— y el complejo que Comisión de Inmigración, y que por entonces neral de la zona de Retiro, en una intervención
en 1885 comenzó a construirse en la isla Ellis. ocupaba galpones del Ministerio de Marina. que puso en valor viejas instalaciones portua-
Ese mismo año, y antes de que Stavelius re- Con el impulso dado por Juan Alsina, má- rias, descubrió el amplio conjunto edilicio de
tornara al país, surgió la idea de realizar el nue- ximo responsable de los organismos de in- Buenos Aires, dando origen a la idea de reci-
vo Hotel de Inmigrantes de Capital Federal en migración, en 1905 fue realizado el proyecto, clarlo para instalar un Museo, del mismo mo-
una zona extraurbana; se adoptaba así un cri- cuya ubicación se precisó en lo que hoy es An- do que en los Estados Unidos se hizo con el
terio que, abiertamente contrastante con el de tártida Argentina 1355, Puerto Nuevo. Allí, en Hotel de lnmigrantes de Manhattan. Junto a
las anteriores propuestas, privilegiaba el aisla- más de seis hectáreas, unos 2.000 inmigran- esta iniciativa preservacionista, apologéticas
miento del inmigrante por sobre su cercanía tes podrían desplazarse entre los ocho cuerpos miradas de la manera en que fue recibido el
con el mercado laboral. De las distintas alter- que lo compondrían: desembarcadero, pabe- aluvión inmigratorio intentan reafirmar la idea
nativas evaluadas, el Departamento Central de llón de dormitorios, comedor, enfermería, la- de que una sociedad cosmopolita aceptó sin
Inmigración escogió la localidad de Saavedra vaderos, baños y w.c., administración, direc- conflictos el aporte externo, justo cuando es-
para impulsar la construcción de un comple- ción y depósito. El primer proyecto, realizado taban por cumplirse 100 años de la promul-
jo que, en su amplia superficie —más de 30 dentro de la Dirección General de Arquitectu- gación de Ley de Residencia. G. V.
ha—, debía contar con un parque cargado de ra del MOP por Carlos Massini, despertó crí-
connotaciones moralizadoras e higiénicas. Es- ticas de Enrique Charnoudie, quien desde la Bibliografía: J. Ochoa de Eguileor y E. Valdés. Dónde
ta propuesta encontró más argumentos favo- Revista Técnica lo comparó con el Hotel de Emi- durmieron nuestros abuelos. Bs. As.: Fundación UR-
rables en la cercanía del arroyo Medrano y en grantes de Hamburgo, construido en 1900. BE, 1991. G. Vallejo. Acciones asistenciales e inmi-
la idea de que, canalizándolo, podían utilizar- Entre ambos, encontró similitudes en las di- gración en la República verdadera. En: mímeo.
se sus aguas para crear establecimientos de ba- mensiones y formas de los respectivos terre-
ños y a su vez hacerlo navegable; se abría así nos, y profundas diferencias en la capacidad
una vía de comunicación fluvial que podía ser- para 1.000 personas del establecimiento ale- HUERGO, EDUARDO. Buenos Aires, 1873 - Íd.,
vir de acceso directo al Hotel de Inmigrantes. mán, duplicada en el proyecto de Massini. 1929. Ingeniero. Hijo del ingeniero Luis Huer-
La crisis del noventa no solo detuvo ini- Posteriormente, la planta original fue ob- go (v.), fue uno de los principales especialis-
ciativas relacionadas con el alojamiento tem- jeto de algunas transformaciones para au- tas en el campo de la ingeniería hidráulica ac-
porario de inmigrantes, sino que también fa- mentar su capacidad, en contrario de lo re- tuantes en Argentina a principios del siglo XX.
voreció la propagación de ideas xenófobas, que clamado por Charnoudie.
redundaron primero en la eliminación de be- De los ocho Pabellones que contenía el pro- Se recibió en 1896 en Buenos Aires. Entre
neficios, como el subsidio estatal de pasajes yecto, en 1906 se inauguró la administración, las obras de ingeniería en que participó mere-
para familiares de extranjeros ya residentes en dirección y depósito, enfermería, en 1908, el cen destacarse el proyecto y la dirección del Mer-
la Argentina, y luego en una reducción de sus desembarcadero y recién en 1911, con la ha- cado Central de Frutos en el Riachuelo, junto
derechos, hechos que culminaron en la san- bilitación del pabellón de dormitorios, pudo con Humberto Canale. Especialista, como su
ción de la Ley de Residencia de 1902. ser desarmada La Rotonda del Retiro, que has- padre, en obras hidráulicas, se lo recuerda por
Sin embargo, superada la crisis, se reini- ta el momento había seguido funcionando en su actuación en las obras de rectificación del
ciaron las gestiones para la realización del ho- terrenos luego destinados al Ferrocarril Cen- Riachuelo, por su participación en la amplia-
tel definitivo de Buenos Aires. Los limitados tral Argentino. ción del puerto de Buenos Aires y por su tra-
resultados de la política descentralizadora pro- Para entonces ya habían sido proyectadas bajo como contratista, con Canale, en las obras
movida a través de la creación de estableci- las más modestas instalaciones de Rosario en de riego del valle de Chimpay, Río Negro. G. S.
mientos en el interior del país llevaron a con- Avenida Arijón y vías del Ferrocarril, como
siderar un único gran establecimiento modelo. también las de Bahía Blanca, bajo un mismo
Para su ubicación, se retomó la idea de con- criterio de funcionamiento que les permitía a HUERGO, LUIS AUGUSTO. Buenos Aires, 1837
centrar a los recién llegados sobre la ribera, en los inmigrantes recién llegados alojarse por - Íd., 1913. Ingeniero. Primer egresado de la
un complejo provisto de un desembarcadero única vez durante 5 días, lapso que solo po- Escuela de Ingeniería de Buenos Aires, su nom-
propio que permitiera discernir quiénes por día extenderse por otros dos más. Conformando bre aparece ligado a una de las principales po-
viajar en primera clase podían introducirse di- un dispositivo educativo y nacionalizador, otor- lémicas que decidieron el destino de la ciudad
rectamente en el país y quiénes debían ser con- gó gran importancia a las funciones cinema- de Buenos Aires: la polémica sobre la cons-
trolados y retenidos en un ámbito que permi- tográficas con fines instructivos y conferencias trucción del puerto en la década de 1880.
tiera verificar su estado sanitario y programar que daban a conocer aspectos del país, mien- Ocupó asimismo un lugar fundante en la in-
su destino en función de las necesidades de tras lecciones prácticas de agricultura busca- geniería argentina, tanto por su actividad co-

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mo por su permanente actitud polémica: no De este año es una de sus primeras polémi- te la dirección del canal propuesto por Revy.
hubo causa en los asuntos de transformación cas resonadas, la que lleva adelante con el in- En 1881, dirigió las obras de canalización y
territorial de la que Huergo no se ocupara, por geniero Lindmark, vicepresidente del Departa- rectificación del Riachuelo, y parte del canal sur
lo que resultó una figura clave en la constitu- mento de Ingenieros, a raíz de la adopción de ya había sido dragada. Para entonces, los re-
ción de un campo profesional que luchaba en- la trocha angosta. En 1874 formó parte del cuer- querimientos para un puerto en Buenos Ai-
tonces por ocupar lugares de importancia en po académico de la Facultad de Ciencias Exac- res habían cambiado: se trataba de proyectar un
las decisiones sobre la obra pública. tas, Físicas y Naturales, y participó además en puerto para la Capital. El proyecto que Huergo
la fundación de la Sociedad Científica Argenti- presentó ese año, una serie de muelles de cre-
Nacido el 1 de noviembre de 1837, fue en- na, de la que fue su primer presidente titular cimiento ilimitado sobre la orilla de Buenos Ai-
viado en 1852 a los Estados Unidos a realizar en 1872, siendo reelegido en 1878 y 1881. res, con acceso a través de un único canal, el ca-
sus estudios secundarios en el Mount Saint Para mediados de la década del setenta, nal sur, era deudor del anterior proyecto de
Mary’s College, un pequeño colegio católico Huergo era ya una figura de prestigio en su Bateman, en la medida en que repetía el male-
para hombres en Emmitsburgh, Maryland. Re- profesión y no carecía de sólidas vinculaciones cón que conforma el espejo de agua portuario.
gresó al país en 1857. Hasta 1860 se dedicó a políticas. Pero, con la excepción del cargo de Sin embargo, la introducción de los diques en
“comerciar con los frutos del país”, al tiempo Ministro de Obras Públicas de la provincia, que peine inclinados hacia el acceso, constituyó una
que completaba sus estudios de agrimensor ejerció en 1891, y la Intendencia General de novedad absoluta en la historia tipológica de los
en el Departamento Topográfico de la Provin- Guerra de la Nación, su carrera se orientó prin- puertos del Río de la Plata, y sin duda también
cia de Buenos Aires cipalmente al ejercicio de su profesión en las un diseño avanzado internacionalmente, uti-
A los 25 años ingresó a la UBA, al crearse grandes obras de infraestructura del país y a la lizado por la misma época en las obras portua-
el Departamento de Ciencias Exactas, Físi- docencia, que ejerció ininterrumpidamente rias de EE.UU. y Australia. El proyecto de Ma-
cas y Naturales. Para entonces ya había reali- desde 1886 hasta su fallecimiento. En 1880 dero, por el contrario, proponía diques en ristra
zado algunas obras de ingeniería: el Camino ocupó el decanato de la Facultad de Ciencias y dos canales de acceso. Sobre el punto de los
Blanco a la Ensenada y proyectos de puentes Exactas, Físicas y Naturales hasta la nacionali- canales llevaría Huergo adelante su polémica
para la Provincia de Buenos Aires. Con un te- zación de la Universidad en 1881, para volver (v. Puerto). La resolución a favor de la propuesta
ma similar, fue enviado a Francia al alcanzar a ocuparlo en los períodos 1891-1895 y 1899- de Madero se concretó entre 1882 y 1886.
su promoción, en 1870, comisionado por el 1902. Huergo inició así la impronta de los de- La obra de Huergo en Córdoba, por cuyo
gobierno de la Provincia para comprar 118 canos ingenieros en la Facultad, que imprimen gobierno fue comisionado en 1888, también
puentes y un tren de dragado. Su tesis, que un giro práctico y profesionalista a la institu- reviste importancia. Además de los proyectos
versa sobre vías de comunicación, no deja en- ción. Esta actividad se complementa con la con- de ensanche de la ciudad y la irrigación de sus
trever lo que luego se convertiría en la obse- tinuidad de su acción en las asociaciones cien- altos, con la duplicación de la capacidad del di-
sión de su vida: puertos y canales. tíficas y profesionales: el Centro Argentino de que San Roque, fue autor del proyecto de ca-
Huergo fue el primer ingeniero en reci- Ingenieros lo nombró presidente honorario en nal de navegación de Córdoba al río Paraná,
birse en la flamante facultad. Los primeros do- 1910. En el mismo año, preside el Congreso que nunca llegó a construirse. Las aguas de los
ce ingenieros recibidos obtuvieron posterior- Científico Internacional Americano, organi- ríos Primero, Segundo y Tercero servían en el
mente el apelativo de los doce apóstoles, y su zado por la Sociedad Científica. proyecto original para alimentar un canal que
lugar en la evolución de la ingeniería argen- La obra que marcó su destino posterior, la permitía su navegación a través de esclusas y
tina fue destacado en casi todos los casos: bas- canalización del Riachuelo, estuvo antecedida lagos artificiales. Córdoba tendría así su puer-
te recordar los nombres de Guillermo White, por el proyecto y la construcción del dique co- to: las industrias localizadas en sus inmedia-
Valentín Balbín, Luis Silveyra, Guillermo Vi- mercial de San Fernando con el anexo del di- ciones (caleras y cerealeras principalmente) ob-
llanueva, Carlos Olivera. que de carena (1875), el primero, y durante mu- tendrían ventajas del menor costo de los fletes
Al regresar de Europa, además de llevar ade- cho tiempo el único, construido en nuestro en comparación con los costos del ferrocarril.
lante estudios como el abastecimiento de aguas país. Este antecedente tal vez haya motivado la Los problemas político-económicos de 1890
de los ríos Salado, Tercero, Cuarto y Quinto, y encomienda de las obras del Riachuelo, que impidieron la realización de este proyecto, que
realizar parte de la construcción del ferrocarril obtuvo por concurso en 1876. había tenido una buena acogida gubernamental.
al Pacífico, ingresó en la actividad política. En El encargo de las obras del Riachuelo abrió Simultáneamente, se estudiaban soluciones
1868 formó parte de la Comisión de Hacienda el primer conflicto de envergadura en el que in- similares en la Provincia de Buenos Aires, a
de la Legislatura de la provincia, junto con An- tervino, y el de mayor importancia en su carrera: las que Huergo se opuso señalando las difi-
tonino Cambaceres, José M. Moreno, Alfonso el del puerto de Buenos Aires. El proyecto que cultades técnicas que un terreno llano como el
Demaría y Pedro Agote. En estas funciones im- Huergo presentó a la provincia era en realidad de la pampa húmeda planteaba en la cons-
pulsó junto con Agote la instalación de tram- una adaptación del proyecto que Revy —un em- trucción de canales navegables.
ways en la ciudad, y propuso un reglamento — pleado del estudio Bateman (v.)— presentó al Entre otras obras hidráulicas en las que par-
basado en el de la ciudad de Nueva York— para gobierno provincial en noviembre de 1872, en ticipó Huergo, cabe mencionar las obras por-
la selección de las propuestas que ya comen- respuesta a una demanda explícita de un puer- tuarias y sanitarias en Asunción del Paraguay,
zaban a presentarse (la primera de ellas, la de to de cabotaje. Se trataba de dos docks modes- y la canalización del Bermejo.
los hermanos Lacroze, motivó estos estudios). tos en la orilla derecha del Riachuelo, y de la Huergo se dedicó también a estudiar otras
El proyecto fue sancionado ese mismo año. En traza de un canal que continuara la corriente posibilidades de desarrollo industrial del país,
1872, Huergo fue elegido senador provincial. del este hacia el sur. Huergo sólo alteró en par- como fue el caso de sus trabajos sobre la cuen-

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hue hun
ca hullera y carbonífera de Mendoza (en es- Bs. As.: Solar-Hachette, 1977; A. Lucchini. Historia de H. Py, en calle Pampa, residencia de A Sou-
pecial Salagasta). Pero un párrafo especial me- la ingeniería argentina. Bs. As.: CAI, 1980. lignac, en Talcahuano y Córdoba, y la Compa-
rece la otra lucha que marcó los años tardíos ñía de Seguros Franco Argentina, de Cangallo
de su vida, y que lo colocaron nuevamente en Obras de L. A. Huergo: “Memoria de la Dirección Ge- 666 en Buenos Aires. En Tucumán realizó
el papel de pionero: la explotación del petróleo neral de Explotación de Petróleo de Comodoro Ri- el Hotel Savoy, el teatro Odeón y el Casino.
de Comodoro Rivadavia. El petróleo fue des- vadavia, 1912-13” (publicada en Boletín de Infor- En los últimos años de su labor tuvo como
cubierto en 1907 e inmediatamente Huergo maciones petroleras. n.° 233, 1944,); “Los intereses colaborador a V. Colmegna (v.), con quien rea-
entrevió su importancia en la economía na- argentinos en los grandes puertos”. En: Anales de lizó su obra más significativa: “la casa Mous-
cional. Fue designado miembro, junto a Her- la Sociedad Científica Argentina. Bs As, 1873; Puer- sion”, en Sarmiento y Callao. F. A.
mitte, Arata, Villalonga y Villate, de la Direc- to de Buenos Aires. Los dos canales de entrada de
ción General de Explotación de Petróleo de 20 km de longitud de un mismo punto al mismo puer-
Comodoro Rivadavia, creada por Sáenz Peña to. Congreso Científico latinoamericano. Bs As: HUNDT Y SCHROEDER. (HUNDT, Enrique: s/d.
en 1910 —el núcleo de lo que posteriormen- Peuser, 1898; El puerto de Buenos Aires. Historia Inglés. Arquitecto; SCHROEDER: s/d. Alemán.
te será YPF. En este período se realizaron tra- técnica del puerto de Buenos Aires. Bs. As.: 1904. Arquitecto). Estudio de arquitectura que du-
bajos de tendido de acueducto desde los ma- rante las décadas del sesenta y del setenta
nantiales Behr hasta el campamento central, del siglo XIX realizó los primeros edificios ban-
el montaje de 4 tanques en la cabecera del mue- HUGE, EMILIO. París, 1863 - Buenos Aires, carios en Buenos Aires (v. Banco).
lle que debían alimentar el oleoducto de 550 1912. Arquitecto. Exponente de la arquitec-
m de largo para la carga de los buques-tanques. tura académica francesa en la Argentina. En
En Buenos Aires, se construirían dos tanques sus últimos trabajos puede notarse cierta bús-
de 6.000 m3 de capacidad en el puerto. Huer- queda acorde con el Eclecticismo modernis-
go denunció la falta de colaboración de las em- ta (v. Eclecticismo).
presas privadas, y criticó el liberalismo de la le-
gislación que sólo llevaba al beneficio de las Hugé cursó estudios en la École des Beaux
mismas. Su preocupación no estaba única- Arts de París y tuvo como principales profe-
mente ligada al desarrollo industrial, sino en sores a Daumet y Girault.
especial a la posibilidad de autoabastecimien- Llegó a Buenos Aires en 1893. En la Fa-
to de la Armada Nacional. cultad de Ciencias Exactas recibió el título de
Huergo murió el 4 de noviembre de 1913, arquitecto en 1898; la SCA lo contó como so-
en ejercicio de la presidencia de la Comisión. cio a partir de 1901.
Su perfil no estaría completo sin mencionar su Entre sus obras de mayor importancia, en
actividad de publicista. Esta juega un papel cen- general ligadas a comitentes de la colectividad u TEATRO COLISEUM, BS. AS., DE HUNDT Y SCHROEDER.
tral no solo en el momento en que se llevó a ca- francesa, pueden destacarse: Banco Francés
bo (cuando el campo profesional de la ingeniería del Río de la Plata en la calle Reconquista, Bue- Obras importantes del estudio, que utili-
se estaba conformando), sino también en las nos Aires, así como las sucursales de dicha ins- zó generalmente el estilo Neorrenacimiento
interpretaciones que posteriormente se hicie- titución en Bahía Blanca y Chivilcoy; Pabellón italiano (v.), son: antiguo Banco de Londres,
ron sobre los acontecimientos en los que Huer- de tuberculosos del Hospital Francés; casas de Cangallo y Reconquista (1867), Bolsa de Co-
go tomó parte. Su historia técnica del puerto de mercio en San Martín 216 (1862), Teatro Co-
Buenos Aires, que va reescribiendo a través de liseo, iglesia de San Andrés en Chascomús
décadas —desde antes del conflicto con Made- (1872), la iglesia de Capilla del Señor (1866),
ro— hasta culminar en la publicación de su sucursales y sede central del Banco de la Pro-
libro en 1904, constituye a la vez un documento vincia de Buenos Aires (1874).
de importancia en la escasa historiografía de la En esta última obra, tal vez la más impor-
técnica local, y un testimonio de la modalidad tante, Schroeder y Hunt adoptan “un lujo ex-
de Huergo en las polémicas, que insistía en la cesivo de decoración”, que lleva a manifestar
objetividad técnica. Técnica versus política se- a un crítico que “tal como está construido es
rá un leit motiv en las polémicas de los inge- muy adecuado para un Teatro, donde cada de-
nieros contra los representantes gubernamen- talle debe deleitar y donde toda decoración no
tales, disputando lugares en la administración es nunca muy excesiva”. Llamó poderosamen-
pública. Huergo fue el “héroe” fundante de la te la atención en Buenos Aires que se recurriera
disciplina en el país. G. S. a una torre o mirador central sobre el eje de si-
metría, partido que se consideraba reservado a
Bibliografía: N. Besio Moreno. “Elogio del Ingeniero Ci- edificios religiosos. El hecho de que esta fuera
vil Luis Augusto Huergo”. En: La ingeniería. Año XLIV, una de las primeras obras bancarias de la ciu-
n.° 843, 1945; E. H. Pinasco. “Huergo y el Puerto de dad, explica también la incomprensión frente
Buenos Aires”. En: Náutica. año X, n.° 112, 1941; J. R Sco- al planteo de la misma, considerado audaz y
bie. Buenos Aires, del Centro a los Barrios (1870-1910). u CASA MOUISSON, EN CALLAO Y SARMIENTO, BS. AS. riesgoso para los cánones del Clasicismo.

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