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a) Un silogismo hipotético
b) Un silogismo disyuntivo
c) Un dilema
a) Modus tollens
b) Modus ponens
c) Reductio ad absurdum
d) Silogismo disyuntivo
e) Silogismo hipotético.
3) “Si La tesis del Dr. Loeb respecto a que el asteroide Humala es una nave extraterreste
entonces debe contener vida en su interior. Según las observaciones realizadas no hay
vida en su interior. Por lo tanto, no es cierta la tesis del Dr. Loeb” Si identificamos que se
trata de un modus tollens, entonces la estructura debe ser: “Si p, entonces q; no q,
entonces no p”
2) "Si p entonces q"; "Si q entonces r"; "por lo tanto Si p entonces r"
3) “P o q; p, entonces no q”
4) “P o q” no q, entonces p”
a) Un silogismo hipotético
b) Un dilema compuesto
c) Un dilema simple
d) Un silogismo disyuntivo
e) Modus ponens.
a) Modus ponens
b) Reductio ad absurdum
c) Silogismo disyuntivo
e) Modus tollens
ACA ESTA MAL LAS OPCIONES DEBERIA SER PhR = –PR ∙ P–R .
a) PR y P¬R;
b) P¬R y ¬PR;
c) PR y ¬P¬R ;
d) ¬PR y PR
d) Que una de las proposiciones atomicas sea correcta pero nunca que ambas
sean correctas a la vez.
a) Las órdenes deben ser abstractas, legítimas, aceptadas por los ciudadanos
y dictadas por un soberano internamente supremo y externamente independiente.
b) Las órdenes deben ser justas, aceptadas por los ciudadanos, eficientes en el
sentido de que los funcionarios deber reaccionar ante las desviaciones y dictadas
por un soberano supremo e independiente.
c) Se refiere a los que tratan de evadir las sanciones del sistema frente
a las transgresión como modo de maximizar sus beneficios.
13) Según HART, El enunciado interno según el cúal una norma es válida en un
sistema:
15) Para Alchourron y Bulygin, el cambio del universo del discurso implica un
cambio de…
a) soluciones maximales;
b) valoraciones sociales;
c) problema normativo;
d) consecuencias lógicas
a) Básicas o complejas;
b) Analíticas o sintéticas;
c) Máximas o mínimas;
d) Relevantes o irrelevantes
TABLA DE LA VERDAD
1) [(p-> q).r]→-q
2) -[(p→q). p]→q
DESARROLLO
MODUS PONENS
SILOGISMO DISYUNTIVO
Primera parte 1:
Sistema Normativa 1:
Caso Ai JC I N1 N2 N3
CAso 4 - - + LAGUNA
Caso 5 + + - PhD SOLUCIÓN
Caso 7 + - - LAGUNA
1. Hart sostiene una idea de derecho como órdenes respaldadas bajo amenaza.
FALSO
Hart afirma que muchas de las reglas que forman parte del derecho positivo
difieren de las órdenes coercitivas generales, por su contenido, por su ámbito de
aplicación, o por su origen. En cuanto al contenido, hay reglas que no
prescriben conductas, sino que otorgan poderes o habilitaciones. Las reglas
potestativas son relevantes pues dan lugar a la caracterización del soberano
como autoridad normativa. Por su parte, la definición de soberano que da Austin
en términos de la noción de hábito de obediencia, no es normativa pues alude a
fenómenos empíricos de simple recurrencia o convergencia efectiva de
conductas.
Hart cita los argumentos de la nulidad como sanción, el de las normas
potestativas como fragmentos de normas genuinas y, el del caso de las
costumbres, que pretende asimilarlas a órdenes tácitas del soberano. Hart
proporciona sólidas razones en contra de todos estos argumentos de uniformidad,
que pretenden concebir y sostener que todas las reglas pueden ser reducidas a normas
coercitivas.
Para Hart, en los casos difíciles, no existe respuesta correcta “previa” a la decisión del
juez que tiene marcado carácter discrecional.
Dworkin opone a esta tesis de Hart, la Tesis de la respuesta correcta. Sostiene que si
bien puede haber situaciones en que no pueda aplicarse ninguna norma concreta, eso no
significa que no sean aplicables los principios. Para Dworkin en el derecho hay más
cosas que normas, y afirma que el material jurídico dado por normas, directrices y
principios, es suficiente para dar respuesta correcta al caso planteado, aún a los casos
difíciles.
Dworkin dice que dejar en libertad al juez en los casos difíciles, no es una buena
solución, si es que consideramos la democracia y su sistema de legitimación en serio.
Explica que el juez no está legitimado para dictar normas, y mucho menos de forma
retroactiva (pues estaría creando una norma hoy, para una situación que ya ocurrió).
Propugna la función garantizadora y no creadora, del Juez. En su teoría afirma que los
jueces deben acudir a los principios pero no de forma automática, sino que aplicarlos
exige el razonamiento judicial y la integración del mismo en una teoría. El juez debe
balancear los principios y decidir por el que tiene más peso, y justificar racionalmente el
principio elegido.
Al proponer la distinción entre reglas y principios Dworkin busca derribar uno de los
pilares del Positivismo jurídico: La tesis de la existencia de un parámetro de identificación
de las normas de un sistema jurídico. Esta tesis es fundamental para el Positivismo
porque funda la separación que esta escuela sostiene entre derecho y moral. O lo que es
lo mismo, la idea de que una norma puede ser válida aunque sea injusta. Este planteo es
sostenido por Kelsen al derivar del principio de jerarquía, la validez de toda norma que
sea razonablemente inferida de la norma primaria o lo que Kelsen denomina Norma
Hipotética Fundamental, que es lo mismo.
Hart reformuló lo propuesto por Kelsen, al afirmar que las normas jurídicas eran
supremas porque existía una práctica social de aceptación de esas normas y que dicha
base sociológica daba solución al problema de las teorías positivistas.
Para Dworkin la existencia de los principios y las reglas hacen colapsar la teoría de Hart,
porque según su teoría existen principios muy variados que incluso pueden ser contrarios
unos de otros. Además afirma que la teoría de Hart es débil ya que pueden generarse
principios nuevos -Innovación-, pueden estar previstos en la Constitución nacional o en
normas de inferior jerarquía. Por lo tanto no existe una regla de reconocimiento, según
Dworkin, que contemple principios y reglas con un criterio simple.
En primer lugar, en el ámbito de los principios no existe una separación tajante entre
validez y aceptación, como lo muestran los principios que sin estar consagrados en el
derecho positivo son aplicados en las decisiones judiciales. La validez de estos principios
radica justamente en su aceptación en la práctica jurídica.
POR TODO ESTO SE PUEDE DECIR QUE LAS REGLAS SON CONCLUSIVAS Y LOS
PRINCIPIOS SON NO CONCLUSIVOS.
La distinción propuesta por Dworkin es ACEPTADA por Hart aunque dice que dicha
distinción no es sustancial sino que es de GRADO.
VI)
a) Explique cuales son las principales críticas que realiza Dworkin a Hart sobre la
tesis de la discrecionalidad judicial, la regla de reconocimiento y la obligación
jurídica.
3. Con respecto a la tesis de las fuentes sostenida por Hart a través de su regla de
reconocimiento, Dworkin sostiene que el criterio de la fuente social u origen no confiere
fuerza autoritativa a los principios, pues éstos, debido a su carácter inespecífico y no
concluyente, no pueden identificarse por criterios convencionales. En efecto, los
principios surgen por un sentido de conveniencia, se suprimen por desgaste y se
identifican por su mayor peso o fuerza argumentativa en la confrontación o competencia
con otros principios en un caso en mano. Además, esta nueva concepción del derecho
como conjunto de normas y principios da lugar a una idea de obligación diferente de la
sostenida por Hart. En efecto, los principios son los que determinan en definitiva cuando
hay una obligación jurídica. Las normas obligan sólo cuando los principios que justifican
su aplicación son más fuertes o importantes que los principios que orientan la decisión en
sentido contrario.
Es un hecho obvio que los sujetos involucrados en una práctica jurídica suelen disentir
sobre qué cosas impone el derecho. No por ello concluyen que no tienen un parámetro
en común para dirimir sus cuestiones. En los casos de desacuerdo la teoría de Hart se
ve obligada a decir que ese grupo no tiene una regla común y que, por tanto, no tiene
derecho. Sin embargo –sostiene Dworkin– es un hecho bastante obvio que cuando esto
sucede los juristas siguen pensando que tienen derecho o parámetros jurídicos para
solucionar la controversia. Cualquier jurista sabe que si no se cuenta con reglas
claramente aplicables para solucionar un caso, puede echar mano a los principios y con
ellos tratar de resolver el caso en cuestión.
Según Dworkin, por tanto, el derecho no sólo tiene reglas, sino también principios. Si una
teoría quiere preciarse de tal, tiene que tratar de describir todos los fenómenos que
analiza y es un fenómeno comprobable que los juristas usan principios y no sólo reglas y,
que cuando desacuerdan sobre las exigencias de la regla de reconocimiento (unos dicen
que es válido lo que dice el Congreso, otros la Constitución) siguen acordando en que
hay una forma de solucionar el caso. Siguen creyendo que hay derecho a pesar del
desacuerdo sobre reglas. En definitiva, la teoría de Hart sólo sería útil para explicar
cuando hay reglas y nos fuerza a sostener que cuando no se puede identificar qué reglas
tenemos (si las del Congreso o las de la Constitución o las de la Biblia, etc.) no tenemos
derecho. Es una teoría deficitaria porque basa su análisis en los casos de acuerdo,
cuando es casi un hecho obvio que en el derecho suele haber desacuerdos sin que ello
implique creer que no tenemos derecho. En conclusión, diría Dworkin, es un hecho
innegable que:
i) los juristas disienten sobre qué dice el derecho, pero siguen pensando que existe
una respuesta jurídica para solucionar el caso;
ii) los juristas utilizan unos parámetros distintos a las reglas para solucionar una
infinidad de casos, i. e. utilizan principios. La tesis de Hart, en este sentido, sólo serviría
para identificar las reglas pero no los principios. Como ya hemos visto, una de las tesis
del positivismo de Hart es la de las fuentes sociales. Según ella, para identificar qué es
derecho en una determinada sociedad debo observar cuáles son las prácticas
convergentes. Si una sociedad de hecho usa como criterio el tener por válidas las reglas
emanadas del Congreso, yo puedo saber si una regla es válida, fijándome de donde
proviene. Es decir, fijándome si ha sido producida por el Congreso o por otro órgano.
Esto ha sido llamado por Dworkin el test del pedigrí, es decir un test que permite
reconocer si una regla es válida fijándome en su procedencia, fuente u origen. Por
definición, este test de pedigrí u origen no puede ser utilizado para reconocer los
principios, pues se supone que los principios aparecen cuando, precisamente, no existe
una regla de reconocimiento o una práctica convergente sobre qué es derecho en una
sociedad. Necesitamos de los principios precisamente cuando el pedigrí (la fuente, el
origen) de la regla no es una condición suficiente para concluir que la regla en cuestión
es válida.
Toda ley válida –diría el procurador – tiene que detentar un cierto origen, esto es
provenir de lo que dijo el Poder Legislativo. Sin embargo, la Corte suprema sostenía otro
criterio. El criterio según el cual las reglas son válidas en tanto y en cuanto no violen la
constitución. Si nos atenemos al criterio de las fuentes sociales no podríamos determinar
cuál es la regla que rige el caso porque, como muestra el ejemplo, no hay acuerdo alguno
sobre qué es lo que impone el derecho en ese caso. Las fuentes no son unánimes. En el
caso Saguir y Dib, la Corte debió echar mano al principio de respeto a la vida, que no
estaba consagrado expresamente en la Constitución al momento del fallo. Este caso
muestra cómo existe desacuerdo sobre las reglas pero, no obstante ello, los juristas
tienen un “plan B” para solucionar ciertos vacíos. “Plan B” que no depende ni del acuerdo,
ni de la noción de regla concebida por Hart.
Ante el desacuerdo –explica Dworkin– los juristas suelen utilizar principios para exponer
sus diferencias, los cuales no pueden ser identificados a través de este test de origen. Es
precisamente porque el test no funciona que los juristas echan mano a los principios. Por
tanto, si es cierto que el derecho consiste en reglas y principios, Hart nos ha dado un test
que permite identificar a las primeras pero no a los segundos. La tesis de las fuentes
sociales, la regla de reconocimiento y el test de origen no permiten identificar principios ni
dar cuenta del desacuerdo entre juristas. Esta crítica implica otra consecuencia directa
sobre la teoría de Hart. Esta no sólo sostenía la tesis de las fuentes sociales, sino que
adosaba a ella la tesis de la discrecionalidad (Tesis Tres) según la cual, cuando no había
reglas, el juez debía decidir dentro de un margen de libertad o discrecionalidad. Al
sostener que en el derecho hay más cosas que reglas, Dworkin no sólo socava la tesis de
las fuentes sociales, sino también la idea misma de discrecionalidad sostenida por la
Tesis Tres de Hart (discrecionalidad). La tesis de las fuentes se ve socavada porque
Dworkin llegaría a mostrar que el mundo jurídico posee elementos cuya existencia no
depende de un acuerdo o fuente social. Es decir, que el test y el approach propuesto por
Hart no permitirían dar cuenta de un grupo importante de fenómenos jurídicos como son
los principios. Como consecuencia de esto, la tesis sobre la discrecionalidad se vería
seriamente dañada ya que la ausencia de reglas no daría lugar directamente a la
discrecionalidad, sino a otro tipo de análisis jurídico: el basado en principios. Mientras
que para Hart la ausencia de reglas jurídicas equivale a ausencia de solución correcta y
por tanto abre la discrecionalidad, para Dworkin la ausencia de reglas jurídicas abre paso
a la utilización de principios, los que de una u otra manera permitirán resolver al juez la
discusión basándose en el derecho. Para decirlo de forma diferente, Hart sostendría que
el derecho es un conjunto de reglas que dependen de cierta convergencia o práctica
social. Si no hay acuerdo o convergencia social regular (los juristas desacuerdan), no hay
reglas; si no hay reglas, el juez debe decidir por su cuenta y no tiene material jurídico en
qué apoyar su decisión. Dworkin, en cambio, sostiene que el derecho es más cosas que
reglas. Si se acaban las reglas habrá principios, y ellos nos permitirán solucionar un caso
con arreglo al derecho.
b) Según Hart cuales son las cuatro características cardinales que caracterizan y
diferencian a las reglas morales de otras clases de reglas:
Según Hart, las reglas morales se caracterizan y se diferencian de otras formas de reglas
por cuatro características cardinales:
● Importancia
● inmunidad al cambio deliberado
● carácter voluntario de las transgresiones morales
● la forma de presión social
La importancia de las reglas morales es algo que asociamos con el status de las mismas,
cuya ausencia nos lleva directamente a concluir que no estamos verdaderamente ante
reglas morales. En general, las reglas morales implican sacrificar intereses egoístas.
Además, se considera que la falta de reconocimiento extendido de sus pautas acarrearía
graves consecuencias para el grupo social. Dicha razón se hace evidente en la seria
presión social que se ejerce para asegurar su cumplimiento.
En el derecho, en cambio, se observa que existen algunas obligaciones que no revisten
este carácter de seriedad, gravedad o importancia y que, sin embargo, son casos
evidentes de reglas jurídicas.
Por último, la forma típica de presión moral es exhortar al respeto hacia las reglas
mediante el reproche, la crítica o el aislamiento, a fin de generar en los que se desvían de
sus obligaciones morales un sentimiento de vergüenza, culpa o remordimiento que es en
lo que consiste la verdadera sanción moral, esto significa que la sanción moral tiene un
carácter voluntario. En el caso del derecho, la presión apela a la amenaza de castigo
físico o consecuencias desagradables, la cual se hace efectiva, en caso de
incumplimiento de la obligación, independientemente de la voluntad del individuo
obligado.