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Cámara de Diputados

Chapter Title: EL CLÁSICO EN EL MÉXICO ANTIGUO


Chapter Author(s): Enrique Nalda

Book Title: Historia general de México ilustrada


Book Subtitle: volumen I
Book Author(s): Erik Velásquez García, Enrique Nalda, Pablo Escalante Gonzalbo,
Bernardo García Martínez, Bernd Hausberger, Óscar Mazín, Dorothy Tanck de Estrada,
Carlos MariChal, Alfredo Ávila, Luis Jáuregui, José Antonio Serrano Ortega, Josefina
Zoraida Vázquez, Andrés Lira, Anne Staples, Sandra Kuntz Ficker, Elisa Speckman
Guerra, Javier Garciadiego, Luis Aboites, Engracia Loyo, Soledad Loaeza, Ariel Rodríguez
Kuri, Renato González Me ...
Published by: El Colegio de Mexico; Cámara de Diputados

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EL CLÁSICO EN EL
MÉXICO ANTIGUO
Enrique Nalda
Instituto Nacional de Antropología e Historia

INTRODUCCIÓN las largas crujías cubiertas con bóveda maya (lla-


madas "en saledizo"); a los edificios decorados con
La historia de las comunidades sedentarias del grandes mascarones de estuco a ambos lados de la
México antiguo en el primer milenio de nuestra era escalera principal de los edificios mayas se oponen
está marcada por la diversidad, la cuales evidente si los largos tableros y taludes estucados y pintados.
se comparan los rasgos culturales de sus diferentes La lista de diferencias es interminable, se encuen-
regiones. En el centro de México, por ejemplo, la tran no sólo en la tecnología aplicada en producir
agricultura de riego fue una práctica relativamente alimentos y en los espacios construidos; también
común en el Clásico (100/250-650/900 d.C.); de se expresan en el patrón de asentamiento así como
hecho, lo fue desde épocas tempranas en la región en los símbolos que dan cuenta de su historia, sus
de Tehuacán y en los valles de Oaxaca desde el Pre- formas de organización y su cosmovisión.
clásico. Sin embargo, en el área maya ese tipo de Sin embargo, en su afán por dar a esa historia
agricultura fue casi inexistente; ahí, mucho más mayor coherencia y, sin duda, de simplificarla, mu-
común fue la agricultura en "campos levantados", chos arqueólogos han desdeñado tal diversidad y, en
que se llevaba a cabo en las planicies de inundación su lugar, han resaltado lo común en los pueblos que
de algunos de sus ríos, similares en principio a las poblaron el México antiguo. El término que han uti-
chinampas del Posclásico de la Cuenca de México. lizado para el espacio en que se habría desarrollado
Lo mismo sucede cuando se comparan proyectos esa aparente homogeneidad es el de Mesoamérica.
arquitectónicos: a los grandes basamentos sin tem- Bajo este término se han agrupado todas las comu-
plos de mampostería, frecuentes en Teotihuacán, se nidades de agricultores sedentarios que compartie-
oponen las construcciones igualmente masivas co- ron prácticas comunes en la explotación del medio
ronadas por templos con altas cresterías; los techos ambiente y el cultivo del maíz, el frijol y la calabaza;
planos de los cuartos teotihuacanos contrastan con una misma cosmovisión; las mismas prácticas reli-
giosas, y una misma cultura material con variantes
regionales. En el Posclásico, el espacio compartido
Los gemelos, cuenca de los ríos Blanco y Papaloapan, 600-900 d.C., por estas comunidades incluiría, en general, todo el
barro modelado. Museo de Antropología de Xalapa,
territorio comprendido entre la frontera norte mar-
Conaculta, INAH.
cada por los ríos Lerma y Moctezuma y una línea
Pdginas siguientes: Templo del gran jaguar, cultura maya,
ca. 700 d.C. Parque Nacional Tikal, Guatemala. © Corbis. que pasaría por el Río Motagua en Guatemala y el

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E NRIQUE N ALDA

Golfo de Nicoya en Costa Rica. En el Clásico, esa arqueólogos definir e interpretar la dispersión de
área habría sufrido una expansión considerable los rasgos comunes que dan sentido a esa historia
hacia el norte. compartida y encontrar, para los periodos mayores
Así, se ha creado la idea de que todos esos pue- en que esa historia se ha dividido, los límites de la
blos compartieron una historia común y no sólo en dispersión, límites que, básicamente, no son sino
fechas próximas a la llegada de los españoles, sino las sucesivas fronteras entre sedentarios y nóma-
también en el Clásico y, quizá, en fechas aún más das.
tempranas. De ahí -se argumenta- los rasgos De esta manera, se ha acuñado la idea de que,
compartidos. a partir de las primeras fases de la vida sedentaria
Adoptar ese término al construir las historias en este territorio, surgieron focos preeminentes
particulares de las comunidades agrícolas del Mé- desde los cuales se difundieron nuevas tecnolo-
xico antiguo implica, antes que nada, asumir la gías, formas novedosas de organización social y
necesidad de recurrir a Mesoamérica, como totali- política, códigos distintos de expresión plástica e
dad inevitable, para explicarlas. Implica, adicional- ideas originales sobre el mundo de los fenómenos
mente, reconocer que esa totalidad se configura a naturales y los dioses. Así habría sido el área nu-
partir de unos cuantos focos de desarrollo regional clear olmeca en su momento, lo sería el centro de
y, sobre todo, desde una especie de emisor central México en el llamado Clásico (100/250-650/900
que da coherencia al todo. Ha sido tarea de esos d.C.) y de ese modo se expresaría finalmente en la
tradición tolteca-mexica del último periodo de esa
Variedad de maíz, M éx ico. © Pho ros pin. historia antigua.

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EL CLÁSICO EN EL MÉXICO ANTIGUO

Para el proceso que arranca hacia el comienzo para dar cuenta de un área o superárea cultural,
de nuestra era, es decir para el Clásico, tal propues- poblada por comunidades unidas por una historia
ta ha generado, por sí misma, una historia centrada común.
en la Cuenca de México. Esa visión centralista se ha
mantenido como tendencia en el análisis de todo
el devenir prehispánico posterior y, de hecho, ha EL CLASICO COMO PERIODO DE
dado cuerpo a la idea que tenemos de la Conquis- FLORECIMIENTO CULTURAL
ta de México como una historia que concluye con
la caída de Tenochtidan, cuando en realidad buen El Clásico se ha visto, antes que nada, como un
número de las regiones mesoamericanas resistieron periodo de florecimiento cultural. Esta tesis es, de
por muchos años más; los mayas, por ejemplo, no hecho, la que justificaría la utilización -sin duda
acabaron de ser sometidos hasta casi dos siglos des- desafortunada, aunque también difícil de elu-
pués. dir- del término "clásico" para designar el lapso
Para el primer milenio de nuestra era, el "an- que abarca, en términos generales, la historia de
cla'' habría sido Teotihuacán: según esa tesis, las sociedades agrícolas prehispánicas durante el
todo se habría movido a su alrededor. Muchos primer milenio de nuestra era. Conlleva la idea
arqueólogos que han trabajado otros sitios de ese de un "preclásico" que sería el periodo de desarro-
periodo, consideran que la aparición y desarrollo llo de los factores que dieron cuerpo a las socie-
teotihuacanos constituyen el referente que expli- dades "más evolucionadas" posteriores. Conlleva
ca lo esencial de la historia de sus sitios; por ello también la idea de un "posclásico" de declinación
se empeñan en encontrar la inserción en el siste- de los valores alcanzados previamente o, en otras
ma teotihuacano de los lugares que estudian; y presentaciones, de un retroceso superado tan sólo
por ello, también, ven la "caída'' de Teotihuacán por las sociedades más tardías, en particular por la
como punto de arranque de un nuevo comienzo, mexica. Expresa la idea de una historia general del
de una profunda reconfiguración de la vida de los México antiguo caracterizada por una génesis, un
pueblos que integraban el México antiguo. desarrollo y una desintegración que parece ignorar,
Tal tipo de enfoque, basado en una historia en- entre otras cosas, el surgimiento de sociedades en
raizada en Teotihuacán, oculta o minimiza el rasgo el Epiclásico y el Posclásico de complejidad equi-
principal de ese primer milenio: la diversidad en la valente, y no sólo en el centro de México, sino en
que se desenvolvió. Entre otras cosas, coloca en un todo el territorio mesoamericano.
plano inferior el análisis de los factores internos
de la dinámica social de las comunidades prehis- El Valle de Oaxaca
pánicas; hace tabla rasa de las diferencias ambien- Esta idea de caracterizar al Clásico como un tiem-
tales que fijaron los límites dentro de los cuales se po de florecimiento cultural habría que matizarla.
desarrollaron; desdeña las relaciones entre los que En todo caso se trataría de un clímax con ante-
están dentro y los que quedan fuera del espacio cedentes plenamente establecidos y desarrollados
mesoamericano, lo que implica abandonar el cam- tiempo atrás. El caso de Oaxaca ilustra el punto:
po fértil de los estudios de frontera, y elimina, por durante el Preclásico surgieron en esta región los
supuestamente inútil, toda consideración de tipo primeros grandes centros de población y, hacia fi-
coyuntural que podría explicar las respuestas de nales de ese periodo (300 a.C.-200 d.C.), Monte
esas comunidades a los retos que enfrentaron. Por
ello, en este texto se utiliza el término Mesoamé-
Pdgina siguiente: Estela de El danzante, Monte Albán,
rica para designar un espacio geográfico ocupado 500 a.C.-200 d.C., bajorrelieve. Museo de sitio de Monte Albán,
por agricultores plenamente desarrollados, mas no Oaxaca, Conaculta, INAH.

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El CLÁSICO EN EL M ÉXICO ANTIGUO

Albán, con una población en alrededor de 15 mil aprecia no sólo en las construcciones de Monte
habitantes y dotada de construcciones de una ar- Albán, sino también en la aplicación de técnicas
quitectura compleja, se convirtió en el centro de agrícolas: en esos tiempos, y como parte de un
integración y, quizá, en el centro de poder de una desarrollo que arranca de épocas muy tempranas,
red de asentamientos relativamente próximos y de con la presa Purrón (próxima a Tehuacán), en el
rango inferior del Valle de Oaxaca. Junto a la jerar- Valle de Oaxaca aparecen terrazas y riego por ca-
quización de estos asentamientos, apareció en ese nalización (notoriamente en Hierve el Agua) que
mismo sitio una fuerte diferenciación social, mani- se añaden a la práctica de "riego por braceo" que
fiesta sobre todo en la construcción de tumbas muy todavía se realiza en los fondos del valle. Junto al
elaboradas. Las figuras esculpidas en las numerosas conocimiento adquirido sobre fenómenos astro-
lápidas que adornan el Edificio de los Danzantes, nómicos, hay que considerar el de los registros
esos individuos de cuerpos contorsionados, mu- calendáricos: un monumento encontrado en San
chos de ellos desnudos y a veces mutilados, han José Mogote con la inscripción " l Movimiento"
sido interpretadas como cautivos de guerra. De las evidencia el manejo del calendario ritual de 260
más de 300 lápidas encontradas en el sitio -unas días en esa época.
simples fragmentos, otras completas-, 260 se han
asignado al periodo de 500-300 a.C. Las 40 lápidas El área maya
del Edificio J, más tardío, hacen referencia explíci- Hacia finales de este periodo (350 a.C.-250 d.C.)
ta a conquistas y podrían ser de la misma época de apareció en el área maya una arquitectura monu-
la construcción del edificio (300 a.C.-200 d.C.) , mental de dimensiones sorprendentes. Los casos
cuya orientación particular demuestra un conoci- de El Mirador y Nakbé en el Petén, Lamanái en
miento astronómico refinado.
El adelanto tecnológico alcanzado en el Va- Sitio arqueológico de Monte Albán, 100 a.C.-800 d. C.
lle de Oaxaca durante el Preclásico es notable. Se Oaxaca, C on aculta, INAH.

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ENRIQUE NALDA

Belice y Kinichná en México son los mejores ex- intenso desarrollo poblacional. Junto con este
ponentes de este tipo de proyecto constructivo. crecimiento demográfico, aparecieron profundas
El basamento piramidal de El Mirador, conoci- diferencias sociales como resultado de la aparición
do como Plataforma Danta, tiene una altura de de artesanos y comerciantes, y sobre todo de es-
70 metros; la plataforma poniente (Estructura 1) pecialistas en la planeación y organización de la
de Nakbé alcanza 45; el Edificio Nl0-43 de La- fuerza de trabajo y el culto.
manái, 33, y el de Kinichná llega a cerca de 40 Para esa época ya se habían construido en el
metros, incluida su crestería. La Pirámide del Sol, área maya las primeras canchas para el juego de
en Teotihuacán, cuya altura total es de 64 me- pelota -estrechamente relacionadas con los mi-
tros, es de la misma época; su diseño no tiene, sin tos mayas de fundación-, así como los prime-
embargo, la misma complejidad de los ejemplos ros conjuntos arquitectónicos que evidencian un
mayas, que en esa época son con frecuencia cons- marcado interés por los ciclos astrales -como los
trucciones con basamentos revestidos de sillares numerosos "grupos E", el primero de los cuales se
cuidadosamente labrados, con grandes mascaro- encontró en Uaxactún- y la cuenta del tiempo.
nes de estuco como decoración y que llevan por Los mayas lograron esto último contabilizando el
remate un conjunto de tres templos repartidos en número de días transcurridos a partir de un origen
dos niveles, proyecto que se conoce como "triá- que fijaron en 3114 a.C., fecha en que según sus
dico", el cual podría simbolizar las tres piedras mitos los dioses crearon el mundo que hoy vivi-
que hicieron posible levantar el cielo sobre el mar mos. La cuenta la expresaban en años de 360 días
primigenio del mito de creación que mencionan ( 18 meses de 20 días cada uno) y la registraban
varios textos del Clásico maya. En esa época apa- en un sistema vigesimal; en ese tipo de sistema el
recen también los muros en voladizo que forman número de años de un registro es 20 veces mayor
el llamado "arco maya'', elemento distintivo de la que el del registro que le sucede. Así, 9.12.5.2.1
arquitectura maya, ausente con contadas excep- se refiere a una fecha de 9 b'aak'tuuno'ob' y 12
ciones en el resto del territorio mesoamericano. k'atuuno'ob', es decir 192 k'atuuno'ob', cada uno
La construcción de estos grandes edificios fue de ellos de 20 años (tuuno'ob) de duración o sea
posible gracias a la existencia de centros de pobla- 192 x 20 = 3 840 años de 360 días cada uno, que
ción de gran tamaño y con una organización capaz habrá que sumar a los cinco años del registro si-
de llevar a cabo obras monumentales que incluían, guiente para un total de 3 845 años. Las dos cifras
por cierto, el drenado de extensas zonas inunda- que completan la cuenta (2 y 1) indican el nú-
bles. Para El Mirador, por ejemplo, se ha estimado mero de meses (winalo'ob) y días (k'iino'ob) que
una población equivalente a la de Teotihuacán del hay que añadir para tener la fecha exacta en días
mismo periodo del Preclásico tardío, una econo- transcurridos.
mía basada en gran medida en la explotación de No todas las fechas en las inscripciones mayas
tierras en bajos, y una cohesión social asociada a se hicieron en este tipo de registro, llamado de
un ritual complejo que implicó el trazo de grandes Cuenta Larga. Muchas se hicieron en lo que se ha
sakbe'ob' (caminos blancos, en maya) que conecta- llamado Rueda Calendárica, justamente porque
ban los diferentes complejos arquitectónicos del las fechas registradas bajo este sistema se repiten
sitio. Nakbé, contemporáneo, a 13 kilómetros al cada 52 años de 365 días. Se expresan utilizando
sudeste de El Mirador -con el cual se comuni-
ca a través de un sakb'eh--, así como los lugares
Las bóvedas, cultura maya, 200-900 d.C. Sitio arqueológico de
relativamente cercanos de Tintal y Wakná, hacen Yaxchilán, Chiapas, Conaculta, INAH.
ver que no se trata de asentamientos aislados, ex- Pdgínas siguientes: Arco de Labnd, cultura maya, 600-900 d.C. Sitio
cepcionales, sino que expresan un momento de arqueológico de Labná, Yucatán, Conaculta, INAH.

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EL CLÁSICO EN EL MÉXICO ANTIGUO

dos calendarios: uno, el Tzok'iin, tiene 20 nom- criterio y experiencia. Situación diferente se habría
bres de días y 13 números que, combinados, dan aplicado a las fechas que se consideraban propicias
260 días; el otro, el Ha' ah, de 18 meses de 20 días para el inicio de la guerra.
cada uno que, sumados a cinco días adicionales de En esas mismas fechas tempranas aparecieron,
fin de periodo, dan un año de 365 días de dura- asimismo, los primeros textos jeroglíficos. Se trata
ción. Una fecha, por ejemplo, de 6 ook 18 paax po- de una escritura en la que los signos pueden ex-
dría corresponder a 453 d.C., pero también, entre presar palabras completas o sonidos de sílabas, es
otras posibilidades, a 505 d.C., esto es, puede ser decir fonemas. Esta última particularidad hace de
equivalente de 9.0.17.8.10 o, alternativamente, de la escritura maya un caso especial en Mesoaméri-
9.3.10.3.10. La combinatoria de ambas cuentas, ca, sólo parcialmente igualado por los nahuas del
la Larga y la de Rueda Calendárica, por ejemplo centro de México más de un milenio después.
9.3.10.3.10 6 ook 18 paax no se repite en la era
actual de la creación. La revalorización
Los primeros registros de Cuenta Larga en las Todo esto sugiere la necesidad de una revalorización
tierras altas del área maya fueron realizados en el del Clásico, en particular, de la utilización del térmi-
Preclásico tardío. La Estela 1 de El Baúl, en Gua- no. Es evidente que no puede caracterizarse como
temala, tiene una fecha en Cuenta Larga de 11 periodo de invenciones o descubrimientos. Al res-
d.C.; la más temprana de Tikal, la Estela 29, es del pecto es de llamar la atención que hayan sido pocos
año 292 d.C., ya en el Clásico. los avances tecnológicos que se dieron en el México
Mucho se ha especulado sobre el interés de los antiguo desde el cierre del Preclásico. Ésa es una de
mayas en el movimiento de los cuerpos celestes y las características fundamentales de su historia: que
el tiempo de sus ciclos; se ha propuesto como ra- sea la de un desarrollo sin cambios significativos de
zón la necesidad de contar con un calendario de productividad en los procesos que satisfacían las ne-
actividades que permitiera a los sacerdotes dar a cesidades básicas de sus comunidades. La chinam-
conocer los tiempos del ciclo agrícola, en especial pa (y su equivalente maya, "el campo levantado")
del momento de la siembra. Se ha mencionado podría ser una de las excepciones, otra más sería la
también la necesidad de contar con un calenda- metalurgia, pero la primera se utilizó en zonas relati-
rio que asegurara que quienes estaban interesados vamente pequeñas y la otra no se aplicó en procesos
en intercambiar sus mercancías convergieran en el productivos.
punto de encuentro en la fecha acordada (especial- Tampoco puede caracterizarse como un pe-
mente importante si los intercambios no se reali- riodo de explosión poblacional sin precedente. Si
zaban en mercados tradicionales, como parece ser bien tal característica se puede atribuir a la Cuenca
el caso de los mayas del norte de Yucatán, sino con de México, en el área maya el crecimiento pobla-
traficantes que se desplazaban continuamente). Lo cional venía dándose desde épocas tempranas a un
que parece indudable es que ese calendario marca- ritmo quizá no superado en el Clásico; de hecho, es
ba fechas de celebraciones que debían cumplirse muy probable que los primeros años de este último
estrictamente y que no tenían que ver con activi- periodo hayan sido de declinación poblacional. Es
dades mundanas: la fecha de celebración del inicio difícil, sin embargo, llegar a una conclusión funda-
del ciclo agrícola no tenía por qué coincidir con el mentada cuando el número de sitios del Preclásico
de la siembra que cada campesino elegía según su excavados, en general y en el área maya en particu-
lar, ha sido muy pequeño, y no tanto porque no ha-
yan en cantidad suficiente, sino porque en la gran
Detalle de la replica del Dintel 47 de Yaxchildn, Chiapas, cultura
maya, 200-900 d.C. Museo Nacional de Antropología, Conacu!ta,
mayoría de los casos sus estructuras se encuentran
INAH. cubiertas por restos de etapas posteriores.

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ENRIQUE NALDA

Y tampoco puede pensarse como un periodo Clásico, en 150 d.C., habría habido una depre-
de conformación de mitos de creación o de apa- sión en la curva poblacional de la cuenca, con una
rición de los iconos más importantes que se uti- ocupación reducida a 80 mil-11 O mil habitantes.
lizaron en el México antiguo como referentes de En el Clásico se invirtió la tendencia, pero el ritmo
esos mitos. El sistema de creencias sufriría modifi- de crecimiento anual no llegó siquiera a la tercera
caciones durante el Clásico, pero serían antes que parte de lo que había sido en el Preclásico. En 650
nada adecuaciones que respondían a las condicio- d.C., fecha de su clímax demográfico, la Cuenca
nes sociales y políticas del momento. La serpiente de México tenía 250 mil habitantes.
emplumada, elemento frecuentemente asociado Si se comparan estas cifras con las de la po-
a Teotihuacán, resultaría ser un viejo icono que blación de la ciudad de Teotihuacán, se llega a
Teotihuacán, igual que otros pueblos, utilizó en la conclusiones interesantes. Teotihuacán creció sin
presentación de mensajes cuya efectividad social interrupción desde 300 a.C. hasta finales del Clá-
sería incuestionable por su relación con el sistema sico. Hacia 100 a.C. contaba con una población
de creencias vigente. de 44 mil habitantes y hacia 150 d.C. con 94 mil,
es decir, duplicó su población en 250 años. Para el
año 600 d.C. tenía 148 mil habitantes, lo que sig-
EL CLASICO COMO PROCESO DE nifica que incrementó su población tan sólo 60%
CONCENTRACIÓN DE LA POBLACIÓN en 450 años. La tasa de crecimiento poblacional
Y DE COLONIZACIÓN DE TERRITORIOS de la ciudad en el Clásico fue, si se comparan ci-
NORTEÑOS fras, inferior a la de la totalidad de la cuenca.
Llama la atención que hacia finales del Clási-
En varias regiones del México antiguo, el Preclá- co, fecha del clímax poblacional de Teotihuacán, la
sico fue un periodo de crecimiento poblacional; ciudad había concentrado 60% del total de los ha-
fue, de hecho, de expansión demográfica excep- bitantes de la cuenca, cifra notablemente superior
cional. En el Valle de Oaxaca, por ejemplo, la a 30% del año 100 a.C. Una de las características
tasa de crecimiento de ese periodo no se igualó más significativas en el desarrollo del Clásico de la
nunca. La tendencia contrasta con la observada cuenca es, sin duda, la preferencia de sus habitantes
en el área central del valle durante el Clásico: ahí por vivir en la ciudad. No es posible, sin embargo,
la población disminuyó excepto en Monte Albán, concluir, con base en las cifras disponibles, que la
que mantuvo un crecimiento sostenido desde su gran ciudad operó como un imán, más potente a
fundación en el Preclásico. En la primera mitad medida que crecía en tamaño. Según esta idea, el
del Clásico (200-450 d.C.) Monte Albán pudo flujo de migrantes hacia un punto es directamente
haber alcanzado un máximo poblacional de 22 proporcional al tamaño del asentamiento de des-
mil habitantes, y hacia finales del mismo periodo tino; ese flujo, por cierto, puede acelerarse de ma-
(450-600/700 d.C.), hasta de 30 mil, cifras, por nera notable -y quizá salirse de control- una
cierto, notablemente distintas, como se verá más vez rebasada una masa crítica determinada, situa-
adelante, a las de Teotihuacán, lo que sin duda su- ción común en el crecimiento de las megaciudades
giere desarrollos independientes. modernas (de la cuales la ciudad de México es un
En la Cuenca de México la situación no fue ejemplo); el modelo correspondiente se conoce
esencialmente diferente de la del área central del como modelo de gravedad.
Valle de Oaxaca. A partir de 650 a.C., el ritmo
de crecimiento demográfico de la cuenca se ace-
Palacio de las mariposas y pirdmide del Sol, cultura teotihuacana,
leró: hacia 100 a.C. la población había llegado a 300-900 d.C. Sitio arqueológico de Teotihuacán,
145 mil habitantes. Entre esa fecha y el inicio del Estado de México, Conaculta, INAH.

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E N RIQUE N ALDA

La idea, implícita en los escritos de muchos que los arqueólogos, con las técnicas y materia-
arqueólogos, no considera sin embargo el hecho les disponibles, simplemente no podemos aislar.
de que la casa de crecimiento de Teocihuacán se Sí podemos asegurar, sin em bargo, que los emi-
redujo durante el Clásico. Si Teocihuacán hubiera grantes se dirigieron fundam entalmente hacia el
mantenido la casa de crecimiento del Preclásico , norte y el oriente de la Cuenca de México.
aquélla con la que se duplicaba la población cada En esas fechas, y en es pecial a partir del si-
200-250 años, entonces para fijar su población glo Vl de nuestra era, en grandes extensiones al
en 148 mil habitantes en el Clásico tendría que norte de la Cuenca de México, hasta entonces
haber expulsado cerca de 200 mil habitantes a cierras de agricultores simples y de cazadores-re-
lo largo de ese mismo periodo. El número de colectores nómadas, aparecieron asentamientos
habitantes desplazados desde la cuenca hacia el de cierta complejidad que muchos investigadores
cenero urbano habría sido menor que el de los han interpretado como producto de contactos o
que abandonaban Teotihuacán. Hoy día no es de incursiones de migrantes, fundamentalmente
posible contestar la pregunta obligada de cuándo del cenero de México. A este conjunto de asenca-
. .
y en qué cantidad los migrantes llegaban y aban- m1entos pertenecen smos can importantes como
donaban el cenero urbano; ese balance requiere La Quemada y Alca Visea, en Zacacecas; Balcón de
la posibilidad de trabajar periodos muy cortos, Moctezuma, en el sur de Tamaulipas; San Rafael,
en San Luis Potosí; Ranas y Toluquilla, en la Sierra
Plato con soportes de garra de jaguar, cu lmra mi xteca, Gorda de Querécaro. Todos ellos muestran cier-
250-800/900 d.C. , cerám ica. Museo Nacio nal de ta afinidad cultural con Teocihuacán, un apogeo
Anrropo logía, Conaculra, INAH .
coincidente en el tiempo con el clímax demográfi-
Enfrente: Cilindro del grupo de Las Cruces, Palenque,
300-900 d. C., cerámica. Museo Reg io nal de Anrropo logía
co de la ciudad y una declinación generalizada ha-
Carlos Pellicer, Villahermosa, Ta basco, Co naculta, 1 AH . cia el siglo x, fecha esca última en la que se habría

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E N RIQUE N ALDA

iniciado un proceso de contracción del territorio Occidental, hasta el extremo norte del estado de
de los agricultores sedentarios hasta alcanzar en el Durango. El proceso terminó en un "completo
siglo XV I una línea que seguiría la frontera septen- colapso": entre los siglos XII y xrv, junto con un
trional antes mencionada de la Mesoamérica de cambio climático hacia condiciones más secas, se
principios del siglo xv1: los ríos Lerma-Santiago, habría producido un éxodo masivo que llevó a los
por un lado, y el Moctezuma-Pánuco, por el otro. descendientes de aquellos pioneros a regiones más
Al norte de esta línea se localizarían los nómadas al sur, más cercanas a las isoyetas de 600 a 800
y agricultores ocasionales conocidos genéricamen- milímetros, que marcan para el centro de México
te como chichimecas, al sur, las comunidades de la diferencia entre una agricultura permanente y
agricultores plenamente sedentarios y los grandes productiva y otra de riesgo.
centros de población. Quedaría por explicar, sin embargo, cómo es
Una de las tesis más aceptadas para justificar que otras regiones del centro de México, mucho
esta expansión y posterior retracción de la frontera más propicias para la agricultura y más cercanas,
mesoamericana sostiene que entre los siglos Vl y X no fueron escenario de movimientos poblaciona-
de nuestra era, y bajo condiciones ambientales fa- les similares durante la época del cambio climáti-
vorables para la expansión de la agricultura, se dio co. El Valle de Toluca, por ejemplo, no acusó la
un proceso de colonización del norte del Altiplano entrada de gente de la Cuenca de México hasta ya
Central de México y de una franja del Altipla- entrado el Epiclásico (650-950 d.C.). Los valles
no Septentrional, a lo largo de la Sierra Madre de Morelos, por otro lado, recibieron escasos mi-
grantes de la Cuenca de México durante el Clási-
Calzada de Los muertos, 300-900 d. C. Sirio arqueológico de co, pero el flujo se habría detenido totalmente en
Teo rihu cá n, Estado de M éxico, Conaculra, INA H. el Epiclásico. Para la Cuenca Puebla-Tlaxcala, se

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EL CLÁSICO EN EL MÉXICO ANTIGUO

señala la existencia de un decaimiento poblacional Más al poniente, las posibles relaciones con
que habría comenzado un siglo antes del inicio del Teotihuacán se diluyen por completo: la Tradi-
Clásico y se mantendría a todo lo largo de ese pe- ción Teuchitlán, centrada en los valles inmedia-
riodo, calculado en 100-650 d.C. Al igual que en tos al Volcán de Tequila, en la que destacan los
la Cuenca de México, el proceso habría compren- "guachimontones" (arreglos arquitectónicos con
dido una progresiva ruralización y una reducción estructuras dispuestos en un anillo, al centro del
del número de asentamientos mayores. cual se levanta un basamento de planta igualmen-
El sitio más importante de los que no parti- te circular) y las tumbas de tiro, algunas de ellas
ciparon en ese cambio hacia lo rural fue Cholula; de gran profundidad, dan a esta región de Jalisco
su población para el año 500 d.C., momento de y áreas vecinas un carácter muy particular y muy
su clímax demográfico, ha sido estimada entre distante de todo lo que en ese momento se produ-
30 mil y 60 mil habitantes. Fue, en esas fechas, cía en la Cuenca de México. La Tradición Teuchi-
un centro regional de primer orden que escapó tlán arranca en fechas muy tempranas; su colapso
a la hegemonía y, en gran medida, a la influencia se dio en el siglo VII d.C., fecha coincidente con la
cultural de Teotihuacán; en efecto, si bien podría del "colapso" de Teotihuacán.
decirse que su producción alfarera sigue patrones Mucho se ha escrito con respecto a la posible
teotihuacanos, su arquitectura dista mucho de se- inserción de las comunidades "norteñas" del Clási-
guir el esquema de la gran ciudad. Se cree que, co en redes de comercio que habrían tenido como
de haber sido estrechos, los nexos entre Cholu- núcleo principal a Teotihuacán. Se ha postulado,
la y Teotihuacán, se enfriaron durante el Clásico por ejemplo, que Alta Vista funcionó como re-
medio. Después de su máximo de habitantes, la distribuidor de la turquesa que se explotaba en el
población de Cholula habría decaído de forma distrito de Cerrillos en Nuevo México y en Lone
abrupta hasta alcanzar una cifra de aproximada- Mountain, en Nevada, este último a través del Ca-
mente 5 mil-10 mil habitantes hacia 600 d.C., lo ñón del Chaco; y que Ranas yToluquilla operaron
cual evidencia una situación idéntica, aunque a como centros de producción del cinabrio (óxido
escala menor, de lo que sucedió en Teotihuacán de mercurio) que se utilizó en toda Mesoamérica
a finales del Clásico. como material de uso funerario. La profusión de
Menos clara, sin embargo, es la presencia teo- materiales de este tipo y las afinidades culturales
tihuacana en el Bajío y el Occidente de México. -expresadas sobre todo en la cerámica y la ar-
Plazuelas, en el Bajío guanajuatense, tiene una ar- quitectura- han hecho pensar a los arqueólogos
quitectura muy propia, de basamentos con planos que los sitios y regiones donde se han encontrado
indinados que confluyen y salientes y remetimien- estas semejanzas funcionaron en una especie de
tos que no guardan relación alguna con la arqui- sistema-mundo integrado por comunidades con
tectura de Teotihuacán; su cronología no es clara, economías dirigidas en gran medida a la produc-
pero de ser correcta la fecha de 900 d.C. para el ción de bienes para el mercado; en este contexto,
abandono del sitio, y en caso de haber tenido al- la "caída'' de Teotihuacán, y no el cambio climáti-
guna relación con el gran centro urbano del Clá- co, habría sido la causa de su propia declinación.
sico, deberían notarse en su arquitectura elemen- En el área maya no hay cifras que permitan
tos que expresaran ese contacto, y no es así. Por contrastar las condiciones demográficas del Preclá-
otra parte, más que una presencia teotihuacana en sico con las del Clásico; no se cuenta con estudios
Pátzcuaro, se ha propuesto una secuencia cultural de patrón de asentamiento sobre áreas tan exten-
de desarrollo plenamente local que arrancaría con sas como las trabajadas en la Cuenca de México o
Chupícuaro en el Preclásico tardío y culminaría en regiones periféricas como los valles de Morelos
con el estado tarasco del Posdásico tardío. o el Bajío. Las cifras con las que se especula sobre

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ENRIQUE NALDA

la dinámica poblacional maya son en su mayoría El trazo de la ciudad, su extensión, el tamaño


sobre sitios y, además, sitios del Clásico. Con base de su población -que, como ya señalamos, hacia
en la escasa información disponible, se piensa que mediados del siglo n de nuestra era ya tenía 94 mil
las tierras bajas mayas tuvieron un crecimiento de- habitantes-, su relativa alta densidad demográfica
mográfico sostenido a todo lo largo del Preclási- y sus artesanos de tiempo completo -que depen-
co, para luego sufrir un abatimiento en el Clásico dían de los excedentes alimentarios producidos por
temprano y una recuperación en el Clásico tardío, los agricultores del sitio o de la región- le daban
momento en que se alcanzó el clímax en el número al lugar el carácter de una verdadera ciudad. Pero
de habitantes que precedió el "colapso del Clásico era, en realidad, una ciudad de bajo nivel de urba-
maya'' que culminó con una caída demográfica en nización. No sería hasta ya bien entrado el Clásico
algunos de los centros de mayor población. (150-650 d.C.) cuando Teotihuacán se convirtió en
Esta idea de altibajos se ajusta a los resultados fuerte imán de la población rural a su alrededor.
que se han alcanzado, por ejemplo, en Kohunlich, Su crecimiento sin duda obligó a introducir cam-
Quintana Roo, en el estudio de su patrón de asen- bios en su organización. Se trazó un eje adicional,
tamiento. Trabajos de prospección y de excavación el eje este-oeste que cruza el centro de la ciudad, in-
intensivos en este sitio han mostrado importantes terrumpido en su trazo por la Ciudadela y el Gran
altibajos en su curva poblacional, los cuales defi- Complejo. El cruce de los dos ejes mayores dividió
nen al menos dos ciclos de desarrollo, uno de ellos el asentamiento en cuadrantes, un reflejo de la divi-
en el Preclásico y otro más en el Clásico terminal. sión espacial que los indígenas hacen hasta nuestros
La imagen que se deriva de dicha curva es la de días del mundo y plano de referencia de sus mitos
una historia de carácter cíclico, de un Kohunlich de creación.
sujeto a constantes cambios sociopolíticos en res- Para un viajero que entrara a la ciudad si-
puesta a crisis recurrentes. guiendo la Calle de los Muertos, el recorrido de-
bió de haber sido impresionante: la exageración
de la perspectiva producida por el angostamiento
EL CLASICO Y LOS PROCESOS DE de la calle hacia su tramo final habría acentuado la
URBANIZACIÓN grandeza del sitio; las estructuras monumentales
a ambos lados de la avenida muy probablemente
La urbanización de Teotihuacán fue un proceso indujeron en el visitante no sólo la idea de poder
largo y también único en la historia prehispánica. sino también de sacralidad. Parece razonable, en-
Entre 150 a.C. y el inicio de nuestra era, abarcaba tonces, que Teotihuacán no solamente fue centro
tan sólo 9 km2, pero 150 años después llegó a ocu- de un gran sistema económico y de poder, sino
par una superficie de 22 km2 , la misma que tuvo la también el "centro ritual preeminente de su tiem-
ciudad cuando vivía, a finales del Clásico, su clímax po en Mesoamérica''. Según esta óptica, sus pro-
demográfico. Fue entonces cuando se levantaron ductos no deben verse como simples mercancías
edificios monumentales a lo largo de la Calle de para el mercado: debieron de haber tenido tam-
los Muertos; uno de ellos, ligeramente desplazado bién un alto valor simbólico.
hacia el este, sería el basamento piramidal, hoy em- La población no se distribuyó de manera ho-
blemático, conocido como la Pirámide del Sol. Esa mogénea dentro de la ciudad: la mayor densidad de
calle, eje rector del asentamiento desde entonces, se población se encuentra en el Cuadrante Noroeste,
prolongaría en el Clásico hasta el cerro Padachique; en especial hacia su límite norte. En esta área, al no-
desde este punto hasta su remate, en el complejo roeste de la Pirámide de la Luna, se concentra el ma-
arquitectónico de la Pirámide de la Luna, son alre- yor volumen de estructuras tempranas, de ahí que se
dedor de cinco kilómetros. le diera el nombre de Ciudad Vieja. La menor den-

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EL CLÁSICO EN EL M ÉXICO ANT IGUO

sidad se ubica hacia el sur de la urbe, sin duda por de cerámica de clara filiación oaxaqueña. Otro de
ser la zona de mayor potencial agrícola. El complejo ellos, el Barrio de los Comerciantes, parece que fue
residencial típico de la localidad era un conjunto de ocupado por individuos que, a juzgar por la cerá-
cuartos de un solo piso dispuestos alrededor de pa- mica y otros productos de origen maya y del Golfo
tios en los que solía levantarse un pequeño templo; de México encontrados en el lugar, se dedicaban al
es posible que algunos de ellos hayan sido habita- comercio de larga distancia, tenían al barrio como
dos por artesanos o comerciantes. En Teotihuacán residencia temporal y mantenían nexos con la po-
hubo más de dos mil de estos complejos; algunos blación local.
estaban delimitados por altos muros y separados de Este tipo de asentamiento es claramente dis-
otros complejos similares por estrechos callejones. tinto del que se encuentra en el Clásico en el resto
La disposición y el tamaño relativamente uniforme de Mesoamérica. En contraste con Teotihuacán
de estos conjuntos habitacionales, su orientación y -que, en esencia, es un sitio abierto (sin dejar de
alineamiento, la solución dada a la circulación den- reconocer la existencia de murallas relativamente
tro y alrededor de ellos, así como el trazo de un cortas dentro de la ciudad)-, el patrón de asenta-
complejo sistema de drenaje y, en algunos casos, de miento de Monte Albán parece estar condicionado
suministro de agua, son claros indicadores de una por la necesidad de protegerse de enemigos poten-
compleja planificación urbana. A esto hay que aña- ciales. Y fue así desde épocas tempranas: en algún
dir la existencia de enclaves en la ciudad, entre los
que sobresale el Barrio Oaxaqueño, habitado por
individuos integrados a la vida citadina pero com- Reproducci6n del mural del Tlalocan en Tepantitla, Estado de México.
Museo Nacional de Antropología, Co naculra, INAH.
prometidos a preservar costumbres que reforzaban
Pdginas siguientes: Observatorio astron6mico, cultura maya,
su identidad como descendientes de oaxaqueños, 300-800 d .C. Sirio arqueológico de C hi chen lrzá, Yucarán,
concretamente prácticas funerarias, y la producción Co naculta, INAH .

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ENRIQUE NALDA

momento entre 200 a.C. y 200 d.C. se construyó permitido, sin embargo, discriminar barrios y ac-
un sistema defensivo en el borde norte-oeste del tividades artesanales, sobre todo de especialistas en
sitio -que en algunos tramos habría funcionado el trabajo de la obsidiana. Resulta claro que Monte
como depósito de agua- y un pequeño sistema Albán es, en gran medida, por su historia y topo-
de irrigación en la ladera oriente del cerro, todo lo grafía particulares, pero también por su tamaño
cual obedecería al interés de estar preparados para y densidad de población, una verdadera ciudad,
resistir un sitio por parte de fuerzas invasoras. Al muy lejos, formal y funcionalmente, de Teotihua-
respecto es de señalarse que, a diferencia de Teo- cán -la cual, respondió eficazmente a los retos
tihuacán, cuyo crecimiento en el Clásico se dio particulares que tuvo que enfrentar.
mediante un fuerte debilitamiento de las comuni- Con todo, es en el área maya, sin duda, donde
dades de la cuenca, en el caso de Monte Albán, y se encuentran los casos más alejados del patrón de
excepción hecha de los poblados muy cercanos, la asentamiento teotihuacano, y la de mayor diversi-
ciudad creció sin perjudicar la continuidad y desa- dad de proyectos. Becán, en el sur de Campeche,
rrollo de los asentamientos en el Valle de Oaxaca es un asentamiento con un solo centro de gravedad
(valles de Etla, Tlacolula y Zaachila): la capacidad arquitectónico. Su núcleo cívico-religioso, con sus
militar de sus vecinos fue siempre, por lo tanto, templos sobre grandes basamentos piramidales, el
una constante a todo lo largo del Clásico. juego de pelota y las residencias de mayor rango,
En el Clásico, la población de Monte Albán se concentra en un espacio relativamente pequeño
se asentaba en las laderas del cerro; en su cima se rodeado de un profundo foso que parece construi-
levantaron edificios de arquitectura monumental, do desde épocas tempranas y que tuvo carácter de-
la mayor parte de ellos construidos alrededor y al fensivo, con acceso controlado hacia el interior del
centro de una gran plaza de cerca de 300 metros centro monumental del sitio; en la periferia, con
en su eje mayor -cuyo acceso estaba arquitectó- un patrón disperso, se ubicaron las residencias y
nicamente limitado a pequeños pasadizos en tres solares de las familias de estatus menor.
de sus esquinas-, y sobre dos grandes plataformas Kohunlich, en el sur de Quintana Roo, tiene
en sus extremos norte y sur. Entre los numerosos otro tipo de solución. Se trata de un asentamiento
edificios en esta plaza principal se encuentran el bipolar. En el Clásico temprano (250-600 d.C.)
Edificio J antes mencionado y un juego de pelota, esa bipolaridad se produjo entre dos complejos de
así como varios basamentos piramidales y estruc- arquitectura de función cívico-religiosa, uno en la
turas de corte residencial. Dos caminos principa- Plaza Yaxná y otro más, a poco más de 400 metros
les, de tres a ocho metros de ancho, serpentean el de distancia, en lo que debió de haber sido una
cerro hasta alcanzar la plaza en su cima. Las casas acrópolis de la cual hoy día sólo queda el edificio
del común de la gente se construyeron en terra- que la remataría y que se conoce como el Templo
zas habilitadas en las laderas del cerro de Monte de los Mascarones. Entre ambos complejos arqui-
Albán, especialmente en su ladera poniente, pero tectónicos, y alrededor de ellos, se construyeron
también en el vecino cerro de Atzompa y en el más conjuntos habitacionales, igualmente dispersos y
pequeño de El Gallo, ambos al norte de Monte ajustados a la topografía del sitio. Con el tiempo,
Albán. Las terrazas, de diferente tamaño y geome- y con la reubicación del centro cívico-religioso en
tría, habrían albergado, ocasionalmente, y en es- la Plaza de las Estelas, esa bipolaridad fue reem-
pecial en las cercanías del extremo norte de la gran plazada por otra en la que una de las zonas habita-
plaza y en el espolón del sur -el cual, por cier- cionales de mayor extensión, el Complejo Norte
to, fue amurallado en casi toda su extensión-, se ubicó a más de un kilómetro al norte de la pla-
estructuras de carácter ceremonial. Esta falta de za. El patrón con que se dispersaron las unidades
homogeneidad en el patrón de asentamiento ha habitacionales se mantuvo, así como el sistema de

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E1. CLÁSICO EN EL M ÉXICO ANT IGUO

doble campo de cultivo en el que una parte de la basamentos piramidales rematados por templos, y
producción de alimentos se localizaba en el solar la Acrópolis Central, un complejo masivo de cuar-
alrededor de las casas, mientras que otra parte -el tos que se ha interpretado como residencia de los
grueso de la producción básica: la de maíz, frijol, gobernantes de la ciudad. Una cuarta calzada, que
calabaza y rubérculos- se ubicaba en campos de lleva el nombre de Percival Maudslay, autor del
cultivo en los márgenes del asentamiento. primer plano de Tikal, conecta las avenidas Maler
De mayor complejidad es el patrón de asen- y Tozzer; no tiene un trazo que hubiera podido
tamiento de Tikal, en el Petén guatemalteco. Su regular el crecimiento de la ciudad: ni cuadrantes,
Gran Plaza, centro arquitectónico del sitio, es ni ejes ortogonales que, como en el caso de Teo-
punto de confluencia de tres anchas calzadas, las tihuacán, propiciaran la expansión hacia la peri-
cuales miden entre 40 y 65 metros de ancho y feria. Los conjuntos habitacionales de las familias
uno y dos kilómetros de longirud; estas vías re- de rango inferior se encuentran dispersos en un
matan y cruzan áreas construidas que debieron de paisaje de bajos estacionalmente inundables y de
haber tenido un significado especial. En el cruce depósiros naturales que retienen agua todo el año,
de dos de estas calzadas, la Méndez y la Maler, conocidos como aguadas. Cada uno de estos gru-
estaría lo que se ha dado en llamar El Mercado, pos está integrado por tres o cuatro estructuras,
fundamentalmente por su fácil acceso y su arqui- casi siempre alineadas alrededor de un patio.
tectura atípica. Todo este conjunto de edificios de corte ad-
En la Gran Plaza se encuentran dos de los tem- ministrativo, residencias de élite y de familias de
plos mayores de Tikal, los muy conocidos templos
1 y 11; en sus extremos norte y sur se abren, respec- Templo de la cruz, cultura maya, 300-900 d. C. Sirio arqueológico
tivamente, la Acrópolis Norte, integrada por varios de Palenqu e, C hi apas, C on aculra, INA H .

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E NRIQUE N 1\LDA

estatus menor, así como estructuras de arquitectu- tiempo- respecto a un centro compacto como
ra ceremonial y de función especial, se encuentra Teotihuacán.
distribuido en un área de alrededor de 100 km 2 ; Dzibanché, en el sur de Quintana Roo, tiene un
si se compara la población de Tikal, estimada en patrón de asentamiento equivalente al de Tikal: va-
62 mil habitantes, con la antes mencionada de rios conjuntos de arquitectura monumental unidos
Teotihuacán (148 mil en alrededor de 30 km 2), por largas calzadas, que en Dzibanché son sakbe'ob'
puede obtenerse un índice de la dispersión relati- de 1O a 20 metros de ancho. La diferencia entre
va de la población en Tikal -y, en general, en el ambos sitios es que, en el caso de Dzibanché, los
área maya y, con marcadas excepciones, en todo conjuntos arquitectónicos son complementarios:
una verdadera acrópolis en el vértice norte (Kini-
chná); un complejo de edificios de función cívico-
Reproducción del Dintel 14, Rito de la serpiente, de Yaxchilán,
C hi apas, cultura maya, 200-900 d.C. Museo Nacional de
ceremonial (Grupo Principal) en el vértice oriente;
Antropología, C onaculca, I NAH. un complejo adicional de edificios relacionados

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EL CLÁSICO EN EL MÉXICO ANTIGUO

con la administración y el ritual en el vértice po- cidental, las ciudades mayas estarían un paso atrás
niente (Tutil), y un grupo tripartito a la mitad del del gran centro urbano de la Cuenca de México en
camino entre Tutil y el Grupo Principal. El carác- las tradicionales secuencias evolutivas. Nada más
ter complementario de estos conjuntos se debe al equivocado. Las respuestas que los pueblos meso-
hecho de que tenían actividades repartidas entre americanos dieron a los problemas impuestos por
ellos; por ejemplo, sólo en el Grupo Principal se las grandes concentraciones humanas fueron muy
han detectado dos juegos de pelota y numerosos distintas, pero, vistas desde la perspectiva de las
palacios de élite que inducen a pensar que ése es el condiciones particulares en las que se produjeron,
lugar donde habitaba la clase gobernante; sólo en todas resultaron igualmente eficientes. Fueron res-
Kinichná hay una acrópolis, definida esta última puestas a condiciones ambientales, históricas o fun-
como un monumento masivo resuelto en varios cionales específicas. En el caso de Monte Albán, se
niveles, tres en este caso, con edificios en cada uno trató de la respuesta a una necesidad defensiva; en
de esos niveles, un templo que remata el conjunto el caso de las ciudades mayas, que tienen una to-
y un acceso cada vez más restringido a medida que pografía donde se entreveran bajos y laderas bien
se acerca uno al nivel superior; sólo en el Complejo drenadas, fueron formas de responder a la necesi-
Central se observa un proyecto arquitectónico tri- dad de integrar una población dispersa. Estos otros
partito (de función hasta ahora desconocida); sólo esquemas de asentamiento podrían, de hecho, ser
en Tutil hay patios flanqueados por tres estructuras más eficientes que los patrones reticulados, carac-
de tipo residencial (interpretados provisionalmente terizados por el trazo de avenidas y calles en ángulo
como espacios de comerciantes que intercambia- recto: sin duda tienden a un reforzamiento de la
rían sus productos en la Gran Plaza de Tutil). Es identidad comunitaria, a una mayor cohesión so-
decir, en el Clásico hubo actividades y ceremonias cial y, en la perspectiva del grupo gobernante, a un
específicas asignadas a cada uno de estos espacios. control social más firme. Monte Albán lo hizo por
El carácter complementario de estos conjuntos está "recogimiento" de su población; Tikal y Dzibanché
acentuado por los sakbe'ob' mencionados: uno de lo hicieron al revés: repartiendo actividades y ritos,
ellos conecta Kinichná con Tutil, otro más arranca y ampliando el espacio donde ambos se resolvían.
en Kinichná y se bifurca poco después para dirigir- Entender esto último requiere abandonar nuestros
se hacia el Complejo Central, por un lado, y hacia propios parámetros, aceptar que las cosas se pueden
el Grupo Principal, por otro. Entre estos sakbe'ob' hacer de varias formas y que quizá nuestra forma de
y alrededor de ellos, y de los conjuntos arquitectó- realizarlas cotidianamente no sea la más eficaz, ni
nicos, se encuentra un conjunto de unidades resi- la que se ajusta mejor a nuestras necesidades, sean
denciales de familias de estatus menor y templos económicas o existenciales.
de rango medio, sólo interrumpido por aguadas
y zonas ocasionalmente inundadas que fueron ex-
plotadas por sus suelos fértiles. EL CLÁSICO COMO PERIODO DE
A los ojos de un observador familiarizado INTENSIFICACIÓN DEL INTERCAMBIO
con los trazos reticulados (y, por lo tanto, con las DE BIENES
orientaciones precisas) de las ciudades modernas,
Teotihuacán resulta ser una respuesta ideal a las A todo lo largo de la historia de las comunidades
necesidades de albergar una población grande y sedentarias del México antiguo hubo un comercio
diversa. Quizá esa es la razón por la cual se la ha
tomado como el modelo con el que se mide la racio-
Pdginas siguientes: Cuadrdngulo de Las monjas, detrás la pirámide
nalidad y el grado de evolución de los asentamientos El Adivino, cultura maya, ca. 300-900 d.C. Sitio arqueológico
prehispánicos. En esa óptica, profundamente oc- de Uxmal, Yucatán, Conaculta, INAH.

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EL CLÁSICO EN EL Mllxlco ANTIGUO

importante, sobre todo de bienes duraderos: con- najuato, Michoacán, Jalisco, Puebla, Veracruz y
cretamente, materias primas y artefactos termina- los Altos de Guatemala) y a las posibilidades que
dos que se utilizaban en procesos de trabajo, en ofrece no sólo para la producción de una amplia
la guerra y en el ritual. Dadas las limitantes en el gama de herramientas de trabajo, como navajas,
transporte que había en Mesoamérica por ausencia raspadores y cuchillos, sino también por su valor
de animales de carga y de tiro, y de vehículos con simbólico y, de manera especial, por su origen.
ruedas, el flujo de alimentos fue notable sólo en Esta última característica podría justificar la razón
aquellos casos en que los grandes centros urbanos por la cual se ha encontrado obsidiana verde de
impusieron cargas tributarias a las comunidades la Sierra de las Navajas, Hidalgo, en lugares tan
bajo su dominio, en particular a las poblaciones alejados de la Cuenca de México como el sitio
vecinas. Tal sería el caso de Tenochtitlan en el de Altún Ha, en Belice, o en lugares próximos a
Posclásico, pero seguramente también el de Teo- otros grandes depósitos de obsidiana, como Ka-
tihuacán, Monte Albán y las grandes ciudades del minaljuyú, en Guatemala.
área maya en el Clásico. Para estos otros casos, sin Sin conceder que haya sido su consecuencia,
embargo, en ausencia de fuentes que mencionen el crecimiento de Teotihuacán corrió paralelo a la
las cargas tributarias --como sucede, por ejemplo, intensificación de la producción de artefactos de
con la descripción detallada que se encuentra en el obsidiana. En la primera fase del Clásico, con la
Códice Mendocino de los tributos que entraban a entrada masiva de materia prima de la Sierra de
Tenochtidan-, la lista de materiales sobre la que las Navajas, el número de talleres de obsidiana en
se puede especular es breve: se trata fundamental- la ciudad llegó a un centenar. Buena parte de esa
mente de bienes de prestigio hallados en ofrendas, producción fue para consumo local y corrió a car-
así como desechos producidos en talleres y en las go de artesanos independientes; otra parte estuvo
operaciones de mantenimiento y aprovechamiento controlada por el gobierno y se destinó al comer-
de los artefactos. En primer lugar, están la obsidia- cio a larga distancia.
na y la jadeíta, pero no son los únicos materiales A juzgar por la relativa escasez de obsidiana
que circularon profusamente: en épocas tempranas encontrada fuera de la Cuenca de México y valles
habría que destacar la magnetita, utilizada en espe- circunvecinos que pudiera atribuirse a los talleres
jos de mineral de hierro; en épocas tardías, el cobre de Teotihuacán, resulta obligado pensar que el
y el bronce, así como el oro y la aleación de oro y comercio de esa ciudad con pueblos distantes de-
cobre conocida como tumbaga; en todo momento bió de haber sido relativamente marginal. A pesar
circularon también las vasijas de cerámica, el pe- de ello, muchas de las hipótesis sobre la "razón de
dernal, los metates -en especial los de calizas finas ser" de Teotihuacán asignan a este comercio una
y rocas metamórficas- y una gama muy amplia importancia vital. Quienes defienden esta idea
de objetos de procedencia marina: conchas, coral, han señalado, entre otras cosas, la existencia de
espinas de mantarraya utilizadas en el autosacri- rutas de comercio y centros redistribuidores en-
ficio, dientes de tiburón y, con ellos, un bien de tre el gran centro urbano y prácticamente el resto
consumo básico: la sal. de las regiones mesoamericanas. Se ha propuesto
La importancia de la obsidiana en el comer- que hayan tenido un angosto "corredor teotihua-
cio mesoamericano se debe en gran medida a su cano" en la Cuenca Puebla-Tlaxcala que iría desde
relativa escasez (se encuentra en pocas localidades Calpulalpan y Apan hasta la Laguna de Totolac,
en su mayoría concentradas en Hidalgo, Gua- al oriente del cerro de La Malinche: una distancia
total de alrededor de 70 kilómetros. Más aún, se
Mdscara de jade de Pakal Il cultura maya, 600-900 d.C. argumenta que tal corredor tendría como remate
Museo Nacional de Antropología, Conaculta, INAH. la Huasteca, por un lado, y los valles de Oaxaca,

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EL CLÁSICO EN EL M ÉXICO ANT IGUO

por otro. La propuesta de ese recorrido comercial rulado como enclave teotihuacano que operaba
se basa en que, a todo lo largo de la ruta, es posi- como redistribuidor de mercancías de la gran ciu-
ble encontrar un material cerámico característico dad. La propuesta se basa en que en Matacapán
de Teotihuacan ("material diagnóstico"), el llama- hay arquitectura de talud-tablero, así como formas
do tipo Naranja Delgado, producido en el sur de vasijas y otros artefactos que recuerdan los pro-
de Puebla pero comercializado por la urbe. Tal ducidos en Teotihuacán en el Clásico. Hay quien
parece que ese material no se encuentra en sitios piensa que tales semejanzas son distantes y que Ma-
fuera del corredor. tacapán sería más bien un candidato a la categoría
Matacapán, un sitio a cinco kilómetros al vaga de "contacto teotihuacano", como Río Verde
oriente de San Andrés Tuxtla, Veracruz, se ha pos- en la costa de Oaxaca, donde se ha encontrado ob-
sidiana verde y candeleros; o el Cerro de las Mesas,
Réplica de pintura mural de Tldloc, cultura teotihuacana, en el centro-sur de Veracruz, con su Estela 15 y
550-650 d.C. , Estado de México. Museo Nacional de una cerámica de sospechosa filiación teotihuaca-
Antropología, Conaculta, INAH .
na, igual que Tres Zapotes, en la misma región; o
Pdgina anterior: Urna funeraria, cultura zapo teca,
250-800/900 d.C. Museo Regional de Oaxaca,
el sitio de Los Horcones, también definido como
Conaculta, INAH. tal por su cerámica. Se trata de asentamientos con

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ENRIQUE NA!.DA

rasgos culturales que sin duda merecen explicar- en particular interesanre. En un área relativamente
se evirando caer en la simplificación del modelo pequeña del sirio, se encontraron manifesraciones
centro-periferia, en el cual se asigna al centro (en culturales que tienen como referente el centro de
esre caso Teorihuacán) la capacidad de configurar México, algunas de ellas de aparente filiación reo-
el orden sociopolírico de rodas los sirios a su al- rihuacana. Fechados hacia el inicio del periodo de
rededor, próximos o lejanos. Disra de consriruir 350/450-550/600 d.C. , se descubrieron en uno
un indicador de la hegemonía reorihuacana sobre de los montículos de esa área entierros de indivi-
la región la mera dispersión de arrefacros de ese duos de alro rango acompañados de vasijas, a las
npo. que se asigna una filiación teorihuacana, y de nava-
Es de señalarse que se ha encontrado en otros jillas de obsidiana verde de la Sierra de las Navajas,
lugares una cierta cantidad de materiales -sobre Hidalgo. A una fecha ligeramente posterior corres-
roda cerámica- y regisrros epigráficos e icono- ponde la aparición de edificios con raludes-rableros
gráficos que sugieren relaciones esrrechas entre ese y, en algunos casos, alfardas y remares, roda ello
centro urbano y esrablecimientos importantes re- rípico de la arquirecrura de Teorihuacán.
larivamente lejanos, entre ellos Kaminaljuyú, Tikal El desfasamiento entre la aparición de cerámica
y Copán, relaciones que se han interpretado como exrranjera en Kaminaljuyú y la de los rasgos ar-
producto de acrividades comerciales o de contac- quirecrónicos que podrían derivarse de Teotihua-
ros enrre élites, o también como conquistas. cán, más el hecho de que la cerámica de aparente
El caso de Kaminaljuyú -hoy estrangulado filiación reotihuacana se encontró junro a vasijas
por el crecimiento de la ciudad de Guaremala- es de indudable origen maya, hizo pensar que hubo
una incursión temprana de teorihuacanos en Ka-
minaljuyú que culminaría con el marrimonio de
Reproducción del mural de Tlalocan en Tepantitla, cultura
reorihu acana, 550-650 d.C., Estado de México. Museo Nac ional
reorihuacanos con mujeres mayas del lugar; ral
de Antropología, Conaculra, INA H. incursión habría tenido carácrer comercial y con-

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EL CLÁSICO EN EL M ÉXJCO ANT IGUO

tado con el apoyo de la gran metrópoli. Más aún, que olvidar que, con base en análisis de isótopos
la aparición repentina y extensa de arquitectura de estables de estroncio, y excepción hecha de uno de
supuesto origen teotihuacano en el sitio se ha visto los individuos enterrados en contextos teotihua-
como un indicador de que algunos teotihuacanos canos, todos los restos hallados son mayas; que el
o individuos fuertemente vinculados con la cultu- volumen de, por ejemplo, la obsidiana que se co-
ra de la gran ciudad habrían tomado finalmente el mercializó fue relativamente reducido (un "par de
poder, se habrían desprendido de la dependencia puñados de obsidiana"), y por último habría que
de Teotihuacán y propiciado el comienzo de un hacer caso omiso de las importantes diferencias
desarrollo marcadamente maya. que hay entre el proyecto arquitectónico teotihua-
Una interpretación de este tipo requiere, sin cano y el de Kaminaljuyú en los edificios que se ha
embargo, considerar a Teotihuacán como una po- argumentado ser de influencia teotihuacana: en la
tencia expansionista, interesada en los excedentes mayor parte de los casos se trata de adaptaciones
potenciales de lugares tan distantes como Kami- locales de un proyecto casi irreconocible bajo los
naljuyú, estrategia que los mexicas, por cierto, no cánones de la gran ciudad de la Cuenca de Méxi-
pudieron aplicar a un costo menor que el de los co. La propuesta de un enclave, barrio o colonia
beneficios que podían obtener. Requiere también teotihuacana en Kaminaljuyú no tiene, por tanto,
olvidar el hecho de que la presencia teotihuacana mayor sustento. Sí lo tiene, empero, la idea de que
en Kaminaljuyú no permeó la vida cotidiana, ni el Teotihuacán ejerció una fuerte influencia en toda
ritual en el ámbito doméstico; habría que ignorar Mesoamérica, no por su capacidad económica o
igualmente que el volumen de artefactos que en- militar, o su organización particular: más que pro-
traron en Kaminaljuyú con origen en Teotihuacán ductor y distribuidor de mercancías para el inter-
pudo haber sido trasladado por comerciantes que
controlaran tramos de la ruta, tal como sucedía Sitio arqueológico de Copán, cultura maya,
con los pochtecas mexicas, y habría, por lo demás, 250-900 d.C. , Honduras. © CO RBI S.

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ENRIQUE NALDA

cambio, y en contraposición a la idea generalizada dignatario vestido como teotihuacano y portando


de un Teotihuacán hegemónico y expansionista, un átlatl; las coincidencias han hecho pensar a cier-
hay que verlo como proveedor de símbolos que tos epigrafistas que esa fecha, interpretada como
cada comunidad mesoamericana utilizó, desme- 378 d.C., marca la llegada de extranjeros -tal vez
nuzó, reelaboró y puso en práctica de acuerdo con teotihuacanos- a ambos sitios. Un año después
sus necesidades específicas. Más que un lugar físi- sería entronizado Yax Nu'n Ahiin, el "teotihuaca-
co fue un lugar mítico. no" de la Estela 31; su padre, Jaatz' o'm Kuy (Búho
La discusión sobre la presencia teotihuacana Lanzadardos: su glifo lleva un búho y un átlatl, de
en el área maya no se agota con Kaminaljuyú. De ahí su nombre), habría ascendido al trono en 374
hecho, Tikal, en el Petén guatemalteco, y Copán, d.C., en un lugar desconocido, quizá Teotihuacán
en el poniente de Honduras, han producido la (a pesar de tener un nombre plenamente maya y a
evidencia más convincente sobre ese contacto. En pesar también de que el topónimo de Teotihuacán
Tikal, en la Acrópolis Norte, se encontraron dos no se ha encontrado en las inscripciones mayas
estelas con claros rasgos teotihuacanos; la primera hasta ahora conocidas). Habría sido este último
de ellas, la 31, muestra al gobernante Sihyaj Chan quien patrocinara la "incursión de extranjeros" a
K'awiil (Cielo Tormentoso), quien ocupara el tro- Tikal y Uaxactún, incursión que habría conduci-
no entre 426 y 457 d.C., flanqueado por imágenes do Sihyaj K' ahk' (Fuego Naciente) con el apoyo
de su padre Yax Nu'n Ahiin (Nariz Rizada), un de Búho Lanzadardos. El hecho de que quien pre-
personaje supuestamente de origen teotihuacano a cedió en el gobierno a Yax Nu'n Ahiin no haya
juzgar por los iconos en su escudo y el dtlatl (lanza- sido su padre sino Chak Tok Ihch'aak (Garra de
dardos en náhuatl) que porta en una de sus manos. Jaguar), y de que éste haya muerto a la llegada de
La Estela 32 muestra un personaje con anteojeras "los extranjeros", podrían indicar que la incursión
y un tocado típicamente teotihuacanos. También fue violenta: que se trató de una acción militar
llamativo es un vaso con decoración incisa, en- cuyo desenlace fue el sometimiento de Tikal, el
contrado en la Acrópolis Central en un depósito cual, por cierto, habría sido de corta duración,
de materiales desechados, en el cual aparecen seis pues quien sucedió en el trono a Yax Nu'n Ahiin
personajes con atuendos teotihuacanos dirigién- recuperó la iconografía y el estilo maya en sus re-
dose hacia un templo maya cuya plataforma está presentaciones.
decorada con lo que parece ser una versión local En Copán aparece una historia muy parecida.
de taludes-tableros. Todos están saliendo de un En el llamado Altar~ encontrado al pie de la fa-
lugar en el que se encuentra un templo en el esti- mosa Escalera Jeroglífica, se muestra a 16 gobernan-
lo teotihuacano de taludes y tableros. Los cuatro tes en una secuencia dinástica que comienza con un
individuos al frente son guerreros: portan flechas personaje de nombre K'inich Yax K'uk' Mo' (Sol
y lanzadardos; los dos últimos llevan en sus manos Quetzal-Guacamaya Verde). El altar fue esculpido
vasijas de cerámica con tapaderas, posiblemente por Yax Pahsaj Chan Yopaat (Madrugada) en la se-
regalos para el personaje que se encuentra en el gunda mitad del siglo VIII. El personaje en la primera
templo maya en ocasión de una ceremonia espe- posición lleva anteojeras, rasgo reminiscente de las
cial como podría ser la de una entronización; la representaciones de Tláloc en Teotihuacán; habría
presencia de guerreros en la iconografía ha sugeri- llegado a Copán en 426 d.C., cerca de cuatro siglos
do, sin embargo, que podría tratarse de una incur- antes de que Yax Pahsaj Chan Yopaat ordenara la
sión similar a la consignada en la Estela 31. construcción del Altar Q? vino desde el poniente,
Una de las fechas en esta última estela, 11 ehb', de un lugar desconocido en donde habría sido en-
aparece también en Uaxactún, y aunque está aso- tronizado tres días antes. Aunque la distancia entre
ciada con un personaje diferente, muestra a un ambos sucesos es relativamente grande, 48 años, la

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fa CLÁSICO EN EL M ÉXICO ANTIGUO

fecha de la llegada de K'inich Yax K'uk' Mo' casi


coincide con la de Yax Nu'n Ahiin a Tikal: 8 ajaw
18 yáaxk'iin en la Rueda Calendárica. En Quiriguá,
por cierto, se registra el paso de K'inich Yax K'uk'
Mo' tres días antes de llegar a Copán; venía, por lo
tanto, del poniente.
La historia de K'inich Yax K'uk' Mo' parece es-
tar apoyada por el descubrimiento de una tumba en
la Acrópolis de Copán debajo de un piso asociado
a un edificio con taludes-tableros, que podría ser la
de este rey. El antebrazo derecho del individuo en-
terrado acusa una fractura, consistente con el hecho
de que el personaje en el Altar Q lleva un peque-
ño escudo en esa misma parte del cuerpo; además,
análisis de isótopos estables de estroncio indican
que esa persona no nació en Copán, pasó la mayor
parte de su niñez y vida de adulto joven en el Petén
y no llegó a Copán hasta pocos años antes de su
muerte. La ofrenda que acompaña los restos de este
personaje incluye vasijas de cerámica que tienen re-
lación con varias partes de Mesoamérica: dos vasijas
del tipo naranja delgado y otra más, estucada, con
motivos de estilo teotihuacano; dos vasijas adicio-
nales que proceden del Petén central; una más de
las tierras altas de Guatemala, y las restantes nueve
vasijas de la misma región de Copán. Entierros pos-
teriores, por cierto, siguieron registrando el nombre
de K'inich Yax K'uk' Mo' e incorporando iconos
y bienes de filiación teotihuacana. Uno de ellos es
el famoso vaso trípode con tapa, estucado, con la
representación de un búho que surge de un tem-
plo maya y echa a volar desde una plataforma con
taludes-tableros.
La evidencia de Copán reproduce en cierta me-
dida la de Kaminaljuyú. El parecido refuerza la tesis
de que la "presencia teotihuacana'', de haberse dado
y de haber significado el arribo de teotihuacanos a
esos lugares, habría sido un acontecimiento único,
sin repercusiones políticas de larga duración y cir-
cunscrito al ámbito de la élite.

Gobernante Zots Choj, cultura maya, 593-805 d. C.,


relieve en piedra. Museo Naciona l de Antropología,
Conacu lra, INAH.

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EL CLÁSICO EN EL MÉXICO ANTIGUO

EL CLÁSICO COMO PERIODO DE APARICIÓN DE respecto, se podrá tener una idea de la dificultad
FORMAS DE ORGANIZACIÓN MÁS COMPLEJAS que presenta la pregunta. Por ello, los arqueólogos
hemos esquivado esa definición.
Los arqueólogos consideran el Clásico como el Junto a Tenochtitlan, el ejemplo más convin-
periodo de la aparición del estado, entendido cente de la prevalencia en Mesoamérica de un esta-
como una forma de organización sociopolítica de do plenamente desarrollado es, a juicio de muchos
un nivel de complejidad superior al de las socie- arqueólogos, Teotihuacán. Se ha tipificado de esa
dades estratificadas de épocas anteriores. El con- manera simplemente porque no es posible pen-
cepto es escurridizo: hay múltiples definiciones sar que una sociedad del tamaño y complejidad
del mismo. En gran medida esto ocurre porque de Teotihuacán pudiera haber funcionado con las
los arqueólogos estamos obligados a caracterizarlo viejas formas de organización basadas en relacio-
con base en las evidencias materiales que produce nes de parentesco; tampoco es posible considerarla
su existencia. como sociedad homogénea, exenta de una dife-
En su forma desarrollada, las entidades polí- renciación interna consecuencia de las diversas
ticas conocidas como "estados" aparecieron en un funciones que sus pobladores desarrollaban. Una
contexto de enfrentamiento de grupos antagóni- población de 150 mil habitantes, concentrada en
cos: el estado resolvió el conflicto en favor de uno un área relativamente pequeña, con un sector muy
de ellos. Esos grupos se diferenciaban por su po- importante de artesanos y comerciantes, con una
sición con respecto a la reproducción del sistema estratificación evidente por las diferencias que se
social. El control más efectivo fue el derivado de observan en sus edificios, donde se concedía una
una forma de relación particular con los medios gran importancia al mito y al ceremonial-atesti-
de producción: el de la propiedad privada, pero guada por la traza de la ciudad y la proliferación de
pudieron haberse dado otras formas de control y una arquitectura monumental no residencial-, y
explotación de la fuerza de trabajo. Lo que sí fue con una evidente fuerza pública al servicio de la
una constante es que, ya constituido el estado, el élite, tuvo que haberse organizado como estado.
grupo dominante monopolizara la fuerza pública Hay que añadir, sin embargo, que hablando con
y la empleara a fin de mantener el sistema operan- rigor esa complejidad no es, por sí misma, razón
do a su favor. Tal definición lleva a preguntar, en- suficiente para postularla como una sociedad esta-
tre otras cosas, cuáles fueron los mecanismos con tal. En todo caso habría que preguntarnos cuál es
los que, en una sociedad prehispánica particular, la el tipo de estado en el que estamos pensando. Hay
élite extraía trabajo y bienes de la base social más que señalar, además, que esa complejidad no pue-
allá de los que la sociedad en su totalidad requería de ser el parámetro con el cual establecer la presen-
para su operación, excedentes que esa élite apro- cia o ausencia del estado como formación política
vechaba para reforzar su presencia y distanciarse en una sociedad particular: la idea de que "si son
progresivamente de esa base social. Con toda la como Teotihuacán, son sociedades estatales, y en
información escrita durante la Colonia sobre los caso contrario no lo son" debe rechazarse.
mexicas, es muy difícil decir si existía en esa socie- El origen del estado teotihuacano -en su
dad un Estado en los términos mencionados. Si acepción de complejidad social que rebasa las po-
pensamos que Teotihuacán es un milenio anterior sibilidades de un sistema basado en relaciones de
a Tenochtitlan y que para esa época más tempra- parentesco- puede verse en el comercio a larga
na no se tienen fuentes escritas que arrojen luz al distancia de bienes, entre los que destaca de ma-
nera notable la obsidiana. A partir del año 300 y
Dintel 18, cultura maya, 200-900 d.C., Yaxchilán, Chiapas. hasta su declinación en 750 d.C., el estado teoti-
Museo Nacional de Antropología, Conaculta, INAH. huacano no tenía como fundamento ese comer-

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ENRIQUE NALDA

cio; para ese periodo se ha propuesto la existencia telas de esa época frecuentemente muestran algo-
de un estado -o una estrategia- de tipo corpo- bernante, sin acompañante, con múltiples referen-
rativo. En éste, el poder queda repartido entre los cias en su atuendo a su estatus y parado sobre un
diferentes grupos que actúan en la sociedad. En cautivo. Lo mismo sucede con los enterramientos
ausencia de uno de ellos que detente un poder de esos dignatarios: es común encontrarlos en cá-
especial, las decisiones se toman colectivamente; maras abovedadas dentro de grandes basamentos,
esto no impide que haya jerarquías, jefaturas y bu- acompañados de ricas ofrendas. Esto ha dado pie
rocracias, pero sí que un grupo o agente particular a creer que en las ciudades más importantes del
llegue a monopolizar recursos esenciales y el po- Clásico maya el poder se concentrara en el ajaw
der. La diversidad entre los grupos constituyentes y en un número relativamente pequeño de nobles
de una sociedad con una estrategia corporativa se de rango menor. Esa estructura absolutista habría
supera con la introducción de una ideología en la desaparecido hacia finales del Clásico para dar lu-
que los objetos de culto y las ceremonias propi- gar a una forma de gobierno con el poder repar-
ciatorias son incuestionables y, por lo tanto, fá- tido entre representantes de comunidades aliadas,
cilmente suscritos por todos: astros y fenómenos similar en principio a la ya mencionada estructura
naturales, así como las ceremonias de renovación corporativa.
y de fertilidad, se encuentran en la cotidianidad y La copiosa información que se tiene sobre los
el imaginario colectivo. mayas ha permitido ir más allá: en el Clásico el
En el caso de Teotihuacán, la idea de la exis- poder se transmitía por reglas de sucesión entre
tencia de un estado corporativo se apoya en gran miembros de grupos dinásticos. Se tienen las se-
medida en evidencia negativa, concretamente en cuencias dinásticas de varias ciudades, algunas de
la ausencia de representaciones en las que se exalte ellas muy largas. De Tikal, por ejemplo, se ha iden-
la figura de un personaje particular. En la plástica tificado a 33 gobernantes que ejercieron el poder
teotihuacana se presentan dioses y animales em- entre 90 y 869 d.C.; de Palenque se sabe de 17 en-
blemáticos, y cuando aparecen personajes de cierto tre el año 431 y alguna fecha ligeramente posterior
rango, no llevan un nombre asociado: se distinguen a 799 d.C.; entre Dzibanché y Calakmul, de 13
entre sí por sus atuendos y no por su jerarquía; nin- gobernantes de la dinastía Kaan (también llamada
guno se manifiesta en primer plano, sea por su ma- Kanu'l) entre 450 y, posiblemente, 736 d.C.
yor tamaño, por su relación con otros personajes Una de las propuestas que los arqueólogos han
de ostensible rango menor o por la mayor riqueza avanzado sobre la organización política de los ma-
de su vestimenta y adornos: todos se presentan en yas en el Clásico, a partir de la información epígrá-
una especie de procesión monótona. fica, está basada en la distribución de los llamados
Más aún, en Teotihuacán no se han encontra- glifos-emblema, glifos que supuestamente sólo las
do las llamadas "tumbas reales", es decir enterra- ciudades más importantes llegaron a tener. Con
mientos de dignatarios acompañados de grandes apoyo en éstos, se ha postulado la existencia de 60
ofrendas, quizá porque la costumbre era incinerar a 70 ciudades-estado, es decir, entidades políticas
a sus gobernantes, igual a lo que parece haber sido autónomas, con un territorio y un centro mayor
la práctica entre los mexicas, pero quizá también bien definidos, y con asentamientos menores a su
porque esos dignatarios, investidos de un poder alrededor cuya integración se habría dado por las
absoluto, no existieron. Tampoco se han encontra- actividades productivas, comerciales y de orden
do palacios que parezcan la residencia de un perso- simbólico que se desarrollaban en la ciudad.
naje de estatus excepcional.
Por contraste, entre los mayas del Clásico es Jugador de pelota, isla de Jaina, cultura maya.
muy común la exaltación del gobernante: las es- Museo Nacional de Antropología, Conaculta, INAH.

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ENRIQUE NALDA

La propuesta, aunque muy especulativa, tie- aparecen en el texto colonial del Popol Vuh como
ne a juicio de muchos arqueólogos el atractivo de vencedores de los dioses del inframundo, está repre-
producir una geografía política similar, en lo ge- sentada en un plato del Clásico hallado en Chetumal
neral, a la que habría prevalecido en Yucatán a la (hoy en el Palacio Cantón de Mérida y conocido
llegada de los españoles: 16 provincias con terri- como Plato Blom); una temática semejante se ob-
torios equiparables, cada una de ellas incapaz de serva en una estela temprana de El Mirador.
someter por la fuerza a su vecino. Tiene asimismo Algo semejante pasa con los dioses. Si bien las
afinidad con el altépetl prehispánico del centro de deidades del Clásico parecen haber correspondido
México, término que se equipara frecuentemente a fuerzas sobrenaturales, algunos de los dioses que
con el de señorío y que los españoles transforma- conocemos por los códices mayas tienen su ante-
ron en "pueblo de indios". cedente en el Clásico. Así sucede con Itzamná, el
Algunas hipótesis se apoyan en paralelos etno- dios creador; aunque posiblemente con otro sig-
gráficos y otras más son simplemente imaginativas. nificado, su nombre glífico aparece en inscripcio-
Se ha propuesto, por ejemplo, que el poder entre nes del Clásico. Es de hacerse notar, sin embargo,
los mayas de las grandes ciudades del Clásico es- que un dios puede presentarse de varias formas,
taba fundado en la capacidad histriónica del ajaw, dependiendo de las condiciones particulares de su
en la impresión que producía al mostrarse ante su aparición, y también que los diferentes rasgos que
pueblo con su atuendo elaborado y lujoso, y por su podrían tipificar a un dios pueden encontrarse en
habilidoso manejo de la parafernalia asociada con otros. Las similitudes formales entre unas deida-
la invocación de los dioses a los cuales servía como des y otras pueden hacerse muy distantes, como
intermediario. también tuvieron que haber sido las necesidades
En casi todos los esquemas de organización po- que les dieron origen. Por ello, el estudio del sig-
lítica propuestos para el Clásico maya, es evidente nificado de los mitos y dioses no puede realizarse
el peso específico concedido al ajaw como cabeza al margen de las condiciones sociopolíticas en las
visible del ceremonial. Nadie duda de la importan- que se expresaron.
cia concedida por los mayas a esa función, ni de su Independientemente de cuál fue el origen del
eficacia en la cohesión social; tampoco se cuestiona poder centrado en el ajaw y la élite a su alrededor,
el poder de los gobernantes derivado de su ejerci- es evidente que los estados mayas se organizaron
cio. De ahí la frecuente asociación en el arte maya con un alto grado de estratificación social. Hay
de la imagen del gobernante con las fuerzas sobre- muchas fuentes que dan cuenta de las diferencias
naturales, cuerpos celestes, monstruos sagrados y sociales que existieron en el Clásico; la más cono-
dioses. Los mascarones del Clásico temprano (ca. cida es sin duda la pintura mural de Bonampak, la
450 d.C.) que adornan el edificio más prominen- cual fue ejecutada en diferentes niveles, coinciden-
te de Kohunlich ejemplifican este tipo de vínculo: tes con la manera en que la sociedad maya estaba
personajes reales portando atributos del dios solar estructurada.
se apoyan en monstruos Kawak y quedan enmar-
cados por serpientes y bandas celestes. Una compo-
sición similar, de la misma época, se ha encontrado COLAPSOS DEL CLASICO
en este mismo sitio en la crestería que remata el
edificio de las Estelas. Más allá de los cambios frecuentes en el registro
Los mitos tuvieron un papel importante en- arqueológico que señalan la aparición de nuevos
tre los mayas. Algunos de ellos están plenamente tipos cerámicos y estilos arquitectónicos, lo mis-
establecidos en el Clásico temprano. La saga, por mo que formas nuevas de organización de los es-
ejemplo, de los gemelos Junajpú y Xb'alamké, que pacios construidos y fluctuaciones demográficas

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EL CLÁSICO EN EL M ÉXICO ANT IGUO

-todos ellos indicadores de ajustes tecnológicos, ubicadas al oriente de esa cuenca, a costa de un
movimientos migratorios, conquistas o el esta- éxodo masivo desde Teotihuacán.
blecimiento de nuevas redes de comercio-, hay El proceso de abandono del centro urbano y
en la historia del Clásico mesoamericano trans- el consecuente desvanecimiento del poder e in-
formaciones que se han visto como verdaderas fluencia teotihuacanos culminó con el incendio
catástrofes. De ellas destacan dos: la "caída" de y saqueo de sus estructuras más importantes. Los
Teotihuacán y el colapso del Clásico maya. A pe- responsables de tal vandalismo y, sobre todo, del
sar de ser acontecimientos que se han estudiado movimiento histórico que llevó a Teotihuacán a
desde hace muchos años, aún no hay consenso ese desastre siguen sin conocerse. Se ha planteado
sobre sus causas, ni siquiera sobre la manera en la posibilidad de que ciertos grupos norteños, al-
que se produjeron. gunos de los cuales se encontraban ya establecidos
en la urbe como residentes marginales, habrían
La ªcaída" de Teotihuacdn perpetrado la destrucción; sin embargo, se ha se-
Antes que nada, se trata de un proceso caracteri- ñalado que, siendo pocos en número y con una
zado por una notable disminución de su nivel de- limitada capacidad ofensiva, no es posible pensar
mográfico: de 150 mil habitantes pasó a tan sólo en ellos como agentes importantes en la "caída":
30 mil o menos. No se conoce el ritmo al que se se trataría, en todo caso, de grupos oportunistas
produjo esa reducción del número de pobladores, que aprovecharon la desestabilización para lograr
ni la fecha de inicio del proceso; lo que sí se sabe algún beneficio material.
es que simultáneamente, hacia finales del Clásico,
Acrópolis pequeña, culrura maya, 200-900 d.C.
comenzó a recuperarse la población de la Cuenca Sitio arqueológico de Yaxchilán, Chiapas,
de México y de regiones vecinas, en especial las Co naculta, INAH.

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EL C!ÁSICO EN EL M~XICO ANTIGUO

Una de las causas que se han propuesto como que ese éxodo fue intempestivo, obliga a pensar en
origen de la "caída'' ha sido la de un cambio cli- la posibilidad, ya mencionada, de una invasión.
mático que, influyendo sobre un ambiente ya de- Habría que establecer las razones del proceso de-
teriorado por la sobreexplotación agrícola, habría trás de ella; eso, a su vez, nos obligaría una vez
tenido efectos catastróficos; la tesis tendría alguna más a postular la idea de que la invasión fue po-
resonancia con la idea, ya mencionada, de haberse sible porque había las condiciones necesarias para
dado un movimiento migratorio desde la Cuen- ello: un deterioro generalizado del sistema por el
ca de México hacia el norte, pero en este caso el enfrentamiento entre la élite y la base social. La
cambio climático sería hacia condiciones menos cuestión, de cualquier manera, es si el éxodo es
favorables para la agricultura. causa y no resultado de la desestabilización.
Más aceptada ha sido la idea de que las rutas A pesar de su declive y final desaparición
de comercio de Teotihuacán quedaron estrangula- como centro económico y político, Teotihuacán
das. Congruente con la tesis de que la razón de ser continuó ejerciendo una poderosa influencia en
de Teotihuacán hay que buscarla en el comercio a el resto de Mesoamérica, y lo hizo hasta el fin
larga distancia, se ha propuesto que los centros de de la historia prehispánica. Rasgos que podrían
población ubicados en las rutas que Teotihuacán relacionarse con Teotihuacán -como por ejem-
utilizaba en ese tráfico crecieron gracias a ese co- plo la arquitectura a base de taludes-tableros y la
mercio hasta alcanzar una importancia y una fuer- distintiva iconografía teotihuacana, reflejo de sus
za suficientes para colocarse ellos mismos como creencias- siguieron apareciendo en el área maya
centros primarios en la red comercial. Tal habría incluso después del colapso del centro urbano; de
sido el caso, por ejemplo, de Xochicalco: su cre- hecho, fue entonces cuando la dispersión de tales
cimiento habría terminado por estrangular la ruta características fue más intensa. La memoria de lo
de Teotihuacán hacia el Pacífico. El modelo, por que fue y significó Teotihuacán persistió, aunque
cierto, se ha aplicado al área maya y, concretamen- los iconos y las ideas relacionadas con esa gran
te, para dar cuenta -como se verá más adelan- metrópoli dejaron de pasar "en bloque": fueron
te- del abandono masivo que experimentó Tikal desmenuzados y recompuestos de acuerdo con las
hacia finales del siglo IX. necesidades de quienes recurrían a ellos. Descon-
Una tercera hipótesis sobre la caída de Teo- textualizados, adquirieron significados nuevos.
tihuacán -a la cual me adhiero, en principio-
es la que centra su causa en problemas internos, El colapso maya
concretamente en el enfrentamiento entre grupos El colapso del Clásico maya se ha postulado como
sociales colocados en diferentes estratos. La forta- un proceso similar en forma al observado en Teo-
leza de tal hipótesis depende en gran medida de tihuacán. En ambos casos se produjo un éxodo de
que llegue a establecerse, con relativa precisión, la la población poco tiempo después de haber alcan-
fecha de inicio y el ritmo del movimiento migra- zado su clímax demográfico y un aparente auge
torio, pues de haberse producido a partir de 500 cultural. Hay, sin embargo, varias diferencias que
d.C., es decir en fechas anteriores a la "caída" de señalar. Primero, el colapso maya no se refiere a
Teotihuacán, es posible pensar que el éxodo fue una ciudad en particular sino a varias, y además
realmente un movimiento de resistencia a condi- corresponde a urbes distantes: lo mismo Copán
ciones impuestas por una élite que crecía en núme- en Honduras, que Yaxchilán sobre el Usumacinta
ro y en demandas. Lo contrario, es decir aceptar mexicano. Segundo, el colapso en el área maya es
del siglo IX, mientras que el de Teotihuacán es, bá-
Escalinatas de los templos 3 y 4, cultura maya, 593-805 d.C. sicamente, del siglo vn. El fin del Clásico en el área
Sitio arqueológico de Toniná, Chiapas, Conacu!ta, INAH. maya coincide, en principio, con el fin del registro

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E N RI QUE N AL DA

calendárico en la Cuenta Larga: la última fecha dominó en el cual los sitios habrían "caído" uno
encontrada en este tipo de registro es de 909 d .C. tras otro, con algunos años de diferencia entre los
Es necesario señalar, además, que los abando- acontecimientos, y todo ello a partir del derrumbe
nos en cada uno de los grandes centros del área no del más importante de todos. El problema aquí es
son contemporáneos. En efecto, si las fechas hasta que dos de los más importantes, Tikal y Calakmul,
ahora conocidas del fin del gobierno del último parecen haber sido los que más resistieron.
dignatario corresponden a las del fin de la secuen- A lo anterior debe añadirse que una parte muy
cia dinástica y, por lo tanto, al "colapso" del sitio en considerable de sitios en la misma región de las
cuestión, entonces la fecha de ese "colapso" resulta tierras bajas del sur no sufrió el abandono masivo
inconsistente: Yaxchilán y Palenque en México, que caracterizó el colapso en, por ejemplo, Tikal.
Copán en Honduras y Dos Pilas, Naranjo, Piedras Lamanái en Belice y Dzibanché en Quintana Roo,
Negras y Quiriguá en Guatemala habrían sufrido dos centros muy importantes por su tamaño y lar-
una desestabilización en el primer cuarto del siglo ga secuencia de ocupación, continuaron habitados
IX, pero Calakmul y Toniná en México, Tikal en a todo lo largo del Posdásico, el primero de ellos
Guatemala y Caracol en Belice habrían pasado por hasta bien avanzada la Colonia. Esto debilita la te-
el mismo trance casi 100 años después: demasiado sis del "colapso del Clásico maya'' como fenómeno
tiempo si se quiere postular un fenómeno gene- generalizado en las tierras bajas del sur.
ralizado y simultáneo, aun considerando la posi- La falta de correspondencia de fechas entre
bilidad de que haya habido una especie de efecto la "caída'' de Teotihuacán y el colapso del Clási-
co maya va en contra de la idea misma de Meso-
Casa K del edificio 33, culrura m aya, 200-9 00 d .C. américa como espacio con una historia común. Ni
Siti o a rq ueo lógico de Yaxchil á n, C hiapas, Co nacul ta , LNA H. los problemas que condujeron a la declinación de

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EL C LÁSICO EN EL M ÉXICO ANTIGUO

Teotihuacán, ni los que culminaron con su "caí- fue un crecimiento poblacional fuera de control
da", afectaron el área maya: sus urbes siguieron que terminó por degradar la tierra de cultivo. La
creciendo como lo habían hecho desde años atrás. idea fundamentalmente es la misma que la pri-
No puede decirse siquiera, como podría sospe- mera de las hipótesis mencionadas para la caída
charse de ciudades que surgieron en el Epidásico de Teotihuacán. No hay, sin embargo, evidencia
del centro de México, que la desaparición de Teo- sólida en estas ciudades de un impacto humano
tihuacán como centro de poder haya propiciado sobre el medio ambiente de consecuencias catas-
el desarrollo de las ciudades mayas. Si algo se evi- tróficas; en principio tal posibilidad es difícil que
dencia del proceso teotihuacano, es que no tuvo se dé en sociedades humanas, pues estas suelen
ningún efecto sobre el área maya. A propósito del operar con dispositivos regulatorios de tipo social
significado de una ofrenda descubierta en Altún que inhiben el crecimiento demográfico mucho
Ha, no muy lejos de la costa beliceña, entre cuyos antes de que la población se acerque al límite de
objetos se encontró la mayor cantidad de piezas la capacidad de sustentación del medio ambien-
de obsidiana verde de la Sierra de las Navajas ha- te. Pero se tiene información de que a finales del
llada en el área maya -248 piezas en total-, se Clásico hubo un cambio climático en el norte de
ha afirmado que "[colocada la ofrenda y sellada Yucatán hacia condiciones de relativa sequía y ari-
la tumba del gobernante], la presencia teotihuaca- dez, cambio que, de haber ocurrido también en
na se hundió con las olas del Caribe sin perturbar las tierras bajas del sur, podría haber sido un factor
sensiblemente la superficie del mar" . de importancia en el abandono masivo de sus ciu-
Quizá la hipótesis más generalizada entre
quienes han estudiado el colapso de las ciudades Templo 1 en la Plaza Norte, culrura maya, 300-900 d.C.
mayas es que el punto de partida de ese derrumbe Sirio arqueo lógico de Comalcalco, Tabasco, Co naculra, JNA H .

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E NRIQUE NALDA

dades. Que haya sucedido tal cosa en esta región y eventual eliminación de la jerarquía del ajaw. La
meridional es improbable por sus condiciones menor importancia concedida a la arquitectura
particulares: su régimen pluvial, significativamen- monumental, sumada a la proliferación de pala-
te más húmedo, la hace menos propensa a sufrir cios claramente distinguibles del resto de los con-
los efectos de cambios climáticos moderados. juntos habitacionales y la progresiva uniformidad
En el Clásico tardío se observa una tendencia de los entierros de élite sugieren una reducción en
hacia una mayor burocratización del aparato de la rigidez de la estructura política a medida que se
gobierno: se incrementa el número de integrantes acerca el colapso, pero también indicarían la pre-
de la élite y se da una mayor movilidad social. El sencia de una mayor cantidad de miembros de la
glifo de saja!, un título nobiliario de alto rango que élite. Podría especularse que la razón de esto últi-
apenas aparece en unos cuantos textos antenores mo es que, frente a una situación de crisis política
al siglo VIII, abunda en registros posteriores en la inminente, era necesario ampliar las lealtades o, en
cuenca del Usumacinta y en la zona Puuc. Pin- otros términos, eliminar enemigos potenciales in-
tores, escultores y escribas aparecen como nobles corporándolos al aparato de gobierno.
en inscripciones de finales del Clásico tardío, un Existe, además, una tendencia hacia una ma-
reconocimiento que se encuentra hasta ese mo- yor secularización del ceremonial. En Kohunlich,
mento ausente en estelas, dinteles, bancas y vasi- por ejemplo, hacia finales del Clásico, las ceremo-
jas de cerámica. Ese aumento de integrantes de la nias de renovación de los dioses se realizaban ya no
élite habría ido acompañado de un debilitamiento en espacios públicos (las grandes plazas que habían
sido el locus de las ceremonias más importantes),
Edificio de la Casa Roja, cultura maya, 300-800 d .C. sino en los complejos habitacionales, algunos de
Sitio arqueológico de C hi chén Itzá, Yucatán , C onaculta, INAH. ellos residencias de élite, pero otros del común de

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EL CLÁSICO EN EL MÉXICO ANTIGUO

la gente. Conducir esas ceremonias debió de haber sur tuvo que haber sido, bajo estas condiciones,
sido responsabilidad de individuos de estatus me- propicio al éxodo, entendido este último como
nor, quizá simples moradores de esos espacios. forma de resistencia a las condiciones asimétricas
Una élite obligada a ceder poder y posiciones impuestas por la guerra y las pugnas entre miem-
tuvo que haber buscado reforzar su imagen em- bros de la élite. La pérdida de población de esas
pleando distintivos cada vez más elaborados, más ciudades no es, por tanto, de extrañar. Lo que en
lujosos, y sobre todo haber buscado en otros domi- última instancia habría terminado sería el poder
nios la riqueza perdida. La guerra se convirtió así que en un inicio giraría alrededor de la figura del
en una actividad obligada. Y lo fue a todo lo largo ajaw y, con el tiempo, se habría fragmentado, repar-
de la historia de los mayas: la relativa proliferación tido y, finalmente, habría desaparecido. La historia
de construcciones defensivas y de representaciones de quienes abandonaron esas ciudades se tendría
muy explícitas sobre combates evidencian que la que buscar en otros lugares, en aquellos que se
guerra se practicó: Becán, con un foso y un para- convirtieron en destinos de sus desplazamientos.
peto, y El Mirador, con una muralla que rodea su
recinto sagrado, son ejemplos de defensas tempra-
nas; Tikal, con sus fosos y albarradas del Clásico; RE.ACOMODO: LA APARICIÓN DE NUEVOS
Chacchob en el Puuc yucateco, con su muralla del CENTROS DE POBLACIÓN, NUEVOS DOMINIOS
Clásico tardío, y Tulum, Xelhá e Ichpaatún en la Y RECUPERACIÓN DEL NIVEL DE COMPLEJIDAD
costa de Quintana Roo, con sus murallas del Pos- SOCIAL
dásico, son algunos de los ejemplos de este tipo.
El Clásico tardío se distingue por una inten- El éxodo y la dispersión de la población teotihuaca-
sificación de esa actividad bélica, y quizá también na y de las ciudades mayas de las tierras bajas del sur
por un cambio en su carácter. En efecto, según al- produjeron nuevas oportunidades. Los habitantes
gunos académicos, la guerra en el Clásico tempra- del centro de México volvieron a distribuirse: an-
no era una empresa entre élites cuyo desenlace no tiguos residentes de Teotihuacán se reub icaron en
daba ventajas materiales significativas al vencedor; diferentes puntos de la Cuenca de México, sobre
se trataba, en esencia, de batallas que se desarrolla- todo en las orillas de sus lagos. A partir del estudio
ban bajo códigos consensuados y eran motivadas de la cerámica de estas comunidades (conocida ge-
por la necesidad de contar con cautivos para el sa- néricamente como Coyodatelco) se han definido
crificio. Esa especie de "guerra pactada" cambió en diversas áreas de asentamiento para esa época. La
el Clásico tardío: los enfrentamientos no sólo se primera es la región entre Azcapotzalco y Ecate-
hicieron más frecuentes, sino que cambiaron en pec, en el borde poniente del Lago de Texcoco, la
carácter y motivación: se hicieron abiertos y tu- cual comprende, además, las poblaciones de Ahui-
vieron como objetivo lograr ventajas económicas, zoda, Tenayuca y Cerro Tenayo; la segunda es la
políticas y territoriales. Sea o no correcta esta idea región de Chalco-Xochimilco, en la que destacan
con respecto al cambio de carácter de la actividad los sitios de Chalco y Xico; la tercera es Cerro Por-
bélica, y la existencia en una primera fase del equi- tezuelo, ubicado en la margen oriental del Lago
valente de la guerra florida de la que dan cuenta deTexcoco.
las fuentes coloniales del centro de México, en lo Otros grupos teotihuacanos, quizá la mayo-
que sí parece haber consenso es en que, a medida ría, migraron hacia las regiones vecinas: al Valle
que avanzaba el Clásico tardío, las hostilidades se de Toluca habrían llegado desplazándose a través
hacían más frecuentes y más intensas. de la región Azcapotzalco-Ecatepec; a Tlaxcala,
El dima generalizado en algunos de los prin- siguiendo la ruta oriental. La escasez de materia-
cipales centros de población de las tierras bajas del les Coyodatelco en los valles de Morelos es no

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E N RIQUE N ALDA

obstante notoria, sin duda porque nunca fue un habría regresado al punto de partida del desarro-
territorio dominado por Teotihuacán o de interés llo de la Cuenca de México que culminó con el
para la metrópoli . gran centro urbano de Teotihuacán. La cuenca,
Todas estas comunidades posteriores a la con sus buenas tierras, mµ chas de ellas abando-
caída de Teotihuacán conformaron pequeños nadas, con agua en abundancia y recursos de todo
asentamientos; sólo Ahuizotla y Cerro Portezuelo
parecen haber tenido cierta importancia demo- Mural de la batalla, (deta lle) ta lud oriente, culm ra olmeca-
gráfica, y sólo este último parece haber contado xicalanca, ca. 650-900 d .C. Sirio arqueológico de Cacaxda,
T laxca la, Co nacu lra, INA H . © Corbis.
con arquitectura monumental. D ebieron de ha-
Enfrente: Detalle de pintura en el Templo Rojo, culmra olmeca-
ber sido, por tanto, comunidades autosuficientes xicalanca, ca. 650-900 d .C. Sirio arq ueológico de Cacaxda,
en lo económico y políticamente autónomas . Se T laxcala, Conaculra, INA H. © Corbis.

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E N RIQUE N ALDA

tipo, entre ellos una fuente importante de alimen- formas complejas de organización social, de nue-
to y materiales de origen lacustre, fue sin duda un vos centros de poder y de ciudades nuevas. De
fuerte imán para quienes buscaban mejores condi- ellas destacan, en el centro de M éxico, Cantona,
ciones de vida. El escenario estaba preparado para Cacaxda y Xochicalco, todas ellas con un desa-
la entrada y reubicación de nuevos pobladores. rrollo que se inició hacia mediados del siglo Vll y
Fue en regiones distintas de la Cuenca de concluyó alrededor de 900 d.C., es decir en el pe-
México donde se produjo el resurgimiento de las riodo llamado Epiclásico. Al término de este ciclo
comenzaría, por cierto, el auge de Tula y el Tajín
D etalle de la pirámide de la serpiente emplumada, con influencia
teotihuacana y maya, 650-900 d. C. Sirio arqueológico de
en el centro de México, y de Chichén ltzá en el
Xochical co, Morelos, Conaculra, INAH . norte de Yucatán.

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EL C LÁS ICO EN El. M ÉXICO ANTI GUO

Cantona es un sitio sorprendente, entre otras rematar en un templo, una plaza y un juego de
cosas, por su patrón de asentamiento y sus nume- pelota. Un complejo sistema de calles y andadores
rosos juegos de pelota. Ubicado en un mal país, empedrados que serpentean el sitio permite el ac-
entre tierras fértiles, el sitio se extiende sobre una ceso a ambos: a residencias y espacios de culto.
superficie de más de 12 km 2 , nada despreciable si Se han encontrado 26 juegos de pelota, lama-
se recuerda que Teotihuacán tuvo una extensión yor parte de ellos contemporáneos. Curiosamente
de 30 km 2 en el momento de su clímax demográ- no parece que haya habido un modelo único apli-
fico. Su patrón de asentamiento es relativamente
Mural de fa batalla, (detalle) talud oriente, cultura olmeca-
compacto, con unidades residenciales y espacios xicalanca, ca. 650-900 d.C. Sitio arqueológico de Cacaxtla,
de culto integrados por un basamento que pudo Tlaxcala, Co naculta, INAH. © Co rbis.

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EL CLÁSICO EN EL MÉXICO ANTIGUO

cable a la construcción de estos juegos de pelota: Un segundo mural, pintado en el Edificio A


todos son diferentes, se distinguen en las dimen- -más tardío-, contiene dos de las figuras más
siones, la orientación, el proyecto arquitectónico, conocidas: en el muro sur aparece un persona-
los elementos complementarios y la ubicación de · je sobre una serpiente emplumada, con yelmo y
sus accesos. Esta variedad contrasta con la fuerte garras de pájaro, portando un cetro rematado en
homogeneidad de su cerámica. Resulta difícil con- ambos extremos por cabezas de serpiente; el cetro
ciliar ambos aspectos: el primero sugiere que en lleva amarres triples que en el área maya se aso-
Cantona vivían grupos de carácter distinto, quizá cian frecuentemente a ceremonias de sacrificio. En
ocupacional, quizá étnico, que trataban de afirmar el muro norte el personaje está representado con
su identidad por medio de diferencias en sus es- una piel y yelmo de jaguar, así como con garras de
pacios de culto, que a su vez serían centro de sus ave; se apoya en una serpiente con piel de jaguar
respectivos barrios; el segundo indicaría que todos y abraza un atado de lanzas de cuyas puntas escu-
los grupos que poblaron Cantona tenían un ori- rren gotas de agua.
gen común, o que desarrollaron y produjeron en Lo importante de esta pintura mural es que
el sitio una cerámica cuya carga simbólica, mani- estilísticamente tiene una fuerte relación con las
fiesta en su decoración, era aceptada por todos, lo tierras bajas del sur del área maya y, por otro lado,
cual lleva a pensar en un movimiento migratorio que incorpora muy pocos elementos que pudie-
desde un mismo punto o, alternativamente, en el ran adscribirse a Teotihuacán, y cuando lo hace
desarrollo de mecanismos de cohesión social en es con iconos descontextualizados. El alejamiento
una comunidad diversa. del estilo teotihuacano parece intencional. Sería
Cacaxtla, en el estado de Tlaxcala, es un sitio una forma de expresar distancia política e ideo-
más pequeño, pero de gran importancia, primero lógica, y de construir una identidad propia en un
porque un cronista de la Colonia lo cita como la sitio físicamente cercano a Teotihuacán y, quizá
capital de los olmecas y xicalancas, supuestos cons- también, dentro de su esfera política en algún
tructores del sitio, y, más que nada, por su pintura momento del Clásico. Es notorio asimismo que,
mural. En el Mural de la Batalla del Edificio B se a pesar de la amplia adopción de rasgos y formas
escenifica un enfrentamiento entre dos grupos; en de representación propios del área maya, no haya
él los vencidos de mayor rango se muestran humi- glifos mayas en los murales. Independientemente
llados; otros se representan desnudos y heridos o de si se trataba de crear o no una distancia respec-
mutilados, y sin armas; otros más aparecen siendo to a Teotihuacán, quienes encargaron y ejecuta-
sacrificados; a los vencedores, algunos de ellos ves- ron el fresco no tenían los elementos suficientes
tidos con pieles de jaguar, se los ve con escudos y para producir una obra en un estilo estrictamente
lanzas, hiriendo a sus enemigos, y agrupados alre- maya; se trata de una producción local. En ese
dedor de al menos dos personajes principales que sentido, la pintura mural de Cacaxtla ve hacia el
parecerían dirigir, más que una batalla, una cere- futuro, hacia la constitución de un espacio pro-
monia de sacrificio humano. Se trataría, entonces, pio, independiente.
de una representación dirigida a exaltar la guerra y Una situación similar de ruptura con las tradi-
dar sentido al sacrificio humano; seguramente te- ciones hasta entonces vigentes se encuentra en Xo-
nía como destinataria a la comunidad en general, chicalco, un sitio ubicado en el extremo poniente
sin distinción alguna. del estado de Morelos. Emplazado en una serie de
colinas interconectadas bordeando el río Tembem-
be, un afluente del río Balsas, es, comparado con
Réplica del Dintel 47, Yaxchilán, Chiapas, cultura maya,
200-900 d.C. Museo Nacional de Antropología, Cantona, un asentamiento más compacto pero
Conaculta, INAH. menos extenso: cubre tan sólo poco más de 2

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ENRIQUE NALDA

km2 • La relativa proliferación de templos, jue- figuras en el basamento, frente a estos guerreros se
gos de pelota y residencias palaciegas han hecho encuentra un topónimo y un numeral.
pensar a algunos investigadores que Xochicalco Esta iconografía recuerda la de Cantona en
funcionó como centro ceremonial y seguramen- cuanto al interés por exaltar el papel representado
te administrativo de una gran región a su alre- por los guerreros, pero difiere en cuanto al sacri-
dedor, compuesta por asentamientos pequefios. ficio humano: en Xochicalco parece estar ausente.
Sin embargo, quienes han trabajado con mayor Comparte también el eclecticismo del estilo. Más
intensidad en este sitio sostienen que se trata de notorios aquí los iconos de origen teotihuacano,
una ciudad-estado, y basan su tesis en el hecho no dejan de ser un simple elemento en la compo-
de que en Xochicalco se observa una disposición sición, que está más bien dominada por referentes
ordenada de sus estructuras, así como obras diri- que se encuentran en el área maya y en Oaxaca.
gidas a satisfacer las necesidades de una población En cualquier caso, como en Cantona, se trata de
fija, fuertemente estratificada; tal es el caso de la interpretaciones locales, a veces muy alejadas de lo
construcción de fosos y el aprovechamiento de es- que habrían sido los modelos originales.
tanques naturales que rodean el asentamiento para Paralelamente se desarrollaron otros centros de
almacenar aguas pluviales. población de importancia en el centro de México:
Xochicalco comparte con Cantona cierta pre- Teotenago en el Valle de Toluca alcanzó su máximo
ocupación defensiva que se infiere por la existencia desarrollo hacia 900 d.C. A su vez, Plazuelas, Cerro
de dispositivos de control del flujo poblacional Barajas y Peralta en el sur de Guanajuato alcanzaron
hacia dentro del sitio y en su interior. Y sobre su expansión máxima hacia esas mismas fechas. Igual
todo comparte el afán de buscar espacios propios lo hicieron La Quemada en Zacatecas, Río Verde
y de abandonar la norma. Ese anhelo se manifiesta en San Luis Potosí y Ranas y Toluquilla en la Sie-
en la producción de bienes muebles, muchos de rra Gorda de Querétaro. Todos ellos, sin embargo,
ellos sin paralelo y sin que pueda asignárseles re- sufrieron una notable declinación hacia 900/1000
lación alguna con otros sitios; se trata de piezas d.C. Sin querer decir que hay una vinculación en-
realmente innovadoras ejecutadas en cerámica y tre ambos fenómenos, no deja de llamar la atención
en piedra. Pero también se encuentra en bienes que todos estos sitios, importantes por su tama-
inmuebles, entre los que destaca la Pirámide de fio y sus logros culturales, tuvieron un desarrollo
las Serpientes Emplumadas, y no sólo por el alto acelerado a partir de la declinación de Teotihuacán;
valor estético de su estructura, sino también por ninguno de ellos, por cierto, logró sobreponerse a
su riqueza iconográfica: su intención es dar a co- las condiciones imperantes en sus respectivas regio-
nocer la lista de pueblos sujetos a Xochicalco, re- nes ni prolongar esa presencia en el Posclásico.
presentados en los tableros de la plataforma por Mientras esto sucedía en el centro de México,
personajes sentados, con la cara de perfil y el cuer- en el área maya se vivía otra realidad: los afios del
po de frente, portando anteojeras, una bolsa en Epiclásico, de 650 a 900 d.C., fueron precisamente
la mano y el glifo de "afio" en el tocado; frente a los de mayor desarrollo, los del apogeo de las gran-
ellos se presenta el nombre del sujeto y un posible des ciudades mayas de las tierras bajas. El Epiclási-
locativo: una quijada de perfil amenazando co- co del centro de México corresponde en realidad a
merse un disco cuatripartito. En la fachada prin- lo que en el área maya se ha llamado el Clásico tar-
cipal la iconografía se refiere, posiblemente, a un dío (600-800/900 d.C.), una época que en muchos
ajuste calendárico. En la base del templo, hoy casi sitios -a excepción de los antes mencionados a
desaparecida, que remataba el basamento, se colo- propósito del "colapso maya''- se prolongó uno o
caron lápidas representando guerreros equipados dos siglos más, en lo que se conoce como el Termi-
con escudos y lanzas; al igual que la procesión de nal (800/900 -1050 d.C.).

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fa CLÁSICO EN EL M ÉXICO ANTIGUO

En el sur de las tierras bajas mayas, el Termi- provenientes de la Chontalpa tabasqueña. A este
nal es un periodo de inestabilidad que contrasta desplazamiento de larga distancia se le llamó "la
con el crecimiento sostenido de los sitios del nor- expansión putún" (maya-chontal).
te de Yucatán. En la región del río de La Pasión No fue la primera vez que en el área se vivió
(en la cuenca del Usumacinta, del lado guatemal- un ambiente de guerra: en el tercer cuarto del si-
teco), la presencia hacia finales del siglo IX de ce- glo VIII en la región del Lago Petexbatún, entre los
rámicas comunes en la planicie costera del Golfo, ríos Salinas y La Pasión, los sitios de Dos Pilas,
concretamente en el área de Jonuta y de Moral- Tamarindito, Aguateca y, por vez primera, el pro-
Reforma, ambos en Tabasco, más la aparición de pio Ceibal dejaron de producir monumentos con
supuestos rasgos no mayas en algunas estelas y registros de sus gobernantes. En ausencia de mate-
en la arquitectura del sitio de Ceibal, han hecho riales no mayas, es posible especular que se trató de
pensar a algunos arqueólogos que el Terminal en cambios políticos de orden regional; de ser así, no
esta región -fundamentalmente en Ceibal, Altar extraña que, inmediatamente después de la pérdi-
de Sacrificios y Ucanal- estuvo caracterizado no
sólo por una intensificación de la actividad bélica, Vista de Uxmal, cultura maya, ca. 300-900 d.C.
sino también por la aparición de grupos invasores Sitio Arqueológico de Uxmal, Yucatán, Conaculta, INAH.

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ENRIQUE NALDA

da de hegemonía de estos sitios del Petexbatún, co- momentos una desintegración del poder que en el
braran importancia sitios vecinos como Cancuén Clásico temprano se hallaba fuertemente centrali-
y Machaquilá. zado. Las oportunidades abiertas a los nuevos ha-
La idea de que el Terminal es un periodo de bitantes de Kohunlich sin duda operaron en favor
movimientos poblacionales está alimentada por de la creatividad en todos los campos, pero quizá
dos hechos. Uno de ellos es la proliferación de si- fue esto mismo lo que debilitó la posibilidad de
tios de la Costa Oriental (costa de Quintana Roo) construir un proyecto común a todos los que in-
y el inusual crecimiento de las comunidades del tegraban esa comunidad. El sitio fue abandonado
norte de Yucatán durante el Posclásico, lo cual ha hacia 1050 d.C., concluido el Terminal.
dado pie a opinar que el abandono de las ciuda- Mientras esto sucedía en el sur de Quintana
des mayas durante el colapso del Clásico pueda Roo, otros sitios en la misma región, entre ellos
reducirse a un simple desplazamiento de habitan- Dzibanché, prolongaban su presencia. Igual suce-
tes desde las tierras bajas. del sur hacia la costa del dió en Belice y las tierras bajas del norte: la costa
Caribe y el norte de la Península de Yucatán. El caribeña sufrió una expansión considerable y los
otro hecho son los relatos contenidos en fuentes sitios del norte de Yucatán entraron en un desa-
coloniales entre las que destacan el Chilam Balam rrollo sin paralelo. No fue un surgimiento intem-
de Chumayel y el Devocionario de nuestra señora de pestivo de ciudades, sin raíces: el norte de Yucatán
Izamal y conquista espiritual, este último de fray tuvo una ocupación muy importante en el Clásico
Bernardo de Lizana; en estos textos se mencionan y en el Preclásico que hoy, con nuevas exploracio-
dos oleadas de migrantes. Las fechas en que se rea- nes, está apareciendo, y sorprende.
lizaron y los itinerarios que se siguieron son poco Con este trasfondo de movimientos migrato-
claros. Se ha datado la primera oleada o "gran ba- rios, de reclamos territoriales y de nuevas formas de
jada'' en 970 d.C., una fecha demasiado tardía con organización social y política es como arrancó y se
respecto a la aparición de rasgos no mayas en Cei- desarrolló la última etapa de la historia prehispánica
bal y Altar de Sacrificios y, por lo tanto, relativa- de México, la del Posclásico.
mente incompatible con la idea según la cual una
expansión de comerciantes-guerreros con origen
en la Chontalpa habría culminado con la inva- LECTURAS SUGERIDAS
sión de la región del río de La Pasión. La segunda
o "pequeña bajada'' se calcula que ocurrió hacia BRANIFF CORNEJO, Beatriz, Paquimé, México, Consejo
1230 d.C., con la entrada de los tutul xiúes en Nacional para la Cultura y las Artes, 1994.
BRASWELL, Geoffrey E., The Maya and Teotihuacan. Rein-
Uxmal y, quizá, de los itzaes en Mayapán.
terpreting Early Classic lnteraction, Austin, University
Nuestras propias excavaciones en Kohunlich, ofTexas Press, 2003.
en el sur de Quintana Roo, tienden a confirmar CARRAsco, David, Lindsay ]ONES y Scott SESSIONS (eds.),
no sólo el ambiente de inestabilidad que se produ- Mesoamerica's Gassic Heritage: From Teotihuacan to the
jo en el Terminal: también se hace evidente la in- Aztecs, Boulder, University of Colorado Press, 2000.
tensidad de los movimientos migratorios, hacia el CoE, Michael D., The Maya, Londres, Thames and Hud-
son, 2005.
sitio y desde allí. Es notoria la cantidad de estilos
DIEHL, Richard A., y Janet C. BERLo (eds.), Mesoamerica
arquitectónicos que aparecen al mismo tiempo en after the Decline ofTeotihuacan, A. D. 700-900, Was-
Kohunlich, sin duda cada uno de ellos como re- hington, D.C., Dumbarton Oaks Research Library
flejo de tradiciones del lugar de origen de quienes and Collection, 1989.
migraron hacia el sitio a todo lo largo del Clásico FLANNERY, Kent V., y Joyce MARCUS (eds.), The C/oud
tardío y, en especial, durante el Terminal. Cree- People. Divergent Evolution of the Zapotec and Mixtec
Civilizatiom, Nueva York, Academic Press, 1983.
mos que ello fue posible por haber existido en esos

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