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OBJETIVO PRINCIPAL
Es una prueba de observación con el fin de examinar el criterio de disfrute del
juego incluida la motivación intrínseca, libertad de suspender la realidad y el
control interno, en el contexto del juego libre.
POBLACIÓN
El test es aplicable a niños con discapacidades físicas y de integración sensorial.
Puede ser utilizado también en la mayoría de las poblaciones dentro del rango de
2 años a 10 años. Sin embargo Hutchinson, 1995, (citado por Bundy, 1997)
encontró que la escala era válida hasta con niños de 18 meses de edad.
FORMA DE APLICACIÓN
Para el procedimiento de aplicación del test, la administración involucra 4 pasos
según Bundy (1997):
1. Selección de niños y edades: el test de condición juguetona puede ser dispuesto
a cualquier niño después de los 18 meses de edad hasta los 10 años, que
presenten alteraciones en el juego. Esta evaluación también puede ser aplicada a
niños con problemas de integración sensorial u otras disfunciones.
2. Preparación del ambiente de juego: el ambiente a realizar la prueba debe ser
facilitador del juego; en lo posible el niño debe estar en la elección del lugar en
donde se realizará la evaluación. Quien esté a cargo de la evaluación (evaluador)
deberá asegurarse que los compañeros de juego y los juguetes sean familiares
para el niño; el ambiente juega un papel fundamental ya que debe ser agradable
para que el niño se sienta seguro. La prueba no se podrá llevar a cabo mientras el
niño este hambriento, cansado o enfermo y se le debe ofrecer la gama de
actividades para que escoja la que sea de mayor preferencia. En lo posible no
debe haber presencia de personas adultas ajeno a el evaluador, que interfieran en
el libre desenvolvimiento del niño en la actividad de juego que esté realizando.
3. Observación del niño-videofilmación: El test de condición juguetona (TCJ) es
una evaluación observacional; mira al niño en un ambiente de juego ya sea interior
o exterior. El tiempo de observación - filmación es de aproximadamente 15 a 20
minutos de tiempo, donde se incluye el tiempo que el niño gasta en la transición
de una actividad a otra. (el video no se edita). 4. Registro de datos: en el test
de condición jugadora (TCJ) hay 24 ítems los cuales se puntúa de 0 a ·. Cada
ítem, indica la extensión, la habilidad y/o la intensidad con que el comportamiento
se observa. No todos los ítems del test, requieren de los tres parámetros de
calificación; cuando uno de los ítems no puede ser observado se califica como no
aplicable (NA).
INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS.
El modelo de la conducta juguetona descrito anteriormente, plantea que las áreas
lúdicas (percepción de control, fuente de motivación, libertad de suspender lalidad)
evaluadas por el instrumento no se excluyen mutuamente, y así más de una
puede ser reflejado en otros ítems. Sin embargo, los items parecen estar
fuertemente asociados por un elemento que con otro. Esto significa
comportamientos pueden sugerir más de un elemento presente de la conducta de
juego del niño, de esta manera se determina si es o no ju
VALIDEZ Y CONFIABILIDAD
Teniendo en cuenta las tres categorías (motivación intrínseca, percepción del
control y suspensión de la realidad) nombradas por Bundy, parte de la reflexión
acerca de los instrumentos ya existentes evalúan aspectos externos al juego y
mas no a la conducta en si, de este modo se dice que no es válido ya que no
miden lo que pretenden medir. Por tal motivo elaboró el Test of Playfullness que en
español como Test de condición Jugadora (TCJ). Desde sus inicios fue revisado
por diferentes autores con el fin de determinar su validez.
La versión inicial del TCJ fue examinada por Metzger, 1993 con el fin de examinar
la validez del contenido. Se interrelaciono con la confiabilidad de los porcentajes
de 77 niños (68 con desarrollo normal y 9 con retardo en el desarrollo) con edades
promedio entre los 22 y los 118 meses.
El análisis de la primera versión del (TCJ) fue muy prometedor, ya que un total de
53 de 60 ítems definieron aparentemente una elaboración unidimensional que
reflejaba el juego. Sabiendo a sí mismo que esta elaboración parecía adecuada
para describir el 95% de los niños con desarrollo normal. Por otro lado, la escala
registrada de la mitad de los niños con necesidades especiales se diferenció
notablemente de los niños con desarrollo normal, razón que exigía investigaciones
adicionales.
Influencia de la conducta juguetona en el modelo de la integración
sensorial:
Es importante que se presente una conducta juguetona durante el juego, ya que
es conveniente que el niño adquiera una comportamiento alegre, y para
desarrollar la alegría, el niño debe desarrollar la motivación intrínseca, el control
interno, la capacidad de suspender la realidad, y la capacidad de dar y leer las
señales, siendo esto lo que la autora de el test de la conducta juguetona nos
plantea. Es relevante destacar la importancia del juego imaginario en las terapias
para facilitar la participación lúdica de los niños y el fomento de dicha conducta.
Cabe notar que el modelo de la integración sensorial (IS) nos mejora
automáticamente las habilidades de juego en el momento que este tenga un
funcionamiento adecuado, además los niños que tienen una conducta juguetona
logran una interacción con el ambiente mucho más amplia no solo en el juego,
también en otros escenarios de su vida, permitiendo que el niño tenga éxito en
situaciones más difíciles o experiencias futuras.