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PRODUCTO ACADEMICO N°3

Curso: Medio Ambiente y Ecología

Integrantes:

 Rubén Antonio Pérez Durand / Código: 72503205


 Roberto

Caso de estudio: Conflicto entre el pueblo Awajún-Wampis y el poder político y económico del
Perú.

1. ANÁLISIS TERRITORIAL
En esta parte se expondrá la descripción del entorno en el que habitan estos pueblos
ancestrales: geografía, orografía, climatología, ecosistema, hidrografía, geomorfología,
articulación política-administrativa y social del Espacio Amazónico.

1.1. Situación geográfica del Conflicto


Los pueblos Awajún-Wampis, que fueron protagonistas de los denominados “Sucesos
de Bagua” o “Baguazo” el 5 de junio del 2009, están ubicados en el Nororiente
peruano, frontera con el vecino de Ecuador. La mayoría de las comunidades se
encuentran en la región Amazonas; otras se ubican al norte de la región Cajamarca
(provincia de San Ignacio). También hay comunidades Awajún-Wampis en algunos
distritos de las extensas regiones de San Martin y Loreto, en el último tramo de la
enmarañada red hidrográfica del río Marañón antes de la unión con el rio Ucayali.
Estos ríos al juntarse dan lugar a la formación del caudaloso rio Amazonas.
La geografía donde se ubican estas comunidades es muy peculiar. Aquí se intercalan
la sierra y la selva que se conoce como los Andes Amazónicos. Por estar ubicadas
cerca de la línea ecuatorial, esta zona tiene un clima muy variado. Se cuenta con los
tres ramales andinos; Occidental, Central y Oriental, que se desprenden del nudo de
Loja. Ecuador, encontrándose estos en el nudo de Pasco, en el centro del Perú. Entre
los tres ramales hay una gran red hidrográfica, que, según la distribución de la
divisoria de aguas, desemboca en el Atlántico a través del río Marañón, el mismo que
pertenece a la cuenca del Amazonas.
Y otra red hidrográfica de aquella divisoria de aguas, tributa en el Pacifico a través de
varios ríos que atraviesan la costa norte peruana y sur ecuatoriana.
El territorio de las comunidades Awajún-Wampis es una zona tropical y tiene un alto
nivel de humedad; las precipitaciones pluviales superan los 5.000 mm. anuales.
Cuenta asi mismo con una rica biodiversidad; tiene bosques de neblinas, páramos
andinos, bosque tropical, valles interandinos, las zonas van desde los 600 metros hasta
los 2.450m. En la Cordillera del Cóndor, estos Andes Amazónicos o selva montaña
cobra una gran importancia porque define el carácter de la gente. Los que habitan
estos territorios deben saber convivir no solo con las dificultades y la dureza de las
montañas sino también con los ríos y la espesura de la selva. A lo largo de la historia,
las comunidades que han habitado estas zonas han tenido una permanente
interrelación entre ellos, selva, sierra y costa mantuvieron contacto permanente
(Murra, 1972).
El territorio de los Awajún-Wampis recibió diversas denominaciones en diferentes
épocas. En la época incaica, se le conoció con el nombre de Yaguarzongo; en la época
colonial se denominó la Gobernación de Jaén de Bracomoros; y en la época de
Caucho se le dio el nombre de, Comisaria de Nieva (Provincia de Bongará).
El presente trabajo de investigación geográficamente se ubica en el espacio
comprendido entre el río Marañón y la frontera peruano – ecuatoriana en su eje Norte-
Sur, y entre el río Santiago, en su eje Oeste-Este. Existen otras comunidades Awajún,
en total nueve, ubicadas en ambas márgenes del Rio Chirinos o río Miraflores,
afluente del río Chinchipe entre los distritos de San José de Lourdes y Huarango;
ambos pertenecientes a la provincia de San Ignacio-Cajamarca, frontera con Ecuador.
El territorio que nos ocupa posee una gran homogeneidad tanto física como humana,
esto lo convierte en una unidad geográfica claramente diferenciable de los territorios
vecinos (Guallart, 1997).
El Instituto Nacional de Recursos Naturales del Perú (INRENA, 2015), indica las
siguientes subdivisiones para la Amazonía peruana.
La Llanura Amazónica o Selva Baja, que se encuentra en la vertiente oriental de la
Cuenca Amazónica, ubicada debajo de 600 msnm, ésta se caracteriza por su poca
variación topográfica, por un complicado sistema hidrográfico y por enormes áreas de
planicies aluviales o terrenos colinosos no inundables.
La Selva Alta o piedemonte, ubicada desde los 600 a 2000 m.s.n.m., de fisiografía más
accidentada, presenta una vegetación vigorosa y variada con presencia de epifitas. La
Montaña Amazónica o Bosque Montano, que se e3ncuentra desde los 2000 a 3000
m.s.n.m.
Finalmente, dentro de la montaña amazónica, pero entre los 3000 a 3800 m.s.n.m., se
encuentra la Ceja de Selva, donde la vegetación natural se presenta en formación
densa y con abundancia de epifitas y el estrato arbóreo es achaparrado.

1.2. Climatología
La climatología es fundamental para poder comprender la vida en la Selva Montaña
Amazónica. Los diferentes fenómenos climatológicos presentes como la niebla, la
humedad, la lluvia o la penetración de los rayos de sol entre la vegetación conforman
la esencia vital del bosque amazónico y van a marcar los ritmos de vida de todos sus
habitantes, de especie animal o vegetal.
Las primeras características de los factores climáticos son las gran variedad geográfica
y climática, entre los bosques secos de las zonas contiguas de Bellavista y Bagua, al
gran verdor de los bosques montanos de las riberas de los ríos Santiago o Nieva. Todo
esto, a poca distancia lineal, apenas 25 km los que separan del gran Pongo de Rentema
de Chingantsa o Minará (Guallart, 1997, p. 17).
La climatología de la Selva Alta amazónica peruana es tan diversa como su orografía
y está íntimamente ligada a ésta, así como a otros elementos inseparables, como la
latitud y la altitud. La combinación de estos tres elementos geográficos:
orografía/hidrografía, latitud y altitud, nos da las diferencias variables climáticas del
territorio de referencia.
También tiene bastante incidencia en las condiciones bioclimáticas, la situación de un
determinado territorio con respecto a una cordillera o cadena montañosa, ya sea al
norte o al sur. En general, las zonas de solana son las más soledas y de más fácil uso
agrícola y las zonas de umbría son más secas y frías, con una menor probabilidad de
uso agrícola intensivo. En las zonas tropicales y subtropicales del planeta, es mucho
más complicado de definir, ya que la delimitación de la solana y umbría, depende de
algunos factores deferentes a la clásica orientación norte-sur, por ejemplo, su
orientación con respecto a la insolación en horas de la mañana –casi siempre más
intensa- o de la tarde –mucho menor por la mayor nubosidad.

1.3. Ecosistema
En la Alta Amazonía, el Ecosistema tropical entre 500 y 1900 metros sobre el nivel
del mar peruano un relieve bastante ondulado y una hidrografía de ríos torrentosos. El
clima es cálido y húmedo con fuertes precipitaciones de noviembre a abril y una
temporada seca de mayo a octubre. El gradiente altitudinal y las variantes latitudinales
proporcionan diversos climas y zonas bioclimáticas, que forman ecosistema
diferenciados a menor escala y, una gran diversidad biológica. Que es en última
instancia la que ha venido permitiendo el desarrollo y reproducción cultura de los
Pueblos Awajún-Wampis que habitan en estos territorios.

1.4. Red hidrográfica


El nororiente peruano está conformado por una compleja red hidrográfica, que por un
lado va a tributar al Atlántico -a través de la red del río Marañon y de la cuenca
amazónica y por el otro al Pacífico, a través de otros cursos de agua más pequeños
como los ríos Chira, Piura, Reque, Chicama, Jequetepeque, entre otros.
Es por esta red que los pobladores se han comunicado o han mantenido su
incomunicación; es así mismo recurso alimenticio, limite étnico y a su vez de origen
mitológico.
Esta red hidrográfica forma parte intrínseca de la cultura milenaria tangible e
intangible de los diferentes pueblos, sobre todo de los pueblos nativos de la Alta
Amazonia peruana.
Los ríos más importantes de la zona geográfica en estudio, la Alta Amazonía y
Montaña Amazónica, son: Chamaya, Marañon, Chinchipe, Utcubamba, Chiriaco o
Imaza, Silaco, Nieva, Jumete o Vilaya, Cenepa y Santiago.
Centrándonos en el “Yaguarzongo”, o “Tierra de los Cinco ríos”, cómo lo denominan
los pueblos nativos (Guallart, 1997); la red hidrográfica del territorio Awajún-Wampis
está conformada por la cuenca del río Marañon y las subcuencas de sus afluentes, los
ríos Cenepa y Santiago por la margen izquierda, Nieva y Chiriaco por la margen
derecha.

A. El río Marañon
El río Marañon, conocido como la Serpiente de Oro, nace en el suroeste de la
región de Huánuco, en la provincia de Lauricocha. En cuanto al lugar exacto hay
dos teorías, pero es la segunda la que nos interesa, la más aceptada. Desde su
origen en la cordillera, a 5800 msnm, al pequeño curso de agua se le conoce como
río Gayco hasta fundirse en las Lagunas de Santa Ana y Lauricocha (departamento
de Huánuco), de donde sale de ésta con el nombre homónimo. A partir de ese
punto, su recorrido es hacia el norte. En la localidad de Jircan, en la provincia de
Huamalies, todavía en el departamento de Ancash donde recibe las aguas del río
Mosna en su margen izquierdo. Deja el departamento de Huánuco, es frontera
política de dos provincias de La Libertad y penetra en los departamentos de
Cajamarca y Amazonas. Durante este recorrido conforma un profundo cañon que
erosiona la meseta andina con un desnivel de casi 3000 m entre las cumbres y la
línea de agua, dando lugar a un paisaje espectacular y variado del territorio
peruano (Guallart, 1997, p.23) Este recorrido accidentado, estrecho y caudaloso
termina en el Pongo de Manseriche de 12 km de longitud, el más conocido de
todos.
El gran Marañon penetra en la Amazonía Alta, conforma un gran valle
interandino, entre las cadenas occidental y central de los Andes del norte peruano.
Ya en el nororiente a la altura de la provincia de Jaén, su curso se va amansando,
el valle se amplía camino de su encuentro con el río Chamaya, luego con el rio
Utcubamba a pocos metros aguas abajo se encuentra también con el Chinchipe
formando el Pongo de Rentema, donde entra en el territorio de Yaguarzongo o la
Tierra de los Cinco ríos (Guallart, 1997). Esta parte baja es navegable. Después de
recorrer cerca de 1.280 km junta sus aguas a la del río Ucayali dando lugar al
nacimiento del gran río Amazonas, cerca de la localidad de Nauta, ya en el
departamento de Loreto.
Sus afluentes más importantes en el nororiente son los ríos: Chinchipe,
Utcubamba, Crisnejas, Chamaya, Cenepa, Santiago, Nieva, Chiriaco, Morona,
Pastaza, Huallaga (1300 km) y el Tigre (600 km). Es en su cuenca que habitan
diferentes pueblos nativos amazónicos, en su mayoría pertenecientes al grupo
lingüístico Jíbaro.
B. Los otros cuatro ríos
El río Cenepa: Nace en la cordillera del Cóndor, casi en la frontera entre el Perú y
Ecuador, y tiene una longitud de 185 km. Discurre íntegramente por la provincia
de Condorcanqui (distrito de El Cenepa), siempre en dirección sur, bañando las
localidades de Huampani y Orellana, donde desemboca en el río Marañon por su
ribera izquierda. La subcuenca del río Cenepa está al oeste de la del Santiago, otro
tributario del Marañon. Las aguas de este río son cristalinas y en ellas, abundan
gran variedad de peces; alimento privilegiado de las comunidades nativas que se
asientan en sus riberas. Es el único de los grandes afluentes del Marañon que
realiza todo su recorrido por nuestra zona de investigación. (Guallart, 1997).
Sus principales afluentes son los ríos Comaina y Numpartkaim -90y 60 km. Toda
su cuenca, fue desconocida e inaccesible durante siglos para exploradores y
aventureros. Cuenta con un bajo nivel de ocupación humana, en su mayoría
población nativa del grupo lingüístico Jibaro, Awajún principalmente.
El rio Chiriaco, nace en las zonas altoandinas de Alto Imaza de la provincia de
Chachapoyas, atraviesa la provincia de Bongará, y de Bagua y desemboca en el
Marañón. Tiene 90 km de longitud.
El Chiriaco tiene gran fuerza, es caudaloso y peligroso en la mayor parte de su
recorrido. Su cauce trascurre entre cañones de piedra y correntadas espumosas
(Guallart, 1997) A ambas márgenes de este río, se encuentran asentadas varias
comunidades nativas awajún pertenecientes al distrito de Chiriaco, provincia de
Bagua. Dicho río ha sido escenario de numerosos derrames de petróleo sobre sus
aguas, producto de las constantes rupturas de las envejecidas tuberías del
oleoducto Norperuano.
El río Nieva discurre íntegramente por el distrito de Nieva en la provincia de
Condorcanqui, departamento de Amazonas, donde nace; casi en el límite con el
departamento de Loreto. Tiene una longitud de unos 150 km, sus aguas son
mansas y es quizás el único en toda la llanura amazónica. El río Nieva fluye en
dirección norte por la vertiente occidental de la Cordillera de Campanquiz.
Desemboca en el río Marañón por su ribera derecha, en la localidad de Santa
María de Nieva, la capital del distrito.
En la subcuenca del río Nieva existen 69 centros poblados, lo que indica un grado
de dispersión de los asentamientos nativos bastante alto. La población nativa es en
su totalidad Awajún.
El río Santiago, es un río de una longitud de 285 km que recorre los territorios
amazónicos de Ecuador y de Perú. Es uno de los principales afluentes del río
Marañón y por tanto de la cuenca alta del río Amazonas. Nace con la unión de los
ríos Namangoza y Zamora en Ecuador, en la provincia de Morona Santiago, en la
parte norte de la cordillera del Cóndor, casi en la frontera entre ambos países en
donde tiene un recorrido de 55 km. Al llegar a la frontera el río gira en dirección
sur. En territorio peruano entra por la región Amazonas y discurre íntegramente
por la provincia de Condorcanquiz. Desemboca en el río Marañón por su margen
izquierda, a pocos kilómetros de Borja.
En río es navegable. Embarcaciones de motor, peque peques, deslizadores,
chalupas, y botes viajan por el río. En épocas secas, la parte alta es complicada de
acceso. En su curso, encontramos 51 comunidades nativas de la familia lingüística
Jibara, de las que 36 son Wampis en la parte alta y media del río y 15 Awajún en
la parte media y baja del río. Las más importantes son Porvenir y Puerto Galilea,
capital del distrito río Santiago con 12.163 habitantes en 2.005; La mayoría vive a
orillas del río.

1.5. Geomorfología
Los Cinco ríos del territorio Awajún-Wampis señalan las grandes divisiones zonales;
las quebradas delimitarán el territorio de los clanes y de las comunidades nativas.
Las quebradas son hendiduras entre cerros originadas por el correr de las aguas. En la
montaña amazónica, se denomina también quebrada a la corriente de riachuelos
pequeños que corren por el monte. Estos son el lugar de nacimiento de los ríos que
van creciendo con el aporte de agua de las demás quebradas.
La subcuenca del río Santiago es de bosque tropical con temperaturas que pueden
llegar a los 35 °C y con un promedio de precipitaciones pluviales de 3.000 mm. Las
mayores temperaturas se dan en los meses de julio de noviembre, conocida como
estación seca porque es la época en que llueve menos.
Las lagunas más importantes en la Selva Alta y la Montaña Amazónica, son la Laguna
de los Cóndores (Chachapoyas-Leymebamba), del Porvenir (Bagua-Aramango).
Laguna de Chonza (Bagua-Copallín) y la de Pomacochas (Bongará) a más de 2.000
msnm.
1.5.1. Comunidades que habitaban la Amazonía en los años previos al conflicto
El Ministerio de Educación, reconoce la existencia de 55 pueblo en el Perú,
además de la existencia de 48 lenguas pertenecientes a 19 familias
etnolingüísticas (44 lenguas originarias amazónica y 4 andinas). De las etnias
existentes en el Perú, otras están en situación de aislamiento voluntario
(Ministerio de Educación, 2013).
En el año 2007, la población indígena peruana sumaba aproximadamente unas
332.000 personas, que representaban apenas el 1,18% del total de la población
peruana de 28 millones de habitantes que da el censo del INEI de 2007, censo
que hay que tomar en cuenta en nuestra investigación. La población originaria
masculina representa el 52,5% de la población censada, es decir 173.758 son
hombres, en tanto que la población femenina, representa el 47,8% lo que
significa que 159.217 son mujeres.
Asimismo, definimos a los pueblos o grupos étnicos, como conjunto de
personas que comparten un idioma y una misma cultura, habitan en una misma
zona geográfica y reconocen una historia y antepasados comunes, mitos, ritos
etc.
Los departamentos que concentran mayor población indígena amazónica
(datos de 2007) son: Loreto con 105.900 habitantes, constituye cerca de la
tercera parte de la población total indígena (31,8%); seguidamente el
departamento de Junín con 73.637 habitantes, Amazonas con 15.230, Madre
de Dios con 4.005, Huánuco con 2.594 y Cajamarca con 988; mientras que
Ayacucho que concentra menor población indígena con 231 habitantes (0,1%).

1.6. Articulación político-administrativa y social del Espacio Amazónico


Políticamente comprende la superficie total de los departamentos de Loreto, Ucayali y
Madre de Dios, gran parte de la de los departamentos de Amazonas, San Martín y el
Cuzco, y una parte de los Departamentos de Cajamarca, Pasco, Ayacucho, Junín y
Huánuco. Para una mejor compresión de la ubicación, extensión y evolución del
“Conflicto Amazónico del 2008-2009”, haremos una subdivisión de los territorios
amazónicos peruanos en tres zonas.
La selva Nororiental: Selva Alta, o Ceja de Selva del Norte del departamento de
Cajamarca, departamentos de Amazonas, San Martín y parte del departamento de
Loreto.
Selva Central: departamentos de Ucayali, Huánuco, Junín y parte del Cuzco.
Selva Sur: departamento de Madre de Dios, y parte de los departamentos de Ayacucho
y Apurímac.
Si nos referimos al “Conflicto” que terminó denominado popularmente como
“Baguazo”, este se extendió por buena parte de la selva peruana, de norte a sur y, de
este a oeste. Aunque principalmente fue mucho más fuerte y organizado en La Selva
Alta o Nororiente, la capital del distrito de Imaza: Imacita; Estación 6 de Petro Perú,
Bagua, Utcubamba, Campamento de Reservistas ubicado muy cerca al Crice el
Reposo, El Milagro, Siempreviva, Curva del Diablo, Corral Quemado, etc. En el
departamento de Loreto, las movilizaciones fueron de mucha presencia en la ciudad
de Iquitos. Otra zona donde se sintió con mucha fuerza fue la provincia de
Yurimaguas. En la carretera que conduce hacia Tarapoto y en el distrito de
Maranguita, Región San Martín y en La Selva Central, departamento de Ucayali,
provincia de Atalaya. En La Selva Sur fue mucho más escaso el movimiento teniendo
como causa principal ser una zona fuertemente militarizada, zona VRAE, por contener
reductos de la actividad terrorista del grupo “Sendero Luminoso” y tener una fuerte
presencia también de la DEA. Y en el departamento de Madre de Dios por ser en su
mayoría Reserva Nacional, Parque Nacional del Manu y Reserva Nacional de
Tambopata, y no tener mucha población.
Hay que tener en cuenta que las zonas donde se agrupan los Pueblos Nativos y donde
se ejerció más resistencia fueron en los ejes principales de comunicaciones y de
intereses petroleros, en este caso fue en la Carretera Fernando Belaunde Terry o
Marginal de la Selva, Eje Este-Oeste, paralela al Oleoducto Norperuano, que va desde
la Selva Baja, hasta las Costas de Piura – Puerto de Bayovar. Y el Eje Norte-Sur, que
llegaba casi hasta la zona de los campos gasíferos y petroleros de Camisea en el
departamento del Cuzco, provincia de la Converción.

2. ANÁLISIS SOCIAL DEL CONFLICTO ENTRE EL PUEBLO AWAJÚN-


WAMPIS Y EL PODER POLÍTICO Y ECONÓMICO DEL PERÚ

Para completar el diagnóstico de este estudio de caso es necesario abordar dos aspectos
sustanciales relacionados con la valorización del territorio, de su singularidad y de los
vínculos que con él se tienen, y con la propiedad del territorio asociada al derecho estable
de acceso, de control y de uso de los recursos.
En un ensayo sobre las concepciones indígenas de la Amazonía respecto a su entorno,
realizado sobre la base de su conocimiento de las comunidades indígenas de los achuar
(Ecuador) y los makuna (Colombia), Descola (1998) afirma que el dualismo occidental
naturaleza y cultura no es reconocido para los indígenas, toda vez que la naturaleza es
parte integrante de un continuo en el que humanos y no humanos se integran y relacionan
en los distintos ámbitos. De esta forma, este autor mantiene que las cosmologías
amazónicas despliegan una escala de seres cuyas diferencias son de grado y no de
naturaleza.
Antes que una dualidad entre mundo natural y mundo social, la dualidad de la interioridad
y la materialidad está presente en todos los pueblos, con diversas y múltiples maneras de
conexión e interacción entre ellas, menciona Descola (2003), quien identifica cuatro
grandes ontologías, es decir grandes maneras de distribuir las propiedades entre los seres
existenciales: animismo, totemismo, analogismo, y naturalismo.
El hecho de que la cosmología de los pueblos amazónicos sea el animismo y la del
gobierno peruano el naturalismo explica en gran medida el fuerte desencuentro y la actual
ruptura entre ambas posiciones y visiones. El naturalismo invierte la construcción
ontológica del animismo ya que, en lugar de una identidad de las almas y una diferencia
de los cuerpos, presupone una discontinuidad de las interioridades y una continuidad
material (Descola, 2003).
El término territorio, al igual que el de desarrollo, es utilizado por los indígenas
amazónicos traduciéndolo a los conceptos de sus propias lenguas. Así, en un texto ya
clásico sobre el territorio y las comunidades indígenas peruanas, publicado en 1991,
titulado El indígena y su territorio son uno solo, se expone que “los pueblos indígenas y
sus territorios se pertenecen. Son inseparables” (Chirif, García y Chase, 1991: 7). En esta
obra, los autores explayan la unión del pueblo indígena a la riqueza natural heredada, así
como su carácter sagrado, y la obligación de legarla a sus descendientes.
No menos importante es la relación que establecen entre la defensa o reivindicación de su
territorio y la disposición al derramamiento de sangre, llegado el caso.
Además, Chirif, García y Chase precisan que el acceso a los recursos naturales del
territorio no depende de privilegios heredados o logros personales, sino de tres factores: la
disponibilidad, determinada por el hecho que otra persona no se haya apropiado de ellos;
no encontrarse en zonas que pertenezcan a otra población indígena; y, la capacidad
individual de aprovechar los recursos, a través de su trabajo.
Si bien la posición de los autores resulta en la actualidad un tanto idealista, pues mucho de
los pueblos indígenas tienen ya diferentes visiones, producto de su incorporación al
mercado y de sus relaciones con diferentes actores y organizaciones, no ha dejado de
tener vigencia en su esencia.

3. ANÁLISIS ECONÓMICO DEL CONFLICTO ENTRE EL PUEBLO AWAJÚN-


WAMPIS Y EL PODER POLÍTICO Y ECONÓMICO DEL PERÚ

Incidiendo en el aspecto económico, que es sustancial para entender y abordar el caso de


estudio, Chirif, García y Smith (1991) mencionan que el territorio es un conjunto
integrado de recursos en interrelación y rinde más al pueblo que lo disfruta cuanto menos
transformado esté. Por esta razón, los indígenas no comprenden por qué la legislación
peruana separa el suelo, el bosque, la fauna, el agua y el subsuelo como cosas distintas.

Para el gobierno peruano la concepción y el interés se centra sólo en el componente físico,


en el valor económico de la tierra y de los recursos naturales, y la legislación lo expresa
elocuentemente. Frente a este marcado desencuentro, el territorio indígena, en general, se
está constituyendo como una nueva institución jurídica, y va tomando una posición firme
y consistente por ambas partes (los estados y los pueblos), siendo el ámbito legal donde se
van exponiendo los planteamientos.

4. POSIBLES OPORTUNIDADES

La propuesta más sugerente e innovadora para avanzar y profundizar en el debate y


aplicación del concepto de gobernanza en el análisis de conflictos sea el de “gobernanza
policéntrica”, de formar que mediante sistemas policéntricos se puede hacer frente a la
complejidad. En este sentido, se parte de la premisa de que el papel de las instituciones a
la hora de facilitar la gobernanza en diferentes niveles constituye una forma de capital
social que es esencial para la protección a largo plazo tanto de los ecosistemas como del
bienestar de las poblaciones (Brondizio, Ostrom y Young, 2009; Ostrom, 2009).
En segundo lugar, nos referimos al concepto de “subpolítica”. En el marco de la teoría de
la sociedad de riesgo y de la modernidad reflexiva (Beck, Giddens y Lash, 1007; Beack,
1998), aparece el debate de las incertidumbres fabricadas y los derechos de ciudadanía,
que incluye el derecho a la información, la participación y la creación de mecanismos de
mediación de conflictos (Castro, 2002). Esta nueva modernidad fomenta individuos e
instituciones más autocríticos, lo que impulsará nuevas exigencias y nuevas formas de
acción política. En palabras de Beck: “no es exagerado decir que las iniciativas
ciudadanas han tomado el poder” (2001:136).
La subpolítica aparece con la eliminación de los límites de lo político o, dicho de otra
forma, con la reinvención de lo político (Beck, 2002). Surge entonces una política al
margen de las instituciones formales, una política directa e individual que configura la
sociedad desde abajo.
Precisamente la referencia a la eliminación de los límites de lo político, nos lleva al tercer
concepto que proponemos incorporar para estructurar las directrices que ordenen y
colaboren a superar conflictos complejos como el que se ha presentado en este trabajo.
Se trata del concepto de “modernidad liquida”, desarrollado por Zygmunt Bauman y
definido por la relatividad que otorga a los valores. En este marco se explica la
desintegración de la trama social como una nueva técnica del poder, que emplea el
descompromiso como uno de sus principales instrumentos: “Cualquier trama densa de
nexos sociales, y particularmente una red estrecha con base territorial, implica un
obstáculo que debe ser eliminado” (2012: 19-20).
A ello se une el hecho de que en la nueva fragilidad y fluidez que caracterizan los
vínculos sociales, se multiplican los esfuerzos por mantener a distancia al “otro”, al que es
“diferente” y con ello desaparece la necesidad de cualquier tipo de comunicación,
negociación y compromiso. Es, como afirma Bauman, “una patología de la política: la
decadencia del arte del diálogo y la negociación, la sustitución del enfrentamiento y le
compromiso mutuo por las técnicas de escape” (2012: 117-118).

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