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Universidad Adventista de Centroamérica

Facultad de Teología

COMPARACIÓN DE JUDA Y TAMAR ENTRE JOSÉ Y LA ESPOSA DE POTIFAR.

Investigación

Presentada en cumplimiento parcial

de los requisitos de la materia

Antiguo testamento I

Por

Israel Mejía

Ismael Sánchez

Abril, 2020
Contenido
JUDA Y TAMAR .......................................................................................................................... 2
El plan de Tamar. 38:13, 14 .................................................................................................. 9
JOSÉ Y LA ESPOSA DE POTIFAR. .............................................................................................. 11
La tentación. ....................................................................................................................... 12
La fidelidad de José. ............................................................................................................ 13
CONCLUSIÓN........................................................................................................................... 15
BIBLIOGRAFÍA.......................................................................................................................... 16

1
JUDA Y TAMAR

La historia de Tamar y de Judá, uno de los hijos de Jacob, se

encuentra dentro de la historia de José, el hijo menor de Jacob y hermano de

Judá. La historia de José comienza en el capítulo 37 y es interrumpida con la

historia de Tamar. Pero entonces, ¿qué hace esta narrativa dentro de la historia

de José? Desde el punto de vista narrativo el texto tiene varias funciones:

• Servir de comentario crítico al tema de la culpabilidad de José en el

episodio de la esposa de Putifar (Gen 39).

• Cumplir la función de ilustrar al lector/a sobre la dificultad que existe

en discernir entre lo correcto y lo errado en la historia de José.

• Ayudar a comprender ciertos prejuicios y estereotipos sobre la moral

sexual.

• Servir como guía didáctica para comprender la historia de José:

historia marcada por el engaño de los hermanos de José (Gen 37-38).

La narrativa de Gen 38,1-30 es normalmente atribuida a la tradición

yavista, es decir, a la tradición más antigua situada alrededor del siglo

X a. C, y generalmente es interpretada como una explicación para el

origen de la tribu de Judá7. También se le adjudica a1

1 Maly, Eugene. Comentario Biblico San Jerónimo. (Huesca Madrid:


Cristiandad, 1979), Tomo 1, p.
136.

2
En la historia de Juda y Tamar encontramos algunas semejanzas

con el libro de Rut. Se trata de historias de mujeres que hacen efectivo el

cumplimiento de las leyes patriarcales del levirato y del rescate contempladas en

Deuteronomio 25,5-10 y Levítico 25. Estas leyes tienen el objetivo de rescatar la

posesión de la tierra, perpetuar la descendencia y mantener el nombre del

muerto por varias generaciones. Ambas son mujeres viudas y extranjeras, y en la

época de redacción final de las narrativas, época postexílica, los matrimonios

mixtos son prohibidos.

Tal vez el redactor legitima estas uniones con el fin de probar que es

posible asimilar extranjeros en la comunidad de la alianza. El ambiente en el que

ocurren las historias también es semejante, ambiente agrario, con

predominancia de la familia grande patriarcal; ambas asumen el rol de

prostitutas cultuales, y hacen ejercer los derechos que les competía por ley. Las

dos narrativas inician con relatos de muerte, injusticias, falta de un hijo como

garantía de futuro y terminan con la descripción de que todos los problemas son

resueltos2

Esta mujer, es presentada por el texto como pasiva cuando la elige

el suegro para su primogénito y es aparentemente pasiva cuando su primer

marido hace, lo malo a los ojos de Dios. Y es el suegro el protagonista, quien se

2 Pinto de Souza, Benedita. Ela é Mais Justa do Que Eu: Estudo de Tamar e
Judá à luz de Gênesis 38.1-30. (Dissertação Mestrado em Ciências da Religião,
Universidade metodista de São Paulo. São Bernardo do Campo, 2002), p. 111-
122.

3
dirige a Onán, una vez fallecido su Hermano, ordenándole, contra su voluntad, a

desposar a la cuñada. “Entonces Judá dijo a Onán: Ve a la mujer de tu hermano y

cumple con ella, y produce descendencia a tu hermano” (v. 8). Onán, cumpliendo

la ley del levirato y la orden de su padre, toma a Tamar por esposa. Pero Onán no

quiere renunciar a su propia descendencia y, por eso, derrama el semen.

Después que Judá ordena a Onán desposar a Tamar, los versículos siguientes nos

dicen:

Y Onán sabía que no sería para él aquélla descendencia, y así, cuando

iba a la mujer de su hermano, se derramaba en tierra, para no dar

descendencia

a su hermano. Y fue malo en los ojos de Yahvé lo que hizo y

lo mató también a él (Gen 38,9-10).

Tamar, que ha quedado viuda aparentemente en edad joven, no es

mencionada en estos versículos. No hay descripción de sus sentimientos ni en la

primera ni en la segunda viudez. Judá es activo, o tal vez podríamos decir que

está detrás de la acción: él es quien dirige la escena, no haciendo sino ordenando,

del mismo modo como fue activo con relación a su hermano José en el capítulo

anterior:

Entonces dijo Judá a sus hermanos: ¿Qué provecho tiene que matemos a

nuestro hermano y encubramos su sangre? Venid vendámoslo a los ismaelitas,

pero no pongamos nuestra mano contra él, porque es nuestro hermano, nuestra

carne (Gen 37,26-27).

4
Judá domina la escena con relación a sus hermanos de igual modo que

posteriormente la dominará en relación con sus hijos. Respecto a Tamar, fue él

quien la tomó para desposarla con su primogénito y posteriormente con Onán3

Es importante aclarar varios detalles para comprender bien esta

historia. Primero, la relación de Judá y Tamar fue hecha como parte de un ritual

religioso, aceptable social y moralmente entre los cananeos. Entre los hebreos se

considera una abominación. Aunque el uso del término “prostituta” en un lugar

es el de la prostituta sagrada y en otro el de la prostituta social, la diferencia se

puede explicar desde la perspectiva de ambos participantes. Desde el punto de

vista hebreo estos actos “religiosos” son considerados perversión social

simplemente. Segundo, Tamar queda disfrazada y Judá nunca descubre su

identidad. No hay aquí una relación incestuosa intencional o consciente por

parte de Judá. Tercero, ambas partes son viudos y disponibles para entablar una

relación marital legal.

Es Nuevamente Tamar queda viuda y esta vez Judá quiere

preservar la vida de su hijo más joven. Judá la manda de regreso a la casa de su

padre para esperar allí a que su último hijo cumpla su deber.

Y dijo Judá a Tamar, su nuera: Permanece viuda en casa de tu padre hasta

que crezca Selá, mi hijo; porque dijo: ‘Quizá morirá él también, como sus

hermanos’. Y se marchó Tamar y habitó en casa de su padre (Gen 38,11).

3 Katz de Barilka, Ethel. “Tamar: Osadía o desvario?” Disponible en:


www.hagshama.org.il/es/recursos/
view.asp?id=1393. 24/03/2020.

5
Tal vez este versículo represente el núcleo más cruel de la historia.

Tamar, la mujer que es mencionada por su nombre, no como hija de o esposa de,

dándole un protagonismo poco usual en las escrituras, queda viuda por segunda

vez. ¿Qué es lo que siente? Más allá de la tristeza o no-tristeza, ¿cuáles son los

pensamientos más íntimos de una mujer que ha perdido dos maridos?, ¿cuáles

los miedos?, ¿cuáles las fantasías? Sorprendentemente el texto en lugar de

ocuparse del duelo de Tamar y sus sentimientos nos trae el temor de Judá ante la

posible muerte de su tercer hijo, como si la nuera fuera responsable de esas

muertes. Seguramente podemos entender al padre conmovido por la

desaparición de sus hijos y el deseo de proteger al tercero, pero, ¿por qué

debería esto implicar la acusación encubierta hacia Tamar?

Este episodio ha dado lugar a lo largo de la historia a toda una serie

de elucubraciones con relación a la figura de la isha katlanit, “mujer

asesina”, nombre que se le da a la que enviudara dos veces, incluso

desde el punto de vista normativo. Siendo tal vez uno de los temas

de mayor injusticia hacia la mujer en cuestión, que no sólo queda

viuda y desamparada y debe regresar vergonzosamente a la casa

paterna, sino que es considerada la responsable de su propia desgracia. El texto

deja claro que la muerte de los maridos se debía a sus malas acciones y, sin

embargo, Judá insinúa que la mujer es culpable por esas acciones. La mujer es

6
culpabilizada de su viudez, al igual que la mujer violada es culpada, en otros

contextos, de su violación4

cierto que Tamar estaba legalmente “desposada” con el hijo de

Judá. Pero dicha relación matrimonial nunca fue consumada y obviamente Judá

había anulado ya ese acuerdo legal. Cuarto, Tamar se asegura de la identidad de

su pareja tomando como prenda el anillo y bastón, los que servían de documento

de identificación personal. Quinto, al ser descubierto todo, Judá reconoce su

error (no de relación sexual sino de rehusar su hijo a Tamar) y la acción

justificada de Tamar.

Esta acción justa es en referencia al empeño de Tamar en

conseguir descendencia a Judá. Este empeño es similar al de las hijas de Lot

(19:30–38). Sexto, nunca más tienen relaciones sexuales. La única que Tamar

permitió fue con propósito generacional y nada más. Tamar fue la madre de los

dos hijos de Judá, pero nunca fue su esposa. La relación fue única y con total

intención de progenitura. El nombre de Tamar es mencionado en la genealogía

de Jesucristo (Mat. 1:1–14).

No sólo en esta ocasión la descendencia de Judá corre el peligro de

extinción. En el tiempo de los Jueces, nuevamente esta línea casi se corta. Y

nuevamente la acción fiel y arriesgada de una mujer extranjera permite a la

descendencia continuar (ver el libro de Rut). Desde la perspectiva cristiana,

todas estas amenazas de extinción de la descendencia de Judá son intentos de

4
Ibíd.

7
impedir el plan redentor de Dios en Jesucristo. Esa amenaza se intensifica con el

decreto de Herodes de matar a todos los niños de Belén y sus alrededores (Mat.

2:16–18). Y en el intento del dragón contra la mujer se aclara que detrás de

todos estos incidentes históricos estaba Satanás en su lucha por impedir la

salvación del hombre (Apoc. 12:1–9).5

38:24–26. Judá carecía de integridad (v. 16), y aquí se ve que también era

hipócrita. Cuando tres meses después se supo que Tamar estaba encinta, Judá la

condenó a ser quemada como prostituta. Pero ella probó con el sello, el cordón y

el báculo que él era el culpable. Tamar se ganó el derecho a ser madre de los

hijos de Judá, aunque en forma por demás engañosa, porque su acción fue

desesperada y arriesgada.

38:27–30. Esta última parte de la historia provee el significado de todo el

relato. Dios le dio a Tamar gemelos y la línea de Judá continuó debido a ella. Pero

cuando los niños nacieron, ocurrió un acontecimiento inusual, parecido al

nacimiento de Jacob y Esaú. Después de que un gemelo sacó la mano, el otro hizo

una brecha y salió primero, por lo cual fue correctamente llamado Fares (hebr.

Perez, “brecha”). Después, cuando nació el segundo gemelo, fue llamado Zara

(“escarlata”; “resplandor”, BLA), debido al hilo de grana que la partera había

5 Daniel Carro, José Tomá s Poe, Rubé n O. Zorzoli, et al., Comentario


bı́blico mundo hispano Genesis (1. ed.; El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano,
1993–), 209–211.
BLA Biblia de las Américas

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atado a su mano. Es como si la profecía relativa a que Jacob regiría sobre su

hermano mayor (27:29) se estuviera repitiendo en la línea de Judá. Lo que fue

significativo es la forma en que Judá trató a José (37:26–28).

Él y sus hermanos vendieron al hermano menor como esclavo en

Egipto, pensando que podrían impedir el designio divino de que los hermanos

mayores servirían a José, el menor. Pero en la misma familia de Judá, a pesar de

sus intentos de impedir que Tamar se casara, la voluntad de Dios se cumplió

haciendo una confirmación irrefutable del principio de que el mayor serviría al

menor. La línea de promisión seguiría a través de Fares (cf. Mt. 1:3), porque los

designios de Dios no pueden hacerse fácilmente a un lado.6

El plan de Tamar. 38:13, 14

En nuestro concepto de moral, la conducta de Tamar era

vergonzosa. Pero a los hebreos antiguos habría parecido como una estratagema

justificable para conseguir los derechos de su esposo difunto. Comp. Ryle.

38:15. Ramera: Heb., zonah, la palabra ordinaria en ese sentido. En 38:21

la palabra es quedeschah, referente a una mujer consagrada al culto inmoral de

Astarte, y de ahí, ramera.

6 John F. Walvoord y Roy B. Zuck, El conocimiento bı́blico, un comentario


expositivo: Antiguo Testamento, tomo 1: Gé nesis-Nú meros (Puebla, Mé xico:
Ediciones Las Amé ricas, A.C., 1996), 103.

9
38:23. Tómeselo para sí, porque no seamos menospreciados: Judá decide

dejar la prenda con la mujer, para no tener que andar haciendo más

averiguaciones, y así excitar el menosprecio de la gente.

38:24. Sacadla, y sea quemada: Judá, como jefe de la familia, actúa como

juez en sentenciarla a la muerte.

38:26. Más justa es que yo: Judá, confrontado por las pruebas, tiene que

reconocer su falta.

El error de Judá empezó mucho antes, cuando se casó con una mujer

cananea. A esto, quizás, se debe la maldad de los hijos, que fue lo que ocasionó la

muerte de ellos.

38:29. Phares: Por Farés se traza la línea mesiánica (Mt. 1:3).7

7 Carroll Gillis, El Antiguo Testamento: Un Comentario Sobre Su Historia


y Literatura, Tomos I-V (vol. 1; El Paso, TX: Casa Bautista De Publicaciones,
1991), 232–233.

10
JOSÉ Y LA ESPOSA DE POTIFAR.

Para el desarrollo de esta investigación utilizaremos diferentes versiones

bíblicas y tomaremos como base, el capítulo 39 del libro de Génesis.

La NVI, traduce así: “Después de algún tiempo, la esposa de su patrón

empezó a echarle el ojo y le propuso: Acuéstate conmigo.” Génesis 39:7.

La RV 1960, traduce así: “Aconteció después de esto, que la mujer de su

amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo.” Génesis 39:7.

La LBLA, traduce así: “Sucedió después de estas cosas que la mujer de su

amo miró[a] a José con deseo y le dijo: Acuéstate conmigo.” Génesis 39:7.

La DHH, traduce así: “así que después de algún tiempo la esposa de su

amo se fijó en él, y un día le dijo:

—Acuéstate conmigo.”

José había sido llevado como esclavo a Egipto, comprado a sus hermanos

por comerciante ismaelitas. Pero aun cuando para él todo parecía ir hacia lo

peor, Dios estaba con él y había provisto gracia a los ojos del Faraón, Potifar

(oficial de la guardia) y de los gobernantes del imperio egipcio.

En medio de días de tranquilidad para José, Satanás estaba buscando la

manera de hacerle caer en sus principios, que eran fieles a Jehová su Dios. El

capítulo 39 del libro de Génesis, narra una de las grandes historias de fidelidad y

amor que un hijo de Dios ha podido demostrar en el AT.

11
La tentación.

José había sido criado con los más altos valores desde su hogar y esto,

más la gracia de Dios; le había dado los mejores privilegios en Egipto. ¿Qué dice

Ellen White sobre la formación?

“Un carácter recto es de mucho más valor que el oro de Ofir. Sin él nadie

puede elevarse a un cargo honorable. Pero el carácter no se hereda. No se puede

comprar. La excelencia moral y las buenas cualidades mentales no son el

resultado de la casualidad.

Los dones más preciosos carecen de valor a menos que sean

aprovechados. La formación de un carácter noble es la obra de toda una vida, y

debe ser el resultado de un esfuerzo aplicado y perseverante. Dios da las

oportunidades; el éxito depende del uso que se haga de ellas.” 8

La tentación proviene, cuando Potifar le entrega la administración de su

hogar y todo lo que poseía. Es entonces cuando la mujer de Potifar decidió

acostarse con José, según el V. 7.

“Todo parece ir bien para José. Pero una nueva tragedia se le presenta

debido a su fidelidad a Dios y la lealtad a su amo. La diligencia de José en su

trabajo, su hermosura física y su presencia continua en la casa despiertan deseos

físicos en la esposa de Potifar, quien ordena a José que tenga relaciones sexuales

con ella.

8 Elena G. de White: Historia de los patriarcas, (Colombia: asociación


publicadora interamericana, 1989), 20.

12
El lenguaje usado es directo y en forma de orden. La diferencia de

posición social, señora del amo y esclavo doméstico, sería más que suficiente

para que la orden fuera cumplida, aunque dicha acción era penada con la

muerte”9

La fidelidad de José.

A pesar de recibir una orden directa, porque en ningún momento fue una

insinuación o pretensión; José respondió de la manera más sabia, leal y

verdadera posible.

“En esta casa no hay nadie más importante que yo. Mi patrón no me ha

negado nada, excepto meterme con usted, que es su esposa. ¿Cómo podría yo

cometer tal maldad y pecar así contra Dios? (Génesis 39:9)

Había algo más significativo y valioso, que José miraba más allá del error

de acostarse con la esposa de su amo. Era la fidelidad innegociable de los

principios y valores divinos hacia Dios. Por tal razón se negó rotundamente a

tener relaciones sexuales con la esposa de Potifar.

El comentario bíblico adventista, arroja luz sobre lo que José hizo.

“Hablando ella a José cada día.

El carácter de José se mantuvo firme bajo un ataque persistente.

Sabiamente rehusó aun estar en compañía de ella. Al rehusarse a ello, José

9 Daniel Carro, José Tomá s Poe, et al., Comentario bı́blico mundo hispano
Genesis (1. ed.; El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 1993–), 212–213.

13
revelaba sinceridad, sabiduría y determinación en la senda de lo correcto.

Cuanto más fuerte la tentación, más resuelto estuvo él a resistirla.” 10

Un comentario exegético de Génesis, nos dice algo muy importante con

respecto a las tradiciones y costumbres del pueblo elegido.

“El nombre Yahwe es naturalmente evitado en una conversación con un

extranjero. Lo más sorprendente es la conciencia de la presencia divina, que

para el israelita exiliado es la máxima sanción de la moral.”11

10 Comentario bíblico adventista, Tomo 1, Gn 39.


11 John Skinner 1851-1925, A critical and exegetical commentary on
Genesis (International Critical Commentary; New York: Scribner, 1910), 458.

14
CONCLUSIÓN

Cuán diferentes fueron José y sus hermanos, que en muy similares

situaciones que tenían que ver con la fidelidad a Dios por la sexualidad,

reaccionaron de diferentes maneras.

“En este momento de crisis, la integridad personal de José resalta en agudo

contraste con la de sus hermanos. ¿Qué habría hecho Rubén (cap. 35: 22) o Judá

(cap. 38: 16) en estas circunstancias? No es de admirarse que Jacob favoreciera a

José y que Potifar depositara tanta confianza en él. Esta confianza en él reforzó su

sereno propósito de ser leal a Dios, y le resultaron aún más deseables sus excelsos

ideales de honor personal e integridad.” 12

Dios había premiado a José con su gracia y bendición por su fidelidad. Dios

mismo estaba delante de él, peleando para cumplir las promesas que había hecho

con el patriarca Abraham sobre las bendiciones que gozaría su descendencia.

Esta es una gran lección para nosotros, los hijos de Dios en estos tiempos; si

decidimos mantenernos fieles, diciendo: ¿Cómo pues haría yo, este gran mal y

pecaría contra Dios?

Dios desea lo mejor para sus hijos y lo ha dado todo, sólo nuestra decisión en

la fidelidad nos permitirá alcanzar la gracia de Dios.

12
Comentario bíblico adventista, Tomo 1, Gn 39.

15
BIBLIOGRAFÍA
BLA Biblia de las Américas

Carroll Gillis, El Antiguo Testamento: Un Comentario Sobre Su Historia y Literatura,


Tomos I-V (vol. 1; El Paso, TX: Casa Bautista De Publicaciones, 1991), 232–233.

Comentario bíblico adventista, Tomo 1, Gn 39.

Daniel Carro, José Tomás Poe, et al., Comentario bı ́blico mundo hispano Genesis (1. ed.;
El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 1993–), 212–213.

Daniel Carro, José Tomás Poe, Rubén O. Zorzoli, et al., Comentario bı ́blico mundo
hispano Genesis (1. ed.; El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 1993–), 209–211.

https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A9nesis+39%3A9&version=N
VI

Ibíd.

John F. Walvoord y Roy B. Zuck, El conocimiento bíblico, un comentario expositivo:


Antiguo Testamento, tomo 1: Génesis-Números (Puebla, México: Ediciones Las
Américas, A.C., 1996), 103.

John Skinner 1851-1925, A critical and exegetical commentary on Genesis (International


Critical Commentary; New York: Scribner, 1910), 458.

Katz de Barilka, Ethel. “Tamar: Osadía o desvario?” Disponible en:


www.hagshama.org.il/es/recursos/

Maly, Eugene. Comentario Biblico San Jerónimo. (Huesca Madrid: Cristiandad, 1979),
Tomo 1, p.

Pinto de Souza, Benedita. Ela é Mais Justa do Que Eu: Estudo de Tamar e Judá à luz de
Gênesis 38.1-30. (Dissertação Mestrado em Ciências da Religião, Universidade
metodista de São Paulo. São Bernardo do Campo, 2002), p. 111-122.

view.asp?id=1393. 24/03/2020.

White, Elena G. de. Consejos sobre el régimen alimenticio. Mountain View, California
EE. UU: publicaciones interamericana Pasific Press publishing Association 1971.

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