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Despertar flotando en el aire es la mejor manera de comenzar el día.

Soy un astronauta en la
Estación Espacial Internacional y hoy tengo una agenda llena de actividades programadas.

Después de realizar mi higiene personal, comienzo mi rutina de ejercicios. La gravedad cero puede
afectar la masa muscular y ósea, por lo que debo hacer ejercicios especiales para mantenerme en
forma.

Después del ejercicio, me dirijo al laboratorio para realizar experimentos científicos y tomar
muestras de materiales y fluidos. En la estación, estamos estudiando la resistencia de los
materiales, la biología y la física de la microgravedad, y otros temas interesantes para la ciencia.

A mediodía, me uno al resto de la tripulación para almorzar. Tenemos una dieta equilibrada y
variada que incluye alimentos liofilizados y frescos que llegan en las naves de suministro. En el
espacio, la comida flota y se come con una cuchara especial para evitar que se escape.

Después del almuerzo, tengo tiempo libre para leer, mirar por la ventana y tomar fotos de la Tierra
desde el espacio. La vista es impresionante, puedo ver el planeta entero desde arriba y disfrutar de
los colores y la belleza del paisaje.

Por la tarde, realizo tareas de mantenimiento y reparación de los sistemas de la estación. A veces
hay problemas técnicos que requieren mi atención y habilidades en ingeniería.

Antes de acostarme, me comunico con mi familia y amigos a través de videoconferencia. La


conexión es buena y puedo hablar con ellos en tiempo real desde el espacio.

Finalmente, me preparo para dormir en mi cabina personal. El silencio y la oscuridad del espacio
me envuelven, mientras me acomodo en mi saco de dormir flotante. Mañana será otro día
emocionante en el espacio.

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