Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Hay que destacar que el principio registral de rogación, pensado que es uno de los
pocos, posee fundamento constitucional, de forma taxativa, esto, en base a lo
normado por el artículo 28 de la Constitución Política de la República de
Guatemala, el cual preceptúa lo siguiente: “Artículo 28. Derecho de petición.
Los habitantes de la República de Guatemala tienen derecho a dirigir,
individual o colectivamente, peticiones a la autoridad, la que está obligada a
tramitarlas y deberá resolverlas conforme a la ley. En materia administrativa el
término para resolver las peticiones y notificar las resoluciones no podrá exceder
de treinta días. En materia fiscal, para impugnar resoluciones administrativas en
los expedientes que se originen en reparos o ajustes por cualquier tributo, no se
exigirá al contribuyente el pago previo del impuesto o garantía alguna.”
No debe pensarse que para cada inscripción que se pretenda, debe presentarse
un escrito o memorial al Registro de la Propiedad formulando una petición, como
sucede por ejemplo ante un tribunal de justicia. Es suficiente la presentación del
título inscribible con su respectivo duplicado, para que se tenga por solicitada una
inscripción y opere el principio de rogación.
ASPECTO DOCTRINARIO
De acuerdo a Gómez Gálligo y Del Pozo Carrascosa, señalan que “La rogación o
petición de inscripción es una declaración de voluntad unilateral y recepticia,
dirigida al Registrador. La solicitud inicia el procedimiento registral y hace que el
Registrador deba calificar los títulos que se le presenten, realizando la inscripción
si la calificación es favorable, o bien suspendiéndola o denegándola cuando del
título examinado resulte un juicio desfavorable”.
Éstos autores indican que este principio es también considerado como una
petición de inscripción y toma en cuenta el aspecto de la declaración de voluntad
que será dirigida al Registrador para que éste pueda inscribir o no el título.
Con lo que en esta noción que dan los citados autores se hace referencia de
manera implícita que si bien es una solicitud que se presenta al Registrador, esto
no significa que se le “ruega” al Registrador que inscriba sino que el Registrador
está en la obligación de calificar el título presentado en virtud de la rogación.
Así también Antonio R. Coghlan manifiesta que “el principio de rogación describe
la iniciativa de sujeto interesado tendiente a obtener el asiento registral del título
que presenta a ese efecto”