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Gribaudo Angelici
Gribaudo Angelici
23000065301266
Zona
CC Juzgado 20
Fecha de emisión de la Cédula:17/abril/2023
Domicilio:27299063440
Copias: S
23000065301266
Tribunal:JUZGADO NACIONAL EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL NRO. 20 - sito en Talcahuano 550 5° P of. 5148, Ciudad
Autónoma de Buenos Aires
*23000065301266* ,
23000065301266
Poder Judicial de la Nación
JUZGADO NACIONAL EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL NRO. 20
CCC 45187/2020
///nos Aires, 17 de abril de 2023.
AUTOS Y VISTOS:
Para resolver en la causa 45.187/20 del registro de la Secretaría
162 correspondiente al Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 20, y sus
acumuladas 47.190/20 y 48.339/20, respecto del pedido de archivo solicitado por
el Sr. Fiscal, y en relación con las situaciones procesales de DANIEL
ANGELICI, titular del documento nacional de identidad 16.823.686, de
CARLOS ENRIQUE AGUAS, titular del documento nacional de identidad
14.125.362, CHRISTIAN ALEJANDRO GRIBAUDO, Secretario General de
la Asociación Civil “Club Atlético Boca Juniors” y de las demás condiciones
personales obrantes en autos, y de RODOLFO CÉSAR FERRARI, ex
vicepresidente de la Asociación Civil “Club Atlético Boca Juniors”, y de las
demás condiciones personales obrantes en autos,
Y CONSIDERANDO:
I. Se inició la causa 45.187/20 con la denuncia que formuló Juan
Carlos Quesada, en su carácter de socio activo del Club Atlético Boca Juniors,
con motivo de una publicación periodística fechada el 14 de octubre de 2020, en
el sitio “infobae.com” a través de la cual, Jorge Bermúdez, miembro del Consejo
de Fútbol del aludido club dijo que: “Antes de llegar el club había vendido por 90
millones de dólares y cuando llegamos sólo había 5. A veces es más noticia otra
cosa, pero se habla muy poco de esto. Si uno analiza y recuerda la final en
Madrid uno ve a Balerdi, Magallán, Nández, Benedetto y Barrios. Esos
jugadores ya no estaban cuando llegamos, pero tampoco estaba el dinero por el
que se vendieron. Y sin embargo, estaban las deudas de Salvio y Villa”.
Al momento de la ratificación, Quesada señaló que actualmente no
participaba en la vida política del club, y que la denuncia estaba guiada por la
preocupación que le causaba que personas con poder de administración dentro de
la institución reclamaran un faltante de noventa millones de dólares.
Dicho faltante surgía de un informe que la actual comisión
directiva puso a disposición de los socios a través una publicación que puede
leerse en la página web del club. Paralelamente, Jorge
Amor Ameal, en su condición de Presidente de la “Asociación Civil Boca
Juniors”, querelló a Daniel Angelici (ex presidente de C.A.B.J.) y Carlos Enrique
Aguas (ex Secretario General de C.A.B.J.), en orden a un hecho que guardaba
relación con la denuncia de Quesada, pues “se relacionan con las comisiones por
intermediación contratadas y pagadas, con la intervención de los aquí
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denunciados en representación de CABJ, por la transferencia de los derechos
económicos y federativos del jugador Darío Ismael Benedetto al Club
“Olympique de Marseille, contratada el 2 de agosto de 2019”.
En efecto, Ameal denunció que el 11 de abril de 2017 C.A.B.J.
celebró un acuerdo con Christian Rodrigo Bragarnik (representante) a través del
cual se lo facultaba a realizar cualquier tipo de contacto y gestión para lograr la
transferencia definitiva de los derechos federativos del jugador Benedetto a otra
institución deportiva; estableciéndose una comisión por la gestión equivalente al
diez por ciento del importe neto obtenido por la transferencia.
Luego, en marzo de 2019, se firmó un nuevo contrato con
Bragarnik, pero esta vez otorgándole un mandato “exclusivo e irrevocable”, en el
que se agregó una cláusula (motivo concreto de la denuncia), que rezaba:
“Segundo. Compensación. En caso que se concrete la transferencia definitiva o
temporaria de los derechos federativos de EL JUGADOR a otra entidad
deportiva, ello sujeto a una contraprestación económica, aun sin intervención del
INTERMEDIARIO el CLUB abonará al INTERMEDIARIO, una compensación
equivalente al diez por ciento (10%) del importe neto de la contraprestación
económica”.
A juicio del denunciante esta cláusula resultó “premonitoria”
porque más tarde efectivamente la transferencia del jugador se concretó sin la
intervención de Bragarnik, tal como surge de un acuerdo celebrado el 28 de
octubre de 2019 titulado “adenda al Convenio de Mandato Exclusivo”, entre el
club y el representante.
En dicha adenda, Bragarnik reconoce que no intervino en la
transferencia del jugador y que se “avenía” a “facilitar” la operación que se había
concretado tres meses antes, por lo que el club quedó obligado al pago de una
comisión “por nada”. Puntualmente denunció que: “Ese pago “por nada” se
convino del siguiente modo: “Segundo Forma de Pago. Impuestos. Dicha suma
será abonada dentro de los cinco (5) días de la firma del presente, a la cuenta
que indique EL INTEREDIARIO en la factura que emita a los efectos del
pago…”. El pago se hizo efectivo mediante la orden “111200084436” de fecha
29 de noviembre de 2019.
En forma sucinta, el Sr. Fiscal circunscribió las circunstancias del
hecho denunciado del siguiente modo: “Las comisiones por intermediaciones que
se habrían pagado de manera irregular al representante de Darío Ismael
Benedetto, Cristian Rodrigo Bragarnik, y a la empresa “Essel Sports
Management B.V.” por la transferencia de los derechos económicos y federativos
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del jugador al club Olympique de Marseille, concretada el 2 de agosto de 2019,
por la suma de Euros 10.582.515” (El hecho fue identificado por el Sr. Fiscal
como “1”)
II. En la causa 47.190/20 se investiga la denuncia formulada el 3
de noviembre de 2020 ante la Excma. Cámara del Fuero por el Presidente del
“Club Atlético Boca Juniors”, Jorge Amor Ameal, dirigida contra Christian
Alejandro Gribaudo, Secretario General del Club, y Rodolfo César Ferrari, ex
vicepresidente de dicha entidad.
En la denuncia se explica que entre los meses de agosto y
diciembre de 2018 C.A.B.J. pagó al Club Atlético Talleres de Córdoba la suma de
dos millones quinientos mil dólares (U$S 2.500.000) en “concepto de anticipo de
un porcentual de plusvalía contratada con anterioridad, por la eventual y futura
transferencia de los derechos federativos y económicos del jugador Cristian
Pavón, sin que la transferencia se haya concretado”.
De acuerdo con los términos de la denuncia, la obligación del club,
en función del contrato (adenda) que se acompañó, se circunscribía a pagar el diez
por ciento del excedente de tres millones de dólares netos de gastos de
transferencia, en una eventual y por tanto incierta transferencia de los derechos
federativos y económicos del jugador Christian David Pavón.
El jugador, al tiempo de la denuncia, se encontraba “a préstamo”
en un equipo de la “Major League Soccer” (MLS) que tiene una opción para
adquirir el cien por ciento de los derechos federativos del jugador por un valor
total de veinte millones de dólares.
Concretamente, la condición suspensiva que “gatillaba” la
obligación de pago no se ha cumplido, puesto que ni siquiera la suma se
encontraba determinada, por lo que el pago resultó “perjudicial” para el
patrimonio del club, y sólo reportó un beneficio concreto a favor de un tercero.
El Sr. Fiscal circunscribió las circunstancias del hecho denunciado
del siguiente modo: “El pago efectuado entre julio y diciembre de 2018 por el
Secretario General, Cristian Alejandro Gribaudo, y el ex Vicepresidente, Rodolfo
Ferrari, al Club Atlético Talleres, por la suma de u$s 2.500.000 en concepto de
anticipo de plusvalía por la eventual venta futura de los derechos económico y
federativos del jugador Christian David Pavón” (El hecho fue identificado por el
Sr. Fiscal como “2”)
También forma parte de la investigación el suceso denunciado por
Quesada (mencionado en el hecho “1”) en punto al desequilibrio económico que
fue informado por la actual comisión directiva de fútbol del club Boca Juniors, a
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través de una nota en el portal de noticias “infobae”, producto de la venta de
jugadores del plantel, por caso; “Balerdi”, “Magallán”, “Nandez”, “Benedetto” y
“Barrio” por valor de noventa millones de dólares, y que no fuera destinada a las
arcas del club, de las que solo se informó un saldo de cinco millones de dólares.
(El hecho fue identificado por el Sr. Fiscal como “3”)
El último hecho que forma parte de la investigación se desprende
también de un video que realizó la comisión directiva del club “Boca Juniors”, de
fecha 29 de octubre de 2020, titulado “Cómo recibimos el club Primer informe”,
a través del cual el presidente del Departamento de Obras, Arquitecto Carlos
Navarro, puso en conocimiento acerca de irregularidades detectadas en dos obras
desarrolladas durante la gestión de la ex Comisión directiva, a saber; la
remodelación de la “Casa del Socio y Fundación” en el predio de “Casa
Amarilla”; y la construcción de la “nueva planta administrativa” situada en el
estadio “Alberto J. Armando”, conocido popularmente como “La Bombonera”
En lo relativo a la primera irregularidad, Navarro en el video
expuso que el informe señala que normalmente cuando hay una obra en el club, el
personal profesional y matriculado es el encargado de firmar y realizar las
gestiones que demande la obra, por ejemplo, aprobación de planos, proyectos,
dirección, y sin embargo; durante la remodelación de la “Casa del socio y
Fundación” en el predio de “Casa amarilla” ese profesional del club fue
reemplazado, y la asesoría y control de supervisión de la obra estuvo a cargo de
un profesional, mientras que la documentación necesaria para llevarla adelante
fue firmada por otro profesional perteneciente a la empresa constructora que
realizó la obra, cuyo importe ascendió a noventa y tres millones de pesos, en
parte, porque se tuvo que pagar honorarios profesionales por duplicado.
En lo concerniente a la segunda irregularidad, Navarro manifestó
que al realizar la construcción de la nueva “planta administrativa” para el
personal que trabaja en la institución, extrañamente se optó por una contratación
directa, en lugar de un proceso de licitación, tal como normalmente sucede
cuando el club realiza obras de distintas escalas, como la aludida, que tuvo un
costo de veintitrés millones de pesos, el doble del presupuesto original, producto
de no haberse requerido precios comparativos previos (El hecho fue identificado
por el Sr. Fiscal como “4”).
III. Del dictamen Fiscal.
Luego de enumerar los hechos que forman parte de las
investigaciones acumuladas en este legajo el Sr. Fiscal postuló el archivo de las
actuaciones.
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Basó su pedido en el siguiente argumento. Señaló que el artículo
65 inciso “J” del estatuto de la “Asociación Civil Club Atlético Boca Juniors”
prevé que los miembros de la Comisión Directiva “responderán solidariamente
con su patrimonio por la disminución del patrimonio neto del Club cuando ésta
fuera consecuencia de su gestión, y que dicha disminución se establecerá de
acuerdo al Balance Especial”.
Paralelamente, el inciso “K” del estatuto aludido establece que los
miembros de la Comisión Directiva deberán ofrecer y acompañar a la Auditoria,
una garantía bancaria (caución real, aval, fianza, fideicomiso) y/o un seguro de
caución otorgado por una compañía aseguradora de reconocida solvencia, que
deberá representar el cinco por ciento, neto, del patrimonio de la institución.
También se desprende que tales garantías deben ser acompañadas por los
candidatos al momento de la presentación de las listas, y serán ejecutadas, si
correspondiese, cuando la Auditoría actuante produzca su dictamen.
Sentado lo expuesto, continuó con su razonamiento el Sr. Fiscal,
surge de las actuaciones que la Asamblea General Extraordinaria de
Representantes (que tuvo lugar el 5 de enero de 2021) aprobó el Balance Especial
que fue presentado por mayoría, y a consecuencia de ello, también se liberaron
(por voto unánime) las garantías constituidas por los directivos del Club entre los
años 2015 y 2019, “situación que evidentemente no habría acontecido si
realmente hubieran tenido lugar las irregularidades denunciadas”
En otras palabras, el fiscal dictaminó que: “resulta altamente
probable que la Asamblea de Socios no hubiese procedido a la liberación de las
garantías que tenía a su favor, las cuales fueron debidamente constituidas,
precisamente, para asegurar el patrimonio del Club, si efectivamente hubieran
tenido lugar los hechos denunciados por ellos mismos”.
Valoración probatoria
Asiste razón al Sr. Fiscal en sus fundamentos.
No puede soslayarse que el apoyo probatorio de las denuncias que
se acumularon a este legajo, concretamente las identificadas con los números “3”
y “4”, descansan en el contenido de una nota periodística, una entrevista radial y
un informe producido por las autoridades actuales del Club “subido” a la página
web de la institución.
En dichos medios se realizaron formulaciones genéricas acerca de
una supuesta malversación en perjuicio del patrimonio del club, referido al
desequilibrio económico generado a partir de la decisión de la gestión anterior, de
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vender por sumas millonarias jugadores de fútbol al mercado exterior, sin que se
haya verificado en las arcas de la asociación el producido de esas ventas.
Las denuncias formuladas carecen de precisión. La suma invocada
como perjuicio (noventa millones de dólares) aparece arbitraria desde el momento
en que no se acompañó siquiera una referencia concreta que explique el origen de
ese número.
Tampoco se acompañó prueba conducente, útil o suficiente que
haga suponer, aun mínimamente, que nos encontramos ante la existencia de un
delito.
En ese sentido, debe contextualizarse la denuncia inicial de Juan
Carlos Quesada y su posterior ratificación en sede judicial, motivada en un
artículo periodístico, en que: “aparece personas hoy con un poder de
administración del club diciendo que faltan noventa millones de dólares del
patrimonio del club”.
Y es que, en el marco de la pasión que enciende el fútbol, parece
entendible que un socio denuncie un hecho expuesto por un empleado
jerarquizado del club, como es el caso de Jorge Bermúdez, de público y notorio,
integrante del Consejo de Fútbol de Boca Juniors próximo a los máximos
dirigentes de la institución.
El problema aparece cuando los responsables del club denuncian y
no sólo (como bien señala el Dr. Martinez Burgos en su dictamen) no aportan
elementos de juicio que avalen sus manifestaciones, en tanto y en cuanto no solo
no media auditoría alguna que respalde su presentación, sino que, además,
aprobaron el balance de cierre de la gestión anterior.
Es así como cobra significación el argumento del Sr. Fiscal en pos
de fulminar las actuaciones, cuando señala que la misma fuente que dio a conocer
graves acusaciones acerca de la existencia de delitos cometidos por la gestión
anterior al club, poco tiempo después, en el marco de un acto propio de la vida
institucional de la asociación, concuerda aprobar el balance societario y liberar
las garantías depositadas por los directivos supuestamente implicados, restándole,
de esta manera, verosimilitud a las acusaciones iniciales, las que a esta altura,
parecieran estar dirigidas más a una cuestión política propia de la dinámica del
club, que a una verdadera voluntad de denunciar un delito de acción pública.
Lo mismo ocurre con la endeble acusación formulada en relación
con las supuestas irregularidades cometidas al momento de llevar a cabo obras de
remodelación en el predio de “casa amarilla” (hecho 4).
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concepto de plusvalía vinculado a la situación del jugador Pavón, que sirvieron de
base para la denuncia que realizó Jorge Amor Ameal.
Por tal razón, mención aparte merece la denuncia formulada por el
nombrado, puesto que en su escrito inicial se comunicaron dos hechos precisos,
identificados con los números “1” y “2”, donde también se acompañó prueba
documental, que a su juicio, comprueban la veracidad de las acusaciones.
Y si bien caben las formulaciones efectuadas en los párrafos
precedentes, en punto a la contradicción que importa denunciar un hecho
delictivo de contenido patrimonial y posteriormente aprobar los balances
societarios del club supuestamente perjudicado, y a la vez, liberar los avales de las
personas que debían responder por esos hechos; lo cierto es que al haberse
denunciado y precisado circunstancias puntuales acerca de dos supuestas
irregularidades; debo especificar los argumentos que me llevarán a resolver en
pos del sobreseimiento de las personas imputadas.
En lo que respecta al hecho identificado como “1”, en modo alguno
observo que el pago efectuado al intermediario pueda constituir delito alguno.
La transferencia, a juzgar por la documentación acompañada se
concretó con la intervención de un intermediario distinto, pero el pago efectuado
al representante obedece estrictamente al cumplimiento de lo acordado por las
partes, según la misma documental acompañada por la querella, en tanto explicita
que el Club se obligó a pagar al intermediario, en caso de que se concrete la
operación “aún sin la intervención del intermediario”.
Desde esta óptica, el pago que realizó el club no es más que el
cumplimiento de una cláusula contractual. De ese modo, el cumplimiento de una
obligación lícita nunca puede constituir un hecho ilícito.
Es preciso señalar que mundo de los clubes de fútbol (las
asociaciones civiles sin fines de lucro), es de absoluta complejidad, a poco que se
advierta que en la mayoría de las negociaciones de transferencias entre clubes de
distintas ligas (si no todas) ofrece un complejo entramado de actores que
intervienen en ellas y más allá de que, en definitiva, versen sobre un negocio
bilateral (club que cede y club que recibe sea en condición de compra, sea en
condición de préstamo).
Desde esa premisa, cierto es que el motivo por el cual se acordó
ese pago pudo obedecer a varias razones, que sin duda alguna guardan relación
con las gestiones que realizó el intermediario en pos de concretar la venta de los
derechos federativos del jugador, en su carácter de representante con facultad
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exclusiva para negociar la operatoria, facultad que el mismo club le reconoció a
través de la extensión de un poder.
Y es que de ser espuria esa operación, resulta inimaginable (no
sólo para este Magistrado, sino para cualquier ciudadano de a pie) no sólo que la
dádiva se haya instrumentado en un contrato, sino que la operación se haya
registrado contablemente, y mucho menos que la Comisión Directiva devenida en
querellante, haya aprobado el estado contable en que aparece la operación.
Argumento similar he de trazar en relación con el pago que se
efectuó al Club Talleres de Córdoba en concepto de anticipo de plusvalía por la
eventual y futura venta de los derechos económicos y federativos del juzgado
Pavón.
En este caso no se trataba de una “obligación exigible” porque la
venta del jugador para ese entonces no se había producido, pero sí se trataba de
una “obligación futura” supeditada a una condición que habría podido ocurrir en
cualquier momento. Entonces, es evidente que la cancelación de tal obligación
obedeció a una decisión propia de los directivos de entonces que fue sopesada en
base a situaciones contingentes que escapan al contralor del derecho penal,
porque resultan propias de una esfera de ámbito privado donde deben dilucidarse
la cuestión, incluso la mala fe entre dos contratantes en el incumplimiento de lo
convenido o en la negligencia de las partes para defender sus derechos.
No resulta conducente realizar un análisis actual sobre la argüida
ilicitud del pago y menos aún tildarlo de “liberalidad” como se sostiene.
Y es que, a mi entender, y en base a la experiencia común, la
cuestión debe ser abordada sin perder la perspectiva del momento en que la
dirigencia de un club de fútbol, decide la contratación de un jugador o en que
asume una estrategia para ejecutar una cláusula en aras de conseguir un rédito
mayor.
A veces tienen éxito y otras no, y forma parte del riesgo de todo
negocio. Si se tiene en cuenta que la comisión directiva querellante, resolvió el
vínculo con Pavón dejándolo en libertad de acción es cierto que, contablemente
hablando, el pago anticipado de la plusvalía (que no le estaba vedado, toda vez
que por imperio de la propia Constitución Nacional todo lo que no está prohibido
está permitido art. 19 C.N.) redunda en un saldo negativo, más es imposible
atribuirle responsabilidad criminal en la pérdida a la comisión saliente, en tanto y
en cuanto son los propios querellantes (que centran su agravio en la discrepancia
con la ejecución de una cláusula que redunda en una compra anticipada) quienes
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por el motivo que fuera ni lo negociaron ni le renovaron el vínculo contractual,
dejando a Boca Juniors sin posibilidad alguna de percibir dinero por el jugador.
Mal puede entonces, por divergencias de criterios como el que se
observa en el sub lite, habilitarse un reproche criminal
Juzgo procedente echar mano a la compulsa de la página web
“transfermarkt.com.ar”, que ilustra la cotización histórica de los jugadores de
futbol, que tengo a la vista y que doy por incorporada en este acto, en la que
surge que Cristian Pavón tuvo su cotización más alta el 08/05/2018 en E
20.000.000 (veinte millones de Euros), es decir antes de disputarse el campeonato
mundial de futbol “Rusia 2018” y que al día de hoy su cotización en la misma
página es de E 4.000.000 (cuatro millones de Euros).
Tales números resultan irrefutables y merecen ser tenidos en
cuenta para la solución del caso y adquirir un cabal entendimiento de la situación
traída a estos estrados y que impiden su prosecución.
En una época, la situación de Pavón auguraba el ingreso de sumas
astronómicas para el futbol argentino (todos hemos visto recientemente la
variación de las cotizaciones de los pases de los jugadores de fútbol cuando
disputan un buen mundial de futbol) que se redujo a cero con la no renovación de
su contrato.
Así juzgo con fines ilustrativos en punto a la temática, echar mano
a una frase que no es ajena al “mundo boca”, acuñada por un exitoso técnico de la
institución, Miguel Ángel Russo, (evocada frecuentemente en el ámbito del
fútbol) que describe cabalmente el conflicto denunciado en punto al negocio
vinculado con Pavón: “son momentos, son decisiones”.
Claro está que en aquella época, unos pretendieron hacer un
negocio exclusivo para Boca (a priori exitoso) mientras que los otros no lograron
llevar a buen puerto las negociaciones por retenerlo (si es que ello se dio, dado
que no consta en el legajo) o bien lo dejaron ir sin más, desechando el capital que
representa la cotización del jugador.
Precisamente por ello, insisto, la cuestión no puede ser analizada
desde el ámbito del derecho criminal y mucho menos que un Juez, como en
definitiva se pretende, llegue a conformar el estado de sospecha a que alude el art.
294 del ceremonial en punto a la pertinencia de avanzar con la compra del pase de
un club o ejecutar determinadas cláusulas contractuales a las que per se los
dirigentes se encuentran facultados.
Hacer un análisis parcial, reducido a la consigna “pagaron
indebidamente por adelantado”, no resulta adecuado dado que responde a una
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decisión que se inscribe dentro del marco específico discrecional de los actos de
gobierno y que no se toman en soledad, sino en el marco de la comisión directiva
que aprueba determinada gestión.
Seguramente razones de tipo económico (cotización del dólar en
alza) y futbolísticas (excelente proyección de la carrera profesional del jugador),
fueron los argumentos sobre los que se realizó el pago. Lo ocurrido con
posterioridad no resultó previsible para ninguna de las partes, y sobre esa base no
encuentro razón alguna para formular ningún tipo de reproche penal, pues juzgo
la conducta más bien como la asunción de un riesgo que luego no contó con la
proyección deseada, más que un acto destinado voluntariamente a deteriorar el
patrimonio del club.
Como corolario, he de insistir en que nada se ha aportado en pos de
sostener la fuga de los activos denunciados, máxime cuando se aprobó el balance
de cierre de la gestión denunciada, a cuyas resultas y como bien señala el Fiscal
en su dictamen, dispusieron la desafectación del patrimonio dado en garantía por
los propios imputados al principio de su gestión.
En punto al segundo tópico, no es posible criminalizar las reformas
edilicias llevadas a cabo por no haber sido objeto de un llamado a licitación
previa dado que ningún instrumento estatutario obliga a la comisión directiva a
hacerlo, ni aún aunque se hubiera pagado un precio mayor cuya estimación
tampoco se practicó. Sabido es que “no constituye el delito de administración
fraudulenta el hecho de que el presidente de una empresa haya pagado
sobreprecio por la compra de un predio de menor valor del que se consignó en la
escritura pública, pues la evidencia del perjuicio derivado de un acto
administrativo es insuficiente para dar tipicidad a la figura penal de la
administración fraudulenta si no se comprueba, como condición insorteable, el
propósito de lucro o daño en la gestión del agente” (C.N.Crim y Corr sala 4ta.
12/10/93 “Folgar, Carlos , JA 1995IIsíntesis)
En cuanto al affaire Benedetto, por documentado, permite
descartar cualquier especulación en punto a que se trate de una operación espuria,
máxime cuando no pueda soslayarse para arribar a la conclusión que se postula
que el propio jugador resultó repatriado a la institución. En ese sentido, no resulta
concebible que se siga negociando con el mismo representante del jugador a
quien se menciona vinculado entonces como beneficiario de una operación
fraudulenta en perjuicio del club, extremo que redunda en el descarte de cualquier
hipótesis delictiva al respecto.
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Por último, en lo atinente al caso de Cristian Pavón queda claro
que trasunta en una cuestión interpretativa en punto al acierto de una estrategia
comercial, que escapan al derecho penal y que en modo alguno puede traducirse
como la acción defraudatoria a que alude el art. 173 inc. 7 del C.P..
Y es que “esta figura penal presenta todos los caracteres de un
abuso de confianza, y a diferencia de otros delitos defraudatorios (como, por
ejemplo, los de retención indebida), en éste no se toma en cuenta la
individualidad de un objeto determinado, sino la relación administrativa global.
Esta consideración permite apreciar con exactitud el dolo inicial y el perjuicio
final. En la relación administrativa global de cada operatoria se puede apreciar
el aspecto subjetivo, pues el dolo, aquí es se infiel a la administración confiada
toda vez que administrar viene de la voz latina que quiere decir ad: a y
ministrare: servir, es decir que quien es puesto a administrar es puesto “a servir”
a quienes le confiaron sus dineros”. (cftar. C. Crim. 9na. Nominación Córdoba
23712/97 “Barbaresi, Carlos y otros, LL 1998E754 en Romero Villaueva
“Código Penal de la Nación Anotado” 2da. Ed. Buenos Aires, Lexis Nexis
Argentina, 2006, pag. 735).
A mayor abundamiento, sabido es que “la violación de deberes no
es el núcleo de la acción, no es una forma más de llevar a cabo la acción. Es un
agregado el abuso o a la infidelidad como actos punibles, una valoración
añadida, indispensable, pero que no sustituye a la acción y la razón de ser de
este agregado es evitar la punición de administradores malos, distraídos u
olvidadizos, o los simples incumplimientos contractuales” (C.N. Crim. y Corr.
Sala 5ta. 24/4/03 Banco de Galicia y Buenos Aires S.A y otros. Op, cit.pag. 738).
Por otra parte, y en mérito a las consideraciones expuestas, en la
medida de que hubieron de sustanciarse las actuaciones y que versaron en punto a
la imputación de hechos presuntamente delictivos contra personas determinadas,
resulta improcedente disponer el archivo, a modo de rememora del antiguo
sobreseimiento provisional.
Y es que tengo para mí que “el archivo es una respuesta
jurisdiccional que tiene, al igual que el “rechazo” al requerimiento fiscal,
carácter liminar … y su dictado resultará improcedente frente a una instrucción
iniciada con sustento en una prevención o información policial … no es de
aplicación luego de dictada la falta de mérito del imputado … o si la
fundamentación radica en la atipicidad de la conducta de aquél … o simplemente
cuando existen personas imputadas (CCC Sala I, LL, 1998C.457, DJ,
1998.2.533, CCC, Sala VII, ED 162691; CCCF , Sala I, LL, 2000F890),
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correspondiendo en tal hipótesis, de ser pertinente su sobreseimiento … esa es la
solución debida frente al derecho irrestricto del imputado a obtener una decisión
que ponga fin definitivamente al proceso …” (cftar. Navarro. Daray 1ra. Ed.
Buenos Aires. Hammurabi. 2004 T. 1, pág. 489).
Como consecuencia de lo expuesto, habré de disponer el
sobreseimiento de las personas imputadas y no el archivo de las actuaciones,
como pide el Sr. Fiscal, puesto que todo ciudadano cuenta con el derecho a
obtener un pronunciamiento que defina, en un tiempo razonable, el estado de
incertidumbre que genera todo enjuiciamiento criminal, SIN COSTAS a la
vencida más allá de la dudosa razón plausible que pudo haber tenido para litigar;
más adoptaré la exclusión por tratarse en una acción incoada en nombre de los
intereses de los socios de una asociación civil sin fines de lucro, que en caso de
ser aplicadas, sus cuotas sociales debieran afectarse al pago de esta acción.
Por ello, corresponde que el suscripto se expida y así;
RESUELVO:
I. DISPONER EL SOBRESEIMIENTO DE DANIEL
ANGELICI, de las demás condiciones personales obrantes en el exordio, en lo
que respecta a los hechos denunciados en esta causa 45.187/20 del registro de la
Secretaría 162 correspondiente al Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional
20, haciendo la expresa mención de que la formación de la causa no afectó el
buen nombre y honor del que pudo haber gozado –artículo 336 inciso 3° del
Código Procesal Penal de la Nación
II. DISPONER EL SOBRESEIMIENTO DE CARLOS
ENRIQUE AGUAS, de las demás condiciones personales obrantes en el exordio,
en lo que respecta a los hechos denunciados en esta causa 45.187/20 del registro
de la Secretaría 162 correspondiente al Juzgado Nacional en lo Criminal y
Correccional 20, haciendo la expresa mención de que la formación de la causa no
afectó el buen nombre y honor del que pudo haber gozado –artículo 336 inciso 3°
del Código Procesal Penal de la Nación
III. DISPONER EL SOBRESEIMIENTO DE CHRISTIAN
ALEJANDRO GRIBAUDO, de las demás condiciones personales obrantes en el
exordio, en lo que respecta a los hechos denunciados en esta causa 45.187/20 del
registro de la Secretaría 162 correspondiente al Juzgado Nacional en lo Criminal
y Correccional 20, haciendo la expresa mención de que la formación de la causa
no afectó el buen nombre y honor del que pudo haber gozado –artículo 336 inciso
3° del Código Procesal Penal de la Nación
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IV. DISPONER EL SOBRESEIMIENTO DE RODOLFO
CÉSAR FERRARI, de las demás condiciones personales obrantes en el exordio,
en lo que respecta a los hechos denunciados en esta causa 45.187/20 del registro
de la Secretaría 162 correspondiente al Juzgado Nacional en lo Criminal y
Correccional 20, haciendo la expresa mención de que la formación de la causa no
afectó el buen nombre y honor del que pudo haber gozado –artículo 336 inciso 3°
del Código Procesal Penal de la Nación
V. NO IMPONER COSTAS a la parte vencida por los
fundamentos expuestos, al amparo del artículo 531 del Código Procesal Penal de
la Nación.
VI. A la solicitud de Walter Fernando Krieger de querellar en
representación de la Asociación Civil Club Atlético Boca Juniors, estese a la
querella ya reconocida en cabeza del doctor José María Olivares.
Notifíquese a las partes.
Firme, y no haciendo sellado que reponer, ARCHÍVESE.
Ante mí:
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