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04/02/2021

Gracias a Federico III de Prusia empezó a crear una colección de arte público.
Quería crear en Berlín un museo comparable al de París y coincide con el momento en
que en París se están devolviendo todas las obras, con la condición de que se mostraran
al público. Esto significó el nacimiento del museo moderno.
También creo una fundación pública, en 1818, llamada Fundación del
Patrimonio Cultural Prusiano. Agrupaba todas las colecciones de la monarquía, tanto de
arte como de arqueología. Esto fue muy novedoso para estar a principios del siglo XIX.
Federico Guillermo le encargó a Schienkel, una reforma global de la ciudad de Berlín.
Esto empezó por el corazón de la ciudad donde estaba el palacio y la catedral. Es aquí
donde comienza la Isla de los Museos.
Cuando se inaugura el Altes Museum en el año 30 (el museo Schienkel), siendo
idea de Humboldt. Se hace con el aire clásico en el exterior. El interior tenemos dos
patios y una rotonda inspirada en el Panteón Romano. En el primer piso había mucha
escultura clásica, mientras que en el segundo encontramos más pintura. Se donó 348
obras de la colección de Federico. Es el deseo de crear Estado, los monarcas se
implican.
Se abren las colecciones, hay que contribuir a que el pueblo disfrute y aprenda, a
imitación de lo que se había hecho en Francia. Este museo cambia de nombre de
Schienkel y será el de Altes Museum (museo antiguo) y se crea otro al lado que será el
Museo Nuevo.Siempre son edificios independientes, aunque sea una ampliación de un
mismo museo. Son edificios cerca unos de otros que se pueden comunicar con
pasarelas, pero son edificios independientes.
Federico Guillermo IV de Prusia tuvo una visión en la que se veía convirtiendo
esa zona de Berlín en una especie de Arcadia donde el arte convivía con la ciencia, etc.
Más que neoclásico tiene un toque romántico y en esa isla de los museos quería que
floreciera la belleza y el saber al mismo tiempo. Encarga, junto al museo de Schienkel,
una construcción de ese nuevo museo. El arquitecto sería discípulo de Schienkel,
August Stüler. Lo sustituyó y tenía muchas cosas en común.
El Museo Nuevo se destinó a una colección muy interesante que era de yesos,
recorriendo toda la Historia del Arte. Iba desde la Antigüedad hasta el Renacimiento. En
la II Guerra Mundial quedó totalmente destruido y fue reconstruido con unas técnicas
modernas en el año 2009.
Se conservan las estructuras y algunos elementos arquitectónicos, pero quedó
totalmente destruido en la II GM. Se nota lo que está nuevo y lo que es original. Se
recrean las estructuras antiguas. Cuando este museo se abre como lo vemos hoy es
cuando el Museo Antiguo se vuelve a cerrar para hacerle una reforma.
También tendríamos un tercer edificio que sería la Alte Nationalgalerie,
coincidiendo con un momento de gran nacionalismo, inaugurándose en el año 1876.
Cinco años antes se crea la nación alemana, por lo que es un momento de gran fervor
nacionalista alemán. Hacía falta tener referentes, crear símbolos de esa identidad
germana por lo que se crea esta galería nacional destinada al arte contemporáneo
alemán.
Además, surge porque hay tres personajes muy importantes. El rey Guillermo I,
recibe una interesante donación de obras de arte contemporáneo-alemán de un banquero
que era un mecenas de las artes llamado Joachim Wagener, que quiso regalar su
colección de 262 pinturas del siglo XIX al monarca (que era como regalarlas al Estado).
Esa colección la coloca en la Academia de Bellas Artes hasta que se termina este
edificio y la colocan allí. Se une el sentimiento nacionalista y por otro lado se
encuentran con una colección estatal que no sabían dónde colocarlo. Por eso se van a la
Isla de los Museos, idea de la Arcadia y el corazón de la ciudad.
El edificio responde al diseño de Stüler, pero solo al diseño porque luego la
termina otro arquitecto. Está basado en el propio dibujo del monarca Federico
Guillermo IV. La arquitectura y los museos decimonónicos miran a Italia, estando
estrechamente unidos a unos planes urbanísticos. Hay un movimiento ecléctico entre
Roma y Grecia, mezclándose y asimilándose de una manera particular. Sigue siendo un
museo actual. Aquí hubo mucho arte que se consideró “arte degenerado” y muchas de
sus obras fueron destruidas por Hitler.
El cuarto museo sería el Bode Museum. A finales del XIX, hay un cierto parón y
luego se continúa el proyecto. Wilhem von Boden fue director y bajo su influencia se
van a construir los museos que quedaban: el Bode y el de Pérgamo. Fue especialista en
arte del Renacimiento, incentivando muchas compras. Compra muchas obras en
diferentes lugares de Europa. Coincide con el propio Bismark. Es el momento álgido de
este nuevo Estado Alemán.
Alemania experimenta un crecimiento económico grandísimo y algunas de las
grandes fortunas son derivadas, gracias a Bode, a la compra de arte. Aquí se colocan las
obras religiosas y cristianas: colecciones medievales, renacentistas… con ese toque
cristiano. Se abre en 1904 y va a tener una presentación muy original que se debe a
Bode y es que su museografía se basa en un principio de complejidad histórica. Es una
visión académica. Pero Bode prefería que se organizaran por épocas con el fin de
realzar dentro de un museo las mejores obras, las obras maestras. Esto fue algo bastante
novedoso que no siempre se ha seguido en los museos. Hoy día nos encontramos arte
cristiano de distintas épocas: Egipto (Copto), Bizancio, etc. Y más actual. Es fiel a lo
que Bode quiso hacer en origen.
El último sería el Museo Pérgamon. Hacen un conjunto de edificios muy
interesantes, formando una “u”. Es la época de los grandes descubrimientos
arqueológicos, trayendo unas obras fantásticas de todas partes del mundo. Están las
obras y luego se construye el museo. Estas maravillas arquitectónicas conforman los
propios soportes del edificio como es el Altar de Pérgamo. Es un museo de museos:
antigüedad clásica, próximo oriente y de arte islámico. Todo este conjunto está
declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, tanto por las piezas como por
los propios edificios porque hay una verdadera evolución de lo que es la arquitectura
museística.
Otra zona importante de Alemania será Múnich. Nos movemos después de
Napoleón, siendo el momento en el que nacen los museos públicos. En Alemania, para
el tema de los museos el neoclásico es el estilo adecuado. El mundo clásico, los
templos, son templos de la sabiduría. Ese lenguaje neoclásico está muy asociado al
mundo del saber. Se van creando grandes complejos museísticos capaces de transformar
todo el trazado urbano. Ahora nos vamos a encontrar con la gran plaza real, con un gran
plan urbanístico. Múnich es la ciudad europea donde más han influido los museos en la
configuración urbana.
Mira con cierta nostalgia al mundo clásico, que de alguna manera turbaba al rey
Luis I de Baviera, siendo el prototipo de monarca romántico que hará edificios
neoclásicos. Se emociona con ese mundo de la Antigüedad y quería traerlo a su propio
mundo. Contemplando una escultura de Canova, le fascinó de tal manera que descubrió
en ese preciso momento su amor por el arte clásico. Lo absorbió durante toda su vida.
Quería llevarse ese mundo clásico a su tierra, crear contenedores adecuados para ese
mundo. Revistió Múnich de clasicismo. Compraba esas obras con su propio dinero, no
utilizaba dinero del Estado.
El cuadro de Rafael Madona de Casa Tempi, le fascinó y visitó a su dueño todos
los años para intentar comprarla y el señor le subía el precio. Al final dos agentes
presionaron al marqués hasta que el negocio se llevó a cabo a los 20 años. Lo tuvo
colgado en sus aposentos privados y hasta que no tuviera una pinacoteca digna del
cuadro no lo expondría por lo que la Alta Pinacoteca se dice que tendría aquí su origen.
Múnich se convirtió en un paraíso de la Antigüedad. Todo esto convivía en
armonía, convirtiéndose en un libro ecléctico de arquitecturas que a él le gustaban.
Reacciona en contra del Barroco, el Rococó e incluso el gótico. Nos encontramos con
edificios fundamentalmente clásicos.
Los museos tuvieron mucho protagonismo, existiendo el distrito o el barrio del
arte (kunstareal), en una plaza muy importante de la ciudad. Aparece toda una
planificación de edificios perfectamente organizados. Tenemos la Gliptoteca, el museo
de las Antigüedades y el Propíleos. La Gliptoteca, que es el museo más antiguo, está
realizada por el arquitecto Leo von Klenze en 1816. Se empieza hacer cuando Luis I
todavía no era rey. Se hace para coger la gran colección de esculturas que tenía el
príncipe. Los frontones del templo de Afaya en Egina se encuentran en este museo.
Estas obras eran tan importantes que el monarca decidió que eran la razón por
las que tenía que hacer un museo digno. Después se opta por liberar las esculturas de los
añadidos y restauraciones que se hicieron, colocándolas según el orden que tenían en los
frontones. Es una planta cuadrangular muy clásico y ordenado, colocando el frontón, las
columnas y el pórtico. Cada edificio tiene un orden clásico diferente. La Gliptoteca es
de orden jónico. En el interior vamos a tener grandes aperturas de luz, además es el
prototipo de museología de espacio de galería.
Las colecciones Estatales de Antigüedades, desde obras egipcias hasta el mundo
grecolatino. Las columnas son corintias para la fachada. Se construyó más tarde que la
anterior. Este edificio también fue muy dañado tras la IIGM. Este conjunto de completa
con los Propíleos, en estilo dórico.
La nueva pinacoteca fue encargada por Luis I por medios privados. Era un
museo de arte moderno y para guardar sus propias colecciones de arte contemporáneo.
Se recurre a edificios lombardos. El edificio quedó tan dañado que tuvo que ser
derribado.

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