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Dios no es un ente, sino la Realidad

Nº 17
https://youtu.be/vyYKayaENuQ

Ya hemos dicho y establecido razonadamente que Dios no es un Ente, ni puede ser pensado de
forma separada de (ni preexiste a) al mundo... ¿Entonces, qué es? Es la Realidad... ¡ojo: con
Mayúscula!
Hace mucho tiempo que lo venimos diciendo: Dios es... «la Realidad última», la que está más y
más abajo de todo, fundamentándolo todo, la Realidad profunda, lo más profundo de la realidad...
Aristóteles había dicho que Dios era la realidad primera, el «motor inmóvil», o sea, el motor que
mueve la totalidad de los entes y él mismo no es movido por nadie; por eso es realidad «primera», la
que empieza, la que pone en marcha todo. Realidad primera o última, es lo mismo, según desde donde
se mire...
John HICK, teólogo inglés presbiteriano líder sobre todo en la teología del pluralismo religioso,
un excelente cristiano apasionado con la búsqueda de la Verdad, fallecido en 2012, en sus libros, solía
advertir al lector, en las primeras páginas, que él no era teísta, y que creía que dios no podía ser un
ente, un algo o un alguien... sino la Realidad última, o la ultimidad de la realidad, o lo más profundo de
la misma Realidad. Y en sus escritos ya no utilizaba la palabra «dios» nunca, sino que ponía siempre
en su lugar la Realidad.
«Dios» es ya una palabra ocupada. El significado que evoca en cada cerebro está registrado por
la cultura religiosa. No podemos hacer que signifique lo que queramos. Los significados los crea el
subconsciente colectivo. Cuando decimos el vocablo, es como si apretáramos la tecla: salta el concepto
tradicional en nuestra cultura. Por eso, TILLICH († 1965) propuso una moratoria en el uso de la
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palabra «Dios»: dejar de utilizarla, durante cien años, para posibilitar que desaparezca el viejo
concepto objetivista de Dios como ente-sujeto-persona-señor, y ocupe su espacio un nuevo concepto.
Mientras, siempre que utilizamos la palabra tradicional, evocamos el concepto viejo, inevitablemente. Y
confundimos, y nos confundimos.
Puede ayudarnos a hacer el cambio mental y lingüístico un pequeño truco cuasi-gramatical. Una
figura del lenguaje es el uso de abstracto por lo concreto, por ejemplo: «Tengo muchas amistades»; en
realidad lo que puedo tener serán muchos amigos/as, pero la amistad, sólo la amistad... no se puede
tener, es algo abstracto... como la enfermedad: no hay enfermedades, lo que hay son enfermos. Y la
enfermedad es el carácter de enfermo que alguien tiene. Como la amistad es el carácter de amigo que
alguien tiene para mí.
El mundo, la realidad, es sagrada, maravillosa... Y si todo es sagrado... la divinidad sería... «el
carácter de sagrado, de divino, que la Realidad tiene, o sea, aquella profundidad última que todo lo
empapa, todo lo llena por dentro, todo lo hace sagrado, divino. Por eso, la Realidad es divina y Dios no
es sino la Realidad última, o la ultimidad de la realidad, y no un señor, ni un ente, ni un algo, ni un
alguien. Y por eso también, dado que siempre que decimos «dios», se dispara (se «gatilla» en chileno)
ese concepto sobre un ente suspendido ahí en lo alto del cielo... lo mejor es no propiciar ese
desconcierto y esa confusión: no utilizar ya la palabra dios, a no ser de una forma que no pueda
generar equívocos, que no permita volver a la comprensión o cosmovisión teísta de la realidad. Mejor
hablar de la Realidad última, de la Realidad Profunda, del Misterio de la Realidad...
Es decir: nos despedimos de theos, pero nos quedamos con la Niña, con todo, con la Realidad.
Anotamos unos pocos libros al respecto, pocos pero muy expresivos:

- Roger LENAERS, «Aunque no haya un Dios ahí arriba. Vivir en Dios, sin dios». Colección Tiempo
Axial. Un capítulo importante de este número es ése en el que Lenaers postula que el próximo
capítulo de nuestra historia debe ser la reconciliación del cristianismo y del ateísmo, porque los
dos tenían razón, todo fue un malentendido, que hoy ya nos es posible superar.
- John Shelby SPONG, «Un cristianismo nuevo para un mundo nuevo», Col. Tiempo Axial. Podríamos
considerar este libro como «el libro del posteísmo», en cuanto que hace una razonada y
respetuosa defensa de ese concepto, quizá como ningún otro libro, por ahora.
- VILLAMAYOR-VIGIL (orgs.), «Después de Dios», Colección Nuevo Tiempo Axial. Publicado ya en
italiano, en francés además de en original castellano. Disponible también en la red. - Agenda
Latinoamericana'2011: «¿Qué Dios? ¿Qué religión?». Como siempre, unas cien páginas de texto
con las mejores reflexiones teológico-populares del Continente Latinoamericano. También
disponible en la red.
- VARIOS (60 autores), «Cartas a Dios desde América Latina». Vea este libro para comprobar cuán
teístas son todavía la mayor parte de los líderes teológicos y religiosos, las personas
religiosamente más influyentes del Continente Latinoamericano.

Todos estos libros son de dominio público y están disponibles en la red.

servicioskoinonia3@gmail.com

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