Sofía Jiménez García 1ºA Historia Contemporánea Comparada

EL SUFRAGISMO A COMIENZOS DE SIGLO

Según el historiador Eric Hobsbawn en su obra Historia del siglo XX, el suceso que
marca el comienzo del siglo XX es la Primera Guerra Mundial, ya que es el primer
acontecimiento de carácter bélico a nivel mundial que implica a las mayores
hegemonías europeas y a sus aliados. La situación a finales del siglo XIX junto a este
hecho lleva al principio del declive de occidente, caracterizado por su estructura
capitalista, los avances tecnológicos y científicos, etc. El siglo XX fue el siglo de las
masas, donde los desórdenes sociales fueron en aumento y las huelgas se generalizaron.

En este contexto, surgió la segunda ola feminista, que se caracterizó por la

reivindicación del sufragio universal femenino en Inglaterra y derechos fundamentales,
como la educación universitaria a la que las mujeres no tenían acceso, y que finalmente
consiguieron en el año 1918. Este movimiento feminista estuvo influenciado por
mujeres que participaron en otros movimientos de carácter reformista y se guiaron y
reprodujeron estrategias seguidas por las mujeres que formaron parte de la revolución
francesa o el movimiento abolicionista.

Esta segunda ola tuvo como característica principal que el feminismo dejó de ser un
movimiento solamente intelectual para pasar a la acción social que destruyera la idea de
la mujer como subordinada del hombre. En el caso de Inglaterra, las mujeres fueron
notablemente más independientes que otras de distintas naciones de la época, esto
deriva del colonialismo, ya que los hombres partían y las mujeres debían buscar trabajos
para así poder sobrevivir por su cuenta. Otro de los factores que dieron lugar a esta ola
feminista fue la revolución industrial, que hizo que todas esas mujeres trabajadoras en
industrias en sitios como Blackburn o Sheffield se vieran afectadas por las terribles
condiciones laborales y llevó a que se organizaran para reclamar paridad política.

Una de las primeras mujeres en manifestarse a favor del movimiento sufragista fue
Emily Wilding, una de las mayores activistas de esta causa, que anteriormente se había
sometido a huelgas de hambre y provocado incendios. Emily falleció en junio de 1913,
cuando en protesta se lanzó al caballo del rey Jorge cuando competía en una carrera en
un hipódromo, mientras sus compañeras sufragistas se subieron al palco real al grito de
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“votos para la mujer”. Su muerte tuvo un gran impacto, su funeral fue multitudinario e
hizo que muchas mujeres se unieran al movimiento.

En Inglaterra, otro grupo destacado dentro del movimiento sufragista fue liderado por la
Unión Nacional de Sociedades por el Sufragio de las Mujeres, que coordinaron el
movimiento a escala nacional. A parte del sufragio femenino, también reivindicaban
otros derechos como, por ejemplo, la equidad del salario femenino con relación al
masculino por realizar el mismo trabajo, que las mujeres tuvieran acceso a ser las
tutoras legales de sus hijos… Arremetieron contra los políticos de la época y por ellos
sufrieron muchas represalias, fueron arrestadas y forzadas a realizar los mismos trabajos
que el resto de presos. A pesar de ser ridiculizadas y acosadas por los movimientos
antisufragistas, siguieron con la causa, interrumpían mítines políticos, se encadenaban a
sus asientos para que la policía no pudiera desalojarlas y así seguir demandando por qué
no era factible el voto femenino. Para evitar incidentes los ministros sólo aceptaban dar
discursos ante población masculina y se realizaban controles, que las feministas
lograban saltarse y acababan protestando desde tejados con megáfonos.

Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, el rey Jorge V amnistió a las sufragistas y
así poder reemplazar la mano de obra masculina que había tenido tantas bajas ya que la
gran mayoría de hombres se encontraban en el frente. Y de esa forma lo hicieron con
una gran entereza y mucho éxito. En 1917, comenzó la idea de una reforma de la ley
electoral, ya que se temía un resurgimiento de las protestas sufragistas con el fin de la
guerra y porque con la ley vigente en aquel momento la mayoría de hombres que
volvieran de la guerra no podrían votar. En conclusión, el 6 de febrero de 1918 se
reformó la ley electoral que hizo que los hombres mayores de edad y las mujeres
mayores de 30 años, más de ocho millones, pudieran ejercer su derecho al voto. Esta
diferencia de rango de edades entre los dos sexos se debe a que se quería evitar una
mayoría de voto femenino en contraposición al masculino. Finalmente, en 1928, se
obtuvo el derecho al voto para las mujeres mayores de edad, en este tiempo veintiún
años, que correspondía a 15 millones de mujeres en todo el Reino Unido.

En conclusión, el papel de todas estas sufragistas fue histórico. No fue un camino fácil,
se tuvieron que enfrentar a ninguneos, burlas y agresiones, pero abrieron puertas a
muchas otras mujeres. Aunque por otro lado no hay que olvidar a las mujeres negras,
latinas y asiáticas, muchas veces apartadas por los mismos movimientos feministas y
que también tuvieron que emprender sus propias luchas, con incluso más dificultades y
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prejuicios simplemente por sus razas. No se nos puede olvidar que a día de hoy las
mujeres siguen enfrentándose a discriminaciones por su sexo y en muchos países se las
trata como a ciudadanas de segundas en temas como la educación, el matrimonio o el
divorcio, y carecen de muchos derechos fundamentales. La lucha emprendida por las
mujeres incluso antes de las sufragistas continúa hoy en día y no cesará hasta que todas
sean libres,