La creación social de la diferencia a través de la Historia 1 caza, mientras las mujeres lo hacían en la recolección de vegetales; ambos
construían los instrumentos y demás objetos necesarios para una vida muy
Gabriela Gresores
I. INTRODUCCIÓN
1. Las primeras divisiones del trabajo
Desde hace ya mucho tiempo los estudios arqueológicos confirman que
durante miles de años, la etapa más larga de su existencia, la humanidad no
conoció las relaciones de clase, la explotación, ni la dominación. Esto fue
así en los orígenes de la humanidad y se mantuvo durante miles de años. Que
no existieran diferencias de clase ¿quiere decir que no había diferencias entre
las personas? Claro que las había: la variedad, la diferencia, la singularidad, lo
individual, es parte de la naturaleza y los hombres reconocieron y
simbolizaron aquellos fenómenos que les resultaron significativos. Las
primeras diferencias que se establecen, en las primeras sociedades estaban
marcadas por la biología: las diferencias de género y de edad. Así desde el
inicio como especie los hombres marcaron sus diferencias, las valoraron de
diferente manera y asignaron obligaciones, tareas, derechos y recompensas
según el grupo definido por estas divisiones (hombre/mujer;
niño/adulto/anciano). Este es el primer tejido social, las primeras
diferencias sociales, que tienen referencia en la biología, pero que se
separan de ella también porque le da un orden que no está en la misma
naturaleza. En las primeras sociedades los hombres se especializaban en la
1
Este trabajo es una síntesis de los teóricos dictados en las cátedras de Historia
Social General (UBA) e Introducción a la Historia de las Sociedades (UNSA) por
Gabriela Gresores y Claudio Spiguel. Quiero destacar el trabajo de Claudio cuyas
palabras se confunden con las mías, aunque por supuesto lo libero de cualquier
responsabilidad sobre el resultado final. Agradezco el esforzado trabajo de Liliana
Hurtado, Ana Laura Sofía y Eduardo Giriboni en la corrección de los distintos
borradores, los cuales todavía requerirán un arduo y generoso trabajo de
compañeros y estudiantes para lograr una síntesis completa y razonable.
sencilla; la atención y educación de los niños estaba a cargo de todo el grupo y
no como será más adelante, a cargo exclusivo de las mujeres.
En este terreno nos interesa destacar algunas notas de los procesos de
diferenciación social:
a) Son procesos originales (aparecen en algunos pueblos en particular)
y a la vez permanentes (aparecen en diferentes momentos históricos, en
diferentes pueblos). Se iniciaron con los orígenes de la especie y
continuaron definiéndose y redefiniéndose hasta el presente.
b) Se trata de procesos universales, tienen características comunes en
aspectos fundamentales (por ejemplo: la división sobre la base de género y
edad) y a la vez enormes variaciones culturales de un pueblo a otro.
c) Los inicios en la vida social y los problemas que se plantearon en la
relación hombre-naturaleza merecieron respuestas bastante similares entre
diferentes grupos, algunos muy distantes entre sí en tiempo y en espacio.
En estos primeros tiempos (recordemos que hablamos de miles de años a
partir de la constitución de la nueva especie, el homo sapiens sapiens) los
hombres:
reconocieron las diferencias (la capacidad de las mujeres para
procrear, la necesidad de los niños de aprender, la acumulación de
experiencia dé los ancianos, etc.),
las simbolizaron, les adjudicaron primero un sonido, y después
palabras que las definieran.
las jerarquizaron, les dieron un valor, un lugar particular (mejor, peor,
bueno o malo etc.)

las ritualizaron establecieron algún tipo de ceremonia que uniera el
mundo material con el mágico o supranatural (ritos para la fertilidad de las
mujeres, para el tránsito de la niñez a la adultez, ritos a la hora de la
muerte)
y las transmitieron a las generaciones subsiguientes a través de una
función específicamente humana, que es la educación.
Así se distinguían a las personas más importantes dentro del grupo, que
se destacaban por signos visibles, por sus habilidades o conocimiento,
aquellos que tenían mayor poder de decisión, los que recibían la mejor
alimentación, etc., dentro de una comunidad. Por ejemplo, en estas
primeras sociedades se desconocía la intervención masculina en la
gestación de los bebés, se suponía que era una capacidad mágica de las
mujeres por sí mismas y a su vez intervenían en procesos fundamentales
del sustento del grupo, por lo que tuvieron un lugar social de gran
predominio, compartido y en algunos casos superior al de los hombres.
2. Diferentes diferencias
En sus orígenes, la historia de la humanidad se agrupó en sociedades donde
la producción de la vida se realizaba por medio de la cooperación (todos los
individuos de un grupo cooperan para resolver las necesidades del conjunto) y
posteriormente se desarrollaron otras, donde un pequeños grupo vive del
trabajo de las mayorías y al mismo tiempo organiza la vida política, cultural,
religiosa, en función de los intereses de dichas minorías; a esto lo
denominamos explotación.
Por eso nos parece fundamental proponer una elaboración teórica que
permita dar cuenta tanto de un elemento permanente, tal como es la
diferencia, (en términos generales, la diversidad entre diferentes individuos, lo
que denota individualidad o tipos de personas diferentes, lo que expresa la
inagotable variedad del mundo), y al mismo tiempo, registrar tipos de
2
diferencias, sentidos diversos de estas diferencias y sus implicancias en la
vida de los grupos.
Con el desarrollo de las sociedades y su complejización, también se fueron
complejizando las diferencias, así a cada tipo de sociedad le corresponde un
tipo de diferencia. Primero las definiremos y después veremos a qué tipo de
sociedad corresponden.
1. la distinción. Se distinguen las diferencias más ligadas a la biología:
sexo y edad en función de las tareas. Se privilegia la igualdad y se procura,
a través de formas más o menos ritualizadas, que las diferencias se
minimicen
2. la desigualdad, es una orientación en las relaciones humanas basada
en la asignación a una determinada característica material de a) una
valoración o una simbolización jerarquizada como por ejemplo bueno,
malo, más necesario, etc.; y b) determinadas consecuencias que surgen de
los derechos y las obligaciones
3. la dominación, tiene lugar cuando el elemento que marca la
diferencia es utilizado como fundamento de sometimiento e implica un
nivel de enajenación personal más elevado que la desigualdad
4. la explotación, cuando un grupo social se apropia de manera
sistemática y permanente del trabajo productivo de otro.
Las formas de relación diferenciada más complejas suponen la existencia
de las más simples y su desarrollo se desenvuelve en el tiempo. Así la
explotación es la forma más moderna y supone a todas las demás y las integra.
Pero a su vez hay que tener en cuenta que la explotación no implica la suma
de las anteriores sino una nueva síntesis.
3. El núcleo de las relaciones sociales: las formas familiares

Históricamente muchos pueblos elaboraron maneras cada vez más
complejas de vivir en comunidad, lo que se entiende como procesos
civilizatorios, es decir, el pasaje de grupos pequeños nucleados por lazos
“sanguíneos”, lo que llamaríamos de una manera muy laxa familias, a grupos
grandes y organizados en base a una “territorialidad”. Este proceso implicó
procesos universales de producción y apropiación de lo que denominamos
“medios de producción”. A través de los tiempos el principal medio de
producción fue la “tierra” y, por lo tanto, para el estudio de las sociedades la
ubicación social de la tierra es un elemento fundamental; en este sentido
podríamos destacar que tierra y lazos familiares son dos pilares inseparables
de la construcción de toda sociedad y, por lo tanto, indicadores privilegiados
para su conocimiento.
En principio es interesante destacar que en los discursos sociales “la
tierra” y “la familia” suelen aparecer como elementos inmutables. Y por el
contrario, el significado y la configuración tanto de la relación del hombre
“con la tierra” -como elemento básico de la naturaleza- como las formas
familiares como formas básicas de las relaciones de las personas entre si, las
relaciones sociales, son evidentemente formas históricas tan diferentes en la
actualidad con respecto a sus orígenes, que sólo podemos entender sus
características haciendo enormes esfuerzos por relativizar nuestras “verdades
eternas”. De ahí la importancia actual del conocimiento del pasado no sólo
como conocimiento “en si”, lo que no es poco, sino fundamentalmente un
conocimiento para advertir los procesos de constitución, reconstitución y
redefinición de los pilares de nuestra sociedad actual.
Por eso reflexionamos específicamente por lo que denominamos “formas
familiares” y no “familia” para poner el acento en que las formas en que se
agruparon las personas en sus grupos primarios cambió mucho a través del
tiempo. En los primeros tiempos, los grupos humanos se distinguieron de los
demás animales, ya que en las manadas hay un solo macho que domina y es el
que puede fecundar a las hembras, el resto de los machos se subordinan, son
muertos o expulsados de la manada. En cambio, entre los sapiens sapiens los
machos cooperan entre sí “La tolerancia recíproca entre los machos adultos,
3
desconocida en el mundo animal donde un solo macho domina la manada, y la
ausencia de “celo” (es decir sólo un período de fecundidad, que en la mayor
parte de los animales es una, dos o tres veces al año como mucho)
constituyeron la primera condición para que pudieran formarse grupos
extensos y duraderos dentro de los cuales únicamente podían operarse la
transformación del animal en hombre”. 2
En las primeras formas de organización no existía una pareja conyugal,
sino que hombres y mujeres convivían, mantenían relaciones sexuales con
diferentes miembros de la comunidad y compartían todas las tareas. A esto se
denominó matrimonio por grupos, todos los machos y todas las hembras
podían mantener relaciones sexuales y su descendencia era común, sin que
rigieran leyes de incesto. Pero este tipo de relación, tan próxima a las
configuraciones de la horda de los primates superiores, requirió de ciertas
prohibiciones para regularizar la diferencia que convertía a estas “familias”
en únicas dentro del reino animal: el hecho de que los machos no compiten
entre sí. Estas primeras reglas se refieren a los hechos más importantes en la
vida de los hombres, hechos de los que además, entre los animales, sólo los
hombres son concientes: la vida y la muerte, la prohibición de matar a los
miembros del propio grupo y la prohibición del incesto (regla sexual).
Estas primeras reglas sociales (que seguramente no fueron las únicas, pero sí
las más universales) implicaron un corte irreversible con las conductas
animales.
Los cambios en los diferentes ámbitos de la práctica se dan todos
encadenados: la prohibición de matar dentro del grupo y la de procrear con
algunas de estas hembras acompañan los cambios en la producción, la
necesidad de mayor cantidad de brazos para producir, y también para defender
los bienes del grupo: territorio, productos almacenados y también mujeres y
2
Engels, F., El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, Planeta,
Barcelona, 1992. P. 144.

niños. 3 Por lo tanto estos grupos consanguíneos tuvieron que abrirse y
conectarse entre sí y establecer relaciones combinadas, tanto consanguíneas
como de alianza (matrimonio) e ingresar así a las primeras formas de la
política. Esto implicó que las reglas de vida y muerte y de “matrimonio”
pudieron extenderse a grupos más amplios. Aquí debemos destacar otra
constante histórica: la importancia que dan los hombres a las relaciones de
sangre, que se verifica en la configuración de parentescos que toman la
forma de la consanguinidad cuando ya la han perdido. En las sociedades
que abandonaron la consanguinidad y se organizaron a partir del parentesco
se instituye un antepasado común, mítico, que uniría a los hombres “como”
lazos de sangre, cuando estos lazos ya no existen. A lo largo de toda la
historia los hombres recrearon lazos “como” de sangre, que les permitieran
romper con la consanguinidad sin perder su fortaleza simbólica.
¿Qué es entonces el parentesco?
El parentesco sería entonces una configuración social y política que
toma la apariencia de consanguinidad para mantener una cohesión, del
orden de la “naturaleza”, que el propio grupo ha perdido en el camino de
ganar fortaleza numérica. Las reglas del parentesco se vuelven cada vez más
sofisticadas e intrincadas y rigen la base de la vida social hoy, aún cuando en
la sociedad moderna se encuentran muy debilitadas.
La familia es una de las instituciones sociales más prestigiosa justamente
por su apariencia de configuración “natural”, sumado a la concepción de que
el orden “natural” no puede ser cuestionado. La familia constituye el vínculo
primario, es el núcleo principal de la reproducción de los hombres
(reproducción biológica –se producen nuevos hombres- y reproducción social
3
Resulta interesante constatar que tanto mujeres como niños ya desde las primeras
épocas fueron botines muy preciados. Las violaciones sistemáticas en las guerras
más recientes y la apropiación de bebés por parte de fuerzas represoras o invasoras
es una constante histórica que viene desde el pasado remoto y que llega a la
actualidad.
4
–se producen nuevos hombres formados para una sociedad determinada y para
un lugar determinado dentro de esa sociedad-), lo que le da sentido a lo
fundamental de su acción.
La presencia de la familia es crucial en etapas tan iniciales de la vida, que
sus contenidos y sus formas parecen del orden de la “naturaleza” y no pueden
ser cuestionados. Son esquemas que median las actitudes y que dan
significado a la información que provee la propia práctica de las personas.
A diferencia de las sociedades de parentesco y muy vinculada al desarrollo
del capitalismo hacia el siglo XIX se conforma un nuevo tipo de familia: la
familia patriarcal, monogámica, centrada sobre sí misma, que conforma el
ámbito “privado” y consolidada tanto en base al “amor” entre sus
miembros como en función de la “propiedad privada” de bienes, pero
también de los miembros subordinados: mujeres y niños. Es la familia que
aún muy transformada sigue vigente hoy como modelo oficial.
II. LAS CONFIGURACIONES HISTÓRICAS
Las sociedades igualitarias y las desigualdades
“Han pasado cerca de tres millones de años de evolución biológica y
cultural. Al final del Paleolítico, el Homo Sapiens Sapiens, última especie
sobreviviente del género Homo, llegó a fabricar todo tipo de utensilios muy
finamente trabajados en piedra tallada, hueso, marfil, cuerno y madera.
Gracias a estos instrumentos, desarrolló modos de predación (recolección,
caza y pesca) especializados y diferenciados, adaptados a medios cada vez
más variados y extensos”.4
La prejuiciosa mirada del siglo XIX concebía “a los cazadores-recolectores
como sociedades fosilizadas, de salvajes primitivos que habían pasado
4
Revista Ciencias Humanas Nº 151. Paris. Julio 2004

inadvertidos y sin tener conciencia del mundo moderno. Esto, desde luego, es
un disparate. En términos biológicos (la configuración de su naturaleza), los
cazadores-recolectores eran tan modernos como los exploradores que los
`descubrieron`; sólo que se automantenían según un método antiguo… En la
práctica, la economía de caza y recolección no es una búsqueda incesante de
comida, como han supuesto muchos antropólogos, sino un sistema que
permite disponer de mucho más tiempo libre del que se consigue en la
sociedad agrícola o en la industrial”.5 Este tipo de organización casi
desapareció, pero es interesante recordar que ocupaban gran parte del planeta
hasta el siglo XVIII.
“El análisis de muchos pueblos cazadores-recolectores revela que en el
estilo de vida de todos ellos hay semejanzas significativas, al parecer
impuestas por su modo de vivir y, por consiguiente, importantes para que nos
formemos una idea sobre el carácter general de la vida de nuestros
antepasados”6,
“Un grupo recolector se compone de unas 30 personas. Toda la gente que
caza y recolecta en todo el mundo tiene como núcleo de su vida social y
económica un grupo de este tamaño. Parece ser la combinación óptima de
adultos y niños para explotar los alimentos vegetales y animales tan dispersos
de los que viven; si el número es menor, la estructura social se debilita; si es
mayor, hay que aumentar el esfuerzo laboral para recoger lo suficiente para
todos. 7
En el proceso de “hominización” en estos grupos, como ya señalamos, los
machos no compiten entre sí sino que cooperan. Es el primer quiebre con el
mundo de los animales. Entre los animales, los machos compiten entre sí para
aparearse con las hembras. Los machos que prevalecen son los que se
5
Leakey, Richard E. La formación de la humanidad. Ed. Del Serbal, Barcelona
1981.p. 100
6
Leakey, Richard E. La formación de la humanidad, op. Cit. P. 111.
7 condiciones concretas de existencia muestra lo alejado que está el hombre de
Leakey, Richard E. La formación de la humanidad. P. 104
5
aparearán y el resto muere, se va a formar su propia manada o se subordina a
los vencedores. En cambio, en los grupos en proceso de hominización existe
algún principio de conciencia de “identidad”, que les permite identificar a los
que forman parte del mismo grupo. Sobre estos machos existe la prohibición
de matarse entre sí. La regla de esta sociedad es la cooperación. El otro
elemento esencial para desarrollar la sociedad (proceso de hominización) es el
ordenamiento de la actividad reproductora. Esto último es lo que se llama
la regla del “incesto”. Estos son los dos principios que articulan la
“identidad”: la prohibición de matarse entre sí (se debe cooperar y respetar la
vida de quienes tienen la misma “sangre” en cualquier situación) y el incesto.
Fuera del grupo no hay cooperación sino competencia con otros grupos (por el
territorio, por los recursos naturales, por los lugares de abrigo, etc.). Por lo
tanto, necesariamente, cada grupo comparte relaciones de consanguinidad.
Así los intercambios sexuales dentro del grupo y consanguíneos iniciales
dan lugar rápidamente a las primeras reglas sexuales. Si la sociedad sólo es
posible a partir de determinadas reglas de funcionamiento en común, (lo que
los integrantes del grupo pueden o deben hacer o les está prohibido. junto con
las reglas sobre vida y muerte, a quién se puede o se debe matar), las reglas de
ordenamiento sexual (incesto) fueron las más importantes. Las reglas del
incesto aparecen en todos los grupos de cazadores-recolectores que fueron
estudiados por los etnólogos. Pero si lo universal es la prohibición del incesto
(algún tipo de prohibición sexual imprescriptible) la variedad de estas
prohibiciones es enorme, lo cual es la demostración más cabal de la
separación del hombre de su condición natural y su adaptación social, no
biológica, a las condiciones de existencia que también va configurando
socialmente en interacción con la naturaleza. Y aunque frecuentemente las
personas tienden a elegir parejas más o menos estables, la variabilidad de
quiénes son las parejas elegibles es tan enorme que incluso, en casos extremos
se separan aquellos que pueden ser genitores (encargados de la reproducción
sexual) de aquellos con quienes se convive.
La gran variabilidad en el emparejamiento y su relación con las

un modelo familiar “natural”. A partir de diferentes ejemplos etnográficos, la
antropóloga Susana Narotzky muestra cómo los lugares que hoy asignamos al
padre, como compañero de la madre y protector y educador de los hijos,
pueden ser tomados por otros hombres, como los hermanos de la madre, e
incluso por mujeres en las familias de diferentes pueblos.8
Así, la configuración de este elemento propio de la especie humana, el
incesto, es diverso y responde a necesidades que no son biológicas, sino
sociales. Esta configuración se vincula con los diferentes roles de los géneros
(masculino/femenino) y las generaciones (viejos, adultos, jóvenes y niños)
dentro de la sociedad, así como a los que se consideran dentro o fuera del
grupo familiar. En las distintas sociedades la prohibición pudo estar
restringida solo a los intercambios sexuales entre la generación anterior con la
posterior (prohibición vertical, padres/hijos; tíos/sobrinos), o a los miembros
de la misma generación (hermanos o primos), en ambos sentidos o ampliarse
enormemente a todos aquellos que se reconocieran parientes, tuvieran
vínculos sanguíneos entre sí o no, o incluso a todos los miembros de un
mismo pueblos. Pero también varía de acuerdo a la densidad de esa población;
si la población se agrupa en núcleos muy pequeños y aislados, tenderá a ser
más endogámica (emparejamiento dentro del propio grupo familiar,
territorial, social); y si habita en lugares populosos podrá variar más
fácilmente los intercambios consanguíneos. Asimismo, tanto la religión o la
legislación intervienen en la regulación de las formas de intercambio sexual
respondiendo a intereses de diversos grupos de poder.
Las sociedades de cazadores-recolectores se rigen por la cooperación y
la igualdad. por eso en el siglo XIX se denominó a este modo de producción
“Comunismo Primitivo”.
Este modo de producción se basa entonces en la cooperación y en el
igualitarismo, acorde con un desarrollo tecnológico muy sencillo y tareas
8
Narotzky, Susana. “El marido, el hermano y la mujer de la madre: algunas figuras
del padre”. En: Tubert, Silvia. Figuras del Padre. Madrid, Cátedra. 1997.
6
indiferenciadas. Estos grupos reconocen las diferencias de género y edad, les
otorgan símbolos y rituales, tal como lo muestran estatuillas y pinturas
rupestres, pero son básicamente sociedades que se encuentran en el extremo
más igualitario dentro del arco de la diferencia. Y si en algunos pueblos
comienzan relaciones de desigualdad en función de algún atributo importante
para la comunidad (el mejor cazador, el anciano más hábil, etc.) y estas
personas reciben algún reconocimiento (más alimento o mejo habitaciónr),
esta desigualdad no suele permanecer en el tiempo, ni transmitirse
generacionalmente, son reversibles, cuando las personas que reciben estos
privilegios dejan de cumplir sus funciones, los pierden.
En cuanto a las primeras diferenciaciones están, como señalamos, las
distinciones de género: “…entre prácticamente todos los pueblos recolectores,
quienes recolectan la mayoría de los alimentos vegetales son las mujeres,
mientras que la mayor parte de la caza la aportan los hombres. Hay
excepciones, desde luego, como los aeta, de las Filipinas, cuyas mujeres
comparten la cacería con los hombres. Pero en la inmensa mayoría de los
casos hay una división sexual del trabajo”.9 Y esto es así, no tanto por
incapacidad física de las mujeres, sino más bien por su rol de procreadoras lo
que incompatible con las exigencias de la caza. Entre estos pueblos no suele
haber diferencias jerárquicas entre hombres y mujeres. Cada uno tiene sus
atributos. Pero en el plano simbólico estas sociedades reconocen la
superioridad femenina; este reconocimiento se irá perdiendo con el tiempo, y
es la capacidad femenina de reproducir la especie. Las primeras sociedades
hicieron culto de la fertilidad de la mujer y frecuentemente las deidades más
importantes eran femeninas; asimismo, en el matrimonio por grupos sólo se
conocía quién era la madre de los niños, por lo tanto eran las mujeres las que
controlaban su descendencia y quienes transmitían la línea de parentesco.
Cuando la familia dejó de ser consanguínea se mantuvo mucho tiempo la
“matrilinealidad” (la transmisión de la adscripción familiar por vía materna)
conservando una cuota de relevancia política para las mujeres que transmitían
así el “nombre” y la pertenencia a la familia, sus bienes y sus costumbres.
9
Leakey, Richard E. La formación de la humanidad, op. Cit. P. 105-6

Desde el punto de vista del desarrollo de las fuerzas productivas, estos
grupos ya se habían separado de las formas animales. No sólo pueden
aprovechar objetos de la naturaleza para lograr sus fines (esto pueden hacerlo
también otros mamíferos superiores), sino que pueden construir sus
instrumentos, perfeccionarlos y transmitir al grupo este conocimiento. Su
tecnología es muy sencilla (básicamente instrumentos de piedra trabajada,
puntas, mazas, etc.) pero justamente por eso desarrollaron una habilidad
inigualable en su confección y utilización. Muchos de ellos son tan
extraordinarios que no pueden ser reproducidos por medio de tecnologías
modernas, ni usados correctamente sin un gran entrenamiento.
Los cazadores recolectores no suelen acumular comida. Tienen por lo
general reglas éticas muy férreas que los impulsan a compartir
cuidadosamente el producto de su caza. “Así como para la ética capitalista los
elementos centrales son el provecho y la racionalidad, para la conducta de la
vida social en las sociedades recolectoras lo central es compartir… De todos
modos, este comportamiento no es automático; al igual que casi todos los
modos humanos de comportarse, hay que aprenderlo desde la infancia. Dice
Richard Leakey: `Todo niño nace con capacidad para compartir y con
capacidad para ser egoísta. ´Lo que en él se alimenta y se desarrolla es lo que
cada sociedad concreta considera como lo más valioso.”10
En síntesis: “De los diversos tipos de homínidos que vivían hace de dos a
tres millones de años, uno de ellos –la estirpe que llegó a ser la nuestra–
ensanchó su base económica mediante el reparto de la comida y la inclusión
de más carne en su dieta. El desarrollo de una economía de caza y recolección
fue una fuerza potente de entre las que nos hicieron humanos” 11.
Esos procesos económicos fueron acompañados por una intensa actividad
creadora, creadora de instrumentos para la caza, para la recolección. Aparece
la cestería y, vinculada a ella, la cerámica, se transforman las casas y los
10
Leakey, Richard E. La formación de la humanidad op. Cit. P. 109
11
Leakey, Richard E. La formación de la humanidad, op. Cit. P. 111
7
vestuarios, pero también de formas de registro de sus pensamientos: las
pinturas de las cavernas son buena muestra de toda una dimensión ideológica,
cultural, que en su mayor parte hoy desconocemos. Las pinturas nos permiten
entrever un mundo de creencias, pero también de enseñanzas, que nos vuelven
a alertar sobre lo imprescriptible de la función educativa en nuestra especie.
El desarrollo de la agricultura y una nueva forma de organizarse y
entender el mundo
Algunos pueblos distribuidos por el mundo adoptaron alguna forma de
agricultura y cambiaron su estilo de vida por otro nuevo. Los primeros lo
hicieron hace unos 10.000 años. Este proceso tiene algunos aspectos notorios:
1) La velocidad de la transición. “Durante tal vez dos millones de años,
los antepasados del hombre habían sido cazadores-recolectores nómadas.
Luego, en un período de pocos millares de años, la antigua forma de vida fue
prácticamente abandonada”.12
2) El crecimiento espectacular de la población que acompaña el proceso
de agriculturización
3) La universalidad e independencia de los procesos. En el estado actual
de las investigaciones, se citan generalmente seis territorios en donde se
desarrollaron estos procesos de manera independiente, en diferentes tiempos y
sin tener ningún contacto entre sí. “El Núcleo del Cercano Oriente que se
constituyó en Siria-Palestina entre -10.000 y 9.000, donde fueron
domesticados el trigo, la cebada, las arvejas, las lentejas, el lino (…), las
cabras, las ovejas, las vacas, los cerdos. El Núcleo Centroamericano, al sur
de México, donde a partir de -9.000 se domesticaron el maíz, los porotos, los
garbanzos y el algodón. El Núcleo Chino, que se edificó en China del Norte,
en las márgenes del Río Amarillo Medio y se extendió luego hacia el Noreste
y el Sudeste entre -8.000 y 6.000, donde fueron domesticados el arroz, el
12
Leakey, Richard E. La formación de la humanidad Op. Cit. P. 205.

mijo, la soja, el ramio y, sin dudas, las vacas, las gallinas y los cerdos. El
Núcleo Neo Guineano que habría surgido en el corazón de Papua Nueva
Guinea hace 10.000 años donde fueron domesticados el taro y el cerdo; El
Núcleo Sudamericano que se desarrolló en los Andes hace 6000 años, donde
fueron domesticados la quinoa, la papa, los lupines, la llama, la alpaca…
Finalmente, el Núcleo Norteamericano, que se ubicó en la cuenca media del
Mississipi entre -4.000 y el -1.800, donde se domesticaron la cebada y el
girasol. Durante los milenios siguientes, las agriculturas surgidas de estos
núcleos se propagaron, paso a paso, en todas direcciones, por diversas
regiones del mundo, y formaron así tres grandes áreas de difusión: un área
indo-afro-europea surgida del Núcleo Cercano-oriental, un área americana
surgida del Núcleo Centroamericano y un Área Asiática, surgida del núcleo
chino. También formaron otras dos áreas, más reducidas, correspondientes a
las regiones ganadas por los cultivos de origen neoguineano y sudamericano.
La agricultura de origen norteamericano, que se constituyó tardíamente, no
tuvo prácticamente tiempo de extenderse antes de ser envuelta en el área de
difusión de la agricultura centroamericana. En estas áreas de difusión fueron
domesticadas nuevas especies de plantas y animales. 13
Si bien hoy podemos saber con bastante certeza dónde, cuándo y cómo se
produjo el cambio, el por qué cambia es mucho más oscuro. No
desarrollaremos este punto pero mencionaremos que las teorías
“difusionistas” en donde un pueblo “genial” descubría la agricultura y la
expandía por el mundo han sido completamente impugnadas.
Por el contrario, los arqueólogos postularon muy diversas teorías sobre las
“causas” a partir de la interpretación de sus evidencias materiales. Podríamos
sintetizar estas “causas” en tres grandes grupos:
1) las explicaciones climáticas (calentamiento, enfriamiento,
sequía, etc.);
13
Lawrence Roudart y Marcel Mazoyer. El nacimiento de la Agricultura. Revista
Ciencias Humanas Nº 151. Paris. Julio 2004
8
2) las explicaciones demográficas (aumento de la población,
disminución de la población, etc.);
3) las explicaciones culturales y sociales. (desarrollo de las
fuerzas productivas; desarrollo de la densidad social, la cultura y la
política).
Leakey concluye que no hay indicios suficientes como para apoyar una u
otra teoría y “es muy posible que la revolución agrícola fuera tan compleja e
implicara tantos factores distintos que ningún modelo sencillo pueda llegar a
describirla”.14 Explica el pasaje de un tipo de socedad a otra, no como un
cambio violento, sino como el pasaje de una recolección especializada a una
selección cada vez mayor, una recolección sistemática que permitió la
sedentarización y de ahí a la domesticación de los animales, la especialización
de los oficiales (artesano, comercio) y una complejidad cultural mucho mayor.
Los hombres, con sus desplazamientos y migraciones, llevaron estos
conocimientos consigo al resto de las regiones. 15
Las nuevas técnicas y su proceso de descubrimiento milenario se
transforman en la medida en que los hombres desarrollan el proceso creador,
muchas veces por medio de intuiciones geniales y hasta por casualidad. Pero
sólo cuando determinadas configuraciones sociales las requieren, estos
inventos se transforman en tecnología. A su vez, estas necesidades muchas
veces también son productos de las condiciones concretas de existencia y las
adaptaciones que hacen los hombres, es decir, de las fuerzas productivas. O se
abre paso lo nuevo o perdura lo antiguo, la historia no está escrita de
antemano; y en estas transformaciones intervienen todas las dimensiones de la
vida social y cultural.
Así estos procesos implicaron enormes cambios en todos los terrenos, no
sólo económicos, sino también sociales, como el sedentarismo que cambió
14
Leakey, Richard E. La formación de la humanidad, op. Cit. P. 111
15
Leakey, Richard E. La formación de la humanidad, op. Cit. P. 112.

para siempre la forma de vivir de los seres humanos, ya que la agricultura les
permitió permanecer en un lugar en vez de trasladarse estacionalmente en
función de los lugares donde se concentrara la caza o los alimentos que
recolectaban. Se desarrollaron de manera la arquitectura y las formas de la
vivienda, la concentración en aldeas y pueblos algunos verdaderamente
extensos, el tejido, la alfarería, la metalurgia, las formas de transporte, de
riego, etc. Pero también las herramientas, los artefactos para almacenar,
procesar los productos que podían producirse y también las técnicas de
producción; se necesitaron nuevos conocimientos sobre las regularidades de la
naturaleza y qué signos podían advertir los cambios, etc. Es decir, un gran
desarrollo de las fuerzas productivas. Se desarrolla la metalurgia, y en el
Mediterráneo, se desarrolla la metalurgia del hierro, que cambió para siempre
la guerra y la producción agrícola. Aunque la mayoría de los pueblos no
conocieron el hierro, bronce, cobre, oro y plata cumplieron un rol fundamental
en el desarrollo de la vida productiva y también simbólica. Tanto con el arado
de punta de hierro, como con el hacha, la agricultura dio un salto decisivo e
interactuará con otros desarrollos sociales que terminarán subordinando a la
aldea a nuevas organizaciones sociales con explotación. Sin embargo, estos
cambios se producirán sólo donde las condiciones sociales sean favorables.
Todavía en el siglo XVIII los campesinos de la Gobernación de Paraguay
utilizaban arados de hueso.
Con la agricultura aparecen las primeras formas muy iniciales de
“propiedad y se complejiza el sistema de derechos y obligaciones: quién tiene
derecho a guardar tanto plantas como animales que antes podían ser
“recolectados y cazados” por diferentes grupos, cómo se repartirían estos
bienes que ya no podían ser consumidos en un solo acto (como en las
sociedades de cazadores-recolectores), qué reglas tendrían estos grupos que
estaban creciendo para emparejarse y formar nuevos grupos. Así aparecen
nuevas formas familiares, la gens, las tribus. Grupos que ya no son
consanguíneos, que reconocen un antepasado común –generalmente mítico– y
que tienen reglas para la conformación de matrimonios (endogamia,
exogamia), para establecer las leyes y los castigos. Reglas de inclusión y
9
exclusión de los grupos (los que tienen derecho y los que no lo tienen) y
también reglas para mantener dentro del grupo la riqueza obtenida mediante el
trabajo y mediante la guerra.
“Los cambios que se operaron en el hábitat –el mobiliario, las sepulturas y
el arte– testimonian la importancia de las transformaciones que tuvieron lugar
en la organización y la cultura de estas sociedades en esta época. Inclusive, si
todo esto no puede captarse y describirse de manera completa, no hay dudas
de que los grupos domésticos convertidos en agricultores obedecían a un
mínimo de reglas sociales que permitían su propia reproducción así como la
reproducción proporcionada por la descendencia de las plantas cultivadas y
los animales domésticos de los cuales dependía su supervivencia”.16 La
organización de mitos cada vez más complejos seguramente también jugaría
su papel en este proceso.
“Otro cambio fundamental es la necesidad del cambio en el lenguaje, y
por lo tanto, en el pensamiento… Nada del nuevo modo de vida hubiera
podido ser comprendido, transmitido y perfeccionado sin el concurso de una
lengua renovada, capaz de expresar las nuevas condiciones materiales
(hábitat, el medio, útiles, prácticas agrícolas) y sociales así como las ideas, las
representaciones, y las creencias correspondientes. Habría nacido entonces
una nueva lengua con la agricultura en este núcleo de origen y se habría
expandido con ella, diferenciándose en toda su área de extensión.”17
La agriculturización acentuó los procesos de diferenciación, sobre la
desigualdad vigente entre los cazadores-recolectores se introduce la
dominación. La familia también se transforma y se desarrolla lo que se
denominóp “familia sindiásmica”, separada ya de la “familia consanguínea”.
“En esta etapa un hombre vive con una mujer, pero de tal suerte que la
16
Lawrence Roudart y Marcel Mazoyer. El nacimiento de la Agricultura. Revista
Ciencias Humanas Nº 151. Paris. Julio 2004
17
Lawrence Roudart y Marcel Mazoyer. El nacimiento de la Agricultura. Revista
Ciencias Humanas Nº 151. Paris. Julio 2004

poligamia y la infidelidad ocasional siguen siendo un derecho para los
hombres, aunque por causas económicas la poligamia se observa raramente
(quienes la practicaran debían producir suficiente cantidad de productos para
mantener un grupo de gran tamaño); al mismo tiempo, se exige la más estricta
fidelidad a las mujeres mientras dure la vida común y su adulterio se castiga
cruelmente. Sin embargo, el vínculo conyugal se disuelve con facilidad por
una y otra parte, y después, como antes, los hijos sólo pertenecen a la
madre”.18
Este proceso produce dos fenómenos conectados: la generación de un
excedente (la parte de la producción que supera las necesidades de consumo
básico de una comunidad) y la creciente división del trabajo y la
especialización (determinados individuos dentro de un grupo y determinados
grupos, van a especializarse en algún tipo de productos). Así aparecen pueblos
pastores y agricultores, aparecen los artesanos y en los espacios entre estos
grupos, aparecen ciertos sujetos que se van a ir especializando en un tipo
especial de intercambio, una redistribución de bienes entre grupos que
disponen excedentes de algunos bienes y carecen de otros. Estos sujetos son
los antecedentes de los mercaderes. Sin embargo, el conjunto de las
funciones de producción, tanto agrícola, como artesanal, arquitectónica y de la
vida espiritual, se producían en el marco de la comunidad, la aldea y la tierra
que controla. Esto hace que estas comunidades sean particularmente
autosuficientes, como realidad y como aspiración. Los diferentes pueblos
desarrollaron distintas estrategias en pos de este objetivo. Uno de los más
notables es el desarrollado por las comunidades andinas, que se organizaron
para controlar diferentes nichos ecológicos bajo la forma de comunidades
con territorios dispersos, para así procurarse el conjunto de productos que
requería su reproducción.
Junto con esta especialización comienza a estructurarse también
especializaciones políticas y religiosas: lo que se denomina las “jefaturas”.
18
Engels p. 153.
10
Algunos miembros de la comunidad, en función de alguna característica
particular, van a concentrar la función de “gobierno”.
Marcelo Campagno precisa una cualidad determinante de todas las
sociedades previas a las relaciones de explotación: una estructura que es a la
vez relación social de producción, relación familiar ( y reproducción de la
especie y cría) y relación “política” , (de organización social, liderazgos y
autoridad): “Existe un criterio cualitativo central para establecer la
especificidad de las sociedades que preexisten al mundo urbano y estatal: se
trata de la importancia decisiva del parentesco como práctica de la
articulación social… Desde un punto de vista político, el liderazgo en este
tipo de sociedades suele definirse en función de la posición generacional de
los jefes, o bien, de la descendencia que los conecta de manera directa con
el ancestro fundador de la comunidad. Desde el punto de vista económico,
las prácticas asociadas a la circulación de bienes suelen ser de índole
sensiblemente diversa si estas transacciones tienen lugar entre parientes,
entre quienes, en los términos del antropólogo Marshall Sahlins,
predominarán formas de reciprocidad generalizada o equilibrada, o entre
individuos de comunidades diferentes, entre quienes predominarán diversos
modos de reciprocidad negativa. Y, desde un punto de vista ideológico, la
posición dominante del parentesco, puede advertirse tanto en la creencia de
que todo los integrantes actuales de la comunidad descienden de un
antepasado común como en la definición de los lazos que las entidades
sobrenaturales (dioses, héroes y otros personajes míticos) trazan entre sí o con
la comunidad en término de relaciones parentales”. 19.
Alvin Gouldner plantea que “El principio básico que organiza la trama
social es la norma moral de la reciprocidad: 1) la gente debe ayudar a
quien le ha ayudado, 2) la gente no debe perjudicar a quién le ha
ayudado. 20
19
Campagno, Marcelo. El origen de los primeros Estados. Eudeba 2007. p. 12
20
Citado en Campagno, Marcelo. El origin de los primeros Estados. Eudeba 2007. p.
10

Aunque algunos jefes prosperaron notoriamente en riquezas, poder y área
de influencia, en el seno de esas sociedades de jefatura, no existía la
explotación a escala social y permanente. Conocían sí las desigualdades, e
incluso la dominación, pero no la explotación.
“Lo que cambió con la transición desde la caza y la recolección nómadas a
la agricultura sedentaria fue la naturaleza de la sociedad, no la naturaleza del
hombre. Los hombres son esencialmente seres culturales, capaces de
responder de varias maneras diferentes a las mismas
En el área andina, por ejemplo, las comunidades de agricultores se
desarrollaron con el nombre de ayllu. Los ayllus fueron “…el mecanismo
social indispensable para sustentar la forma de trabajo y la forma de propiedad
que nacieron al mismo tiempo en torno al nuevo medio de producción: la
tierra para cultivo o chacra”.21
En el ayllu la población se organiza en torno al parentesco y “en torno a
una participación colectiva en el proceso de producción agrícola y dentro de
un marco territorial concreto –conocido como marka– que se identifica
como propiedad colectiva de los miembros del ayllu. No se trata del simple
reconocimiento de la territorialidad, existente desde tiempos muy lejanos, sino
de la defensa del trabajo colectivo invertido en la preparación, conservación
y tratamiento de los campos de cultivo; el surgimiento de la propiedad
colectiva no tiene pues el carácter de apropiación de los recursos naturales,
sino de la defensa del trabajo social invertido por los mismos trabajadores.
Esta es una sustantiva diferencia con el carácter y formas que tiene la
propiedad privada sobre los medios de producción que se basa en la
explotación y no en la producción… El núcleo de vida del ayllu es la aldea y
su área de cultivo”.22
21
Lumbreras, Luis Guillermo. “El Perú prehispánico”. En: AA.VV. Nueva Historia
General del Peru. Mosca Azul. Lima, 1982. p. 17.
22
Lumbreras, Luis Guillermo. “El Perú prehispánico”. Op, cit. p.17 y 18
11
Las formas de organización de las comunidades agriculturas dejarán una
huella muy profunda en la conciencia de los hombres, y aunque muy
transformadas, sus componentes objetivos y subjetivos aparecerán una y otra
vez, con diferente significado, en sociedades más complejas.
Procesos de Jerarquización y violencia
Frente al igualitarismo de la comunidad, lo propio de este período es el
inicio de la división social del trabajo, por encima de la espontánea división
sexual y por edades de los grupos en los estadíos previos. “Esta división del
trabajo conduce, en un proceso -que acentuó la desigualdad en las condiciones
de incipiente producción-, a la división de la sociedad en clases sociales. Ya
los hombres no sólo registraron las diferencias, sino que les van a ir
adjudicando una valoración: las tareas masculinas comenzaron a valorarse
más que las femeninas, los hombres comenzaron a tener más derechos;
incluso hubo quienes reclamaron ciertos derechos especiales, prerrogativas.
Sin embargo, como señalamos anteriormente, estas formas de desigualdad
se seguían regulando en el interior de la comunidad; aún los “inferiores”
tenían derechos y los “poderosos” detentaban un poder provisorio, funcional,
revocable y no transmisible por medio de la herencia. Incluso los bienes que
empiezan a pasar de una generación a otra dentro de la familia no podían ser
acumulados en demasía ya que estas comunidades tenían mecanismos de
redistribución para restaurar el equilibrio.
Las sociedades tributarias: una nueva forma de desigualdad, la
explotación
Así como sólo algunos núcleos desarrollaron la agricultura temprana, los
cambios que dieron origen a los primeros Estados, las primeras sociedades
urbanas y las relaciones de explotación también se desarrollaron en un número
limitado a ciertos espacios pero no únicos.

Estos procesos complejos implicaron una serie de transformaciones
fundamentales que fueron sintetizados por Vere Gordon Childe, en 1950,
como “revolución urbana”. Gordon Childe realizó una lista de diez
indicadores que permitían distinguir el conjunto de transformaciones que
conducían al urbanismo y al Estado. Marcelo Campagno sintetiza estas
características de la siguiente manera:
1) aparición de las primeras ciudades, diferenciables de los
poblados previos por extensión y densidad de población
2) la división del trabajo, con la aparición de especialistas a
tiempo completo
3) la concentración del excedente de producción como tributo
impuesto a los productores
4) la construcción de edificaciones públicas monumentales
5) la división de la sociedad en clases, con una “clase
gobernante” receptora de la mayor parte del excedente
6) la aparición de la escritura como sistema de registro
7) la elaboración de ciencias exactas y predictivas, tales como la
aritmética, la geometría o la astronomía
8) la elaboración y expansión de nuevos y más homogéneos
estilos artísticos
9) la importación por vía comercial de materias primas no
accesibles localmente
10) una organización estatal que se basa más en la residencia que
en el parentesco.
12
Nuevamente podemos identificar algunos núcleos donde estas ciudades se
desarrollaron con independencia unas de otras: las primeras en Oriente
Medio, Africa, norte de la India, China y en Centroamérica y los Andes
septentrionales. Según Gordon Childe estas transformaciones se vincularon
con procesos cuantitativos: “mayor concentración poblacional que la
correspondiente a una aldea, mayor especialización laboral...23, construcciones
públicas de mayor porte..., estilos artísticos más homogéneos..., mayor
volumen de intercambios a larga distancia. Y por la otra parte, aparecen una
serie de novedades cualitativas: la tributación en tanto práctica regular y
obligatoria de cesión de excedentes, la emergencia de una clase gobernante,
apropiadora del tributo, y diferente por ello de las eventuales élites no-
estatales, como las que se reconocen en las sociedades de jefatura, la aparición
de un sistema de registro como la escritura y su influencia sobre las ciencias
exactas, la constitución de un nuevo tipo de lógica social que no depende de
los principios sociales propios del parentesco”. 24
Este nuevo tipo de organización “implica la existencia de lo que Max
Weber identificó en 1922, en su caracterización del Estado, como el
monopolio legítimo de la coerción. Ciertamente, es a través de la
disponibilidad de los medios de coerción que un sector minoritario de la
sociedad es capaz de imponer su voluntad a la mayoría de la población, de
extraer un tributo regular y permanente, de regimentar y sostener los cuerpos
de burócratas y especialistas a su servicio”. 25
Estos Estados estaban dirigidos por un grupo particular (una casta26
sacerdotal), separado del resto porque estas sociedades pensaban que eran
23
Ya habíamos señalado el desarrollo de la división del trabajo, especialización, con
la neolitización.
24
Campagno, Marcelo. El origen de los primeros Estados. Eudeba 2007 Op. cit. p.9-
10
25
Campagno Op. cit. p. 11
26
El concepto de casta remite a un grupo exclusivo al cual no se puede ingresar sino
que se adquiere por nacimiento.

formas personificadas de los dioses. Estos jefes ya no eran, -como los propios
de las aldeas de agricultores- parte de la comunidad, sino que constituían
grupos exclusivos, “familias” emparentadas directamente con los dioses. Esta
exclusividad partía de que sólo unos pocos podían de manejar conocimientos
muy complejos e importantes para la sociedad a los que daban estatus de
sobrenaturales, aunque en realidad eran naturales: el conocimiento de los
astros, de las regularidades anuales que permitían ajustar los tiempos de las
tareas productivas (calendarios), de las matemáticas, de la escritura, etc. Estos
conocimientos junto con la fuerza que le daba contar con especialistas de la
guerra y con el poder de la religión, permitieron a esta casta sacerdotal
organizar y movilizar enormes energías sociales para la transformación de la
naturaleza y la generación de excedentes económicos y para imponer
dimensiones culturales y políticas nuevas de una manera permanente: la
construcción de obras monumentales que acompañan este tipo de
organización cambiaron para siempre la relación del hombre con la
naturaleza. Las obras de regadío, la construcción de caminos, de flotas para el
comercio a distancia, de grandes centros de almacenamiento, de observatorios
astronómicos, todo ello requería de especialización y concentración de fuerzas
sociales. Esas fuerzas sociales que permiten una organización más compleja,
como por ejemplo las grandes ciudades-estado, fueron usadas para resolver
necesidades objetivas de la población, como el almacenamiento de alimentos
para un año de malas cosechas y la posibilidad de redistribuirlos. Es decir que
permitieron garantizar un grado de bienestar, que implicó a la vez en el inicio
y con relación a procesos anteriores, cambios en las condiciones de vida y
crecimiento de la población.
La contracara de estos procesos es que esas mismas fuerzas sociales fueron
usadas también para desarrollar más perfectamente los instrumentos de
dominación violentos –como el ejército– y culturales como los grandes
templos y construcciones dedicadas a la reproducción ideológica del sistema.
La casta sacerdotal se separa del trabajo social y de la producción y constituye
un grupo minoritario de la sociedad que va a vivir del trabajo de las
comunidades que deben sostenerla a partir del “tributo”. Nace así un nuevo
13
tipo de desigualdad: la explotación. La explotación, entonces, constituye un
nuevo tipo de poder, ya no es el poder de organizar el trabajo común y de
distribuir sus beneficios (como hacían los “jefes” de cada comunidad) sino de
imponer a cada comunidad que entregue una parte importante de su producto
que pasa a sostener y enriquecer a esta casta sacerdotal. Esto es lo que se
conoce como tributo. La explotación termina con las sociedades de
cooperación y da paso a una nuevo tipo de sociedad: las sociedades de clase.
Las clases sociales son una nueva organización de la sociedad, por la cual un
grupo realiza la producción para sí –como anteriormente- pero está obligada a
entregar el excedente para mantener a otra clase –grupo de personas- que no
produce. Los que realizan la producción se llamarán en general productores
directos (aunque recibirán un nombre específico en cada sociedad) y los que
se apropian del trabajo ajeno (conocidos como clases dominantes).A partir de
que la explotación se impone como forma de diferenciación social, las
sociedades cambiarán a través de la historia, pero mantendrán esta
característica, es decir, cambiarán las formas de explotación, pero no la
explotación misma. La humanidad abandonó en ese momento las formas de
cooperación en la producción.
Por eso, alejados de la concepción evolucionista del siglo XIX, que
endiosaba la noción de “progreso” como un proceso unidireccional hacia la
creación de abundancia y de bienestar para el conjunto de la población, Engels
señalaba que en las sociedades de explotación: “Cada progreso de la
producción es al mismo tiempo un retroceso en la situación de la clase
oprimida, es decir, de la inmensa mayoría. Cada beneficio para unos es por
necesidad un perjuicio para otros; cada grado de emancipación conseguido
por una clase es un nuevo elemento de opresión para la otra”.27
Para que existan un aparato coactivo y administrativo diferenciado se
necesita un salto importante en el volumen de producción excedente. Lo
cierto es que para que exista una parte de la población que se dedique a
observar las estrellas, a hacer cultos religiosos, a la guerra, a la construcción
27
Engels. Op. cit. p. 255.

de palacios y un sin fín de tareas que no están vinculadas directamente a la
producción de alimentos, tiene que haber otra parte que genere comida,
vestuario, vivienda, etc. para sí y para esos otros. Por lo tanto, si bien la
producción del excedente no explica por sí sola la aparición de un sistema
coactivo, es una precondición necesaria. Pero, a su vez, estos pueblos no
pudieron garantizar excedentes crecientes y estables hasta el punto de
mantener una estructura comercial a larga distancia sin un aparato que
organizara las fuerzas sociales para que se pudieran dominar las fuerzas de la
naturaleza.
También la condición del excedente genera el desarrollo de la división
social entre trabajo manual e intelectual. Este último, requerido por el
desarrollo de la producción, recae en una minoría alimentada por los demás.
El conocimiento, la ciencia y el arte pasan a estar bajo el monopolio de las
clases dominantes imprimiéndoles sus contenidos, para asegurar su
dominación. Estos mecanismos se vuelven cada vez más sofisticados, se
realizan alianzas con los artesanos y luego se amplía acotadamente el núcleo
de personas que separadas de la producción se dedican a la reproducción
ideológica.
Asimismo se van ahondando las diferencias entre la población rural y
la población urbana. Los principales cambios en la producción agraria se
dieron durante la etapa anterior de agriculturización, y si bien la revolución
urbana implicó un salto gigantesco de las fuerzas productivas, este salto se
expresó mucho más en otros ámbitos de la producción y la cultura.
A pesar de los grandes cambios, las principales técnicas de producción y su
organización mantuvieron las creadas en la etapa anterior, por las
comunidades de aldea, las que continuaron concentrando al grueso de la
población y de la producción y su organización se mantuvo. Así, el viejo
sistema comunal persiste junto con las ciudades, sus sacerdotes, artesanos y
comerciantes..28 Por eso se plantea que el sistema tributario es una forma de
28
Marx, Carlos. Formen die der kapitalistischen Produkion vorhegehen…op. cit. p.70
14
transición entre las antiguas formas de cooperación y las nuevas de
explotación.
La Esclavitud en las sociedades tributarias
Si bien lo principal del sustento de los imperios tributarios eran las
comunidades de aldea, debido a las guerras de expansión y a la diferenciación
social creciente en las ciudades (algunos ricos muy ricos y muchos pobres,
muy pobres) creció de manera notable la esclavitud. Tanto entre los aztecas
como entre los incas había una población esclava tan extensa a la llegada de
los europeos, que existen posibilidades que, de seguir de manera autónoma su
historia social, se hubieran convertido en sociedades esclavistas.
A diferencia de las sociedades esclavistas que veremos más adelante, estos
esclavos eran frecuentemente esclavos domésticos, que servían a los más
poderosos en sus mansiones. Generalmente no intervenían en la producción
rural, que estaba en manos de las comunidades de aldea.
Es la producción rural la que debe sostener a la población urbana, al
mismo tiempo la condición de la población rural va quedando cada vez más
dependiente de los requerimientos de la urbana. Mientras que la producción
rural seguía manteniendo su estructura comunitaria, su objetivo de
autosostenimiento y la producción de la mayor parte de sus bienes de
consumo en el seno de la comunidad, la nueva producción en serie, obra de
artesanos especializados, se destina a la población urbana y al intercambio
que se realiza a distancias cada vez más grandes. Pero en esta etapa el
comercio no sólo implicó intercambio, sino difusión de la cultura a la vez que
la dominación por medio de la violencia. Las grandes obras que caracterizan a
estas civilizaciones, tampoco se orientaron fundamentalmente a transformar el
trabajo de la comunidad, aunque lo hacen más productivo con obras de
regadío (o como en el caso del área andina, con andenes de cultivo). Estas
obras beneficiaron fundamentalmente a la estructura urbana, con grandes
centros de almacenamiento de alimentos y otros tributos, a los que se accedía

por medio de redes de caminos que permiten el transporte de los productos,
etc.
Es interesante advertir que si bien las formas de resolver la relación de los
hombres con la naturaleza fueron muy variadas, los mecanismos de
organización que garantizaron la estabilización de grandes cantidades de
excedentes fueron comparables a lo largo del planeta y en diversos momentos.
La alianza de las castas religiosas con los artesanos crearon lo que hoy
conocemos como religiones, las cuales, más que responder a las grandes
preguntas de la humanidad sobre la vida, la muerte, la identidad de los
humanos en la naturaleza, etc. –que habían merecido diferentes respuestas–
redundaron en “establecer obligaciones imprescriptibles” allí donde
anteriormente había una reciprocidad más explícita y material.
Las religiones, con sus rituales y sus seres sobrenaturales, aparecen sólo
con las relaciones de explotación y el Estado. Previamente los hombres
reconocían la obvia superioridad de la naturaleza sobre sus propias fuerzas, y
explicaban lo que ellos no podían hacer a través de la acción de la naturaleza.
La existencia de seres sobrenaturales, que además tienen una expresión directa
en las castas dominantes que se presentan como los dioses en la tierra, está
mucho más vinculada al terror y la obediencia. Las mismas religiones
reflejan también el pasaje a la familia patriarcal y la supremacía de los
hombres a través del desplazamiento de las deidades de la fertilidad (en
general vinculadas a la tierra) y el entronizamiento de dioses masculinos.
A partir de que las relaciones de explotación fueran impuestas ya no hubo
manera de salir de ellas, y así esas obligaciones de sostener y obedecer a las
castas sacerdotales, linajes dominantes y noblezas militares, se hicieron
imprescriptibles, no sin largas luchas en las que los pueblos se rebelaron,
impugnaron, y en ocasiones lograron disolver algunas de las formas de
dominio con la desaparición de las formas imperiales y la vuelta a la aldea
neolítica.
15
Para la formación de estos imperios además de una masa de excedente, se
requiere de la formación de la organización coactiva o Estado. Las sociedades
de jefatura instituyeron formas de vinculación personal cada vez más
institucionalizadas y restrictivas. La diferenciación dentro del trabajo manual
entre agricultores y artesanos jerarquizados –que van a producir aquellos
instrumentos de ostentación que permiten la diferenciación para explotar a
otro– va creando estas castas intelectuales, que también van a ser sustento de
estas relaciones de explotación. Habitualmente en cierto momento pudieron
haber coincidido el sacerdote, el que conoce la naturaleza (sabio o científico)
con el que ejerce la coacción y se beneficia de todos estos elementos.
La explotación es un tipo de diferencia cualitativamente diferente ya que
no sólo establece distinciones y jerarquías sino que permite a quienes las
detentan y organizan vivir del trabajo ajeno. Esto agrega a las formas de
dominio y sometimiento un sentido de aprovechamiento económico que
sistematiza y vuelve irreversible el sometimiento cultural y político. Así
como el nuevo sistema permitió la generación de enormes riquezas sociales,
desposeyó de sus frutos a las mayorías, pero además universalizó y reafirmó
hasta el paroxismo desigualdades creadas en etapas anteriores: el
sometimiento de género (hasta producir un olvido social de la igualdad e
importancia de las mujeres), la propiedad y disciplinamiento de la
descendencia, la opresión racial, la discriminación religiosa y la opresión de
unos pueblos sobre otros.
Esclavitud, esclavismo y sociedades esclavistas 29
La humanidad vivió miles de años sin conocer la explotación, del régimen
de cooperación de los cazadores recolectores hasta las formas más simples y
29
El contenido de esta ficha toma como base la ficha de cátedra de Humberto A.
Manenti confeccionada en el año 2013 para la Cátedra de Introducción a la Historia
de las Sociedades de la Universidad Nacional de Salta.

más complejas de las comunidades de aldea, la división de tareas implicó
registros de la diferencia, desigualdades y hasta formas de dominación, pero
no explotación. No había ricos ni pobres, ni esclavos ni amos que vivieran a
costa del trabajo ajeno. No existían ni la propiedad privada ni el poder del
Estado. En la historia social de la humanidad han existido diferentes formas
de producción cuyo desarrollo no fue lineal. Frente a esta constatación se
plantean los siguientes problemas para estudiar la génesis, desarrollo y
desaparición del esclavismo: ¿Todas las sociedades en el curso de su
desarrollo histórico conocieron el esclavismo? ¿Es lo mismo la esclavitud que
el esclavismo? ¿Qué hizo posible la aparición de las relaciones sociales
esclavistas? ¿Cuáles son las fuentes del esclavismo? ¿Qué características
tienen las sociedades esclavistas?
Las sociedades esclavistas han sido muy raras en las historia, en lugares
dispersos y en diferentes momentos, pero también han sido fundamentales en
el desarrollo de la historia de la humanidad, por eso tenemos que estudiarlas
particularmente.
Dado que la esclavitud como forma de explotación existe desde hace
milenios en diferentes lugares del mundo es necesario distinguir entre
sociedades con algunos esclavos y sociedades esclavistas, entre esclavitud no
productiva y esclavitud productiva y por último, entre esclavitud y
esclavismo. El esclavismo se desarrolló en pocos casos, por ejemplo en
Grecia, en Roma, en Brasil, en el Caribe y en el sur de los Estados Unidos
de América. Lo más llamativo es que todas las sociedades conocieron la
esclavitud –incluso en la actualidad- pero muy pocas fueron esclavistas.
La aparición de la esclavitud. Las sociedades tributarias de la
revolución urbana tenían esclavos
La explotación de esclavos existió desde tiempos remotos en diversos
lugares del mundo. Su presencia está mejor documentada en aquellas
16
sociedades en las que aparecieron los primeros Estados y se utilizó la
escritura. En las sociedades tributarias de Oriente y Europa de las que
poseemos documentos escritos, se puede corroborar la existencia de muchas
denominaciones y nomenclaturas referidas a los trabajos dependientes,
involuntarios y forzados.
Desde hace unos 5.000 años, las tablillas de arcilla mesopotámica, las
estelas y los papiros egipcios mencionan a los esclavos. El Código de
Hammurabi (el primer conjunto de “leyes” escritas que se conoce)
contemplaba tres grupos sociales, de los cuales, el de los wardum
correspondía a los esclavos, los awilum eran los hombres libres y los
mushkenum, un sector intermedio dependiente y servil. Este Código formado
por más de doscientos artículos, no todos conservados, se refiere a diferentes
situaciones sociales en las que aparecen involucrados los esclavos:
“15: Si un señor auxilia a un esclavo estatal o a una esclava estatal, o a
un esclavo de un particular o a una esclava de un particular, a escapar por la
puerta de la ciudad, recibirá la muerte.
16: Si un señor dio refugio en su casa a un esclavo o esclava fugitiva
perteneciente al estado o a un particular, y no lo entregó a requerimiento de
la autoridad, el dueño de la casa recibirá la muerte.
17: Si un señor prende un esclavo fugitivo o una esclava fugitiva en campo
abierto, y lo devuelve a su dueño, el dueño del esclavo le pagará dos siclos de
plata.
18: Si el esclavo no mencionan el nombre de su dueño, le llevará al
palacio a fin de que se investigue su inscripción y lo devolverán a su dueño.
19: Si conserva el esclavo en su casa (y) después el esclavo se halla en su
posesión, el señor recibirá la muerte.

20: Si el esclavo se evade del poder de su capturador, este señor lo
afirmará (así) por el dios al dueño del esclavo y se irá libre.30
Otros ejemplos de sociedades con esclavos son los aztecas y los mayas. En
el primer caso una fuente importante es el Códice Florentino 31 que muestra a
una familia de esclavos con barras en el cuello. La caída en situación de
esclavitud se debía a diferentes razones: la más importante, por ser
prisioneros de guerra otros perdían su libertad por no poder pagar sus
deudas, otros se entregaban voluntariamente en función de su pobreza o
desprotección, los huérfanos, por ejemplo y a otros se les imponía la
esclavitud como castigo cuando eran considerados criminales. 32 En la guerra
los prisioneros de baja condición social eran propiedad del soldado que los
había capturado. Los mayas también adquirían esclavos por medio del
trueque.
Pero, si en muchas sociedades hubo trabajo impuestos a determinados
individuos o grupos de manera forzada ¿Cómo distinguir la esclavitud de otras
formas de trabajo forzado? ¿Cuál es el estatuto de la esclavitud? ¿Qué es la
esclavitud? ¿Cómo definir al esclavo?
30
PRITCHARD, J. B. (1966) (Comp.) La Sabiduría del Antiguo Oriente.
Antología de textos e ilustraciones. Barcelona, Garriga. Traductor del Código:
THEOPHILE J. MEEK. Pág. 166-167. En relación al artículo 17 cabe aclarar
que 1 siclo equivalía a 1 peso de ocho gramos. El rey Hammurabi fue el sexto
rey de la dinastía amorrea de Babilonia. Gobernó varias décadas en el siglo
XVIII a. C. El Código fue grabado en una estela de diorita encontrada entre
1901 y 1902 por los arqueólogos franceses en Susa. La estela fue finalmente
trasladada al Louvre como trofeo arqueológico. Los datos sobre el Código
forman parte del epígrafe redactado por el traductor y anotador. Pág. 163-164
31
Es una Historia de la región central de México escrita por religiosos que recogieron
información directa de los indígenas y también sus dibujos. Se escribió en los
primeros años de la invasión europea a América, entre 1540 y 1585.
32
VAILLANT, G. (1980) La civilización azteca. México, FCE. Pág. 103-104.
Dice el autor que los esclavos criminales eran los ladrones, traidores y
estafadores.
17
La invención de la esclavitud no es fácil de explicar.33 el esclavo es una
propiedad de otro. Para Aristóteles el esclavo es una propiedad especial, “la
propiedad con alma”. En el marco de la relación esclavo-propiedad, los
derechos del propietario sobre el esclavo eran absolutos: el esclavo sufría la
pérdida total del dominio sobre su trabajo, del gobierno sobre su persona y su
personalidad. El esclavo era siempre una persona fuera de su comunidad,
por alguna de las razones que dimos más arriba, se habían roto sus lazos de
parentesco, sin ellos no tenía derechos, ni protección, ni acceso a la tierra,
desde el punto de vista de la época no era una persona y esto le daba a su
amo una propiedad absoluta sobre su ser. El desarraigo del esclavo se
relacionaba con el hecho de que generalmente era extranjero. Habitualmente
no se encontraba con su familia y frecuentemente eran vendidos separados de
sus esposos e hijos.
“…el esclavo aparece como un ser desocializado cuya
producción y reproducción están completamente controladas por
otros. Un ser: pero a ojos de los libres, nunca es un hombre o una
mujer. Desocializado, porque está situado al margen de la
comunidad humana. Es evidente que los libres reducidos a la
servidumbre pierden su condición, dejan de existir para el grupo,
33
FINLEY, M. (1982) Esclavitud antigua e ideología moderna. Barcelona,
Crítica. Finley critica las posturas simplistas sobre los comienzos de la
esclavitud y respecto al estatuto de la esclavitud en relación a otras formas de
trabajo forzado o involuntario, como él las llama. En el capítulo 2 “Aparición
de una sociedad esclavista”, critica a Fustel de Coulanges quien sostuvo que
la esclavitud es más fácil de explicar que el colonato romano. Dice Finley que
Fustel de Coulanges estaba equivocado. Este libro de Finley me parece
fundamental porque marca de forma clara la necesidad de diferenciar las
sociedades esclavistas de las sociedades en que hubo esclavos. También
quisiera resaltar que para Finley es imperioso no incurrir en la simplificación
de generalizar la extensión del esclavismo en todo el mundo antiguo, remarca
que también había campesinos libres y que las sociedades esclavistas “…no
tuvieron porque darse en todas las zonas de lo que acabó siendo el Imperio
romano.”(Pág. 100).

incluso para su familia, de la que son excluídos. Cuya producción es
enajenada: forzosamente, ya que se trata de un instrumento de
trabajo. Pero su reproducción también lo es (y en esto el esclavo se
diferencia de otros tipos de trabajadores dependientes). El hombre o
la mujer esclavo no tiene el poder de elegir su pareja ni de
conservar a sus hijos.
Una vez hecha la definición, hay que acompañarla de una
observación, elemental pero de capital importancia: la voluntad de
los libres de relegar al esclavo a una condición infrahumana
tropieza con un obstáculo infranqueable. Un obstáculo biológico,
pues objetivamente el esclavo no es ni bovino ni porción, sino un
hombre o una mujer. De ahí que todas las sociedades esclavistas se
hayan visto incapaces de mantener la definición de esclavismo en
todo su rigor. 34
En tanto se le niega la calidad de “persona”, en las sociedades con algún
desarrollo del mercado, se convierte en una mercancía más.
“{el esclavo{ al haber sido arrancado de su medio social de origen, es ante
todo un ´capturado´…Al haber sido arrancado se su medio de origen por la
violencia, el capturado es desocializado por la ruptura brutal de las relaciones
que caracterizan a la persona social: relaciones de filiación, conyugalidad,
paternidad, etc. Esta resocialización, en el medio de acogida, se convierte en
despersonalización, acentuada cuando el capturado ha sido vendido como
mercancía, proceso por el cual además se encuentra reificado {convertido en
cosa{ La resocialización y la despersonalización son la base del estado de
esclavo, un estado estrictamente negativo y que en eso se distingue del
estatuto que goza el hombre libre”.35
34
BONNASSIE, P. Ob. Cit. Pág. 37-38
35
Melliassoux, C. L´esclavage en Afrique précoloniale, Paris, 1975 en Bonnassie, P.
Ob. cit. p. 35
18
Así, entonces, los tres elementos de la esclavitud, el estatuto de propiedad,
el absolutismo del poder del amo y su desarraigo, favorecían claramente al
propietario en comparación con otras formas de trabajo forzado u obligatorio,
en donde los sometidos trabajaban junto con sus familias o miembros de la
misma comunidad.
Algunos autores plantean que la esencia de la esclavitud es la relación
jurídica, el derecho de propiedad sobre el prójimo Resalta que la
compraventa del esclavo-mercancía se deriva de esta relación jurídica. La
esclavitud está basada en el derecho de vida y de muerte:
“La esclavitud se desprende de ahí: el esclavo es aquel que
tendría que haber sido muerto y sobrevive por la gracia del amo; es
un muerto-viviente. La palabra servus, esclavo, significaba
originariamente para los juristas romanos aquel cuya vida ha sido
conservada (servatus) por gracia.”36
El esclavo es un muerto-viviente, un muerto en prórroga, un desarraigado
y aquel prisionero usualmente ejecutado por el vencedor, al que se perdona la
vida, pero a cambio se lo deja en un estatus de no-persona. El esclavo es el
extranjero por excelencia, es no existe como ciudadano vinculado a una tierra
y a una estirpe, forma parte de la infrahumanidad:
“Muerto en prórroga, ser aislado, fuera de toda comunidad,
incluso muerto, extraño a la ciudad, a toda ciudad, a sí mismo, el
esclavo no es ya un hombre y tiende a formar parte de una
infrahumanidad situada en cierto modo entre la mujer y el anima37l:
es conocida la clasificación de Aristóteles que hacía del esclavo un
36
DOCKES, P. (1995) La liberación medieval. México, FCE. Pág. 13-14
37
Recordemos que en las sociedades tributarias, las formas del parentesco propias de
la comunidad, dan paso a la familia patriarcal, donde se le niega a la mujer una
situación de igualdad frente al hombre. Sólo los hombres son considerados
propiamente personas. Los niños, las mujeres y los esclavos son propiedad de los
varones.

instrumento animado (como el animal), pero más eficaz (debido al
don de la palabra). Es menos sabido que en la Alta Edad Media, por
ejemplo, los textos sitúan generalmente a los esclavos entre el
ganado. Tal es el caso de la ley sálica. La ley de los burgundios
establece una jerarquía en la animalidad: un esclavo vale dos
bueyes y medio o cinco cerdos. La ley sálica instituye la
equivalencia entre el esclavo macho y el caballo, la hembra y la
yegua.
Las relaciones sexuales entre la mujer libre y el esclavo macho
estaban prohibidas y se las asociaba a la “bestialidad” (relaciones
sexuales de hombres con animales) El único caso en que el esclavo
no está asimilado al animal es el de las relaciones sexuales entre el
amo y su esclava hembra”38
Una vez planteadas las relaciones entre la esclavitud y la muerte y entre la
esclavitud y el desarraigo ¿Por qué el amo privado o público no mata al
esclavo? Y responde: porque espera obtener provecho, servicio o goce. La
esclavitud es una relación de producción. El esclavo constituye una fuerza de
trabajo “…cuyo empleo permite extraer un plustrabajo en la forma de un
plusproducto (material).” En definitiva, los esclavos son trabajadores
productivos: “el hecho de utilizarlos enriquece a su amo”.
En Roma, podemos hablar de dos tipos de esclavos: el esclavo productivo
es el “esclavo colectivo”, el conjunto de los esclavos rurales de la explotación
que produce plustrabajo, por ejemplo en la villa romana. Pero había otro tipo
de esclavos, masas de esclavos urbanos no productivos, que se encontraban
al margen de la búsqueda de plusproducto y que permitían al amo alcanzar
preeminencia familiar y designarse como “grandes.” Eran servidores de las
casas, pero también artistas, consejeros, criados. La esclavitud no productiva
fue común en muchas sociedades:
38
DOCKES, P. Ob.Cit. Pág. 17
19
“Hay sociedades, en especial, donde los esclavos prestan
exclusivamente servicios domésticos, en las que son raros los que
trabajan de una manera productiva. Sirven de objeto de lujo, de
objeto sexual, de ornamento, de signo de riqueza, pueden ser
incluso almacenados para sacrificarlos ulteriormente a la divinidad
(caso de las sociedades con esclavitud en el África precolonial).
Desde entonces habrá esclavitud, pero no esclavismo.”39
Desarrollo y definición del esclavismo
Si, como afirma Samir Amín, el modo de producción esclavista fue “una
forma rara aunque dispersa” mientras el modo de producción tributario fue la
forma económica corriente que sucedió “por lo común” a las comunidades
primitivas, en las sociedades de cuatro continentes: en Asia (Mesopotamia,
China, India y Oriente clásico, etc.), en África (Egipto y África Negra), en
Europa (en las sociedades preclásicas: Creta y Etruria) y en América (Incas,
Aztecas, etc.): ¿Dónde, cómo y bajo qué condiciones se desarrolló el
esclavismo? ¿Qué características presentan las sociedades esclavistas?
Al respecto dice Perry Anderson:
El modo de producción esclavista fue la invención decisiva del
mundo grecorromano y lo que proporcionó la base última tanto de
sus realizaciones como de su eclipse. Es preciso subrayar la
originalidad de este modo de producción (…) Las ciudades – estado
griegas fueron las primeras en hacer de la esclavitud algo absoluto
en su forma y dominante en su extensión, transformándola así de
puro instrumento secundario en un sistemático modo de
producción.40
39
DOCKES, P. Ob. Cit. Pág. 19
40
ANDERSON, P. (2007) Transiciones de la antigüedad al feudalismo.
México, Siglo XXI. Pág. 13-14

El trabajo esclavo de la Antigüedad clásica encarnaba dos atributos
contradictorios: en primer lugar, la esclavitud representaba la completa
degradación humana, es decir la conversión de los hombres en medios inertes
de producción y su asimilación legal a las bestias de carga. En segundo lugar,
la esclavitud condujo a la estandarización del esclavo como objeto de
compraventa en los mercados metropolitanos. Los mercados de las ciudades-
estado eran los nexos de la actividad comercial emprendida por los
mercaderes esclavistas y el ámbito en el que se desarrollaba la concentración
y luego la distribución y el envío.
Para hablar de “esclavismo” –como un sistema económico específico-
consiste en que la esclavitud sea la relación de producción predominante.
¿Cuáles son las características de una sociedad esclavista?
1. Los medios de producción de todo lo necesario para la vida
(el suelo, al agua, el ganado) y los instrumentos de trabajo
pertenecen exclusivamente a un determinado número de
personas (propietarios) y no a toda la sociedad.
2. Los dueños de los medios de producción, de hecho lo son
también de los trabajadores que, por ello, son verdaderos esclavos
modernos.
3.En el régimen esclavista, la sociedad humana se divide en
libres y esclavos.
4. Los libres no constituyen una masa homogénea: unos son ricos
y otros pobres. Unos son propietarios y otros son explotados. Unos
tienen más derechos y otros menos. Pero todos los libres están
considerados muy por encima de los esclavos en ese sistema. Por el
contrario, éstos no tienen ningún derecho. Su destino y su vida
20
dependen por completo de la voluntad y el capricho de sus
amos.” 41
El régimen esclavista se desarrolló primero en Grecia y Roma en la época
clásica y luego se desarrolló de manera espectacular a partid de la conquista
de América. Entre uno y otro momento, siempre hubo sociedades con
esclavos, en todo el mundo. La esclavitud, aunque ya muy desformada y en
proporciones pequeñas en relación al total de la población, subsiste hasta el
día de hoy.
La explotación de los esclavos no tenía límites y generaba diferentes
formas de resistencia que mantenían en vilo a las autoridades. La
deshumanización y degradación generaba en ocasiones reacciones violentas:
“la violencia genera violencia.”
¿Cuáles son las condiciones necesarias para el surgimiento de la sociedad
esclavista?
1. en un mundo dominantemente agrícola, la propiedad
privada de la tierra, con concentración suficiente en pocas
manos para necesitar trabajadores extrafamiliares que
mantengan en un nivel constante la fuerza de trabajo.
2. un fomento suficiente de la producción mercantil y
los mercados de esclavos pero también de la mercancía que es
el resultado de su trabajo y que se produce de manera masiva,
no para el autoconsumo, sino justamente para los grande
mercados.
3. que cada propietario tenga una gran cantidad de
esclavos y que obtenga enormes ingresos a costa de su trabajo
41
SCHTAJERMAN, E.M. - SHAREVSKAIA, B. Ob. Cit. Pág. 111

4. La falta de una masa suficiente de mano de obra
interna, que obliga a los patronos a dirigirse al exterior.42
5. los esclavos deben representar una proporción
importante de la población y realizar las principales tareas
productivas, sobre todo las vinculadas a los grandes mercados.
Con el tiempo los esclavos lograron que se establezcan algunos
mecanismos de conseguir su libertad, pero sólo algunos casos excepcionales
podían lograrlo. Pero
“Los libertos del Nuevo Mundo arrastraban la señal externa de
su origen esclavo en el color de la piel, incluso al cabo de muchas
generaciones, con consecuencias negativas económicas, sociales,
políticas y psicológicas de la peor magnitud. Los libertos antiguos,
sencillamente, acababan por mezclarse y confundirse con el resto de
la población en el curso de una o, cuando mucho, dos generaciones
(…) El contraste con los negros libres modernos es patente.”43
En cuanto a las formaciones económico-sociales esclavistas en América
fundan una de sus particularidades en que todas se enmarcan en la invasión y
la estructura colonial. Estas formaciones se impusieron en Brasil, el Caribe y
el Sur de los Estados Unidos desde los momentos más tempranos de la
invasión europea a América y constituyeron uno de los eslabones principales
de la economía colonial y que este fenómeno es una de las características
propias de los regímenes de explotación coloniales americanos. A la vez es
necesario aclarar que prácticamente todo el comercio de esclavos se concentró
en América. La proporción de esclavos sobre el total de la población fue muy
alto en todas las regiones (indiquemos que incluso en Jujuy el porcentaje de
población afroamericana era del 13% sobre el total). Es decir, que las colonias
americanas en su totalidad fueron sociedades con esclavos en una proporción
42
FINLEY, M. Ob. Cit. Pág. 109
43
FINLEY, M. Ob. Cit. Pág. 125-126
21
muy alta, pero sólo Brasil, el Caribe y el Sur de Estados Unidos constituyeron
sociedades esclavistas. Esto fue así porque en estas últimas regiones, las
poblaciones indígenas fueron diezmadas muy tempranamente.
Las sociedades esclavistas americanas reúnen, junto con las greco-
romanas, los mismos 5 elementos que enunciamos en general más arriba.
Las sociedades esclavistas coloniales se instauraron en regiones que, por
una parte, se caracterizaban, al llegar los europeos, por una población
indígena poco densa, y por otra parte representaban condiciones propicias a
las actividades exportadoras, basadas en una economía de plantación de
productos tropicales, o en la explotación de yacimientos de metal precioso.
Resulta imposible calcular exactamente la cifra de población extraída de
Africa. Un cálculo hipotético permite acercarnos a una cifra de unos seis
millones de esclavos importados a América. Si tenemos en cuenta que en el
viaje moría alrededor del tercio de los que salían, la cifra es descomunal.
El modo de producción feudal
Una de las dificultades mayores para distinguir a las sociedades feudales es
la confusión misma que rodea a este término, impregnado de las
determinaciones propias de sociedades específicas, particularmente las del
medioevo europeo, y en especial por formas políticas e ideológicas muy
notorias, con las que históricamente se identificó al feudalismo, pero que sólo
se encuentran en algunos ejemplos históricos, como el vasallaje, o la misma
existencia de “feudos”.
Sin embargo, como señala Parain “…la historia ha visto desarrollarse en
numerosos territorios tipos de sociedades que presentan variaciones, más o

menos importantes, pero cuyos caracteres dominantes, en lo que concierne a
las relaciones de producción coinciden …”.44
A pesar de los esfuerzos para definir caracteres universales del modo de
producción feudal, los historiadores frecuentemente se vieron tentados de
incluir en la definición características específicas de los casos que ellos
mismos estudiaban. Es por esto que no seguiremos a un solo autor para
sistematizar los caracteres dominantes, sino que tomaremos los elementos que
nos parecen fundamentales para construir una definición lo más ajustada
posible.
“El modo de producción feudal hegemónico en estas formaciones agrarias
precapitalistas se caracteriza a la vez porque: las relaciones de producción se
establecen en torno al objeto de producción que es la tierra; el trabajador
agrícola (que es campesino, no esclavo) tiene derecho al usufructo y
ocupación de la tierra y la propiedad de los medios simples de producción; los
señores (clase de poder) poseen la propiedad feudal de la tierra y el derecho
sobre los excedentes de la producción que obtienen por coacción”. 45
Resulta relevante esclarecer que los derechos de propiedad en las
sociedades feudales aparecen distribuidos de manera diferente en cada
momento, pero en ningún caso se trata de propiedad plena sino de derechos
diferentes sobre el fundamental medio de producción. Los campesinos pueden
ser propietarios o no de la tierra, y en general no lo son, pero tienen el derecho
(y la obligación) de permanecer en la misma y usufructuar de la misma para
satisfacer sus necesidades económicas y no económicas. A su vez, los señores,
generalmente tienen derechos de propiedad sobre la tierra (aunque en algunos
44
Parain, Ch y otros. El feudalismo. p. 25.
45
Reyna Pastor. Resistencias y luchas campesinas en la época del crecimiento y
consolidación de la formación feudal. Castilla y León, siglos X-XIII Siglo XIX,
Madrid (1980) 1990.
22
casos, como el de la encomienda en América pueden no tenerlos),
frecuentemente la propiedad se encuentra condicionada por diferentes límites.
Pero el derecho fundamental que tienen es el de apropiarse de los excedentes
de la producción de los campesinos; o como lo formular Charles Parain los
señores “…no poseen la dispoción absoluta del suelo, pero … en cambio,
cada uno de ellos tiene derecho de recoger prestaciones, fijadas por la
costumbre, sobre el producto o sobre la heredad de sus inferiores”. “Los
campesinos, por tanto, trabajan la tierra para subvenir a su subsistencia y para
producir los excedentes necesarios a quienes no la trabajan, excedentes que
entregan directamente o a través del mercado….”46
El problema principal para definir al modo de producción feudal (que
comparte con el modo de producción asiático y el esclavista) es que al
articularse sobre la base de la coacción extraeconómica, parecería ser que la
política queda incluida dentro del modo de producción. Es así que:
“Las relaciones de producción se establecen a través de vínculos
personales que someten al campesino (individualmente o por grupos) a
prestaciones de variado tipo (trabajo directo o entrega de productos) y le
imponen trabas extraeconómicas que limitan su libertad y propiedad personal
de manera que ni su fuerza de trabajo ni el producto de su trabajo son
propiedad de intercambios libres” 47.
Parain señala: “A esta base económica corresponde toda una red de
vínculos personales: una parte de los trabajadores –la mayoría en las épocas
de desarrollo típico- no goza de una completa libertad personal; no hay
“esclavitud” (propiedad de la persona), sino “servidumbre” (vinculación del
campesino con su amo y más tarde con su explotación; pero, incluso entre los
46
Ibid.
47
Ibid.

mismos señores, el sistema de propiedad está unido a un sistema de deberes
(sobre todo militares) para con la persona del superior.48
Siguiendo a Maurice Dobb entendemos por coacción o coerción
extraeconómica
“Una obligación impuesta al productor por la fuerza, e independientemente
de su voluntad, de cumplir ciertas exigencias económicas de su señor, ya
cobren éstas la forma de servicios a prestar o de obligaciones a pagar en
dinero o en especie. Esta fuerza coercitiva puede ser el poder militar del
superior feudal, la costumbre respaldada en algún tipo de procedimiento
jurídico o la fuerza de la ley.”49
Eduardo Azcuy Ameghino señala “…nuestra propuesta identifica al modo
de producción feudal con la vigencia de relaciones sociales feudales, que
corresponden siempre a un determinado grado del desarrollo de las fuerzas
productivas…”50
Rodney Hilton señala algunos rasgos de estas fuerzas productivas, que al
calor de las discusiones sobre las relaciones sociales de producción
frecuentemente quedan soslayadas: “…organización del proceso de trabajo en
torno a la familia, unidad productiva de base; su frecuente asociación en
unidades sociales más amplias, como la aldea, caracterizadas en ocasiones por
elementos de propiedad comunal o derechos colectivos que les dan
consistencia; la extracción de esta misma clase de los demás trabajadores de
una economía campesina, como jornaleros agrícolas y artesanos rurales, que
pueden considerarse parte integrante del campesinado…” 51
48
Parain, Ch. op. cit. p. 27
49
Dobb, Maurice. Estudios sobre el desarrollo del capitalismo. Siglo XXI, Buenos
Aires, 1976 p. 54.
50
Azcuy Ameghino, Eduardo. Trincheras en la historia. Imago Mundi, Buenos Aires,
2006p. 20.
51
Citado en Reyna Pastor op. cit. pp. 5-6.
23
Que la organización del trabajo recaiga sobre la familia (entiéndase que no
se trata de la familia moderna, sino de formas familiares propias de la época
que incluían tanto la familia nuclear como extendida y a un sector variable de
agregados, allegados, que se sumaban al núcleo familiar) tiene su correlato en
un tipo de tecnología específica. Difícilmente encontremos donde predominan
las relaciones feudales producción masiva como en las sociedades esclavistas
o en el capitalismo. Los instrumentos de producción son aquellos que pueden
poseer la familia, como instrumentos de labranza, animales de tiro, etc. y
cuanto mucho los que pueden construirse en torno a la cooperación de algunas
familias juntas como un molino, o un granero.
Así Parain señala: “Es exacto que la servidumbre, en el plano económico
corresponde a la pequeña explotación agrícola, al pequeño cultivo, y que en
cambio el modo de producción esclavista condujo en la agricultura a la gran
explotación…en el modo de producción feudal, el pequeño cultivo se
encontraba en un nivel sensiblemente más elevado en cuanto a la técnica si se
le compara con la pequeña explotación proveniente de la descomposición de
la sociedad primitiva. El molino de agua, el lagar y el horno para pan, entre
otros inventos, nacidos del régimen de explotación antigua, habían llegado a
ser los complementos necesarios para una productividad satisfactoria. Se
imponía la necesidad de combinar las ventajas de la pequeña explotación, en
la que el pequeño productor podía hacer alarde de gusto, de ardor por el
trabajo, de iniciativa (de forma opuesta al esclavo) con las ventajas de los
medios de producción, cuya creación y mantenimiento superaban a las fuerzas
de la pequeña explotación. Estos medios de producción acabaron estando en
manos del señor de tal suerte que el señor apareció como “el organizador y el
amo del proceso de producción y de todos los procesos de la vida social”. 52
“Todo esto se traduce en la coexistencia de la propiedad feudal del señor
sobre la tierra y de la propiedad individual del campesino sobre los
52
Ch. Parain. op. cit p. 30 entrecomillado interno corresponde a Karl Marx, El capital
Libro III T. IV. Cap. II.

instrumentos individuales de producción, con disfrute hereditario de su
parcela. 53
A partir del estudio de los casos particulares, todo parecería indicar que la
condición necesaria para el desarrollo de sociedades feudales es la
preexistencia de comunidades campesinas libres y no necesariamente de la
disolución de sociedades esclavistas, las cuales fueron excepcionales. Daría la
impresión de que la producción campesina, sobre la base de la explotación
familiar, preexistió a las relaciones feudales.
“Estas explotaciones y su organización en comunidades de aldea,
resultaron suficientemente productivas como para, una vez perdida su
autonomía, poder satisfacer sus necesidades económicas y al mismo tiempo,
sostener a una clase ociosa que les imponía bajo diversas formas, la entrega de
un excedente, bajo la forma de tributo. La existencia de la comunidad de aldea
daba una fuerza que superaba ampliamente las posibilidades del individuo.
“en los momentos más favorables, los campesinos pudieron así establecer
entre ellos y los señores un relativo equilibrio limitando de ese modo la
explotación a que se hallaban sometidos y conservando recursos suficientes
para ampliar su producción no sólo para su propio beneficio individual, sino
también a escala social. Pero, sin embargo, no había nada más inestable que
este equilibrio. Por una parte sus elementos se transformaban con el desarrollo
de las fuerzas productivas (roturaciones, técnicas agrarias, modos de cría de
ganado). Por otro lado, la relación de fuerzas era modificada sin cesar por la
determinación más o menos grande las comunidades aldeanas o por el
funcionamiento más o menos vigoroso de la organización política feudal. 54
En cuanto a las formas políticas que integran este modo de producción
revistieron formas diversas, pero resulta relevante destacar que si bien las
sociedades históricas en donde se desarrolló el modo de producción feudal
podían mostrar diversos grados de disgregación política –desde la
53
Ibid. p. 30.
54
Ibid. p. 38.
24
desaparición completa de unidades mayores a una localidad o una pequeña
región- hasta la concentración de vastas regiones del globo bajo un poder
imperial (como en el caso de la España del siglo XVI) las relaciones políticas
se establecieron en todos los casos como vínculos y obligaciones de tipo
individual/familiar, en escalas jerárquicas que combinaban la explotación
económica con la dominación política. Reyna Pastor graficaba estas
relaciones como una cadena por cuyos eslabones se trasmitían obligaciones y
beneficios desde los estratos más poderosos hasta los más subordinados en un
movimiento ascendente y descendente y a modo de contraprestación. Se
entendía que frente a cada obligación impuesta, debía establecerse algún
beneficio al obligado. Pero aclaraba la historiadora que mientras que en
sentido ascendente de la cadena circulaban principalmente bienes económicos
(tributo), en el descendente circulaban bienes simbólicos (honores, protección,
algún tipo de privilegio “espiritual”, etc.) La organización política de las
sociedades feudales tiende a perder el sentido de “lo público”, que caracteriza
al resto de las sociedades complejas. Las relaciones políticas no se entienden
como “representación”, sino como vínculo directo entre individuos/familias,
en una escala con núcleos intermedios jerarquizados. Cada individuo/familia,
ocupa un lugar específico en la cadena de acuerdo a conjuntos de cualidades,
marcadas por la costumbre y eventualmente sancionadas por la ley (no
entendida como ley general sino particular) o por algún contrato. Así las
cuotas de libertad personal, las obligaciones que se establecen, los derechos y
obligaciones, no corresponden a las clases sociales en general, sino a los
individuos/familias en particular.
Tanto en el modo de producción feudal, como en el asiático y el esclavista,
la política y la ideología tienen un lugar particular, ya que configuran las
fuerzas principales que mueven a los productores directos a entregar su
trabajo sobrante. Mientras que en la esclavitud se ejerce la violencia directa y
permanente, en los otros dos modos de producción, la violencia se combina
con formas consensuales en donde la religión toma un lugar de preeminencia.
Las relaciones sociales y las obligaciones de cada sujeto toman la forma de
una “jerarquía cósmica” un orden creado por los dioses, que de no cumplirse
 25

no sólo acarreará castigos para los individuos “desobedientes” sino la

catástrofe y la destrucción para el conjunto de la sociedad que integran.