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Introducción

El narcotráfico se considera una actividad ilegal y una preocupación de seguridad


nacional para muchos Estados. Sin embargo, se vuelve más complejo y difícil de
combatir a medida que se adapta y se expande en el mundo. Este informe desarrolla un
estado del arte sobre el narcotráfico desde diferentes perspectivas con el fin de
profundizar en la comprensión de este fenómeno que opera allá en las fronteras
nacionales. Es cierto que el tema del narcotráfico ha sido abordado desde diferentes
disciplinas y subtemas, entre los que destaca las relaciones bilaterales
mexicoestadounidenses; el estudio generalizado del fenómeno a partir de visiones
periodísticas, tratando de enmarcar la problemática en un contexto nacional sin tomar
en cuenta las especificidades regionales; estudios que se especializan en las
implicaciones sociales y culturales del consumo de drogas, así como su abordaje a
partir de las expresiones simbólicas que del tráfico de drogas se desprenden, ya sea
literatura, pintura, música, entre otras, esto último refiriéndonos a lo que algunos
investigadores llaman narcocultura, concepto que se ha expuesto morbosamente a
través de los medios de comunicación.

En relación con lo anterior, consideramos al tema del narcotráfico como un terreno


fértil, situación que abrió la posibilidad de ser abordado a partir nuevos métodos y
enfoques desde la historia regional. La vida ilícita como parte de la costumbre, la
percepción de que el dinero “rápido” que deja la droga contribuye a mejorar la
condición económica, la corrupción en las corporaciones policiacas, la aceptación de
que en ese territorio pueden convivir dos jurisprudencias: la convencional y la formal,
nos lleva a explicar la aparición del narcotráfico como un elemento sociocultural
devenido de un contexto histórico particular.
Territorio, enclaves y rutas de comercialización
Un mercado ilegal nace cuando existe una demanda efectiva y potencial insatisfecha de
bienes y servicios, cuyos usos o prácticas han sido prohibidos. Sin embargo, para hacerse
efectivo debe haber una serie de actores que, a pesar de las sanciones impuestas por una
sociedad que castiga la producción y comercialización de estos productos ilegales, se atreve a
evadir las leyes y los controles estatales para dominar y manejar este mercado. Por tanto, para
entender la transnacionalización de la economía ilegal centrada en las drogas, así como las
respuestas que se han implementado para detenerla, es necesario vincular al narcotráfico con
la transformación de los Estados y los mercados en territorios específicos donde se produce y
procesa droga; saber cómo se han conformado históricamente estos espacios, qué procesos
anteceden y preceden al narcotráfico como forma dominante en las economías regionales.

Las condiciones históricas en las que la región se ha enganchado con el comercio de


enervantes tienen relación con el surgimiento de espacios propicios para la siembra y cultivo
de éstos, en los que intervienen elementos geográficos, pero también construcciones
simbólicas en cuanto al entramado de redes criminales basadas en códigos o reglamentos
específicos que son válidos dentro de un grupo o clan en particular; el surgimiento de estas
reglas, al margen de aquellas consideradas legítimas por el Estado, daba cuenta del desarrollo
de fuerzas externas a partir de actividades económicas ilegales.

La economía de los enervantes –en este caso nos referimos a la siembra, procesamiento y
tráfico de los derivados de amapola y mariguana– se convirtió en una actividad de subsistencia
para aquellos miembros de los clanes dedicados al cultivo y extracción de droga,
principalmente habitantes de las comunidades serranas productoras, el resto de los
integrantes de las redes se dedicaban a la intermediación y tráfico del producto. En este
sentido, Culiacán, Badiraguato, Mocorito y Sinaloa de Leyva aparecen constantemente en la
prensa e informes oficiales señalados como espacios conflictivos donde se siembra y cosecha
enervantes: opio y mariguana; múltiples causas o razones han tenido que ver con dicha
caracterización, entre ellas, las condiciones geográficas y climatológicas, peculiaridades
naturales propicias y una importante orografía que ha posibilitado la siembra de amapola y
mariguana; además de que reúnen situaciones o circunstancias sociales específicas en las
cuales los cultivadores aprendieron mecanismos diversos para llevar a cabo sus tareas
transgresoras, teniendo como base el honor, la lealtad, los vínculos familiares, vecinales y
comerciales
Espacios económicos
La definición de espacios económicos se funda en el supuesto de que cada uno es un centro de
atracción que tiene su propio campo de influencia, como una red de polos que concentran
recursos comerciales. Una empresa podría caracterizarse como una acción que busca
determinados fines de un modo continuo. Esta característica es válida también para la
empresa del narcotráfico, desde la expectativa de la venta de sus mercancías, pasando por la
búsqueda de impunidad, hasta llegar a la obtención de beneficios con fines de corto, mediano
y largo plazo.43 En tal sentido, tenemos entonces una empresa ilegal, cuyo campo de acción es
el mercado de drogas (amapola y mariguana); la región de Los Altos de Sinaloa es aquella
donde se “especializan” las relaciones económicas en torno a la venta de droga, se trata de un
sistema de intercambio a través del proceso de distribución, donde las interconexiones de la
red son hilos que mantienen unida a la región.

Quizá el enfoque analítico para ordenar esta complejidad consiste en una perspectiva de
mercado. El comprender a los narcotraficantes como empresarios que actúan en un mercado
señado por la ilegalidad y la amenaza de la sanción estatal, nos permite cuestionarnos en
torno a la estructuración de estas empresas ilegales, los recursos que se manejan, su
interacción en el mercado y su solución al específico problema del orden dentro de la
ilegalidad.

El desarrollo económico sinaloense hacia la década de 1940, en el inicio del llamado “milagro
mexicano” fue posible gracias al impulso de la agricultura, que junto con la infraestructura
hidráulica beneficiaron a los valles del estado. Durante esta década, en dicha zona se
incrementó la producción de legumbres con fines de exportación, creándose sistemas de
irrigación para el mantenimiento de lo que posteriormente se convertiría en un polo de
desarrollo económico sinaloense. La agricultura fue –y es– un negocio rentable, que adquirió
en poco tiempo carácter industrial, dando por resultado obras de infraestructura pública e
indicios de urbanización en Culiacán
El volumen de los cultivos y los precios de la droga desde hace años
La adormidera o amapola, planta originaria de Asia Menor, se produce en terrenos ubicados
entre los 500 y 2 000 metros de altura, resistente a las heladas pero vulnerable a las sequías,
posee unas flores de cuyo fruto o cápsula se extrae un líquido de propiedades farmacológicas
muy definidas: la incisión de las capsulas permite el flujo de un látex blanco lechoso,
compuesto conocido también como pasta de opio que al oxidarse adquiere un color oscuro; se
considera que cada mata de adormidera es capaz de producir aproximadamente cinco gramos
de opio bruto y que el rendimiento por hectárea, cuando es buena cosecha, fluctúa entre los
20 y los 40 kilos; en una excelente cosecha se producen hasta 60 kilos. El cultivo de goma de
opio exige un delicado trabajo de recolección; la planta logra una altura de 60 u 80
centímetros y produce una flor de variados colores, que van desde el blanco hasta el morado,
pasando por el rosado y siendo los más comunes el rojo y el anaranjado. Los cultivadores
utilizan como referencia para recoger el opio crudo o látex el desprendimiento de los pétalos
de las flores.

La adormidera se utilizó como medicamento para aliviar dolores e insomnios y como una
planta de ornato en los jardines particulares y plazas públicas de Culiacán. En contraste, las
autoridades anuncian destrucciones de plantíos en la región alteña, por ejemplo, 14 hectáreas
en El Encinal, sindicatura de Tepuche, a pocos kilómetros de Culiacán (1951) y cinco hectáreas
en El Divisadero, cerca de Altamura (1958), también en Sinaloa. En 1952, el opio decomisado
en gramos, algunos kilos o en cantidades mayores, no pasa de 200 kilos.

Los precios del opio, la heroína y la morfina varían según el lugar de producción y el año. Hacia
1950, el salario de un sembrador de amapola era de cuatro pesos diarios, el precio de venta
del kilo de goma en la sierra de Badiraguato se estimaba entre 200 y 300 pesos, una vez
trasladado a Culiacán llegaba a costar alrededor de mil a mil 200 pesos.

En 1951 el cigarrillo de mariguana a la venta en las calles de Culiacán costaba 1.20 pesos cada
uno,70 un gramo de heroína costaba 125 pesos en Culiacán (1954). En Tijuana, la onza (28.35g)
de heroína costaba 72 200 pesos (1955). En Nogales, Sonora, el precio por kilo alcanzaba los 25
mil pesos (1953), mientras que en Culiacán, entre cuatro y cinco mil pesos (1955), y 10 mil
pesos en Mexicali (1958).

Esro son solo los precios, ahora nos imaginamos las grandes cantidades que los grupos
narcotráficos han estado ganando desde hace décadas .
Conclusión
Se ha analizado el narcotráfico en México, mediante un enfoque histórico y comparativo,
atendiendo las estrategias y resultados de la guerra contra el narcotráfico. Después de un
sexenio de la lucha del gobierno contra el crimen organizado, México sigue padeciendo altos
niveles de violencia e inseguridad, pero aún se sigue usando la misma estrategia errónea de
años pasados.. En los últimos 40 años, los EE.UU. ha gastado más de un billón de dólares
apoyando la Guerra contra las Drogas en distintos países de Latinoamérica, no obstante los
resultados han sido limitados, ya que actualmente las drogas son más baratas y más puras.
También se han expuesto las etapas que conforman dicho proceso, con énfasis en desentrañar
las redes existentes y demostrando que más allá de las versiones sensacionalistas que se
difunden sobre el tema, el narcotráfico en la sierra sinaloense no se traduce en lujos y
ostentaciones; por el contrario, las posibles ganancias existentes no llegaban a tod
Fuentes de información

Libro 1: Rosen, Jonathan Daniel; Zepeda Martínez, Roberto LA GUERRA CONTRA EL


NARCOTRÁFICO EN MÉXICO: UNA GUERRA PERDIDA Reflexiones, vol. 94, núm. 1, 2015, pp.
153-168

Libro 2: El narcotráfico en Los Altos de Sinaloa (1940-1970) Juan Antonio Fernández Velázquez
ISBN: 978-607-502-695-4

Fuente de información del internet:


https://cide.repositorioinstitucional.mx/jspui/bitstream/1011/668/1/000001806_documento

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