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PARAMO DULCE

Entre las altas montañas más altas de donde se devuelve el viento,


protegidas cada montaña de la espesa niebla y calentadas por el bello
atardecer del sol de los venados, aparecía un espíritu que divagaba en los
caños cristalinos, en las orillas de los riscos, entre el bosque espeso del
chusque.
Los habitantes cercanos rumoraban que de un tiempo para acá ya no se
sentía y de vez en cuando bajaba sigilosamente y se entraba a las casas y se
robaba el azúcar, todos inquietos se preguntaban:
¿Quién es el espirita?
¿para qué quiere el azúcar?
Nadie lo sabía, los habitantes fueron dando ofrendas de azúcar al espíritu
para que los protegiera. Un día los habitantes no siguieron dejando el azúcar
y el páramo se tono desolado, los frailejones no florecieron, las lagunitas se
secaron, el águila no volvió a hacer sus sonidos.
Todos se preguntaban qué estaba pasando, sería posible que al no dejar
azúcar al espíritu del parama todo decayera.
Entonces ellos decidieron llamar al Dios Chibchacum con su gran poder tomo
las rocas más grandes del valle y las apilo en forma de pico en un gran
acantilado y las cubrió con hermosos musgos, frailejones, cardones y
orquídeas y este quedo como un gran cerro imponente en el abismo y su ave
al unirse con la planicie.
Al día siguiente en una mañana muy fría todo el páramo estaba cubierto de
finas gatas cristalinas, los habitantes las probaron y eran muy dulces como el
azúcar, y ven a los lejos sobre el cerro que había creado Chibchacum con el
espíritu tomaba forma de un gran oso al cual le resultaba sus ojos como un
par de antejos, este esparció el azúcar que ofrendo y se convirtió en el frio
roció de la montaña, el cual ayudaba al paramo a generar el agua cristalina.
Desde entonces todas las mañanas cada vez que cae el roció los habitantes
comentan: está cayendo del roció dulce desde el cerro pan de azúcar hogar
del oso negro de grandes anteojos espíritu protector del páramo.

Tema: Cuento
Alumna: María Samntha candil sarmiento
Curso:5
IED:El dorado pio XII

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