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EL NOMBRE Y EL NOMBRADO

DEDICACION

En el nombre de Allah, el Todo Misericordioso y Compasivo.

Alabado sea Allah, el Eterno, y bendiciones para nuestro maestro Muhammad, su familia, sus
descendientes y sus compañeros, a todos y cada uno de ellos.

Este humilde servidor, lleno de faltas, polvo bajo los pies de los amantes de Allah, en humilde
acatamiento a las solicitudes de mis hijos espirituales, la luz de mis ojos, recopiló esta obra después de
consultar las obras de muchos santos, amantes, y amados de Allah, quienes son la mano del poder de
Allah y la lengua del poder de Allah, que sus almas sean santificadas. Allah dice en una divina tradición
sobre ellos,…. me vuelvo sus manos….”

Por lo tanto según lo ordenado por mis compañeros en el Camino de la Verdad, traduje de las obras de
estos maestros, y cuando lo he estimado necesario he incluido un comentario. Que no haya duda que esta
humilde persona y su lápiz en su mano es similar al “arquero y la flecha en Su mano.”

Si alguno de mis hijos espirituales, o un buscador sincero, se digna a examinar este libro, le ruego que me
perdone por mis descuidos y errores, y rezo para que recuerden a este humilde servidor de Allah en sus
rezos y súplicas. Mi petición por lograr mi cometido viene de Allah. Me apoyo en Él y cuento con Él.

PROLOGO

Allah dice que,

Él enseñó a Adán todos los nombres (Surah Baqarah 31)

Allah posee los nombres más bellos. Empléalos, pues, para invocarle
(Surah A’raf 180)

El Mensajero de Allah dice: “Allah tiene noventa y nueve Nombres, uno menos que cien; quienquiera los
cuente, entra al Paraíso (Sahih Bukhari, Sahih Muslim).

Las Verdades Divinas, los mandamientos, los atributos, y Sus Hermosos Nombres, dados a la humanidad
suman noventa y nueve. El que encuentra en él estos Nombres, entra al Paraíso. Pero, por sobre los
noventa y nueve Nombres hay una verdad que pertenece a Dios, solo al Señor del Poder, y es Su Nombre
Más Grande. Este Nombre es el señor de todos los nombres. El universo, toda la existencia, está
contenido en estos cien Nombres.

Hadrat Ibn ‘Arabi dice que todo el universo gira alrededor de cuatro reinos celestiales: el Reino Más
Elevado, el Reino Evolutivo, el Reino Regenerador, y el Reino de los Mundos Interrelacionados. De los
noventa y nueve Nombres que Dios le enseñó al hombre, veinte pertenecen a las realidades en el Reino
Más Elevado del universo grandioso, veinticinco pertenecen el Reino Evolutivo, el Reino Regenerador
tiene cuatro, y el Reino de los Mundos Interrelacionados contienen diez. Todas estas realidades, verdades,
y cualidades existen también en el ser humano. Las principales realidades propias del grandioso universo
son otros treinta y nueve Nombres. Todos ellos también están incluidos en el ser humano. Por lo tanto
todo el universo contiene un total de noventa y ocho atributos, mientras que la humanidad contiene un
atributo especial que nos conecta personalmente con nuestro Señor, y este es un secreto entre nosotros. Es
lo que hace al ser humano merecedor de ser el representante de Dios en el mundo.

Y cuando tu Señor dijo a los ángeles: "Voy a poner un sucesor en la tierra…(Surah Baqarah30)

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Y Él le dijo a la humanidad,

He creado todo para ti, y a ti te he creado para Mí (Hadiz Qudsi)

Allah dice:

No he creado a los genios y a los hombres sino para que Me sirvan. (Surah Dhariyat 56)

Algunos intérpretes le dan el significado a la palabra li-ya’budun el de “adorarme” o “servirme”, pero el


mejor de los intérpretes, Ibn’ Abbas, le da el significado de li-ya’rifun, “conocerme”. Y el Mensajero de
Allah dice, “Aquel que se conoce a si mismo conoce a Su Señor.”

Y Allah para

ha enseñado al hombre lo que no sabía. …. (Surah Alaq 5)

ha puesto

En la tierra hay signos para los convencidos, y en vosotros mismos también. ¿Es que no veis? (Surah
Dhariyat 20-21)

Si no sabemos que existimos, no podemos entender el significado de la existencia. Sabemos que el Señor
existe, porque nosotros y todo el universo existimos, porque fuimos creados por Él. Él es Aquel que
también creó el conocimiento, el conocimiento contenido en Sus nombres que le enseñó a Adán. Ese
conocimiento, heredado por todos los seres humanos, proviene de Él, para Él, y es el camino a Él; el
camino al Todo Conocedor.

La vida de un ser humano también viene de Él y para Él, y a Él retornamos. Ver, oír, hablar; poder,
voluntad, compasión, amor, capacidad para perdonar todo: estas no son solo palabras, sino cualidades
divinas dadas a la humanidad y que provienen de los atributos de Dios. Identificándonos con estos
nombres, podemos conocernos a nosotros mismos y conocer a nuestro Señor, ya que estos atributos son
comunes a ambos.

Pero todos estos atributos divinos están ocultos en la profundidad de nuestro ser. Es difícil, de hecho casi
imposible, llevarlos a nuestra conciencia, y vivir de acuerdo a ellos.

Sin embargo debemos darnos cuenta que el único camino a la paz, la salvación, la felicidad, y el Paraíso
en este mundo y en el Más Allá, el único medio para lograr la perfección como ser humano, es
conectándonos con nuestro Señor. Y la única esperanza de estar con Él es asumiendo Sus Hermosos
Nombres, Su carácter divino y moral. Debemos intentarlo.

Para ser capaces de comenzar en este camino de felicidad, para acercarnos a nuestro Señor, tenemos que
limpiar nuestros corazones del amor y las preocupaciones de este mundo. Consideremos a un simple
estudiante, quien dándose cuenta de la belleza y perfección del conocimiento de su maestro quiere
recibirlo. Pero si está hambriento de comida, la necesidad de su cuerpo le impedirá aprender.

El lugar de la humanidad en la creación está entre los animales y los ángeles. Tenemos aspectos de
ambos. Las necesidades y deseos carnales reflejan su lado animal. La vida de los animales está dominada
por el instinto de supervivencia. Para ellos el propósito de sus vidas es mantenerse vivos y dependen de
sus cinco sentidos para ello. Más allá de ver, oír, oler, tocar y gustar, no tienen entendimiento. Para darse
cuenta de algo solo a través de los sentidos, hay que estar próximo a lo que se percibe con los sentidos.
Algo más allá de lo que la vista puede ver está por sobre su comprensión. Las únicas emociones que los
animales sienten son lascivia o ira. Esa también es la naturaleza del lado animal del ser humano.

Los ángeles están libres de sentimientos negativos, como también de la lujuria y los deseos del cuerpo, y
sus acciones no están motivadas por esos impulsos. Tampoco están restringidos por la distancia para
percibir y conocer algo. Su comprensión y conocimiento no están limitados por la materialidad: la
realización de la sola existencia material es solo la forma más baja de conocimiento. El principal sentido

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de la existencia para los ángeles y su único curso de acción es su deseo de conocer, encontrar, y estar con
su Señor. Esta también es la condición del lado angelical del ser humano.
Por lo tanto, el primer paso en este camino de Verdad es apartarse del animal en nosotros e ir en la
búsqueda de nuestro lado angelical. El medio de locomoción son los noventa y nueve Nombres de Dios.

No es suficiente escucharlos, leer sobre ellos, nombrarlos de memoria, saber su significado según el
diccionario, incluso el creer sinceramente que son atributos divinos de Dios. Un animal puede oírlos, a un
loro se le puede enseñar a repetirlos, y cualquiera que hable árabe puede saber su significado. Un niño
que apenas sabe hablar puede creer en ellos.

Aquellos que han oído los noventa y nueve Nombres de Dios, leído, memorizado, aprendido su
significado, y creído en ellos ciertamente no lo han hecho en vano. Están mejor que aquellos que no
saben. Sin embargo son gente que sabe solo lo que han oído de otros. Saben los Nombres pero no
conocen al Nombrado. Son como aquel que está hambriento y que trata de satisfacer su hambre diciendo
“pan, pan, pan”; todo el beneficio que esa persona puede esperar es que la repetición incremente su deseo
y esfuerzo por encontrar pan y comérselo.

Debe haber una preparación interna para acercarse a nuestro Señor. Primero tenemos que tratar de
deshacernos de nuestro ser animal que es dominante en todos nosotros. Para asumir el carácter angelical,
que es innato pero está oculto en el ser humano, tenemos que elegir de entre los atributos divinos en la
medida que podamos, y tratar de vivir nuestras vidas diarias de acuerdo a ellos. Entonces, si es la
voluntad de Allah, este esfuerzo ayudará a que nuestra imitación se haga real.

Segundo, al aplicar en nuestras propias vidas las trazas de los atributos de nuestro Señor, debemos
aumentar el valor de esas cualidades. Por ejemplo, si encontramos en nosotros una habilidad para ser
compasivos, un sentimiento de dolor porque alguien sufre, debiéramos darnos cuenta que ese sentimiento
es una minúscula parte de solo un uno por ciento de la compasión que Dios dio a toda Su creación desde
el comienzo hasta el fin de los tiempos. Cuando nuestro corazón está lleno de asombro frente a la
enormidad de la compasión de Dios, esto nos alentará a ser compasivos hasta el límite de nuestra
capacidad.

Esfuerzos como este nos capacitarán para llegar al nivel final de detectar la conexión entre los atributos
de nuestro Señor y sus huellas en nosotros. Luego debemos establecer nuestra relación con el universo
que nos rodea, ver las similitudes entre toda la existencia material y nosotros, ver que el ser humano es el
microcosmo del macrocosmo en donde los atributos de Dios están reflejados.

Ahora bien, los atributos de Dios, reflejados en su creación y concentrados en el hombre, ¡no son Dios!
Sin embargo tampoco son otra cosa que Dios. Las cualidades comunes entre Dios y el hombre no hacen al
hombre como Dios. Una cosa puede parecerse a otra porque ambas pueden tener características similares.
Blanco y negro son opuestos, sin embargo tienen aspectos similares: son identidades, propiedades de
objetos; ambos son colores, y ambos son visibles, por nombrar unos pocos.

Dios existe y nosotros también; Dios escucha, ve, conoce, desea, vive, tiene poder; también el hombre. La
existencia de Dios es eterna, la nuestra es temporal. Él es autosuficiente; nuestra existencia depende de
Él. Su existencia no está contenida en un espacio; la nuestra está limitada al tiempo y espacio. Sus divinos
atributos reflejan Su infinidad: Él todo lo ve, todo lo oye, todo lo sabe, infinitamente. Esta condición no
puede ser comparada con los minúsculos indicios de estas cualidades en nosotros.

Dios dice de Sí mismo:

No tiene par (nada es su igual) (Surah Ikhlas 4)

Sin embargo Él le enseñó a nuestro padre Adán Sus hermosos Nombres y puso en él las huellas de Sus
divinos atributos, para que Adán pudiera conocerlo a Él.

Pero incluso aquellos que más Lo aman y que han dedicado todas sus vidas a Él, como el santo Hadrat
Junayd Baghdadi, dice: “Solo Allah conoce a Allah.” Así dijo aquel a quien Dios más ama, nuestro
Profeta Muhammad (saws), a quien se le dio un Nombre que redujo los 70.000 velos entre el Creador y su
creación quedando así un solo velo entre ellos, por el verso:

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Glorifiquen el Nombre de su Señor, el Más Alto (Surah A’la 1).

El amado de Allah y todos los Musulmanes repiten el nombre A’la, el Altísimo, una y otra vez, diciendo
subhana rabbiy al-A’la, Gloria a mi Señor el Altísimo, en prosternación durante sus rezos. Se nos enseña
que podemos elevarnos a lo más alto y acercarnos a nuestro Señor solo haciéndonos humildes al extremo
frente a Él. Pero incluso el Profeta (saws), que fue llevado a su Señor a través de la ascensión durante su
vida en el mundo, dijo: “Juro por Dios que nadie excepto Allah puede conocer a Allah, tanto en este
mundo como en el Más Allá.”

Si alguien ha asumido las huellas de estos divinos atributos, y ha embellecido su carácter con los Más
Hermosos Nombres, ve la mano de Dios en Su creación y ve similitudes entre él y el resto de la creación,
es justificable si dice: “Yo conozco a Dios.” Es como si le mostraran una hermosa obra de arte de un
artista a quien no ha conocido, y le preguntaran si conoce al artista. Él podría decir: “No, no lo conozco,”
y sería verdad. O podría decir: “Si, siento que lo conozco. Puedo ver que él es un genio, sensitivo,
creativo, observador, poderoso, ama aquello que es hermoso, y es capaz de expresar sus sentimientos de
una manera hermosa. ¿Cómo puedo decir que no lo conozco? Además, siento afinidad con él …” Esta
afirmación es tan verdadera como la primera. La diferencia entre las dos es que si alguien dice que conoce
al Uno que creó todo esto se beneficia más de lo que ve, y está más cerca del Creador, que otro que dice,
en verdad, que no Le conoce.

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GUIA PARA EL ESTUDIO DE LOS MÁS HERMOSOS NOMBRES DE DIOS

Hemos hecho una introducción del significado de cada Nombre, que es como una gota de un océano. La
gota no es el océano, sin embargo es del océano.

A continuación, hemos sugerido como el hombre puede relacionarse con ese Nombre Divino y ver los
indicios de Él en el mismo.

Ahora sigue la descripción de aquel que puede tener éxito en asumir los indicios de cada Atributo Divino,
y hacerlo parte de su vida, convirtiéndose verdaderamente en un servidor de Dios.

Y finalmente, con renuencia, hemos incluido usos tradicionalmente aceptados de los Nombres Divinos
como medios para curar muchos males. Debemos advertir a aquellos que se vean tentados a usar el
nombre de Dios en vano. Aún cuando no tenemos ninguna duda que estos nombres son salutaciones de
gran poder, una espada en las manos equivocadas causará daño a las manos que la toman. La siguiente
historia es la mejor explicación a nuestra advertencia.

Un hombre se encontró con el santo Hd. Junayd al Baghdadi en uno de sus viajes, y le preguntó si podía
ser su compañero en ese viaje. El santo aceptó. Llegaron a un río que tenían que cruzar, pero no había
puente ni bote para cruzar. El santo le dijo a su compañero: “Con el permiso de Dios vamos a cruzar este
río caminando. Tómate de mi mano y yo voy a recitar una oración, y tu dices ‘como el Sheikh dice’;
entonces caminaremos sobre el agua.” El compañero estaba dubitativo, pero pensó que valía la pena
intentarlo, así que le tomó la mano al sheikh. El sheikh dijo: “Ya Allah,” y el hombre dijo, “como el
sheikh dice”; y efectivamente comenzaron a caminar sobre el agua. Ya en la mitad del río, el hombre
pensó que si bien al comienzo había creído que el sheikh recitaría ciertos rezos secretos que el no sabía, el
simplemente estaba diciendo “Ya Allah,” y se sintió ridículo repitiendo “Como el sheikh dice.” Entonces
decidió el mismo decir “Ya Allah” y de inmediato se hundió en el agua. El sheikh, sacándolo del agua,
exclamó: “Hombre estúpido, ¿crees que tienes el corazón y la boca para decir el Hermoso Nombre de
Dios?”

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ALLAH

Allah es al-ism al-a’zam, el Más Grande de los Nombres, que contiene todos los divinos y hermosos
atributos y es el signo de la Esencia y la causa de toda existencia.

Allah, la causa de toda existencia, no se asemeja de ninguna manera a nada de Su creación. Allah es solo
el nombre de Allah. Nada puede de ninguna manera asumir el nombre ni compartirlo. Como dice el
Qur’an,

¿Sabes de alguien que sea Su homónimo? (Surah Maryam 65)

El nombre Allah contiene cinco significados, cualidades que indican que Allah no se asemeja con nada.
Ellos son:

Qidam: Él es antes del antes. Él no llegó a ser: Él siempre fue.


Baqa’: Él es después del después, eterno: Él siempre será.
Wahdaniyya: Él es único, sin igual, nada se le asemeja, es la causa de todo. Todo está en necesidad de Él,
todo ha llegado a ser por la orden “¡Sé!” y por Su orden ha dejado de existir.
Mukhalafatun lil-hawadith: Él es el Creador, y en nada se asemeja a lo creado.
Qiyam bi-nafsihi: Él es auto-existente, sin ninguna necesidad.

Allah es perfección. La extensión de esta perfección es infinita. El Más Grande los Nombres, Allah,
contiene ocho elementos esenciales indicando la perfección de Allah:

Hayah: Allah es siempre viviente, eterno en el pasado y eterno en el futuro, ininterrumpido. Él es


independiente de todo excepto de Su propio conocimiento eterno de estar vivo. Esta vida, independiente
de cualquier cosa, como carne, hueso o cualquier cosa material, es pura y no se asemeja a ningún otro ser
vivo.

‘Ilm: Allah es el conocedor de todas las cosas, visibles e invisibles, en todo momento. Él conoce “a la
hormiga negra en la piedra negra en la más oscura de las noches”; las vibraciones de un átomo; aquello
que está en la profundidad de nuestros corazones; y los pensamientos de los cuales ni nosotros mismos
estamos conscientes. Él conoce el secreto de los secretos. Él conoce la existencia de cada cosa incluso
antes de ser creada, y la conoce después que ha dejado de existir.

Sam ‘Basar: Allah es el que Todo lo Oye y Todo lo Ve. Él ve lo que es visible e invisible, escucha lo que
es audible e inaudible. La distancia no Le impide escuchar, ni la oscuridad Le impide ver. Él no oye con
los oídos ni ve con los ojos. Él oye y ve con Su Esencia eterna y preexistente a todo sonido, palabras,
formas, colores, aire, viento, movimiento, silencio, pensamientos y memorias.

Iradah: Toda voluntad es de Él. Allah decide que una cosa sea de una forma u otra, y nadie es capaz de
cambiarla. Todas las cosas que existen lo hacen porque es Su voluntad que así sea. Todo será cuando Él
decida que sea, y en la forma que sea Su voluntad, y se acabará cuando sea Su voluntad, a la hora
señalada.

Qudrah: Todo poder es de Él. No hay nada que Allah no pueda hacer. Su poder está condicionado por
una sola cosa: Su voluntad. La totalidad de los dieciocho mil universos, y lo que está más allá, están bajo
Su mano de poder. Su poder no depende de ningún otro medio ¡Él es el Uno que hace todo y no se le
puede preguntar cuando, como, o porqué!

Takwin: Toda existencia y acciones dependen de Él. Él es el único creador. El todo, sus partes, la esencia
y atributos de cada cosa son creados por Él de la manera más hermosa, perfecta y justa. Hombres, jinns,
los mundos y los cielos; demonios, bestias, plantas, rocas, y joyas; todo lo que puede ser percibido,
sentido, e imaginado, son creados de la nada. Solo Él existía antes de que nada existiera. Entonces Él creó
la creación, no porque lo necesitara, sino que para manifestar Su amor, Su voluntad, Su sabiduría, Su
poder, y Su compasión.

Kalam: La palabra, todo aquello que es dicho y oído, es de Él. Todos los mandatos, ordenanzas, y juicios
de Allah pertinentes a Su creación están en Sus palabras, y están contenidos en el último de los libros
divinos, el Sagrado Qu’ran, que incluye a todos los otros libros sagrados. El Qu’ran es Su palabra final,

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cuyo significado es infinito y para siempre. La palabra de Allah no tiene sonido, no depende del
movimiento de la lengua y los labios, ni de ondas de sonido, o moléculas que chocan unas con otras. No
necesita oídos para ser oída, ni tiene letras que necesitan ojos para ser leídas.

El servidor de Allah puede relacionarse con el nombre divino, Allah, que comprende a todos los nombres,
no tiene atributos imperfectos, y contiene todos los atributos de perfección, buscando con afán el deseo de
convertirse él mismo en un ser humano perfecto. En su intento, tratará de eliminar lo que es imperfecto en
él, y de incrementar lo bueno en él.

‘Abdullah es un servidor que ha recibido el más alto nivel y honor que es posible obtener en esta
creación, porque el Creador ha manifestado en él los secretos de todos Sus atributos. Por lo tanto Allah El
Más Alto ha llamado a Su amado Profeta por este nombre. En la Surah Jinn (19) Allah identifica a Su
amado diciendo:

....el servidor de Allah se puso de pie rezándole a Él.

En realidad, este nombre solo pertenece a Hadrat Muhammad (saws) y a los Qutbs, aquellas personas que
tienen el más elevado nivel espiritual en un determinado tiempo. Estos son los verdaderos herederos de
Su divina sabiduría. Dado que el nombre Allah es el Nombre Más Grande, el nombre de la Esencia de
Dios, está unido por las cualidades de la Unidad y Uni-dad (ver nota 1) de Allah. Por lo tanto, aún si un
servidor ha perdido su propia identidad en unisonancia con Allah, el que sea llamado ‘Abdullah es solo
metafórico.

AR-RAHMAN

Él es quien desea misericordia y bien a toda la creación, en todo momento, sin distinción entre lo bueno y
lo malo, el leal y el rebelde, el amado y el odiado. El derrama sobre su creación infinitas bondades. La
prueba está en el Qu’ran:

Mi misericordia lo abarca todo (Surah A’raf 156)

Aquellos que saben han interpretado el significado de Rahman como la voluntad divina hacia el bien
total, al-iradat al-khayr, y dicen que Rahman, como Allah, es un nombre propio del Creador, y no puede
ser atribuido a otros. Allah dice:

Di: "¡Invocad a 'Alá' o invocad al 'Compasivo'! Como quiera que invoquéis, Él posee los nombres más
bellos". (Surah Isra’ 110)

El significado de misericordia comienza con una pureza de sentimiento, un dolor y preocupación que se
siente cuando uno sabe que alguien está afligido. La presión de este dolor nos mueve a ayudar a la
persona afligida. Pero el sentimiento de compasión no es suficiente. La real compasión está en vigor
cuando uno es capaz de aliviar el dolor y la aflicción de la persona que está sufriendo. Allah está más allá
de todas estas condiciones, sin embargo Él optó por la compasión en vez del castigo, antes de que Él
creara la creación. Él ha creado a toda la creación con su Misericordia. Todo lo que ha llegado a ser,
desde el comienzo, está bendecido con misericordia. Él ha creado a toda la creación, incluyendo a Su
suprema creación, el ser humano, sin defecto y puro. Él ha bendecido a Su creación con infinitas
bondades. En Su misericordia, Él nos ha mostrado los peligros de la perdición y la condenación. Él le ha
dado a la humanidad y solo a la humanidad la libertad de elegir entre el bien y el mal.

Encuentren en si mismos la luz de Rahman usando su libertad para elegir el bien en si mismos y en los
demás. Sientan el dolor del que ha estado mal guiado así como el del desafortunado, sin juzgarlo, sino que
con misericordia y apoyo, y encuentren esperanza en la promesa de Allah de que Su compasión supera
con creces Su ira.

Abu Hurayrah relata que el Mensajero de Allah (saws) dijo: Allah el Altísimo tiene cien porciones de
misericordia. Él ha enviado solo una porción sobre el universo y la ha dividido entre toda Su creación. El
sentimiento de misericordia y compasión que Sus criaturas sienten entre ellos está incluido en esa
porción. Las otras noventa y nueve porciones Él las ha reservado para el Día del Juicio cuando se las
conceda a sus fieles.”

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Otro hadith que refleja la voluntad y el deseo de Allah de ofrecer Su compasión y beneficencia a la
creación es: “si alguien no necesita y no pide a Allah [Su compasión y beneficencia], Allah dirigirá Su ira
hacia él.

‘Abd ar-Rahman es aquel en quien Allah expresa Su misericordia sobre el universo. Cada hijo e hija de
Hadrat Adán toma su parte de misericordia del Misericordioso de acuerdo a su potencial. Nadie está
excluido de esta expresión del Misericordioso. El Profeta (saws), la misericordia de Allah sobre el
universo, dice en una tradición: “Allah ha creado al ser humano en la forma de Su misericordia.”

AR-RAHIM

Él es la fuente de infinita misericordia y beneficencia, quien recompensa con regalos eternos a aquellos
que emplean Su bondad y beneficencia para hacer el bien. Esto es mencionado en el Qu’ran:

Él es Quien, con Sus ángeles, os bendice para sacaros de las tinieblas a la luz. Es misericordioso con los
creyentes. (Surah Ahzab 43)

Ar-Rahim indica beneficencia hacia aquellos que tienen la posibilidad de elegir, y que la utilizan de
acuerdo a la voluntad de Allah y para Su complacencia. Cuando Allah dice, “He creado todo para ti……”
se refiere a la expresión de Su rahmaniyyah. Cuando encontramos esta bondad oculta en todo, incluyendo
en nosotros mismos, y la usamos según Su voluntad, cuidándola tal como se nos ha pedido, por Él, somos
recompensados con la salvación eterna. Allah dice, “…y te he creado a ti para Mí.” Este gran honor es la
expresión de Su rahimiyyah.

Hadrat Mujahid dijo, “Rahman pertenece a la gente de este mundo; Rahim pertenece a aquellos del Más
Allá.” Los que saben rezan: ya Rahman ad-dunya wa Rahim al-ahkirah ”Oh Rahman de este mundo y
Rahim del Más Allá.”. Rahman es misericordia sobre los nafs, el ser que pertenece al mundo. Rahim es
misericordia sobre el corazón. Rahman da sustento en este mundo. Rahim da salvación eterna en el Más
Allá.

La manifestación de Rahimiyyah en los fieles se muestra como agradecimiento a Allah, quien nos da
todo, y también como la capacidad de ser compasivos, preocupados, y generosos, todo dado por Él. La
ausencia de orgullo por sentirse instrumento en hacer buenas obras, y el darse cuenta que Él es el Creador
de los que están en necesidad así como de la satisfacción de sus necesidades: todo esto refleja
Rahmaniyya.

Si uno enfrenta dificultades, ingratitud, y resentimiento, debiera soportarlo por Allah, porque así uno
recibirá su recompensa en esta vida y multiplicada por diez en el Más Allá. No muestren sus buenas
obras, especialmente a aquellos que se benefician de ellas. Sean agradecidos con ellos: si su condición no
existiera, su compasión y generosidad no podría ser ejercida.

En cuanto a los receptores de la compasión y cuidado, ellos debieran ser agradecidos con sus benefactores
y recordarlos bien en todo momento, porque “Aquel que no puede ser agradecido a la gente no puede ser
agradecido con Allah.” Pero esas personas no debieran hacer dioses de sus benefactores, haciéndose sus
servidores en vez de ser servidores de Allah. Ellos deben saber que lo bueno viene solo de Allah; pero el
instrumento que Él elige es un instrumento hermoso, digno de respeto.

Aquellos que encuentran en ellos mismos el sabor de los atributos de Allah, Rahman y Rahim, y se
acercan a su Creador a través de ellos, no pueden tener dudas y tristeza en sus corazones. Ellos saben que
cualquier cosa que suceda, Allah, ar-Rahman, ar-Rahim, tendrá misericordia de ellos, los salvará y los
recompensará.

Por otro lado, aquellos que creen que la compasión de Allah, la misericordia y beneficencia que aparecen
en ellos son sus propias cualidades se tornarán arrogantes, y están destinados a ponerse dubitativos. Esa
duda, en casos extremos, puede empujarlos a quitarse sus propias vidas.

‘Abd ar-Rahim es la persona piadosa cuyo temor y amor a Allah es constante. Su vida es un esfuerzo
constante hacia la perfección de acuerdo a las prescripciones del Islam. Esta es una persona con quien

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Allah está complacido, que es honrado con la manifestación de la compasión y beneficencia de Allah, y
que la expresa hacia otros creyentes de Allah.

Aquellos que, con un sincero sentimiento de compasión en sus corazones, recitan ya Rahmanu ya Rahim
100 veces después de cada rezo obligatorio, pueden ser salvados del olvido, falta de atención, y dureza de
corazón.

Quienquiera recite 100 veces ya Rahim después de cada rezo de la mañana puede recibir misericordia y
compasión de todas las criaturas.

AL-MALIK

Él es el Dueño del universo, el Regente absoluto de toda la creación. Allah es el único Regente de todo el
universo, visible e invisible, y de toda la creación, desde antes del comienzo y después del fin. No hay
nadie como Él porque Él es el Creador de Su Reino, que creó de la nada. Solo Él sabe el tamaño de Su
reino, su número de habitantes, y la fuerza de sus ejércitos. Solo Su voluntad, Su Mandato, y Su justicia
existen. Lo que sucede emana de Su voluntad; lo que Él no desea no sucede jamás. Él no necesita Su
reino, Su reino lo necesita a Él. Él se reina a sí mismo; Él no necesita ayuda para regir. Él ha creado el
universo como el lugar de trabajo para Su creación, y Él ha creado el Día del Juicio como una gran corte
de justicia. En este mundo, sembramos nuestras obras. En el Día del Juicio Final, cosechamos sus
recompensas. Todos recibirán el resultado de sus obras. No hay nadie más que Él en quien refugiarse.

Los servidores de Allah que llegan a conocer a su Señor, encontrando el significado de este Nombre
Divino en ellos mismos, se harán sobrios de la borrachera de creer que sus fortunas, sus altas posiciones,
y su fama provienen de ellos. Aquellos que han servido a reyes terrenales como dioses desearán en
cambio al Señor de sus maestros. Todos sabrán que no han sido dejados solos en este reino divino, sino
que hay un Regente absoluto que ve “a una hormiga negra caminando en una roca negra en la más oscura
de las noches”, así como los pensamientos y sentimientos más secretos que pasan por nuestras mentes y
corazones. Todo lo que somos, y todo lo que hacemos, es visto y registrado; todo será tomado en cuenta
en el Día del Juicio.

La persona que conoce a al-Malik, incluso si es un rey, sabrá que, en el mejor de los casos, es un pastor
que tiene a su cargo, por un corto tiempo, el cuidado de un rebaño que no le pertenece. En la medida de su
capacidad de ser consciente, de su arduo trabajo y devoción, puede esperar recibir recompensa de su
señor. Si es un mal pastor, matando y asando a los corderos, tomando su leche, dejando que los lobos
diezmen al rebaño, ciertamente será castigado. Cuando su trabajo como pastor llega a su fin, tendrá que
rendir cuentas. Es mejor sacar cuentas antes del día en que tenga que rendir cuentas.

‘Abd al-Malik es aquel para quien su Señor es suficiente. Él no necesita nada de nadie excepto de su
Señor. La gente que llega a ese estado recibe el poder y el control sobre sus vidas y sus actos. Su Señor
los nombra como Sus representantes, regentes en sus propios reinos, pues el reino del hombre es su
propio ser. Nuestros súbditos son nuestra lengua, nuestros ojos, nuestras manos, y los demás miembros.
Nuestros ejércitos son nuestras ambiciones, nuestros deseos, nuestra lujuria, nuestra ira. Si los podemos
controlar, y nos obedecen, Allah nos permitirá controlar las vidas de otros también. Por consiguiente,
‘Abd al-Malik es un servidor a quien se le ha dado el poder y el control sobre su propia vida y acciones
como también las vidas de otros, según las órdenes y la voluntad de Allah. La manifestación del nombre
ya Malik, el Rey absoluto del universo, sobre un servidor de Allah es la más difícil de soportar y el
atributo más poderoso manifestado en los seres humanos.

Si alguien verdaderamente llega a un estado donde su Señor es suficiente para él y recuerda


constantemente este Nombre, él aparecerá ante los demás como imponente y respetado por todos.

De acuerdo a una tradición, Khidr(as) enseñó el siguiente rezo para ser recitado 100 veces a una persona
enferma: “Allahumma antal-Malik ul-Haqq ulladhi la ilaha illa anta. Ya allahu, ya Salamu, ya Shafi” y
tres veces “ya Shifa al qulub.” (“Nuestro Allah, tú eres el Verdadero Rey, y no hay otro dios más que tú.
¡O! Allah, ¡O! Fuente de Paz, ¡O! Sanador; ¡O! medicina de corazones”). Si es la voluntad de Allah, la
enfermedad será sanada.

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AL-QUDDUS

Él es el más puro, carente de toda imperfección, defecto, debilidad, inconciencia, y error.

Al-Quddus es equivalente al atributo mukhalafatun li-hawadith. Él es el Creador “que no tiene semejanza


con lo creado”. Esta es una de las cinco cualidades que indica el no parecido de Allah con nada.

Al-Quddus es la pureza única de Allah, en donde Su esencia, Sus atributos, Sus nombres, Sus palabras,
Sus actos, Su justicia no tienen mancha. Ninguno de Sus atributos o acciones se asemejan en nada ni
siquiera a la más perfecta de Sus criaturas. Incluso a las criaturas más perfectas les falta algo en su
esencia, atributos, actos, juicios, o palabras. Por una cosa, son temporales, mientras que Allah el más
perfecto, el más puro, es eterno, libre de tiempo y lugar. Antes de la existencia no había tiempo ni lugar,
sin embargo Allah existía.

Los creyentes que entienden y sienten esta pureza divina desearán alabar a Allah por Su perfección
(taqdis) y evitarán atribuir a Allah (tasbih) cualquier cualidad que sea defectuosa o cualquier estado de
imperfección temporal.

Para encontrar el sentimiento de al-Quddus en nosotros, debiéramos proteger nuestro entendimiento y


conocimiento y no limitarlo solo a las observaciones e impresiones recibidas a través de los sentidos, ya
que no nos llevarán más allá del reino animal. Además, el conocimiento que es propio de los seres
humanos no debiera ser producto de nuestra imaginación. Uno debiera trabajar en purificar la fe
eliminando las dudas. La fe es un todo: la existencia de una sola duda la mancha. Uno debiera tratar de
purificar las devociones y rezos a través de la sinceridad. La sinceridad del rezo es rezar a Allah por
Allah, sin ningún otro propósito, sin buscar otro beneficio. De otra forma el rezo se transforma en shirk,
el pecado imperdonable de asociar iguales a Allah. Uno debiera tratar de limpiar el corazón abandonando
los malos hábitos: los malos hábitos son como basura y espinas, y nuestros corazones son la casa de
Allah.

‘Abd al-Quddus es aquel cuyo corazón está limpio y purificado, y no contiene nada más que a Allah. Un
corazón repleto de Allah está a salvo de todo. La manifestación del Nombre ya Quddus, el Más Puro, solo
puede aparecer en el corazón puro descrito por Allah en la Tradición Sagrada: “Yo no tengo cabida en los
cielos y la tierra, pero tengo cabida en el corazón de mi fiel servidor.”

Si alguien con un corazón puro recita ya Quddus 100 veces al día, su corazón estará libre de pensamientos
y preocupaciones que nos causan problemas, molestias y dolor.

AS-SALAM

En el Qu’ran Allah dice que el Señor Beneficiente envía salam, o paz, bendiciones, protección, salvación,
y saludos a los fieles en el Paraíso (Surah Ya Sin 57). En este verso Allah al-Rahim recompensa al fiel
con la seguridad y la alegría del anhelado Paraíso. Él salva a los creyentes servidores de todos los
peligros, trayéndoles paz, bendiciones, y seguridad en el Más Allá. As-Salam es este estado libre de toda
falta, error, peligro y problema. En esto se parece al divino nombre al-Quddus, pero concierne al futuro.
También significa aquel que es persistente, ininterrumpido, resuelto, sin debilitarse, continuando hasta la
eternidad. Para Su creación Allah es siempre fuente de seguridad frente a todo mal. Ninguna de las
acciones del Señor está destinada a causar daño a Su creación, aún cuando en tiempos de dolor y aflicción
que nos causamos a nosotros mismos, podemos pensar que nuestro sufrimiento es por Su voluntad.
Cuando un brazo tiene gangrena y debe ser amputado, rara vez tomamos en cuenta que esa pérdida
puede salvar una vida. En cada dolor hay una bendición oculta.

Aquellos que encuentran la paz y seguridad de as-Salam en sus corazones, creen y dependen de Allah en
todos sus asuntos, y saben que por la gracia de ese nombre serán salvados de todos los peligros y
dificultades. Cuando son salvados de un peligro por alguien, ven al verdadero Salvador, aún cuando
también están agradecidos con el intermediario. Un proverbio turco dice: “No te apoyes en un árbol que
se secará y se caerá. No dependas de la gente, ellos solo envejecerán y morirán.”. Aquel que depende de
Allah as-Salam, el Salvador, nunca entrará en pánico. La fortaleza de Allah se manifestará como la
valentía del creyente. Esta es la manifestación de as-Salam.

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La paciencia también es una manifestación de as-Salam. Allah dice, “Si le hago sentir dolor a mi servidor
ya sea a través de su cuerpo, sus posesiones, o su familia y lo enfrenta con la fortaleza de la paciencia y fe
en Mi, Me avergonzaría sopesar sus obras y ver los libros de sus acciones en el Día del Juicio Final.

‘Abd as-Salam es el que ha limpiado su corazón de odio, envidia, traición, y venganza. Es capaz de
proteger a todos sus miembros de cometer actos erróneos e ilícitos, y ha salvado a su ser de la esclavitud
de su ego. Una vez que ha llegado a ese estado, Allah lo protege de problemas, necesidades, y de sentir
vergüenza.

Si esa persona, que es amo de su ego y está bajo la protección de su Señor, recita ya salam 160 veces
sobre una persona enferma, por la voluntad de Allah esa persona podrá curarse.

AL-MU’MIN

Él es el Iluminador de la Luz de Fe en los corazones.

Él es el Consolador, el Protector de aquellos que buscan refugio en Él. La fe es la seguridad que protege
de todos los peligros; por lo tanto es el regalo más grande de Allah. La ausencia de temor en el corazón
del creyente es proporcional al nivel de su fe.

Todos tenemos enemigos que continuamente están tratando de hacernos daño, perturbar nuestra paz,
descarriarnos. Los peores de estos enemigos son nuestro propio ego y el maldito Diablo. Los tiranos, los
malignos, los envidiosos, les siguen. Cuando uno dice “Me refugio en Allah,” uno se refugia en el
atributo de al-Mu’min. Él nunca rechaza a alguien que busca refugio en Allah. Pero para tener fe en al-
Mu’min, ¡primero se debe tener fe! En el Islam hay tres niveles de fe:

1) Confirmación de nuestra fe a través de las palabras, de tal forma que otros oigan que creemos en
Allah, en Su Profeta (saws), y en la verdad de todo lo que dijo e hizo.
2) Confirmación a través de nuestros actos: haciendo aquello que es lícito y absteniéndonos de aquello
que es ilícito.
3) Confirmación a través de nuestros corazones: la firme creencia, sin ninguna condición o duda, en la
verdad del mensaje del Profeta.

Lo que es esencial es que la fe venga del corazón. Si nos abandona, que Allah nos proteja, uno entra en
las filas de los no creyentes. Quienquiera confirme su fe con palabras mientras que su corazón no está con
Allah, es un mentiroso. Quienquiera vaya tan lejos como para actuar como si tuviera fe es un hipócrita.
Pero, si una persona tiene fe desde el corazón, y por alguna razón no puede declararla o no puede actuar
según su fe, se mantiene fiel.

Como creyentes cuiden su fe y sus acciones: este es el reflejo de al-Mu’min. Sean personas confiables en
las que otros encuentran seguridad. Sean personas que no niegan la ayuda a otros que buscan refugio en
ustedes, y podrán saborear a al-Mu’min, el Más Seguro.

‘Abd al-Mu’min es aquel a quien se le ha dado la protección de Allah frente a todos los desastres,
dolores, y castigos. La propiedad, honor, y vida de otros es salvada y está segura con el servidor en quien
se manifiesta el nombre al-Mu’min.

Si una persona, en quien se manifiesta el nombre de al-Mu’min, recita ya Mu’min 36 veces y busca
refugio en Él cuándo se enfrenta con hostilidades o peligros, por la voluntad de Allah, estará a salvo.

AL-MUHAYMIN

Él es el Protector y el Guardián. Él ve la evolución y desarrollo de Su Creación, guiándola a donde está


destinada a ir. Nada escapa de Su atención en ningún momento. Él es aquel que ve las buenas obras y las
recompensa plenamente. El cuenta los pecados en forma exacta, sin agregar a su castigo ni siquiera una
cantidad del tamaño de una semilla de mostaza.

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Podemos encontrar el reflejo de al- Muhaymin en nosotros si nos damos cuenta y tomamos conciencia
continuamente de nuestras acciones, palabras, pensamientos, y sentimientos, haciendo el esfuerzo por
controlarlos.

‘Abd al Muhaymin es aquel que ve la existencia y las ordenanzas de Allah en todo. Como expresión del
nombre ya Muhaymin él se cuida a si mismo y a otros, protegiéndolos de lo malo y ayudándolos a cuidar
las cosas sobre las cuales tienen derecho.

Al-Muhaymin, uno de los Nombres de Dios que contiene secretos divinos, es mencionado no solo en el
Sagrado Qu’ran sino en todos los libros divinos antiguos. Si alguien está consciente y atento en su vida
diaria y en su vida interna, y escribe este Nombre en un pedazo de seda, lo pone sobre el humo de ámbar,
almizcle, y azúcar, recita ya Muhaymin sobre el 5.000 veces al día durante una semana, y luego lo pone
bajo su almohada, él soñará sueños relativos a eventos que afectarán tanto su vida material como
espiritual en el futuro, si es la voluntad de Allah.

AL-‘AZIZ

Él es el Victorioso que ninguna fuerza puede sobrepasar.

No hay fuerza en este universo que pueda imponerse a Su voluntad. Al-‘Aziz aparece con frecuencia en el
Sagrado Qu’ran relativo a versos de castigo. Aún cuando el poder de Allah es victorioso sobre todo, tal
como lo hace el verdadero victorioso, Él posterga el castigo. Él no apura la destrucción de aquel que
persiste en rebelarse y pecar.

Una persona que, para hacerse fuerte e invencible, lleva una vida de obediencia a las órdenes de Allah,
pero se retrae de ejercitar su fuerza, y no es vengativo, refleja el hermoso nombre de al-‘Aziz. Podemos
encontrar las huellas de al-Áziz en nosotros si somos capaces de reprimir las exigencias de nuestro ego y
nuestro cuerpo, satisfaciendo nuestras necesidades legítimas a través de medios limpios, honestos y
lícitos. Si nos quedamos circunscritos a los límites de la sabiduría y a la visión clara en todos nuestros
pensamientos y acciones, podremos ver nuestra parte del atributo de Allah de al-‘Aziz.

‘Abd al-‘Aziz es a quien Allah mantiene a salvo de todos las embestidas, en tanto le ha dado la victoria
sobre todo tipo de poderes antagónicos.

Si una persona es requerida por otros que están en necesidad y recita ya ‘Aziz durante 40 días después del
rezo de la mañana, no necesitará ayuda de nadie, y será capaz de ayudar a otros.

AL-JABBAR

Él es quien repara lo quebrantado, el que completa aquello que falta, el que puede ejercer Su voluntad sin
oposición.

Hadrat Ali solía rezar, Ya Jabbira kulli kasirin wa ya musahilla kulli ‘asirin, “Oh Jabbar, que juntas todo
aquello que está quebrantado y das alivio a toda dificultad”

Al mismo tiempo al-Jabbar es aquel que es capaz de imponer Su voluntad en todo momento y lugar sin
ninguna oposición. Esta naturaleza enérgica hace que la sumisión sea una necesidad. Su naturaleza
enérgica está comprendida en el destino de toda Su creación. El sol no puede decir, “no voy a salir
nuevamente”. El viento no puede decir, “No soplaré nuevamente”. Sin embargo al ser humano se le da la
posibilidad de elegir. También se nos da la sabiduría para saber lo que está bien y lo que está mal. Sin
embargo, aún cuando se nos da libertad, el propósito de nuestra creación es conocer a Allah, encontrar a
Allah, y llegar a ser servidor de Allah. Pero esto no es impuesto a nosotros. Allah lo ha dejado a nuestra
voluntad.

Encontramos a al-Jabbar sabiendo que el único lugar para ir a reparar nuestras esperanzas quebrantadas,
para encontrar paz en la confusión en que nos encontramos, es en Allah. En aquellas situaciones infelices
de desobediencia y rebelión, si corremos a buscar refugio en la misericordia de Allah antes de que llegue

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Su castigo (del cual no hay fuerza que nos pueda salvar y lugar donde esconderse), encontraremos en este
momento la manifestación de Allah en Su capacidad de El Enérgico.

‘Abd al-Jabbar es el que refleja la fuerza de Allah, que domina todo y que impone la voluntad de Allah
en la creación material y espiritual.

Quienquiera que crea sinceramente en el poder invencible de Allah y cuenta con el, puede recitar ya
Jabbar 21 veces en las mañanas y las tardes. Por la voluntad de Allah, esto trae seguridad frente a la
amenaza de los tiranos.

AL-MUTAKABBIR

Él es el Más Grande, que muestra Su grandeza en todo, en todas las ocasiones. La manifestación de
grandeza pertenece solo a Allah. Ninguna criatura, en quien ser o no ser dependa de la sola voluntad de
Allah, tiene derecho a asumir este Nombre.

De toda la creación, el primero en hacerse arrogante y afirmar su grandeza fue el maldito Diablo. Desde
entonces han existido aquellos que han seguido al Diablo, que piensan que el poder, inteligencia,
conocimiento, posición, fama, y fortuna que Allah les ha prestado momentáneamente son de ellos, y así
se han vuelto orgullosos.

Si el hombre piensa en su comienzo y en su final, que están muy cerca el uno del otro, recordará que su
comienzo fue una gota de espermatozoides implantada en su madre por la vía del tracto urinario del
padre. Su fin será como un cuerpo flácido, frío y amarillo, que no puede ser soportado incluso por
aquellos que lo amaban, y que será puesto en un hoyo en la tierra. ¿Dónde están los Faraones, los
Nimrods, los Napoleones y los Hitlers?

Al-Mutakabbir es un honor que solo le corresponde a Allah. El creado no puede asumir este atributo.
Allah al-Mutakabbir es el adversario del hombre orgulloso. Él lo humillará, haciéndolo lo más bajo de lo
bajo. Así como la lluvia que cae del cielo no se acumula en la cima de las altas montañas, las bendiciones
y compasión de Allah se juntan en lugares sencillos y humildes.

Aquellos que quieren sentir el divino atributo de al-Mukatabbir lo encontrarán solo cuando trabajen
duramente por tratar de lograr el más alto nivel de su potencial, y que nunca revelen su grandeza ni menos
se jacten de ella.

‘Abd al-Mutakabbir es a quien le son mostradas su pequeñez y la grandeza de Allah. Su egotismo y


orgullo son borrados y reemplazados por la grandeza de Allah reflejada en él. Está a salvo de ser
menospreciado y se inclina solo ante la Verdad.

Un servidor de Allah en quien se manifiesta el nombre al-Mutakabbir, deja las pasiones y placeres de este
mundo y es capaz de ignorar la influencia de todo aquello que podría prevenir que su corazón esté unido a
su Señor.

Si esa persona recita ya-Mutakabbir 10 veces antes de hacer el amor con su esposa, podría dar a luz a un
hijo recto.

AL-KHALIK

Él es quien inventa y crea de la nada, estableciendo al mismo tiempo los estados, condiciones, y sustento
de todo aquello que Él ha creado. Él establece como, cuando y donde tendrá lugar la creación. La crea de
acuerdo a este orden. Todo, desde el principio hasta el fin de las existencias creadas, ha sido establecido
con bondad y sabiduría. En concordancia con este orden perfecto, todo sigue el camino que debe seguir.
No hay accidentes en el universo.

Allah al-Khalik no necesita a la creación, ni Él recibe ningún beneficio de ella. Quizás la razón de la
creación es que así Él puede confirmar Su eterna grandeza y poder, y ver Su propia belleza y perfección.
Porque Él dice, “Yo era un tesoro escondido. Amaba ser conocido, entonces creé la creación.”

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Allah existía. Nada existía con Él, sin embargo no había nada que faltara antes que Él creara a la creación.
Cuando Él creó el universo, nada le fue añadido, y nada le fue sustraido.

Un ser humano, como creación suprema, debiera saber que “Allah ha creado todo para la humanidad y a
la humanidad para Él.” Toda la creación y el orden que sigue, son enteramente beneficencia y sabiduría.
Uno debe encontrar estos beneficios y sabiduría, usarlos, y sentir la bendición de ser parte de esta
creación que es el reflejo del Creador.

‘Abd al-Khalik es aquel a quien Allah ha hecho capaz de hacer todas las cosas de acuerdo a Su voluntad.
Aquel en quien al-Khalik se manifiesta ve el universo reflejado en él, porque conoce todo lo que lo rodea.
Entonces él se conoce a sí mismo: incluso conoce lo invisible, a seres espirituales. Tal conocimiento es la
re-creación de lo creado en nuestras mentes. Ese es el verdadero alcance de la creatividad humana.

Si esa persona recita el Nombre al-Khalik en las noches, mientras atesora su significado en su corazón,
Allah creará un ángel especialmente para él, que rezará por él hasta el fin de los tiempos.

AL-BARI

Él le da orden a Su creación en perfecta armonía. Cada cosa no es solo armoniosa en si misma, sino que
además todo está en concordancia con todo. Este universo infinito funciona como un reloj. Vean como
cada cosa en ustedes está conectada, trabajando juntas, y como, cuando una parte falla, todo lo demás
también se ve afectado.

Las funciones en si mismas dependen de una y de todas, en su conjunto. Procuren ver que esta armonía
que está en su naturaleza se manifieste en sus vidas. Allah al-Bari les dio la inteligencia para ayudarlos a
conocer a su Creador. También les dio la libertad de la voluntad y de elección para que puedan elegir lo
bueno sobre lo malo. Pero si usan su voluntad para optar por lo malo, y sus mentes niegan la existencia
del Creador, entonces estarán intentando destruir la armonía universal; terminarán destruyéndose a si
mismos.

‘Abd al-Bari es aquel que es salvado de la inconsistencia, error, injusticia, y confusión. Esa persona está
hecha para actuar en perfecta uniformidad con las leyes divinas que funcionan en la naturaleza, y pueden
ayudar e inspirar a otros a hacer lo mismo. El atributo al-Bari, el que crea armonía, es de hecho parte del
atributo de Allah ar-Rahman, el Beneficiente. Como dice la Surah Mulk (3),

No ves ninguna contradicción en la creación del Compasivo. ¡Mira otra vez! ¿Adviertes alguna falla?

En consecuencia ‘Abd al-Bari en su calidad de armonioso es necesariamente beneficiente.

AL-MUSAWWIR

El perfecto artista que da a todo la forma más singular y hermosa es al-Musawwir. Él es aquel que, sin
usar ningún modelo, configura todo en la más perfecta de las formas. No hay dos cosas iguales. Miren sus
huellas dactilares. Cada y toda creación es una creación escogida, una expresión de la infinita
beneficencia y sabiduría de Allah.

Estos tres hermosos Nombres de Allah el Creador, el Hacedor de Perfecta Armonía, y el Hacedor de la
Belleza Única son los atributos divinos que se manifiestan de la forma más cercana y activa en los seres
humanos. La gente hace, construye, da forma a muchas cosas bellas y útiles, manifestando estos atributos
en nosotros mismos, pero juzgamos mal.

El artista dice que él ha “creado” belleza. El ingeniero “inventa” una máquina voladora. Creen que son
ellos mismos quienes hacen esto. Incluso olvidan que otras personas podrían sostener que ellos “crearon”
la pintura y el pincel, y las ciencias de la geometría, física, y matemáticas, sin las cuales su “creación” no
habría sido posible. Se olvidan de las fuentes que produjeron los materiales para esa “creación”.

¿Quién creó la mente, los ojos, y las manos que hicieron todo esto? Aquello que la gente hace depende de
muchas condiciones, de materiales y ayudantes. Los actos creativos de Dios no dependen de ningún

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modelo, material, tiempo, herramienta, ayudante, ni de ninguna otra cosa. Cuando Él crea, Él dice Kun,
“Sé” y todo un universo llega a existir. El tesoro de Allah está entre dos letras, “K” y “N” o entre “S” y
“E”. Lo que el hombre debe hacer, en vez de afirmar que es el “creador”, es tratar de ver el poder divino
de la creatividad. Debiera tratar de guiar a otros que anhelan encontrar a Allah al-Khalik, al-Bari, al-
Musawwir, y ayudarlos a encontrarlo a Él a través de Sus manifestaciones creativas.

‘Abd al-Musawwir es el hacedor de cosas en concordancia con la belleza manifiesta en todo lo que Allah
ha creado, porque la belleza no es posible en oposición a la belleza creada por Allah, o fuera de ella.

Si una mujer que no puede tener hijos y cree que Allah es el único Creador, ayuna por siete días, y, al
momento de romper el ayuno, recita ya Khalik, ya Bari, ya Musawwir 21 veces sobre un vaso de agua, y
rompe el ayuno tomando de esa agua, cabe la esperanza que tenga un hijo.

AL-GHAFFAR

Allah expone aquello que es bueno y bello y esconde lo que es feo. El pecado es horrible. El
arrepentimiento es darse cuenta de algo feo que es ofensivo a los demás y a uno mismo, unido a la
intención de cambiar eso que es feo, o al menos ocultarlo.

Allah es aquel que acepta el arrepentimiento y perdona. Si somos culpables de romper la armonía en
nosotros y a nuestro alrededor, que es tal vez el pecado más grande, nos damos cuenta, deseamos y
rogamos la ayuda de Allah para que no lo volvamos a hacer; y si rogamos con lágrimas de vergüenza y
pedimos a Allah al-Ghaffar que nos perdone, Allah nos perdonará…. y tal vez hasta transforme nuestro
pecado en una buena obra.

Un pecador es como un pobre hombre que ha caído en una alcantarilla. ¿Qué es lo primero que debe
hacer? No puede volverse a los demás, ni puede soportarse él mismo en ese estado. A no ser que esté
loco, y no se de cuenta de su estado ofensivo, él irá rápidamente a lavarse y a limpiarse. El jabón y el
agua con que lavamos nuestro interior es el arrepentimiento. Pobre de aquellos que no ven ni huelen el
olor nauseabundo de su ser interior.

El arrepentimiento es entre cada persona y Allah; nadie más necesita escucharlo. Ni siquiera es necesario
pronunciarlo. Allah sabe lo que pasa por nuestros corazones. Sin embargo, el arrepentimiento debe
también ir acompañado de una firme intención de no cometer ese acto pecaminoso nuevamente. El signo
de aceptación de nuestro arrepentimiento, de acuerdo al perdón de Allah al-Ghaffar, es que Él no
permitirá que cometamos ese acto pecaminoso nuevamente.

‘Abd al-Ghaffar es a quien se le da la cualidad de perdonar las faltas, de cubrir y ocultar las faltas de
otros, de tener la compasión para no ver una falta como falta. Esa persona actúa así en situaciones y con
gente a quienes Allah el Perdonador ha perdonado. El Mensajero de Allah dice, “Quienquiera perdone y
oculte los errores de otro, Allah lo perdonará y ocultará sus pecados en el Día del Juicio.”

Si una persona siente compasión en su corazón por la debilidad humana de los seres que lo rodean, y
recita ya Ghaffar 100 veces después de los rezos en congregación de los días viernes, Allah podría
perdonar sus faltas cometidas durante la semana anterior.

Cuando la ira se enciende en nuestro corazón, si uno recuerda y recita ya-Ghaffar, esta podría calmarse.

AL-QAHHAR

Él es el Siempre Dominante, que ha rodeado a toda Su creación desde afuera y desde adentro con Su
poder irresistible. Nada se le puede escapar. Los mundos y los cielos inclinan sus cabezas frente a Él.
¡Cuantos universos, gente, y naciones Él ha destruido en castigo!

Allah contrapone Su atributo de al-Qahhar con Su atributo al-Latif. Están uno dentro del otro. Él también
ha creado causas y recursos que separan la fuerza destructiva de Su castigo de Su finura amorosa (al-
Latif). Él ha creado los medios para la fe, sinceridad, justicia, compasión, generosidad, sabiduría, y otras

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bellas características sobre las cuales brilla la luz de al-Latif. Él ha creado las causas de rebelión,
negación, arrogancia, ignorancia, tiranía e hipocresía, sobre las cuales se refleja la oscuridad de Su terror.

Traten de encontrar las señales de estas causas ascendentes y descendentes, y estos dos espejos en
nosotros y a nuestro alrededor, uno lleno de luz, el otro lleno de oscuridad. Nos refugiamos de Allah al-
Qahhar en Allah al-Latif.

‘Abd al Qahhar es a quien se le da el poder de destruir la tiranía. La tiranía más grande que la gente sufre
proviene de nuestro maligno ego dominador, y ‘Abd al-Qahhar es capaz de esclavizar a ese tirano. Nadie
puede influenciarlo ni superarlo. Una persona así se hace todo poderosa para ejecutar aquello que está
correcto.

Si una persona tiene un deseo sincero en su corazón de liberarse de la dominación de su ego y de la


agobiante ambición humana, recuerda y recita ya Qahhar tan seguido como pueda, puede llegar a ser
capaz de controlar a su ego.

AL-WAHHAB

El lo da todo, sin condiciones, sin límites, sin pedir nada a cambio, dando todo a todos, en todas partes,
siempre. Él da dinero a los pobres, salud al enfermo, hijos a aquellos que son estériles, libertad a los
prisioneros, conocimiento al ignorante.

De la necesidad más pequeña a la fortuna más grande, Él es el creador de las necesidades y de la


satisfacción de las necesidades de aquellos que están en necesidad. Si al-Wahhab no tuviera la calidad de
dador, nadie recibiría nada, nunca.

Cuando al-Wahhab nos da, nadie puede impedir que ese bien nos sea dado. Y cuando Él da a alguien
mas, no hay fuerza en el mundo que pueda hacer que ese bien nos llegue a nosotros.

Allah ha creado dadores que dan sin esperar nada a cambio. Pero como ellos no son los creadores de las
cosas dadas a través de sus manos, son solo signos del atributo de Allah al-Wahhab. Una persona, como
un árbol, puede dar solo una cantidad limitada a unos pocos, y durante un período de tiempo limitado. Los
que reciben de ellos les aman y están agradecidos ¿Cuanto más agradecimiento entonces le debemos a
Aquel que da infinitamente, a toda Su creación?

Una persona da, pero está en necesidad de una respuesta, al menos un reconocimiento o agradecimiento
del recipiente. Pero por sobre todo, es necesario que primero recibamos la cosa antes de poder darla. Un
árbol que da frutos, una cabra que da leche, necesita cuidado, agua, comida.

Allah no necesita nada, entonces su regalo es el regalo de verdad.

‘Abd el-Wahhab es aquel a través del cual Allah da lo que Él quiere. Esa persona se hace donante de
infinitos regalos, a aquellos que están necesitados y que se lo merecen, sin esperar nada a cambio, sin
ningún objetivo en particular.

Algunas veces una persona puede estar en prisión, o desesperadamente necesitada de algo, o golpeado por
la pobreza, y quien a pesar de todos los esfuerzos de avanzar espiritual y materialmente en esta vida, no
ha podido realizar ninguna de sus esperanzas. Si hace dos ciclos de oración después de la medianoche por
tres o siete noches consecutivas, elevando sus manos abiertas a su Señor y recitando ya Wahhab 100
veces antes de rogar por su necesidad, Allah puede que le conceda ese deseo.

AR-RAZZAQ

Él es el Sustentador. El sustento material y espiritual es necesario para mantener a la creación. El sustento


material da energía al cuerpo y lo mantiene vivo por un período de tiempo determinado, mientras que el
sustento espiritual nos da vida eterna. En el caso de los seres humanos, uno debiera tomar como sustento
material no solo la comida, la bebida, el aire, y las vestimentas sino que también a nuestros padres y

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madres, maridos o esposas e hijos. Incluso nuestras posesiones y conocimiento son parte de nuestro
sustento.

Todo lo que cae bajo lo que llamamos leyes de la naturaleza también está incluido en el sustento material.
En el universo no hay nada vacío o inútil. Cada creación es un tesoro, como se indica en el verso

¡Señor! No has creado todo esto en vano… (Surah Al ‘Imran 190)

Todo sustento material es puro en su origen. Solo si es ensuciado por manos humanas se hace indeseable,
odioso, y pecaminoso. Por lo tanto primero debemos buscar y encontrar los elementos de sustento en
todo. Quien no puede recibir su sustento porque no hace ningún esfuerzo, es incapaz de sustentarse, lo
cual es una maldición. Y, nuevamente, si una persona mancha con sus sucias manos el sustento puro que
le ha sido dado, es él quien toma parte de aquello que es pecaminoso.

El sustento espiritual está contenido en los libros sagrados, pero algunos de estos libros, aún cuando en su
versión original fueron puros, también han sido manchados por la mano del hombre. No así el Sagrado
Qu’ran, el último de los libros sagrados, que no ha sido alterado: ni siquiera un punto ha sido cambiado.
Pero así como debemos hacer un esfuerzo por ganar nuestro sustento material, recibiremos nuestro
sustento espiritual del Sagrado Qu’ran en la misma medida de nuestros esfuerzos.

‘Abd ar-Razzaq es aquel a quien Allah ha hecho rico y que sabe que esas riquezas vienen de Allah y de
nadie más. ‘Abd ar-Razzaq está sustentado no solamente sobre la base de riquezas materiales sino que
también en el conocimiento que lo llevan a la verdad, por una lengua que enseña el camino de salvación,
y por un corazón lleno de amor y compasión. Esa persona se transforma en una fuente a través de la cual
otros ganan su sustento con facilidad y en abundancia.

Si una persona cree verdaderamente que nuestro sustento viene de Allah y ve que su familia está en
necesidad, después de los rezos de la mañana, puede recitar ya Razzaq 10 veces en los cuatro rincones de
su casa, comenzando con el rincón en dirección a la qiblah. Allah puede que aumente el sustento de su
familia.

La gente que tiene este nombre escito en su lugar de trabajo puede que sean más exitosos. Recitar ya
Razzaq 100 veces después de los rezos en congregación de los viernes puede ayudar a la gente que está
angustiada y deprimida.

AL-FATTAH

Él es el que Abre y Resuelve, el Facilitador de todo lo que está cerrado, atado, y endurecido. Hay algunas
materias que están cerradas para nosotros. Hay estados y problemas que están atados por un nudo. Hay
cosas que están endurecidas que no podemos ver a través de ellas o pasar a través de ellas. Algunas son
cosas materiales: profesiones, trabajos, beneficios, posesiones, lugares, amistades que no están
disponibles para nosotros. También hay corazones que están atados con nudos con tristeza, mentes
trabadas con dudas, o con preguntas que no pueden ser respondidas.

Allah al-Fattah las abre todas. No hay nada inaccesible para el amante servidor de Allah, para quien al-
Fattah abre todas las puertas. No hay fuerza capaz de mantener esas puertas cerradas. Pero si Allah no
abre las puertas de Sus bendiciones, no hay fuerza capaz de hacer que estas se abran. Él tiene la llave del
tesoro de los secretos sagrados que es el corazón humano, la casa de Allah.

Párense frente a la puerta de la misericordia de Allah, y toquen a la puerta de al-Fattah. Ciertamente,


tarde o temprano, Él las abrirá. Recen y recurran incesantemente a Allah, siempre. Tú eres pobre, Él es
Rico. Tú estás en necesidad, Él Satisface las Necesidades. Tú estás en la oscuridad, Él es la Luz. Si Allah
lo desea verás a al-Wahhab cuando Él abra la puerta.

¡Abre tú mismo tus puertas de la misericordia y generosidad! Ayuda a aquellos que son más débiles que
ti, para que así puedas ser salvado de la tiranía de aquellos que son más fuertes que ti. Ayuda a aquellos
que han caído para que a ti también te ayuden cuando caigas. Por sobre todo, no hieras a nadie, porque
esa es la llave que cierra las puertas de la misericordia y las bendiciones.

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‘Abd al-Fattah es el que se ha elevado, a través de su esfuerzo, al nivel de perfección, en donde su
sabiduría y experiencia pueden resolver sus problemas materiales y espirituales, y los de otros. Entonces
Allah le da las llaves de los secretos de todo conocimiento. Desamarra nudos que se cree que están muy
firmes, secretos que están ocultos, corazones que están muy apretados, regalos que están reservados.

Para la gente que sinceramente quiere limpiar sus corazones de la imaginación, perversidad, egoísmo, ira,
y otras impurezas, se recomienda, después del rezo de la mañana, ponerse la mano derecha en el corazón
y recitar ya Fattah 70 veces.

AL-‘ALIM

El que todo lo sabe. Él sabe lo que ha sucedido, lo que está sucediendo, y lo que sucederá desde el
comienzo hasta el fin. Toda existencia está presente en todo momento en el conocimiento de al-‘Alim.
Nada puede ser dejado afuera, nadie puede esconderse. Toda existencia existe porque Él ha decidido su
creación, dentro de las limitaciones de las condiciones que Él ha creado. La creación conoce tanto como
Allah le ha permitido que conozca. Aún así, no hay límites para el conocimiento de Allah.

El conocimiento humano se obtiene de las cosas que existen, mientras que toda la existencia proviene del
conocimiento infinito de Allah. En comparación con lo que nosotros sabemos de esta creación, lo que no
sabemos es infinito. Este mundo es como nuestra propia casa. Hemos habitado por millones de años este
mundo, sin embargo todavía no sabemos lo que está oculto en nuestro clóset, en la buhardilla, y en el
sótano. Algunas veces somos como alguien que está muriéndose de hambre y tiene un tesoro enterrado
justo debajo de él. Nuestro conocimiento se queda en la superficie de unas pocas cosas. Cuando
intentamos mirar bajo la superficie, nos damos cuenta de nuestra impotencia. ¿Y que hay del futuro? No
sabemos lo que nos va a pasar en el próximo momento. ¿Qué es la vida humana en comparación con el
pasado infinito y el futuro infinito? Es un abrir y cerrar de ojos. ¿Cuánto podemos ver? Feliz aquel que se
da cuenta que no puede ver.

Ciertamente Allah nos ha dado todo tipo de bendiciones, y perfecciones de acuerdo a nuestra medida. Nos
enseñó Sus Nombres, lo que está bien y lo que está mal. Pero nuestra vida es limitada. Nuestro poder es
limitado. Nuestro conocimiento es limitado; somos limitados. Traten de sentir la perfección ilimitada, el
conocimiento ilimitado de Allah, Conocedor de todo, y busquen Su Complacencia. La salvación eterna
está contenida en todo eso.

‘Abd al-‘Alim es aquel a quien se le ha dado sabiduría sin aprender nada de nadie, sin estudiar o pensar, a
través de la pureza y luz de la cual fuimos creados. El conocimiento que ‘Abd al-‘Alim recibe se llama
‘irfan: conocer a Allah el Todo Conocedor. Pero la gente solo puede conocer los atributos y acciones de
Allah. Solo Allah conoce la esencia de Allah. ‘Abd al-‘Alim conoce la verdadera Realidad y la verdadera
Verdad.

Si uno recita ya ‘Alim 100 veces después de sus rezos, puede que le permitan ser capaz de ver ciertas
cosas que escapan a nuestra atención hasta ese momento. Si uno se hace el hábito de recitar este nombre
150 veces al día, puede que mejore nuestra mente y nuestra capacidad de entendimiento.

AL-QABID, AL-BASIT

Él es el que contrae y Él es el que destraba. Toda la existencia está en la palma de la mano del Poder de
Allah. Él puede cerrar Su mano e impedir que la riqueza, la felicidad, familia, hijos, y comodidades nos
sean dados. El rico se hace pobre, el saludable se enferma, el dichoso se hace infeliz. El corazón sosegado
se contrae, la mente clara se deprime. Estas son manifestaciones de Su atributo al-Qabid.

Entonces Él abre Su mano y derrama la abundancia, la alegría, el consuelo, y la serenidad. Estas son
manifestaciones de Su atributo al-Basit.

Allah sabe todo. Él es el Todo Misericordioso, Él es el Juez, Él es quien guía la vida de Su creación. Él es
la voluntad. La vida en este planeta es una prueba para nosotros, pero Allah no prueba a Sus servidores
más allá de su capacidad. Él nos prueba con dificultades que Él sabe que podemos pasar.

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En tiempos de contracción, nuestro ser y nuestro cuerpo sufrirán, pero nuestra esencia debiera equilibrar
ese estado con paciencia (sabr), que es el compañero de la fe.

Allah ama a aquellos que muestran paciencia (Surah Al ‘Imran 146)

Saquen beneficio durante los períodos de contracción (Qabd), ya que pueden ser medios para fortalecer
nuestra fe, acercarnos a nuestro Creador, haciéndonos Su amado.

No se dejen consentir durante los períodos de comodidad y calma (bast), cuando todo sale bien,
olvidándonos de Allah en nuestra excitación y placer, haciéndonos arrogantes, pensando que nosotros
somos la causa de nuestro éxito y seguridad. Esos son tiempos para recordar al otro compañero de la fe, el
agradecimiento (shukhr).

Adab, el comportamiento correcto, es el medio a través del cual podemos enfrentar y resolver los
problemas que pueden surgir en estados de contracción (qabd) y serenidad (bast). Nos puede prevenir de
caer en un estado de desorientación, confusión, y duda en tiempos de depresión, qabd, y en un estado de
mucha efusión en tiempos de serenidad, bast.

Mantengan un estado equilibrado entre el conocimiento de que “todo lo bueno y lo malo viene de Allah,”
y la refinada sabiduría, desconocida para nosotros, que proviene del juicio de Allah. Sea lo que suceda,
unan sus corazones a los mandamientos de Allah y la complacencia de Allah, y continúen cumpliendo
con sus obligaciones como buenos servidores de Allah,

Aquellos que le son fieles, equilibrados y serios, ciertamente recibirán la ayuda, la aprobación, y el amor
de Allah.

‘Abd al-Qabid es el que cierra su propio ser para impedir que entren influencias que no valen la pena, y
que ayuda a otros a hacer lo mismo. Al mismo tiempo, él sabe que no está bien aferrarse a su propio ego y
al de otros, ya que Allah es el Mejor Juez y sabe mejor. Si uno mantuviera el control de su ego muy
comprimido, sería como tratar de controlar su propio destino. ‘Abd al-Qabid toma con la mano de Allah y
la aprieta tanto como Allah, al-Qabid, quiere.

Ya Qabid es la letanía del ángel de la muerte Azrael. Quienquiera sea tiranizado se le aconseja que recite
ya Qabid 903 veces. Eventualmente el tirano o la tiranía será eliminado, o esa persona estará protegida.

‘Abd al-Basit da libremente de sus esfuerzos, y lo que posee, de acuerdo a la voluntad de Allah, y trae
felicidad a los corazones de los servidores de Allah. Él es generoso en el mundo exterior y en su ser
interior. El secreto de al-Batin, la Existencia Interna, también se manifiesta en él. Él trae a la superficie
aquello que está en lo más recóndito de su ser y en otros, pero en esta y otras acciones, no hace nada que
sea contrario a la shari’ah, las prescripciones de Allah.

Ya Basit es la letanía del arcángel Israfil. Quienquiera haga un hábito de recitar este Nombre
frecuentemente recibe paz del corazón, está libre de tensiones y problemas, aumenta sus ingresos, es
amado y respetado, y es capaz para dar felicidad a otros.

AL-KHAFID, AR-RAFI’

Él es Quien Degrada y Enaltece.

Allah el Altísimo es el que eleva a Sus criaturas al honor y la fama, y puede arrojarlas a lo más bajo de lo
bajo. Con frecuencia esta acción del Creador se manifiesta en los estados de aquellos que no reconocen a
Allah, rehusan obedecer Sus mandamientos, y se elevan a sí mismos en arrogancia, convirtiéndose en
tiranos que desprecian los derechos de otros. El que es degradado por Allah solo puede ser elevado por
Él. Allah es misericordioso. Tal tratamiento puede remecer a los inconcientes y sacarlos de su estado de
sueño. Entonces, aún cuando es doloroso, el estado de degradación de mano de al-Khafid se transforma
en un gran regalo para aquel que despierta y ve la mano que eleva y la mano que rebaja.

Debes saber que aún cuando es Allah quien enaltece y degrada, la causa está siempre en uno. En Su
Misericordia, Él posterga Su dura lección para que puedas darte cuenta y cambiar tus maneras. No te

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sientas seguro, ya que tu estado, tus acciones tanto materiales como espirituales, sin lugar a dudas
siempre resultarán en una degradación terrible o en una gratificadora exaltación.

Allah exalta a aquellos que tienen la conducta de los ángeles, que tienen lenguas dulces, que prefieren dar
en vez de recibir, que ocultan las faltas de los otros en vez de criticarlos, que construyen en vez de
destruir, que son fuertes pero amables. Él los enaltece, iluminando sus corazones con fe, conocimiento y
verdad, y los hace amar y respetar a Sus criaturas. Mientras persistan en su modo iluminado, Allah vuelve
a elevar su estado.

Pero aquellos que rehusan reconocer el propósito de su creación, dejan que sus egos los manejen y los
lleven a la perdición con mentiras y engaños, poniéndose trampas unos a otros, peleándose entre ellos en
forma descarada. Estos son los incrédulos que son como animales vestidos con las finas ropas de reyes.
Hacen mucho ruido y levantan mucho polvo; en eso atraen la atención, pero no son más que perros
peleando por un hueso.

Allah el Que Degrada los despoja de sus ropas finas y muestra su real forma. Se espera que aprendan; se
espera que sirvan de lección para otros.

‘Abd al-Khafid se protege él mismo y a otros de la degradación. La protección del servidor de Allah de
las influencias que causan degradación es una oportunidad para ver la Verdad. Esa persona enaltece la
verdad, degrada a la mentira, apoya lo que está bien, y rechaza lo que está mal. Allah dice en una
tradición divina, “Tu piedad en esta vida es para tu propia paz y tranquilidad; tu adoración, rezos, y tu
llamado a Mí es por el honor que recibes por el reconocimiento que Me das. ¿Has hecho algo solo por
Mí? ¿Has apoyado a aquellos que estaban en lo correcto? ¿Has enfrentado a aquellos que han actuado
mal?”

El valor numérico de acuerdo a la fórmula mnemotécnica (abjad) de ya Khafid es 889. Quienquiera


recite este Nombre 889 veces en el momento apropiado aparecerá invencible a sus enemigos.

Si un grupo amenazado por un enemigo ayuna durante tres días y se juntan al cuarto día para recitar
70.000 ya Khafid divididos en partes de acuerdo a su número, Allah los protegerá y degradará a su
enemigo.

‘Abd ar-Rafi’ ve la magnificencia del Creador en lo creado, incluyéndose a él mismo. Con esta visión se
eleva a niveles altos de conciencia, acercándose a Allah. Esa persona es exaltada, sin embargo permanece
humilde, y exalta a otros que se lo merecen. El Profeta (saws) dice, “Allah exalta al humilde y humilla al
arrogante. Quienquiera trate de elevarse, solo lo puede hacer a través del deseo y el ruego de alcanzar la
Beneficencia de Allah. Esa persona en quien el nombre ar-Rafi’, el Que Exalta, se manifiesta, también
recibe la expresión del atributo de Allah ar-Rahim, el Compasivo; la beneficencia llega a través de él a
todo lo que lo rodea.

Si alguien desea elevarse entre la gente solamente para ayudarlos a encontrar el camino recto y recita ya
Rafi’ 100 veces, durante el día y la noche, la alta posición y poder que necesita puede que le sea dada.

AL-MU’IZZ, AL-MUDHILL

Él es quien honra y Él es quien humilla.

En elevar y rebajar hay una implicancia de honor y humillación. Quienquiera sea honrado recibe un
estado de orgullo y dignidad (‘izzah). Pero el estado de orgullo y dignidad obtenido de Allah el Que
Honra, es muy diferente del orgullo que la gente imagina que se merece (kibr). El orgullo y dignidad de
aquellos que son honrados por Allah no es orgullo de si mismos, sino que respeto al honor dado a ellos, y
al Uno que da honor.

Ciertamente, aquellos que reciben este honor son aún seres humanos. Ellos necesitan comida y bebida y
lo hacen lícitamente y en la medida correcta. Allah, como parte del honor que Él confiere sobre ellos, les
da la sabiduría y la alegría para obtener los bienes necesarios y los deleites de este mundo, con Su
Complacencia. Estos servidores de Allah no se desviarán del permiso y placer de Allah aún si ello les

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significa la muerte, porque en el regalo que el Que Honra le da al honrado hay una salvaguardia contra el
deshonor de ese divino regalo.

Sin embargo el honor que nos atribuimos, o que es atribuido a nosotros por otras criaturas de Allah, es
una maldición que distorsiona nuestra realidad, haciéndonos imaginar que estamos en un estado diferente
al propio. El conocimiento de uno mismo nos lleva a nuestro Señor. Pero si nos imaginamos algo distinto
a lo que somos, esto nos lleva al Diablo. Este es un rasgo de arrogancia en nosotros: la arrogancia fue la
causa de la expulsión del Diablo de la presencia de Allah. Esa expulsión fue el primer acto de Allah en su
manifestación del Que Humilla.
Luego están aquellos que no tienen ni la dignidad ni el honor dado por Allah, ni el falso orgullo que las
personas se confieren a si mismos, sino que son faltos de dignidad, sinvergüenzas, y deshonrosos. Sus
corazones están con el fuego de la ambición de este mundo. Nada bueno viene de ellos y no dan nada a
nadie porque son egoístas y mezquinos. No tienen límite en el nivel a que pueden llegar a humillarse para
rogar por los bienes de este mundo. Son culpables de shirk, atribuir iguales a Allah, ya que toman como
dioses a las manos del mundo que les tiran huesos.

Una persona que pide y espera de Allah solamente, sabe que todo honor es de Él y que solo puede
provenir de Él. Aquellos que piensan que son ellos los que moldean sus propios destinos y que pueden
conseguir lo que quieren por ellos mismos, que buscan el elogio de las criaturas y son arrogantes, son los
seguidores del Diablo. Ellos recibirán el castigo del Diablo, y serán expulsados de la presencia y el
cuidado de Allah. Aquellos que se rebajan a si mismos y adoran a criaturas, esperando recibir beneficios
de ellas, serán humillados más aún, y tiranizados por las mismas criaturas de quienes toman sus bienes
temporales.

‘Abd al-Mu’izz es aquella persona que tiene fe y que lo que Allah le da es suficiente para él, y que no
pide nada más de otros. A él se le da la fuerza para defenderse de su maligno ego dominador. Honrado
con la amistad de Allah, se eleva a la cima más alta del honor y la fortuna y aparece en ese estado frente a
toda la creación.

Si alguien se siente rico sin tener riquezas, que es fuerte sin tener armas ni músculos, y, en su intento de
ayudar a los demás, es capaz de mantener su ego a raya, se enfrenta a enemigos poderosos y sufre la
tiranía, puede recitar ya Mu’izz después del rezo de la noche de los domingos y jueves. Entonces no
tendrá miedo y aparecerá invencible frente a sus enemigos.

‘Abd al-Mudhill está insatisfecho con lo que tiene y está envidioso de los demás. Es esclavo de su ego y
ha perdido toda mesura, y se le hace aparecer como un ejemplo de degradación frente a los demás.
Frecuentemente Allah manifiesta en Sus enemigos Su atributo de Él Que Degrada.

Si una persona es tiranizada por alguien que depende de su posición de poder, su riqueza, y sus secuaces
para oprimirlo, el oprimido puede recitar ya Mudhill 40 veces los viernes por la noche, y, después de
hacerse la ablución, recitarlo 75 veces mas, postrarse y rezar, diciendo: “¡O! Señor, sálvame de la tiranía
de tal o cual…….”, Allah lo puede hacer aparecer fuerte frente a su enemigo y protegerlo del poder del
tirano.

AS-SAMI’

Él escucha todo aquello que viene de los labios, que pasa a través de las mentes, y que es sentido por el
corazón; el susurro de las hojas al viento, las pisadas de las hormigas, y los átomos moviéndose a través
del vacío. No hay barrera que prevenga que el sonido le llegue a Él, ni hay un sonido que se escuche
menos que otro a pesar de que hay un número casi infinito de voces hablando.

As-Sami’, el que Todo lo Escucha, es un atributo de perfección porque su opuesto, la sordera, es una
imperfección. Hay dos niveles de perfección, absoluta y relativa. La perfección absoluta no depende de
medios, condiciones, o limitaciones. La perfección relativa depende de medios y condiciones y es
limitada. En el universo, desde el principio al fin, de un extremo al otro, sin interrupción, surgen un
número casi ilimitado de sonidos y voces. Algunos son fuertes como la mayor de las explosiones; otros
son mínimos, casi imperceptibles. Todos son escuchados por el que Todo lo Escucha, uno por uno al
mismo tiempo, uno tan claro como el otro. Este escuchar no es en vano, ya que todo es registrado: el

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significado es entendido, la necesidad es satisfecha, la respuesta es dada, el llamado es respondido, lo
malo es corregido.

De esta habilidad infinita para escuchar, si un átomo es dado a la humanidad, es con el objeto de guiarnos
a su perfección absoluta. Es con el objeto de que conozcamos Sus atributos perfectos, que Él ha
manifestado en huellas, en signos en y alrededor de nosotros, para que Lo conozcamos, Lo encontremos,
Lo amemos y estemos con Él.

Pero cuando aquellos que tienen incluso los mejores oídos y están mejor equipados para escuchar, si se
les ocurre comparar su capacidad de escuchar con la de Allah, el que Todo lo Escucha, estarán mintiendo.
Peor aún, serán culpables de shirk, atribuir iguales a Allah. No hay nadie como Él en ninguno de Sus
atributos y manifestaciones. Las huellas y signos de Sus atributos en los seres humanos y sobre el
universo son, en el mejor de los casos, un reflejo, un símbolo, una palabra, un medio, un camino para
entender y llegar a la verdad.

‘Abd as-Sami’ y ‘Abd al-Basir son aquellos que escuchan y ven la verdad con los oídos y ojos de Allah,
tal como Allah dice en un divino hadith: “Mi servidor se acerca a mí con su continua devoción hasta que
Yo lo amo, y cuando Yo lo amo soy sus oídos con los que escucha, sus ojos con que ve, su lengua con la
que habla, y su mano con la que coge.”

Si un predicador o una persona que habla en público, cree que Allah escucha lo que dice y hace un hábito
de recitar ya Sami’ tan seguido como le sea posible, sus palabras tienen un mayor efecto sobre los que le
escuchan.

AL-BASIR

Él es quien Todo Lo Ve.

Él ve todo lo que ha pasado, lo que es, y todo lo que será hasta el fin de los tiempos, desde antes del
tiempo en que Él agitó el mar de la nada en ‘alam al-lahut hasta el fin del mundo y el Juicio Final. Él
también les ha dado a Sus criaturas la habilidad de contemplar Su creación. Algunas de Sus criaturas ven
formas, colores y movimientos mejor que las personas. La percepción humana se limita a registrar solo
los objetos preexistentes a cierta distancia, y pueden diferenciar esos objetos solamente cuando el ojo o el
objeto se mueve o cambia. Los ojos son incapaces de ver lo que está bajo la superficie.

Lo menos que podemos hacer es creer que estos ojos nos fueron dados para observar el universo
alrededor de nosotros como signos y atributos de nuestro Creador, y sacar lecciones de lo que vemos.

Alguien le preguntó a Jesús (as), ¿Podría alguien de entre nosotros ser igual a ti? Él respondió,
“Quienquiera hable solo lo que Dios le hace decir; quienquiera, estando en silencio, lo está recordando a
Él; y quienquiera, cuando mira las cosas sabe que lo que ve no es Dios sino de Dios, y aprende y saca
lecciones de lo que ve, es como yo.”

Allah también nos ha dado el ojo del corazón para ver las cosas en más profundidad que lo que nuestros
ojos pueden ver; un ojo interno para ver al hombre interior. Ese ojo se llama basirah. Aún cuando no
podemos ver a Allah, y solo Él se puede ver a Sí Mismo, con el basirah nos podemos ver a nosotros
mismos. Al hacerlo sabremos que a pesar de que no podemos verlo a Él, Él si nos está viendo, no solo lo
que está en nuestro exterior, sino que también lo que está en nuestras mentes y en nuestros corazones.
Aquel que se ve a sí mismo y se conoce a sí mismo sabe que Allah lo ve.

Cuando estás frente a alguien a quien respetas y temes, te comportas adecuadamente y con buenos
modales. Te paras en forma respetuosa. Estás atento a lo que haces y a lo que dices. Sin embargo esa
persona solo puede ver tu exterior; tu respeto y temor a él dependen solo de tu interés y preocupación
mundana y temporal. El que te ha creado a ti y a los que han venido antes que ti; el que verdaderamente
controla tu vida, te sustenta, te ama, te protege, tiene misericordia de ti, está contigo noche y día; aquel de
quien depende tu vida eterna en el Más Allá, está mas cerca de ti que tu vena yugular. Él también te ha
dicho claramente a través de Sus profetas y en Sus libros sagrados lo que Él quiere que hagas, como Él
quiere que te comportes, al más mínimo detalle. Sin embargo, frente a Sus ojos, no dudas en llevar a cabo
los más vergonzosos y descuidados actos, sin respeto o temor.

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¿Crees que porque no lo ves a Él, Allah al-Basir no te ve a ti?

Si la intención de una acción no es egoísta sino que por Allah, y uno recita ya Allahu ya Basir 100 veces
antes de la oración en congregación de los viernes, Allah lo tratará en forma compasiva y tendrá éxito en
el acto en el cual puso la intención.

AL-HAKAM

Él es quien ordena.

Él es quien trae justicia y verdad. Él juzga, y ejecuta Su justicia. No hay más justicia que la de Él. Nada
puede oponerse a Su decreto y nada puede prevenir o retrasar la ejecución de Sus órdenes. Él es la causa
de lo juzgado, el juez, la justicia, y el juicio. Todo lo que sucede en el universo es el efecto de esa sola y
única causa.

¿Qué es el destino? Es una causa inmutable, de una calidad y cantidad definida, que no puede ser
modificada en sus atributos ni en su medida, dirigida a un propósito específico sobre el cual creará un
efecto preconcebido en un momento determinado.

¿Cómo puede un ser humano, que es corto de vista, ver el comienzo y el final de una cadena de eventos?
Incluso si estamos atentos, solo nos podemos dar cuenta de estas cosas una vez que han sucedido. Todo
esta predestinado, y las causas están dirigidas a causar sus efectos. Todo está oculto en al-Lawh al
Mahfuz, la Tabla Sagrada. El Señor la observa 300 veces al día y le ordena a los ángeles que lleven a cabo
aquello que debe suceder.

Pero Allah, en Su misericordia, también ha escrito Su ley divina en Sus libros sagrados. Un ser humano lo
entiende en la medida de su pureza, sinceridad, fe, conocimiento, sabiduría, y finalmente en la medida de
la capacidad que le fue dada. Nuevamente, de acuerdo a lo que le fue dado, una persona obedece o se
rebela y es recompensada o castigada en consecuencia.

¿Cuán a menudo los nietos pagan los pecados de sus abuelos, y los padres pagan en forma anticipada por
los pecados de generaciones futuras? No juzguen la justicia de Allah. Con frecuencia el veneno para uno
es medicina para otros.

En el atributo de Allah el gran Juez, al-Hakam, hay buenas noticias para los fieles, y una advertencia
para los no creyentes. Aquellos cuyo destino es la felicidad en este mundo y en el Más Allá, solo la
pueden recibir si obedecen a Allah y lo adoran a Él. Uno tiene que encontrar la causa para ser capaz de
recibir el efecto. Es por eso que el Mensajero de Allah (saws) dice, “Solo si actúas puedes recibir aquello
que te está destinado.”

Entre los fieles hay cuatro actitudes con respecto al destino:

1) Están aquellos que son prácticos y tratan de juzgar aquello que les sucederá sacando lecciones de
aquello que ya les ha sucedido. Esta actitud práctica incluye su preocupación por lo que les sucederá
en el Más Allá.
2) Están aquellos que se lamentan y se arrepienten de los problemas que les suceden a ellos, y de los
contratiempos que le han sucedido a otros a través de ellos. Se acusan a sí mismos y temen el juicio
de Allah. Están agradecidos a Allah por las cosas buenas que les suceden, y de las cosas buenas que
les suceden a otros a través de ellos. Creen que todo mal viene de ellos mismos y que todo lo bueno y
correcto viene de Allah.
3) Están aquellos que no les preocupa ni el pasado ni el futuro porque saben que todo está en las manos
de Allah. Son los hijos del Ahora, viven en eso y tratan de vivirlo en forma correcta.
4) Y están aquellos que no están preocupados del pasado ni el futuro ni el presente. Sus corazones están
totalmente ocupados con su Señor: están con Él. Quien sea bendecido con este estado es el mejor a
los ojos de Dios y las criaturas.

¡O! creyente, primero debes saber que tu destino está en camino y que no hay forma de detenerlo!
Sucederá. Y no hay necesidad de preocuparse por lo que va a suceder, ni hay razón alguna para lamentar
lo que ya ha sucedido, ya que lamentarse no cambiará nada. Acéptalo, y serás recompensado con el

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deleite y la paz. En vez de cuestionar el juicio de Allah, sé un verdadero juez de ti mismo. No te tiranices
ni busques excusas, ni seas consentido contigo mismo. Entonces juzga a otros como te juzgas a ti mismo.
Si tienes algún poder para juzgarte, debes estar seguro que este no es otro que el decreto de Allah, y que
tu poder no es otro que el que está en Su mano.

‘Abd al-Hakam es el que lleva a cabo el juicio de Allah sobre Sus servidores como Él quiere. Allah dice

La decisión pertenece solo a Allah (Surah An’am 57)

Y Él dice

Pero ¡no, por tu Señor! No creerán hasta que te hayan hecho juez de su disputa; entonces, ya no
encontrarán en sí mismos dificultad en aceptar tu decisión y se adherirán plenamente.
( Surah Nisa, 65)

Si alguien se hace la ablución en un estado de pureza y paz mental, y en la mitad de la noche recita ya
Hakam hasta que se duerma, su corazón se llenará de secretos divinos. Sus palabras se harán efectivas y
serán aceptadas por sus opositores.

AL-‘ADL

Él es la justicia absoluta. Justicia es lo opuesto a tiranía. La tiranía causa dolor, destrucción, y desorden.
La justicia asegura la paz, el equilibrio, el orden, y la armonía. Allah, el Justo, es el enemigo de los
tiranos: Él detesta a aquellos que apoyan a los tiranos y a sus amigos, simpatizantes, y conocidos. En el
Islam, la tiranía de cualquier forma o tipo no está permitida. Ser justo es un honor y una distinción propia
de un musulmán.

Estos opuestos, justicia y tiranía, tienen amplias implicancias, más importante que sus simples
consecuencias morales y sociales. Son equivalentes a armonía versus disonancia, orden versus caos,
correcto versus erróneo. Si como expresión de su generosidad una persona diera dinero a un rico, espadas
a eruditos, y libros a soldados, él sería considerado, a cierto nivel, un tirano ya que el dinero lo necesita
un pobre, las espadas son para los soldados, y los libros son para los eruditos. Sin embargo si Allah
hiciera lo mismo, Su acto sería de justicia, dado que Él lo ve todo, el antes y el después, lo interno y lo
externo. Él es quien Lo Sabe Todo, el Beneficiente, el Misericordioso, la Justicia Absoluta. Él crea a
algunos que son hermosos y a otros feos, a unos fuertes y otros débiles; después Él hace al hermoso feo, y
al fuerte débil; al rico, pobre; al sabio, estúpido; al saludable, enfermo. Todo es justo. Todo está bien.

Parece injusto para algunos de nosotros que haya gente inválida, ciega, sorda, hambrienta, locos; y que
gente joven muera.

Allah es el creador de lo bello y lo feo, lo bueno y lo malo. En esto hay misterios difíciles de entender.
Pero al menos entendemos que e menudo necesitamos conocer lo opuesto de algo para poder entenderlo.
Quien no haya experimentado la tristeza no puede conocer la felicidad. Si no existiera la fealdad seríamos
ciegos a lo bello. El bien y el mal son necesarios. Allah muestra uno con el otro, el bien en contra del mal,
y nos muestra las consecuencias de cada uno. Él nos muestra la recompensa versus el castigo; y luego Él
nos deja en libertad para que usemos nuestro propio juicio. Cada uno de acuerdo a sus capacidades puede
encontrar la salvación en la miseria y enfermedad, o la condenación en las riquezas. Allah sabe lo que es
mejor para Su creación. Solo Allah conoce nuestros destinos. La realización de los destinos es Su justicia.

Por el respeto al hermoso nombre de Allah, al-‘Adl, debemos aprender a ejercitar shukr (agradecimiento),
tawakkul (confianza en Dios), y rida’ (aceptación). Debemos estar agradecidos por lo bueno que se nos
da, y aceptar, sin emitir juicios personales o quejas, lo que sea nos llegue aunque aparente no ser bueno.
Al hacer esto, quizás el misterio de la justicia de Allah nos sea revelada, y estaremos contentos con la
alegría y el dolor que proviene del Amado.

‘Abd al-‘Adl es el que primero hace consigo mismo lo que intenta hacer con otros. Sus acciones nunca
están bajo la influencia de la ira, venganza, o el interés personal: nunca en perjuicio de los demás. Él se
comporta y actúa de acuerdo a las reglas de Allah. Sin embargo esa persona sabe que la justicia divina no

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es igualdad como los seres humanos nos imaginamos que es. Él da a los demás los derechos que se
merecen y en la medida correcta.
Alguien puede ser justo en el tratamiento que da a los demás y, sin embargo, ellos pueden estar en
oposición a él. Si esa persona escribe este Nombre en un trozo de pan y se lo come un viernes en la
noche, sus opositores verán la verdad y le obedecerán, si es la voluntad de Allah.

AL-LATIF

Él es el más sutil, fino, gentil, hermoso. Él es el que sabe los más finos detalles de la belleza. Él es el
hacedor de una delicada belleza y el que confiere belleza sobre Sus servidores, porque Él es el Todo
Hermoso. Las más delicadas de Sus bellezas están ocultas en los secretos de la belleza del alma, la mente,
sabiduría, la luz divina. Él conoce el más mínimo detalle del rompecabezas divino en donde todas las
cosas encajan unas con otras. El feto se acomoda en el vientre de la madre, la perla dentro de la ostra, la
fina seda en el gusano de seda, la miel con la abeja, y en el corazón del ser humano, el conocimiento de
Allah. Pero un corazón que no contiene la hermosa luz del conocimiento de Allah, como la abeja sin la
miel, se transforma en una avispa con un aguijón venenoso, picando a quienquiera se le acerque.

Abran los ojos de sus corazones y miren bien para que puedan ver la manifestación de al-Latif. Algunas
veces es una exquisita y delicada niebla de quietud dentro de la turbulencia de la actividad mundana.
Algunas veces es una suave bendición dentro de su duro castigo. Felices aquellos que pueden ver, porque
para ellos no hay duda, ansiedad, o desesperanza.

‘Abd al-Latif es aquel cuyo refinado ojo interior se abre para ver la belleza interior en todo. Por lo tanto él
recibe la belleza en él mismo y se relaciona hermosamente con toda la creación, haciéndola hermosa. Él
señala a los creyentes las infinitas bendiciones que Allah derrama sobre Su creación, y los lleva a ser
agradecidos. Él es amable, hermoso en sus palabras y en su acción. Sus esfuerzos son como la lluvia en
primavera: donde cae, la tierra florece. Como la luz del sol, él ilumina cada rincón de la vida de las
personas.

Recitar ya-Latif 129 veces puede ayudar si uno está deprimido y angustiado. Si uno hace un hábito el
recitar Allahu Latifun bi ‘ibadihi yarzuku man yasha’a wa huwal-Qawiyy ul-‘Aziz, “Allah es amable con
Sus servidores, Él sustenta a quien Él quiere, y Él es Fuerte y Poderoso” nueve veces cada día, nos llevará
a tener un día mas fácil y feliz, si Allah así lo quiere.

AL-KHABIR

Él está consciente de lo que ocurre en lo más recóndito de cada cosa. Él es aquel cuya comprensión llega
a los rincones más profundos, oscuros, y ocultos de Su reino, donde ni la inteligencia humana ni Sus
ángeles pueden penetrar. En todo el universo, un infinito número de cosas están sucediendo, algunas
universales, otras insignificantes, por sobre y debajo, fuera y dentro de ellas. Él está consciente de todas
ellas desde su origen hasta el final, con infinito detalle. Eventos que no han sucedido, que están en etapa
de formación, que están siendo planificados, o que están ocultos, como secretos dentro de secretos, se le
manifiestan a Él. Nada puede escapar a Su atención.

Sepan que no hay nada que ustedes hagan en secreto o que piensen hacer que no sea conocido por al-
Khabir. Sepan también que sus necesidades más secretas y deseos por los cuales no han pedido en sus
rezos son conocidos por Él y a menudo les son dados sin que los hayan pedido.

‘Abd al-Khabir está bendecido con entendimiento completo. Esa persona está consciente de las
condiciones y consecuencias de acontecimientos, así como también de su naturaleza. El prerequisito de
este regalo es conocerse a uno mismo, ser nuestro propio doctor. Primero hay que diagnosticar la
enfermedad de la arrogancia, hipocresía, envidia, egoísmo, ira, excesivo amor por este mundo, y otras
negatividades que todos tenemos. Luego debemos hacer grandes esfuerzos para curarnos de ellas.

Si uno está afligido con hábitos de mal carácter y sinceramente está avergonzado y quiere deshacerse de
ellos, ayuda recitar ya Khabir tan a menudo como pueda. Si una persona fiel está preocupada por el
resultado de una acción, se le mostrará el resultado en sueños si recita el verso
a-la ya’lamu man khalaq, wa huwal-Latif ul-Khabir

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¿No va a saber Quien ha creado, Él, Que es el Sutil, el Bien Informado? (Surah Mulk 14)

varias veces hasta que se quede dormido en la noche.

AL-HALIM

Él es indulgente en el castigo del culpable.

Él espera, dándole tiempo al pecador para que se de cuenta de su falta y pida perdón para que así Él lo
perdone en vez de castigarlo. Él tiene poder absoluto y es justo. Sin embargo es bondadoso y compasivo:
Él prefiere perdonar al culpable antes que tomar represalia.

Somos tantos de entre nosotros que lo negamos a Él, que nos rebelamos en contra de Él, que lo
desobedecemos, tiranizamos a Sus buenos servidores, maltratamos a Su creación, y nos tiranizamos a
nosotros mismos. Y continúan haciéndolo sin siquiera lamentarse por comer lo que le han robado a los
huérfanos. No piensen que se van a librar del castigo. Allah al-‘Alim sabe. Allah al-‘Adl juzga. Pero el
gentil al-Halim espera, prefiriendo verlos arrepentidos, cambiar, compensar por el daño que han causado,
para que así Él pueda perdonarlos y transformarlos en buenos servidores en vez de destruirlos.

En este atributo compasivo de Allah hay un respiro de alivio para todos nosotros ¿Hay un día o una hora
que pase en la cual no hemos pecado? Si Allah fuera rápido en Su castigo, sin que nos de tiempo para
darnos cuenta de lo que hemos hecho y sus consecuencias, pedir Su perdón y esperar Su misericordia, no
quedaría ningún ser humano vivo en la faz de la tierra. Allah dice

Si Alá diera a los hombres su merecido, no dejaría ningún ser vivo sobre su superficie. Remite, sin
embargo, su castigo a un plazo fijo. (Surah Fatir 45)

Allah ama a aquellos que tienen corazones puros y limpios que, como espejos claros, reflejan Sus
hermosos atributos. Allah ama al dulce hombre halim que no está propenso a condenar, a vengar, sino que
más bien espera y tiene la esperanza de que su adversario cambie y se hará halim el mismo.

‘Abd al-Halim es bendecido con un carácter perfecto. Su manifestación es la dulzura y el perdón. Aún
cuando tiene el poder para castigar y tomar venganza, perdonará y tratará amablemente a aquellos que lo
tiranizan. Él será tolerante frente a la perfidia del mentiroso y la estupidez del odioso. Sin embargo, con
su dulzura, siempre triunfa sobre el miserable.

Si alguien irascible recita ya Halim 88 veces cuando está a punto de montar en cólera, su ira puede que se
apacigüe.

Si uno de los esposos en el matrimonio deja de estar enamorado, escribir este Nombre en una manzana y
comérsela puede que ayude a restituir el afecto.

Si este Nombre es escrito en un papel y disuelto en agua, y el agua es rociada en el campo o en un jardín,
la tierra dará mejores siembras, si Allah así lo quiere.

AL-‘AZIM

Él es el Más Grandioso abajo en la tierra y en lo alto de los cielos, en reinos donde nuestra vista no
alcanza y que nuestras mentes no pueden concebir. De Él es la grandeza absoluta y perfecta. Toda la
grandeza que conocemos es relativa, y toda ella es testigo que la Suya es la Más Grandiosa. No hay
grandeza que pueda ser comparada con la de Él. Lo más grandioso que somos capaces de conocer tiene
sus necesidades ¿Cómo podría la Grandeza absoluta tener necesidades? Allah al-‘Azim no tiene ninguna.
Él es el que satisface todas las necesidades.

A algunos de entre nosotros los consideramos grandiosos: la grandeza humana depende del trabajo, de los
logros. De entre los grandiosos llamamos a unos el “más grandioso”: son aquellos cuyo trabajo es el
mejor. Pero el más grandioso de entre los trabajos más grandiosos es nada en comparación con los
billones de obras aún más grandiosas de Allah al-‘Azim. El hombre más grandioso es una de las obras de

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Allah. Una brizna de pasto con sus células pulsando que transforman la tierra, el agua, el aire, la luz del
sol dando vida, color, y sustento a las criaturas de Allah en la creación, son una fábrica que contienen
todos los misterios que un botánico nunca podría llegar a imaginarse ¡Sin embargo es una de las obras
más humildes de Allah! Ya que, viendo la grandeza del Más Grandioso, la brizna de pasto es un testigo
suficientemente vasto como para sobrepasar nuestra comprensión. Tú que ni siquiera puedes entender el
misterio en la creación de esa brizna de pasto, para ver Su grandeza debes compararla con incontables
otras cosas, visibles e invisibles, alcanzables con todos tus telescopios y microscopios, inescrutable en la
mas extrema de tus imaginaciones. En tu pequeñez y asombro, debes prosternarte y glorificarlo a Él, y
rezar para ser incluido entre aquellos servidores que encuentran Su complacencia y son aceptados por Él.

‘Abd al-‘Azim es aquel a quien Allah se le aparece en su Grandeza perfecta. Y del poder que se genera
por estar en lo correcto, Él se ocupa de la condenación de aquellos que se oponen a lo correcto y de
recompensar a aquellos que apoyan lo correcto. Él aparece sobre los demás en magnificencia y fortaleza y
su grandeza interior se refleja en su apariencia externa. Nuestro maestro el Profeta (saws) dijo: “Aquel
que aprende, que enseña lo que sabe, y que actúa de acuerdo a lo que sabe es llamado ‘Abd al-‘Azim en el
Cielo.”

De acuerdo a una tradición del Profeta (saws), si recitas subhanallahi wa bi-hamdihi subhanallah il-
‘azimi astaghfirullah 100 veces entre el alba y la salida del sol, te ayudará a evitar que busques el éxito
en este mundo, porque serán los éxitos de este mundo los que irán tras tuyo.

Si temes que un enemigo poderoso te haga daño y recitas ya ‘Azimu dha thana ‘ il-fakhri wal-‘izzi wal-
majdi wal-kibriya’i fa-la yadhillu ´izzuhu (“¡O!, el Más Grandioso, poseedor de la alabanza, del honor y
el poder, gloria y eminencia; y Su poder no es humillado”) 12 veces y te soplas tu cuerpo, puede que te
hagas impenetrable al daño que tu enemigo te quiere causar.

AL-GHAFUR

Él que Lo Perdona Todo. Un aspecto del perdón es ocultar nuestras faltas y tratarlas como si nunca
hubieran existido. Allah despliega esa generosidad a través de todas las dimensiones de este Nombre. Hay
tres significados del perdón de Allah, tres atributos divinos separados y relacionados unos con otros: al-
Ghaffar, al-Ghafir, y al-Ghafur.

Al-Ghafir es Su cualidad de ocultar las acciones vergonzosas de Sus servidores de tal forma que puedan
vivir unos con otros, tener fe unos con otros, ser capaces de depender unos de otros, amarse, y respetarse.
De otra forma, si Allah al-Ghafir en Su misericordia no ocultara nuestras faltas, nuestras opiniones
antagónicas, nuestros malos pensamientos y sentimientos odiosos, todos huirían de todos. No existiría la
sociedad ni habría familias.

Luego, Allah al-Ghafur oculta nuestras faltas en el reino de los espíritus y los ángeles, igual que como lo
hace en el reino humano. Los ángeles ven en este mundo cosas que nosotros no podemos ver. Allah
oculta nuestras faltas de ellos para que así no sintamos vergüenza en el Más Allá. A través de este
Nombre puede que, al igual que con otras personas, encontremos el mismo respeto y cercanía de los
espíritus y los ángeles, de quienes nuestros pecados han sido ocultados por Allah al-Ghafur a través de Su
perdón. El nombre de Allah al-Ghaffar es el que más abarca en perdón. Un hombre cuyas faltas están
ocultas de los demás se salva de sentir vergüenza frente a ellos, pero aún puede estar avergonzado con él
mismo. Todos tenemos un nivel de conciencia que nos hace sufrir como consecuencia de nuestras
acciones. Allah al-Ghaffar en Su misericordia oculta las faltas de esa persona, incluso de él mismo, y lo
hace olvidarlas para aliviar su sufrimiento.

Recuerden al-Ghafir, el que oculta nuestras faltas a los ojos de las demás personas; al-Ghafur, que
mantiene oculto el conocimiento de nuestras faltas incluso de los ángeles; y al-Ghaffar, quien nos alivia
del sufrimiento de recordar constantemente nuestras faltas ¿No debiéramos estar agradecidos con quien
es tan compasivo? ¿No debiéramos confesar nuestros pecados y arrepentirnos, con lágrimas en los ojos,
pidiendo Su perdón?

‘Abd al-Ghafur es el perdonador de lo malo y el que oculta las faltas.

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Si alguien se siente culpable y tiene, por lo tanto, su corazón agobiado, recitar ya Ghafur 100 veces
después del rezo en congregación de los viernes puede que le alivie el dolor. Y si Allah así lo desea, Él
perdonará ese pecado.

ASH-SHAKUR

Él es quien favorece una buena obra con una recompensa mucho mayor.

El agradecimiento es devolver el bien con un bien. Ser agradecido es una obligación del ser humano hacia
Dios. Él es aquel que nos creó y derramó sobre nosotros toda Su beneficencia. Él nos ha dado la libertad
para ver Sus dones y ser agradecidos, o estar cegados por la arrogancia, negando incluso Su existencia.

Benditos aquellos que eligen el camino del agradecimiento, usufructuando de aquello que Allah les otorga
en la forma que Allah quiere. Entonces Allah ash-Shakur les devuelve su agradecimiento a través de
recompensas infinitamente superiores a sus buenas obras, y esto, a su vez, prepara el camino para más
obras buenas.

Los que son agradecidos saben que todo lo que son y todo lo que tienen viene de Allah. Utilizan cada
parte de sus cuerpos, sus mentes, sus lenguas, solo con el objeto para lo cual fueron creadas. Utilizan
todo lo que tienen, sus talentos, su fortaleza, y su dinero, en beneficio de todo lo creado por Allah, para
Su complacencia. Allah ayuda a los agradecidos e incrementa su sabiduría, sus capacidades, y sus
fortunas.

Las personas que niegan los beneficios de Allah y ocultan en cuartos secretos todo para si mismos, son
miserables. Pretenden no tener nada por lo tanto, aún cuando tienen mucho, es como si no tuviesen nada:
quieren más y más. Nunca encontrando suficiente, sufren indigencia en medio de la abundancia. Allah los
deja solos con sus egos, con su codicia insaciable. Todos los beneficios que han recibido se descomponen,
guardados en lugares ocultos, sin usar. Ellos van de una desgracia a otra, de un desastre a otro peor. Si no
toman consciencia de estas lecciones, su falta de agradecimiento los llevará a la condenación eterna. Nos
refugiamos en Allah frente a tal eventualidad.

‘Abd ash-Shakur ve todo como bueno y nada más que lo bueno, y sabe que todo lo bueno viene de Allah.
Esa persona está en un estado de agradecimiento continuo. Sin embargo también se da cuenta que los
dones de Allah son distribuidos a través de las manos de Sus buenos servidores, y es agradecido con ellos
también. El Mensajero de Allah (saws) dijo, “Aquel que no es agradecido con la gente no será capaz de
ser agradecido con Allah.”

AL-‘ALI

Él es el Altísimo.

Allah está por sobre todo el universo creado. Esto no significa que su altura está cercana a las altas
montañas, a las estrellas en lo alto, a los más elevados intelectos, o a aquellos que ocupan altas
posiciones. Tampoco está más lejano que las mayores profundidades y de lo más bajo de lo bajo. Él está
cerca de cada átomo de Su creación, en todas partes, y más cerca de los seres humanos que su vena
yugular.

Así como Su esencia y sus atributos no se asemejan a la esencia y atributos de Sus criaturas, tampoco Su
cercanía y lejanía, y su ser Altísimo, no pueden ser medido con las limitaciones del intelecto humano.

Él está más alto que las alturas más inimaginables. Nada Se le parece. Él está más alto que todos los
atributos perfectos, en poder, conocimiento, juicio y voluntad, todos juntos. Al-‘Ali es Aquel que es más
alto por Si Mismo, en Sí Mismo, en las condiciones que aplican solo a Él.

Algunos, con buena voluntad pero con una comprensión mental y espiritual menor, piensan de Allah
como un Ser que reside en los cielos en Su trono, y Lo imaginan como un rey de un vasto reino, reinando
el universo a través de Sus agentes, oficiales, sacerdotes, y potentados.

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Allah el Altísimo no tiene lugar, ya que Él es el lugar de todos los lugares.
Él no tiene tiempo, ya que Él es el tiempo de todos los tiempos.
Él no necesita un agente que actúe en Su nombre.
Él es lo más alto en el sentido que Él está por sobre todo y abarca todo lo que ha sido, todo lo que es, y
todo lo que será.

‘Abd al-‘Ali entiende que las más elevadas de entre las personas son aquellos que se consideran a sí
mismos como lo más bajo. Él sabe que ser un servidor de Allah es la más alta posición a la cual un ser
humano puede aspirar. El regalo de la humildad lo hace virtuoso y generoso, y él apoya y ayuda a todos
los que lo rodean. Por consiguiente, él es apreciado y considerado por todos como el más alto de entre
ellos.

Este Nombre beneficia a quienquiera lo lleve consigo, escrito, sobre su persona, y lo recita tan seguido
como pueda. Si él es pobre, se hará rico; si está apesadumbrado, mejorará su condición; si está en lo bajo,
subirá a lo alto; si está solo en el exilio, él volverá pronto a su casa para estar con aquellos que lo aman.

AL-KABIR

Él es el Magnífico, cuya magnificencia se extiende desde antes del comienzo hasta después del fin. La
magnificencia de todo lo magnífico que puede ser concebido desde el comienzo hasta el fin es solo Su
creación y la prueba de Su magnificencia.

Usamos el término “infinito” en relación a los cielos y al tiempo. Solo atribuimos la infinidad a cosas
creadas porque la concepción correcta de ellas no encaja en nuestro entendimiento. Si tuviéramos un
vehículo que viajara tan rápido como nuestro pensamiento e imaginación, y fuéramos llevados en línea
recta, en una dirección, a las profundidades del espacio, a través de distancias inconmensurables pasando
por millones de soles en cada segundo, y si tuviéramos vida por billones de siglos, viajaríamos a través de
solo una pequeña parte del universo y el tiempo creado.

Todo esto que no cabe en nuestra comprensión fue creado con una sola palabra y con Su voluntad. Si es
Su voluntad, Él lo podría hacer una y otra vez, más y más, sin perder nada de Su fortaleza. Para Él no hay
diferencia entre la creación de un átomo y la creación del universo aparentemente infinito. Esta es su
grandiosidad tal como la podemos entender. Él es más grandioso que eso.

El darnos cuenta de Su magnificencia debiera evocar en nosotros el temor y amor a Él, y el deseo de no
ser nada más que Sus servidores. Temor a Él no es el temor a una fuerza tiránica que podría aplastarnos,
ya sea legítima, en venganza, o arbitraria. Él es el Misericordioso, el Compasivo, el Sabio, el Justo, el
Generoso, el Amoroso. El temor a Allah es un temor que es consecuencia de nuestro amor a Él, de
nuestro deseo de ser amados por Él, del temor a perder Su amor, de enfrentar Su indiferencia con
nosotros. La pérdida más grande para un ser humano es la indiferencia y la ira de Allah, y el mayor
beneficio que puede recibir un ser humano es ser el amado de Allah.

Cuanto esfuerzo hacemos en conseguir la aprobación y amor que esperamos recibir de aquellos a quienes
consideramos magníficos ¡Qué esfuerzo más perdido que buscar el amor del servidor en vez del amor del
Maestro!

‘Abd al-Kabir crece y se perfecciona por la mano de Allah solamente, sin ningún esfuerzo proveniente
del mismo o del apoyo proveniente de los demás.

Personas que han perdido sus trabajos o han sido degradadas injustamente, o tienen deudas que no pueden
pagar, si ayunan por siete días, y cada noche cuando rompen el ayuno recitan 1.000 veces ya Kabiru anta
Iladhi la tahdil-‘uqulu li wasfi ‘azamatihi (“¡O! Magnífico, tú eres aquel cuya magnificencia no puede ser
descrita por los intelectuales”), tendrán sus puestos devuelta y serán capaces de pagar sus deudas, si Allah
así lo desea.

Recitar ya Kabir 232 veces sobre la comida y dársela de alimento a una pareja que están teniendo
problemas maritales puede ayudar a resolverles sus problemas.

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AL-HAFIZ

Él recuerda todo lo que fue y todo lo que es, manteniendo en Su divina protección todo lo que será.

Él está consciente, recuerda, y mantiene en Su memoria todo lo que haces, dices, o piensas en todo
momento. Él preserva todo: nada se pierde. En Su preservación, hay también protección.

Él protege a Su creación de todo daño y falta da armonía. Es así es como todos los cuerpos celestiales
giran a gran velocidad alrededor de sus órbitas, en vez de colisionar unos con otros. Como una
manifestación de Su nombre al-Hafiz, Él ha dado a cada una de Sus criaturas un instinto para sobrevivir.
Él nos protege mostrándonos aquello que es malo e ilícito. Comida lícita, añeja y echada a perder, se
transforma en ilícita. Pan lícito, quemado y carbonizado, se hace ilícito. Se han convertido en veneno.

Lo mismo sucede con los venenos del alcohol, el adulterio, el juego, y el chismorreo: son ilícitos. La
arrogancia, hipocresía, envidia, e ignorancia son venenos para nuestro ser espiritual. Como una bendición
de al-Hafiz, el Protector, Allah ha enviado a Sus profetas, Sus libros, Sus maestros, para enseñarnos
sabiduría, inteligencia, la ley divina para proteger al hombre del daño material y espiritual. Pero aquellos
que son inconscientes de Allah, Sus profetas, y Sus libros, que no creen y se rebelan, son mal
agradecidos. Con su pequeña voluntad se alejan de la protección y resguardo de Allah. Entonces Allah no
los trata con Su atributo de al-Hafiz, sino que con Su atributo de ar-Raqib, el Guardián que responde de
acuerdo a cada acción.

Usen bien los medios de preservación y protección que Allah les ha concedido. Protéjanse del mal, de la
rebelión, y del pecado en ustedes mismos; ayuden y protejan a otros; recuerden y preserven las palabras
de Allah en Su Sagrado Qu’ran, Sus leyes sagradas, y las palabras de Sus profetas, y ayuden a otros a
hacer lo mismo.

‘Abd al-Hafiz está protegido en todos sus estados, acciones, y palabras, exterior e interiormente, por
Allah el Protector. La protección de Allah sobre él es tan fuerte que aquellos que están cerca de él, que
están a su alrededor, que lo conocen y lo tocan, también están protegidos. Se dice que los amigos y
cercanos de Hadrat Abu Sulayman Darani (ks) que permanecieron en su compañía por treinta años,
durante ese período nunca sufrieron adversidades, ni jamás se les vino a la mente un mal pensamiento, ni
pasó por sus corazones un sentimiento negativo.

Se cree que si uno usa alrededor del cuello el Nombre ya Hafiz y recuerda recitarlo a lo menos 10 veces al
día, uno estará a salvo de todo tipo de hostilidad, incluso de animales salvajes y jinn.

AL-MUQIT

Él es el que alimenta a toda la creación.

Allah crea el alimento para cada una de Sus criaturas antes de crearlas a ellas. Nadie puede quitarle el
alimento destinado a cualquier elemento de la creación.

El sustento destinado a nosotros no se va a acabar hasta que la muerte nos llegue. Miren las plantas, miren
los pájaros. Piensen en mellizos en el vientre de su madre, como cada uno toma los nutrientes que le han
sido destinados sin arrebatarle nada al otro y sin pelear. Sin embargo, los mismos mellizos que
tranquilamente y en paz recibieron su sustento a través de la sangre de su madre, una vez en este mundo y
ya más adultos, pueden matarse entre ellos por la herencia de la madre ¿Acaso Allah les ha dicho,
“Cuando vienes a este mundo, ve a buscar tu sustento, ya no tengo nada más que darte?” ¿Acaso Él se ha
olvidado de darles su sustento?

Allah es ‘Alim. Él es Kabir. Él no se olvida. Él no comete errores. Él es Qayyum, Muhaymin, el Señor de


los Universos. Él no pierde de vista a Su creación, ni falla por un segundo en Su protección y cuidado por
ella. Él alimenta sin que se lo pidan a aquellos que no pueden pedir ni trabajar por su propio alimento.
Para aquellos que si pueden, Allah ha creado medios de sustento. Él no necesita medios. Sin embargo por
la voluntad de Allah, Sus servidores pueden elegir entre medios lícitos e ilícitos.

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Optar por lo ilícito no aumentará tu sustento. Cualquiera sea tu alimento y donde sea lo recibas, solo será
el que te corresponda. Los medios no crean el sustento. Ni siquiera dan el sustento. Los medios son como
conductos que vienen de Allah, el Alimentador, a toda y cada creación. El alimento en ellos fluye a
medida que la muerte presiona desde el final de los conductos. La muerte no te llegará hasta que tu
alimento se haya acabado. Ciertamente te llegará después de tu último bocado y tu última respiración.

Por lo tanto, un leal servidor de Allah, que cree que Allah al-Muqit es el creador y dador de su alimento
hasta el día de su muerte, cuenta solamente con la promesa de Allah. Él opta por medios lícitos. Él no
pone en peligro su vida en este mundo y en el Más Allá con ambición maligna, traición, y mentiras para
tratar de obtener el sustento que corresponde a otros.

‘Abd al-Muqit se le da consciencia de las necesidades de otros así como los medios para satisfacer esas
necesidades en el momento correcto, en la cantidad correcta, sin tardanza, y sin que nada falte.

Alguien que está a punto de iniciar un viaje duro y peligroso puede recitar ya Muqit siete veces sobre una
botella de agua, después escribir este Nombre en la botella siete veces. Mientras beba de esa botella
durante su viaje, él tendrá la fortaleza para aguantar las dificultades y peligros que pueda enfrentar.

AL-HASIB

Ciertos asuntos y conceptos se expresan mejor en números. Para llegar a una conclusión, es necesario
llevar a cabo ciertos cálculos. De hecho, la resolución de la mayoría de los asuntos en este universo
creado necesita de estos cálculos. Pero Allah sabe el resultado de estos cálculos sin necesidad de ejecutar
tales operaciones, porque Su conocimiento no depende de ninguna causa o medio, ni de ningún análisis o
pensamiento.

En el día del Juicio Final las personas deberán rendir cuentas a Allah: es por eso que ese día también se
llama el Día de Rendición de Cuentas. Deberemos rendir nuestras cuentas de todo lo que hemos recibido
y como lo hemos gastado. Billones y billones de personas como nosotros harán lo mismo ese día. Allah es
un contador tal que Él sabe incluso el número de respiraciones que ha tenido la primera persona que Él
creó hasta la última que Él se llevará de este mundo. En ese día, deberemos rendir cuentas de todo el
capital que Allah nos ha prestado.

El capital más grande que Él nos ha prestado es nuestra vida. Lo que sea que ganemos lo ganaremos con
ella. Nuestro capital se gasta día a día, hora a hora. Con cada respiro, el tiempo de rendir cuentas está más
cerca, el momento en que deberemos devolver a su dueño el capital de esta vida temporal. Entonces
seremos recompensados por las ganancias y seremos responsables de las pérdidas. Algunos de nosotros
habremos quedado en la bancarrota: los no creyentes que han derrochado el capital de Allah.

Debes saber que cada minuto que pasa sin beneficio, toda hora en que tu no estás trabajando por Allah,
cuidando a Su creación, o recordándolo a Él, dándole gracias, alabándolo, teniendo cuidado de lo que
haces, es una pérdida. No tienes ninguna posiblidad de recuperar esa pérdida: no puedes comprar el ayer,
¡incluso si para ello gastaras el resto de tu vida! ¡Dale valor a tu vida! No la derroches en flojera, falta de
atención, y sueños. Saca tus cuentas antes que tengas que sacar tus cuentas frente a Allah al-Hasib.

‘Abd al-Hasib observa el buen uso que se le da a la vida, los medios, el sustento, y todo lo demás que
Allah le ha dado en cantidades limitadas a Su creación. Él supervisa la buena administración de los
regalos que Allah le ha dado a Sus criaturas.

Si hay razones para temer a un enemigo, a un vecino mezquino, a una persona envidiosa, o querer
proteger nuestra casa de los ladrones, se cree que si uno recita Hasbi Allah ul-Hasib 70 veces, noche y
día, durante siete días, comenzando un jueves por la noche, uno estará a salvo.

Si uno escribe este Nombre en una botella y alimenta de esa botella a un niño con cólicos, su llanto puede
terminar.

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AL-JALIL

Él es el Señor de la Majestad y el Poder. Su poder y Su grandeza, Su eternidad, no tiene parecido con


ninguna energía, materia, o tiempo. Su esencia, Sus atributos, Su existencia misma es poderosa y
grandiosa; son inconmensurables en tiempo, ni caben en ningún espacio. Sin embargo Él está aquí, y en
todas partes al mismo tiempo.

Su conocimiento es grandioso: todo es conocido para Él ya que creó todo. Su poder es grandioso: abarca
todos los universos y cada átomo. Su misericordia es grandiosa: Él perdona todo. Su generosidad no tiene
límites, Sus tesoros son inagotables. ¿A quien debiéramos respetar, alabar, amar, y obedecer sino al
Poderoso, el Grandioso?

¿Quién es el poderoso y el grandioso? Aquel que tiene el poder, que es sabio, que es generoso, que es
compasivo. Incluso alguien que tuviera solo una de estas características sería considerado grandioso.

Allah es el dueño y la fuente de todos los atributos de grandiosidad, conocidos y desconocidos. Él es


quien distribuye una pizca de Su grandiosidad a cualquier cosa o persona que Él desea en Su creación. Él
es el dueño de todo lo bueno y perfecto, Él es la finalidad de toda esperanza.

La existencia, la vida, la muerte, pérdidas y beneficios son Su voluntad. La mente, el corazón, el alma,
todo el ser de alguien que sabe esto está repleta con Su amor y temor. A través de nuestro amor a Él
también amamos a los que Él ama, a aquellos que lo aman a Él, a aquellos que enseñan Sus palabras, y a
las palabras que enseñan. Todo amor se lo debemos a Él.

‘Abd al-Jalil es la persona de carácter perfecto. Sus sentimientos, pensamientos, y acciones son en
imitación del Profeta (saws) y de acuerdo al Sagrado Qu’ran, por lo tanto Allah lo ha recompensado con
grandeza. Él provoca temor en los corazones de todos, ya que Allah le ha dado una parte de Su
majestuosidad.

AL-KARIM

Él es el Generoso. Su mayor generosidad es Su misericordia, a través de la cual Él perdona en vez de


castigar. Él cumple Sus promesas. Él ha prometido recompensas por las buenas obras. En Su generosidad,
Sus recompensas superan todas las expectativas. Él también promete el castigo para los pecadores. Eso se
llama al-wa’id, la amenaza, en concordancia con el hecho de que todos los que pecan debieran esperar
castigo. Sin embargo, en Su divino juicio encuentra circunstancias atenuantes, y en Su generosidad,
perdona.

Él es generoso con aquellos que buscan refugio en Él. No necesitas buscar intermediarios para estar en Su
presencia. Él sabe tus dificultades y tus necesidades antes que las sepas tu mismo. En Su generosidad Él
presta ayuda, satisfaciendo tus necesidades incluso antes que tú lo pidas.

Los generosos de entre los seres humanos son aquellos que han recibido más que otros de la generosidad
de Allah: su regalo es la generosidad misma. Ellos son los que no están contentos cuando no son capaces
de dar o ayudar a otros.

Los generosos de entre los seres humanos no siempre reciben reconocimiento o agradecimiento. Todo lo
contrario, son incomodados con mayores exigencias: suplicantes lejanos y cercanos se apiñan alrededor
de ellos. La persona generosa debiera ser agradecida, y saber que esto es una señal de que Allah ha
aceptado los servicios de Su servidor, y ha incrementado su honor.

Uno no debiera rendirse, no debiera sentirse orgulloso. Esos son los peligros. Para personas en
necesidad, la desesperanza y duda de la generosidad de Allah son también peligros. Y es peligroso para el
pecador dudar de la misericordia de Allah y de Su generosidad, sin importar que tan grande sea su
pecado.

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‘Abd al-Karim es un testigo de la generosidad infinita de Allah y actúa de acuerdo a ella. Esa persona es
capaz de apreciar plenamente la generosidad de Allah, sabiendo que nada de lo que nos ha sido dado nos
pertenece. Quienquiera reciba la generosidad divina no tiene mérito y ciertamente no se la merece, sin
embargo, como Allah oculta nuestras faltas y debilidades, también ‘Abd al-Karim pasa por alto nuestras
faltas y las oculta de los demás. Así como Allah perdona nuestra falta de agradecimiento, también él lo
hace. Allah dice en la Surah Infitar (6-7):

¡Hombre! ¿Qué es lo que te ha engañado acerca de tu noble Señor,


Que te ha creado, dado forma y disposición armoniosas,

Se dice que cuando Hadrat ‘Umar (ra) escuchó estos versos, él respondió a la pregunta de Allah diciendo:
“¡Es Tu Generosidad, ¡O! mi Señor!” Hadrat Muhyiddin ibn al-‘Arabi dice que este comentario de
Hadrat ‘Umar tiene el propósito de atraer la atención de otros con respecto al estado en que están,
semejante al de niños mimados.

Comparado con los inmensurables regalos de Allah el Generoso, los pecados y rebelión del servidor se
hacen minúsculos y sin consecuencia. El servidor en quien Él manifiesta Su gracia no conoce límites en
su dar, y no encuentra falla en la falta de agradecimiento de aquellos que toman sus regalos.

Al-Karim, el Más Generoso, a menudo está escrito en el Sagrado Qu’ran junto con al-Jalil, el Poderoso.
Esto, porque la fuerza y poder de Allah pueden asociarse con un inevitable castigo, y llevar al creyente a
la desesperanza. Al-Karim, el Generoso, se transforma entonces en refugio contra Su poder aplastante.
Quienquiera recite a menudo astaghfirullah ya Karim estará a salvo del castigo de Allah y tendrá
esperanza en Su perdón.

Se cree que si uno recita este nombre en la noche hasta dormirse, uno será apreciado, ayudado, y servido
por las personas, y su bienestar será mejorado.

Aquellos que recitan ya Karim 270 veces al día podrían ser liberados de sus deudas por alguno u otro
medio.

AR-RAQIB

Él es quien observa todo, siempre.

El escrutinio de cada detalle en la existencia de toda la creación tiene una dosis de protección. Allah
observa a Sus fieles servidores como actúan de acuerdo a lo que les ha sido asignado en armonía con las
personas y todo lo demás, y los protege de las intenciones y acciones de aquellos que se rebelan, que
están a punto de enfrentarse contra aquello que es correcto.

Aquellos bajo el ojo vigilante de ar-Raqib, que están atentos, conscientes, obedientes, sirviendo a Allah
por Allah, debieran saber que ni una pizca de sus buenas obras se perderán; todo será recompensado. Los
inconscientes que sueñan que son sus propios amos y que pueden hacer y tener todo lo que quieren,
debieran saber que ninguno de sus movimientos contra el orden y armonía divinas pasará desapercibido y
sin castigo.

De acuerdo con este atributo de Allah, la humanidad debiera darse cuenta que además de Allah ar-Raqib,
el observador amoroso y compasivo, hay dos observadores más, enemigos mortales que observan todo el
tiempo buscando el momento apropiado y un punto débil para atacarte; para poseerte, torturarte, matarte.
Estos dos enemigos insomnes son el maldito Diablo y el insaciable egoísta, el nafs.

Debes tener la voluntad de tener toda la consciencia que te permita tu poder, y observar a cada minuto los
movimientos de estos dos enemigos que te rodean desde las cuatro direcciones y desde dentro de ti.

‘Abd ar-Raqib está mucho más conciente de que Allah lo observa e él y todo lo demás que de su propia
existencia. En consecuencia él es incapaz de cruzar las fronteras más allá de lo que Allah prescribe. Solo
una persona bendecida con la manifestación de este Nombre está totalmente consciente y en control de sí

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misma y de los que están alrededor de él. En realidad, ‘Abd ar-Raqib es una expresión de que Allah está
observándolo a él y a los demás.

Este Divino Nombre es la letanía de los fieles a quienes se les ha dado el regalo de ihsan, la certeza que
aún cuando ellos no pueden ver a Dios, Dios en todo momento los ve a ellos, no solo en sus formas y
acciones, sino en sus más secretos pensamientos y sentimientos. Si esa persona recita este Nombre tan
seguido como le sea posible en un lugar oculto durante un mes, el ojo de su corazón verá secretos que
otros no pueden ver. Incluso puede que entienda el lenguaje de los animales, la vegetación, y de las cosas
sin vida.

Si alguien pone algo fuera de lugar o lo pierde, la recitación de este nombre le puede ayudar a encontrarla.

Si alguien teme una maldición o un conjuro sobre él, la recitación de este Nombre 312 veces al día
durante una semana hará ineficaz la maldición.

AL-MUJIB

Él es quien responde a todos los rezos y necesidades de Sus servidores.

Allah está más cerca de Sus criaturas que ellas de sí mismas. Su proximidad a todas Sus criaturas es la
misma. Él no está más cerca de un santo que lo que Él esta de ti o de una semilla de mostaza. Él conoce
todas las necesidades de Su creación antes de que surjan, y las satisface incluso antes que sea necesario.

La manifestación de al-Mujib en los seres humanos es nuestra atención y respuesta a Allah por sobre
todo, aquel que nos creó y nos provee de todas nuestras necesidades. Respondemos a Allah glorificándolo
y rogándole por nuestras necesidades, atendiendo a nuestras obligaciones prescritas por Él, y
respondiendo a las necesidades de Sus otras criaturas cuando Allah decide darles a través de nuestras
manos.

‘Abd al-Mujib es aquel que obedece al llamado de Allah cuando escucha a Allah decir en la Surah Ahqaf
(31):
¡Pueblo! Aceptad al que llama a Alá y creed en Él,

Dado que Él acepta el llamado de Allah, Allah a su vez acepta su llamado. Es entonces cuando Su
atributo al-Mujib, el Complaciente, se expresa en Su servidor. Cuando ‘Abd al-Mujib llama, todos vienen:
dado que él ha respondido a Allah, todos le responden a él. Allah así lo confirma en la Surah Baqarah
(186):

Cuando Mis siervos te pregunten por Mí, estoy cerca y respondo a la oración de quien invoca cuando Me
invoca. ¡Que Me escuchen y crean en Mí! Quizás, así, sean bien dirigidos.

La oración es un generador de energía. Si uno aprende como usarla, uno descubrirá un tesoro y una fuente
de fortaleza.

Si una persona recita ya Mujib 55 veces después de sus rezos, especialmente a la salida del sol, sus
necesidades serán satisfechas.

La recitación de este Nombre ayuda a parar el chismorreo y la calumnia contra uno.

AL-WASI’

Él es la inmensidad sin límites, cuyo conocimiento, misericordia, poder, generosidad, y todos los demás
atributos hermosos son infinitos. Al-Wasi’ también se interpreta como la tolerancia infinita de Allah. Los
males y pecados de la humanidad son como una gota sucia en la inmensidad del océano de la tolerancia
de Allah.

Un signo de al-Wasi’ está en la infinita variedad de Su creación. Miren a las personas: aún cuando todos
estamos hechos de la misma materia, no hay dos caras, no hay dos voces iguales. La vastedad de Allah

34
que llega a todo se refleja entre nosotros a través de gente de amplio conocimiento, a través de quienes
muchas personas se benefician; en personas que poseen grandes riquezas y gran generosidad que ayudan
a los necesitados en todas partes; en personas compasivas, amables, y de gran paciencia cuya justicia
inmensa inspira gran confianza. Todas las demás buenas cualidades que son incondicionales y sin límites
en los seres humanos son reflejos de al-Wasi’.

Sepan que el conocimiento de Allah es vasto, llega a todos y a todas partes. No puedes esconder nada de
Él. Su poder es abrumador; nada escapa de Él, así que tengan cuidado de pecar y rebelarse. Su
misericordia es infinita, así que vuélvanse a Él. Él es tolerante en Sus mandamientos, y perdonador, así
que no pierdan la esperanza.

‘Abd al-Wasi’ tiene una sabiduría que lo abarca todo. Su ser cubre todos los niveles posibles a los cuales
un ser humano puede aspirar. Él es vasto y no puede ser limitado por ninguna restricción.

Personas que están bajo una fuerte carga de trabajo y responsabilidad, y que se sienten incapaces de
cargar con ella es posible que encuentren fuerzas y alivio si recitan este Nombre.

Personas que están afligidas con la enfermedad de la envidia y la venganza pueden encontrar una cura si
repiten este Nombre.

Recitar ya Wasi’ 137 veces cuando uno está deprimido puede aliviarnos.

AL-HAKIM

Él es perfectamente sabio en Su conocimiento y en Sus obras.

No hay duda o incertidumbre en Su conocimiento, ni tiene límites. Tampoco hay dudas o incertidumbre
en Sus mandamientos. Quienquiera los siga aprenderá del reflejo de Su perfecto conocimiento muchas
cosas cruciales que de otra forma no se pueden obtener, y así evolucionar para llegar a ser un ser humano
perfecto. Si alguien no sigue los mandatos de Allah no recibirá beneficio alguno; no crecerá, sino que se
secará, haciéndose leña para el Fuego del Infierno. Lo que nos da sabiduría es el temor a Allah. Aquel que
es verdaderamente sabio es el que es amo de su ego: prepara su vida para el Más Allá. Aquel que está
entregado de buena gana a los deseos de su cuerpo, y todavía espera el perdón de Allah, su esperanza es
en vano.

Miren las cosas que Allah les ha prohibido: cada una de ellas es una calamidad. Allah creó esas
calamidades y estableció lo que es ilícito así como lo que es lícito. Prohibió lo ilícito y permitió lo lícito.
Él es quien nos dio la fuerza para obedecer y la debilidad para desobedecer. Él nos dio libertad para
elegir. Esta prueba no es para mostrarle a Él si somos o no fieles. Allah sabía todo acerca de nosotros
antes de que Él nos creara. La prueba es para nosotros y para otros, para que así nos conozcamos a
nosotros mismos y para que otros también nos conozcan.

Ninguna de las obras de Allah carece de beneficio y sabiduría. Nada de la sabiduría de Allah es para Su
propio beneficio. Allah no necesita nada. El propósito de esta sabiduría es el orden y continuidad del
cosmos hasta la hora designada.

Miren a su ser interior, un microcosmo, un modelo para el universo. Vean como cada órgano, cada célula
está perfectamente creada para una función determinada, como todo funciona armoniosamente sin fallar.
El propósito de esta sabiduría de perfecta cooperación es solo para mantener vivo a ese ser hasta la hora
designada.

La totalidad del conocimiento que nos mantiene vivos, nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestra alma, es la
parte humana de al-Hakim. Cuando veamos eso, veremos el sello de la sabiduría de Allah en nosotros.

‘Abd al-Hakim se le muestran los secretos de las razones de la creación. Dado que él conoce el propósito
de cada criatura, el comportamiento y las acciones que tiene hacia ellos están de acuerdo con ese
conocimiento. Cuando él ve una desviación en el propósito de algo, es capaz de corregirlo.

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Si alguien se considera incompetente para un trabajo que le ha sido dado, o, a pesar de todos sus
esfuerzos, no tiene éxito en las cosas que hace, si recita permanentemente este Nombre, puede que las
cosas cambien para mejor.

AL-WADUD

Él ama a Sus buenos servidores. Él es el único que finalmente es digno de amor.

Allah, en Su amor infinito e incondicional, le ha dado a Sus buenos servidores todas las habilidades, pero
por sobre todo la habilidad para amarlo a Él. Él les ha dado la posibilidad de recibir y alcanzar la Verdad,
que está más allá del entendimiento del intelecto común. Fayd es esa habilidad especial. Sin embargo el
regalo en sí mismo no es suficiente. Para ser capaz de sacar provecho de este esclarecimiento, fayd, hay
otra condición más, que es la fe, y la fe puesta en acción, que es la devoción. Dejen que aquellos que
buscan el esclarecimiento corran en busca de la piedad y la adoración.

Al-Wadud es ese anhelo del corazón que solo busca el amor de Allah. Pero el amor es solo posible si el
amante está consciente del amado, así como de su belleza y perfección.

Para la mayoría de las personas, la consciencia depende de los sentidos, y los sentidos son muchos. Cada
uno se siente atraído por distintas cosas. Cuando el alma está consciente de sí misma y uno está
consciente de su propia alma, entonces los sentidos siguen al alma que está consciente del todo. Allah es
el Amado del alma, porque toda perfección está en Él. Todos los sentidos están extáticos con el
inagotable sabor dulce de esta perfección.

¿Cómo uno alcanza ese estado de sensibilidad y consciencia, cuando al cuerpo naturalmente le gusta la
buena vida, sus placeres, salud, hogar, propiedades, negocios, y demás cosas? Una persona común y
corriente no necesita educación, inteligencia, incentivos, y orientación para amar estas cosas. Pero para
amar a Allah, necesitamos a lo menos inteligencia y guía para darnos cuenta que aquello que
naturalmente amamos pertenece a Allah y es Su regalo a nosotros; que todo es solo una señal de Su
cuidado y amor por nosotros.

Todo lo que amamos es temporal, al igual que nosotros. Solo nuestra alma sagrada, el regalo más grande
que nos ha sido dado, y el Dueño de esa alma, nuestro Creador, son eternos. Darse cuenta de esto es un
regalo mucho más grande que todo lo que podríamos poseer en este mundo. Porque cuando Allah ama a
Su servidor, Él le da a esa persona entendimiento, consciencia, fe, y amor por Él.

Un wadud entre los seres humanos es aquel que quiere para los demás lo que quiere para sí mismo. Más
aún, él prefiere satisfacer las necesidades de los demás por sobre las propias. Uno de estos bendecidos
confidencia: “Rezo para que en el Día del Juicio Final mi cuerpo sea estirado sobre todo el Infierno para
que a los pecadores no se les quemen los pies.” Hadrat Ali (ra) dijo: “si quieres que tu Señor te ame,
acércate a aquellos que te abandonan. Da a aquellos que son mezquinos contigo. Perdona a aquellos que
te hacen daño.”

El Amado de Allah dijo, “Si un creyente mira con amor a la cara de otro creyente, es mejor para él que
rezar en mi mezquita durante todo un año.” También dijo,” Los fieles que aman y se preocupan unos de
otros son como un solo cuerpo: cuando una parte sufre una herida, todo el cuerpo siente dolor."

Incluso cuando sufrimos en manos de aquellos a quienes queremos desearles más que lo que deseamos
para nosotros mismos debiéramos decir, tal como el Amado de Allah (saws) dijo cuando fue herido en la
batalla de Uhud: “¡O! mi Señor, guía a mi tribu bien, porque no saben lo que están haciendo, ellos no
conocen la Verdad.”

‘Abd al-Wadud es aquel cuyo amor por Allah y por aquellos que aman a Allah se perfecciona. Cuando
Allah ama a Su servidor, Él esparce el amor por ese servidor a lo largo y ancho para que todos, excepto
los inconscientes, lo amen también. Muhammad, el Amado de Allah (saws), dijo: “Cuando Allah ama a
un servidor, Él llama al arcángel Gabriel (as) y le dice: ‘¡Yo amo a este servidor Mío, ámalo también!’.
Entonces Gabriel (as) llama a los cielos y dice, ‘¡O los que están en los cielos, Allah ama a este servidor,
ámenlo también! Así, todo lo que está en los cielos lo aman. Entonces el amor de ese servidor es
propuesto a las criaturas de la tierra, y ellas también lo aman.”

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Muchos santos han declarado este Nombre bendito como al-ism al-a’zam, el más grande de los Nombres.
Los buscadores de la Verdad, aquellos que desean seguir instrucciones con amor y placer y desean llegar
a ser buenos servidores de Allah, debieran recitar este Nombre seguido. Allah ama a Sus servidores. Él
dice en una tradición divina, “Mi servidor se acerca a Mí con aquello que más amo, los deberes religiosos
que le he encomendado, y Mi servidor se acerca aún más a Mí con devociones más allá de lo obligatorio
para que así lo ame, y cuando lo amo soy sus oídos con los que escucha, los ojos con los que ve, sus
manos con las que toma y sus pies con los que camina.”

Si un marido y esposa, o dos personas que están en un conflicto y son hostiles uno con el otro, comen de
un plato sobre el cual uno ha recitado ya Wadud 1.000 veces, se espera que se reconcilien.

Si una persona escribe este Nombre en un pedazo de seda blanca y lo lleva consigo, y recuerda recitarlo
con frecuencia, las personas se inclinarán a quererlo.

AL-MAJID

Él es el Más Majestuoso y Glorioso.

Allah el Altísimo es glorioso y majestuoso en toda Su creación, y aún más allá. No hay mano que lo
alcance, ni poder que lo toque, sin embargo está más cerca de Sus servidores que sus propias almas. Él
tiene un amor y compasión por ellos que es mucho más grande que el cuidado que ellos se tienen a sí
mismos. Su bondad es infinita, Su misericordia no tiene fin. Su estado es de perfección pura y Sus actos
son sabiduría pura.

En el significado de al-Majid hay dos elementos. Uno es Su majestad, Su poder, que lo mantiene por
sobre y más allá de cualquier intento de alcanzarlo, y por lo que es respetado y temido. El otro es Su
gloria y honor, tal como se muestra en la hermosura de Sus hermosos actos y estados, por lo que es
alabado y amado.

Es propio de los buenos servidores, en consideración a la gloria y honor de nuestro Señor, ser sinceros,
serios, y puros en sus devociones a Él, así como buscar Su complacencia en todo lo que hacemos. Un
servidor debiera retraerse de la arrogancia, la hipocresía y la mentira. Aquellos que se dan cuenta de la
majestad y el honor de su Señor, que le son fieles, y que se unen a Él buscando solo Su complacencia,
reciben fortaleza y honor.

‘Abd al-Majid es aquel cuyo carácter y moral están perfeccionados. Esas personas son honradas por los
demás y por el resto de la creación por su hermoso comportamiento que tiene hacia ellos. Ellos son
virtuosos a través de las virtudes de Allah.

Si un creyente, de buen carácter, quien ha contraído psoriasis, ayuna durante los días 13, 14 y 15 de los
meses lunares, y al romper el ayuno recita ya-Majid 100 veces, es sabido que ayuda a aliviar la
enfermedad. Este régimen también ayuda en casos de enfermedades al corazón y la depresión.

AL-BA’ITH

Él es quien resucita a los muertos.

Allah al-Ba’ith volverá a darle vida a toda la creación en el Día del Juicio. Él levantará a las personas de
sus tumbas y les expondrá todas las acciones, pensamientos, y sentimientos que tuvieron durante su vida
en esta tierra. Este atributo de Allah es tan importante que su reconocimiento es una de las siete
afirmaciones de fe, la última condición por la que los fieles deben declarar su creencia de que serán
traídos devuelta a la vida después de su muerte. Esto es verdad. Es real. Ciertamente ocurrirá. Allah ha
dado a conocer esta Verdad en todos los libros que Él ha revelado, y a través de todos los profetas que Él
ha enviado. En el Sagrado Qu’ran, prácticamente todos los capítulos hacen alguna mención de ello.

Es que la Hora llega, no hay duda de ella, y Alá resucitará a quienes se encuentren en las sepulturas.
(Surah Hajj 7)

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Os hemos creado de ella y a ella os devolveremos, para sacaros otra vez de ella
(Surah Ta Ha 55)

Alá es Quien os ha creado y, luego proveído del sustento, Quien os hará morir y, luego, volveros a la
vida. (Surah Rum 40)

¿Cómo vamos a darnos cuenta del significado de al-Ba’ith si pensamos que venimos a la vida de la nada
y de ninguna parte, y después de la muerte vamos a la nada y a ninguna parte? La muerte no es “la nada”,
como tampoco el renacimiento después de la muerte es como nuestro nacimiento. Después de la muerte,
está la vida en la tumba, que puede ser un foso de fuego del Infierno o un jardín de rosas del jardín del
Paraíso. Los muertos pueden ser seres torturados por la miseria o seres bendecidos con felicidad: no están
extinguidos en la nada.

El Mensajero de Allah (saws) se paró al borde del foso donde estaban enterrados los enemigos de Allah
que habían luchado en su contra en la batalla de Badr, y se dirigió a ellos en voz alta, “Ahora he visto
aquello [la victoria] que mi Señor me prometió. ¿Están también viendo aquello [el castigo] que su Señor
les prometió?” Cuando sus seguidores le preguntaron, “¿Cómo puedes hablar con los que han muerto y
se han ido?” El Mensajero de Allah (saws) dijo, “Ellos escuchan lo que les digo mejor que ustedes, solo
que no son capaces de responder.”

Y Allah, dirigiéndose a los mártires de la batalla de Uhud, reveló los siguientes versos:

Y no penséis que quienes han caído por Alá hayan muerto. ¡Al contrario! Están vivos y sustentados junto
a su Señor. Contentos por el favor que Alá les ha hecho y alegres por quienes aún no les han seguido,
porque no tienen que temer y no estarán tristes, Al-Imran 168-169

El renacimiento después de la muerte no es como nacer. Tampoco venir a este mundo o retornar después
de la muerte son las únicas instancias de recibir vida. Es por eso que Allah dice,

¿Es que Nos cansó la primera creación? Pues ellos dudan de una nueva creación (Surah Qaf 15)

En esta vida hay muchas muertes y renacimientos. ¡Cuán a menudo el alma pierde su control sobre el
cuerpo y lo vuelve a recuperar! Incluso bajo la perspectiva médica, las personas mueren y son resucitadas.
En nuestro cuerpo, las células están continuamente muriendo y células nuevas están naciendo. ¿Acaso no
ven que en todos estos casos lo que muere y renace es solo la carne? El alma es eterna.

Negar cosas que no hemos experimentado, que no sabemos, está en la naturaleza humana. Dado que en
esta vida no hemos experimentado el Más Allá, ni hemos retornado a la vida después de la muerte, no
creemos en ello. Un niño que aún no ha llegado a la edad de discernimiento y que aún no se ha quemado
su mano se rehusará a creer que el fuego quema. Si le cree a su madre y no toca el fuego, es un niño feliz.
Tener fe en las cosas que no hemos experimentado en esta vida y que no podemos entender es tener fe en
lo que no vemos. Esa es la clave de la felicidad.

No sean de aquellos que no creen, como Ubayy ibn Khalaf, que trituraba cráneos descompuestos con sus
manos arrojándoselos al rostro de nuestro Maestro, diciendo, “ ¿Así que sostienes que Él resucitará estos
huesos podridos?

El Sagrado Profeta le dijo, “De seguro, Él te recreará, para enviarte a Su fuego.”

En esa ocasión, los siguientes versos fueron revelados:

Dice: "¿Quién dará vida a los huesos, estando podridos?". Di: "Les dará vida Quien los creó una vez
primera -Él conoce bien toda creación-,
(Surah Ya Sin 78-79)

La promesa de Allah de traerte devuelta a la vida en el Día del Juicio es cierta. Morirás de acuerdo a la
forma en que viviste; y serás resucitado de la forma en que moriste. Lo que hayas sembrado en este
mundo, lo cosecharás en el Más Allá. Elige las semillas de las buenas obras. Prepara la tierra con tu
esfuerzo. Riega tus semillas con tus lágrimas de amor y compasión y entibia tus campos con la luz divina
reflejada sobre el espejo de tu corazón limpio. No olvides que Allah en Su Sagrado Qu’ran asimila ‘ilm,

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conocimiento, con hayyat, vida; y jahl, ignorancia, con mawat, muerte. Quien resucita de la muerte de la
ignorancia a la vida de conocimiento, o quien ayuda a otro a renacer en el conocimiento desde la oscura
tumba de la ignorancia, verá entonces la manifestación de al-Ba’ith y creerá verdaderamente en ello.
‘Abd al-Ba’ith es aquel cuyo egotismo, lujuria, deseos carnales, y amor por el mundo han sido
eliminados, y cuyo corazón ha sido purificado y resucitado a la vida eterna. Él ha “muerto antes de morir”
y es capaz de resucitar, a través de su conocimiento y sabiduría, a corazones que han sido aniquilados por
la ignorancia.

Si una persona es capaz de reconocer que es inconsciente y de moral relajada en cuanto a vivir de acuerdo
a las prescripciones de Allah, y reconoce que no teme al castigo de Allah, pero aún sufre por estar en este
estado y desea cambiar, debiera recitar este Nombre a menudo. Entonces él tendrá temor, amor y
esperanza por la compasión de Allah, y cambiará su manera de actuar.

Si alguien es acusado equivocadamente, recitar ya Ba’ith 7070 veces puede salvarlo.

ASH-SHAHID

Él es testigo de todo lo que sucede, en todas partes y en todo momento.

Allah está cercano a todas las cosas, aún cuando nosotros podamos pensar que están lejos o cerca. Él está
atento a todo evento, sea este grande o pequeño. Él sabe todo a través de Su atributo al-‘Alim. Él está
consciente de los secretos y de los aspectos internos de cada cosa a través de Su atributo al-Khabir. Él es
testigo de todo aquello que aparece, hayan o no otros testigos, a través de Su atributo ash-Shahid. En el
Día del Juicio Él se revelará Él Mismo como el testigo de toda acción de todo ser humano.

Ibn Mas’ud (ra) con algunos de los otros Compañeros iban caminando por el campo cerca de Medina
cuando vieron a un niño pastoreando a unas ovejas. Lo invitaron a compartir su comida. El niño se
rehusó, diciendo que estaba ayunando. Esta devoción excesiva asombró a los Compañeros, ya que no era
el mes de Ramadán. En parte como humorada y en parte como una prueba, le pidieron al niño que les
vendiera una oveja, y prometieron darle la mitad de la carne como regalo. El niño les dijo que las ovejas
no eran de él y que no tenía derecho a venderlas. Entonces, con la intención de probarlo nuevamente, le
dijeron, “¿Hijo mío, quien se dará cuenta? Tu siempre puedes decir que perdiste una oveja.” Entonces el
niño gritó ¿ayn Allah? ¿Dónde está Allah?” y salió corriendo. Como recompensa, Ibn Mas’ud (ra)
compró todo el rebaño a su dueño y se lo regaló al joven pastor, quien inmediatamente sacó provecho de
tener conciencia de ash-shahid. Ibn Mas’ud cuando se encontraba con el joven de cuando en cuando en
Medina, bromeaba preguntándole, “¿Dónde está Allah?

‘Abd ash-Shahid es testigo de la verdad de todo como también de la Verdad absoluta, y ve que él, así
como todo lo demás, están bajo la voluntad de la Verdad absoluta.

Una persona culpable de rebelarse contra Allah, a pesar de saber muy bien que está haciendo algo malo,
puede que sea capaz de controlar sus acciones si se compromete a recitar ya Shahid en series de 21 cada
vez. La misma recitación hecha mientras uno pone el dedo índice sobre la mano de un niño desobediente,
puede que lo haga más obediente.

AL-HAQQ

Allah es la Verdad, cuya existencia es inmutable.

Haqq es aquello cuya esencia es válida por si misma, y esa esencia es la causa y condición necesaria para
toda otra existencia. Como Allah obtiene Su existencia solo de Sí Mismo, Él es eterno. Todo lo demás es
temporal. Dado que Haqq existe por si mismo, no influenciado por nada más, Él es no-cambiante. Él es la
única existencia verdadera. Aquellas cosas que realmente parecen existir obtienen de Él la verdad de su
existencia.

El intelecto ve otras materias existentes como correspondiendo a esa Verdad. También la llamamos
“verdad”. Sin embargo la verdad de todas las existencias temporales cambia en la relación que tienen
unas con otras y, finalmente, cuando desaparecen, la creencia de que son verdaderas se desvanece.

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No hay nada en la creación cuya existencia sea paralela a Allah, el Verdaderamente Existente, quien es
para siempre antes del antes y después del después. La creación puede ser asemejada a la luna: al
comienzo un arco fino, delgada como una cuerda; después se hace creciente; luego la luna llena; después
el proceso inverso hasta que desaparece nuevamente. Ese es el orden del universo. Todo comienza,
cambia, desaparece, reaparece, excepto Allah el que Verdaderamente Existe.

La manifestación del atributo al-Haqq se hace evidente para el creyente en fe y palabras. La verdad es
aquello que no necesita pruebas, y cuya negación es imposible. Así, las creencias y palabras relacionadas
con la existencia causal no-cambiante son llamadas “fe verdadera” y “palabras verdaderas”, porque ellas
también, en cierta manera, son constantes. Allah las mantiene constantes y con vida, y recompensa a
aquellos que las hablan, que las escuchan, y que creen en ellas.

‘Abd al-Haqq ha sido salvado de toda falsedad, en acción y palabras. Esa persona está consciente de la
verdad en todo momento, en todas partes, y por lo tanto de la unidad y uni-dad (ver nota 1) de todo. Para
esa persona la Verdad es constante y siempre-presente.

Un creyente que toma como hecho cierto que en el Día del Juicio él estará de pie frente a su Señor dando
cuenta de sus actos y, a pesar de su esfuerzo, puede que este haya sido insuficiente. Si recita la ilaha illa
Llah ul-Malik ul-Haqq ul-Mubin (“No hay más dios que Allah, el Rey, la Clara Verdad”) 100 veces cada
día, recibirá apoyo de fuentes inesperadas.

AL-WAKIL

Allah es el depositario de confianza fiel y fundamental. Él cumple Su trabajo sin dejar nada inconcluso.

Las personas piensan que son capaces de hacer, pero Él es quien lo hace todo y no tiene necesidad de
nadie para que haga las cosas por Él. Puede sustituir todo en el universo, pero nada puede sustituirlo a Él,
ni puede sostenerse por si mismo sin depender de Él. Ni Sus mensajeros ni Sus profetas son Sus
consignatarios. Él solo manifiesta Sus mensajes y Su beneficencia a través de ellos. Ellos son Sus
servidores; Él es el Señor y Dueño de todo.

Todo lo que Él hace lo hace de la mejor manera, sin embargo Él no tiene ninguna obligación. Nadie
puede influenciar Su voluntad; ningún poder puede forzarlo a Él a hacer algo. Él hace por ti lo que es
bueno para ti, y aquello que le complace a Él.

¿Quién es aquel en quien puedes confiar para que haga por ti algo mejor que lo que tu puedes hacer por ti
mismo? El depositario de confianza debe saber mejor. Él tiene que tener más poder. Él tiene que ser
confiable. Quien confía sus asuntos a otro tiene que estar seguro de todo esto. Él también debe tener
confianza en la compasión, amor, y lealtad por parte del depositario de confianza. ¿Quién de entre los
hombres es un abogado así para representarte, y trabajar para ti? ¿Qué pago estás dispuesto a darle por los
servicios que te presta? No existe ser humano que sea un depositario de confianza así. Cuando las
personas hacen cosas por otros, es solo una transacción de negocios; dan y toman. Allah, el que Todo lo
Sabe, el Todo Poderoso, el Más Compasivo, es el único en quien Sus servidores pueden confiar.

En todo lo que intentamos hacer, ya sea con nuestros negocios, para cuidar nuestra salud, por nuestra
familia, por nuestros hijos, buscamos algún beneficio. Planificamos, calculamos, tomamos precauciones,
consultamos con contadores, doctores, abogados; sin embargo diariamente surgen todo tipo de obstáculos
imprevistos, oposición, y problemas. El verdadero servidor hace todo esto de la mejor manera que puede,
no solo para el mismo, sino que por los demás. Entonces él deja el resultado a Allah para que en Su
bondad asigne. Él reza a al-Wakil, cuya mano controla su vida, para que haga lo que es mejor para él, ya
que él mismo admite que no sabe. Este es el significado de tawakkul, confianza en Allah. Quien tenga
esta confianza absoluta en el supremo y fiel Depositario de Confianza es dueño de un tesoro más grande
que el mayor tesoro de este mundo, porque frente a una pérdida total de sus esfuerzos no cae en la
desesperanza; él está en paz. Si esa paz no existe, ningún beneficio del mundo, ningún tesoro puede
traerle felicidad.

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Las dificultades que previenen o destruyen esta paz mental son la ambición excesiva, mezquindad,
competitividad, temor, e imaginación. Ninguna cantidad de dinero, ningún grado de seguridad, va a
aliviar los corazones contraídos de aquellos que están afligidos por estas enfermedades.

Tawakkul, confianza en Allah, no significa ignorar las causas de las cosas que suceden. Permanecer
sentado sin mostrar interés por las causas y sus efectos es flojera. La confianza en Allah es una obligación
en el Islam, y la flojera es un pecado. Allah ha revelado a Sus servidores las causas y las soluciones a las
cosas que van a suceder. De hecho, Él ha permitido que la comprensión de estas causas y soluciones sean
una condición para que esas cosas sucedan. Para que una cosa sea creada, para que una necesidad sea
satisfecha, debe existir una razón, una causa. Este es la ley y el orden de Allah, llamada hikmat al-tasbih,
razón causal. Ignorar aquello que está disponible para uno es arrojarse a propósito en las garras del
dragón de la ignorancia, la enfermedad, y la pobreza, lo cual es ilícito y pecaminoso de acuerdo al Islam.

El Mensajero de Allah dice, “Ata tu camello. Después déjalo en las manos de Allah.” Por lo tanto,
estando conscientes de las causas y efectos, uno debiera esforzarse por aquello que uno desea, sabiendo
que todo su esfuerzo no es más que un rezo activo, el deseo de la ayuda de Allah. Por cierto, estos rezos
activos se transforman en una prueba de nuestra confianza en Allah por el resultado, y nada más. El
Mensajero de Allah dice, “Si realmente confiaras en Allah, Él te alimentaría de la forma en que alimenta
a las aves.” Aquellos que actúan así no cuentan con sus esfuerzos, sino que cuentan con Allah el
Beneficiente que dice, “Pidan y Yo les daré”.

‘Abd al-Wakil es el servidor que tiene tal fe en Allah que se transforma en el recipiente del atributo de al-
Wakil. Él cambia de un estado en donde ve la mano de Allah en las causas y la razón de las cosas, a un
estado en que las causas y las razones desaparecen. Él pone plenamente su vida en la mano del
Depositario de Confianza Fundamental, y se hace a su vez Su servidor de confianza. Entonces, el cargo
de Depositario de Confianza de Allah se manifiesta en él.

Si alguien, que tiene una completa fe en Dios, está en peligro frente a un desastre natural, como una
inundación, incendio, o terremoto, o del asalto de un enemigo, y recita este Nombre continuamente en
series de 66, será salvado.

Se informa que Hadrat Ak Shamseddin, el sheikh de Mehmed el Conquistador, el sultán turco que
conquistó Constantinopla, recitó este nombre durante la conquista.

El Profeta (saws) dice, “Si recitas Hasbi Allahu la ilaha illahu ‘alayhi tawakkaltu wa huwa rabb ul-‘arsh
il-‘azim (Allah es suficiente para mí, no hay más dios que Él, en Él confío y Él es el Señor del Inmenso
Trono – Surah Tawbah 129) en las mañanas y en las tardes, Allah será tu Depositario de Confianza, y
guiará tus asuntos en este mundo y en el Más Allá, como lo mejor para ti.”

AL-QAWI

Allah es el más fuerte, el Inextinguible.

Él posee toda la fuerza. Allah es capaz de superar todo, y nada puede tocarlo. En el ejercicio de Su fuerza
no hay condiciones que sean difíciles o fáciles. Él puede crear un billón de universos con la misma
facilidad con que crea una brizna de pasto. Con Su inagotable fuerza Él se ocupa de la continuación de la
creación y de la protección de las criaturas, guiando sus acciones hasta el tiempo destinado.

‘Abd al-Qawi es el servidor que es honrado con la manifestación de la fuerza de al-Qawi. Con el poder de
Allah este servidor vence a la lujuria, la ambición mundana, la ira y negatividad, y a los demás soldados
del Diablo. Por la gracia de la manifestación de este Nombre en él, se hace capaz de destruir, siempre y en
todas partes, a todo enemigo sea hombre, diablo o jinn. Nada se le puede oponer. Él repele a todos los
opositores a través del poder de Allah, cuya fuerza es victoriosa por sobre todo.

Si un creyente, que tiene un enemigo tiránico contra el cual no tiene la oportunidad de defenderse, hace
una masa de harina y agua, luego hace de esta masa 1.000 bolitas pequeñas del tamaño de una arveja, y
las arroja a las aves para que se las coman una por una recitando el Nombre ya Qawi cada vez, Allah el
poseedor de la fuerza lo protegerá.

41
Ya Qawi es la letanía de Azrael, el arcángel de la muerte.

Aquellos que, estando débiles y cansados cuando hacen sus rezos, recitan este Nombre 116 veces todos
los días, encontrarán fuerza y los disfrutarán. Si sufren durante un viaje difícil y peligroso, no sentirán el
dolor.

Si una persona está entrando a un lugar peligroso o enfrentando una situación peligrosa, y recita bismi
Llah ir Rahman ir-Rahim wa la hawla wa la quwwata illa bi-Llah il-‘Aliy il-‘Azim (“En el Nombre de
Allah el Todo Misericordioso y Compasivo, y no hay fuerza ni poder salvo en Allah, el Altísimo, el
Grandioso”) puede que elimine los peligros o darle a uno la fuerza para enfrentarlos.

AL-MATIN

Allah es perfecto en Su fuerza y en Su determinación.

El atributo de al-Qawi está relacionado con la perfección de Su poder, mientras que el atributo de al-
Matin es la vehemencia, la acción toda-penetrante de esta fuerza. Nada puede ser salvado de esta fuerza;
ninguna fuerza se le puede oponer. No tiene dificultad con nada, nada la puede debilitar, y tampoco esta
fuerza necesita de ayuda.

Allah tiene compasión y tiene castigo. Cuando Él extiende Su compasión a Sus amados servidores, nada
puede impedir que esta beneficencia llegue a su destino, como tampoco ningún poder concebible puede
impedir que Su represalia, ira, y castigo den en el blanco. El servidor debiera esperar que todo lo bueno y
hermoso venga de Allah, y debiera temer solo el castigo de Allah. Por lo tanto todos los otros temores
desaparecen de los corazones de los servidores que están cerca de su Señor.

‘Abd al-Matin es el servidor a quien se le da el misterio del atributo de la fuerza toda-penetrante de Allah.
Esa fuerza lo hace aferrarse a su religión con tal fuerza y paciencia que nada lo puede alejar de ella,
ninguna dificultad lo cansará, y nada lo puede separar de la Verdad. En la defensa de la Verdad, nadie
puede atemorizarlo o silenciarlo. Su efecto es sobre todo, y nadie más que Allah lo puede afectar

Si un creyente se da cuenta que él mismo es tirano y negativo, y desea deshacerse de su mal carácter,
haciendo un hábito recitar este Nombre 500 veces al día puede que lo ayude a ser una mejor persona.

Si una madre tiene poca leche para alimentar a su hijo, cuando ella toma de una copa en donde ya-Matin
está escrito, su leche puede que aumente.

AL-WALI

Allah es el amigo protector de Sus buenos servidores.

Él ayuda a Sus buenos servidores. Él elimina sus dificultades y los guía, les da paz y éxito en sus asuntos
en este mundo y en el Más Allá. Él los saca de la oscuridad a la luz e ilumina sus corazones. Aquellos
corazones no se quedan contraídos y apegados al presente, sino que se extienden a tiempos antes del antes
y después del después. Ellos llegan a conocer al Señor de estos reinos, reconocen Su unidad y uni-dad
(ver nota 1), y son honrados con el nivel más alto al que pueden llegar los seres humanos, Su amistad a
través de ser un buen servidor de Él.

Los amigos de Allah tienen sus ojos iluminados por la luz divina y ven con ella. Sacan lecciones de todo
lo que escuchan y ven. La luz divina brilla en sus rostros: quienquiera los vea recuerda a Allah.

No hay temor ni tristeza en ellos, ya que no conocen a otro amigo que no sea Allah. Ellos no temen a
nada salvo oponerse a la complacencia de Allah. No tienen ninguna expectativa de nada y ni de nadie
excepto de Allah.

Traten de ganarse la amistad de Allah. Sean amigos de Sus amigos. Crean en lo que ellos creen, hagan lo
que ellos hacen, rechacen lo que ellos rechazan, amen a aquellos que ellos aman, y, por sobre todo, amen
a Aquel a quien ellos más aman.

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‘Abd al-Wali es el servidor cuya amistad se manifiesta en todos aquellos que tienen fe. Él es amigo de
aquellos que son puros y devotos. El Profeta (saws) dice, “Aquel que no está atribulado por los problemas
de otros creyentes, y no sufre porque otros creyentes sufren, no es verdaderamente fiel.”

Si una persona fiel recita este Nombre 1.000 veces los viernes en la noche, todas las barreras materiales y
espirituales desaparecerán. Se espera que esa persona vea la verdadera realidad y el significado de las
cosas.

En un matrimonio donde uno de los esposos tiene un carácter belicoso, si el otro mantiene este Nombre
en su mente durante sus discusiones, puede que estas dejen de transformarse en peleas.

AL-HAMID

Allah es el Más Loable.

Él es aquel a quien toda la existencia lo alaba. Alabar es honrar con respeto y agradecimiento al Más
Grande, que da infinitos regalos. Todo lo que existe alaba a Allah con su lengua, con sus acciones, o
simplemente por el hecho de existir. Él es el único que finalmente es merecedor de devoción, respeto,
agradecimiento, y alabanza. ¿Cómo alguien en Su presencia puede alabar a otro que no sea Él, sabiendo
que todo viene de Él? Él es la fuente de todos los regalos y de toda perfección.

Él nos ha dado vida, una hermosa forma, fuerza, inteligencia, lenguaje, y tantas otras maravillas en forma
directa. Él nos ha dado más regalos aún a través de las manos de otras personas, o a través de la
mediación de Sus otras criaturas. Estos regalos alaban a Allah; aquellos a través de quienes estos regalos
fueron dados alaban a Allah. ¿Acaso no debiéramos alabar a Allah? Él hombre inventó las computadoras,
que trabajan, hablan, escriben, comunican, y capturan las formas y sonidos de las cosas. La máquina en si,
al hacer estas cosas, alaba al inventor. Es de esta manera que toda la naturaleza alaba a Allah con su
existencia y función. Las personas que usan y se benefician de esa computadora alaban a su inventor: así
es como el servidor alaba al Creador. ¡Entonces el inventor se alaba a sí mismo! Allah el Inventor de todo
se alaba a Sí Mismo y no tiene necesidad que nadie Lo alabe.

Allah en Su misericordia y generosidad ha ordenado a los seres humanos ciertas obligaciones por su
propio bien y para escapar de ciertos males, y lograr así nuestra paz y salvación. Algunas de estas
obligaciones deben ser ejecutadas en cada hora de nuestras vidas. Cuando cumplimos con estas
obligaciones a las horas establecidas, recibimos beneficios materiales, felicidad espiritual y sabiduría,
especialmente si estas tareas son ejecutadas conscientemente por amor a Allah. Estas acciones traen
consigo una recompensa de iluminación especial. De esta forma la humanidad ha aprendido lo que sabe, y
de esta forma ha podido avanzar. Allah, al prohibirnos hacer ciertas cosas, nos protege del Fuego del
Infierno.

El mayor de todos los pecados es kufr, negar. La negación es lo opuesto de alabar. Imagínense al
benefactor de una comunidad que ha ayudado a todos, de quien todos se han beneficiado por igual, y más
aún, de quien depende la vida y la armonía de esa comunidad. Si alguien insulta a este benefactor, niega
sus buenas obras, ¿qué debiera hacer esta comunidad, que lo aman y respetan? Ellos se enojarían, serían
hostiles, rencorosos con esa persona. Aún si esa persona no ha hecho daño a las personas directamente,
todos lo odiarían y lo maldecirían y tratarían de destruirlo. Dado que ha insultado al benefactor, la gente
consideraría que el daño ha sido causado a todos.

Así es como, si uno niega la existencia de Allah, critica Sus cánones, o minimiza Sus cualidades perfectas
y Sus obras beneficiosas, uno es maldecido no solo por los hombres, sino que por toda la creación. Dado
que no existe ningún lugar que no sea de Él, esa persona no será capaz de escapar. Nos refugiamos de Él
en Él. Toda alabanza es para el creador de toda la creación, quien nos lleva de la oscuridad a la luz, quien
ilumina los corazones de la noche de la negación y los llena con la luz divina de la fe. Tal como todos los
Musulmanes dicen al recitar Surah Fatihah en cada rezo, Al-Hamdu li-Llahhi rabb il-‘alamin: la alabanza
pertenece a Allah, Señor de los mundos.

‘Abd al-Hamid es el servidor a quien Allah se muestra con Sus atributos más hermosos. Todas esas
bellezas se manifiestan en esa persona. Todos alaban a esa persona quien solo alaba a Allah.

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Si alguien, cuya fe, adoración, y carácter, propio de un Musulmán, recita este Nombre 99 veces después
de los rezos de la mañana, Allah le iluminará el día a esa persona. Si alguien recita este Nombre 66 veces
después de los rezos de la mañana y el atardecer, Allah embellecerá sus palabras y acciones. Si alguien
recita este Nombre 100 veces después de cada uno de los cinco rezos diarios, Allah incluirá a esa persona
entre Sus devotos servidores que serán amados y servidos por todas las personas y por cada criatura
viviente.

Si alguien tiene un lenguaje obsceno, escribir ya Hamid en una copa y tomar de ella regularmente puede
que mejore su habla.

AL-MUHSI

Allah es el poseedor de todo el conocimiento cuantitativo.

Él ve y sabe todo en su realidad. Además conoce a toda la existencia como un todo inseparable, y a cada
creación en forma individual, Él conoce cada cosa analíticamente separada de acuerdo a su especie, a su
clase. Él conoce sus partes, incluso sus átomos. Él cuenta y calcula en forma exacta. Él sabe el número de
todas las existencias en el universo creado, al nivel del número de inhalaciones y exhalaciones de cada
una de Sus criaturas, aún cuando puedan parecer infinitas para nosotros. Él cuenta y pesa, una por una,
todas nuestras buenas obras y pecados, registrándolas todas en un libro mayor.

Así como con Sus atributos al-‘Alim, el que todo lo sabe, al-Khabir, el que está consciente de todos los
eventos íntimos, y ash-Shahid, el que es testigo de todo lo que existe, el recuerdo de al-Muhsi, el que
analiza, cuenta y registra en números, debiera estimular a los amigos de Allah que hacen el bien, y servir
de advertencia a Sus enemigos que hacen el mal. Incluso si una buena obra o un pecado fueran tan
pequeños como una semilla de mostaza, se cuenta y no se pierde.

Los buenos servidores, conscientes de este atributo, debieran analizar ellos mismos cada cosa que
intentan hacer, calculando si está bien o está mal. Debieran cuidarse a cada segundo y estar atentos.
Debieran sacar sus cuentas, a menudo, cinco veces al día, al momento de cada rezo, y ser agradecidos con
Allah por todo lo bueno que les ha sido dado a través de Él, asumiendo la responsabilidad por sus
pecados, y arrepentirse. La salvación consiste en sacar ahora nuestras cuentas, anticipándonos al Día del
Juicio Final, el día terrible en que deberemos rendir cuentas frente a nuestro Señor, y preguntarnos cada
día, “¿Qué he hecho por Allah hoy?”

‘Abd al-Muhsi es honrado con la habilidad y voluntad para contar todo, a quien se le ha dado a conocer la
cantidad de todo. Esta persona no solo conoce cosas en su espacio y profundidad alrededor de él, sino que
también conoce sus propios actos, palabras y ser en forma analítica, y vive de acuerdo a ellos.

Para las personas que están teniendo dificultades en entender lo que escuchan o en recordar cosas, recitar
este Nombre 148 veces puede ayudar. Recitar este Nombre puede también darle coraje a las personas
frente a la autocrítica.

AL-MUBDI’

Allah es el originador de todo. Él crea sin modelo o material.

En el comienzo, antes del tiempo o el espacio, Allah existía. No había nadie más que Él, nadie que
pudiera beneficiarse de Él o hacerle daño. No había modelos de cosas a ser, ni material para hacerlos.
Allah Él Altísimo, para manifestar Su existencia, para hacer conocida Su belleza y perfección, y para
hacer sentir Su amor y compasión, creó la creación y produjo los primeros modelos. Para que la creación
proliferara y continuara, Él hizo en cada creación original un medio para perpetuar su propia especie de
acuerdo a causas, condiciones, y cánones de un orden divino, que Él también creó.

Aquellos que piensan de estos medios como los que dan origen a las cosas que existen, y piensan que la
naturaleza es Dios, deben meditar sobre lo que movió el vacío; quien cargó al protón y al electrón; que es
esa fuerza inextinguible que sustenta la continuidad de las cosas.

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Los servidores inspirados por este atributo deben procurar entender sus orígenes. ¿Cómo, de la nada,
nosotros y todo lo demás llegamos a ser criaturas que viven, crecen, ven, oyen, hablan, piensan
delicadamente, en perfecto orden? Esos servidores deben confirmar que nadie excepto Allah, el origen de
toda la creación, sin la influencia o ayuda de nada, es responsable de todo esto. Quien piense en buscarle
asociados a Allah es culpable del único pecado imperdonable.

‘Abd al-Mubdi es el servidor que recibe el secreto del Originador, a quien Allah le revela el origen y la
fuente de todo, y es testigo del comienzo de todo.

Si una persona está insegura frente a una decisión que está a punto de tomar y recita este Nombre 1.000
veces, puede que sea capaz de decidir correctamente.

Si una mujer embarazada tiene temor de abortar, poner su mano derecha sobre su vientre y recitar este
Nombre 99 veces al día puede ayudarla a tener a su hijo.

AL-MU’ID

Allah es el restaurador de las cosas que Él ha creado y destruido.

El atributo de al-Mubdi, el que Origina, contiene el significado de Inventor, mientras que al-Mu’id es el
recreador y restaurador a la forma previa. Todo pasa por su período de vida predestinado y llega a su fin.
Finalmente, tal como era al principio, nada existe excepto Allah. Sin embargo, todas las acciones de la
creación, especialmente de la humanidad, son registradas en Allah el que vive y existe eternamente.

Algunos han vivido de acuerdo a Sus leyes, en forma pura y decente. Otros han exigido “libertad” y se
han rebelado, haciéndose asesinos y tiránicos. Las leyes de los hombres no atrapan ni castigan a una
milésima de ellos. Allah sabe todo; Él es el Más Justo; Él no ama a los tiranos, y toma represalias contra
ellos. Si todo se resolviera con la muerte entonces no habría justicia eterna. Entonces el pecador, el
rebelde, el tirano, escaparían del castigo. Incluso la razón humana no acepta esto.

Sin lugar a dudas que habrá un Día del Juicio, donde el bien y el mal serán separados uno del otro. El bien
recibirá su recompensa, el mal su castigo. Allah promete esto en Su Qu’ran, y Allah cumple Sus
promesas. En ese día, Allah al-Mu’id creará de nuevo a todas las criaturas, perfectas al detalle de sus
huellas dactilares, y les devolverá sus almas.

El servidor que está consciente de esto lo reconoce a Él no solo como su Creador, sino que como aquel
que lo creará de nuevo. Le será leal a Él solamente, y no se rebelará en contra del Creador por
consideración a lo creado.

‘Abd al-Mu’id es aquel a quien Allah ha dado el conocimiento del secreto de que las cosas están
continuamente siendo restablecidas. A menudo ese servidor ayuda en la recreación de las cosas y en la
recurrencia de acontecimientos. Él ayuda a mantener lo recreado y lo recurrente.

Si una persona desaparece de su hogar, o una posesión valiosa se pierde, recitar este Nombre 77 veces en
dirección a las cuatro paredes de la casa en la quietud de una noche, después que todos se han ido a
dormir, puede que le permita recibir noticias de la persona que ha desaparecido, o la persona misma (o el
objeto perdido) puede que retorne a ese hogar.

AL-MUHYI

Allah es el que da vida a cosas que no la tienen.

Así como Allah puede hacer que aquello que no existe sea, así como Allah puede dar vida a aquello que
no la tiene, Allah puede matar a una cosa y devolverle la vida. Allah ha creado la vida y ha creado la
muerte: nadie más puede hacer eso. Pensemos en cada uno de nosotros. En algún momento no existíamos,

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no estábamos vivos. Allah nos creó en el vientre de nuestras madres y nos dio vida, nos trajo a este
mundo para que respiremos, comamos, crezcamos…Él nos dio la fuerza, la habilidad de pensar, de
buscar, de encontrar, de conocer, de escuchar, de hablar, de construir, de destruir, y de propagarnos. Todo
esto, y esta vida, no nos pertenecen. Es un regalo que nos han prestado. Lo único que es nuestro es la
elección que hacemos en el campo de pruebas de este mundo: ser fieles o infieles, obedecer o rebelarse.
Cuando muramos y nos traigan nuevamente a la vida, esa elección nos calificará para el cielo o el
infierno.

Los fieles son agradecidos por la vida que han recibido. Ponen su agradecimiento en acción sirviendo a
las criaturas de Allah por Allah, trabajando duramente en forma continua, como si nunca fueran a morir.
Sin embargo también debiéramos recordar la muerte continuamente, y trabajar por el Más Allá, por
nuestra salvación, como si fuéramos a morir en cualquier momento.

‘Abd al-Muhyi es aquel que trae su corazón a la vida. Un corazón lleno con las bestias de este mundo está
muerto. Un corazón que ha sido purificado de este mundo y que no contiene a nadie más que Allah, está
vivo, y se transforma en la casa de Allah. A ese servidor, Allah incluso le puede dar permiso, como Él lo
hizo con Jesús (as), para devolverle la vida a los muertos.

Si alguien, que sufre la esclavitud de su ego, recita este Nombre hasta que se quede dormido de fatiga,
puede que sea capaz de controlar sus malos deseos.

Si las personas recitan este Nombre diariamente 68 veces, Allah embellecerá sus corazones con la luz de
la fe y sabiduría, y les dará el deseo de ayudar a otros en necesidad.

Si un creyente que está sufriendo de una enfermedad crónica recita este Nombre 68 veces después de cada
rezo obligatorio, puede que recobre su salud.

AL-MUMIT

Allah es el creador de la muerte.

Todos los que están vivos ciertamente morirán. La muerte puede llegar en cualquier momento. Allah el
Altísimo ha destinado un tiempo a cada ser para que llegue a existir, y un tiempo para que deje de existir.

El ser humano está hecho de una combinación de cuerpo y alma. El cuerpo es visible; el alma está oculta.
El cuerpo es temporal; el alma es eterna. Así, hay dos vidas en cada uno de nosotros, una temporal y otra
eterna. La vida del ser material comienza con la concepción y termina con la muerte, cuando el alma deja
el cuerpo. Aún cuando el alma continúa existiendo sin el cuerpo, no tiene sensaciones físicas o
movimiento, es como si estuviera paralizada. Y así como el que está totalmente paralizado conoce su
estado, los muertos también conocen su estado. La muerte es como una parálisis total, que afecta el
corazón, la mente, los nervios, la circulación, todo.

En vida, el cuerpo está bajo las órdenes del alma. En la muerte, el alma es como un rey que ha perdido su
reino. En vida, el alma es como un mercader que compra y vende, gana y pierde. En la muerte, es como
un mercader que ha perdido su negocio: no puede sacarle más provecho. Cuando nos morimos, nos
quedamos con lo que sea hayamos ganado o perdido, nuestras deudas. En nuestra tumba, esperamos ya
sea en quiebra, hambrientos, con frío, y con dolor, o en medio de abundancia, alegría y paz, hasta el día
del Juicio Final.

Los creyentes no le temen a la muerte; se preparan para ella.

La muerte es la voluntad de Allah. Ya sea que afirmes que todo está en este mundo, que no hay nada
después de esto, o creas que cada día tiene un mañana y que este mundo tiene un Más Allá, tarde o
temprano vas a dejar este mundo. Si solo buscas los placeres del mundo, cuando esta vida se acabe, tu
felicidad terminará. Todo tu trabajo, todos tus planes, todas tus esperanzas se terminarán. Pero si
aprovechas este mundo, perfeccionando tu fe, adquiriendo sabiduría, recolectando sus frutos, y
preparándote para el Más Allá, cuando esta corta vida se acabe encontrarás felicidad eterna. Allah en su
misericordia y generosidad da a Sus servidores lo que piden, sin importar su fe o falta de fe. Si tú deseas
este mundo, lo recibirás. Si deseas la vida eterna del Más Allá, la recibirás.

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‘Abd al-Mumit es el servidor en cuyo corazón la lujuria, el amor por este mundo, y la negatividad son
eliminados por Allah. Así, ese corazón ha encontrado la verdadera vida. Cuando las fuerzas negativas del
ego en nuestro corazón están extintas, uno se ilumina con la luz divina. Aquellos a quienes les es dada esa
luz también iluminan a otros alrededor de ellos. Esas personas continúan viviendo, respirando el aire de
una vida divina y eterna.

El que recita este Nombre a menudo puede llegar a ser capaz de controlar las influencias negativas de su
ego y su deseo por los placeres de este mundo. La recitación de este Nombre también ayuda a encontrar
alianzas con los fieles y lograr así conquistar a sus enemigos.

AL-HAYY

Allah es el que está perfectamente vivo y es siempre viviente. Él es la fuente de vida de todo lo que está
vivo.

Aquello que está vivo tiene capacidad para conocer y está activo. Allah conoce todo, y todas las acciones
son de Él. Todo lo que es conocido y que será conocido está comprendido en Su conocimiento; toda
existencia está contenida en Su acción en todo momento.

Con la excepción de Allah, la vida de todo lo que vive está contenida dentro de los límites de su acción y
su comprensión. Esa comprensión y actividad son los signos de la vida: cuando se acaban, la vida
termina. El valor de cada vida está determinado por la extensión de su conocimiento y su actividad. Allah
el Altísimo ha dado a Sus criaturas diferentes niveles y tipos de vidas. El valor de un ser creado está de
acuerdo con el grado de los signos de vida en ella.

Una planta, que está viva, es más valiosa que la tierra o una piedra. Las plantas nacen, se alimentan,
crecen, se propagan, y mueren. También poseen conocimiento para diferenciar entre lo que las beneficia y
aquello que les hace daño. También son activas. Buscan y encuentran aquello que es necesario para su
crecimiento y propagación en el aire, en el agua, y en las profundidades de la tierra. Absorben lo que
necesitan, lo digieren y lo transforman en alimento, frutas, medicinas, y miles de cosas que son
beneficiosas para formas de vida mas elevadas. Sin embargo no tienen conciencia de que hay formas de
vida superior a ellas.

La vida en el animal es más desarrollada porque el animal ve, escucha, y se mueve. La vida de los
vegetales es inferior a la vida de los animales; es por eso que el animal es amo de la vegetación. Pisa en
ella, pasta y come de ella. También hay un grado de vida superior a la del animal. Él Creador ha honrado
a la humanidad con esa superioridad.

La vida humana contiene todas las cualidades de la vida vegetal y animal, pero en forma perfeccionada.
Además, el ser humano tiene intelecto. Este intelecto con el que hemos sido honrados analiza, compara,
concluye, se da cuenta al comienzo que hay un fin, y actúa de acuerdo a esto. Sabemos y actuamos
basados en nuestro conocimiento: es por eso que somos los amos de este mundo. Los signos de vida más
elementales son el nacimiento, alimentarse, respirar, crecer y propagarse. El signo más elevado de la
forma de vida más desarrollada, es saber y actuar conscientemente de acuerdo con ese conocimiento.

Las personas también difieren unos de otros según el grado de vida que tienen, que se juzga por el nivel
de su conocimiento y de su acción. El nivel más bajo de conocimiento de un ser humano es la conciencia
y el conocimiento de si mismo. Quien no se conoce a si mismo y no está consciente de su propia
existencia más bien podría estar muerto. Las palabras de los muertos vivientes inconscientes están
muertas y son mortales: huyan de ellos. En el nombre sagrado Hayy, pronunciado por gente de ma’rifah,
verdadero conocimiento de la realidad, para quienes el misterio de el Siempre-Viviente ha sido divulgado,
hay vida. Escúchenlo de sus bocas y dejen que penetre en sus almas para que también puedan tener más
vida.

‘Abd al-Hayy es aquel en quien Allah ha eliminado los deseos mundanos de su cuerpo, dándole así la
vida eterna de conocerse a si mismo.

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Un creyente que recita este Nombre constantemente, si es la voluntad de Allah, tendrá una vida larga y
feliz.

Si alguien está excesivamente tenso o alterado, recitar este Nombre 500 veces cada día antes de la salida
del sol puede traerle paz.
AL-QAYYUM

Allah es el subsistente sobre quien la existencia de todo lo demás depende.

Muchos sabios coinciden en que al-Hayy al-Qayyum, el Siempre Viviente, el Subsistente, es el más
grande los Nombres, que tiene el poder, cuando es recitado por quienes este Nombre se manifiesta,
incluso de revivir a los muertos. El Mensajero de Allah (saws) dijo que Jesús (as) recitaba estos nombres
cuando resucitaba a los muertos.

Cuando Moisés (as) separó las aguas del Mar Rojo, su gente le preguntó como le rezaba a su Señor. Él
dijo que recitaba Ahiyyan ya Hayy, Sharahiyyan ya Qayyum.

Hadrat ‘Ali (ra) relata que durante la batalla de Badr, observaba lo que haciendo el Mensajero de Allah, y
lo veía prosternado y rogando Allahu, ya Hayyu, ya Qayyum por la victoria que Allah le estaba dando.

Allah es subsistente. Su existencia no depende de nada más que de Sí Mismo, y es exaltada por sobre toda
otra existencia. Él es aquel que da aquello que es necesario para la existencia de todo. Él ha creado las
causas para la existencia de cada cosa por el tiempo que le ha sido destinado. Todo existe a causa de Él.

Si las personas pudiéramos ver como nuestro ser, nuestra vida, nuestro cuerpo es dependiente de nuestra
alma, podríamos entender un poco la dependencia de todo lo que existe sobre el Siempre Subsistente. El
alma gobierna todo nuestro ser. Cuando el alma deja el cuerpo, aún cuando el cuerpo aparenta ser el
mismo, no respira, no ve, no escucha, no se mueve, y eventualmente se desintegra, ya que es el alma
quien lo gobierna y lo mantiene unido.

El alma es responsable de la vida, de la existencia, y del orden y armonía de todo el ser. El ser, su
sabiduría, su belleza, su fuerza, su vida entera hasta la más mínima célula, el último átomo, está en
necesidad del alma en todo momento. Cuando el alma se va, todas estas cualidades desaparecen.

De esta forma, cada átomo del universo creado está en necesidad en todo momento del favor divino, la
manifestación de al-Qayyum. Esta gracia divina es una voluntad especial de Allah que está siempre
presente, de diferentes formas y fuerzas, de acuerdo con la necesidad de perpetuación y mejoramiento
que tiene todo en el universo, y que solo al-Qayyum otorga. Es con esta voluntad divina que cada átomo
obtiene la causa para la satisfacción de sus necesidades. Si Allah cortara ese favor por una milésima de
segundo, nada quedaría en pie.

¡O!, inconsciente, Allah tiene infinitos servidores y a toda la creación a quien cuidar, sin embargo te cuida
y te mantiene como si fueras Su única creación. Aún cuando no tienes a nadie más que a Él que te cuida,
te comportas como si no lo necesitaras y tuvieras a otros protectores que te cuidan. Peor aún, te comportas
como si fueras autosuficiente, subsistente. ¡Que grande es el favor de Allah, que infinita es Su
misericordia, y que profunda tu inconsciencia!

‘Abd al-Qayyum es testigo de que todo existe a causa de Allah, y se hace un instrumento de la
manifestación de al-Qayyum satisfaciendo las necesidades de otros en el nombre de Allah.

Si alguien, que gasta su valioso tiempo en dormir, recita antes de irse a dormir, Alif lam mim, Allahu la
ilaha illahu al-Hayy ul Qayyum (“Alif. Lam. Mim. Allah, no hay más dios que Él, el Viviente, el
Subsistente”- Surah Baqarah 255) puede que deje de desperdiciar su vida durmiendo.

Por otro lado, si alguien está afligido con insomnio y recita cuando se va a acostar wa tahsabuhum
ayqazan wa hum ruqudun (“Tu los habías considerado como despiertos, pero estaban dormidos”- Surah
Kahf 18) fa-darabna ‘ala adhanihim fil-kahfi sinina ‘adadan (“….Entonces Nosotros sellamos su
capacidad de oír en la Cueva por un número de años”- Surah Kahf 11), puede que duerma.

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Alguien que tiene dificultad para aprender cosas de memoria y hace un hábito recitar este Nombre 16
veces al día en un lugar solitario, puede que supere esa desventaja.

AL-WAJID

Allah encuentra y obtiene todo lo que Él quiere cuando Él quiere.

Allah es capaz de encontrar a cualquiera de Sus criaturas instantáneamente, especialmente cuando Él


quiere ejercer Su voluntad sobre ella. Incluso resulta superfluo usar la palabra “encontrar”, ya que toda la
creación está en Su presencia en todo momento. Nada puede ocultarse o replegarse a un lugar fuera de Su
alcance. Allah tiene todo lo que necesita para ejercer Su voluntad. El servidor nunca debe considerarse
separado de su Señor. Su Señor está siempre-presente dentro y fuera de él, y el servidor está siempre en
presencia de su Señor. Cuando el servidor tiene una necesidad, le es suficiente sentir y decir, “O Señor,
estoy en Tu presencia y mi estado y mis necesidades son mejor conocidas por Ti que por mí.”

Uno siempre está en necesidad. Siempre hay problemas por los cuales uno busca alivio. A veces,
sentimos la necesidad de otras personas, un doctor, un abogado, un juez. No siempre es posible conseguir
una entrevista con estas personas a cualquier hora del día o la noche: uno debe pasar por un ritual y
superar ciertos obstáculos para presentarles nuestro caso. Cuan seguido nos sometemos a pasar por todas
estas complicaciones mientras que el Señor de estos servidores, el que Todo lo Cura, el Juez justo, el rico
Sustentador, el Misericordioso, el Mejor de los Maestros, el Amoroso, el Todopoderoso, el Siempre
Presente, nos invita a Su presencia cinco veces al día a la hora señalada de la oración.Y sin embargo nos
descuidamos al ir a Él a presentarle nuestras necesidades. No solo cinco veces al día, pero donde sea que
estemos, en cualquier momento del día o la noche, Él está ahí para satisfacer nuestras necesidades con
todo Su amor, compasión, sabiduría y preciosidad. Todo lo que necesitamos es decir ya Allah.

‘Abd al-Wajid es el servidor que encuentra todo en la esencia del Uno. Esa persona sabe donde se
encuentra todo y es capaz de encontrarlo. Dado que puede obtener lo que quiera, no pierde ni pide nada.
Él encuentra aquello que Allah desea que encuentre.

Un creyente que hace un hábito de recitar este Nombre tan seguido como le sea posible, puede que reciba
la fortaleza de corazón que lo ayudará a encontrar lo que quiera y quedarse con aquello que encuentra.

AL-MAJID

Allah es el Más Glorioso, que demuestra infinita generosidad y magnificencia a aquellos que están
cercanos a Él.

Por ejemplo, Él nos da mucho más de lo que necesitamos, incluyendo el regalo del buen carácter y
comportamiento, permitiéndonos así hacer buenas obras. Pero si somos mezquinos en compartir aquello
que hemos recibido, Él nos abandona. Si somos generosos, Él nos ama y nos glorifica por el carácter que
Él nos ha dado, y nos recompensa perdonando nuestros pecados y errores. Él oculta nuestros pecados y
errores de los demás, incluso de nosotros mismos. Él acepta nuestras excusas, protege nuestros derechos,
y alivia nuestras dificultades. Él prepara las causas para nuestra paz, felicidad y salvación. El servidor,
recordando la magnificencia del Glorioso, debiera amarlo y obedecer Sus órdenes con alegría, y temerle a
través de su amor hacia Él, temiendo perder el cuidado del Amado.

‘Abd al-Majid es alabado y honrado por Allah y se le ha dado la fortaleza para llevar consigo la
responsabilidad de este honor.

El creyente que recita este Nombre 465 veces durante el día y 465 veces durante la noche hace que sus
palabras sean comprendidas por otros de la forma que quiere que sean comprendidas. Su carácter mejora.
Es amado y respetado. Incluso puede llegar a entender el lenguaje de las animales y plantas, y estas
pueden llegar a entenderlo a él.

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AL-WAHID

Allah es Uno. Él no tiene igual, nada es como Él, no tiene asociados en Su esencia, en Sus atributos, en
Sus acciones, en Sus órdenes, o en Sus hermosos Nombres.

Él es Uno en Su esencia. Todo lo demás es Su creación. ¿Cómo podría algo creado y mantenido por Él
comparársele?

Él es Uno en Sus atributos. En Sus criaturas, en especial en el ser humano, se pueden manifestar signos y
símbolos de Sus atributos de manera que podamos tener una sensación de Sus cualidades y fortalecer
nuestra fe. Por otra parte, la manifestación de Sus atributos de ningún modo es como la manifestación de
nuestros atributos.

Él es Uno en Sus acciones. Él no necesita ninguna ayuda en Su acto de creación, ni en ejercer su voluntad
con Su creación. Las causas materiales y espirituales que se nos manifiestan son incapaces de causar
nada por sí mismas.

Él es Uno en Sus mandamientos y en Su justicia. Él es la única fuente de recompensa, castigo, buenas


obras, o pecados. Nadie más que Él tiene el derecho a decir “Esto está bien, esto está mal, esto es lícito,
esto es ilícito.”

Él es Uno en Sus hermosos Nombres, ninguno de los cuales puede ser atribuido a otro que no sea Él.
Quien afirme, de cualquier manera, que algo es parecido a Él es culpable del único pecado imperdonable:
asignarle asociados a Él. Él es el único digno de adoración. Su uni-dad (ver nota 1) es indivisible. Él es un
todo sin partes.

Entre los seres humanos, el signo de Uni-dad se manifiesta en la persona que ha alcanzado tal nivel de
buena moralidad, carácter, y costumbres que nadie más alcanza su nivel de excelencia. Sin embargo, el
rasgo único de este individuo está limitado por el lapso de su vida. Es posible que hayan existido personas
parecidas antes que él, y podrían existir más adelante. Y ese rasgo único está referido solo al carácter y no
incluye todas las otras consideraciones posibles.

‘Abd al-Wahid es el servidor que ha penetrado en la uni-dad de su Señor y ha llegado a conocer el


misterio de este atributo, que se transforma en la clave para entender todos los atributos de Allah. Así
‘Abd al-Wahid ve todo dentro de los hermosos Nombres. Entiende todo a través de los atributos de Allah
y actúa de acuerdo a ellos. Él es el amo de la era. Él es el primero en su tiempo después de Allah. Él es el
qutb, el Eje del mundo.

Si alguien que está afligido con una imaginación maléfica, temor irracional a todo y un corazón pesado,
se hace la ablución y recita este Nombre 1.000 veces en un lugar tranquilo, puede que encuentre alivio.

Si un creyente que enfrenta el peligro de un poderoso tirano recita ya Wahid al-Baqi awwala kulli shay’in
wa akhirahu (“¡O Tú! el Uno, que está al principio y al final de todo”) 500 veces después del rezo del
mediodía, puede que esté a salvo.

(1) Me hago parte del comentario del traductor Juan Acevedo (El libro de la Certeza de Martin Lings) quien afirma que a falta de
una terminología adecuada, introducimos, no sin algo de renuencia, el término “Uni-dad” (como diferente de “Unidad” sin Guión y
prefiriéndolo al término “Unitariedad”), en lo que nos parece una solución aceptable para traducir el inglés Oneness (wahidiyyah).
El uso de Unicidad puede introducir confusión. El aspecto Supremo de la Unidad Divina (al-ahadiyyah) es la Esencia en Si Misma,
mientras que la Uni-dad (al-wahidiyyah) es la Esencia en cuanto Suma de todas las Cualidades.

AL-AHAD

Él es la unidad en la cual todos los Nombres, todos los atributos, y todas sus relaciones con cualquier cosa
están unidos. En este Nombre desaparecen y se hacen inexistentes por sí mismos.

Esta Unidad está libre de haber sido creada, de existencia y no-existencia, de ser y no ser. Es la
manifestación de la esencia de Allah. Esta Unidad es la forma mas elevada de expresión de la esencia de

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Allah, manifestada cuando Él descendió como el primer estallido de luz todo-penetrante, desde el vacío
oscuro en que Allah se encontraba antes de la creación. Dentro de esa Unidad, la esencia está libre de
todos los atributos, nombres, signos, y relatividad, sin embargo todo está oculto dentro de ella.

Un muro está hecho de piedras, ladrillos, arena, y cemento, y cubierto con estuco. Cuando ves el muro, lo
ves como un todo, no con sus materiales por separado. El muro es la suma total de todos los ingredientes
de que está hecho; pero el muro no es la piedra, el ladrillo, o el cemento. Bajo el concepto del muro, los
materiales pierden su identidad.

En cierta forma, tú eres como eso. Te identificas como “Yo”, sin embargo dentro de ese “Yo” hay
muchos “Yo”. Tú tienes muchas cualidades, atributos, pensamientos, y juicios, algunos verdaderos, otros
imaginarios, y en un momento te relacionas con los demás con un “Yo” y en otro momento con otro
“Yo”. La identidad de todo en la creación se construye de la misma manera.
Toda esta aparente multiplicidad infinita está dentro de una Unidad, multiplicidad inexistente dentro de
ella, como las imágenes en un gran espejo. Las imágenes se desplazan, cambian y desaparecen: el espejo
de la Unidad permanece.

La manifestación de Unidad, la expresión de la esencia de Allah en la humanidad creada, es imposible.


Pero, si eres capaz de sumergirte en ese “Yo” que es tu esencia, olvidando las cualidades que te atribuyes
a ti mismo o que te son atribuidas por otros, olvidando tus consideraciones y pensamientos; si puedes
verte a ti mismo dentro de esa sola identidad, siendo el “tú” dentro de ti, incomparable, no relacionado
con nada dentro o fuera de ti, entonces, en la medida que le es posible al ser creado, serás alguien en
quien la unidad se manifiesta.

Si uno se sentara solo en un lugar tranquilo y recitara este Nombre 1.000 veces, meditando su significado
y tratando de sentir unidad en su ser, ciertos asuntos concernientes al ser interno puede que se
manifiesten.

AS-SAMAD

Allah es el que satisface todas las necesidades, y todo está en necesidad de Él.

Él es el único recurso, el único lugar de apoyo donde uno puede deshacerse de todos los problemas y
dificultades y recibir todo lo que uno necesita a través de las bendiciones de este Nombre. A través de as-
Samad, se muestran tesoros inagotables y son distribuidos a todas las criaturas de acuerdo a sus
necesidades.

Hay personas y otras criaturas de Allah que sirven como fuentes donde buscamos la cura de nuestros
problemas y la satisfacción de nuestras necesidades. Sin embargo dado que nuestras necesidades son
diferentes, las fuentes correspondientes a nuestras necesidades son diferentes. Si uno necesita sabiduría,
uno busca a una persona de conocimiento. Si uno necesita dinero, busca a alguien rico. Si uno está
enfermo, busca a un doctor. No siempre se da que un erudito va a responder tu pregunta, ni que el rico te
va a dar el dinero que necesitas, ni que el doctor será capaz de curarte, y no siempre están disponibles.
Uno debe ir a ellos y esperar a que tengan tiempo para ti. Estas fuentes son los signos, los reflejos del
atributo as-Samad, y ciertamente son un gran regalo de Allah.

El Que Satisface todas las necesidades está siempre presente, conociendo tus necesidades antes que tú las
conozcas, satisfaciendo tus necesidades de la manera que debieran ser satisfechas, no de la manera que tú
crees que debieran ser satisfechas. Es bueno que te des cuenta de tu necesidad, que pidas para que sea
satisfecha, y que aceptes y seas agradecido por la manera, cualquiera sea esta, en que Él considera
adecuado satisfacerla. Es bueno solo para que seas consciente de tu Creador y para que seas consciente de
ti mismo. De otra manera, si es solo por la satisfacción de la necesidad, ni tu sentimiento de necesidad o
pedir por la satisfacción de la necesidad, ni el hecho de ser conocedor de haber recibido la satisfacción de
la necesidad, son necesarios. Allah es el que Todo lo Sabe, Todopoderoso, Generoso, Compasivo Que
Satisface de todas las necesidades.

Sin embargo, Él ama a Sus servidores que son cautelosos más que a aquellos que son descuidados. Él ama
a Sus servidores que son agradecidos más que a aquellos que son mal agradecidos.

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‘Abd as-Samad ha recibido de Allah el deber de la manutención y educación de Su creación. Su mano, su
lengua, su ser entero son un medio a través del cual Allah satisface las necesidades de la creación. Es por
eso que todos recurren a él para la eliminación de sus problemas, para recibir el bien, para la aceptación
de su arrepentimiento, para escapar de la ira de Dios. Él es el intercesor.

Un creyente que recita este Nombre 125 veces después de los rezos de la mañana y antes de la salida del
sol, en estado de prosternación, será protegido de mentir y de comportamiento ilícito, mejorará su carácter
y su fe, y estará protegido de la hostilidad de otros.

Si alguien cuida a una persona que está bajo la mala influencia de otra persona y está llevando a cabo
actos pecaminosos, uno puede ayunar durante los días jueves, viernes y sábado en forma consecutiva,
rompiendo el ayuno sin tocar carne y productos lácteos, y después recitar ya Samad 100 veces sobre la
comida y la bebida. Si uno da esta comida a la persona en problemas, puede que la ayude a arrepentirse
de sus malos actos y salvarse de las malas influencias.

AL-QADIR

Allah es el Todopoderoso que hace Su voluntad, según Su voluntad.

Allah ha creado el universo como un espejo para reflejar Su poder. Él creó el universo por Sí Mismo, sin
necesitar la ayuda de nada, desde la nada, sin materiales ni modelo. Él dijo “¡Sé!” y todo llegó a existir. Si
es Su voluntad, Él puede destruir todo y enviar todo a la inexistencia. Si algo no ha sucedido, no es
porque Él no tiene el poder para hacer que suceda: es porque no ha sido Su voluntad.

Al-Qadir tiene habilidad infinita. Su capacidad para hacer que las cosas sucedan, Sus poderes de
invención y creación, están condicionados por una cosa solamente: Su voluntad.

Es propio de un buen servidor de Allah mirar dentro del espejo del universo. ¡Ver los billones de soles y
galaxias en las inconmensurables profundidades de los cielos, desafiando la mente y la imaginación! Ser
capaces de ver como estas galaxias navegan por sus trayectorias designadas, y como innumerables
criaturas nadan en una gota de agua; como de dos células Allah crea a un ser humano que se transforma
en un microcosmo conteniendo todo lo que existe; como un hueso en el oído le da a una persona la
habilidad de oír, y a un pedazo de carne en su boca la habilidad de hablar. ¿No debiera un creyente
prosternarse con asombro y respeto? Este reconocimiento de la inmensidad del poder divino es nuestro
mayor honor.

‘Abd al-Qadir es testigo de que todo lo ha hecho la Mano del Poder de Allah. Se dice que la
manifestación del poder de Allah es la “Mano de Allah”. Nada puede impedir aquello hecho por la Mano
de Allah.

Si un creyente recita este Nombre mientras se lava cada parte de su cuerpo durante la ablución, le dará
fuerza a sus miembros.

Si alguien, que está sufriendo de amor no correspondido, recita este Nombre, en repeticiones de 305 veces
cada vez, hará que el amado responda o bien el sufrimiento cesará.

AL-MUQTADIR

Allah crea todo el poder y tiene un control total sobre todo el poder.

Dado que Él tiene poder total, es capaz de crear de acuerdo a Su voluntad y darle a Su creación el poder
según Su voluntad. Sin esta energía del Creador todo está carente en sí mismo, incapaz, en necesidad.
Pero si Allah le da el poder y lo permite, una hormiga puede mover una montaña. Allah le confiere poder
a las cosas en la tierra y en el cielo, y las usa de acuerdo con Su toda-penetrante sabiduría y voluntad. Si

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es Su voluntad, fortalece al débil y debilita al fuerte, hace que haya paz entre ellos, hace que se amen el
uno al otro; o si es Su voluntad, hace que se peleen entre ellos.

Allah es el ayudante del bien intencionado que sirve por Él, y es el enemigo de los tiranos. Él da
serenidad, sabiduría, paciencia, perseverancia, y fuerza a Sus buenos servidores. Él incrementa el
descuido, ambición, placeres, y auto confianza en los tiranos. Cuando Él destruye a Sus enemigos en
defensa de los justos, Allah manifiesta Su nombre al-Muqtadir, junto con al-Qahhar, aquel superior a
todas las fuerzas, y as-Shadid, aquel que es severo en su castigo.

Toda la creación recibe de al-Muqtadir un cierto poder que le ha sido asignado. Estos poderes están
limitados y controlados por el Dador de poder. A nosotros nos parece que los poderes de la humanidad
son grandiosos, capacitándonos para hacer grandes obras. Incluso decimos que podemos inventar, que
podemos crear. Los seres humanos no pueden ni inventar ni crear. Allah hace que algo suceda y lleva a
las personas a descubrir algo que ya ha sido creado. Siempre es Allah el que crea, incluso si algunas veces
pareciera que proviene de Sus criaturas.

La persona fiel debiera saber que todo el poder viene de al-Muqtadir, y que por sumisión a Su voluntad,
obedeciéndolo a Él, amando y temiéndole, uno debiera tratar de obtener ese poder. Ninguna fuerza puede
superar ese poder. Todos aman a aquel que ama a Allah: todos le temen a aquel que teme a Allah.
Cuando uno recibe la ayuda de Allah y es victorioso a través de ella, uno no debiera consentirse y tener
confianza en sí mismo. Todo lo contrario, uno debiera mostrar agradecimiento en forma activa,
arrepintiéndose de sus errores, siendo justo, perdonando, siendo generoso y compasivo, incluso con sus
enemigos.

‘Abd al-Muqtadir es aquel a quien Allah ha otorgado el conocimiento del secreto de Su primer acto de
creación, la creación de la inteligencia causal primaria, an-nur al-Muhammadi, la Luz de Muhammad
(saws), de donde todo el resto de la existencia creada fue generada.

Un creyente que hace un hábito recitar este Nombre hasta 744 veces cuando se despierta en las mañanas
estará atento durante el día: su memoria se agudizará. Sus asuntos del día serán resueltos de la mejor
forma con la ayuda de Allah.

AL-MUQADDIM

Allah eleva a quien Él quiere.

Allah hace avanzar a los elegidos de entre Su creación, trayendo a algunos por sobre y delante de otros.
Por ejemplo, Él invita a toda la humanidad a la verdad, pero guía a algunos a responder a la invitación,
mientras que otros son dejados atrás. Él crea a todos los seres humanos como musulmanes: algunos toman
conciencia de su Islam, su sumisión, mientras que otros son dejados atrás. Allah ha hecho cosas lícitas e
ilícitas para todas las personas. A algunos, les ha dado la capacidad de discriminar: estos acatan Su ley y
avanzan, mientras que otros andan sin rumbo.

Allah favorece a algunos de sus servidores con el amor silencioso que Él crea para ellos en los corazones
de las personas, y a otros con fuertes gritos y aplausos. Hay grandes reyes cuyas muertes son celebradas
por la gente con alegría. Hay hombres pobres cuya partida es lamentada por el mundo.

El creyente sabe que aún cuando Allah eleva a quien Él quiere, Él también ha establecido mandamientos
de acción para nosotros. Si no hacemos nada y somos flojos, al final habrá pobreza, constricción,
problemas, y dolor. Si trabajamos por dinero y fama, ese dinero será gastado en beber alcohol, juego y
libertinaje. Al final nuevamente habrá pobreza, constricción, y dolor.

Si queremos avanzar, debemos aprender a estar en armonía con Allah al-Muqaddim y trabajar de acuerdo
a Sus mandamientos. Si el objetivo de una persona es obtener en forma lícita lo bueno de este mundo, aún
cuando trate con mucho esfuerzo, si Allah no permite al servidor hacerse rico, es porque Allah sabe lo
que es mejor para esa persona. Quizás su aceptación es un avance mucho mayor que tener éxito en la
acumulación de riquezas ya que la medida del verdadero avance es el grado de cercanía a Allah.

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‘Abd al-Muqaddim es aquel a quien Allah mantiene en primer rango en todo aspecto. Allah también le da
a esa persona el control sobre aquellos que van a ascender y aquellos que ya han avanzado.

Alguien que está consciente de las exigencias de su ego y el estado de su alma, y que sabe que su ego lo
tira hacia abajo, hacia la tierra, ya que fue creado de ella, mientras que su alma lo eleva hacia los cielos,
ya que es de adonde vino, puede hacer un hábito recitar este Nombre 184 veces al día. Esa persona
recibirá la sabiduría de saber elegir sus prioridades en esta vida, así como también la voluntad para
cumplir en el momento apropiado con sus obligaciones para el Más Allá, y será exitoso en ambos.

AL-MU’AKHKHIR

Allah es el que deja a la zaga a quien sea Su voluntad, y atrasa su avance.

A medida que Él guía a algunos a progresar, lleva a otros a retroceder. Así como recompensa a algunos
cuyos esfuerzos están en armonía con Su voluntad poniéndolos a la delantera, a otros que están haciendo
el mismo esfuerzo Él los deja atrás. Siempre hay una razón. Si un creyente es dejado atrás a pesar de sus
esfuerzos, puede que haya algo malo, alguna impureza, cierta hipocresía en sus intenciones. O puede que
el avance para esa persona necesite mayor dificultad y dolor, y así valorice más la recompensa y proteja
mejor su estado cuando lo alcance.

Avanzar y ser dejado atrás son también relativos. Aquel que está en el primer rango sin duda lleva la
delantera, pero el que está en segundo rango, aún cuando está detrás del primero, está adelante del tercero.
Allah en Su sabiduría hace que algunos avancen y a otros los mantiene atrás según su voluntad. El buen
servidor acepta su estado, continuando sus esfuerzos pero también tratando de entender las razones de su
estado y condición.

El buen servidor debiera saber que lo más importante es nuestra cercanía a Allah. Los medios para
acercarnos a Él son ‘ibadah y ‘ubudiyyah. ‘Ibadah, adoración, es hacer cosas que complacen a Allah, y
‘ubudiyyah, servicio, es estar complacido con lo que Allah hace.

‘Abd al-Mu ‘akhkhir es el servidor que se hace instrumento en la postergación del castigo a las personas
que se rebelan en contra de la shari’ah, que se desvían del camino, que se tiranizan ellos mismos y
tiranizan a otros. También se hace un instrumento para detener a estos pecadores en un determinado
punto.

Los creyentes que hacen un hábito recitar este Nombre 100 veces al día se hacen capaces de ver sus faltas
y arrepentirse. Cuando se arrepienten, si lo recitan 1.000 veces, su arrepentimiento será aceptado, si es la
voluntad de Allah. La señal de aceptación de su arrepentimiento será un mayor deseo por hacer sus rezos.

Si alguien desea prevenir que un tirano llegue a una alta posición, debiera recitar este Nombre 1.446
veces antes de la salida del sol durante siete días consecutivos. Con la voluntad de Allah puede que sea
capaz de prevenirlo.

AL-AWWAL

Allah es el Primero.

Incluso cuando decimos que Él es antes del antes, el primer “antes” precede al segundo y es comparable a
este. El ser primero no está relacionado de ninguna manera con aquello que sigue después de Él, que es
toda la existencia, visible e invisible. No debiéramos pensar que siendo Él el Primero, aún hay un
segundo. No hay nada como Él. Ser primero significa que no hay nada antes de Él, que Él es auto-
existente, que todo surge de Él y que Él es la causa de todo lo que llega a ser. Por la gracia de este
atributo, el buen servidor debiera ser el primero en devoción, adoración, y buenas obras.

‘Abd al-Awwal es el servidor a quien se le ha dado el secreto del comienzo y final de todo. Esa persona
está consciente de la eternidad y de lo que no tiene fin.

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Quien se acuerda de recitar este Nombre 37 veces antes de comenzar una tarea importante puede que lo
logre mejor.

Una pareja que no pueden tener hijos, alguien que tiene a un ser amado que está desaparecido, o personas
con algún problema abrumador debieran recitar ya Awwal 1.000 veces durante 40 viernes consecutivos.
Puede entonces que su deseo sea cumplido.

AL-AKHIR

Allah es el Último.

No podemos decir que Él es después del después, porque Él no puede ser comparado con aquello que lo
precedería. Como Él no tiene comienzo, Él tampoco tiene fin. Él es eterno. Toda existencia tiene dos
cabos: un comienzo cuando es creada, cuando nace; y un final cuando muere y desaparece. Allah es el
Primero porque Él ha creado la primera existencia de la nada: Él es el Último porque cuando todo
desaparezca, solo Él existirá.

Todo aquél que está sobre ella es perecedero. Pero subsiste tu Señor, el Majestuoso y Honorable
Surah Rahman 26-27

Toda existencia retornará a Allah. El círculo del ser comienza y termina con Él. No hay nada antes de Él
y no hay nada después de Él.

Los fieles saben que todo lo que tienen, material y espiritual, pertenece a Allah y todo volverá a Él.
Nosotros mismos retornaremos a Él y deberemos rendirle cuentas de como usamos y cuidamos aquello
que nos fue prestado temporalmente. Por lo tanto, las acciones del buen servidor, desde el comienzo hasta
el final son realizadas por amor a Allah, por Su complacencia, y en nombre del buen servicio.

Lo correcto es leer, recitar, y considerar los atributos “El Primero” y “El Último” juntos, porque su
significado es como un círculo donde el primero y el último son uno.

‘Abd al-Akhir es el servidor que sabe que todo tiene un final excepto Allah el Altísimo, el único que es
Eterno. Esa persona trabaja para dejar su ser temporal por la eternidad de su Señor.

Los creyentes que recitan este Nombre 100 veces al día eventualmente dejarán de engañarse a sí mismos
y verán la Verdad, la verdadera Realidad. Si uno está siendo atacado por un enemigo y recita ya Akhir
800 veces, el agresor se replegará. Si uno recita este Nombre 1.000 veces su corazón se llenará de amor
por Dios. La recitación de este Nombre 1.000 veces los viernes ayudará a aumentar nuestro sustento.

AZ-ZAHIR

Allah es el Manifestado.

Una cosa se manifiesta a algunos y está oculta para otros, de acuerdo con sus habilidades para ver y darse
cuenta. Allah El Altísimo está oculto para aquellos que buscan ver a través de sus sentidos y de su
imaginación, pero se manifiesta a aquellos que buscan conocerlo a través de su capacidad de inferir con
ese tesoro de sabiduría y razón que Allah les ha concedido.

Allah está oculto en Su interminable poder infinito y existencia. Él es como una luz que hace todo visible,
sin embargo Su Luz se convierte en un velo de Su Luz. Aquello que no tiene límites aparenta no tener
forma, por lo tanto se hace invisible. Pero Él está manifiesto en todo: en todo lo que nuestros ojos ven,
cada sonido que escuchamos, cada cosa que tocamos, todo lo que saboreamos. El significado de todo lo
que pensamos, dentro y fuera de nosotros, no es Él pero viene de Él. Todo es una prueba de Su existencia.
Toda la creación dice, “no soy nada por mí mismo. El que me hizo, que me cuida y me mantiene, es mi
Creador. Estoy en necesidad de Él cada momento de mi existencia. Toda forma, todo color, todo gusto,
todo aroma, todo movimiento, toda fuerza, toda cualidad que aparece en mi es de Él. Es Su hacer, Su
regalo, Su bondad, Su obra.”

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Allah se manifiesta en Sus atributos. Uno puede conocer a un artista por sus obras de arte. Si uno no ve la
puesta de sol, pero ve su reflejo en una ventana y dice que uno ha visto la puesta de sol, eso no es mentir.
Si ciertas personas ven los atributos perfectos de Allah en Su creación, dentro y fuera de ellos, y dicen,
“he visto a Allah,” no están mintiendo.

Somos capaces de ver solo lo que está cerca nuestro, y aquello que está más cerca de ti eres tu mismo. El
ser humano es la mejor de las creaciones de Allah. Toda la creación está contenida en el ser humano. Si
ves Sus perfectos atributos en la creación perfecta que eres, verás a Allah el Manifestado, y tu fe será
completa.

Lo manifestado y lo oculto también están en el ser humano. Nuestra forma, nuestras palabras, nuestras
acciones y nuestro trabajo se manifiestan. Nuestros sentimientos y pensamientos están ocultos: Las
personas no son lo que son solo por lo que se manifiesta en ellos. Podemos ser obesos o delgados, incluso
podemos perder un miembro pero nuestra esencia, nuestra identidad, aquello que “somos”, aquello que es
constante, está oculto en nosotros. Sin embargo nuestra identidad se manifiesta solo a través de nuestras
acciones, a través de la evaluación de la calidad de nuestras acciones.

‘Abd az-Zahir en quien el significado interno de las cosas se manifiesta abiertamente, como el profeta
Moisés (as), a quien el secreto de el Manifestado le fue concedido. Él vio la manifestación de la luz
divina en las llamas del Arbusto Ardiente, e invitó a la fe a los Hijos de Israel con una formidable Torah
que le fue revelada en letras de oro, ordenando la ley del mundo, salvándolos de la mano del tirano, y
enseñándoles las bondades del Paraíso.

Si un creyente tiene un deseo sincero por lograr algo y está tratando con mucho esfuerzo de llevarlo a
cabo, puede hacer dos ciclos de rezos extras y después recitar 145 veces Huwal-Awwalu wal-Akhiru waz-
Zahiru wal-Batinu wa huwa bi kulli shay’in ‘Alim ( Él es el Primero y el Último, el Manifestado y el
Oculto, y Él es el Conocedor de todas las cosas”- Surah Hadid 3). Puede que él tenga una mayor
probabilidad de obtener aquello que desea.

La recitación de este Nombre nos permite ver cosas que antes estaban ocultas. Si alguien tiene una
dificultad y no tiene idea de como encontrar una solución, después de su rezo obligatorio de la noche, él
puede hacer un rezo extra de dos ciclos y después recitar ya Zahir 1.006 veces, pidiéndole a Dios que le
muestre la solución de su problema. La solución puede que se le muestre en sueños.

AL-BATIN

Allah es el Oculto.

Su existencia es aparente y oculta. Él es aparente porque Sus signos de existencia son visibles incluso
para los ciegos, pero Su esencia permanece oculta a nosotros. Si hay una obra de arte, ciertamente hay un
artista que la creó. Si hay una creación, ciertamente que hay un Creador. Si tú existes, Él existe. Pero
conocer verdaderamente al Creador no es posible para la criatura ya que el conocimiento, la mente, y el
entendimiento de lo creado son limitados. Por lo tanto, su comprensión tiene un rango limitado. Allah el
Altísimo es eterno, infinito, sin principio ni fin, inextinguible en Su conocimiento y poder. Esperar que
una existencia temporal y limitada entienda y abarque un concepto eterno e infinito es absurdo. ¿Es
posible hacer caber un océano en un balde? Aún cuando el balde lleno de agua del océano no es el
océano, es del océano. La manifestación de los atributos de Allah en Su creación es como ese balde de
agua: no es Él, pero viene de Él. Su esencia oculta es como el océano cuya profundidad y amplitud son
infinitos, inconmensurables.

Saber la esencia de alguna cosa, sin importar cuan pequeña sea, conocerla en su totalidad, por dentro y
por fuera, penetrar todos sus secretos es prácticamente imposible en todos los casos. La ciencia en el
estado avanzado en que está hoy, y en el estado que nos imaginamos que estará mañana, siempre termina
y siempre terminará en impotencia y asombro. De toda la creación, nosotros somos los más cercanos a
nosotros mismos. ¿Ha sido capaz la humanidad de conocerse y entenderse a sí misma?

Es por eso que el Mensajero de Allah (saws) nos ordenó contemplar a Allah en Sus atributos y nos
prohibió especular más allá. Solo Allah conoce Su propia esencia: No tenemos poder para concebirla.

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Aquellos que han empujado sus mentes a ir más lejos han perdido el juicio o han caído en el abismo de la
incredulidad, la falta de fe, y han atribuido asociados a Allah.

Abrir nuestro corazón para recibir la manifestación de este Nombre divino, requiere que el estado interno
y la apariencia externa de un creyente sean la misma. Uno debiera evitar pecar, sea el pecado visible o no
a los demás, y uno debiera al mismo tiempo evitar tratar de descubrir los pecados en los demás.

Él hipócrita es como un urinario usado. Por fuera se ve limpio pero el interior está inmundo. El Mensajero
de Allah dice: “Allah no te juzga por tu apariencia: Él mira tus obras ocultas y tu corazón.”

‘Abd al-Batin es el buen servidor a quien Allah otorga el conocimiento del corazón, cuyo ser interno está
purificado, en quien la espiritualidad sobrepasa su ser material. Para esas personas los velos se corren, el
secreto se hace manifiesto, el futuro es conocido. Se hacen instrumentos invitando a las personas a
purificar su mundo interior con la luz divina, alentándolos a alcanzar perfección espiritual. Allah el
Oculto manifestó su atributo al-Batin en el profeta Adán (as), y le enseñó no solo la manifestación de Sus
atributos sino que su significado interno. Hasta antes de Adán, los ángeles conocían a Allah solo a
través de la manifestación de Sus atributos. Esa es la diferencia entre Adán y los ángeles en cuanto al
grado de perfección de la fe. Es por eso que Allah ordenó a los ángeles a prosternarse frente a Adán, y por
lo que Adán llegó a ser el maestro de los ángeles.

Si los creyentes hicieran un hábito recitar este Nombre 33 veces al día, su mundo interior se iluminaría,
los ojos de sus corazones se abrirían, comenzarían a ver la verdadera Realidad y a entender el significado
de las cosas, por la voluntad de Allah. Encontrarían paz, sus palabras se harían dulces y efectivas. Serían
amados y apreciados por los demás.

AL-WALI

Allah es el único que administra y gobierna a toda la creación.

Su gobierno es de tal fuerza que toda la creación desde el principio hasta el fin (¡incluso antes de que
fuera creada!) está bajo su voluntad y poder. Con la sola orden “Se” de la no existencia todo llegó a
existir. Todo aparece en esta forma: administrado, desarrollado, y cuando le llega el momento, muere, y
desaparece de la vista. Incluso después de la muerte, todo queda bajo Su gobierno, y finalmente será
traído a la vida nuevamente. En la administración de Su creación, Allah sabe en todo momento lo que ha
sucedido, lo que está sucediendo, y lo que sucederá, ya que todo está planeado, predestinado. Él es quien
tiene la voluntad y Él es quien ejecuta.

Antes de tu creación, Él preparó un programa para ti: en que momento y lugar y de que madre nacerías, y
todo lo que te pasaría, todo lo que harías en cada minuto de tu vida, incluso el número de respiros que
inhalarías, y las raciones de comida que consumirías. Cada sílaba que pronunciarás, cada sonido que
oirás, todo lo que verás y todo lo que harás, está planificado.

En toda la creación, Él le ha dado voluntad solamente a los seres humanos. Tú crees que puedes cambiar
tu destino con esta voluntad. En verdad, tu voluntad solamente sirve para darte cuenta, recibir, obtener
beneficio, y gozar de aquello que está escrito para ti. Cuando crees que te rebelas, lo que debiera suceder
efectivamente sucede, solo que al rebelarte no te das cuenta, estás inconsciente, resentido, y en
desarmonía con lo que sucede. Tu voluntad es la habilidad ya sea para abrir los ojos y ver la creación de
Allah en donde Sus hermosos Nombres se manifiestan, y de recibir la luz de la fe y el conocimiento, o de
rebelarse y pecar, cerrando los ojos y permaneciendo en la oscuridad. Sin embargo aquello que existe aún
existe, ya sea que lo veas o estés ciego.

Toda la creación está gobernada por el conocimiento y poder de Allah: ni una hoja se mueve sin Su
voluntad. El movimiento de la hoja tampoco está desconectado de otras cosas que se mueven con el
mismo viento, por la misma voluntad.

No piensen que han sido dejados solos. Sepan y vean que son parte de un orden divino bajo un
Gobernador justo, compasivo, y beneficiente. Todo está medido, todo está registrado, todo se mueve
rápidamente. Usen su voluntad para estar conscientes, para tener fe y estar en armonía con este orden
divino.

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‘Abd al-Wali es el servidor que se gobierna a sí mismo y a aquellos que le han sido confiados, de acuerdo
a los mandamientos de Allah. Él es justo, bueno, y administra justicia y bondad. A cambio de sus
servicios él recibe regalos y sabiduría de Allah con lo cual perfecciona aún más su administración y
generosidad hacia las demás personas.

Cuando este servidor le enseña a otros a ser justos y generosos como él, cada vez que aquellos a quienes
enseña actúan en forma justa y generosa él recibe el doble de recompensa que ellos. El buen gobernador
es aquel cuyas buenas obras superarán sus malas obras en la balanza en el Día del Juicio. Allah mantiene
a estos gobernadores bajo la sombra de Su trono. Allah es el ayudante de aquellos que ayudan a otros.

Si un creyente, que tiene la responsabilidad de una posición de poder, por el bien de las personas que
están bajo su responsabilidad recita este Nombre 1.000 veces los viernes, sus palabras los beneficiarán.
También serán más agradecidos, respetuosos, y obedientes con él.

Si uno teme un desastre natural que se aproxima y que puede dañar nuestro hogar, y uno escribe este
Nombre en un recipiente lleno de agua y rocía el agua alrededor de la casa, puede que quede protegida.

AL-MUTA’ALI

Allah es el Sublime.

Su grandeza se incrementa. A medida que Él da de Sus inagotables tesoros, Sus riquezas aumentan. En la
medida que las necesidades de Su creación aumentan, Sus regalos aumentan. Sin embargo si todas las
fuerzas, las mentes confabuladoras, y los ejércitos de todo el universo se unieran, sin Su permiso y Su
voluntad no podrían tomar de Él nada a la fuerza, ni siquiera algo del tamaño de una semilla de mostaza.
Puede que seas fuerte, joven, y muy buen mozo hoy, pero mañana podrías estar enfermo, decrépito, e
inválido. Puedes ser sabio e inteligente hoy, pero mañana podrías perder el juicio. Puede que seas rico, y
luego quedar en la bancarrota. Piensen en las naciones que tenían poder supremo sobre la faz de la tierra,
que después fueron pisoteadas y deshonradas y han desaparecido de los mapas.

Allah el Sublime está exento de todos esos fracasos y defectos.

El verdadero servidor, que sinceramente dice amantu bi-Llahi, “Yo creo en Allah,” cree en Aquel cuyos
atributos, cualidades, y hermosos Nombres están descritos en el Sagrado Qu’ran y en los hadices. Por otro
lado están aquellos que no creen en nada más que en si mismos, en este mundo, y en las alegrías,
placeres, y riquezas de este mundo. También están los que creen en dioses que caminan por los jardines
del Edén en el frescor del día, o que caminan sobre las nubes o que se sientan en tronos, que tienen
esposas e hijos, y que lamentan haber creado a algunas de sus creaciones y a algunos seres humanos.

Allah el Sublime está libre de tales atribuciones. Aquellos que lo rebajan al nivel de su imaginación están
rebajándose a si mismos desde el elevado estado de servidumbre al estado más bajo de sus malignos egos
dominadores.

‘Abd al-Muta’ali es el servidor enaltecido de Allah que escala de una altura a otra en la comprensión de
cosas dentro y fuera de él. Él es testigo de estados divinos sin límites, remontándose a este nivel a través
de la generosidad y la recompensa de Allah por su permanente consciencia, recuerdo y devoción. Su
único propósito, intención, esfuerzo, y atención está enfocado en conocer, encontrar, y estar con Allah.

Allah el Altísimo, en la Surah Ta Ha (114), dirigiéndose a Muhammad (saws), el ser más elevado de toda
la creación, dice:

(Oh Mi amado) Di: Mi Señor, auméntame en mi conocimiento.

Incluso a él le fue ordenado saber más sobre su Señor.

Si un creyente, que ha sido rebajado no por faltas cometidas por él, recita este Nombre 540 veces, puede
que recobre su posición, o sea elevado a una posición por sobre otros que tienen las mismas

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calificaciones. La recitación de este Nombre 540 veces antes de una entrevista puede le que ayude a ser
más efectivo.

AL-BARR

Allah es el perfecto Hacedor de bien.

Todo bien y todo regalo provienen de Él. Él quiere para sus servidores solo el bien, tranquilidad y
bienestar. Él no quiere penurias para sus servidores, y tampoco quiere a aquellos que crean penurias. Sin
embargo en Su misericordia Él perdona a aquellos que no hacen el bien. Él oculta la mezquindad. Si, en
Su justicia, Él elige castigar, Su castigo nunca excede el pecado cometido, mientras que Su recompensa
por las buenas obras excede en diez veces el valor. Él posterga Su castigo para que así el servidor
descarriado quizás se dé cuenta de su maldad y la repare con un buen acto. Entonces Él transforma en una
buena obra el pecado por el cual se ha arrepentido. Si Su servidor tiene la intención de hacer una buena
obra pero es incapaz de realizarla, Él recompensa la intención como si la buena obra la hubiese realizado.
Pero si Su servidor intenta pecar y es incapaz de hacerlo, Él perdona la intención.

Cuando haces el bien a la creación de Allah, incluso si es con una palabra amable o una sonrisa, tú ves en
ti el reflejo de Allah, el Perfecto Hacedor de Bien. Cuando el profeta Moisés (as) le habló a su Señor en el
Monte Sinaí, él vio a un hombre parado en el punto más alto del Trono de Allah. Él preguntó, “O Señor,
¿cómo es que ese servidor llegó a tal altura?” Allah el Altísimo respondió. “Él nunca sintió envidia del
bien que yo otorgué a mis servidores, y fue especialmente bueno con su madre y su padre.”

El Mensajero de Allah (saws) dice, “Si alguien lee el Qu’ran y no actúa de acuerdo a lo que lee es como si
no hubiera leído el Qu’ran. Alguien que mira a la cara de sus padres con ira, incluso si los sirve fielmente,
no se ha preocupado por ellos. No tengo nada que ver con este tipo de gente, ni ellos tienen nada que ver
conmigo.”

‘Abd al-Barr es aquel en quien todas las cualidades de bien, tanto material como espiritual, se
manifiestan. Allah les ha dado a todos los creyentes la posibilidad de desear el bien. Se hace activo en
aquellos que se sumergen en el mar del misterio del hermoso nombre de Allah al-Barr.

Personas que están paralizadas y continúan recitando este Nombre 202 veces al día encontrarán la cura, o
alivio, o el coraje para soportar su enfermedad.

Personas que son alcohólicas, si recitan este Nombre 700 veces al día, puede que sean curadas. Personas
que enfrentan una tormenta mientras están navegando puede que encuentran seguridad si recitan este
Nombre.

AT-TAWWAB

Allah es quien lleva constantemente a la gente al arrepentimiento.

Tawbah, arrepentimiento, significa literalmente retornar: retornar de la rebelión y el pecado al camino


recto de la virtud. Allah despierta los corazones de los creyentes del sueño de la inconsciencia a través del
amor a Él, con la manifestación de Su existencia a su alrededor, con buenos consejos de aquellos que
están cerca de Él, con la promesa de Sus recompensas y el Paraíso, y con el temor de Su castigo y el
Fuego del Infierno.

Allah tiene servidores cuyos corazones se encienden con una simple chispa. También tiene servidores
cuyos corazones se han transformado en una fría piedra. Si uno derramara fuego a montones, aún así no
se harían cálidos. Algunos tienen corazones de hierro, que se ablandan un poco con el fuego pero que
vuelven inmediatamente a la dureza del hierro. Es por eso que uno debe ser despertado frecuentemente
escuchando los mandamientos de Allah en el Qu’ran. Todo el universo, todo, incluso tú, es el Qu’ran. Si
aprendes lecciones de lo que ves, dentro y fuera de ti, despertarás y retornarás del estado pecaminoso de
la inconsciencia y falta de armonía al estado de estar en armonía con la voluntad de Allah. Ese es el
arrepentimiento aceptable a Allah, con el cual Su ira se transforma en misericordia, compasión, y amor.

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El arrepentimiento que es aceptable a Allah no es simplemente viendo lo malo y lo sucio de nuestras
acciones, lamentando haber hecho cosas malas y deseando no volver a hacerlas, temiendo el castigo de
Allah y teniendo la esperanza de la misericordia de Allah. Esto es como cortar la maleza y dejar la raíz.
Uno tiene que sacar todas las raíces. El arrepentimiento aceptable a Allah es el esfuerzo de la limpieza
interna, tratando de eliminar la causa de los pecados. Allah promete no solo Su misericordia y perdón,
sino que Su amor, a aquellos que están purificados.

Allah dice sobre el castigo debido al pecado:

No así quien se arrepienta, crea y haga buenas obras. A éstos Alá les cambiará sus malas obras en
buenas. Alá es indulgente, misericordioso.
Surah Furqan 70

Alá ama a quienes se arrepienten. Y ama a quienes se purifican.


Surah Baqarah 222

Cuando eres capaz de perdonar y continuar perdonando a aquellos que te hacen daño, verás en ti la
manifestación de at-Tawwab. Allah perdona a aquellos que perdonan a otros. No importa que tan
pecadores sean, no importa que tan seguido se olviden de su arrepentimiento, ellos nunca deben dudar de
la misericordia de Allah y de la aceptación de su arrepentimiento.

Mucha de la desgracia que cae sobre las personas es el resultado de pecados por los cuales no se han
arrepentido. Si tú te quejas de estas dificultades, estas solo aumentarán. Pero si las aceptas, las ves como
la voluntad de Allah, y te sometes, Allah considerará tu sumisión como el pago de tus pecados y como
verdadero arrepentimiento, y estas dificultades terminarán. Si eres capaz de ir más lejos aún, dándole la
bienvenida a tus dificultades y sintiendo agradecimiento por recibir este castigo temporal en esta vida en
vez del fuego eterno en el Más Allá, tu fe y estado espiritual podrán alcanzar nuevas alturas. Mostrar
agradecimiento ante la adversidad es la actitud de los santos.

‘Abd at-Tawwab es el servidor que ha sido bendecido, que ha sido traído devuelta de los deseos de la
carne, y de las mentiras e imaginación de este mundo, a la verdad. A través del arrepentimiento sucesivo
de sus malas acciones ha llegado a conocer la multiplicidad en él, y esparciendo su arrepentimiento, ha
logrado unidad y uni-dad (ver nota 1)

Un creyente que no puede dejar de hacer el mal, que está consciente de ello, y se siente oprimido por el
sentimiento de ser pecador, puede recitar este nombre 409 veces en las mañanas. Algún día sentirá que su
arrepentimiento ha sido aceptado. El signo de la aceptación del arrepentimiento es que uno no puede
volver a cometer ese pecado nuevamente, y su recuerdo deja la memoria.

AL-MUNTAQIM

Allah es el Gran Vengador.

Allah castiga a aquellos que persisten en rebelarse, delirando en su inconsciencia y egotismo, creando
desarmonía, tiranizando a los servidores de Allah y a Su creación. Ellos son los que no tienen fe y
atribuyen asociados a Allah. Él les da tiempo y oportunidades para darse cuenta y arrepentirse por sus
malos actos. Él los pone sobre aviso con repetidas advertencias. Él acepta sus excusas; Él posterga su
castigo. En perdonar a los infieles, en postergar su castigo, Su eventual represalia se hace más terrible ya
que el pecador persistente ha tenido nuevas oportunidades de pecar, haciéndose así merecedor de un
castigo aún más severo. Aquellos que se hacen servidores de sus egos en vez de hacerse servidores de
Allah corren el riego de una terrible caida cuando sienten que no son castigados por lo que hacen. Están
consentidos por la misericordia de Allah, encumbrándose cada vez más alto en su arrogancia. De súbito,
un día, Allah los hace caer. La caída es mayor de esas alturas. Muchos tiranos han sido llevados a grandes
alturas antes de ser aplastados. Allah usa a aquellos con quienes ha ajustado cuentas como lección para
los que Él quiere salvar.

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Las personas que saben ajustar cuentas con los enemigos de Allah, siendo el más grande de ellos sus
propios egos, reflejan el atributo de Allah al-Muntaqim. Hadrat Bayazid al-Bistami dice, “Una noche me
sentía muy cansado y flojo como para efectuar algunas de mis devociones. Me castigué dejando de tomar
agua por un año completo.”

‘Abd al-Muntaqim es aquel cuyo ajuste de cuentas con los enemigos de Allah es terrible, y es más
encarnizado aún con respecto a su propio ego, su peor enemigo.

Si una persona fiel es tiranizada por un enemigo de Allah y es merecedor de castigo, si recita ya
Muntaqim ya Qahhar 1.000 al día removerá del poder al tirano.

AL-‘AFU

Allah es el Que Perdona, el que elimina los pecados.

Al-‘Afu es lo opuesto de al-Muntaqim, el Vengador. Su significado es cercano al de al-Ghafur, el que


Todo lo Perdona, solo que aquí el sentido es más intenso. La raíz de la palabra Ghafur es pasar por alto
los pecados, mientras que la raíz de la palabra ‘Afu es destruir los pecados, eliminarlos en su totalidad. En
la primera instancia los pecados pasados por alto todavía existen; en la segunda, los pecados eliminados
desaparecen.
Allah ama perdonar, borrar los pecados. Él no castiga con frecuencia a aquellos que niegan, a aquellos
que se rebelan. Él acepta el reconocimiento de sus pecados como arrepentimiento. Él borra sus pecados.
En vez de castigo, Él les confiere Su generosidad.

Hay un secreto en la postergación de Su castigo y en perdonar los pecados. Al enseñarnos que el Fuego
del Infierno está allí, Él nos está enseñando que hay formas de lograr la salvación. Es como un anuncio
hecho por un anfitrión rico, generoso, y compasivo quien declara, “Nuestras puertas están abiertas,
nuestras mesas están dispuestas. Aquel que acepta esta invitación es bienvenido, y no reprochamos a
aquellos que no vienen a nuestro banquete.”

La generosidad de Allah en este mundo, que es temporal, no es nada en comparación con aquella
prometida en el Paraíso. El perdón de los pecados es un estímulo para los que se niegan a cambiar sus
conductas, a entrar en el camino recto, lograr el Paraíso. La infinita misericordia de Allah ciertamente es
mucho mayor que los pecados de Sus servidores. Sus puertas están siempre abiertas para aquellos que
eligen entrar.

Pero aquellos que están ciegos y sordos a la advertencia que hay en la compasión, misericordia, y perdón
de Allah, que insisten en su infidelidad y negación, que encuentran justificación en su rechazo por el
hecho de ser reiteradamente perdonados, que están consentidos, que encuentran placer en pecar, que
tratan de llevar a otros a la perdición, serán finalmente castigados en este mundo ahogándose en el oro
que han acumulado, y en el Más Allá con el Fuego del Infierno. Ese castigo no niega el atributo del
Perdonador, el Eliminador de Pecados, sino que es una manifestación de Su hermoso Nombre, el Justo.
Bueno y malo no son lo mismo. Si así se mostrara, podría causar confusión en la mente del buen servidor.

‘Abd al’Afu es aquel que cree verdaderamente, que teme a Allah, no tanto por Su castigo, sino por perder
Su amor. Es aquel que tiene consciencia, que tiene vergüenza. Para él lo bueno y lo malo que le llega de
Allah es lo mismo. Él refleja el atributo al-‘Afu perdonando a aquel que lo tiraniza, alimentando a aquel
que le hace pasar hambre, dando a aquel que le quita a la fuerza. Allah trata a Sus servidores de la forma
en que estos tratan a los demás.

Un creyente que recita este Nombre 166 veces al día tendrá mayor capacidad para controlar las exigencias
equivocadas de su ego. Su carácter mejorará y las personas pasarán por alto sus faltas.

Recordar recitar este Nombre cuando uno está a punto de entrar en un estado de ira descontrolada, y
continuar con un saludo al Profeta (saws), le ayudará a mantener la calma.

Alguien que está frente a un juez que está a punto de condenarlo por una mala acción que ha cometido
puede recitar este Nombre 166 veces. Puede que su castigo sea anulado o disminuido.

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AR-RA’UF

Allah es el Todo Clemente.

Él ha creado todo con Su mano de poder, y puede extinguirlo todo, ya que Él no está en necesidad de Su
creación. Este poder e independencia no lo previene de ejercer Su misericordia y clemencia como
tampoco Su habilidad de ver todo, incluyendo la rebelión y negación de algunas de Sus criaturas. Todo lo
contrario, el hecho que Él elija perdonar, aún cuando tiene la capacidad de ver nuestros pecados, de ser
justo, de ser capaz de castigar, demuestran que Su misericordia y clemencia son infinitas.

Incluso alguien que no tiene fe, cuya arrogancia no tiene límites, que cree que obtiene su subsistencia por
sus propios medios y cree ser amo de su propio destino, puede reflexionar acerca de los animales y las
plantas. Estos no tienen lenguaje, entendimiento, o intelecto. ¿Cómo cuidan a su descendencia? ¿Cómo
hacen las aves sus nidos? ¿Por qué no se exceden en ningún sentido que pudiera causar su destrucción,
mientras que los seres humanos si lo hacen? ¿Cuál es el misterio en esa fábrica, que es el gusano de seda,
que hace su capullo y produce la tela más suave y hermosa, o en la pequeña abeja que hace su colmena y
produce el más dulce de los alimentos?

Esto y todo lo demás son los signos de la clemencia, misericordia, y generosidad alrededor de nosotros.
Pero para los seres humanos, la manifestación de la clemencia de Allah es aún más grande. Él ha
“….creado todo para ti y a ti para Él”. Él te creó como la mejor de las criaturas, perfecto, como Su
representante para gobernar, para guiar, para usufructuar de Su reino. Él te ha dado los medios para
pensar, hablar, leer y escribir. Él te ha enseñado lo que es mejor para ti, lo que te hace daño, lo bueno y lo
malo, lo lícito y lo ilícito. Si trataras de contar Sus regalos y bendiciones sobre ti, no serías capaz. Tanto
para el creyente como para el no creyente, Su generosidad, misericordia, y clemencia no tienen límites.

Aquel en quien la clemencia de Allah se refleja recuerda sus pecados y se da cuenta que todos estos
regalos de Allah le llegan a pesar de sus pecados. Él trata de servir a la creación de Allah con su mente, su
cuerpo, y con su propiedad.

‘Abd ar-Ra’uf es el servidor en quien la misericordia y la compasión de Allah se manifiestan. Él es


clemente en todas sus formas excepto en lo que se refiere al castigo de acuerdo a la shari’ah. Aún cuando
la justicia de la ley religiosa aparenta ser un castigo, en realidad es la misericordia, ya que la falta por la
cual uno ha pagado es eliminada.

El creyente que recita este Nombre 286 veces al día tendrá un corazón lleno de compasión y cuidado por
los demás, y este sentimiento será mutuo. A esa persona también le serán dados los medios para ayudar a
aquellos que están en necesidad.

MALIK AL-MULK

Allah es el dueño eterno de Su reino.

Él no comparte la propiedad, el poder, el gobierno, o la tutela del universo con nadie. Efectivamente, todo
el universo es un solo reino ya que toda la creación está interconectada. De esta forma se asemeja al ser
humano, cuyas manos, pies, ojos, mente, corazón, y todos los órganos son unidades individuales, sin
embargo están conectados, formando una sola totalidad.

El universo es un todo con partes en armonía, creadas con un propósito, ejecutando y cumpliendo este
propósito. Allah dice, “Yo era un tesoro escondido, amaba ser conocido y por lo tanto creé la creación.”
Entonces, el propósito y función de la creación es conocer, encontrar, y estar con el Creador.

El ser humano es el universo en el microcosmo: lo que sea que exista en él, existe en nosotros. La
humanidad es también la creación suprema y representante de Allah. Es por eso que Allah confiere a
algunos de Sus servidores, por un tiempo determinado, reinos, tierra, propiedad, riqueza, y deja que
gobiernen sobre ellos. Allah también da a algunos de sus servidores el conocimiento de como gobernar
para que así sus reinos se expandan, y sus beneficios aumenten. Él prohibe que sigan a sus egos, a su
egoísmo, que solo los puede llevar a la perdición. Si se hacen servidores de sus egos y usan la riqueza,
que ha sido puesta a su cargo, para beneficio propio, todo se perderá cuando les llegue la muerte. Estarán

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en bancarrota, prisioneros en las mazmorras del Infierno. Si las personas aplican la ley de Allah a Su
reino, el cual les ha sido dado en préstamo, y la aplican a ellos mismos también, y si gobiernan para Su
complacencia, el verdadero Dueño del Reino cambiará el reino temporal que les ha otorgado en este
mundo por el reino eterno en el Más Allá.

‘Abd Malik al-Mulk se transforma en testigo del poder de Allah sobre Su reino. Por lo tanto se da cuenta
que Allah lo usa como Su representante para gobernar el universo y a él mismo. Este darse cuenta lo hace
ser el servidor perfecto, y puede que Allah lo recompense con lo máximo a que se puede llegar en este
mundo. Esa persona no depende de nada más que de Allah, sabiendo que Él es el único Rey verdadero, y
el mismo trata solo de ser un verdadero servidor, el nivel más alto a que un ser humano puede aspirar a
llegar.

El fiel que recita este Nombre 212 veces al día tendrá un aumento en su sustento por medios inesperados.
Las dudas que puedan tener en sus mentes se transformarán en certezas. Las personas bajo su cuidado las
respetarán y les obedecerán con placer.

DHUL-JALALI WAL-IKRAM

Allah es el Señor de la Majestuosidad y la Generosidad.

No existe perfección que no pertenezca a Él, bendición u honor que provenga de otro que no sea Él. Allah
es el dueño de toda la majestuosidad. Nada puede existir por si mismo ni se puede sustentar por si
mismo. En Su majestad, Él puede destruir todo instantáneamente, así como lo ha creado. ¿En que poder te
apoyas cuando te rebelas en contra de Él? Para mostrar Su generosidad, Él te ha otorgado Su generosidad
y honor. ¡No te lo atribuyas a ti mismo ni te glorifiques! El honor que Él te dio es para que veas al Dador
de ese honor, el verdaderamente Honorable. Todo está en necesidad de Él; todo proviene de Él. Sin
embargo para atar a las personas unas con otras, para atar a todas las criaturas con el resto de la creación,
Allah usa una cuerda invisible llamada necesidad. Él usa a cada persona, a cada criatura, como un medio,
como un vehículo para dar a otro lo que necesita. Uno debe estar agradecido al medio a través del cual las
bendiciones de Allah llegan, pero uno debe saber cual es la verdadera fuente y no olvidar de agradecerle
todo a Él. Todo el agradecimiento es para Él quien no solo provee nuestras necesidades mundanas, sino
que también nos ha prometido y nos ha enseñado como obtener Sus bendiciones eternas. Estas pueden ser
conseguidas gastando en otros, por Él, aquello que nos ha dado a través de las manos de otros.

El señor de la Majestuosidad y la Generosidad es uno de esos hermosos Nombres que no pueden ser
atribuidos a nadie más que Allah. Algunos de los que saben incluso han afirmado que al-ism al-a’zam es
el más grande de los Nombres de Allah.

‘Abd Dhul-Jalali wal-Ikram es el servidor que teme solo a Allah, inclina su cabeza solo a Él, y espera
recibir solo de Él. Este es el signo del creyente sincero que tiene fe en la uni-dad (ver nota 1) de Allah. Él
no espera nada de las personas, ni teme la condena que proviene de ellos. Para él, una espada en su
garganta no es diferente al oro puesto a sus pies. No está preocupado por una ni contento por la otra.
Allah es suficiente.

El mensajero de Allah (saws) dice, “Recita Dhul-Jalali wal-Ikram cuando estés rogándole a Allah por
algo.”

Si un creyente recita este Nombre 100 veces al día durante una semana, todo el peso de sus aflicciones,
dudas, y problemas dejarán su corazón, el cual quedará libre de imaginación maligna, preocupaciones y
expectativas. El mal no lo tocará, y encontrará paz.

AL-MUQSIT

Allah es aquel que actúa y distribuye en justicia y equidad.

Que armoniosa y equilibrada es la creación: ¡todas las bellezas en el cielo y la tierra; montañas, mares,
atardeceres, flores, y también ojos para verlas! Si no tuviéramos con que ver, ¿tendría sentido la creación
de todas estas bellezas? Si la tierra estuviera más cerca del sol, todos los que estamos en la faz de la tierra

63
nos habríamos quemado hasta hacernos cenizas. Si estuviera más alejada, nos habríamos congelado. Que
exacta es su posición. Si hubiera en el aire mas o menos oxígeno que el adecuado, nos habría hecho daño.
Allah el Equitativo da riqueza a algunos y pobreza a otros. Él les da poder a algunos, debilidad a otros,
coraje a algunos, temor a otros. Él da lo que da a quien le corresponde, a pesar que algunos puede que
usen lo que les ha sido dado de una manera y otros de otra manera, haciéndonos dudar. Nosotros no
sabemos lo que Él sabe, ya que solo podemos ver lo que está frente a nosotros, mientras que Él ve y
conoce el todo.

Cuando vemos leyes, orden, y armonía en una institución, en un pueblo, en un país, lo atribuimos a la
existencia de un líder justo e inteligente. Si pudiéramos ver el orden cósmico o el orden en nosotros
mismos, que somos el microcosmo, veríamos la evidencia de Allah el Equitativo.

Allah trata a Sus servidores en forma equitativa. Ni una sola buena obra pasa desapercibida. Cada una
recibe una recompensa. Faltas, errores, e injusticias son corregidas. Cuando las personas se tiranizan unas
a otras, Él le quita al tirano y le da al tiranizado. Sin embargo al hacer esto, Él los deja a ambos
satisfechos. Solo Allah puede hacer eso.

En un hadith se relata que el Profeta (saws) sonrió. Hadrat ‘Umar (as) le preguntó, “¿Qué es lo que te
hace gracia, ¡O! Mensajero de Allah?”

El Mensajero de Allah respondió, “Veo a dos hombres de entre mi gente que están frente a Allah el
Altísimo. Uno dice, ‘¡O Señor, quítale a este hombre lo que legítimamente me pertenece!’ Allah el
Altísimo le dice al otro hombre, ‘Dale a tu hermano aquello que le pertenece’. El usurpador responde, ‘O
Señor, no tengo buenas obras con que pagar a este hombre.’ Allah se dirige al hombre que ha sido
perjudicado y dice, ‘¿Qué debiera hacerle a tu hermano? No le queda nada para darte.’ El perjudicado
dice, ‘O Señor, que se quede con algunos de mis pecados’”.

Con lágrimas en sus ojos el Mensajero de Allah dijo: “Ese día es el Día del Juicio; ese día es un día en el
cual cada hombre deseará que otros lleven sus pecados.”

Entonces él continuó con el relato: “Después que el hombre perjudicado a pedido que el usurpador se
quede con algunos de sus pecados, Allah le pide que levante la cabeza y que mire al Paraíso. Él dice, ‘O
Señor veo ciudades de plata y palacios de oro adornados con perlas. ¿Para que profeta, santo, o mártir son
estos palacios?’ Allah el Altísimo dice, ‘Son para aquellos que pueden pagar su precio.’ El hombre que
fue perjudicado dice, ‘¿Quién podría pagar su precio?’ Allah dice, ‘Quizás tu podrías.’ El hombre dice,
‘¿Cómo, Señor? Yo no tengo nada. ¿Que puedo hacer para ganar el premio del Paraíso?’ Allah al-Muqsit
dice, ‘Perdonando a tu hermano, renunciando a tu derecho sobre lo que él te quitó.’ El hombre
perjudicado dice, ‘Yo lo perdono, mi Señor. No quiero ejercer mi derecho.’ Allah el Más Misericordioso,
el Más Generoso, dice, ‘Entonces toma la mano de tu hermano y entren juntos a Mi Paraíso.”’

Entonces el Mensajero de Allah dijo, “Teman a Allah y teman hacerse daño unos a otros y hagan la paz
entre ustedes, ya que Allah el Altísimo hará la paz entre los creyentes en el Día del Juicio.”

‘Abd al Muqsit tiene un perfecto sentido de la medida, ve las cosas en forma justa y demanda justicia.
Sobre todo, él exige justicia de sí mismo. Él no exige justicia de otro para con él, sin embargo busca
justicia para otro de aquel que ha sido injusto con esa otra persona. Él protege a aquel que debe ser
protegido. Él ayuda a aquel que debe ser ayudado. Él eleva a las alturas a aquellos que merecen ser
elevados. El Profeta (saws) dice, “En el Paraíso el justo estará parado en púlpitos de luz divina.”

Si la mente divaga constantemente mientras uno hace sus rezos, recitar este Nombre 239 veces antes de
iniciar su adoración puede que lo ayude. La misma recitación también ayuda a calmar a las personas
cuando están enojadas o deprimidas.

AL-JAMI

Allah es el que Reúne lo que Él quiere, donde Él quiere.

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Jama’a significa reunir cosas que están dispersas. Allah reúne cosas, sean estas parecidas o distintas,
incluso opuestas. Allah ha juntado en este universo espacios, galaxias, estrellas, tierras, mares, plantas y
animales, cosas cuya naturaleza, tamaño, forma, y color son diferentes.

En los cuerpos de las criaturas que Él ha creado, Allah ha reunido entidades opuestas, tales como el fuego
y el agua, aire y tierra, calor y frío, seco y húmedo. Él ha reunido seis millones de células en una gota de
sangre. El cuerpo tiene incalculables células, cada una moviéndose, buscando, encontrando, rechazando,
creciendo, dividiéndose, muriendo, cada una de ellas una vida, una entidad por si misma. Él ha
combinado todas estas células en el cuerpo a través de Su conocimiento y Su poder. Él puede dispersarlas
a los lejanos rincones del universo y volver a reunirlas nuevamente. Así es como, al morir, nuestros
cuerpos, descompuestos, repartidos en la tierra, el agua, y el aire serán reunidos en el Día de la
Resurrección. Y así lo serán también los cuerpos de billones de personas. Sus vidas, sus mentes, sus
almas devueltas a ellos, se reunirán en la planicie de ‘Arafat en el Día del Juicio. Allah reunirá al pecador
y al puro, al tirano y al tiranizado, al bueno y al malo cara a cara, y los juzgará a todos. Entonces Él
reunirá a Sus amigos en Su Paraíso y a Sus enemigos en Su Infierno.

Así como Allah combina las células de un cuerpo humano, Él junta a cada persona con sus acciones en el
camino a la eternidad. Nuestros únicos compañeros son nuestras obras. En nuestra inconsciencia no
vemos a la carne, al corazón, a la mente, al alma, todos juntos, y los miles de “yo” y “mío” viviendo
juntos en nosotros, así como tampoco vemos los billones de unidades combinadas en nuestros cuerpos.
No vemos nuestras obras, que están siempre con nosotros, ni el Infierno o el Paraíso que están alrededor
nuestro.

Tu preocupación con este mundo, comer, beber, buscando más y más para comer, tener, gozar; tu
esclavitud en las manos de tu cuerpo y tu ego te han distraído de todo lo demás. Solo cuando el ave del
alma vuele fuera de la jaula del cuerpo se evaporará este sueño, y te encontrarás solo con tus obras.
Entonces verás a ese compañero a quien abrazas y acercas a tu pecho. ¿Es algo cálido y amigable, o está
lleno de serpientes y escorpiones y espinas venenosas? Entonces te darás cuenta que lo que tú presumías
como bueno era el Infierno, y lo que pensabas que era sufrimiento era el Paraíso.

‘Abd al-Jami es el servidor en quien el carácter, la moral y las verdades ocultas del corazón se hacen
visibles y están combinadas en uno. Tanto su ser externo como interno son bellos. La manifestación de
todos los Nombres de Allah está reunida en él. Él es capaz de juntar todo aquello que es distinto,
diferente, y opuesto dentro y fuera de él.

Nuestro padre, el Profeta Adán (as) encontró a nuestra madre Eva (as) en la planicie de ‘Arafat recitando
este nombre, después de haber sido enviados del Jardín a la Tierra y estado separados. Si alguien ha
perdido algo, o está separado de alguien querido, la recitación de ya Jami 114 veces, seguido de ya Jami’
an-nasi li-yawmin la rayba fiyhi ijma’ ‘alayya dalati (“¡O Él que Reúne a la humanidad por un Día en el
cual no hay duda, tráeme lo que he perdido!”), ayuda a encontrar lo que ha perdido.

AL-GHANI

Allah es el Rico que es abundante en si mismo.

Su esencia y atributos no tienen relación con ninguna otra cosa. Alguien cuya existencia y perfección
dependen de otro necesita adquirir esa existencia del otro. Solo Allah no tiene necesidades y no necesita
adquirir nada. Sus riquezas son independientes de todo lo demás, sin embargo todo lo demás depende de
Él.

Allah dice en la Surah Muhammad (38):

Alá es Quien Se basta a Sí mismo, mientras que sois vosotros los necesitados.

Algunas personas que se ven a sí mismas superiores al resto de la creación caen en el lamentable estado
de arrogancia y vanidad. No pueden ver y ser agradecidos por el honor de haber sido creados como la
suprema creación y por haberles sido dada la función de Khalifah, Su representante en el universo.

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La verdadera supremacía humana depende de ser agradecidos y humildes, sirviendo a los servidores de
Allah y a todo aquello que Allah ha puesto a nuestro cargo. El arrogante, por contraste, lleva su vanidad
al punto de negar a su Creador, su Señor. En su arrogancia, no pueden aceptar ser servidores de Allah.
¡Sin embargo no ven nada malo en ser esclavos unos de otros!

Tales personas no se dan cuenta que incluso para vivir necesitan del aire de Allah, el agua, y la comida;
como alimento para sus almas, necesitan adorar. De hecho, en toda la creación, no hay criaturas cuyas
necesidades sean mayores que las nuestras. Nada excepto Allah es suficientemente rico como para
satisfacer esas necesidades. Si Allah ha enviado Sus libros y Sus profetas y ha establecido religiones para
enseñarnos lo que debemos hacer y lo que no debemos hacer, no es por Su necesidad, es por nosotros,
para permitirnos existir en este mundo y en el Más Allá, para lo cual fuimos creados. Incluso los
científicos, sociólogos, y economistas de hoy dicen que las prescripciones, cánones, y leyes religiosas de
Allah llevan a la gente a la mejor de las existencias físicas, morales y económicas. En efecto, todo lo que
Allah ha creado y ordenado es benéfico.

Ser servidor de Allah es el nivel más elevado al cual un ser humano puede aspirar. Cuando alabamos a
nuestro Profeta (saws), el Amado de Allah, decimos ‘abduhu wa rasuluhu, Su servidor y Su mensajero.
El buen servidor de Allah sabe que Allah no necesita un servidor, y tampoco necesita ser servido.
También sabe que su obligación es servir a los servidores de Allah y a la creación de Allah, incluyéndose
a él mismo. Aunque en realidad Allah no tiene necesidad de servidores para que sirvan a Sus servidores,
ya que como es Él quien satisface todas las necesidades, Él mismo los sirve. Él honra a quien Él elige
para aparecer como un medio, como una herramienta de Su servicio para Sus servidores.

En realidad, el buen servidor al servir a Allah solo se sirve a si mismo. Él obtiene el más grande de los
regalos, que es conocer a Allah acercándose a Él, encontrándolo a Él y estando con Él. Servicio y
fidelidad (la cualidad de un mu’min, fiel) se hacen un común denominador, un nombre y un atributo
común, y por consiguiente son el único medio para que los servidores conozcan a su Señor. Cuando Allah
nos dice en Su Qur’an “¡O! tú que crees,” o “¡O! tú que eres fiel,” Él nos llama con Sus atributos, con Su
propio Nombre, al-Mu’min, uno de Sus 99 hermosos Nombres.

La fe es uno de los tesoros de Allah. La persona fiel es el más rico de entre todas las personas, porque él
sabe que no hay necesidad de nada ni de nadie excepto de Allah, el único verdaderamente Rico.

‘Abd al-Ghani es aquel que es rico, a quien se le ha dado la satisfacción de todas las necesidades sin tener
que pedirle a Allah. Este servidor ejecuta todas las obligaciones de servidumbre no para recibir beneficios
de Allah, sino solo porque han sido ordenadas por Allah.

Si aquellos que tienen necesidades materiales recitan este Nombre 1.060 veces los sábados, no
necesitarán la ayuda de los demás, ya que Allah les satisfacerá su necesidad de la forma más inesperada.

AL-MUGHNI

Allah es el Enriquecedor.

Allah hace rico a quien Él quiere y hace pobre a quien Él quiere. Después puede hacer al rico, pobre, y al
pobre, rico. Algunos se alegran de sus riquezas y otros sufren en su pobreza. Algunos se envanecen en su
riqueza, otros se ponen dubitativos y reclaman injusticia en su pobreza. No sabemos. Solo Él sabe lo que
es mejor para nosotros. Uno debe considerar que la pobreza y las riquezas, como otros aspectos de
nuestras vidas, no son más que la piedra de toque que nos muestra el grado de nuestra pureza. Uno ve en
algunos, fidelidad, confianza, y sumisión; en otros objeciones y rebelión.

Esta vida es un campo de prueba. Todos y cada uno de nosotros venimos acá a mostrar nuestros
verdaderos colores. Quienes somos y que somos no se mide por nuestra cuenta bancaria. Hay riquezas
mayores que todas las riquezas de este mundo, que pueden ser gastadas, perdidas, y usurpadas por otros, y
que ciertamente quedarán atrás cuando nos encontremos con nuestro Señor. Pero las verdaderas riquezas
son el conocimiento y la fe, que no decrecen al gastarlas, ni se desvalorizan con el tiempo. Son nuestros
compañeros en la tumba y en el Más Allá. ¿Qué preferimos? ¿Cómo nos comportamos con lo que
tenemos? El propósito de nuestras vidas es pasar esta prueba.

66
Allah prueba a algunos con riquezas y a otros con pobreza. Ninguna de ellas es importante: lo que
importa es la sumisión a la voluntad de Allah. Las riquezas de este mundo tientan a las personas a
rebelarse y a ser arrogantes. La pobreza nos tienta a dudar y a quejarnos. Es difícil para el rico ser
humilde, mientras que el pobre se hace humilde más fácilmente. Es difícil para el pobre aceptar su
condición y ser generoso, pero es más fácil para ellos ser devotos.

El Profeta (saws) dijo, “Mi pobreza es mi orgullo”. La prueba no es simple. No es suficiente para el rico
ser humilde para pasar la prueba, ni para el pobre confiar en Allah y aceptar su condición. Los ricos deben
saber de agradecimiento y considerar que sus riquezas no son suyas, y mostrar su agradecimiento a través
de su generosidad. Los pobres deben trabajar duro para mejorar su situación y aceptar la pobreza aún si
esta persiste a pesar de sus esfuerzos. Ese es el verdadero significado de la confianza en Allah, Quien
dice:

Allah no cambia a las personas que no cambian aquello que está en ellos mismos (Surah Ra’d 7).

Los pobres que aceptan su estado, que están satisfechos con lo que tienen, que no son envidiosos, son en
verdad ricos. Los ricos que son mezquinos, ambiciosos, que quieren más, en realidad son pobres. El pobre
que es paciente está destinado al Paraíso, así como el rico que es agradecido y generoso.

Una vez un hombre puro le preguntó a un hombre de conocimiento cual debiera ser la actitud de una
persona a quien Allah le ha otorgado riquezas y a otro a quien Allah le ha dado pobreza. El hombre sabio
contestó que el rico debiera mostrar agradecimiento y que el pobre debiera ser paciente. ¡El creyente puro
exclamó que los perros en su aldea se comportaban de esa forma! El hombre sabio, enojado, le preguntó,
entonces, que pensaba que debieran hacer. El hombre puro le contestó. “El pobre debiera estar agradecido
y el rico debiera deshacerse de sus riquezas.”

‘Abd al-Mughni es el servidor de Allah que ha sido hecho totalmente rico, tanto material como
espiritualmente, para que se vuelva un instrumento para satisfacer las necesidades de los más necesitados.
También se transforma en un ejemplo para que otras personas ricas hagan lo mismo. Él se transforma en
un medio de distribución de las riquezas de este mundo y del Más Allá para aquellos que han sido
elegidos por Allah.

Recitar este Nombre 1.121 veces cada viernes durante 10 viernes consecutivos puede que elimine la
tensión nerviosa. Si uno recita este Nombre hacia las palmas de las manos abiertas y acaricia las partes de
su cuerpo que padecen de alguna enfermedad, puede que uno se recupere. Esto puede también ayudar a
que sean liberadas personas que están injustamente en prisión.

AL-MANI’

Allah es el que aparta del mal a Su creación.

Las personas son incapaces de hacer, sin embargo no entendemos esto. Deseamos, anhelamos…y
tratamos de obtener aquello que deseamos y anhelamos. Nuestros deseos no tienen fin y nuestros planes,
cálculos, y esfuerzos para obtener aquellos que deseamos son ilimitados. Pero nuestro cumplimiento de
esos deseos depende de muchas circunstancias. No siempre obtenemos todo aquello que deseamos y por
lo cual trabajamos. Las causas que producen las cosas que deseamos, y las causas que hacen que las cosas
lleguen a existir para nosotros, dependen de la manifestación del atributo de Allah al-Wahhab, el Que Da.
Cuando nuestros deseos no son cumplidos, es una manifestación del atributo de Allah al-Mani’, el que
Previene. En ambos casos, lo que sucede es lo que estaba destinado a suceder de acuerdo con el destino
de Allah: uno sabe su destino solo después de que este se cumple.

Allah al-Khabir está consciente de nuestros deseos. Allah al-Ghani tiene tesoros infinitos que contienen
aquello que deseamos. Allah al-Karim no retiene aquello que deseamos. Allah al-Qadir es capaz de
otorgarlo instantáneamente. Allah es el Más Rico, el Más Beneficiente, el Más Poderoso, el Más Justo. Si
no recibimos aquello que deseamos, no es porque Él no lo sabe, o porque no lo tiene, o porque no es
capaz de dárnoslo. Él es perfecto, libre de todo defecto. A pesar que la razón puede ser desconocida para
nosotros, debemos creer que si no recibimos lo que deseamos, es porque es lo mejor para nosotros.

67
Es como si existiera un padre perfecto que es amoroso y protector de sus hijos. Él es sabio, rico, generoso,
y amable, no solamente con sus hijos y su familia, si no que lo es con todos. Si él previene a uno de sus
hijos de comer mucho, o de comer fruta no madura, o de jugar con un juguete peligroso, ¿podemos decir
que a él le falta compasión? Ciertamente él previno a que el niño tuviera o hiciera algo con la creencia de
que era lo mejor para el niño. Ciertamente, la compasión de Allah es infinitamente superior a la del más
compasivo de los padres.

Allah dice en Surah Baqarah (216):

Puede que os disguste algo que os conviene y améis algo que no os conviene. Alá sabe, mientras que
vosotros no sabéis.

‘Abd al-Mani’ es aquel que ha sido puesto a salvo por Allah de las cosas dañinas para él. A su vez él
protege de las cosas dañinas a aquellos que lo rodean, aún cuando puedan aparecer en formas tan
atractivas como riqueza, fama, belleza, o alegría.

La recitación de este Nombre 161 veces en las mañanas y en las tardes ayuda a aliviar el dolor y el miedo.
Cuando un marido y una esposa sienten falta de afecto entre ellos, recitarlo silenciosamente en la cama
puede que vuelva a encender el amor entre ellos. Recitarlo durante un viaje puede ayudar a evitar peligros
y dificultades.

AD-DARR

Allah es el creador de lo dañino y lo malo así como de lo bueno y beneficioso.

El atributo ad-Darr, el Creador de lo malo, usualmente se concibe junto con el atributo an-Nafi’, el
Creador de lo Bueno. Ninguno de estos nombres aparece en el Qur’an. Pertenecen a los atributos de Allah
según la autoridad del Profeta (saws).

Algunas veces los dos atributos son inseparables. Lo que es veneno para uno es medicina para otro, lo que
es dulce para uno es amargo para otro. Pensamos que la comida alimenta por si misma y que el veneno
mata por sí mismo. Pensamos que quien es responsable de lo bueno y lo malo es el ser humano, o un
ángel, o el Demonio, cuando en verdad todo lo que sucede es por la voluntad del Poder Eterno. Aún
cuando Allah ha creado el mal y el bien, Él también nos ha enseñado a optar por lo bueno y a escapar del
mal. Él nos ha dado la capacidad de discriminar, nos ha dado una voluntad y la libertad para elegir. En
toda la creación, solo el ser humano tiene voluntad. A través de esta voluntad, Allah ha separado a la
humanidad en dos partes: los buenos haciendo el bien y siendo guiados a lo bueno, y los malos haciendo
el mal y siendo llevados al mal. Esto lo hacen las personas, a sabiendas y por su propia voluntad.

Allah el Altísimo es Halim, gentil, y Él es Sabur, paciente. Él no destruye a aquellos que han optado por
el mal. Los continúa alimentando, dándoles tiempo para que tengan posibilidad de cambiar. Y algunas
veces lo hacen: lo bueno por lo malo y lo malo por lo bueno. Todo esto es una prueba. El examen final no
llega sino hasta el momento en que uno inhala su último respiro.

Ciertamente, si una muralla está partida e inclinada a la derecha, a medida que pasa el tiempo se inclinará
aún más, y finalmente colapsará hacia el lado derecho. Pero, rara vez, justo cuando la muralla está a punto
de colapsar hacia el lado en que está inclinada, sucede algo inusual. Un huracán, un terremoto, puede que
enderece la muralla o la haga colapsar hacia la izquierda. Del mismo modo, algunas personas que se
rebelan, que no creen, que se transforman en juguetes en manos de sus egos y en las garras del Demonio,
puede que un día sientan el dolor agudo del temor a Allah y tomen el camino correcto. Otras personas
puede que se parezcan a aquellos que siguen el camino recto devotamente, con compasión, y en forma
generosa pero se vuelven autocomplacientes, arrogantes, se sienten mejores que los demás…y puede que
sean rechazados de la misericordia de Allah, al igual que el Demonio arrogante.

Ciertamente el sufrimiento por el cual pasamos, el daño que nos llega, es solo por nuestra culpa. Aún
cuando Allah creó el mal y nos ordenó evitarlo, nos lo prohibió, y corremos detrás de cosas que están
prohibidas. Esa es la prueba. Pensamos del Demonio como una criatura repugnante. El demonio muestra
su repugnancia solo a aquellos que lo detectan. Cuando viene a tentar incluso hasta a los santos, se
muestra muy atractivo, así como se le apareció a Jesucristo (as) como una hermosa mujer.

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Allah ha manifestado Su atributo del Creador de lo Dañino en el Demonio y en aquellos que lo siguen:
creó el Fuego del Infierno para ellos. Pero aún cuando Allah ha creado el mal, la causa por la cual te
llega, eres tú mismo. Si caes en bancarrota, es por tu deshonestidad o exceso de ambición o
incompetencia. Si la enfermedad te aqueja, usualmente es debido a tu falta de cuidado o negligencia con
tu cuerpo. Aún cuando Allah es quien ha creado el mal, quien lo desea, trabaja por él, y lo obtiene, es
siempre el servidor.

Algunos de nosotros servimos de lecciones para otros, mientras que otros aprenden de sus propias
lecciones. Prácticamente no hay nadie que no caiga en el pecado en algún momento de su vida: aquellos
que sufren en consecuencia son aquellos que aprenden de sus errores, y ese es el mejor arrepentimiento.

Allah dice en una tradición divina,

Aquellos que no se someten y aceptan Mi justicia y Mi castigo, y aquellos que no son agradecidos por
Mis regalos que les doy…que busquen a otro Señor en vez de mí.

En otra tradición Él dice,

No hay remedio para la enfermedad de una persona que no acepta su destino y Mi juicio.

Sin embargo, pecado y error no son las únicas causas del sufrimiento. Algunas veces Allah el Altísimo
pone un velo de dolor y aflicción sobre aquellos a quienes Él ama y sobre aquellos que lo aman a Él para
esconderlos de los ojos de los demás. Esta es una bendición de Allah dada a través de la miseria. Allah
usa la dificultad y el dolor como un medio para educar a Sus servidores. Si no hubiera nada negativo,
perturbador, o doloroso en el mundo, y si las personas no estuvieran afligidas por estas cosas, ¿cómo
habrían llegado a estados beneficiosos tales como la paciencia, perseverancia, coraje, y constancia?

Cuando estás afligido con pena, temor, enfermedad o pobreza, debes saber que solo Allah puede
disiparlos. Cuando has sido bendecido con felicidad, salud, éxito, o riquezas, nuevamente, solo Allah
puede mantener esos estados. Por lo tanto, ya sea en salud o enfermedad, alegría o pena, estás destinado a
volverte solo a Él, porque tanto lo bueno como lo malo vienen de la misma fuente. Ambos son verdaderos
y están bien.

Sin embargo esto no significa que uno debiera dejar todo en manos de Allah. Uno debiera buscar las
causas creadas por uno mismo y por otros y tratar de poner las cosas en orden de una manera lícita.
Actuar no significa falta de fe en el Creador de lo bueno y de lo malo. Es la mejor forma de adoración
bajo las circunstancias en que la persona está.

‘Abd ad-Darr es el servidor que testifica al único Uno que hace lo que es Su voluntad cuando es Su
voluntad. A esa persona se le enseña el misterio de la unidad de todo lo que sucede, y sabe que lo malo
así como lo bueno vienen de Allah y que tanto lo malo como lo bueno son bienvenidos.

Alguien que ha sido forzado a una posición más baja que la que tenía puede recitar ya Darr, ya Nafi’ 100
veces durante las noches de los viernes, o mejor aún el 13°, 14°, y 15° día de los meses lunares. Tales
personas puede que retomen su posición.

Recitar este Nombre 1.001 veces puede salvarnos de la tiranía de un poderoso enemigo.

AN-NAFI’

Allah es el creador de lo bueno.

Allah ha creado al ser humano como la mejor de Sus criaturas y nos ha otorgado regalos que nos hacen
únicos y superiores al resto de la creación. Los regalos más elevados que Él ha dado a la humanidad son
el intelecto, la conciencia, y la fe. Estos son medios por los cuales Él nos ha enseñado a discriminar, a
elegir lo que es mejor para nosotros. El ser humano es también único al tener voluntad, el único en el
universo, con la excepción de Allah. Nuestra pequeña voluntad solo puede ser controlada por la gran
voluntad de Allah. Esta limitación significa que no estamos libres y abandonados.

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Allah nos ha dado libertad solo para que podamos decidir nosotros mismos si nos someteremos a la
voluntad de Allah, gobernar en Su nombre, ser lo mejor de la creación, y tener lo mejor de la creación, o
si nos rebelaremos, causando nuestra propia ruina, y ser rechazados de la misericordia de Allah, como le
sucedió al Diablo. Nuestra habilidad para elegir entre el bien y el mal no es una prueba para que Allah vea
como Su servidor se comportará. Allah creó nuestros destinos antes de crearnos a nosotros: por lo tanto Él
ya sabe lo que haremos. ¡Solo la persona que cree en el destino puede ser salvado de este!

La misericordia de Allah desciende sobre nosotros continuamente, así como todo lo bueno que Él ha
creado. Nuestra voluntad no puede traernos nada que esté destinado a otra persona, ni puede prevenir que
algo que está destinado a nosotros nos llegue. Tampoco somos capaces de elegir aquello que preferimos,
ya que a menudo aquello que elegimos se nos va de las manos, mientras que lo que nunca quisimos nos
busca. Si tenemos lo que hemos elegido, esto nos habría llegado de todas maneras.

Cuando miramos al universo, lo que vemos es la voluntad de Allah, con lo que vemos es la voluntad de
Allah, lo que entendemos de lo que vemos es la voluntad de Allah, lo que aparentamos haber elegido es la
voluntad de Allah. Nuestra pequeña voluntad consiste en ser capaces de abrir nuestros ojos para recibir
todo lo bueno que Allah ha deseado para nosotros, o cerrar nuestros ojos y no recibir nada. Es como si los
tesoros de Allah estuvieran siendo derramados continuamente como una lluvia bendita. Tenemos que
estar presentes para recibirlos. Si no estamos ahí, se irán al desperdicio. Para estar presentes, tenemos que
abrir nuestros ojos, nuestras mentes, nuestros corazones, y nuestras manos. Tenemos que estar atentos,
despiertos, concientes. Así es como vemos y recibimos lo bueno que Allah ha creado.

‘Abd an-Nafi’ es aquel que ve y recibe lo bueno que Allah ha creado y es responsable de distribuir las
bendiciones de Allah a aquellos que se merecen recibirlas, las más grandes de las cuales son el
conocimiento y la fe. Él es como Khidr, el espíritu materializado y siempre presente que ayuda a los
creyentes en necesidad, y sigue su camino y ejemplo.

La recitación de este Nombre alivia de la tristeza, la depresión y la tensión. Una persona que se acuerda
de recitar este Nombre silenciosamente durante su relación sexual encontrará a su pareja más receptiva.

AN-NUR

Allah es la Luz difundida sobre toda la creación, haciéndose manifiesta.

Así como esta Luz es responsable de hacer que lo perceptible sea visto, también hace que lo concebible
sea conocido. La Luz que muestra lo concebible es la luz de la fe y la sabiduría, y el ojo que la ve es el
basirah, el ojo del corazón. Esa Luz es la luz de la existencia: la no-existencia es la oscuridad. Esa Luz es
la luz que sacó a la existencia de la oscuridad. Esa Luz se hace visible y hace visible a todo lo demás. No
hay ni un solo átomo de entre todas las cosas que existen en los cielos y la tierra, y lo que hay entre
ambos, que no apunta a la existencia de su Creador

……la luz de los cielos y la tierra (Surah Nur 35)

El sol derrama luz sobre el cielo y la tierra, permitiéndonos ver las cosas alrededor nuestro, cosas grandes
y pequeñas, de diferentes formas y colores, permitiéndonos identificar aquello que nos puede beneficiar y
aquello que nos puede hacer daño. En su luz encontramos nuestro camino y vemos los fosos y pantanos.
De la misma manera, Allah nos ha otorgado la luz de la fe, que nos muestra el camino recto de la
salvación y los fosos y pantanos de la infidelidad, pecado, y rebelión. Ese sol de la fe en el corazón de los
creyentes los hace de facciones y carácter hermosos. La luz de la fe elimina la oscuridad de la infidelidad
y el pecado, dentro y fuera de nosotros, mostrándonos la luz de la verdad, la salvación, y la serenidad.

El Diablo, y nuestro propio demonio, el ego, son ladrones a quienes les gusta funcionar en la oscuridad y
entrar en casas oscuras. Ellos no van a entrar en esa casa divina, que es el corazón iluminado por la luz de
la fe. La puerta al corazón es la mente; la luz de esa puerta es el conocimiento. Esa luz bloquea a los
demonios de la ignorancia, la imaginación, la hipocresía, y la arrogancia. El alma necesita luz y detesta la
oscuridad. Así como la luz del alma es conciencia, su oscuridad es la inconciencia.

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Tú que gastas tanto esfuerzo y riqueza en iluminar tu vida material con candelabros, joyas brillantes y
ostentación, ¿porqué apagas la luz de tu corazón? ¿No te das cuenta que puedes hacer que se acostumbre
a la oscuridad, y hacerse ciego como el murciélago? Si el ojo de tu cabeza se hace ciego, alguien podría
guiarte de la mano por el camino; pero aquel cuyo corazón está ciego no puede ser guiado, y se perderá
por toda la eternidad.

‘Abd an-Nur es el servidor de Allah que ha recibido la bendición de una respuesta al rezo del Profeta
Muhammad (saws) “¡O Mi Señor, dame luz!”, y quien ha llegado a conocer el verso del Qur’an

Allah es la Luz de los cielos y la tierra (Surah Nur 35).

Esa persona sabe que toda existencia, conocimiento, pensamiento, y sentimiento vienen de esa Luz, y que
toda la existencia y conocimiento en el universo no es nada más que luz.

Si hay creyentes que están con sus corazones oscurecidos con dudas y tristeza, leen la Surah Nur (el
capítulo del Qur’an sobre la Luz Divina) siete veces y recitan este Nombre 1.000 veces, encontrarán que
sus dudas desaparecerán y que sus corazones se iluminarán.

Si una persona que ha perdido su camino recita este Nombre 256 veces, volverá a encontrarlo.

AL-HADI

Allah es el que Guía, llevando a Sus servidores al bien, a lo benéfico, y a la satisfacción de sus
necesidades.

La más alta guía es aquella que lleva a Sus mejores servidores al conocimiento de Su esencia. Él guía a
Sus otros buenos servidores a ver Sus atributos manifestados en Su creación. Él guía a toda criatura hacia
aquello que es necesario para su existencia.

Allah dice en Surah Ta Ha (50):

Nuestro Señor es Aquel que da a cada cosa su naturaleza y entonces la guía (al conocimiento para
satisfacer sus necesidades).

El resultado de esta guía es la fe. Lo opuesto de la guía es descarriarse, cuyo resultado es la infidelidad.
Los seres humanos son como una balanza. Tenemos el potencial de inclinarnos hacia uno u otro lado de la
balanza. Por lo tanto, para inclinarnos hacia el lado de la fidelidad o de la infidelidad tiene que haber
algún peso en uno de los lados de la balanza. Allah es el único que da guía o descarría. Él es el creador de
las causas de la fe, que deleitan el corazón, y de la infidelidad, que deleitan al ego. Él guía a quien Él
quiere y descarría a quien Él quiere.

A quien Allah ha guiado bien, nada lo puede descarriar. A quien Allah ha desviado del camino, nada
puede llevarlo al camino recto. Pero Allah no descarría a Su servidor por la fuerza y sin razón. Él lleva a
las personas a la perdición solo cuando usamos mal nuestra voluntad y volvemos nuestro potencial hacia
la infidelidad. Sin embargo, en los seres humanos, la fe es esencial y fundamental. La falta de fe es no-
esencial y accidental.

La fe es intrínseca a los seres humanos. Allah reunió a las almas en el reino de los espíritus antes de la
creación y preguntó,

¿No soy Yo vuestro Señor?

Y todos respondimos

¡En efecto! (Surah A’raf 172)

Así es como nuestras almas hicieron una alianza con Allah antes de nacer. Puede que no recordemos la
promesa de nuestras almas, pero eso no invalida la alianza. Esta es la alianza que hicimos con Allah antes
que fuéramos creados, la razón por la cual Allah nos guía y nos ha dado regalos a cada uno de nosotros.

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Él le ha dado a cada alma un cuerpo perfecto en el cual vivir, sustento para el cuidado de ese cuerpo, una
mente para percibir las cosas que nos recuerdan de Su existencia y nuestra alianza con Él. Él nos ha dado
Sus Libros, los Mensajeros, los profetas, santos y gente de conocimiento, para recordarnos, enseñarnos, y
para confirmar la alianza. Todo esto es parte de la guía de Allah. A medida que las personas lo piden, lo
desean, y lo aceptan, la guía de Allah continuará incrementándose.

Aquel que está bien guiado conoce la verdad, respeta la verdad, y acepta la verdad. Esas personas
preferirán morir antes que recurrir a la mentira, que es injusticia y tiranía. Incluso si tuvieran interés,
fuerza, y apoyo para oponerse a la verdad, no lo harían. Dicen solo la verdad, escuchan solo la verdad,
viven de acuerdo a la verdad, y mueren por la verdad. Ellos son los bien guiados.

‘Abd al-Hadi es el servidor de Allah que ha recibido la respuesta a su rezo

Guíanos por el camino recto (Surah Fatihah 5).

Él sabe el secreto del hermoso nombre al-Hadi, y por lo tanto se hace un instrumento para la salvación
humana. A él se le ha encargado hacer cumplir la verdad: aquello que Allah ordena, y aquello que Allah
prohibe.

La recitación de este Nombre 200 veces al día puede llevar al éxito. Si no estás seguro de tu propósito,
esta recitación puede ayudarte a elegir bien. Si uno escribe este Nombre en una copa, pone agua de lluvia
en ella, recita ya Hadi 200 veces sobre ella, y deja que un niño que tiene dificultades en recordar cosas y
es desobediente tome de ella, puede que atenúe esta condición.

AL-BADI’

Allah es el que da origen a la creación, creándola sin modelo o material.

Él no necesita conocimiento previo para pensar, investigar, o deducir. Él inventa el original de todo en la
creación. No había nada antes que Él, así que Él no se asemeja a nada, y todo después de Él es hecho por
Él, único, sin igual, sin parecido con cualquier otra cosa, y de ninguna forma similar a Él. Todo lo que Él
crea es una maravilla, ya que la originó de la nada. Como las creaciones originales, todas las cosas
continuamente creadas son diferentes unas de otras. Aún cuando se parecen una a otras, son también
diversas. No hay dos personas exactamente iguales.

Un hombre, asombrado por el juego de ajedrez, le dijo al califa Hadrat Umar (r.a.): “Mira este tablero, no
es más grande que un cuadrado de cuarenta centímetros”, decía, “¡Un hombre puede jugar mil juegos en
el, es como ningún otro!”

Hadrat Umar (r.a.) dijo, “¿Porqué no miras la cara de un hombre, que es más pequeña que un tablero de
ajedrez? Aún cuando los ojos, la nariz, la boca están siempre en el mismo lugar, si miras a millones de
hombres, no encontrarás a dos iguales. Y cuando le agregas la variedad de sus expresiones, las diferencias
no tienen límite, así como no hay límite al poder, sabiduría y originalidad de Allah el Altísimo.”

Atención y curiosidad son dos de los regalos más grandes a la humanidad. Todo conocimiento, ciencia,
industria, son consecuencia de estas cualidades. Los seres humanos no pueden inventar o dar origen a
nada; todo lo que pueden hacer es descubrir cosas que Allah ha creado previamente. A medida que las
personas observan los fenómenos con atención e investigan con su curiosidad, viendo el modelo del ave y
el pez, utilizando los minerales y los materiales a su disposición, descubren aviones y submarinos.
Algunos llegan hasta ahí, sacando provecho de las ganancias materiales y la fama, haciéndose arrogantes,
imaginándose que han inventado, que han creado. Benditos aquellos científicos y descubridores que usan
su éxito como una introducción al éxito mayor de recibir el amor de Allah en sus corazones: ven la Mano
del Poder de Allah el Originador y Allah el Todopoderoso, que los ha usado como herramientas para
hacer posible sus descubrimientos.

Que bien lo han dicho los sabios, “Aquellos que trabajan con sabiduría divina son luces, aquellos que
practican el conocimiento son guías, aquellos que dan buenos consejos son lámparas, aquellos que
piensan y saben están vivos, aquellos que son ignorantes están muertos.”

72
‘Abd al-Badi’ es testigo que Allah el Altísimo es el creador de todo en su esencia, atributos, y acciones. A
esa persona se le da la habilidad de conocer, de descubrir, y de construir cosas que los demás no son
capaces.

Si los que son creyentes recitan este Nombre 86 veces después de sus rezos obligatorios, su entendimiento
se expandirá, su ojo interno se abrirá y penetrará en el significado interno del conocimiento, serán capaces
de llevar a cabo tareas difíciles mejor que los demás, y hablarán palabras de sabiduría.

Recitar ya Badi’ as-samawati wal-ard (“¡O Originador de los cielos y la tierra!”) 70 veces cuando uno se
enfrenta a una situación difícil de resolver puede que haga la solución más fácil.

Recitar esta misma oración 1.000 veces puede que ayude a disminuir la depresión y la tensión.

AL-BAQI

Allah es el Eterno cuya existencia en el futuro es para siempre.

El tiempo solo existe para la creación que cambia. Comenzó con la palabra de creación de Allah y
terminará en el Día del Fin del Mundo. No había tiempo antes de la creación, pero Allah si existía. La
creación se acabará, y el tiempo con ella, pero Allah el Eterno aún existirá.
Este mundo no es más que una casa de huéspedes en donde el visitante se queda por un tiempo, y después
se va. ¡A través de los milenios, cuantos visitantes han llegado y se han ido! ¿Quiénes eran? ¿Dónde
están? ¿Adónde se fueron? Naciones y civilizaciones han venido y se han ido. La humanidad y todo lo
demás en el universo es como esto, pero para los seres humanos este mundo es también un campo donde
trabajamos para hacer crecer trigo o espinas, y cuya cosecha la encontraremos en el Más Allá. Esta vida
es como un desfile: todos pasan a medida que les toca su turno, todos en grupos diferentes, bajo distintos
estandartes, con distintos uniformes, cada grupo marchando con distinta música. Nadie se queda en este
mundo, ni este mundo se queda sin nadie. Todo es material, temporal, incluyendo el mundo y todo el
universo, excepto Allah el Eterno.

Sin embargo hay una forma de ganar la vida eterna durante esta corta visita. Se logra no atando nuestro
corazón a este mundo. Se logra no trabajando solo para profitar en este mundo, no trabajando para el
beneficio propio e inmediato. Si uno trabaja por Allah, por Su complacencia, por el beneficio de la
creación de Allah ahora y en el futuro, cuando todo haya acabado y este cuerpo haya vuelto a la tierra, el
trabajo que haya hecho en este mundo lo llevará a uno a la eternidad.

Si eres un doctor o un arquitecto, cuando vas a ese reino en donde no hay nadie que está enfermo y no hay
nada que construir, tanto tu ser como tu conocimiento desaparecerán. Pero si descubriste la penicilina,
que seguirá curando a la gente después que hayas dejado esta vida, o si construiste un puente que la gente
continuará cruzando por un largo tiempo, y si tu intención en hacer estas cosas fue servir más que ganar,
entonces ganarás la eternidad en el Más Allá por lo que hayas hecho en esta vida temporal.

‘Abd al-Baqi es el buen servidor de Allah a quien se le ha dado el conocimiento de la eternidad, a quien
Allah lo ha hecho eterno con Su eternidad en el estado de baqa’ bi-Llah. En ese estado, su adoración es su
servicio: el servidor y el Señor se han hecho uno, y no queda nada del servidor mismo.

Los fieles que recitan este Nombre 113 veces al día encontrarán salud y prosperidad, su trabajo y
propiedad estará a salvo, y cabe esperar que reciban la misericordia y compasión de Allah en el Día del
Juicio.

Si alguien, afligido con miedos crónicos, recita este Nombre 113 veces cada noche cuando se va a
acostar, puede que se alivie.

AL-WARITH

Allah es el sumo Heredero, a quien todo le es cedido después que sus beneficiarios temporales se han ido.

73
Es Él quien permanece después que toda la existencia desaparece; a Él retorna toda la existencia. Es Él
quien preguntará:

¿A quien pertenece este reino en este día?

Y él responderá:

A Allah, el Uno, el Siempre Dominante

Los inconscientes no se dan cuenta que lo que poseen, incluyendo ellos mismos, solo les ha sido prestado.
Aquellos que son mal agradecidos de los infinitos regalos de Allah, el Más Generoso, son arrogantes,
pensando que lo que tienen es de ellos. Lo usan para su propio placer. Cuando desaparecen, ellos y todo
lo demás retorna a Allah el Siempre Viviente, que existe antes del antes y después del después, el único
Dueño, el Heredero de todo. Entonces se les preguntará:

¿A quien pertenece el reino en este día?

Y conocerán la verdad, pero será demasiado tarde.

Pero aquellos cuyos ojos del corazón ven y cuyos oídos del corazón escuchan, recuerdan y escuchan
continuamente:
A Allah, el Uno, el Siempre Dominante.

Ellos saben que no son más que custodios temporales de lo que tienen en sus manos. Son como
honorables recibidores y pagadores en el banco de Allah, que no siguen los deseos del cuerpo ni las
instrucciones de sus egos, sino que hacen la voluntad de Allah por Él y por Su complacencia. Al hacer
esto, se hacen uno con Allah, y de esa manera se hacen eternos y siempre vivos.

‘Abd al-Warith es el servidor que logra entender el secreto del nombre el Heredero y entra en el estado de
baqa’ bi-Llah, “vivir por siempre en Allah,” recibiendo así su parte de la sabiduría divina y del estado de
los profetas. ‘Abd al-Warith es el heredero de los profetas en conocimiento, sabiduría, y guía.

Parejas que están teniendo dificultades en concebir a un hijo puede que lo logren si recitan juntos y tan
seguido como puedan Rabbiy la tadharni fardan wa anta khayr ul-warithin ( “Mi Señor, no me dejes sin
descendencia, aún cuando tú eres el mejor de los herederos” Surah Anbiya’ 89).

Una persona que no puede decidir entre varias alternativas puede que encuentre la elección correcta si
recita ya Warith 1.000 veces entre los rezos del atardecer y la noche.

AR-RASHID

Allah es el Maestro Más Recto que ordena rectitud a todas las criaturas.

En Su sabiduría Él dirige todos los asuntos a su perfecta conclusión y orden. Él es el sumo maestro que
nos guía por el camino recto y la salvación, que nunca falla en Su sabiduría o en Sus acciones. Todo lo
hecho por Él tiene un propósito claro y benéfico. Su enseñanza es tan efectiva que seguir Su voluntad se
transforma en la naturaleza de todo en el universo.

A la humanidad Él le ha enseñado la felicidad, prosperidad, y salvación a través del Qurán. Aún cuando
Él es Todopoderoso, Él no impone lo que enseña, sino que deja a la voluntad humana para que actúe
sobre Su enseñanza. Él muestra el camino a la paz como una recompensa por actuar según lo que
aprendemos. Él opta por dejarnos ganar nuestra propia recompensa de acuerdo a nuestras propias
decisiones de poner en práctica lo que se nos enseña.

Cada persona, como estudiante, primero tiene que estar atento y consciente a lo que se le enseña. Después
tenemos que usar la inteligencia que nos ha sido dada por nuestro Maestro para que nos disciplinemos y
eduquemos nuestros egos. Luego tenemos que aprender las leyes divinas de Allah, y de acuerdo a ellas,
dirigir la máquina de nuestro ser material.

74
Islam es la religión en que el aprendizaje es una obligación para todos los hombres y mujeres. A medida
que aprendemos de Allah, el sumo Maestro Recto, vemos el orden perfecto dentro y fuera de nosotros. El
Maestro Más Grande hace que Sus estudiantes vean Su Voluntad, Su poder, Su Generosidad, Su Amor,
Su Compasión. Él hace que el estudiante lo ame a Él, vivir para hacer lo que Él dice, trabajar con amor
por Su complacencia y hacerse recto.

‘Abd ar-Rashid es la persona recta que ha llegado al camino recto que lleva a la voluntad de Allah y a las
órdenes de Su Mensajero. Este es el estado del murshid, el gran maestro que ha llegado a conocer,
encontrar, y a acercarse a Allah. Dado que está en el camino recto, él también tiene la autorización para
guiar a otros en el camino recto.

Muchos santos benditos del Islam incluyendo Hadrat Hasan al-Basri, Ja’far as-Sadiq, Shibli y otros han
sostenido que ar-Rashid es el más grande de los Nombres, cuya recitación hace que las oraciones se
hagan realidad.

Un maestro fiel que recita este Nombre 504 veces estará a salvo de transmitir información errónea y de
ser mal entendido.

Recitar este nombre 152 veces al día mejorará nuestra vida externa e interior. Las palabras del recitador
serán efectivas y sus acciones serán correctas.

AS-SABUR

Allah es el Más Paciente.

Todo en Él está en la justa medida y en el tiempo perfecto. Él es paciente, y Él ama y…

Está con aquellos que son pacientes (Surah Anfal 46).

En Su creación y en Sus acciones, en Sus asuntos con Sus criaturas, nada es más grande o pequeño, mejor
o peor, antes o después que lo que Él ha determinado que así sea. Él no posterga las cosas más allá del
tiempo determinado, ni falla en terminarlas, tal como una persona floja lo haría, ni se precipita y termina
algo en forma incompleta, tal como una persona impaciente lo haría. En vez, Él hace todo en el momento
correcto y tal como debe hacerse.

Allah no apresura el castigo del pecador. Él les envía su sustento, los protege de lo malo, y los deja vivir
en salud y prosperidad, ya que Él ha establecido un momento determinado para todo. Todas las cosas
deben seguir su curso. Su paciencia con los pecadores está de acuerdo al tiempo que les da para que se
hagan concientes, para que se den cuenta de lo malo y se arrepientan. Allah es Misericordioso; Su
Misericordia está en dar tiempo para el arrepentimiento y aceptar el arrepentimiento.

La paciencia está en la disposición divina de Allah. Por lo tanto, la gente paciente refleja el honor de esta
disposición. Una persona paciente rehusa cosas que su cuerpo y su ego desean, pero que son inaceptables
para la razón y la religión. Él se dedica a cosas que son aceptables para la razón y la religión, y sin
embargo odiosas para su ego, ya que sabe como ponerle freno al caballo salvaje de su ser inferior.

La paciencia es un estado superior para el fiel, ya que los asuntos tanto de este mundo como del Más Allá
son resueltos por ella. No hay éxito o perfección que pueda lograrse fácilmente y sin sufrimiento. Ese
sufrimiento es el sufrimiento del cuerpo, que es precipitado en las cosas que quiere, flojo en trabajar por
lo que quiere, no tiene medida, y siempre quiere más de lo que necesita.

El Profeta (saws) dice que “El Paraíso está rodeado por las cosas que el cuerpo no quiere.” Allah promete
infinitas recompensas para aquellos que logran ser pacientes con la turbulencia de los deseos del cuerpo y
de sus egos. Incluso hay recompensas aún mayores por la paciencia demostrada en soportar las
desgracias, pobreza, accidentes, y enfermedad, que son inevitables y que vienen de Allah. Ciertamente
hay desgracias que provienen de Allah, pero son acompañadas por recompensas al ser pacientes y
aceptarlas. Si las personas muestran paciencia, reciben recompensas que sobrepasan con creces el dolor.
Si son impacientes, las desgracias se duplican, primero la desgracia inicial y luego la desgracia mayor de
haber perdido la recompensa.

75
El significado del Islam es la sumisión: anteceder los apetitos, deseos, y voluntad propia en favor de la
voluntad de Allah. Para ser capaz de someterse se debe ser paciente. En el Islam, la paciencia es un signo
de fe: rebajarse y humillarse son pecados. No hay que confundir la humillación, causada por el temor y la
flojera, con la paciencia y la resistencia. Renunciar a la propiedad, al honor, a la dignidad por un tirano lo
puede llevar a uno a renunciar a su religión y su fe por temor, o a vender su alma por este mundo. El
creyente que teme a Allah no teme a nadie, y hace que otros le teman. Para el fiel es ilícito rebajarse
frente a cualquiera excepto Allah.

‘Abd as-Sabur es el servidor bendito que tiene en él mismo el equilibrio y moderación perfectas, en todo
lo que él hace, que no dilata ni precipita, sino que actúa en el momento determinado. Él es paciente en su
continua batalla con su ego y está en oposición a sus deseos y apetitos. Él persevera en mantener los
mandamientos de Allah y en su adoración.

Si una persona fiel está en dificultad o dolor o ha sido acusada o tiranizada injustamente, recitar ya Sabur
298 veces le traerá alivio, por la voluntad de Allah, y su corazón se inundará con el amor de Allah.

76
Oh Señor, por el bien de Tus hermosos Nombres,
Y por el bien de aquellos
En quienes Tus nombres se manifiestan,
Guíanos por sus caminos. Déjanos ver tus atributos en todas partes,
Y limpia el espejo de nuestros corazones
Para que tal vez podamos ver Tu Belleza reflejada.

Amin bi hurmati sayyid al-mursalin.

77
LOS NOMBRES DIVINOS DEL PROFETA

BISMILLAH AR-RAHMAN AR-RAHIM

Oh Allah, mientras el día se haga noche y la noche deje paso al día, mientras las eras se sucedan unas a
otras, como el día y la noche incesantemente se siguen una a la otra, y mientras las estrellas
resplandecientes permanezcan suspendidas en el firmamento, te rogamos que otorgues Tu gracia y
favores sobre nuestro Maestro Muhammad, y que Tú transmitas a su bendita alma y a las almas de la
gente de su casa nuestros saludos y nuestros respetos, y que Tú otorgues sobre él Tú paz y bendiciones en
gran abundancia.

Que Allah otorgue Su paz y bendiciones a nuestro Maestro Muhammad y a todos los profetas y
mensajeros; a los santos y los rectos servidores; a los ángeles y a aquellos que residen en el Trono de
Gracia; y a los servidores obedientes y vigilantes entre la gente de la tierra y los cielos. Y que Allah El
Altísimo esté complacido con Su Profeta y con Sus compañeros y Su gente. Amin.

Muhammad (saws) es aquel que es “enviado como la misericordia sobre el universo” (Surah Anbiya’
107). La luz de su alma fue la primera creación que emanó de la Luz de Allah, y todo lo demás que ha
sido creado ha sido creado de su luz. Él dijo, “!O¡ Jabir, la primera creación que Allah creó es el alma de
tu profeta.” Cuando preguntó en que momento se hizo profeta, él respondió, “Yo era un profeta cuando
Adán estaba entre el agua y la arcilla.” Él dijo, “Quienquiera me vea a mi ve la verdad.”

Allah dice:

Y a quien obedezca a Alá y a Su Enviado, Él le introducirá en jardines por cuyos bajos fluyen arroyos.
(Surah Fath 17)

Y él ha dicho, “mientras no me amen mas que a cualquier otra cosa que tengan, su fe no está completa.”
Porque Allah dice:

Ciertamente un Mensajero ha venido de entre ustedes


(Surah Bara’at 128)

Él a quien Allah ha otorgado

Eres, sí, de eminente carácter.Una tremenda naturaleza (surah Qalam 4)

Es enviado a enseñarnos a ser nobles en comportamiento, moral, y carácter. “Quien reza a Allah para que
otorgue a Su Mensajero Su paz y bendiciones, recibe la bendición de Allah multiplicada por diez, y puede
tener la esperanza de la intercesión de Su Profeta en el Día del Juicio, y entrar al Paraíso.”

Presentamos a continuación 201 hermosos nombres de nuestro amado Profeta (saws) como se menciona
en el Dala’il al-khayrat del Shayk ‘Imran az-Zannati, que su alma sea santificada. En el Sagrado Qu’ran
Allah alaba a Su Profeta con muchos de estos nombres, y anuncia su venida con ciertos nombres en los
otros Libros Sagrados: la Torah, el Zabur (Salmos de David), y el Evangelio. También aparecen en los
Hadith, o tradiciones del Profeta (saws).

Shayk Ibn al-Faris reporta de Hadrat Ibn al-‘Arabi que él ha contado 2.020 hermosos atributos de nuestro
Profeta (saws). Imam al-Kastalani, el autor de la interpretación de la gran colección de hadith de Bukhari
al-Sharif, ha contado 1.000 hermosos nombres.

Que aquellos que lean los hermosos nombres del Amado de Allah (saws) contemplen el significado,
propiedades, y efectos de estos nombres, y sientan el amor, el respeto, y la consideración con la que
esperamos que sus corazones sean inspirados. Debemos tener en cuenta que amar no está en nuestra
voluntad, sino que en la gran voluntad de Allah. Él es quien inspira a nuestro corazón con amor. No
podemos amar a Allah y a Su Profeta por nosotros mismos; ni siquiera un hombre puede amar a una
mujer, o una mujer a un hombre, por sí mismo. En el Islam es ilícito para un hombre insistirle a su esposa

78
que lo ame o a una esposa insistir en el afecto de su marido, ya que es considerado como equivalente a
forzar a alguien a mentir. Así como una persona no puede ser forzada a amar, y no podemos forzarnos a
amar a alguien, ¿cómo entonces debemos entender el hadith?, “Si tu no me amas más que a cualquier otra
cosa que tienes, tu fe está incompleta”. Primero viene el deseo de amarlo, que solo puede ser logrado a
través de conocerlo, a través de conocer sus hermosos nombres, buscando una huella de estos atributos en
nosotros mismos, rezando por él, por sus bendiciones, siguiendo su camino y su ejemplo. Entonces, si
Allah así lo quiere, serás bendecido con Su amor, y a cambio, lo amarás a Él y encontrarás el Paraíso en
este mundo y en el Más Allá.

‘Ali ibn Abi Talib (ra) hizo la siguiente descripción del Profeta (saws):

No era ni alto y desgarbado; ni bajo y grueso. Era un poco más alto que el promedio. Tenía sus hombros
anchos y su pecho amplio. De contextura fuerte; su pecho y su estómago eran firmes. Ninguna parte de su
cuerpo era flácido. En su espalda entre sus hombros tenía el Sello de los Profetas. Sus huesos eran
pesados y sus muñecas era largas. Sus muslos eran delgados. Su complexión era blanca con tintes
rojizos, como una flor. Su piel era suave. Cuando se sacaba la camisa el color de su cuerpo
era brillante, plateado. Finos vellos cubrían una línea desde el centro de su pecho a su
ombligo. No tenía vellos en el pecho, pero si en sus brazos y en sus hombros.

Su cabeza era grande, su rostro redondo. Sus ojos eran grandes, tenía grandes ojos
negros, parecía como que sus párpados estuviesen delineados, sus pestañas eran largas. Sus
ojos eran en su parte blanca un poco rojizos. Tenía muy buena vista, podía ver en la
oscuridad tan bien como veía en la luz del día.

Su frente era ancha y sus cejas gruesas separadas en el centro, donde tenía una vena
visible, que se le hinchaba cuando se enojaba, y sus sienes se enrojecían.

Su pelo era negro azabache, con unas pocas canas. Su pelo no era ni liso ni crespo,
sino solo un poco ondulado. Solía trenzarse el pelo. Cuando lo tenía suelto no le llegaba
más abajo del lóbulo de sus orejas. Se hacía la partidura en el centro.

Sus patillas eran largas, su barba y bigote grueso, se recortaba y arreglaba la barba
y el bigote, no dejando que su bigote creciera sobre su labio. Lavaba a menudo su barba y
la perfumaba con almizcle. Solía pasarse la mano sobre la barba cuando estaba triste y
pensativo.

Su rostro no era rollizo, sus mejillas no eran redondas. Su nariz era recta y su boca
más bien grande. Su cuello era como una columna de plata. Sus dientes eran perfectamente
blancos y ordenados, con un leve espacio entre estos. Al sonreír delicadamente, sus dientes
se veían como perlas y se veían sus colmillos. Cuando se reía, acostumbraba ponerse la
mano sobre la boca.

Cuando estaba contento, su cara brillaba como la luna, y cuando hablaba se veía una
luz que emanaba entre sus dientes. Sus manos y pies eran grandes y hermosos. Las palmas
de sus manos y las plantas de sus pies tenían líneas bien marcadas. Sus pies no tenían
vellos. Cuando se lavaba los pies el agua no se quedaba en sus pies.

Caminaba con paso firme, levemente inclinado hacia delante, como si tuviese un
bastón, sin ningún esfuerzo, como caminando cerro abajo. Caminaba muy rápido. En
general las personas tenían que trotar a su lado para mantener el paso con él. Cuando
caminaba con alguien que fuese más débil, caminaba mas lento que su paso habitual, o los
hacía montar algún animal de carga para que fuesen detrás, y rezaba por ellos.

No miraba hacia los lados y nunca se daba vuelta para mirar atrás. Aún en ocasiones
cuando su túnica al pasar se agarraba en algún arbusto, no se volvía a mirar. Otros que
veían lo que sucedía, se la acomodaban. Insistía siempre que sus compañeros caminasen
mas adelante que el, en vez de detrás. Su rostro era el más hermoso de los rostros humanos,
su figura era la más hermosa que uno puede encontrar entre los seres humanos, como
también su carácter.

79
Oh Allah, bendice y saluda al Profeta de la Misericordia, el intercesor de la comunidad, Muhammad, y a
toda su familia y a todos los profetas y mensajeros.

Su ser era de luz; no tenía sombra. Su hermoso rostro brillaba como el sol e irradiaba luz a su alrededor.
En la noche la gente veía por su luz. Está escrito en el Sagrado Qu’ran que en la oscuridad del Día del
Juicio la luz de fe de los creyentes va a iluminar el espacio a su alrededor, y los hipócritas y envidiosos se
acercarán a ellos para aprovecharse de su luz.

Allah, dirigiéndose a Su Amado, cuyo nombre está escrito en el firmamento junto con el de Él: La ilaha
illallah, Muhammadun rasulullah, “No hay más dios digno de adoración que Allah, y Muhammad es Su
Mensajero”, dice, “Si no fuera por ti, Yo no habría creado la creación.” Por lo tanto, el regalo más grande
otorgado por Allah sobre el universo es Su Amado. Él dice en el Sagrado Qu’ran:

Y si cuentas los favores de Allah, no serás capaz de contarlos (Surah Ibrahim 34).

Por lo tanto, si tratamos de contar los hermosos atributos de nuestro amado Profeta (saws), el mejor de los
favores de Allah, no seremos capaces de enumerarlos.

1 Muhammad El más alabado.

Él es alabado sobre la tierra y en los cielos, desde el comienzo hasta el final, por hombres, jinn y ángeles,
rocas, árboles y animales, por profetas antes de él, desde Adán, por santos hasta el Día del Fin del Mundo.
Como todo esto no es suficiente para alabarlo, rogamos a Allah que lo alabe. Él es el único que
verdaderamente conoce el valor y el misterio de Su Muhammad (saws), y Él es el único que
verdaderamente puede alabarlo.

2 Ahmad El más digno de alabanza de entre aquellos que alaban a Allah.

Este es el nombre celestial del Profeta (saws). Allah, el Siempre Viviente, el Todo Poderoso, creó una luz
sagrada de Su luz divina 360.000 años antes que Él creara al resto de la creación. Esa luz sobre luz alabó
a Allah antes y durante la creación del cielo y lo celestial, de la tierra y lo terrenal. Los habitantes de los
cielos llamaron a esa luz Ahmad. Dado que su alabanza a Allah es mayor que la alabanza de todo lo
creado, él es llamado ahmad al-hamidin, el más grande dador de alabanzas.

Ahmad es el nombre con el cual él es mencionado en el Evangelio.

Y cuando Jesús, hijo de María, dijo: "¡Hijos de Israel! Yo soy el que Alá os ha enviado, en confirmación
de la Tora anterior a mí, y como nuncio de un Enviado que vendrá después de mí, llamado Ahmad".
(Surah Saff 6)

En la Biblia, Jesús (as) dice:


Tengo todavía muchas cosas que decirles, pero vosotros no están preparados para oírlas. Pero cuando él,
el Espíritu de la Verdad venga a vosotros, los guiará a la verdad, porque él no hablará desde si mismo,
sino que lo que escuche eso les dirá; y les mostrará las cosas que sucederán. Él me glorificará.
(Juan 14:17)

Ese Espíritu de Verdad que habla solo palabras de Allah es Ahmad.

3 Hamid El único a quien se le da la habilidad de alabar y dar gracias a Allah.

Él es el que alaba a Allah en el Día del Juicio, igual que cuando alabó a Allah como la primera luz creada.
En ese Día él tocará el suelo con su bendito rostro en señal de prosternación, alabará a su Señor, y rogará
misericordia por nosotros. Hamid (as ) dice, “En ese día mi Señor me permitirá alabarlo como nunca lo
hice antes, y lo alabaré más que nunca antes. Entonces Él me dirá, “Levanta tu cabeza, Mi Amado. Yo
prometí que

Tu Señor te dará y quedarás satisfecho. (Surah Duha 5)

80
y Yo acepto tu intercesión por tu gente hasta que estés satisfecho. Tus alabanzas son aceptadas, tu
intercesión es aceptada.”

4 Mahmud El alabado.

Él es alabado por todos los que serán resucitados en el Día del Juicio, ya que él será el único que
intercederá por los fieles y cuya intercesión será válida. Él es el que ha que sido elevado al estado de gran
gloria al-maqam al-mahmud. Allah le preguntó a Su Amado:

Parte de la noche, vela: será para ti una obra supererogatoria. Quizá tu Señor te resucite a un estado
digno de encomio. Surah Bani Isra’il 79

Mahmud es el nombre con el que se le menciona en los Salmos de David.

5 Ahid El único que protegerá a su gente del Fuego del Infierno.

En el día en que los pecadores sean arrojados al Fuego del Infierno, Allah se dirigirá a Ahid (as ) y dirá,
“¡O! Mi Amado, estos son los que Nos han negado y se han rebelado en contra Nuestra porque te han
negado, te han desobedecido, y no te han seguido. Puedes usar el Fuego del Infierno sobre ellos como
quieras. Y estos son los que han dicho que creen en ti y te han obedecido, pero han sucumbido a la
tentación del maldito Diablo y a los deseos de su cuerpo, y han pecado. Tu puedes usar Mi Fuego del
Infierno sobre ellos o puedes liberarlos.” Él es la llave que cierra las siete puertas del Infierno; él es la
llave que abre las ocho puertas del Paraíso; él es la misericordia de Allah sobre el universo.

Cuando Allah quiso llevar a Su Amado a Él, envió al ángel Gabriel (as) quien le dijo, “Allah el Altísimo
te pregunta: ¿cuando tome tu alma, adonde en Su Paraíso quieres que tu cuerpo descanse?”

A esto los cielos, con orgullo y alegría, declararon, “¡Los soles están en nosotros, las lunas y las estrellas
están en nosotros, el Trono y el Baldaquín y la Ka’bah Celestial en el séptimo cielo y el Paraíso están en
nosotros, y Muhammad estará entre nosotros!”

La Misericordia Sobre el Universo preguntó, “¡O! mi hermano Gabriel, ¿adonde estará enterrada mi
gente?”

Gabriel respondió, “Ciertamente bajo esta tierra, ¡O! Mensajero de Allah.”

El amado de Allah dijo, “En ese caso, pido ser enterrado aquí con ellos, para estar con ellos cuando sean
resucitados.”

Entonces el mundo con alegría declaró. “¡O cielos, soles, lunas, y estrellas, el Trono, la Ka´bah del
séptimo cielo, y el Paraíso puede que estén en ustedes, pero el Amado de Allah está en mi!”

6 Wahid El Único.

Él es el único de entre los hombres. Él se ha hecho un ser humano como nosotros. Hermoso en forma y
carácter, el más gentil, el más elevado en conocimiento y sabiduría. Pero su singularidad está dada por el
nivel dado a él por Allah. Así como Allah imbuyó a Adán con el conocimiento de todos los Nombres, Le
dio al Último de los Profetas el conocimiento de todos los Nombres, todos los Atributos, y la Esencia. Ya
los había recibido como la primera creación de su luz. Él los vio con sus propios ojos en su Ascensión.
Incluso vio a su Señor, Quien está libre de toda dimensión.

7 Mahi El Aniquilador de la oscuridad, de la falta de fe y la inconciencia.

Él es aquel que vino a un mundo inmerso en la oscuridad, repleto de tiranía, idolatría, negación,
depravación y desorden. Él fue enviado como la misericordia del Creador sobre todo el universo, y con la
luz de su mensaje la tiranía se volvió paz, la oscuridad luz, la negación se volvió fe, la depravación
pureza y el desorden armonía. Con su enseñanza la oscuridad y la depravación fueron aniquiladas y el
mundo se iluminó con la luz de la fe, conocimiento y sabiduría. Los pecados y rebeliones de los creyentes
desaparecieron con el amor, respeto y obediencia que inspiró por Allah y por el mismo, y el amor y
cuidado que inspiró entre los seres humanos, el uno por el otro.

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8 Hashir El que reúne, el unificador, bajo quien todos se congregarán acá y en el Día del Juicio.
El es aquel que predijo que todas las personas, quienes han sido creados Musulmanes, sumisos a Allah,
pero que bajo la influencia mundana asumen falsas identidades, se darán cuenta y se reunirán bajo un
Dios y el Mensaje final traído por Su Mensajero. En el Día del Juicio también, todos los creyentes se
reunirán a su alrededor bajo la sombra de su estandarte de gracia con la esperanza de su intercesión.

9 ‘ Aqib El sucesor de todos los profetas; el último profeta.

Allah dice

Muhammad… es el Mensajero de Allah y el sello de los profetas…(Sura Ahzab 40)

Ningún otro Mensajero vendrá después de él, hasta el Día del Fin del Mundo, y su mensaje permanecerá
intacto e inalterado, hasta el fin del tiempo. Él es llamado ‘Aqib porque el buen carácter, moral, y obras se
realizan por completo en él. No existe grado de perfección en otro ser humano, ni cercanía con su Creador
que superen su grado de perfección y su cercanía con su Creador.

Este nombre será recordado y mencionado por los habitantes del Infierno, pues los pecadores entre sus
seguidores serán arrojados al Infierno, y, después de su castigo, su estado le será dado a conocer a él.
Entonces el intercederá y rogará por su misericordia. Cuando lo haga, ese lugar en el Infierno donde los
Musulmanes enfrenten su castigo temporal, perderá su fuego y será cerrado.

10 Ta Ha El inmaculado purificador y el guía a la verdadera fe.

Ta Ha es el nombre de un capítulo del Sagrado Qu’ran y uno de los Nombres de Allah. Allah honra a Su
Amado Profeta con algunos de Sus propios nombres y atributos.

Aquellos que saben dicen que las “T” y “A” del Ta, viene de Tahir, el puro y purificado. La letra “H” y
“A” de Ha viene de Hadi, el guía. Él es el puro quien ha ayudado a purificar a la humanidad de su falta de
fe, pecado y error, y quien nos ha llevado de la inconsciencia y la ignorancia al camino recto de la verdad.

“T” también proviene de tuba de tuba li-man judiya bihi, “Bendicines sobre aquellos que han sido
guiados por él”, mientras que “H” proviene de Hadi, el guía. Buenas nuevas para aquellos que han
encontrado el verdadero camino para la complacencia a Allah, y el Paraíso, a través de creer, amar, y
obedecer al Mensajero de Allah.

En el sistema que asigna valores numéricos a las letras árabes, “T” es igual a 9, y “H” es igual a 5, dando
un total de 14, el número del día del ciclo lunar en que la luna está llena. Esto indica que su luz es como
la luna llena, eliminando la oscuridad de la inconciencia, la falta de fe e ignorancia.

11 Ya Sin El hombre perfecto, maestro de toda la humanidad.

Ya Sin es el nombre de un capítulo en el Qu’ran que es considerado el corazón del Libro Sagrado. Es
también uno de los Nombres de Allah. Se dice que las letras “Y” y “S” se refieren a ya insan “¡O! Ser
Humano”, el mejor de todos los seres humanos, pasado presente y futuro. También significa el maestro de
toda la humanidad. Allah le ha dado un nombre de entre Sus propios Nombres, porque la verdad de
Muhammad solo puede ser verdaderamente conocida por Él.

12 Tahir Puro y limpio.

Él no solo ha sido purificado de imperfecciones morales y espirituales sino también de impureza material.
Él es limpio en este mundo y en el otro, en su fe, en su adoración, en todo lo que hizo y en todo lo que
dijo. Su aliento, su saliva, su sangre, eran puros. En la batalla de Uhud, cuando su bendita mejilla fue
herida, Malik Ibn Sinan (as ), uno de sus compañeros, puso su boca en la herida y tragó su sangre. Él
Profeta (saws) no lo impidió, y le dijo: “O Malik, esa sangre que has tragado te traerá salud en este
mundo, y te protegerá contra el fuego del Infierno en el Más Allá.

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13 Mutahhar. El que sido hecho puro por Allah.

Como Mutahhar, el purifica a aquellos que lo siguen, de la incredulidad, pecado, la suciedad del mundo,
y los deseos del cuerpo. El los pule con la luz de la unidad de Allah y los perfuma con el amor de su
Señor y de su Profeta. En el día del Juicio, él nos limpiará de todas las aflicciones de este mundo y del
Más Allá, y nos salvará de la purificación a través del fuego del Infierno.

14 Tayyib. El dulce y el hermosamente fragante.

Su bendito cuerpo olía más exquisito que las rosas rosadas de Mayo. Cuando acariciaba la cabeza de un
niño, o tomaba la mano de alguien, su fragancia permanecía por un buen tiempo. Las personas sabían que
él había pasado porque su fragancia permanecía en el aire. Sus esposas se perfumaban con su sudor como
si fuera el mejor de los perfumes.

15 Sayyid. El Príncipe del Universo, el más elevado de los Profetas.

Muchos sabios han interpretado este nombre de diferentes maneras.


“Sayyid es aquel que es amable en la opinión de Allah” (Abdullah Ibn Abbas [as])
“Sayyid es aquel cuya adoración es completa, que es piadoso y casto, que no toma venganza contra la
injusticia y la tiranía sino que perdona, que tiene un trato gentil, incluso con sus enemigos.” (Qatada[as])
“Sayyid es aquel cuyo estado permanece igual, ya sea que este complacido o enojado.” (Ikrimah[as])
El Profeta ha dicho: “Yo soy el Sayyid, el maestro de todos los hombres en el Día del Juicio,” como Allah
se llama a Si Mismo:

…Maliki Yaum ad-din (Surah Fatiha,3)

“Yo soy el Dueño, el Juez en el Día del Juicio.”

¿Pueden imaginarse el asombro y pavor de ese Día cuyo juez es Allah, y la grandeza y majestad del
maestro de la humanidad? En ese día cuando todas las personas sean resucitadas, cuando mil pies estén
parados en un espacio mínimo, cuando los hombres estén temblando de temor, ahogados en su propio
sudor, sus cerebros hirviendo en sus cabezas, todos esperando la ayuda de los demás, madres padres,
sacerdotes, papas, santos, incluso todos los profetas pensando en su propia salvación, sin poder ayudar. El
amado de Allah, el Amo del Día del Juicio, será el único a quien recurriremos por ayuda.

16 Rasul. El Mensajero de Allah.

Allah dice:

En el Enviado de Alá tenéis, ciertamente, un bello modelo


(Surah Ahzab 26)

17 Nabi. El Profeta que habla las palabras de Allah.

Allah describe a Su Profeta Muhammad, diciendo:

¡Profeta! Te hemos enviado como testigo, como nuncio de buenas nuevas, como monitor,
como voz que llama a Alá con Su permiso, como antorcha luminosa
(Surah Ahzab 45, 46)

18 Rasul ar- Rahma. El Mensajero del Más Compasivo.

Allah el Misericordioso, El Perdonador, se dirige a nosotros a través de Su Mensajero,

Di: "¡Siervos que habéis prevaricado en detrimento propio! ¡No desesperéis de la misericordia de Alá!
Alá perdona todos los pecados. Él es el Indulgente, el Misericordioso".
(Sura Zumar 53)

Y Allah también dice de Su Profeta.

83
Nosotros no te hemos enviado sino como misericordia para todo el mundo.
(Sura Ambiya 107)

Allah no castiga los pecados de los creyentes, y también posterga el castigo del no creyente, hasta su
muerte, por Su Mensajero a quien Él ha enviado como Su misericordia sobre toda la creación.

19 Qayyim. El Recto y el bueno, quien ama y es generoso con todas las personas.

El también enseña a sus seguidores hermandad y amor unos con otros, les da y les enseña a darse unos a
otros lo que es necesario, en este mundo y en el Más Allá.

20 Jami. Aquel en quien todo el conocimiento es compilado.

Allah le enseño a Hadrat Adán… todas las palabras y los nombres de todo lo que existe desde el
principio hasta el final. Y Él le enseño a Hadrat Ibrahim…todos los atributos. En Su último profeta, Él
compiló todo el conocimiento de todos los Nombres, todos los atributos, y la Esencia. Muhammad (saws)
no solo lo sabía, sino que lo vio y lo vivió durante su ascensión, en el Viaje Nocturno. Cuando el visitó
todos los cielos, se encontró con todas las almas de los profetas, vio los cien niveles de los ocho paraísos
y siete infiernos, y habló noventa mil palabras con su Señor.

21 Muqtafi. El último, la continuación y que contiene a todos los profetas.

El Último de los Profetas ha dicho: “La similitud entre yo y los demás profetas es como una hermosa
casa, que está completa excepto por un último ladrillo. Todos los que ven la belleza de esta maravilla
también están afectados por el ladrillo que falta. Conmigo, esa construcción de profecía se completa.”

Él es la misericordia sobre el universo. Allah ha querido sellar Sus mensajes con un Mensajero que es Su
Misericordia. Allah ha honrado a los seguidores de Su último profeta, dando origen a la última
comunidad, y así sus pecados y errores son ocultados de los Mensajeros anteriores. Allah ha hecho Su
castigo leve, Sus recompensas mayores, y su tiempo de espera hasta el día del Juicio, mas corto.

22 Muqaffi. Aquel que tiene tras él a todos los demás profetas, que lo siguen y que están confirmados
en él.

El Bendito Profeta dijo: “Allah El Altísimo me ha honrado para estar a la cabeza de todos. Ningún profeta
ha llegado a mi nivel de cercanía con Allah. Todos están detrás mío, y todos me siguen en sus acciones
naturales y espirituales, y en los méritos en este mundo y en el Más Allá.”

23 Rasul al-malahim. Mensajero de los guerreros de la verdad.

Aquellos que son honrados para seguir al más misericordioso, compasivo, y gentil de los profetas, son
los guerreros más feroces contra la tiranía de los infieles sobre los fieles. Esta jihad es ordenada por Allah
y ayudada por Allah. Uno de los milagros del Islam es la sucesión de victorias por un puñado de
guerreros Musulmanes, durante el corto período de 25 años, sobre los mayores poderes del mundo de ese
entonces, los Sasánidas de Persia y los Bizantinos.

Durante los primeros cuarenta años de la era Islámica, toda la Península arábiga, Egipto y el norte de
África, Persia y Asia menor, y el Cáucaso, cayeron en poder de los Musulmanes.
Lo que hizo victorioso a los creyentes fue la ayuda de Allah y su fe en Él. Pero el Profeta (saws) ha dicho
que la batalla más grande es la guerra contra el propio ego y el propio demonio, y la mayor victoria se
gana sobre la propia falta de fe.

24 Rasul ar-rahah, el Mensajero del apaciguamiento y la quietud.

25 Kamil, el perfecto.

26 Iklil, la corona de los creyentes.

84
27 Muddaththir, el que muestra paciencia hacia aquellos que lo tiranizan.

Porque él fue paciente hacia aquellos que le eran hostiles, en el Qu’ran se le menciona como:

Tú, el envuelto en un manto. La decisión de tu Señor, ¡espérala paciente (Sura Muddaththir 1,7)

28 Muzammil, aquel que se envuelve en su manto, como lo hizo él en asombro reverencial al recibir la
primera revelación.

29 Abdullah, el sumo sirviente de Allah.

Con este nombre él recibió el mayor honor, ya que ser el verdadero servidor de Allah, es el grado más
alto al que puede aspirar un ser humano.

30 Habibullah, el Amado de Allah.

Este nombre es apropiado solo para él.

31 Safiyullah, el elegido de Allah en toda la creación.

Él fue purificado, sustentado, creció y fue educado por Allah. Todas sus carencias fueron eliminadas y
toda perfección le fue dada.

32 Naji’ullah, el redentor que lleva a la salvación.

33 Kalimullah, el que conversa con Allah.

Él habló noventa mil palabras con Allah en su ascensión durante el Viaje Nocturno.

34 Khatim al-ambiya’, el Sello de los Profetas, con quien toda profecía se cumple.

Allah declara: Mahoma… es el Enviado de Alá y el sello de los profetas.


(Sura Ahzab 40)

35 Khatim ar-rusul, el Sello de los Mensajeros.

36 Muhyi, el que infunde la luz de la fe en los corazones muertos.

37 Munji, el que nos libera del pecado.

38 Mudhakkir, aquel que nos recuerda al Creador y el Día del Juicio.

39 Nasir, el que ayuda a la humanidad, el aliado de los rectos.

40 Mansur, el que ha sido hecho triunfador en este mundo y en el Más Allá.

Él es aquel fortalecido con la asistencia de Gabriel y otros ángeles, y por Allah.

41 Nabi ar-rahma, el profeta que fue enviado como la misericordia de Allah sobre el universo.

42 Nabi at-tauba, el profeta del arrepentimiento, lidiando por el bienestar de la humanidad.

43 Haris´alaikum, aquel que esta pleno de cuidado por ti.

Mencionado en el Corán como fervoroso por tu salvación. Allah dice:

Os ha venido un Enviado salido de vosotros. Le duele que sufráis, anhela vuestro bien.
(Sura Tauba 128)

44 Ma’ Lum, el que es muy conocido.

85
45 Shahir, el célebre.

46 Shaahid, el testigo.

47 Shahid, el mártir.

48 Mashshud, el confirmado.

49 Bashir, el que envía buenas nuevas a los creyentes.

50 Mubashshir, el que trae buenas nuevas de bendiciones y del Paraíso.

51 Nazir, el que llama a la humanidad a la virtud advertiendo de la ira de Allah

52 Munzir, aquel que nos advierte y nos aparta del pecado.

53 Nur, la luz sagrada.

54 Siraj, la antorcha del camino recto. Aquel que ha sido iluminado con la luz de la fe y el Islam.

55 Mizba, la lámpara que contiene la luz de la fe y el Islam, que ilumina los reinos de la adoración,
sumisión y salvación.

56 Huda, la guía a la Verdad y al Paraíso.

57 Mahdi, el rectamente guiado, guía al camino del conocimiento, obediencia, y adoración.

58 Munir, el iluminador del universo.

59 Da’ i, el que llama a la fe y al Islam.

60 Ma’ du, el que escuchó y aceptó el llamado divino.

61 Mujib, el que acepta las oraciones.

Él trajo a la humanidad los mandamientos de Allah. Y nos advirtió sobre los pecados. Él se hizo un
ejemplo de conducta de acuerdo a la enseñanza divina, e intercedió por el bueno y el pecador,
indistintamente.

62 Mujab, el que da respuesta, la respuesta a nuestros rezos.

63 Hafi, el que da respuesta veraz a todas las preguntas.

64 ‘Afu, el clemente.

Él es un ejemplo de perdón por el mal que se le ha hecho; Allah perdona a aquel que perdona.

65 Wali, el amigo de Allah y de todos los que creen.

66 Haqq, la Verdad.

67 Qawi, el poderoso.

68 Amin, el digno de confianza.

Él era llamado Muhammad al-amin , “Muhammad el digno de confianza,” por los habitantes de Meca
antes de recibir la orden divina de declarar su condición de profeta a la edad de 40 años.

69 Ma’ mun, aquel en quien la gente demuestra confianza.

86
70 Karim, el generoso.

Allah le confiere el atributo de uno de sus hermosos nombres: el Todo Generoso.

71 Mukarram, el ennoblecido.

72 Makin, el autoritario.

73 Matin, el inquebrantable y consistente.

74 Mubin, aquel que distingue y explica.

75 Mu’ ammil, el que tiene esperanza.

76 Wasul, el que une.

77 Dhu quwwah, la fuente de fortaleza.

78 Dhu hurmah, la fuente de lo sagrado.

79 Dhu makana, la fuente de la integridad.

80 Dhu ‘izz, la fuente del poderío.

81 Dhu fadl, la fuente de la virtud.

82 Muta’, aquel a quien los fieles obedecen.

83 Muti’, aquel que es obediente a Allah.

84 Qidam as-sidiq, el que es constantemente sincero.

85 Rahma, compasión.

86 Bushra, buenas nuevas.

87 Ghawth, salvador.

88 Ghayth, el benevolente que trae a la vida los corazones muertos, al igual que la lluvia le da vida a la
tierra.

89 Ghiyath, el que ayuda.

90 Ni ‘ matullah, la bendición de Allah.

91 Hadiyatullah, el regalo de Allah al universo.

92 ‘ Urwah wuthqa, la atadura firme que une la humanidad a su Creador.

93 Sirat ullah, el camino que lleva a Allah y a la Verdad.

94 Sirat mustaqim, el camino recto y más corto que lleva a Allah.

95 Dhikrullah, el recuerdo de Allah.

96 Sayfullah, la espada de Allah

97 Hizbullah, el partidario de Allah, el que elimina a los enemigos de Allah .

87
98 Al- najim al-thaqib, la Estrella cuyo fuego quema a los demonios.

99 Mustafa, el divinamente elegido.

100 Mujtaba, el escogido.

101 Muntaqa, el escogido por su pureza.

102 Ummi, el analfabeto que no tiene maestro entre los hombres, que recibe enseñanza divina.

103 Mukhtar, el escogido que es autónomo.

104 Ajir, la recompensa de los creyentes.

105 Jabbar, el apremiante.

106 Abul- Qasim, el padre de Qasim.

107 Abul-Tahir, el padre de Tahir.

108 Abul-Tayyib, el padre de Tayyib.

109 Abu Ibrahim, el padre de Ibrahim.

110 Mushaffa’, aquel a quien le ha sido dado el derecho de intercesión.

111 Shafi’, el intercesor.

112 Salih, el recto.

113 Muslih, el conciliador.

114 Muhaymin, el protector y guardián.

115 Sadiq, el veraz.

116 Musaddaq, quien ha probado ser verdadero, por la Verdad que viene a través de él.

117 Sidiq, la esencia de la veracidad.

118 Sayyid al-mursalin, el maestro y el mejor de los Mensajeros.

119 Imam al-muttaqin, el líder de los piadosos que temen a Allah.

120 Qa’ id al-ghurri al-muhajjalin, protector y guía de los creyentes.

121 Jalil al-Rahman, el amigo íntimo de Allah el Todo Misericordioso.

122 Barr, el bueno y beneficiente.

123 Mabarr, le esencia de la piedad y la beneficencia.

124 Wajih, el que distingue por sobre todo lo demás.

125 Nasii, el verdadero consejero.

126 Naasi, el que transforma el alma de los hombres.

127 Wakil, el depositario leal.

88
128 Mutawakkil, el que pone toda su confianza en Allah.

129 Kafil, el garante.

130 Shafiq, el compasivo, amable y benevolente.

131 Muqim as-sunnah, aquel que mantiene los mandamientos de Allah.

132 Muqaddas, el santificado.

133 Ruh al-quddus, la esencia de lo divino.

134 Ruh al-haqq, la esencia de la verdad.

135 Ruh al-qist, la esencia de la justicia.

136 Ruh al- qafi, aquel que satisface a los creyentes.

137 Muktafi, aquel que es suficiente en si mismo.

138 Baligh, el que ha llegado a la perfección espiritual.

139 Muballigh, el portador de noticias.

140 Shafi, el que cura corazones enfermos.

141 Wasil, aquel que ha comprendido lo divino.

142 Mawsul, aquel que ha logrado.

143 Sabiq, aquel que precede a todo.

144 Sa’ iq, el impulsor de la fe de los fieles.

145 Hadi, el guía.

146 Muhdi, aquel que aconseja.

147 Muqaddam, la premisa del Islam.

148 ‘Aziz, el muy estimado y amado, sin igual entre los hombres.

149 Fadil, aquel que es superior en virtud y generosidad.

150 Mufaddal, el favorecido de Allah, que ha sido hecho superior a todos los seres.

151 Fatih, el conquistador de corazones, quien los abre a la fe y a la verdad.

152 Miftah, la llave que abre las puertas del paraíso y cierra las puertas del Infierno.

153 Miftah ar-rahmah, la llave a la misericordia de Allah.

154 Miftah al-jannah, la llave del Paraíso.

155 ‘ Alam al-iman, el símbolo de la fe que nos lleva a la fe.

156 ‘ Alam al-yaqin, el símbolo de la certeza, que nos lleva a la certeza.

157 Dalil al-khayrat, el que nos guía a las buenas obras.

89
158 Musahhih al-hasanat, aquel que transforma lo malo en bueno, y lo feo en hermoso.

159 Muqil al-atharat, el que prevé y advierte de los errores.

160 Safuh’ an az- zallat, el que impide los errores.

161 Sahib ash-shafa’ ah, el que ha sido dotado con la intersección.

162 Sahib al-makan, el que está imbuido con el más alto grado de moral y carácter.

163 Sahib al-qidan, el que está imbuido del estado más elevado.

164 Makhsus bil-‘izz, aquel que le es propio todo el poder y honor.

165 Makhsus bil- majd, aquel que le es propio todo lo noble, sublime y majestuoso.

166 Makhsus bish-sharaf, aquel a quien la excelencia le es propia.

167 Sahib al-wasilah, el poseedor de los medios para la misericordia de Allah.

168 Sahib al-sayf, el dueño de la espada contra los enemigos de Allah.

169 Sahib al-fadilah, la fuente de la gracia de Allah.

170 Sahib al-izar, el dueño del manto de la profecía.

171 Sahib al-hujjah, el poseedor de la prueba.

172 Sahib as-sultan, el dueño de la soberanía de los reyes.

173 Sahib al-rida’, el dueño del manto de lana.

174 Sahib ad-darajat rafi’ah, aquel investido con el estado elevado.

175 Sahib at-taj, el coronado con la corona del Paraíso en la noche de su Ascensión.

176 Sahib al-mighfar, el que usa el yelmo del caballero sagrado.

177 Sahib al-liwa’, el portador del Estandarte de Alabanza, bajo el cual todos los profetas y creyentes se
reunirán en el Día del Juicio.

178 Sahib al-mi’raj, el maestro de la ascensión que fue traído durante su vida, sobre los siete cielos, a los
reinos divinos cercanos a Allah.

179 Sahib al-qadib, el portador de la vara con el cual él quebró los 360 ídolos alrededor de la Ka’ ba en
el día de la conquista de Meca.

180 Sahib al-Buraq, el jinete de Buraq, el portador celestial que lo trajo desde la cuidad de Meca a
Jerusalén en la noche de la Ascensión.

181 Sahib al-khatam, el portador del Sello de Profecía, puesto entre sus omóplatos.

182 Sahib al- alamah, el que ha sido dotado con los signos distintivos de la profecía.

183 Sahib al- burhan, el que ha sido dotado con los milagros que prueban su profecía.

184 Sahib al-bayan, el que ha sido dotado con la mayor expresión de profecía, el Sagrado Qu’ran.

185 Fasih al-lisan, aquel cuya palabra es considerada la más elocuente y efectiva.

90
186 Mutahhir al-janan, la fuente de conocimiento, sabiduría, y amabilidad, cuyo corazón está
purificado, y es purificador de corazones.

187 Ra uf, el clemente en quien Allah ha concedido Su propio Nombre, con el que es mencionado en el
Qu’ran.

188 Rahim, el misericordioso, a quien Allah, el Más Misericordioso, ha concedido Su propio Nombre.

189 Udhn khayr, el que escucha lo que es bueno.

190 Sahih al-islam, La verdad del Islam que corrige y elimina las distorsiones humanas de las verdades
divinas previamente reveladas, y reestablece el verdadero mensaje de Allah.

191 Sayyid al-kawnayn, el maestro de todas las cosas creadas en este mundo y en el Más Allá.

192 Ayn al na im, la fuente a través de la cual las bendiciones de Allah vienen a este mundo y al Más
Allá.

193 Ayn al-qurr, la fuente de luz y resplandor.

194 Sa’d Allah, la alegría de Allah, que es la primera inteligencia creada, que contiene la salvación, la
victoria, la paz, y las bendiciones de toda la creación.

195 Sa’d al-khalq, la alegría de todas las cosas creadas, siendo la mejor, la más generosa y la más
cercana a Allah.

196 Khatib al-umam, el predicador de la humanidad.

197 Alam al-huda, el signo de la guía a la verdad, la complacencia de Allah, y el Paraíso.

198 Kashif al-karb, aquel que alivia el dolor, aflicciones, y las dificultades de la humanidad.

199 Rafi al-rutab, aquel que eleva el nivel de aquellos que creen en él y le obedecen.

200 Izz al-a’rab, la gloria de los árabes.

201 Sahib al-faraj, la fuente de consuelo, que da felicidad y bienestar a aquellos que creen en su profecía
y siguen sus mandatos.

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BISMILLAH AR-RAHMAN AR-RAHIM

¡O! Allah, rezamos para que otorgues Tú misericordia, gracia, y bendiciones a nuestro Maestro
Muhammad, y que con esta oración Tú nos libres de todos los temores y de nuestra bajeza; que nos
limpies de todas nuestras impurezas, y nos colmes de todo bien en esta vida y en el Más Allá.

¡O! Allah el Amoroso, el Benefactor de todas las cosas. ¡O! Único Creador de los cielos y la tierra. ¡O!
Allah, el Viviente, el Autosuficiente. ¡O! Maestro de toda la grandeza, majestad y gentileza, en el nombre
de Tú exaltada Esencia, te rogamos que cambies nuestra naturaleza de hombre mortal y que nos eleves al
nivel de de Tus ángeles más altos. ¡O! Transformador y Guardián de nuestra condición y poder,
transforma nuestro estado en el mejor de los estados. Que seas glorificado y alabado, ¡O! Allah, atestiguo
que no hay más dios que Tú: de Ti busco el perdón, y a Ti me vuelvo en arrepentimiento. ¡O! Allah,
otorga Tus bendiciones y gracia sobre nuestro Maestro Muhammad y sobre su Familia y Compañeros.

Amin

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