Crecimiento y Cambio Social en Medellín 1900 – 1930
Constantine Alexandre Payne realizó un esfuerzo esmerado por describir la sociedad
medellinense de las primeras décadas del siglo XX, brinda una mirada detallada en especial de dos ámbitos de la cultura paisa: la industria y como esas máquinas forjaron el futuro económico de la ciudad de la eterna primavera, y la descripción de la sociedad de ese entonces, relatando minuciosamente detalles de esa ciudad tales como el cortejo; fiestas; clubes; meretrices; abolengo; educación; entre otros. En lo personal decidí desarrollar este escrito sobre el segundo ítem que desarrolla el texto. Debo confesar que la sociedad de Medellín de principio del siglo XX llama especialmente mi atención, pues reconocer el entorno social y las costumbres en la que vivió mi ascendencia, mis bisabuelos, me fascina y me ayuda a comprender quizás la manera en la que se comportaban. Procederé a relatar los principales puntos del texto empezando por la composición social de Medellín y como fue un eje de atracción para ciudadanos de todas partes, siguiendo con las prácticas de cortejo entre los jóvenes paisas y el manejo de la doble moral al momento de conformar familias, también las prácticas sociales y como la ciudad pasó a tener centros de reunión modernos. Por último, cerrar con temas tabúes que parecieran estaban prohibidos, sin embargo, había sectores de la ciudad donde se practicaban sin problema como la prostitución y el homosexualismo. La unidad básica, funcional de toda ciudad, sus ciudadanos Antioquia es el nombre otorgado a la delimitación territorial que comprende las regiones del suroeste, occidente, norte, Valle de Aburrá, Bajo Cauca, Magdalena Medio, nordeste y oriente, como puede apreciarse la diversidad de regiones se debe a la bastedad del territorio antioqueño, factor que nos ayudará a comprender en parte la composición de la sociedad medellinense. La capital de Antioquia es Medellín. Para empezar, a Medellín llegaron muchos hombres quienes a través de actividades económicas como la agricultura o la minería explotadas en los pueblos de Antioquia llegaban a la capital a comerciar sus bienes. En un segundo bloque estaban los estudiantes enviados por sus familias a seguir una profesión fuera medicina, derecho o ingeniería. Los dos centros educativos de formación superior eran la Universidad de Antioquia y la Facultad de Minas. El tercer y cuarto grupo se componían de campesinos que migraron a la ciudad buscando oportunidades y personas que huían de la persecución política respectivamente. Si bien la élite de la sociedad estaba compuesta por estos sujetos que amasaron riquezas comerciando los productos en Medellín y en parte por aquellos hombres quienes habían tenido éxito en sus profesiones, el ideal del hombre antioqueño era ser comerciante y demostrar la astucia que esto conllevaba, así se expresa Payne al respecto “la profesión más prestigiosa en Medellín, aquella a la que aspiraban los varones ambiciosos, fue la de comerciantes. La agudeza en los negocios era altamente valorada. El comercio había sido la actividad tradicional de la élite de Medellín […]" (pg. 167). Arte y Ciudad lunes 12-3 pm José David Bustamante Velásquez Crecimiento y Cambio Social en Medellín 1900 – 1930
Es así como va moldeándose la élite antioqueña entre costumbres pueblerinas y el
mimetismo a costumbres propias de Europa, situación que Tomás Carrasquilla el ilustre escritor tomó para criticar una sociedad de doble moral en la que los ricos negaban su pasado rural y estaban apegados a la superficialidad de otras costumbres, así lo plasma el autor “Carrasquilla critica la decadencia que él vio entre la élite de Medellín, un grupo con un origen rural que ahora rechaza, un grupo en apariencia muy religioso, pero que se apega a los ideales cristianos de labios para afuera, un gripo metido en la superficialidad de las apariencias pero sin auténticos valores personales” (Payne, pg. 166). A tal punto de descripción de los ciudadanos más pudientes es pertinente hacer una anotación y es la comparación con el estilo de vida de los capitalinos bogotanos quienes estuvieron siempre influenciados por las últimas tendencias de la moda, el arte y el consumo, evidencia de esto sería su vestir y sus gustos estrafalarios, mientras tanto los ricos medellinenses no se afanaban en tener un estilo de vida tal, a excepción del señor Carlos Coriolano Amador, sus preocupaciones eran tener una linda casa en un buen sector, tener finca en los pueblos de los que eran originarios y ser educados. Dos extractos del libro describen bien estas situaciones, por un se afirma que “los gustos de la élite de Bogotá tenían un sabor más mundano y más cosmopolita. Bogotá era una ciudad mucho más grande y diversa” (Payne, pg. 168) y frente al lujo en la ciudad de la eterna primavera se dice que “la mayoría de las familias ricas de Medellín se limitaban a una casa agradable y bien amoblada en un sector prestigioso de la ciudad (alrededor del Parque de Berrío, o en la Playa o, después de 1910, en Prado), una finca, vestir bien y a cultivar el “buen tono"" (Payne, pg. 169). Cortejo, clubs y vida social en la ciudad de la eterna primavera El título de esta sección tiene mucho sentido toda vez que tratar estos temas por conjunto brindan un hilo conductor que facilita la comprensión de la vida privada en Medellín. El cortejo era el primer acercamiento a la mujer para luego formar familia y a partir de ahí desarrollar una vida social en clubs. La Medellín que comprende el período de 1900 a 1930 es una sociedad sumamente clasista, apegada a ritos decimonónicos para calificar a la gente. El amor y el cortejo no se iba a quedar atrás y a pesar de los avances industriales y la llegada de nuevas dinámicas a la ciudad todavía iba a conservar la práctica de que los jóvenes deberían celar en las ventanas a las muchachas después de verlas en misa o en el parque, una costumbre de vieja data que rayaba con lo anticuado, el autor describe el fenómeno como “Aunque las viviendas y los adornos de la clase alta hayan cambiado algo durante este período, la mayoría de las actividades sociales permanecieron estáticas y ritualistas […] Pero sin duda lo que más le quita a Medellín su aspecto de ciudad y lo que contrasta con su creciente y sólido progreso, es la costumbre pueblerina cada vez más extendida, de lo que podemos llamar “galanteo de las ventanas”” (Payne, pg.172) . Por parte de los clubs, aquellos centros de reunión, en un principio, para los hombres de negocio y luego un centro con un fin social como lugar de reunión de matrimonios y de Arte y Ciudad lunes 12-3 pm José David Bustamante Velásquez Crecimiento y Cambio Social en Medellín 1900 – 1930
presentación de las señoritas de la aristocracia a la sociedad. De los clubs puede
mencionarse especialmente a dos que marcaron la vida social en Medellín, el Club Unión y el Club Campestre, hago mención de este último porque fue promotor del deporte en el Valle de Aburrá introduciendo las disciplinas del tenis, el fútbol y el basquetbol y creando consciencia de la importancia de la práctica de estos y desplazando los antiguos deportes como el ecuestre y la casa, Payne hace alusión de la siguiente manera “los únicos verdaderos deportes de la élite de Medellín eran montar a caballo y la caza. El tenis fue el primer deporte que invadió Medellín y el fútbol se impuso poco después también como in deporte aristocrático” (Payne, pg. 179). Guayaquil y la vida nocturna: Medellín entre la moralidad y el tabú Por último, se desarrolla el apartado de los temas prohibidos para los ciudadanos de Medellín, entre muchos se destacan tres el homosexualismo, el transexualismo y la prostitución. En términos del escritor y filósofo vienés Karl Kraus sin duda alguna Medellín sería una sociedad de “hombres de café y casa”, es decir un grupo social caracterizado por no tener estándares éticos claros, mostrando los dientes en público y castigando a estas minorías de la ciudad (homosexuales, transexuales y prostitutas) y en secreto, los mismos que los juzgaban, queriendo pertenecer o abusar de estas comunidades. El epicentro del tabú en Medellín fue Guayaquil un sector que históricamente fue marginado por ser un puerto seco lo que lo llevaba a ser el lugar de encuentro de la mala vida, no obstante, a la vez jugó un papel positivo para las minorías de la ciudad pues era un ligar donde no levantaban dos veces la misma mirada ni generaba revuelo su estilo de vida. La prostitución en Medellín termino convirtiéndose en un foco para el desarrollo de enfermedades venéreas por la mala gestión que se tuvo con esta actividad, primero desde la prevención y segundo por la segregación que ocasionaba la política pública de separar las prostitutas sanas de las enfermas y el deber que tenían de informar de su enfermedad, así lo define el autor “las enfermedades venéreas eran comunes en Medellín de los años veinte y se exigía que las prostitutas fueran examinadas regularmente. [...]. Las mujeres infectadas recibían una tarjeta roja que debían mostrar a sus clientes cuando estaban enfermas; no hacerlo les ocasionaba fuertes multas. Una vez curadas se les daba una tarjeta azul para indicar que ya estaban bien” (Payne, pg. 187). Sin más, del informe se concluye que la esfera social de la Medellín del siglo XX fue una regida por costumbres contemporáneas, sin embargo, arraigadas a aquellas usanzas del siglo XIX que permeaban a sus habitantes antiguos campesinos, ganaderos, mineros y actuales comerciantes, lo que, le costó en términos sociales importantes oportunidades que años luego, en las próximas décadas del siglo XX se conseguirían y harían tránsito a eventos tan básicas como la educación superior en mujeres o que las expresiones artísticas vanguardistas tuvieran lugar y reconocimiento en la ciudad.