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Arte y Ciudad lunes 12-3 pm

José David Bustamante Velásquez


Crecimiento y Cambio Social en Medellín 1900 – 1930

Constantine Alexandre Payne realizó un esfuerzo esmerado por describir la sociedad


medellinense de las primeras décadas del siglo XX, brinda una mirada detallada en especial
de dos ámbitos de la cultura paisa: la industria y como esas máquinas forjaron el futuro
económico de la ciudad de la eterna primavera, y la descripción de la sociedad de ese
entonces, relatando minuciosamente detalles de esa ciudad tales como el cortejo; fiestas;
clubes; meretrices; abolengo; educación; entre otros.
En lo personal decidí desarrollar este escrito sobre el segundo ítem que desarrolla el texto.
Debo confesar que la sociedad de Medellín de principio del siglo XX llama especialmente mi
atención, pues reconocer el entorno social y las costumbres en la que vivió mi ascendencia,
mis bisabuelos, me fascina y me ayuda a comprender quizás la manera en la que se
comportaban.
Procederé a relatar los principales puntos del texto empezando por la composición social de
Medellín y como fue un eje de atracción para ciudadanos de todas partes, siguiendo con las
prácticas de cortejo entre los jóvenes paisas y el manejo de la doble moral al momento de
conformar familias, también las prácticas sociales y como la ciudad pasó a tener centros de
reunión modernos. Por último, cerrar con temas tabúes que parecieran estaban prohibidos,
sin embargo, había sectores de la ciudad donde se practicaban sin problema como la
prostitución y el homosexualismo.
La unidad básica, funcional de toda ciudad, sus ciudadanos
Antioquia es el nombre otorgado a la delimitación territorial que comprende las regiones
del suroeste, occidente, norte, Valle de Aburrá, Bajo Cauca, Magdalena Medio, nordeste y
oriente, como puede apreciarse la diversidad de regiones se debe a la bastedad del
territorio antioqueño, factor que nos ayudará a comprender en parte la composición de la
sociedad medellinense. La capital de Antioquia es Medellín.
Para empezar, a Medellín llegaron muchos hombres quienes a través de actividades
económicas como la agricultura o la minería explotadas en los pueblos de Antioquia
llegaban a la capital a comerciar sus bienes. En un segundo bloque estaban los estudiantes
enviados por sus familias a seguir una profesión fuera medicina, derecho o ingeniería. Los
dos centros educativos de formación superior eran la Universidad de Antioquia y la Facultad
de Minas. El tercer y cuarto grupo se componían de campesinos que migraron a la ciudad
buscando oportunidades y personas que huían de la persecución política respectivamente.
Si bien la élite de la sociedad estaba compuesta por estos sujetos que amasaron riquezas
comerciando los productos en Medellín y en parte por aquellos hombres quienes habían
tenido éxito en sus profesiones, el ideal del hombre antioqueño era ser comerciante y
demostrar la astucia que esto conllevaba, así se expresa Payne al respecto “la profesión más
prestigiosa en Medellín, aquella a la que aspiraban los varones ambiciosos, fue la de
comerciantes. La agudeza en los negocios era altamente valorada. El comercio había sido la
actividad tradicional de la élite de Medellín […]" (pg. 167).
Arte y Ciudad lunes 12-3 pm
José David Bustamante Velásquez
Crecimiento y Cambio Social en Medellín 1900 – 1930

Es así como va moldeándose la élite antioqueña entre costumbres pueblerinas y el


mimetismo a costumbres propias de Europa, situación que Tomás Carrasquilla el ilustre
escritor tomó para criticar una sociedad de doble moral en la que los ricos negaban su
pasado rural y estaban apegados a la superficialidad de otras costumbres, así lo plasma el
autor “Carrasquilla critica la decadencia que él vio entre la élite de Medellín, un grupo con
un origen rural que ahora rechaza, un grupo en apariencia muy religioso, pero que se apega
a los ideales cristianos de labios para afuera, un gripo metido en la superficialidad de las
apariencias pero sin auténticos valores personales” (Payne, pg. 166).
A tal punto de descripción de los ciudadanos más pudientes es pertinente hacer una
anotación y es la comparación con el estilo de vida de los capitalinos bogotanos quienes
estuvieron siempre influenciados por las últimas tendencias de la moda, el arte y el
consumo, evidencia de esto sería su vestir y sus gustos estrafalarios, mientras tanto los ricos
medellinenses no se afanaban en tener un estilo de vida tal, a excepción del señor Carlos
Coriolano Amador, sus preocupaciones eran tener una linda casa en un buen sector, tener
finca en los pueblos de los que eran originarios y ser educados. Dos extractos del libro
describen bien estas situaciones, por un se afirma que “los gustos de la élite de Bogotá
tenían un sabor más mundano y más cosmopolita. Bogotá era una ciudad mucho más
grande y diversa” (Payne, pg. 168) y frente al lujo en la ciudad de la eterna primavera se dice
que “la mayoría de las familias ricas de Medellín se limitaban a una casa agradable y bien
amoblada en un sector prestigioso de la ciudad (alrededor del Parque de Berrío, o en la
Playa o, después de 1910, en Prado), una finca, vestir bien y a cultivar el “buen tono""
(Payne, pg. 169).
Cortejo, clubs y vida social en la ciudad de la eterna primavera
El título de esta sección tiene mucho sentido toda vez que tratar estos temas por conjunto
brindan un hilo conductor que facilita la comprensión de la vida privada en Medellín. El
cortejo era el primer acercamiento a la mujer para luego formar familia y a partir de ahí
desarrollar una vida social en clubs.
La Medellín que comprende el período de 1900 a 1930 es una sociedad sumamente clasista,
apegada a ritos decimonónicos para calificar a la gente. El amor y el cortejo no se iba a
quedar atrás y a pesar de los avances industriales y la llegada de nuevas dinámicas a la
ciudad todavía iba a conservar la práctica de que los jóvenes deberían celar en las ventanas
a las muchachas después de verlas en misa o en el parque, una costumbre de vieja data que
rayaba con lo anticuado, el autor describe el fenómeno como “Aunque las viviendas y los
adornos de la clase alta hayan cambiado algo durante este período, la mayoría de las
actividades sociales permanecieron estáticas y ritualistas […] Pero sin duda lo que más le
quita a Medellín su aspecto de ciudad y lo que contrasta con su creciente y sólido progreso,
es la costumbre pueblerina cada vez más extendida, de lo que podemos llamar “galanteo de
las ventanas”” (Payne, pg.172) .
Por parte de los clubs, aquellos centros de reunión, en un principio, para los hombres de
negocio y luego un centro con un fin social como lugar de reunión de matrimonios y de
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José David Bustamante Velásquez
Crecimiento y Cambio Social en Medellín 1900 – 1930

presentación de las señoritas de la aristocracia a la sociedad. De los clubs puede


mencionarse especialmente a dos que marcaron la vida social en Medellín, el Club Unión y
el Club Campestre, hago mención de este último porque fue promotor del deporte en el
Valle de Aburrá introduciendo las disciplinas del tenis, el fútbol y el basquetbol y creando
consciencia de la importancia de la práctica de estos y desplazando los antiguos deportes
como el ecuestre y la casa, Payne hace alusión de la siguiente manera “los únicos
verdaderos deportes de la élite de Medellín eran montar a caballo y la caza. El tenis fue el
primer deporte que invadió Medellín y el fútbol se impuso poco después también como in
deporte aristocrático” (Payne, pg. 179).
Guayaquil y la vida nocturna: Medellín entre la moralidad y el tabú
Por último, se desarrolla el apartado de los temas prohibidos para los ciudadanos de
Medellín, entre muchos se destacan tres el homosexualismo, el transexualismo y la
prostitución. En términos del escritor y filósofo vienés Karl Kraus sin duda alguna Medellín
sería una sociedad de “hombres de café y casa”, es decir un grupo social caracterizado por
no tener estándares éticos claros, mostrando los dientes en público y castigando a estas
minorías de la ciudad (homosexuales, transexuales y prostitutas) y en secreto, los mismos
que los juzgaban, queriendo pertenecer o abusar de estas comunidades.
El epicentro del tabú en Medellín fue Guayaquil un sector que históricamente fue
marginado por ser un puerto seco lo que lo llevaba a ser el lugar de encuentro de la mala
vida, no obstante, a la vez jugó un papel positivo para las minorías de la ciudad pues era un
ligar donde no levantaban dos veces la misma mirada ni generaba revuelo su estilo de vida.
La prostitución en Medellín termino convirtiéndose en un foco para el desarrollo de
enfermedades venéreas por la mala gestión que se tuvo con esta actividad, primero desde la
prevención y segundo por la segregación que ocasionaba la política pública de separar las
prostitutas sanas de las enfermas y el deber que tenían de informar de su enfermedad, así
lo define el autor “las enfermedades venéreas eran comunes en Medellín de los años veinte
y se exigía que las prostitutas fueran examinadas regularmente. [...]. Las mujeres infectadas
recibían una tarjeta roja que debían mostrar a sus clientes cuando estaban enfermas; no
hacerlo les ocasionaba fuertes multas. Una vez curadas se les daba una tarjeta azul para
indicar que ya estaban bien” (Payne, pg. 187).
Sin más, del informe se concluye que la esfera social de la Medellín del siglo XX fue una
regida por costumbres contemporáneas, sin embargo, arraigadas a aquellas usanzas del
siglo XIX que permeaban a sus habitantes antiguos campesinos, ganaderos, mineros y
actuales comerciantes, lo que, le costó en términos sociales importantes oportunidades que
años luego, en las próximas décadas del siglo XX se conseguirían y harían tránsito a eventos
tan básicas como la educación superior en mujeres o que las expresiones artísticas
vanguardistas tuvieran lugar y reconocimiento en la ciudad.

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