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Aprendizaje Cognitivo. 2da edición Y Fundamentos psicológicos EDICIONES PIRÁMIDE
Aprendizaje cognitivo
11.1. INTRODUCCIÓN
Las concepciones actuales interpretan el aprendizaje como un conjunto de procesos que tienen
por objeto el procesamiento de información. Sin embargo, la cognición es una capacidad
humana que no necesariamente debe interpretarse' en términos de procesamiento. Existen
otras formas de cognición diferentes a las propuestas por los teóricos del procesamiento de la
información y el modelo del ordenador. Estas diferentes formas de cognición tuvieron presencia
en la psicología mucho antes del advenimiento de los ordenadores. Existen, por tanto, varias
teorías del aprendizaje cognitivo; la teoría de procesamiento de la información que podemos
considerar la dominante y otras teorías «menores» como pueden ser la Gestalt, la teoría de la
estructura cognitiva de Jean Piaget, la teoría del aprendizaje por descubrimiento de Jerome
Bruner, la teoría del esquema, la teoría de la autorregulación de L. S. Vygotski, la teoría del
aprendizaje significativo de David Ausubel y el modelo de aprendizaje de R. Gagné.
Algunas de estas teorías menores han alcanzado mucho éxito en determinados dominios y
campos. Tal es el caso de Piaget, Bruner y Vygotski en la psicología del desarrollo, y
concretamente en la descripción de las etapas del desarrollo intelectual; o la Gestalt en los
estudios de la percepción, los movimientos aparentes y la solución de problemas; o la de
Ausubel y Gagné en la psicología de la instrucción. Sin embargo, la teoría cognitiva más popular,
desde los años setenta, es la teoría de procesamiento de la información. En este capítulo nos
centraremos en el análisis de estas teorías, exceptuando el procesamiento de la información
debido al desarrollo preferente a lo largo del libro.
A partir de los años setenta el estudio de la organización de las estructuras del conocimiento y
la memoria cobró gran importancia. Las antiguas tradiciones conductistas que enfatizaban el
aprendizaje como un mero «cambio de conducta» dejaron su lugar a otra concepción donde el
aprendizaje es visto como adquisición y modificación de estructuras de conocimiento. En la
psicología actual, el análisis de los procesos mentales es central, ya que éstos son los que
cambian principalmente con el aprendizaje. Las conductas son más bien los productos de los
cambios de las estructuras de conocimiento. El aprendizaje de conocimientos parte de un grupo
de supuestos que son comunes a la mayoría de las teorías que vamos a analizar.
6. El aprendizaje puede ser una recompensa en sí mismo. Los niños tienen una curiosidad
natural, así como un deseo natural de desentrañar el sentido del mundo. Á medida que su
conocimiento se va ampliando, los niños buscan espontáneamente retos cada vez más difíciles.
Es decir, la regularización del aprendizaje viene determinada desde dentro. Cuando un niño no
encuentra interesante una actividad, rápidamente abandona dicha actividad y se dedica a
explorar otras que le motiven más.
Andry Phye presentan una tabla comparativa de las diferencias más importantes entre la teoría
asociacionista y la teoría cognitiva del aprendizaje (véase la tabla 11.1). La teoría cognitiva
aporta una explicación más profunda del aprendizaje y, por tanto, implica formas de enseñanza
diferentes que facilitan la construcción activa del conocimiento. Desde un punto de vista
educativo, la teoría cognitiva destaca, entre otras cosas, las siguientes: a) concentrarse en
estimular el aprendizaje de relaciones; b) concentrarse en ayudar a los niños a ver conexiones y
a modificar los puntos de vista; c) planificar teniendo en cuenta que el aprendizaje significativo
requiere tiempo; d) aprovechar y estimular la inventiva de los estudiantes; e) tener en cuenta la
preparación y los conocimientos de cada aprendiz; f) explorar el interés natural de los niños en
las actividades y juegos que desarrollan.
Para muchos psicólogos en estrecho contacto con los problemas del aprendizaje humano, los
modelos asociacionistas eran insuficientes para explicar el comportamiento humano. Esta
insatisfacción también se observa en los psicólogos americanos que se vieron favorecidos a
principios de siglo con las entonces nuevas teorías conductistas. Por ello, hicieron suya la crítica
de Kóhler a la interpretación de Thomdike del aprendizaje.
Durante su internación en la isla de Tenerife (base militar alemana durante la segunda guerra
mundial), Kóhler realizó una serie de experimentos con monos que confirman su suposición de
que el aprendizaje no es fruto de un «ir probando» (ensayo y error), sino de la reestructuración
perceptiva de los problemas. Esta reestructuración aparece a los ojos de los observadores como
«discernimiento» del problema, alcanzado por la «reflexión» y el «reconocimiento».
La teoría de Tolman es propositiva, por cuanto que opina que el sentido de gran parte del
comportamiento viene dado por la búsqueda de metas. Las explicaciones asociacionistas
parecían adecuadas cuando se trataba de formas simples, de conductas casi mecánicas;
pero, en caso de conductas complejas, éstas siempre van ligadas a la idea de meta. Su punto
de partida era cognitivo, el aprendizaje es un método de saber cómo se llega a algo. Las
situaciones de aprendizaje están coordinadas para el organismo mediante distintos signos
que indican el camino hacia determinadas metas. Un ejemplo de ello son las
representaciones que nos formamos cuando queremos conocer y desplazarnos en una
ciudad nueva. Ciertos signos (cervecería, hotel, iglesia, museo, etc.) nos sirven de referencia
para movemos con seguridad.
Todos estos signos son ordenados en una estructura espacio-temporal que es elaborada en
una central hasta proporcionar un mapa cognitivo provisional del medio ambiente. El mapa
cognitivo de una situación puede indicar cuáles son las rutas que se deben escoger para
alcanzar determinados objetivos. Cada alternativa se puede considerar como provisional a
pesar de todo, como una hipótesis que los resultados de la experiencia confirmarán o
rechazarán. La práctica o la experiencia repetida refuerza las expectativas, no las respuestas.
Un experimento típico fue el de un mono encerrado en una jaula. Fuera de ésta y lejos de
su alcance había un palo largo. y un plátano. A su alcance tenía un palo corto. El mono trató
de coger el plátano, pero (se dio cuenta que) estaba demasiado lejos, cogió el palo corto y
lo empleó para atraer hacia sí el plátano. Cuando su esfuerzo se reveló infructuoso, por un
momento, pareció renunciar a su propósito; luego observó el palo corto, el palo largo y el
plátano en el suelo. De repente agarró el palo corto, lo empleó para atraer el palo largo y
luego éste para alcanzar el plátano.
En términos gestaltistas la explicación de esta aguda conducta fue que el mono vio los dos
palos y el plátano, luego reorganizó estos objetos mentalmente, reestructurando el campo
perceptual y construyendo un nuevo conjunto como solución al problemas. En otras
palabras, el mono tuvo un repentino atisbo del problema. Hay un aspecto interesante en
esta clase de experimentos, los monos criados en cautividad son incapaces de reproducir la
solución al problema por intuición. Ello sugiere que los que crecen en libertad pueden haber
aprendido aspectos de esta solución a través de ensayos previos. De ser cierto, las
conclusiones quedarían parcialmente en entredicho. Es posible que para la conducta de
discernimiento se necesiten previamente unos antecedentes que permitan un aprendizaje
específico.
J. Piaget, biólogo y psicólogo suizo, propuso la teoría del desarrollo más ambiciosa e
influyente. Esta teoría, aunque relativamente simple, ha sido capaz de explicar un
asombroso rango de conductas de los niños. A partir de sus agudas observaciones de las
conductas raras o extrañas de los niños y adolescentes, construyó una teoría del desarrollo
intelectual, social y moral muy consistente. Adicionalmente, Piaget fue un investigador con
una visión plural de la realidad. Fue un notable biólogo, un experto psicólogo y un filósofo y
matemático destacado. Todas estas razones determinaron que su teoría alcanzara un grado
de reconocimiento y aceptación amplios.
La segunda etapa, que se denomina preoperacional, va desde los dos hasta los siete años,
aproximadamente. La inteligencia sensoriomotriz no es muy efectiva para planear o tener
un seguimiento de la información. Para esto, los niños necesitan lo que Piaget denominó las
operaciones o acciones que son llevadas a cabo mental más que físicamente. Durante esta
etapa se desarrolla gradualmente el lenguaje y la capacidad de pensar en forma simbólica.
El niño es capaz de pensar en operaciones continuas de manera lógica en una dirección,
pero existen dificultades para captar el punto de vista de otras personas.
Piaget también reivindica que en este período los niños son capaces de ponerse en el lugar
de otra persona, y pueden entender otros puntos de vista distintos a los suyos. Este cambio
se conoce como el cambio del «egocentrismo» al «allocentrismo». Estas ideas fueron
aplicadas a los conceptos de desarrollo moral y social. Se plantea que los niños, centrados
en su yo, son incapaces de imaginar las intenciones de otras personas y, por tanto, juzgan
las acciones de otras personas en función de las consecuencias y no tanto en función de sus
intenciones.
La etapa final es la de las operaciones formales, que grosso modo abarca la adolescencia.
Este es el período de «operaciones sobre operaciones»: los adolescentes comienzan a
reflexionar acerca de su pensamiento. Algunos de los logros más importantes en esta etapa
son los siguientes: 1) resuelven problemas abstractos en forma lógica, 2) el pensamiento es
más científico, y 3) desarrollan intereses de carácter social e identidad. Esta etapa conduce
a los adolescentes a buscar fórmulas para comprobar hipótesis, permitiendo observar qué
ocurre si un elemento cambia mientras los otros se mantienen constantes. Piaget cree que
durante este período ocurren algunos cambios significativos, pero también cree que no
todas ¡as personas alcanzan dicho período. Un importante número de personas adultas,
razonablemente inteligentes, no logran el período de las operaciones formales.
En cada etapa del desarrollo, una persona tiene su propia representación del mundo. Dentro
de ésta yace un número de estructuras cognitivas básicas llamadas esquemas. Para Piaget
un esquema es un patrón organizado de comportamiento que la persona utiliza para pensar
y actuar en una situación. En la infancia, los esquemas se conocen por las conductas que
involucran, tales como succionar, morder, agitar y otras. Desde los primeros años de vida,
los infantes poseen muchos esquemas; a medida que éstos cambian, los niños los
diferencian. A medida que los niños se desarrollan intelectualmente, sus esquemas se
vuelven patrones de pensamiento relacionados con las conductas y se vuelven cada vez más
complejos, pasando de pensamiento concreto al pensamiento abstracto.
La organización integra los esquemas en un sistema de orden superior. Por ejemplo, los
esquemas de mirar y de aganar funcionan al principio de forma independiente, pero, a
medida que se desarrollan los dos esquemas, se integran en uno solo, permitiendo al niño
realizar en un solo esquema la acción de mirar y agarrar.
La adaptación es un proceso complementario que incluye la asimilación y la acomodación.
La asimilación es la incorporación de un objeto o concepto nuevo dentro de estructuras
cognitivas ya existentes. Cuando el bebé responde ante el chupete de la misma o similar
manera a como lo hace frente al pezón de la madre, demuestra que ha asimilado el
esquema. La acomodación es el cambio en las estructuras cognitivas para incluir
experiencias nuevas. La acomodación tiene lugar cuando el niño descubre que el resultado
de actuar sobre un objeto utilizando una conducta ya aprendida no es satisfactorio y así
desarrolla un nuevo comportamiento. Es probable que, tras algunos ensayos y errores,
aprenda una conducta apropiada al respecto, cómo agitarlo o lanzarlo.
La idea de desarrollo intelectual planteada por Piaget lleva emparejada una nueva
propuesta pedagógica: el aprendizaje activo. Esta idea quiere decir que los alumnos son
capaces de incorporar a sus esquemas la información que se les presenta. Para ello, la
escuela debe darles la oportunidad de tener experiencias con el mundo. Esta experiencia
activa, aún en los primeros años escolares, no debe limitarse a la manipulación física de
objetos. También debe incluir la manipulación mental de las ideas que surjan de los
proyectos o experimentos de clase. Con frecuencia esta manipulación mental puede ser
llevada a juegos.
Una segunda dificultad de enseñar dentro del sistema de Piaget es que se requiere no sólo
de un profundo conocimiento del desarrollo del niño, sino también de un dominio de los
temas y de los métodos de dicha enseñanza. Esto se ha llamado el «problema de la
adecuación». Los maestros no deben subestimar o sobrestimar las capacidades de
pensamiento de sus estudiantes. No debe aburrírseles con trabajos que sean demasiado
fáciles o hacer que se retrasen enseñándoles material que no pueden entender. El equilibrio
debe mantenerse a un «nivel adecuado» para fomentar el crecimiento
La preparación de los maestros en ciencias y matemáticas debe ser intentada bajo el sistema
de Piaget para que pueda ser efectiva. Muchos pedagogos se quejan de las dificultades que
tienen para transmitir conceptos abstractos a las mentes de sus alumnos porque no son
comprendidos. Esta dificultad surge normalmente porque los maestros no son capaces de
adaptar los métodos de enseñanza al nivel de desarrollo intelectual de los alumnos.
Una cuarta dificultad es que las metas de los sistemas activos de Piaget son a largo plazo e
implican cambios conductuales que, hoy por hoy, no pueden ser medidos por los
instrumentos tradicionales de evaluación. Cualquier intento por garantizar una
investigación sobre evaluación puede abarcar, por tanto, varios años y una gran variedad de
técnicas.
De acuerdo con Piaget, el desarrollo cognitivo se basa en las acciones y en los pensamientos
autodirigidos del estudiante, no en las acciones del maestro. Si intenta enseñarle a un
estudiante algo para lo que no está preparado, aprenderá a dar la respuesta «correcta».
Pero este logro no afectará la forma en que el estudiante considera ése u otros problemas.
Por tanto, desde esta perspectiva, no tiene sentido acelerarlo. Un segundo argumento
piagetiano es que la aceleración es ineficiente ¿Para qué pasar tanto tiempo enseñando algo
a un estudiante que se encuentra en determinada etapa si lo va a aprender por sí mismo
más rápido y mejor en otra etapa?
Algunos de los argumentos a favor de la aceleración del desarrollo cognitivo se basan en los
resultados de los estudios transculturales en niños. Estos resultados sugieren que ciertas
capacidades cognitivas están realmente influidas por el medio y la educación. Por ejemplo,
los niños de familias que se dedican a la alfarería en cierta área de México adquieren el
concepto de la conservación de la materia antes que otros niños de familias que no tienen
esta actividad. Más aún, los niños de culturas no occidentales adquieren estas operaciones
de conservación después que los niños occidentales. Estos resultados pueden deberse a la
forma en que se mide la capacidad de conservación en estos estudios. Sin embargo, parece
probable que también participen algunos factores ambientales y no sólo las estructuras
internas que se desarrollan en forma natural.
Varios aspectos queremos destacar de Lev Vygotski. Uno de los aspectos tiene que ver con
la relación entre pensamiento y lenguaje, tan central en la psicología cognitiva. Como Piaget,
Vygotski estaba interesado en las cuestiones evolutivas. Propuso que, a medida que el niño
crece, se pueden distinguir tres etapas principales en la relación entre el pensamiento y el
habla. Sin embargo el concepto que tenía Vygotski de estadio evolutivo es menos rígido, y
más cercano a la idea común, que el que sostenía Piaget.
En la tercera etapa Vygotski relaciona el pensamiento y el lenguaje, hacia los siete años, el
habla egocéntrica se convierte en habla interna, y los pensamientos complejos son posibles
por el hecho de que pueden hacer uso de un medio lingüístico. Sin embargo, Vygotski tuvo
mucho cuidado de no identificar nunca el pensamiento con el habla interior. Siempre dejó
una posibilidad de que algunos tipos de pensamiento no dependieran de ella.
Entre los psicólogos cognitivos norteamericanos, Bruner es uno de los que más ha influido
en el campo educativo y en la psicología del desarrollo. Bruner fundamenta su teoría del
desarrollo y las relaciones de éste con la educación en los trabajos de Piaget; sin embargo,
existen algunas diferencias importantes entre ellos. En primer lugar, Piaget se interesó
principalmente en describir y explicar el desarrollo intelectual; a Bruner le preocupan las
relaciones entre el desarrollo, la enseñanza y el aprendizaje. Bruner argumenta que las
teorías del desarrollo sirven de poco si éstas no se vinculan con la educación. Piaget cree
que los niños y los adolescentes sólo pueden aprender hasta el límite marcado en cada
período de desarrollo. Bruner, por su parte» está convencido de que cualquier materia
puede ser enseñada a cualquier niño de cualquier edad en forma a la vez honesta y eficaz.
Como psicólogo del desarrolló se preocupa por el desarrollo del pensamiento y los modelos
de representación del mundo. Cree que el pensamiento pasa por diferentes etapas:
ejecutora, icónica y simbólica. La etapa ejecutora, corresponde más o menos al período
sensoriomotriz de Piaget, los niños aprenden a concebir los objetos actuando sobre ellos.
Estos primeros años abundan en problemas sobre cómo arrastrarse, andar, manipular
juguetes y en general cómo emplear el cuerpo para ser eficaz en el mundo. Los niños
aprenden haciendo y viendo cómo los demás hacen las cosas.
La base del método por descubrimiento es el pensamiento inductivo, Bruner sugiere que los
maestros pueden fomentar este tipo de pensamiento, alentando a los estudiantes a hacer
especulaciones basadas en evidencias incompletas y luego confirmarlas o desecharlas
sistemáticamente. Después de aprender acerca de las corrientes marinas y la industria
naviera, podría mostrarse a los estudiantes mapas antiguos de los puertos y pedirles que
pensaran cuál de ellos se convirtió en un puerto importante. Los estudiantes a continuación
podrían confirmar sus especulaciones con una investigación sistemática. La investigación
podría resultarles más interesante que lo usual, ya que son sus propias especulaciones las
que están enjuicio. Desafortunadamente, las prácticas educativas con frecuencia
desalientan el pensamiento intuitivo al rechazar las especulaciones equivocadas y
recompensar las respuestas seguras pero nada creativas.
Ausubel y sus colegas conciben la estructura cognitiva como una pirámide cuya cúspide está
formada por proposiciones y conceptos más generales. El nivel medio está compuesto por
los subconceptos y la base está configurada por la información específica y Ios hechos
concretos. A medida que las personas adquieren conocimientos en diferentes asignaturas,
desarrollan una estructura cognitiva en relación con cada asignatura. La mejor manera de
adquirir nueva información es asimilarla dentro de dicha estructura cognitiva mediante un
proceso denominado subsunción. Este proceso tiene lugar cuando se relaciona una idea con
otra ya existente, modificándose o dándole sentido a ambas.
Existen dos clases de organizadores previos: los expositivos y los comparativos. Los
expositivos proporcionan un modelo de clase capaz de subsumir nuevas clases, subclases y
especies. Por ejemplo, se pueden distinguir tipos variados de bosques antes de diferenciar
los componentes de un bosque. O también, antes de hablar de tipos de energía mecánica,
como la potencial o la cinética, se puede construir un organizador expositivo en torno al
concepto de energía mecánica, describiendo lo que es su funcionamiento, y proporcionando
diversos ejemplos. Los organizadores expositivos son especialmente útiles porque
proporcionan un andamiaje intelectual para conocimientos nuevos. Los comparativos se
suelen utilizar con un material relativamente conocido. Están diseñados para integrar
conceptos nuevos con conceptos semejantes ya existentes en la estructura cognitiva.
También se usan para discriminar entre conceptos antiguos y nuevos, para impedir la
confusión que causa su semejanza.
La autoefiencia se define como los juicios acerca de cuán bien uno puede organizar y
ejecutar cursos de acción para tratar con situaciones futuras que contienen muchos
elementos ambiguos, impredecibles y a menudo productores de tensión. En este proceso se
pueden distinguir dos aspectos; por una parte, se habla de las «expectativas de eficacia»,
como la convicción de que uno puede ejecutar con éxito la conducta requerida para llegar a
ciertos resultados, y, por otra, se habla de «expectativas de resultado», como la estimación
por una persona de que una conducta específica conducirá a ciertos. Esta diferencia alude a
dos importantes procesos psicológicos; los procesos motivacionales y los procesos
cognitivos. Para Bandura la motivación tiene una base cognitiva ya que el refuerzo crea
expectativas sobre las consecuencias posibles. Las discrepancias detectadas entre las
capacidades que se poseen para realizar determinada actividad y las metas que se han
establecido, producen una disonancia que motiva a su reducción. Esto no siempre es logrado
por los individuos de forma directa. Por esto, Bandura plantea que los procedimientos
psicológicos sirven para crear y fortalecer expectativas de eficacia personal. Para ilustrar
sólo algunos de estos procedimientos, diríamos que el éxito alcanzado en una ejecución,
incrementa las expectativas de dominio personal. Si alguien ante una prueba de obstáculos
es capaz de superarla con éxito, incrementará sus expectativas de dominio personal en otras
pruebas similares. De forma resumida, podemos decir que en las expectativas de
autoeficacia operan dos elementos centrales: habilidades e incentivos, Una persona puede
esperar ciertos resultados como producto de su conducta, pero ésta no sufrirá cambios si el
individuo en cuestión no está convencido que posee las habilidades necesarias para que el
cambio ocurra, a pesar de mostrar gran interés por lograrlo.
Ahora bien, la persistencia y el esfuerzo para lograr ciertas metas dependerán de las
expectativas de eficacia personal. A mayor nivel de las expectativas, mayor será el esfuerzo
desplegado y el tiempo dedicado para alcanzar las metas. Los atletas que participan en
competencias son un claro ejemplo de este planteamiento.
GLOSARIO
Pensamiento productivo. Es aquel que, para tratar la nueva información, necesita hacer una
reestructuración cognitiva o una nueva organización perceptual o conceptual con respecto
al problema.
Pensamiento reproductivo. Es aquel proceso que utiliza los procedimientos conocidos para
resolver problemas.
Subsunción. Proceso a través del cual asimilamos una nueva información en nuestra
estructura cognitiva, por medio de la relación de una idea con otra ya existente, modificando
o dando sentido a ambas. El proceso puede ser de vanos tipos según se relacione con el
material ya existente.
Teoría propositiva (de Tolman). Sugiere que el sentido de gran parte del comportamiento
nene dado por la búsqueda de metas.